La crisis económica de la Unión Europea: ¿Complejo de Saturno o Síndrome de Estocolmo? Parte II (página 7)
Enviado por Ricardo Lomoro
Está claro que la disponibilidad ilimitada de liquidez por parte del BCE al sistema bancario europeo ha evitado que se produzca una quiebra en cadena de entidades financieras. El mercado interbancario estaba, y sigue, totalmente muerto, ya que las entidades solventes no se fían de las que lo parecen y el BCE está actuando de garantía para este movimiento de liquidez. Ahora bien, está por ver cómo va a ser capaz de financiar toda esta liquidez. Imprimir euros generaría hiperinflación por lo que hemos comentado, solo se usa para transacciones muy limitadas, menos del 15% global, y la financiación vía impuestos hundiría aun más la economía de Europa, disparando la fuga de capital en vez de atraerlo. El BCE ha duplicado el tamaño de su balance en apenas un par de años. Y no olvidemos que el BCE es una entidad participada por los bancos centrales de cada país miembro y lo sanotes que están esos países.
Pues bien, estos aspectos monetarios son los que han impulsado a la renta variable en las últimas semanas, la "reducción" del riesgo sistémico en el entorno bancario, no su desaparición, empujando al alza las acciones de aquellos bancos con mayor necesidad de liquidez. Es cierto que las recientes colocaciones de deuda pública han sido exitosas… pero cómo no lo van a ser cuando el BCE le está prácticamente regalando la financiación a la banca. Como comentaba anteriormente, lo que está por ver es cuándo y cuánto de toda esta liquidez, que en el fondo no deja de ser una carga para los contribuyentes, se va a trasladar a la economía real, porque, por el momento, lo único que se ha visto es reducción en la concesión de préstamos por parte de las entidades bancaria, como se ha visto en los resultados de los dos bancos que han publicado, Bankinter y Banesto. Sigan con cuidado los rallies de liquidez y, como siempre les digo, aprovechen un mercado que es una buena apuesta pero una mala inversión.
– No hay que dar por descontada la fortaleza del euro (The Wall Street Journal – 25/1/12)
(Por Nicholas Hastings)
Londres (Dow Jones).- El euro aún está esperando por un muro de protección en torno de Grecia.
Sin él, el riesgo de un contagio permanece y el actual nivel de la moneda única parece insostenible.
Por el momento, parecería que el muro finalmente se está construyendo.
Un reporte publicado en la portada del diario Financial Times debería haber aumentado el pulso de los alcistas en el euro. Se dice que la canciller alemana Angela Merkel estaría de acuerdo con los planes para que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y el Mecanismo Europeo de Estabilidad operen juntos.
En otras palabras, ahora habría 750.000 millones de euros en fondos de rescate para frenar la crisis financiera que se extiende desde Grecia hasta otros débiles países periféricos.
Como ha insistido Christine Lagarde, titular del Fondo Monetario Internacional, sin este muro de protección los costos de financiamiento de otros países deudores como España e Italia seguirán subiendo y se pondrá en riesgo el futuro del euro.
No obstante, las expectativas de que el muro de protección estuviera siendo construido con la aprobación de Merkel demostraron, ser solo un deseo.
Berlín se apresuró en desmentir el informe del FT, y un portavoz del gobierno señaló que no existe dicha decisión.
La negativa no evitó que el euro siguiera consolidando su reciente ascenso sobre los US$1,30, impulsado no solo por las coberturas de posiciones al descubierto sino que también por un repunte en los índices de gerentes de compras de la zona del euro que indica que la recesión sería más breve que lo previsto inicialmente.
Lo que es interesante es que el reciente sólido desempeño del euro se está produciendo de cara a las cada vez más difíciles negociaciones entre el gobierno griego y sus acreedores del sector privado, quienes aún resisten el profundo recorte a la deuda de entre el 70% y 80% que necesita Grecia para asegurar su solvencia futura.
Sin este acuerdo, los ministros de finanzas de la Unión Europea están rechazando la aprobación del próximo tramo del rescate para el país, y los riesgos de una cesación de pagos están aumentando de manera sostenida.
La inmunidad del euro a esos acontecimientos probablemente se deba a las expectativas de que la partida de Grecia de la zona del euro se está haciendo casi inevitable.
Aunque Alemania ha dejado claro que preferiría que Grecia permanezca como parte de la moneda única, siempre ha dicho que preservar la estabilidad del euro es más importante.
Pero para eso, aún es necesario un muro de protección para evitar que se expanda el contagio.
Aunque los diferenciales de rendimiento de los bonos de los países periféricos han seguido disminuyendo en las últimas semanas, gracias a la gran cantidad de fondos baratos que el Banco Central Europeo está ofreciendo a los bancos, el costo de financiamiento en muchos casos sigue siendo insostenible en el largo plazo.
Esto ciertamente quedó claro en los últimos rumores del mercado, los cuales sugieren que Portugal también se verá forzado a recurrir a un segundo paquete de rescate debido al alto nivel de sus costos de financiamiento.
Todo esto sugiere que hasta que se construya el muro de protección que tanto quiere Lagarde, y hasta que los rendimientos de los países periféricos caigan más rápidamente, Grecia sigue siendo una amenaza y no se puede dar por segura la actual fortaleza del euro.
– El Monte Eurozona está dormido, no es un volcán extinto (Expansión – WSJ Europe – 29/1/12)
(Por Richard Barley)
¿Ha pasado lo peor en la crisis de los mercados de bonos de la eurozona? Resulta tentador pensar que es así: el rendimiento sobre el bono italiano a 10 años es inferior al 6%, su nivel más bajo desde octubre, mientras que la rentabilidad del español está muy por debajo del 5%, un valor que no se veía en un año. Las subastas de deuda han recibido una fuerte demanda. Y pese al alto rendimiento de los bonos portugueses, no hay indicios de contagio. La oferta del Banco Central Europeo en diciembre de préstamos ilimitados a tres años a los bancos ha sido clave para aliviar las tensiones, ayudando a evitar una venta masiva de activos y reduciendo el riesgo de que se produzcan quiebras bancarias. En febrero, se entregará un segundo crédito. Los datos económicos han sorprendido positivamente. Y los inversores adoptaron claramente un tono demasiado negativo en el cuarto trimestre. Italia y España siguen siendo componentes clave de los índices de bonos gubernamentales, y los inversores, que antes mostraban cautela, están aumentando sus bajas posiciones. Los fondos de pensiones holandeses, grandes vendedores de deuda italiana el año pasado, han vuelto a comprar en enero, según una fuente del mercado. Un hecho importante es que el rendimiento de los bonos italianos y españoles ha caído de forma constante pese a la preocupación sobre la reestructuración de la deuda griega y a una implosión del mercado de bonos portugués, donde la rentabilidad a cinco años se mantiene en el 19%. La ausencia de contagio queda ilustrada por el éxito de Irlanda a la hora de cambiar bonos a dos años por otros a tres años esta semana con un rendimiento relativamente bajo. Resulta de crucial importancia que los gobiernos de Mario Monti en Roma y de Mariano Rajoy en Madrid estén implementando ambiciosas reformas estructurales. Los riesgos persisten. Aunque parece que a todas las partes les interesa llegar a un acuerdo sobre la reestructuración de la deuda de Grecia, el pacto podría venirse abajo, provocando un impago desordenado y despertando los temores a una desintegración de la eurozona. Los datos facilitados el viernes sobre el suministro de dinero en diciembre pasado muestran una contracción del crédito, con una caída de los préstamos bancarios al sector privado. La austeridad también se está haciendo notar: el índice de desempleo en España se acerca ya al 23%. La rebaja en la calificación de la deuda podría afectar al apetito por la deuda italiana. Y, sorprendentemente, la rentabilidad alemana sigue siendo extremadamente baja, a pesar de los indicios de apetito por el riesgo, lo que hace pensar en una mayor cautela de los inversores. Estos riesgos seguramente signifiquen que la crisis está latente y que no se ha superado. Sin embargo, es preferible esta situación al nivel de tensión alcanzado a finales de 2011. Cuanto más tiempo se prolonguen las mejoras, más posibilidades habrá de que sean duraderas.
