Síntesis histórica sobre la lucha de los Consejos Obreros
Casi poco después del surgimiento y expansión de los comités de fábrica en 1917, territorio ruso, específicamente, a dos años, a fines de 1919, se crearon en Turín, Italia, los consejos obreros, En aquella época, en el contexto geográfico nacional italiano, el peso de la clase obrera turinés era mucho más relevante para la economía de ese país que en los actuales momentos; sin embargo, la influencia del conjunto de las organizaciones obreras de Turín, sobre la totalidad del movimiento en el ámbito nacional, era muy débil, por lo que Antonio Gramsci se quejaba de que el ordine nuovo (el nuevo orden) no había tomado la iniciativa, desde un principio, de llevar a la geografía nacional su batalla política en procura de fortalecer y darle consistencia a la lucha de los trabajadores en su búsqueda de reivindicaciones esenciales. Según establece Sergio Garavini, en palabras dichas en una conferencia, durante un seminario sobre los consejos obreros, realizado entre noviembre de 1970 y enero de 1971, que tuvo como escenario el Circulo Cultural Giacomo Leopardi de Bolonia, a fines de 1919 tiene lugar en Turín un episodio significativo: los obreros rechazan la decisión gubernativa de hacer del 4 de noviembre, primer aniversario de la finalización de la guerra, un día feriado, y festejan en cambio, pero haciendo huelga, el 7 de noviembre, segundo aniversario de la revolución rusa, hecho que se convierte en un gesto de desafió que los industriales deciden recogerlo con medidas de represalia contra los protagonistas, pero que luego renuncian a ellas; en sentido preciso, se trataba de las primeras escaramuzas previas a los dos choques decisivos que se producirían el año siguiente, en abril y en septiembre. Luego, después de 18 meses, la Fiat, entre abril y marzo de 1921, despide a millares de trabajadores y clausura por tiempo indeterminado la fábrica; la organizaciones obreras no consiguen oponer un defensa eficaz, y el 25 de abril, la mayoría de los obreros no despedidos acepta, a pesar de la oposición de una asamblea de masa realizada por los sindicatos, regresar al trabajo en las condiciones impuesta por la patronal. Mientras continúa clausuradas las actividades de la Fiat, la noche del 26 al 26 de abril de 1921, grupos de descontentos incendian y destruyen la sede de la Cámara del Trabajo de Turín. Esa manifestación hace cambiar la actitud de los obreros turineses, quienes se lanzan, con los consejos obreros a la cabeza, y con enorme fuerza, a la ocupación de las fábricas como parte más avanzada y decisiva de la lucha.
Afirma Garavini que con la presencia de los consejos obreros en Turín se está en presencia de una experiencia grandiosa, pero trágicamente breve y aislada, pero que a pesar de eso, hay que atesorar y su teorización, que ni siquiera en el mismo grupo del ordine nuovo tiene un carácter unívoco. Entre la huelga de abril y la ocupación de las fábricas de mayo y junio de 1920, tiene lugar la sustanciosa polémica entre Gramsci y Tasca. Gramsci sostenía que se debía apuntar hacia la autonomía de los consejos obreros, para volver, una vez más, a partir de las fábricas, después de la derrota de abril; por su parte Tasca, por el contrario, sostenía que debía apuntar a la Cámara del Trabajo, para unir las nuevas formas a las viejas formas predominantes en el movimiento, privilegiando en primer lugar sindicatos y Cámara del Trabajo. Sin embargo, colateral a esa discusión, se fue consolidando el hecho decisivo de que la clase obrera turinesa vivió, en la experiencia de los consejos y en la durísima lucha por afirmarla y defenderla, una extraordinaria intuición revolucionaria.
Relación entre los Consejos de Fábrica, los Consejos Obreros y las nuevas formas organizativas que postula la Revolución Bolivariana
Claramente resalta el hecho indiscutible de que los cambios fundamentales que se han dado en la relación obrero-patronal emanan de las orientaciones de procesos revolucionarios. En esa línea de conducta, las nuevas concepciones sobre la organización de los trabajadores como elementos insustituibles en las relaciones de producción, y las organizaciones de base en el plano comunal tienen semejanzas resaltantes con las organizaciones nacidas al rescoldo de la revolución de 1917 que dio al traste con la aristocracia zarista.
Por una parte, los consejos comunales, admitidos como células primarias de la organización social de la población, salvando la distancia en el tiempo y las nuevas ideas que va cosechando el proceso civilizatorio, al igual que los consejos ejecutivos soviet, tienen como objetivo principal liquidar viejas estructuras organizativas burguesas que privilegian la conducta de determinados grupos sociales. Pero en la definición de los consejos comunales y en su estamento jurídico se le otorga a éstos una participación decisiva en la administración de recursos financieros y económicos provenientes del tesoro público, que los lleva a asumir papel protagónico en la conducción de la administración pública a niveles comunales. Se busca con esa metodología dar por concluida la vigencia de estructuras organizativas como las juntas comunales, cuyas funciones, de acuerdo a los nuevos esquemas que se manejan, están diametralmente opuestas al proceso revolucionario.
En cuanto a la organización de la masa obrera, el planteamiento de la revolución bolivariana, tomando como guía a los consejos obreros y los comités de fábrica en lo atinente a la lucha de clases, acepta y amplía la tesis de la participación de los obreros en las distintas instancias de administración de la empresa, avanzando un poco más allá, hasta ciertas formas de cogestión y de autogestión, formas administrativas de la empresa a la que todavía no se ha llegado, pero sí a la participación en la toma de decisiones para la administración de la empresa. Se establece que por esa vía se avanza con aceleración hacia el establecimiento y consolidación del socialismo conforme a los preceptos de la revolución bolivariana.
Queda así entendido que las nuevas formas de organización social del pueblo venezolano no son copia fiel y exacta de aquellas surgidas de la revolución, si van aparejadas en intensión de superar estadios en la organización de las masas populares en función de que tomen en sus manos la conducción de su propio proceso histórico y se propongan diseñar y establecer una sociedad que opere bajo los dictámenes de la igualdad y la solidaridad. Por cierto que el en planteamiento de una nueva forma organización en las bases obreras está lejos de exigir la liquidación inmediata de la participación sindical, sino establecer con respecto a ellos una línea diferenciadora que apunte hacia la doctrina socialista.
Expansión geográfica de los Consejos Obreros en el ínterin de las dos Guerras Mundiales
Como ya se dijo, los consejos obreros nacieron, básicamente, en la ciudad de Petersburgo. Surgieron de forma espontánea dentro del seno del movimiento obrero. Refiere Lucio Cornelio, un estudioso a profundidad de la historia de los consejos obreros y de las organizaciones autogestionarias en las empresas, que los partidos revolucionarios existentes en Rusia para el año de1905 nada tuvieron que ver con la creación de tales consejos. Ellos nacieron espontáneamente, adoptando, en cierta forma, principios bajo los cuales había surgido la Comuna de Paris unas cuatro décadas antes. Los consejos (soviets en ruso) irían a tener presencia, primero en Rusia y luego en toda la Europa central de cultura germánica y en Italia.
Los consejos en Rusia
Hablando sobre ese proceso de expansión, dice Cornelio, que en Rusia los consejos permitieron a los bolcheviques tomar el poder en su nombre, conforme a la doctrina leninista expresada desde 1902. Según su relato, los consejos territoriales fueron rápidamente influenciados por los bolcheviques, pero no así los consejos de fábricas como entes con tendencias a la autogetión. "Si los bolcheviques domesticaron bastante fácil a los consejos territoriales –afirma Lucio Cornelio-, solo en el curso de una larga pudieron liquidar a los comités de fábrica (consejos de autogestión de las fábricas), lucha que duró desde 1918 a 1921. En efecto, para disolver estos comités, Lenin los hizo fusionar autoritariamente con los sindicatos". Queda así establecido que los consejos de fábrica habían tomado un poder bien sólido y se habían constituido en el centro de aglutinación y motivación de una amplia franja del movimiento obrero de la Rusia revolucionaria y representaban, a su vez, la esencia o el núcleo de proceso revolucionario.
