Incluso el Arca de la Alianza original (1,50 x 0,92 x 095m.), fue una copia de las arcas sagradas de los templos egipcios, donde tuvieron la utilidad de servir de "hogares" portátiles para los dioses. En Egipto tuvieron arcas protectoras, que acompañaban a los faraones al campo de batalla. Akenaton (tanto si fue como si no, la misma persona que Moisés), introdujo un concepto idéntico entre los Israelitas, reforzando su inspiración egipcia.
En el libro "Éxodo" (capítulos 25, 37 y 40) se describe la forma y medidas exteriores del Arca. Como además su tapa estuvo decorada con las figuras de dos querubines, se creyó que era el "Trono de Dios", y también allí donde se sentaba Moisés en el desierto del Sinaí para comunicarse con Yahvé (Exodo 25: 22). La corona del sacerdote del Templo de Jerusalén hay referencias de que tuvo el nombre de Dios escrito mediante cuatro letras vocales. Arnau no ignoró que era el nombre de la plenitud que evocan las palabras en hebreo: masculino (Jah), y femenino (Havah). En realidad era el dios cananeo Diah-bol (IAH-BEL) que pasó a ser IAHBE para los samaritanos, a quienes Jesús, junto al celebre pozo de la samaritana, advirtió: "No sabeis a quien adorais".
Ya en el siglo XII los iniciados de las órdenes de Sión y de el Temple tuvieron dudas acerca del Arca de la Alianza. La Santa Biblia ofrece de ella dos descripciones que no coinciden. En el libro Éxodo (25, 10-22) se describe un Arca muy rica, mientras que es modesta en Deuteronomio (10;1-3). Actualmente nos basamos por igual en especulaciones técnicas, porque nadie vivo la ha visto. Del Arca de la Alianza, según explica el sacerdote que la custodia en Etiopía: "Es de fuego".
De su peligrosidad se sabe, en efecto, que los filisteos que la robaron durante un tiempo, necesitaron utilizar asientos especiales debido a haberse generalizado entre ellos los hemorroides. Un experimento científico anti-radiación nuclear, llamado "Oranur", fue realizado en 1950 por Wilhelm Reich. Le sorprendió que un sólo milígramo del elemento Radio, introducido en un acumulador orgónico, desencadenase una radiación capaz de matar unos ratones enjaulados a 30 m. de distancia. En prevención aquella zona fue deshabitada durante varios meses.
Los templarios al llegar a Etiopía, vía la isla de Filae en el río Nilo; encontraron judíos que custodiaban un Arca dentro de una iglesia. Después de examinarla, se convino protegerla mejor y la fórmula consistió en hacer que todas las iglesias de Etiopia tuviesen sus propias reproducciones del Arca de la Alianza. Su antigüedad entre los etíopes está confirmada por su piadoso e ingénuo arte, cuyos ex votos siguen gozando de la máxima devoción religiosa. Los etíopes afirman que guardan el "Tabotat"(o "Tabot"), como llaman ellos al Arca auténtica, pero no la dejan ver a nadie. En compensación tienen miles de copias, una en cada iglesia, las cuales se sacan anualmente en procesión siempre cubiertas todas ellas con algún tejido. El "Tabotat" del Manbara (plural del "Tabot") tiene considerable interés sagrado, siendo simplemente un ataúd que contiene una madera del altar llamada "Tabot".
EL ENIGMÁTICO PAÍS DE LA REINA DE SABA
Los templarios al decorar la catedral de Chartres dejaron esculpido en un capitel del frontispicio el Arca de la Alianza sobre un carro, pero ello sólo indica que fue transportada, y no que se ocultase en aquel iniciático templo francés. Se puede entrever su simbolismo porque también en la misma catedral es muy elocuente otra imagen esculpida del Arca en la entrada norte y cerca de un relieve con individuos negros, incluyendo a la reina de Baba de pie sobre la cabeza de un etíope.
La búsqueda del Arca de la Alianza en tierras etíopes se efectuó en tiempos relativamente cercanos. Empezó en Kirkus y en Axum, donde investigaron exploradores interesados en ver los templos y las decorativas estatuas de los judíos de Etiopía. Lo mismo habrían hecho en el siglo XII los caballeros templarios, aunque tuvieron mejores razones para investigar dicho país africano, pues conocieron más que simples leyendas, y fue por boca de un soberano etíope refugiado en Jerusalén. Lo decidieron los sabios de la Orden de Sión, quienes tuvieron a Arnau de Torroja como Gran Maestre general también de los templarios. Ellos le aconsejarían enviar tropas al sur de Sudán, ya fuese por ayudar al rey Lalibela, o por buscar el oro de la costera Bernicie Pancrisia (redescubierta en 1989), que en el siglo XII atrajo aventureros como un imán, al creer que era la legendaria Ciudad de Oro. Por el motivo que fuese, el caso es que los templarios adecuaron un puerto y tuvieron navíos en Aqaba, al norte del Mar Rojo.
La campaña de la Orden del Temple en Etiopía, cronológicamente debió de dirigirla Arnau de Torroja, comprometido en volver a sentar en su trono al depuesto rey Lalibela, Lo cumplió con éxito, justo pocos meses antes de acabar el año 1184, cuando, falleció siendo Gran Maestre de la Orden de los Pobres Conmilitones de Cristo y del Templo de Jerusalén.