– Gran Bretaña se queda sola (Gaceta.es – 5/2/12)
(Por Antonio Navarro Amuedo)
El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte pelea, renqueante y fiel como siempre a su estilo, por salir de la crisis convencido de seguir su propio camino alejándose de Europa.
El de las paradojas es, quizá, el más preciso de los sintagmas con el que definir hoy al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Orgulloso adalid del liberalismo político y económico y de la tradición con mayúsculas a un tiempo. Defensor de sus arraigados rituales, fórmulas y medidas pero apasionado por la moda, el diseño y por efímeras tendencias que viajan por los vagones del metro londinense a velocidad de vértigo. Una mitad del país celebra a Margaret Thatcher por su coherencia y rigor intelectual cuando la película sobre su vida -La dama de hierro, protagonizada por Meryl Streep- se encuentra en los cines y la otra la detesta por haber destruido la industria y desdeñado logros del Estado de bienestar de la posguerra. Sociedad, la británica, cosmopolita como pocas en el planeta y, sin embargo, dirigida por una élite orgullosamente chovinista además de convencida de su eterna singularidad insular. La del Reino Unido es la única de las grandes economías de la Unión Europea que ha preservado su independencia monetaria. Y su primer ministro, el conservador David Cameron, entretanto, se mofa del malhadado euro asegurando que nunca abandonarán la libra esterlina. Reino Unido debate con más flema que pasión la celebración de un referéndum sobre la secesión de Escocia y puede acabar, por ende, más desunido que nunca. Una Pérfida Albión que si no existiera, sin duda, habría que inventar.
Al ex primer ministro Winston Churchill se le atribuye aquella frase -entre tantas otras de uno de los iconos del ingenio nacional- de que "cuando en Gran Bretaña llama un desconocido a la puerta de casa sólo podrá tratarse del cartero o el lechero". Hoy, sin embargo, a la puerta de ciertos comercios -y sin llamar precisamente- puede uno encontrarse con toda una turba de adolescentes dispuestos a saquear las existencias, preferentemente móviles o zapatillas de deporte de última gama. Así ocurrió el pasado verano en varias ciudades del país, de manera destacada en la capital, que ciertos medios de comunicación llaman Londonstan con ironía por la numerosa presencia de asiáticos de fe musulmana en ciertas áreas. El país ha cambiado mucho desde que se construyen los estereotipos internacionales sobre él. A pesar de que los dramas y las series de ambientación victoriana, renacentista o del periodo de entreguerras siguen cosechando exitosos índices de audiencia (Downton Abbey, por ejemplo), el Reino Unido es una realidad muy alejada de las metáforas y clichés que en el mundo perduran sobre el país. Su viejo imperio, cuya Corona llegó a poseer una quinta parte de las tierras firmes del planeta, sólo puede hoy intuirse arqueológicamente en la Commonwealth of Nations, un concierto de países dispares, con poco apego a la idea y sin competencias vinculantes reales para el conjunto. La simbología imperial resulta vergonzante para amplias capas de la población. Hace tres semanas, sin ir más lejos, la nueva presidenta de Jamaica anunciaba sus intenciones de convertir el país en una república, con lo que la reina Isabel II -que celebrará este verano el Jubileo de Diamantes, 60 años en el trono- dejaría de ostentar la jefatura del Estado.
En el terreno económico, por ejemplo, la industria manufacturera es sólo un eco de lo que llegó a ser. La empresa automovilística Rolls Royce, enseña del lujo británico, está integrada en el grupo alemán -pueblo enemigo por antonomasia de los británicos; "con cuidado siempre con los alemanes", es la divisa popular- BMW. Las élites políticas, mediáticas y empresariales no son ajenas a esta pérdida de potencial económico. La adquisición del Abbey o la de la empresa de chocolates Cadbury por el español Santander o la norteamericana Kraft respectivamente se encajaron como derrotas nacionales en la vieja Albión. El 26 de diciembre se anunciaba que Brasil adelantaba al Reino Unido como sexta economía mundial, según los datos de un think tank local, el Centre for Economics and Business Research (CEBR). La conclusión corría de nuevo por las frenéticas avenidas de la City: los BRIC (el término que engloba a Brasil, Rusia, India y China) se imponen sin remedio a los viejos países industriales que marcaron la modernidad.
De "Rule Britannia" a "Cool Britannia"
Pese a todo, el poder de seducción de Londres y, en general, de mucho de aquello etiquetado como British sigue siendo muy poderoso en todo el mundo. Como demandaba el intelectual europeísta británico Mark Leonard, el país ha de abandonar el Motto Rule Britannia -título de una conocida canción patriótica que enaltece la capacidad de Londres de dominar mares y territorios lejanos- para hacerse cada vez más Cool Britannia. Es decir, seductora, original, diversa, atrevida. Explorar su capacidad de innovación y cosmopolitismo para construir una alternativa que permita hacer del país una referencia atractiva en nuevos terrenos, entre ellos, políticamente hablando, ejerciendo el llamado soft power. Una conocida tienda de recuerdos poblada de Union Jacks, la bandera de la unión que -hoy parece peligrar- de Inglaterra, Escocia, el País de Gales e Irlanda del Norte, en Picadilly Circus, corazón comercial de Londres, utiliza Cool Britannia como nombre y reclamo. Incluso la bandera de la Unión ha sido rescatada con éxito por marcas de ropa y complementos de moda en los últimos años, distanciándose de connotaciones nacionalistas.
Pero el Reino Unido, a pesar del flemático carácter atribuido a sus gentes, parece poco dispuesto a aceptar con facilidad muchas de esas inevitabilidades. En el ámbito regional, los tiempos marcan para los países del Viejo Continente la necesidad de unirse en todos los ámbitos de pretender seguir siendo competitivos en un mundo que observa la emergencia de gigantes como los citados BRIC y la pervivencia de las potencias norteamericana o japonesa. La actual crisis económica, que ha removido los cimientos de la Unión Europea, está obligando a la arquitectura comunitaria a renovar sus pilares.
Los líderes de la mayoría de los países europeos, liderados por Francia y Alemania, parecen convencidos de que el acercamiento político y fiscal es la única vía para la supervivencia del proyecto y la exclusiva forma de evitar que los 27 países de la UE acaben sumidos en la irrelevancia internacional. Pero, ¿todos piensan igual? ¿Todos? Menos uno que conduce por el lado contrario de la calzada. En la cumbre de Bruselas del pasado mes de diciembre David Cameron decidía no apoyar el nuevo tratado en ciernes llamado a aproximar a los países de la Eurozona en materia fiscal con objeto de salvar la moneda única. "La tormenta en el Canal ha dejado aislado al continente de Gran Bretaña", rezaba el famoso titular del Daily Telegraph en 1928. Los seis kilómetros que distan entre los acantilados de Dover, en el condado de Kent, y el Cabo Gris Nez, en la costa de Calais, en Francia, parecían de nuevo ensancharse como un océano.
La base de la posición británica estriba en la consideración de que la industria financiera de la City londinense, estandarte de su economía, corre serio peligro con un tratado que no incluye salvaguardas en relación a la capital del Támesis. La aprobación de un impuesto a las transacciones financieras comunitario, como promueve Francia, preocupa especialmente a los intereses del sector bancario de Londres. La metáfora está servida: el Reino Unido, aislado. Veintiséis de los 27 países de la Unión, de acuerdo. El euroescepticismo británico, paradojas de la vida, pone de acuerdo a Europa como nadie habría imaginado antes del encuentro de la capital belga.
Cuna del euroescepticismo
El euroescepticismo es una más de las acendradas tradiciones británicas. Constituye toda una corriente política trasversal, aunque está radicada fundamentalmente en las filas del Partido Conservador. La desconfianza en relación con el proyecto comunitario es tan antigua, al menos, como el europeísmo. El Reino Unido sólo entró en la Comunidad Económica Europea en 1973 -a la vez que Irlanda y Dinamarca-, con un primer ministro conservador, Edward Heath. En dos ocasiones la candidatura británica a la CEE fue rechazada, en 1963 y 1967, vetada por el general Charles de Gaulle, presidente francés, quien dudaba de la sinceridad del espíritu europeísta de los gobernantes británicos. El no a Londres contó igualmente con el apoyo del canciller alemán Konrad Adenauer, temeroso de que la cercanía del Reino Unido con EEUU, su gran socio y amigo al otro lado del Atlántico, se tornara en obstáculo para la integración europea. Hugh Gaitskell, líder a la sazón de la oposición laborista -y no menos euroescéptica- aquellos años, afirmaría en referencia al veto franco-alemán que acababa de cerrarse "un periodo de mil años de historia".