En el planteamiento leninista, que sostenía el mandato de fusionar a los consejos con los sindicatos, se había obviado, tal vez por falta de precisión en ese sentido, la posibilidad de una influencia de los consejos sobre los sindicatos; y esa influencia se concretó: los sindicatos se vieron contaminados por el virus autogestionario, y algunos de éstos tendieron a mantenerse en una línea de independencia de las directrices del poder central. Dicho en estos términos, pareciera que el poder central de la revolución rusa estuviera en contra de los obreros en su pretensión de controlar las fábricas; las cosa no iban por ese lado, la idea era que la libertad de los obreros, en sus intenciones autogestionarias, fueran encausadas de acuerdo al cuerpo doctrinario emanado del poder central. Entonces, para lograr una disciplina de adhesión a ese cuerpo doctrinario se hacía imperioso liquidar a los sindicatos independientes pero, en el plano de la realidad, dichos sindicatos por altos personeros del partido bolchevique, lo que permitía que los planteamientos del los obreros llegaran a las instancias de dirección del partido.
Frente al auge tomado por el movimiento obrero revolucionario, y tratando de constituir una dirección política mucho más monolítica, con un solo eje de orientación, en el X Congreso del Partido bolchevique, el debate estuvo centrado en el asunto obrero. Porque la oposición obrera a un solo eje de dirección en materia sindical exigía que el partido dejara o confiara la gestión económica, en las fábricas, a los sindicatos; es decir, a los comités y consejos de fábricas. En ese ambiente apareció la consigna: "Todo el poder a los soviets (los consejos) y no al partido".
La tarea por someter a los sindicatos y consejos obreros tuvo relativo éxito que dio pie al fortalecimiento y preponderancia del Estado frente al resto de la sociedad. Sin embargo, una sostenida resistencia denominada "consejista" se mantuvo en la región de Ucrania. Los ucranianos reivindicaban la vigencia de los consejos de fábrica y los consejos obreros, forma tal que esta posición chocaba contundentemente con los propósitos del gobierno central. Al referirse a ese hecho, Lucio Cornelio, expresa: "La revuelta ucraniana (1918-1921) aparece por lo tanto como una insurgencia "consejista" de la nacionalidad, eso por su aspecto anticentralista y antiautoritario; en cuanto a su forma "consejista", no la encontró en las modernas condiciones de la gran industria sino en los recuerdos de la comuna aldeana y de las comunidades cosacas". Se establece, pues, que los consejos de obreros y de fábricas fueron formas organizativas sociales con amplia posibilidades de convertirse en una fuerza transformadora de las condiciones sociales muy poderosa.
Los consejos en Alemania y el resto de Europa Central
Siguiendo la corriente de análisis del proceso de formación y auge de los consejos de fábricas y de obreros que hace Lucio Cornelio, al tocar lo concerniente a la aparición de éstos en Alemania y Europa Central, podemos admitir que, después de Rusia, el segundo país donde el poder de los consejos se hizo sentir con contundencia fue Alemania; y luego tomaría espacio en Hungría y Austria. En Alemania, los dirigentes del Partido Comunista, que había sido creado en 1919, ocuparon una posición evidentemente en las antípodas de los rusos. Una de las dirigentes de ese proceso de mayor relieve en la oposición a la concepción partidista rusa, fue Rosa Luxemburgo, quien marcaba distante de Lenin respecto a la naturaleza del partido y sobre el papel de los consejos. Tuvo que acontecer el asesinato de Luxemburgo y centenares de sus camaradas para que el Partido comunista alemán fuera bolcheviquizado y alineado a Moscú, pero tal circunstancia no frenó el avance de los consejos en sus pretensiones de manifestarse con contundencia.
Como había sucedido en Rusia, testifica Cornelio, en Alemania los consejos locales fueron velozmente disueltos por el gobierno central y sólo quedaron los consejos de fábricas librando la lucha, encontrando apoyo en una organización nacida de la fractura del Partido Comunista Alemán fundado por Rosa de Luxemburgo. Dicha organización denominada Partido Comunista Alemán Arbeiter, la cual, a su vez, estaba apoyada sobre otra organización de extremado empuje: una Federación de Consejos de Fábrica. El apellido Arbeiter provenía de un obrero que había luchado con tenacidad por mantener la importancia de los consejos por encima del partido, en ese empeño había dado su vida.
Doscientos mil obreros se reagruparon en la alianza constituida por el Partido Comunista Alemán Arbeiter y la Federación de Consejos de Fábrica, pero era una cantidad bastante inferior a la que tenían los sindicatos socialdemócratas que agrupaban dos millones de obreros. A juicio de Cornelio, esa diferencia numérica tal vez explica el porqué, cuando la revolución se reanuda en Alemania, el Partido Comunista Alemán Arbeiter se le hace imposible jugar allí un papel hegemónico, y los factores revolucionarios que representaba son vencidos, fundamentalmente en Berlín.
La reducción de las fuerzas revolucionarias, impulsadoras de la idea de los consejos territoriales, obreros y de fábricas en el ámbito de influencia de Berlín, ocasionó la pacificación de casi toda Alemania, pero entonces en Baviera se fortaleció el planteamiento, bajo la dirección de Landauer, de entregarle el poder a los consejos y se estableció una política neutralista y separatista. Este gobierno consejista bávaro fue abandonado por las fuerzas reaccionarias del campo o medio rural y eso ocasionó su debacle. A pesar de esa situación, en Munich (otra ciudad alemana) los obreros tomaron en sus manos directamente, durante diecinueve días, la completa administración y defensa de la ciudad (este gesto fue denominado la segunda comuna) sin la ayuda de ningún partido político ni grupo de dirigentes. Así, los consejos que jamás tomaron el poder en Berlín, si lo tuvieron en Baviera de forma total.
En aras de la verdad, la región de la Baviera alemana tendía más a identificarse con Austria, y allí los austro-marxistas, teóricamente, se ubicaban al lado de los consejos que, luego del hundimiento del imperio de los Hausburgo, tomaron, pacíficamente, el poder en las grandes ciudades. A criterio de Lucio Cornelio, los consejos hubieran podido tomar el poder a escala de la república por la vía violenta, cosa que no hicieron porque, aun favorables a los consejos, éstos desconfiaban mucho de la espontaneidad de los obreros; Max Adler, uno de los dirigentes consejistas, pensaba que no se debía admitir en los consejos más que a los obreros ya educados; es decir, inscritos en el Partido Socialista; pensamiento que contrastaba con aquel que tendía a separar la acción de los consejos y los sindicatos de la de los partidos, postulando el criterio de que "la única escuela para el proletariado es la misma revolución y que las lecciones de los partidos a menudo van en muy otro sentido".
Precisando cómo se agota el poder de los consejistas, es bueno recurrir textualmente a lo dicho por Lucio Cornelio al respecto:
"Los austro-marxistas se contentaron por tanto con esperar obtener
la mayoría en las elecciones nacionales. Mientras tanto los soviets
(consejos) iban a morir en Baviera y en Hungría. Sin embargo,
tanto en Hungría como en Baviera habían tomado el poder y habían
nombrado un gobierno consejista compuesto de comunistas y de
socialdemócratas. A la cabeza de este gobierno estaba el comunista
Bela Kun. El imperialismo francés, victorioso en la región, lanzó los
ejércitos rumanos y checoslovacos contra Hungría. Después de algunos
reveses, los pequeños "ejércitos rojos" de los consejos retomaron la
ofensiva y entraron en Eslovquia. Entonces Bela Kun cometió un grave
error: fiándose de la promesa de Clemenceau aceptó el armisticio que
éste proponía a cambio de la neutralidad rumana. El resultado no se
hizo esperar; los rumanos atacaron por sorpresa librando el terror blanco
a Budapest e imponiendo allí el regente Horty (el futuro aliado de Hitler).
