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Arquitectura doméstica y decoración de interiores en Argentina: 1860-1936 (página 5)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10

3.4 – El Barroco en Inglaterra:

Aunque el periodo William & Mary es parangonable al barroco francés, con el despegue económico de Inglaterra los estilos ingleses irán adquiriendo poco a poco una fuerte personalidad, destacando entre sus rasgos principales el carácter práctico y la comodidad, por encima del mero ornamento. Esto es consecuencia del estilo de vida de las clases altas inglesas: por una parte, la aristocracia prefería vivir en sus grandes mansiones en el campo, disfrutando de un mobiliario mucho más distendido y cómodo. Por otra parte, la boyante burguesía londinense prefería muebles cómodos y prácticos. Y todos ellos eran personas cultas, conocedoras del arte europeo, muchas de las cuáles habían hecho el llamado Grand Tour [162]

El siglo XVIII inglés asiste a una gran variedad de estilos que tomarán el nombre de los soberanos y que, además, se expandirá, con cierto desfase, a las colonias.

3.4.1 – Guillermo y María (1688-1702):

En este período, la morfología básica de este mobiliario, sería introducida luego por los colonizadores ingleses en América, dando lugar a la aparición del mueble colonial americano primitivo.

Morfológicamente las sillas, está conformadas por patas en forma de balaustre (columna), el uso de la copa invertida en las terminaciones. Las uniones entre las patas, se dan con chambranas en "X" curvada. Los respaldos de rejilla (no tan altos como los del Restauración del Renacimiento Inglés), de donde venía esta tradición, de los respaldo en rejilla.

3.4.2 – El estilo Reina Ana (Queen Anne) y Georgiano:

El periodo Reina Ana (1702-1714) abandonó la línea del William & Mary para dar lugar a un estilo sobrio, sencillo, que ponía énfasis en el tapizado, la línea depurada y la incrustación veteada (veneering), y las incrustaciones sólo se reservaron a orlas alrededor de cajones y paneles de las puertas. Sin embargo, los muebles se harán elegantes, menos macizos, con esbeltas patas en cabriolé (con la característica talla de la concha en el arranque), de sección cuadrada, tendiendo a la eliminación de tirantes.

Reina Ana fue un estilo de la clase media, de gustos sencillo, donde las sillas poseían el típico respaldo de pala en forma de violín, siendo esta su característica más sobresaliente. Las patas delanteras, en forma cabriolé y con un motivo tallado en la rodilla (una concha simil hoja de acanto), terminaban con la pata con una garra de águila (el cual estaba agarrando una bola aplanada). Otras patas, solo eran una estilización de la cabriolé, o en el mejor de los casos con una terminación en voluta (confundiéndose con una garra de león). Con barrotes tipo chambranas, en algunos casos. Las chambrana más característica fue la de "H" y las patas traseras, eran generalmente lisas.

De entre los muebles más representativos destacan:

? Sillas de respaldo curvo, con cerco, con patas en cabriolé acabadas en rodetes, volutas, cascos de caballería, garras (de león o aferrando bolas), pezuñas, etc. A veces presentaban el arranque tallado en forma de concha.

? Los sillones son parecidos, aunque con los brazos sobre soportes apoyados en los travesaños laterales del asiento. Los brazos solían presentar formas curvas, de sección circular y aplanándose en el reposacodos, a veces rematados con cabezas de león o de águila. El sillón de orejas también tendría el mismo tipo de patas.

? Los tapizados presentan ricos bordados que alternan motivos orientales con los locales (como rosas o fresas).

? Los muebles de almacenamiento, con cajones y formas rectangulares, adquieren gran protagonismo. Aparece el buró con la parte superior inclinada y abatible (que adopta a veces la forma de bureaubookcase, coronado a veces por un armarito o una librería), y la doble cómoda (o chifonier [163]llamada también tallboy o highboy, sobre patas altas, con alguna versión de ocho patas), una especie de cajonera alta en forma de armario. Asistimos también a la aparición de las librerías o bookcase, a veces con vidrieras. Como remate se solía usar el frontón partido. Destaca el Bachelor's Chest (una cómoda de soltero), de tablero abatible y cuatro filas de cajones de altura decreciente (el más alto, debajo). Las cómodas presentaban un faldón curvo en forma de ballesta, de influencia francesa.

? Los espejos y marcos tenían la decoración más exuberante, a veces tallada en yeso y dorada, coronados por un concha o el escudo de armas. A veces se usa la técnica de verre eglomisé, basada en la aplicación de vidrio de colores con motivos en oro.

? Se hicieron mesas de tocador que presentaban un nicho para las rodillas y espejos pivotantes sobre mesitas con cajones. Sin embargo, las mesas más típicas serán las extensibles y aquellas de café que se fabricaban junto a juegos de escabeles diseñados para poder encajarse unos dentro de los otros y éstos bajo la mesa.

? La afición al juego produjo ingeniosas mesas plegables, algunas con tableros semicirculares desplegables (que servían, también, como consolas), otras con una o dos patas batientes (llamadas concertinas), etc.

El siguiente periodo, el Georgiano, llamado así por los tres reyes de nombre Jorge, es un periodo complejo que debe considerarse una continuación del Reina Ana y es característico el uso masivo de la caoba, exenta de impuestos, lo que reactivó la talla. Como novedad, destaca la aparición de las mesas de té de tres patas bajas con soporte central y tablero circular abatible, manejables y versátiles (podían ser usadas como pantallas de chimenea), aunque se hicieron algunas versiones para seis comensales. El reinado de Jorge I se caracteriza por el palladianismo, con la influyente figura de Kent. Bajo Jorge II se da el apogeo de las influencias gótica, china y rococó, destacando la obra de Chippendale. Y con Jorge III se desarrolla el llamado estilo Adam, plenamente neoclásico.

3.4.3 – Los grandes mueblistas y su repercusión:

En el Reina Ana siguen trabajando los mismos diseñadores de muebles que en el William & Mary (Gerreit Jensen, Daniel Marot o Grinling Gibbons, y empiezan su andadura otros como Thomas Roberts. Sin embargo, en el nuevo periodo Georgiano aparecen algunos mueblistas excepcionales que marcarán estilo:

? Uno de estos influyentes artistas del mueble es William Kent (1685-1748). Kent, también pintor y arquitecto, defensor de la arquitectura de Palladio, fue, sin embargo, un diseñador de muebles y de interiores muy barroco, italianizante y de decoración exuberante y movida, mezclando los órdenes clásicos con el repertorio del mueble Luis XIV, que contrastaba con el clasicismo de los exteriores. A él se deben los primeros interiores integrados de Inglaterra, inspirados en los de los palacios venecianos, muy escenográficos, con muebles más de exhibición que de uso. Destacan los espejos y las consolas coronadas por losas de mármol dispuestas sobre delfines o águilas con las alas extendidas. Toda su obra tiene un carácter recargado, pero no excesivo, como la cama de Houghton Hall, la cual es presidida por una talla que representa una concha de enormes proporciones.

? James Moore (fallecido en 1726) acusa la influencia de Kent y trabajó ornamentos tallados en yeso y dorados.

? Benjamin Goodison (fallecido en 1770) es incluso más barroco que Kent, de quien se inspira en la ornamentación, compuesta por conchas, grecas, guirnaldas, vegetales, etc.

? William Vile es quizás es mueblista más palladiano de la época, y sus diseños los más sobrios, sencillos y equilibrados.

? En el extremo opuesto se encuentran William y John Linnell, John Mayhew y William Ince, que aceptaron plenamente la ornamentación china y el lenguaje rococó francés. Pese al carácter único del mobiliario de Kent, tuvo una enorme influencia, de modo que los muebles que se produjeron inauguraron una tendencia clasicista en el mueble inglés, los llamados muebles palladianos, que encontrarán su máximo esplendor en el Neoclasicismo, de manos de mueblistas como Adam, como se verá. El diseño de muebles inglés apenas adoptó los postulados rococó más extremos excepto en los ambientes más distinguidos, de modo que hacia la mitad del siglo XVIII se puso de moda otro tipo de decoración, tanto los ornamentos de inspiración china como los de inspiración gótica, aunque usados de una manera poco científica. Se incorporaban a los muebles, a veces mezclados, ornamentos en forma de tracerías, arcos ojivales, tejados en forma de pagoda, etc., sobre todo en respaldos de sillas, en escritorios, librerías, etc. Entre los mueblistas que trabajaron los motivos orientales, de inspiración china fueron, además de Thomas Chippendale, William Hallet y Thomas Johnson. Esta moda de la decoración china fue un fenómeno muy extendido y se desarrolló, como se vio, desde el periodo William & Mary, por influencia holandesa. Su mejor difusor fue William Chambers, que llegó incluso a construir un palacete en forma de pagoda en los jardines de Kew (una población cercana a Londres) y publicó en 1757 la obra titulada Designs of Chinese Buildings, furniture, Dresses, Machines and Utensils, de gran influencia en Inglaterra.

Hacia mediados de siglo se publicarían tres influyentes obras:

? Los diseños de, sobre todo, espejos y candelabros de Mathias Lock, publicados en la influyente obra A New Book of Ornaments (1752), que mezclaba motivos orientales con rocallas y escenas rústicas y de fábulas de Esopo.

