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La nueva normalidad: economía desigual, pobreza, exclusión social y marginalidad

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
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    – El enigma del "crecimiento futuro": entre todos lo mataron y él solito, se murió (el nuevo paradigma de la alquimia financiera: "burbujas" y "burbu-giles")

    ¿Cómo salir de la "realidad de la nada": cero crecimiento, cero inflación y cero esperanza?

    Ya tenemos suficiente experiencia empírica para decir que la cura monetaria es inadecuada cuando ayuda a la "oferta" (banca y bolsa), en vez de a la "demanda" (trabajadores, pensionistas y familias) y a la inversión productiva.

    Mientras que las acciones suben y suben, producto de la política monetaria, el desempleo y la desigualdad siguen aumentando y no hay crecimiento, no hay productividad, no hay cambios políticos y no hay esperanza.

    Hay razones por las que la esperanza está en cero. El fracaso sistemático de los políticos para entender y revertir el peor experimento monetario desde 1929, ha creado una situación en la que es necesario un cambio profundo que sacuda o agite el manto de esta realidad de la nada.

    En la era del "estancamiento secular": la economía es un sonámbulo que marcha hacia una salida accidental y desastrosa. Políticas macroeconómicas terribles y una clase dirigente que está interesada principalmente en mantener el statu quo, mientras que el bienestar de la gente y el desarrollo de la economía es algo secundario, siempre y cuando ellos mantengan su posición.

    La desigualdad se incrementará porque la financierización de la economía tiende a la concentración de la renta y de la producción; y sí: la clase media tiende a mucho menos, porque en el escenario resultante de todas estas transformaciones no será necesaria.

    La "nueva normalidad", después de casi una década de destrucción económica, está matando la productividad, la innovación, la libertad personal, y los sueños por una pobre asignación de capital y recursos, y mediante la limitación de ideas y expresión. Una sociedad rica crece desde abajo, no desde arriba.

    La economía productiva (real) se ha deslocalizado (del primer mundo al tercer mundo), dejando a casi un 80% de los trabajadores manufactureros de los países avanzados, sin perspectivas de un empleo estable, con una remuneración digna, que le permita mantener el nivel de vida habitual y ahorrar para su retiro. Se han sustituido trabajo e ingresos, por créditos impagables.

    ¿Puede considerarse esta situación de precariedad y pobreza en los países avanzados (como no se había visto desde el fin de la II GM), como un "daño colateral" de la "nueva normalidad"? ¿Podemos estar ante un caso de "externalidades negativas" del nuevo paradigma de la alquimia financiera? (Como dirían los insensibles escribas, políticamente correctos.)

    ¿Seguiremos creyendo a las "serpientes encantadoras de hombres", que nos dicen que una aplicación para contratar transporte de viajeros que compite con los taxis tradicionales (Uber), tiene un valor de mercado de 50.000 millones de dólares (12/5/15)?

    ¿Seguiremos creyendo a los "borradores de cabeza", que nos dicen que una plataforma online de alquiler de vivienda vacacional (Airbnb), tiene un valor de mercado de 24.000 millones de dólares (18/6/15)?

    ¿Hasta dónde puede llegar esta economía de "burbujas"? ¿Hasta cuándo se puede sostener esta "nueva realidad de la nada"? ¿Por cuánto tiempo más seguiremos siendo los "burbu-giles" de esta economía de casino?

    Durante los últimos años, las ideas económicas innovadoras, lejos de ayudarnos a encontrar una solución, han sido parte del problema. Las "pseudomatemáticas" y la "charlatanería financiera", se han apoderado de Wall Street. Minería de datos, Algorithmic Trading, High Frequency Trading… Kolm, el científico de la Universidad de Nueva York, advierte que las computadoras no están cerca de ser omniscientes. "En el caso de la mayoría de los modelos de predicción financiera, el grado de certeza es mucho, mucho más débil" que incluso los pronósticos del clima. (The Wall Street Journal – 2/4/15)

    Desde que estalló la crisis financiera global en 2008, la deuda del mundo aumentó 57 billones de dólares, superando el crecimiento del PIB. La deuda gubernamental se incrementó 25 billones de dólares de los cuales 19 billones de dólares están en manos de las economías avanzadas -una consecuencia directa de la recesión severa, los programas de estímulo fiscal y los rescates bancarios-. Mientras que los hogares norteamericanos redujeron su deuda de manera considerable (principalmente a través de incumplimientos de pagos de hipotecas), la deuda de los hogares en muchos otros países siguió creciendo rápidamente. En todas las economías principales, el ratio deuda-PIB (incluida la deuda pública y privada) hoy es más alto que en 2007. Gran parte de esta acumulación de deuda fue generada por los esfuerzos destinados a respaldar el crecimiento económico frente a los vientos deflacionarios en contra luego de la crisis de 2008. (El dilema de la deuda – Project Syndicate – 19/4/15)

    Los efectos riqueza y monetarios no sólo no sirvieron para alentar una recuperación económica significativa tras la recesión, sino que además engendraron nuevos desequilibrios desestabilizadores que amenazan con mantener la economía global atrapada en una serie continua de crisis.