La historia tiene sus casualidades: los consejos alemanes que tenían
Líderes de genio como Rosa Luxemburgo los dejaron asesinar; en Hungría
Pusieron al frente de ellos a un imbécil (según una de las "palabras" de
Lenin contra Bela Kun) que acarreo su perdición. El marxismo más que
Ninguna otra teoría todavía no ha elucidado el problema entre las
Individualidades (los hombres célebres, grandes o pequeños) y las masas".
Los consejos en Italia
El ambiente donde se gestaron los consejos en Italia fue toda la geografía norte del país. Surgieron en torno a la Fiat, del proletariado que se había aglutinado alrededor de esa gran fábrica. Fueron producto de la transformación de un organismo que previamente venía colaborando con el patrón: la comisión interna; al liquidarse ésta, aparecieron los consejos, expandidos por todo el Norte, sobre todo en el eje Turín-Génova-Milán, desde donde se esparramaron por todas las instalaciones industriales.
Establece Lucio Cornelio que en Turín, los obreros no solamente ocuparon las fábricas sino que volvieron a poner en marcha la producción. La revolución preció inminente después de ese suceso; los consejistas de Turín reagrupados alrededor del diario Ordine Nuovo (Nuevo Orden), incluyendo a los comunistas (entre ellos a Gramsci) y a los anarquistas, llamaron a un congreso nacional de los consejos, iniciativa que los sindicatos y el Partido Socialista sabotearon, lo que permitió al gobierno italiano atacar mediante el envío de 20.000 hombres enviados desde Génova en barcos de guerra, quienes ocuparon la ciudad y marcharon sobre Turín; frente a este hecho, los obreros se vieron precisados a entregar las fábricas.
Muy importante resaltar que jamás el gobierno italiano hubiese podido reclutar en el Norte un contingente de soldados y carabineros de esa cuantía, encargados de reprimir a sus hermanos de clases en esa situación de organizarse para la lucha reivindicativa del poder de los obreros sobre el factor patronal, o más aun frente al capital. El gobierno tuvo necesidad de reclutar esos hombres en el ejército del sur del país, y eran personas extremadamente más pobres que los obreros de la Fiat. Es imperativo hacer aquí una aclaratoria. En Italia, el Norte y el Sur son ambientes geopolíticos con marcada diferencia a pesar de tener una unidad étnico-lingüística; esa división se ha mantenido hasta nuestros días.
Los consejos en España
Se establece que en España la idea de los consejos se concreta o pone en movimiento en el lapso de tiempo 1934-1937; es decir, varios años después de haberse experimentado en otras regiones de Europa, en pleno apogeo de los movimientos contrarevolucionarios ya fortalecidos por las tareas de domesticación llevadas a cabo por el régimen stalinista y los reformistas, así como también por la acción del fascismo. En ese marco histórico de casi mediando la primera mitad del siglo XX, quienes en España alzan el estandarte de los consejos son los anarquistas que habían tomado posición hegemónica desde la I Internacional.
Siguiendo el curso discursivo de Lucio Cornelio, adoptamos la opinión histórica de que en España fue creada, en 1911, la Central Nacional de Trabajadores (CNT)que reagrupó a todos los trabajadores libertarios sobre la base de un comunismo "autogestionario". Peor esta CNT con su millón y medio de trabajadores comenzó a presentar, desde muy temprano en su creación, riesgos de desviación reformistas en su seno. Para conjurar esos riesgos se fue solidificando la idea de una vanguardia proletaria. Asumida esa idea como camino de salvación para el movimiento obrero proletario, en 1931, se crea la Federación Anarquista Ibérica (FAI) que comenzaba sus funciones con la alta responsabilidad de orientar ideológicamente a la CNT. Fue algo exitosa la FAI y ello impidió que los reformistas controlaran la CNT y permitió que los anarcosindicalistas españoles triunfaran en los aspectos que sus homólogos del resto de Europa habían fracasado. Bajo la dirección de la FAI, se celebró en Zaragoza (1936) un congreso de trabajadores que, se dice, votó el mejor programa proletario que una organización sindical hubiera concebido hasta entonces. Le tocaría a la base obrera proletaria poner en práctica ese programa.
En apretada síntesis del relato de Cornelio al referirse a la forma como se fueron desarrollando los hechos después del congreso obrero de Zaragoza, podemos decir que advino la sublevación de Francisco Franco y Bahamonde contra el gobierno republicano del Frente Popular. El "putch" militar de Franco debía triunfar inmediatamente, según sus planes, pero la enraizada propaganda anarquista que venía en marcha desde hacían veinte años contuvo un poco el empuje del franquismo. El contingente de obreros anarquistas se plantó masivamente contra los oficiales putchistas y las masas se armaron contra las mismas órdenes del gobierno del Frente Popular. La necesaria revisión estructural del gobierno evitó que la insurrección franquista fuera liquidada al momento. La marina, que se había amotinado con el ejército, había creado consejos en las grandes unidades de la flota; los cruceros "rojos", que así se les llamaban, hubieran podido impedir a los franquistas pasar a las costas sur de España a través del estrecho de Gibraltar, pero el gobierno del Frente Popular se opuso a tal campaña, lo que resultó en una falla de estrategia militar de vastas consecuencias negativas. Eso, que fue calificado como una falta de pulso en la conducción de la situación de guerra por parte del gobierno del Frente popular, unificado a la falta que ya el anterior gobierno republicano había cometido: la negativa a dar autonomía a los países vascos, cuando se le había concedido a Cataluña, acarreó la adhesión de Navarra al levantamiento franquista y les permitió instalarse con las mejores condición allí, en esa provincia rural de Euzkadi.Sud. De esa manera, los ejércitos franquistas: Tercio y Moros, llegados de Marrueco, y los "requetés" navarros armados por Mussolini, "Convergieron en columnas motorizadas para encontrarse en Madrid. Se sabe cómo el proletariado madrileño repelió espontáneamente la invasión de 1936 mientras el gobierno del Frente Popular huía hacia Valencia".
Franco, con la acción belicista de los ejércitos Tercio y Moros, en su avance hacia Madrid, logró cortar al país en dos: de un lado, las dos provincias vascas industriales, que se habían declarado autónomas, y Asturias; por otro lado, Castilla y Cataluña. Según relatos de los más allegados a Francisco Franco, su plan consistía en, una vez reducido Madrid, hacer los mismo con los vascos primero y luego con los asturianos; contra los vascos para lograr el control del parque industrial de Bilbao y de las industrias elaboradoras de material de guerra. El resto del territorio, que no estaba en el eje dividido por Franco, seguía bajo control de los republicanos. En el eje dividido por Franco, Castilla estaba en manos de los comunistas y de los socialistas, que libraban una guerra convencional contra los franquistas, mediante la acción de ejércitos regulares, mientras que Cataluña estaba bajo control de los anarquistas que estuvieron muy cerca de aniquilar el plan fascista.
Mientras la lucha se daba en los términos señalados, en la región de Barcelona se crearon consejos obreros y autogestionarios en las fábricas. Entonces, para paliar la falta de armas que el gobierno no podía suministrar, los consejos lograron convertir la industria textil de Barcelona en industria de armamento; al tiempo que todo el pueblo fue organizado en milicia. La FAI jugó, en esa circunstancia, un papel de primera línea creando las "Columnas", compuestas por 5.000 voluntarios cada una, que emprendieron acciones para liberar a Aragón. El eslogan de las Columnas era: "Vamos a Liberar a nuestros hermanos de Zaragoza", pero también llevaban otro objetivo: implantar el comunismo en las zonas liberadas a su paso. Se dice que, cuando la columna "Durruti" –nombre dado a una de las formadas- tomaba algún pueblo, se reunía a los campesinos y se les preguntaba sobre quiénes eran los fascistas del lugar, y éstos eran capturados y fusilados; luego la columna volvía a partir.
