Asimismo, como evolución del concepto, se ha desarrollado el "Estado de Derecho" por el que se incluyen dentro de la organización estatal, aquellas resultantes del imperio de la ley y la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y otras funciones más sutiles, pero propias del Estado, como la emisión de moneda propia.
El Derecho es el orden normativo e institucional de la conducta humana en sociedad inspirado en postulados de justicia, cuya base son las relaciones sociales existentes que determinan su contenido y carácter. En otras palabras, es el conjunto de normas que regulan la convivencia social y permiten resolver los conflictos interpersonales. Sin embargo, el concepto se caracteriza por su vaguedad y ambigüedad, tal como lo señala el jurista H. L. A. Hart en El concepto de Derecho. El término puede sugerir diferentes significados atendiendo a un contexto, y consiguientemente, es difícil precisar una definición general. Así, diferentes expresiones pueden contener la palabra derecho, y referirse a conceptos distintos: "Tengo derecho a", "el Legislador crea derecho", "existen diferentes ramas del derecho", "Juan Pérez estudia un pregrado en derecho", etc.
La definición inicial da cuenta del Derecho positivo o efectivo, pero no explica su fundamento; por ello juristas, filósofos y teóricos del Derecho han propuesto a lo largo de la historia diversas definiciones alternativas, y distintas teorías jurídicas sin que exista, hasta la fecha, consenso sobre su validez. El estudio del concepto del Derecho lo realiza una de sus ramas, la Filosofía del Derecho. Con todo, la definición propuesta inicialmente resuelve airosamente el problema de validez del fundamento del Derecho, al integrar el valor Justicia en su concepto.
Los conceptos de derecho positivo y el derecho vigente se pueden reducir a que el primero es el que se aplica y el segundo es el que el órgano legislativo publica para ser obedecido en tanto dure su vigencia, mientras no sea sustituido por medio de la abrogación o derogación. Por lo tanto no todo derecho vigente es positivo, Es decir hay normas jurídicas que tienen poca aplicación práctica, no es derecho positivo, pero si es derecho vigente.
Desde el punto de vista objetivo, dícese del conjunto de leyes, reglamentos y demás resoluciones, de carácter permanente y obligatorio, creadas por el Estado para la conservación del orden social. Esto es, teniendo en cuenta la validez; es decir que si se ha llevado a cabo el procedimiento adecuado para su creación, independientemente de su eficacia (si es acatada o no) y de su ideal axiológico (si busca concretar un valor como la justicia, paz, orden, etc.)
2. Inexistencia del Estado y el Derecho en la Comunidad primitiva
Por comunismo primitivo, comunidad primitiva, o modo de producción primitivo, se entiende, en la teoría marxista, una etapa del desarrollo de las formaciones económico-sociales, caracterizadas por el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, la propiedad colectiva de los instrumentos de producción (rudimentarios) y la distribución igualitaria de los productos. Es el primero de los modos de producción que Marx definió como estadíos de la evolución de la historia económica.
Los hombres estaban organizados en bandas, dedicados a la caza, pesca y recolección, y la actividad laboral humana se basaba en la cooperación simple. Para Marx, este tipo de producción colectiva o cooperativa era, naturalmente, el resultado del desamparo en que se encontraba el individuo aislado, y no de la socialización de los medios de producción. Como consecuencia, el hombre primitivo no concebía la posibilidad de una propiedad privada de los instrumentos de producción, sólo algunos de éstos, que les servían también para defenderse de las fieras, les pertenecían en propiedad personal. Trabajo tan primitivo no creaba excedente alguno después de cubrir las necesidades más perentorias, y esa inexistencia impedía la explotación del hombre por el hombre. En ese régimen económico la producción habría estado directamente determinada por las necesidades colectivas, y entre el acto sustancial de la creación y lo creado, no había ninguna mediación social y, por tanto, ninguna ruptura epistemológica.
Esta forma de vida corresponde al periodo que los prehistoriadores han denominado Paleolítico, y no fue sino con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería, realizado durante el Neolítico que permitió una primera especialización y división social del trabajo, como describe el historiador Vere Gordon Childe con sus conceptos de Revolución neolítica (en la que las aldeas campesinas aún conservaban buena parte del igualitarismo social) y la posterior Revolución urbana (cuando ya aparecen claramente las clases sociales y el poder político y religioso).
En el comunismo primitivo no había excedentes de producción, por lo que no existía desigualdad de bienes, ni la necesidad de un Estado. Al ser una sociedad basada en el autoconsumo, todas sus relaciones sociales eran comunitarias.
Este modo de producción fue sustituido, dependiendo del lugar o la época, bien por el modo de producción esclavista o bien por el modo de producción feudal.
3. Formas de organización en la Comunidad primitiva
La comunidad primitiva es precisamente la primera forma en que los hombres se organizan para satisfacer sus necesidades. La comunidad primitiva surge con el hombre mismo.
El hombre fue nómada al principio, porque dependía directamente de lo que la naturaleza le proporcionaba; se dedicaba a la recolección de frutos y a la caza y pesca, siguiendo al curso de los ríos.
La estructura económica de la comunidad primitiva era, como su nombre lo dice, atrasada y primitiva; como los hombres todavía no dominaban la naturaleza, dependían mucho de ella.
En esta sociedad de comunidad primitiva existía propiedad colectiva de los medios de producción, por lo que la producción también se realizaba en forma conjunta. Todo esto trajo como consecuencia la distribución comunitaria de los bienes, y por lo tanto la ley económica de la comunidad primitiva, que representa las características fundamentales de dicho modo de producción.
Al no existir la propiedad privada de los medios de producción, tampoco existen las clases sociales y por lo tanto, las relaciones sociales de producción de la comunidad primitiva son relaciones de cooperación y ayuda mutua, relaciones armónicas; es decir, no existe la explotación del hombre por el hombre, porque se produce apenas lo necesario para satisfacer las necesidades de la sociedad; es una sociedad de autoconsumo, de auto subsistencia.
Esta sociedad produce sólo bienes que se consumen casi inmediatamente, no se produce excedente económico, por tanto, no hay explotación ni clases sociales.
Los instrumentos de producción van desde la simple piedra en estado natural (edad de piedra), luego tallada y pulida; posteriormente se utilizan los metales (edad de los metales): cobre, bronce y hierro, hasta llegar a elaborar hachas, arcos, cuchillos y otros instrumentos.
Al mejorarse los instrumentos de producción, se crea la división natural del trabajo, determinada por el sexo y la edad. Las mujeres hacían ciertos trabajos, los niños otros y desde luego, los hombres el suyo.
La mujer juega un papel importante en esta sociedad, ya que es la encargada de la distribución de la producción, lo que le da una importancia económica y también política. Y esto nos lleva al matriarcado, característica fundamental y decisiva en los asuntos de la sociedad.
Continúan con su desarrollo hasta que llega la primera división social del trabajo: los que se dedican a la caza y a la pesca, y los que se dedican a la agricultura y el pastoreo, división que permitió el aumento de la producción y de la productividad.
Para el problema del agua se elaboraron vasijas de barro, naciendo de ésta forma la segunda división del trabajo, ya en la transición de la comunidad primitiva al esclavismo.
Al continuar el desarrollo de la sociedad se produce más de lo que se necesita para subsistir y se crea el excedente económico, haciendo posible el intercambio y surgen los mercaderes, lo que representa la tercera división social del trabajo.
La propiedad colectiva de los medios de producción va evolucionando y pasa de la propiedad colectiva a la familiar, llegando hasta la propiedad privada de los medios de producción.
A cada modo de producción le corresponde también una superestructura; es decir, un conjunto de concepciones que el hombre tiene de sí mismo y del universo.
A cada modo de producción le corresponde también un periodo de transición, donde las características del antiguo modo de producción van desapareciendo al mismo tiempo que aparecen las nuevas características de un modo de producción más desarrollado.
El periodo de transición puede durar un tiempo largo, según se vayan desarrollando las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción. La importancia de éste periodo está en la desaparición de formas atrasadas y la aparición de formas sociales más desarrolladas.
4. Normas sociales y el poder social
Las Normas sociales son un amplio grupo de normas socialmente reconocidas, como la moda, la tradición, los usos y costumbres, etc. Su incumplimiento no implica una sanción institucionalizada, aunque sí algún tipo de recriminación o reproche social. En las últimas décadas existe la tendencia a conceptualizar estos comportamientos como diversos en vez de como desviados.
