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Las drogas (parte III): El alcoholismo y sus consecuencias negativas (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Numerosas investigaciones han llegado a la conclusión de que el comportamiento y actitudes de los padres hacia los hijos es muy variada, y abarca desde la educación más estricta hasta la extrema permisividad, de la calidez a la hostilidad, o de la implicación ansiosa a la más serena despreocupación.

Las bebidas alcohólicas son bebidas que contienen etanol (alcohol etílico). La dependencia de las bebidas alcohólicas se denomina alcoholismo. El alcohol es una sustancia psicoactiva o droga, cuyo consumo desmedido puede hacer daño al organismo (básicamente el sistema nervioso o el hígado), además es agente causal indirecto de problemas en la familia y en la sociedad.

Atendiendo a la elaboración se pueden distinguir entre bebidas producidas por fermentación alcohólica (vino, cerveza, hidromiel, sake) en las que el contenido en alcohol no supera los 18-20 grados, y las producidas por destilación, generalmente a partir de un producto de fermentación (licores, aguardientes, etc.).

Desde tiempos muy remotos el hombre aprendió a fermentar granos y jugos para obtener una sustancia que le provocaba un estado especial, este estado varia en diferentes personas de acuerdo a la cantidad y a las motivaciones de su injerencia, nos referimos al estado de intoxicación alcohólica. Existen reportes escritos del uso de cervezas, vinos y otras bebidas alcohólicas que datan desde 3000 años antes de Cristo (a.C.). En consecuencia, la influencia del alcohol en la sociedad ha tenido gran peso como factor problemático en la conformación y funcionamiento de la familia, Individuo y por ende de la sociedad.

El alcohol constituye la droga social más utilizada. Su uso se fomenta en la sociedad continuamente. Aparece publicitado en la televisión, relacionado con un modo de vida más libre y feliz. Es habitual tomar alcohol en los momentos importantes de la vida, durante las celebraciones más destacadas del año, etc. Todo ello hace que el individuo se sienta atraído hacia esta droga. Para no ser diferente de los demás, puede tener la necesidad de beber. Es muy difícil y requiere un esfuerzo personal no beber cuando la mayoría de las personas lo hacen. Es paradójico como una de las peores drogas que existen están tan valoradas socialmente.

  • El alcohol como droga.

Es una droga porque puede generar al menos uno de estos tres fenómenos:

1) Dependencia,

2) Tolerancia; y,

3) Síndrome de abstinencia.

  • 1) Dependencia: Es el deseo que tiene el consumidor de "seguir consumiendo una droga" porque siente placer o para reducir una tensión o evitar un malestar.

  • 2) Tolerancia: Cuando se necesita cada vez más cantidad de la droga para sentir el mismo efecto que las veces anteriores. Es por eso que cuando uno no acostumbra a consumir alcohol se embriaga más rápido y con menor cantidad.

  • 3) Síndrome de abstinencia: Se produce cuando se deja bruscamente de consumir, y clínicamente se manifiesta por temblor, sudoración, taquicardia y ansiedad.

  • Efectos Físicos.

El alcohol no está expuesto a ningún proceso de digestión por lo que en su mayoría pasa primero al intestino delgado para después ser absorbido por el torrente sanguíneo. Sólo una pequeña parte llega directamente a la sangre a través de las paredes estomacales. En la sangre el alcohol es metabolizado (descompuesto para ser eliminado o aprovechado por el organismo) mediante el proceso de oxidación. Es decir, se fusiona con el oxígeno y se descompone de modo que sus elementos básicos abandonan el cuerpo de forma de bióxido de carbono y agua. El primer lugar de oxidación es el hígado, el cual descompone aproximadamente la mitad del alcohol ingerido en una hora. El resto permanece en el torrente sanguíneo hasta ser eliminado lentamente.

  • Efectos Psicológicos.

El alcohol afecta en primer lugar al Sistema Nervioso Central y su injerencia excesiva y prolongada puede provocar daño cerebral. Popularmente se cree que el alcohol incrementa la excitación, pero en realidad deprime muchos centros cerebrales. La sensación de excitación se debe precisamente a que al deprimirse algunos centros cerebrales se reducen las tensiones y las inhibiciones y la persona experimenta sensaciones expandidas de sociabilidad o euforia. Por eso se dice, que el alcohol "anestesia la censura interna". Sin embargo, si la concentración de alcohol excede ciertos niveles en la sangre interfiere con los procesos mentales superiores de modo que la percepción visual es distorsionada, la coordinación motora, el balance, el lenguaje y la visión sufren también fuertes deterioros. Fuertes cantidades de alcohol reducen el dolor y molestias corporales e inducen al sueño. Pero su uso continuo irrita las paredes estomacales llegando incluso a desarrollarse úlceras. Adicionalmente tiende a acumularse grasa en el hígado, interfiriendo con su funcionamiento. En alcohólicos crónicos se provocan graves trastornos cerebrales, hepáticos (cirrosis) y cardiovasculares (aumenta la presión sanguínea y con ello el riesgo de un infarto). Incluso, está demostrado que el alcohol incrementa el nivel de los triglicéridos (grasa no saturada o vegetal en las arterias) y con ello también el riesgo de un infarto. Finalmente, como es ampliamente conocido, el alcohol provoca adicción física y dependencia psicológica.

  • Daños que provoca el alcohol en el organismo[14]

En un momento dado depender de su concentración en la sangre que a su vez es determinada por los siguientes factores: cantidad ingerida en un periodo de tiempo, presencia o ausencia de alimentos en el estómago que retengan el alcohol y reduzcan su tasa de absorción, peso corporal, y eficiencia del hígado de la persona que lo ingiere

  El alcohol en cantidades tóxicas, tiene diferentes efectos dentro del organismo, la mayoría de ellos negativos, pues lo único positivo es que contribuye a disminuir el colesterol de la sangre.

? A nivel del Sistema Nervioso: En el consumo agudo, dependiendo de la cantidad y el tipo de persona, progresivamente se alteran las funciones superiores, sobre todo la praxis y la atención, es por eso que es recomendable no conducir en estado de embriaguez, otras alteraciones son en el lenguaje y la memoria. En el consumo crónico: se ha demostrado, que además de algunas alteraciones de las funciones superiores ya descritas, hay lesión en las células nerviosas, y muchas de ellas mueren, está demostrado que el cerebro de un alcohólico de muchos años pesa menos que el de un no alcohólico.

? En el Aparato Digestivo: El órgano más afectado es el hígado, cerca del 20% de alcohólicos termina en cirrosis. El hígado también puede sufrir esteatosis o hepatitis alcohólica. Los pacientes bebedores que hayan tenido hepatitis B, tienen más riesgo para terminar en cirrosis que los que no beben alcohol y han tenido el antecedente de hepatitis B.

Es más factible que junto al consumo de cigarrillos se produzca el cáncer de boca.

El consumo agudo es uno de los causantes de gastritis erosiva, que pueden terminar en una emergencia por hemorragia digestiva; es por eso también que una persona con enfermedad ácido péptica (gastritis o ulcera péptica), se le prohíbe totalmente la ingesta de alcohol.

El páncreas también se puede afectar, el alcohol es principal causante tanto de pancreatitis aguda como de pancreatitis crónica.

? En el sistema inmunológico: Se describe que un alcohólico tiene disminuido las defensas y es más fácil que se enferme.

En el sistema cardiovascular: Se han descrito miocardiopatías a consecuencia del consumo del alcohol, además de aumentos en la presión arterial tras ingesta aguda. El consumo de vino (2 copas como máximo por día te ayuda a bajar el colesterol de la sangre), los médicos conocedores sobre adicciones no recomendamos eso, hasta no haber agotado otras posibilidades para bajar la hipercolesterolemia y haber descartado cualquier posibilidad de adicción al alcohol.

? En el sistema óseo: Se dice que favorece al desarrollo de la osteoporosis.

? En el sistema Endocrinológico: El alcohol favorece a la secreción la prolactina, es por eso que en alcohólicos de mucho tiempo, al examen, algunas veces encontramos escasa secreción láctea por los pezones. Se describe ginecomastia en algunos de ellos.

? En el sistema reproductor: En el bebedor intenso se han encontrado casos de impotencia en el varón y esterilidad en la mujer.

? En la mujer embarazada: El síndrome de alcoholismo fetal, que en una forma grave de .su presentación, el recién nacido presentara bajo peso y malformaciones craneofaciales. Y en una forma leve el síndrome de alcoholismo fetal, puede ser imperceptible y manifestarse a posterior con pequeños trastornos del aprendizaje. Por eso queda absolutamente prohibido tomar alcohol durante el embarazo.

  • Daños que produce el alcohol en la familia.

La victima directa del alcohol es el alcohólico, los afectados indirectamente son sus familiares, pero toda la familia sufre las consecuencias de esta enfermedad. Se describe que la mayor cantidad de maltratos físicos a la mujer o a los hijos, se dan bajo efectos del alcohol; por tanto la violencia familiar y la disfunción de todos los componentes de la familia tienen en algunos casos relación con problemas de alcoholismo.

