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Representación del mundo islámico


Partes: 1, 2

    11 de Septiembre de 2002

    1. Marco epistemológico – conceptual
    2. Objeto de estudio
    3. El Discurso de Occidente sobre Oriente
    4. Documentos y Bibliografía

    Introducción

    Los ataques del 11 de septiembre de 2001 en territorio de Estados Unidos (EUA) tuvieron amplia repercusión y trajeron a colación numerosos cambios en el ámbito de la política exterior, las relaciones internacionales y en el plano de las relaciones interculturales. Tal es así que muchos analistas de la política internacional vieron como paradigma del siglo XXI una confrontación entre la cultura de Occidente y la de Oriente Medio.

    En este sentido y pese a la aparente objetividad y buenas intenciones de los que embisten contra lo que se ha dado en llamar el "terrorismo internacional", detrás de la polarización "civilización" versus "terrorismo" parece esconderse una vieja ideología racista que ha justificado históricamente la dominación, la marginación y la explotación. Se trata de la oposición "Occidente" versus "Oriente"; al primero, corresponde la "civilización", al segundo, la "barbarie" y el "terrorismo". Esta polarización ideológica tiene antecedentes.

    Edward Said, académico palestino, se dedicó al análisis de obras literarias y políticas, artículos periodísticos, libros de viaje y estudios religiosos y filológicos, producidos en Occidente y sobre Oriente, cuyo resultado develó la existencia de una red de racismo, de estereotipos culturales, de imperialismo político y de ideología deshumanizada en la representación de los árabes, los musulmanes y lo islámico. Su análisis expuso la manera como Occidente inventa un discursopoder sobre Oriente.

    La tesis central del palestino Edward Said (1990) es que Oriente no es un tema sobre el que se pueda tener libertad de pensamiento ya que es presentado – por el orientalismo – definido, acotado y dispuesto de una forma acabada y cerrada. La relación Occidente – Oriente es una relación poder donde el segundo es el subordinado y es Occidente quien define el colectivo "nosotros" contra todos aquellos "otros" no occidentales.

    Los procesos desencadenados después del 11 de septiembre de 2001 tienen un aspecto discursivo que hemos decidido analizar, con la sospecha de que el discurso orientalista tenga aún vigencia y su ideología subyacente se reproduzca no sólo en el discurso de los referentes políticos de países occidentales sino también desde la prensa de América Latina.

    Un análisis de la prensa latinoamericana puede develar cómo se configura una opinión en América Latina sobre la relación entre mundo islámico y terrorismo internacional después del 11 de septiembre de 2001. A la vez que permite indagar sobre el papel de los medios seleccionados en la conformación de la opinión pública internacional, como actores políticos vinculados a relaciones de poder y como agentes de configuración de una cultura e historia de América Latina.

    El presente trabajo esta dedicado al estudio analítico de artículos editoriales publicados el 11 de Septiembre de 2002 en las ediciones (impresas y digitales) de veinticinco diarios de países de América Latina. En su página web estos medios de comunicación cuentan con un servicio gratuito de archivo digital de donde se extrajeron los editoriales.

    Se busca analizar bajo una mirada analítica y crítica el discurso de la prensa latinoamericana, a un año de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos y de esta manera hacer un aporte respecto a:

    a- Qué posición toma la prensa de países de América Latina frente a los valores de la cultura occidental y qué representación hacen estos medios de la cultura islámica a partir del 11 de septiembre de 2001.

    b- Qué conexiones se pueden establecer entre la forma que toma esta representación de la cultura islámica y las estrategias establecidas en el mundo occidental en el marco de la "guerra contra el terrorismo".

    El estudio que se emprende conforma una visión texto por texto de las formas que toma la ideología y la lógica del poder en la representación de la cultura de países islámicos en el artículo editorial.

    Se busca indagar la presencia, explicar y comprender las formas del discurso orientalista en la prensa de América Latina y su posición frente a la dominación y represión de Oriente por Occidente.

    El amplio bagaje teórico aportado por el lingüista holandés Teun Van Dijk en el estudio del discurso – en particular del discurso de la prensa – y sobre la práctica del Análisis Crítico de Discurso (ACD) será el principal sustento para el desarrollo de nuestro trabajo.

    Al analizar la relación entre elites, prensa y racismo, Teun Van Dijk considera que el racismo en la prensa sigue restringido a la ideología de una base biológica de la supremacía blanca, por lo que "es frecuentemente considerado como cosa del pasado, sin relevancia actual para la caracterización de las relaciones étnicas o raciales en las sociedades contemporáneas de Europa, Norteamérica y otros países occidentalizados" (1994 a: 46). Por este motivo, agrega, "no es ninguna sorpresa que una concepción como esa sirva de base a la común negación del racismo entre las mencionadas elites".

    En este marco – de negación del racismo -, nuestro trabajo de ACD está orientado a desentrañar las ideologías racistas volcadas en los discursos en forma explícita o implícita. Un racismo etnocéntrico moderno caracterizado por la intolerancia, el prejuicio y la marginación, cuya ideología se reproduce a través de la comunicación persuasiva y funda las bases sobre la opinión pública para las políticas racistas que contribuyen a la desigualdad y la dominación. Las preguntas fundamentales son: ¿reproduce la prensa latinoamericana discursos racistas de Occidente?, ¿Qué posición toma la prensa latinoamericana frente al discurso dominante de Occidente sobre el terrorismo?.

    Las características del análisis que desarrollaremos nos permitirá, por ejemplo, aplicar la hipótesis de la "Espiral del Silencio" de Noelle Neumann como herramienta del análisis crítico de discurso; como también aplicar los modelos hipotéticos de decodificación de mensajes de Stuart Hall para entender la construcción de una identidad latinoamericana por parte de la prensa frente al discurso dominante de los países occidentales. Se trata de avanzar sobre la relación cultura – ideología – representación, en el discurso de la prensa latinoamericana.

    Comenzaremos este trabajo partiendo de la definición del marco epistemológico – conceptual sobre el que se asienta esta investigación y de la propuesta de los objetivos del análisis. Luego haremos una breve reseña sobre las características de los medios de prensa seleccionados y los alcances y limitaciones de nuestro trabajo considerando el objeto de estudio, para pasar enseguida a la práctica del ACD.

    Del desarrollo del ACD esperamos obtener los elementos necesarios no sólo para ir alcanzando nuestros objetivos específicos, sino también aquellos que nos sirvan como herramientas y base de información para interpretar y explicar el discurso de la prensa de América Latina sobre Oriente. Sobre la satisfacción – o no – de nuestros objetivos generales nos explayaremos en la conclusión.