? Los fantasiosos y grotescos diseños de Thomas Johnson de candelabros, torchères, consolas, espejos, etc., compendiados en Twelve Girandoles (1755) y en la publicación por entregas de One Hundred and Fifty New Designs (1761).

? The Gentleman and Cabinet Maker's Director (1754), colección de diseño de muebles, obra de Chippendale (quizás en colaboración con Mathias Lock), que tuvo una enorme repercusión en todo occidente.

El mueble rococó

4.1 – El estilo Luis XV en Francia:

Este estilo se designó en francés rocaille (y en España se le llamó rocalla); pero ha prevalecido su designación por la voz rococó, de tono más familiar. Un análisis de esta palabra nos aclara, quizá, cuál sea su verdadero concepto. Esta voz rococó francesa es una composición (un raccourci) de las voces rocaille y coquille, porque en los primeros diseños en que el nuevo estilo se manifestó en Francia, y que bien pronto trascendieron a otros países, había como una sugerencia de formas irregulares inspiradas en el aspecto de la rocas marinas que llevan adheridas algas y conchas. Donde tales formas se revelan más representativas en las cartelas ornamentales.

Son formas que, puestas generalmente al sesgo, prescindiendo de toda lógica geométrica, se basan en la asimetría y en el perfil ondulado de ciertas conchas de moluscos cuyo diseño remata una suerte de penacho en voluta y que se combinan, alusivamente, con otras formas que son propias del mundo vegetal, con sus ramificaciones, arborescencias y nudosidades. Inmediatamente después de su aparición, tales formas fueron aplicadas con ardor a los objetos de platería o de cerámica, a las boiseries [164]y a los muebles.

El Luis XV fue un estilo refinado y elegante, propiamente fue Rococó. La evolución de la rocaille o rocalla, con gran variedad de doble "C" o "S", fue la típica forma vegetal (de una rama de árbol). La ornamentación escondía las uniones. La pata cabriolé, estirada en forma de "S" estilizada es el elemento más característico de este estilo, representa el dinamismo y movimiento. Por eso decimos que el Luis XV, fue morfológicamente liviano, curvo-femenino. Aquí desaparecerá la chambrana, por necesidad estética, como característica principal. Todo es igual que el Luis XIV, pero asimismo, todo es más delicado y fino; convirtiéndolo en uno de los logros más rotundos de este período. En los respaldos es frecuente la concavidad, para hacerlos más cómodos.

Hubo una multiplicación de sofás, cuyas variedades son originarias de las bergeres, duchesses (reservadas únicamente a la nobleza) y canapés; todos con pequeñas patas cabriolé.

Las principales tipologías del mueble rococó francés son:

? Muebles de asiento: Se solían tapizar según la época del año con ricos tapices, sedas, terciopelos, etc., lo que encarecía considerablemente el mobiliario. Para facilitar los continuos cambios las tapicerías se fijaban con un sistema de tornillos o grapas. La silla fue perdiendo importancia ante los más cómodos sillones, generalmente con brazos almohadillados:

? El fauteuil en cabriolet tenía forma cóncava y permitía el asiento de las mujeres con sus ampulosos vestidos, aunque el preferido de éstas era el bergère, ancho, bajo y confortable, con un cojín suelto y laterales y respaldo bien tapizado bien de caña. Los hombres preferían el cómodo voltaire, con respaldo inclinado y asiento profundo.

? Existieron asientos adaptados a ciertas peculiaridades, como el sillón adaptado para que las mujeres pudieran ser peinadas mientras reposaban, el fauteuil a coiffer, o el preparado para que los espectadores de las cartas u otros juegos de mesa se apoyaran mientras miraban, los bergère voyeuse, o aquellas otras para sentarse a horcajadas, la voyelle.

? Entra la gran variedad de bergère destacan el marquise, donde cabían dos personas (llamado por ello, a veces, têteatête o confidante) y la chaise longue llamada duchesse, compuesta por dos bergère (uno con el respaldo más bajo a los pies) y un cuerpo intermedio, los tres separables.

? Los sofás también proliferaron, adoptando múltiples formas, en general parecidas al fauteuil, con seis u ocho patas en cabriolé. Destacan los ovales u ottomanes (o canapé à corbeille) y los paphose, en forma de riñón, muebles de tocador por excelencia. También se da otra modalidad de influjo oriental, la sultana, con los dos extremos arrollados.

? Camas: Se abandonan los pesados cortinajes de los doseles y éstos se aligeran, como en la lit a la turque, una especie de tumbona con los extremos arrollados y un dosel encima, o la lit a la polonaise, adosada a la pared por un lateral.

? Cómodas: Eran los muebles más emblemáticos. Las formas serpenteantes de Cressent derivaron a la forma bombé, donde la curvatura se prolongaba a las patas, que se aligeraron y alargaron, reforzándose con monturas de bronce dorado. Apareció la rinconera (encoignure), que se adquiría por parejas. Se decoraban con mosaicos, marquetería o incrustación en formas geométricas, como el jaqueado, triángulos, etc., y a veces se pintaban con escenas inspiradas en la pintura rococó de los pintores de moda, Boucher o Watteau, llamadas fêtes galantes, y que utilizaban un barniz especial llamado vernis Martin, que aplicaba superpuestas decenas de capas (hasta cuarenta o más), produciendo efectos análogos a las veladuras en las pinturas al óleo. Sin duda la cómoda es el mueble por excelencia de este estilo, y a la vez también es el que presenta una decoración más rica, tanto por las marqueterías como los adornos asimétricos de bronce dorado, cuando aparecen.

El mueble neoclásico

5.1 – El nuevo clasicismo y la pasión arqueológica:

El siglo XVIII ha pasado a la Historia como el Siglo de las luces, el siglo de la Ilustración. La Ilustración, movimiento filosófico, cultural y político, girará alrededor de la idea de la Razón, en contraposición a la autoridad de la tradición. Este movimiento será impulsado y apoyado tanto por las monarquías absolutas europeas, que darán lugar al Despotismo Ilustrado, como por la nueva clase social en ascenso, la burguesía, que a la postre dará lugar a una serie de revoluciones liberales que culminarán en el siglo XIX con el establecimiento de monarquías parlamentarias tras la convulsión mundial ocasionada por la Revolución Francesa y por su consecuencia más importante, Napoleón Bonaparte.

Esta fe en la Razón tendrá importantes consecuencias también en el arte y en la cultura. El barroco y el rococó serán considerados a partir de ahora como estilos frívolos y caprichosos, y se volverá la vista al Clasicismo, de manera que Grecia y Roma serán modelos a emular e imitar no sólo en cuanto al arte sino también en la política, la moda, la cultura, etc. La frivolidad rococó dará paso a una nueva severidad, más acorde con los tiempos, en los que se buscará la sobriedad, el equilibrio, el servicio al Estado y la rectitud moral, de acuerdo con las nuevas teorías políticas y filosóficas de prohombres como Montesquieu, Voltaire o Rousseau, plasmadas en los cuadros de los grandes pintores academicistas como David, Mengs o Angélica Kauffmann, pintora amiga de Wincklemann que decoraría muchos paneles de muebles del periodo y que sería imitada hasta la saciedad en dicho campo.

Se volverán a usar los órdenes arquitectónicos clásicos, la ornamentación se hará discreta y geométrica, las líneas curvas cederán su primacía a las rectas y la gracia rococó dará lugar a la severidad del Neoclasicismo.

Al mismo tiempo que se producen estos cambios tendrá una serie de hallazgos arqueológicos que marcarán de manera determinante a los círculos ilustrados europeos. Los más importantes de ellos serán potenciados por el futuro Carlos III de España, el cual, siendo rey de Nápoles, sufragó las excavaciones de Pompeya y Herculano y favoreció a toda una pléyade de eruditos que puso en valor los descubrimientos arqueológicos que fueron surgiendo tanto en dichos yacimientos como en los de la Magna Grecia (templos de Paestum) o en los etruscos de la Toscana.

Dichos descubrimientos arqueológicos no fueron fortuitos en cierto sentido, ya que entre los intelectuales de la época se venía gestando desde principios de siglo cierta pasión por la arqueología y por el arte antiguo. En estas fechas también se estudiará la Domus áurea de Nerón, por ejemplo, y artistas como Piranesi difundirán a través de sus grabados la riqueza arquitectónica de la Antigua Roma, de manera que muchos jóvenes herederos de las principales familias aristocráticas y burguesas adineradas se dirigirán a la Ciudad Eterna para conocer in situ sus tesoros, en lo que se conocía como el Grand Tour.

El Neoclasicismo se fue gestando en toda Europa, pero cristalizará, sobre todo, en Inglaterra y en Francia. En Inglaterra, por ejemplo, el palladianismo se fue haciendo progresivamente más clasicista, y en Francia el movimiento neoclásico será impulsado desde las mismas entrañas de la corte por el propio hermano de la Marquesa de Pompadour, el Marqués de Marigny, junto con el arquitecto Jacques Soufflot o el grabador y escritor Nicolás Couchin, autor de Antiquities of Herculaneum.

Esta obra, junto a otras emblemáticas como Geschichte der Kunst del Altertums, de Wincklemann, o Recueil d'antiquités Egyptiennes Etrusques, Grecques, Romaines et Gauloises, del Conde de Caylus, contribuyó al arraigo del gusto neoclásico y proporcionó a los artistas de su tiempo un importante repertorio de motivos decorativos que alcanzaron también, y sobre todo, al mobiliario.