Me imagino la gran sorpresa de fray Arnau de Torroja al saber que los cristianos de la lejana Etiopía, un país del llamado "Cuerno de Africa", tuviesen a Poncio Pilato como un santo más en los altares de sus iglesias. Con el tiempo Arnau supo que los judíos negros que habitaron el oeste de Etiopía habían abrazado el cristianismo antes que los europeos, aunque congeniasen su fe con las tradiciones judías. También fue refugio de una de las herejías más chocantes para los cristianos europeos: el Monofisismo, puesto que defienden que Cristo tuvo naturaleza divina, si bien la perdió con su cuerpo y la recuperó después de su Resurrección. Fueron condenados por el concilio de Calcedonia (451), aunque se propagó desde Asia Menor hasta África, y en Etiopía aún tiene adeptos en las iglesias ortodoxas, como también en las de Siria, Armenia, y en las comunidades coptas de Egipto.
Los primeros que en nuestro tiempo informaron de las leyendas etíopes, y de sus numerosas iglesias rupestres construidas por hombres blancos en Etiopía, fueron los navegantes portugueses, extrañándoles que allí celebrasen el Año Nuevo siete años, nueve meses y once días más tarde que el calendario gregoriano. La iglesia dedicada a Nuestra Señora en la ciudad llamada Lalibela está decorada interiormente con cruces templarias. Allí veneraron a su Virgen Negra, siendo a partir de dicha campaña en Etiopía cuando los caballeros del Temple la llamaron Nuestra Señora de la Luz ¿Quizá en recuerdo de la reina de Saba, madre del rey Manelik?. El interior de un viejo castillo de Axum (Etiopía), tiene la planta decorada con la cruz templaria. Allí, anualmente cada mes de enero, se celebra la fiesta Timkat, concentrándose miles de fieles llevando copias del Arca de la Alianza. Las procesiones de barbudos con hábito blanco recuerdan a su patrón san Jorge (Bet Giorgis), pero también los mantos blancos de los nobles caballeros del Temple, según lo escrito en 1207 por Abu Salih, un cronista armenio que especificó: "A los picapedreros etiopes, egipcios y coptos, los dirigieron hobres de blanco que tenían una tez blanca y rojiza, y el pelo rubio. Antiguamente fueron los portadores del Arca cuando era sacada en la procesión del Timkat".
En Etiopía, también se encuentra entre los símbolos templarios de Lalibela el "cuadrado mágico" llamado SATOR-ROTAS (lo cual, una vez descifrado, significa: Pater Noster), encontrándose entre los símbolos templarios del castillo de Gisors (Fr.). El de la iglesia etíope parece más antiguo, ya que empieza por SADOR-ALADO y termina en OBERA-ROTAS.
Tan antiguos dibujos dejan pocas dudas de la intrusión de los templarios, pero además está documentado que en 1185 Manelik ocupaba de nuevo su trono en Lalibela. Allí en agradecimiento a los templarios que le ayudaron, al ser rey hizo excavar en el suelo de peña once iglesias que sorprenden por estar unidas por túneles subterráneos (a veces son trincheras laberínticas al aire libre) complejos y desconcertantes. A todas se entra por algún túnel oculto tallado en la piedra. Tan raras construcciones interiormente imitan, las iglesias cristianas normales, incluyendo columnas y capiteles. Se distribuyen en dos grupos de cinco, uno a cada lado de su rió llamado Jordán. Para excavar la onceava y última iglesia se justificó con la aparición en plena batalla del ángel san Jorge, luchando junto al rey Lalibela. Vestía hábito blanco y montaba un brioso caballo albino, decidiendo rápidamente la victoria. Le dedicaron el mayor y más impresionante de los templos rupestres perfectamente cúbico. Bet Giorgis (mide 12x12x12 m.) y está lejos de los demás, los cuales en conjunto pretendieron ofrecer una idealizada Jerusalén. Ciertamente el rey Lalibela quiso reconstruir la ciudad santa de Jerusalén en su Rhoas natal, porque Jerusalén había sido capturada por musulmanes y la peregrinación hasta ella resultaba muy peligrosa para los cristianos etíopes. La presión la ejerció a favor de Axum el obispo cristiano de Etiopía, que era un monje sirio y allí tenía su sede.
El principal beneficio de los templarios en Etiopía fue la posesión de la sagrada reliquia que es el Arca de la Alianza. En España son conservados en Ucero (Soria) idénticos dibujos del Arca que hay en las iglesias etíopes. Según F.J.B. Manzano, adentrarse en San Bartolomé de Ucero, un templo construido en el cañón de Río Lobos, es viajar a la lejana Etiopía a través de los símbolos allí existentes. El fundador del Museo Nacional de Etiopía, J.O. Kinnaman, dijo haber visto personalmente el Arca de la Alianza gracias a un permiso especial que le concedió el emperador Haile Selassie; por cierto el último que llevó el titulo de "Rey de reyes", porque fue descendiente directo de Manelik, hijo de Salomón y la reina de Saba.
