Por qué los ricos son más ricos en los países pobres (página 2)
Enviado por IVÁN JOSÉ TURMERO ASTROS
El comercio internacional no es más que otra proyección del estado director, queriendo continuar con que el comercio sea una herramienta útil para la dominación y actos bélicos entre los países. Además está es plasmada con tanta indiferencia y neutralidad, desde los inicios hasta la actualidad.
Las fuentes del movimiento librecambista.
Se sitúa en uno de los puntos de encuentro de dos corrientes esencialmente diferentes: el liberalismo económico cuyas implicaciones librecambistas fueron precisadas por Ricardo en 1815 y el utilitarismo que aspiraba a orientar la gestión de los asuntos públicos hacia la búsqueda permanente del interés general o "bien común", por lo que sólo apoyaba medidas de inspiración liberal en la medida en que estás pudieran procurar a la comunidad la mayor utilidad posible.
La función de utilidad es toda aquella información relativa a la satisfacción que el consumidor obtiene de las diferentes cantidades de bienes y servicios consumidos por él.
Existe el postulado de la racionalidad, el cual explica que solamente se requiere que el consumidor sea capaz de clasificar los bienes y servicios en orden de preferencia.
Las elecciones del consumidor están completamente determinadas si tiene una clasificación (y solo una) de los productos, de acuerdo con sus preferencias.
El fracaso de los viejos y nuevos modelos.
No todos los países participantes en el comercio salen ganando el intercambio como lo era para el siglo XIX.
Existen muchas teorías mas las cuales explican la aparición de países nuevos industrializados.
Todo país dispone de los factores clásicos de la producción: tierra, trabajo y capital, en las cantidades propias de su momento y de su economía. Cada tipo de producto requiere una proporción fija de esos factores.
Como primera teoría esta la del librecambio total, donde cada país desea especializarse en la producción que precisa del factor que posee en abundancia y exportar esa producción. Pero este modelo no funciona para cuya fabricación exige el empleo en una gran proporción.
El comercio internacional es positivo para el progreso económico de todos y para los objetivos sociales de eliminación de la pobreza y la marginación social. Sin embargo, la liberalización comercial, aunque beneficiosa para el conjunto del país afectado, provoca crisis en algunos sectores que requieren la intervención del estado.
Las viejas teorías de David Ricardo
Los modelos de las ventajas absolutas y relativas.
El economista clásico inglés D. Ricardo (1772-1823) demostró que no sólo en el caso de que aparezca ventaja absoluta existirá especialización y comercio internacional entre dos países. Puede ocurrir que uno de ellos no posea ventaja absoluta en la producción de ningún bien, es decir, que necesite más de todos los factores para producir todos y cada uno de los bienes y servicios.
Existe la particularidad de que cada país se especializa en aquellos productos que pueda producir ventajosamente con respecto a los demás países, ya que son capaces de producir el mismo número de bienes aplicando menor cantidad de trabajo.
Se demostró que todos los países se pueden beneficiar especializándose cada uno en la producción de bienes aunque no tengan ventaja absoluta en ellos; es suficiente que tengan ventaja comparativa, es decir, que sean capaces de producirlo a un precio menor.
Las barreras interpuestas al libre comercio internacional.
Existen disposiciones denominadas medidas proteccionistas, estas son dificultades impuestas por los países en contra de la libre circulación de las mercancías, es decir, un régimen comercial internacional de perfecto librecambio.
Los argumentos empleados para justificar el establecimiento de este tipo de medidas son diversos; ya que, lo que se pretende es proteger a una industria que se considera estratégica para la seguridad nacional. Otras veces se adoptan tales disposiciones para tratar de fomentar la industrialización mediante un proceso de sustitución de importaciones por productos fabricados en el propio país.
Hay siete aspectos que justifican las medidas proteccionistas las cuales son:
Por seguridad nacional.
Para eliminar la dependencia económica.
Para proteger la industria nacional.
Para defender determinados sectores económicos.
Para defender determinados valores culturales.
Para garantizar la paz social a corto plazo.
Por motivos puramente recaudatorios.
Un arancel es un impuesto que el gobierno exige a los productos extranjeros con objeto de elevar su precio de venta en el mercado interior y, así, proteger los productos nacionales para que no sufran la competencia de bienes más baratos procedentes del exterior.
Algunos países occidentales (los Estados Unidos de América constituyen un buen ejemplo de ello) propugnan la liberalización del comercio exterior cuando se trata de abrir nuevos mercados para sus exportaciones, pero establecen inmediatamente restricciones a la importación de productos procedentes de terceros países cuando ganan terreno a favor de los mercados propios.
La protección a la agricultura.
Europa cambio de táctica, ahora los precios agrícolas no están ya sostenidos y los agricultores están obligados a efectuar drásticas reducciones de sus producciones con el objetivo de rebajar los precios europeos al nivel mundial para reencontrar su competitividad perdida.
Por ello, La persistente presión en favor de medidas proteccionistas se debe en buena medida al hecho de que los productores tienen más que ganar que los consumidores (en términos per cápita) y debe señalarse que los productores nacionales prefieren que se establezcan aranceles o cualquier otra medida proteccionista antes de que se les concedan subvenciones directas a la producción, debido a que los costes sociales de aquellas medidas proteccionistas son menos visibles que los costes generados por las subvenciones directas.
La paradoja competitiva del modelo ricardiano
El Pensamiento Económico De Los Clásicos.