Norma social es una regla que se debe seguir o a la que se deben ajustar las conductas, tareas y actividades del ser humano. La palabra moral proviene del latín moralis, equivalente al griego éfhos. Sin embargo, la traducción latina adquiere un matiz distinto de la griega y pierde parte del significado inicial. Moral quiere decir carácter o costumbre, en cuanto algo que ha sido adquirido, y ya no tiene el sentido de estructura originaria.
El sistema de normas, reglas o deberes que regula las acciones de los individuos entre sí es lo que llamamos moral. Ésta, entonces, exige el cumplimiento de aquellas normas, que se vuelven deberes morales adquiridos.
La sociedad es el origen de la moral. Cada sociedad dicta las reglas que los individuos deben acatar para vivir en ella y son la defensa de la estructura social, que se vería quebrantada por el comportamiento desordenado de sus miembros cuando obedece únicamente a los intereses particulares. Las reglas morales representan necesidades sociales y colectivas, por lo que también son el origen del derecho, el cual aplicará la coacción y la sanción, con el fin de que se cumplan las leyes
La sociedad que tenemos hoy en día no es muy diferente, en lo que se refiere a normas sociales, a aquellas del periodo romántico (siglo XIX). El sistema de normas sociales relativas a los diferentes sistemas sociales y a los papeles rol, según posición social y que las personas identifican y asumen, lo estudia la sociología.
En toda relación humana que pone en juego la práctica de diferentes voluntades, se llega a un acuerdo o a una desavenencia. Si se busca el acuerdo, o puede imponerse una de las voluntades sobre las otras, se configura una conducta que representa, o pretende representar a las distintas voluntades en que se origina la relación. Aparece entonces el poder que puede observarse en todos los grupos humanos: en el jefe de una familia, en el profesor de una escuela, líder del sindicato, etc.
El poder en estos casos, sin embargo, está sujeto o condicionado a otro poder, más general y más alto en jerarquía: el poder de toda una sociedad y que está representado por el gobierno de una nación. Este es el poder por excelencia, el poder político, representante de todas las voluntades de una sociedad y por lo mismo soberano, es decir, supremo, no sujeto a ningún otro poder.
El poder puede entenderse así como una voluntad colectiva, pero esto supone en la realidad, la capacidad individual de inspirar, instigar, mandar o exigir una conducta ajena. Se establece así una relación entre la libertad y el orden. La sociedad está representada por el orden social y la autoridad, ella es la que manda y la que detenta el poder político. El individuo que obedece está representado por la libertad, es cierto que su personalidad ha sido disminuida en aras de la convivencia humana, pero conserva, a pesar de todo, una esfera propia de la cual es dueño. Puede decirse entonces que el poder es la relación que se da entre la libertad y el orden.
Éste poder ha nacido de la fuerza física o moral de los que se constituyen en representantes sociales para gobernar, y del consentimiento de los gobernados. La justificación no es otra más que conducir distintas voluntades para obtener fines comunes.
El poder podrá entenderse mejor si vemos que detrás de toda voluntad hay una manera de pensar y una manera de sentir. Tratándose del poder político las formas de pensar se expresan en las ideologías y las formas de sentir en los mitos. Por poder se entiende cada oportunidad o posibilidad existente en una relación social que permite a un individuo cumplir su propia voluntad.
La imposición no requiere necesariamente de la coacción (fuerza o amenaza de fuerza). Así, el "poder" en el sentido sociológico incluye tanto al poder físico como al poder político, al igual que muchos otros de los tipos de poder existentes.
Se podría definir el "poder" como la mayor o menor capacidad unilateral (real o percibida) o potencial de producir cambios significativos, habitualmente sobre las vidas de otras personas, a través de las acciones realizadas por uno mismo o por otros. Pero por otra parte, al decir de Paulo Freire, el poder debe alojarse en la cabeza del dominado y llevarle a considerar como natural lo que desde el nacimiento se le esta imponiendo.
Las leyes del poder son una interpretación de la evolución usada por individuos, con la finalidad de permitir al individuo desarrollarse al más alto nivel de confort que pueda alcanzar en su marco social.
5. Extinción de la comunidad primitiva
La comunidad primitiva desaparece con la evolución de los medios de producción, cuando comienza a darse la división del trabajo y comienzan a organizarse.
La Edad de los Metales da inicio al fin del régimen de comunidad primitiva.
El periodo Calcolítico se caracteriza por la evolución de la agricultura y la ganadería y por la iniciación de la metalurgia (trabajo de los metales), comenzó también en el Cercano Oriente, a mediados del V milenio a. de C. El primer metal que se trabajó fue el cobre y por esta razón este período se denomina también Edad del Cobre.
Desde el Cercano Oriente, especialmente Anatolia, Siria, Mesopotamia e Irán, el trabajo de los metales se extendió hacia el Mediterráneo.
Debido a que el cobre era apenas más resistente que la piedra, no pudo sustituirla en los trabajos agrícolas y en la tala de árboles. Por esta razón se siguieron utilizando herramientas de piedra y madera.
El trabajo del bronce (aleación de cobre y estaño) se inició a mediados del IV milenio a. de C., en zonas montañosas del norte en el Cercano Oriente. Esta región había entrado ya en la historia, puesto que se había inventado ya la escritura en Mesopotamia y en Egipto. En los demás pueblos de Asia y Europa se prolongó el régimen comunitario primitivo y se vivieron sucesivamente la Edad del Bronce y la del Hierro. Esta última se inició a principios del II milenio antes de Cristo, en las tribus del Cáucaso y del Asia Central.
El bronce primero y el hierro después constituyeron grandes progresos en la evolución de la humanidad. La necesidad de localizar y extraer estos metales hizo que surgiera una mayor división del trabajo (variedad de oficios) y se impulsaron el comercio y la navegación. También se mejoraron las técnicas agrícolas puesto que la rueda de piedra fue sustituida por la rueda metálica, e igual sucedió con el arado.
La organización militarista y los ejércitos de los primeros estados, provistos con armas de bronce, dominaron a los pueblos que tenían cultura neolítica y calcolítica. Posteriormente, los portadores de armas de hierro sometieron a los que aún peleaban con armas de bronce. Las guerras dejaban muchos prisioneros que fueron convertidos en esclavos en aquellos primeros estados orientales.Con la aparición de los primeros estados finalizó el régimen de clanes. Una importante causa de estatransformación fue el perfeccionamiento de las herramientas, lo cual trajo como consecuencia un mayor desarrollo de la agricultura y la ganadería y la producción de excedentes que condujeron al surgimiento de diferencias sociales muy marcadas entre los miembros de la sociedad.Al finalizar el Neolítico y durante el Calcolítico y los primeros tiempos de la Edad del Bronce se generalizó un tipo de construcción religiosa hecha con gigantescos bloques de piedra o megalitos. En Europa Occidental estas construcciones se desarrollaron en el III milenio a. de C. y comienzos del II. En el Cercano Oriente se construyeron en el IV milenio antes de Cristo y en otras regiones asiáticas en el III milenio a. de C. Estos monumentos megalíticos son más conocidos como dólmenes, menhires y cromlechs. Los dólmenes son cámaras formadas por dos piedras verticales, cubiertas por una horizontal; los menhires consisten en altas piedras levantadas desde el suelo y los cromlechs son círculos formados por menhires.
6. Características esenciales del derecho primitivo.
Organización social considerada de muy bajo desarrollo.
No existía propiedad privada, no existían clases sociales y todo era comunitario.
La división del trabajo se hacía de acuerdo a la edad y al sexo, lo cual significa que los niños y las mujeres realizaban trabajos que su estado físico les permitiera.
La teoría del matriarcado (hoy muy puesta en cuestión y matizada por la antropología moderna) consideraba que en este tipo de sociedad la autoridad del grupo la representaban las mujeres. Lo mismo ocurría con la práctica de la poliandria (múltiples compañeros sexuales para cada mujer).
Las herramientas de trabajo eran muy rudimentarias, pues estaban hechas de piedra, madera o hueso.
Está basado en la costumbre.
El derecho es de ámbito reducido y muy unido a la familia.
Localismo jurídico.
Respecto a los mayores.
Esta muy unido a la belicosidad (agresividad).
II UNIDAD
EL ESTADO Y EL DERECHO EN EL ESCLAVISMO
1. Estado y derecho en Roma
El Derecho Romano está formado por un conjunto de principios de derecho que rigió la sociedad romana en las diversas épocas de su existencia, hasta la muerte del emperador Justiniano. El estudio del derecho romano no ha cesado ni siquiera luego de que fueran adoptados los códigos napoleónicos por nuestro sistema legal, aunque pareciera innecesario el estudio de estas leyes ya caducas, los jurisconsultos, tratadistas, abogados y estudiantes; y por la necesidad que tenemos de conocer la historia de la fuente principal del derecho que nos ocupa, por esto debemos estudiar el derecho romano.