  • Daños que produce el alcohol en la sociedad.

En primer lugar los accidentes de tránsito, en su mayoría de los accidentes se producen bajo efectos del alcohol, ya sea por parte de los conductores o de los peatones.

Los accidentes laborales, las faltas o tardanzas al trabajo, una de las razones es el consumo del alcohol.

Los homicidios y suicidios se hechos mayormente bajo los efectos del alcohol y otras drogas.

  • Falsos mitos sobre el alcohol.

? Qué el alcohol no es una droga?: Esta falsa afirmación proviene del desconocimiento acerca de lo que es una droga. Los médicos definen a las drogas como cualquier sustancia que al introducirse al organismo produce una alteración en su funcionamiento. El alcohol tiene esa característica y es, por lo tanto, una droga. Además, es una de las drogas capaces de producir adicción o dependencia.

? Beber alcohol es bueno para el corazón y previene las enfermedades cardiovasculares: aunque algunas investigaciones han demostrado que en adultos, sobre todo varones, el consumo moderado de alcohol puede reducir el riesgo de padecer algunas dolencias coronarias, cuando el consumo aumenta lo hace también, de forma muy pronunciada, el riesgo de sufrir alguna de estas dolencias.

? Tomar unas copas facilita mantener relaciones sexuales: aunque fomenta la desinhibición, el consumo abusivo de bebidas alcohólicas, lejos de favorecer las relaciones sexuales, muchas veces las dificulta o incluso las impide, provocando impotencia en el varón y otras disfunciones asociadas.

? Las bebidas alcohólicas son buenas para entrar en calor: aunque el alcohol produce una sensación momentánea de calor, en poco tiempo la temperatura interior del cuerpo disminuye y se siente más frío. Por ello, en caso de embriaguez hay que abrigar al afectado y nunca darle duchas frías.

? Una copa ayuda a superar el cansancio y a estar más animado: tras una sensación de bienestar pasajera, el consumo abusivo de alcohol lleva al sujeto al extremo opuesto, así que si está triste o deprimido empeorará su situación. También causa una mayor fatiga física y pérdida de fuerza.

? Efectos del alcohol en el organismo: El alcohol se diferencia de otras bebidas no permanece en el estómago durante mucho tiempo. Parte de él es absorbido a través de las paredes del estómago, pasa al torrente sanguíneo, y tan pronto como esto suceda, el bebedor experimenta los efectos del alcohol que no fue absorbido del estómago pasa al intestino delgado y de allí también es enviado a la sangre. En esta forma, el alcohol que es ingerido, pronto es conducido al cerebro. Las primeras regiones del cerebro que son afectadas son los lóbulos frontales, o "cerebro superior", que constituyen el asiento de las facultades superior del ser humano, como el juicio el autocontrol, la razón y el tiempo de reacción.

Debido a esto, el alcohol es una bebida muy peligrosa para los conductores de vehículos, es responsable de una gran cantidad de muertes por accidente de vehículos automotores. Debido a que el alcohol actúa en el cerebro como un anestésico, interfiere con la actividad normal de este órgano, aunque el bebedor no se percate de ello. Bajo esta condición, las mejores características del ser humano se pierden y sus peores características ocupan su lugar.

Consecuencias del alcoholismo

6.1. Introducción.

La primera consecuencia perjudicial que se experimenta es la desnutrición. Ya sea por motivos económicos u otras circunstancias, los alcohólicos se alimentan deficientemente. Sienten un particular rechazo por los dulces y atienden prioritariamente a tener cubierta su cuota diaria de alcohol. Comen en forma cada vez más esporádica, y a la falta de proteínas hay que agregar la escasez de vitaminas (especialmente la B), lo que les acarrea fragilidad vascular y neuritis periférica El hambre se disimula por el constante incremento de calorías alcohólicas, el estómago se inflama y dilata y es común que se produzcan graves desarreglos en el metabolismo. El hígado altera su funcionamiento y puede llegarse a la cirrosis, un endurecimiento de los tejidos que produce la muerte. También son comunes la gastritis, la menos grave de todas las afecciones alcohólicas, y la inflamación del páncreas.

La neuritis periférica se produce como consecuencia de la desnutrición, y el sistema nervioso se deteriora, en particular aquellos nervios que parten de la columna vertebral hasta las extremidades. Se comienza con una sensación de hormigueo en pies y manos, y puede llegarse al entumecimiento total. También son afectados los nervios que van a la piel, de modo que la persona pierde el sentido del tacto. En etapas avanzadas se llega a caminar con extrema dificultad, y puede ser necesario un prolongado tratamiento en cama, ya que la recuperación es particularmente lenta.

La deficiente dosis de vitamina B en el organismo puede producir también graves trastornos de la memoria, que se conocen como el "síndrome de Korsakov"[15]. Se trata de un fenómeno que se manifiesta en forma de amnesia, donde los sucesos más o menos remotos se recuerdan con toda claridad pero en cambio se olvida todo lo ocurrido recientemente. Luego de una agitación con señales de confusión que puede durar varios días, el paciente se calma y parece volver a la normalidad. Es capaz de razonar con claridad, pero si se profundiza en la conversación se descubre que el paciente no puede recordar nada de lo que ocurre a su alrededor. Su memoria, en cambio, tendrá almacenado en perfecto orden todo lo que sucedió antes de la enfermedad. Quizá como consecuencia de la pérdida de la memoria inmediata la inteligencia sufre un progresivo deterioro, y el paciente tratará de llenar esa falla confabulando historias para disimularla. Si bien es imposible revertir por completo este síndrome, con una adecuada medicación puede recuperarse parcialmente la memoria. Otra enfermedad concomitante es la llamada encefalopatía de "Wernicke"[16]. El paciente manifiesta una tendencia a la dispersión, y aunque conserva plena conciencia responde a las preguntas con mucha lentitud. A veces también tiene pérdida de memoria, y pierde con facilidad el equilibrio, resultándole difícil caminar.

La demencia alcohólica consiste en una progresiva pérdida de inteligencia causada por el exceso de bebida que provoca la destrucción de células cerebrales. La actividad intelectual disminuye y hay dificultad para hacerse entender. Basándose en recientes investigaciones, la pérdida de tejido cerebral comienza en la carrera alcohólica. Si esa pérdida es considerable, el paciente puede ser internado en forma permanente; pero hay que señalar que muchos alcohólicos no han padecido esta patología, que una vez instalada es irreversible.

Los accidentes de abstención o síntomas de abstinencia aparecen en los días siguientes a la interrupción o reducción considerable del consumo acostumbrado, y se deben a la abrupta caída de la concentración de alcohol en la sangre. Su gravedad varía y pueden presentarse en forma aislada o bien asociados entre sí. A veces ofrecen una secuencia: temblores, convulsiones, alucinosis y delirium tremens. Los temblores matinales suelen ir acompañados de insomnio, sudores y ansiedad extrema, y se calman bebiendo de nuevo para resurgir al día siguiente con igual o mayor intensidad. Las convulsiones (epilepsia alcohólica) se producen una o varias veces en un corto lapso. La abstinencia de alcohol estimula descargas eléctricas cerebrales, que pueden ser aisladas o bien intensificarse hasta llevar a la pérdida de la conciencia. El remedio para esta clase de epilepsia consiste en la definitiva supresión de la intoxicación alcohólica. La alucinosis de los bebedores puede ser acústico-verbal y/o visual, y va acompañada de incontenible ansiedad. El delirium-tremens se produce en personas cuyo alcoholismo activo lleva no menos de diez años, y se anuncia habitualmente por medio de temblores, anorexia, sed o insomnio con agitación nocturna. En estado de obnubilación, el enfermo cae en un vehemente onirismo. Muy rara vez puede tener visiones agradables, comúnmente tiene verdaderas pesadillas en estado de vigilia, con imágenes terroríficas que van acompañadas de ruidos amenazantes, extrañas voces que anuncian la muerte y espeluznantes sensaciones táctiles: insectos y reptiles pugnan por asediar el cuerpo del enfermo, que se desespera en el intento de apartarlos. No reconoce el lugar donde se encuentra, y puede desconocer a las personas que lo atienden, saludando a otras que no conoce. Se siente constantemente amenazado y hasta puede ponerse a luchar para detener o vencer a sus supuestos agresores. Los signos generales muestran la gravedad del ataque: fiebre, deshidratación, taquicardia, sudoración excesiva. Con un tratamiento adecuado, en entre dos y cuatro días llega la curación. Vuelve el sueño, y con él la calma y la lucidez perdida. En muy pocos casos se produce un desenlace fatal, si las defensas del organismo son muy débiles y el delirium tremens precipita una enfermedad latente.

El alcohol también puede afectar al sistema nervioso central. La intoxicación alcohólica aguda (embriaguez) presenta diversas características.

