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La crisis económica de la Unión Europea: ¿Complejo de Saturno o Síndrome de Estocolmo? Parte II (página 8)

Enviado por Ricardo Lomoro


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Eso no quiere decir que los analistas proyecten una drástica caída en los precios de los bonos en medio de un frenesí por invertir en la bolsa. Pero a medida que aumenta la confianza en la economía estadounidense, el viento puede empezar a soplar a favor de las acciones.

Se trataría de un giro importante para los inversionistas, quienes han visto cómo en la última década la renta fija ha barrido con la renta variable.

El índice agregado de bonos de Estados Unidos elaborado por Barclays Capital, que sigue la evolución de los mercados de deuda con grado de inversión, incluyendo soberana, corporativa y valores respaldados por hipotecas y otros activos, acumula un retorno de cerca de 113% desde el 31 de diciembre de 1999. En comparación, el índice Standard & Poor's 500, que agrupa las acciones de las principales empresas estadounidenses, registra una ganancia de 19%, incluyendo la apreciación de la acción y el reparto de dividendos.

Los ejecutivos de PineBridge Investments, una gestora de fondos que administra más de US$ 67.000 millones, han notado un aumento en el interés por las acciones entre sus clientes institucionales.

"Se empieza a observar una mayor fe en los mercados de renta variable", dice John Baumann, director gerente de PineBridge y jefe de ventas institucionales y servicios a los clientes.

Wall Street también lo ha notado. Goldman Sachs, UBS y Barclays acaban de publicar informes en los que recomiendan priorizar las acciones en desmedro de los bonos.

Los estrategas de Goldman creen que las perspectivas de retornos de las acciones son las mejores en una generación. La renta variable probablemente "iniciará una trayectoria alcista en los próximos años", escribieron.

Este tipo de recomendaciones incorpora una serie de presunciones. Tal vez la principal es una convicción cada vez más arraigada de que lo peor de las crisis de los últimos años ya quedó atrás.

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Eso debería limitar la probabilidad de que EEUU caiga en una espiral deflacionaria como Japón, uno de los pocos escenarios que, en opinión de los economistas, haría caer las tasas de interés y prolongaría la marcha alcista de los bonos que ya se extiende por décadas.

De todos modos, aún hay numerosas razones para dudar del mercado bursátil. Las proyecciones sobre las utilidades de las empresas están cayendo y los márgenes de ganancia se estarían estrechando. Hay señales de debilidad en la demanda asiática de materias primas y el alza en los precios del petróleo podría mermar el consumo en EE.UU. Y aunque la crisis europea parece haberse tranquilizado, aún no ha sido resuelta del todo.

Algunos observadores también resaltan que Wall Street es optimista por naturaleza, por lo que su favoritismo por las acciones no es de extrañar. "La industria, en general… es genéticamente optimista", dice Albert Edwards, estratega global de Société Générale en Londres. "Algunos de estos tipos, debido al sesgo de la industria, serían optimistas aunque estuvieran a punto de ser atropellados por un camión".

Asimismo, los inversionistas no pierden de vista los riesgos asociados a las acciones, en especial después de presenciar el derrumbe de 2008 y el estallido de la burbuja tecnológica en 2000.

Entre enero de 2008 y enero de 2012, el último mes del cual hay datos disponibles, los inversionistas estadounidenses retiraron unos US$ 400.000 millones de los fondos de renta variable y colocaron US$ 800.000 millones en los de renta fija, según estimaciones de Investment Company Institute, un organismo que agrupa al sector. Los bonos han generado rendimientos de entre 7% y 8% en los últimos años, debido en buena parte a la caída en las tasas de interés. Cuando éstas caen, los precios de los bonos suben. Pero las tasas ya se encuentran cerca de cero.

– Bernanke hace bailar al dólar (The Wall Street Journal – 28/3/12)

(Por Nicholas Hastings)

Londres (Dow Jones).- Un paso en la dirección correcta y el dólar se fortalece.

Pero un paso en falso y el dólar se deprecia.

Eso ha sido en gran parte lo que ha estado haciendo el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, con la moneda estadounidense en las últimas semanas, al elevar y reducir las expectativas de una flexibilización monetaria adicional.

Pero al parecer la danza se podría estar complicando.

Los precios más altos de la energía, las preocupaciones de que la mejora del mercado laboral no es sustentable, la amenaza de las elecciones presidenciales y los crecientes temores sobre la recuperación mundial están haciendo su parte.

Cuando el lunes Bernanke advirtió que era improbable un rápido descenso adicional del desempleo a menos que se acelere el crecimiento económico, el dólar registró un rápido descenso.

Aunque Bernanke no consideró la necesidad de más flexibilización cuantitativa, sus comentarios sugirieron que la opción sigue sobre la mesa y que la política monetaria seguirá siendo expansiva.

Debido a que Bernanke había apuntado al "obstáculo" económico que representa el aumento de los precios de la energía y cuestionó el efecto de una desaceleración de la economía mundial sobre Estados Unidos, sus comentarios no fueron una sorpresa.

El presidente de la Fed enfrenta las críticas de su propio comité de política monetaria sobre los crecientes costos de la energía. Pero, ante la presión aún baja de los precios básicos y con la poca probabilidad de que los precios de la energía se hagan sentir hasta agosto, la baja inflación le da la opción de mantener una política monetaria relajada por el momento.

Además de debilitar al dólar, el presidente de la Fed se las arregló para generar ganancias en las acciones y alentar un generalizado apetito por el riesgo.

Pero los movimientos fueron de corta duración, y la escasa reacción de los bonos del Tesoro sugiere que Bernanke ya no maneja al dólar tan fácilmente como en el pasado.

Sigue siendo poco claro por qué los rendimientos de los bonos del Tesoro no cayeron en línea con las expectativas monetarias.

Una explicación podría ser que a medida que se acercan las elecciones presidenciales de noviembre, la Fed tendrá problemas para defender los movimientos de política, los cuales podrían ser considerados un apoyo a la economía que favorecería al presidente Barack Obama.

Otra explicación podría ser que, pese a su rechazo a descartar un mayor expansionismo cuantitativo, es improbable que Bernanke adopte ese curso debido a que las inyecciones de liquidez anteriores no tuvieron el efecto deseado sobre el mercado de viviendas de Estados Unidos.

Pero hay otra razón, tal vez más simple, por la que los bonos del Tesoro tal vez no sean el termómetro de las expectativas del mercado que fueron alguna vez.

Los bonos del Tesoro de Estados Unidos podrían estar perdiendo su estatus de refugio.

Desde que surgió la crisis financiera en 2008, los bonos del Tesoro han tenido razón de ser.

Pero los recientes datos de flujos sugieren que tal vez ese ya no sea el caso. Un reporte de Standard Chartered Bank mostró que la salida de los fondos de bonos del gobierno a largo plazo ascendió a US$ 1.000 millones en la última semana, la mayor cantidad en al menos cinco años.

Si ése es el caso, predecir ahora cómo reaccionará el dólar a los futuros pronunciamientos de la Fed demostrará ser más difícil que en el pasado.

– Roubini: la periferia de la zona euro necesita que el euro se deprecie (El Economista – 30/3/12)

El célebre analista Nouriel Roubini ha apuntado que una de las posibles soluciones para que los países en problemas de la zona euro superen su crisis económica es que la divisa comunitaria se deprecie y se acerque a la paridad con el dólar.

"La Eurozona necesita una depreciación real en la periferia para alcanzar la recuperación del crecimiento, el equilibrio externo y la competitividad", asegura en declaraciones recogidas por la CNBC. "La periferia necesita que el euro se acerque a la paridad con el dólar", aseguró.

Algunos expertos han defendido que la única opción posible para que los países en apuros retomen la senda del crecimiento es abandonar el euro y regresar a sus divisas anteriores, de forma que pudieran devaluar las divisas para aumentar su poder exportador y mejorar su competitividad.

En este sentido, Roubini considera que las medidas que están adoptando los periféricos, ante la exigencia europea de la austeridad, les está llevando a un "círculo vicioso" que "hace la recesión aún peor". "Sin crecimiento, el rechazo socio-políticas se volverá insoportable para algunos gobiernos", afirmó.

