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Ramon Ramonet Riu – Textos reunidos (página 18)

Enviado por Ramon Ramonet Riu


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Exterior es también allí su claustro, aunque no es tan insólito como parece, pues imitó el de la Cúpula de la Roca de Jerusalén. Aunque en Eunate se presente hoy descubierto, sirvió como deambulario procesional, la cual idea los monjes templarios copiaron viendo las ceremonias de los sufíes de Palestina. Allí se celebraron rituales recorriendo el espacio exterior al templo ¿Como lo hizo el rey David ante el Arca? Sí,…pero antes lo experimentaron los celtas, y antes aún los primitivos constructores de dólmenes y cromlechs de la prehistoria europea. Me remito a un ritual medieval que en Francia efectuó incluso el obispo de Chartres, al evolucionar danzando dentro de la mayor y más iniciática catedral del mundo. En la decoración del citado templo gótico no se dio puntada sin hilo, y no me refiero a la simbología habitual, como por ejemplo: las columnas son los apóstoles, sostén de la Iglesia; pues aquí trato de aspectos que llevan más allá de la belleza de edificios. Se trata del alma de las personas.

Construir un techo siempre es el principal problema de cualquier edificio. El vasto plan de construir en suelo galo catedrales sabiamente dispuestas sobre una muy región entera, imitando la disposición en el cielo de las estrellas de la constelación Virgo (Isis), se gestó a partir de 1160 siendo Gran Maestre Arnau de Torroja. Otros conocimientos que se practicaron en el siglo XII nos extrañan debido a nuestro actual orgullo, olvidando que siendo superiores deberíamos ejercer de humildes. Por ejemplo, emplearon como pararrayos, puntas de hierro en sus edificios cubiertos, porque ya las hubo en el techo del Templo de Salomón de Jerusalén.Es más, ya los egipcios de la antigüedad los usaban en los templos de sus divinidades.

EL BAPHOMET

Con su símbolo llamado Bafomet los templarios recordaban al Precursor, decapitado por el rey Herodes cuando estaba encarcelado. Evocando a san Juan Bautista pudo tratarse del símbolo del "hombre completo", si se tiene en cuenta que Jesús dijo de él que: "No ha había otro hombre nacido de mujer que fuese mayor que él". El Precusor gozaba de la sabiduría divina, y la compartía por el "bautismo de agua", de cuya inmersión salían todos renacidos en espíritu (o fuego, porque se repitió el día de Pentecostés).

Arnau de Torroja, por haber conocido bien las ideas de los herejes "mandeanos" (quienes, como la secta de los "nusayries", eran seguidores de Juan Bautista), debió de opinar que la fea cabeza Bafomet sería como el demonio "socrático" que cada persona lleva en su interior. Es decir, no se opondría a la divinidad, pero debe ser controlado porque de lo contrario se es víctima de las propias pasiones.

Un símil en la religión de la Roma clásica sería la figura de Jano, con dos rostros, simbolizando el inicio y el final de la obra merecedora de un digno empeño. Ahora bien, el culto al cráneo es ancestral, y siempre habrá dudas acerca de cual pudo ser su origen.

Si al nombre Bafomet se le aplica el código de sustitución de letras llamado Atbas (conocido desde cinco siglos a.C.), se obtiene la palabra sabiduría. María Magdalena y la palabra sabiduría, fueron sinónimos para los gnósticos y ocultistas, por su convencimiento de que la primera divinidad universal era femenina y se veneró en todo el mundo durante cientos de miles de años. Los fundadores de la Orden del Temple lo tendrían en consideración, así como debieron atender a cuantos les explicaban que Jesús en realidad había sido un hereje dentro del judaísmo. Lo dignificó Saulo de Tarso al convertirse a la fe cristiana; y lo hizo sin que los demás apóstoles sospechasen lo más mínimo de su plan, que al fin institucionalizó a la Santa Iglesia Católico-Romana.

Cuando Godofredo de Bouillon en Tierra Santa conoció las ideas de los seguidores del Precursor (entre los cuales Jesús de Nazaret), insitucionalizó la Orden de Sión, con la convicción de que el espíritu humano tiene supremacía sobre la carne. Así se pretendió explicar que los grandes maestres de dicha orden adoptasen el sobrenombre de "Juanes", ignorándose si con ello, además de recordar a san Juan Bautista, querían remontarse a Oannes, "el dios-pez" de Sumer.

El Baphomet, una ruda forma de cabeza humana barbuda, les recordaría la sabiduría heredada, por corrupción de la palabra Abufiamet. Es verosímil su adoración a dicha cabeza cortada, porque en numerosos capiteles de sus templos se presentan cornudas cabezas con muy feo aspecto. Quizá evocarían a la Síndone, así llamada la Sabana Santa de la catedral de Turín (It.), pues estando plegada mostraría sólo el dibujo de una cabeza ¿O quizá el Baphomet fue un referente a la "cabeza parlante" inventada por el pontífice Silvestre II? Aquella que contestaba "si o no" mecánicamente, sin necesidad de esconder interiormente a ningún vocero.

Referente a la sábana llamada Síndone, dudo que Arnau de Torroja la conociese, ni tampoco el lienzo de la Santa Faz de la Verónica, guardado en la catedral de Oviedo (Asturias). Inicialmente fue llamado Tetradyplon, por sus cuatro pliegues, y posteriormente Mandylion cuando fue enviada dicha reliquia a la ciudad de Edesa para curar al rey Abgar V (según transcribió Eusebio de Cesarea en el siglo IV). Desapareció de Constantinopla el día 12 de abril de 1204, y cuando de nuevo apareció casualmente fue en Lirey, diócesis de Troyes -Corte de Champagne-, justo en el mismo bosque selvático de preferencia de los antiguos druidas de Francia. Allí fue también donde por primera vez se reunieron los nueve primeros promotores de la Orden del Temple.

Por haber sido cortadas son cabezas famosas, tanto la del dios egipcio Osiris como la del gigante Goliat, pero ninguna como la de Juan Bautista reclama tantas veces la autenticidad en muchos templos de diferentes religiones. Se resalta la forma de la cabeza en algunas iglesias, y personalmente puedo constatar que hasta bien entrado el siglo XXI, he visto una gigantesca cabeza de san Juan Bautista colgando debajo del órgano de la catedral de Barcelona (Ahora está en el Museo Marés, al otro lado de la calle).

La catedral de Amiens, que fue construida para guardar reliquias, dentro de un rico relicario custodia también la presunta auténtica calavera momificada del Precursor, traída de Constantinopla por Gualterio de Sarton en 1206. De ser ello cierto, no entiendo como hay gente empeñada en seguir buscándola en tierras de Siria. En Flandes también es venerada la cabeza del Precursor clavada por su nuca a un relicario. Está en la vieja iglesia templaria de Anzeghem. Otras están en la iglesia de Saint Merry de París, con aspecto de busto cornudo. No es extraño que las orejas sean puntiagudas, pues como toda pluma sobre la cabeza de los indios pieles rojas, siempre se evocó, igual que en todas partes, disponer de conexión directa con la divinidad celestial.

Los templarios veneraron varios santos decapitados, como santa Eufemia y santa Úrsula, y todo ello sirvió para acusarles de unas ceremonias de magia negra que empleó cráneos humanos, quien sabe con que objeto. En la iglesia románica de los templarios en Palma de Mallorca, iniciado en el siglo XII durante el período musulmán (Almudaina de Gomara), siguen en su sitio dos capiteles con cabezas del tamaño de un puño pero en máximo relieve, ambas sobre las columnas de cada lado de la entrada. Por ser propiedad particular nadie ha roto aún las dos cabezas del tamaño de un puño que sobresalen por encima de cada columna del arco de entrada.

En los templos de Cantabria los templarios esculpieron en capiteles caras barbudas flanqueando a las Tres Marías. En Palencia la iglesia circular de Vallespinoso (Aguilar del Campo) dos personajes barbudos aparecen entre motivos vegetales y sostienen dos llaves. He visto cabezas semejantes esculpidas cerca de una estrella de seis puntas y una cruz de Jerusalén en Penya-roja de Tastavins, cerca de la ciudad de Tortosa (comarca de Mataraña-Tarragona). Las cabezas humanas adornando templos de la Orden del Temple, decoran muchos templos de los Pirineos. Al arte románico me remito a continuación para revelar una "Estrella de David" subliminalmente oculta en el rostro más famoso del Museu Nacional d"Art de Catalunya (Barcelona). Aunque al arte románico catalán en el siglo XII tuvo preferencia por el Cristo-Rey triunfante ¡incluso estando crucificado!, obsérvese el saludable aspecto de "El Pantocrator" que se pintó en la iglesia de Santa María de Tauhll (Pallars Sobirà). Así de subliminal, e invisible, siempre se ha mostrado el rito del "Matrimonio Sagrado" (Hieros Gamos) de los gnósticos y de los herejes cátaros.

Continuando con los antiguos enclaves templarios de la Península Ibérica, hay un Bafomet en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Ráfaels-Teruel), y otro en en la iglesia de Santo Bartolomé de Ucero (Río Lobos, a 53 km. de Soria), donde además se rememora el Arca de la Alianza con los enigmáticos Tabotat, siempre sobre montados de un rostro humano. En la antes citada iglesia navarra Santa María de Eunate una piedra muestra un rostro esculpido con el típico "Tercer Ojo" de los hindúes (pero que también estaba, pintado dentro de un triángulo, en el cetro del Sumo Pontífice Juan XI). Lo lucen pintado en mitad de su frente, para indicar que el iniciado en la Orden había alcanzado la revelación. En los capiteles de Eunate es curioso el hecho que se presenten muchos temas a pares. Por cierto, un capitel de la entrada NW. hay esculpidas dos cabezas humanas, de enormes ojos abiertos, y con grandes barbas enrolladas formando cuatro espirales ¿Simbolizando haber superado el "laberinto" de la vida? En tiempos de Arnau de Torroja se deseaba que los nobles también tuviesen su vía alternativa para alcanzar la Verdad pura, y con ello hacer posible su renacimiento, superando los tiempos cuando sólo estuvo reservado a los clérigos. Son tan numerosas las esculturas templarias con el mismo tema, que en la iglesia de Aldea (Gran Canaria) llegaron a esculpir una roca entera con forma de cara humana, y cerca suyo una cruz templaria.