La Antigua Roma designa al Estado surgido de la expansión de la ciudad de Roma, que en su época de apogeo, llegó a abarcar desde Gran Bretaña al desierto del Sahara y desde la Península Ibérica al Éufrates, provocando un importante florecimiento cultural en cada lugar en el que gobernó. En un principio, tras su fundación (según la tradición en 753 a. C.) Roma fue una monarquía etrusca. Más tarde (509 a. C.) fue una república latina, y en 27 a. C. se convirtió en un imperio. Al período de mayor esplendor se le conoce como Paz romana, debido al relativo estado de armonía que prevaleció en las regiones que estaban bajo el dominio romano, un período de orden y prosperidad que conoció el Imperio bajo la dinastía de los Antoninos (96-192) y, en menor medida, bajo la de los Severos (193-235). Marcó la edad de oro de Occidente y el despertar de Oriente.
La ciudad de Roma surgió de los asentamientos de tribus latinas, sabinas y etruscas, siendo los primeros habitantes de Roma en las siete colinas, en la confluencia entre el río Tíber y la Vía Salaria, a 28 km del mar Tirreno.
La naciente ciudad-estado es gobernada por un rey (rex) elegido por un consejo de ancianos (senatus). Los reyes míticos o semi-míticos son (en orden cronológico): Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Lucio Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Lucio Tarquinio el Soberbio. El último de ellos, Lucio Tarquinio el Soberbio, fue derrocado en el año 509 a. C. cuando la República Romana fue establecida.
La República romana fue establecida el año 509 a. C., según los últimos escritos de Tito Livio, cuando el rey fue desterrado, y un sistema de cónsules fue colocado en su lugar. Los cónsules, al principio patricios pero más tarde plebeyos también, eran oficiales electos que ejercían la autoridad ejecutiva, pero tuvieron que luchar contra el senado romano, que creció en tamaño y poder con el establecimiento de la República. En este periodo se fraguarían sus instituciones más características: el senado, las diversas magistraturas, y el ejército.
Los romanos sometieron gradualmente a los ocupantes de la península itálica, la mayoría emparentadas con las tribus itálicas (de origen indo-europeo; como los samnitas) pero también etruscos. La última amenaza a la hegemonía de Roma en Italia llegó cuando Tarento, una gran colonia griega, ayudó a Pirro de Epiro en 282 a. C.
Mientras, los conflictos entre patricios y plebeyos caracterizaron la pugna política interna (ver Secessio plebis) durante todo el periodo republicano, sólo paulatinamente lograrán los plebeyos la plena equiparación política (aunque no social).
La expansión trae consigo profundos cambios en la sociedad romana. La inadecuada organización política (pensada para una pequeña ciudad-estado y no para el gran territorio que es ya Roma) se hace patente para algunos, pero todos los intentos de cambio son bloqueados por la ultraconservadora élite senatorial. El enfrentamiento entre las diversas facciones produce en el siglo I a. C. una crisis institucional, que conducirá a diversas revueltas, revoluciones y guerras civiles.
El vencedor ulterior de todas estas guerras civiles, César Augusto, abolirá de facto la república y consolidará un gobierno unipersonal y centralizado de todo el territorio, conocido como Imperio Romano. A partir de este momento, la estabilidad política del imperio quedará ligada al carácter de los emperadores que sucederán a Augusto, alternándose los periodos de paz y prosperidad con las épocas de crisis.
Augusto, que inaugura la dinastía Julio-Claudia, representa el periodo de máximo esplendor del imperio. A esta dinastía, terminada en el año 68 por el infausto Nerón le seguirá el periodo de inestabilidad conocido como el año de los cuatro emperadores, donde se impondrá Vespasiano, que inaugurará la dinastía Flavia, de origen no patricio. Les seguirán del año 96 al 180 los llamados "cinco emperadores buenos" (Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio), en la considerada "edad de plata" del Imperio.
Septimio Severo comienza el periodo de monarquía militar, y el fin de su estirpe llevará al periodo conocido como anarquía militar, que se prolonga durante el resto del siglo III, hasta la llegada de Diocleciano, un largo periodo de luchas intestinas por el poder donde los emperadores, nombrados por sus legiones, se suceden ininterrumpidamente.
La fundación de Roma se atribuye a tres tribus: los Ramnes, los Ticios y los Lúceres. Estos tres grupos fundaron la llamada Roma Quadrata en el Monte Palatino. Otra ciudad fundada por otro u otros grupos en el Quirinal, se unió a la Roma Quadrata, surgiendo así la civitas ('ciudad') llamada Roma.
A los primeros ciudadanos romanos se les llama patricios (o patres), porque o bien son padres de familia (páter familias) o bien son hijos de padres de familia vinculados a la obediencia paterna (los hijos varones no alcanzaban la condición de padre de familia hasta que el padre moría y se independizaban, pero se daba por descontado que alcanzarían esta condición).
Los hijos de los patricios, al cumplir 17 años (más tarde la edad fue rebajándose hasta los 14 años) adquirían la condición de ciudadanos plenos (con tal motivo celebraban una festividad en que dejaban de vestir la toga praetexta propia de los muchachos y se colocaban la toga virilis, propia de los hombres), pero continuaban sujetos a la potestad del padre hasta que este moría.
A los patricios corresponde el derecho pleno de ciudadanía: forman el pueblo y son de entre los habitantes los de clase social más elevada. Sus derechos eran: el sufragio, el desempeño de cargos públicos políticos o religiosos, el derecho a asignación de tierras públicas, los derechos civiles propios de las gens (tutela, sucesión, potestad, etc.), el derecho de contraer matrimonio con otros miembros de las gens, el derecho de patronato, el derecho de contratación (el único que se extendía también a los no patricios libres) y el derecho a hacer testamento (el conjunto de estos derechos constituía el ius qüiritium o ius cívitatis). Como obligaciones citaremos: el servicio militar, y el deber de contribuir con ciertos impuestos al sostenimiento del Estado.
La jurisdicción se concentra en la ciudad, y en la fase monárquica en el Rey, que tiene su "tribunal" y ordena en los días establecidos sentándose en la llamada "silla curul" auxiliado por los alguaciles, y frente a las partes litigantes.
Algunos delitos tienen jueces especiales:
Los duoviri perduellionis para la insurrección.
Los quaestores paricidii para el asesinato.
Unos funcionarios especiales, llamados los tres viri nocturni se ocupan de las cuestiones relacionadas con incendios nocturnos, policía de seguridad y vigilancia de ejecuciones.
La tortura sólo puede aplicarse a los esclavos.
La detención preventiva es la norma general.
La pena capital era aplicable a quien alterara la paz pública, y por otros delitos. Tenía varias formas:
A los testigos falsos se les arrojaba desde una altura (La Roca Tarpeya) era el destino de los traidores.
A los ladrones de mieses se les colgaba.
A los incendiarios se les quemaba vivos.
Existía el derecho de recurso (provocatio). El indulto correspondía al pueblo.
Se daban además algunos tipos especiales de indultos:
El que se arrodillaba ante un sacerdote de Júpiter no podía ser apaleado en veinticuatro horas.
El que entraba encadenado en su propia casa debía ser desatado.
El criminal que al dirigirse a una ejecución se tropezaba con una vestal (virgen, especie de sacerdotisa), era perdonado.
Las penas aplicadas más frecuentemente eran las multas (pagadas con la entrega de bueyes u ovejas) y el apaleamiento. Los juicios civiles eran juzgados por el rey o por un comisario designado por este. La reparación se verificaba a menudo por vía de transacción, y si no había acuerdo la pena (poena) era fijada por el juzgador.
En caso de robo el ladrón podía pagar una reparación satisfactoria. Si no podía o era irreparable el ladrón se convertía en esclavo del robado. En los casos de injurias se concertaba una indemnización. En los casos de lesiones podía reclamarse el Talión (es decir provocar el mismo daño).
Según el depósito era adjudicado a los sacerdotes para sacrificios públicos. La parte perdedora tenía treinta días para el pago de la prestación o de la deuda reclamada; si no lo hacía, se pasaba a la vía de ejecución y se le obligaba a pagar salvo que aportara nuevos testigos que justificaran su derecho (víndex).
Si se obstinaba en no pagar o no podía hacerlo, se convertía en esclavo, pero durante un periodo de sesenta días la sentencia quedaba en suspenso por si alguien se compadecía de él y pagaba la deuda, en cuyo caso quedaba libre. Si nadie se compadecía y pagaba, el vencedor del juicio lo recibía en propiedad, y podía matarlo, venderlo como esclavo en el extranjero o guardarlo para sí (en tal caso, al pasar a ser esclavo, esta condición se transmitía a sus descendientes), pero siempre para usarlo fuera de los muros de Roma. Más tarde desapareció el paso a la esclavitud en favor del acreedor, y aquel que no podía o no quería pagar era encarcelado en las llamadas lautúmiae ('cárceles').