Enfatiza Lucio Cornelio que los campesinos de Aragón, obreros agrícolas de los latifundios, "no tenían ningún instinto de propiedad, además estaban educados por decenas de años de propaganda libertaria y de acción directa. Desembarazados de sus señores, fundaron espontáneamente colectividades autogestoras. A veces, la repartición de los beneficios se hacía con la ayuda de un "salario", igual para todos, bajo la forma de bonos; a veces sin moneda alguna la gente tomaba lo que quería -o necesitaba- del almacén comunal". Estaba claro que la limitación para hacer uso de los bienes comunales era de existencia nula. En resumen, a pesar de todos los esfuerzos realizados por los anarquistas consejistas y con tendencia autogestionaria, el franquismo triunfó y el general Francisco Franco fue investido con la autoridad del mando supremo de la nación española. Los consejos fueron desechados como mecanismo en la relación de producción.
Compromiso del nuevo elemento patronal
Conforme a la nueva concepción organizacional que impulsa la revolución bolivariana, tanto en la conducción de la empresa en el sector privado como en el sector público, la nueva gerencia, como representación de la estructura patronal debe orientar sus pasos hacia la comprensión del propuesta socialista e internalizar las sugerencias para darle vigor a la idea de la participación activa y efectiva de los obreros en las decisiones administrativas de la empresa.
La instancia patronal, bajo la orientación de la revolución bolivariana, tiene el imperativo de ir hacia una comprensión más humana en las relaciones obrero-patronal, y de entender que se avanza hacia una transformación que tiene entre sus metas fortalecer a la masa obrera para que se constituya en palanca fundamental del cambio social. Esto supone que la parte patronal de la empresa debe abrir las puertas de su entendimiento captar, con precisión, el nuevo esquema de organización que se pretende transitar y que reclama una postura de compromiso, si no incondicional, por lo menos sostenido en el tiempo. No es posible caminar hacia una nueva forma de organización en las relaciones de producción, que consolide las posiciones del socialismo, si el andar tropieza con obstinadas posturas de una de las partes del andamiaje.
En ese orden de ideas, la parte patronal debe hacerse eco de la tesis impuesta por la ideología socialista de que el capital debe subordinarse a la fuerza de trabajo para que ésta obtenga mayores beneficios en su empleo. Para que la fuerza de trabajo tenga iguales o mayores beneficios que el capital, visto que ella está emana de una fuente de carácter humano que, por naturaleza, merece respeto en el mantenimiento de su dignidad.
Apuntes sobre el sentido social de la contratación colectiva
Como su nombre lo dice, en términos generales, el Contrato Colectivo que se establece entre una determinada empresa y sus trabajadores, no es más que las especificaciones o normas de relación que deben cumplir las partes para que la prestación del servicio se ejecute positivamente; dichas normas deben ser el resultado consensuado de un diálogo armonioso entre las partes. Hay que entender que tal diálogo tiene fundamento legal en la Ley Orgánica del Trabajo; de allí que el nombre más científico del Contrato Colectivo es: "Convención Colectiva de Trabajo". Desde ese enfoque, toda Convención Colectiva de Trabajo es moralmente aceptable cuando apunta a solventar cuatro aspectos de primer orden para la integridad física y psíquica del trabajador, que son:
1.- Aspecto económico o remuneración monetaria por el servicio prestado. No olvidemos que la fuerza, dado en una relación obrero-patronal, viene a ser una mercancía que una persona vende a otra o a un ente colectivo denominado empresa. Por esa razón tal mercancía es cotizada de acuerdo a la oferta y la demanda, pero con la circunstancia que la mercancía involucra a la persona humana, que desde el punto de vista social, filosófico y teológico se hace merecedora de un alto respeto a su dignidad; entonces, por exigencia natural, la fuerza de trabajo debe ser bien remunerada. Se entiende por bien remunerada que la contraprestación por el servicio permita a la persona humana rehacer sus energías y revitalizarse en un ambiente óptimo de salud física y mental. Eso implica buena vivienda, saludable alimentación, adecuado vestido, recreación sana y oportuna.
2.- Aspecto sanitario. Si la fuerza de trabajo proviene de un ente humano en cuyo ejercicio y cumplimiento se agota, es responsabilidad de quien recibe el servicio garantizar la reposición de las energías de la fuerza de trabajo, hecho que va a redundar en su propio beneficio, porque permitirá mantener un elemento básico, quizás el más importante, en óptimas condiciones de operatividad, lo cual es garantía de que el proceso productivo se mantendrá constante en el tiempo.
3.- Aspecto formativo. Es sumamente importante que dentro un proceso productivo que requiera la intervención de elementos humanos, éstos sean sometidos a constantes procedimientos de formación para revisar, reactualizar y ampliar conocimientos, técnicas y destrezas. Es la forma más expedita de garantizar la adaptación de la empresa, u organismo al ritmo de los adelantos tecnológicos. De no ser así, la empresa u organismo corre el riesgo de quedar rezagada en el proceso productivo que le es propio y sufrir las consecuencias de tener que salir del mercado por falta de capacidad competitiva.
4.- Aspecto recreacional. De incalculable valor social el que se le conceda tiempo al trabajador y se le estimule para que recurra a actividades recreativas de tipo cultural, deportiva y cualquier otra índole que sirvan para potenciar su condición física y psíquica. Es necesario tener presente que todo elemento que forme parte de un proceso productivo, ya sea una maquina o ser humano, tiende a sufrir desgaste que deber ser reparado con la mayor urgencia para que la producción continúe su ritmo dentro de las expectativas asumidas. En ese sentido, la recreación es un factor coadyuvante de primer orden.
Visto así, las Cláusulas que, dentro de la Convención Colectiva de Trabajo, apunten a fortalecer el logro de reivindicaciones como las indicadas, revisten carácter prioritario para su atención y acuerdo; por supuesto, conforme a la disponibilidad de recursos con que cuente la empresa. Además, la atención a esos puntos básicos que tienden a mejorar y potenciar al elemento humano interviniente en procesos productivos va en consonancia con los postulados socialistas, y a los fines del planteamiento ideológico que emana desde el gobierno, se constituyen en plataforma fundamental para el sostenimiento de las ideas del Socialismo del Siglo XXI.
Conforme al esquema pergeñado, a la Empresa le corresponde, no solamente acordar y dar los beneficios que se pauten en la Convención Colectiva de Trabajo, sino algo de importancia mayúscula: vigilar celosamente de que el elemento humano interviniente en el proceso productivo haga uso racional de las reivindicaciones en función de recuperar exitosamente las condiciones normales de la fuerza de trabajo. Estos es, que el elemento humano tenga excelente calidad de vida, que se mantenga en adecuado equilibrio físico-psíquico; lo que significa, en cierto modo, que los beneficios deben extenderse hasta su núcleo familiar cercano que es el centro más propicio para la repotenciación y recuperación de la fuerza de trabajo, Hay que tener en cuenta que, según recientes estudios sobre la conducta humana en su relación con el medio ambiente, la armonía y buenas condiciones de vida del núcleo familiar de las personas es un apoyo irreemplazable a los fines de la reproducción social.