Algunos de los clásicos afirman en contra del mercantilismo, que el intercambio internacional es, en última instancia, un trueque disfrazado, y que los metales preciosos se reparten por sí mismos entre los países que los necesitan, dirigiéndose siempre, de modo automático, a las naciones que poseen un poder adquisitivo en mercancías más elevado, sin que sea posible, de ninguna manera, desvirtuar esta ley.
También se dice que todo país saca provecho del libre cambio, aunque sea unilateral, y que como las ventajas del comercio internacional deben apreciarse sólo desde el punto de vista del consumidor, el país que gana más es el más pobre, las importaciones procedentes de los países pobres son ventajosas y les permiten comprar más baratos esos productos, ya que incorporan costes salariales mucho más bajos que los de su propio país.
Las limitaciones del comercio internacional.
Casi todo el mundo está de acuerdo que parece mejor favorecer el comercio que restringirlo, pero resulta conveniente darse cuenta de que el establecimiento del comercio internacional plantea problemas de justicia distributiva, que se resisten a ser ocultados bajo la aparente neutralidad de una solución "técnica" o de mercado.
La lógica de la economía global es profundamente contradictoria. Está sentada sobre las bases de la velocidad, el riesgo, la creatividad, pero también sobre la impunidad en el orden internacional, ya que no existen mecanismos de regulación y control de los intereses colectivos de la humanidad.
El libre mercado es una construcción del poder estatal. La idea de que el libre mercado y el mínimo de intervención gubernamental van juntos, que era parte de la consigna que manejaba la Nueva Derecha, y que es probablemente la verdad dicho de otro modo ya que dado que la tendencia natural de la sociedad es a restringir los mercados, los libres mercados sólo pueden crearse por el poder de un Estado centralizado.
Hoy en día, el motor principal del proceso de globalización es la rápida difusión de las nuevas tecnologías de la información, capaces de abolir las distancias y trabajar en tiempo real.
El mercado global no proyecta el libre mercado angloamericano hacia el mundo, sino que más bien pone en circulación a todos los tipos de capitalismo para no hablar de las variedades del libre mercado. La anarquía de los mercados globales destruye las viejas formas del capitalismo y promueve nuevas variedades.
El gran desengaño librecambista
La falacia de la "solidaridad internacional"
Por desgracia, el tiempo y la praxis largamente experimentada del comercio internacional se han encargado de demostrar que la libertad de circulación de las mercancías, llevada a sus últimas consecuencias, no ha servido para proporcionar beneficios relativos a los países menos desarrollados, sino más bien al contrario se ha venido acentuando, como es bien sabido, la diferencia entre los países ricos y los países pobres, derivándose hacia una preocupante situación en la que se han hecho todavía más acusadas las diferencias de renta y de riqueza entre los pueblos del mundo.
La apertura de los mercados, mediante mecanismos de desregulación y eliminación de aranceles, también ha traído consecuencias muy contradictorias. Por un lado, es cierto que se abren las puertas para que los productos de los países pobres puedan venderse en los países ricos; pero aunque las puertas estén abiertas, la competencia es tan feroz y las desigualdades de condiciones para competir tan grandes que, en la práctica, en la última década muchos países pobres perdieron mucho terreno en el comercio internacional.
El significado inmediato de esto es que, como resultado de tantos mercados abiertos, los países más ricos se hicieron todavía más ricos.
El fomento del fraude a escala mundial.
Sólo se puede competir sin restricciones partiendo de unas condiciones razonables de igualdad, como sucede en el deporte, en la política o en el acceso a la función pública: no se puede jugar al póker con las cartas marcadas, o acudir a unas oposiciones libres sabiendo cuales serán los temas del examen.
Cabe destacar que los países que producen a menor costo tienden a obtener mejores ganancias ya que la mano de obra las abaratan trabajando hasta 60 horas semanales cobrando poco siendo sus condiciones laborales infrahumanas.
La consecuencia más importante y, sin duda alguna, la menos evidente de nuestro comercio con los países en desarrollo, no es tanto el impacto sobre el paro como la quiebra de nuestra sociedad en dos partes cada vez más alejadas en términos de renta: empobrecimiento de los asalariados afectados por la competencia y mantenimiento del nivel de vida de aquellos empleados en sectores competitivos y exportadores, o aquellos con empleos protegidos.
La crisis actual ha mostrado que esta ideología del fundamentalismo de mercado es incorrecta. La ideología de libre mercado asegura que las fluctuaciones en las acciones y los flujos de crédito son aberraciones pasajeras que pueden no tener impacto permanente en los fundamentos económicos. Si se dejan por sí solos, se supone que los mercados financieros pueden actuar a largo plazo como un péndulo, siempre oscilando en dos sentidos para buscar el equilibrio; aunque podría demostrarse que incluso la noción de equilibrio es falsa. Los mercados financieros son inherentemente y esencialmente inestables y siempre lo serán: se dan a los excesos, y cuando una secuencia de apogeo y depresión va más allá de un cierto límite, transforma los fundamentos económicos que, a su vez, no pueden volver al lugar donde se encontraban al comienzo.
Los problemas que plantea el comercio internacional.
El comercio internacional beneficia más a los países desarrollados que a los no desarrollados, con lo que tiende a incrementar las desigualdades de partida. Los aumentos de renta, a escala mundial, dan lugar a una demanda creciente de bienes manufacturados y decrecientes de productos primarios, y las bajas cotizaciones de éstos van a perjudicar a los productores de bienes primarios que, aparte de ejercitar una importante labor de conservación y mantenimiento medioambiental, no suelen ser, precisamente, las clases más favorecidas de la Sociedad.