Así, se abandonaron las graciosas patas en cabriolé por las rectas o por las que tenían forma de pata de consola, se volvió al uso de soportes en forma de columna o pilastra con capiteles clásicos, la decoración se minimizó y se hizo austera, reduciéndose a grecas y molduras, y se realizaron diseños basados en modelos etruscos, griegos y romanos.

La diferencia más importante entre el neoclasicismo francés y el inglés será que mientras en Francia será promocionado desde la propia corte y aceptado tanto por la aristocracia y la burguesía adinerada como una moda general, el inglés será obra de un puñado de personalidades que marcarán el gusto del momento, como Adam o Hope.

También se producirá una convulsión en el campo de las modas, ya que si, por una parte, lo inglés goza de singular aprecio en todo el continente en detrimento de las modas francesas, la Revolución Francesa ejercerá un gran influjo entre la intelectualidad, sobre todo en los nacientes Estados Unidos, donde se abandonará la línea inglesa para abrazar los estilos de la Francia revolucionaria, dando lugar al estilo Federal.

5.2 – El estilo Luis XVI en Francia:

En Francia, el Neoclasicismo arraigará tanto en la arquitectura como en el interiorismo y en el mobiliario desde la década de 1760 y florecerá durante el reinado de Luis XVI (que dará nombre al estilo) y su esposa, María Antonieta. En 1771 Ledoux construirá para la nueva favorita de Luis XV (Madame du Barry) el Pabellón de Louveciennes, rememorando los templos griegos.

Los nuevos diseños de muebles tendrán como principal característica la imitación de modelos antiguos, la geometrización y simetría y el abandono de las patas en cabriolé, sustituidas por soportes rectilíneos (à gaine), a veces de sección cuadrada y otras redonda, en cuyo caso se adelgazaban hacia abajo y tenían, a veces, molduras torneadas en sus partes superior o inferior y acanaladuras rectas o en espiral, y en la parte superior podían presentar a veces un cubo con rosetas que formaba parte del travesaño del asiento.

Los motivos ornamentales tenían sabor griego (grecas, esvásticas, ovas, dardos, páteras, etc.), romano (festones, guirnaldas, máscaras, trofeos, ramas entrelazadas o atadas con lazos, etc.), etc., y aunque se siguió con el uso de apliques de bronce dorado (ormoulu), éste acabaría reservándose al final del periodo para remarcar rectángulos o círculos.

Como novedad, se usaron con profusión placas de cerámica pintada con los mismos motivos florales que las marqueterías (en el caso de la cerámica de Sèvres) o con figuras blancas sobre fondo azul (cerámica inglesa de Wedgwood), aunque aún estuvo de moda el lacado y se recuperaron las formas de Boulle (incluso llegaron a reutilizarse paneles suyos para montarlos en muebles nuevos). Las tipologías serán las mismas del rococó, con algunas variaciones:

? Muebles de asiento:

?Se seguirá dando el fauteuil, aunque con las consabidas patas rectilíneas y el frontal del asiento generalmente curvo. El respaldo suele presentar forma oval, a veces con la parte superior tallada con motivos florales, o rectangular, a veces arqueado en el centro del travesaño superior (en anse de panier) o con concavidades donde se une el travesaño superior con los laterales (en chapeau), rematados éstos en forma de piña o pluma. Los soportes de los brazos son prolongación de las patas delanteras (ya no parten del lateral del asiento) y se curvan hacia dentro.

? El bergère imitará las formas del fauteuil, aunque aparecerá una versión cuyo lateral forma una curva continua y cóncava desde la pata delantera hasta la parte superior del respaldo, llamada en góndola. El llamado fauteuil de cabinet puede considerarse un bergère con respaldo envolvente.

? Las sillas serán muy parecidas a los anteriores (la más difundida es la chaise en cabriolet, con respaldo arqueado), destacando también otros modelos, como las de estilo etrusco (con las patas traseras en forma de sable y el respaldo, muy tumbado, calado en forma de rejilla de rombos o el travesaño superior curvado hacia atrás en forma de rollo) o la que se puso de moda con el respaldo en forma de globo de Montgolfier. Destacan las sillas creadas por el menuisier Georges Jacob (1739-1814), muy influido por Chippendale: realizadas en caoba, algunas de ellas tenían asiento redondo, respaldo calado (chaises a l'anglaise) o con forma de lira, patas de consola, de estilo etrusco, etc., y muchas presentaban bellas y contenidas tallas.

? Seguirán proliferando canapés y sofás, de análogas características que el fauteuil, el bergère o las sillas. La nota exótica la pondrán las otomanas, aunque con formas más contenidas, pese a darse una versión con respaldo asimétrico. Las camas siguen los mismos tipos que el estilo Luis XV, con las patas rectilíneas, aunque se popularizarán los divanes de estilo griego, como los diseñados por David, que aparecen en sus pinturas.

? Se siguen construyendo cómodas de gran elegancia, aunque sus tipologías se diversifican: destacan las rectangulares y sobrias, a veces con los cajones escondidos tras una puerta (à vanteaux), las altas con un cajón (en console) o las de forma de media luna.

? Los escritorios abatibles (secrètaire en armoire) y los bargueños, aunque se siguen construyendo, van dejando paso a los secretaires de cilindro (o de persiana) o los más sobrios bureau plat, en este caso acompañados de un serrepapiers, especie de armarito (exento o apoyado en la mesa) coronado por un reloj. Destaca la aparición del bonheur du jour, mesitaescritorio de lujo con un cajón o un hueco bajo el tablero y un armarito sobre él.

? Las mesas, como las cómodas, se hacen sobrias en cuanto a las líneas, y se suelen cubrir a veces por planchas de mármol. La decoración sigue siendo, sin embargo, muy rica, ya sea en apliques de bronce como en veteados o marqueterías. Destacan las mesitas, como la table en chiffonière, el vide poche (para el dormitorio), el serviteur fidele (de lectura, con brazos portacandelabros), el guéridon (a veces con tablero de placa de porcelana), etc., muchas de las cuales tienen como nota común que los tableros superiores (redondos o rectangulares) se limitan por un reborde alto o pequeña barandilla y que se sustentan por esbeltas patas. A veces las patas están unidas por tirantes en "X" o con curvas entrelazadas.

Algunos de los principales mueblistas del estilo Louis Seize (Luis XVI) fueron también los mismos que trabajaron en el periodo de Luis XV, aunque aparecerán nuevas personalidades que, a su vez, desarrollarán su trabajo en los posteriores estilos Directorio e Imperio. Destacan:

? Entre los menuisieres más importantes se encuentra Georges Jacob (1739-1814), cuyas innovaciones ya se han mencionado, aunque también es importante el trabajo de Louis Delanois.

? Los principales ebanistas franceses fueron Jean François Leleu (1729-1807), cuya obra se prolongaría hasta el Imperio; Jean Henri Riesener (1734-1806), que se arruinaría tras la Revolución, continuador de Oeben y artífice de gran parte del mobiliario de María Antonieta; o Pierre Gouthière.

? De entre la pléyade de artistas alemanes que acudieron a París a hacer fortuna destacan David Roentgen, que llegó a ser nombrado Ebanista Real por sus ingeniosos artilugios; Martin Carlin (1730-1785), famoso por integrar en sus muebles ormoulu (bronce dorado), lacados, placas pintadas de porcelana de Sèvres o piedras semipreciosas; y, sobre todo, Adam Weisweiler (1750-1810), creador de pequeños muebles de gran belleza y profusión de apliques de porcelana, lacas y bronce, con sus característicos pies en forma de peonza y tirantes entrelazados .

El estilo Luis XVI fue un estilo aristocrático y rescatado. Asimismo el Luis XVI, fue morfológicamente liviano, recto y femenino. Perteneciente al reinado de Luis XVI y María Antonieta. Las formas austeras y simétricas, con predominio de la línea recta; equilibrio y proporción (poseían ensambles complicados, que se ocultaban con el decorado). Las acanaladuras en las patas rectas, con las ya mencionadas hojas de acanto y de laurel, manejadas con gusto y sobriedad refinada, le daban al fuste cónico, con terminación en estípite. Mucha gracia y elegancia.

Este estilo, realizado en caoba y nogal preferentemente, con incrustaciones y marquetería. Los respaldos en forma variada (rectangular-oval), con brazos cortos, algunos respaldos de madera calada (en forma de celosías), explayaban dibujos originales; como en el caso de las sillas de María Antonieta (con su monograma). Las de respaldo de lira, llamadas voyeuse, calada a lo Fontainebleau, o la denominada de ballon (con un globo aerostático, elevado por los hermanos Montgolfier en 1783). Todas eran livianas en comparación a las tapizadas.

5.3 – El estilo Chippendale en Inglaterra:

Thomas Chippendale (1718-1779) fue, sin ninguna duda, el mueblista más influyente de la época. Chippendale trabajó diversos estilos y aportó muchas novedades al diseño del mueble inglés, adoptando incluso el repertorio decorativo gótico y chino de moda, porque

Chippendale era más que un mueblista, fue una especie de empresario que construía cualquier tipo de mueble por encargo y que se atrevía incluso con pedidos de interiorismo, alfombras, cortinas, etc.