    Tomemos por caso a Estados Unidos, el más vivo ejemplo de la nueva receta de recuperación. Aunque la Reserva Federal incrementó su balance desde menos de un billón de dólares a fines de 2008 hasta 4,5 billones en el último trimestre de 2014, el PIB nominal sólo aumentó 2,7 billones. Los otros 900.000 millones de dólares se derramaron sobre los mercados financieros y alentaron una expansión del mercado accionario estadounidense al triple de su volumen. Entretanto, la economía apenas consiguió exhibir una recuperación claramente deficiente, con el crecimiento real del PIB estancado en una trayectoria del 2,3%, exactamente dos puntos porcentuales por debajo del 4,3% que había sido la norma en ciclos anteriores.

    De hecho, y a pesar de la enorme inyección de liquidez por parte de la Reserva Federal, el consumidor estadounidense (que se llevó la peor parte en la violenta recesión de balances de 2008 y 2009) no se recuperó. El gasto real en consumo personal creció a un ritmo de apenas el 1,4% anual en los últimos siete años. Como era previsible, los efectos riqueza de la flexibilización monetaria los sintieron sobre todo los ricos, quienes concentran la mayor parte de las tenencias de acciones. Pero para la agobiada clase media, los beneficios fueron insignificantes.

    El deficiente desempeño económico de Estados Unidos no impidió a otros imitar sus políticas. Por el contrario, ahora Europa lanzó su propio programa de FC. Incluso Japón, punto de partida de toda esta historia, encaró una nueva forma intensiva de FC, muestra de su aparente deseo de aprender las "enseñanzas" de sus propios errores (tal como los interpreta Estados Unidos).

    Pero más allá del impacto de esta metodología sobre una u otra economía, están los riesgos sistémicos más amplios que surgen del alza de las bolsas y la debilidad de las divisas. Conforme los bancos centrales se pasan el testigo en la carrera de inyecciones excesivas de liquidez, el peligro de burbujas globales de activos y devaluaciones competitivas se hace mayor. Entretanto, un falso sentido de seguridad adormece a los políticos y les quita incentivos para confrontar los desafíos estructurales que tienen por delante.

    En Estados Unidos y otros países, el debate de políticas después de la crisis se tornó del revés, y las consecuencias pueden ser devastadoras. Confiar en la ingeniería financiera y eludir la difícil tarea de hacer cambios estructurales no es receta para una recuperación sólida. Por el contrario, es promesa de más burbujas de activos, más crisis financieras y un estancamiento secular a la japonesa. (La política económica al revés – Project Syndicate – 29/4/15)

    La propia Fed alerta de que la economía crece muy por debajo de su potencial. Seis años de estímulos no han llevado a un aumento relevante ni de las inversiones productivas ni de los salarios reales. Tras 22 billones de dólares de estímulos, todavía habrá alguno que diga que el problema es que no se hizo suficiente. (Un invierno difícil en EEUU -El Confidencial – 3/6/15)

    Estamos viviendo lo que muchos denominan una "no capex recovery", esto es, una supuesta recuperación económica que no está siendo acompañada por la inversión en la economía real. Las empresas estadounidenses han dejado de invertir en la economía real para centrarse en las inversiones financieras. Esta práctica podría ser muy perjudicial en el largo plazo.

    El sector empresarial ha perdido de vista la creación de valor en el largo plazo, para apuntarse a la especulación y aprovecharse de las intervenciones provocadas por los bancos centrales. Si en los últimos tiempos hemos hablado de las distorsiones provocadas por las políticas monetarias, añadamos una más: han matado el largo plazo. (Las empresas ya no invierten, especulan – El Confidencial – 4/6/15)

    Cuando la crisis económica más profunda de nuestra vida continúa en su séptimo año, la mayoría de los países de la OCDE siguen obteniendo resultados insuficientes. En este año, se espera que el crecimiento del PIB de las economías avanzadas del mundo ascienda por término medio a un dos por ciento, frente al 3,2 por ciento a escala mundial, y 2016 no se presenta mejor, con un aumento de la producción de la OCDE de 2,5 por ciento, mientras que la tasa de crecimiento del PIB del resto del mundo es de 3,8 por ciento, próxima a la media del período anterior a la crisis.