La protesta actual contra la libertad de comercio.
Se han realizado numerosas protestas en contra de la libertad de comercio, esto debido a lo que se ha venido tratando, la globalización, La liberalización en las relaciones económicas internacionales impulsada y liderada, también, desde estas instituciones económicas internacionales, ha derivado en la llamada economía global, que es un entorno caracterizado por una gran libertad de flujos comerciales y financieros y por el desarrollo de grandes empresas multinacionales que controlan importantes cuotas de la producción mundial y de los intercambios internacionales.
En el lado opuesto, los países en desarrollo entienden que los estándares impuestos para la preservación del medio ambiente o de los derechos laborales no son sino una excusa para limitar el acceso de sus productos a los mercados de los países ricos y exigen que no se les impongan normas que no pueden o no quieren cumplir. Demandan, por el contrario, que se les facilite su comercio para poder así potenciar su crecimiento y desarrollo económico y disminuir las diferencias de renta que entre países ricos y pobres han aumentado en los últimos años. Reclaman, también, que el comercio internacional debe ser un medio para resolver los problemas de desarrollo de los países más pobres, con cada vez mayores dificultades para lograr un crecimiento económico sostenido.
Las instituciones financieras internacionales
La ya lejana experiencia de Bretton Woods.
Desde la gran depresión y el hundimiento financiero del año 1929, Norteamérica apostaba por un mundo económico con los siguientes rasgos: mercados abiertos, monedas convertibles, estabilidad en los tipos de cambio, facilidad para los movimientos de capital, cooperación internacional y primacía de la iniciativa privada. La obligación de sostener los cambios implicaba, para los diferentes bancos centrales, la perentoriedad de mantener un nivel suficiente de reservas. La asimetría en el ajuste exterior atacaba la estabilidad del billete verde.
El sistema así concebido, sin embargo, presentaba algunas debilidades como la confianza internacional en el valor de la moneda, El problema del ajuste y el exceso de dólares minaban la confianza en una moneda y disparaba su conversión en oro.
Como consecuencia de la puesta en marcha del Sistema, se fueron presentando sucesivamente diversas "turbulencias". El primer sobresalto tuvo lugar en el año 1960, en forma de compras especulativas de oro a partir de marcos alemanes adquiridos con dólares. También aquellos años fueron testigos de las crisis sucesivas de la libra esterlina, debida a la sobrevaloración decidida por el Gobierno Británico de la época.
El rol pasado y presente de estas instituciones.
En 1947, dos años después de acabada la Segunda Guerra Mundial, los países aliados, con Estados Unidos a la cabeza, decidieron sentar las bases de un sistema multilateral de comercio que fue la firma del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), cuyo objetivo era liberalizar progresivamente el comercio mundial, eliminando las trabas establecidas por los estados nacionales y sustituyéndolas por la cooperación entre ellos. Y fue creada por ciertos motivos entre los cuales está el país beneficiario de una serie de reducciones arancelarias debe ofrecer concesiones similares, ya que, de lo contrario, los países llevarían a los gobiernos a ofrecer menos contrapartidas que las ventajas recibidas, quebrando el principio de igualdad de oportunidades y que sean los precios los que regulen el funcionamiento de los mercados. Esto no excluye la posibilidad de utilizar controles directos para resolver los desequilibrios temporales que se puedan presentar en la balanza de pagos. Las sucesivas "Rondas", en fin, constituyen el mecanismo en el cual se llevan a cabo las reducciones arancelarias y los compromisos de liberación de los mercados.
El GATT fue un acuerdo de carácter provisional, puesto que la intención inicial era la de crear una organización internacional de comercio, pero al no ser ello posible subsistió bajo esta forma durante muchos años, contribuyendo directamente a la apertura y expansión del comercio entre los países que lo suscribieron.
Como consecuencia de la puesta en marcha del Sistema, se fueron presentando sucesivamente diversas "turbulencias". El primer sobresalto tuvo lugar en el año 1960, en forma de compras especulativas de oro a partir de marcos alemanes adquiridos con dólares.
Desde 1976, se sustituye el sistema por un no-sistema. Los países miembros podrán: 1) mantener fijo el valor de su moneda, 2) establecer un régimen cooperativo para un conjunto de monedas, y 3) elegir cualquier otro régimen cambiario posible.
En 1947, dos años después de acabada la Segunda Guerra Mundial, los países aliados, con Estados Unidos a la cabeza, decidieron sentar las bases de un sistema multilateral de comercio que superara el desastroso deterioro que experimentaron las relaciones comerciales internacionales en el período de entreguerras, y que probablemente fue uno de los factores que más contribuyeron a dicho conflicto bélico. El resultado fue la firma del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), cuyo objetivo era liberalizar progresivamente el comercio mundial, eliminando las trabas establecidas por los estados nacionales y sustituyéndolas por la cooperación entre ellos.