Los diseños de Chippendale abarcaban todos los estilos, ya que estuvo siempre al tanto de las modas y deseos de sus clientes, hasta el punto de que con la llegada, a finales del siglo XVIII, del neoclasicismo, abandonó casi toda su línea anterior y adaptó sus diseños a la nueva tendencia del gusto. La magia de Chippendale radica en que supo aportar al mueble inglés cualquier forma, ornamento o tendencia, pero filtrando cada elemento para adaptarlo al gusto inglés, lo que hace a sus muebles inconfundibles y posibilita que se pueda hablar de un Estilo Chippendale.

El mobiliario Chippendale es de una gran variedad de tipos, destacando la construcción de sillas con tirantes y ménsulas caladas entre las patas y el asiento y, sobre todo, respaldos de motivos calados de inspiración china o gótica o con motivos entrelazados, de aspecto muy modernista. Las patas pueden ser en cabriolé o rectilíneas, de sección cuadrada, en cuyo caso llevan travesaños de refuerzo. A veces se presentan delicadas tallas, tanto en el arranque de las patas en cabriolé como en el remate del respaldo o en los brazos de los sillones.

Además, Chippendale construyó cómodas de formas abombadas, espejos, mesas extensibles y modulares, camas con dosel en forma de pagoda, cabinet con aspecto de templete chino, canapés, etc. El aspecto de todos sus muebles es casi siempre ligero y vertical, sobre todo en los chinos, donde incorpora travesaños imitando el bambú y añade pequeñas figurillas en forma de dragón. Las proporciones siempre son mesuradas y con cierta sobriedad de línea, en consonancia con la tendencia palladiana inglesa, pero la decoración es variada y sorprendente pese a no ser recargada. Podemos encontrar cuatro modalidades ornamentales, que prácticamente se suceden también de manera cronológica:

? Los muebles tradicionales, en concreto los inspirados en el William & Mary, de manera que a veces no se distinguen de los originales, como las llamadas sillas inglesas o de respaldo vertical, o las sillas holandesas, con cintas que se entrecruzan en la pala central del respaldo.

? Los muebles de influencia francesa, plasmados en los dibujos del Director realizados por Lock. Destacan las cómodas y las sillas, siempre con patas en cabriolé, con líneas curvas, pero con proporciones y decoración elaboradas pero mesuradas en comparación con los muebles rococó franceses.

? Los muebles eclécticos (de estilo chino), con motivos ornamentales orientales (adornos en templete, tracerías quebradas, lacados de tipo japaning, etc.), pero con estructuras plenamente inglesas.

? Los muebles con ornamentación gótica, prácticamente iguales en estructura a todos los anteriores, pero decorados con tracerías, nervaduras, pináculos, etc., mezclados con motivos típicos del rococó, como las conchas, las patas acabadas en garra y bola, etc. De entre estos tipos de ornamentación destacan las sillas y también las vitrinas y librerías, que imitan las vidrieras góticas, aunque de manera esquemática.

En cuanto a los materiales utilizados, la caoba, fue por excelencia el elegido. Los sillones Chippendale, muy variados, en algunos casos conservaban la tradición de la pata delantera cabriolé a lo Reina Ana, con patas traseras distintas a las delanteras; con pala de respaldo calado en celosías a lo Voyeuse-Fontainebleau (tipo francesas de María Antonieta) y terminación superior en frontón con tracerías a lo Renacimiento del Jacobino-Tardío. Otros modelos con una notable inspiración China en el respaldo calado en celosías y asiento tapizado (sujetados con una hilera de tachuelas con cabeza decorada). Tanto en su impresionante versión Rococó, tan sobrecargado y asimismo tan equilibrado (quizás uno de los mejores exponentes, en su clase). En la que hallamos las versiones con o sin chambranas en "H", de patas rectas (debido al período de predominio de la línea recta) y aldabas-palas sumamente simétricas rescatadas, equilibradas, graciosas y sobrias; un juego de gran elaboración. Se realizaron taburetes, escabeles y otros.

5.4 – El estilo Adam en Inglaterra:

El estilo Adam (1728-1792) se manifestó la geometría como era de esperarse, proporcionadamente y delicadamente. Domina la línea recta en la estructura. En los respaldos de forma rectangular, como los de forma oval o de escudos, con las conocidas rejillas; se diferenciaban las que estaban tapizadas y las que no lo estaban. Los respaldos de forma oval, solían presentar acroteras terminadas con un decorado muy sobrio y mínimo bordeando la patera central superior, que caía sobre el hombro del respaldo. Las patas eran cónicas y las delanteras eran distintas a las traseras. Básicamente un mueble equilibrado y prudente, en la utilización del decorado.

En Inglaterra el Neoclasicismo arraigó no sólo en la Corte, sino que se hizo popular en amplias capas sociales, sobre todo entre la pujante burguesía comercial y urbana protagonista de la Primera Revolución Industrial. Por ello, el Neoclasicismo inglés, que también se suele llamar Georgiano Tardío, no es un estilo grandilocuente y ampuloso sino grácil y ligero que pronto sustituiría al pesado estilo palladiano imperante.

El principal impulsor del nuevo estilo fue Robert Adam (1728-1792), pintor, diseñador e interiorista que, influido por el círculo de intelectuales europeos radicado en Roma, pretendió recuperar los auténticos interiores de las casas romanas adaptando los motivos que había descubierto en yacimientos arqueológicos como la Domus Áurea o Pompeya.

Sin embargo, el mobiliario del Estilo Adam tiene poco que ver con el de la antigua Roma. De hecho, Adam diseñó piezas de nuevo cuño, aunque la decoración y las proporciones eran plenamente clásicas: líneas rectas, guirnaldas, pilastras, etc., con elegancia sin recargamiento. Sus muebles suelen ser de pared (cómodas, consolas, espejos, etc.) u objetos decorativos (urnas, trípodes y pedestales), con incrustaciones de maderas claras y a veces pintados de blanco, con orlas rojas o doradas.

Las mesas de pared (consolas) eran ligeras, con esbeltas y rectas patas adelgazadas hacia abajo y dispuestas en parejas separadas por un ancho espacio, con un estrecho friso bajo el tablero. Los espejos, que partían del tablero, eran tripartitos, con el cuerpo central separado de los laterales por filigranas o cariátides y sobresaliendo en altura. Solían estar flanqueadas por pedestales y urnas y debajo se disponían pequeños muebles en forma de sarcófago con estrígiles y garras de león. A todos ellos se les daba diferentes usos (como fresquera, cisterna, para guardar orinales, etc.).

Es importante el diferente tratamiento de los muebles de comedor y los del salón, ya que tenían distinto uso: tras la comida, las mujeres se retiraban al salón y los hombres permanecían charlando en el comedor.

Por ello, los muebles de este último eran de caoba y los del primero de maderas más luminosas, como el palo águila.

Uno de los mejores artistas del mueble estilo Adam fue Chippendale. De hecho, prácticamente abandonó el rococó y el palladianismo para abrazar el nuevo estilo, de manera que las mejores de sus obras son de este periodo.

Los muebles ideados por Adam tenían como destinatario a la clase alta. Sin embargo, su estilo se generalizó gracias a la obra de dos importantes mueblistas, popularizada a través de publicaciones de sus diseños: The Cabinetmaker and Upholsterer's Guide (obra póstuma de George Hepplewhite, aparecida en 1788) y The Cabinetmaker and Upholsterer's Drawing Book, de Thomas Sheraton (1751-1806), que fue publicada por fascículos entre 1791 y 1794.

El mobiliario de George Hepplewhite es utilitario. La talla es escasa y son característicos los respaldos calados de los muebles de asiento, con forma oval, de corazón o la típica de escudo y motivos decorativos Príncipe de Gales, como las espigas, o las tres plumas, aunque también utilizó jarrones, enredaderas, liras y motivos japoneses.

Las sillas solían tener asiento de caña con cojines y se pintaban a juego con la habitación, excepto las de comedor, robustas, de caoba con asiento de cuero. También realizó una adaptación del clásico conjunto de mesa de pared con pedestales de Adam, que dio lugar a los modernos aparadores, a los que añadió cajones para la mantelería.

Las cómodas y aparadores suelen tener un frente curvilíneo, al igual que las librerías, formadas por dos partes, la de arriba remetida y acristalada, y la de abajo con un cuerpo central sobresaliente y curvo, generalmente.

En esta misma época también se realizan muebles para las clases populares que tienen poco que ver con el Estilo Adam. Se trata de muebles duraderos e ingeniosos, ideados para amueblar pequeños espacios que se transformaban con la doble función de los muebles: camas que se convertían en armarios, cómodas que se desplegaban en estanterías, etc. Destacan las mesas de biblioteca diseñadas por Hepplewhite, con artilugios que las hacían transformables, de modo que desplegaban atriles de los cajones, escalerillas para llegar a sitios altos, etc., o los bidés de tocador de Sheraton. También aparecen por primera vez las ruedecillas en las patas, para mover los muebles con facilidad, común en muchos de los muebles de Hepplewhite y Sheraton.

El estilo de Sheraton tiende a la sencillez, aunque tiene muchos paralelismos con el neoclásico francés, como en el caso de las sillas y las duchesses. Algunas sillas tenían respaldos rectangulares calados y tallados con forma de cintas entrelazadas o de rejilla, y otras en forma de lira, jarrón, etc. Los brazos se curvaban hasta llegar a su parte superior, partiendo verticales de las patas delanteras. Otras tenían respaldo oval y asiento circular o de media luna.