LALIBELA, DESCENDIENTE DEL REY SALOMÓN EN ETIOPÍA
En 1.160 llegó a Jerusalén un príncipe etíope llamado Lalibela, de Etiopía, quien permaneció allí durante varios años. Debió de relacionarse con los templarios y pedirles ayuda. Estaba siendo perseguido después de haber sido injustamente derrocado por su hermanastro Habbré que le usurpó el trono. Gracias a Lalibela los templarios conocerían el libro Kebra Nagast, en cuyas páginas se recogió la tradición que antes estaba gravada sobre dos losas de piedra, y otros objetos que ya estarían dentro del Arca de la Alianza venerada por una numerosa comunidad judía desde el año 950 a.C. Los templarios lo investigaron, y después ayudaron a Lalibela a recuperar su trono a cambio de resarcirse con "algo". Para empezar, constato la sospechosa coincidencia del nombre del templo de Aksum donde se sigue guardando el Arca de la Alianza: Se llama Nuestra Señora de Sión, como la que tuvieron anexa a su casa-madre en la ciudad de Jerusalén.
El rey Lalibela nació en Roha (Etiopía) a mitad del siglo XII, cuando Aksum no había sido aún fundada. Era el hijo más joven de la dinastía de Zagwe, y a partir de entonces gobernó el norte de Etiopía hasta el año 1207. A pesar de tener varios hermanos mayores, desde niño Lalibela estaba predestinado a ser rey, porque poco después de haber nacido, su madre encontró un enjambre de abejas alrededor de su cuna, lo cual le recordó una leyenda antigua de su tribu y exclamó: "¡Las abejas saben que este niño será rey!" (Lalibela). Las abejas representaban para ella a los soldados que un día servirían a su hijo, y eligió dicho nombre para él.
Circulan diferentes tipos de opiniones acerca de lo que pudo haber sucedido con el Arca de la Alianza, y ambas incluyen al rey Manelik de Etiopía, hijo del rey Salomón y la reina de Saba. En el primer caso hay a su vez dos opciones: Fue robada, o fue cambiada, por Manelik, quien quizá sólo dejó en Jerusalén una copia cuando despidió a su padre el rey Salomón. Siglos después también el Arca desapareció de la vista de los habitantes de Jerusalén durante el gobierno del idólatra Manases (678-642 a.C.). En el interior del Templo del rey Salomón entonces se veneró un ídolo pagano, e incluso y se mataba a los profetas, por todo lo cual parece obvio que se protegiese el Arca, siendo lo más lógico alejarla del Templo y de Jerusalén, por lo contaminante que hubiese sido el mal ambiente para la seguridad de tan gran reliquia. No obstante aún sería posible aceptar que fuese destruida, dado el mucho oro que la forraba a raíz del ataque de los babilonios del rey Nabuconodosor, ("Cabeza de oro"). Tanto oro debió de despertar una gran ambición, pero en contrapartida juega también el general temor de que era un mueble capaz capaz de fulminar a quien osase tocarla ("Samuel" 6: 6-7 y "Crónicas 13: 9-10). Este y muchos otros secretos los traspasaron a Arnau de Torroja sus superiores.
El año 650 a.C., coincidiendo con la visita del etíope hijo del rey Salomón a Jerusalén, el Arca del Templo habría sido transportada hasta la isla Elefantina, en Alto Nilo (cerca de Asuan-Egipto), donde hubo un templo judío dedicado a su veneración durante más de dos siglos, puesto que tan sólo estaba justificada su construcción si servía para albergar el Arca de la Alianza. Lo edificó una colonia de judíos que antes durante un siglo habían guardado la frontera de Israel. Sólo para custodiar el Arca se establecieron en Egipto, a pesar de serles un país hostil. Cuando aquella comunidad decidieron que el santuario para un tan gran tesoro de religión se les hacía pequeño, en el año 410 se llevaron el Arca de la Alianza, no a Jerusalén, sino a la Isla del Perdón del lago Tana, en Etiopía, donde vivía una numerosa comunidad judía que se la reclamaba. En el siglo IV muchos judíos de la zona se convirtieron al cristianismo y pasó a guardarse en Aksum. Al fin, los etíopes son los únicos que perpetuan su veneración física, siendo evidente que le demuestran su mayor devoción al templo de "Santa Maria de Zion".
La ruta terrestre entre Meroe, en Nubia, y Rhoas en Etiopia, está muy bien estudiada por ser la tradicional de las más antiguas caravanas comerciales. En tiempos de Manasés (687-642 a.C.) primero el Arca fue llevada a la isla Elefantia y a la Isla de Filae en el río Nilo (donde los blenios de Nubia rindieron culto a Isis, por última vez en todo Egipto). Después los portadores del Arca se asentaron para venerarla a orillas del lago Tana, en el las tierras altas de Etiopia (410 a.C). En un documental de TV, vi que en Tana Kirkos, una isla del dicho lago, aún existe un pedestal que sirvió para sostener el Arca de la Alianza durante 800 años. Con tal peregrinación hacia Axum, en el sur, se cumplía el sueño de Salomón: "El sol iria hacia el sur", lo cual, según el mismo interpretó, significaba que su reino se desplazaría. Finalmente se la veneró en una capilla anexa a Santa María de Sión, cuyo nombre es el mismo que el templo que fue sede matriz de los templarios de Jerusalén.
Por agradecimiento a los caballeros de la Orden del Temple, el soberano Lalibela mando excavar en la dura peña del suelo las iglesias rupestres con planta de cruz templaria en la provincia de Lasta. Hay también una iglesia subterránea del mismo período en Aubeterre (Francia), y conozco otra San Justo y Pastor, en Olleros de Pisuerga (Palencia-España). Las once iglesias rupestres alrededor de Lalibela son: Abba Libanos, Madhané Alam, Maryam, Denagel, Mika'él, Amanu'él, Marquréwos, Sellasé, Golgotha, Gabriél-Rufaél, y Giyorgis (san Jorge).