    Pero las perspectivas económicas a largo plazo de la economía mundial en conjunto parecen sombrías. Cuando las sociedades de muchos de los países de la OCDE envejecen y se espera que el crecimiento convergente se reduzca de su media anual de 3,6 por ciento en el período 2010-2020 al 2,4 por ciento, aproximadamente, en el período 2050-2060.

    Ese bajón puede ser inevitable, pero se puede mitigar. La aplicación de políticas encaminadas a facilitar y recompensar las inversiones a largo plazo será decisiva para salir de la crisis actual e impulsar el potencial de crecimiento mundial. (El imperativo de la inversión a largo plazo – Project Syndicate – 10/6/15)

    Durante milenios, el comercio internacional se ha centrado en el intercambio de bienes físicos (incluidas las personas durante la esclavitud). En los últimos años, los servicios se han convertido en un componente cada vez más importante de las economías avanzadas y el comercio mundial. Esta tendencia continuará y traerá consigo una mayor complejidad para el establecimiento de reglas y la negociación de acuerdos. El comercio refleja los cambios en la estructura de poder global (The Wall Street Journal – 3/6/15)

    El libre flujo de ideas será fundamental; pero ¿cuáles serán las normas? y ¿quién dictará las pautas? ¿Cómo responderá la sociedad a un mundo que recompensa generosamente a los innovadores educados e ignora la creciente desigualdad de ingresos? La simple verdad es que la proliferación de las tecnologías disruptivas no creará muchos puestos de trabajo bien remunerados. Las destrezas de alta tecnología serán más valoradas y les darán más poder a algunos, pero muchos puestos de trabajo de alta calificación serán más automatizados.

    Mientras las personas que perdieron sus empleos manufactureros en los países avanzados (ahora en vías de subdesarrollo) esperan el tsunami de inversiones productivas que prometieron los líderes de plastilina y jalearon los palmeros del "nuevo paradigma", para volver al mercado de trabajo, lo único constatable es el tsunami digital (que no alcanza para muchos -ni siquiera para los más cualificados) y de inversiones especulativas (que solo sirven para incrementar la brecha social).

    Según un sondeo de la Fed realizado en 2013, el 10 por ciento de la población cuenta con un valor medio de 282.000 dólares invertidos en bolsa mientras que la clase media sólo llega a los 14.000 dólares. En el caso del 20 por ciento de la población con menos ingresos, la media expuesta a la renta variable ronda los 6.000 dólares. De ahí que el rally bursátil de los últimos años haya beneficiado enormemente a una pequeña parte de la sociedad estadounidense.

    ¿Burbuja? El valor de los activos en manos de los estadounidenses alcanza los 99 billones de dólares (El Economista – 11/6/15)

    Una moraleja de la "nueva normalidad": a los que "perdieron la fe" en Detroit, se unen los que "entierran la esperanza" en Silicon Valley. Entre secretos y mentiras, ni las manufacturas han regresado (des-deslocalización), ni las nuevas tecnologías alcanzan para todos (factoría de ficciones).

    Un "mundo de fantasías" (chucherías, aplicaciones triviales, juegos insignificantes, mensajitos frívolos, "streappers" caseros, pérdidas de privacidad, inseguridad, manipulación, siervos voluntarios, nuevos esclavos de la era digital…). Desnudos en la red (la civilización del espectáculo): un "declinismo" feliz. Mientras los "Zucks" se forran de lo lindo y los "Golmans", repiten la jugada. Del planeta web, a agarrados por los web. ¡Tonto el último!

    No Comment (Si esto pide el FMI, ¡cómo estará el patio!; el que quiera entender que entienda)

    Bruselas.- "La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, pidió el miércoles a los dirigentes de todo el mundo que modifiquen los regímenes fiscales, que controlen la corrupción y adopten medidas para reducir la desigualdad de los ingresos, que están lastrando el crecimiento mundial"… El FMI hace un llamado a los gobiernos para que reduzcan la desigualdad (The Wall Street Journal – 21/6/15)

    "Las clases baja y media son los principales motores del crecimiento", afirmó Lagarde durante un discurso en Bruselas. "Lamentablemente, estos motores se han parado".

    Lagarde responsabilizó al sobredimensionado sector financiero en las grandes economías como Estados Unidos y Japón, así como al acceso desigual a la tecnología y la educación, y a la baja movilidad social en todo el mundo de llevar a una "economía de exclusión", citando un término utilizado por el papa Francisco.

    Aumentar la proporción de recursos que se destina a las clases baja y media en un punto porcentual puede acelerar el crecimiento económico de un país en hasta 0,38 puntos porcentuales en cinco años, mientras que incrementar la proporción de la clase alta parece reducir ligeramente el crecimiento local, dijo Lagarde citando datos del FMI.

    "No hay que ser un altruista para apoyar políticas que aumenten los ingresos de la clase media y baja", dijo. "Reducir la desigualdad excesiva no es solo moral y políticamente correcto, sino que es una buena economía".