    Capítulo I

    Marco epistemológico – conceptual:

    La hegemonía de Estados Unidos, construida sobre la base de un sistema integrado de relaciones militares, económicas, políticas y culturales (Ceceña 2002), es de tal envergadura que no es posible concebir ni entender la dinámica mundial en este momento sin considerar esta hegemonía como punto de inicio del análisis. Sin esto y particularmente cuando esta hegemonía adopta una tónica abiertamente político militar, cualquier intento de comprensión del mundo contemporáneo corre el grave riesgo de volverse parcial, de pasar al lado de lo esencial y sobre todo, de tornarse un saber inocuo (Ceceña y Sader 2002: 12).

    El liderazgo de Estados Unidos en el mundo es una realidad reconocida por los analistas de las relaciones y la política internacional. La centralización de las relaciones de poder sobre aquel país, como su capacidad para establecer e imponer normas de acuerdo a sus intereses, es una característica del mundo contemporáneo.

    En América Latina como en el Tercer Mundo, por otra parte, la construcción de una alternativa al sistema hegemónico se mueve dentro de abstracciones desde donde se abordan temáticas y cuerpos conceptuales incapaces de explicar la realidad desde una perspectiva diferente a la capitalista, contra hegemónica. En todo caso, estas concepciones alternativas no tienen trascendencia.

    El ámbito de la comunicación escrita – en este caso la prensa -, podría ser un espacio para la propagación de las concepciones del mundo propias y diversas que necesita América Latina, pero este parece ser un campo vedado a la contra hegemonía. A esta restricción en el acceso a los medios masivos se suman los límites de las alternativas latinoamericanas.

    Ni los horizontes, ni los cuerpos conceptuales, ni las temáticas rompen con la esencia epistemológica del pensamiento hegemónico y en gran medida por ello, son incapaces de proponer prácticas revolucionarias que impliquen una transformación de la realidad. Esta timidez para desarrollar un pensamiento crítico desde perspectivas epistemológicas, e incluso civilizatorias, distintas de las del pensamiento dominante, lleva a abordar temas fundamentales donde la esencia termina estando ausente (las relaciones de poder y las formas y contenidos de la hegemonía), como ocurre con los análisis sobre democracia; estado, poder y formas de gobierno; relaciones internacionales; nación territorio y fronteras; entre otros (Ana Esther Ceceña y Emir Sader 2002: 10).

    Ana Esther Ceceña y Emir Sader consideran que "historizar el sistema capitalista de organización y dominación social es el primer paso para trascender sus fundamentos, epistemológicos y prácticos". Nuestra búsqueda está dirigida a descubrir si opera y cómo lo hace, el sistema capitalista de Occidente – en contexto de la "guerra contra el terrorismo" – en los medios de prensa latinoamericanos. Si opera y cómo para "adoctrinar" – o al menos intentar hacerlo – a sus receptores sobre cómo debe pensarse sobre la cultura islámica, los países que profesan esta religión y los árabes en general en relación con el terrorismo.

    Si lográramos cumplir nuestro objetivo, estaríamos contribuyendo a historizar y comprender las estrategias de control y modalidades de dominación [político, económico, militar, cultural] capitalista de occidente.

    El interés se centra en la interpretación y explicación de un problema social a través de un análisis crítico. Por este motivo la relación con el objeto está necesariamente influenciada por valores del investigador, que tienen un papel activo en el análisis de los discursos.

    Comprender el papel de la prensa latinoamericana, en el juego de los procesos políticos, económicos y culturales que dirigen los países occidentales – dominantes en el ámbito de las relaciones internacionales -, representa un paso concreto en el conocimiento de las nuevas formas que toma el orientalismo como forma de dominación de Oriente por Occidente.

    Por otra parte, si la globalización tecnológica permite que la prensa latinoamericana participe en la configuración de una opinión pública internacional, entonces es necesario interpretar su función en la complejidad de las relaciones de poder entre culturas diferentes.

    El enfoque conducirá a interpretar la relación entre la representación cultural de otra civilización – la islámica – por parte de la prensa y las estrategias políticas de Occidente y de países de Latinoamérica en un contexto histórico específico de las relaciones internacionales.

    Este modo de indagación del objeto de estudio se corresponde con el presupuesto de que un estudio de las ideas, la cultura y la historia requiere el estudio de sus configuraciones de poder y de que estas tiene un carácter discursivo.

    Las representaciones son parte del mundo en que vivimos y como afirmara Edward Said (1993), su producción, circulación, historia e interpretación constituyen el auténtico elemento de la cultura. La cuestión es reconocer que las representaciones son contextuadas.

    En mucha teoría reciente el problema de la representación se ha vuelto central, a pesar de que raramente se la sitúa en el completo contexto de lo político, un contexto que no deja de ser primordialmente imperial. En lugar de esto, tenemos por un lado una esfera cultural, supuestamente libre y abierta sin condiciones a la etérea especulación teórica y a la investigación y por otro, una esfera política degradada, donde se supone que tiene lugar la auténtica lucha entre distintos intereses. Para el estudioso profesional de la cultura – el humanista, el crítico, el académico, sólo una esfera es relevante; aún más, se acepta que las dos esferas están separadas. Pero no sólo se encuentran conectadas: en última instancia, son lo mismo (Said 1993: 108).

    Entonces la pregunta que se plantea es ¿cómo se relaciona la prensa de América Latina con el orientalismo como discurso de Occidente sobre Oriente?.

    Un objetivo de esta tesis es analizar el contenido editorial del día 11 de septiembre de 2001 de la prensa latinoamericana para buscar respuestas a cómo se relaciona esta con la fuerza del discurso cultural occidental. Un discurso en un contexto particular, posterior a la Guerra Fría, cuando entran en discusión en el campo académico diferentes teorías sobre el curso que tomarán las relaciones internacionales.

    Este marco incluye un proceso de universalización de los valores políticos y económicos occidentales, con su correspondiente lógica de poder. El discurso cultural occidental está íntimamente ligado a este contexto histórico y un análisis del discurso de los veinticinco diarios seleccionados no puede obviar estas cuestiones. La prensa es considerada aquí un actor político a la vez que posee representatividad institucional.

    Desde el género editorial el diario interpreta y valora los hechos manifestando su punto de vista, su discurso sobre los acontecimientos. El editorial ha sido seleccionado como unidad de análisis para esta investigación por la representatividad, el alcance y la importancia política de su contenido.

    Objetivos

    Generales

    Se plantearon como objetivos generales de esta investigación:

    1. Describir cómo se representa al mundo islámico en la prensa de América Latina después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

    2. Indagar sobre la existencia de relaciones entre el modo de representación del mundo islámico en la prensa de América Latina y las estrategias políticas adoptadas por las potencias occidentales en el contexto de la denominada "guerra contra el terrorismo".