Mercados "esquizofrénicos"

Esta situación se refleja ya en los mercados, que a ojos del analista están "esquizofrénicos" porque no pueden decidir si deben recompensar o castigar a países como España o Italia por las reformas puestas en marcha.

A este respecto, reconoce que la mano del Banco Central Europeo (BCE) ha contribuido a calmar las tensiones entre los inversores con sus intervenciones en la compra de bonos y con sus inyecciones de liquidez.

Sin embargo, considera que se trata de una ayuda solo a corto plazo y que la institución que preside Mario Draghi se está quedando sin margen de maniobra. El BCE está "llegando al límite" de lo que puede hacer para impulsar a las economías europeas. "El doloroso proceso de desapalancamiento va a continuar", añadió.

– Las bolsas de EEUU cierran el trimestre con alzas históricas (The Wall Street Journal – 30/3/12)

(Por Chris Dietrich)

Nueva York (Dow Jones).- Las acciones estadounidenses subieron el viernes, impulsadas por un alentador informe sobre el gasto de los consumidores, al tiempo que el Promedio Industrial Dow Jones y el índice S&P 500 registraron las mayores alzas en puntos para el primer trimestre en la historia.

Durante el primer trimestre, el Dow acumuló un ascenso de 994,48 puntos, o un 8,1%, y el S&P 500 ganó 150,87 puntos, o un 12%, en medio de las señales de un fortalecimiento de la recuperación económica estadounidense.

El viernes, las acciones superaron una caída a mediados de la sesión para cerrar al alza. El Dow ganó 66,22 puntos, o un 0,4%, a 13212,04, y el Standard & Poor's 500 interrumpió una racha de tres sesiones de pérdidas al subir 5,19 puntos, o un 0,4%, a 1408,47.

El Índice Compuesto Nasdaq declinó 3,79 puntos, o un 0,1%, a 3091,57. En el primer trimestre, el Nasdaq añadió 486,42, o un 19%.

Las ganancias las encabezaron las acciones de los sectores del cuidado de la salud y la energía. Pfizer subió 23 centavos, o un 1%, a US$ 22,65, y Merck & Co., añadió 39 centavos, o un 1%, a US$ 38,40. Walt Disney ganó 77 centavos, o un 1,8%, a US$ 43,78 y mostró el mejor desempeño del Dow en términos porcentuales, mientras que Hewlett-Packard avanzó 32 centavos, o un 1,4%, a US$ 23,83.

El sector tecnológico fue el único que cerró en territorio negativo el viernes. Micron Technology declinó 32 centavos, o un 3,9%, a US$ 8,10, arrastrando al Nasdaq 100 a la baja, luego que la empresa revisara sus resultados para el segundo trimestre de su año fiscal, con el fin de reflejar el cierre de una demanda interpuesta en su contra por Oracle en 2010, por supuestas violaciones a las leyes antimonopolio y de libre competencia.

El procesador de tarjetas de crédito y débito Global Payments perdió US$ 4,73, o un 9,1%, a US$ 47,50, tras sufrir una violación de seguridad que puso en riesgo a 50.000 titulares de tarjetas, según dijeron fuentes a The Wall Street Journal. Visa cayó US$ 1,00, o un 0,8%, a US$ 118,00; y MasterCard declinó US$ 7,68, o un 1,8%, a US$ 420,54, por el incidente.

En el ámbito económico, los gastos personales de los estadounidenses crecieron un 0,8% el mes pasado, el mayor aumento desde julio, mientras que los ingresos se incrementaron un 0,2%. Los economistas consultados por Dow Jones Newswires proyectaban, en promedio, que los gastos crecerían un 0,6% y los ingresos subirían un 0,4% en febrero.

En tanto, el índice preliminar de la percepción del consumidor que compila la Universidad de Michigan y Thomson Reuters ascendió a 76,2 a fines de marzo. Economistas encuestados por Dow Jones Newswires esperaban, en promedio, una lectura de 74,5 para el índice.

"El gran temor era que nos acercáramos a una cambio (en la tendencia al alza en los indicadores económicos de Estados Unidos) cerca de la segunda semana de abril. La gente está claramente preocupada por ello, por no vemos nada que apunte a una renovación más amplia", dijo Christian Thwaites de Sentinel Investments.

En cuanto a noticias corporativas, las acciones de Research in Motion subieron 97 centavos, o un 7,1%, a US$ 14,70, luego que el presidente ejecutivo de la empresa se mostrara el jueves por primera vez abierto a la posibilidad de vender la compañía.

– Bundesbank ya no aceptará bonos bancarios de Grecia, Irlanda y Portugal (The Wall Street Journal – 30/3/12)

(Por Christopher Lawton)

Fráncfort (EFE Dow Jones).- El banco central alemán ya no aceptará bonos bancarios de Irlanda, Grecia y Portugal como colateral, lo que le convierte en el primer banco central de la eurozona en ejercer el nuevo privilegio de proteger sus balances de la crisis de deuda de la región.

La decisión demuestra la determinación del Deutsche Bundesbank de limitar los riesgos de las medidas no convencionales adoptadas por el Banco Central Europeo para combatir las tensiones del mercado durante la crisis.

Además refleja los temores a que las medidas del BCE para combatir la crisis puedan estar alentando a los bancos a desviar deuda de dudoso valor hacia los balances del banco central, exponiendo en última instancia a los contribuyentes a lo que podrían acabar siendo activos tóxicos.

La semana pasada, el BCE dio permiso a 17 bancos centrales nacionales para rechazar bonos colaterales respaldados por gobiernos que hayan recibido rescates de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional o cuyas calificaciones crediticias hayan caído por debajo de los estándares del BCE.

Aprovechando esta libertad, el Deutsche Bundesbank ha decidido dejar de aceptar los bonos garantizados por Irlanda, Grecia y Portugal, empezando por los 500 millones de euros que ya tiene en su balance, dijo una portavoz a Dow Jones Newswires el viernes.

Los tres países están recibiendo préstamos de la UE y del FMI para seguir a flote.

"Nuestra valoración de estos bonos bancarios y estatales no cumplen con los requisitos mínimos como colateral", dijo la portavoz de Bundesbank. Señaló que hasta donde ella sabe, el Bundesbank es el primer banco nacional de la eurozona en haber rechazado estos bonos.

La decisión de rechazar estos bonos tardará unas semanas en implementarse, dijo la portavoz del Bundesbank, porque el banco central alemán debe primero cambiar los "términos y condiciones" y publicar los nuevos términos.

– Las grietas en el mercado inmobiliario abatirán a la libra (The Wall Street Journal – 30/3/12)

(Por Nicholas Hastings)

Londres (Dow Jones).- La confianza en la libra podría quebrase en cualquier momento.

Por el momento, la libra sigue firme y los rendimientos de los bonos del gobierno del Reino Unido siguen bajos debido a que los inversionistas están saliendo de los mercados más riesgosos, como los de acciones.

La reciente mejoría en las perspectivas económicas de Estados Unidos no pudieron mellar seriamente el soporte, aunque los rendimientos de los títulos del Tesoro de Estados Unidos y los del Reino Unido a 10 años están ahora equiparados en el 2,2%.

El problema es que esto no durará si las perspectivas económicas del Reino Unido siguen deteriorándose.

Además de las crecientes expectativas de otra dosis de relajación cuantitativa, un retroceso en las perspectivas de crecimiento reducirá las posibilidades de que el gobierno cumpla sus metas de déficit fiscal y le restará incluso más atractivo a los bonos del Reino Unido y la libra.

En los últimos dos años, la libra se ha sostenido bien, debido a que los inversionistas pusieron su fe en que el gobierno de coalición del Reino Unido, bajo el liderazgo del primer ministro conservador David Cameron, cumpliría. Frente a muchos otros países, especialmente aquellos vecinos en la zona del euro, el Reino Unido ha sido considerado como un modelo de austeridad fiscal.

No obstante, el programa de la coalición no ha cumplido con las expectativas. Incluso el presupuesto de la semana pasada, dirigido a lograr las metas gubernamentales en materia de gasto y ahorro, no pudo impulsar la confianza.

Es irrelevante que las dificultades del gobierno provengan de las presiones políticas de una coalición, o de que el Reino Unido esté siendo golpeado por los precios más altos de la energía y un crecimiento mundial menor al esperado.

