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La nueva normalidad: economía desigual, pobreza, exclusión social y marginalidad (página 4)

Enviado por Ricardo Lomoro


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El "gran secreto" del crecimiento económico de los países avanzados está en su mercado interior. El "gran secreto" de la fortaleza de ese mercado interior está en tener una masa de consumidores con un nivel de ingresos suficiente para demandar gran parte de los productos ofrecidos. En EEUU el consumo interno representa el 68% del PIB. En Europa podríamos decir que está en el orden del 60%.

Cuesta trabajo entender (si fuera posible) cómo se puede haber renunciado a ese "mercado interior" con una demanda "cuasi cautiva", para terminar facilitando la creación de una "nueva clase media" en los países proveedores (emergentes), donde fue a parar la producción industrial que se deslocalizó (y los empleos que se perdieron).

La crisis financiera (sub-prime) ha demostrado que el crédito (fácil) no puede reemplazar a los ingresos salariales, por mucho tiempo.

Los QE (quantitative easing) impulsan a grandes empresas y hunden a las familias. Los beneficios récord en las grandes empresas coinciden con los salarios totales mínimos en relación al producto Nacional Bruto. No es una casualidad, es una consecuencia de las políticas de los gobiernos y bancos centrales.

Aunque la rentabilidad de las industrias que deslocalizaron la producción (en el corto plazo) haya mejorado, al final se han quedado sin "demanda" suficiente, generando una crisis de "oferta", por ausencia de mercado. Las "alegrías" de Wall Street, terminaron provocando las "tristezas" de Main Street.

No es fácil captar en toda su extensión las consecuencias que la pauperización de una parte considerable de la clase media (norteamericana o europea, en el caso que nos ocupa) tiene para aquellos que la sufren en carne propia como en la sociedad en su conjunto. Es que este hecho marca un punto de no retorno, el fin de un tipo determinado de sociedad. Ha desaparecido una buena parte de la clase media, que ahora es baja.

El empobrecimiento de una parte importante de las clases medias de estos países (antes considerados "avanzados") no fue un acontecimiento natural ni una catástrofe inexorable, ni tampoco un hecho que pueda ser analizado en forma aislada. Fue el resultado de una serie de factores de orden externo e interno; un proceso para cuya comprensión sería necesario referirse a la poderosa transferencia de recursos del sector público hacia el sector privado, al endeudamiento público y privado, la pérdida de derechos sociales y la falta de una intervención estatal eficaz dirigida a los sectores más vulnerables.

Simultáneamente, se conformó la contracara indisociable del empobrecimiento masivo: la globalización, la privatización, la desregulación, la deslocalización, el libre movimiento de capitales y mercancías… la "nueva" riqueza, que alcanza su apogeo en gran medida en individuos y grupos económicos muy vinculados con el poder político.

En suma: el empobrecimiento fue (y sigue siendo) un hecho económico, un hecho social y un hecho político.

26 – ¿Alguien conoce los "testamentos vitales" de los "bancos sistémicos"?

"La Corporación Federal de Seguros de Depósito (FDIC por sus siglas en inglés), acaba de publicar los "testamentos" de los nueve grandes bancos de EEUU, que han esbozado una hoja de ruta en caso de una posible quiebra, como parte de las condiciones de la nueva reforma financiera"… La banca de EEUU publica sus "testamentos en vida" en caso de una supuesta quiebra (El Economista – 3/7/12)

Los planes, conocidos como "testamentos en vida", fueron impuestos en 2010 como parte de la ley Dodd-Frank de reforma financiera para ayudar a poner fin de evitar que los bancos sean "demasiado grandes como para quebrar" algo que obligaría al gobierno a implantar un rescate para evitar mayores repercusiones.

Así un total de 125 entidades financieras están obligadas por la ley a presentar sus testamentos ante la Reserva Federal y la FDIC antes de finales de 2013.

El primer grupo de nueve bancos, entre ellos Deutsche Bank AG y Barclays PLC, tuvieron que presentar sus hojas de ruta el pasado domingo, al contar con activos no bancarios por más de 250.000 millones de dólares, y hoy tanto la FDIC y la Reserva Federal han publicado los documentos en sus páginas web .

Por su parte, entre los bancos estadounidenses que han dado a conocer sus testamentos están JP Morgan Chase, Citigroup Inc., Goldman Sachs Group Inc., Morgan Stanley y Bank of America Corp. Entre los bancos extranjeros, a los dos ya mencionados, habría que sumar a UBS y Credit Suisse.

Ahora, los reguladores tendrán que determinar si cada testamento representa una forma "creíble" para lograr una quiebra rápida y ordenada sin intervención del gobierno. Tanto la Reserva Federal como la FDIC tienen 60 días a partir de la presentación de los planes para solicitar más información a las entidades bancarias.

La conclusión general de los documentos puestos a disposición del público, según la agencia Reuters, determina que los bancos podrían ser recapitalizados,  despedazados o cerrados sin coste alguno para los contribuyentes o de gran trascendencia para el sistema financiero.

"En nuestro plan de resolución no sería necesario el apoyo gubernamental extraordinario y no se traduciría en pérdidas a cargo del gobierno de EEUU", citó JP Morgan en "testamento". Por su parte, Citigroup dijo que su plan identifica una serie de medidas que podrían adoptarse y que cada una de ellas demuestra que Citi puede quebrar de forma ordenada y sin causar posibles trastornos sistémicos a  EEUU o los mercados financieros globales sin tener que hacer uso de los fondos de los contribuyentes.

Por su parte, Bank of America no fue tan lejos como otros bancos en lo que se refiere al éxito potencial de su plan de resolución. En su lugar, describe los diversos regímenes de resolución, incluyendo el uso del código de bancarrota o quiebra de la FDIC.

Los reguladores planean dar información a los bancos sobre los planes iniciales presentados el pasado domingo el próximo mes de septiembre. Según la normativa, los reguladores podrían  forzar a partir de entonces a los bancos a realizar cambios en su estructura si creen que la institución no podría enfrentar fácilmente una liquidación de sus actividades.

"En una reprimenda a Wall Street, reguladores de Estados Unidos afirmaron que 11 de los mayores bancos de ese país no demostraron que puedan colapsar sin generar repercusiones amplias y dañinas, y les ordenaron mostrar un progreso "significativo" para julio de 2015"… La Fed pide a 11 bancos que reescriban sus "testamentos en vida" (The Wall Street Journal – 5/8/14)

La Reserva Federal y el Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC) de EEUU afirmaron que los planes de bancarrota entregados por los grandes bancos realizan asunciones "irrealistas o sin el sustento apropiado" y "no realizan, ni siquiera identifican, los tipos de cambios en la estructura de la firma y las prácticas que serían necesarias para fortalecer las perspectivas de una quiebra ordenada". Los reguladores agitaron el fantasma de castigar a los bancos con reglas más exigentes de capital, apalancamiento y otros -e incluso eventualmente dividirlos en varias partes- si no se registra un progreso significativo para enfrentar las deficiencias.

Las conclusiones se aplicaron a 11 bancos con activos de más de US$ 250.000 millones, todos los cuales recibirán cartas detallando sus falencias en sus llamados "testamentos en vida". Las firmas tienen hasta el 1 de julio de 2015 para presentar planes significativamente mejorados o se enfrentarán a consecuencias como mayores requisitos de capital, límites de endeudamiento, o potencialmente un pedido de reestructurar su firma.

"A pesar de las miles de páginas de material que presentaron estas firmas, los planes no brindan información creíble o un camino claro a través de la bancarrota que no requiera asunciones irrealistas y un apoyo público directo o indirecto", afirmó Thomas Hoenig, el funcionario número 2 de la FDIC, en una declaración.

La ley Dodd-Frank, de 2010, requiere que los bancos entreguen un "testamento en vida" anual detallando la forma en que sus serían desmanteladas sus firmas sin depender de apoyo del gobierno en caso de que quedaran al borde de la quiebra. El requisito fue implementado tras la crisis financiera de 2008, cuando el colapso de firmas como Lehman Bros. sacudió a todo el sistema financiero de formas dañinas e imprevistas.

El grupo de 11 firmas incluye a Bank of America Corp., Bank of New York Mellon Corp., Citigroup Inc., Goldman Sachs Group Inc., JPMorgan Chase & Co., Morgan Stanley, State Street Corp., y las unidades estadounidenses de Barclays PLC, Credit Suisse Group AG, Deutsche Bank AG, y UBS.

Los bancos hacen testamento para "morir ordenadamente"

En los testamentos, las personas dejan por escrito qué bienes tienen y qué quieren que se haga con ellos cuando ya no estén. Ahora, los grandes bancos de los EEUU y la UE están redactando eso mismo: un documento que describe con todo detalle sus estructuras y sus negocios, así como qué se podría hacer con cada uno de ellos si se produce la quiebra de la entidad principal, es decir, lo que se conoce como un plan de resolución o liquidación bancaria.

Así se trata de evitar la repetición del caos vivido con la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008, cuando los administradores encargados de liquidar este banco -el cuarto mayor de EEUU- se encontraron con una entidad que tenían negocios globales con una exposición en los mercados de 1,2 billones de dólares y una estructura de más de 3.000 sociedades.

Según explican las autoridades, se quiere acabar con la expresión "demasiado grande para dejarlo caer", es decir, con la posibilidad de que existan entidades sistémicas, denominadas así porque su quiebra arrastra a toda la economía de un país, e incluso, a la global.