    Específicos

    Para facilitar la búsqueda y el alcance de los objetivos generales se establecieron seis objetivos específicos:

    a. Definir quién se constituye como "nosotros" en los discursos seleccionados,

    b. Describir las características de la representación de la cultura occidental en los discursos estudiados,

    c. Indagar en el discurso sobre el grado de identificación de los medios de prensa seleccionados con los valores de la cultura occidental,

    d. Indagar qué conceptos se usan para la representación de la cultura de países de Medio Oriente,

    e. Determinar la existencia de un uso ideológico de conceptos en la representación de la cultura de países de Medio Oriente,

    f. Buscar, en los discursos seleccionados, otros discursos utilizados como referencia para la argumentación sobre la cultura islámica y las relaciones interculturales.

    En cuanto a las definiciones conceptuales y las herramientas teóricas y metodológicas que pondremos en uso para la realización de este trabajo de análisis, detallaremos cada cual a medida que avancemos en el mismo. De lo contrario, debido a la gran cantidad de información de que se dispone, como de elementos y herramientas de que se hará uso, se entorpecería el trabajo a la vez que haría engorrosa su interpretación.

    Revisión de trabajos anteriores

    Para la búsqueda de antecedentes, tarea necesaria para describir el estado de situación del tema a estudiar, se diseñaron tres ámbitos sobre los cuales hacer un rastreo. La exposición teniendo en cuenta estas categorías facilitará también la comprensión del lector:

    1. el campo de la aplicación del análisis crítico de discurso sobre medios de prensa de América Latina, en relación con la representación del mundo islámico;
    2. el campo del análisis de la cultura latinoamericana y su relación con el racismo y la dominación;
    3. el campo del análisis del discurso de Occidente sobre Oriente.

    A. – ACD y prensa latinoamericana

    En lo que se refiere a la aplicación del método del análisis crítico de discurso sobre editoriales, con relación a la temática propuesta en este trabajo, no hemos encontrado algún antecedente directo dentro del ámbito académico latinoamericano.

    Para el análisis crítico de discurso, nuestra investigación tiene como referencia – como ya apuntamos – el amplio estudio realizado por Teun Van Dijk en materia de análisis sobre el papel de la prensa en la reproducción del racismo (1991) y de la articulación del discurso con el racismo y las relaciones de dominación (1984; 1987), estudios que han sido profundizados en trabajos más recientes que forman parte de nuestra bibliografía.

    El lingüista holandés comenzó la investigación sobre el problema del racismo en Europa – especialmente en Holanda -, empezando por el estudio sistemático de la estructura del discurso en la prensa, las conversaciones cotidianas y los debates parlamentarios, sobre textos escritos y discursos públicos.

    Con la tesis de que la desigualdad y el poder se evidencian a través del lenguaje, Van Dijk fue profundizando en la sistematización de su trabajo.

    Este tipo de investigación sobre el poder, sobre la ideología, sobre el racismo, sobre la desigualdad, tiene ahora una categoría general, reconocida por nosotros (algunos investigadores europeos y yo) como Análisis Crítico del Discurso. No se trata sólo de un análisis descriptivo y analítico, es también un análisis social y político. Esto significa que como investigadores tenemos una tarea importante con la sociedad: dilucidar, comprender sus problemas y el ACD (Análisis Crítico de Discurso) se ocupa más de problemas que de teorías particulares (Van Dijk 1994 b).

    Un objetivo fundamental de la investigación desde el ACD es contribuir a la resistencia y a la solidaridad en un contexto en que el discurso y la comunicación son los recursos de grupos dominantes.

    Van Dijk (1994 b) considera que el poder de las elites es un poder discursivo, pues a través de la comunicación se produce "lo que se denomina una manufacturación del consenso: se trata de un control discursivo de los actos lingüísticos por medio de la persuasión, la manera más moderna y última de ejercer el poder".

    Las fuentes que proveen de información a la prensa, los temas que se eligen para difundir, las estructuras semántica y sintáctica del discurso en las noticias, entre otros elementos, han sido identificados por Van Dijk como los lugares donde se ponen en funcionamiento mecanismos estratégicos para la reproducción de la dominación y la desigualdad.

    Entre los trabajos que retomamos como marco para nuestro análisis de los discursos cuenta: "Ideología. Una Aproximación multidisciplinaria" (1999), un estudio teórico sobre la ideología y su relación con la cognición, la sociedad y el discurso, de donde seleccionamos las bases teóricas y conceptuales para nuestro análisis de los editoriales. También "Prensa, Racismo y Poder" (1994) donde analiza en forma detallada las relaciones entre la prensa y otras elites en el mantenimiento y legitimación de la desigualdad étnica. Asimismo la compilación del mismo autor titulada "El discurso como interacción social" (2000) donde se publica una selección de artículos sobre estudios del discurso de distintos autores que sirve a nuestro trabajo como base teórica y conceptual.

    Por otra parte, si bien en lo que refiere a nuestro tema específicamente no hemos encontrado antecedentes, en cuanto a trabajos que tengan como objeto de estudio a los medios de comunicación con relación a los ataques al Word Trade Center y el Pentágono, en Estados Unidos, encontramos algunos artículos de análisis – no de ACD – donde se enfocan distintos aspectos.

    Ángeles Fernández Barrero ha analizado "El caso de los editoriales del 12 de septiembre de 2001" en España. En su artículo analiza los editoriales publicados un día después de los ataques por los principales periódicos de España: El País, El Mundo, La Vanguardia y ABC.

    Aunque el estudio está enfocado principalmente a aportar nuevos elementos sobre el género editorial – en una situación excepcional – y a pesar que se trata exclusivamente de periódicos españoles, constituye un antecedente de análisis de editoriales con un tópico muy cercano a nuestro tema de investigación.

    Este trabajo de Fernández Barrero (2002) nos fue de provecho a la hora de definir las características particulares del género editorial, pero también aporta datos sobre la representación – en diarios de Europa occidental – respecto del Islam, los árabes y musulmanes y la posición de estos medios de prensa frente a la política exterior de Occidente [EUA en particular], en el marco de la antesala a la "guerra contra el terrorismo". Sintetizando los resultados del análisis de los editoriales Fernández Barrero escribe:

    El uso de la fuerza constituye un atentado contra los principios democráticos y las libertades, valores que los principales diarios españoles han ido incorporado a sus principios editoriales junto a otros propósitos como la independencia, el pluralismo y el servicio a los lectores. Ante acciones que violan estos principios, el medio está comprometido a tomar postura, pues estas acciones constituyen una agresión a sus propios valores ideológicos que, a su vez, constituyen los valores de su público lector (2002).