Nuevos datos del PIB mostraron que la contracción económica en el cuarto trimestre del año pasado fue incluso más severa de lo estimado originalmente y que los ingresos disponibles reales del año pasado cayeron al ritmo más rápido desde 1977.

Como los precios de la vivienda también están retrocediendo en un 1,0% este mes, las expectativas de que la economía comience a experimentar un repunte al alza en el primer trimestre de este año estarán seriamente comprometidas. Ciertamente, parte de la caída en el precio de la vivienda posiblemente se deba al efecto distorsionador del vencimiento de la exención al impuesto de timbre para quienes compran una vivienda por primera vez. Esto, empero, no modificará la opinión de quienes prevén mayores caídas en los precios de las viviendas en los próximos meses.

Como el crecimiento de los ingresos sigue siendo muy modesto y la inflación está cediendo a un ritmo más lento de lo esperado, los consumidores difícilmente estén en posición de aumentar sus gastos o comenzar a buscar casas nuevamente.

Dado que el Reino Unido enfrenta un futuro económico más incierto este año de lo que muchos pensaban hace apenas unas pocas semanas, la dirección de sus políticas fiscal y monetaria se pondrá en duda.

Y nada de eso será de ayuda para la libra.

Las metas de déficit se analizarán con incluso mayor atención conforme el gobierno trata nuevamente de hacer recortes en sectores como el seguro social, donde los presupuestos ya están bajo una fuerte presión. Entretanto, el Banco de Inglaterra bien podría tener que contemplar una extensión aún mayor de su política de relajación cuantitativa para preservar la liquidez en los mercados financieros del Reino Unido.

Y esta necesidad podría volverse incluso más imperativa si los inversionistas internacionales comienzan a perder la fe y el país ve que los rendimientos de los bonos del Reino Unido, o los costos de su endeudamiento, comienzan a aumentar nuevamente.

Entonces, las pequeñas fisuras que ya se han visto en la confianza podrían volverse grietas más serias y llevar a un derrumbe de la libra.

– Atención a la anomalía histórica que presenta EEUU (Libertad Digital – 31/3/12)

Por primera vez en la historia de EEUU, los bonos han ofrecido una rentabilidad media superior a la renta variable considerando un período de 30 años.

(Raquel Merino Jara)

El anterior artículo de esta sección lo dedicamos a examinar cómo puede afectar el envejecimiento poblacional. Suponíamos un menor ahorro canalizado hacia la renta variable, en alguna medida, desviado en favor de la renta fija. Precisamente a renta fija y variable dedicaremos el espacio de esta semana, aportando un dato que podrá sorprender a más de uno, máxime cuando desde esta columna venimos apostando por la inversión en renta variable.

Por primera vez en la historia del mercado de capitales norteamericano desde la Guerra Civil que enfrentó a federales y confederados, los bonos han ofrecido una rentabilidad media superior a la renta variable considerando un período de 30 años. La tónica general que persistía hasta este momento histórico es que la media a largo plazo dejaba en mejor lugar a la bolsa frente a la renta fija.

Echando un vistazo al índice de bonos de Ibbotson SBBI, que mide la evolución de los precios de una cesta de bonos de amplio espectro, se observa que ha obtenido un retorno anual del 11,03% en los últimos 30 años (hasta finales de 2011) mientras que las acciones se han comportado algo peor, con un 10,98% (incluyendo dividendos). La diferencia no es muy significativa, pero sí lo es el hecho de que no haya dado mejores resultados la bolsa en un período tan amplio. En ambos casos, el inversor vendría a duplicar su inversión inicial cada unos 6 años y medio. Si evaluamos los resultados de los últimos 10 y 20 años, el índice de bonos ha mostrado un mejor comportamiento.

El motivo por el que la bolsa a largo plazo suele hacerlo mejor descansa en que en la renta variable se negocian títulos que representan el valor de una empresa en crecimiento. Por lo general, en lapsos tan amplios, la economía crece o, lo que es lo mismo, lo hacen las empresas, que son quienes tiran de ésta y el riesgo de volatilidad se atempera.

También ha de tenerse presente un factor adicional. Invertir en valor es invertir a largo plazo. Que los inversores que se mueven en estos parámetros recomienden tener paciencia, emplear recursos para invertir que no se necesiten en el corto o medio plazo y no tener miedo a la volatilidad -pues en el largo plazo la tendencia, si se eligen razonablemente bien las acciones o nos indexamos, es alcista- nos debiera indicar que 30 años es más que suficiente para demostrar que la bolsa se porta mejor que los bonos.

Por regla general, hay ciertos momentos del ciclo en que los bonos responden mejor que las acciones, y al revés. De ello hablamos cuando abordamos cuestiones de asset allocation hace ya varios meses. En épocas de inflación, la bolsa es una mejor protección que los bonos en tanto que los intereses y el principal que recibamos al cabo de los años estarán menguados en capacidad de compra. Dicho de otra manera, se habrá devaluado la moneda. En estos casos, el deudor (pongamos el Estado) sale muy bien parado, pues en términos reales estará devolviendo menos y recaudando más y le será más fácil atender al pago de la deuda. Las acciones, por su parte, sí van incorporando, al menos en parte, la inflación en los dividendos y su capitalización.

Al mismo tiempo, la inflación de precios suele ir acompañada de inflación de tipos de interés. En estos casos, si se desea invertir en renta fija, conviene hacerlo a corto plazo, en productos del estilo de letras de cambio o letras del Tesoro e ir reinvirtiendo al vencimiento a tipos crecientes. De lo contrario, si, como estamos analizando en este artículo, lo hemos hecho en largo plazo (5, 10, 20 años…), nos encontraremos con que el tipo de descuento al que lo hemos adquirido es menor al que hay conforme pasa el tiempo. Por tanto, estamos bloqueados en una inversión a medio o largo plazo que reporta menores intereses que los existentes en el momento presente. Bien es sabido que si queremos deshacernos de ese activo para obtener liquidez, lo habremos de hacer a precios decrecientes al haber subido los tipos de interés. Así que, bien sea por la inflación, bien por la depreciación del activo o la menor remuneración de la inversión, tenderemos a salir perdiendo.

Dentro de este panorama de precios y tipos de interés crecientes, nos podemos hallar con fases de inflación y estancamiento económico, lo que en la jerga se conoce como estanflación, o con épocas de crecimiento. Si es el primer caso, la bolsa sigue siendo mejor opción para protegerse de la inflación y aún mejor comportamiento se consigue en bienes reales (materias primas e inmuebles). En el segundo, la ventaja de la renta variable es incuestionable.

Por su parte, cuando precios y tipos caen, las tornas cambian. El dinero que nos devuelven por invertir en bonos tiene incluso más poder adquisitivo (o al menos no lo ha perdido) y el precio del activo, conforme bajan los tipos de interés, es creciente. Si decidimos enajenarlo antes de que venza, tenemos una ganancia real muy cuantiosa. Si decidimos mantenerlo, nos puede estar reportando un 15% de intereses (al haberlo adquirido, pongamos, hace 20 años), lo cual no es nada desdeñable visto lo visto.

Hay épocas, no la actual, obviamente, en que los tipos de interés van cayendo y se experimenta un fuerte crecimiento en la economía (incluso con alguna burbuja de por medio). En ese contexto, la bolsa estará teniendo grandes beneficios igualmente, si bien se vendrá abajo cuando llegue el colapso económico, la recesión y la deflación. Los bonos lo habrán hecho mejor para quien no haya hecho algo de arbitraje en esos años.

Una vez presentado este esquema, puede resultarnos más fácil interpretar el por qué de esta reciente anomalía histórica. Los batacazos en la renta variable norteamericana en la última década se han concentrado en los dos períodos bajistas que van de 2000 a 2002 y de 2007 a 2009. Este hecho ha dejado muy tocada la confianza de los inversores en el mercado de acciones. Cuando se esfuma la confianza en las acciones, la huida hacia adelante pueden ser las materias primas o la deuda pública. Asimismo, es tal la volatilidad de la bolsa que muchos la interpretan como una feria, con gran riesgo y no menor incertidumbre sobre el crecimiento empresarial.