Aún hoy, machacona e imperturbablemente, una economía global modelada en los libres mercados angloamericanos sigue siendo el objetivo declarado del Fondo Monetario Internacional y de las otras organizaciones transnacionales similares. Pero los mercados globales son máquinas de destrucción creativa. Como los mercados del pasado, no avanzan en olas lisas, armónicas y graduales. Progresan a través de ciclos erráticos de auges y quiebras, tormentas monetarias, manías especulativas y crisis financieras. Como sucediera con el capitalismo en el pasado, el capitalismo global logra hoy su prodigiosa productividad destruyendo viejas industrias, oficios tradicionales y modos de vida en armonía con la Naturaleza. Pero, eso sí, en una escala mundial.
El futuro de estas instituciones.
Lo que tiene lugar, hoy por hoy, es una especie de beneficencia pública a escala internacional. Los gobiernos de los Estados miembros dan lo que quieren a quien quieren, cuándo y cómo les conviene. El principio básico del proceso estriba en la voluntariedad de la ayuda al desarrollo. Por ello, no sería desaforado el establecimiento de reglas imperativas que fijen contribuciones obligatorias en función de ciertos parámetros o criterios objetivos de pobreza. Con excesiva frecuencia, los donantes prestan el dinero no necesariamente a los países que más los necesitan, sino a aquellos en los que tienen mayores intereses políticos o económicos.
En la IV Reunión Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que tuvo lugar en Doha, capital de Qatar, del 9 al 14 de noviembre de 2001, se produjeron dos acontecimientos ciertamente importantes: la admisión de dos nuevos miembros a la Organización, China y Taiwan, a partir del 1 de enero de 2002, y el logro del consenso de sus 142 países miembros para iniciar una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales (la última fue la llamada Ronda Uruguay del GATT), la primera que tendrá lugar bajo los auspicios de la OMC, creada en 1995, con el objetivo ya explicado de liberalizar aún más el comercio mundial.
La convocatoria de una nueva ronda se justifica por varios motivos. En primer lugar, en algunos de los acuerdos de la OMC estaba ya estipulado que se iniciarían nuevas negociaciones en el año 2000. Ello era así para el comercio agrícola, el comercio de servicios y también debía revisarse el funcionamiento del Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC).
En segundo lugar, debía concretarse si se iniciaban negociaciones sobre los temas de futuro de la OMC, a saber: el comercio y el medio ambiente, las normas sobre inversiones internacionales y las normas sobre la competencia.
En tercer lugar, había que continuar con la labor iniciada con el GATT desde 1948 y proseguir con las consabidas reducciones arancelarias que gravan las transacciones comerciales y, de este modo, supuestamente, favorecer la expansión de la economía internacional.
Internacionalización y tradición liberal
Según Kant, el "mayor problema de la especie" sería la consecución de una cierta "sociedad cívica universal" que administrara la ley de la libertad entre los hombres, es decir, un orden que maximizara la libertad de cada uno de manera que fuera compatible con la de todos los demás.
Debe tenerse presente, respecto al pensamiento de los "nuevos liberales" y, muy concretamente del propio Hayek, que fue bajo su convocatoria como se reunió -al término de la segunda guerra mundial– un grupo notable de economistas cuya misión básica consistía en defender una vuelta al liberalismo.
Un nuevo liberalismo, ciertamente singular y contradictorio, puesto que el cuadro diseñado de reformas precisas comenzaba por tomarse muy en serio los principios del credo liberal y la atribución al Estado de la decisiva y difícil tarea de implantarlos a la fuerza.
Las empresas multinacionales y el comercio internacional
Los efectos discutibles de la multinacionalización.
Por lo que se refiere al papel de las empresas multinacionales, su ventaja esencial radica en el crecimiento de su gama de productos o en el nivel de control de su producción, antes que en la dotación de factores de países diversos. Sin embargo, los bajos costes laborales o la abundancia de recursos naturales pueden jugar un importante papel en casos concretos de deslocalización industrial.
La hegemonía transnacional vino a ser hace algunos años algo así como un golpe de estado global: de pronto, desde el interior de la ronda del GATT, vino a surgir la voz bronca de un sistema corporativo transnacionalizado y extenso que pesaba más que los propios Estados allí reunidos. De ahí en adelante, menudearon las presentaciones a telón abierto del poder corporativo que comenzaba a dictar las normas de aplicación y uso planetario.
Los costes medioambientales.
Los primeros modelos climáticos asistidos por ordenador confirmaron la posibilidad de que, a finales de siglo XXI, la temperatura media global del planeta haya subido unos 3ºC. A pesar de la evidencia, los científicos del PICC
(Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático) cuestionaban hasta hace poco la relación existente entre este cambio y la actividad humana. Su tesis sostenía que siempre ha habido cambios climáticos y el actual es sólo uno más, independientemente de la contaminación ambiental.
El calor, en el futuro, evaporará mucha más agua que en la actualidad y causará una gran sequía en las regiones hoy cálidas e incluso templadas. Muchas fuentes y cursos de agua se secarán, la vegetación (tal como hoy la conocemos) desaparecerá de muchas zonas, los desiertos avanzarán… El sur de España, Italia o Grecia, el Magreb, Oriente Medio o el sur de los Estados Unidos tendrán un paisaje parecido al actual del Sahel; en el norte de Europa y de América el clima será más cálido y sobre todo muy húmedo. Y en el supuesto (que, en todo caso, está científicamente por corroborar) de que las temperaturas llegasen a aumentar un promedio de uno o dos grados centígrados y las precipitaciones acuosas disminuyesen correlativamente entre un 10% y un 20%, los recursos hídricos se pueden reducir entre un 40% y un 70%.