En suma: las élites británicas consideran que el país debe mantenerse en una prudente equidistancia con relación a sus tres esferas de influencia globales: EEUU, su principal aliado en el mundo; la Commonwealth of Nations, comunidad de antiguas colonias de Su Majestad; y, por último, Europa, donde, por geografía e historia, se inserta el Reino Unido. Los sucesivos Gobiernos de Londres han manifestado su negativa a ceder de manera indefinida soberanía desde Westminster a las dependencias de la Comisión Europea en Bruselas. Sus dirigentes abominan de la posibilidad de que la Unión se convierta en una suerte de Estados Unidos de Europa y de que los antiguos Estados-naciones queden convertidos en meros ejecutores de las órdenes e instrucciones económicas y políticas de Bruselas y sus burócratas.
En los años de Margaret Thatcher, abiertamente contraria a la integración política comunitaria, resonaba como un latiguillo aquello de "no, no y no" pronunciado en los Comunes respecto a la concepción federalista de Europa. La líder de los tories logró en su mandato el llamado cheque británico, una compensación a Londres a cambio de su contribución al presupuesto comunitario, dada su menor participación en los programas de ayudas englobados en la PAC (Política Agrícola Común). Paradójicamente, una vez más, fue mientras la dama de hierro se alojaba en Downing Street cuando el Reino Unido firmó el Acta Única Europea, base de la ulterior integración política. Y, además, sus crepusculares fobias europeas desencadenaron la crisis de autoridad que la obligó a abandonar el cargo en 1990. François Mitterrand, el presidente socialista francés, diría de ella: "Tiene los ojos de Calígula y los labios de Marilyn Monroe". El conservador John Major, su sucesor, no se libró de las tensiones internas de los sectores euroescépticos y los menos reacios al proyecto continental. Lo cierto es que la élite dirigente británica nunca ha logrado llevar a Londres al corazón de las decisiones comunitarias.
Una generación después, Tony Blair, premier laborista entre 1997 y 2007, pasa hoy en el resto de Europa como un euroescéptico, cuando en el Reino Unido fue un acendrado europeísta para muchos durante sus años de Gobierno. La prensa, encabezada por los tabloides -y, de manera particular, las dirigidas por el magnate australiano Rupert Murdoch, al que ha salpicado de lleno la trama de pinchazos ilegales de News of the World- rugen desde aquellos años en titulares antieuropeos. Blair nunca entró en el euro, obligado por su canciller del Tesoro, Gordon Brown -protagonizaron una larga rivalidad-, quien le sucedería en Downing Street.
Hoy, David Cameron, primer ministro desde mayo de 2010 -merced a un pacto entre su formación, el Partido Conservador, y los Liberales Demócratas-, presume de ser un abierto euroescéptico. Nunca ha tenido reparos en proclamar su fe en la independencia del Reino Unido de las injerencias comunitarias. "Estoy muy feliz de no haber entrado en el euro", repetía cuando la crisis despertada por el desmarque británico del futuro tratado arreciaba. La Prensa y la clase política de los principales países europeos convertían al primer ministro en blanco de sus iras. "Bye Bye, Britain", titulaba el alemán Der Spiegel. Nicolas Sarkozy, presidente de la República Francesa, especialmente enfadado con Cameron, aseguraba que el jefe del Gobierno británico se había comportado como un "niño cabezón" en la cumbre de Bruselas.
Pero el líder tory se crecía en casa. En Chequers, la residencia campestre del jefe del Ejecutivo, Cameron era recibido en loor de multitudes por el ala euroescéptica de su partido al regreso de la capital comunitaria. Casi al mismo tiempo, el viceprimer ministro y jefe de los Liberales Demócratas, Nick Clegg, declarado eurófilo, mostraba su "agria decepción" con Cameron por el resultado de la cumbre europea, que dejaba al Reino Unido aislado. El hermano del líder de los laboristas, David Miliband, jugaba con las palabras metiendo el dedo en la llaga: "En los sesenta fue la retirada del Este del Canal de Suez. Ahora Cameron nos retira del Este de Calais".
Sin embargo, hay un ala en el seno de los conservadores más euroescéptica que Cameron y sus fieles. De hecho, el jefe del Ejecutivo capeó como pudo el temporal de una parte de los diputados de su partido, hasta 79, que votaron a favor de una moción para un referéndum sobre la retirada absoluta del Reino Unido de la UE. Voces simpatizantes con este numeroso grupo de la Cámara de los Comunes demandan a Cameron que sea valiente y arranque a Londres del todo de la influencia de Bruselas, a lo que Cameron no está dispuesto. De momento.
– El Banco de Inglaterra inyecta 60.000 millones de euros con la compra de activos de los bancos (Negocios.com – 9/2/12)
El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (BoE) ha mantenido los tipos de interés en el 0,5% y ha incrementado en 50.000 millones de libras esterlinas, unos 59.800 millones de euros, el importe de su programa de recompra de activos mediante la emisión de reservas, que alcanza así 325.000 millones de libras, los 390.000 millones de euros.
La última vez que la entidad aumentó la dotación de su programa de estímulo económico, conocido como de "alivio cuantitativo", fue el pasado octubre, cuando añadió 75.000 millones de libras (90.000 millones de euros) hasta el total de 275.000 millones (328.000 millones de euros al cambio de hoy).
"En vista de las previsiones económicas más recientes, el Comité consideró que las débiles perspectivas de crecimiento a corto plazo y las presiones bajistas en la economía implican que, sin estímulos adicionales, es probable que a medio plazo la inflación no alcance el objetivo del 2%", explicó la entidad en un comunicado.
A este respecto, el BoE advirtió del impacto negativo sobre las perspectivas económicas derivado de las mayores restricciones en las condiciones de crédito y de la consolidación fiscal.
De este modo, el Comité de Política Monetaria del organismo monetario ha votado a favor de incrementar el importe de su programa de recompra de activos mediante la emisión de reservas hasta 325.000 millones de libras y espera que el nuevo plan, cuya escala permanecerá bajo observación, se complete en los tres próximos meses.
El Banco de Inglaterra mantiene estables los tipos de interés de la libra esterlina en su mínimo histórico desde el 5 de marzo de 2009, fecha en la que la institución también estableció un programa de compra de activos mediante la emisión de reservas, que fue ampliado sucesivamente a 200.000 y 275.000 millones de libras en noviembre de 2009 y en octubre de 2011, respectivamente.
La tasa de inflación de Reino Unido experimentó en diciembre un incremento interanual del 4,2%, lo que implica seis décimas menos que en noviembre y supone la mayor caída mensual del indicador desde abril de 2009, además de ofrecer la mejor lectura del indicador desde junio de 2011.
Sin embargo, el producto interior bruto (PIB) de Reino Unido en los últimos tres meses de 2011 sufrió una contracción de dos décimas respecto al tercer trimestre del año, cuando había registrado una expansión del 0,6%.
– Es hora de que crezca el mercado de bonos europeo (Expansión – WSJ Europe – 9/2/12)
(Por Richard Barley)
Para muchos banqueros de inversión, la crisis ha sido nefasta para los negocios. Pero para un grupo, hay esperanzas, ya que el mercado europeo de bonos podría estar a punto de crecer finalmente.
A medida que los bancos se esfuerzan en reducir sus balances, las empresas europeas que han dependido históricamente de los bancos para obtener el 80% de sus préstamos se están viendo obligadas a encontrar nuevas fuentes de financiación. Algunos banqueros llevan más de una década esperando a que esto ocurra. Ahora puede ser su momento.
Los mercados de bonos europeos aún tienen un largo trecho que recorrer para igualarse a los estadounidenses en profundidad y liquidez. Con un valor de 1,2 billones de euros (1,6 billones de dólares), el tamaño del mercado de bonos corporativos con grado de inversión es aproximadamente la mitad del estadounidense, cuyo valor es de 2,9 billones de dólares, según Barclays Capital Indexes. El mercado europeo está dominado por bancos y otros emisores financieros, que representan el 52% de los bonos en circulación, frente a sólo el 35% en EEUU.