Para una adecuada gestión en el tratamiento y orientación de los recursos humanos dentro de la empresa, es imprescindible que la persona encargada de dirigir el proceso tenga, en su bagaje de conocimientos, una aproximación, pudiéramos decir, al carácter psicológico de los componentes del grupo humano con el cual está relacionándose. No es que debe inmiscuirse en los problemas personales de quienes están bajo su conducción en el hecho laboral, sino que está en la obligación, aun cuando suene un poco desproporcionado, de tener ese conocimiento y ponerlo en práctica para poder ayudar, en un momento dado, a que el trabajador siga la senda de los buenos propósitos como forma de mantener el principio de conservación de los núcleos familiares; tal condición sería de gran utilidad a los fines de una excelente convivencia laboral y, por supuesto, sería una palanca extraordinaria para una optima producción conforme a los objetivos de la empresa.
Algunos conocimientos que sobre el factor humano debe poseer el responsable de la acción patronal
Como el contexto geopolítico a que se refieren estas reflexiones corresponden al plano general de la geografía venezolana, aun cuando hemos venido hablando de las relaciones laborales dentro de la empresa Puertos de Sucre en su localización específica de Cumaná; una fuente bastante confiable para una, digamos, radiografía del venezolano nos la entrega el profesor Rafael Carías en su obra, que es producto de una investigación de varios años, muy bien lograda: ¿Quiénes Somos los Venezolanos? En ella nos presenta, con aproximación muy precisa, algunas de las características más definidas del venezolano, partiendo de la afirmación de que una antropología cultural de este gentilicio debe tomar en cuenta los factores dominantes que subyacen en su modo de ser y componen lo distintivo que lo tipifica y diferencia de otros representantes de áreas culturales afines en cuanto a idioma, religión, moda, inclinación culinaria y predisposición a las ayudas farmacológicas, en el ámbito del espacio americano.
Previo lo dicho, tomaremos de la obra del profesor Carías, en apretada síntesis, algunas notas de los Capítulos II, que habla del carácter humanitario del venezolano; el III, que discurre sobre el problema de la inmadurez emocional del venezolano y el IV, que se refiere a la excesiva protección que siempre busca el venezolano.
Según el profesor Rafael Carías, el venezolano se expresa y se conoce por su invariable tendencia a:
1.- La Generosidad
El venezolano está acostumbrado a gastar dinero, se exime de ser catalogado como "tacaño"; en ciertos casos un señalamiento de esa naturaleza le crea malestar. Hospitalidad, exhibición de gran hombre, hacerse el caballero, son actitudes que le fluyen fácilmente cuando se encuentra con dinero en el bolsillo. La previsión para el futuro próximo o lejano no impide el gasto. "Eso es por mi cuenta", es la expresión más común cuando sabe que puede responder con dinero; así, llega a una posición ostentativa y social que refuerza el sentido de la camaradería. Al venezolano le satisface gastar acompañado, es renuente a gastar solo, sino que convida y brinda: hoy por ti, mañana por mí, es en él como una profesión de fe. "El que brinda hoy –afirma Carías- quedará rápidamente sin fondos y pasará a ser un participante más, arrimado más junto frente a otro entusiasmado convidante. Así se cambian los papeles y todos toman parte del mismo juego". Con esta forma de actuación, se precisa, evidentemente, que el dinero pasa al campo del disfrute colectivo; se establece como bien perteneciente de todos cuantos componen el grupo en ese instante.
Carías indica que ese comportamiento de generosidad se eleva por encima de las necesidades de seguridad que debe sustentarse en el ahorro y dejan aflorar sentimientos como el sentirse grande, el hacer feliz a los demás, el verse satisfecho por la felicidad evocada, el adquirir fama de generoso, el no tolerar el sufrimiento de los demás. En Venezuela esta generosidad, con tendencia al derroche, es visualizada en todas las capas de la sociedad.
Resumiendo, según lo enfatiza el profesor Carías, el venezolano tiene una filosofía del dinero, del trabajo y de las cosas materiales muy distinta de la procedente del mundo mercantilista e industrial. "No le da al dinero el valor de producción (capital par la industria) ni de cambio de bienes materiales (comercio). El dinero es primordialmente para satisfacer las exigencias de un yo espiritual que busca comunicarse y trascender. Los bienes no son para guardarlos (el futuro es hoy) sino para desplegarlos aquí y ahora. Morir pobre no es ninguna tragedia, porque los bienes se han de quedar. Lo ilógico está en morir rico, porque esa riqueza quedaría frustrada". Así opera la mentalidad del venezolano, lo que hace resaltar en él la condición de antiparabolismo frente a la incertidumbre.
2.- La Ternura y el Rigor
Analizando esas dos condiciones, que van estrechamente ligadas con el proceder del venezolano, el profesor Rafael Carías, comienza planteando que la protección y defensa al niño, a pesar del pronunciado desmembramiento, en muchos casos, de la familia como núcleo fundamental de la sociedad y como estructura social cohesionadora del grupo, va a influir positiva y negativamente en su carácter, lo va a hacer menos agreste pero también le va a conferir un carácter delicado y caprichoso; resultando una ambivalencia que es prevista por la familia, la cual se esmera en evitar que el niño le salga "malcriado"; en esa función de evitar va a ubicarse entre la ternura y el rigor.
La ternura para con el niño es practicada durante los primeros meses de su existencia. El hombre del trópico tiene tendencia a manifestarse con suavidad y dulzura hacia sus hijos mediante la palabra: "Con voz suave y serena se dirige la palabra espontáneamente al niño repitiendo los mismos sonidos. El niño comprende que se le toma en cuenta, y que el afecto y el respeto se expresan en una voz casi silenciosa". En cambio, subir la intensidad de la voz produce un efecto desagradable. Subir la intensidad de la voz cuando se le dirige la palabra produce un efecto similar a un golpe.
El campo del afecto tiene algunas variantes: Una, cuando el niño se cree desatendido, llora y atrae la atención hasta ser satisfecho en sus deseos. Otra, se evidencia cuando el niño se aparta de la norma impuesta; al intentar hacerlo tratan de impedírselo, entonces comienza a llorar y vuelve a intentar apartarse de la norma, en este trace viene una prohibición más fuerte que incluye regaños. En este momento de la actuación, el niño pasa a comprender que él se ha convertido en elemento perturbador del ritmo de tranquilidad que exige el juego del afecto. En criterio de los entendidos en la materia tratada, a esta actitud de rebeldía contra el orden y la normalidad del juego de afectos se le llama malacrianza. Debemos saber que el clima de ternura tiene su límite, y el aceptar las normas con naturalidad, dentro de las expectativas de comportamiento adecuado, es la "buena-crianza" que se patentiza en el dominio propio, el saber conformarse y manifestarse con cierto estoicismo silente; los desahogos rabiosos son mal vistos.
En postulado de una buena educación, se entiende que el buen criado no queda al descubierto delante de un tercero, no sale ante otros con una "malacrianza"; es de entender, murmullos, desplantes, mal gesto. Resultaría culposa una falta en ese sentido, ya que la norma de buen comportamiento tiene también una connotación moral´
Se entiende, de lo expresado, que la educación temprana del niño viene a constituirse en el fundamento primordial del comportamiento social aceptable del adulto. Desde ese punto de vista, es inobjetable el planteamiento que sobre el comportamiento del trabajador u obrero venezolano, hace el profesor Carías, en la descripción siguiente:
"Esta característica educativa del venezolano destaca más en el contraste con las expresiones espontáneas y fuertes del hombre de otras culturas. Escenas como la que sigue tiene lugar en los sitios de trabajo donde los obreros son del país mientras el boss proviene de otras latitudes. Los contratiempos frecuentes hacen explotar a ese boss en grito, maldiciones y exclamaciones. El resto de los trabajadores parece en comparación un pequeño rebaño que se ocupa de otra cosa. No hacen coro, no corren, no gritan, se limitan a sonreír".