    Los países deben adoptar primero medidas para asegurar un crecimiento estable con una corrupción mínima para que los menos ricos tengan la posibilidad de luchar, dijo.

    En cuanto a la política fiscal, los gobiernos deberían eliminar desgravaciones fiscales populares que principalmente benefician a los ricos, como las deducciones de los intereses de las hipotecas, o las ventajas fiscales en las plusvalías y las opciones sobre acciones, dijo. Los países europeos deberían reducir los impuestos relacionados con los trabajadores, incluidas las contribuciones a la seguridad social, para ayudar a crear más empleos a jornada completa. Además, deberían invertir más en educación y salud, agregó.

    Un TAC de la crisis, en 30 gráficos (antes que nos borren la memoria)

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    Aclaración previa: Seguramente habrá varias líneas de argumentación para tratar de explicar esta lamentable decadencia, y la que voy a ensayar a continuación no pretender ser la que finalmente termine con el interrogante. Solo será otro intento para ver si es posible encontrar un camino de salida de este abismo profundo en que ha caído la economía de los países avanzados, en la "era de los excesos" (de avaricia culposa y colaboración necesaria).

    Del Paper – ¿Se ha perdido la confianza en la "economía de mercado", en los países avanzados? (el costo de la desigualdad y la falta de oportunidades) (Parte I) (15/7/16)

    – (Febrero 2015) El eclipse de la razón (…y la ignorancia obstinada es ideología)

    A continuación les presento un "breve relato" (al hilo del vivir) sobre algunos de los motivos del fracaso del neoliberalismo global. Como diría Cesar Vidal, sin ánimo de ser exhaustivo, los hechos son los siguientes: (el listado no está por orden de importancia)

    1 – La privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas

    Uno de los principios "fundacionales" de la libertad de mercado es… "que cada santo aguante su vela". Todos los individuos tienen la libertad de emprender sus negocios, si les va bien obtendrán una interesante rentabilidad y si les va mal quebrarán. C"est la vie!

    No es liberalismo, ni nada que se le parezca, que las ganancias se privaticen y las pérdidas se socialicen. Eso es malversar los principios de la libertad de mercado.

    Pues eso fue lo que se hizo con las pérdidas del sector financiero en la presente crisis. Los gobiernos, con el dinero de los contribuyentes socorrieron a los causantes del problema. Y cuando no alcanzaron los fondos fiscales se recurrió al endeudamiento público para seguir manteniendo en pie a instituciones quebradas.

    Si hay libertad para hacer negocios y ganar dinero, debería haberlo también para quebrar. No habría que acudir al socorro público, para tapar fracasos privados.

    Con el dinero que se empleó en rescatar a los bancos, se podrían haber cancelado todas las hipotecas subprime, que según "nos vendieron", fueron las causantes del problema. ¿Por qué no se hizo? Sin respuesta oficial. Probablemente, porque había otras pérdidas ocultas (economía de casino), que superaban ampliamente el daño infligido por las hipotecas subprime, y que no convenía a los bancos, autoridades de control y gobiernos, que los contribuyentes conocieran el verdadero estado de cuentas, y las "connivencias".

    2 – El librecambio es beneficioso para todos

    Hace años el FMI nos "lavaba" el cerebro con la fantasía económica del librecambio: el comercio internacional aumentaría en 300.000 millones de dólares al año, si se eliminaban (o reducían sustancialmente) las barreras arancelarias. ¿Alegría para todos?

    Subidos a la corriente del libre movimiento de mercancías las grandes corporaciones deslocalizaron la producción, llevando sus fábricas a países subdesarrollados, donde la mano de obra era "infinitamente" más barata, la protección social era inimaginable y los sindicatos eran inexistentes.

    La "supuesta" alegría para todos, se transformó (únicamente) en la alegría para las grandes corporaciones, que cerraron sus manufacturas y despidieron al personal en los países avanzados, para levantar sus plantas y ocupar mano de obra en países pobres.

    El comercio libre promueve el bienestar de los ricos, pero no necesariamente el bienestar social, que debería aplicarse a la gran mayoría de la población. No es de extrañar, entonces, que las compañías multinacionales y sus directores ejecutivos, con sus feudos industriales diseminados por el mundo, adhieran fervientemente al comercio libre.

    El comercio internacional beneficia a unas pocas empresas y a unas pocas familias propietarias, perjudicando o en el mejor de los casos dejando en igualdad de condiciones, al resto de las empresas y familias, cualquiera sea el lugar de radicación o residencia. Para mayor agravante -si cabe- el libre comercio -profetizado, publicitado e impuesto-, es solo una pantalla para la financierización de la economía, que es el objetivo buscado (y por lo que se constata, alcanzado).