La embriaguez simple modifica el humor, que puede volverse extrovertido o depresivo. La atención cae, se produce una desinhibición y una notoria falta de coordinación motriz, con pérdida del equilibrio, dificultad para pronunciar correctamente y visión duplicada. La embriaguez patológica adquiere una forma anormal, pudiendo llegarse a extremos de agresividad incontrolable, junto con alucinaciones y delirios que ponen en peligro la vida del alcohólico o de terceros. Por último, el coma alcohólico puede ocurrir en alcoholemias que exceden los niveles habituales, y llega a producir la muerte por paro respiratorio, con un descenso abrupto de la temperatura corporal y tendencia al colapso. Son factores predisponentes la exposición al frío (vagabundos en noches de invierno) o un prolongado ayuno previo a la inmoderada ingesta alcohólica.

Aparte de todas estas afecciones de origen orgánico, muchos alcohólicos presentan desórdenes de conducta a los que se denomina "funcionales", y que son de orden psicológico. Entre ellos pueden mencionarse los celos patológicos, más comunes en los hombres que en las mujeres, que al ir aumentando pueden convertirse en delirio alucinatorio.

  • Factores de Riesgo.

Antecedentes familiares de alcoholismo o uso inmoderado del alcohol.

? Presión social

? Hábitos de esparcimientos asociados al consumo de alcohol

? Sentimientos de inseguridad o baja autoestima

? Problemas familiares

? Problemas de bajo rendimiento escolar

? Inmadurez para la solución de problemas

? Falta de ideales y propósito en la vida.

  • Etapas[17]

Como todas las enfermedades, el alcoholismo es progresivo. En la mayoría de los casos esta progresión es lenta y puede demorar años antes de desencadenarse. El doctor E. M. Jellinek, del Consejo Argentino de Alcoholismo (CADA) distingue cuatro fases en su desarrollo[18]

? Fase pre-alcohólica: Se comienza por recurrir al alcohol como un medio de obtener el alivio y la desinhibición frente a ciertas tensiones internas. El aficionado comienza a beber regularmente, sin caer en el exceso. Con su conducta no interfiere en la vida de nadie, simplemente ha descubierto un tranquilizante que lo ayuda a sobrellevar sus dificultades. Ocurre que, sin darse cuenta, aumentan las enzimas que produce el hígado para metabolizar el alcohol, de manera que la misma cantidad es metabolizada más rápidamente y por lo tanto produce un menor efecto; se vuelve necesario aumentar la dosis para obtener el mismo efecto, creciendo así la tolerancia a la bebida.

? Fase prodrómica[19]Esta fase es exclusivamente sintomática y señala el comienzo de lo que podría llamarse "carrera alcohólica". Es entonces cuando las borracheras se vuelven frecuentes y aparecen las "lagunas"; el alcohólico puede cometer una serie de actos de los que al día siguiente no tiene el menor recuerdo. El bebedor suele tomar a escondidas, en su afán por disimular ante los demás su creciente necesidad de alcohol. Se preocupa por la posible falta de alcohol en ocasión de cualquier festejo. Empieza a rondarlo el ansia irrefrenable de beber, y aparece una sensación de culpa por su forma de hacerlo; entonces bebe más para evitar la culpa. Evita las conversaciones que se refieren al alcohol, y se siente aludido en ellas. Se siente obligado a justificarse por su manera de beber, dando explicaciones que habitualmente no le piden; y si se las piden se siente profundamente ofendido. Al final de esta etapa aumentan las "lagunas" debido al creciente deterioro del sistema nervioso. El alcohólico alcanza todavía a controlar la compulsión, y es entonces cuando las medidas preventivas pueden aún encauzarlo. La fase puede durar entre seis meses y cinco años aproximadamente, dependiendo de la constitución física, el nivel cultural y los principios éticos de cada uno. Hay que señalar que algunos alcohólicos se "saltan" esta etapa, pasando directamente de la fase pre-alcohólica a la fase crítica.

? Fase crítica: En esta etapa se desarrolla la enfermedad propiamente dicha, comenzando por una efectiva pérdida de control con respecto a la bebida. Por más que se lo proponga, el alcohólico está incapacitado para medir lo que bebe. El ansia irrefrenable de beber se instala en el centro de su vida y bebe sobre todo para escapar de una realidad que se vuelve cada vez más complicada e insufrible. Suele ser una época de pruebas (no tomar determinados días, no mezclar bebidas) que pueden durar un breve lapso pero que a la larga resultan infructuosas. Se comienza a sospechar con verdadero terror que la fuerza de voluntad no sirve. Como le cuesta razonar prefiere racionalizar; es decir, convertir las excusas en "razones". Estas resultan indispensables para justificar sus borracheras y librarse de la consiguiente culpa. Se miente a sí mismo y a veces logra que le crean o que finjan creerle, lo que lo estimula a seguir haciéndolo. Pelea desesperadamente por defender sus pretextos y una posición que se desmorona frente a la familia o en el ámbito de su trabajo. Ante el fracaso de las pruebas para controlarse comienza a prometer que no beberá nunca más, ni una sola gota. Esta promesa puede durar un tiempo, pero si no hace un tratamiento la existencia se le vuelve todavía más insoportable, y termina reincidiendo de la misma o aún peor manera compulsiva y autodestructiva. Para escapar de su baja autoestima y hasta del desprecio ajeno elabora fantasías de grandiosa arrogancia, jugando a sentirse alguien muy superior al común de los mortales. Suele volverse agresivo, proyectando sus sentimientos de culpa en los demás, pero el remordimiento no lo abandona tan fácilmente y puede caer en la auto conmiseración y el llanto persistente. Pierde el interés por las actividades que antes lo entusiasmaban o distraían, y el alcohol parece monopolizarlo todo. Hay un evidente deterioro de las amistades, la salud física y mental está seriamente comprometida, y muchos alcohólicos han tenido en esta etapa su primera internación clínica o psiquiátrica. También es común que se experimente una disminución del impulso sexual, y suelen aparecer los celos irracionales. Se requiere alcohol al despertarse, para calmar los temblores. Ya no hay horarios o lugares, y se bebe a cualquier hora y en cualquier parte.

? Fase crónica: El alcohol se convierte en una necesidad imperiosa y constante y, al disminuir la cantidad de enzimas para metabolizarlo, baja la curva de tolerancia y con cantidades menores se sufre el mismo efecto, cayendo en un estado de embotamiento continuo, sin perjuicio de momentos de embriaguez. Las defensas orgánicas se reducen a su mínima expresión y se acusa un pronunciado deterioro ético, incurriendo en conductas ostensiblemente antisociales. Son frecuentes los trastornos mentales y, por último, se llega en muchos casos a la cárcel o a la hospitalización definitiva. La muerte es casi siempre prematura, y ocurre por diversas enfermedades concomitantes o por suicidio.

  • Síntomas.

? Taquicardia, mareo o náuseas en las personas con mayor capacidad de metabolizar el alcohol.

? Pérdida de conciencia de la realidad.

? Pobres reflejos. Consecuencias para la salud.

? A largo plazo el alcoholismo puede llevar a:

? Daño hepático. Las células del hígado pierden su capacidad de regeneración hasta conducir a la cirrosis.

? Destrucción progresiva de las neuronas hasta afectar la capacidad mental.

? Complicación renal.

  • Consecuencias clínicas:

? Cardiopatías.

Aunque el consumo moderado de alcohol parece reducir el riesgo de ataques cardíacos mejorando los niveles de colesterol, las dosis más grandes de alcohol pueden desencadenar ritmos cardíacos anormales y aumentar la presión arterial inclusive entre las personas que no tienen un historial de cardiopatía. Un estudio reciente encontró que las personas que bebían hasta embriagarse (nueve o más bebidas una vez o dos veces a la semana) tenían un riesgo de correr una emergencia cardíaca dos veces y medio mayor a la de los no bebedores. Un estimado 11% de todos los casos de hipertensión son causados por la ingestión excesiva de alcohol. El abuso crónico de alcohol también puede lesionar el músculo del corazón lo cual conduce a la insuficiencia cardíaca; las mujeres son particularmente vulnerables a este trastorno.

? Cáncer.

El alcohol quizás no cause cáncer, pero probablemente puede aumentar los efectos carcinogénicos de otras sustancias, como el humo del cigarrillo. El beber a diario aumenta el riesgo de contraer cánceres del pulmón, esófago, estómago, páncreas, colon y recto, cánceres de las vías urinarias, tumores cerebrales, linfomas y leucemias. El mayor porcentaje de cánceres al esófago y un porcentaje menor de los cánceres de la boca, la garganta y la laringe se atribuyen al alcoholismo. El tabaquismo combinado con la bebida alcohólica aumenta de manera extraordinaria los riesgos de contraer la mayoría de estos cánceres. El riesgo de contraer cáncer del hígado aumenta en los alcohólicos, y aún en la persona que toma de manera moderada ?tres a nueve bebidas a la semana? puede aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de la mama en las mujeres.

? Problemas gastrointestinales y hepáticos.