Los 29 mayores bancos del mundo debían tener listos sus testamentos para el mes de junio de 2012, pero la mayoría han ido con retraso, sobre todo los europeos. En general, las entidades han concluido la parte del testamento que se refiere a la descripción de sus estructuras y cómo adaptarlas para sobrevivir a una crisis, y les falta la parte que se refiere a la resolución de la entidad, a su desmantelamiento ordenado.

En el caso estadounidense se da una importante peculiaridad: la Reserva Federal y el Fondo Federal de Garantía de Depósitos tendrán el poder de obligar a un banco a vender alguno de sus negocios o filiales si consideran que el plan de resolución no es "creíble" para lograr una liquidación ordenada que cumpla las normas que regulan las quiebras.

Además, según permite la reforma financiera aprobada en 2010 (bautizada como Ley Dodd-Frank por los legisladores que la elaboraron), los reguladores de EEUU podrían obligar a los bancos a separar sus negocios de banca comercial de sus negocios de inversión, mucho más volátiles, una división que ya se impuso en la Gran Depresión a través de la Ley Glass-Steagall (1933).

Este sería, según el responsable de estos planes en el Fondo Federal de Garantía de Depósitos, John Simonson, el último recurso: "Se pueden hacer muchos otros progresos para que estas entidades puedan convertirse por sus propios medios en liquidables, antes de que tengamos que llegar al extremo de imponerles esas medidas tan duras".

Muchos economistas dudan de que se lleguen a ejecutar esas competencias. El profesor de Economía Financiera de la Universidad de Pennsylvania Richard Herring -defensor desde hace años de los testamentos bancarios- ha asegurado a Reuters que "no se sabe si tendrán valor para hacerlo, pero las herramientas están ahí".

También advierte de que el trabajo de análisis de esos testamentos -que pueden llegar a ocupar más de 4.000 folios- es muy complejo y largo, por lo que los supervisores pueden no dar abasto.

Los directivos de los bancos destacan también la complejidad de estos documentos que, como han reconocido, les obligan "a pensar sobre lo impensable".

Un alto ejecutivo de una de las entidades implicadas en la elaboración del testamento ha reconocido al Financial Times que, por primera vez en mucho tiempo, están analizando por qué algunas operaciones se realizan en Londres o Nueva York y si esa distribución de funciones tiene sentido.

Como ha resumido una funcionaria del Fondo Federal de Garantía de Depósitos a ese mismo diario, con la elaboración del plan de liquidación "los bancos están descubriendo cosas sobre ellos mismos que desconocían hasta ahora".

Por eso, otra de las consecuencias que puede esperarse de estos testamentos es la simplificación de las estructuras de las entidades. Pero con ello, desenredarán la complejidad y la opacidad que han montado en los últimos años y con las que, en muchos casos, buscaban eludir el pago de impuestos. Así, algunos analistas adelantan que esta nueva transparencia tendrá impacto en los beneficios bancarios.

27 – Los grandes fondos de inversión condicionan la dirección de los mercados

Las manos fuertes que arrean la manada

"El mercado es libre… ¿De verdad? Inversores, Gobiernos, expertos, instituciones y ciudadanos corrientes han podido comprobar esta semana que el análisis de los fundamentos económicos, la buena salud de los resultados empresariales, la mejoría de las perspectivas de crecimiento y, en definitiva, cualquier cosa, sirve de poco cuando el mercado toma una dirección determinada"… El poderoso arte de saber desatar una estampida (Cinco Días – 8/5/10)

"Nunca hay que olvidar que las caídas en Bolsa son mucho más rápidas que las subidas, en un mes se puede perder todo lo ganado en años", advierte David Galán, de Bolsa General. ¿Cómo es posible que todo el mundo se ponga de acuerdo de repente en que hay que poner en pies en polvorosa en Grecia, España, Portugal, Italia… cuando hace meses que se sabe que la situación es delicada? En los mercados siempre hay quien prende la mecha, luego ésta se consume por sí sola.

La tendencia no es originada por una constelación de pequeños inversores, ellos son los que intentan salir corriendo del parqué cuando alguien grita ¡fuego! ¿Quién tiene la fuerza para dar la alarma? El experto José Luis Cárpatos ofrece un dato revelador: "Un 60% del volumen negociado en NYSE (New York Stock Exchange), que es la mayor Bolsa del mundo, lo generan máquinas programadas para operaciones de alta frecuencia mediante algoritmos; sólo 300 o, como máximo, 500 instituciones en el mundo tienen la capacidad para hacer eso".

Son las manos fuertes y así es como funciona una operación especulativa de dimensiones planetarias:

1 Elegir la víctima. Hay que desechar la idea de siniestras conspiraciones. Es un asunto exclusivamente de negocios. Un ejemplo de ello es la estupefacción que causó en Europa el anuncio del Gobierno español en febrero de que el servicio de inteligencia iba a investigar las presiones especulativas sobre España. "¿Qué es más fácil de atacar, los periféricos pequeños como España, Italia o Grecia, o Reino Unido? La respuesta está clara", afirma Luis Benguerel, director de renta variable de Interbrokers.

2 Construir la posición. El paso decisivo es construir la posición con antelación suficiente. No es algo que se haga con luz y taquígrafos. Para eso está el mercado OTC (Over The Counter) donde las operaciones son contratos ad hoc, sin divulgación pública. El Banco de Basilea, el banco central de los bancos centrales, calcula que el mercado OTC mueve 600 billones de dólares, nada menos que 470 veces el PIB de España. "Las posiciones se construyen cuando nadie lo espera.

Por ejemplo, poniéndose bajista estando el euro a 1,45 dólares", explica Benguerel. Para ello se utilizan múltiples instrumentos financieros, pero Cárpatos señala que uno de los preferidos por las manos fuertes son las opciones: contratos financieros por los que el comprador adquiere el derecho a comprar (call) o vender (put) un activo en una fecha y a un precio concretos, normalmente esta opción puede ejecutarse en cualquier momento.

3 Extender el miedo. A partir de ahí, empieza a crearse ambiente de tensión. Un caso emblemático es el del multimillonario George Soros, que ganó 1.000 millones de dólares apostando contra la libra en 1992. El financiero estuvo avisando sobre las debilidades de Reino Unido con insistencia pertinaz, dando ideas que a su vez alimentaban otras. El mercado puso toda la atención en la libra; para defender el tipo de cambio, Londres tenía que vender marcos y comprar libras sin descanso, hasta que tiró la toalla y abandonó el Sistema Monetario Europeo.

4 La tormenta. Cuando la presión desborda los titulares de los periódicos, el miedo cobra velocidad. Esta semana ha habido de todo: España había pedido una ayuda multimillonaria; Fitch y Moody's iban a bajar el rating; la ayuda a Grecia no era suficiente; el BCE iba a bajar los tipos; S&P podía rebajar el rating de Italia, luego un bróker se equivocó y escribió b de billions en lugar de m de millions… Para prevenir eventuales pérdidas, están los stop loss, órdenes de venta cuando se alcanzan precios determinados, cuando saltan los stop loss, estos aceleran la caída. Ante esta situación, Cárpatos es claro: "Como vayas en contra del mercado, la llevas clara". Aunque sea previsible un rebote, es muy difícil saber cuándo terminará la tormenta y estar fuera significa tener liquidez para aprovechar el cambio de tendencia.

5 A largo plazo… La Bolsa siempre sube, se suele decir. Pero David Galán invita a revisar esa convención: "Lo que suben son los índices, pero porque van seleccionando los mejores valores y los peores son excluidos". Galán aconseja hacer coberturas con contratos por diferencias (CFD). En la vida conviene saber nadar y guardar la ropa, ¿por qué iba a ser diferente en la Bolsa?

Cómo Universa (Nassim Taleb: El Cisne Negro) ayudó a autocumplir su profecía

"Poco después de las 2:15 p.m. hora del Este de Estados Unidos del pasado jueves, el fondo de cobertura Universa Investment LP colocó una gran apuesta en la Bolsa de Opciones de Chicago (CBOT) a que las acciones continuarían su fuerte caída"… Cómo una orden de compra normal pudo desatar el desplome del mercado el jueves (The Wall Street Journal – 12/5/10)

Cualquier otro día, esta operación de US$ 7,5 millones por 50.000 contratos de opciones podría haber afectado brevemente a los precios de las acciones, pero nada realmente preocupante. Pero en un día en el que todos los mercados financieros se encontraban muy inestables, la operación tal vez haya jugado un papel clave en el colapso bursátil que tuvo lugar 20 minutos después.

Universa es un fondo de alto riesgo con unos US$ 6.000 millones bajo administración, asesorado por Nassim Taleb, autor de "El Cisne Negro: el Impacto de lo Extremadamente Improbable", un libro que sugiere que los eventos improbables en los mercados financieros son mucho más probables de lo que cree la mayoría de los inversionistas.

La teoría entre los corredores y otros involucrados en el colapso es que el fondo asesorado por el autor podría haber contribuido a un "cisne negro", un evento raro e inesperado que puede tener consecuencias devastadoras.