Lalibela una vez coronado explicó que en un sueño Dios le mostró los diseños de las iglesias, así como en dónde construirlas y cómo adornarlas. En realidad debió de ser el Gran Maestre del Temple, y entonces lo era Arnau de Torroja. Fue en el curso de su juventud que por primera vez se utilizaron planos de construcción. Antes ni existían, pero a mediados del siglo XII incluso se copiaban, distribuían y archivaban por las logias de constructores que disfrutaron, por fin, las ventajas de organizarse también como canteros, gracias a lo cual lograron hacer valorar su oficio. Las iglesias de Lalibela están entre las creaciones arquitectónicas más extraordinarias de la humanidad. No obstante, ni Lalibela ni los templarios inventaron las iglesias rupestres, porque dos siglos antes de subir al trono ya fueron construidas algunas en Tigray (Etiopía).
La iglesia ortodoxa etíope canonizó al rey y cambió más adelante el nombre de la ciudad de Roha por el de Lalibela, el suyo propio, a fin de revitalizar el cristianismo en su recuperado reino. También rebautizó el río llamándole Jordán en recuerdo del precursor, Juan Bautista primo de Jesús. Lalibela fue enterrado en un lugar de allí llamado Gólgota, y a partir de entonces fue la ciudad santa de los cristianos etíopes (que son casi la mitad de la población), los cuales viven tan rodeados de países islámicos como Israel. Ello es así, desde que a principios de nuestra Era el cristianismo fue introducido por influencia copta. El emperador Ezana la elevó a religión oficial en el siglo IV.
EL "ARCA DE LA ALIANZA" ¿FUE LLEVADA A ETOPIA?
Ciñéndome a la información que tuvo Arnau de Torroja, recordaré al enigmático "Rey del Mundo", un líder de dudosa localización, ya citado en la "Primera Parte". Había enviado tres maravillosos regalos al emperador Federico II, recordando con ello que reinaba en Agharta como descendiente de los Reyes Magos aquellos míticos personajes que se postraron ante el Niño-Dios en un pesebre.
En 1164 el arzobispo de Colonia, canciller del emperador Barbarroja, aprovechó el saqueo de Milán para transportar sus supuestos restos, allí venerados, hasta la catedral de Colonia. Hoy sabemos que estuvieron muy confundidos, pues ni eran tres, ni reyes, ni magos, pero entonces era un tema muy serio y creyeron poder seguirle a uno la pista a través de su descendiente el Presbyter Joannes "Rey del Mundo". La primera noticia suya la proporcionó en 1145 Otón de Frisinga, siendo transmitida en el siglo XIV por Juan de Hildesheim, motivo por el cual el Santo Padre desde el Vaticano envió emisarios a Etiopia, gobernada por un Negus (emperador), al cual los católicos llamaron "prieste".
Por otra parte, para localizar tan fantástico reino, y al mismo tiempo las fuentes del río Nilo, el príncipe Enrique, a la vez Gran Maestre de la Orden de Cristo en Portugal, en vano envió sus naves al continente africano. Posteriormente fue misión encargada a Pero da Corilhao, quien desapareció, aunque después de décadas se dijo que vivía con honores en la corte del Preste Juan.
Pablo Villarrubias publicó en 2007 "El fantástico reino del Preste Juan", incluyendo textos de las misivas que, con idéntico contenido, fueron enviadas en 1165 por el enigmático Preste Juan a los grandes soberanos europeos. Y ahí surge la especulación de si los habrían redactado los propios templarios europeos fin de aunar voluntades ante la guerra que se preveía contra el sultán sirio Nuradín.
Arnau de Torroja, al haber luchado antes contra el jefe de los sirios, y como en 1166 fue Gran Maestre provincial del Sur de Francia e Hispania, no pudo haber quedado al margen de aquella estrategia ingeniada por sus superiores. Resulta de toda lógica que se intentase estimular la participación militar, asegurando a las tropas que, en caso de necesidad, recibirían ayuda de un todopoderoso soberano, del cual incluso se divulgó que tenía setenta castillos cerca de donde tradicionalmente se creía ubicado el Paraíso Terrenal.
Arnau y sus superiores sabían que el rastro del Arca de la Alianza se perdió entre los años 701 a.C. y 626 a.C., cuando reinó el idólatra Manasés en Jerusalén, en cuyo templo profanó el día que obligó a entronizar en su interior un ídolo pagano (650 a.C.). Si el Arca entonces no estaba oculta en una gruta debajo del Templo, y tampoco en el monte Moriah, sólo quedaba investigar la historia explicada por el destronado soberano de Etiopía residente en Israel.