El Estado ejercía la tutela de los menores y de los incapaces. Los esclavos podían ser manumitidos, esto es liberados. La liberación podía ser privada (en cuyo caso el amo tenía derecho a retractarse y recobrar al esclavo), o pública (en cuyo caso era perpetua e irrevocable).
2. Rasgos generales del esclavismo.
Luego de la desintegración de la sociedad de comunidad primitiva, las fuerzas productivas crean las condiciones para que se modifiquen las viejas relaciones sociales de producción. Ello da origen a una nueva organización social con rasgos propios y que se conoce como esclavismo.
Las cultura egipcia, babilónica y fenicia, se desarrollaron bajo el esclavismo, aunque las más importantes fueron la griega y la romana por todos sus aportes culturales a la humanidad.
En el esclavismo aparece y se desarrolla la propiedad privada de los medios de producción. La propiedad se da sobre el producto total y sobre el propio productor.
Se definen dos clases sociales antagónicas y fundamentales: los esclavistas que son los dueños de los medios de producción y los esclavos que no son propietarios de los medios de producción.
La aparición de estas dos clases se debe a la producción y desarrollo del excedente económico del cual se apropia una clase social convirtiéndose en poseedora de los medios de producción. Esta apropiación de los medios de producción permite la explotación del hombre por el hombre y el aumento de la producción y productividad.
La base de la producción es el esclavo que realiza las actividades productivas. Las fuerzas productivas se desarrollan ampliamente durante el modo de producción esclavista algunas de las pruebas son:
El desarrollo de la agricultura en Egipto alcanzó niveles muy altos, estableciéndose nuevos cultivos como el trigo, la avena y el mijo.
La construcción alcanzó grandes niveles; prueba de ello son las pirámides y las tumbas egipcias.
Se desarrolla la ganadería, cobrando auge la curaduría de pieles usadas para vestir, como ornamento y auxiliar en la construcción.
Es notable la utilización de piedras preciosas como rubíes y diamantes para producir taladros y otros instrumentos para cortar y perforar.
Los sistemas de riego fueron muy importantes en la época, abarcando la captación, conducción y distribución del agua para la agricultura y la ganadería.
El comercio se desarrollo ampliamente en el esclavismo, apareciendo un grupo de gente que se va a dedicar a esta actividad, los mercaderes. Asimismo, apareció y se desarrollo la moneda que facilita el intercambio de productos. Las relaciones sociales de producción esclavas fueron de explotación, basadas en la propiedad privada de los medios de producción, del producto total y del productor.
La sociedad esclavista alcanzó su máximo esplendor en Grecia y posteriormente, en el imperio Romano, el esclavismo duró hasta la desintegración del imperio Romano aproximadamente hacia el siglo V de nuestra era.
El trabajo de los esclavos no era altamente productivo debido a su escaso interés por el trabajo y porque nada les pertenecía. Se requería una gran cantidad de esclavos para que fuera rentable su explotación, todo esto originó rebeliones de esclavos que no estaban de acuerdo con su posición y querían cambiar para mejorar. En esta etapa se da el periodo de transición del esclavismo al feudalismo.
Surgió la necesidad histórica de sustituir las relaciones de producción esclavista por otras que modificasen la situación de los esclavos, la principal fuerza productiva de la sociedad. Muchos esclavos fueron liberados, repartiéndoseles la tierra para que la cultivaran a cambio de un tributo. Estos esclavos liberados son los colonos que son los antecesores de los campesinos siervos medievales. Así comenzó el modo feudal de producción.
3. Organización gentilicia romana.
La característica fundamental del régimen gentilicio consiste en que los individuos se hallan unidos entre sí, en función de los lazos que establece la consanguinidad, es decir, por el parentesco, independientemente de los vínculos que la condición de coterritoriedad pueda imponer.
En el seno de la comunidad, las relaciones de parentesco eran muy complejas. Lo normal era una descendencia por línea masculina; la onomástica indígena se mostró reacia a desaparecer.
La vida gentilicia se manifestaba en las comidas en común y por el hecho de que todos los parientes dormían juntos, como arqueológicamente lo atestiguan las casas de Numancia y Tiermes, donde se comía en comunidad, sentados en bancos corridos, adosados a las paredes, en torno a un hogar central, donde también dormía el grupo. De los estudios epigráficos sobre los celtíberos, además de otros pueblos de la Meseta y del norte de la Península Ibérica, se deduce que la pertenencia de los individuos a la gens o gentilates era más fuerte que a la familia restringida. Es decir, que a la hora de expresar su nombre era más importante pertenecer a un grupo amplio de parentesco, que comprendería otros subgrupos, dentro de los cuales la familia sería el menor. A mediados del siglo I a. C., otros factores empiezan a tener importancia, se hallan menciones a la ciudad a la que pertenece el individuo, y aparece la filiación paterna por la influencia romana.
4. Periodo de la prehistoria del derecho romano
En el estudio de la Prehistoria y en este caso la de la Península Ibérica, existe un problema fundamental que dificulta su investigación: la cronología exacta. Sobre todo las fechas relativas a sus primeros habitantes, la procedencia de los mismos y su enlace étnico con los distintos tipos prehistóricos y su localización.
La Historia de Iberia propiamente dicha, comienza con la llegada de los pueblos colonizadores (fenicios, griegos, cartagineses y, posteriormente, romanos). Estaban culturalmente más adelantados que los habitantes peninsulares nativos e impusieron sobre ellos su economía, sus costumbres y sus tradiciones. Sin embargo, los testimonios que nos han dejado no han podido ser interpretados de manera satisfactoria, por lo que su historia resulta parcial.
La Prehistoria comienza con los primeros indicios del hombre en España, que corresponden a los períodos de la Edad de Piedra y Edad del Bronce.
En el norte español, se instala una cultura franco cantábrica (ciudad de Santander), de origen europea. En la Edad de Piedra, en el sur de España, existe una población de origen africana -cultura africana o capsiense-. Estos tipos de culturas se desarrollan económicamente a través de la caza y viven en cavernas, para protegerse del frío y de los animales.
En la Edad del Bronce, aparecen culturas más evolucionadas, como la de Almería, en el sur de España, de origen africana; esta cultura obtuvo progresos económicos significativos, así como en su estructura política, dando origen a nuevas culturas, como la de Argar, cerca de Granada. Todas estas poblaciones sureñas poseen elementos comunes; es una población de baja estatura, familia monogámica, con una economía agrícola y minera. Nada se sabe acerca del derecho de estas culturas.
La prehistoria de la Península Ibérica se sitúa convencionalmente en el año 100,000 a.C., época en que vivió el llamado hombre de Neandertal. A éste le siguió el hombre Cro-Magnon a partir del año 40,000 a.C. —estos últimos se dedicaban principalmente a la caza, y dejaron huellas indelebles de sus actividades cotidianas en el arte rupestre que todavía existe en varias localidades de la península. Un ejemplo tardío de estas manifestaciones pictóricas se encuentra en las inmediaciones de Altamira, al norte del país.
Durante el período neolítico (5,000-2500 a.C.) se forman pequeñas agrupaciones que sobreviven gracias a la pesca, la agricultura y el pastoreo de animales. Comienza la elaboración de armas y objetos decorativos confeccionados con oro, plata y cobre. A partir del año 2,000 a.C., durante la llamada Edad de Bronce, aparecen asentamientos que podrían considerarse ya poblados, y que lograron un desarrollo más completo de la agricultura. En el interior existía una gran variedad de comunidades, entre ellas las de los lusitanos, cántabros, vascones, celtas e iberos. El origen de los vascones es desconocido aún hoy, aunque se sabe con certeza que su lengua no es de origen indoeuropeo. Los iberos vivían en la península desde tiempos prehistóricos, y los celtas llegaron durante el último milenio antes de la era cristiana. Los celtíberos, combinación de estos dos últimos grupos, constituyen la comunidad más significativa al momento de la conquista romana de la península. La obra artística más representativa e importante producida por este grupo es la Dama de Elche.
La comunidad prerromana más desarrollada fue el reino de Tartessos, situado en la desembocadura del río Guadalquivir y que alcanzó su punto más brillante hacia principios del siglo VI a.C., cuando dominaba el suroeste de la península. La Biblia se refiere a ella como Tarsis. Era una sociedad compleja tanto en su organización social, como en su explotación económica de los recursos circundantes. Tartessos cayó en manos de los cartagineses en el siglo V a.C., y de éstos pasó a los romanos.