El colapso puso de manifiesto la realidad del actual mercado bursátil. En los últimos años, el mercado ha crecido exponencialmente más rápido y más diverso. La principal plataforma de negociaciones ya no es la Bolsa de Nueva York (NYSE) sino servidores informáticos de compañías en lugares como Austin, Texas; Kansas City, Missouri; y Red Bank, Nueva Jersey.

Esta diversidad ha abaratado las operaciones bursátiles, una ventaja para los inversionistas institucionales e individuales. Pero también las ha hecho más difíciles de controlar y de mantener el orden. En la actualidad, esta responsabilidad recae principalmente en un grupo de operadores de alta frecuencia -que utilizan sofisticados sistemas informáticos para realizar operaciones en milisegundos- que representan un estimado de dos terceras partes del volumen bursátil. Estos fondos de cobertura cuidan los intereses de sus propios inversionistas y no en el de los inversionistas en las acciones que negocian.

Horas antes de que comenzara el pánico, ya había signos de que el jueves no iba a ser un día monótono. Para las 11 de la mañana, cuando el Dow caía sólo unos 60 puntos, el volumen de venta era inusualmente alto.

Para las 2 de la tarde, los mercados financieros de todo el mundo se encontraban bajo presión. En Europa, los efectos de la crisis griega causaron una fuerte caída del euro contra el dólar y el yen japonés, así como un amplio descenso del mercado de bonos. Además, los bancos europeos estaban cobrándose entre ellos tasas de interés más altas sobre sus préstamos.

A unos 4.500 kilómetros de distancia de Wall Street, en Santa Monica, California, Universa realizó su operación, nada inusual para una compañía que compra frecuentemente contratos de opciones que le aportan ganancias si los mercados registran una caída considerable.

A través de los sistemas operativos de Barclays, Universa compró 50.000 contratos de opciones, según fuentes al tanto. Los contratos obtendrían unos $ 4.000 millones si el índice Standard & Poor's 500 cayera a 800 puntos en junio. En el momento de la operación, se encontraba en 1.145 unidades.

En Chicago, la gran operación pareció tener un efecto inmediato en los mercados. Los operadores al lado contrario de la operación de Universa estaban esencialmente apostando a que las acciones no registrarían grandes pérdidas.

Pero al mismo tiempo, para minimizar el riesgo de perder dinero, necesitaban vender, según indicaron varios operadores. Cuanto más caía el mercado, más tenían que vender los operadores en entidades como Barclays para proteger sus propias posiciones. Esta decisión, junto con probablemente decenas de operaciones similares en todo el mercado, propició una cascada de ventas en los mercados de futuros.

A medida que se disparó el volumen de negociaciones bursátiles, los sistemas de datos del mercado bursátil comenzaron a congestionarse.

Los grandes fondos de cobertura mantenían grandes posiciones a medida que aumentaba el volumen. Two Sigma Investments LLC, una administradora de fondos de cobertura de Nueva York que emplea complejas estrategias de negociación, registró su día de mayor volumen desde su lanzamiento en 2001, según una persona familiarizada con la situación.

Para las 2:37 p.m., la sobrecarga parecía haber pasado factura al sistema de negociaciones electrónicas Arca, del NYSE. En ese momento, su rival, el Nasdaq, detectó en los datos lo que consideró información dudosa, y envió un mensaje diciendo que ya no enviaría cotizaciones al Arca.

Para un crucial grupo de fondos de cobertura especializados en operaciones de alta frecuencia, toda esta agitación era demasiado arriesgada. Uno de los temores que terminaría materializándose es que en los altibajos extremos, algunas -si bien no todas- operaciones serían canceladas posteriormente, dejándoles colgados con posiciones no deseadas.

Con estos fondos o vendiendo o retirándose del mercado, las firmas de corretaje de Wall Street retrocediendo y el NYSE suspendiendo temporalmente la compraventa de algunas acciones, las ofertas de compra desaparecieron del mercado.

Alrededor de las 3:00 p.m., la presión de venta disminuyó. De igual manera que descendió, recuperó terreno. Según los operadores, uno de los factores que estuvieron detrás de esta recuperación fueron los fondos que usaron los sistemas informáticos y fórmulas para detectar las ofertas en el mercado. Estos fondos se lanzaron a por cientos de acciones baratas, ayudando a hacer subir los mercados.

28 – La socialización del riesgo y el fácil acceso al dinero de los demás

En el Paper: "Business as usual…" (demasiado grandes para acatar la ley), publicado el 15/4/11, señalaba:

Como dijo Charles Prince, el principal "irresponsable" del Citigroup durante la crisis subprime "mientras la orquesta siguiera tocando, había que salir a bailar. Y seguimos bailando". Cínico pragmatismo e sugerente prospectiva… La fiesta continúa…

"Hay que retirar el ponche cuando la fiesta se anima". Con esta frase resumía William McChesney Martin, presidente de la Reserva Federal (Fed) de los EEUU (1951- 1970), la tarea de un banco central para evitar las burbujas económicas. Se refería a la necesidad de subir los tipos de interés a medida que la economía de un país se va calentando para evitar espirales inflacionistas y recalentamientos excesivos.

Los anfitriones (Fed y Banco Central Europeo) de la fiesta a la que fueron invitadas las economías de Estados Unidos y la Eurozona fue la contraria. El burbujeante cóctel que servían, compuesto de bajos tipos de interés y dinero a espuertas, era tremendamente atractivo. Uno de los maestros de ceremonias, Alan Greenspan, llegó a poner nombre a los efectos que provocaba: exuberancia irracional de los mercados.

Los banqueros actuaban como camareros. Tuvieron la gran idea de animar el "fiestón" con todo tipo de bebidas espirituosas, compuestas por créditos para todos y para todo, especialmente para comprar inmuebles sobrevalorados, y por otros contenidos exóticos (titulización, derivados y esquemas Ponzi) de los que ni ellos sabían la fórmula. Su remuneración subiría con el número de borrachos. Algunos de ellos, especialmente los más gigantones, vendían las bondades de las copas que dispensaban y se tragaban unas cuantas. Si se embriagaban en exceso, disponían de coche y chófer gratis (los fondos públicos de rescate) para ir a casa y recuperarse.

A este guateque, los menores (España entre ellos), con sus ganas de probarlo todo, estaban más que invitados. Vive rápido, muere joven y harás un cadáver bonito, que diría James Dean. Los porteros (los reguladores financieros) se habían apuntado al sarao y no pedían documentación. La recompensa por no hacerlo era muy apetitosa. Los encargados de analizar las bebidas que se consumían en el banquete (las agencias de calificación de riesgos) habían hecho la vista gorda. Al fin y al cabo, eran los camareros quienes pagaban por calificar los productos como aptos para el consumo. China, ávida por recibir dólares para mantener su moneda infravalorada, tuvo su papel. Los asiáticos que vendían latas de cerveza a la salida de la orgía querían contribuir a la melopea.

Como consecuencia de todo ello padecemos una monumental resaca. Al igual que James Dean con "The little bastard" ("Pequeño bastardo", el Porsche en el que se mató), algunos se han estrellado (Islandia o Grecia). Otros tienen órganos vitales dañados por el alcohol (de manera notable, Estados Unidos, Reino Unido, Portugal, Italia y España). Los cuadros clínicos de los pacientes reflejan grandes carencias de vitaminas necesarias para crecer (déficits presupuestarios y exteriores) y fuerte anemia (desempleo).

Nouriel Roubini, el economista norteamericano apodado Dr. Doom (Doctor Muerte o Doctor Perdición) por haber predicho la crisis en 2005, ha descrito, con Stephen Mihm, esta pantagruélica juerga en Cómo salimos de ésta. Publicado este verano (2010) en Nueva York y Londres, el contenido del libro responde mejor a su título original Crisis Economics (Economía de crisis) y presenta un compendio de actuaciones de los gobiernos (principalmente el de los EEUU) en épocas de crisis así como una perspectiva del escenario global. Roubini afirma que estas fiestas que desembocan en crisis son inherentes al sistema capitalista. No son cisnes negros (eventos altamente improbables según Nassim Taleb) sino blancos. Vamos, que nos va la marcha.

Mihm y Roubini, en su afán por sintetizar las políticas de la escuela austríaca, partidaria de la no intervención del gobierno en la economía, y su antagonista, la escuela keynesiana, proponen una "destrucción creativa" (término acuñado por Joseph Schumpeter, discípulo de los centroeuropeos) que esté controlada. Los activos tóxicos o de altísimo riesgo y las entidades financieras más expuestas a ellos, incluyendo algunas de las catalogadas como demasiado grandes para quebrar, deben identificarse y eliminarse. Hay que redactar nuevas regulaciones (resucitar leyes como la Glass-Steagall) y reforzar las instituciones financieras internacionales dando un mayor papel a países emergentes y muy en especial a China.

Los autores recomiendan la fragmentación de los grandes bancos. Dirigen su foco hacia Citigroup (¿cuántas veces más habrá que rescatarlo? Ya van cuatro) y Goldman Sachs, quien tras beneficiarse de las ayudas públicas vuelve a los beneficios y bonificaciones record. Aconsejan reformar el sistema retributivo de los altos ejecutivos bancarios (los "amos del universo") y el de las agencias de calificación de riesgos, introduciendo más competencia y resolviendo el conflicto de interés que resulta de vender sus servicios a los emisores de deuda. Otros pasos a dar incluyen enfrentarse a los derivados (a los que Warren Buffet llamó "bombas de relojería para el sistema") y reforzar tanto los requisitos de capital mínimo de la banca (directrices de Basilea) como el papel de los directores de riesgos, ninguneados desde hace décadas pues obstaculizaban la carrera hacia el máximo beneficio a corto.