Los bonos del índice estudiado se han revalorizado en EEUU una media del 28% sólo en 2011, quedando muy por detrás los rendimientos del Standard & Poor"s 500 con un pírrico 2,1% en comparación. Coincidiendo con el desplome de la bolsa y de las expectativas, se ha experimentado una burbuja del mercado de bonos, en especial, desde 2009 y, en particular, en este último año 2011. Los últimos 30 años son un caso de libro de desinflación de precios e intereses, contexto muy favorable a la renta fija, como se acaba de explicar. La subida en los precios de los bonos ha sido, por extensión, muy significativa.

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La misma Reserva Federal (FED) está comprando masivamente la deuda pública emitida por el Gobierno con el fin de inyectar liquidez al mercado financiero manteniendo los tipos en niveles muy bajos y decrecientes. Cuestión aparte, y muy importante, es cuánto puede durar una política de imprimir billetes antes de dejar sentir sus efectos en la estabilidad monetaria.

Otro factor determinante es el comentado, precisamente, en el último artículo. El envejecimiento hace que los americanos que están cerca de la retirada (babyboomers) y que ya estén jubilados soporten mucho peor la volatilidad.

La cuestión que, a continuación, podemos plantearnos es si se ha llegado al fin de la historia. En otras palabras, seguirá cumpliéndose esto en el futuro. Si estamos en plena recesión (EEUU empezando a salir, y nosotros de lleno), qué puede tocar a partir de ahora. Si no nos metemos en una dinámica de estancamiento como la de Japón, lo más probable es que "todo lo que baje, suba", que toquemos suelo en precios e intereses y tiremos para arriba en no mucho tiempo. Dicho de otro modo, es momento de preguntarnos dónde está ahora la burbuja y cuándo estallará.

– Las "trampas" de los stress test – La banca de EEUU no superaría una nueva crisis financiera (Libertad Digital – 1/4/12)

Diversos analistas cuestionan las pruebas de la FED para medir la solvencia de las entidades ante una nueva crisis.

(Por Toni Mascaró)

La Reserva Federal de EEUU (FED) ha realizado pruebas de resistencia (stress tests) a diecinueve grandes bancos norteamericanos. Cuatro no han superado la prueba. Sin embargo, diversos analistas cuestionan la metodología aplicada e, incluso, el objetivo real de las pruebas.

El método

Oficialmente, las pruebas están diseñadas para comprobar si las principales instituciones financieras disponen de suficiente capital para hacer frente a una crisis crediticia como la de 2008. La FED considera que se necesita un coeficiente del 5% de capital Tier 1 para superar con éxito un escenario así. La intención del banco central es realizar estas pruebas anualmente y publicar los resultados pormenorizados para cada una de las instituciones participantes, como ya hizo el año pasado.

El escenario para esta tercera edición fue diseñado en noviembre de 2011 teniendo en cuenta la "situación en Europa y la tensión permanente en los mercados hipotecarios", y considerando "prudente ofrecer un escenario adverso que fuese lo suficientemente severo como para asegurar una valoración rigurosa de la habilidad de los bancos para soportar pérdidas inesperadas".

El supuesto de la FED contempla una "profunda recesión" en Estados Unidos, iniciada en el último trimestre de 2011, con una tasa de paro similar a la experimentada, en promedio, en las recesiones severas de 1973-75, 1981-82 y 2007-09, y que alcanzaría su máximo a mediados de 2013, situándose en el 13%. Junto a este aumento del paro, se produciría una caída notable en la actividad económica a nivel mundial y nacional con el índice Dow Jones U.S. Total Stock Market Index desplomándose en un 50%, hasta los 5.668,34 puntos a finales de 2012 y cerrando 2014 en 12.005,11, todavía lejos de la actual cota de los 14.600 puntos. El escenario supone también una caída en los precios de los activos en los mercados financieros de todo el mundo, incluyendo una caída de los precios de las viviendas en EEUU del 21%.

Conviene tener en cuenta que este triste panorama no pretende ser una predicción de lo que los próximos trimestres pueden deparar sino un escenario hipotético para valorar cómo les iría a los grandes bancos si las condiciones fuesen especialmente adversas.

A principios de enero, los diecinueve bancos analizados presentaron al banco central norteamericano sus planes detallados con "sus estrategias para gestionar su capital en un horizonte de nueve trimestres", es decir, hasta finales de 2013.

Resultados oficiales para marzo de 2012

Basándose en los datos recibidos, la FED estimó "pérdidas, ingresos, gastos y coeficientes de capital para cada uno de los 19 bancos" para el escenario arriba descrito. Los resultados "sugieren que los 19 bancos en su conjunto experimentarían pérdidas importantes bajo los supuestos" del escenario. En concreto, a lo largo de los próximos nueve trimestres perderían 534.000 millones de dólares.

La FED, en realidad, realizó dos valoraciones. La primera, para el primer trimestre de 2012, o sea, inmediata, en la que los bancos todavía no habrían tenido tiempo de aplicar sus planes ni la recesión del escenario habría tenido tiempo de cebarse en ellos.

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En esta valoración (las columnas de la derecha en el gráfico para cada banco), sólo uno se quedaría por debajo del 5%. Se trata de Ally Financial Inc., una compañía fundada en 1919 por General Motors como General Motors Acceptance Corporation. En mayo de 2009 cambió su nombre por el actual y su accionista mayoritario pasó a ser el Tesoro de los Estados Unidos. Después de recibir millonarias ayudas del programa de rescates TARP y de que el Gobierno americano se haya hecho con nada menos que el 74% de su capital, Ally no consiguió más que un capital del 2,5% en el escenario descrito para marzo de 2012, justo la mitad del nivel mínimo exigido por la FED.

Resultados para diciembre de 2013

La segunda valoración, sin embargo, es la relevante, pues estima la situación de los diecinueve bancos después de nueve trimestres de recesión y de aplicar sus planes de capital hasta finales de 2013. En este caso (las columnas en color sólido a la izquierda para cada banco), Ally vuelve a suspender con un 2,5% y se le unen SunTrust Banks Inc. con un 4,8% y, por los pelos, Citigroup Inc. con un 4,9%.

Citigroup es el mayor de los bancos que no pasaron la prueba. En el último trimestre de 2011, en realidad, su coeficiente de capital Tier 1 fue del 11,7%, situándose cómodamente entre los mejores de los diecinueve. Sin embargo, las pruebas de la FED lo hallaron especialmente vulnerable ante pérdidas en préstamos a particulares y consumidores, financiación a comercio e industria y tarjetas de crédito. En su defensa, Citigroup solicitó que la FED publicase más detalles de las pruebas y anunció que no llevaría a cabo sus planes de aumentar los dividendos.

Un cuarto banco, MetLife Inc., que había superado ambas valoraciones con un 5,4% y 5,1%, respectivamente, pinchó en otra prueba al no alcanzar el 8% de "coeficiente de capital total" y quedarse con un 6%. La compañía anunció que solicitaría permiso para adquirir acciones propias por valor de 2.000 millones de dólares y aumentar su dividendo anual de los 74 céntimos por acción actual hasta 1,10 dólares.

El banco central anunció que, tras las pruebas, estos cuatro bancos disponían de un plazo de treinta días para presentar nuevos planes de capital. Y, aunque se trata de un plazo prorrogable, sus planes de dividendos no serán aprobados mientras no cumplan con los criterios mínimos.

Los triunfadores

En marcado contraste, algunos de los que sí superaron la prueba, no esperaron ni un solo día para anunciar sus planes de aumentar dividendos. Es el caso de J.P. Morgan Chase & Co., que recomprando acciones por valor de 15.000 millones, tiene intención de aumentar sus dividendos trimestrales un 20%. Otros bancos que anunciaron este tipo de medidas fueron Wells Fargo & Co. y U.S. Bancorp.

La FED tenía planeado publicar los detalles de los resultados dos días después de anunciarlos, pero los grandes bancos no tuvieron ningún reparo en precipitarse a anunciar ese mismo día sus propias reacciones a las pruebas con lo que, finalmente, el banco central decidió publicar los detalles a última hora de esa jornada.

Otro triunfador a destacar fue la Regions Financial Corporation, que con un 5,7% y 6,6% respectivamente, superó ambas valoraciones sin que a la Fed le preocupase lo más mínimo este pequeño detalle: esta institución se encuentra entre las que todavía no han devuelto el importe del rescate que se les concedió mediante el programa TARP. Además, desde 2007 no ha conseguido beneficios anuales.