Debido a su localización geográfica en el extremo occidental del mundo conocido hasta entonces, la costa mediterránea de la Península Ibérica fue encrucijada de diversos pueblos que llegaron en oleadas sucesivas: fenicios (Gadir), griegos (Ampurias) y cartagineses, y que influyeron en la economía (el cultivo de la vid y el olivo, el uso del hierro y la moneda) y en las manifestaciones culturales (la escritura, el torno del alfarero) de los habitantes primigenios del territorio. Los cartagineses fundaron Carthago Nova (la Cartagena moderna) en la costa oriental como satélite de la Cartago africana original. El general cartaginés Aníbal usó como base de operaciones la Península Ibérica para invadir Italia por el norte después de cruzar los Pirineos con su ejército. Aunque el avance de Aníbal fue detenido, Roma entendió que la posesión de la península era de importancia capital para su seguridad. Las Guerras Púnicas (264-146 a.C.) que se desencadenaron entre los cartagineses y el Imperio romano tuvieron como resultado la invasión romana de la península en el año 218 a.C.
La resistencia de los pueblos autóctonos a la penetración romana fue dura y larga, y llegó a extenderse entre los años 218 y 19 a.C. (es decir, duró 199 años). En la campaña contra Roma se distinguió la figura de Viriato, líder lusitano de la resistencia indígena que contuvo a las fuerzas romanas usando tácticas guerrilleras que evitaban un enfrentamiento frontal con el enemigo. Viriato se sublevó después de una matanza traicionera efectuada por el general romano Galba, quien había prometido tierras a los lusitanos a cambio de paz. Éstos, indefensos después de haber depuesto las armas, fueron rodeados por soldados romanos y más de 9,000 de ellos fueron ejecutados y cerca de 20,000 fueron vendidos como esclavos en las Galias (hoy Francia). Viriato pactó una alianza con los celtíberos, y entre todos emprendieron la defensa del territorio contra Roma, hasta que Viriato fue asesinado por tres de sus jefes en el año139 a.C. El suceso más significativo de esta lucha fue el cerco de la ciudad celtíbera de Numancia en 134 a.C. por parte del general romano Publio Cornelio Escipión y su posterior caída final. Sus habitantes resistieron durante casi dos años un asedio que según los cronistas romanos los llevó al canibalismo y finalmente al suicidio. Esta resistencia tenaz fue inspiración de varias obras artísticas posteriores, entre ellas la Numancia de Miguel de Cervantes.
La prehistoria se divide en tres periodos:
El Paleolítico. Periodo de la piedra antigua o tallada. El ser humano se dedica a una economía de subsistencia o depredadora.
El Neolítico. Período de la piedra nueva o pulimentada. Se descubren la agricultura, la ganadería y la cerámica. Aparecen los primeros poblados estables.
La Edad de los Metales. En función del metal se divide en tres grandes períodos: cobre, bronce y hierro. El hombre se dota de una organización social más avanzada y compleja.
5. La monarquía: organización política y fuentes del derecho
La monarquía romana (en latín, Regnum Romanum) fue la primera forma política de gobierno de la ciudad-estado de Roma, desde el momento legendario de su fundación el 21 de abril del 753 a. C., hasta el final de la monarquía en el 509 a. C., cuando el último rey, Tarquino el Soberbio, fue expulsado, instaurándose la república romana.
La naciente ciudad-estado es gobernada por un rey (rex) elegido por un consejo de ancianos (senatus). Los reyes míticos o semi-míticos son (en orden cronológico): Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Lucio Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Lucio Tarquinio el Soberbio. El último de ellos, Lucio Tarquinio el Soberbio, fue derrocado en el año 509 a. C. cuando la República Romana fue establecida.
Cada tribu estaba dividida en diez curias que comprendía cada una un cierto número de gentes, la curia era una división artificial, las Gens eran un grupo natural formado sobre la base del parentesco. Cada Gens comprendía el conjunto de personas descendientes por línea de varones de un autor común. A la muerte de estos, sus hijos se convierten en jefes de familias distintas. Estas familias conservan el distintivo de su común origen. Cada familia era puesta bajo la autoridad de un jefe paterfamilia. Estos patres y sus descendientes, componen las gentes de las 30 curias primitivas, y forman la clase de los patricios. Patricii, constituyendo una nobleza de raza y solo ellos podían participar en el gobierno del Estado, gozando de todos los privilegios del ciudadano romano.
Los clientes eran personas que estaban agrupadas bajo la protección del jefe, que era su patrón, creando derechos y deberes. El patrón debía a sus clientes socorro y asistencia, los defendía en justicia y les daba tierras para que la cultivaran; por su parte el cliente debía a su patrono abnegación, asistiéndole con su persona, siguiéndole a la guerra y aportando de su fortuna, para pagar por su rescate en caso de cautiverio, para dotar a sus hijas o para pagar las multas a que el patrón fuese condenado. Eran órdenes recíprocas enérgicamente sancionadas; de alguna de las partes no cumplirlas era declarado sacer y podía ser muerto impunemente.
El origen de la clientela y su desarrollo es fruto todavía hoy de conjeturas. Estos debieron ser los libertos y sus descendientes, luego los extranjeros llegados a Roma por derecho de asilo que se ponían bajo la protección de un jefe patricio y luego las comunidades conquistadas que fueron trasladadas a Roma en su totalidad o en parte y que acrecentaron el número de las clientelas.
Según los autores antiguos, al principio en Roma solo existían dos clases: los Patricio y los clientes y luego vino a sumarse una nueva clase de personas; Los plebeyos o la plebe (plebis), quienes ocupaban un rango inferior en la ciudad, no tenían participación en el gobierno, y no podían acceder a las funciones públicas y no podían casarse legítimamente con los patricios. El origen de la plebe es desconocido, estos pudieron haber sido antiguos clientes independizados de sus jefes, al extinguirse la gens de su patrón, o, que hayan sido las mareadas de extranjeros venidos de los pueblos conquistados que fueran demasiado para poder engrosar las filas de la clientela. Los vencidos de condición inferior aumentaron la muchedumbre de plebeyos, quienes no tardaron entonces en hacer que sus reclamos fueran escuchados, creando así la eterna lucha de clases entre patricios y plebeyos.
La forma de gobierno es Monárquica, pero no una monarquía absoluta el Rey en una especie de jefe de una república aristocrática, la soberanía reside en las curias, quienes ejercen el poder en las asambleas o comicios, las comitia curiata. El rey es elegido de forma vitalicia y es conferido de autoridad suprema; era a la vez jefe del ejército, sumo sacerdote y Magistrado judicial, tanto para lo civil como para lo criminal. A su muerte y mientras es elegido un nuevo Rey, el poder es ejercido por un Inter. rex tomado del senado.
El senado estaba compuesto, al principio por los patres o seniors, es decir los de más edad entre los jefes de familias patricias. Hubo probablemente en los primeros tiempos 100 senadores. Bajo Tarquino el antiguo ese número llegó a 300. El senado formaba un consejo para asesorar al Rey.
III UNIDAD
ESTADO Y DERECHO EN EL FEUDALISMO
1. Rasgos generales del feudalismo
La desintegración del esclavismo tiene dos causas principales:
La descomposición interna del régimen esclavista por sus contradicciones.
La invasión de los pueblos bárbaros del norte de Europa al Imperio Romano.
Estos elementos traen como consecuencia la implantación del modo de producción feudal "régimen característico de la edad media europea"
Su importancia radica en que constituye la forma de la que nació el sistema predominante hoy en la mayor parte del mundo el Capitalista.
Los jefes militares de los pueblos conquistadores fueron repartiendo las tierras a sus súbditos leales, los cuales llegaron a dominar importantes porciones de tierra. Al mismo tiempo, muchos pequeños campesinos libres se fueron reuniendo alrededor de un gran señor para que les diera protección. De esta forma surgen dos instituciones de desarrollo feudal:
el feudo
servidumbre
El feudo es una porción de tierra más o menos amplia que le pertenece hereditariamente a un señor (señor feudal), a cambio de que se presten servicios militares al rey o a los jefes militares de más alta jerarquía.
Este señor feudal ejerce un gran poder económico sobre sus tierras, el señor feudal entrega porciones de tierra a los siervos para que la cultiven a cambio de una renta o tributo.
La servidumbre es la forma que asumen las relaciones sociales de producción durante el feudalismo, se basa en la existencia de dos clases sociales fundamentales:
Los señores feudales dueños de los principales medios de producción: la tierra, el molino, etc.