Mientras tanto, sin ningún tipo de autocrítica, espíritu de enmienda o deseo de rectificación, Ben Bernanke (en su perenne ilusión) invita a una "segunda ronda" (paga la casa) de "quantitative easing", que duplicaría la anterior. El coma etílico será insalvable…

En el Paper: El "factor" Bernanke: otro "Maestro" que se cae del tabernáculo (anticipo de Ensayo), publicado el 15/1/13, decía:

Tengo la sensación de que Bernanke, como muchas personas que trabajan codo con codo con el sector financiero, ha terminado viendo el mundo a través de los ojos de los banqueros. El mundo "fantástico" del "easing" (relajamiento).

Como conclusión (preliminar, al 15/8/10) a este largo listado de "agravantes", me animo a decir, que Ben Bernanke sumó al descontrol total, el desconcierto total. Ni previno, ni curó. En definitiva, no ha hecho una buena gestión durante la crisis y no ha restaurado la confianza. Demasiado "quantitative" y muy poco "qualitative".

La Fed ha fallado estrepitosamente en sus previsiones. O, al menos, si conocían los graves problemas a los que se vería abocada la economía estadounidense, no lo declararon públicamente.

En este sentido, no sólo fueron las torpes afirmaciones del presidente (chairman) de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien afirmó en 2005 y 2006 que no había burbuja inmobiliaria, y que aun si la hubiera no afectaría a la economía real; por si fuera poco, en verano de 2007 sostuvo que los problemas subprime no afectarían a la economía.

Resulta cuanto menos irónico que en una conferencia dada por Bernanke en enero de 2007, éste dijera lo siguiente: "En mi opinión, los mayores beneficios externos de las actividades de supervisión de la FED son aquellos relacionados con el papel de la institución de evitar y gestionar las crisis financieras".

Ni una mala palabra, ni una buena acción. Mientras Greenspan excitó al "Bull" (toro), Bernanke se dejó comer por el "Bear" (oso). El "miedo escénico", hizo lo demás…

La "irresponsabilidad ignorante". ¿Por qué dijeron que el objetivo era el de "tranquilizar a los mercados", cuando en realidad de lo que se trataba era de salvarle el culo a los "especuladores" de la banca y a los "funambulistas" de Wall Street? ¿Por qué dicen que hay que continuar alentado el "crecimiento de la economía y el empleo", cuando ni la una ni el otro, se han beneficiado de la "regadera" monetaria (versión I y versión II)?

En respuesta a la crisis de 2007-2009, la Fed implementó el rescate más generoso alguna vez visto para grandes instituciones financieras. Por supuesto, no es políticamente correcto llamarlos rescates -el término preferido por los estrategas políticos es "respaldo de liquidez" o "protección sistémica"-. Pero representa esencialmente lo mismo: a la hora de la verdad, el gobierno más poderoso del mundo (en los papeles, al menos) pospuso una y otra vez las necesidades y deseos de la gente que le había prestado dinero a los grandes bancos.

En cada instancia, la lógica fue impecable. Por ejemplo, si Estados Unidos no hubiese ofrecido respaldo prácticamente incondicional al Citigroup en 2008 (durante la presidencia de George W. Bush) y nuevamente en 2009 (ya en la presidencia de Barack Obama), el resultante colapso financiero habría profundizado la recesión global y agravado las pérdidas de empleos en todo el mundo.

En efecto, hubo repetidos juegos de provocación entre el gobierno y las principales instituciones financieras en Estados Unidos. El gobierno dijo: "No más rescates". Los bancos respondieron: "Si no nos rescatan, es muy probable que se produzca una segunda Gran Depresión". El gobierno (y la Fed) pensó brevemente en esa perspectiva y luego cedió.

Se protegió a los acreedores y se transfirieron las pérdidas de los sectores financieros al gobierno o al Banco Central (Fed). Además, las pérdidas se cubrieron con una gran cuota de "mesura" regulatoria (vale decir, aceptando mirar para otra parte mientras los bancos reconstruían -y reconstruyen- su capital operando con acciones).

¿Cuál es el problema, entonces, con las políticas de 2007-2009, y por qué no se puede (debe) planificar hacer algo similar en el futuro si alguna vez se vuelve a enfrentar una crisis de esta naturaleza?

El problema son los incentivos -lo que los rescates implican para las actitudes y el comportamiento dentro del sector financiero-. La protección que se extendió a los bancos y otras instituciones financieras desde el verano de 2007, y de manera más integral desde la quiebra de Lehman Brothers y AIG en septiembre de 2008, envía una señal clara. Si uno es "grande" en relación al sistema, tiene más probabilidades de recibir un generoso respaldo del gobierno cuando todo el sistema se torna vulnerable.

Entre el 13 de agosto de 2002 y el 22 de marzo de 2005, Ben Bernanke participó en 22 reuniones del Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal (Fed), el organismo que fija los tipos de interés, en las que se sentaron las bases de la burbuja inmobiliaria. Primero, la Fed bajó los tipos hasta el 1%. A partir de 2004, los subió a paso de tortuga hasta el 5,25%, en un movimiento que ya había sido descontado por el mercado y que no frenó la burbuja. Bernanke siempre votó a favor de esos movimientos. No sólo eso: él fue una especie de portavoz de Greenspan, encargado de comunicar la estrategia de la Reserva a los mercados. (El Mundo – 26/1/10)

Y están los que le reprochan no haber hecho más para combatir el paro, y que se limitara en los primeros balbuceos de la crisis a ayudar sólo a la banca. "Usted es la definición del riesgo moral", le espetó el republicano Jim Bunning, el más beligerante entre los senadores y que no pierde oportunidad para echar más gasolina al fuego. Cree que su actuación en la intervención de AIG es "una razón más que suficiente para mandarlo de vuelta a Princeton". (El País – 10/1/10)

El autor de Greenspan"s Bubbles y Panderer for Power, Frederick Sheehan, analiza la política de la FED. Su opinión es clara: el "culpable" de la crisis es "Alan Greenspan"; "Bernanke continuará creando dinero hasta generar inflación"; "estaríamos mejor sin los bancos centrales". (Libertad Digital – 18/6/10)

P: ¿Qué opina de la actual política monetaria de Bernanke?

R: Bernanke actúa guiado por su tesis doctoral, centrada en cómo se podría haber evitado la Gran Depresión, y su receta es la creación de dinero y la inyección masiva de liquidez hacia el sistema bancario. Sin embargo, desgraciadamente, no sabe nada sobre los años 20, no se da cuenta que los bancos estaban sobreendeudados.

Por eso sigue aumentando la cantidad de dinero, y seguirá haciéndolo hasta el punto en el que los bonos americanos a 10 años suban del 3% al 6%. No cambiará su política. Mantendrá los tipos de interés cerca del 0%. Quizá los suba un cuarto de punto, como mucho, pero continuará creando dinero hasta que tengamos inflación.

Gracias a la obra realizada por Ben Bernanke, y parafraseando a Oscar Wilde, podríamos decir que en este momento, los inversores conocen el precio de todo, pero no saben el valor de nada.

29 – Las reformas del "nunca jamás": el vacilón de Basilea (I, II, III,…)

Una visita al "quiosco" de la prensa (algunos comentarios sobre Basilea III)

– Histórico acuerdo eleva los requisitos de capital para los grandes bancos (The Wall Street Journal – 12/9/10)

(Por Damian Paletta, en Washington, y David Enrich, en Londres) Lectura recomendada

Los supervisores bancarios alcanzaron un histórico acuerdo el domingo que impondría nuevas restricciones a los mayores bancos del mundo, en un esfuerzo orientado a reducir el riesgo y prevenir una nueva crisis financiera como la que sumió a la economía mundial en una recesión.

El acuerdo establecería nuevos requisitos de capital para los bancos, en un intento por impedir que las empresas se endeuden demasiado y asuman riesgos excesivos, algo que muchos consideran un preludio de la reciente crisis financiera. Los reguladores, sin embargo, les dieron a los bancos un plazo de más de ocho años para ceñirse a la nueva normativa.

Aunque el pacto tiene que ver con complejas fórmulas matemáticas y productos financieros exóticos, las normas tendrán efectos reales para las empresas y los consumidores del mundo entero al influir en los precios y la disponibilidad de créditos hipotecarios, préstamos comerciales y tarjetas de crédito, entre otros productos.

"Los acuerdos alcanzados hoy constituyen un fortalecimiento fundamental de los estándares mundiales de capital", manifestó Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo.

Es probable que las nuevas normas reduzcan las ganancias de los mayores bancos del mundo, muchos de los cuales han advertido que las medidas podrían encarecer el costo y restringir el otorgamiento del crédito.

El núcleo del convenio gira en torno a la cantidad de capital que los bancos se ven obligados a mantener en reserva. El capital es lo que los bancos utilizan para absorber las pérdidas y tanto reguladores como analistas estiman que las entidades con mayores niveles de capital corren un menor riesgo de declararse en quiebra.