En Ucero, los relieves de cabezas se agrupan en número de cuatro, y remiten al nombre de Dios, por las letras empleadas para escribir sus anagramas, tanto los cristianos como los musulmanes, debido a las influencias asimiladas por los templarios durante su misión en Palestina. Se creía que las cabezas cortadas revelaban una sabiduría que las personas somos incapaces de descubrir sin ayuda.

Simbolizaban una clase de vida intermedia entre Dios y los humanos, y quizá por ello Julio Cesar en la antigua Roma guardó la cabeza cortada de Pompeyo. Guillermo de Malmesbury, en la Edad Media, estimuló la imaginación literaria cuando presentó a los europeos el culto a las cabezas cortadas; tanto, que se creyó que el papa Alberto Magno tenía una que era capaz de emitir sonidos imitando la voz humana.

Cuando los templarios gritaban "Selah" durante su ritual presidido por el Baphomet, quizá rememoraban la la palabra judía femenina "Shiloh" que era un antiguo lugar sagrado cercano a Jerusalén, cuyo nombre aparece en el Antiguo Testamento relacionado con el Mesías. Otros lo han interpretado como el nombre oculto del bautismo relacionado con Mahoma por omisión de su parte central, o sea, "Baph(tismoMah)omet". Su raiz griega "Baphe", significa tintura por inmersión, y "Meté-os" es alusión al espíritu, por lo cual sería el "bautismo espiritual". Para los gnósticos, remite a la sabiduría heredada, por ser corrupción de la palabra "Abufiamet".

Dejando a parte el descifrado obtenido aplicándole los códigos Abraxas o el Atbash, hay estudios sibilinos que agotan -y agotan al profano como yo- el simbolismo de la palabra BA-PHO-MET. Hay que invertir dos veces sus sílabas, obteniéndose entonces abreviaciones de múltiple adaptación. Por ejemplo, después de la doble inversión de MET-PHO-BA, resulta: TEM-OHP-AB, que por lo visto significa: Templi-Omnium paces-Abas" (El dios del templo de la paz entre todos los hombres).

Los templarios, además de venerar la cabeza Baphomet, también hicieron rituales a la Santa Sangre, en una ceremonia remontable a tiempos anteriores a la división de los cristianos, debida a las diversas formas de interpretar el mensaje redentor de Jesucristo (a parte de los triunfantes "paulinos"). De tales antecedentes, la Iglesia de siglos posteriores no quiso recordar nada; le repugna, como también el hecho de que a veces las prisas para ir al campo de batalla obligasen a los caballeros a asistir a la santa misa sin desmontar de sus cabalgaduras.

LA LETRA TAU (T)

La letra griega Tau está relacionada con el Ankh, la cruz ansada del antiguo Egipto, y es la forma de la cruz sobre la cual fue crucificado Jesús, porque tal era la norma entre los romanos desu tiempo. Es un símbolo que se destaca de entre los muchos dibujados sobre las setenta láminas de diferentes metales y tamaños que se descubrieron en Jordania en el año 2006. Están muy corroídas, gracias a lo cual se pudieron fechar en el siglo I. Lo que ya se ha descifrado avisa de la llegada de un Mesías, y podrían llegar a ser un revulsivo para la historia del cristianismo. No se trata de rollos, como era norma de los judíos (Torah), sino formando un libro cuyo lomo está cosido también con tiras de metal.

Antes de centrarme en la Tau recordaré que cruces de muchas formas ya existían en todas partes del mundo desde siglos antes de que Jesús hubiese nacido. Los templarios tuvieron permiso del Sumo Pontífice para decorar su hábito blanco cosiendo una cruz Paté ( o de Malta), sobre su hombro izquierdo y también en su capa. También ocupaba la parte curva superior de un escudo con perímetro almendrado pues abajo terminaba en punta. En el siglo XII aquella cruz de cuatro grandes brazos iguales, repartidos sobre un espacio cuadrado, era un símbolo extraño para los cristianos europeos. Los templarios cien años después llegaron a tener diez variantes para distinguir regiones y jerarquías. Eran más comunes las llamadas "griega" y la "patriarcal" pero aquí me referiré a la que tuvo forma de vara de Moisés, o sea la letra "T", como una muleta del siglo XX.

La Tau era la marca de Yahvé que los antiguos kenitas llevaron sobre sus frentes desde siglos antes de que Moisés se les uniese en su llegada a la península del Sinaí. Es la última de las 22 letras del alfabeto hebreo, y de su relación con el 69 resulta el número 3,1415 (Pí), lo cual según el Zohar informa, convierte al 69 en un número divino. La Tau (que en el mundo clásico era símbolo del "Número Áureo", debió de ser aquel trazo mágico pintado sobre las puertas de los hebreos, luego guiados por Moisés fuera de Egipto, con objeto de que el "Ángel exterminador" pasase de largo y respetase sus vidas aquella noche fatídica de la Pascua judía.

El trazo de la Tau no fue original de la Orden del Temple, pues se la encuentra en el norte de Europa simbolizando al dios Thor (por su martillo), siendo más interesante aún la forma que aparece en el arte egipcio. La sostiene en su mano el dios Toth (luego fue llamado Hermes y también Mercurio) como símbolo de equidad pues la T es también el diseño de los dos brazos de la balanza con que se pesaba el alma del faraón difunto. Sólo quitando de encima de la letra "T" el círculo que distingue la cruz ansada egipcia, conocida como la "Cruz de la vida", ya se obtiene el símbolo básico de la Orden del Temple ¿Acaso les estorbaba el círculo del sol (Ra) que era llamado "Dios-de-la-cara-única"?

De forma natural, la letra "T", variante secreta de la cruz templaria (que usaron una decena de variantes, y acabaron dando un color diferente para cada orden), decora la espalda de los escarabajos, siendo para los antiguos egipcios un símbolo de transformarse-renacer ("jeper" en los jeroglíficos). La simbología egipcia no tiene desperdicio, y traspasa los siglos subliminalmente. Más que ninguna otra esfinge del mundo antiguo, la colosal de Giza antaño simbolizaba la unión del gobernante de turno con la religión institucional. A la esfinge simbólica entre los hebreos la substituyó el león rampante que decora aún tantísimos blasones heráldicos; el cual remite al bíblico Rey de Reyes vía el heroico san Guillermo I de Gellone (Fr.), aunque actualmente la nobleza lo ignore.

A mi, que resido en Barcelona, me complace admirar como aún es recordado el antiguo símbolo de la letra Tau, muy grande y de piedra, emplazada en lo más alto de la "Fachada del Nacimiento" del templo de la Sagrada Familia. Debo reconocer, no obstante, que aún gozo mucho más levantando mis ojos al techo de la gran nave de dicho templo, situándome en el centro del deambulatorio alrededor del ábside, para ver iluminada la subliminal cruz convencional que Antonio Gaudí diseñó empleando todo el techo de su obra más universal. Su impacto aumenta por el esplendor luminoso provocado por decenas de claraboyas, símbolo de los santos de la Iglesia.

En el castillo de Ponferrada (León), donde los templarios tuvieron un imponente castillo, es donde la letra Tau es más visible; y también en Santa María del Naranco (Oviedo). Su diseño difiere de la cruz tradicional, porque los templarios fueron reacios a recordar el instrumento con que Cristo fue martirizado. Por ejemplo, su "Cruz de Malta" la miraban más como un símbolo de equidad, que como cruz de tormento. La llamada Tau, para mi aún tiene más alicientes añadidos. Con dicho trazo se forma el género femenino en el lenguaje kármico y en los idiomas semíticos, pues derivan de la misma fuente común que dio el berebere, el etíope y el libanés. Me interesó estudiar el misterio de Rennés-le-Chateâu (Aude-Fr.) porque está basado en las letras TET, que tanto en hebreo como en egipcio vienen a dar la idea de un embrión. Intenté verificarlo por la vía del valor numérico de cada letra y resultó la palabra ombligo, lo cual me inquietó porque está situado en el centro de la "geografía" del cuerpo humano.

Las cosas del mundo tiene valor por la utilidad que se les da, y yo puedo dar fe de que la enfermedad bien utilizada resulta beneficiosa. Viene a cuento, por el hecho de que la letra Tau fue un símbolo útil, pues sirvió a los templarios para distribuir en el siglo XII los continentes del mundo conocido: Asia encima, y Europa y Africa a cada lado del trazo vertical. Lo basaron en el diagrama T-O, siendo la O la forma circular del mapamundi, y la T separaba las tres porciones de una geografía que siempre tuvo Jerusalén en el cruce de líneas central, y el norte magnético a la izquierda. Era una idea clásica que en siglo XI presentó primero san Isidoro de Sevilla ("Etimologías") para dibujar sus mapamundi. Si no se conservaron más Mapas T, fue porque incluían dibujos de caballeros templarios. Dado que la Orden fue anulada en 1313, y los caballeros con suerte escaparon de ser detenidos, se llevaron muchos de sus tesoros y también sus libros. Otros documentos quizá los destruyesen los mismos templarios. No sería extraño, pues se sabe que, tanto el faraón Tutmosis III y Quetcalcoat en Mélico, ambos hicieron destruir todo el arte plástico y escritos referentes a sus predecesores.