El Arca de la Alianza evoca tanto una leyenda, como pasión y drama histórico. Finalmente quizá realmente fuese depositada (955 a. C.) en un templo el cual se había empezado a construir en Jerusalén once años antes. Es la ciudad santa por excelencia, al ser cuna de las tres grandes religiones monoteístas. Ello no la libró nunca de ser escenario de guerras y luchas. Durante la historia de la Humanidad cada líder poderoso siempre tuvo gran interés por de ser dueño de los Santos Lugares. Trataron de ejercer su poder en Jerusalén y en el Monte del Templo, que es su centro de máxima devoción, porque allí existe una piedra bruta que conectaría simbólicamente con el centro de la Tierra. Dicha peña está en el suelo del templo de la cúpula dorada
Parece insólito que aquel Arca, a modo de un baúl de madera forrado de oro, generase una nube de día y fuego de noche, por lo cual fue capaz de guiar al pueblo de Moisés vagando por el desierto del Sinaí más de cuarenta años. Como Moisés era egipcio, todo su saber y creencias también lo fueron, por lo que copió el mismo tipo de cofre que servía en los templos de aquellas culturas para transportar objetos de culto sagrado en su interior, en recuerdo de los tiempos de vida nómada.
Los templarios supieron que la epopeya etíope del siglo XII, titulada "La Gloria de los Reyes", (Kebre Negest) escrita en Axum, donde no sólo se menciona la reina de Makeda (Saba), sino que explica que el Arca de la Alianaza llegó allí el año 642 a.C., vía la comunidad judía de Elefantina (Nilo medio, Egipto), pasando por el lago Tana en el norte de Etiopía, el cual forma triángulo equilátero con las ciudades de Lalibela al norte, y Axum al sur. Lo apoya el que el Arca no consta en la lista del botín de Nabuconodosor cuando, en el año 586 a.C., saqueó Jerusalén. El rey Josías se cree que pudo haberla ocultado en el siglo VI a.C. en los subterráneos debajo del templo. También se lee en el "Libro II de los Macabeos" que Jeremías la escondió supuestamente en una gruta del monte Nebo, a 150 km. lejos de Jerusalén, límitrofe con Jordania. En "I Reyes" (14:26) se informa que el rey Roboam, cinco años después de morir Salomón, se llevó todos los tesoros para evitar que cayesen en manos del faraón Sissac. En la Santa Biblia consta que aún estaba en Jerusalén cuatro siglos despué de morir Salomón y su hizo Menlic. El hecho de buscarla en Etiopía demuestra que en Jerusalén el Arca de la Alianaza los templarios en Jerusalén nunca la hallaron.
DIÁSPORAS, EXODOS, EXPULSIONES Y MIGRACIONES JUDÍAS
Fueron varias las migraciones del pueblo hebreo al norte de los montes Pirineos. Además, es notable la afluencia de personajes históricos en tierras de Septimania. En el año 12 de nuestra Era, Roma exilió allí al hermano de Herodes Antipas, Aquelao, tetrarca de Galilea y de Perea, que se fue a vivir al barrio judío de Vienne, cerca de Lyon, en Francia. Unos veintiocho años después, a Herodes Antipas lo mandaron al exilio a la misma zona, castigado al desatarse graves disturbios debidos a la gratuita decapitación de san Juan Bautista.
Cuando el año 63 de nuestra Era, Judea pasó a ser una provincia de Roma, también muchos judíos emigraron a la zona sur de las Galias y al norte de la provincia Tarraconense previendo la caída de Massada (72 de nuestra Era). Los romanos obviamente trataron de cortar de raíz otra sublevación del nacionalismo de los zelotes y eliminaron sistemáticamente a los grupos nacionalistas, como los defensores de Jerusalén y de otras ciudades importantes. Entonces debido al miedo emigraron muchos. Según el judío Flavio Josefo, que trabajó como escritor en Roma, en su libro "Las guerras de los judíos" murieron casi un millón y medio de personas emigrando a Damasco, Alejandría. Aquellos judíos que no emigraron, se distribuyeron por Oriente.
Leyendas muy antiguas informan de que unas tribus de judíos descendientes de un rey divino, antes de nacer Jesús de Nazaret huyeron de Palestina y se refugiaron en algunas regiones de Grecia. Desde Grecia, pasaron a la isla de Sicilia, a los Alpes y remontaron los ríos Rhin y Danubio. La zona que se asentaron la llamaron Austrasia, y comprendía las actuales Francia, Bélgica y partes de Suiza y Alemania, aunque sobresalían los de la zona entre Moisson, Mosa y Somme en Lorena. Por ello los francos siempre han reclamado su ascendencia de un pueblo semita emigrante. De la tribu de Benjamín en el siglo V nació la tribu de los sicambros, que pacíficamente ocuparon las regiones de abandonadas por los romanos. Del pueblo sicambro se supone nacida la dinastía merovingia. Era finales del siglo V, y se los encuentra también en el siglo VI.
Antes del año 200 de nuestra Era, los judíos preferentemente emigraron a Italia y a España, vía África del norte. La diáspora judía aún se incrementó debido a la caída del Egipto y de los griegos en Siria. Aquí interesan aquellos que optaron por asentarse en Lyon y Burdeos, entre los años 500-600, concentrándose entre Narbona y Marsella.
Allí los judíos de Zaddoki-Melquisedec debieron de llevarse bien con los descendientes de otros judíos, ayudando a los reyes francos merovingios del rey Clotario I que derrotaron a los visigodos en labatalla de Vouillé (507), cerca de Aquitania en 510, perdiendo así sus dominios en las Galias. Los descendientes de Clodoveo habían pues, por fin, conquistado los territorios de: Gascuña, Languedoc, Provenza. Los príncipes judíos formaron el Principado de Septimania, y de su estirpe salieron los primeros condes de Barcelona, desde Wifredo I hasta el rey Martín "el Humano".