    Hasta dónde debe seguirse "soportando" el "dogma del librecambio": ¿hay que "empobrecerse a uno mismo", para no "empobrecer al vecino"?

    3 – Too big to fail and too big to jail

    Demasiado grandes para quebrar o ¿demasiado grandes para acatar la ley?

    Muchas de las reformas financieras que hemos visto (el "shopping" normativo) pueden resultar condición necesaria, pero no suficiente. Sigue sin resolverse "el pecado monetario de Occidente" ese extraño privilegio por el que algunos países pueden "comprar sin pagar, dar sin tomar, prestar sin pedir prestado y acumular déficits comerciales sin sufrir las consecuencias".

    ¿Está el sistema financiero en condiciones de darse tanto tiempo luego de la peor crisis desde la década de los 30? No, pero "FED&BIS" continúan con los sofismas. Una de las lecciones menos atendidas de la última crisis es que la salud del sector financiero no puede estar desvinculada de la llamada economía real.

    Mucho dependerá del resultado de estas reformas, pero lo cierto es que, sin un crecimiento de la economía real, las ganancias del sistema financiero sólo pueden basarse en las arenas movedizas de la especulación, es decir, en un festival de instrumentos financieros opacos y de alto riesgo, similar al que llevó al estallido de 2008 (renovando la fe en el Frankenstein financiero).

    El sistema está roto mientras la FED y el BIS sólo atinan a "ponerle tetas". Con reformas de baja intensidad (made in USA o modèl Basilea III) o, sin reformas profundas (como las propuestas por Volcker), Wall Street acabará con la Reserva Federal (y, de paso, con los demás bancos centrales "rescatadores"). Cuando la "madera" avive el fuego, las circunstancias determinarán el yo. Entonces, se agotará el tinglado de la farsa. ¿Se puede decir algo más cínico y escatológico que "alivio cuantitativo"?. Es fácil imaginar sobre quien se "alivian".

    Al final de tanta política monetaria acomodaticia, cuando el presidente de la Reserva Federal (y como él, los gobernadores de bancos centrales de otros países , cooperadores necesarios, y prevaricadores petulantes) haga recuento de sus efectivos le brotará, como a César yacente bajo la estatua de Pompeyo, aquellas palabras inmortales: "¿Tú también Bruto, hijo mío?". Y como hizo el conquistador de la Galia se cubrirá el rostro con la túnica y recibirá de su más próximo la puñalada letal. Y su panteón será una cátedra vitalicia en la Princeton University (o semejantes). Y aquí paz y después gloria, aunque con un país en barrena (y con él, todos).

    4 – La tierra es plana (globalización)

    El camino actual de la globalización del capitalismo deja cada vez más gente fuera del nuevo paradigma económico. Creer que todo se regulara por las leyes del mercado no significa que finalmente eso redunde en nuestro interés.

    Con la globalización las empresas descubrieron que pueden producir en cualquier lugar del mundo, con mano de obra barata, precariedad laboral y posibilidades de evadir reglas. Rápido y barato. Ningún peso ni deberes para la empresa. Así, hay verdaderas zonas francas en el mundo, donde se trabaja sin derechos, sin descanso ni seguridad alguna. Y el patrón no tiene cara. Son los costados más oscuros del capitalismo globalizado.

    Los estados son impotentes ante los mercados y el poder de las corporaciones. Los gobiernos han quedado reducidos a meros lacayos serviles de las multinacionales. Al impulso de la liberación del comercio se cuela el libre movimiento -fundamentalmente especulativo- de capitales, sin fronteras, limitaciones, ni controles, que es la única globalización verdadera.

    En este dualismo económico que ha generado la globalización, la economía de mercado, la competencia mundial y el libre comercio, hay muy pocos que ganan mucho -muchísimo- y un resto enorme que transita la depresión silenciosa. Lo que se está intentando -aunque el discurso oficial sostenga lo contrario- es la perpetuación de las desigualdades superables, la negación de la posibilidad de tener oportunidades superiores a las nativas, de llegar a una sociedad más igualitaria.

    El libre comercio perjudica seriamente a las economías de las naciones. Casi todos los problemas económicos con que se enfrenta la Unión Europea -déficit público, aumento del desempleo, retroceso de la clase media, excesiva competencia, creciente endeudamiento de las empresas y degradación del medio ambiente– pueden estar relacionados con la política del libre comercio (extra regional) que ha estado siguiendo en los últimos años.

    5 – La adicción de la bolsa a la droga del QE (relajamiento cuantitativo)

    Los mercados obnubilados por la relajación monetaria. Los activos de riesgo continúan su escalada ante cada nueva ronda de relajación monetaria que permite a los participantes en los mercados pasar por alto las señales de desaceleración del crecimiento mundial. La racha de noticias económicas adversas apenas interrumpe la subida de las bolsas en las economías avanzadas.