3.- Protección al Pequeño, al más débil
Existe una posición que surge del campo de la psicología, según la cual, al venezolano se le considera como un niño grande, consecuencia de haber tenido una niñez demasiado protegida. En realidad, como se ha dicho, la actitud del adulto tiene su raíz en el trato recibido cuando pequeño. De ese proceso de enseñanza en la niñez deriva la actitud fundamental de ser sensible ante la debilidad humana y de adoptar una actitud de defensa para el débil amenazado. En términos concretos, dentro del grupo familiar o social, el débil e, ante todo, el niño. Por su sola existencia, el niño es acreedor a la hospitalidad, el techo y la comida; de allí que la imagen del niño abandonado es siempre censurada. Dice el profesor Carías que esa superprotección al niño tendrá consecuencias en su seguridad posterior, en la indecisión y búsqueda de un ambiente protector: el círculo de amigos, el club social, el partido político.
Siendo que la cultura latinoamericana se manifiesta por su suavidad en el trato, sobre todo y fundamentalmente en la crianza de la prole, la pregunta que se hacen quienes se han dedicado al estudio del comportamiento humano en esta parte del mundo, es: ¿Cuál es el origen de esa actitud dirigida a proteger al niño, y por consiguiente al más débil que está acendrada en la cultura latinoamericana? La respuesta que se dan es que, en general, la cultura latinoamericana es suave: voz baja, paciencia, silencio, que contrasta con la de personas de otras latitudes que tienen cultura duras: increpaciones, desplantes, truenos y aristas fuertes, En esa culturas la voz y la mano dura caen sobre el niño quien siente los golpes y oye la interjecciones densas. Pero es el caso que muchos de esos hombres de culturas duras vinieron a poblar el continente americano. En este punto vuelven preguntas: ¿De dónde le viene la suavidad que caracteriza el acento latinoamericano? ¿Por dónde transitó, que de paso se suavizaron las aristas? Al parecer, una de las vías hacia esa transformación fue la no-resistencia indígena que hizo del hombre criollo un gritón sin respuesta, por lo que hubo de bajar la voz. Los gritos no encontraron eco, se fueron perdiendo mientras eran absorbidos por el tamiz de la timidez, de la indiferencia y el fatalismo. En esa onda de análisis, Rafael Carías mantiene su criterio de que:
"En la dialéctica amo-esclavo del contexto latinoamericana el amo adquirió la languidez y lentitud del esclavo. Amo y esclavo fueron subyugados por la geografía. El nuevo mundo es inmenso y esa inmensidad sobrecoge con su naturaleza siempre fresca, verde y tenue. No hay sequedad ni aridez. No se cultivaba en suelo de piedras, mil veces arado, trabajando contra el tiempo para hacer provisiones para la época de frío y tempestad. Aquí la naturaleza sale al encuentro de manera imperceptible y cálida. La naturaleza le tendió la mano al hombre, le ofreció sus frutos sin sorpresas ni imprevistos y lo asimiló a su imagen y semejanza: el hombre homogéneo, lánguido, suave del trópico, perdidas las aristas de su voz, de sus gestos y de su corazón".
4.- El Humor en el Venezolano
Al abordar este tema es importante hacer unas consideraciones previas en torno al concepto "humor", antes de referirnos a él adosado a la naturaleza y carácter del venezolano. Desde ese encuadre, hay quienes dicen que el humor es propio de los pequeños; es decir, de los que sufren.los que lo tienen todo no tienen ni propician el humor, porque en sus actuaciones hay ausencia de sorpresas. Todo está previsto en su andar. El viaje de ida, de regreso con puntos intermedios siempre está solucionado. Pero los pequeños, los que sufren , éstos viven en un mundo de improvistos y sobresalto. Algunos de esos improvistos suelen ser motivos de humor, porque su materia prima la constituyen las equivocaciones. El humor supone lo humano y lo dulcifica. La dulzura humana del humor consiste en señalar esas deficiencias, no en forma crítica, sino graciosa, desviando hacia lo risueño la ira y orgullosa disconformidad que la falla pudiera provocar.
Muy acendrada la idea que, más que el humor como tal, lo que verdaderamente tipifica la idiosincracia de los pueblos es el tipo de humor. Se habla de que el humor inglés es fino y de mucho sentido común; en oportunidades se dice que es un humor ácido, "humor negro". El humor peninsular ibérico es truculento, ejemplos pueden obtenerse de la astucias de Sancho Panza en la obra: El Quijote de la Mancha. El humor de los pueblos orientales de cultura árabe es de mucha alusión a camellos y asnos. El humor ruso o de los pueblos caucásicos es de contraste. Lo que significa que pro la forma de fluir las características del humor, en determinadas circunstancias, se puede llegar a inferir a cual cultura pertenece.
Conforme a lo arriba dicho, el humor del venezolano, ¿y por qué no? de muchos pueblos latinoamericanos es el del hombrecito en aprietos al que se le busca una salida graciosa. No es de extrañar que en ocasiones, a una persona común del pueblo venezolano se le escuche una carcajada celebrando el hecho de que llegó a su casa a hora de comida y no encontró nada con que satisfacer el hambre. Visto así, el humor del venezolano tiene su función bien nítida: poner –como lo dicen los individuos, sin ningún remilgo- al mal tiempo buena cara; salir del apuro por la rendija del risueño; aliviar una situación tensa y triste sin perjudicar a nadie; por el contrario mediante un gesto que provoque hilaridad. Eso puede verse plasmado en l torrente de chistes que asoman durante los velorios de difuntos. Carías establece que la filosofía del humor venezolano discurre a hacer ver que nada es totalmente serio o totalmente trágico, que hay un detalle risueño en todo cuadro adusto. La finalidad es clara: darle a la vida esperanza en medio de la tormenta; tal método viene a resultar reconfortante.
El humor ha hecho del venezolano un pueblo receptivo y sociable; pero es, en elevado grado, un humor parvo, brotado entre lágrimas de infortunio; se capta como un grito por la justicia que parte de quien está oprimido. Sin embargo, ese humor surgido del dolor es en sí mismo la superación del infortunio, un elevarse por encima de las circunstancias caóticas. Como el humor le permite sobreponerse al afligimiento que gotea el infortunio, el venezolano vive la vida deportivamente.
5.- El Mirar de Soslayo
En palabras de Rafael Carías, el venezolano no avanza de frente. Y cuando dirige la palabra ya el interlocutor se ha ido. Habla de espaldas, a lo sumo de perfil, o si de frente, con la mirada distraída. Antepasados del venezolano campesino y urbano es el indígena asomado y sometido al amo a quien le hace muecas a su espalda. El venezolano mira de soslayo y eso es un fenómeno que va directo al campo de las relaciones públicas y de los grupos. Es un hecho que ocurre generalmente en público. Y en público, el venezolano solo deja ver su perfil; así lo asevera Carías, argumentando, además, que quien avanza de lado puede devolverse imperceptiblemente y tomar posición de retroceso.
Categóricamente afirma el profesor Carías, que esa posición ambigua, de lado, es un hecho, está allí, en la presencia cultural del venezolano. Existe. Y es algo generalizado. Nadie da la cara. Todos tratan de hablar en una especie de parábola, de lenguaje excusable. No comprometido. En el lenguaje escrito rara vez se habla en concreto. La conversación es una mera transmisión impersonal que se escusa en una fuente desconocida que apunta hacia un horizonte indefinido. El interesado, con mucha exigencia, a penas llegará a conocer lo que se dijo, no quienes lo dijeron ni su autor original. El venezolano parte del criterio de que es innecesario arriesgarse, complicarse la vida. Ubicado en esa posición, dice las cosas buscando siempre el anonimato grupal. Las polémicas son raras y cuando las hay los observadores forman coro, aúpan, se manifiestan sin atreverse a tomar partido.