Las mesas de Sheraton participan tanto de la elegancia como del utilitarismo. Los laterales de los tableros se solían adornar con latón, y su interior estaba decorado con bandas de este material o veteadas. Como novedad aparecen las mesas de pedestal, y se sigue la tradición inglesa, común tanto en Hepplewhite como en Adam, Chippendale o Sheraton, del diseño de mesas abatibles, desplegables, modulares, etc.

Los paneles de los muebles, tanto de Hepplewhite como de Sheraton, se decoraban con incrustaciones florales y veteados y solían presentar medallones pintados a la grisalla o a todo color. Algunas de estas pinturas se atribuyen a artistas de la envergadura de Angélica Kauffmann.

Entre las innovaciones destaca el uso del mimbre y la ingeniosa compartimentación de los espacios, como en el escritorio Carlton, en forma de "D" y con cajones en escalera. La superficie para escribir era de cuero.

5.5 – El estilo Hepplewhite en Inglaterra:

El estilo Hepplewhite (?-1786), tiene una característica notable pues, su autor trazaba las líneas a sentimiento (no racionalizaba completamente el proceso, sino que se dejaba llevar orgánicamente, lo cual no implicaba no ser controlado). Aunque, no por ello, sus diseños eran carentes de geometría, muy por el contrario eran geométricos.

En cuanto a la morfología, podemos decir que las patas existían en dos formas, las rectas y cabriolé (estilizadas); en los casos de rectas eran de fuste cónico, terminadas en estípite. Las patas traseras, eran distintas a las delanteras y estaban siempre curvadas hacia afuera, en los extremos inferiores. Había chambranas en "H", como sillones sin travesaños. Se ornamentaban solamente los respaldos, que los había de forma oval de corazón (los más importantes, entre otras formas de escudos) con calados de vegetales, formando unas especies de soles radiales. Algunos respaldos solían tener jorobas a lo Hepplewhite. Entre las celosías más reconocidas están las llamadas Principe de Gales (porque en el respaldo, aparecen las tres simbólicas plumas de avestruz), o las denominadas de espigas de Trigo (ya que aparecían espigas, en lugar de plumas).

El mueble de estética burguesa – no moderna (1789-1892)

6 – EL MUEBLE EN LOS ALBORES DE LA CONTEMPORANEIDAD:

6.1 – Las consecuencias de las Revoluciones Liberales para la sociedad, la vivienda europea y el mueble:

El siglo XVIII fue el siglo del ascenso de la burguesía al poder. La nueva aristocracia del dinero empezó a sustituir a la vieja aristocracia de cuna, de manera que al acabar el siglo protagonizó una oleada revolucionaria que, iniciada en las colonias inglesas de Norteamérica y continuada en la Revolución Francesa, daría lugar al ascenso al poder político de esta nueva clase social, la burguesía, que establecería nuevos sistemas políticos y económicos de acuerdo con la nueva ideología a imagen y semejanza de sus necesidades: el liberalismo.

Estas nuevas oligarquías económicas estaban ávidas de las novedades de la corte y que gustaban de ostentar el lujo acorde con su clase, de modo que pronto empezaron a solicitar el mobiliario exquisito de los grandes ebanistas europeos y a imitar su estilo.

Con el siglo XIX entramos en la llamada Edad Contemporánea, caracterizada por la sustitución de las instituciones del Antiguo régimen por otras de carácter liberal:

• La sociedad estamental, caracterizada por la nula movilidad social y el predominio de una nobleza de sangre se sustituye por un sistema de clases en el que la cúspide la ocupan las capas con mayor poder económico (la alta burguesía).

• El sistema económico de régimen antiguo, basado en la posesión de la tierra y las estructuras gremiales, se sustituye por un sistema de producción capitalista basado en la industrialización y el mercado libre de trabajo, bienes y servicios.

• Las viejas monarquías absolutas enraizadas en esquemas medievales se sustituyen por sistemas representativos en los que el concepto patrimonial del Estado se sustituye por el de Nación. Es decir: asistimos al triunfo del liberalismo.

Este conjunto de profundos cambios sólo fue posible a través de una serie de convulsiones revolucionarias conocidas como revoluciones burguesas o liberales, de las cuales las más importantes son la Independencia de los EE.UU. de América, la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, que se prolongarán a lo largo de los grandes ciclos revolucionarios de 1820, 1830 y 1848, con el epílogo de la Comuna de París. Todas en conjunto pergeñaron el triunfo del liberalismo, que tendrá importantes repercusiones en el mundo del mueble, de la vivienda y del interiorismo:

• Por una parte, la nueva ideología liberal promocionará un estilo de carácter funcional, acorde con el nuevo pensamiento hegemónico: lo útil y lo práctico determinará las líneas decorativas, en detrimento de lo ornamental. El nuevo estilo tendrá un carácter burgués, más íntimo y más cómodo, con espacios adecuados para la vida cotidiana, al contrario que los grandes espacios aristocráticos del Ancien Régime destinados a ser mostrados y exhibidos.

• La industrialización y el gran desarrollo de las vías de comunicación harán posible la rápida y barata producción, adquisición y distribución de materiales considerados siglos atrás como de lujo. De este modo se posibilita la construcción con nuevos materiales industriales, como el acero, los papeles pintados, la madera laminada o el cristal, dando lugar a una nueva arquitectura, decoración y mobiliario basados en ellos. Es el momento de esplendor de la rejería, de los invernaderos, de los grandes balcones cerrados y acristalados, de las estufas y las cocinas de hierro fundido, etc.

• El capitalismo dará lugar a la publicidad, y ésta a su expresión más genuina: el cartel. A partir de ahora la distribución de los muebles se hará a gran escala, en serie y con una rápida difusión, democratizando su uso pero a costa, la mayoría de las veces, de un gran descenso de la calidad.

• Además, con la aparición del concepto de Nación, se vuelve la mirada a la Edad de Oro, al pasado glorioso de los pueblos, recuperando aquellas obras, estilos o artistas emblemáticos de dicha época. Se revalorizan así estilos de la antigüedad y se llega, incluso, a recrearlos. Son los llamados neos o revivals, en los que cada país se sentirá identificado con un estilo nacional: el neogótico inglés, el neomudéjar toledano, el neorrococó francés, etc.

• En esta época de profundos cambios y de puesta en valor de diferentes estilos tendrá lugar el eclecticismo [165]fenómeno tanto arquitectónico como en el campo del mueble y las artes aplicadas, mezcla de estilos que tendió a la monumentalidad y de raíz neoclásica.

• Aparecerá una nueva clase social: el proletariado urbano e industrial, al tiempo que las diferencias de clase de raíz económica se hacen cada vez mayores, de modo que asistiremos a una dualidad entre los estilos de las clases dominantes (terratenientes, comerciantes e industriales, a veces con intereses confluentes con la nueva nobleza y las monarquías parlamentarias) y la depauperación general de las clases bajas, que se plasmará en la ínfima calidad de sus producciones, hecho ante el que se revelarán algunos pensadores y artistas de orientación anarquista o marxista, como William Morris (1834-1896), dando origen al Movimiento de las Arts & Crafts.

• Por último, asistiremos al primer estilo netamente burgués, el modernismo (llamado Art Nouveau en Francia), alejado de todo aquello que pudiera identificarse con lo aristocrático, de carácter decorativo, unitario, cómodo, integral, funcional y moderno en cuanto a diseño y materiales.

6.2 – El estilo Directorio:

Con el triunfo de la Revolución Francesa se produjo una gran convulsión social que afectó al mundo del mueble francés. Sin embargo, esto no afectó tanto al estilo como a los ebanistas y menuisieres, muchos de los cuales estaban marcados por su trato con la aristocracia del Ancièn Regime y en muchos casos cayeron en desgracia.

El Estilo Directorio abarca desde la Toma de la Bastilla (1789) hasta el fin del Consulado (1804), y debe considerarse un estilo de transición desde el Luis XVI al Estilo Imperio que caracterizará al periodo napoleónico. De hecho, el repertorio decorativo es el mismo que en el último tramo del Luis XVI (de inspiración griega, romana o etrusca) al que se suman los motivos egipcios (tras la campaña napoleónica) y los alegóricos de la Revolución (gorros frigios, fasces, etc.) o a Napoleón (el cisne). Todo atisbo de comodidad desapareció e incluso se pusieron de moda elementos que evocaban las campañas militares, como taburetes en forma de tambor, camas de campaña, etc.

El periodo se caracteriza por un arqueologismo que se va acentuando, proliferando sillas imitando a las curules, los soportes trípodes en todo tipo de muebles, divanes, escabeles, etc., que se acentuará en el posterior Estilo Imperio. Los soportes de los muebles también variarán desde los modelos a gaine, rectos (ahusados, en estípite, etc.), hasta las patas zoomorfas (en garra o pata de león, por ejemplo), soportes en forma de cariátide o atlante (hermes), etc.