Al presentar la letra Tau de los alfabetos hebreo y griego, se nos remite al Apocalipsis de san Juan (7:2-3), donde es el símbolo de Cristo, o el sello del Dios vivo. En fin, según el libro de Ezequiel (Cap. IX), siempre la Tau es un símbolo protector para los cristianos, puesto que se atribuyó a Moisés, simbolizando la cruz de Cristo, pero sin el cartel INRI sobre su cabeza. El símbolo de la cruz cristiana inicialmente fue la "Cruz Ansada" Ankh, significando vida universal oculta en todas las cosas, y también la continuidad de la vida en el "más allá". Según los expertos, Joshua, el nombre griego de Jesús, procedería de la forma de la cruz ansada, la cual es muy parecido a los símbolos del origen del universo y de la vida que tuvieron las tribus de los Dogón en África. Por extraño que parezca, dicha tribu, negroide y analfabeta, también inventaron otros conceptos utilizados en el Antiguo Egipto. La francmasonería medieval, para recordarla trazaron la forma semicircular del ábside, igual en todas las plantas de las iglesias cristianas con lo que siguen mostrando la forma de la Tau; y quizá el símbolo del grado del Arco Real que sería la "Triple Tau", del estandarte judío de las tribus de Rubén y Judá. Enlazadas las tres letras Tau, conjuntaban la idea de unir tres poderes: El poder real, el sacerdotal, y el don profético.

TRIÁNGULO SEGUNDO: VÉRTICE 3 DIVAGACIONES SOBRE EL SANTO GRIAL

El Grial se buscó en todas partes y siempre, por tratarse de la búsqueda de uno mismo. Todos debemos afrontar las grandes preguntas de la humanidad, empezando por cómo nos comportaríamos en determinadas circunstancia. Hay que conocerse y marcarse metas para alcanzar un superior nivel de conciencia, después de haber logrado olvidar el lastre que nos lo impida. Muchos han de tenerlo difícil, porque el planeta Tierra, visto desde el planeta Júpiter, no ofrece ni un punto de luz, por lo cual parece obvio que poco ha de importarle al cosmos si hay vida o no en nuestro mundo. El caso es que la hay; y además conciencias humanas muy loables y otras incluso enternecedoras. A mi me basta con creer que ni el "Cosmos" -ni nada- podría dar aquello que no tiene: Mi conciencia, por ejemplo; y lo escribo muy humildemente.

Volviendo ya al Santo Grial, su visión física más difundida fue el cáliz de la Última Cena; finalmente, el año 1218, adoptado por la Iglesia en el rito de la "transubstanciación", como contenedor idóneo de la Sangre de Jesucristo crucificado. Durante los doce primeros siglos el cristianismo ignoró el cáliz-Grial, y también la descendencia de Jesús y de María Magdalena. Era considerada una idea peligrosa, por blasfema, y habría significado la muerte de quien osase exponerlo.

Arnau de Torroja tuvo suficientes contactos con los ingleses para haber conocido las opiniones de quienes creían en tales leyendas, y a buen seguro tuvo una exacta opinión de los hechos. Se decía que José viajó hasta Glastonbury (Somerset-Inglaterra), donde fundó la primera iglesia en el siglo I, la cual se recuerda como el primer templo cristiano de toda la Europa occidental, dedicado a la veneración del Santo Grial conteniendo la Sangre de Cristo.

La idea del Santo Grial que a Arnau de Torroja explicaron al ingresar en la Orden del Temple, superaría en mucho el simplón objeto presentado en los romances de los trovadores. Había crecido escuchando el trasfondo de las narraciones sobre el Grial cuando ya era un tema casi herético, a pesar de que su esforzada búsqueda y custodia la divulgasen "descafeinada" unos nobles trovadores. Éstos, inculcaban que la felicidad no es una meta, sino la capacidad de superarse cada dia, y lo demostraban llenando su tiempo con enriquecedora creatividad. Su recompensa era el fruto de su esfuerzo, hoy llamada "buena suerte". Lo cierto es que gozaron de la vida por el solo hecho de no ceder a lo negativo.

Arnau de Torroja ya habría escuchado de pequeño el relato sobre el mítico Sang Reial (en catalán Sangre Real) que fue presentado muchas décadas después por Chretien de Troyes. En la Champagne (Fr.) ya en el año 717 se escribió una obra titulada "El Gran Seny-Graal" (manuscrito en lengua francesa), el cual se publicó cinco siglos más tarde. Fue la primera versión del Grial, y en ella se narraba como Jesús dio un librito a un ermitaño pagano; pero no se dice nada del presunto linaje descendiente de María Magdalena. Su autor anónimo explicó haber soñado que Jesucristo, al que presentó muy humano, le recomendaba leer un librito donde constaba su propia genealogía davídica. (Hay una copia en la Bibl. Nat. de París, titulada: "Seyt graal"). Por lo demás, el germen de la obra fue el mismo que impregnó las mentes de los caballeros de las órdenes de Sión y del Temple: La búsqueda y salvaguarda de algo trascendental y útil, capaz de proporcionar un rey de linaje divino y capacitarlo para imponer un solo credo.

Aunque la idea del Grial circuló de boca en boca, hasta el siglo XII no fue publicada, siendo tan sólo accesible a algunos de los nobles europeos. Entonces a las mujeres incluso ya les fue reconocido el derecho de sucesión, y recibían mejor educación que los varones, por lo cual, las que supieron leer, ya disfrutarían, y mucho, de un tan novedoso como atrevido tema "de faldas". A los clérigos puede que les estuviesen prohibidon tal tipo de romances. Es paradójico, pues ellos podían apreciar mejor las referencias evangélicas;…una ventaja que se perderá a partir del siglo XXI, debido a que la educación laica actual ya casi hace incomprensible la muy rica símbología medieval. Cuando en Valencia el clerigo Janot Martorell escribió el "Tirant lo Blanch" (s. XIV), resultó ser una trama caballeresca, pero obscena.

El autor Chretien de Troyes divulgó popularmente su cuento: "Parceval, o le comte du Graal" (aunque nos haya llegado inconcluso), el mismo año que falleció Arnau de Torroja. Posteriormente el editor lo mezcló con otra novela de aventuras para darle sentido, y Así llegó a nuestros días. Chretien de Troyes explicó que lo había escrito por encargo del duque Felipe de Flandes (entonces hermanado con la Casa de Barcelona), y que sólo se limitó a hacerlo rimar mejor aquella obra. Felipe había peregrinado con su ejército a Jerusalén entre 1177 y 1178, donde rechazó la regencia de la Ciudad Santa que le ofreció su primo el rey leproso, con quien Arnau de Torroja tuvo que tratar habitualmente el ser Gran Maestre en 1180.

En el judaísmo no se aceptan redentores, ni cualquier otro intermediario, que no sea Moisés, para acercarse a Dios. Los católicos tampoco admitimos más que a Jesucristo para llegar hasta el Padre. La Iglesia durante el siglo XII condenó la tradición del Santo Grial, porque proponía otro héroe "redentor", pero no la declaró herética, a pesar de que Parsifal les resultaba muy molesto. El contenedor Grial, al fin se impuso en la celebración de la misa, y los platos de los cristianos que cada uno se traía de su casa para celebrar los ágapes rituales, fueron eclipsados por los cálices. Realmente, en vida de Arnau de Torroja, formas de contenedores griálicos ya decoraron muchos templos católicos, aunque actualmente los cristianos europeos pueden confundirlos con simples floreros.

A partir de la versión del cáliz cristianizado que escribió en el siglo XIV el eclesiástico Roberto de Borón ("Historia del Santo Grial y Merlín"), subliminalmente los romances sobre el Grial trataban de la importancia de la Sangre de Jesús y de su linaje secreto. Era la verdad oculta de la Orden del Temple, que limitándose a unas aspiraciones sinárgicas, después fue tergiversada y provocaron la caída de la más digna de las órdenes de caballería medievales. Pero el linaje davídico no culminó en Godofredo de Bouillón, conquistador de Jerusalén, y sin duda el más universalmente famoso descendiente de los antiguos reyes merovingios. Fue en el siglo XII cuando se divulgaron los romances escritos del Santo Grial, y donde al héroe se le exige humildad. Con estas directrices formó parte de la fantástica Orden de la Tabla Redonda, que le sirvió de "cápsula del tiempo" al ser sinónimo de alocadas aventuras. En el libro de E. A. White "La Iglesia oculta del Santo Grial" (1902), se identificó el Grial con el anillo del mítico rey Arturo. Se tiene noticia de anillos especiales desde que se erigieron los monumentos megalíticos, cuando a los círculos de menhires (cromlechs) les dieron simbolismo solar, pasando a impregnar miles de leyendas por la unidad que su forma sugiere; pero sobre todo, por reproducir gráficamente la idea del tiempo cíclico universal. Hoy constatamos el gran éxito alcanzado por los anillos mágicos en todo el mundo, al hacerlos, además, portátiles y enjoyados, como sortijas que son. Basta con repasar los títulos, y la multimillonaria taquilla de beneficios, de las películas de cine para adolescentes.

EL OLVIDADO ASPECTO FEMENINO DE LA DIVINIDAD

Sobreponiéndose a los abusos de las jerarquías católicas, el rey de Aquitania (país entonces con más extensión que Francia), creía en una diosa. Guillermo IX, apodado "Monarca de Judá" y que tuvo la máxima influencia en la corte de Carlomagno, cultivó su lado femenino, siendo el primer trovador del que se tiene noticia. La alquimia tiene en cuenta lo femenino, porque no hay misterio sin una mujer. Jesucristo lo expresó diferente en un evangelio apócrifo: No hay mayor misterio que el de los esposos. Se referiría a la religión bipolar de la diosa, aquella que los petristas persiguieron.