    Del análisis de editoriales de los cuatro principales diarios españoles surgieron elementos comunes. Las tesis fueron expresadas en un tono crítico y exaltado, estableciendo juicios categóricos que más que persuadir buscaban sentar una doctrina. La base lingüística para la elaboración de esos juicios estuvo formada por adjetivos y adverbios, con o sin argumentación justificadora.

    El consenso se plasmó en coincidir sobre "la aparición de un nuevo tipo de terrorismo", la necesidad de la "cooperación internacional", la comparación con "el ataque japonés a Pearl Harbor" y el señalar a Estados Unidos como la "máxima potencia mundial", entre otras ideas.

    Gurrea y Turcott, por su parte, han realizado un informe donde se hace un análisis comparativo entre el tratamiento de los medios de comunicación estadounidenses y los mexicanos sobre la guerra en Afganistán.

    El periodo de análisis abarca desde el 11 de septiembre de 2001 hasta el ataque aliado a Afganistán y el objeto de estudio incluye medios audiovisuales, radiofónicos y prensa escrita. Si bien el análisis es de carácter más general que sistematizado, arroja importantes elementos sobre la línea editorial que adoptaron los medios americanos [de EUA] en respuesta al llamado presidencial de George Bush (h) a alistarse detrás del patriotismo y en contra del terrorismo. Describe, además, la "distancia" que tomaron los medios mexicanos de los estadounidenses y a su vez del discurso oficial del gobierno mexicano.

    Gurrea y Turcott (2001) destacan en su informe la distancia, mesura y equilibrio periodístico de los medios mexicanos, como su disidencia respecto de la política exterior mexicana, el alineamiento con EUA y el cuestionamiento a la cancillería mexicana por falta de propuestas alternativas para una salida a la tensa situación mundial. En esta línea, los autores destacan algunos hechos como la condena de los medios de comunicación mexicanos a la censura contra la libertad de expresión que llevó adelante la Casa Blanca, el reemplazo de la CNN como proveedor de información de las cadenas de televisión mexicanas por otras cadenas, incluyendo la presentación de imágenes de Al Jazeera y el esfuerzo por ofrecer una versión propia del conflicto enviando corresponsales a la zona de conflagración.

    Entre los periódicos mexicanos estudiados en este trabajo están La Reforma, El Universal, Milenio Diario, La Crónica de Hoy y La Jornada. Este último diario es también objeto de nuestra investigación, sirviendo el trabajo de Gurrea y Turcott como un antecedente importante para conocer la postura editorial de aquel medio de prensa respecto a la "guerra contra el terrorismo" y la política exterior de Estados Unidos. Postura que estos autores indican como de un "sentimiento antiestadounidense", a tal punto que su definición ideológica a veces "pervierte a la información".

    B.- Racismo y Dominación en Latinoamérica

    Desde un enfoque temático muy cercano al propuesto en este trabajo, una tesis de grado realizada por Dramisino, Lorenzotti y Rosales (2003) indaga sobre la construcción del imaginario social que hicieron del Islam dos medios gráficos, a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y hasta el día en que comenzaron los bombardeos a Afganistán (8 de octubre). Se trata de un análisis de artículos periodísticos publicados en el cuerpo y los suplementos de los diarios Clarín (Argentina) y The New York Times (Estados Unidos), trabajo que se complementa con la realización de una serie de entrevistas a periodistas redactores, representantes de la comunidad musulmana en Argentina y profesionales vinculados al tema de estudio.

    En dicho trabajo, a diferencia del presente, no se aplica la metodología del análisis crítico del discurso. Se busca abordar la relación entre medios e imaginario social, vínculo este a través del cual se pueden explicar las mediaciones en la construcción de la cultura musulmana en la sociedad. Los medios de prensa son concebidos como espacios de construcción del imaginario social, en este sentido el trabajo de análisis se enfoca sobre el proceso de producción de significados.

    La tesis de Dramisino, Lorenzotti y Rosales describe cómo dos diarios, de circulación masiva en sus respectivos países, ven a los "otros" y da cuenta de la existencia de prejuicios y estereotipos en la representación de la cultura islámica y los musulmanes.

    El proceso de construcción de una imagen negativa de los "otros" se vislumbra en la asociación que los dos medios de prensa proyectan entre los musulmanes y el terrorismo, el fundamentalismo y la violencia.

    El Islam irrumpió en las redacciones de los diarios aquel 11 de septiembre despertando prejuicios existentes en la sociedad argentina sobre una cultura de la cual poco se conocía. Es por eso que en un primer momento fue casi imposible escapar a las explicaciones que emanaban del sentido común para tratar de comprender lo que estaba ocurriendo. Avanzado el conflicto, se observó que la manera de presentar a los musulmanes continuó siendo siempre la misma, asociada a la idea de una cultura bárbara y retrógrada, dueña de un fundamentalismo religioso único en el planeta capaz de matar a sus propios hijos; el Islam se convirtió rápidamente – gracias al discurso alineado bajo la órbita de Washington adoptado por los medios analizados – en el enemigo del mundo civilizado (Dramisino, Lorenzotti y Rosales, 2003: 109).

    Por otra parte, analizar uno de los diarios más importantes de Estados Unidos y representativo de Occidente – The New York Times – permite a las autoras realizar una exposición comparativa entre este y el diario latinoamericano – Clarín -. En este sentido el trabajo de análisis llega a reconocer una alineación entre el discurso de ambos diarios y el discurso oficial del gobierno de Estados Unidos en el contexto de la guerra en Medio Oriente. Incluso, aunque parezca paradójico, se observa un papel más activo, en la construcción de una imagen negativa de los "otros" de parte del diario argentino.

    El imaginario social del musulmán construido por Clarín se correspondió en demasiados momentos, con el posicionamiento seguido por cualquier diario de los Estados Unidos, resultado de lo señalado anteriormente con respecto a la transnacionalización de los medios masivos de comunicación [la necesidad de homogeneizar el discurso para una difusión en un territorio global]. En el caso del matutino argentino esta alineación es el producto de intereses económicos creados por la empresa de comunicación más allá de la política de alianza incondicional adoptada tiempo atrás por nuestro país hacia Estados Unidos. Esta diferencia ha sido señalada en la elección que cada diario realizó de las voces que contaran la historia. The New York Times fue más pluralista y con ello provocó una versión mas amplia de los acontecimientos (Dramisino, Lorenzotti y Rosales 2003:109).