Es evidente que la plena apertura de mares y bosques a su conversión en capitales, sigue generando grandes ganancias, y ofrenda, por tanto, su contribución suicida al avance de la Globalización. Pero ya no es ésta una carretera libre de obstáculos como en el pasado: hay un límite bien visible a la vieja idea de una naturaleza inagotable. Crece además la alarma frente a los resultados. Y más todavía que la alarma, con la culturización de los pueblos, aumenta la conciencia medioambiental entre las gentes, como se ha demostrado en Seattle y, de ahí en adelante, en cuanta reunión sonada realicen los modernos depredadores de nuestro planeta.
Hoy en día, el género humano ha aprendido, a través de las modernas tecnologías, a superar las barreras naturales y físicas (orográficas, distancias, océanos, espacio exterior). Anteriormente, el equilibrio natural superaba e impedía la absurda capacidad de destrucción del Homo sapiens, que ya está descontrolada. Por ello, sería un triste consuelo el pensar que también puede producirse una catástrofe ecológica o social que frene, como consecuencia, esta degradación irracional del planeta, puesto que entonces se tratará ya de un auténtico problema de supervivencia de la especie humana.
Las naciones del mundo ante el nuevo orden
En Japón no existen incentivos a la exportación como en Occidente. Las ayudas se basan sobre todo en la racionalización de las estructuras productivas y en la investigación y el desarrollo. De hecho, las exportaciones niponas se concentran y son preponderantes en una gama de productos competitivos innovados y reinventados sin cesar 56. El conjunto de su sistema comercial está articulado en estructuras económicas internas: del lado de los flujos de entrada, asistimos a un verdadero cierre de las importaciones por la vía de los circuitos de distribución que actúan como monopolios importadores; del lado de los flujos de salida, la gran fortaleza de la economía japonesa reside en la extrema concentración de los canales de exportación.
Hay que ser conscientes de que, sin una solución para los problemas económicos japoneses, la crisis asiática sólo puede empeorar. En ese caso, la economía mundial corre el riesgo de seguir a Japón en su declive angustioso hacia la deflación y la depresión. En este momento, Japón enfrenta la caída de la ventaja competitiva de sus precios y la reducción de su actividad económica en una escala similar a la que se enfrentaron los Estados Unidos y otros países en los años treinta. A menos que la depresión sea superada en Japón, las perspectivas de que el resto de Asia y el mundo logren evitarla son muy frágiles.
La globalización y el euro
La desaparición del control del tipo de cambio.
En doce de los quince países que componen la unión europea (España, Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Irlanda, Luxemburgo y Portugal) en el año 2002, veamos que el coste económico más importante de la unión económica y monetaria.
En este sentido, el tipo de cambio era utilizado de dos formas diferentes
Como vía de restauración de la competitividad exterior perdida
Debido a una mayor inflación.
Como instrumento para contrarrestar las crisis regionales
Específicas.
Ejemplo de esto la crónica mayor inflación que experimentaba la economía española y que deterioraba la capacidad exportadora de las empresas, se contrarrestaba en gran medida, por medio de un paulatino retroceso en el tipo de cambio de la peseta.
La devaluación del tipo de cambio permitía un descenso de los precios de exportación (y un aumento de los de importación) este cambio permitía un
Un descenso de los precios de exportación y facilitaba, por consiguiente, el
Ajuste a la crisis. Algo parecido sucedía cuando el shock era de oferta, es decir
Cuando una economía muy dependiente de algún bien o servicio exterior
(p.e., del petróleo o del gas natural)
Entonces, su posición competitiva, frente a otras economías menos dependientes de aquella importación, se deterioraba .pues bien, la revaluación de la moneda era una forma clásica y eficaz de restaurar la competitividad perdida.
En los Años 1987 y 1991, hubo un contexto de crecientes desequilibrios internos acabó con una abrupta devaluación de la divisa española, que en pocos meses pudo recuperar el nivel de cambio real previo a la etapa de fortaleza. Dicha devaluación pudo devolver la competitividad perdida a las empresas, tanto a las exportadoras como a las dependientes del mercado interior.
Cabe preguntarse qué hubiera sucedido, en esta etapa relativamente reciente de la historia económica española, de haber estado ya integrados en la UEM y que los agente económicos no se hubiesen adaptado a las consecuencias de la mencionada pérdida de competitividad?
Sin embargo el comportamiento de una economía que, como la española por aquellas fechas, era incapaz de sobrevivir por sí misma a la crisis sin la facultad de utilizar estas medidas cambiarias .En cualquier caso, debemos reconocer un elevado grado de subjetividad en el pesimismo al que nos acabamos de referir. Lo contrario sería conceder excesiva importancia a lo que pudiéramos denominar "política-ficción" o, aún mejor, "economía-ficción".
Por ejemplo:
Su autor sostiene, contra Aristóteles y contra Fredegario de Tours, que Dios puede efectuar que no haya existido lo que fue alguna vez. También en la Summa Theologica de Tomás de Aquino se niega que Dios pueda hacer que el pasado no Se haya producido (en contradicción aparente con su omnipotencia), aunque nada Se dice de la intrincada concatenación de causas y efectos. Modificar el pasado.
No es simplemente modificar un solo hecho acaecido: es anular también sus
Consecuencias, que tienden a ser numéricamente infinitas. O sea: es crear dos
Historias universales diferentes.