Arnau de Torroja en el siglo XII fue bien informado de los avatares de un secreto linaje sagrado que vivía en clandestinidad. Algo ya sabría, porque en la región de Septimania (la Cataluña francesa actual) desde el siglo VIII era legal la religión judaica y, por ejemplo, en Solsona, ciudad natal de la familia Torroja, había dos "calls", o barrios, de manera que, cuando Arnau aún era niño es de suponer que ya se habría hecho explicar su diferente estatus social,…pero lo hicieron los profesores religiosos que le educaron.
Tanto Barcelona como Gerona, Ampurias y otras ciudades, tuvieron muy influyentes comunidades judías desde tiempos de los romanos. La mayor tolerancia se dio en el Languedoc, donde Arnau de Torroja desde 1166 fue Maestre provincial de la Orden del Temple cuando los judíos aún ostentaban cargos públicos en su capital Toulouse.
Una de las primeras crisis de los judíos europeos la sufrieron después de la predicación de las dos primeras cruzadas a Tierra Santa, porque los que se enrolaban para luchar allí, durante el camino perdían el control, de modo que por los pueblos que pasaban muchos inocentes pagaron con su vida el que sus antepasados crucificaran a Jesucristo. Es más, se creía un acto de devoción católica el hecho de robarles sus cosechas y sus bienes.
JEREMÍAS EMIGRÓ A IRLANDA, LLEVÁNDOSE EL ARCA
Según estudió en la Santa Biblia el investigador Martín Brennan y lo presentó en su obra "The Boyne Valley Vision": Dios en C. 588 A.C. ordenó al bíblico profeta Jeremías desarraigarse (de Jerusalén) y plantar (en Irlanda) refiriéndose simbólicamente a llevar hasta allí a la hija del rey Zedequías vencido por los babilonios. Aquella joven princesa, descendiente del linaje del rey David, se llamaba Teia-Tephi, que se traduce como ramita tierna, simbolizándola mediante un alto cedro).
Una vez que la costa mediterránea ya no presentaba peligro para embarcarse, Jeremías tomó los tesoros de Dios y a la princesa con otros acompañantes para dirigirse a Irlanda, vía Gibraltar, pero antes fueron primero a la ciudad de Mizpah y luego a Tanis, en Egipto.
Jeremías se había embarcado con otras cuatro personas. Uno de ellos llamado Baruch que murió en la "Edad del Hierro" en Gibraltar (donde se conservan diversos vestigios de contactos con Palestina), por lo cual Jeremías y sus tres acompañantes llegaron a Irlanda en 583 a.C.. El dicho periplo se ha podido descifrar de la segunda piedra a la izquierda de la que fe su tumba, por su parte interior.
El grupo de Jerusalén llegó a Irlanda donde, poco después de su llegada, Teia-Tephi se casó con Eochaidh, en Tara, el día 21 de junio del año 583 a.C. Pero no el periplo de la princesa lo que hace interesante este insólito viaje, sino el hecho de que el profeta Jeremías además también habría puesto a salvo en la "Isla del Destino" el Arca de la Alianza del Templo de Salomón, y además el Trono de Israel, conocido hoy como la Piedra del Destino (o piedra de Betel de Lia).
En Loughcrew, el llamado túmulo T, aún conserva jeroglíficos que reproducen gráficamente en símbolos el dicho viaje a Irlanda del profeta bíblico Jeremías. Fue nombrado rey, y como tal parece ser que gobernó Irlanda durante 40 años con leyes muy suaves. Jeremías, al morir en fecha 21 de septiembre del año 581 fue enterrado en la tumba de Loughcrew, descubierta en 1873, siendo desde entonces llamada Ollamh Fodhla, porque fue como Jeremías era conocido en su nueva patria de adopción. Posteriormente en el siglo IV d.C. sus retos pasaron al túmulo de New Grange.
Por la traducción de aquellos símbolos también se esclarece por fin el motivo de que en Brithem (Brehon) todavía hoy se basa en la Torah (Ley Judaica), la cual incluye el gozo Brito, que en lenguaje hebreo significa "alianza". La Ley de Brithem, alude a la Ley del la Alianza, lo que tal vez esconda la idea del Arca de la Alianza, desaparecida misteriosamente de Jerusalén. En cuanto a la traducción de los jeroglíficos de la piedra una vez descifrada, se creó una confusión adrede, con objeto de ocultar que muchos irlandeses, católicos desde siempre, tienen ascendencia hebrea. Para confirmar la ascendencia israelita irlandesa es aconsejable leer el libro "El O'Neills de Ulster". Por otra parte también se defiende con buenos argumentos que cierto descendiente de los emigrados hebreos habría sido enterrado adaptando su tumba dentro de uno de los grandes monumentos megalíticos de la zona (Ver más abajo un mosaico de tres fotos).
TRIÁNGULO SEGUNDO: VÉRTICE 1 LOS DESPOSYNI SE EMPARIENTAN
La ciudad de Jerusalén no era importante bajo la tribu de Benjamín. Aquella tribu después del rey Saul fue gobernada por mujeres, y se especula si cuando el rey Salomón decidió casarse con una princesa egipcia quizá fuese para acreditar su dinastía con legítima "sangre divina". Leyendas populares de Palestina recuerdan que antes de nacer Jesús de Nazaret, unas tribus de judíos descendientes de un rey divino huyeron de Palestina y se refugiaron en regiones de Grecia.