    El Sociólogo y Periodista argentino Pedro Brieger también ha analizado el discurso del diario Clarín en relación con la cultura islámica. Su interés se centró en hacer algunas reflexiones sobre cómo el medio de prensa vinculaba al Islam con el fundamentalismo.

    Partiendo de una hipótesis: que el Clarín sostenía el prejuicio de que el fundamentalismo era una característica propia de la religión islámica y no de otras, Brieger (1996) busca elementos discursivos que demuestren lo contrario.

    El objeto de estudio, en este caso, estuvo conformado por las ediciones de los días 5 al 13 de noviembre de 1995, una semana posterior al asesinato del primer ministro israelí Itzjak Rabin a manos de un religioso judío.

    Tras su trabajo Brieger concluyó que no se caracterizaba al sujeto involucrado en el crimen como un judío fundamentalista, este en cambio aparecía como un "asesino" y "extremista" y su creencia religiosa era minimizada. Sin embargo, en otros artículos ajenos a este tema y publicados la misma semana, el "fundamentalismo" es endilgado a lo islámico.

    Estos dos antecedentes mencionados como parte del campo del análisis de la cultura de Latinoamérica y su relación con el racismo y la dominación buscan describir el tipo de construcción que el diario Clarín (y el The New York Times en el primer caso) hace de un imaginario sobre los musulmanes y el Islam. A estos hay que sumar un reciente trabajo realizado por Van Dijk (2003), basado en el análisis del discurso de las elites y su relación con la dominación étnica y el racismo en España y América Latina.

    Van Dijk considera que existen particularidades históricas, económicas, sociales y culturales entre el racismo latinoamericano y el europeo, así como también entre los distintos países que integran América Latina. Tal es así, que se justifica el análisis por separado según a que país quiera uno referirse.

    Por ser un problema que ha adquirido mayor relevancia recientemente y estar relacionado directamente al contexto internacional, el tema de la dominación y el racismo contra los musulmanes e islámicos no tiene lugar en el trabajo de Van Dijk respecto de América Latina.

    Se identifica, en cambio, en su estudio un sistema de dominio étnico racial cuyas raíces históricas se enclavan en el colonialismo europeo e implica la discriminación de los pueblos indígenas y a los extranjeros de origen no europeo. Dicha estructura, de gran complejidad, implica no sólo a los "blancos" y "no blancos", sino también a los mestizos, los mulatos de aspecto, estatus y poder muy diversos que pueden aparecer como agentes, colaboradores o víctimas del racismo, según el contexto. La regla general es una variante del racismo europeo que se refleja en la dominación de los de aspecto europeo sobre los de aspecto "distinto" (raza), pero también sobre aquellos de cultura diferente.

    "El racismo latinoamericano se vincula y a menudo se confunde (y se excusa) con la idea de clase social", dice Van Dijk. De esta manera el estatus u otra forma de poder simbólico o material puede compensar la desigualdad de raza. Un sistema de clasismo – racismo que se combina, además, con el sexismo.

    Otras dos características del racismo latinoamericano son, por un lado, su negación en el discurso político, académico y las conversaciones cotidianas y, por otro, la creencia de las elites de que a diferencia de Europa y Norteamérica sus países sostienen una "democracia racial". Esto, sin embargo, no implica que no surjan corrientes de antirracismo tanto desde las elites dominantes como desde los más afectados. Es el caso de los indígenas y negros que se agrupan y luchan por los derechos humanos, la igualdad y la democracia.

    Van Dijk sostiene la tesis de que el racismo está "preformulado" por las elites simbólicas y por los políticos y los medios de comunicación. El racismo de elite se ampara en el discurso e incluso se legitima y se adquiere a partir de él. Aunque sostiene que gran parte del discurso oficial, de los políticos y los medios aparece como antirracista.

    Su estudio se interesa por el discurso de los grupos blancos dominantes y se centra principalmente sobre la problemática en México, Argentina, Brasil y Chile, aunque repasa brevemente la situación en otros países latinoamericanos.

    Las conclusiones de Van Dijk sobre la dominación étnica y el racismo discursivo en América Latina servirán como marco teórico para nuestro análisis sobre la representación de las culturas diferentes en la prensa latinoamericana. Aunque este autor no refleje en su trabajo la existencia de un problema de marginación, discriminación o dominación discursiva sobre los islámicos o los países de Medio Oriente, su descripción del racismo latinoamericano servirá como base para nuestro aporte sobre esta problemática contemporánea.

    C. – Discurso de Occidente sobre Oriente

    El tema de esta investigación surgió, en parte, inspirado en la lectura de la obra "Orientalismo" de Edward Said. En esta él analizó el trabajo de autores occidentales como Silvestre de Sacy Ernest Renan, William Lane, Henry Kissinger, Harold Glidden, Shakespeare, Lutero, Roger Bacon, entre otros. Su objetivo fue contribuir a la comprensión de la fuerza del discurso cultural occidental sobre el Oriente islámico, criticar los fundamentos incuestionables de los trabajos sobre Oriente y exponer un ejemplo de las relaciones entre sociedad y textualidad.

    En Orientalismo Said realiza una descripción fundamentada del proceso de formación de estereotipos y de mecanismos por los que se establecen ciertas ideas particulares ["idées rescues"] en el marco del saber general sobre Oriente. La relación Occidente – Oriente es una relación de poder donde el primero subordina al segundo en el contexto de un mundo imperialista.

    Oriente tal y como aparece en el orientalismo es, por tanto, un sistema de representaciones delimitado por toda una serie de fuerzas que sitúan a Oriente dentro de la ciencia y de la conciencia occidentales y más tarde, dentro del imperio occidental. Si esta definición de orientalismo parece, sobre todo, política, es simplemente porque considero que el orientalismo es en sí mismo el producto de ciertas fuerzas y actividades de carácter político (Said 1990: 245).

    Edward Said recorre el orientalismo desde la expansión europea, a través de los imperios británico y francés, hasta el imperialismo americano. En la fase reciente, después de la II Guerra Mundial y a partir de las guerras arabo – israelíes, "el árabe musulmán se ha convertido en una figura de la cultura popular americana", dice Said. Esto como consecuencia del cambio en la configuración internacional de fuerzas, donde Gran Bretaña y Francia ya no tienen la hegemonía en la política mundial.

    A la vez que cambian el centro de la escena del poder mundial cambian también las formas del orientalismo. Quedó atrás la "fase textual del orientalismo" y establecida la "base doctrinal", el estudioso de Oriente ya no se llama orientalista, sino "especialista en áreas culturales (área specialist)" y aparece en escena el nuevo científico social.