El alcohol pone en particular peligro al hígado. Aquí, el alcohol se convierte en una sustancia aún más tóxica, acetaldehído, que puede causar un daño sustancial, incluyendo cirrosis en personas que sufren de alcoholismo. El daño hepático es más común y se desarrolla más rápidamente en las mujeres que en los hombres con historias similares de abuso de alcohol. Dentro del tracto gastrointestinal, el alcohol puede contribuir a la causa de úlceras y pancreatitis, una infección grave del páncreas. En una escala menor, puede causar diarrea y hemorroides.

? Neumonía y otras infecciones.

El alcohol suprime el sistema inmunitario y las personas que sufren de alcoholismo están propensas a las infecciones. El alcoholismo agudo en particular se asocia con una forma grave de neumonía, la cual puede deberse a factores diferentes al deterioro del sistema inmunitario. Un estudio en animales indica que el alcohol daña específicamente la capacidad que tienen las células del pulmón de combatir bacterias.

? Efectos hormonales.

El alcoholismo aumenta los niveles de la hormona femenina conocida como estrógeno y reduce los niveles de la hormona masculina conocida como testosterona, factores que contribuyen a la impotencia en los hombres.

? Diabetes.

El alcohol puede causar hipoglucemia, una disminución en el azúcar sanguíneo, que es especialmente peligroso entre las personas con diabetes que toman insulina.

? Síndrome de dificultad respiratoria agudo.

El Síndrome de Dificultad Respiratoria Agudo (Acute Respiratory Distress Syndrome) (ARDS, según siglas en inglés), es una forma a veces mortal de insuficiencia pulmonar que puede ser causado por varias afecciones médicas (incluyendo cirugía de desvío del corazón y el pulmón, infección severa, trauma, transfusiones de sangre, neumonía y otras infecciones del pulmón). Un estudio reciente indica que los pacientes en cuidados intensivos con antecedentes de abuso de alcohol corren un riesgo significativamente mayor de desarrollar ARDS durante la hospitalización.

  • ¿Qué otras consecuencias tiene el alcoholismo?

Un enfermo alcohólico tiene problemas en todos los ámbitos de su vida. Desde los físicos, en su organismo, hasta los familiares y sociales. A nivel individual, el alcohol puede propiciar la aparición de cirrosis hepática, que es una enfermedad del hígado que lo puede llevar a la muerte, en ocasiones luego de una dolorosa agonía.

También pueden presentarse trastornos mentales caracterizados por alucinaciones visuales y auditivas, irritación e intranquilidad, depresión, angustia y lagunas mentales, entre otros síntomas.

A nivel familiar, la conducta del alcohólico tiene un efecto directo en su cónyuge, sus hijos y el resto de sus parientes cercanos. Cuando hay un alcohólico en casa, se crea un ambiente de ansiedad, violencia y conflictos serios que dañan la salud familiar.

A nivel social, el alcoholismo está estrechamente ligado con el aumento de los índices de violencia y criminalidad. Es un factor importante en los accidentes de tránsito. También propicia el ausentismo laboral y la pérdida de empleo.

La Secretaría de Salud de México reporta que el abuso del alcohol se relaciona con el 70 % de las muertes por accidentes de tránsito y es la principal causa de fallecimiento entre los 15 y los 30 años de edad. Se estima que 27 000 mexicanos mueren cada año por accidentes de tránsito y la mayoría se debe a que se encontraban bajo los efectos del alcohol[20]

Quien es un alcohólico, test para comprobarlo

7.1. ¿Cómo saber quién es alcohólico?

La respuesta no es fácil debido a la existencia de algunos conceptos erróneos, muchos prejuicios y bastante falta de conocimiento. Por otra parte, alrededor del tema se mueven intereses familiares e incluso sociales, y la negación del hecho no existe sólo por parte de su protagonista: a veces los parientes se niegan a reconocer que tienen en la familia a un "vicioso".

La actitud general ante el problema oscila entre una crítica despiadada y una comprensión benevolente: o bien los borrachos son degenerados que deberían estar en la cárcel o el manicomio, o bien son cómicos que en realidad no le hacen daño a nadie y lo mejor es no darles tanta importancia. Ambas actitudes soslayan el núcleo del problema.

En primer lugar, es indispensable definir y enfocar el tema en forma apropiada. No todos los que beben en exceso son alcohólicos, e incluso hay diversas formas y tipos de alcoholismo y alcohólicos. Lo que los hechos parecen  confirmar es que los alcohólicos son aquellos que beben con culpa, generalmente inconsciente. Suelen dar explicaciones, como que beben para mitigar el excesivo calor o el frío, o para calmarse luego de un supuesto disgusto que acaban de tener, o para aplacar su sed. Difícilmente admiten que beben porque les gusta, y explican cuando nadie les pide que expliquen nada.

Hay que referirse primero a las personas abstemias, aquellas que por razones de preferencia, religión, cultura o principios personales no beben alcohol. Luego están quienes beben moderadamente, y aunque se emborrachen en alguna ocasión especial deben ser considerados como bebedores sociales. Quienes beben con mucha frecuencia y en cantidades inmoderadas pueden ser llamados bebedores excesivos, y en sucesivas etapas bebedores problema. Muchos de ellos tendrían que reconocer que se encuentran al borde del abismo: de allí al alcoholismo hay apenas un paso.

Un alcohólico, entonces, podría definirse como la persona que padece el ansia irrefrenable de beber y no tiene la posibilidad de abstenerse, es decir, que una vez que inicia la ingesta no puede detenerse aunque se lo proponga. Esto puede llegar a estar vinculado a una posible predisposición genética. Pero lo peor está señalado por la imposibilidad de abstenerse: si la persona pasa un período de abstinencia, llega un momento en que no puede mantenerse por más tiempo sin beber; ineludiblemente reincide en la bebida, y una vez que la prueba sólo se detendrá cuando rompa el nivel de tolerancia física.

También hay personas que, sin llegar a esos extremos, tienen una dependencia psicológica con el alcohol: los denominados adictos al alcohol. En este caso, la terminología es equivalente, dependientes o adictos no pueden dejar el alcohol en forma espontánea, carecen de fuerza de voluntad para hacerlo. Otro caso es el de aquellos que llegan a una etapa en la cual su mente y su físico han acusado severos daños, y los efectos del alcohol subsisten aun cuando no continúen bebiendo. Se los denomina alcohólicos crónicos.

En Estados Unidos, el Consejo Nacional de Alcoholismo define esta adicción como "una enfermedad crónica, progresiva y potencialmente fatal". Se caracteriza por la tolerancia y dependencia física, o cambios orgánicos patológicos, o ambos, consecuencia directa o indirecta del alcohol ingerido."

Los límites entre un bebedor social, un bebedor excesivo y un alcohólico no resultan delineados con demasiada precisión. Es importante señalar que la imagen popular hace del alcohólico un vagabundo que vive abajo de un puente, y de hecho, sólo un ínfimo porcentaje de alcohólicos llega a estos extremos. Es necesario saber que hay alcohólicos que viven en medio de nosotros, trabajan ?hasta donde pueden y con un rendimiento cada vez menos eficaz? y a veces hasta forman parte de nuestras amistades o incluso de nuestras familias.

La sospecha personal de que alguien necesita del alcohol a diario es uno de los indicios más importantes para presuponer que alguien pueda ser un adicto al alcohol. Esto implicará que el individuo afectado deba acudir al médico para solucionar el problema. La mayoría de las veces los familiares o amigos deberán ayudar a la persona enferma a que se ponga en manos de médicos y especialistas, dado que está casi nunca admite su dependencia, más aún, reacciona negativamente ante posibles comentarios sobre su afición a la bebida.La medicina dispone de una serie de pruebas para determinar el grado de dependencia al alcohol que se basa en test de conducta y en análisis médicos sobre en los efectos que este tiene sobre el organismo (niveles de transaminasas en la sangre, tamaño de los glóbulos rojos, etc.). No obstante hay toda una serie de síntomas muy significativos que delatan el alcoholismo, tanto de carácter físico como psíquico. Entre todos, los más importantes (síntomas psíquicos del alcoholismo), son:

? Necesidad de justificar el hecho de beber.

? Cambios en la conducta con la aparición de periodos violentos.

? Beber en solitario.

? Perdida de la memoria y de la capacidad intelectual.

? Cambio de conducta.

? No poder aguantar ni un solo día sin beber

? Descuido de alimentación

? Descuido del aspecto personal

? Síntomas físicos del alcoholismo:

? Dolor en el vientre

? Temblores matutinos.

? Torpeza de movimientos y de habilidades manuales.

7.2. ¿Existe una personalidad alcohólica?

Ante todo, es necesario aclarar que el alcoholismo es siempre un síntoma de diversos trastornos de la personalidad. Sin perjuicio de esto, y bajo determinadas condiciones, constituye en sí una grave enfermedad física y mental, lo que no impide que sea siempre un síntoma. El tema merece algunas reflexiones porque ha sido motivo de controversia.