Pero las emisiones corporativas han repuntado durante la crisis. En 2009, las firmas no financieras con grado de inversión emitieron la cifra récord de 151.000 millones de euros en bonos, tal y como muestran los datos de Société Générale. Podría avecinarse otra ronda de emisiones corporativas, ya que, según Bank of America Merrill Lynch, este año vencen 500.000 millones de euros de préstamos bancarios sindicados, incluida una cantidad considerable de créditos a empresas francesas y españolas. Las recientes emisiones de bonos de Telefónica y Gas Natural sugieren que el mercado está abriéndose de nuevo a las empresas del sur de Europa.
La verdadera prueba de la madurez del mercado europeo, sin embargo, es su nivel de apertura a prestatarios sin grado de inversión. El tamaño del mercado europeo de bonos no financieros de alta rentabilidad, de 122.000 millones de euros, es menos de un 20% del estadounidense. Pero también esto puede estar cambiando. Según Fitch, entre 2013 y 2016 vencerán unos 200.000 millones de euros de bonos de alta rentabilidad.
Es posible que los bancos se muestren reacios a refinanciar estos préstamos, sobre todo porque las operaciones de titulización empleadas para financiarlos durante el boom están disminuyendo. Algunos bancos están condicionando los préstamos a que se emitan bonos. Por ejemplo, las entidades han accedido a ampliar el crédito a la empresa de cable francesa Numericable sólo si emite deuda.
La velocidad y el alcance de la evolución de los mercados de bonos europeos dependerán en parte de que emerja una base de inversión más amplia. Las empresas acostumbradas a su larga relación con los bancos tendrán que adaptarse a la mayor transparencia y control exigidos en los mercados públicos. Pero cuanto mayor sea la profundidad y la diversidad de la emisión, más inversores deberían atraer. La larga espera de los banqueros especializados en deuda europea de un mercado que rivalice con el estadounidense puede estar llegando a su fin.
– El Banco de Japón amplía su programa de estímulo monetario (Cinco Días – 14/2/12)
El Banco de Japón anunció ayer la ampliación de su programa de compra de activos en unos 100.000 millones de euros, para combatir la incertidumbre económica generada por la crisis europea. Los tipos siguen en el 0%.
El Banco de Japón (BOJ) decidió hoy mantener los tipos de interés entre el 0 y el 0,1 por ciento y amplió su programa de compra de activos en 10 billones de yenes (unos 97.970 millones de euros) para inyectar liquidez al sistema.
Al término de su reunión mensual de dos días, el comité monetario del BOJ anunció su decisión de expandir su programa de adquisición de activos, creado en 2010, de 55 a 65 billones de yenes (de 538.840 a 636.810 millones de euros).
El objetivo de este incremento es la adquisición de bonos del Gobierno nipón, algo para lo que hasta ahora había destinado 9 billones de yenes (88.175 millones de euros).
El emisor japonés estableció este programa en 2010 para la compra de activos como fondos fiduciarios y valores vinculados a la renta variable, con el fin de ampliar la inyección de liquidez en el mercado y reforzar la confianza de los inversores.
En un comunicado emitido al término de su reunión, el BOJ advirtió de que aún hay una "elevada incertidumbre" sobre las perspectivas de la economía japonesa por varios factores, incluida la situación de la deuda europea.
No obstante, señaló, "las tensiones en los mercados financieros globales sobre el problema de deuda en Europa se han aplacado algo desde finales de 2011".
En este sentido, reconoció que se han observado "algunas mejoras" en la economía de EEUU y que en la japonesa la demanda doméstica se ha mantenido firme, "en parte debido a la demanda relacionada con la reconstrucción tras el desastre" del terremoto de marzo de 2011.
El BOJ insistió en que hará "todo lo posible para asegurar que el problema de deuda europea no amenaza las condiciones estables de los mercados financieros de Japón" y en consecuencia "de la estabilidad del sistema financiero".
El Banco Central de Japón aludió también a "los efectos de la apreciación del yen", que perjudica seriamente a los exportadores, y la cuestión del "equilibrio entre suministro y demanda de electricidad" en medio de la crisis nuclear nipona, que llevó a paralizar la mayor parte de los reactores atómicos del país.
Pese a ello, mantuvo invariable su evaluación de la economía de Japón y señaló que la actividad económica se ha mantenido "más o menos plana", principalmente por la ralentización de las economías extranjeras y la apreciación del yen.
Agregó que seguirá persiguiendo la flexibilización monetaria para superar la deflación, con la meta de un aumento interanual del IPC 1 por ciento, a fin de lograr "un crecimiento sostenible con estabilidad de precios".
El BOJ tomó estas decisiones un día después de que el Gobierno nipón anunciara una contracción del PIB entre octubre y diciembre del 2,3 por ciento interanual y del 0,6 por ciento respecto al trimestre precedente.
– La prioridad de los bancos europeos es la seguridad (The Wall Street Journal – 20/2/12)
(Por David Enrich)
Londres.- Los bancos europeos más importantes, respondiendo a nuevas regulaciones y reacios a otorgar préstamos, están guardando cantidades cada vez mayores de dinero en bancos centrales en todo el mundo, en una búsqueda colectiva de seguridad.
Los ocho grandes bancos europeos que han revelado sus resultados anuales en las últimas semanas reportaron mantener unos US$ 816.000 millones en efectivo y depósitos en diversos bancos centrales al 31 de diciembre, según cálculos de The Wall Street Journal. Eso representa un aumento de 50% frente a un año antes, cuando los mismos bancos tenían alrededor de US$ 543.000 millones.
La acumulación, que se produjo a lo largo del año pasado, representó una respuesta colectiva a las crecientes presiones sobre el sistema financiero europeo. Al guardar fondos en los bancos centrales de Europa, Estados Unidos y otros lugares, los bancos se aseguran de que su dinero está seguro. También calman a los reguladores que quieren garantizar que las entidades tendrán acceso fácil y expedito a fondos.
Pero la estrategia tiene una desventaja. Los bancos están depositando dinero en bancos centrales en lugar de prestárselo a individuos, empresas, o gobiernos, lo cual tiene el potencial de exacerbar una sequía de préstamos en toda Europa. Además, los bancos centrales pagan intereses insignificantes sobre los depósitos, lo cual reduce las ganancias de los bancos.
Las instituciones francesas estuvieron a la vanguardia de la tendencia. El año pasado, Société Générale SA más que triplicó la cantidad de dinero que colocó en bancos centrales en todo el mundo a 44.000 millones de euros (US$57.800 millones). Los depósitos de BNP Paribas SA aumentaron 74% a 58.000 millones de euros. Más de la mitad de los depósitos de BNP están guardados en la Reserva Federal de EE.UU., y el resto en el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y otros bancos centrales.
"Hemos enfrentado una enorme crisis en la segunda mitad del año pasado. Así que reaccionamos lo más rápido posible para colocarnos a resguardo", indicó la semana pasada el presidente ejecutivo de BNP, Jean-Laurent Bonnafe.
Además de BNP y Société Générale, los seis otros bancos incluidos en el conteo son los españoles Banco Santander SA y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA, los suizos UBS AG y Credit Suisse Group AG, el alemán Deutsche Bank AG, y el británico Barclays PLC. Cada uno reportó tener más efectivo y depósitos en bancos centrales a fines de 2011 que el año anterior.
Es difícil medir la escala de la acumulación en términos históricos. Hasta hace poco, la mayoría de los bancos no reportaba regularmente las cantidades que depositaban en bancos centrales. Eso ha comenzado a cambiar durante el último año, como consecuencia de la creciente atención de los inversionistas a las posiciones de liquidez.
La cantidad de efectivo que han colocado los bancos europeos en varios bancos centrales probablemente es la mayor en al menos 15 años, afirmó Andrea Filtri, analista bancario de Mediobanca SpA en Londres. "Los reguladores quieren asegurarse de no sufrir otra crisis de liquidez", indicó.