Crítica al criterio de apalancamiento

A estas pruebas de resistencia no les han faltados los críticos habituales. Pero en este caso se les ha sumado una detractora muy relevante: Sheila Bair. Se trata ni más ni menos de la que fuera presidente de la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) entre 2006 y 2011, una institución pública creada en 1933 para garantizar los depósitos bancarios.

La crítica de Bair se centra en que en situaciones como la de 2008 "el mercado sólo se preocupa por el coeficiente de apalancamiento de los bancos" y "no confía en el capital ajustado al riesgo, que permite que un banco reduzca su capital si esos activos son considerados de bajo riesgo".

En esta ocasión, la FED ha establecido un coeficiente de apalancamiento mínimo del 3% para 15 de los 19 bancos participantes. Es decir, pueden endeudarse por un valor hasta 32 veces mayor que sus fondos propios. Esto no ha representado ningún problema para instituciones como Goldman Sachs (3,8%), J.P. Morgan Chase & Co. (3,8%) o Morgan Stanley (3,4%).

Pero Bair considera que en un escenario como el planteado por la FED, "cualquiera por debajo del 4%, especialmente un banco de inversión, padecería un pánico bancario", es decir, los clientes retirarían sus activos a toda prisa. En este sentido, la expresidente de la FDIC recuerda que durante los peores momentos de la pasada crisis financiera "todos los bancos de inversión que sufrieron problemas tenían coeficientes de apalancamiento claramente por debajo del 4%".

Crítica a los balances de los bancos

Jonathan Weil, de Bloomberg, por su parte, ha hallado interesantes contradicciones al analizar los balances de la Regions Financial Corporation, ese banco que pasó las pruebas sin haber devuelto el dinero del rescate público. "Las notas a pie de página de los últimos estados financieros de la empresa cuentan la historia", afirma Weil. Los préstamos contabilizados "valían 8.100 millones de dólares menos que lo que decían sus balances a 31 de diciembre".

Para ponerlo en perspectiva, añade que "los fondos propios tangibles, una medida tosca del patrimonio neto, eran de 7.600 millones". Con lo cual, si no se hubiese inflado el valor de los préstamos esta medida tosca del patrimonio neto habría resultado negativa. Por ello, Weil afirma que "la prueba fue un chiste, aunque consiguió su efecto deseado", ya que Regions y otros grandes bancos vieron aumentar la cotización de sus acciones.

Regions, concretamente, consiguió 900 millones vendiendo acciones el día siguiente de publicarse los resultados de las pruebas de resistencia, y anunció que tiene intención de destinarlos a devolver parte del rescate recibido mediante el TARP en 2008, que asciende a 3.500 millones.

– Las mentiras y medias verdades de Ben Bernanke sobre la crisis financiera (Libertad Digital – 7/4/12)

El presidente de la Reserva Federal aleccionó a una treintena de alumnos sobre la benevolencia de la FED sin hacer la más mínima autocrítica.

(Por Toni Mascaró)

El presidente de la Reserva Federal de EEUU (FED), el honorable Ben Bernanke, ha impartido una serie de cuatro lecciones en la Escuela Universitaria de Negocios George Washington (GWU) entre los días 20 y 29 de marzo, con el título La Reserva Federal y la crisis financiera. La treintena de alumnos asistentes al curso de 1,5 créditos recibió a Bernanke con un discreto aplauso ya que, según informa USA Today, se les había "animado a aplaudir respetuosamente".

Orígenes y misión de la Reserva Federal

La primera lección se centró en "lo que hacen los bancos centrales, el origen de la banca central en los Estados Unidos y la experiencia de la FED durante la Gran Depresión".

Al inicio de su presentación (página 6), Bernanke afirmó que un "banco central no es un banco comercial ordinario sino una agencia gubernamental". Ningún alumno levantó la mano para preguntarle desde cuándo había cambiado la FED radicalmente de opinión sobre sí misma. Y es que, cuando periodistas de Bloomberg News y Fox Business quisieron acceder a los documentos secretos de la FED, ésta se negó alegando no estar sujeta a la Ley de Libertad de Información, precisamente, por no ser una agencia gubernamental.

Más allá de sus problemas de identidad, la FED es propiedad de 12 bancos federales, como su propia web indica. Y, como cualquier banco ordinario, y a gran diferencia de las agencias gubernamentales, puede alardear de un desaforado ánimo de lucro. No en vano, sus beneficios superaron los 77.000 millones de dólares en 2011.

En cuanto a la misión de los bancos centrales, Bernanke explicó lo siguiente (página 7): "Todos los bancos centrales se esfuerzan por conseguir una inflación baja y estable". El primer problema aquí es que, por inflación, en este contexto, se entiende un aumento generalizado del nivel de precios. Por bajo que sea, un aumento porcentual anual constante es, por definición, un aumento exponencial de los precios. Pero Bernanke no dice "precios bajos y estables".

Incluso dando por buenos los datos oficiales de inflación, aquejados de graves defectos, es evidente que los esfuerzos de la Reserva Federal para conseguir una inflación "baja y estable" no producen resultados tan deseables como podría parecer. Véase el siguiente gráfico, donde puede apreciarse un índice de precios estable, hasta que a finales de diciembre de 1913 se crea la FED (zona sombreada) y los precios empiezan a inflarse exponencialmente, o sea, "una inflación baja y estable", según Bernanke.

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Pánicos financieros

Por otro lado, trató de ilustrar la aparición y naturaleza de los pánicos bancarios haciendo referencia a la película ¡Qué bello es vivir!, que pocos alumnos habían visto. Según indicó (página 11), estos procesos son provocados "por una repentina pérdida de confianza en una o más instituciones financieras, llevando a que el público deje de financiar esas instituciones mediante, por ejemplo, depósitos".

Brilló por su ausencia la explicación de por qué de repente los clientes dejan de confiar en su banco. Tampoco se molestó en esclarecer cómo sobrevivían los bancos comerciales antes de la aparición de la banca central si una falta de confianza repentina inexplicable los ponía en apuros. Así, por ejemplo, los analistas de QB Asset Management Lee Quaintance y Paul Brodsky consideran que los pánicos se dan cuando una parte de la población se percata "de que no hay suficiente dinero en existencia para respaldar el crédito pendiente".

Prestamista de última instancia

Así que para "detener el pánico, los bancos centrales han de actuar como prestamista de última instancia", añadió (página 13). Aquí el presidente de la FED no dudó en citar el aforismo "todavía relevante" -según él- del inglés Walter Bagehot referente a la actuación apropiada de los bancos centrales durante las crisis: "Presta libremente, contra buenas garantías, a tipos punitivos".

Después de haber destinado más de 16 billones de dólares en préstamos secretos, según una auditoría limitada de la GAO, nadie podrá negarle a la FED su cumplimiento con lo de "presta libremente". Pero ningún alumno de la prestigiosa Universidad le preguntó cómo puede hablar de buenas garantías cuando lleva cuatro años inflando el balance de la FED con activos de ínfima calidad. Tampoco le preguntaron cómo puede considerar relevante la regla de prestar "a tipos punitivos" cuando, en realidad, está prestando a menos del 1% (los tipos más bajos de la historia de la institución).

Claramente, la FED incumple de forma explícita dos de los tres principios de la Regla de Bagehot. Por si fuera poco, como dice el economista George Selgin en un demoledor artículo titulado Anti-Bernanke, el presidente de la FED "menciona el trabajo de Bagehot, pero sólo para recitar las reglas para prestar en última instancia. Permite así que todos esos estudiantes inocentes de la GWU supongan [como era seguramente su intención] que Bagehot consideraba que la banca central era una cosa estupenda".

Nada más lejos de la realidad. El inglés detestaba la banca central, pero consciente de que su desaparición no era factible elaboró estas famosas recomendaciones para, al menos, limitar los destrozos. En palabras del propio Walter Bagehot: "Estamos tan acostumbrados a un sistema bancario, dependiente de un banco único para su función cardinal, que difícilmente podemos concebir otro. Pero el sistema natural -el que habría aparecido si el Gobierno hubiese dejado a la banca en paz- es el de muchos bancos de igual o no muy diferente tamaño".