Una úlcera gástrica, por ejemplo, será siempre un trastorno físico del aparato digestivo. Pero bajo ciertas condiciones puede ser además el síntoma de problemas psicológicos. En definitiva se trata de dos puntos de vista que no se excluyen: el gastroenterólogo y el psicólogo enfocan el asunto desde puntos de vista diversos, y no se contradicen sino que se complementan.

En los grupos de Alcohólicos Anónimos es usual la confluencia de extremas personalidades y las más variadas profesiones. Este simple hecho estaría indicando que el alcoholismo no hace diferencias sociales, económicas o intelectuales. Pero, igualmente es posible encontrar algunos denominadores comunes, haciendo dos salvedades: muchos alcohólicos no encajan con exactitud en los tipos que pasamos a describir y muchas personas que no responden a estas características pueden volverse alcohólicas.

7.3. El tipo de personalidad inmadura.

La inmadurez de la personalidad se produce cuando alguno de sus aspectos es interrumpido en su desarrollo. Hay personas que no son capaces de iniciar una vida adulta independiente, y con el paso del tiempo siguen viviendo en la casa paterna. Otra gente logra "despegar", pero no está en condiciones de tomar decisiones propias y recurre constantemente al consejo del padre/ madre, sigue dependiendo económicamente de ellos y si forma una pareja encuentra dificultades para llevarla adelante. Aun cuando sean intrínsecamente valiosas, estas personas no desarrollan una vida productiva y se refugian en melancólicos recuerdos, añorando aquello que esperaban ser y nunca fueron.

Por lo general fueron niños que no tuvieron sus necesidades afectivas satisfechas, y se han detenido en el tiempo a la espera de una especie de indemnización. Por algún motivo "descubren" el alcohol y se van introduciendo en la botella como una manera eficaz de paralizar su crecimiento, aunque desde luego no puedan tomar conciencia del hecho. Es común que desarrollen una relación edípica con la madre. No es casual que el lenguaje popular y cotidiano se refiera a los borrachos como "mamados" y a la borrachera como "mamúa". Y esta peculiaridad no es exclusiva de los varones. Muchas mujeres alcohólicas casadas no pueden prescindir del prestigio y la reverencia que confieren en su vida a la figura materna, que a veces llega a interferir pesadamente en su relación matrimonial.

Para esta clase de personas el presente no es más que una prolongación del pasado, y las circunstancias actuales son vividas como en una nebulosa. Lo que importa es mantener vivo ese pasado, y nada ni nadie tendrá el poder de desplazarlo. Pero, como la realidad cotidiana las abruma, se refugian en el alcohol para ocultarla y poder así regodearse en sus recuerdos, o más precisamente en lo que creen recordar; suele haber en su memoria una considerable dosis de fantasía. Si la realidad les impide o dificulta rescatarla, allí está la botella para ayudarles a evocar.

7.4. Los desajustes sexuales.

Muchos alcohólicos experimentan diversos tipos de trastornos sexuales. El más común es la impotencia masculina. Desde luego que una prolongada ingesta alcohólica la provoca directamente, pero aquí se trata de la impotencia previa al alcoholismo. Es más frecuente de lo que se supone, porque casi nadie está dispuesto a ventilar este problema.

Otros alcohólicos no pueden satisfacer su impulso sexual porque se encuentran inhibidos frente al sexo opuesto, y se desinhiben recurriendo al alcohol. La mayoría de ellos tiene una imagen distorsionada de la relación sexual, considerándola impura o bien idealizándola a un grado de solemne irrealidad. Estas racionalizaciones sirven para disfrazar el temor a no poder realizar el acto sexual con normalidad.

Por otro lado están los alcohólicos que tienen una sexualidad desviada de uno de sus fines, la reproducción, o aquellos que no disfrutan con el acto sexual en sí sino con un conjunto de acciones y objetos que lo rodean, y sin los cuales no pueden llevarlo a cabo. En estas categorías se encuentran los homosexuales de ambos sexos, los sadomasoquistas y los llamados voyeurs o mirones. Muchos de ellos recurren al alcohol para aliviarse de la vergüenza, o bien suponen que la bebida les ayudará a cambiar su conducta sexual. Pero también es común que muchos alcohólicos caigan en la adicción como consecuencia de haber reprimido fuertemente sus tendencias sexuales, y al desinhibirse con la bebida se atrevan a desahogarlas.

7.5. El tipo de personalidad auto?tolerante.

Cuando un niño es sobreprotegido pierde la posibilidad de tomar iniciativas, y a la larga puede convertirse en un pusilánime. Al llegar a la edad adulta seguirá esperando que los demás decidan por él, tendrá temor a cualquier persona o situación que pueda traerle problemas, y en general no sabrá manejarse socialmente. Como consecuencia de la educación recibida tendrá hacia su persona una excesiva indulgencia, y será escasa su capacidad para aceptar frustraciones. Estos alcohólicos manifiestan una constante ansiedad oral, y su necesidad de succionar es permanente. Suelen requerir atención continua, y recurren al alcohol porque es algo que los gratifica y no se les niega, está siempre a mano. Su necesidad de buscar y encontrar placer se aplaca temporalmente con la bebida, y experimentan un gran gusto al consumirla. No beben para buscar un efecto, como otros alcohólicos que incluso sienten rechazo físico hacia el alcohol, sino que disfrutan cada trago. Terminan pareciéndose a niños embelesados con su juguete, y mientras no les prohíban beber no suelen entrometerse con nadie.

7.6. El tipo de personalidad auto?agresiva.

A muchos niños se los obliga a reprimir sus sentimientos, y cuando son agredidos deben cuidarse de reaccionar. Se los fuerza a contenerse a toda costa, lo que sin duda fomenta que los normales impulsos agresivos se vuelvan contra ellos mismos. En su vida adulta tienen temor de expresar su ira, y generalmente son personas que se dejan dominar por un jefe o por su propia pareja. Aunque a veces se atrevan a manifestar su disconformidad, tarde o temprano se auto inculparán por haberlo hecho. Al dominar su agresividad, se produce un malestar que se alivia con la bebida; y además obtienen un beneficio secundario, ya que el alcohol les permite exteriorizar lo que reprimen. Tienen borracheras agresivas, lo que les llenará luego de culpa; y volverán al alcohol para aliviarse de ella.

7.7. La personalidad auto?suficiente.

Muchos niños "malcriados", excesivamente consentidos, tienden a desarrollar fantasías de omnipotencia. Al ir creciendo reciben de la sociedad los frenos que no supieron ponerles en el hogar. Comprueban con dolor y ensañamiento que no son omnipotentes, y es común que ya en la adolescencia descubran en el alcohol la grandiosidad y la arrogancia que la sociedad se niega a reconocerles. Muchos intelectuales recurren al alcohol para dar curso libre a su fantasía creativa, y si al cabo del tiempo quedan atrapados en la adicción es muy difícil que lo admitan porque al final ya no tienen capacidad para imaginar nada, pero el alcohol les sigue procurando esa mágica sensación de ser superiores a todos los demás.

Estos "tipos" o "contornos" son los más notorios entre los alcohólicos, pero es necesario reiterar que existen individuos que no se ajustan a ellos a pesar de ser alcohólicos. Otros, en cambio, pertenecen a esta tipología pero no tienen problemas con la bebida. También es importante señalar que estos perfiles no se excluyen entre sí. Hay alcohólicos, por ejemplo, que a su notoria inmadurez agregan trastornos sexuales y una gran tolerancia y conmiseración hacia su persona. Otros no tienen problemas sexuales pero se manifiestan ostensiblemente autosuficientes, y de la inmadurez no escapa prácticamente ningún alcohólico.

Desde luego que estos "tipos" son observables en alcohólicos que aún conservan su mente y su físico medianamente en condiciones, pues el deterioro mental distorsiona por completo la personalidad y hace imposible cualquier estudio serio al respecto. En las últimas etapas del alcoholismo, previas a la muerte, ya ninguna disquisición es válida.

7.8. Test que permite evaluar la dependencia del consumo de alcohol.

  • A) El test AUDIT, permite evaluar la dependencia del consumo que presenta un individuo.

El test AUDIT, siglas en inglés de "Alcohol Use Disorders Identification Test", (Traducido al Español; "Prueba de identificación de trastornos por uso de alcohol" permite evaluar la dependencia del consumo de alcohol que presenta un individuo. Este sencillo cuestionario fue elaborado por un grupo de expertos a instancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y constituye un instrumento de evaluación que pretende identificar consumos considerados de riesgo, para diagnosticar precozmente el abuso del alcohol o la dependencia de esta sustancia: el alcoholismo.

Debes contestar a todas las preguntas. Ten en cuenta que los resultados obtenidos son solo orientativos, y que en ningún caso sustituyen a la opinión del médico.

  • ¿Con qué frecuencia consumes alguna bebida alcohólica?

  • Nunca.

  • Una o menos veces al mes.

  • 2 a 4 veces al mes.

  • 2 o 3 veces a la semana.

  • 4 o más veces a la semana.

  • ¿Cuántas bebidas alcohólicas consumes normalmente los días que bebes?

  • 1 o 2.