Los supervisores bancarios acordaron exigir a los bancos mantener un nivel específico de capital básico conocido como recursos propios, considerado como la forma más efectiva de capital porque se utiliza para absorber pérdidas directamente. El acuerdo estipula que los grandes bancos con una activa presencia internacional deberán mantener en reserva recursos propios equivalentes a por lo menos 7% de sus activos, una proporción mucho más alta que el 2% del estándar internacional o el 4% para los bancos de Estados Unidos.

Los bancos, sin embargo, dispondrán de varios años para ajustarse a las nuevas normas. Los bancos, por ejemplo, tendrán plazo hasta 2013 para que los recursos propios lleguen a 3,5% de sus activos. En 2014 ascenderían al 4% y en 2015 al 4,5%.

En ese momento, los organismos financieros tendrán que empezar a crear un colchón de capital adicional de 2,5% que deberá estar en marcha el 1 de enero de 2019. Los supervisores estadounidenses habían deseado que estuviera en marcha un año antes pero otros países querían que la aprobación definitiva de las normas se pospusiera hasta 2020. Acordaron el año 2019 como un compromiso entre ambas partes.

Los reguladores han resaltado que la nueva normativa es necesaria para garantizar que el interconectado sistema bancario mundial no afronte otra crisis como la que condujo a los rescates bancarios financiados por los contribuyentes en 2008 y 2009. Los gobiernos quieren que los bancos cuenten con grandes reservas de capital para que puedan seguir prestando dinero, incluso si empeora la economía.

Si el capital de los bancos cae por debajo del "colchón de protección", los supervisores podrían obligarlos a conservar una mayor porción de sus ganancias para apuntalar las reservas, lo que significa que dispondrán de menos recursos para repartir dividendos u ofrecer grandes paquetes de compensación salarial. Algunos analistas creen que los nuevos estándares podrían, en esencia, forzar a los bancos a reducir sus carteras de préstamos o desprenderse de otros activos para mejorar sus posiciones de capital.

Debido a la cantidad de tiempo concedido para implementar las nuevas normas, no se prevé que los grandes bancos estadounidenses recauden capital de forma inmediata, dado que cumplen con los requisitos iniciales de capital básico. Los bancos europeos, no obstante, podrían tener que salir a levantar fondos.

El acuerdo fue negociado en el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, un consorcio de reguladores que se reúne en Suiza. Altos funcionarios de todo el mundo, incluido el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, asistieron a la reunión el domingo, para rubricar el acuerdo. Se anticipa que el grupo presente su informe ante los líderes mundiales en la próxima reunión del Grupo de los 20 que tendrá lugar en Corea del Sur en noviembre.

– El nivel mínimo de capital exigido a la banca se triplica con Basilea III (Cinco Días – 13/9/10) Lectura recomendada

Los supervisores financieros de las grandes economías mundiales aprobaron ayer una reforma histórica de las exigencias a la banca en materia de solvencia, apalancamiento y liquidez. Con el nuevo marco regulatorio internacional, el capital mínimo requerido a la banca se triplicará. El G-20 ratificará el acuerdo en su próxima cumbre.

(Por M. M. Mendieta, Agencias – Madrid, Basilea)

El acuerdo de Basilea III vio ayer la luz después de meses de negociaciones. Los gobernadores y supervisores financieros de 27 de las mayores economías del mundo (Unión Europea, EEUU, China, India, Canadá y Suiza, entre otras) han aprobado un paquete de medidas con el objetivo de reforzar la solvencia de la banca mundial.

Siguiendo el mandato de los países del G-20 de diseñar un marco regulatorio para el sector bancario que evite nuevas crisis y ayude a las entidades financieras a afrontar futuras pérdidas, el Comité de Basilea ha alcanzado un pacto que aumenta las exigencias de capital e introduce nuevos requisitos en materia de apalancamiento y liquidez.

La medida más significativa del acuerdo es el aumento del nivel mínimo exigido de capital de máxima calidad (acciones y reservas, también conocido como core capital). Del ratio actual del 2%, se pasará a un 4,5% en 2015. Adicionalmente, se establece un colchón de protección que se dotará con el mismo tipo de capital para alcanzar un ratio adicional del 2,5%. Así, en un plazo máximo de ocho años, las entidades financieras de todo el mundo deberán contar con una proporción de core capital del 7%.

Aquellos bancos que no constituyan el citado colchón no serán obligados a captar fondos en efectivo, pero sí que tendrán prohibido distribuir dividendos.

Además de estas exigencias de capital de máxima calidad, también se amplía el requisito de Tier 1 (que incluye acciones, reservas y otro tipo de títulos como participaciones preferentes) que pasa del 4% al 6%. Si se tienen en cuenta otros instrumentos de capital y deuda, de menor calidad (Tier 2), la exigencia llega al 10,5% de los activos ponderados por riesgo.

Pacto para una aplicación progresiva

Las reuniones del Comité de Basilea, que comenzaron el sábado, estuvieron marcadas por el frente de EEUU, que reclamaba un calendario rápido y el de Alemania, que prefería una aplicación tranquila. Finalmente, se ha llegado a un acuerdo intermedio. A partir de 2013 se empezará a exigir más capital para la mayoría de países, pero no será hasta 2015 cuando se pida un ratio de core capital del 4,5%. En cuanto a alcanzar un nivel del 7%, tan sólo se exigirá de aquí a ocho años.

El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, explicaba ayer en una nota de prensa que "los acuerdos alcanzados constituyen un refuerzo importante de los estándares globales de capital" y darán más estabilidad financiera y al crecimiento a largo plazo.

Desde el Banco de España se aseguraba ayer que los nuevos requerimientos de capital ayudan a evitar nuevas crisis financieras, permiten la existencia de bancos más fuertes y sólidos y despejan las incertidumbres que se planteaban en el sector sobre ellas.

El G-20 ratificará el acuerdo de Basilea III en su próxima cumbre, que tendrá lugar en noviembre en Corea.

Calendario

– En 2013 se empezará a exigir un paulatino aumento de los niveles de capital.

– A partir de 2015 los bancos deberán contar con un ratio de core capital del 4,5% y del 6,5% en Tier 1. También se introducirá unos requisitos mínimos de liquidez.

– En 2016 se pedirá a los bancos que empiecen a crear un colchón anticíclico de capital.

– Para 2019, las entidades financieras deberán cumplir con todos los requisitos de la nueva regulación.

– Las nuevas reglas de la banca mundial reciben elogios, pero con algunas reservas (The Wall Street Journal – 13/9/10)

(Por Damian Paletta y David Wessel) Lectura recomendada

Dos años después de que el colapso de Lehman Brothers Holdings Inc. sacudiera al sistema financiero global, los supervisores bancarios y los bancos centrales han acordado un plan para impedir una repetición.

La pregunta es si el complejo acuerdo cumplirá la promesa de hacer un aporte "sustancial a la estabilidad y el crecimiento financiero a largo plazo" hecha por Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo y presidente del comité que produjo el pacto anunciado el domingo.

La idea es directa. En Estados Unidos, la ley de reforma financiera aprobada por el Congreso y promulgada en julio por el presidente Barack Obama estableció normas para que los bancos estadounidenses no caigan en los errores pasados. El acuerdo gestado durante los últimos meses en Basilea, Suiza, les permite a los bancos de todo el mundo continuar tomando grandes riesgos, pero les exige que acumulen mayores reservas de capital para absorber pérdidas.

"La forma más simple de decirlo es: capital, capital, capital", dijo al Congreso el año pasado el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner. "Es bueno diseñar los requerimientos de capital para que, dada la falta de certezas que tenemos sobre el futuro del mundo, (y) dada la ignorancia que tenemos sobre algunos elementos de riesgo, haya un colchón mucho mayor para absorber pérdidas y para ahorrarnos las consecuencias de decisiones erradas".

Según ese criterio, ¿alcanza Basilea III, como se conoce el acuerdo, el objetivo propuesto?

El sólo hecho de que se haya llegado a un acuerdo constituye todo un logro. La negociación de Basilea II, un pacto que hoy se considera inadecuado, demoró alrededor de una década. "Es notable que 27 países se pusieron de acuerdo cuando hay tantas divisiones continentales entre Europa y EEUU", indicó Cornelius Hurley, director del Centro Morin para Leyes Bancarias y Financieras de la Universidad de Boston.

Si el convenio se implementa sin grandes alteraciones -algo que dista de estar garantizado-, requerirá que los bancos tengan más capital que antes de la crisis. Una mayor parte de ese capital será capital común que puede absorber pérdidas con rapidez porque los accionistas son los perjudicados.

Es probable que pocos bancos necesiten grandes inyecciones de capital para cumplir con la nueva normativa, en parte porque han apuntalado sus balances y reducido sus préstamos. Si las nuevas reglas se hubieran implementado antes de la crisis, casi todos los mayores bancos del mundo hubieran necesitado un colchón de capital mayor.

El debate, por lo tanto, gira en torno a si las nuevas reglas son insuficientes u onerosas. Los mayores bancos globales se verán obligados a reservar capital común equivalente a 7% de sus activos, comparados con las exigencias actuales que pueden ser de apenas 2%. "Hicieron lo mínimo", afirma Simon Johnson, economista del Instituto de Tecnología de Massachusetts y uno de los críticos más enconados de la respuesta a la crisis global. Douglas Elliot, un ex banquero que ahora trabaja en la Institución Brookings en Washington, describió los estándares como más bajos de lo que le gustaría, "pero mucho más altos que el requisito efectivo (actual)".