Los reguladores requieren que los bancos mantengan "reservas de liquidez" compuestas por efectivo y activos que los bancos puedan convertir con facilidad en efectivo, para asegurarse de que están protegidos contra crisis repentinas. Países como el Reino Unido tienen definiciones estrictas de lo que cuenta como parte de esas reservas: principalmente efectivo depositado en bancos centrales y bonos emitidos por gobiernos de la calificación más alta.
En los últimos meses, la volatilidad de los bonos de gobiernos europeos, así como el estigma del mercado asociado a su posesión, ha llevado a algunos grandes bancos a deshacerse de esos instrumentos y satisfacer los requisitos de liquidez realizando más depósitos de efectivo en bancos centrales, según ejecutivos en varias entidades destacadas.
Funcionarios de algunos bancos afirman que el aumento en depósitos de bancos centrales reflejó en parte la medida del BCE a fines de diciembre de aportar 489.000 millones de euros en préstamos a tres años a más de 500 bancos. La infusión fue un esfuerzo por evitar una potencial crisis de efectivo cuando los bancos tenían problemas para pagar y renovar sus deudas que vencían a comienzos de 2012.
– ¿Podría dejar de pagar EEUU sus deudas? (Negocios.com – 25/2/12)
(Por Daniel Marín Arribas)
En un artículo para el diario The Economist, el columnista Buttonwoods se pregunta si EE UU podría dejar de pagar sus deudas. El problema vendría por la parte fiscal, y para apoyar la teoría presenta numerosos documentos elaborados por los académicos de la George Mason University.
Estos informes están reunidos bajo el título de "U.S Sovereign Debt Crisis. Tipping-Point Scenarios and Crash Dynamics" (Crisis de la Deuda Soberana de EEUU. Escenarios de Punto de Inflexión y Crashes Dinámicos), y parecen coincidir en la posición de que a largo plazo la economía estadounidense no podrá hacer frente al crecimiento acelerado de la emisión de deuda pública.
No obstante, el Consejero de la Casa Blanca Peter Wallison parece contradecir estas declaraciones. Afirma que el Gobierno nunca tendrá problemas porque emite la deuda en su moneda y el dólar es la divisa de referencia mundial. Además, también tiene acceso a la imprenta.
Para refutar a Wallison y sostener los informes, Buttonwoods cita a modo de ejemplo la postura de tres economistas norteamericanos: Garet Jones, el más optimista, alaba la posición austera de Europa como una opción que a la larga será beneficiosa, y confía en que si gana el Partido Republicano las elecciones, también aplique políticas de restricción fiscal. Arnold Kling, en una posición más pesimista, cree que ni demócratas ni republicanos harán nada y que la salida final será la intervención del FMI imponiendo subidas de impuestos y recortes del gasto público. Y por último, Jeffrey Rogers Hummel directamente opina que EEUU no podrá hacer frente a las deudas, y da tres motivos: 1. Los ingresos de los impuestos federales no se elevarán siempre por encima del 20% del PIB, 2. Los políticos electoralmente tienen pocos incentivos para recortar gastos, y 3. La expansión monetaria y la inflación producida por ella no será capaz de sostener la brecha fiscal infinitamente.
– Jim Rogers: "Debemos prepararnos para otra década perdida, el pánico llegará en 2014" (El Economista – 9/3/12)
El famoso inversor Jim Rogers, co-fundador de Quantum Fundo junto a George Soros, volvía a advertir durante una entrevista mantenida con la CNBC que los inversores deben prepararse "para otra década perdida" en el horizonte. Desde su punto de vista, la relajada política monetaria de los bancos centrales en EEUU y Europa no propiciará el crecimiento económico, algo que lastrará a los mercados de renta variable en los próximos años.
Eso sí, según sus previsiones, este año sí que veremos cierto avance en el crecimiento económico de las economías occidentales, especialmente en EEUU. Sin embargo, "hay que preocuparse por lo que ocurra en 2013", afirmó, al mismo tiempo que reconoció que "el pánico llegará en 2014".
Por esta misma razón Rogers mantiene una posición corta en la renta variable estadounidense y europea. Bajo su punto de vista, la debilidad de las políticas monetarias se traducirá en una mayor inflación, y la falta de voluntad de las autoridades mundiales -en particular de Estados Unidos- para tomar cartas en el asunto y frenar los acontecimientos han provocado que el inversor tenga una previsión bastante sombría de lo que ocurrirá de aquí en los próximos años.
El efecto dominó llegará cuando en EEUU, la Reserva Federal no sea capaz de mantener su política de tipos de interés bajos o equilibrar el déficit federal a través de la expansión de su balance de cuentas.
Cuando esto suceda, los bonos del Tesoro de EEUU tendrán que competir con las tasas de interés de mercado. Esto encarecerá las hipotecas volviendo a destartalar el sector inmobiliario del país. Por su parte, la renta variable se verá seriamente perjudicada ya que los instrumentos de renta fija ofrecerán rendimientos mucho más altos, como sucedió en la década de los 80.
Una vez más, Rogers recomienda invertir en metales preciosos como la plata, el renminbi chino, y las materias primas como estrategia para hacer frente al poco optimista panorama que la economía mundial durante los próximos años.
– Los problemas de China podrían ser buenos para el euro (The Wall Street Journal – 7/3/12)
(Por Nicholas Hastings)
Londres (Dow Jones).- China aún tiene que salir al rescate del euro.
Hasta ahora ha habido pocas señales de que Beijing vaya a cumplir su repetida promesa de respaldar a la moneda única.
Los chinos la repitieron esta semana cuando el ministro de Comercio del país, Chen Deming, destacó que "ayudar a Europa es ayudarnos a nosotros mismos".
Pero hubo algo mucho más importante que Chen dijo que sugiere que China podría comenzar a comprar euros nuevamente este año.
Por primera vez admitió que la reciente apreciación del yuan podría estar en la recta final al señalar que "en la crisis se requiere un tipo de cambio estable".
Sus comentarios se producen después que las exportaciones chinas comenzaran a desacelerarse significativamente y luego que el gobierno admitiera que el crecimiento de la economía no será tan fuerte este año como se había anticipado.
Durante la mayor parte de este año hubo indicios de que Beijing podría estar cambiando su histórica política de permitir la apreciación gradual del yuan frente al dólar, ya que el yuan casi no ha registrado variación desde enero.
La semana pasada, el dólar alcanzó un mínimo histórico, pero desde entonces nuevamente ha estado repuntando.
Chen dijo que el tipo de cambio está ahora en un "rango razonable". En otras palabras, con los datos recientes que sugieren que las exportaciones chinas se están desacelerando y Beijing aún ansioso por registrar un aterrizaje suave, es mucho más probable que el Banco Popular de China intente evitar la apreciación adicional del yuan por ahora.
Por supuesto, esa política posiblemente genere preocupación en Estados Unidos, país que ha acusado durante mucho tiempo a Beijing de manipular el tipo de cambio. Pero la noticia podría ser positiva para aquellos que están preocupados sobre el respaldo futuro para el euro.
Para evitar que el yuan se aprecie, China probablemente necesite recurrir a una mayor intervención en el mercado, lo que expandirá sus ya abultadas reservas internacionales denominadas en dólares.
El año pasado, debido a que China permitió que el yuan se apreciara, las intervenciones en el mercado fueron minimizadas y el crecimiento de las reservas internacionales disminuyó a casi cero.
Pero en años anteriores, cuando China había sido más activa en los mercados, Beijing usó frecuentemente sus ingresos de las intervenciones para comprar euros y diversificar sus reservas internacionales de la moneda estadounidense.
Por supuesto, no hay certeza de que China repetirá este ejercicio.
Si la crisis de deuda en la zona del euro continúa pendiendo sobre la moneda única, amenazando su propia existencia, entonces China posiblemente prefiera mantener sus reservas en dólares.
Pero, si se considera que lo peor de la crisis ha pasado, y si la supervivencia del euro parece asegurada, China bien podría optar por comenzar a comprar bonos de los deudores de la zona del euro como ha prometido, mejorando no solo las perspectivas para sus necesidades de financiamiento a futuro, sino también las perspectivas para la propia moneda única.
– Estados Unidos – Ya somos como Europa (Libertad Digital – 12/3/12)
(Por Michael D. Tanner)
Mientras desde el Viejo Continente nos llegan noticias cada vez peores, son muchos los que han empezado a preguntarse cuánto tardará nuestro Estado de Bienestar en poner rumbo al despeñadero. La mala noticia ya está aquí: puede que ya estemos en la senda.