Bagehot criticó claramente a la banca central, que consideró una monarquía antinatural: "No hay ninguna tendencia a la monarquía en el algodón; ni, donde se ha dejado libre a la banca, existe tampoco tendencia alguna a una monarquía en la banca". Y añadió: "Una república con muchos competidores (…) es la constitución de cada negocio si se le deja en paz, y de la banca tanto como de cualquier otro. Una monarquía en cualquier negocio es un signo de alguna ventaja anómala y de alguna intervención externa".

Según Bernanke (página 20): "Los pánicos financieros de 1873, 1884, 1890, 1893 y 1907 provocaron cierres de bancos, pérdidas para los depositantes e inversores y frecuentes desaceleraciones de la economía en general". Afirmación que ilustra con un gráfico de los cierres bancarios de 1873 a 1914. En la página siguiente, Bernanke vuelve a enseñar exactamente el mismo gráfico.

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Convenientemente, el gráfico acaba justo en el año en que la FED inició sus actividades. Lo que queda oculto más allá de 1914 es otro detalle incómodo que Bernanke omitió sin que los alumnos se inmutasen. En efecto, tras la creación de la FED, los pánicos bancarios no disminuyeron. Todo lo contrario, aumentaron considerablemente las suspensiones bancarias, tanto en número total de bancos quebrados como en proporción sobre el número total de bancos activos, según datos oficiales de la propia Reserva Federal.

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El patrón oro

Pero el plato fuerte de la primera lección consistió en la crítica de Bernanke al patrón oro, enumerando hasta ocho problemas de ese antiguo sistema monetario. "La fortaleza del patrón oro es también su mayor debilidad: debido a que la oferta monetaria es determinada mediante la oferta de oro, no puede ajustarse en respuesta a las condiciones económicas cambiantes" (página 23). Y añadió: "Todos los países con patrón oro están obligados a mantener tipos de cambio fijos. Como resultado, los efectos de las malas políticas en un país pueden transmitirse a otros países si ambos están en el patrón oro" (página 24).

Una visión muy distinta la presenta el editor financiero James Grant, considerado por Ron Paul como el candidato ideal para presidir la FED cuando acabe el actual mandado de Bernanke en 2014. Grant cita un libro que obtuvo del Banco de la Reserva Federal de Atlanta en el que se afirma que "de 1879 a 1914, un periodo considerablemente más largo que el de 1945 al final de Bretton Woods en 1971, no hubo cambios en las paridades entre Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania, por no mencionar varios países europeos menores". Y -sigue citando Grant- los resultados de este tipo de cambio fijo basado en el oro fueron "un flujo de inversión extranjera privada en una escala que el mundo jamás había visto y, en relación a otros agregados económicos, jamás volvería a ver".

Mientras, Bernanke continuó con su particular lección: "Si no es perfectamente creíble, el patrón oro está sujeto a ataques especulativos y a un colapso final a medida que la gente intenta cambiar papel dinero por oro". Y, habiendo evitado enseñar el gráfico completo de los pánicos bancarios antes y después de la creación de la FED, Bernanke sentenció: "El patrón oro no evitó pánicos financieros frecuentes" (página 25).

La debilidad de estos últimos argumentos contra el patrón oro radica en que achaca sólo a éste los problemas que se dieron cuando el patrón oro convivía con otros dos importantes factores del sistema monetario, a saber: la propia Reserva Federal y la reserva fraccionaria. En este sentido, el analista estadounidense Mish Shedlock matiza las críticas lanzadas por Bernanke "La historia muestra que los supuestos problemas del patrón oro son, principalmente, un problema de manipulaciones del tipo de interés por parte del banco central en conjunción con préstamos con reserva fraccionaria que permiten que los bancos presten más dinero del que está respaldado por oro".

Bernanke se basa en estas críticas al patrón oro para culparlo de la Gran Depresión. A lo que Lee Quaintance y Paul Brodsky contestan que "el dinero, per se, no puede causar ciclos económicos o empresariales", mientras que "los sistemas bancarios de reserva fraccionaria pueden y, de hecho, causan ciclos económicos y empresariales".

Orígenes de la reciente crisis

En la segunda lección, impartida el pasado 22 de marzo, Bernanke relató las políticas de la Reserva Federal después de la Segunda Guerra Mundial hasta los orígenes de la reciente crisis.

Lo ilustró con el siguiente gráfico, donde se ve claramente cómo los precios de las viviendas unifamiliares se disparan con el cambio de siglo. Pero en 2005, 2006 y 2007, él mismo insistía una y otra vez que no había burbuja y que no habría problemas con las hipotecas.

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Según el presidente de la Reserva Federal, las pruebas demuestran que los periodos de estabilidad y crecimiento económico se deben a la Reserva Federal, pero "no desempeñó un papel importante" en la creación de la burbuja.

Es decir, la FED se dedica a inundar el mercado con dinero barato para que la gente, entre otras cosas, se endeude con hipotecas. Además, como prestamista de última instancia, incentiva a que los agentes económicos se endeuden muy por encima de sus posibilidades y asuman riesgos excesivos porque, en última instancia, les prestará. Y, cuando los que se han endeudado y arriesgado en exceso empiezan a padecer las consecuencias, la culpa es de "los mercados emergentes", según explicó.

La gestión de la crisis

Habiendo sentado estas bases de rigor e imparcialidad, las dos últimas lecciones fueron una auténtica campaña de autobombo para vender su propia labor lidiando con la crisis. En su opinión, la FED hizo lo que tenía que hacer y volvería a hacer lo mismo.

La tercera lección empieza con un breve listado de las "vulnerabilidades" del sector privado (página 5), a saber: "Excesivo apalancamiento (deuda), incapacidad de los bancos para realizar una gestión y seguimiento adecuados de los riesgos, excesiva dependencia de la financiación a corto plazo y aumento del uso de los instrumentos financieros exóticos que concentraron el riesgo".

Precisamente, para evitar estos vicios, decía Bagehot que, si el banco central prestaba, tenía que hacerlo a tipos no ya altos sino "punitivos". Sabiendo que la Reserva Federal le cubre las espaldas como prestamista de última instancia y que, además, esos préstamos no serán ni punitivos ni tendrán que respaldarse con deuda de calidad, es el sector privado quien peca de estas vulnerabilidades, pero es la Reserva Federal quien las genera de la nada, en primer lugar.

Finalmente, en la cuarta y última lección se aborda el periodo posterior a la crisis financiera. Bernanke considera que las pruebas de resistencia realizadas por el banco central a los diecinueve mayores bancos de EEUU han "ayudado a recuperar la confianza de los inversores", obviando las graves deficiencias de estas pruebas.

Otro de los logros de los que el presidente del banco central se autocongratula es de que la institución "se ha hecho más transparente en lo referente a la política monetaria" (página 23). Pone como ejemplo que en 2011 empezó a celebrar ruedas de prensa, después de casi cien años de secretismo extremo. Una vez más, las omisiones de Bernanke resultan especialmente relevantes. En este caso, se olvidó de explicar que los planificadores económicos de la FED sólo han iniciado esta especie de glasnost después de que la prensa les llevase a los tribunales para poder acceder a los documentos secretos que el propio Bernanke se negaba a desvelar.

– Los bancos vuelven a dar crédito a clientes de alto riesgo (El Economista – 12/4/12)

(Por Alain Galibert)

En lo más duro de la crisis financiera, los clientes con baja calificación de crédito fueron casi completamente eliminados por los bancos tradicionales. De hecho, era difícil incluso para los clientes más solventes conseguir préstamos.

Pero a medida que las entidades financieras se recuperan de las pérdidas que les causaron los préstamos a deudores con problemas, algunos de los mayores prestamistas a los clientes subprime están intentando recuperarlos, como Capital One y GM Financial. Otros como HSBC y JP Morgan también están volviendo a coquetear con el mercado subprime.

Los bancos entregaron 1,1 millones de nuevas tarjetas de crédito a clientes poco solventes en diciembre, lo que supone una subida del 12,3% respecto al mismo mes del año pasado, según datos de Equifax. Estos clientes supusieron el 23% de los nuevos préstamos para comprar coches en el cuarto trimestre de 2011, con una subida del 15% respecto al mismo período de 2009.