    En libros y artículos sobre el Islam, como en el cine y la televisión, aparecen los árabes musulmanes asociados a valores negativos: como antisionistas y perturbadores de la existencia de Israel; como una amenaza para las democracias occidentales a partir del control de recursos petrolíferos; vinculados con la lascivia, la deshonestidad, el sadismo, su imagen es la de un degenerado, traidor y vil; en las fotografías de prensa aparecen en grandes cantidades, sin individualidad ni experiencia personal [como hombre masa, irracional]; su imagen siempre esboza, además, la amenaza de la Yihad [Guerra Santa], que aparece como invasión del mundo por el árabe.

    Said considera que esta representación negativa del árabe musulmán, en Occidente de siglo XX, no es azarosa ni aislada, en Estados Unidos se crearon una serie de instituciones funcionales al proyecto imperialista americano en Oriente. En 1842 el gobierno federal fundó la American Oriental Society con el objeto de estudiar Oriente, en 1946 se fundó el Middle East Institute, luego surgieron la Middle East Studies Association, apareció el apoyo de fundaciones como la Fundación Ford, programas federales de ayuda a las universidades y de investigación, el apoyo de entidades bancarias, apoyo de compañías de petróleo y de multinacionales.

    Por otra parte, cinco años después de la publicación de Orientalismo, Said comenzó a reunir algunos datos sobre la relación cultura e imperialismo analizando escritos europeos acerca de África, India, partes del Lejano Oriente, Australia y el Caribe. Lo que había quedado fuera de Orientalismo: la respuesta a la dominación occidental que culminaría en el gran movimiento de descolonización a lo largo del Tercer Mundo, fue incorporado a Cultura e Imperialismo (1993).

    Junto con la resistencia armada en lugares tan diversos como la Argelia decimonónica, Irlanda e Indonesia, hubo en casi todos los sitios considerables esfuerzos de resistencia cultural, junto con afirmaciones de identidad nacional y en el plano político, con la creación de asociaciones y partidos cuya meta común era la autodeterminación y la independencia nacional (Said 1993: 12).

    El marco de fondo de las dos obras es el enfoque sobre la "cultura", cuyo término refiere: por un lado, a prácticas que poseen relativa autonomía de las esferas económica, social y política y cuyo principal objetivo es el placer [el arte de la descripción, la comunicación y la representación]; y por otro, a una especie de teatro donde se enfrentan distintas causas políticas e ideológicas. En el segundo sentido del término la cultura es una fuente de identidad, una fuente beligerante, donde se asocia la cultura con la nación o el estado y que hace a "nosotros" diferentes de "ellos", casi siempre con algún grado de xenofobia.

    La vinculación entre ambos sentidos es lo que estudió Said a través del análisis de obras literarias y otros escritos, esa vinculación pretendemos que nos ayude a interpretar, a través de los editoriales en los medios de prensa de América Latina, algunos aspectos sobre la identidad latinoamericana.

    ¿Hay una identidad cultural latinoamericana que se exprese a través de estos medios de prensa y que los impulse a desafiar, contradecir o interrumpir el discurso cultural dominante de Occidente sobre Oriente?

    En conclusión, en Cultura e Imperialismo Edward Said describe la resistencia cultural contra el imperialismo de Occidente y en Orientalismo desenmascara toda una tradición intelectual y una maquinaria política que subyace al discurso cultural de Occidente sobre Oriente y que llega hasta los recientes "estudios de áreas culturales" de la inteligencia de Estados Unidos. Pero, ¿dice Said todo lo que hay para decir sobre el orientalismo?, ¿Cuáles son los límites de su trabajo?.

    Hashim Ibrahim Cabrera sostiene que "da la impresión de que se devela una maquinaria escondida, cuando ya sus piezas no resultan letales, como cuando los medios de comunicación sacan a la luz los documentos que van descalificando los servicios de información de un país".

    La crítica de Said sobre uno de los más importantes relatos de la modernidad, el orientalismo, aparece cuando la cultura occidental reconoce la caída de los "grandes relatos". ¿Cuál es entonces el nuevo camino que tomó el discurso sobre Oriente y el Islam?.

    Said nos ofrece el trofeo de una pieza ya muerta y embalsamada, que antes de expirar había escondido su secreto en otra parte. Tal vez en los propios medios de comunicación de masas o en la confianza en la naturaleza imparable del proyecto Global, en la inevitable estandarización de las distintas culturas que lleva implícito el modelo económico en expansión. Seguramente en las nuevas tecnologías de la información, a través de los programas de traducción automática (TA) que están siendo llevados a cabo por las universidades occidentales (Cabrera 1997).

    Según las conclusiones de Cabrera, es poco creíble un "mea culpa" desde la propia institución [Said escribe su obra estando empleado como profesor en la Universidad de Princenton] y la descripción que hace del orientalismo Said muestra una visión panóptica y enciclopédica [al igual que las descripciones que de Oriente hacía el orientalista]. Además el tratado de Said estaría omitiendo dos cuestiones: a) que el Nuevo Orden [proceso de Globalización] tiende a asimilar la diversidad para implantar un modelo único de economía y de cultura; b) que hay nuevo fenómeno de conversión al Islam, dentro del ámbito de la intelectualidad [René Guenón, Roger Garaudy entre otros] y de la sociedad occidental en general.

    Por nuestra parte, no debatiremos aquí sobre la aceptabilidad y la validez de las críticas de Cabrera a Said, pero sí retomamos su propuesta de buscar el "secreto escondido" en los medios de comunicación de masas y las nuevas tecnologías de la información. Más específicamente, nuestro objeto de estudio – editoriales de veinticinco diarios con edición digital en Internet -, combina un medio de comunicación masivo: la prensa, con la nueva tecnología de la Internet, que amplía aún más la masividad de su alcance. Pero esto no es todo, la complejidad y el desafío son mayores, porque no se trata de analizar la prensa de Occidente sino de América Latina y su discurso sobre Oriente. A la vez que es la búsqueda de una articulación entre este discurso y el de Occidente sobre Oriente en el contexto de la "guerra contra el terrorismo".

    ¿Hay un discurso de poder – orientalista – de los diarios de países de América Latina frente a los islámicos y los árabes en general?, ¿Hay una identidad, cultural y política, latinoamericana frente a Occidente?, ¿Hay una invasión del discurso cultural de Occidente en América Latina que se transparenta ahora en el marco de la "guerra contra el terrorismo"?.

    Características de los medios de prensa

    Las características de nuestro objeto de estudio tienen efectos sobre los alcances y limitaciones del análisis propuesto. Hemos relevado los artículos editoriales a través del archivo digital de las ediciones on line de los diarios por una cuestión práctica y sobre todo, de viabilidad. Esto es, ¿Cómo podíamos acceder, desde Argentina, a la edición impresa del 11-09-2001 del diario Prensa Libre, de Guatemala?. La pregunta es válida para todos los medios de prensa que forman nuestro objeto de estudio.