Contundente, fuerte, de contundencia sólida, lo que expresa Carías, en concordancia con su investigación: "La denuncia directa y la ofensa que implica una confrontación conducirían a una mengua en la seguridad a la que aspira el venezolano, ya que el denunciado es generalmente poderoso no hay pues que irritarlo ni despertar su mala voluntad". Todo se establece en el plano de permanecer en la tranquilidad. En no llevar la situación a condiciones de sobresalto. Para individuos de otras culturas, esa tendencia del venezolano a evitarse problemas, es un estado de pasividad que atenta contra su propia condición de ciudadano libre.
La actuación de esa forma lleva al interesado a tener que interpretar por sí mismo el lenguaje y asumir la hipótesis de ser aludido. De que en la denuncia o la referencia anónima hay la intención de inculparlo.
6.- El Menguado Sentimiento Nacional
La investigación llevada a cabo por el profesor Carías, cuyas conclusiones llevan a este análisis, en cierta medida demasiado sintético, apretado, limitado en cuanto a argumentos para reforzar ideas, establece que el sentimiento de identidad nacional del venezolano es bastante discreto, muy delgado, casi imperceptible; en algo debido a la apertura de una amplia zona marítima que advino en punto de apoyo colonial en la ruta para los aspectos fundamentales de cultura y poder. A su vez, el aspecto indígena no tuvo mayor impacto cultural debido al nomadismo, a esa forma diluida de asentamientos poblacionales que caracterizó a las etnias locales. La realidad es que cada tribu, en el ámbito regional, formaba una pequeña nación, lo que ocasionó que su contribución a la integración de una unidad nacional fuera nula.
Dadas las limitaciones originales, expresa Carías, fuertemente ancladas en la historias de una región administrativo militar denominada Capitanía General de Venezuela es de suponer que partir de la Independencia pudiera consolidarse un sentimiento de identidad nacional. Ciertamente, la Independencia no logró fortalecer tal sentimiento de identidad nacional; cuando concluyen los enfrentamientos bélicos de la gesta emancipadora, el concepto de patria queda diluido en un contexto político territorial bastante extenso denominado Gran Colombia. Para desligarse de esa atadura y concebir, en un plano geográfico específico, la porción denominada Venezuela conforme a las dimensiones que tenía durante la colonia, fue preciso el surgimiento de un movimiento separatista contundente que dejó la herencia de los caudillos regionales, los cuales tuvieron preponderancia en la orientación de la República hasta las tres primeras décadas del siglo XX.
Para Carías, lo tenue de la herencia indígena, objetivamente de poco relieve y alcance, hizo que el mestizo y el aborigen se sintieran extranjeros en su propia tierra y, dejando que su pasado se desvaneciera en sus conciencias, comenzaran una existencia resignada con vergüenza de su propia procedencia. De allí que el resultado civilizatorio fue una nación de criollos distanciados de la metrópoli. En la mentalidad de los dirigentes de la metrópoli (de España), estuvo por mucho tiempo ausente la idea de otorgarle al territorio de Venezuela una clasificación de ciudadanía más elevada, como si sucedió con los territorios de Colombia, México y Perú que fueron jerarquizados como Virreinatos, lo cual permitía una consideración más adecuada desde el punto de vista de la administración de los recursos locales.
Toda esa conjunción de elementos históricos que revoletearon en torno a Venezuela durante l colonia, al finalizar la gesta emancipadora y luego con el surgimiento de los caudillos, coadyuvaron para debilitar cualquier sentimiento firme del venezolano hacia una adquisición de compromiso y de identidad nacional.
7.- El Padrinazgo en la Relación Social del Venezolano
En el mundo mediterráneo, en esa porción de pueblos que circunda al mar Mediterráneo, y nutre sus relaciones culturales utilizando sus aguas para comunicarse, allí está profundamente arraigada la relación del padrinazgo: padrino-ahijado, cuya dualidad establece la institución del compadrazgo, aun cuando esa forma de relacionarse es producto de una intención de orden religioso, su constitución apunta a reforzar fuertemente los vínculos sociales dando pie a un estrecho compromiso de auxilio mutuo entre los que contraen los lazos. El padrino, como lo manda la Iglesia, pasa a ser "un segundo padre" para el ahijado; esto significa que, de alguna manera, está comprometido con el porvenir del ahijado y debe respetarlo en la misma medida que lo hace con sus verdaderos hijos, pero hay que indicar que ese deber de respeto tiene mandato de reciprocidad del ahijado para con el padrino.
Del ambiente mediterráneo indicado llegó a estas tierras la institución del padrinazgo; ella fue rápidamente adoptada en Venezuela. Dice Carías que el padrinazgo tomo cuerpo en el régimen de haciendas que caracterizó la economía colonial. Para manifestar el prestigio personal del señor y dar, al mismo tiempo, a los súbditos posibilidad de defensa. Por supuesto, el apoyo especial que se puede encontrar en un padrino no es exclusivo del mundo siciliano; de la forma que Mario Puzzo deja plasmada en su obra literaria: "El Padrino", ni del campesinado de la hacienda, sino que se encuentra ahora incrustado en otros ambientes como son, el burocrático, el mundo de los privilegios y el círculo del poder partidista. Este hecho postula que el padrinazgo, que brinda apoyos y abre puertas, es un fenómeno vastamente extendido por diversas regiones, aun donde funciona una maquinaria impersonal o automatizada.
En el ámbito de la relación de padrinazgo, el ahijado se siente con derecho natural a la protección y busca mantener la disposición favorable del padrino. Esta actitud –expresa Rafael Carías- influye sustancialmente en la manera de concebir el trabajo. Trabajar es mantener las buenas relaciones con el padrino. Trabajar es buscar el favor del padrino como reciprocidad a la ayuda que se le da. Trabajar es la expresión de la sumisión, de la vinculación personal, mostrar que se hace algo por tratarse del padrino. En esta actitud, como bien pudiera observarse, está fuera de lugar, no cabe en absoluto, consideración alguna del trabajo como resultado de un contrato o como deber abstracto.
Imposible negar esa relación padrino-ahijado como tendencia a fortalecer los vínculos sociales que tiene el venezolano. Pero la cuestión no queda solo entre el padrino y el ahijado, sino que se extiende a dar por entendido que también surge allí un indisoluble compromiso entre compadres; es decir, entre los padres del ahijado y el padrino: el compadrazgo, que se abroga casi los mismos derechos y deberes de la dualidad padrino-ahijado, y a veces muchos otros que permiten mantener o disfrutar de privilegios exorbitantes.
Reflexiones referentes a la acción patronal en relación con la conducción de los trabajadores
Al sumergirnos, buscando detectar algunos aspectos que oriente sobre las relaciones y los niveles de confianza que se establecen entre los patronos y los trabajadores, el espejo revela que en la multiplicidad de relaciones que se dan a lo interno de una empresa, fábrica o institución, sobresalen tres líneas de contacto del patrono con los trabajadores. Una línea va direccionada hacia los obreros, otra hacia los administradores y la tercera hacia los técnicos. El Patrono, a través de las instancias de conducción, operadas por colaboradores adecuados, precisa de una alta dosis de conocimiento psicológico, básicamente para ayudar darle fluidez a las relaciones con los obreros. No es que los obreros sean unos desadaptados, no, son seres humanos muy estables; el asunto radica en que por ser, precisamente, seres humanos con necesidades puntuales que satisfacer, y su única posibilidad para encarar el problema y alcanzar el objetivo de solución es la capacidad de su fuerza de trabajo, que alquila al patrono y, por tanto, tiene el ineludible deber de cuidar; es decir, de mantenerla en perfectas condición de operatividad para que siempre sea apetecible a los deseos o exigencias de multiplicación que anida en el ánimo del patrón. En ese propósito, los obreros se las ingenian para constituirse en núcleos de poder con suficiente fuerza para contraponerse a la que reposa en el patrono gracias al control del capital como elemento de importancia mayúscula en el quehacer empresarial. Uno de los mecanismos más populares al que recurren los obreros, es la de organizarse en sindicatos; desde luego, existen otras de larga data en el transcurso de la historia, frente a las cuales los patronos tradicionales presentan cierta resistencia para advenirse a entendimiento con ellas; por ejemplo, los comités de fábricas; las asociaciones de obreros libres, y un tanto más hacia la organización popular, los consejos comunales.