    Cada nueva fase de política monetaria acomodaticia en las principales áreas monetarias salpica a los mercados financieros de todo el mundo. Las perspectivas de escasos rendimientos en los principales mercados de deuda alientan entre los inversores la búsqueda de mayores rendimientos en bonos y títulos de mercados emergentes (o de frontera) con menor calificación crediticia, así como en deuda corporativa de riesgo.

    Los mercados bursátiles minimizan rápidamente la incertidumbre y amplían sus ganancias conforme los inversores esperan que los malos fundamentos induzcan una relajación adicional de las políticas. En una rápida sucesión, el índice S&P 500 registra varios máximos históricos. Del mismo modo, las bolsas europeas resisten bien las desfavorables noticias económicas y la incertidumbre política. Durante todo ese periodo, el mercado bursátil japonés continúa su incesante escalada, alentado por la perspectiva de un estímulo monetario masivo…

    La política monetaria acomodaticia en las principales áreas monetarias moviliza los mercados financieros de todo el mundo. Los renovados estímulos monetarios y la abundante liquidez en las áreas con monedas de reserva contribuyen asimismo a alentar la actividad especulativa en los mercados de divisas.

    Una popular estrategia operativa es el carry trade, en el que las posiciones largas en monedas de mayor rendimiento se financian mediante posiciones cortas en divisas de menor rendimiento. El carry-to-risk, un indicador de los rendimientos ex-ante ajustados por riesgo de las inversiones denominadas en moneda extranjera, resulta más elevado, particularmente en varias divisas de mercados emergentes.

    Al final, los bancos centrales alientan la "exuberancia irracional" de los mercados.

    6 – Los déficits públicos son buenos o malos, según sea su destino (colusión fiscal)

    Dado que el Primer Mundo se fue al "tercero", tal vez sea la hora de aplicar las propuestas de desarrollo que en su tiempo se hacían a los países del Tercer Mundo, para sacarlos de su situación de subdesarrollo. O sea, hay que tratar a los países (ex) avanzados como países tercermundistas. ¿Resulta doloroso? Pero es la triste realidad.

    Unos países desarrollados (en vías de subdesarrollo), en manos (cautivos) de los mercaderes (con sus oídos sordos), de los banqueros (con sus valores tóxicos construidos con "bonus" millonarios) y de unos gobiernos demócratas (o tecnócratas), pero tibios (con su vileza y complicidad).

    De las economías de la falsa prosperidad, hemos pasado al despilfarro… de allí a la explosión de la burbuja y el tsunami financiero, que varios años después sigue replicando por los países más diversos, las costas más lejanas y los deudores más sobrecogidos. A unos les contagio la deuda (UE), a otros el crecimiento (BRICs) y a muchos la incertidumbre (EEUU + UE + BRICs).

    Los causantes de la crisis (banqueros codiciosos, órganos de control cómplices y gobiernos prevaricadores y corruptos), que antes privatizaron las ganancias, luego socializaron las pérdidas, y ahora proclaman (aplican) la austeridad forzada.

    Las medidas de austeridad emprendidas en Europa como principal, y casi único, caballo de batalla para superar la crisis podrían hacer caer la demanda interna en la eurozona y dificultar el crecimiento económico. Esto conduce a la Unión Europea por una carretera sin rumbo, cuesta abajo y a toda velocidad. Imponen el fin del estado del bienestar, la socialización de la miseria, mientras facilitan las políticas beneficiosas para los acreedores que terminan paralizando la economía real.

    El año 2011 será recordado como la época en que muchos estadounidenses que siempre habían sido optimistas comenzaron a renunciar a la esperanza. El presidente John F. Kennedy dijo una vez que la marea alta eleva todos los botes. Pero ahora, con la marea baja, los estadounidenses no sólo comienzan a ver que quienes tienen mástiles más altos han sido elevados mucho más, sino que muchos de los botes más pequeños han sido destrozados por el agua.

    "Por primera vez en numerosas generaciones, muchas familias no creen que sus hijos vayan a disfrutar de un nivel de vida superior al que tuvieron ellos. Esa nueva sensación de malestar es especialmente aguda en los países industrializados, que históricamente han sido fuente de gran confianza e ideas audaces"… (Lee Howell, informe "Riesgos globales" Foro de Davos 2012 – Cinco Días – 12/1/12)

    Estamos ante el fin del Contrato Social. Una economía de manos libres. Una economía de "castas" (política, empresaria, funcionarial…). Un regreso a la edad media (los siervos de la gleba, el derecho de pernada…). Una fórmula siniestra (maldita) que planta las "semillas de la discordia".