Este año -ya son cuatro los ejercicios consecutivos en que hemos pedido prestado más de un billón de dólares para sostener el Estado-, el déficit presupuestario superará los 1,3 billones de dólares, el 8,7% del PIB. Si cree que eso suena mal, es porque es malo. De hecho, solo dos países europeos, Grecia e Irlanda, tienen un déficit superior.
En cuanto a nuestra deuda, supera los 15,3 billones de dólares, equivalente al 102% del PIB. Solamente cuatro países europeos tienen deudas superiores: Grecia, Irlanda, Portugal e Italia. Esto quiere decir que nuestro Gobierno es fiscalmente menos responsable que los de países como Francia, Bélgica o España.
Si las cosas están mal ahora, en el futuro pueden estar aún peor. Si a la deuda oficial añadimos las obligaciones de pago de la Seguridad Social y Medicare en concepto de pensiones y demás, en realidad debemos entre 72 y 137 billones (la primera cifra tiene en cuenta el ahorro en el Medicare que según el Gobierno podría suponer el Obamacare). O sea, entre un 480 y un estupefaciente 911% del PIB. Aplicando los mismos baremos, la nación más endeudada de Europa es Grecia, que debería el 875% del PIB. O sea, sí, menos que nosotros. Francia, el segundo peor país europeo en esta lista, debe sólo el 549% del PIB. Incluso en el escenario más optimista, EEUU debe más que paradigmas de la irresponsabilidad fiscal como Irlanda, Italia, Portugal y España.
Hasta ahora hemos podido evitar las consecuencias de nuestro gasto exorbitante porque las muy publicitadas turbulencias europeas han contribuido a que aparezcamos como un refugio seguro para los inversores. En comparación con el euro, el dólar parece más seguro, lo cual significa que aún hay gente dispuesta a prestarnos dinero a tasas absurdamente bajas. Pero este estado de cosas no durará para siempre. De hecho, ya hay siete países europeos, entre los que se cuentan Alemania y Suecia, con mejores calificaciones crediticias que la nuestra.
Tal vez podamos obtener algún consuelo del hecho de que nuestro Estado de Bienestar aún no es tan grande como el europeo. Pero la palabra clave aquí es aún. Hoy en día, el Gobierno federal gasta más del 24% del PIB. Añada el gasto de todas las demás administraciones y verá que el Estado consume más del 43% de todo lo que produce el país. Una cifra altísima, sí, pero aún es inferior a la europea, donde el promedio está por encima del 50% del PIB. Ahora bien, la Oficina de Presupuesto del Congreso proyecta que el gasto del Gobierno federal supere el 42% del PIB allá por el 2050. El gasto público total excederá el 59% del PIB, según ese cálculo.
A modo de comparación, hoy en día Irlanda es el único país de Europa con un Estado más grande de lo que sería el de EEUU en 2050. Para entonces podríamos tener un Estado mayor que el de paradigmas del asistencialismo como Dinamarca o Suecia.
Llegados a ese punto, ¿dejará EEUU de ser EEUU?
¿Puede nuestra economía sobrevivir a la carga de gasto público, impuestos y deuda que soporta?
En pleno desastre, el presidente Obama acaba de presentar un presupuesto que rechaza explícitamente la "austeridad", rehúye cualquier reforma del Medicare o de la Seguridad Social y añade otros 7 billones de dólares a la deuda nacional para los próximos 10 años.
¿Y los republicanos? Están muy ocupados discutiendo las ventajas y desventajas del control de natalidad…
(© El Cato – Michael D. Tanner, director del Proyecto del Cato Institute para la Privatización de la Seguridad Social)
– Nassim Taleb: "Europa sabe qué problemas económicos tiene pero EEUU no reconoce los suyos" (El Economista – 13/3/12)
El gurú y conocido autor del libro "El Cisne Negro", Nassim Taleb, ha concedido hoy una entrevista a la CNBC donde ha reconocido estar invirtiendo en euros porque, a pesar de la mala prensa, "Europa sabe cuáles son sus problemas sin embargo EEUU no reconoce los suyos". Para este inversor y profesor de la Universidad de Nueva York todo el sistema financiero del país "está podrido" y acusa a los consejeros del presidente Barack Obama de ser parte del problema.
"Buena parte de sus allegados son amigos de banqueros" señaló, al mismo tiempo que puso de manifiesto que tampoco "confía en los republicanos a la hora de atajar el déficit". "Sólo hay que ver el panorama dejado por George Bush, necesitamos enfrentar nuestros problemas y hacer una limpieza a fondo", añadió.
Al ser preguntado sobre si EEUU podría someterse a un plan de austeridad, Taleb reconoció que es lo que está sucediendo en Grecia en estos momentos. "Deberíamos hacer lo mismo si queremos trabajo y una economía saludable", dijo. "Quiero vivir en un país que tenga la energía para reconstruir las cosas", afirmó, sin embargo dejó claro que esto "ha desaparecido". "Tenemos un gobierno metastásico… necesitamos hacer algo drástico".
En este sentido, como ya hizo a través de Twitter, Taleb mostró su completo apoyo al candidato republicano Ron Paul, conocido por su propuesta de cerrar la Reserva Federal, entre otras promesas de campaña. Desde su punto de vista, Paul es el único candidato capaz de "curar" las cuestiones fundamentales que enfrenta la mayor economía del planeta.
Controlar el presupuesto
"Está en contra de anestesiar el sistema con novocaína. Si hay un problema grave, hay que atacarlo de raíz, esa es la única opción", apuntó el filósofo y economista. "Hay que comenzar a controlar el presupuesto del gobierno y no jugar con el dinero de las generaciones futuras", reiteró.
Taleb también hizo referencia a sus inversiones y dijo no tener otra opción más que estar invertido en renta variable. "No me fío de los bonos del Tesoro. Prefiero tener un dividendo a un cupón", justificó mientras dijo "tener miedo de la hiperinflación". Es por ello que reconoció "no tener más remedio que poseer acciones e inmuebles" para preservar su situación financiera.
– El crecimiento del crédito podría afectar al dólar (The Wall Street Journal – 15/3/12)
(Por Nicholas Hastings)
Londres (Dow Jones).- Hay muchas razones para dudar de la escalada del dólar en el largo plazo.
Los precios del petróleo. El excesivo crecimiento del crédito. Los altos niveles de liquidez mundial.
Sin embargo, dado que la Reserva Federal está ayudando a impulsar al alza los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, por el momento hay pocas razones por las que la moneda de Estados Unidos debería interrumpir su escalada.
La recuperación económica de Estados Unidos está lejos de ser perfecta, el crecimiento de los salarios sigue siendo lento y el atribulado mercado de viviendas es un problema.
Pero, como reconoció finalmente la Fed esta semana, el crecimiento ahora es "moderado", comparado con el calificativo anterior de "modesto".
Esto ha permitido al banco central cerrar un poco más la puerta a la posibilidad de un mayor expansionismo cuantitativo, aun cuando continúa prometiendo que las tasas de interés seguirán en niveles excepcionalmente bajos "al menos hasta finales del 2014".
Debido a que la política monetaria de la mayoría de las otras principales economías sigue fuertemente inclinada hacia la expansión, los comentarios de la Fed han ayudado a que los diferenciales de rendimientos se amplíen aún más a favor del dólar.
Por supuesto que la reciente escalada del precio del petróleo, y el consiguiente aumento en los precios de la gasolina, podrían eliminar este optimismo si las perspectivas de crecimiento comienzan a nublarse.
Sin embargo, por el momento la Fed parece confiada en que el aumento de los precios del crudo es transitorio y que el panorama de inflación no es una gran preocupación.
En general se espera que los datos que se publicará durante esta semana refuercen el optimismo sobre la economía, y que la producción industrial, la actividad manufacturera y la confianza de los consumidores muestren aumentos notables.
No obstante, crece la evidencia de que la recuperación está siendo alimentada en gran parte por el crédito. Stephen Gallo, titular de análisis de mercado de Schneider Foreign Exchange, destaca los datos de la junta de la Reserva Federal que muestran que el aumento neto en el crédito de consumo desde el inicio del año pasado es de US$ 118.000 millones.