  • 3 o 4.

  • 5 o 6.

  • 7 a 9.

  • 10 o más.

  • ¿Con qué frecuencia te tomas 6 o más bebidas alcohólicas en un solo día?

  • Nunca.

  • Menos de una vez al mes.

  • Mensualmente.

  • Semanalmente.

  • A diario o casi a diario.

  • ¿Con qué frecuencia, en el curso del último año, has sido incapaz de parar de beber una vez que habías empezado?

  • Nunca.

  • Menos de una vez al mes.

  • Mensualmente.

  • Semanalmente.

  • A diario o casi a diario.

  • ¿Con qué frecuencia, en el curso del último año, no pudiste cumplir con tus obligaciones porque habías bebido?

  • Nunca.

  • Menos de una vez al mes.

  • Mensualmente.

  • Semanalmente.

  • A diario o casi a diario.

  • ¿Con qué frecuencia, en el curso del último año, has necesitado beber en ayunas para recuperarte después de haber bebido mucho el día anterior?

  • Nunca.

  • Menos de una vez al mes.

  • Mensualmente.

  • Semanalmente.

  • A diario o casi a diario.

  • ¿Con qué frecuencia, en el curso del último año, has tenido remordimientos o sentimientos de culpa después de haber bebido?

  • Nunca.

  • Menos de una vez al mes.

  • Mensualmente.

  • Semanalmente.

  • A diario o casi a diario.

  • ¿Con qué frecuencia, en el curso del último año, no has podido recordar lo que sucedió la noche anterior porque habías estado bebiendo?

  • Nunca.

  • Menos de una vez al mes.

  • Mensualmente.

  • Semanalmente.

  • A diario o casi a diario.

  • ¿Tú o alguna otra persona habéis resultado heridos porque habías bebido?

  • No.

  • Sí, pero no en el curso del último año.

  • Sí, en el último año.

  • ¿Algún familiar, amigo, médico o profesional sanitario han mostrado preocupación por tu consumo de bebidas alcohólicas, o te han sugerido que dejes de beber?

  • No.

  • Sí, pero no en el curso del último año.

  • Sí, en el último año.

Claves y resultados del test AUDIT de alcoholismo:

Cada respuesta se valora con unos puntos, marcados entre paréntesis para cada una de ellas. Una vez finalizado el cuestionario, suma los puntos correspondientes a cada respuesta para comprobar tu nivel de dependencia del alcohol:

  • a= 0  b=1  c=2  d=3  e=4

  • a= 0  b=1  c=2  d=3  e=4

  • a= 0  b=1  c=2  d=3  e=4

  • a= 0  b=1  c=2  d=3  e=4

  • a= 0  b=1  c=2  d=3  e=4

  • a= 0  b=1  c=2  d=3  e=4

  • a= 0  b=1  c=2  d=3  e=4

  • a= 0  b=1  c=2  d=3  e=4

  • a= 0  b=2  c=4

  • a= 0  b=2  c=4

C) Interpretación de los resultados:

La puntuación oscila entre 0 y 40 puntos como máximo. A mayor número de puntos, mayor dependencia. Aunque este cuestionario no es determinante, una puntuación a partir de 8 puede ser síntoma de padecer algún problema relacionado con el alcohol y sería conveniente consultarlo con el médico.

Fuente: Organización Mundial de la Salud

Sus efectos en los cambios familiares, sociales y culturales

8.1. Costo  familiar.

El costo del alcoholismo es muy grave a nivel familiar y social. Los alcohólicos no sólo deterioran su mente y su organismo, ya que la decadencia se manifiesta también en un abrupto descenso del nivel profesional o laboral, incidiendo directamente en las relaciones familiares. El índice de abuso sexual de menores es más alto que el común en hogares donde alguno de los padres es alcohólico. La familia padece una serie de trastornos que terminan por desintegrarla, y por lo general el divorcio impide que sucedan males mayores. La peligrosidad no se circunscribe sólo a casos de alcoholismo crónico, ya que muchos bebedores en etapas previas pueden manifestar un alto grado de agresividad. Los golpes pueden terminar en homicidio preterintencional, culposo o doloso. Los cónyuges e hijos de alcohólicos pagan un alto costo y tienen grandes dificultades para insertarse en la sociedad.

8.2. Alcoholismo y su influencia en las relaciones de familia.

El alcoholismo es una enfermedad crónica que daña el organismo, el funcionamiento familiar y social y puede ser causa de violencia, conductas antisociales, desavenencias familiares, accidentes incluso de homicidio. Por estas razones el alcoholismo es una enfermedad porque ocasiona trastornos en el funcionamiento normal del organismo.

Como también es el largo período de tiempo que pasa entre el surgimiento de los problemas de alcohol, su reconocimiento y la decisión de someterse a tratamiento, como no existe ninguna línea mágica que divida a los bebedores sociales de los bebedores problemáticos, cada persona deberá evaluar hasta qué punto tiene control sobre su modo de beber así como cuáles son las consecuencias negativas del mismo antes de proceder a realizar los cambios constructivos que sean necesarios. Esto puede ser difícil puesto que hay varias etapas que son comunes a todas las familias con problemas de alcohol antes de que la persona sea consciente de que su modo de beber le está causando dificultades en su vida.

Es tan grande la magnitud del problema del alcoholismo, que es considerando como unos de los principales problemas en el ámbito mundial, y especialmente de los maracaiberos.

El consumo de alcohol es el problema más acentuado en las familias marabinas, es por eso que se hace necesario buscar alternativas de cambios de conducta que permite enfrenta esta situación que ataca tanto a los padres, hermanos, amigos y familiares.

Los problemas de bebida no son cosa de una noche. En muchos casos, una persona avanza desde un modo de beber social a periodos de intoxicaciones ocasionales hasta llegar un punto en que el alcohol interfiere en la vida de la propia persona.

A menudo la familia niega que exista un problema y la necesidad de tratamiento se pospone durante mucho tiempo a causa de las actitudes y creencias que se tienen sobre el alcohol.

Muchas veces los miembros de la familia tratan de encubrir y proteger a la persona con problemas de alcohol para no tener que sentir los efectos negativos de su modo de beber. Esto se suele hacer para intentar que la persona salve su reputación, no pierde su trabajo, etc., pero a largo plazo lo que permite es que el problema de alcohol continúe durante más tiempo.

El alcohol actúa en el cerebro como un anestésico, interfiere con la actividad normal de este órgano, aunque el bebedor no se percate de ello. Bajo esta condición, las mejores características del ser humano se pierden y sus peores características ocupan su lugar.

El alcoholismo es una enfermedad de la familia. Esta enfermedad afecta a todas las personas relacionadas con el bebedor con problemas. Los más afectados son los que están más en contacto directo con el alcohólico, y los que se preocupan más por él quedan literalmente atrapados por el comportamiento de éste. Reaccionamos ante el comportamiento del alcohólico. Nos concentramos en ellos, en lo que hacen, en dónde están, cuánto beben. Tratamos de controlarles la bebida. Nos sentimos avergonzados, culpables, y esto realmente le concierne al alcohólico. Podemos convertirnos tan adictos al alcohólico, como el alcohólico al alcohol. Nosotros también podríamos enfermarnos.

Existe una tendencia a nivel mundial al incremento de bebidas alcohólicas. En Venezuela también algunas personas consumen alcohol de manera irresponsable. El alcoholismo es una enfermedad crónica q daña el organismo, el funcionamiento familiar y social y puede ser causa de violencia, conductas antisociales, desavenencias familiares, accidentes incluso de homicidio. Por estas razones el alcoholismo es una enfermedad porque ocasiona trastornos en el funcionamiento normal del organismo.

Se ha polemizado mucho sobre las causas del hábito del alcoholismo, pero hoy está prácticamente demostrado que no son factores hereditarios, sino adquiridos, los que producen la apetencia al alcohol para consumirlo de manera alcohólica. Cualquier persona puede ser víctima de una vinculación anormal con el alcohol. Generalmente en nuestro medio ambiental la mayoría llega al alcohol por puro aprendizaje e imitación.

Por otra parte, dentro de la socio génesis del alcoholismo existe una realidad impregnada de insatisfacciones y engaños, se ha demostrado que entre las características que predisponen a una persona al alcoholismo ocupa un lugar preferente la sensación de soledad y aislamiento, los problemas familiares, dificultades económicas y la represión psicológica. Asimismo entre las razones por la que un sujeto se convierte en bebedor habitual y dependiente del alcohol figuran las de carácter cultural y económico, sociales. Habitamos en una sociedad consumista en donde el alcohol ha llegado a convertirse en centro de todo tipo de reuniones sociales. Por todas partes encontramos anuncios de bebidas alcohólicas que incitan al consumo.

Ya es tan grande la magnitud del problema del alcoholismo, que es considerando como unos de los principales problemas en el ámbito mundial, y especialmente de los maracaiberos.