? El mueble más característico será la silla, con respaldo a veces recto pero con más frecuencia en crosse (con forma de "S"), calado con motivos en forma de lira, de rejilla, palmetas, balaustradas, etc. Las patas pueden tener forma de sable (a la etrusca) o ahusada. Los motivos decorativos pueden ser filetes de bronce o acero, y elementos naturalistas como animales y seres reales o fantásticos. Prolifera la silla curul y los sillones con respaldo en gondole o en hémicycle, alto y cóncavo, forrado en cuero.

? Se populariza la méridienne, una especie de sofá que recuerda al kline griego, y las camas ganan en variedad: la lit a la antique (con un solo cabecero), en bateau (con perfil en forma de barca), etc., con el baldaquino muy elaborado, aunque las colgaduras tienden a desaparecer.

? Las mesas de comedor se generalizan, con tablero oval o circular y una estrecha faja bajo éste con motivos de bronce dorado. También abundan las mesitas con base triangular cóncava, como el guéridon o su versión como urna elevada sobre soportes, la athénienne. Destaca por su belleza la poudreuse, mesilla de toilette con un espejo bajo el tablero abatible.

? Aunque aparecerán consolas de tablero rectangular alargado, normalmente siguen siendo semicirculares o en forma de semióvalo, a veces exentas formando una consola doble formada por dos de ellas adosadas. Las cómodas tienen líneas netas y geométricas, con patas en garra de león y juegos de color usando maderas claras (como el limonero) y oscuras (como la caoba). Algunos menuisieres y ebanistas como Jean François Leleu (1729-1807), Georges Jacob(1739-1814), Adam Weisweiler o Jean Henri Riesener (1734-1806) siguieron en activo tras la Revolución, aunque su producción no tuvo el mismo grado de brillantez.

En 1790 se abolieron los gremios en Francia, con lo que en un mismo establecimiento pudieron trabajar artesanos de distintos ramos, hecho que aprovecharon algunos talleres para dar un paso adelante en la producción de muebles. Fue el caso de los hijos de George Jacob, George (1768-1803) y François Honoré Georges, conocido como Jacob Desmalter (1770-1841), que fundarían Jacob Frères, prestigiosa firma hasta finales del siglo XIX, así como el suegro de Jacob Desmaltr, Martin Eloy Lignereux (1750-1809).

Los Jacob formarán una dinastía que se prolongará durante el siglo XIX.

Como en el periodo anterior, muchos mueblistas alemanes acudieron a París ahora que no existían restricciones gremiales. El más importante de éstos fue Bernard Molitor (muerto en 1833), famosos por sus sillones con cabezas de grifo o prótomos de león.

Entre las figuras centrales del Estilo Directorio se encuentran algunos artistas, proyectistas, diseñadores y decoradores como el propio pintor neoclásico David y, sobre todo, sus protegidos Charles Percier y Pierre Fontaine, según muchos historiadores del arte los verdaderos artífices del gusto del periodo y del posterior Estilo Imperio, por la influencia ejercida tanto por sus diseños para maestros mueblistas como los Jacob o Lignereux, por ejemplo, como por los interiores proyectados para el Palacio de Malmaisón o para la Sala de la Convención en las Tullerías, dirigidos en todo momento por Georges Jacob. En 1801 publicaron la obra más influyente del periodo, Recueil de décorations intérieurs, auténtica biblia del posterior Estilo Imperio.

El estilo Directorio (1793-1799) fue un estilo de transición al Imperio, pertenece a lo que hemos decidido llamar como 2º estadio neoclásico. Morfológicamente, los asientos, se realizaban en madera tallada con motivos egipcios, las patas cónicas y de bronce, conocidos como a la antigua; las patas delanteras, solían ser distintas de las traseras. Los respaldos en forma de voluta (idea iniciada en el Luis XVI), eran generalmente anchos, otros de forma cóncava se denominaban de góndola. Con una mezcla de palas-aldabas, que nos hacen pensar en Inglaterra del Siglo XVIII, por su cierto control prudente de los elementos decorativos. Básicamente los muebles, no son tan finos como el Luis XVI, ni tan pesados, como el Imperio.

6.3 – El Estilo Imperio en Francia:

El 10 de noviembre de 1799, Napoleón derroca al Directorio mediante un golpe de Estado y empieza a correr una nueva historia. Esta es el 3º estadio neoclásico, un estilo, que fue producto de las victorias militares, el que se considera masculino (semi-austero, semi-decorado), se copia del arte Romano y Egipcio. Presentaba columnas dóricas y corintias, con capiteles y bases de bronce, las patas traseras se curvan hacia afuera. Las ya conocidas hojas de acanto, se repiten junto con helechos, palmetas, águilas imperiales romanas, cisnes, temas decorativos ovales, etc. Se utilizaron coronas de laureles, como en los templos griegos, pero se devaluó los símbolos al utilizarlos en exceso. El laurel, será la marca de fábrica del estilo Imperio (con su elemento más destacado, la N inicial orlada en una guirnalda de laurel, posiblemente lo más destacadamente prudente, en su utilización).

El Estilo Imperio se desarrolla en la Francia napoleónica como evolución del Estilo Directorio en una dirección grandilocuente, fastuosa, de modo que la decoración adquiere tintes militares y de glorificación de la figura y la familia del Emperador, considerado el Nuevo César. Se tenderá a usar el repertorio decorativo clásico y motivos alegóricos y heráldicos de los Bonaparte, como la "N" inicial de Napoleón, el cisne o la abeja, y símbolos de las victorias militares (cascos, trofeos, águilas, coronas de laurel) y del mundo egipcio (esclavos, cabezas con tiaras, tigres, leones, etc.), que se puso de moda tras la conquista de Napoleón, así como todos los del mundo clásico grecorromano: ánforas, coronas de laurel, centauros, grecas, festones, guirnaldas, etc., a veces enmarcados por filetes. La moda, establecida por un puñado de artistas del régimen, como Charles Percier (1764-1838) y Pierre-François-Leonard Fontaine (1762-1853) o la dinastía de los Jacob, será abrazada no sólo por los cortesanos de Napoleón sino que conquistará toda Europa y sobrevivirá al propio Napoleón durante los primeros años de la Restauración, cuyo estilo se considera evolución del Estilo Imperio.

Los muebles, que mantienen casi tosas las características del Estilo Directorio, se hacen severos, con formas sólidas, compactas y simétricas, soliéndose colocar por parejas para destacar su grandiosidad. Tienen aristas vivas y superficies lisas, aunque se compensa la pesadez con la vistosa decoración, basada en el uso profuso del ormoulu o bronce dorado en apliques de todo tipo, esencialmente en las esquinas y los brazos de los muebles de asiento, así como en los tiradores, generalmente en forma de cabeza de león con una argolla pendiente de las fauces. En este campo destaca la actividad de grandes orfebres y broncistas como Pierre Philippe Thomire (1751-1893).

Aunque la talla en relieve desaparece, se recupera la talla escultórica, que aparece en brazos y patas de muebles de asiento y en frontales de cómodas, aparadores, etc., en formas de atlantes (hermes), cariátides, prótomos de leones o grifos, águilas, etc. Los motivos ornamentales favoritos serán los egipcios.

Se sustituyen las maderas claras del Directorio por las oscuras, siendo la madera más usada inicialmente la caoba, en forma generalmente de chapeados, aunque tras el Bloqueo Continental se empiezan a utilizar otras. La comodidad se sacrifica a la sobriedad y desaparecen los mullidos cojines y acolchados aunque se gana en formas más novedosas, esencialmente de tema egipcio.

Los principales ebanistas del Estilo Imperio son prácticamente los mismos que los del Directorio, como los Jacob (destacando la figura de Jacob Desmalter), aunque aparecerán nuevos nombres, como Pierre Benoît Marcion, la dinastías Lemarchand o Bellangé, etc., la mayoría de los cuales materializó proyectos de Percier y Fontaine.

Las tipologías más importantes son:

? Mesas. Se suelen hacer de tablero circular y de soporte en forma de columna central inserta en un trípode, en cuyo caso suelen tener tirantes formando un sólo pedestal triángulo cóncavo y las patas en forma de columna toscana o con motivos zoomorfos o egipcios, como leones o esfinges. Entre los muebles trípodes destacan los lavabos y la athénienne (a veces completamente de bronce), un tipo de guéridon aparecido en una obra homónima de David. Las mesas rectangulares tenían a veces patas en forma de cariátide de bronce.

? Camas. Los montantes tenían forma de columnas, cariátides o pilares rematados por cabezas o jarrones, y se solían hacer con el cabecero y el piecero a la misma altura, y se adosaban a la pared por el lateral. Destacan los canapés como el méridienne, que se siguen fabricando, aunque con formas novedosas, como las que tenían laterales asimétricos. O las que tenían los brazos enrollados en forma de voluta, con forma de góndola, de barco (en bateau), etc., con doseles simulando tiendas de campaña.