Probablemente tanto el emperador Carlomagno (coronado en el Vaticano el día de Navidad del año 800) como Guillermo IX de Aquitania desearían, cada uno por su parte, heredar el cetro del "linaje divino", vacante por la muerte de los rey merovingios, puesto que se creían extinguidos el año 754. Pero no lo estaban, pues los autores Cagigal/Ros encontraron en Carcasona (Fr.) un acto de vasallaje donde se confirma que en 871 el conde de Toulouse (según la "Crónica de Moissac"), descendía de los reyes merovingios, vía el conde Sigeberto. Otro escrito del año 1118 también dejó la misma costancia ("El Grial secreto de los merovingios" Nowtilus S.L, ed. 2005).

Los dirigentes templarios, de mente abierta y preclara, mantuvieron semivelada su devoción por el aspecto femenino de la divinidad, de lo cual habían sido precursores los monjes agustinos calabreses de Jerusalén. Fueron los que fundaron la Orden de Sión cuando se fusionaron con los esenios "Sabios de la Luz", cuyo símbolo era la rosa y la cruz. Por dicha vía secretamente las enseñanzas de Hermes y las iniciaciones del faraón hereje Akenaton entraron en el esoterismo cristiano establecido en Alejandría (Egipto). Las sociedades secretas indagan el origen de la humanidad a través de las Pirámides de Giza y la Esfinge. Y es que incluso buena parte del doble juego de deberes, que son los "Diez Mandamientos", en las normas son parecidos al egipcio "Libro de los Muertos". Su redactor los copió de escritos babilónicos, como éstos lo debieron copiar de los sumerios. Incluso se sospecha que la tal correa de transmisión de saberes al Antiguo Testamento fuese directa, gracias al bíblico patriarca Abraham y su familia, puesto que fueron oriundos de Ur de Caldea (Sur de Mesopotamia). Antes del siglo IV d.C. Egipto recordó su antiguo influjo de la cultura mesopotámica. Desde dos siglos antes el hermetismo egipcio padeció la incertidumbre de la transición a los nuevos cultos (150-450 d.C.), pues se exigió valorar mucho más la intuición (gnosis) para ver a Dios en el interior de todos. De ese período aprendieron tanto Platón como Pitágoras, pues sus referencias al "rey de reyes", o a los "sátrapas", remiten a ideas orientales más antiguas. El miedo durante la segunda gran crisis de la religión egipcia (la primera serían los desastres naturales duante la V Dinastía) quedó reflejado en los "Escritos Herméticos". Entonces se incrementó la superstición del pueblo llano; en cambio, para los agnósticos que disponían de tiempo y dinero para filosofar, representaba la evolución de su intuición. Decían: Puesto que Dios puede penetrarlo todo, también está en el alma de cada persona. La víctima más conocida delos últimos tiempos fue la sabia Hipatia, descuartizada por los hortodoxos cristianos más radicales.

En el siglo XII los intentos para restablecer la dignidad de la esposa mística de Jesús fueron abortados por la Santa Sede, al no ser los cardenales capaces de superar la idea del matrimonio físico, o sexual, por un casto "matrimonio espiritual" inmaculado. En el III Concilio de Letrán el pontífice Alejandro III, que por una parte hizo las paces con el emperador Federico Barbarroja, por la otra dictó severas disposiciones contra los herejes de Provenza y del Languedoc donde Arnau, siendo Maestre Provincial tuvo jurisdicción. Le apenaría con seguridad, pero más lamentó saber que en dicho concilio (1179) se habían criticado los excesivos privilegios de la Orden del Temple. Al cabo de un año que Arnau era Gran Maestre de Jerusalén (1181), la Silla de Pedro en el Vaticano fue ocupada por Lucio III, de Lucca (1181-1185) quien se encontró con el cuerpo de su paisana la condesa Matilde, enterrada en el interior de San Pedro del Vaticano en una tumba esculpida por Bernini, que ya hubiese el papa querido para si mismo. En fin, los herejes perecieron, pero sus ideas fueron transmitidas en clave, y estaban en sintonía con las de los cátaros, quienes a su vez congeniaban espiritualmente con los bogomiles de los Balcanes. Todos veneraron encubiertamente imágenes de matronas de color negro que servían de trono a su hijo, y a las cuales llamaban en argot "Nuestra Señora" (Magdalena).

La línea familiar merovingia fue un secreto que se amplió, procurando indagar en sus genealogías hasta la dominación romana. En base a una bolsa de etnia judía en el Sur de Francia, se popularizaron teorías con fines interesados aprovechando las carencias documentales. Los templarios fueron grandes protectores de los hebreos, quizá por haber encontrado ancestrales genealogías judías que los emparentaban. No fue por capricho que el pontífice Gregorio I "Magno" ordenó quemar todo cuanto pudo de los archivos del Imperio Romano. Como ya demostré en otro libro (autoeditado el 1989 en Barcelona) san Gregorio I era enclenque, pero tenía un carácter absoluto y habría manipulado en secreto las reliquias que creyó eran de san Pedro apóstol a fin de adaptarlas a una arqueta, la cual justo doce siglos después apareció enterrada en un monasterio del NE. de España ("Reliquias de San Pedro apóstol encontradas en Cataluña").

PROTECCIÓN Y SALVAGUARDA DE LOS "REX-DEUS"

En tiempos de la educación del joven Arnau de Torroja nadie habría podido ignorar el trascendental papel social de los judíos en Cataluña, o sea, los tan sólo aparentemente cristianizados de Septimania. Era vox populi que estaban introducidos en las familias reales europeas, como me empeño en evidenciar. Los nobles llevaron un minucioso registro de cada rama de su árbol genealógico, y nunca ignoraron que los matrimonios de sus antepasados los emparentaban con el pueblo de Israel. En tiempos de Felipe II, en España tan sólo cuarenta y ocho familias no tenían sangre judía, y en su mayoría no eran nobles.

Los libros que he leído, salvo dos excepciones, observo que se arrellanan en lo fácil, y más después de tantos años de ser un tema tabú, porque los eclesiásticos se esforzaron en ocultarlo. Los hechos verídicos de los condes medievales de Occitania sólo pudieron ser narrados de forma encubierta tras algunos romances legendarios. Lo que no pudieron ocultar los antisemitas fue la evidencia de que muy sabios e influyentes judíos del Sur de Francia se hubiesen establecido firmemente en Toledo, haciendo un sólo bloque con los que allí residían desde antes de nuestra Era. Una imagen de Virgen Negra venerada por los templarios, está bien documentada en Toledo desde 1174.

A pesar de la tolerancia y las libertades de Occitania, Bernardo I de la familia Autum-Toulouse, nieto del príncipe rabino Natronai Makhir David-Teodoric, prudentemente ocultó su árbol genealógico que lo emparentaba con el rey David y con Jesús. Pero existen otras formas de identificar una estirpe a parte de su árbol genealógico; incluso el color de las fachadas de sus casas aludió a sus orígenes. Los normandos, por ejemplo, tenían la costumbre de pintar las fachadas de blanco; los griegos prefirieron pintarlas de azul, y los árabes de rosa, o bien de rojo. Lo judíos, en cambio, decoraron sus fachadas con el color amarillo. De todas formas, la nobleza y las casas reinantes llevaron, al menos hasta el siglo XII, un minucioso registro de su árbol genealógico, sabiendo que por matrimonios se emparentaron con descendientes del rey de Israel.

Arnau de Torroja durante los años que trabajó al servicio de su hermano en la curia del obispado de Barcelona, cerca de donde luego construyeron la catedral, durante su juventud debió de creer que considerarse un descendiente de Jesús era una idea herética…a no ser que la propia familia Torroja fuesen conocedores de su ascendencia judía. Quizá sí, aunque la idea del hipotético linaje circularía sólo de boca en boca entre los familiares implicados más influyentes de Europa. El siglo XII fue cuando ya les fue reconocido a las mujeres incluso el derecho de sucesión, y ellas recibieron mucha mejor educación cultural que los varones.

Haciendo historia, el rey Childerico (+481), padre del primer rey de Francia llamado Clodoveo (Clovís), tuvo gran afecto a ciertos símbolos paganos, como son el escarabajo y una cabeza del toro Apis egipcio sosteniendo el sol entre sus cuernos. El emperador Carlomagno recogió dicha simbología mediante el metamorfoseado dios Serapis de los griegos, el cual vistió mini-túnica, a pesar de sus barbas, y sobre la cabeza sostenía un cesto con fuego, o sea el Grial. Era la deformación voluntaria de que María Magdalena había portado el cáliz-grial en su útero al desembarcar en la costa francesa. Con ello se refuerza el "Linaje del Grial", tan popular en Europa, donde hizo furor en el siglo XII. El linaje merovingio se perpetuó en la clandestinidad hasta nuestros días, de modo que el "Rey Perdido" actualmente aún sigue de incógnito.

De aquella mentalidad nos dejaron los llamados "Cristo en majestad", pues el arte románico en aquella época incluso vistió a Jesucristo con túnica y corona, lo cual despierta el recuerdo de los reyes merovingios, y cual debió de ser la causa del asesinato de su rey Dagoberto II, el año 679 cerca de Stenay (Ardenas-Fr.). A su hijo Sigiberto IV no lo mataron gracias a ser puesto a salvo por Meroveo Levy, un sicambro puro, quien escondió en secreto al niño heredero de la corona merovingia en Rennés-le-Château, la que en el Sur de Francia había sido antigua capital del reino visigodo. De mayor, Sigiberto IV, de sobrenombre Plant-Ard (retoño ardiente), se casó con Giselle, condesa de Razes (Redae), hija del el hispano rey visigodo Wamba, de cuyo enlace nació el linaje de los condes del Razés, hoy una comarca del departamento francés Aude; que es la misma zona antes llamada provincia Narbonense, y luego pasó a ser la Septimania. Con aquella boda, los linajes godos se unieron con los descendientes del rey David.