Las asociaciones de consumidores y los abogados temen que las entidades financieras estén buscando presas otra vez entre los deudores más vulnerables y menos sofisticados, que muchas veces están dispuestos a conseguir un crédito a cualquier precio.

"Estas personas son adictas al crédito y los bancos las están empujando", según Charles Juntikka, un abogado experto en bancarrotas. Los bancos, por su parte, buscan recuperar los miles de millones en comisiones que se han evaporado con las nuevas regulaciones en EEUU centrándose en dos partes de su negocio: el segmento más alto y el más bajo. Los deudores subprime suelen pagar elevados intereses, de hasta el 29%, y a menudo generan comisiones por retrasos en los pagos.

¿Recuperación?

Algunos reguladores aseguran estar preocupados porque este tipo de préstamos, aunque sólo estén comenzando, señalan una vuelta potencialmente muy peligrosa a las mismas prácticas de riesgo que provocaron el inicio de la crisis financiera.

Los bancos argumentan que han aprendido la lección y distinguen entre los clientes que nunca dejarán de ser insolventes y lo que la industria llama "ángeles caídos", aquellos con un buen historial de crédito antes de ser arrastrados por la crisis.

La Office of the Controller of the Currency, el supervisor de los mayores bancos del país, afirma que mientras los bancos se adhieran a unos estándares estrictos y hagan un seguimiento del riesgo, no hay nada inherentemente peligroso en extender el crédito a una base más amplia de clientes.

De hecho, un incremento del crédito es una señal de que la economía se está recuperando, según los economistas. Aunque el paro sigue siendo elevado, los consumidores han reducido sus deudas. La morosidad de las tarjetas de crédito y de los préstamos para comprar coches ha bajado con fuerza desde sus máximos de la crisis. "Es natural esta relajación de los estándares de crédito porque los bancos sienten que pueden volver a crecer", según Michael Binz, un director general de Standard & Poor's.

Y los bancos se arriesgan a perder muchos clientes potenciales si sólo se centran en la gente con una calificación de crédito perfecta. "Ya no puedes seguir ignorando esté segmento, simplemente", según Deron Weston, analista de prácticas bancarias en Deloitte. Esta búsqueda de deudores subprime no se ha extendido al mercado hipotecario, que sigue cerrado para todo el mundo salvo para los clientes más solventes.

– QE3 y el persistente riesgo de otra guerra de divisas (The Wall Street Journal – 21/4/12)

(Por Michael J. Casey)

Tal como el perro de Pavlov, que salivaba al escuchar el sonido de una campana, los inversionistas del mercado bursátil de Estados Unidos se embarcarán en estos días en un frenesí de compras ante la más mínima señal de estímulo monetario.

Pero si las garantías de un continuo apoyo a la recuperación estadounidense por parte de los funcionarios de la Reserva Federal liberan endorfinas de la felicidad entre los soñadores de Wall Street, del mismo modo, sus sutiles afirmaciones de que una tercera ronda de "flexibilización cuantitativa", o QE3, no está descartada podrían haber estremecido a los titulares de los bancos centrales de mercados emergentes.

Las autoridades financieras de países en vías de desarrollo temen que sus economías queden en la línea de fuego si las condiciones económicas de Estados Unidos se deterioran tanto que la Fed nuevamente deba comenzar a comprar bonos para anclar las tasas de interés. Saben por experiencia que muchos de los dólares que la Fed inyecta al sistema financiero fluirán al extranjero y se dirigirían a sus monedas, cuyos rendimientos más altos son más atractivos para los inversionistas. Este "dinero especulativo" impulsaría al alza a sus tipos de cambio en perjuicio de sus exportadores y dejaría a sus mercados de capital vulnerables a cambios volátiles en la percepción.

Si estos encargados de política reaccionaran a una tercera flexibilización cuantitativa, o QE3, como muchos lo hicieron con la QE2 -comprando dólares en el mercado cambiario, reduciendo las tasas de interés o frenando la apreciación del tipo de cambio- revivirían lo que el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, describió de forma tan alarmante en 2010 como una "guerra de monedas". Ante las quejas de los líderes exportadores sobre la pérdida de competitividad, los bancos centrales se verían bajo una inmensa presión política para proteger industrias vitales y adoptar una postura blanda respecto a la inflación, que suele ser consecuencia de una moneda debilitada. Y esta vez, las condiciones globales son tales que sus medidas podrían iniciar un ciclo de devaluaciones competitivas que se autoperpetuaría y que es muy dañino para el sistema de comercio mundial.

Contrario a lo que ocurrió en 2010, la economía china ahora está desacelerándose. Mientras tanto, Europa está en una recesión provocada por la austeridad y la economía estadounidense, que presenta una leve mejora, enfrenta una dura prueba cuando se implementen fuertes recortes fiscales a fin de año. Una QE3 podría fácilmente llegar en un mundo en que la demanda global se debilita, lo que significa que los exportadores de países como Corea del Sur, Turquía, Brasil y Sudáfrica se disputarán una participación cada vez más pequeña de la torta. La tentación de combatir la pérdida de competitividad con intervención de mercado en lugar de mediante una reducción de los costos internos será grande.

Para empeorar las cosas, los inversionistas ahora tienen menos alternativas como apuestas cambiarias. No quieren perseguir al euro al alza, no en medio de la persistente amenaza de una crisis de deuda en España. No hay posibilidades una apreciación del franco suizo, que ahora se encuentra anclado por un precio mínimo de 1,20 francos que el Banco Nacional Suizo promete pagar por euros. Y desde la guerra de monedas de 2010, muchos gobiernos, principalmente el brasileño, aplican impuestos al capital extranjero y utilizan otras medidas para limitar el ingreso de capitales especulativos.

El dinero buscará la vía de la menor resistencia. Por lo tanto, las monedas de mercados emergentes y productores de bienes básicos con un régimen cambiario menos intervencionista -como el de Australia o México, por ejemplo- podrían sufrir la peor parte. El resultado sería una matriz de tipos de cambio fuertemente distorsionados, y una mayor tensión internacional, todo lo cual finalmente podría fomentar las sanciones comerciales.

Las acciones de China serán claves. En el pasado, las intervenciones del Banco Popular de China para evitar una apreciación demasiado acelerada del yuan exacerbaron la guerra de monedas inducida por la Fed. La cuenta de capital cerrada de China y su fuerte control de las tasas de cambio mantuvieron al yuan vedado para los especuladores, obligándolos a buscar monedas de naciones más pequeñas. Ahora, tras ampliar la banda dentro de la cual el yuan puede negociarse libremente, las autoridades chinas han dado señales de más flexibilidad. Sin embargo, el reconocimiento internacional que recibieron por esta "liberalización" del tipo de cambio podría ser prematuro. Beijing todavía puede componer el punto medio del nuevo rango de negociación y podría también decidir mantenerlo. La moneda china sigue demasiado controlada para ser la válvula de seguridad que necesita el mundo.

Jim Rickards, autor del libro "Currency Wars" (las guerras de divisas), cree que estamos en una fase que no es distinta a los dos ciclos previos de devaluaciones competitivas destinadas a empobrecer al vecino: el que se extendió entre la década del 20 y el 30, y el de la del 70. Depende de la Fed, afirma, evitar una repetición desastrosa al reafirmar la fortaleza del dólar y desaprobar un mayor expansionismo cuantitativo.

Podemos esperar un discurso similar a "todo depende de la Fed" cuando los ministros de finanzas y titulares de bancos centrales de los países BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- se reúnan en el marco de las reuniones de esta semana del Fondo Monetario Internacional en Washington. Pero el presidente Ben Bernanke y sus colegas de la Fed han tendido a desestimar la retórica sobre la guerra de monedas y, en cambio, argumentan que el problema radica en que los bancos centrales de los mercados emergentes prestan demasiada poca atención a la inflación y demasiada a las tasas de cambio.

Por supuesto, todo esto será discutible si la economía estadounidense sigue añadiendo empleos y si la Fed no toma nuevas medidas. Por el bien de la estabilidad mundial, el mundo completo debería rezar para que ese sea el caso.