En otras palabras, la flexibilización cuantitativa está alimentando a los bancos y, desde allí, descendiendo hacia los consumidores, quienes están colocando todo en sus tarjetas de crédito. No solo la cantidad de tarjetas de crédito la crece continuamente, sino que también están aumentando los límites del crédito.
O, visto de otra manera, la economía estadounidense está siendo alentada por otra dosis de crédito en lugar de por reformas estructurales.
Como resultado, el crecimiento posiblemente no dure mucho.
En lo que concierne al dólar, también está el tema de la liquidez mundial.
Con miles de millones de dólares adicionales que aún están circulando en los mercados financieros, inyectados por la Fed y más recientemente por el Banco Central Europeo y el Banco de Japón, los inversionistas internacionales deberían permanecer bastante relajados y la demanda de activos más riesgosos debería seguir siendo alta.
Esto ya se ha observado en los fuertes desempeños de los dólares australiano y neozelandés.
Sin embargo, lo que aún está por verse es si esta demanda continúa, especialmente si otros bancos centrales comienzan a señalar, como lo hizo la Fed, que su apetito por un mayor expansionismo monetario se está desvaneciendo.
Por el momento, esto no está afectando al dólar y la moneda estadounidense parece lista para continuar apreciándose frente a la mayoría de las principales monedas.
– La banca de EEUU devuelve el dinero del rescate con "otras" ayudas públicas (Libertad Digital – 17/3/12)
La mitad de los bancos ayudados por el TARP (fondo de rescate de EEUU) devuelven el dinero con fondos "de otros programas federales".
(Por Toni Mascaró)
El programa TARP (Troubled Asset Relief Program, también llamado Plan Paulson, por el ex secretario del Tesoro Henry Paulson) para fortalecer el sector financiero norteamericano "ha hecho dinero" para los contribuyentes americanos, según repetidas afirmaciones del Departamento del Tesoro. No es tan optimista la Oficina General de Responsabilidad (GAO), encargada de auditar las cuentas públicas para el Congreso. Según desvela en su último informe, la mitad de los bancos rescatados por el programa devolvieron el dinero recibido con dinero "de otros programas federales".
El Programa de Compra de Capital
El informe de la GAO se centra en uno de los programas del TARP denominado Programa de Compra de Capital (CPP), cuyo objetivo principal, originariamente, consistió en la compra por parte del Tesoro de "activos tóxicos" (o "problemáticos", como los llaman en inglés). De hecho, TARP podría traducirse como Programa de Ayuda para los Activos Problemáticos.
Concretamente, el Tesoro quedó autorizado para adquirir títulos respaldados por hipotecas de diversas instituciones financieras. Pero todavía no habían pasado dos semanas desde su puesta en marcha, cuando el Tesoro anunció que 250.000 millones de los 700.000 millones de dólares del programa TARP se destinarían a "invertir" en acciones preferentes de las instituciones financieras, mediante el CPP.
Finalmente, el desembolso del CPP fue menor al total autorizado en un primer momento. En poco más de un año de vigencia, de octubre de 2008 a diciembre de 2009, el Tesoro destinó 204.900 millones a 707 instituciones financieras a través el CPP. Este programa se convirtió así en la primera y mayor de las iniciativas englobadas dentro del TARP.
De este modo, el uso que se dio a esos 205.000 millones fue el de "fortalecer los niveles de capital de las instituciones financieras" por medio de la adquisición de las acciones preferentes, olvidándose por completo de los activos tóxicos para los que se había creado específicamente el programa TARP, como su nombre indica. Así lo hizo el Tesoro por considerar que era éste el mecanismo más efectivo para ayudar a estabilizar los mercados financieros, animar los préstamos interbancarios y aumentar la confianza de los prestamistas e inversores. Las acciones preferentes que el Tesoro recibe arrojan dividendos del 5% anual durante los cinco primeros años y del 9% en lo sucesivo.
El TARP hace dinero, pero…
El Gobierno americano ha tratado de vender al público la idea de que este programa, y el TARP en general, consigue que los bancos acaben pagando más al Estado de lo que recibieron en un primer momento. Por lo tanto, el TARP sería una forma de financiación del Gobierno a costa de los bancos, en vez de a costa de los contribuyentes. Basándose en esta interpretación de los hechos, el Departamento del Tesoro insiste en que "el TARP hace dinero".
En julio de 2009, Libre Mercado ya anunció que el TARP en su conjunto significaba, por el contrario, una pérdida de 159.000 millones para los contribuyentes norteamericanos. Hace un año, exactamente, el Congreso admitió que el programa TARP había sido un fracaso.
Ahora, las nuevas investigaciones de la GAO revelan que, en su análisis más superficial, el Tesoro lleva razón: los pagos, dividendos e intereses que las instituciones financieras participantes han efectuado a favor del CPP exceden los desembolsos originales. El problema está en los diversos y preocupantes "peros" que señala la Oficina.
A 31 de enero de 2012, el Tesoro había recibido 6.600 millones más de lo que había invertido, o sea, había ingresado 211.500 millones gracias al CPP. De éstos, 185.500 millones correspondían a la devolución del principal. La suma de dividendos, intereses y comisiones ascendió a 11.400 millones. Se ingresaron 7.700 millones por la venta de warrants, con 6.900 millones por la venta de acciones de Citigroup. Por otro lado, las pérdidas y cancelaciones ascendieron a 2.700 millones. de dólares.
Se dispara el número de morosos
En febrero de 2009, ocho de las instituciones participantes se habían demorado en sus pagos. Pero a 30 de noviembre de 2011, el número se había elevado ya hasta 158. Esto representa un aumento en el total de morosos del 1.875%.
El dato es todavía más espectacular al tener en cuenta que, para entonces, el número de instituciones adheridas al programa era menor que en 2009, pasando de 467 a 379. Si en febrero de 2009, el número de instituciones que no estaban al corriente de sus pagos representaba el 1,7% de los participantes en ese momento, en noviembre de 2011 el porcentaje se había elevado al 41,7%.
Lo que ha sucedido es que las instituciones mejor preparadas han ido abandonando el programa a medida que pagaban sus deudas y las dejaban saldadas. De modo que en el CPP se han ido quedado los rezagados que, con sus múltiples dificultades, se encuentran en situaciones peores que los que han salido del CPP (y que los que jamás recibieron este tipo de "inversiones").
Éste es uno de los motivos que explica que, de diciembre de 2009 a diciembre de 2011, haya aumentado de 47 a 130 el número de "bancos problemáticos" dentro del CPP. Se designa así a aquellas instituciones que presentan "debilidades financieras, operativas o de gestión que amenazan su viabilidad financiera continuada". En este sentido, la GAO ha expresado su preocupación ante la perspectiva de que las instituciones "que continúan demorándose en sus pagos y las instituciones problemáticas puedan tener dificultades para llegar a pagar en su totalidad las inversiones del CPP".
Cómo salieron del CPP los no problemáticos
Sin embargo, la preocupación de la GAO no se limita a las instituciones problemáticas. A fecha de 31 de enero de 2012, eran 341 las entidades que había logrado abandonar el CPP, previo pago de todas sus deudas. Llama aquí la atención que 165, prácticamente la mitad de estos bancos no problemáticos, saldaran las deudas contraídas con el Estado mediante otros programas federales de ayuda financiera.
Así, de las 341 instituciones que habían salido del CPP a 31 de enero, 146 lo hicieron pagando sus deudas íntegramente.
• Veintiocho salieron refinanciando sus deudas frente al CPP por la Iniciativa para el Capital de Desarrollo Comunitario (CDCI). Cabe señalar que el CDCI es un programa que se enmarca también dentro del TARP, por lo tanto, estas 28 instituciones salieron del CPP, pero se quedaron dentro del TARP. El CDCI, además, está estructurado igual que el CPP, aunque ofrece crédito con condiciones más favorables.
• Otras 137 refinanciaron sus deudas con el CPP con cargo al Fondo de Préstamos para Pequeñas Empresas (SBLF), que no forma parte del TARP, pero es igualmente un programa federal. Concretamente, el SBLF ofrece ayuda a bancos pequeños y medianos.