? Muebles de asiento. Son cúbicos y rotundos, con aristas vivas y acolchados no muy mullidos pero muy elegantes, a veces en bandas bicolores. El respaldo suele rematarse en forma rectangular, aunque a veces se sigue usando la forma de rollo. Las patas delanteras tienen formas de cabezas de mujer en la parte superior, garras en la base, etc., y ascienden hasta el apoyabrazos, que suele ser mullido y adopta a veces formas zoomorfas, como el cisne o la esfinge. Tanto sillas como sillones o las causeuse (una especie de marquesa para dos personas) las chaiseslongues (de dos piezas) suelen tener respaldo curvo, llamado en góndola. Reaparecerán las sillas arcaizantes, como las imitaciones de las curules, o infinidad de taburetes en "X", como los fabricados con patas en forma de sable. Deben mencionarse también la chauffeuse (una silla baja de chimenea), la chaise a l'officier (sin travesaños en el apoyabrazos para permitir el asiento de oficiales con espada) o el impresionante Trono de Napoleón diseñado por Percier y Fontaine. Las sillas romanas en forma de "X", se utilizaron mucho, con los representativos sables de Napoleón, así como los taburetes-tambores militares. Básicamente, los brazos de los sillones, están soportados por las figuras de animales fabulosos, que fue un tema recurrente. Las maderas, más utilizadas fueron caoba, ébano y árboles frutales.

? Las consolas, cómodas, armarios, escritorios y sifonieres son idénticos al estilo anterior, con nuevos motivos de ornamentación. Destacan apenas algunos muebles singulares, como algunos pisapapeles o el mueble medallero diseñado por Jacob Desmalter, en forma troncopiramidal.

? Destacan las innovaciones en las mesas de tocador o toilettes, de tablero rectangular con apoyos laterales en "X" o en lira, calados, y con un travesaño de unión. En estos muebles es importante la disposición del espejo, ya sea el psique (o psyché), que pivota horizontalmente sobre un eje anclado a dos soportes laterales que sirven también como base de lámparas, ya sea el escondido tras un tablero abatible, en cuyo caso el conjunto se llama boîte aux lettres. A veces aparecen versiones portátiles de estos muebles, muy refinadas, como el pequeño miroir portable, orientable y en forma de escudo, sobre una pequeña base de madera con cajoncito.

6.4 – El estilo Restauración en Francia:

Tras las guerras napoleónicas, los borbones fueron restaurados en el trono de Francia en la figura de Luis XVIII (1814-1824), aunque, por motivos económicos (el país se encontraba exhausto por el esfuerzo bélico), apenas se hicieron aportes de mención en el campo del mueble, de modo que el Estilo Imperio seguirá vigente durante su mandato, aunque se mutilarán muchos muebles para eliminar la simbología napoleónica (abejas, cisnes, la "N", etc.). De hecho, el ebanista oficial de Luis XVIII será Pierre Antoine Bellangé (1758-1837), cuya formación se inserta plenamente en el Imperio, pese a que al final de su trayectoria introduce motivos renacentistas y goticistas.

Durante el reinado de su sucesor, Carlos X (1824-1830), el estilo irá cambiando paulatinamente hasta el advenimiento de Luis Felipe de Orleans tras la Revolución de 1830, de manera que se podría hablar de un Estilo Restauración que sería, en esencia, una evolución muy lenta del Imperio.

Así, se volverán a usar las maderas claras en detrimento de la caoba, los apliques de ormoulu se sustituirán por incrustaciones de maderas oscuras y motivos estilizados, al tiempo que las aristas de los muebles se matarán en formas redondeadas.

Los muebles se hacen más pequeños en dimensiones y aparato y los asientos vuelven a la comodidad de los respaldos en góndola, al tiempo que regresa con fuerza la moda del acolchado (en algunos casos, como el fauteuil crapaud, se tapiza todo el mueble por completo, con unas características faldas).

Las sillas, más manejables, suelen presentar, para facilitar su traslado, un rebaje (main de prise) bajo el respaldo, que adopta las formas del periodo anterior y algunas nuevas, como las barras cruzadas en aspa o un travesaño horizontal transversal. Las patas suelen ser las mismas que en el Imperio (traseras en sable, rectas, apuntadas, etc.), aunque ahora también se usan los soportes delanteros en forma de pata de rana, parecidas a las de consola.

Las cómodas presentan a veces puertas que esconden los cajones (comode à la anglaise), se redondean las aristas y los adornos dorados se hacen más discretos, siendo frecuente que sean sustituidos por incrustaciones en maderas oscuras. En este periodo se desarrolla mucho el chiffonière por influjo de la tallboy inglesa.

6.5 – El Estilo Regency inglés:

En la Inglaterra de finales del siglo XVIII e inicios del XIX se dará una evolución en el Neoclasicismo en la misma dirección que en Francia, aunque en este caso no será tanto por razones ideológicas y propagandísticas del poder sino por la labor de un dinámico círculo de intelectuales y artistas enamorados de la cultura griega, que dotarán al mueble inglés de un aspecto más severo y un gusto parecido al estilo Imperio francés, dando lugar al llamado estilo Regency, denominado así por tener lugar durante este periodo la minoría de edad del futuro Jorge IV.

El Regency parte directamente, como evolución, del estilo Adam, y se basa en una reinterpretación purista de los motivos decorativos del arqueologismo de raíz griega, romana y egipcia que realizaron algunos arquitectos y entendidos (connoisseurs) como consecuencia de la evolución de los estudios sobre la cultura griega y romana, que delimitaron con más exactitud el arte de los tiempos clásicos. Este rigor interpretativo dio lugar a un mobiliario muy severo, de líneas rectas y maderas pintadas, lacadas u oscuras con predominio de la taracea sobre la talla y un aumento del uso de apliques de latón (muy frecuentemente en forma de finos filetes), aunque al final del periodo se dará un mobiliario con gran aparato ornamental.

Los motivos decorativos son de origen arqueológico, como grecas, palmetas, esfinges, urnas, pilastras, liras, prótomos de león, motivos encontrados en jarrones griegos, etc., que recuerdan mucho al estilo Imperio francés, a los que hay que añadir otros de origen oriental o gótico.

Se considera como el punto de partida del estilo a los muebles diseñados por el arquitecto Henry Holland y a la colección de diseños de George Smith, de 1808 (titulada Collection of designs for hausehold furniture and interior decoration), auténtica biblia Regency. Sin embargo, la figura indiscutible será Thomas Hope (1769-1831), acaudalado banquero cuya manía arqueológica le llevó a diseñar muebles que constituían a veces auténticas resurrecciones (revivals) del mobiliario del pasado y otras interpretaciones muy personales.

Los muebles de esta época suelen ser adaptaciones de muebles de la antigüedad, como el klismos griego, las sillas curules, o los tronos egipcios, y en el caso de mobiliario diseñado inspirándose en los estilos arqueológicos se hace de tal manera que no se mezclan elementos de culturas distintas, como había pasado en el caso de Adam. También hay que tener en cuenta que esta pasión arqueológica y de atracción por las culturas exóticas o arqueológicas trajo consigo también la introducción de motivos de origen chino (muy queridos por el rey Jorge IV) o gótico, estilo puesto de moda por las novelas de Walter Scott. Era corriente que las casas inglesas de clase alta tuvieran habitaciones ambientadas en diversos estilos, pero nunca mezclados. Como curiosidad, se puso también de moda un mobiliario con motivos marinos y marineros, como la silla Trafalgar, con travesaños simulando cuerdas retorcidas. A raíz de la victoria de Nelson en la Batalla del Nilo, estos motivos se mezclaron con los egipcios (esfinges, flores de loto, etc.), dando lugar a un mobiliario tan grotesco como ciertas poltronas en forma de cocodrilo.

Destacan las sillas y sillones de inspiración griega, romana o egipcia, como la klismos, sillas curules, tronos, taburetes en tijera, etc., así como la reedición del kline griego, que se usaba como cama o sofá en diversas versiones (algunas muy parecidas a la chaise longue o a la méridienne). Las camas suelen tener baldaquino cubierto de ricas telas y se construyen tanto en madera como en metal, destacando el modelo four posters, con cuatro delgados y estilizados soportes en forma de columna.

Las consolas se hacen estrechas y rectangulares, muy parecidas a sus contemporáneas francesas, y se sustituyen muchas veces por aparadores, muebles en forma de puente idénticos a los de Adam.

Se siguen elaborando multitud de mesas de juego y mesitas con tableros deslizantes, como la union suitte (un pequeño mueble de alcoba con un tablero abatible y, a veces, uno deslizante) y sigue la tradición de mesas con tablero circular con soporte central trípode y tablero que se podía montar para constituir una pantalla de chimenea. La innovación más importante es la adaptación de la mesa auxiliar griega usada ahora de múltiples formas, las llamadas occasional tables, a veces en conjuntos de tres o más que se deslizan sobre ruedecillas unas debajo de otras, o como mesa de sofá (sopha table). La pembroke table es parecida a éstas, pero con dos tableros abatibles laterales.

Es destacable también la proliferación de librerías (bookcase), formadas por un cuerpo inferior saliente cerrado y uno superior, con estantes, abierto o acristalado.

6.6 – El estilo Art Nouveau en Francia:

El Art Nouveau (1890-1914) fue un estilo, que prevaleció hasta entrada la I Guerra Mundial en Francia y Bélgica, representó la vertiente más naturalista. Su leit-motiv fue la organicidad asimétrica, intentó expresar lo nuevo, en un lenguaje de lo viejo. No agregó una decoración superficial (sino que esta decoración estaba fusionada en la estructura misma de las producciones). Las tan afamadas flores decorativas, fueron tomadas de La Comunidad del Siglo. Con artistas, decoradores, diseñadores como: Gaillard y Henry Van de Velde, cuyo lenguaje simétrico-naturalista (fluido) fue similar a la versión española del Modernismo.