– La economía de Reino Unido sufre su peor recaída en la recesión desde los 70 (El País – 25/4/12)

El PIB del país cae por segundo trimestre consecutivo y baja un 0,2% entre enero y marzo

El deterioro económico coincide con el final de las medidas de estímulo del Banco de Inglaterra

La industria y la construcción tiran hacia abajo de la actividad, mientras el consumo sigue al alza

La economía de Reino Unido ha arrancado 2012 agravando su deterioro, lo que ha provocado que, por primera vez desde mediados de los 70, el país entre en lo que los técnicos llaman "doble recesión" y que equivale a sufrir dos trimestres consecutivos de contracción apenas unos meses después de dejar atrás las tasas de crecimiento negativas. Según los datos difundidos este miércoles por la Oficina Nacional de Estadística (ONS), el Producto Interior Bruto (PIB) británico cayó un 0,2% en el primer trimestre, con lo que da continuidad al descenso del 0,3% registrado en los últimos tres meses de 2011.

La caída de la actividad económica en Reino Unido ha sido el resultado de una contracción del 0,4% en la industria y del retroceso en un 3% de la construcción, la mayor desde el primer trimestre de 2009. Mientras, el sector servicios, el de mayor peso, ha logrado crecer mínimamente con un exiguo avance del 0,1%. En tasa interanual, la economía británica se estancó.

El primer ministro, David Cameron, ha calificado estos datos como decepcionantes y se ha comprometido a apoyar el crecimiento sin dar marcha atrás en su programa de consolidación presupuestaria, el mayor desde la II Guerra Mundial y que está en la línea con la política de austeridad que recorre Europa. Sin embargo, las previsiones que afronta Reino Unido no son positivas, ya que si por un lado el Banco de Inglaterra tiene previsto poner fin este mes a sus medidas de estímulo, por el otro, la crisis de la eurozona, que es el principal mercado del país, lastrará sus exportaciones.

En cualquier caso, el mal resultado del primer trimestre puede animar al instituto emisor de la libra a prolongar su programa de compra de deuda. "Los malos datos conocidos hoy apoyan la opinión de que el Banco de Inglaterra podría aprobar una inyección final de 25.000 millones de libras en mayo", ha comentado a Bloomberg Philip Rush, economista de Nomura.

La mayor economía europea al margen de la zona euro encadenó seis trimestres consecutivos con caídas del PIB entre 2008 y 2009, en lo que fue la recesión más prolongada de la economía británica.

El dato "decepcionante" para Cameron, puede animar al BoE a prolongar sus ayudas

Con la confirmación de la recaída en recesión, Reino Unido se suma al grupo de países europeos que han vuelto a terreno negativo por el efecto de los planes de ajuste y medidas contra el déficit, así como por la incertidumbre que genera la falta de una salida a la crisis de deuda. También España ha pasado a formar parte de este colectivo una vez que el Banco de España ha adelantado esta misma semana que cerró el primer trimestre con una contracción de su PIB del 0,4%. A falta de los resultados oficiales que publicará el Instituto Nacional de Estadística, España ha entrado oficialmente en su segunda recesión en menos tres años después de cerrar a finales de 2009 un retroceso de 21 meses consecutivos.

Al acabar 2001, cinco países de la Unión Europea se encontraban en recesión. La oficina estadística Eurostat confirmó el pasado 15 de febrero la contracción de la economía durante dos trimestres seguidos en Bélgica, Italia y Holanda. Estos países se sumaban a finales de año a los rescatados Grecia y Portugal, donde la actividad ya se había paralizado con anterioridad.

– El Banco de Japón anuncia nuevas medidas de flexibilización monetaria (Expansión – 27/4/12)

El Banco de Japón (BOJ) anunció hoy que ampliará su programa de compra de activos en 5 billones de yenes (46.663 millones de euros) en una nueva medida de flexibilización monetaria destinada a combatir la persistente deflación.

La ampliación supone que el programa del BOJ, destinado a inyectar liquidez al sistema, se elevará hasta 70 billones de yenes (652.000 millones de euros), según un comunicado de la entidad tras una reunión extraordinaria de su junta de política monetaria.

En el encuentro, los siete miembros de la junta decidieron además de forma unánime respaldar el mantenimiento de los tipos de interés entre el 0 y el 0,1%, bajísimo nivel en el que se encuentran desde diciembre de 2008.

La institución japonesa anunció que incrementará la adquisición de bonos del Gobierno nipón de manos de las instituciones financieras para inyectar mayor liquidez al sistema bancario y fomentar la actividad empresarial.

Además, incrementará en unos 200.000 millones de yenes (1.861 millones de euros) la compra de fondos bursátiles y en 10.000 millones yenes (93 millones de euros) la de fondos inmobiliarios, según un comunicado del Banco.

El emisor nipón también ha decidido ampliar el plazo de vencimiento de los bonos del Gobierno y los bonos corporativos que actualmente adquiere dentro del programa, que pasará "de uno a dos años" a ser de "uno a tres años".

La noticia de la ampliación del programa fue bien recibida por los inversores del parqué nipón, lo que motivó que el selectivo Nikkei subiera un 1 % tras el anuncio.

El Banco de Japón (BOJ), que desde hace años tiene como objetivo frenar la tendencia inflacionista que aqueja a la economía del país asiático, estableció el pasado febrero el objetivo concreto de situar la inflación en el 1 por ciento y se mostró dispuesto a flexibilizar su política monetaria hasta alcanzar dicha meta.

Recuadro IV: La imposibilidad "competitiva" de Europa (la alquimia de Wall Street)

– La fórmula matemática acusada de destruir la economía mundial (BBCMundo – 28/4/12)

(Por Tim Hartford)

No todos los días ocurre que alguien formula una ecuación que puede transformar el mundo. Pero a veces sí ocurre, y el mundo no siempre cambia para bien. Algunos creen que la fórmula Black-Scholes y sus derivadas, ayudó a generar el caos en el mundo financiero.

La fórmula se escribió por primera vez en los primeros años de la década de 1970, pero su historia comienza muchos años antes, en el mercado de arroz de Dojima en el siglo XVII en Japón, donde se escribían contratos de futuros para los comerciantes del arroz. Un contrato de futuros simple dice que una persona acordará comprar arroz de otra persona en un año, a un precio que acuerdan al momento de la firma.

En el siglo XX, la Bolsa de Comercio de Chicago era el lugar para que los comerciantes negociaran no sólo futuros sino contratos de opciones. Un ejemplo de esto último es un contrato en el que se acuerda comprar arroz en cualquier momento durante un año, a un precio convenido con la firma, pero que es opcional.

Es posible imaginarse por qué uno de estos contratos puede ser útil. Si alguien tiene una cadena grande de restaurantes de hamburguesas, pero no sabe cuánta carne necesitará comprar el próximo año -y está nervioso de que el precio pueda subir- entonces lo único que tiene que hacer es comprar unas opciones en carne.

Pero eso genera un problema: ¿Cuánto debería estar pagando por esas opciones? ¿Cuánto valen? Es precisamente acá donde puede ayudar la fórmula revolucionaria Black-Scholes.

El precio de una hamburguesa

"El problema que trata de solucionar es definir el valor del derecho, pero no de la obligación, para comprar un activo particular a un precio específico, dentro de un periodo determinado o al final de él", dice Myron Scholes, profesor de finanzas de la Facultad de Negocios de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, y -por supuesto- coinventor de la fórmula Black-Scholes.

Una parte del rompecabezas era la pregunta del riesgo: el valor de una opción para comprar carne a un precio, digamos, de US$ 2 por un kilo depende del precio de la carne y cómo ese precio se está moviendo.

Pero la conexión entre el precio de la carne y el valor de la opción de la carne no varía de una manera sencilla. Depende de qué tan probable sea la utilización de la acción. Eso, a su vez, depende del precio de la opción y del precio de la carne. Todas las variables parecen estar enredadas de manera impenetrable.

Scholes trabajó en el problema con su colega, Fischer Black, y descubrió que si alguien tiene el portafolio de carne correcto, además de las opciones para comprar y vender carne, esa persona tiene un portafolio excelente y totalmente sin riesgos. Como ya conoce el precio de la carne y el precio de los activos libres de riesgo, si mira la diferencia entre ellos puede calcular el precio de esas opciones de carne. Esa es la idea básica. Los detalles son excesivamente complicados.

En la tienda de dulces

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
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