    La mayoría de estos medios de comunicación fueron seleccionados porque son diarios de publicación impresa de una importante tirada en sus respectivos países de origen. Pero hay casos donde se pone en juego otro factor: en algunos países los medios más trascendentes en la opinión pública nacional son parte del mismo multimedia. En tales casos se seleccionaron medios de prensa que pertenezcan a diferentes propietarios, es el caso de los periódicos de Chile donde se tomó al diario Sur como alternativa de El Mercurio y La Segunda, que pertenecen al mismo multimedia.

    Hay que tener en cuenta también que no todos los diarios tienen una sección editorial, algunos como Página 12 de Argentina, Jornal Diario de Brasil y El Universal de Colombia, no pudieron ser incorporados como parte del cuerpo de investigación porque no usan el género editorial. En estos casos la opinión del medio sobre determinado tema podría encontrarse en la sección de opinión, pero generalmente aquí las notas aparecen bajo la firma de periodistas o distintas personalidades que reflejan su posición sobre determinado tema, expresándose diferentes puntos de vista.

    Otra característica importante de las ediciones on line es que los artículos periodísticos suelen estar resumidos con el objeto de disminuir el tiempo de lectura. Incluso algunos diarios incluyen un mensaje con una estimación del tiempo que llevará la lectura y ofrecen la posibilidad de acceder al texto completo. En el caso de los editoriales que hemos seleccionado, el texto del artículo es publicado completo y es idéntico al publicado en la edición impresa de los diarios.

    En el estudio habrá una limitación en el número de periódicos y artículos seleccionados por motivos de carácter operativo. Sin embargo se reconoce la posibilidad de ampliar la investigación en la medida que se disponga de un objeto de estudio delimitado bajo criterios de selección inclusivos de otros periódicos o seleccionando un periodo de tiempo más amplio para el análisis.

    Se puede considerar, además, que hay medios con mayor repercusión en la opinión pública internacional, que los que se han seleccionado para este trabajo. Pero el interés se centra aquí en conocer como construye la prensa de América Latina – y no la prensa de Norteamérica o Europa – una idea sobre la cultura de países islámicos y qué relación existe entre esa representación, el discurso cultural de Occidente sobre Oriente y la configuración de las relaciones de poder a escala internacional.

    Un análisis dirigido a la prensa de las potencias occidentales podría revelar cómo se representa la cultura de países a los que se ha acusado públicamente de colaborar con el terrorismo internacional.

    Otros aspectos relevantes sobre los límites y restricciones de este trabajo están referidos a las posibilidades de acceso a los medios de prensa con edición digital on line. En este sentido hay que diferenciar dos aspectos:

    1. La selección de nuestro objeto de estudio estuvo condicionada a la posibilidad de acceso a los editoriales publicados el día 11 de septiembre de 2002, esto se traduce en:

    – algunos medios de prensa no cuentan con un archivo de ediciones anteriores o hemeroteca en sus sitios web;

    – hay diarios que tienen archivos o hemeroteca pero son de tamaño reducido y no cuentan con la edición del día 11 de septiembre de 2002, porque incluyen sólo ediciones salteadas, de los últimos siete días, o del mes en curso.

    Como parte de estos casos se destaca la ausencia de los periódicos de Cuba, Granma y Granma Internacional, que podrían ser de gran valor para el análisis.

    2. Se considera que los medios seleccionados contribuyen a la formación de una opinión en el ámbito nacional y regional en América Latina y a una opinión pública internacional por su alcance mundial a través de la Internet. Pero hay que tener en cuenta que la accesibilidad a la edición on line de algunos periódicos puede estar restringida por al menos tres causas:

    – Internet es un medio inaccesible para algunas comunidades por la imposibilidad de adquirir productos de informática o porque no llega la red de telefonía.

    – el acceso a la red Internet requiere un conocimiento mínimo indispensable del lenguaje informático.

    – el acceso a la hemeroteca o a los servicios, de algunos periódicos suele requerir estar registrado como usuario e incluso en muchos casos es rentado.

    Afecta en particular a este trabajo la tercera causa, como consecuencia de que al carácter no gratuito de algunos servicios se suma el requerimiento de contar con una tarjeta de crédito de validez internacional para la compra de artículos periodísticos, por ejemplo del diario O Globo de Brasil.

    La primera y segunda causa de las restricciones en el acceso a la edición digital de la prensa están necesariamente ligadas entre sí y tienen que ver con un problema global: la desigualdad en el acceso a la Internet.

    Según un informe de 2003 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el 2002 las conexiones a la red en América Latina crecieron un 35 por ciento, pero todavía el número de usuarios es bajo respecto de los países desarrollados.

    El mismo problema se observa en otros continentes como África y Asia. "La pobreza y la marginación están acompañadas de la exclusión del universo de las nuevas tecnologías y esto condena a la mayoría de la población mundial a un analfabetismo informático".

    Mientras, en América del Norte y Europa el acceso a la Internet se ha generalizado y se amplía la distancia en materia de desarrollo económico, cultural y político.

    Por otra parte, debemos dejar en claro que al constituir nuestro objeto específicamente las editoriales – y como estas son idénticas en la edición digital y en la impresa, no profundizaremos en una descripción de las características del periodismo digital más que en cuanto a las cuestiones generales ya manifestadas: como las restricciones de acceso.

    En cambio, nos interesa puntualizar sobre algunos aspectos que refieren a la prensa de América Latina como constructora de identidad, sujeto integrante de una cultura latinoamericana y un actor activo que contribuye a su formación y transformación. Es en este sentido que se vuelve necesario describir a la prensa de América Latina en términos generales, como una totalidad que se relaciona y se diferencia con la prensa de Occidente. Porque tomamos a cada uno de los medios seleccionados para el análisis como representantes no sólo de la comunidad a la que tienen llegada a través de su edición impresa, sino también de su país de origen y de una comunidad más amplia integrada en una cultura particular: la latinoamericana.

    La idea de una correspondencia entre la búsqueda de integración social, de construcción y defensa de una identidad cultural y la planificación de una política de información y comunicación particular no es nueva.

    Una estrategia en este sentido tiene como antecedente el debate internacional sobre el Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC), que llevaron adelante los países en desarrollo reunidos en el marco de la ONU, a través del Movimiento de No Alineados (1961) y del Grupo de los 77 (1964).