Estas consideraciones relativistas se podrían añadir otra:
No hay nada seguro bajo la capa del sol. Incluso una línea perfectamente recta, tal como sostuvo en su momento Nicolás de Cusa, no es más que el Arco de un círculo de diámetro infinito.
En definitiva, la problemática expuesta, que puede tener gran incidencia en muchos países de nuestro entorno regional, no deriva directamente de la globalización económica, sino de la creación de la UEM y de la incapacidad de los Bancos centrales de modelar la política de cada país miembro frente a los avatares internos y externos.
¿Un futuro más optimista para el euro?
Una moneda única no le permite a la Unión Europea aislarse de los mercados mundiales; pero sí crear un poder económico capaz de negociar en términos de igualdad con los Estados Unidos. Según John Gray, profesor de Política en la Universidad de Oxford
El euro tendrá entonces la capacidad de disputar al dólar estadounidense el sitio de la divisa dominante. Si el euro se establece en el futuro como una moneda confiable, un colapso del dólar (por otra parte no deseable) se vuelve más que una probabilidad. Si sigue adelante, el euro traerá el tiempo en el que Estados Unidos ya no será capaz de prosperar como el deudor más grande del mundo. Con el tiempo, quizá bastante rápido, seguirá de modo inexorable un cambio en el equilibrio del poder económico mundial.
En la Unión Europea no existen las condiciones que han permitido a los Estados Unidos adaptarse a estas divergencias. En el presente, Europa carece de una movilidad laboral extendida en el continente y no tiene mecanismos fiscales para evitar los grandes charcos de desempleo que empapan las regiones deprimidas de Europa. Con el euro en operación, empero, las instituciones europeas estarán Obligadas a remediar estas fallas. Se verán forzadas a desarrollar políticas que le Permitan a la economía responder, de un modo más flexible, a los imperativos y Constreñimientos de un régimen de moneda única.
Teniendo en cuenta Que la moneda única no puede aislar a Europa
de las presiones competitivas -cada vez más intensas- que surgen de procesos globalizadores que vienen de siglos.
tampoco puede proteger de las consecuencias del colapso económico en los países vecinos
La moneda única será de poca ayuda para Europa al ocuparse de semejantes problemas. Pero le da una poderosa ventaja a la Unión Europea para responder a la crisis más vasta del laissez faire global.
A pesar de todo esto y si el mercado mundial comienza a caerse en pedazos bajo presiones que ya no pueda contener, Europa será el más grande bloque económico del mundo. Su tamaño y su riqueza le permitirán presionar a favor de las reformas que limiten la movilidad del capital. Si el euro sobrevive al torbellino de los años por venir, su posición de pivote fortalecerá la voz de Europa pidiendo la regulación del comercio especulativo en las divisas. Incluso en el caso de una depresión global, como aquella de los años treinta, los efectos sobre Europa podrían ser menos severos que en Estados Unidos o en los países de Asia.
Por ello, no resulta inconcebible que la Unión Europea tomara el liderazgo en la construcción de un nuevo marco para la economía mundial al despertar del colapso del laissez faire global.
La tasa Tobin. ¿Una incipiente solución para el futuro?
Definición y objetivos de la tasa.
Tasa Tobin un impuesto a nivel mundial en las transacciones especulativas de divisas llamado así por el economista norteamericano en 1972 por el profesor James Tobin premio Nobel de Economía de 1981 por su trabajo de análisis de los mercados financieros y situado, ideológicamente, en las antípodas de lo que quieren significar los movimientos antiglobalizadores.
Dicha tasa consiste, en realidad, en un impuesto del tipo oscilante entre el 0"1% (uno por mil) y el 0"5% (cinco por mil) sobre las transacciones financieras realizadas, a Corto plazo, en los mercados internacionales de divisas, al objeto de frenar la especulación en los mercados de capitales, evitando los efectos devastadores que
Una retirada masiva de capital podría provocar en la divisa de un cierto país y, Como consecuencia directa, en su economía, habida cuenta de que esa retirada Repentina obligaría a los países a elevar drásticamente los intereses para que la Moneda nacional continúe siendo atractiva.
La tasa Tobin, en definitiva, devolvería cierto margen de maniobra a los bancos emisores de los países pequeños y opondría algún obstáculo al frío dictado de los mercados financieros.
Se pretendía que la tasa impondría un cambio de una moneda a otra, disuadiría a los especuladores porque no rentabilizaría las inversiones.
Tobin llevó a efecto más un pronóstico que no un análisis de la realidad, dado que en aquellos momentos comenzaban a realizarse las primeras transacciones electrónicas de dinero por ordenador. Pero sucedió justamente lo que él preveía: en estos momentos, el 85% de dichas transacciones nada tienen que ver con la compraventa de bienes o servicios, sino que corresponden a operaciones puramente especulativas y tan a corto plazo que más del 40% de estas inversiones regresan al punto de partida en menos de tres días, y un 80% en el lapso de una semana.
La tasa en cuestión tenía como objetivo principal calmar la inestabilidad Masiva imperante en los mercados globales de divisas, como consecuencia del Colapso del sistema alumbrado en Bretton Woods después de la Segunda Guerra Mundial, que se basaba en el patrón de convertibilidad del dólar estadounidense En oro.
Las críticas de los monetaristas o neocuantitativistas.
Es innegable reconocer que, en general, las tesis de Tobin nunca resultaron del Agrado de los grandes economistas monetaristas exponentes de la Escuela
Neocuantitativista de Chicago.