Los siervos que solo son dueños de sus instrumentos de labranza que tienen que pagar una renta al señor feudal.
La servidumbre es una relación diferente al esclavismo, si bien el siervo no es un hombre completamente libre, tampoco es un esclavo. Más que pertenecer al señor feudal el siervo está sujeto a la tierra y cuando las tierras pasan a otro señor feudal, los siervos siguen en su tierra.
La servidumbre implica una relación de explotación basada en la propiedad privada de los medios de producción. La forma que asume la explotación en el feudalismo es la renta de la tierra que se da en tres formas:
En especie, entregando una parte de la cosecha al señor feudal, llamada también censo de frutos.
En trabajo cuando los siervos van a trabajas durante algunos días de la semana a las tierras del señor feudal.
En dinero cuando los señores feudales empiezan a cobrar a sus siervos la renta en dinero. Cosa que ocurre en la transición del feudalismo al capitalismo.
También existe una combinación de las tres cosas.
El tiempo de trabajo del campesino siervo se dividía en dos partes: trabajo necesario y trabajo adicional. Durante el tiempo de trabajo necesario, el campesino producía el producto indispensable para su propia existencia y la de su familia. Durante el tiempo de trabajo adicional producía el plus producto, del cual se apropiaba el señor feudal en calidad de la renta del sueldo, (renta en especie y en dinero) la explotación del señor feudal bajo el sistema de renta constituyó el carácter fundamental del feudalismo en la historia.
El feudalismo era un sistema natural, cerrado: se producía para satisfacer las necesidades del feudo, para no negociar o comerciar.
No se producían mercancías (bienes para intercambiarse) en el feudalismo, por lo que casi no se desarrolla el comercio en ésta época, el comercio y el uso del dinero vuelven a ser importantes en la época de transición del feudalismo al capitalismo.
Las ciudades surgen cuando se desarrollan los Burgos a orillas de los feudos, representando centros comerciales y artesanales. La producción artesanal de los Burgos se realiza en los talleres artesanales, los cuales están organizados jerárquicamente en maestros, oficiales y aprendices.
Además los oficios están organizados en gremios representados por un santo patrono. El comercio está organizado en gildas.
En los últimos siglos del feudalismo se dio una serie de cambios importantes que sustituirían la estructura feudal dominante por el capitalismo.
2. Etapas rasgos comunes
El feudalismo es un sistema basado en una relación de lealtad en la que el vasallo jura lealtad al señor feudal. Este sistema aparece en la Edad Media.
La Edad Media es un período de la historia de la humanidad que va desde el año 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente, hasta el 1492 con el descubrimiento de América.
La Edad Media se divide en dos importantes etapas, la Alta Edad Media y la Baja Edad Media.
En la Alta Edad Media suceden tres importantes acontecimientos. El primero, como he dicho al principio, fue la caída del Imperio Romano de Occidente; el segundo fue la invasión de los árabes en la Península Hispánica en el año 711; y por último en el año 1140 se escribe la primera obra de la literatura medieval española, el Cantar de Mío Cid.
La otra gran etapa fue la Baja Edad Media, la cual se caracteriza por el dominio de los cristianos frente a los musulmanes. Esta última etapa finaliza con el descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón y por la conquista de los reyes católicos de los reyes Católicos.
En la Edad Media existían varias clases sociales:
El Clero, formado por el papa, los obispos, etc. EL Clero vela por los aspectos espirituales de todo el mundo.
La nobleza, la cual estaba formada por el rey, los nobles y los caballeros. Los ideales de los nobles eran luchar en nombre de Dios y de su fe y proteger y defender a los débiles e indefensos.
Los Campesinos, que no eran más que campesinos y ciudadanos de pueblo, trabajaban las tierras del señor feudal.
En la Edad Media, los caballeros sueñan con el poder y riqueza. Por este motivo, iban de corte a corte, eran seminómadas.
Los caballeros eran guerreros, personas expertas en la lucha de cuerpo a cuerpo y que se les daba muy bien la caballería y luchar con su espada. La espada para los caballeros era como una parte más de su cuerpo, con la que batían luchas con sus enemigos. La espada era suponía mucho, para un caballero de la Edad Media.
En ésta época, el feudalismo era una relación de lealtad entre el vasallo y el señor feudal. El vasallo juraba fidelidad al señor feudal, y éste le daba parte de sus tierras para que las cosechara y se las repartieran entre los dos.
En la Edad Media, los caballeros eran vasallos de otros señores, y les protegían por todos sus medios. Al mismo tiempo, los señores eran vasallos del rey. Por esto, la cúspide del feudalismo era el rey, en torno al cual se movía todo lo demás. El rey no era vasallo de nadie.
En la época feudal, la ceremonia de la prestación del homenaje constituía un elemento muy personal para el feudo. Esta ceremonia consistía en que el vasallo del señor feudal le juraba a éste fidelidad, entonces el señor feudal le acoge.
El estilo de vida de la mayoría de la gente era rústico, sencillo y pobre. Esta gente era campesina, que principalmente se dedicaba a la actividad agrícola y ganadera.
3. Rasgos jurídicos de la relación feudo-vasallática
Dos instituciones eran claves para el feudalismo: por un lado el vasallaje como relación jurídico-política entre señor y vasallo, un contrato sinalagmático (es decir, entre iguales, con requisitos por ambas partes) entre señores y vasallos (ambos hombres libres, ambos guerreros, ambos nobles), consistente en el intercambio de apoyos y fidelidades mutuas (dotación de cargos, honores y tierras -el feudo- por el señor al vasallo y compromiso de auxilium et consilium -auxilio o apoyo militar y consejo o apoyo político-), que si no se cumplía o se rompía por cualquiera de las dos partes daba lugar a la felonía, y cuya jerarquía se complicaba de forma piramidal (el vasallo era a su vez señor de vasallos); y por otro lado el feudo como unidad económica y de relaciones sociales de producción, entre el señor del feudo y sus siervos, no un contrato igualitario, sino una imposición violenta justificada ideológicamente como un quid pro quo de protección a cambio de trabajo y sumisión.
Por tanto, la realidad que se enuncia como relaciones feudo-vasalláticas es realmente un término que incluye dos tipos de relación social de naturaleza completamente distinta, aunque los términos que las designan se empleaban en la época (y se siguen empleando) de forma equívoca y con gran confusión terminológica entre ellos:
El vasallaje era un pacto entre dos miembros de la nobleza de distinta categoría. El caballero de menor rango se convertía en vasallo (vassus) del noble más poderoso, que se convertía en su señor (dominus) por medio del Homenaje e Investidura, en una ceremonia ritualizada que tenía lugar en la torre del homenaje del castillo del señor. El homenaje (homage) -del vasallo al señor- consistía en la postración o humillación -habitualmente de rodillas-, el osculum (beso), la inmixtio manum -las manos del vasallo, unidas en posición orante, eran acogidas entre las del señor-, y alguna frase que reconociera haberse convertido en su hombre. Tras el homenaje se producía la investidura -del señor al vasallo-, que representaba la entrega de un feudo (dependiendo de la categoría de vasallo y señor, podía ser un condado, un ducado, una marca, un castillo, una población, o un simple sueldo; o incluso un monasterio si el vasallaje era eclesiástico) a través de un símbolo del territorio o de la alimentación que el señor debe al vasallo -un poco de tierra, de hierba o de grano- y del espaldarazo, en el que el vasallo recibe una espada (y unos golpes con ella en los hombros), o bien un báculo si era religioso.
4. Deberes y derecho del vasallaje.
Entre los principales deberes del vasallo tenemos la prestación militar, que era fundamental en el feudalismo, pero estaba lejos de ser la única obligación del vasallo para con su señor. Cuando el señor era propietario de un castillo, podía exigir a sus vasallos que lo guarnecieran, en una prestación denominada "custodia del castillo". El señor también esperaba de sus vasallos que le atendieran en su corte, con objeto de aconsejarle y de participar en juicios que afectaban a otros vasallos. Si el señor necesitaba dinero, podía esperar que sus vasallos le ofrecieran ayuda financiera.
A lo largo de los siglos XII y XIII estallaron muchos conflictos entre los señores y sus vasallos por los servicios que estos últimos debían prestar. En Inglaterra, la Carta Magna definió las obligaciones de los vasallos del rey; por ejemplo, no era obligatorio procurar ayuda económica al monarca salvo en tres ocasiones: en el matrimonio de su hija mayor, en el nombramiento como caballero de su primogénito y para el pago del rescate del propio rey. En Francia fue frecuente un cuarto motivo para este tipo de ayuda extraordinaria: la financiación de una Cruzada organizada por el monarca. El hecho de actuar como consejeros condujo a los vasallos a exigir que se obtuviera su beneplácito en las decisiones del señor que les afectaran en cuestiones militares, alianzas matrimoniales, creación de impuestos o juicios legales.