• De los restantes, 15 tuvieron que salir del CPP por encontrarse en bancarrota o liquidación, 12 vieron sus inversiones vendidas por el Tesoro y 3 se fusionaron con otras instituciones.
GAO: Responsabilidad, integridad, fiabilidad
Fundada en julio de 1921, con el nombre de General Accounting Office (Oficina General de Contabilidad), su misión consiste en "investigar, en la sede del gobierno o en otros lugares, todos los asuntos relacionados con la recepción, desembolso y aplicación de fondos públicos y realizar para el Presidente (…) y para el Congreso (…) informes (y) recomendaciones en pos de una mayor economía o eficiencia en los gastos públicos".
En 2004, aunque manteniendo sus siglas en inglés, se le cambió el nombre por General Accountability Office (Oficina General de Responsabilidad) para reflejar mejor su propósito. El significado de accountability puede definirse como "la obligación de ser llamado a rendir cuentas, la obligación de cargar con las consecuencias por el fallo en comportarse como se esperaba".
A pesar de estar integrada por miembros del Congreso, la GAO se ha ganado el prestigio de ser una institución independiente que no duda en llevarle la contraria a la línea oficial del Gobierno cuando éste realiza afirmaciones poco acordes con la realidad de los datos. Y no es que critiquen a la Administración Obama por ser demócrata pues, en este caso, el TARP fue aprobado por el anterior presidente, el republicano G.W. Bush.
Durante el pasado ejercicio, más del 80% de sus recomendaciones fueron implementadas con enorme éxito económico. Su presupuesto para ese periodo fue de 565,7 millones de dólares, con los que consiguió unos beneficios de 45.700 millones para el Gobierno de EEUU, o sea que puede alardear de obtener unos rendimientos de 81 dólares por cada dólar invertido.
– La precaria calificación de la triple A del Reino Unido (Expansión – WSJ Europe – 22/3/12)
(Por Richard Barley)
El ministro de economía y hacienda británico George Osborne está caminando por la cuerda floja. El presupuesto del país deja claro que Osborne tiene un bajo margen de maniobra para alcanzar sus objetivos fiscales.
En 2010 elaboró un plan que disipó las dudas de las agencias de calificación de riesgo y Standard & Poor's quitó rápidamente la perspectiva negativa sobre la calificación de triple A de la deuda del Reino Unido. Pero este año Osborne no ha podido repetir la misma jugada.
El miércoles hubo buenas noticias para Osborne. La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (ORP) del Reino Unido, el organismo encargado de la vigilancia fiscal, declaró que Osborne va por el buen camino para cumplir sus objetivos.
Este año, el país pedirá prestado algo menos de dinero que el previsto y el crecimiento será algo mayor que el previsto, de un 0,8%. El máximo de la deuda neta será menor que el previsto anteriormente, del 76,3% del GDP en 2014-15, aunque solamente gracias a la transferencia de los activos del fondo de pensiones del Royal Mail al sector público, una ganancia puntual. Pero el máximo de la deuda bruta seguirá siendo de más del 90% del GDP, un nivel muy alto para un país con una calificación de triple A.
La ORP también ha recalcado lo estrecho que es el margen de error. La ORP calcula la diferencia entre la producción económica real y la producción potencial para determinar qué parte del déficit es "estructural", es decir, un desajuste permanente entre los ingresos y los gastos. Cuanto mayor es la diferencia, más se puede reducir el déficit con la recuperación económica; y cuánto más pequeña es la diferencia, más cosas tendrá que hacer Osborne para reducirlo, como subir los impuestos o recortar el gasto. La ORP ha advertido que si la producción potencial es tan sólo un 0,75% menor que la que cree que es, el gobierno no cumplirá sus objetivos y necesitará implantar más planes de austeridad.
Por ahora, los esfuerzos de Osborne para cumplir sus objetivos fiscales probablemente harán que el Reino Unido conserve su preciada calificación de triple A y su estatus de país seguro. Pero el presupuesto influirá poco en las opiniones de Moody's y Fitch, agencias que tienen perspectivas negativas sobre la calificación. A ambas les preocupa el crecimiento y, al igual que la ORP, temen que resurja la crisis en la eurozona. Moody's también ha hecho hincapié en la falta de inversión empresarial. Si no remonta, será un obstáculo importante para el crecimiento.
Si el crecimiento es decepcionante, las cosas se pondrán muy feas para Osborne: tendrá que implantar más austeridad para poder seguir reduciendo el déficit y el Reino Unido perderá la calificación de triple A.
– Los mercados de deuda temen el fin de la incertidumbre (Expansión – WSJ Europe – 26/3/12)
(Por Richard Barley)
Para una parte de los mercados de deuda, esta situación es prácticamente inmejorable. Los emisores de bonos corporativos de buena calidad disfrutan de la rentabilidad más baja a largo plazo desde mediados de los sesenta, alrededor del 4,5% en EEUU, según Moody's. La rentabilidad europea está en mínimos históricos. Los inversores también disfrutan de esta tendencia.
Según Markit iBoxx, los bonos de buena calidad denominados en euros tienen este año una rentabilidad del 5,45%. Cabe preguntarse, sin embargo, si esta tendencia se mantendrá en el tiempo. Paradójicamente, eso depende de que las perspectivas de crecimiento económico sigan siendo escasas. Basta que haya indicios de que el crecimiento va a ser más débil o más sólido de lo esperado para romper este delicado equilibrio.
Si la economía retrocede, podrían despertarse temores de una crisis sistémica, lo que se traduciría en un renovado interés por la deuda pública más segura. Del pasado 1 de junio al 1 de diciembre, mientras la crisis de deuda europea se agravaba, la deuda corporativa europea perdió un 2,55%, mientras la rentabilidad se duplicaba hasta los 3,5 puntos porcentuales. En el mismo periodo, el bono alemán ofreció una rentabilidad del 7%, según Barclays.
En cambio, un mayor crecimiento reduciría el riesgo de impago corporativo, pero también tendría efectos negativos. En primer lugar, la rentabilidad subyacente de los bonos aumentaría. El diferencial entre la rentabilidad corporativa y pública absorbería parte de esa tendencia.
Después de todo, lo márgenes de 1,75 puntos porcentuales de la deuda corporativa sobre los bonos del Tesoro son amplios si se comparan con los niveles previos a la crisis, próximos a 0,9 puntos porcentuales. Pero teniendo en cuenta las altas primas de riesgo de la deuda bancaria y la reducida liquidez en los mercados de bonos corporativos, es poco probable que los diferenciales desaparezcan por completo.
Segundo, un repunte del crecimiento debería reducir el riesgo crediticio en los países europeos. El dinero que ha ido a parar a la a la deuda corporativa europea podría volver a la deuda pública española e italiana, con una rentabilidad relativamente alta. Y tercero, podría aumentar las posibilidades de que las empresas gasten sus reservas de efectivo. Si las adquisiciones o las recompras de acciones aumentasen, los márgenes de los bonos corporativos podrían ampliarse.
Mientras los mercados permanezcan atrapados entre la esperanza de un crecimiento más sólido y el miedo a una nueva crisis, los bonos corporativos con grado de inversión serán un producto atractivo. Pero tanto los inversores como los emisores deberían recordar que el mundo casi nunca permanece quieto durante mucho tiempo.
– La balanza se inclina a favor de las acciones (The Wall Street Journal – 27/3/12)
La fijación de los inversionistas con los bonos podría estar cerca de su fin a medida que mejora el clima financiero mundial.
(Por Matt Phillips)
En la eterna discusión sobre si es mejor invertir en bonos o acciones, éstas últimas parecen estar recuperando el terreno perdido, al menos entre los estudiosos de las tendencias del mercado.
Mientras la debacle de la deuda europea parece desvanecerse con cada día que pasa, al igual que otras crisis de los últimos años, los inversionistas y analistas se están replanteando el panorama financiero. La pregunta es si un creciente énfasis en la recuperación de la economía estadounidense y una mayor disposición a asumir riesgos pueden desplazar la fijación con la seguridad y el flojo crecimiento que ha dominado la mente de los inversionistas.
En este entorno, algunos prevén que las acciones tendrán un mejor desempeño que la renta fija. Algunos analistas sostienen que una racha alcista de tres décadas de los bonos llegará a su fin.
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