Hace más de 30 anos se arremete contra Tobin y otros partidarios del aumento impositivo que, según Friedman, "escriben como si los cambios tributarios tuvieran una repercusión clara y previsible sobre la Economía, como si pudieran afirmar con confianza, de antemano, qué efectos tendrán -sobre la renta nacional, sobre el empleo y sobre los precios- los susodichos cambios de los impuestos".
La crítica acerada no constituía un privilegio exclusivo de la Escuela de Chicago.
La experiencia tampoco se reveló consoladora para el propio Friedman, quien pudo percibir la enorme brecha que separa la Economía de la Política y lo difícil que resulta exponer y matizar las propias ideas cuando la pasión y el enfrentamiento substituyen a la paciente investigación realizada en un laboratorio o en un ambiente estrictamente académico.
Un importante factor político que ha orientado la propuesta de Friedman es la de negar el servicio de la política monetaria para el sostenimiento del equilibrio de la balanza de pagos.
Si la política monetaria atendía a este frente externo se obstaculizaba o impedía su servicio al propósito de estabilizar la economía en el interior, labor que debería desempeñar necesariamente la política fiscal. Si nos negamos a utilizar la política fiscal no quedaría alternativa estabilizadora alguna, dada la obligada entrega de la política monetaria al mantenimiento del equilibrio exterior.
En otros términos: si los pagos en el exterior de los Estados Unidos excediesen de los ingresos procedentes de sus exportaciones y de otras fuentes (transferencias, movimientos de entrada de capital) no se tomaría medida alguna de política monetaria interior, se dejaría simplemente que el valor del dólar bajase en los mercados internacionales de divisas, como ocurriría, pues, la oferta de dólares realizada para pagos en el exterior, excedería de la demanda que los importadores extranjeros hacían de dólares para comprar bienes y servicios americanos o enviar sus capitales a Estados Unidos. Con ello, se volvería a tener un mecanismo de ajuste automático que enlaza con los más rancios conceptos de la política económica ortodoxa
La baja del dólar tendería a estimular las exportaciones americanas, al tiempo que reduciría las importaciones y las salidas de capital, con lo que se alcanzaría un nuevo equilibrio exterior gracias a los vaivenes del tipo de cambio. Esta propuesta liberaría de la pesada carga de estabilizar la balanza de pagos a la política monetaria, ganándola para la importante causa de la estabilidad interna
Si las valoraciones anteriores de Friedman se admiten, tendríamos una política monetaria basada en normas y no discrecional, una política que no debería adaptar sus decisiones a la marcha de la coyuntura por ser incapaz de actuar con diligencia y oportunidad y, que, finalmente, no debería atender al mantenimiento del equilibrio de la balanza de pagos, tarea que se encomendaría a los tipos de cambio fluctuantes.
El futuro de la aplicación de la tasa.
Hasta hace relativamente poco tiempo, la tasa Tobin era una idea acariciada por pocos economistas y grupos sociales muy minoritarios Ignacio Ramonet, al que nos hemos referido con anterioridad, la volvió a lanzar a la arena pública mediante un editorial que se convirtió en el manifiesto fundacional de aquella Asociación Esta insensata competencia conduce al desmantelamiento deliberado de las bases legales, sociales y políticas de los Estados al objeto de facilitar las inversiones".
La tasa Tobin no será capaz de evitar los paraísos fiscales, el armamentismo, el narcotráfico y la destrucción del medio ambiente. Para ellas se trata, simplemente, de una operación orquestada para reconducir el creciente movimiento antiglobalización y transformarlo en el ala izquierda del moderno discurso neoliberal.
Tobin indica que El FMI debe diseñar medidas de previsión y control de los
Perjuicios causados por los movimientos espasmódicos de capital a corto plazo. Además, deben actuar de forma más coherente. Por ejemplo, si la OMC fomenta El libre comercio, no debe aceptar barreras comerciales justificadas por razones Sociales. La lucha contra el trabajo infantil, por ejemplo no debe basarse en Represalias comerciales sino en un mayor intervencionismo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Me temo que no hay ninguna posibilidad de éxito, porque La gente decisiva en el mundo financiero internacional está en contra"
El mismo Tobin se muestra escéptico sobre la viabilidad de su proyecto, que precisa de un acuerdo a escala global entre distintos países para que resulte efectivo.
Distintos países miembros de la UE parecen haber muchas discrepancias sobre la aplicación de la susodicha tasa.
La tasa es rechazada porque considera que "existen reservas jurídicas y de contenido, así como problemas políticos, para llevarla a la práctica".
En la misma línea, el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué (Partido Popular), señala que "no se dan las circunstancias adecuadas para que pueda pensarse seriamente en la aplicación de una tasa como ésta".
Estados Unidos carece del poder hegemónico necesario para hacer de un libre mercado universal una realidad, ni siquiera por un corto plazo. Pero ciertamente sí tiene el poder de veto ante una propuesta de reforma de la economía mundial. Por ello, mientras Estados Unidos permanezca Entregado al "consenso de Washington", en lo que se refiere al laissez faire Global, no podrá existir una reforma efectiva y eficiente de los mercados Mundiales. En este caso, planteamientos novedosos como el del "impuesto Tobin", al que ya le hemos referido in extenso, permanecerán en calidad de Letra muerta.