Es importante señalar que, cualquiera sea la organización institucional en la que el patrono se ubica, en la condición jurídica del Estado burgués, la propensión es a una multiplicación del capital, incluso, a riesgo de disminuir la calidad de la fuerza de trabajo y reducir las posibilidades del obrero como factor fundamental en las relaciones de producción. Cuando esa circunstancia de que el capital hace todo lo posible por mantener la preponderancia, surgen entonces los momentos conflictivos que generalmente se resuelven por vía la Contratación Colectiva acordada mediante un acercamiento, lo más sólido que se pueda, hacia las posiciones de consenso.
Conclusiones
De la lectura de esta información, que como se ha dicho, pretende ser un aporte a la discusión en procura de solidificar el pensamiento socialista bolivariano de Venezuela, se pueden extraer algunas conclusiones con condiciones de constituirse en sustancia básica para la formulación de interrogantes con mayor fuerza nutriente de lo que hemos querido asentar en este trabajo que recoge ideas, en distintos planos: nacional y mundial, de variados planteamientos en torno al pensamiento socialista. Dichas conclusiones podríamos enumerarlas, sin que el orden establezca jerarquía, de la manera siguiente:
1.- Venezuela se insertó, diríamos que un poco tardío, al proceso de conocimiento, discusión y difusión de la ideas socialistas. Mientras que en Europa y otras partes del mundo, la discusión sobre la importancia y viabilidad del socialismo comenzó a tener auge en segunda mitad del siglo XVIII, en Venezuela se vino sintiendo al inicio de la década de los años "30 del siglo XX; un retardo de casi 150 años.
2.- A pesar de esa circunstancia de lo tardío, las ideas socialistas han sido y siguen siendo materia de discusión que orientan en la visión de país que cada tendencia política con opción de poder tiene.
3.- La implantación o experimentación práctica de las doctrinas derivadas del pensamiento socialista han sido posible, previo largos procesos de lucha intensa. No ha sido nada fácil, por el contrario implantar, en sociedades determinadas, gestiones administrativas orientadas bajo los esbozos de la ideología socialista ha generado confrontaciones bastante duras, incluso dentro de las mismas filas de quienes profesan igual bagaje de ideas.
4.- En Venezuela hoy, después de una larga dormitada o estado de sopor de quienes se inclinan por ir hacia la transformación de la sociedad tomando el camino del socialismo, ha vuelto a renacer la tesis de que ese camino es el más expedito para llegar con prontitud a una transformación de la sociedad que se advenga a un proceso permanente de justicia social, equitativa, igualitaria y sin privilegios.
5.- La tendencia hacia el socialismo, en la Venezuela actual, tiene su base de a apoyo en el poder político gubernamental, lo cual le confiere ciertas posibilidades de éxito todavía no muy sólidas, debido a que las fuerzas políticas contrarias y, de alguna manera, un sector amplio de la sociedad presentan resistencia sostenida.
6.- Además de las fuerzas políticas y sociales, existe un sector que, en previsión de supervivencia, también presenta cierta y determinante resistencia al cambio: La burocracia. Esa masa humana compuesta por tecnócratas, peritos y experto, que integra el equipo de gestión administrativa, apegada a normas, códigos, procedimientos y métodos que configuran una mentalidad cosificada que entraba el avance de nuevos modelos.
7.- Configurar y poner en ejecución un plan ideológico general con el propósito firme de avanzar hacia la transformación radical y profunda de una sociedad, tiene como premisa fundamental precisar el carácter psicológico y motivacional de las personas integrantes de esa sociedad, para poder aplicar, con previsible posibilidad de éxito, los programas de acción. Básicamente hay que saber cómo piensan los miembros de esa sociedad; cuáles son las motivaciones que conllevan a la integración y relación grupal; qué camino vislumbran en la decisión de alcanzar futuro promisor.
Recomendación
Una fórmula que ayudaría al logro del objetivo de hacer prevalecer las ideas socialistas en nuestro país, es la aplicación de un vasto e intenso plan de formación y concientización de la mentalidad colectiva mediante el empleo de mecanismos y recursos como: cursos, charlas, conferencias y exposiciones sobre los aspectos relevantes de la doctrina socialista, pero fundamentalmente sobre la nueva doctrina que impulsa la revolución bolivariana: El Socialismo del Siglo XXI, basado, principalmente, en el pensamiento político-social de El Libertador, Simón Bolívar.
En la línea de esta orientación, podría adoptarse como una propuesta de Curso de Formación el que se señala a continuación; entendiéndolo como primer paso en una actividad permanente y sostenida de formación.
Curso de formación para promotores de las ideas socialistas bolivarianas en Venezuela: premisa para el cambio social estructural
Este Curso, por su modalidad socializada e interactiva, debe realizarse en dos jornadas diarias de 4 horas cada una.
Vista la característica de las personas a quien está dirigido: individuos con ocupaciones laborales, se recomienda que se tome como primer día de realización el viernes, en horas de la tarde y se culmine el día sábado en horas de la mañana. Con el siguiente diseño:
Día viernes:
4:00 a 5:00 P.M. Apertura e Inicio:
A cargo del Dr. Marcos Catoni
5:10 a 6:30 P.M. Tema: Surgimiento de las Ideas Socialista en el Mundo. Ideas
Socialista en Venezuela
Motivador: Lic. José Isidro Cordero
Tiempo distribuido así:
50 minutos de exposición por parte del Motivador
30 minutos para discusión grupal socializada
6:30 a 6:45 P.M. Corte para tomar un refrigerio
6:45 a 8:05 P.M. Tema: Pertinencia del Cambio de Paradigma en una
Sociedad Socialista
Motivador: Abgo. Frank Ocanto
Tiempo distribuido así:
50 minutos de exposición por parte del Motivador
30 minutos para discusión grupal socializada
Día sábado:
8:00 a 9:20 A.M. Tema: Marco Jurídico de la Participación Social Individual
y Colectiva en Venezuela
Motivador: Abgo. Sergio Lara
Tiempo distribuido así:
50 minutos de exposición por parte del Motivador
30 minutos para discusión grupal socializada
9:20 a 9:35 A.M. Corte para tomar un refrigerio
9:35 a 10:55 A.M. Tema: Proceso Civilizatorio de la Humanidad: Resumen
Motivador: Lic. José Isidro Cordero
Tiempo distribuido así:
50 minutos de exposición por parte del Motivador
30 minutos para discusión grupal socializada.
Esta propuesta organizativa del I Curso, o los sucesivos, puede ser modificada en cuanto a día y horas de realización, conforme al conocimiento que se tenga sobre la disponibilidad de tiempo de los potenciales participantes.
¡DE INTERES!
1.- El local donde ha de llevarse a cabo las actividades del Curso debe ser de ambiente agradable y con las comodidades necesarias a fin de que los participantes se sienta cómodos.
2.- Los minutos de descanso y toma de refrigerio debe ser respetados sin ninguna escusa. Esa es una recomendación pedagógica de gran peso, ya que permite a los participantes una especie de oxigenación para continuar con buen ánimo la tarea.
3.- Se debe suministrar a los participantes determinado material de apoyo, que sirva, a la vez, de consulta y reciclaje de conocimiento en tiempo posterior, cuando asuman la responsabilidad de multiplicadores.
Autor:
Marcos Alexander Catoni Quijada
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