El Modernismo (1890-1905) fue la denominación del Art Nouveau en su versión española.

El Glasgow Style fue el Art Nouveau de Escocia, también como Los cuatro Mac"s de Escocia. Fue de un lenguaje simétrico-funcional, esto quiere decir que desarrolló una composición más geométrica; asimismo representó la fase de transición a un Art Nouveau rectilíneo (de una fluidez simétrica, con curvas geométricas tal cual las rejillas ovales de Mackintosh lo demuestran).

Jugendstil (1895-1910) fue el Art Nouveau típico de Alemania, fue un estilo de transición al funcionalismo. Representó el ideal burgués de una cultura refinada, y del neve schlichkeit (nueva objetividad). Fue un arte para mecenas privados y artistas (el artist-designer, es su modelo típico), este privilegio de la aristocracia y nobleza, estilo refinado de una elite, que se legitima económicamente encontró diseñadores de la talla de Peter Behrens y Riemerschmid. Ya el Deutsche Werkstätte (Talleres Artesanales) habían tenido origen en Alemania, pero con el Deutsche Werkbund (Asociación Artesanal Alemana) de 1907 hasta 1932 que vino a representar el Racionalismo en la Forma (en contra del Racionalismo en los Procesos Norteamericano); no significaba la falta de los adornos, sino su uso racional. El Werkbund, quería forjar una unidad artista-artesano-industria, para elevar las cualidades funcionales y estéticas de la producción en masa (algo así como las mejores fuerzas del arte y la industria con la calidad del trabajo artesanal). La simplicidad y exactitud como demanda funcional de la eficiencia de la industria vino a conformarse así en esta institución supraestructural, una opinión leader o directora de la opinión pública (agrupando principios tradicionales (artesanales) y de vanguardia (arte) y una conciencia elitista y mesiánica. El diseño Alemán no conquistó el mercado mundial, pero se comprometió teóricamente. Conformaron la ideología del Werkbund: el espíritu lucrativo-burgués, más la estética-mesiánica y las aspiraciones culturales; alrededor de 1914, adquirirá un carácter internacional al unirse arte y técnica (época del afamado debate entre Henry Van de Velde y Muthesius). El Werkbund se materializó en el Estilo Internacional, el cual estaba alrededor de 1914 logrado.

Sezessionsstil fue el separatismo vienes, típico de Viena y Austria (fue el vínculo del Art Nouveau con el Racionalismo), poniendo énfasis en la construcción matemática -con una geometría bidimensional que anticipa al cubismo; tan bien interpretado en Josef Hoffman ("ángulo recto" Hoffman), quién fundó en 1903 el Wiener Werkstätte (Talleres de Viena) continuación espiritual del trabajo de Morris. El Sezessionsstil, demandó una simplicidad funcional sin decoración (fue más geométrico que el Jugendstil).

6.7 – El estilo Art Decó:

El Art Decó (1918-1939) fue un estilo geométrico, popular de la década del "20, donde se mezclaron el De Stijl, el Constructivismo, el Cubismo, el Suprematismo, inspirados con la cultura egipcia (puesta de moda por el descubrimiento de la tumba de Tutankamon), todo lo cual sumado a los elementos geométricos de las culturas mesoamericanas: Mayas, Aztecas, Incaicas y la Corriente Funcionalista que sacudía al Movimiento Internacional. Muchos autores suelen identificar este período con lo que denominan Art-Deco; un período que: "expresó el deseo de interpretar la era Moderna de las máquinas con la decoración" (lo que a mi entender fue el primer diseño que nos aproxima a una Posmodernidad en su exotismo por el pasado). Las líneas rectas se materializaron en el zig-zag de los motivos indígenas, de las pirámides aztecas, etc. Todo cuya geometría, encastraba como un rompecabezas con la geometría del funcionalismo del Movimiento Internacional que corría por aquellas épocas y del espíritu de lugares exóticos, del lejano Arden Indio y de otras culturas (así serpientes se conjugan en un mundo onírico de decoración exuberante donde existe un lugar para el romanticismo añorado de otras culturas tradicionales, del pasado).

El mueble de estética burguesa – moderna (1892-1959)

7 – El MUEBLE AUTENTICAMENTE MODERNO:

7.1 – El Movimiento Moderno en el diseño de muebles:

Sabemos que la Modernidad fue un proyecto filosófico, ideológico y político global que no se había alcanzado hasta el siglo XVIII. Con el Iluminismo, nace el ideario común de arribar a la felicidad y libertad humana a partir del proyecto (basado en el dominio de la naturaleza a través de la razón. Esta razón centrada en el sujeto que se pretende centro del mundo). La creación se valdrá de la racionalidad aplicada a la ciencia y técnica, para concretar su proyecto de dominio. La historia cuyo movimiento sería entendido siempre como evolución hacia estadios mejores y superiores; la universalidad de la razón por sobre las singularidades culturales de los pueblos (por medio de la producción industrial) cambió radicalmente la epistemología productiva. Recordemos que el Movimiento Moderno, como manifestación de la Modernidad (filosófica, ideológica y política), explotó con la Revolución Industrial que como medio físico (tecnológico) que posibilitó la materialización desde esta forma de pensar el mundo y la vida; cuyo intenso espíritu del puritanismo había penetrado y daba a la sociedad inglesa de la clase media la fuerza moral para llevar a cabo el vasto trabajo material de la Revolución Industrial.

El recorte efectuado por la Modernidad a lo romántico, místico-religioso, expresionista vino a conformar el recorte efectuado al espíritu Movimiento Romántico de 1800 de Alemania, Francia e Inglaterra.

El Movimiento Moderno o Estilo Internacional, con su estética-mecanicista (que nos hace pensar en Frank Lloyd Wright y su espírtu austero-funcionalista) fue el desarrollo de un discurso de dominación-normativa (razón-instrumental), con una justificación-discursiva (que se legitimó culturalmente en una estética de las vanguardias y en un discurso técnico basado en el racionalismo científico), su método analítico-cartesiano (división en partes) y su justificación morfológica ascética (formas puras desprovistas de ornamento), su ética puritana (moral protestante de lo correcto, asociado al trabajo y nunca al ocio, que generó una estética de la limpieza formal, producto de una moral de la pureza del cuerpo). En la austeridad de las formas poseía la siguiente ideología implícita:

? Socrática (hiper-funcionalistas, donde belleza = utilidad).

? Platónica (morfología basada en un ideal de la forma geométrica).

? Newtoniana (mecánica).

? Cartesiana (racionalista).

? Universalista (anti-regionalista).

? Anti-histórica (negadoras del pasado).

? Tecnológicamente científica (fisico-matemáticas).

? Mesiánica (salvadora del proyecto de la humanidad).

? Democrática (para toda la sociedad).

Podemos jugar con la idea del Purismo, aportada por Le Corbusier, diciendo: "…la silla, como máquina para sentarse…".

Podemos decir que el espíritu de las vanguardias (purismo entre otras como el cubismo, futurismo, dadaísmo, suprematismo y constructivismo) teñidas de cierto socialismo-democrático (como el Constructivismo y el Dadaísmo que era anti-burgués), implica un ir en contra del orden social impuesto por la realidad desde afuera; ahora con las vanguardias existía un acrecentamiento del caos propio (impuesto desde adentro, desde la mente y su estructura de pensamiento abstracto); asimismo con bases objetivas (científicas) y con una tradición filosófica idealista que arraigó en una realidad más allá del mundo exterior.

Al reordenar la representación con el criterio de la máquina, debido a la pasión por la era de las máquinas presente en aquellas épocas; con sus intenciones de destruir el culto al pasado (es decir: rechazando toda tradición). Esta estética mecánica generada así, totalmente carente de ornamentos, austera y con acentuación del valor de uso, se convertiría en un estilo funcional (de construcciones abstractas que ordenó la estética bajo criterios matemáticos y depuró las formas en una abstracción geométrica total. Así la estética mecanicista (término acuñado por Theo Van Doesburg) celebraba el control racional del proceso creativo en un estilo de formas básicas y colores puros, que la conocida Bauhaus, utilizaría. Que no fue esto sino la manifestación del culto a la razón abstracta, y al orden matemático del universo de las producciones materiales (los objetos).

7.2 – Fase técnica-formal-expresionista Bauhaus:

La Bauhaus (1919-1928) correspondió esta fase a la Era Gropius, como director de la Bauhaus en Weimar, desde: 1919 hasta 1924 y como 1º Director de la Bauhaus en Dessau desde: 1925 hasta 1928.

En este período técnico-formal-expresionista, se produjo la famosa silla Rietveld Red and Blue (donde se atendió más la función estética). Debemos considerar que G. Rietveld, aplicó la teoría artístico-productiva (síntesis estética, se acerca a la máquina, en su sentido estético más que práctico) a sus diseños y en 1918, inspirado en la estética De Stijl, produce el "sillón roji-azul" (inspirado en las pinturas de Mondrian, donde las líneas ortogonales se entrecruzaban, valga la redundancia como una cruz). Si bien la sencillez estructural acercaba la posibilidad de una producción en serie, la roji-azul permaneció como un objeto exclusivo (casi de culto); no se fabricó en serie. Así la estética-purista del movimiento Neoplástico, por su reducción a colores y formas puras geométricas, fue un manifiesto ideológico.

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