Un ejemplo relevante: la situación de los frutos secos españoles ante el comercio mundial
Se ha elegido, como ejemplo aclaratorio, un subsector agrícola español
Gravemente amenazado por la internacionalización económica que estamos
Tratando, especialmente en dos de sus grandes producciones: la almendra y la
Avellana.
1. el problema reside en la producción estadounidense.
2. el problema viene representado por la producción turca de tan delicioso fruto seco
Dicha situación viene determinada por las siguientes características
El ingreso de España en la Comunidad Económica Europea
La Unión Europea, que constituye el mayor mercado para las exportaciones estadounidenses de almendra y de otros frutos de cáscara.
El proceso de ampliación de la UE-12 a la UE-15 implicó una
Ampliación de 45.000 Tm. a 90.000 Tm.
La avellana (en grano y en cáscara) partía de un arancel del 4%,
Acordándose una reducción del 20% en seis tramos.
Corea del Sur ha reducido sus aranceles para la almendra en cáscara de un 50% a un 21%, y de un 50% a un 30% para las nueces.
Tailandia va a reducir a la mitad los aranceles para la importación de nueces y almendras tostadas.
Malasia también reducirá sus tarifas para las almendras, las nueces, las avellanas, las castañas y los pistachos de algo más del 5% al 0%.
En 1992 la India suprimió todas las restricciones cuantitativas a la importación de la almendra.
Teniendo en cuenta que España es el segundo productor mundial, así como de las nueces y Turquía en el de la avellana), en una situación de monopolio fáctico, que probablemente conllevaría un incremento de los precios internacionales, como se demuestra, en el caso de la almendra, en los estudios realizados por ALSTON, J.M., SEXTON, R.J. y otros (1993), y con toda seguridad, a una mayor situación de dependencia de la Unión Europea, fuerte y crecientemente deficitaria en estos productos.
Por último, para hacer frente a la difícil situación de las avellanas, una ayuda suplementaria de 15 euros/100 Kg. se acordó para esta producción durante
Un año, pero con la condición de que únicamente podrán acogerse a la misma las organizaciones de Productores que no puedan acogerse a la prórroga de los Planes de Mejora.
La baja de los precios de los productos Con ello lleva, a la sensación que desde Bruselas, poco a poco pero inexorablemente, se va dejando hundir al sector sin plantear una necesaria estrategia de futuro que, hoy por hoy, sólo puede llegar mediante el estudio, en profundidad, de todos los aspectos del problema. Esperemos que, desde él, se valore la conveniencia de regular las importaciones procedentes de los terceros países, de establecer una normativa que regule el mercado interior, de definir una estrategia de la calidad de estos productos y de fijar, en fin, una verdadera ayuda a la renta para los agricultores.
Conclusión
Con todos los sucesos vividos como consecuencia de la globalización de la economía y en los albores del tercer milenio, el mundo se ha embarcado en un proceso vertiginoso de cambio acelerado y de innovación tecnológica.
Como resultado de ello, las próximas décadas traerán tiempos de grandes
Alternativas, oportunidades y peligros que podemos resumir del la siguiente
Forma:
Las economías más sanas de Europa, Asia y América están agrupándose y constituyendo grandes bloques económicos regionales.
Los conflictos militares clásicos van siendo reemplazados por la lucha contra el terrorismo y la competencia económica y comercial.
Resumen y consideraciones finales
Tenemos que pensar que la globalización es un proceso de dominación y apropiación del mundo. La dominación de estados y mercados, de sociedades y pueblos, se ejerce en términos político-militares, financiero-tecnológicos y socio-culturales.
Un aspecto importante de anotar, es que la globalización tiene también un matiz ofensivo/defensivo. Es un proceso que más que unir, divide, y geoestratégicamente viene a depositarse sobre una desgarrada lucha por superar una profunda crisis que se viene arrastrando, durante la última década, en medio de una competencia cada vez más feroz por el reparto de las ganancias y de los territorios.
Se plantea que el origen del comercio internacional esta basado en una política con la premisa de la competitividad.
La función de utilidad es toda aquella información relativa a la satisfacción que el consumidor obtiene de las diferentes cantidades de bienes y servicios consumidos por él.
Todo país dispone de los factores clásicos de la producción: tierra, trabajo y capital, en las cantidades propias de su momento y de su economía. Cada tipo de producto requiere una proporción fija de esos factores.
Un arancel es un impuesto que el gobierno exige a los productos extranjeros con objeto de elevar su precio de venta en el mercado interior y, así, proteger los productos nacionales para que no sufran la competencia de bienes más baratos procedentes del exterior.
Hoy en día, el motor principal del proceso de globalización es la rápida difusión de las nuevas tecnologías de la información, capaces de abolir las distancias y trabajar en tiempo real.
El comercio internacional beneficia más a los países desarrollados que a los no desarrollados, con lo que tiende a incrementar las desigualdades de partida.
En Japón no existen incentivos a la exportación como en Occidente. Las ayudas se basan sobre todo en la racionalización de las estructuras productivas y en la investigación y el desarrollo.
Bibliografía
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Autor:
Betancourt, Lorena Carvajal, Francelys
González, Armando
Rivas, Yulitza
Zerpa, Elsa
Enviado por:
Profesor:
Turmero, Iván
República Bolivariana de Venezuela
Universidad Nacional Experimental Politécnica
"Antonio José de Sucre"
Departamento de Ingeniería Industrial
Cátedra: Ingeniería Financiera
Grupo: 3
Ciudad Guayana, Marzo de 2013
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