Cada vasallo estaba obligado a aportar un número especificado de hombres, armados en forma también especificada, y cada barón mandaba a sus hombres. Los ingresos del reino (dejando aparte los que acreciesen directamente al rey procedentes del dominio real) eran resultado de servicios o ayudas que los vasallos del rey estaban obligados a pagar en determinadas ocasiones más bien que de una contribución general.
La concesión al vasallo podía comportar el derecho a administrar justicia en su baronía, con inmunidad frente a toda interferencia de los funcionarios reales. La teoría del derecho feudal se expresa en el dicho de que "el vasallo del vasallo no es vasallo del señor". Por razones evidentes los reyes se mostraban remisos a otorgar tales inmunidades siempre que podían evitarlo. Así, por ejemplo, en Inglaterra los relativamente poderosos reyes normandos exigían que en los juramentos de fidelidad se incluyese la cláusula de "salvo la fe que debo al rey nuestro señor".
Las obligaciones existentes entre un señor y sus vasallos eran siempre mutuas. No eran exactamente iguales, ya que el vasallo tenía unos deberes generales de lealtad y obediencia que no tenía el señor. Estaba obligado también a otros deberes más específicos, tales como el servicio militar, la asistencia a la corte del señor y diversos pagos que tenía que realizar en ocasiones señaladas, tales como la sucesión de un heredero en la posesión de la tierra. Es característico de estos deberes específicos el hecho de que eran limitados. Por ejemplo, la duración y especie de servicio militar eran fijas, y más allá de sus límites predeterminados, el vasallo no estaba, estrictamente hablando, obligado. Por otra parte, el señor estaba obligado a dar ayuda y protección a sus vasallos, así como a atenerse a las costumbres o a la carta que definía los derechos e inmunidades del vasallo.
La relación entre señor y vasallo era distinta de la que existe entre soberano y súbdito, porque tendía a oscurecer la distinción entre derechos privados y deberes públicos. Aunque la propiedad feudal típica era de tierras, no lo era necesariamente. Cualquier objeto de valor -el derecho a hacer funcionar un molino, a cobrar un impuesto o a desempeñar un cargo público- podía ser poseído de la misma forma. Todo el sistema de administración pública tendía a seguir la forma predominante de posesión de tierras y los cargos públicos tendían a convertirse, como la tierra, en una posesión hereditaria. De este modo los cargos vinieron a quedar investidos a perpetuidad en un hombre y sus herederos. El derecho del vasallo a su propiedad implicaba un servicio público de algún tipo especificado, pero, por otra parte, la obligación de prestar un servicio público era consecuencia del derecho de posesión. Esto condujo al resultado de que quien ocupaba un cargo público no lo hacía como agente del rey, sino porque tenía un derecho respaldado por la proscripción, a ocuparlo. Su autoridad no era delegada, sino poseída.
5. Tipo de Estado feudal
En época del feudalismo no había clases sociales sino estamentos, es decir no había movilidad social y el que nacía pobre moría pobre. Estos tres estamentos eran los Caballeros, los que luchaban, los Sacerdotes, los que rezaban y los Campesinos, los que trabajaban. Los campesinos eran el sostén económico de los sacerdotes y los caballeros. Este orden se suponía que era divino y que Dios lo había querido así, por lo que el que se oponía a este orden "se oponía a Dios".
La práctica generalizada del contrato feudal dio lugar a una verdadera jerarquía feudal con el rey a la cabeza. Bajo el rey estaban los vasallos inmediatos o grandes vasallos, propietarios de los feudos más grandes y cuyo grupo estaba formado por los nobles y eclesiásticos (duques, marqueses, condes, obispos, abades, etc.); les seguían los vasallos poseedores de los feudos más pequeños (barones, vizcondes, etc.); los últimos eran los caballeros, propietarios sólo de su caballo, que servían militarmente a un señor feudal a cambio de tierras o dinero.
La sociedad feudal estaba formada por la nobleza feudal (las citadas clases de los nobles y eclesiásticos), y el pueblo, compuesto por los villanos o colonos y los siervos. Los villanos o colonos eran campesinos que cultivaban pequeñas parcelas de tierra cedidas por el señor feudal a cambio de determinadas rentas y servicios personales; tenían libertad para disponer de los bienes, contraer matrimonio (abonando una tasa) y abandonar la residencia (aunque debían solicitar el permiso del señor).
Por su parte, los siervos eran una clase inferior, jurídicamente y en la práctica eran el equivalente a esclavos, pues su situación de servidumbre del señor, al que pertenecían como una propiedad, se trasmitía junto con la tierra. La institución de esta servidumbre, compuesta por los llamados siervos de la gleba (en relación con la tierra que estaban obligados a cultivar) fue muy importante entre los siglos XI y XIII, y estaba nutrida de hombres libres o esclavos emancipados, los cuales, con objeto de asegurarse su propio sustento, adquirían ese pacto con el señor para toda la vida. En ese pacto se obligaba el siervo a la entrega de una parte de los frutos cultivados, prestación de servicios personales y algunas otras formas de limitación de su propia libertad y de los miembros de su propia familia; un ejemplo llamativo es el denominado Derecho de Pernada, por la cual algunos señores feudales se atribuían el derecho de entrar al lecho de la mujer desposada antes que su propio marido, y que podía ser rescatado mediante el pago de una suma de dinero. La condición de los siervos de la gleba evolucionó en Europa occidental, primero en calidad de censatarios y más tarde ya como propietarios libres, que alcanzó a otras regiones con la expansión de los reinos cristianos.
La nobleza feudal inglesa impuso al impopular rey Juan sin Tierra la firma de la Carta Magna en 1215. Este documento constituía una limitación del poder real, ya que exigía que el rey estuviera sujeto a las leyes territoriales y otorgaba a los barones la facultad de tomar parte en las decisiones reales a través de un Gran Consejo. La redacción de la Carta Magna dio lugar a importantes interpretaciones siglos más tarde, entre ellas el concepto de "no hay impuestos sin representación". Los barones tomaron el poder en 1264 en respuesta a la pretensión de un rey de ignorar la Carta Magna, gobernando temporalmente mediante el ya consolidado Gran Consejo, que pasó a llamarse Parlamento. El nuevo Parlamento no sólo incluía a los barones y a los altos cargos eclesiásticos, sino también a los representantes de grandes ciudades.
Aunque este gobierno parlamentario fue de corta duración (15 meses), ya no se pudo ni callar ni ignorar al Parlamento. Desde entonces, sólo el Parlamento tenía el poder de revocar las leyes que eran aprobadas; no se podían imponer impuestos sin su aprobación, y cuando los reyes necesitaban dinero rápido (por ejemplo, durante la guerra de los Cien Años), el Parlamento les obligaba a menudo a ceder poder a cambio del consentimiento. Independientemente de la habilidad del rey de turno y de algunas revueltas ocasionales de la nobleza, el Parlamento y la administración pública siguieron creciendo en importancia y demostraron su capacidad para gobernar el país.
Mientras el rey, la administración pública y el Parlamento reducían desde arriba el poder de los barones, una tendencia en el mismo sentido surgía desde la base de la jerarquía feudal. Diversos factores hicieron que los siervos se liberaran de sus contratos con los señores feudales, entre ellos el aumento de la población de las ciudades, el cese de las incursiones bárbaras y una terrible plaga que asoló Europa en el siglo XIV.
En el feudalismo se desarrollo un sistema económico basado en la agricultura y la ganadería. También se estableció un poder basado en jerarquías, en donde el personaje con más poder dominaba al resto. Desde la escala del rey hacia abajo se podía apreciar como disminuía el poder de las personas, hasta llegar a los siervos calificados como esclavos.
6. Características
Mucha gente se preguntara qué es y cuáles son las características del feudalismo. El feudalismo o régimen feudal es el tipo de sociedad que predominó en Europa occidental en el siglo X, se expandió durante el siglo XI y alcanzó su apogeo a finales del siglo XII y durante todo el siglo XIII. En estos siglos el feudalismo se dio predominantemente en Francia, Alemania y buena parte de Italia. También hubo feudalismo en Inglaterra, ciertos reinos cristianos de España y los estados latinos del cercano Oriente.