Joseph Stiglitz, el ganador del Premio Nobel de Economía que enseña en la Universidad de Columbia, consideró las medidas como "un paso en la dirección correcta".

La reacción entre los ejecutivos de la banca fue menos entusiasta. "Cada dólar de capital es un dólar menos en la economía", manifestó la Mesa Redonda de Servicios Financieros, un organismo que agrupa a las principales firmas financieras estadounidenses.

Los reguladores globales tenían una tarea delicada. Las demandas de demasiado capital demasiado pronto corrían el riesgo de provocar un repliegue más profundo del crédito en momentos en que la economía necesita préstamos.

Por motivos económicos y políticos, los bancos centrales y los reguladores financieros acordaron una transición prolongada para poner en vigencia las nuevas reglas, más larga de lo que quería EEUU. La normativa entrará en vigor en 2013, pero la mayoría de los bancos tendrán plazo hasta 2019 para cumplirla, e incluso más tiempo en algunos casos.

La transición es demasiado larga para algunos. "Aplaza los niveles de capital más altos durante años", se quejó Anil Kashyap, un economista financiero de la Universidad de Chicago. "El retraso expone al público a un riesgo persistente", añadió Stiglitz.

El respiro de alivio de los bancos se reflejó en los precios bursátiles. Las acciones de Bank of America Corp., J.P. Morgan Chase & Co., Citigroup Inc., Wells Fargo & Co., Citigroup Inc., Goldman Sachs Group Inc. y Morgan Stanley, los seis principales holdings bancarios de EEUU, subieron cada uno más de 2%.

Varios temas quedaron en el tintero. Uno de ellos es el de las entidades consideradas demasiado grandes para quebrar. Se estudió la idea de que estos bancos reservaran niveles más altos de capital, pero no se pudo alcanzar un acuerdo al respecto.

Algunos "olvidos" de Basilea III, permiten presagiar que habrá más "penas"

El hecho de que se establezca un plazo de implantación tan dilatado, hasta finales de 2018, debería ayudar a mitigar su impacto sobre las sociedades financieras más afectadas por estas nuevas reglas (junto con algún guiño específico como la consideración de los créditos estatales como capital, en el caso alemán), que son fundamentalmente europeas. No en vano Goldman Sachs y Morgan Stanley nos recordaban ayer cómo, en Estados Unidos, Basilea III puede llevar aparejada recompras masivas de sus acciones por parte de la banca de inversión ante un escenario previsible de exceso de recursos propios. Miel sobre hojuelas.

Las nuevas disposiciones se olvidan del activo…

Sin embargo no es oro todo lo que reluce. Todas las nuevas disposiciones se olvidan que los balances bancarios cuentan, como los de cualquier otra empresa, con dos partes claramente diferenciadas, iguales en tamaño, que son el activo y el pasivo, esto es: lo que tienen y lo que deben a accionistas o terceros. Y que en el origen del huracán que estuvo a punto de llevarse por delante el sistema financiero en el otoño de 2008, ambas partes jugaron su papel.

De hecho, recordarán ustedes como conceptos tan poco manejados fuera de los ámbitos especializados como titulizaciones, SPVs (Special Purpose Vehicles) o incluso apalancamiento, cobraron un especial vigor en aquellas fechas. Entonces se puso de manifiesto cómo las instituciones financieras habían multiplicado sus créditos y demás elementos de su activo sin alterar sus niveles de financiación propia y ajena. Un proceso que, para más inri, olvidaba su carácter de depositario final del riesgo de tales emisiones o de aquellos vehículos especiales de inversión con las consecuencias de todos sabidas. Y es que finalmente quedó demostrado que la base de capital de la banca era insuficiente… para ese excesivo nivel de exposición a distintos mercados (financiero o inmobiliario). Pequeño matiz.

Puesto que la nueva normativa es el resultado de un cociente, en el que en el numerador se encuentran recursos propios en sus distintas categorías y en el denominador los activos ponderados por riesgo, sorprende -con la honrosa excepción del coeficiente de liquidez ya citado- cómo Basilea III pasa por encima de la regulación de los primeros que, de hecho, son los únicos directamente controlables por la banca. Era momento de establecer ratios mínimos de depósitos/créditos en banca minorista (complementario a ese colchón adicional que Basilea III exige para cubrir la diferencia temporal entre ambos), fijar reglas generales de ponderación (en función de criterios objetivos como el rating) o limitar la concentración sectorial de préstamos.

… que es el único directamente controlable por la banca.

En efecto. Por centrarnos en el caso europeo, es evidente que la reciente prolongación de la línea extraordinaria de liquidez por parte del Banco Central Europeo pone de manifiesto el desequilibrio existente entre inversión y financiación, un agujero que sólo se puede corregir de modo efectivo mediante la actuación simultánea al alza sobre capital y los recursos de los particulares y a la baja sobre el tamaño del activo.

Dados los elevados descuentos que la banca ha de ofrecer a día de hoy para aumentar capital sin que el éxito esté asegurado, las incertidumbres que se derivan para sus cuentas de resultados en el entorno actual, y lo onerosa que resulta la captación de depósitos en un entorno de enorme competencia, el ajuste más inmediato se ha de producir a través de una menor financiación al sistema: reducción de la compra de activos financieros o de la concesión de financiación. Además, tal ajuste se hará de forma acelerada en aquellos elementos que incorporen mayor riesgo (como los créditos sin garantía al sector privado) y de modo mucho más lento en aquellos que no consumen recursos y permiten obtener margen, caso de la deuda soberana, la gran ausente de los stress test. Es así.

Decir que el dinero no va a circular a resultas del aumento de las necesidades adicionales de recursos propios de las entidades bancarias es inexacto. La clave se encuentra, por el contrario, en su obligación de minorar el activo, en la parte de abajo de la división. Se abre así un círculo vicioso en el que menos actividad equivale a menos margen que, a su vez, reduce los beneficios empresariales y, por ende, la posibilidad de capitalizarlos. Sin embargo, es el peaje necesario a pagar por los excesos cometidos, factura que se traslada al mercado en forma de trampa de liquidez, afectando a la actividad global y a la viabilidad de muchos agentes económicos.

La época del crédito alegre y el ROE disparado ha llegado a su fin. Descanse en paz. Eso sí, el nuevo nivel de apalancamiento sobre Core Capital queda en 22 veces. ¿Cuándo podremos descansar en paz?

30 – El Consenso de Washington ya es historia

En el Paper: Réquiem por el Consenso de Washington ¿El final de los paradigmas? (Después de los años de plomo neoliberales), publicado el 15/2/07, decía:

Consenso de Washington – "Hora de la muerte: 17 horas, del 31 de agosto de 2006"

(Médico certificante: UNCTAD)

Según un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) los países en desarrollo necesitan políticas económicas más flexibles.

El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de la UNCTAD afirma que las disciplinas multilaterales que rigen las relaciones internacionales en cuestiones monetarias y financieras son demasiado limitadas, pero las que rigen el comercio internacional son demasiado amplias.

Las condicionalidades y las normas de comercio internacional vinculadas a la asistencia externa y los créditos otorgados a los países en desarrollo no deben impedir que los gobiernos promuevan su economía…

Al tiempo que pide flexibilidad en las políticas económicas, sostiene que para promover el desarrollo, es necesario complementar la creciente interdependencia económica de todos los países con un sistema bien estructurado de gobernanza mundial. Las políticas económicas nacionales centradas en el propio interés -incluidas las políticas comerciales mercantilistas o las políticas macroeconómicas y de tipos cambiarios que afectan a los demás países- por las cuales los países influyentes pueden perjudicar la economía de otros países deben evitarse mediante normas y disciplinas multilaterales. Sin embargo, la restricción de la autonomía política nacional no debe obligar a los funcionarios de los países en desarrollo a renunciar a las políticas que fomenten el desarrollo económico.

El informe sostiene que no existe una fórmula cuantificable única para lograr el equilibrio entre las disciplinas multilaterales y la autonomía de la política nacional que se adecue a todos los países y se aplique a todos los sectores de la economía. El grado de autonomía nacional necesario para promover el desarrollo de la economía difiere en cada país.

El informe advierte que el régimen de comercio multilateral debe tener más en cuenta las asimetrías existentes entre sus miembros y debe concretar acuerdos multilaterales efectivos para la gestión de los tipos de cambio…

Los acuerdos comerciales bilaterales y regionales suelen imponer condiciones aún más estrictas, y además, existen muchos otros medios no comerciales de imposición de restricciones al espacio de política, en particular las condicionalidades del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La desregulación de los mercados financieros internos, la eliminación de controles crediticios, la desregulación de los tipos de interés y la privatización de los bancos eran elementos fundamentales de las reformas efectuadas en los decenios de 1980 y 1990. Paradójicamente, dice el informe, aunque el programa económico establecido hacía todo lo posible para "fijar precios correctos en los mercados financieros", no había ningún concepto que orientara la gestión de los precios más importantes, el tipo de cambio y la tasa de interés que le está estrechamente asociada. Las dos opciones de política sobre tipos cambiarios que finalmente se postularon fueron o bien permitir la libre flotación de la moneda o bien adoptar un tipo de cambio totalmente fijo, soluciones extremas que se denominaron "corner solutions".