    ¿Es necesario sacrificar el empleo, aumentar la inaceptable brecha social, el crecimiento… y el futuro, para seguir financiando el "monopoly" (casino) de unos irresponsables, avariciosos, insensatos, que deberían estar en el paro (despedidos) o (mejor) en la cárcel? Entonces… ¿quién despilfarra los recursos?

    ¿Para qué sirve la economía si no se produce, se crece, hay trabajo, hay inclusión social… en definitiva, hay una mejor asignación de los recursos escasos para atender necesidades ilimitadas? ¿O acaso es mejor seguir alentando (tolerando) el negocio del "humo", la economía de casino, donde cada vez menos ganan más y más ganan menos?

    Ahora hay que equilibrar la austeridad con el crecimiento económico. Hay que ir más allá del corto plazo. Hay que pensar en el largo plazo. Tal vez haya que gastar diferente (y menos) y crecer diferente (y mejor).

    Austeridad, "siempre", pero sabiendo con qué objeto (en qué y para qué). ¿Qué tal si se practica la frugalidad y el crecimiento? Consumo sostenible (menor consumo), con distribución de la riqueza (mayor igualdad).

    Si no hay crecimiento ¿cómo se resolverá el problema de la "deuda" y más grave aún (si cabe), cómo se resolverá el problema de la "desigualdad" económica (entre personas y países)? Esta ha sido (y continúa siendo) la problemática constante del Tercer Mundo y que ahora se traslada al (ex) Primer Mundo. Curiosa (grotesca) paradoja.

    Hay que crecer… pero de otro modo (en forma más sostenible, de manera más igualitaria y con una mejor distribución de los ingresos).

    7 – La deuda pública es buena o mala según sea su destino (pasivo generacional)

    Haciendo un cálculo sencillo, a partir de los datos anteriores, podemos constatar que el dinero del contribuyente aplicado por los EEUU para "socorrer" a sus bancos ("too big to fail") alcanzó entre los años 2007 y 2009 la friolera de 8,4 billones de dólares, lo que equivale al 60% del PIB de ese país.

    Si el cálculo se hace para la Unión Europea, tenemos, inicialmente 1,6 billones de euros (entre 2008 y 2010), que se transforman en 4 billones de euros (según el presidente de la Comisión Europea) para "el conjunto de medidas puestas en marcha para encarrilar la economía" (sic), lo que equivale al 33% del PIB de la Unión.

    Dicho en palabras elementales (para que lo entiendan los que se "lían" con los "billones"): los bancos "demasiado grandes para caer" se han "fumado" en la primera etapa del salvataje (y vaya Dios a saber cuántas más quedan por venir, hasta que saquen todos los cadáveres del armario), el equivalente al 60% de la producción total de un año en los EEUU y el equivalente al 33% de la producción de un año de todos los países miembros de la Unión Europea.

    A los contribuyentes americanos les han sacado (robado) de sus bolsillos el 60% del producto (trabajo) de un año para auxiliar a los bancos causantes de la crisis. Esto, sin agregar la "exacción" indirecta (por la vía inflacionaria) de los Quantitative Easing (QE) de la Fed. El helicóptero de Bernanke.

    A los contribuyentes europeos les han sacado (robado) de sus bolsillos el 33% del producto (trabajo) de un año para auxiliar a los bancos causantes de la crisis. Esto, sin agregar la "exacción" indirecta (por la vía inflacionaria) de las "barras libres" del BCE. La "ponchera" de Draghi.

    ¿Si esta crisis ("sistémica", dicen los escribas mercenarios), se hubiera producido en otro sector de la economía (minero, pesquero, agrícola, manufacturero, energético, servicios no financieros, profesional…), creen ustedes que los gobiernos hubieran puesto a disposición de los "damnificados" tan ingente (y probablemente irrecuperable) cantidad de dinero? ¿Y si además (para más inri), esos "afectados", resultaran ser los causantes (culpables) de la crisis?

    ¿Por qué puede (y tal vez debe) quebrar una explotación agrícola, una fábrica, un supermercado, una tienda, un bar, un restaurante, un taller mecánico, un sanatorio, un profesional… y no puede quebrar un banco? ¿En qué manual de economía están establecidos los parámetros del riesgo sistémico? ¿Cuál es el límite? ¿Y el riesgo moral?

    Esto comportamiento no es capitalista, tampoco liberal. Es un falso capitalismo, un liberalismo económico asimétrico, donde se privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas. Donde se distorsiona (altera) la selección natural. Donde se "amputa" la mano invisible del mercado. Esta es una economía de casino donde las apuestas (particulares) se "cubren" con dinero del contribuyente (público). Y ya se sabe, "el dinero público no es de nadie" (sic).