    Alcira Argumedo (1987) ha diferenciado tres etapas de este debate. La primera (1973/76) se caracteriza por el surgir y estructuración de las "demandas periféricas". En la segunda (1977/80) hay una "búsqueda de una conciliación de las posiciones en el seno de la UNESCO [Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas]" e "inteligentes intentos de cooptación de las propuestas del Sur por parte de los centros de poder transnacional". La tercera (en la primera mitad de la década del '80) "muestra una mayor particularización de las posiciones en el interior del Tercer Mundo" y "divergencias en el interior de los países capitalistas desarrollados", en el marco de una redefinición de la política norteamericana que busca neutralizar los ámbitos de debate multilateral a fin de establecer relaciones bilaterales.

    En este contexto, en que el Tercer Mundo comenzó a plantear la necesidad de un sistema de información internacional más equilibrado, aparecieron agencias de noticias, emisoras de radio y televisión nacionales con políticas propias de información y cultura. En un momento en que las agencias transnacionales controlaban el 93 por ciento del flujo internacional de la información, generando un sistema desequilibrado, parcializado y alejado de perspectivas nacionales.

    El Nuevo Orden recogía el interés de los países recientemente descolonizados por la construcción de un desarrollo propio, la integración de sus sociedades y la defensa de su identidad cultural. El proyecto era parte de un plan más amplio que incluía un Nuevo Orden Económico Internacional, con un sistema de producción e intercambio más equilibrado y participativo.

    Sin embargo, el debate fue abandonado en forma oficial por la UNESCO cuando se retiraron del organismo los gobiernos de Ronald Reagan, Estados Unidos y Margaret Thatcher, Gran Bretaña, con el pretexto de la "politización" de los debates.

    Nos preocupaba el problema de la manipulación de las personas del Sur por parte de los medios de comunicación del Norte. La batalla se perdió. La UNESCO abandonó este debate y dio por buena la idea de que los flujos transfronterizos de información era una necesidad que venía impuesta por el mercado internacional y por la propia realidad mundial. En definitiva, se admitió que podía aceptarse una especie de "darwinismo" en el campo de la comunicación (Ramonet 2001: 144).

    Que la UNESCO haya abandonado el debate sobre el NOMIC no implica que el problema del desequilibrio Norte – Sur haya cedido, por el contrario, la brecha aún es grande y el centro del poder sigue concentrado. Al respecto Ignacio Ramonet (2001) se pregunta "¿existe un neoimperialismo cultural norteamericano?".

    La actualidad nos encuentra en un contexto de mundialización de la economía, de progresos en digitalización e interconexión de servicios ligados a la información y la comunicación. La "Sociedad de la Información Global", como se ha denominado a este proceso, implicaría una cultura global pero también una preponderancia de la empresa y los mercados sobre el Estado, el resultado es la desreglamentación radical en favor del "libre flujo de la información".

    En este marco, el Estado que se atreva a reabrir el debate sobre información y comunicación puede ser considerado un enemigo de la libertad de la información. Una información que aparece ahora prolífica y pululante.

    "Junto con el agua y el aire, se trata indudablemente del elemento que más abunda en el planeta. Cada vez menos cara, en la medida en que aumenta su caudal, pero como sucede con el aire y el agua, cada vez más contaminada (Ramonet 2001: 218)".

    Sobre los contenidos de la información y la pobreza del debate cultural en el actual contexto, Roberto Savio considera que "hoy es fundamental que existan estrategias nacionales hacia la Sociedad de la Información y no copias de modelos externos o globales" (2002). Una política nacional de información y comunicación es considerada un elemento clave para avanzar en el desarrollo nacional, la integración de la sociedad, la defensa de la identidad cultural y el fin de la dominación por las potencias centrales.

    Es importante señalar este marco en que están insertos los medios de comunicación latinoamericanos, pues si bien estos pueden tener el control en la producción de la información local, nacional y regional, en cuanto a la información internacional puede existir cierta dependencia.

    En este sentido se puede citar el conflicto conocido como la Guerra del Golfo, cuando en 1991 Estados Unidos lideró la expulsión de las tropas invasoras iraquíes de Kuwait. En ese caso la cadena norteamericana CNN monopolizó la información y como dice Ignacio Ramonet, "en la medida en que los productores de las imágenes son fundamentalmente anglosajones, a la hora de dar importancia a una información, se parte del principio de observar previamente si los intereses occidentales se encuentran o no amenazados" (2001: 145).

    Pretendemos decir que en el tratamiento de problemas del ámbito internacional, la prensa latinoamericana puede verse limitada en enfoques y elementos de juicio por la dependencia de la información procedente de las agencias internacionales de capitales occidentales. Independientemente de la identidad cultural del medio de prensa, de la cohesión hacia el interior del grupo social en el que está inserto, de su postura ideológica y de sus intereses económicos.

    La limitación en el acceso a los escenarios de conflicto y a las fuentes directamente involucradas puede devenir en una restricción de las perspectivas de análisis para los editorialistas latinoamericanos. Pero además la cuestión de la concentración de los medios afecta a la democracia informativa.

    Según el columnista y comentador estadounidense Jeff Cohen (2002) la concentración de los medios noticiosos en manos de unas pocas corporaciones, mayoritariamente conglomerados del entretenimiento, ha cambiado en la actualidad el discurso oficial en los Estados Unidos hacia la derecha y la diversión. Pero además, al menos en ese país, se ha dado un proceso de censura temática. "La mayor parte de la política externa y militar no es sujeto de debate: por ejemplo, el asesinato de civiles afganos por bombardeos estadounidenses", dice Cohen.

    El adoctrinamiento de los receptores por parte de los medios norteamericanos y el funcionamiento de un "modelo de propaganda" a través del cual se filtra la información, han sido analizado con detenimiento por Noam Chomsky y Edward Herman (1990) en el marco de la Guerra Fría. Al ubicar esta problemática en el contexto actual, Jeff Cohen considera que previo al 11-S las transmisoras que seguían la línea oficial estadounidense funcionaban como "armas de distracción masiva" y a partir de los acontecimientos de esa fecha estas funcionan como "armas de distorsión masiva e histeria".

    El problema que surge del desequilibrio de medios entre Occidente y América Latina es que esta última depende en gran medida de los despachos informativos, sobre todo en materia de información internacional, de las grandes agencias occidentales.

    Claro está que la prensa en América Latina ya no es la de la década del '70. Aunque los desequilibrios Norte – Sur persisten e incluso se han profundizado, al menos hay medios que tienen la posibilidad de enviar periodistas al lugar de los hechos o costear corresponsales. También se puede acceder a páginas web personales que publican información a través de la red Internet, como el caso de los weblogs, muy difundido en Europa y Estados Unidos o comprar producciones de cadenas alternativas que compiten en el mercado con las grandes cadenas occidentales, como Al Jazeera.

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