De la tribu de Benjamín en el siglo V nació la tribu de los sicambros. Desde Grecia, pasaron a la isla de Sicilia, a los Alpes y remontaron los ríos Rhin y Danubio. La zona donde se asentaron la llamaron Austrasia, y comprendía las actuales Francia, Bélgica, además de regiones de Suiza y Alemania, donde los sicambros pacíficamente ocuparon las regiones de abandonadas por los romanos. Del pueblo sicambro de finales del siglo V se supone nacida la dinastía merovingia, y aún se los mencionaba en el siglo VI. Los sicambros que más destacaron fueron los de Lorena, entre la zona de Moisson, Mosa y Somme, debido a lo cual los francos siempre han reclamado su ascendencia de un pueblo semita emigrante. La clave está en que el Sur de Francia fue la zona donde los emperadores romanos expedían a los desterrados; y como prueba está la tradición que recuerda el paso por la Galia meridional nada menos que el rey Herodes Antipas y Poncio Pilato, después que perdieron la gracia ante el emperador.
Los visigodos de las Galias se habían retirado al sur de los Pirineos empujados (507) por los francos de origen germánico, pero resistieron los de la romana Galia narbonense, que luego fue parte de la Septimania. En el departamento del Aude actual ya había cristianos en la segunda mitad del siglo III, lo cuales en el siglo IV ya crearon el obispado de Narbona y el año 587 el de Carcasona. En el Aude los católicos resistieron las diversas incursiones musulmanas. Los reyes Pipino y Carlomagno, uniendo ambas fuerzas hicieron posible, no sólo que los cristianos y los judíos luchasen contra los musulmanes en el sur de Francia, sino que allí conviviesen en paz. Fue con el paso de muchas décadas que los cristianos se expandieron, y lograron tener iglesias en cada pueblo y ciudad apareciendo entonces los primeros monasterios.
Las monarquías merovingias dominantes en Europa estaban emparentadas con algún miembro del linaje directo de los herederos de Jesús, los "desposyni", o sea, unos judíos marginados. Todos los esfuerzos para cortar sus sucesiones fallaban y la única manera que la Santa Sede del Vaticano podía establecer su posición suprema era tomando el control de la estructura monárquica. Para ello el papa Zacarías redactó un falso documento escrito 400 años antes, que dijo haber encontrado firmado nada menos que por el emperador romano Constantino. Hoy consta en las enciclopedias como: "La mayor falsificación del mundo"; pero al ser publicado ya no se permitía dudar de que el Sumo pontífice era el exclusivo representante elegido personalmente por Jesucristo en la tierra. Solamente el papa tenía la energía y la autoridad nombrar reyes y reinas como subordinados suyos. Hallazgos semejantes no eran raros, pues ya el rey Josías de Judá ya identificó un viejo pergamino que revolucionó las creencias de los antiguos judíos.
De entre los reyes visigodos Clodoveo fue el más popular, y tal vez el más importante. Gobernó entre los años 482 y 511, y tras vencer en 486 al duque galorromano Siagrio, arrasó con lo poco que por entonces ya quedaba en las Galias de la herencia del Imperio Romano. Después, todo le fue bien al bueno de Clodoveo, hasta que a su esposa Clotilde quiso vestir los hábitos religiosos. Tal circunstancia tuvo una inmensa importancia. Durante aquellos años en la convulsa Europa el catolicismo no era el gran protagonista religioso-político, sino que triunfaba el arrianismo cuya creencia sobre Jesús era muy similar a la que se nos ofrece en los textos gnósticos: Jesús habría sido un maestro extraordinario, pero que sólo era, nada más y nada menos, que un hombre: "Cristo -afirmaban- ha sido creado por el Padre, luego no es eterno y es diferente a Él". O sea, que Jesús para un arriano no era Dios, y lo defendían diciendo que Él mismo lo adoraba llamándole "Padre".
Como la esposa cristiana de Clodoveo tenía por confesor al monje Remy (que luego fue santo, lo mismo que la reina Clotilde), en la Santa Sede de Roma consiguieron que la reina, aleccionada por el fraile, convenciese a su esposo Clodoveo de que debía convertirse al catolicismo bajo la siguiente condición: La Iglesia dominaría en lo político-religioso. Clotilde tuvo éxito y en un solo día aquel rey arriano pasó a ser cual un "Nuevo Constantino", siendo nombrado heredero legítimo del Sacro Imperio Romano.
Clodoveo victorioso en la batalla de Vouillé (507), dominó el territorio franco hasta los Pirineos. Conectó entonces con la descendencia del Nazareno, que gobernó el reino de Septimania de forma autónoma -entre Nimes, Narbona y los Pirineos– hasta la irrupción de los árabes en el siglo VIII. La dinastía se mezcló con la sangre merovingia, resultando que los descendientes davídicos tendrían derechos sobre el trono francés. Tras la muerte de Clodoveo, el año 511, otros reyes merovingios se sucedieron, siendo tal vez el más notable Clotario I. Pero hay que seguir con la historia para entender los desenlaces finales que habrán de sorprender a los historiadores del mundo en los tiempos venideros.