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Otro misterio subsidiario, es el hecho de que en los templos europeos la imaginería católica fue más mariana que cristiana, siendo en la catedral de Chartres (Fr.), donde mejor se constata. Gracias al relajamiento de costumbres, y libertad para hacer tertulias que les era innata, los occitanos del siglo XII vivieron un renacimiento espiritual, que se mezcló con su afán de independencia hasta que Santa Sede logró abortarlo. Pero Arnau de Torroja jamás habría podido imaginarse el fatal desenlace que acabó con la esplendorosa cultura occitana, cuando la Iglesia se apropió del patrimonio del conde de Toulouse del Languedoc. En el sur de Francia, en vida de mi paisano de siglos pretéritos, las tres culturas monoteístas gozaban de una tolerancia ejemplar, de forma que las palabras godo y judío eran sinónimas. Aquella situación no tenía porque haber acabado mal, ya que los primeros frutos fueron reconquistar Jerusalén para su verdadero dueño, un descendiente de la Casa de David. Las pruebas que les permitieron predicar una cruzada tan lejos de Europa, sólo podían basarse en irrefutables evidencias de que se había conservado la línea de sangre del "Rey Jesús". Tal vez fuese un libro ¿Escrito por el propio Jesucristo? (insistentemente aparece en sus imágenes con un volumen entre sus manos). Alguien escribió que los templarios en sus excavaciones obtuvieron gotas de sangre del "Rey Jesús".

La iniciativa de liberar Tierra Santa es probable que fuese idea de la muy poderosa y aguerrida condesa italiana Matilde de Lucca, o de Toscana (+1115) porque ella fue la enigmática pariente del rey Dagoberto II, el último de los reyes merovingios detestados por la Santa Sede. Matilde pasó a la historia por ser aliada militar de dos pontífices, Gregorio VII y Urbano II, siendo éste último de quien ella consiguió que en 1095 se promulgase la Primera Cruzada destinada a liberar Tierra Santa. Allí, en 1099, su sobrino Godofredo de Bouillon recuperó la ciudad Tres Veces Santa para su familia.

La condesa Matilde, es la única mujer que tiene una intrigante tumba con su hierática escultura dentro de San Pedro del Vaticano, (está sosteniendo una tiara y las llaves de san Pedro), exigió al Sumo pontífice el derecho a celebrar misa por privilegios de su divino linaje. Obviamente nunca se le concedió. A propósito de dicha heroína, quizá fuese por la información que ella proporcionó al rey Luís XI de Francia, que éste pudo proclamarse descendiente de María Magdalena. Era el único linaje que podía aspirar legítimamente al trono de Francia. Tal pudo haber sido -se conjetura- el secreto genealógico-dinástico contenido en los pergaminos encontrados por el abate Saunière en la Iglesia de Rennés-le-Château, acuñados por el sello de Blanca de Castilla, reina de Francia.

En 1958, el profesor Norton Smith, de la Universidad de Columbia, con buenas relaciones con Teodoro, patriarca de Santa Catalina del Monte Sinaí, al visitarlo, casualmente vió un rollo que contenía un fragmento inédito del Evangelio de Marcos. Se trata de una carta que no había sido perdida, sino sólo suprimida. Es un ejemplo actual de como se siguen manipulando las mentes religiosas, porque el dicho evangelio existe y es auténtico, aunque Teodoro, para negarlo, argumentó: "Esa, ni otras cosas verdaderas deben ser dichos a todos los hombres" (Smith, "Secret Gospel", p.14 a 16).

CÁTAROS y TROVADORES: LA GRAN DAMA

Además de los fieles a Jesús, existió una secta sanjuanista que conservó las enseñanzas "puras", sin que fuese alterada por el posterior cristianismo, y que renacieron vigorosas en el siglo XII, cuando la misa en Europa era obligatoria. En los siglos siguientes floreció en el sur de Francia una fascinante herejía dualista, dado que los llamados cátaros, y los bogomiles, admitían dos Creadores, que serían ambos los dos "Príncipes" de este mundo (el bien y el mal). En el medioevo, los cristianos librepensadores fueron llamados albigueses (de Albi-Fr.), siendo más una religión que una herejía, y por descontado una gran revolución socio-religiosa. En 1163 fueron llamados por primera vez cátaros, a fin de asociarlos al curanderismo, pues todos ellos eran vegetarianos muy convencidos. Además, no podían comer ni beber sin haber rezado antes un Padrenuestro. Todavía diré en su favor, que cuando en el JMJ de Madrid (21-8-2011), el Papa previno amorosamente a cuantos autónomos buscan a Jesucristo, empleó las mismas palabras que son reversibles para ser aplicadas a los católico-romanos.

En Occitania se pasó de la intolerancia para con los herejes, al colapso de una sociedad de avanzada cultura. Las luchas religiosas entre católicos bautizados comenzaron al final de la vida de Arnau de Torroja, siendo la más probable causa de su muerte después de haberle sido anticipado por el Sumo pontífice que: Se llevaría a efecto una cruzada contra los cátaros occitanos, porque aquellos bautizados menospreciaban su autoridad oponiéndose a la Iglesia católica. Los cátaros explicaban los misterios de la existencia con una lógica que la Iglesia nunca pudo superar. En el siglo XIX la Santa Sede, por fin, se consideró a los templarios, y a otros heterodoxos como los cátaros, unos fieles sanjuanistas, o sea seguidores del Precursor, heredero legítimo al trono de Jerusalén, cuyos continuadores creyeron que Jesús habría sido iniciado en el culto a la diosa Isis en Egipto (Magnus Eliphaslevi: "Historia de la Magia").

Los templarios tuvieron un plan para regenerar la sociedad, el cual caso de ser realizado a nivel general se convertiría en un revulsivo para optimizar el buen orden a nivel mundial. El gobierno imperante debería reunir un triple aspecto: Una sola religión y un solo pontífice máximo para todos los creyentes. Para fomentar una regeneración universal, primero instruyeron a las personas enseñándoles artes y oficios, y después les enseñaron cómo organizarse de forma ordenada y en base a una dinámica administración. Al mismo tiempo les inculcarían las prácticas de la religión católica aunque en armonía con las raíces de sus creencias paganas más ancestrales. La Orden del Temple desarrolló una organización económica ejemplar, con normas religiosas y a la vez militares. Su fuerza exotérica y profundas raíces esotéricas estarán presentes en las fundamentales manifestaciones de la cultura medieval. En las zonas por ellos regentadas estuvo presente el sincretismo y la tolerancia entre cristianismo, islamismo y judaísmo, pues cuando hace falta resucitan las tradiciones esotéricas milenarias, con lo cual se fomentaron los contactos entre filósofos e intelectuales a fin de unificar las tres principales "Religiones del Libro" que consideran Jerusalén su ciudad santa. Todas veneran al mismo Dios, aunque dándole cada una nombre diferente.

Guillermo fue duque de Toulouse del Languedoc, y su hija Leonor de Aquitania, que le sucedió, era tan anticipada a su tiempo, que fue la fundadora de las "Cortes de Amor". El espíritu de regenerar la sociedad ella entonces ya lo emprendió enviando trovadores a Inglaterra, aunque en realidad eran misioneros del amor cortés. Aquella gran dama, (o Domna, Domina, etc.), que fue reina de los trovadores, era también reina de Francia y después Inglaterra, por sus matrimonios sucesivos. En efecto, Leonor se casó en segundas nupcias con el rey Enrique II Plantagenet, conde de Anjou (1154), dueño de grandes feudos en la costa atlántica de Francia.

En todas partes a sus trovadores les hacía presentar a Nuestra Señora como una "inspiradora del amor", como si fuese una pagana diosa Venus. La popularizaron con el nombre de Midonis (Señora mía), o sea, la añorada Gran Dama, ya que fue su amor imposible. En realidad simbolizaba el alma regenerada que proclamaba el Amor como único soberano. Los hermanos Torroja debieron de lamentar que Enrique II, segundo esposo de Leonor, estando emparentado con la Casa de Barcelona, fuese excomulgado por el Sumo pontífice Alejandro III en 1170 (dicho año también prohibió canonizar fuera la Santa Sede de Roma), nada menos que por haber ordenado el asesinato de Thomas Becket, arzobispo de Canterbury.

Arnau de Torroja supo por boca de su hermano obispo, de aquellos excesos, como también de los éxitos de los librepensadores cátaros en Provenza y en el Languedoc. Y ello a pesar que los herejes pretendían regresar a la pureza del cristianismo original; o sea, a las catacumbas. Para ellos Jesús de Nazaret no era, ni más ni menos, que la segunda persona de la Santísima Trinidad, que se hizo hombre sin dejar de ser parte de Dios. Su predicación fue imparable cuando, el año 1117, el obispo bogomil Nikitas llegó a Narbona. Es evidente que los templarios se llevaron bien tanto con los dualistas cátaros, como con los judíos,…e incluso con los musulmanes. Éstos en vida de Arnau hacia siglos que habían sido expulsados del Sur de Francia, porque Carlos Martel derrotó el año 750 a los ismaelitas. La reflexión que tantas veces debió de hacerse mi biografiado, és que, ni asentándose los musulmanes en Europa, tampoco habrían triunfado, porque ciertas latitudes de nuestro planeta son demasiado frías para los rigores de sus creencias.

Mi biografiado entonces con responsabilidad en aquel sector de Occitania, fue el hombre mejor preparado para asimilar la purificación del espíritu de los herejes cátaros, cuya idea de la cercanía de Dios en cada alma sobrevivió gracias a los encubiertos mensajes divulgados por los trovadores. Fue cuando entonces se enviaron a Occitania los primeros monjes cistercienses, pero predicaron en vano. Afortunadamente para Arnau de Torroja él ya no sufrió los nueve años de cruzadas sucesivas contra los propios europeos que abrazaron el catarismo, por cuya matanza el papa Inocencio III conservará siempre el terrible honor de haber sido el más masacrador de gente bautizada de toda la historia de la Iglesia.