El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo subraya que las normas y reglamentaciones sobre comercio internacional que están dimanando de las negociaciones multilaterales y de un creciente número de acuerdos comerciales regionales y bilaterales podrían impedir la aplicación de las medidas de política económica que utilizaron las actuales economías maduras y los países de industrialización tardía para desarrollarse. Aunque estas normas y compromisos tienen el mismo peso para todos los signatarios en lo que respecta a las obligaciones jurídicas, desde el punto de vista económico supone una carga mucho mayor para los países en desarrollo. Por tanto, es de crucial importancia interpretar el concepto de "condiciones equitativas" no desde el punto de vista de las restricciones jurídicas, sino de las restricciones económicas, teniendo en cuenta las distintas características estructurales y los distintos niveles de desarrollo de los países.

El informe sostiene que un régimen de comercio multilateral plenamente integrador debe tener suficiente flexibilidad para reflejar los intereses y las necesidades de todos sus miembros. En aras de una asociación mundial para el desarrollo, los países desarrollados deben acordar un nuevo marco o nuevas directrices para el tratamiento especial o diferenciado en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sin recibir a cambio concesiones de los países en desarrollo…

Se recomienda que los gobiernos de los países en desarrollo se dediquen activamente a promover y desarrollar la empresa nacional, a diferencia de lo ocurrido en los años ochenta y noventa, cuando las instituciones de Bretton Woods les recomendaban que se mantuvieran prescindentes y dejaran que las fuerzas del mercado fijasen "precios correctos". En el informe se sostiene que esos países no deberían verse demasiado limitados por las normas comerciales internacionales o las condiciones impuestas por las entidades crediticias internacionales y no poder hacer lo que más convendría a sus economías. En los últimos años esa libertad de acción se ha convertido en un asunto importante y se suele hacer referencia a ella como "espacio de política".

En el informe se insta a los gobiernos a adoptar políticas macroeconómicas e industriales activas para acelerar la inversión privada y el mejoramiento tecnológico y estimular a las fuerzas creativas de los mercados: son las decisiones empresariales innovadoras y que conllevan riesgos las que generan nuevas líneas de producción y crean nuevas empresas y puestos de trabajo. De ser necesario, los gobiernos también deberían proteger las empresas nacientes, incluso aplicando con prudencia subvenciones y aranceles, hasta que los productores nacionales adquieran competitividad en el ámbito internacional en la venta de productos cada vez más sofisticados.

En el informe se señala que las profundas reformas realizadas por la mayoría de los países en desarrollo en los años ochenta y noventa, a menudo a instancias de las instituciones financieras y entidades crediticias internacionales, no dieron los resultados prometidos. Estas reformas hacían hincapié en una mayor estabilidad económica, una mayor confianza en las fuerzas del mercado y una rápida apertura a la competencia internacional. Sin embargo, en muchos casos la inversión privada no aumentó en la medida prevista, muchas economías se estancaron o incluso se retrajeron, y muchos países en desarrollo que ya tenían elevados niveles de pobreza comprobaron que esos pasos hacia una economía liberalizada aumentaban la desigualdad en vez de reducirla.

En el Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de la UNCTAD se sostiene que la política monetaria podría desempeñar un papel más eficaz en apoyo del crecimiento centrándose en la fijación de un tipo de interés real bajo, que incitaría a invertir, y un tipo de cambio competitivo y estable, que promovería la producción nacional en los mercados mundiales. Se dice además que, para permitir que la política monetaria desempeñe ese papel, las economías de mercado emergentes deberían reducir su dependencia respecto de las corrientes de capital extranjero, como ya han hecho muchas de ellas, y establecer nuevos instrumentos no monetarios para estabilizar los precios, como la política de ingresos o la intervención directa en la formación de precios y, especialmente, de los salarios.

En el informe se destaca que toda prescripción para el desarrollo económico debe respetar la situación específica de cada país. No existe una fórmula uniforme…

El gobierno debería prestar apoyo al sector privado únicamente sobre la base de objetivos operacionales claramente establecidos que pudieran seguirse de cerca, y únicamente durante períodos especificados…

También se recomienda que los intentos para atraer inversión extranjera directa (IED) no apunten a una cantidad máxima sino a una calidad máxima, en el sentido de generar valor agregado nacional y progreso tecnológico…

Unas subvenciones transitorias y cuidadosamente concebidas pueden fomentar inversiones innovadoras, y una protección temporal respecto de las importaciones puede permitir que los procesos de aprendizaje se desarrollen entre las empresas nacionales, según se dice en el informe. Se añade que los aranceles aduaneros aplicados a los productos industriales siguen siendo un instrumento importante porque son fuente de ingresos fiscales difíciles de sustituir en muchos de los países más pobres del mundo, y porque los acuerdos internacionales han reducido el grado de libertad para usar otros instrumentos de política de apoyo de la diversificación y el mejoramiento tecnológico.

Se recomienda mantener los aranceles aprobados en el ámbito internacional a un nivel relativamente más alto y modular los aranceles aplicados en determinados sectores industriales en torno a un nivel medio relativamente inferior…

Ese enfoque flexible de los aranceles podría apoyarse fijando los límites globales a las subvenciones dentro de los cuales los miembros de la Organización Mundial del comercio (OMC) están autorizados a conceder de manera flexible subvenciones a empresas y los sectores económicos…

(Aclaratorio sobre el día y hora de la muerte del Consenso de Washington, aunque hacía ya tiempo que estaba en el "Corredor de la Muerte": Según se constaba en el Comunicado de Prensa de la UNCTAD, el contenido del Informe no podía ser citado ni resumido por los medios de información impresos, radiodifundidos, televisados o electrónicos antes de las 17.00 horas (hora media de Greenwich) del 31 de agosto de 2006)

FMI: donde dije digo, digo Diego (el fin de otra Historia: a buena hora, mangas verdes)

"El denominado "Consenso de Washington", que orientó la política económica de países en vías de desarrollo durante décadas "ya es historia". Los efectos de la crisis han sido tan devastadores que todo lo que ha defendido el Fondo Monetario Internacional durante los últimos 20 años ha dado un vuelco, según ha denunciado hoy el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn"… La teoría del FMI da un vuelco: "El consenso de Washington ya es historia" (El Economista – 4/4/11)

Bajo el Consenso de Washington se promueven políticas económicas basadas en la austeridad, la liberalización y las privatizaciones, con el objetivo de eliminar la inflación, preservar el tipo de cambio, incrementar la tasa de crecimiento de la productividad y crear puestos de trabajo estables. "Todo esto se ha derrumbado con la crisis", ha asegurado Strauss-Kahn durante un discurso pronunciado en la universidad George Washington de la capital estadounidense (abril 2011).

Tras la crisis financiera de 2008, el FMI ve necesario ahora que el Estado ejerza un mayor papel y controle los excesos del mercado. "Al designar un nuevo marco macroeconómico para un nuevo mundo, el péndulo oscilará -al menos un poco- del mercado al Estado, y de lo relativamente simple a lo relativamente más complejo", explica Strauss-Kahn.

Ante la imposición de países emergentes como nuevos motores del crecimiento mundial, ese consenso debe ser superado, mediante una nueva política económica, con acento en la cohesión social y el multilateralismo, ha explicado.

"Claramente, la política monetaria debe ir más allá de la estabilidad de precios, y velar por la estabilidad financiera", propone Strauss-Kahn. En su opinión, eso no debe hacerse mediante el uso de los tipos de interés, sino con otros instrumentos como la liquidez.

"No me malinterpreten: la mundialización dio muy buenos resultados, y sacó a centenares de millones de la pobreza", ha indicado, "pero la crisis y sus consecuencias han alterado fundamentalmente nuestra percepción", ha advertido.

"Necesitamos una nueva forma de mundialización, una mundialización con un rostro más humano", ha exigido. Los países ricos y emergentes deben proseguir con su cooperación en el seno del G20 para asegurar que se superan los intereses nacionales, ha pedido Strauss-Kahn.

A su juicio, es necesaria una globalización "más justa" en la que no haya "unos pocos privilegiados" que acaparan los beneficios.

31 – Los controles de capital son aceptables

Siguen las "novedades" en el FMI: "los controles de capital son aceptables"

""Quién te ha visto y quién te ve" pensarán algunos del cambio que estamos viendo en el FMI. No sabemos si es fruto de la insostenibilidad de las viejas recetas o de la conciencia, esa que dice que algo malo pasa cuando los incentivos no se ponen al servicio de crear algo mejor en este mundo. Y es que no vamos a negar que para muchas personas, e independientemente de su ideología económica y política, este organismo internacional no ha conseguido solucionar todo lo bien que debería su cometido. De hecho la crisis que atravesamos es la más grave desde su creación allá por los años cuarenta en el período final de la destructiva Segunda Guerra Mundial y está directamente relacionada con algunos de sus ámbitos de actuación, por lo que podríamos dar rienda suelta a la crítica. No obstante han sido tantos los errores, tantas las conductas "grises" de muchos, que el FMI no deja de ser un velero en medio de un tsunami"… El FMI "se cae del guindo"; los controles de capital son aceptables (El Confidencial – 7/4/11)

Su pasado es como mínimo controvertido, acusados de estar al servicio de Estados Unidos o de aplicar medidas, especialmente en países pobres, que difícilmente pueden calificarse de beneficiosas para el porvenir del enfermo. ¿Confianza ciega en el dogma o simples intermediarios de intereses más elevados?