8.3. El ámbito familiar.

El mayor factor de riesgo reside quizá en los hogares donde el alcohol circula libremente y donde uno o más adultos suele excederse a menudo, aun cuando no sea alcohólico. Hijos varones de padres alcohólicos han manifestado que comenzaron a beber como una forma de comunicarse con un padre ausente; era su manera de tratar de entenderlo, identificarse con su hábito. En una familia donde el alcohol está presente en cualquier circunstancia el riesgo de alcoholismo es obviamente mayor. Pero también puede resultar peligrosa la actitud contraria. Hay familias en las que el alcohol es equivalente a una mala palabra, sea por motivos religiosos o por prejuicios sociales. Un adolescente rebelde puede sentirse paradójicamente incitado a la bebida, uniendo su rebelión al placer de lo prohibido. En cualquier caso, lo más apropiado será un justo límite, sin convertir al alcohol en un tabú, dos extremos desaconsejables. Más allá de posibles causas genéticas, el alcoholismo de un progenitor pone a los hijos en alto riesgo.

8.4. ¿Una sociedad alcohólica?

La incitación a beber no es sólo explícita. De hecho, las oportunidades para hacerlo son múltiples. El precio cada vez más accesible fomenta el consumo masivo. Muchos adolescentes se inician en el alcohol para no ser menos que algunos miembros de su grupo, o porque sus "ídolos" de la música o el deporte, lejos de desdeñarlo lo aprueban con ostentación.

La actitud cultural hacia el alcohol es una muy importante causa, que actúa por debajo y en apoyo de la publicidad. En sociedades machistas como la nuestra, "beber es cosa de hombres", lo que no impide que cada vez más mujeres se vuelvan adictas, acaso por algún resabio de competencia.

Las causas y las consecuencias del alcoholismo terminan entrelazándose y formando un entramado difícil de desarmar. Si se comienza a beber todos los días, se adquiere una dependencia, y esta dependencia lleva inexorablemente al abuso cotidiano. Si se producen daños físicos, el bebedor se siente cada vez más vulnerable y reincide con mayor frecuencia y empeño. Si como consecuencia de beber en exceso se experimenta un rechazo social, se insiste en la bebida como una forma de desahogo.

8.5. Alcohólicos Anónimos (AAA)[21].

Qué es la Sociedad o Asociación de Alcohólicos Anónimos, más conocida como "la triple A"

La Sociedad o Asociación de Alcohólicos Anónimos (estilizado como la "tripe A" o simplemente "AAA") es un movimiento internacional de ayuda contra el alcoholismo fundado en 1935 por William Griffith y Bob Smith en Akron, Ohio (EE.UU), hoy extendida por todo el mundo. Consiste en comunidades de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver el problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. Para ser miembro el único requisito que se requiere es el deseo de dejar la bebida. Es una asociación sin ánimos de lucro y sin afiliaciones a religiones o partidos políticos.:3 Otra de sus características descollantes es que tiene prohibido estatutariamente recibir cualquier tipo de ayuda económica pública o privada, ni subvenciones ni donaciones. Se sostiene con las contribuciones, de ordinario muy pequeñas, de sus miembros. Eso garantiza su independencia de cualquier organismo, público o privado[22]

El alcoholismo como alcohólicos anónimos lo ve, es una enfermedad que los alcohólicos no pueden controlar su forma de beber porque esta enfermos, de cuerpo y mente(o de las emociones). Si no dejan la bebida, el alcoholismo casi siempre empeora.

La mayoría de los miembros de alcohólicos anónimos padecían también de grandes enfermedades; la bebida los había llevado a hospitales, sanatorios y prisiones. Más y más gente empezó a enterarse de alcohólicos anónimos y dentro de poco tiempo, muchos alcohólicos descubrieron que no tenían que dejar que sus enfermedades les hicieran tanto daño. Podían recuperase en alcohólicos anónimos antes de que la salud estuviera completamente arruinada mientras tenían todavía su trabajo y su familia.

De todo ello se concluye que, los alcohólicos compulsivos terminan sin familia, sin empleo y rechazados por la sociedad y pocos son los que por medio de alguna institución buscan ayuda.

Base Teórica.

Tratamiento para dejar el alcohol.

El éxito en el tratamiento depende de 3 cosas fundamentales:

? Que el paciente desee curarse, es decir reconozca su enfermedad,

? Que la familia esté dispuesta a participar en el tratamiento activamente; y,

? Que el paciente reciba tratamiento en algún centro especializado.

El tratamiento se resume en la re?educación del paciente y su entorno, para ello el modelo biopsicosocial resulta de gran ayuda, hay otros modelos como el familiar.

Los centros en donde se llevan a cabo los modelos biopsicosociales, pueden ser clínicas, hospitales, o comunidades terapéuticas.

El modelo familiar se lleva a cabo totalmente en casa, pero para ello necesariamente tiene que haber un compromiso familiar, y un compromiso de cambio de hábitos fundamentalmente de los familiares, para que luego ellos se encarguen de hacer cambiar al paciente.

Resultan de gran apoyo también las Sociedades de Alcohólicos Anónimos (AAA).

El tratamiento de un paciente alcohólico, puede ser muy largo, porque siempre habrá una posibilidad de recaída.

Conclusiones y recomendaciones

9.1. Conclusiones.

En cuanto al consumo de alcohol, lo que más preocupa es el grupo juvenil, ya que casi uno de cada tres adolescentes refiere no haber bebido nunca alcohol y uno de cada cuatro haberlo hecho sólo en ocasiones especiales como navidades, fiestas, etc. Uno de cada diez dice beber de vez en cuando, dos de cada diez lo hace los fines de semana y sólo en un caso refiere beber todos los días. Hoy en día la edad de iniciación en el consumo de alcohol oscila entre los 11 y los 16 años, situándose la edad media en los 13,3 años. Este dato se ve reforzado por los aportados por las encuestas de Drogas dirigidas a población escolar realizadas en años anteriores, las cuales obtienen edades medias de inicio de consumo de 13,4 y 13,7. (OMS, 2013).

Respecto al tipo de bebidas consumidas, resulta curioso apreciar que las más utilizadas son los licores y los combinados o la cerveza como esperábamos.

El fenómeno del consumo de drogas, que incluye consumo de drogas propiamente dichas y el alcohol, ha mostrado un incremento importante en las últimas décadas. Así mismo, el incremento de la población joven en los países ha provocado que el incremento en el mercado de consumo sea también importante. Junto a este incremento porcentual de la población joven, las sociedades asisten a un número creciente de padres que trabajan y que por consiguiente disminuyen el tiempo de atención a sus hijos. Esto provoca que los adolescentes dispongan de un mayor tiempo libre de la supervisión parental, tanto a nivel físico como a nivel emocional, lo que provoca un incremento a la exposición de los medios de comunicación masivos como la televisión y sobre toda la internet que les permite tener acceso a modelos de vida frecuentemente descontextualizados de su realidad inmediata esto es, su familia.

Sin embargo, las familias están llamadas a buscar espacios de convivencia tanto física como emocional entre todos y cada uno de sus miembros, tratando de buscar un equilibrio entre el estar involucrados de manera activa en el crecimiento y desarrollo de quienes las integran y el permitir la progresiva asunción de la autonomía propia del adulto de los integrantes más jóvenes.

Prevenir implica actuar para disminuir el número de personas que tienen problemas con las drogas, en particular el consumo de alcohol, para que éstos sean menos graves, para evitar las posibles secuelas. Obviamente, prevenir exige anticiparse a los problemas, actuar cuanto antes.

Respecto al consumo de alcohol, en cualquiera de sus variedades, los datos apuntan en la dirección del modelado de las conductas de consumo. Si bien ha sorprendido el hecho de que el número de asociaciones significativas ha sido inferior al esperado; cabe resaltar por ejemplo que, el consumo de tabaco por parte de la madre se asocia a una mayor frecuencia de consumo entre los adolescentes, dato confirmado en otras investigaciones. Por otra parte, se constata la influencia en el consumo de alcohol por parte de las personas mayores de la familia. Por otro lado, algunos autores, de hecho, han observado que los hermanos mayores pueden influir en el consumo de drogas y alcohol; cuando los hermanos mayores consumen drogas, los hermanos más pequeños perciben que estas sustancias y su consumo no están desaprobados. (OMS, 2013).

Otro factor de riesgo del consumo se hallaría en el tipo de relación que los hijos perciben de sus padres. En nuestra investigación, cuando los hijos perciben amor por parte del padre, y control por parte de la madre, el riesgo de ser consumidor de alcohol o drogas, es menor. Precisamente, parece que esta relación es la que ofrece un mayor efecto protector respecto al riesgo de ser consumidor.

Finalmente, la cohesión y adaptabilidad se muestran como factores protectores sobre la probabilidad de consumir sustancias. La cohesión ha sido definida como el vínculo emocional que los miembros de la familia tienen entre sí, y la adaptabilidad sería la habilidad de dicho sistema para cambiar.