Una de sus grandes características fue que era un sistema natural cerrado, es decir, se producía solo para consumo propio, casi no se desarrollaba el comercio. Constaba de una pirámide en la cual se organizaba la sociedad como jerarquía, la cual en su base partía con los soldados, campesinos y ciervos, siguiéndolos estaban los caballeros, obispos, señores y abades, poco más arriba se encontraban los duques, condes y altos prelados, y por último en su cúspide se encontraba el rey.
El feudalismo surgió como un conjunto de complejas relaciones personales en un contexto donde primaba la inseguridad: invasiones, violencia, la decadencia del comercio y la industria y la escasez de moneda permitieron que poblaciones enteras buscaran refugio entre aquellos de tenían más poder económico y bélico.
En cuanto al ámbito económico, el feudalismo llevó a la práctica una economía de subsistencia, basada en la agricultura y la ganadería. De tipo rural, esta economía tenía una mínima división del trabajo y escasos intercambios comerciales. Su centro era el feudo, que correspondía a grandes y autosuficientes propiedades de nobles o eclesiásticos.
Sin embargo, en el siglo XII, producto de las Cruzadas, aumentó el intercambio comercial entre Europa y Cercano Oriente, lo que se tradujo en la instalación de un nuevo tipo de relación económica muy distinta, el feudalismo era el eje entre el capitalista, el comerciante y el mercader.
Debido a la escasez y lo rudimentario de las comunicaciones en la época feudal, la base de la economía era la producción y el consumo local. A si mismo existían muchos obstáculos que impedían un desarrollo del comercio entre feudos, entre ellos podemos nombrar la anarquía monetaria, diferentes sistemas de pesos y medidas etc.
La economía feudal en su evolución hacia el mercantilismo pasó por varias etapas, la primera denominada política de depósitos: se caracteriza porque al comercio solo se le veía su lado lucrativo y se basaba en comprar barato y vender caro para dar ganancia a la ciudad. En la segunda etapa se practicó la llamada política de abastos en la cual se orientó el interés del consumidor, su principal objetivo era el de importar y no el exportar puesto que el propósito era el de tener tanta mercancía como fuera posible. En la tercera etapa, la nación era considerada como un centro de producción, es decir que la mercancía era elaborada con fines de exportación y consecuentemente con fines de lucro, solo existía el temor de producir mercancías que no se vendieran.
El mercantilismo se basaba en los metales preciosos y para los mercantilistas su principal objetivo era la creación de un estado rico tanto económicamente como políticamente poderoso. Los mercantilistas invirtieron el modo de antes respecto a las importaciones y exportaciones partiendo de la idea de que la actividad económica era un medio para fortalecer al Estado y no para satisfacer necesidades. Gracias a la expansión del comercio internacional, se intensifico el uso de la moneda, el desarrollo de transportes y una gran producción industrial. Dentro del pensamiento mercantilista hubo diferencias debido a que algunos de ellos eran comerciantes y exponían sus ideas con el fin de satisfacer intereses propios.
Algunos factores que contribuyeron al desarrollo del mercantilismo fueron: el crecimiento de la burguesía mercantil, un mayor interés por la riqueza y la actividad económica, reformas religiosas, el invento de la imprenta y el descubrimiento de América.
IV UNIDAD
EVOLUCIÓN DEL ESTADO Y EL DERECHO EN NICARAGUA
El Estado y el Derecho precolombino
Se da el nombre de época precolombina en la historia de Nicaragua al tiempo transcurrido entre la llegada de los primeros pobladores a nuestro territorio y la entrada de los españoles por el sur de Rivas, en 1523 (Antes del descubrimiento por Cristóbal Colón).
No se sabe cuando llegaron los primeros pobladores a América, pero se supone que posiblemente ocurrió hace unos 50000 años. Todos vivían de la caza y la pesca, sin preocuparse por conservar la naturaleza ni cultivar la tierra. Con el paso del tiempo, algunos grupos aprendieron a cultivar ciertas plantas.
Este cambio tuvo consecuencias importantísimas. El hombre se quedó a vivir en un solo lugar en forma permanente. Es decir, que se volvió sedentario. Aprendió a cultivar otras plantas. Al haber más producción, aparecieron las primeras organizaciones políticas.
Núcleos poblacionales en Nicaragua
Los diferentes grupos que se establecieron a vivir en el Pacífico venían del norte. Algunos de ellos habían salido huyendo de la opresión en que los mantenían sus jefes. Los dos grupos más importantes fueron los chorotegas y los nicaraguas. Estos fueron los últimos en llegar.
La situación del territorio nicaragüense convierte a este en un lugar de tránsito entre los dos subcontinentes americanos. Los testimonios de asentamientos humanos más lejanos en el tiempo los dan los hallazgos arqueológicos del promontorio de Monkey Point cerca de Punta Gorda en el departamento de Zelaya (región ahora con estatuto de Regiones Autónomas desde 1987) que se remontan a hace unos 7.000 años. El yacimiento de Acahualinca, en Managua, proporciona evidencias de asentamientos con hasta 6000 años de antigüedad, siendo más recientes los restos de ceramica hallados en la isla Zapatera y en Nindiri.
Las primeras migraciones, que pertenecían a familias lingüísticas del norte de América (Hokan-Siux, Oto-Mangue y Uto-Azteca), se asentaron en el bosque seco tropical del Pacífico y en las llanuras cercanas a los lagos organizando asentamientos culturalmente afines a los pueblos que habitaban el actual México, relacionados con los Tlapanecas de Oaxaca, y oriundos del territorio correspondiente al Estado de Guerrero. Con una economía basada en la agricultura y con un interesante comercio de trueque su organización socio política estaba basada en gobiernos teocáticos dirigidos por consejos de viejos (llamados güegües) y caciques, los teytes. Estos pueblos fueron los Maribios o Sutiavas, Mangues o Chorotegas, y Nahuas, Nicaraguas o Niquiranos.
Cuando los conquistadores españoles llegaron al territorio que actualmente ocupa Nicaragua encontraron varios pueblos autóctonos: en los terrenos de la actual Rivas y Ometepe estaban establecidos los Niquirano; entre el Lago Cocibolca (lago de Nicaragua) y el de Lago Xolotlán (lago de Managua), los Dirianes; en León y Chinandega, los Nagrandanos; en la península de Cosigüinalos, los Chorotegas; en Matagalpa, Jinotega y Nueva Segovia, los Matagalpas; en Chontales, los Chontales o Caribíes; en Zelaya Norte, los Sumos; en Cabo Gracias a Dios y áreas costeras hasta la Laguna de Perlas, los Miskitos y Zelaya Sur y río San Juan, los Ramas.
Se estima que la población indígena era de unos 600.000 habitantes y que debido a la conquista fue reducida a 24.000 en el plazo de 40 años no en vano el conquistador y gobernador de Nicaragua en los primeros años fue Pedrarias Dávila que se distinguió por su crueldad contra los indígenas.
Características de su organización social y derecho
Los primeros pobladores de Nicaragua vinieron de diferentes lugares de América; la vida de los primeros aborígenes fué nómada, se alimentaban de la caza, la pesca y la recolección de frutas silvestres. Las huellas de Acahualinca son las más antiguas rastros humanos de Nicaragua. Los pobladores del Pacifico estaban divididos en tribus y las principales fueron: Los Chorotegas y los Nicaraguas. La Agricultura les permitió vivir en un lugar fijo; sus cultivos principales eran: maiz, frijol, cacao, algodón y tabaco.
Entre sus actividades estaba la alfarería, el hilado y el tejido de algodón. Alcanzaron gran desarrollo en el arte de la escultura y la cerámica.
Tenían diferentes clases sociales:
a) Jefes militares y Religiosos.
b) Agricultores, artesanos y comerciantes.
c) Sirvientes y esclavos.
Los Chorotegas eran gobernados por el Jefe guerrero llamado TEYTE quien era asistido por un consejo de ancianos y los Nicaraguas fueron gobernados por Caciques.
La situación del territorio nicaragüense convierte a este en un lugar de tránsito entre los dos subcontinentes americanos. Los testimonios de asentamientos humanos más lejanos en el tiempo los dan los hallazgos arqueológicos del promontorio de Monkey Point cerca de Punta Gorda en el departamento de Zelaya oriundos del territorio correspondiente al Estado de Guerrero. Con una economía basada en la agricultura y con un interesante comercio de trueque su organización socio política estaba basada en gobiernos teocáticos dirigidos por consejos de (región ahora con estatuto de Regiones Autónomas desde 1987) que se remontan a hace unos 7.000 años. El yacimiento de Acahualinca, en Managua, proporciona evidencias de asentamientos con hasta 6000 años de antigüedad, siendo más recientes los restos de ceramica hallados en la isla Zapatera y en Nindiri.
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