Empezaron por atacar las grandes ciudades: Narbona, Béziers, Carcasona, Lodève, Nimes, Magalona, Agde y, como no, Toulouse. Era la misma zona que siglos antes estuvo también poblada por judíos, como si los occitanos llevasen en sus genes el saber convivir ejemplarmente con ideas de origen oriental. El clero allí ni daba la extremaunción. En pocas palabras, vivían en impostura total, y sólo acreditaba a la Iglesia católica el hecho de que prefería conceder jerarquías a los hijos segundones de la nobleza. En cambio el pueblo llano, o sea, los súbditos de los nobles, sí eran sentidamente buenos católicos; tanto que querían volver a las catacumbas. En fin, al norte de los Pirineos vivieron tan plenamente fascinados por el catarismo, que incluso los católicos los defendieron cuando hizo falta. De ahí que en la toma de Béziers (Fr.) por los cruzados franceses, éstos no hicieron la menor distinción para librar a los católicos de ser igualmente masacrados.

Después de ser masacrados los dichos herejes cátaros, por desear promover la restauración de un "Principio femenino" dentro de su "Iglesia del Amor" (…a Nuestra Señora), los templarios actuaron como una sociedad secreta que ofrecía protección a los empeñados en restaurar estirpe del rey David. Los trovadores, pues, tuvieron motivos para referirse subliminalmente a la Iglesia católica como "El Marido Celoso".

Dado que la Santa Sede, en el cénit de su poder terrenal, fue incapaz de acallar pacíficamente la línea de pensamiento que ofrecía un nuevo modelo de hèroe redentor (Parsifal), además de Jesucristo y Moisés, resultó que el tema del Santo Grial acabó siendo el mayor éxito de la literatura medieval. La solución de la Santa Sede fue incorporar los símbolos que promovían los herejes a las propias celebraciones litúrgicas, como fue el caso del cáliz de la Última Cena. El Grial fue el símbolo de aquella lucha -que aún subsiste- entre los fieles a san Pedro y los de María Magdalena. En otras palabras, entre los herederos de la fe y los herederos de la Santa Sangre.

CÍRCULOS GRÁFICOS (DE MAYOR A MENOR) EL EXTERIOR, EL INTERIOR Y EL DE LA OREJA

Concluidos los metafóricos capítulos correspondientes a los dos triángulos equiláteros superpuestos e invertidos, escribo los siguientes que serán simbolizados con círculos de decreciente tamaño. El propósito es conformar el óvalo del rostro y la profundidad del pensamiento que, procedente de la inteligencia cósmica, volverá a ella algún día. Quien tenga oídos para oír, que oiga.

EL CÍRCULO EXTERNO MAKHIR DAVID-TEODORIC : PRINCIPE JUDÍO DE NARBONA

Cuando Arnau era Maestre Provincial del Temple para tierras de Provenza e Hispania, y con residencia oficial en el castillo de Miravet (en la desembocadura del río Ebro), el cronista Benjamín de Tudela escribió, en 1166, que Narbona era la "Ciudad de la Tora" (que son los dos rollos desplegables conteniendo la Ley de Moisés escrita), y sus príncipes judíos tenían poder en muchas regiones. Benjamín además proporcionó los nombres de los reyes judíos desde el hoy conocido como rey Natronai Makhir David-Teodoric (720-793).

Sucedió que ante la ciudad de Narbona el rey Pipino "el Breve" prometió a los judíos de la ciudad que si les rendía la plaza les proporcionaría un príncipe judío para que los gobernase. Cuando los judíos de Narbona el año 759 abrieron las puertas de su capital a las tropas de Carlomagno, le correspondía a Pipino o a su hijo Carlos ser gobernador de los judíos allí concentrados después de muchas generaciones, pero incluso el futuro emperador Carlos "el Grande" allí fue mal aceptado. Cuando consiguió encontrar para ellos a un dirigente más adecuado, resultó ser un legítimo descendiente del rey David.

En el año 768 se creó en la Septimania, al norte de los Pirineos, un principado judío leal al rey Pipino, siendo semi autónomo. Sus hijos y sus nietos también lucharon contra los musulmanes, los lombardos y lo sajones a las órdenes de Pipino el Breve, y después bajo Carlomagno. De ambos reyes Natronai Makhir David fue leal consejero, diplomático y a la vez embajador político, pues era reconocido tanto por Pipino como por el legítimo califa de Bagdad, su primo, como legítimo portador de la semilla de la casa real del rey David.

Natronai Makhir David, y pasó a la historia con el nombre de Teodorico. Aunque no era de la noble estirpe de los galos, le fue entregando todo el Principado de Septimania, gobernándolo de forma autónoma. Natronai Makhir David Teodoric tampoco era sajón, ni hispano, ni del norte de Italia. No descendía de reyes europeos, y menos de los ilegítimos de la línea pipínida-carolingia, pero restableció el equilibrio de poder galo en el Sur de Francia, y además despejó de intrusos la frontera amenazada por los súbditos de los Omeyas de Córdoba (al–Andalus). Para conseguir su aceptación general fue imperioso dotar a Makhir David de una ascendencia adecuada, empezando por darle un nuevo nombre. Después reafirmó su derecho a gobernar la zona de la Septimania, y cuando enviudó pudo volverse a casar con la hermana del rey para formar una nueva familia.

Tan insólita situación fue debida a que el usurpador Pipino, padre de Carlomagno, fue informado de la existencia en Bagdad (Mesopotamia) de unos descendientes Rex-Deus, y astutamente solicitó una alianza militar para crear un eje que incluyese los califas abasidas de Bagdad, los reyes de la Galia, e Italia, con el Sumo pontífice de Roma, porque el imperio Bizantino ya no podía defenderlo contra los lombardos de Rávena, una vez éstos invadieron las tierras que los bizantinos tenían en Italia (568). Lo que decidió orquestar aquella alianza fue, no obstante, el furor expansionista de los disidentes omeyas de la Península Ibérica. Pipino selló pactos de colaboración con los godos del norte de los Pirineos, y resultó ser tan efectiva, que la generación siguiente, aunque estaban establecidos en el sur de dicha cordillera, incluso solicitaron protección al emperador Carlomagno yendo a su sede de Aquisgrán (Aachen, también llamada Aix-la-Chapele).

Se lee en los Anales de Lorsch (730-803), de la Bibliotheque Nationale de Paris, al ocuparse de los años 730 al 803, que el 782 existió realmente la misión diplomática enviada por Carlomagno a Bagdad. Dicha ciudad fundada el año 746 primero fue llamada "Ciudad de la Salvación" (Medinet-es Solam) por el califa El-Mansur (762-766) que la eligió como residencia. Por cierto que hasta el año 800 Bagdad ocupaba sólo la orilla occidental del río Tigris. Los contactos con Bagdad no eran raros, pues en Barcelona, donde también está documentada una aljama hebrea desde el siglo IX, bajo el gobierno de Wifredo I "el Velloso" su rabino solicitó y obtuvo un libro de oraciones escrito por Amran (869-887), Gaón de Babilonia (un titulo honorífico de los judíos). La noticia de la delegación diplomática carolingia a Bagdad la corroboran otras fuentes de la época, resolviéndose que se trataba de firmar una alianza, y al mismo tiempo solicitar el traspaso a las Galias de un Supremo nasí descendiente del rey David.

De hecho varios líderes visigodos se llamaron antes Teodorico, e incluso un hijo de Clodoveo que heredó Austrasia, pero la iniciativa de presentar como judío descendiente del rey David a Makhir David-Teodoric ante los historiaores del siglo XX fue del investigador A. Zuckerman mediante su libro "A jewish princedom in feudal France (768-900)", donde presentó las condiciones y repercusiones de una tan increíble elección de los pipínido-carolinios. Los eruditos hubieran debido imaginarse mucho que para poder reinar con un disfraz de legitimidad, aquellos usurpadores del trono procurasen como fuese entroncarse con un descendiente de la familia de Jesucristo, y lo consiguieron. La embajada enviada a Bagdad el año 768 está bien documentada por varias fuentes de la época, y las circunstancias históricas del lejano país lo hacen verosimil. El rabino, y ex califa de Bagdad, Makhir David-Teodoric había sido depuésto por su propio primo después de una revuelta, y generosamente le proporcionaron el beneficio del exilio, satisfaciendo con ello la solicitud de los carolingios. El rabino Makhir David-Teodoric llegó a Francia acompañado de su familia (cinco hijas y tres hijos), y sólo se le exigió que, para gobernar con legitimidad la Septimania judía y disimular su procedencia de cara al resto del país galo, añadiese a sus muchos nombres el de Teodorico, con el cual pasó a la historia de Europa.

En las cortes de Pipino y el emperador Carlomagno Makhir David-Teodoric fue consejero de gobierno, y además Carlomagno concedió al dicho "Rey-Mesias" (Nasí) todas las posesiones que habían tenido los merovingios, siendo gobernadas desde la población de Lagrasse (sur de Francia), una comunidad famosa por el todavía muy influyente monasterio benedictino donde se venera una Virgen negra (y también, por cierto, un museo fijo de capiteles esculpidos por el Maestro Cabestany).

Las tres ramas familiares de Makhir David-Teodoric a su vez produjeron una veintena de enlaces matrimoniales y finalmente convergieron en el rey francés Hugo Capeto, porque reunió en su persona tanto la rama cristiana como la judía. Ahora bien, si para unos Hugo fue un rey bueno, en cambio los judíos no aceptaron la línea carolingia, aunque al fin bajo Hugo Capeto se consolidó de nuevo la descendencia principal de los carolingios, identificados con los reyes de Israel que gobernaban por "Gracia divina".