    ¿Cómo se puede entender la "naturaleza y causa de las riqueza de las naciones", si se deja a cargo de la regeneración de las finanzas a los mismos que provocaron la crisis (la mayor desde 1930), si se tolera que continúen aplicando los mismos métodos (y vicios) que la originaron? El zorro cuida a las gallinas… el pirómano cuida el bosque… y el monstruo de Amstetten cuida a las mujeres y los niños… "Volved a los camarotes, todo está arreglado" (dijo el Capitán del Costa Concordia).

    ¿Aparte de Madoff (porque "pisó los callos" a muchos judíos ricos) y Rajaratnam (porque no era "uno de los nuestros"), quién más entró en la cárcel? En la "quebrada" Europa, ni uno. Mucha banca "en la sombra" y ningún banquero "a la sombra".

    ¿Cuántos de los CEOs (los mariscales de la derrota) siguen al mando de los principales bancos, como si no hubieran tenido nada que ver con el "invento"? ¿Han devuelto algo de los premios cobrados mientras sus bancos se iban a la quiebra? ¿Han dejado de cobrar sus "bonus" multimillonarios durante el proceso de rescate con dinero público?

    Resulta (por lo menos) altamente sospechoso que los bancos centrales hayan ayudado (socorrido) a los bancos (acreedores) y no lo hayan hecho con los particulares (deudores hipotecarios) para que pagaran sus deudas con los bancos. Un caso inaudito en que se ayuda al acreedor en vez de al deudor. El mundo económico al revés. "Y Smith lloró"…

    Vamos a suponer que no haya habido "cohecho activo" (en el que el político o el funcionario es el que se aprovecha del delito cometido para enriquecerse), pero sin duda ha habido "cohecho pasivo" (en el que el político o funcionario deja de actuar para permitir que terceras personas hayan podido enriquecerse). "Y Montesquieu lloró"…

    Según Washington, WikiLeaks (2011) o Megaupload (2012) son miembros del "crimen organizado" (sic). ¿Cómo deberían caratular, entonces, a la banca (los perros de la codicia) y a Wall Street (la mano "visible" de los mercados)?

    8 – La reserva fraccionaria y otras monetizaciones (el multiplicador monetario)

    La reserva fraccionaria es el principal mecanismo de depósitos por el que se rige el sistema bancario mundial. Consiste en que la banca privada debe mantener una fracción de los depósitos que realizan sus clientes en efectivo, mientras que con el resto, pueden dedicarlo a prestar a otros agentes. Dicha fracción se establece a través del coeficiente de caja, el cual es determinado por el organismo público correspondiente, en este caso, los bancos centrales de cada región o país.

    Actualmente se estima que el dinero en efectivo mundial está en torno al 10%, el resto 90% son apuntes contables en los libros de los bancos, tanto privados como públicos (Bancos Centrales). Teniendo en cuenta este supuesto y aplicando un coeficiente de caja del 1% (por ejemplo), si tuviéramos como base monetaria inicial 100 €, 10 de los cuales nos los quedásemos en efectivo y el resto (90 €) lo depositásemos en un banco, éste mantendría 90 céntimos de euro como reservas, mientras que los restantes 89,1 € los prestaría a otro agente. Este otro agente se quedaría con 8,91 € en efectivo, mientras que con los 80,19 € los volvería a meter en otro banco, el cual, mantendría como reservas 80 céntimos de euro. Si continuásemos el proceso hasta el final, la base monetaria resultante habría pasado de 100 € a 1.000 €.

    Por tanto, cuando se invierte a largo plazo (empleando depósitos a la vista para conceder, por ejemplo, hipotecas), sólo es viable si todos los depositantes no deciden retirar su dinero de forma simultánea (corrida bancaria). El banco tan sólo está obligado por ley a conservar en caja el 1 o 2% de los depósitos a la vista para pagar a los clientes que deseen retirarlo, el resto lo presta una y otra vez. Según numerosos miembros de la Escuela Austríaca de Economía, ésta es una de las principales claves para entender los recurrentes ciclos de auge y recesión propios de nuestra época.

    Desde hace casi dos siglos, los bancos gozan del privilegio legal de la reserva fraccionaria, lo cual significa que pueden prestar lo que ya deben a sus depositantes. Al prestar e invertir los depósitos a la vista, los bancos crean dinero mediante la extensión de crédito. Cuando las inversiones del banco se vuelven agrias, y las inversiones a menudo se vuelven agrias, el banco no puede devolver los depósitos y se declara en quiebra. A menos que se las arregle para convencer a los políticos de que es demasiado grande para caer (too big to fail), en cuyo caso serán rescatados con dinero de los contribuyentes.

    Esta relación asimétrica entre los depósitos bancarios y el contrato y los derechos de propiedad normales, combinada con la intervención del Estado, como en el caso de la planificación central de las tasas de interés, y diversas garantías adicionales, es la causa de los auges y crisis financieros.

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