En el mundo actualmente la etapa de la adolescencia en el individuo con la llegada de los nuevos avances de la ciencia, la tecnología, el intercambio cultural, entre otros este se ve afectado por múltiples situaciones que conllevan estos cambios viéndose reflejado en la cantidad de adolescentes con problemas de tabaquismo, alcoholismo y drogadicción.

Consumo de alcohol, en particular, ha sido motivo de preocupación por parte de innumerables personas e instituciones a nivel mundial. Sin embargo, hoy en día el uso y el abuso en el consumo de alcohol, se incrementa de manera alarmante, alcanzando no sólo a adultos, jóvenes y adolescentes.

Entre la incertidumbre laboral y las promesas del ocio.

La pérdida de relevancia que para los jóvenes tiene el espacio laboral en su proceso de incorporación a la vida adulta se explica, en parte, como resultado de la mayor incertidumbre que caracteriza la vida actual (para los jóvenes, aunque no sólo para ellos), toda vez que los estudios, el trabajo precario y la fragmentación de la socialización laboral dejan de ser garantía para una integración estable en la sociedad adulta.

Como consecuencia de esta mayor incertidumbre, existe un proceso de perdida de relevancia de la cultura del esfuerzo y de la preparación para un futuro a medio plazo (que incluya el acceso al mundo del trabajo, a la vivienda, etc.), en el que los estudios y la formación personal dejan de ser un componente esencial para su proyecto de vida. Un proceso que se presenta justo cuando las actividades de ocio y tiempo libre y el mundo del consumo, en sus más diferentes expresiones, ocupan un lugar central en la vida e identidad de la juventud, en particular. La mayor disponibilidad de recursos incrementa las oportunidades de acceso a las sustancias y al alcohol en los espacios de ocio prevalente, lo cual puede ser un elemento clave en la asunción de relaciones más intensas con las drogas.

9.2. Recomendaciones.

Especial atención requieren los niños, niñas y adolescentes que trabajan así como el entorno donde estos se desenvuelven en la vida diaria es decir los amigos y los ámbitos escolar y laboral. Es preciso además que los padres y las madres de familia no renuncien a su rol de educadores tanto en la palabra como en el ejemplo, además de que es necesario que desarrollen habilidades para la negociación de los conflictos propios de la familia, erigiéndose como la principal fuente de apoyo emocional, de donde el hijo pueda partir a desarrollar nuevas y más profundas relaciones personales que necesariamente lo llevarán a abandonar a su familia para fundar una nueva, pero manteniendo siempre la posibilidad de regresar a su familia de origen para encontrar apoyo para una vez más volver a partir.

Por eso hablamos de una prevención dirigida a niños y adolescentes, en la que el papel de la familia y de la escuela es fundamental: porque son los espacios en los que prioritariamente se educa, se ayuda a crecer y a construir personalidades más seguras, más libres y más responsables.

No hay que esperar a la adolescencia para empezar a prevenir. Lo más importante es tener un conocimiento real de lo que son las drogas, estar convencido de sus consecuencias negativas y acompañarlo del ejemplo personal. Porqué incidimos en nuestros comentarios en la etapa de la adolescencia, pues es la etapa más vulnerable para caer en el hoyo de este mal social; lógicamente que no hemos dejado en ningún momento de preocuparnos por las personas mayores, quienes muchos de ellos ya son alcohólicos,

Aunado a lo anteriormente expuesto, la curiosidad propia de la etapa adolescente se ve exacerbada por el cúmulo de mensajes, que muestran modelos de vida en donde de manera implícita o explícita el consumo de drogas en general. El fenómeno es cada vez más frecuente, de tal suerte que, es cotidiano que el individuo en desarrollo tenga contacto con aspectos relacionados con el mismo por lo que los padres no pueden evitar el contacto con las drogas y el alcohol de manera permanente. De ahí que sea necesario educar al adolescente en el desarrollo de habilidades para enfrentar la realidad de una manera positiva y no verse afectado por el entorno esto es, la resiliencia.

Hay que recordar que esta cualidad es de hecho una cualidad intrínseca de los metales que les permite mantenerse sin deformar cuando son sometidos a altas temperaturas y aplicada a los individuos y se forma y se incrementa en las primeras relaciones sociales del individuo que ocurren generalmente en la familia. De tal suerte que es el núcleo familiar sea cual fuera la estructura del mismo el encargado de proporcionar herramientas y habilidades para que el adolescente y el joven puedan transitar su proceso de desarrollo de una manera exitosa independientemente del ambiente en que vivan. Por supuesto, el ambiente como parte relevante del triángulo productor del consumo de alcohol y drogas, que muchas veces van asociadas na con la otra, entonces deberá ser modificado de manera positiva.

Para una adecuada realización de la interacción sujeto?objeto que conduzca al conocimiento de tal objeto, es necesaria la interrelación entre el hombre, como sujeto por excelencia del conocimiento, con la instrumentación, la metodología de investigación y todo el conocimiento posible previo en torno a tal objeto. Es aquí donde se realiza el proceso de investigación científica como una manifestación superior del conocimiento como categoría filosófica.

En el trabajo que se analiza se ha llevado a cabo un ciclo completo de investigación, basado en la acumulación de experiencias previas, la selección de complejos métodos instrumentales de trabajo, la modelación teórica por medios computacionales de los procesos moleculares y la aplicación de todo esto para el desarrollo de nuevas técnicas de detección en un medio bastante complejo como son los medio biológicos.

Herramientas al servicio de las familias:

En la prevención, queremos fomentar el papel activo de las familias. Para ello, se ofrecen distintos recursos que permiten abordar, en casa, el tema de las drogas con los hijos adolescentes.

? La guía para los padres.

Una realidad que debe tratarse en familia analiza los diferentes puntos de vista de padres e hijos. También ofrece consejos y estrategias para lograr una buena comunicación, partiendo de la perspectiva de que prevenir es ayudar a decidir.

La guía incluye recomendaciones prácticas para iniciar una conversación en torno a las drogas y al alcohol, y sobre los riesgos y consecuencias que su consumo conlleva. Además, aconseja cómo actuar ante una situación de posible consumo. En especial, estimula a los padres a aportar conocimientos, habilidades personales, testimonios y valores para que los hijos, por sí mismos, aprendan a adoptar una actitud responsable.

? Programa educativo.

El objetivo de un programa educativo adecuado, es facilitar las herramientas adecuadas para que el profesorado de educación secundaria pueda llevar a cabo una actuación educativa con sus alumnos de prevención del consumo de drogas y alcohol. El programa parte del aprendizaje científico de las bases neurobiológicas de la adicción y de los efectos de su consumo sobre nuestro cerebro, nuestro cuerpo y nuestro comportamiento.

Los adolescentes buscan formas de afirmación y de identificación. La facilidad para acceder a las drogas y el alcohol, o atribuirles connotaciones transgresoras, la curiosidad y la presión grupal pueden inducirles a consumir. Informarles y formarles al respecto es, en primer término, responsabilidad de la familia y de la institución escolar.

Hacerlo adecuadamente presupone, en cualquier caso, contrastar las propias ideas para comprobar que se correspondan con la realidad actual y el perfil de los consumidores de hoy. Y también con los conocimientos sobre la composición de estos elementos malignos: qué son; en qué consiste el proceso de adicción; cuál es su base neuronal; y qué efectos causan sobre el cerebro y la salud en una etapa –la adolescencia– en la que el desarrollo orgánico no se ha completado aún.

? Recurso educativo virtual.

Una de las nuevas herramientas es el recurso educativo virtual, que permite abordar la prevención del consumo de drogas y alcohol a nivel educativo de forma virtual, a través de sitios web, previamente analizados por los profesores. La misma que pone a disposición de profesores y alumnos una visión en 3D de la exposición interactiva presencial; tanto por su temática como por su metodología, el programa educativo virtual de prevención puede ser integrado como una actividad curricular más en las asignaturas en los Centro Educativos, a través de los materiales didácticos de neurobiología de la adicción.

? Para los profesionales del ámbito sanitario.

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, http://www.semfyc.es, ha desarrollado un programa de formación para los profesionales de salud (médicos de familia, pediatras y el personal de enfermería). Consta de una guía en la que se recogen algunas preguntas frecuentes relacionadas con el consumo de alcohol y algunas respuestas posibles, además de recomendaciones prácticas. Su finalidad es proporcionar información actualizada y útil para estos profesionales en su relación con los padres y las madres de los jóvenes y con los propios adolescentes; así como con las personas que están inmersas en el consumo del alcohol.

Además, el programa ofrece una herramienta de autoformación, con materiales para organizar sesiones de formación para los equipos sanitarios. Estos materiales incorporan directrices sobre cómo orientar a las familias, además de información actualizada sobre drogas, hábitos de consumo y efectos sobre la salud.

Cambios sociales y cambios en la identidad personal.

Nuestra sociedad está inmersa en un proceso continuo de transformación  que comporta nuevas contradicciones sociales ante las que los individuos, y muy en particular los jóvenes, viven y se reinterpretan, y ante las que han aparecido formas y contextos diferentes de consumo de alcohol.

Partes: 1, 2, 3
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