LOS SOBERANOS JUDIOS DE PROVENZA Y SEPTIMANIA

Según una investigación rigurosa, la vida de san Guillermo de Gellone (+806) fue idéntica a la del bíblico Isaac "el Judío". Al ser hijo de Natronai Makhir David-Teodoric, cuando éste falleció, Guillermo fue Supremo Nasí de los judíos de Septimania. Lo paradójico es que dicho héroe, siendo merovingio y judío de sangre real de la Casa de David, también fuese un santo cristiano. La Santa Sede sabía que su cronista había cronometrado sus hazañas de acuerdo con el calendario judío, y que además veneraban como santa a María Magdalena. Que Guillermo de Gellone era un hombre circunciso, circunciso, y lo dice su preferencia por decorar su blasón heráldica con el diseño de la "flor de lys" (dibujo de un lirio idealizado, ya que no se da en la naturaleza), el mismo que simboliza la Santísima Trinidad del catolicismo. Además revela su pertenencia a la Casa de David, el que su escudo incluya un león, tanto si es en alto relieve, como si es dibujado sobre algunos documentos la abadía de Gellone, en el pueblo de Saint-Guilhem-le-Désert. Se muestra el héroe Guillermo llevando a su lado el perfilado dibujo de un "león rampante". También fue presentado cabalgando mientras derriba a un gigante con su lanza.

San Guillermo, antes llamado Guillermo I de Orange (Guilhem "de Gellone" 771-28.5.812) era nieto de Carlos Martel y primo de Carlomagno, pero se le recuerda históricamente porque fue un militar muy famoso al vencer a los sarracenos. Por indiscutibles méritos fue conde de Aquitania (795-806), de Septimania, de Toulouse y de Rouerge, así como también de Quercy, de Albi y de Rodez (788-806). Fue marqués de la Marca Hispánica (de 789 a 806 seguidos, y posteriormente lo volvería a ser hasta 812), y además fue conde de Barcelona (801-806) al mismo tiempo que de Gerona. De aquellas luchas entre francos carolíngios y musulmanes en Septimania, el escritor Wolfram von Eschembach encontró inspiración para escribir su obra "Willehalm" dedicada al conde Guillermo de Orange, cabeza de la dinastía guillermida (guilhermide), a pesar de que en vida de Wolfram ya se había extinguido. Guillermo de Orange fue el tercero de su trilogía sobre los héroes –buscadores unos y custodios otros- del Santo Grial.

Guillermo de Orange, "Willehalm", ha pasado desapercibido para la mayoría de historiadores el hecho de que también fue Supremo Nasí de Septimania. "Willehalm" fue el comandante del ejército que Luís "el Piadoso" que expulsó a los musulmanes más allá del río Ebro, para cuya expedición reclutó a hombres francos, burgundios, aquitanos y provenzales. Además estuvieron apoyados con importantes contingentes de gascones del duque Lupo, y por los godos que estaban al mando del conde Bera del Rosellón. Aunque oficialmente "Luís el Piadoso" encabezó expedición al sur de los Pirineos, el mando real en la campaña fue responsabilidad de san Guillermo, popularmente motejado como "Nariz corta" (Curt-nez). Con las dichas tropas cruzó los Pirineos y avanzó hasta capturar el castillo castillo de Egara (Terrassa) y reconquistar la Barcelona musulmana el año 801.

Guillermo "de Gellone", por sus numerosas gestas victoriosas fue uno de los mayores héroes de la Edad Media. En sus condados siempre promovió el entendimiento entre las comunidades judías y cristianas, organizando reuniones para acercar posiciones. Siendo judío, su conversión al cristianismo fue debida a un milagro sucedido a su hija de doce años, porque ella se mantuvo viva otros tres años sin más alimento que fragmentos de hostias bendecidas.

El año 804 san Guillermo fundó una academia de estudios judaicos a unos 10 km. del pueblo Saint Guilhelm-le-Désert. Él hablaba con soltura el hebreo y el árabe, siendo su divisa el león de Judá, y por ello celebraba fiesta los sábados. Bajo el emperador Carlomagno, Guillermo I era un "par" y un héroe histórico semejante a Roldán. Sus restos fueron trasladados a la cripta de la abadía románica de Gellone, donde aún hoy sigue activo y declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco en 1998.

La abadía de Gellone fue una de las principales sedes del culto a María Magdalena, y hasta el año 751 las familias merovingias no decidirían quemar, por precaución, cuantos documentos podían asociarlos peligrosamente al linaje davídico. Debió de ser cuando desaparecieron los documentos que hicieron referencia a Iosve y Elimburga, cuyos nombres descubrí escritos en el altar portátil hallado, enterrado, en el monasterio de Sant Pere de Roda en la costa NE. de Cataluña. Referente al nombre de José, recordaré que los judíos se bautizaban tradicionalmente adoptando el nombre del padrino cristiano, pero las aguas bautismales eran incapaces de borrar los orígenes del converso. A fin de asegurarse mejor protección, añadieron a su nombre individual el de algún santo del pais de adopción.

Una supuesta descendiente de Elimburga acabó como abadesa de la abadía de Gellone, en Saint Guilhelm-le-Désert, aunque en el mejor de los casos, la Helimburge que consta como abadesa sería una biznieta de san Guillermo. Debido a latinizar sus nombres me costó treinta años para encontrar esta pista. Primero indagué si había alguna reina Elimburga, en la cuña de tierra holandesa entre Alemania y Bélgica, porque dicha región se llama Limburga, sinónimo de Elimburga. Los topónimos en este caso no me ayudaron. Por dar un ejemplo, no tiene nada que ver el nombre del matemático Euler con el del castillo de Eulemburga.

Guillermo de Gellone, después de vencer repetidamente a los musulmanes, se retiró de la politica. Posteriormente en su acta de fundación (14.12.804) depositada en el influyente monasterio de Saint Guilhelm-le-Désert lo presentaron firmando junto a sus padres el conde Bernier de Rouerge y de Maçon, y de su madre Rolinde. Constan también varios familiares más de la dinastía Guilhemide, por parentesco con la esposa de Bernard de Septimania. (Liber Manualis, entre años 721 y 843). Al retirarse san Guillermo I al convento delegó en su hijo Bernard-David de Septimania, al cual le sucedió, como Supremo nasí judío, su hijo. Éste, siendo nieto de san Guillermo, gobernó sus posesiones desde su capital Toulouse, por lo cual los condes del Languedoc de siglos posteriores todos estuvieron muy orgullosos de saberlo su antepasado.

Los antuales monjes del monasterio de Gellone, cerca de Saint Guilhelm-le-Désert, a unos 40 km. de Toulouse de Languedoc, que fundó san Guillermo I de Orange, no admiten que el padre del santo tenga que ver con el judío llegado de Bagdad el año 768. Dicen que, según las actas de fundación del señorío de Prüm (14.12.804), el propio san Guillermo citó a sus padres llamados Teodorico de Borgoña y Alda Martel. Así Teodorico habría sido hijo del conde Berniez de Rouerge y de doña Rolinda. Ello significa que sería hermano de Sigeberto, de cuya casa condal procederían después los condes de Toulouse del Languedoc.

Hay muchas reservas para aceptar tal filiación del principe Supremo Nasí de los judíos de Septimania. Parece obvio que fueron amañados, al tener que presentar la familia de su hijo Guillermo I con objeto de nombrarlo santo de la Iglesia católica. Para mayor confusión, existió otro conde de Autun, llamado Teodoric David (802-840) hijo de san Guillermo.

Me remito a la exhaustiva investigación de A. Zukerman, a pesar de haber leído los argumentos de sus oponentes, pues en mi opinión éstos se basaron en documentos modificados. Empecé a sospecharlo cuando informan que está documentado en Francia el año 721, pues en tal caso sería demasiado mayor para las batallas en todos los frentes que capitaneó; además hay documentos que lo presentan ejerciendo de embajador en Sajonia los años 782, 791 y 793. Las falsificaciones han sobreabudado a los largo de tan oscuro periodo medieval, y se han demostrado incluso las hechas por la Santa Sede. El investigador P. Tisset en su obra "L"abbaye du Gellone au Diocèse de Lodève" (p.21 a 93) demostró documentalmente que hubo diplomas reales que fueron alterados, y otros sustituidos o modificados, etc

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La ascendencia oriental de Makhir David-Teodoric está confirmada por la "Crónica Hebraica" que fue redactada en Narbona (Fr.) el año 1161. La presentó el profesor de la Universidad de Haïfa, llamado Aryeh Graboïs, en la década de los noventa del siglo pasado en su escrito "La Dynastie des Rois Juif de Narbone" (página 50, nota 5), a su vez basado en el texto hebraico del año 1161 conservado en la abadía de Lagrasse (Fr.) conocido con el nombre de "Pseudo Philomena". Se lee allí: "Carlomagno confirmó su título real a Fakir, descendiente del rey David, repartiendo Narbona entre los judíos y el arzobispo Aimerich".

Gobernando Luís "el Piadoso" (Ludovico Pío), Bernard de Septimania fue nombrado su chambelán y "Camarero de palacio" (eufemismo para designar al mayor de los generales), porque era su hijo adoptivo. Bernardo era el nieto de Fakir David-Teodoric, y a parte de haber expulsado a los musulmanes del Sur de los Pirineos, también resultó ser un personaje trascendental para la historia futura del linaje Rex-Deus. El biógrafo de Luís el Piadoso, llamado Thégan (778-840), presentó a Bernard de Septimania como de estirpe real el año 813, por ser hijo de san Guillermo de Aquitania. Era un dato cierto, pues, entre los siglos V y XII, descubrir una falsedad en cualquier línea genealógica paterna bastaba para deslegitimar a toda una dinastía de príncipes cristianos…Sólo sería "permisible" si lo hacía el rey o el papa de Roma.