Así y todo (tarde y mal, como siempre), se perciben algunos cambios de filosofía en el organismo financiero, o al menos, hay ciertos mensajes que distan mucho de parecerse a lo que se escuchaba en el pasado a través de sus miembros.

Un ejemplo claro de lo que comento son las directrices que el organismo ha lanzado nuevas directrices para controlar los flujos de capital por parte de los gobiernos, algo otrora impensable y en donde se ha posicionado en contra durante casi setenta años. Lo comenta el FT:

The guidelines -which are not yet official Fund policy-, say that countries can control capital inflows when their currency is not undervalued, when they already have enough foreign exchange reserves, and when they are unable to use monetary or fiscal policy instead.

Los flujos internacionales pueden ser muy beneficiosos y en muchos casos lo son, llevan fondos de donde hay excedentes a donde son necesarios, si se invierten bien crearán prosperidad y todo el mundo saldrá ganando. En caso contrario, si el país receptor no consigue la rentabilidad necesaria para pagar lo que debe, empezarán los problemas ¿Pero han tenido la oportunidad y de eso se trata, no? Esa idea era la mayoritaria y por tanto existía una voz oficialista que defendía la libertad de flujos como positiva y justa, voz que defendían entre otros organismos como el FMI.

Es posible que fuese así, como tantas otras cosas del liberalismo dogmático que fallan en la vida real, si el sistema no estuviese de alguna forma "pervertido". En este mundo real en el que vivimos las cosas no son idílicas, en el caso que tratamos existe una cantidad inmensa de liquidez que corre por el mundo adelante, una cantidad tan ingente y volátil que en lugar de ayudar consigue empobrecer aún más a quien la sufre.

Y por si fuese poco suelen ser determinantes en países con desequilibrios en la cuenta corriente, esto es, que invierten más de lo que su ahorro permite para crecer y que por tanto acaban la jugada endeudados. En resumen estamos ante cuantiosos fondos que se mueven sin pensárselo demasiado, que provocan burbujas y errores de inversión por su volumen e inmediatez y que un día se van de repente dando la puntilla y dejando a la economía endeudada y tocada.

El gráfico que sigue no es de ninguna web conspirativa, sino del FMI, que lleva tiempo dándose cuenta de que algo falla en la teoría porque no se ajusta a la práctica. Quizá el mayor problema esté ahora en determinar en qué casos existe un exceso de "hot money" y en qué casos se produce una simple mala gestión por parte del país.

 

edu.red

Para poder aplicar controles de capital el FMI se centra en tres condiciones, son países que: no tienen su divisa devaluada, consiguen almacenar reservas y la política monetaria o fiscal no funciona. Por supuesto las medidas deben ser de corto plazo y no destinadas a bloquear fondos a largo plazo.

El procedimiento sería el siguiente, en un primer momento el país debe dejar su tipo de cambio subir (que normalmente no funcionará casi nunca desde mi punto de vista) o expandir su política monetaria y endurecer su política fiscal (lo que resulta "neutro" para el país pero desincentivará a los inversores foráneos por los menores tipos, luego creo que es la opción adecuada). En caso de no funcionar se admiten los controles de capital, siempre que no sean discriminatorios.

Surge inmediatamente el debate sobre lo hecho por Brasil, el imponer una tasa del 6% a la adquisición de deuda por parte de extranjeros, lo que según el FMI "debe ser la última línea de defensa". A regañadientes pero parece que lo aceptan, y lo comparto. Más controvertidas son aún sus nuevas medidas, idéntica actuación pero ahora con préstamos foráneos, y van más allá subiendo los aranceles a China. ¿Dónde acabarán?

Es difícil sobrevivir en un mundo con quantitative easing, carry trade feroz y dumping comercial, hemos tenido que llegar a esto para que el FMI se diese cuenta, pero rectificar es de sabios. Por si alguien cree que van de farol, lo cual es debatible como siempre, lean también su última propuesta, si Basilea III no es suficiente hay que cobrar impuestos por los riesgos. Dará que hablar, o al menos esperemos que así sea y no haga falta otro desastre para darse cuenta que lo de ahora no puede seguir así.

32 – La sociedad "20 a 80" y tittytainment"

En el libro: La trampa de la globalización. El ataque contra la democracia y el bienestar de Hans-Peter Martin y Harald Schumann 1998, realizan un alegato acerca de las paradojas que comporta el mundo global. La obra se abre con una atrevida predicción, la de que, en el próximo siglo, un veinte por cien de la población activa será suficiente para poder mantener en funcionamiento la economía mundial: la "sociedad 20:80". A partir de esta afirmación, la cuestión de peso que se plantea es averiguar cuál ha de ser el destino del ochenta por cien de la población activa restante. El entretenimiento, y la alimentación suficiente -dibujados tras el concepto de "tittytainment"- parecen ser los trazos esenciales del panorama que aguarda al grueso de la sociedad mundial del próximo milenio.

La presión de la competencia global conduce a las empresas a desentenderse de la suerte de la población desocupada. Desestructurada la sociedad del bienestar, el voluntariado social toma el relevo en la responsabilidad de sostener un sistema que, generado por la era industrial y la sociedad de masas, ha hecho errar al hombre contemporáneo en su creencia de que por fin los logros esenciales de la condición humana están a su alcance.

Sin embargo, Martin y Schumann se revelan ante la idea de que la competencia que impone el sistema global sea interpretada y vendida a los medios como un acontecimiento natural, fruto de un progreso técnico y económico imparable. Son los gobiernos y los parlamentos los que han desarrollado políticas específicas que dejan las decisiones en manos del tráfico internacional de capital y mercancías.

Esta cesión, al amparo de la doctrina neoliberal, se vuelve irreversible y provoca la erosión de las viejas unidades sociales y de las formas de poder. La presión de la economía transnacional transforma la política en un juego impotente y deslegitima al Estado democrático. Los desempleados, superfluos para el sistema, gozan, no obstante, de una soberanía que, traducida al voto, se convertirá en un futuro no muy lejano en instrumento de cambios sociales imprevisibles.

El internacionalismo es, en esta sociedad de final de milenio, un concepto a revisar. Tradicional baluarte de la socialdemocracia, su principal abanderado es hoy el capital. La ciudadanía, hostigada por la carencia del empleo, observa con recelo la transformación de las fronteras, bajo el prisma de la inseguridad y de la identidad. En definitiva, la globalidad frente a la descomposición, al desorden, al conflicto y a la incertidumbre es la viva expresión de la naturaleza de la trampa global.

El tono pesimista queda roto en las breves páginas que cierran la obra, diez sugerentes ideas para superar, desde un resquicio dejado a la esperanza, la sociedad 20:80: una Unión Europea democratizada, cuya sociedad civil se fortalezca, bien podría ser el motor que diese aliento a una futura solidaridad internacional.

El futuro del empleo, según Oxford

– "Sobran seres humanos": por qué va a desaparecer el 47% de los puestos de trabajo (El Confidencial – 22/2/15)

(Por Esteban Hernández) Lectura recomendada

No hace tanto tiempo, la idea de un mundo en el que las tareas más arduas fueran realizadas por robots, lo que permitiría al ser humano dedicarse a labores creativas que le autorealizasen, fue vista como utopía liberadora, una suerte de cielo en la tierra que nos conduciría a otra etapa como especie. Pero ese futuro brillante, lleno de máquinas que nos descargarían de los trabajos mecánicos, también trajo consigo un buen número de amenazas que la cultura se encargó poderosamente de reflejar en obras que fueron desde 2001, una odisea del espacio hasta Matrix. Los robots, la inteligencia artificial y los programas informáticos que aprendían por sí mismos fueron percibidos como paraíso o como apocalipsis.

Hoy reviven esas mismas esperanzas y otros mismos miedos ante la posibilidad de que las máquinas vuelvan al centro del progreso. La llegada del big data está afectando sustancialmente a los procesos laborales y está transformando el modo en que entendemos el mundo, al igual que lo hace la implantación de un cada vez mayor número de robots en las fábricas. La posibilidad de producir exclusivamente a través de máquinas parece estar a la vuelta de la esquina, afirman los expertos, y aunque no fuera así, los cambios que ya han generado la mecanización y tecnificación acelerada de los procesos de producción está siendo de tal magnitud que hará que en el futuro cercano se destruya gran cantidad de puestos de trabajo.

Esta tendencia, no obstante, no parece haber levantado demasiadas reticencias en Occidente, ya sea porque estamos acostumbrados a que la deslocalización productiva se haya llevado los puestos de trabajo a países que prometen costes más bajos, ya porque no lo entendamos como una amenaza, puesto que la mayoría de los empleos de nuestros países tienen que ver con o tareas de alto valor añadido o con el sector servicios, áreas en teoría nada susceptibles de ser programadas e informatizadas.

Sin embargo, esa visión parece ser demasiado optimista. Según el  informe The future of employment, realizado por los profesores de la Universidad de Oxford Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, el 47 por ciento del empleo total está en situación de alto riesgo, "ya que muchas de sus ocupaciones son susceptibles de ser automatizadas en una o dos décadas".  En una primera fase, la mayoría de los trabajadores del sector del transporte y de la logística, así como los administrativos y, en general, todos los relacionados con la oficina, y los vinculados a los procesos de fabricación y producción, "son susceptibles de ser sustituidos por el capital informático".

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