Pasados varios siglos, los herederos de Fakir David-Teodoric, considerándose portadores de sangre divina, sólo pudieron relacionarse en total clandestinidad. Aunque algunos fuesen soberanos europeo quizá ignorarían sus raíces hebreas, pero lo sabían las dos ramas sucesorias principales. La institucional, católica fue la davídico-carolingia, que acabó imponiéndose sobre la rama judía ortodoxa, cuyo Supremo nasí asesinado el año 872 era el hijo menor de Bernardo de Septimania. También corrió la misma suerte su hermano mayor. Con el paso de los siglos se creyó un mito el hecho de algún noble linaje pretendiese descender del rey David, y poco a poco fue un tema tabú. Eran tiempos que los reinos francos se sumieron en la anarquía, y en el sur de Francia los judíos se dividieron principalmente entre los condados de Narbona, Toulouse y Barcelona. En consecuencia, hay investigadores que consideran más cierto que el Santo Grial aluda a un linaje davídico, que no la búsqueda y custodia de la Sangre de Cristo, tal como defienden muchos otros. En mi opinión ambos criterios son congeniables.

CÍRCULO INTERNO CATALUÑA EN TIEMPOS DE LA RECONQUISTA

El año 826, siendo Bernard de Septimania duque de Toulouse, reconquistó, en nombre de los soberanos galos, la provincia Tarraconense de las incursiones de los cordobeses de el-Abderramán. En Barcelona Bernard sucedió en el gobierno de los condes Rampo y Bera, este último depuesto por rebeldía. Eran unos años muy belicosos y la línea fronteriza era oscilante. El castillo de Cardona se levantó en una zona que servirá de ejemplo. Como tenía yacimientos de sal a ras de suelo, tuvo desde muy antiguo una fortificación lígnea hecha básicamente de troncos de árboles. Al tomar la zona Bernard de Septimania, dicha fortificación se consolidó y amplió. No obstante, el año 827 cayó en poder del conde rebelde Aizón. Aunque Cardona la volvió a conquistar Wifredo el Velloso en 886, de nuevo se perdió el 985 por los ataques de Almanzor.

Fue, pues, bajo el reinado de Luís "el Piadoso" cuando el gobierno de Bernard de Septimania restableció y distribuyó la población, en concreto en Berga, Manresa y Solsona, aunque no todas le aceptaron sus reajustes. Bernard no pudo superar las graves intrigas promovidas por las altas jerarquías de la corte franca. Muchos estaban resentidos debido a la purga que el Supremo nasí judío, aparentemente reconvertido al cristianismo, había llevado a cabo contra ciertos nobles sustituidos cuando él subió al poder. Confabulados en su contra, lograron que Bernard fuese condenado por adulterio con la reina Judit (850). Consiguieron desacreditarlo a pesar de ser el segundo mandatario del país Galo, y principal magnate de la Marca Hispánica. Por cuestión de celos, Carlos el Calvo mató con sus propias manos al legítimo descendiente del linaje del rey David.

Carlomagno el año 791 fue quien confirmó el rango real y la autonomía del principado de Septimania, pero aun así, en el siglo X aquel núcleo judío se desintegró, como fiel reflejo de la anarquía y fragmentación que experimentaba el reino de los francos. Los principales núcleos de influencia judía finalmente estuvieron en los condados de Toulouse y Barcelona, uno a cada lado de los Pirineos, obviamente con los demás condados y vizcondados que les fueron afines o subordinados. Los condes Trencavel de Carcasona supieron aprovecharse de aquella rivalidad, y en 1082 Raymundo Roger se independizó. De su tolerancia hay que saber que permitió en sus territorios la libre convivencia entre los cristianos y los que no lo eran.

En las enciclopedias del siglo XXI cuesta encontrar referencias al período del presentado reino judío al norte de los Pirineos, pero para un hijo de la nobleza como lo era Arnau de Torroja de Solsona, durante el siglo XII esta era la historia que se le explicó con detalle. De entre las enseñanzas a los hijos de los nobles fue prioritaria la transmisión hereditaria de los linajes, porque basaron su poder en las referencias de la herencia genética, y más cuando se trató de los grandes soberanos. La concatenación fue difícil, hasta que en el siglo XIII se institucionalizó, pero ello no significa que antes no hiciesen sus mayores esfuerzos. Tuvieron una ventaja sobre los genealogistas posteriores, puesto que desde que el rey Clodoveo promulgó la Ley Sálica (s. V), la herencia era potestad exclusivamente masculina y la línea materna no contaba. Tal disposición no podía complacer más a la Santa Sede.

Arnau de Torroja, por sus naturales inquietudes, conoció mejor que los cronistas actuales lo que referiré a continuación. Se trata del secreto mejor guardado de la historia. Lo conocieron, no obstante, los iniciados de las órdenes de Sión y del Temple, pues, especialemente la primera, tuvo el doble objetivo de propagar el cristianismo esotérico de san Juan Bautista, y defender la cripto-dinastía merovingia.

Se perdieron todas las referencias a los reyes judíos de Septimania después de que los clérigos católicos considerasen una "materia prohibida" referirse a los familiares judíos del ex rabino Natronai Makhir David-Teodoríc. Amenazaron con ser quemado en la hoguera a quien removiese temas referentes a tradiciones judías, y al linaje de Jesucristo. El oscurantismo continuó hasta la primera década del siglo XXI.

La erudición en el Sur de los Pirineos, donde yo nací, sólo supo la historia explicada por los clérigos, ignorandose que fueron los líderes judíos de la Septimania quienes habían acudido repetidamente a liberarnos de los musulmanes. Eran tropas de los soberanos Pipino "el Breve", Carlomagno y Luís "el Piadoso" (814-840). Les siguieron Lotario y Carlos el Calvo, y cronológicamente otros que ya no interesaron a Arnau de Torroja.

EL NACIMIENTO DE CATALUÑA

El éxito de Fakir David-Teodoric, que primero capitaneó la reconquista del sur de los Pirineos, se logró por hacer que los mandatarios ("walis") del sector catalán se uniesen a los francos, tal como le había prometido el entonces gobernador de Barcelona, Suleiman Ben Yoktan al-Arabi, a Carlomagno al presentarse en embajada a Aquisgrán. Suleiman, a pesar de haberse declarado amigo de Carlomagno, después abandonó a sus tropas expedicionarias.

Cuando en 878 se celebró el Concilio en Troyes (Fr.), al cual asistió el pontífice Juan VIII, se trató la delicada situación de la reconquista de tierras hispanas. Al crear la Marca Hispánica, los condes de la Cataluña Vieja y sus obispos decidieron que los gobernase Wifredo el Velloso, al ser más joven y manejable que su padre Sunifredo de Urgel. Desde entonces se le concedió el derecho de dejar su cargo en herencia. Lo malo fue que al cabo de poco tiempo la revuelta de Aisón (Aissó) le obligó a retirarse de las t ierras reconquistadas. Finalmente el límite de la Septimania fue la misma la frontera de la Marca Hispánica, la cual quedó, al menos en el litoral, delimitada por el río Ebro. Por cierto, en los documentos carolingios, a los habitantes de la Marca Hispánica se les considera "españoles".

Sunifredo entre otros, tuvo además los hijos llamados: Oliba I de Carcasona, Suñer I conde de Ampurias, y Sunifredo I que gobernó en Urgel y Cerdaña desde el 834 y en Barcelona, Gerona-Besalú y Narbona hasta el año 848. También recibió los condados de Barcelona y Gerona (los gobernó entre los años 878 a 897), siendo además conde de Urgel. Pero aquí me interesa sobre todo su hijo Wilfredo I "el Velloso". Él fue el primer conde hereditario de Barcelona, hasta entonces gobernada sucesivamente (de 850 a 878) por cuatro condes francos. A la muerte de Sunifredo I, el condado de Urgel fue gobernado por el hebreo conde Salomón de Urgel-Cerdaña, padre de Miró "el Joven". Carlos "el Calvo" posteriormente los cedió a Wilfredo I "el Velloso", hijo de Sunifredo.

En los años siguientes, cuando en Septimania tenían graves problemas, tanto internos como externos, la línea de sangre del Supremo nasí la retuvieron los condes de Plantevolue y los de Rouerge, de quienes nacieron los condes de Toulouse. Las dinastías de los condes guillemidas (guilhermides), o sea, tanto los de Toulouse como los de Trencavel, sin dejar de ser independientes, fueron ambas legítimos descendientes de los reyes merovingios ("Chronicon Moissacense, Monumenta Germaniae", Scriptores, T.I). Estuvieron emparentados entre sí, por el conde Sigeberto de Rouerge desde que éste la reconquistó (754). Sigeberto era familiar de Teodoric y del rey francés Meroveo.

Gracias a la exhaustiva documentación fácilmente disponible en Internet, y una gran libertad para exponer ideas, en el siglo XXI podemos constatar que los príncipes judíos (Supremos nasí) de Septimania y Francia hasta el siglo X por vía femenina, se emparentaron con los Aragón, Navarra, Asturias, Castilla, León y la Casa de Barcelona, ésta última por los condes de Toulouse y Rouerge, corte donde se crió el Ramón Berenguer III "el Grande", que fue caballero templario (1096-1131). Temerariamente regresó a Barcelona a los quince años para enfrentarse, y lograr destronar, a su tío fraticida. En Rouerge, los templarios consta que estuvieron presentes en 1140 y mantuvieron allí su encomienda reclutando jóvenes de la propia zona, llamada La Selve. Ramón Berenguer III engrandeció de una forma considerable sus dominios. Con su matrimonio con doña Dulce unió Catalunya al Condado de Provenza. Arrebató a los musulmanes Balaguer y Tarragona e hizo tributario al gobernador de Mallorca e Ibiza.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29
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