En su momento defenderé la ascendencia de aquella familia originaria de la Septimania, un Principado davídico, habitado y gobernado por judío semi-autónomos, que actualmente se llama Midi, en el sur de Francia, incluyendo siete grandes ciudades: Narbona, Carcasona, Lodève, Nimes, Magalona, Agde y Tolouse. Es la misma zona donde siglos después se desarrolló el catarismo, porque los occitanos desde mucho antes ya habían convivido ejemplarmente con ideas de origen oriental.
No resulta tan extraño cuando se sabe que ya acogió hebreos desde el éxodo de la diáspora del año 70, cuando el futuro emperador Tito Vespasiano hizo reunir en aquella zona a todos los ciudadanos deportados de Jerusalén. Aquel principado judío con lo siglos tuvo la necesidad de ser encubierto entre los historiadores católicos, motivo por el cual su localización y reciente estudio en el sur del País Galo concluye considerándolo "el secreto mejor guardado de la historia".
Es un hecho que la historia se ocupa también de aquello que se cree verdadero sin serlo. Su dignidad está en negarse a confundir lo real con lo imaginario, pero a veces no hay más remedio que artísticamente se rellenen las lagunas con verosimilitudes, dependiendo de si son o no abrumadoras las probabilidades. Hasta que no fallecen los viejos profesores, por comodidad corporativa los esquemas históricos falsos se perpetúan convencionalmente, sabiendo que se presentan sesgados y erróneos y que antaño estuvieron sujetos a los intereses político-religiosos dominantes. Me acuerdo de don Marcelino Sainz de Sauntuola, descubridor de las pinturas de Altamira (1875), quien se gastó una fortuna para darlo a conocer y murió como un impostor. Un ejemplo más cercano en mi país natal es el caso del investigador del catarismo Jordi Ventura Subirats, a quien personalmente le escuché quejarse de que, habiendo escrito él tres decenas de libros de historia, no constaba en las listas oficiales de escritores catalanes. Fue demoledor para mí, porque con sólo tres autoeditados ya lo notaba. En fin, lean a Jean Chesmau "¿Hacemos tabla rasa del pasado?" (Ed. 1976), donde concluye que la historia es demasiado importante para dejársela a los historiadores en nómina.
Salvo honrosas excepciones, para ser historiador hoy no se necesitan grandes habilidades. Tienen los hechos a mano. No ejercitan la imaginación más que para glorificar a los poderes político-financieros, quienes a su vez lanzan anatemas contra quien intente criticarlos. Es defraudador, pero tal es el "gran triunfo" intelectual de la burguesía, que tiene al historiador como su funcionario fiel y eficiente, porque su miseria consiste en aceptar exigencias y de paso les evita discurrir. Lo critico, porque yo practico la interpretación de los documentos antiguos y acorralo la evidencia gracias a muchos años de trabajo libre y altruistamente;… y si puedo también presento mis vivencias.
LOS MEROVINGIOS DEL SUR DE FRANCIA
En el siglo I los judíos helenizados del Sur de Francia rendían culto a la negra imagen de la diosa egipcia Isis, pero aceptaron bien a los setenta y dos exiliados seguidores de Jesús que llegaron por mar hasta la costa provenzal. Entre muchos famosos santos se encontraba María Magdalena con su irresistible faceta de portadora del recipiente sagrado, tal como era distinguida toda gran sacerdotisa de la Antigüedad. Ya en Mesopotamia se veneraba el vaso con el cual se ungía al "elegido" (el Mesías en arameo, y Cristus en griego). Una diosa era la faceta femenina de la divinidad, y los templarios, a falta de esposas, sería lógico que se entregasen con fervor a la veneración de María Magdalena, de la cual tuvieron una exacta visión. El beneficio inmediato fue ser capaces de "cultivar su mitad femenina". Muchos hombres, al no tener en cuenta tal compensatoria necesidad humana, ignoran que su descuido es la causa de muchos divorcios.
Los reyes merovingios serían descendientes de santa Sara (Sara-Tamarh), que para la gnosis medieval fue la presunta hija de Jesucristo y María Magdalena. Después de la Crucifixión madre e hija llegaron al sur de Francia, donde se supone que fueron bien acogidas por la bolsa de etnia judía en aquel sector. Después probablemente aquellos vástagos, hijos o nietos, de santa Sarah-Tamar, habrían sido iniciadores de la saga de reyes merovingios,…los de largas cabelleras, aquellos que en las Galias presumieron mucho de reinar por derecho divino.
Los reyes francos al testar dividían su reino entre sus descendientes masculinos, promoviendo varias guerras fratricidas. Si el reino de Clodoveo I había sido durante cierto tiempo relativamente pacífico, la situación fue muy diferente bajo sus sucesores. La reina viuda Clotilde fue maltratada por su marido Alarico con quien se había vuelto a casar. Era el rey de Septimania, pero ello no impidió que los hermanos de Clotilde se unieran para invadir Narbona (531) y vengarla. Seguidamente arrebataron a los visigodos la Septimania del norte de los Pirineos. A pesar de que la herencia familiar se reunió de nuevo en Lotario (558-561), al morir volvió a dividirla entre sus herederos que no pararon de disputar entre si. Fue el mismo periodo cuando reinó el despiadado Kilperico de Neustria, al cual san Gregorio de Tours describió como "…Peor que Nerón y Herodes juntos". Aquella estirpe de reyes merovingios eran mucho más rudos y salvajes y en ellos se inspiró la obra "Los Nibelungos" recordando cuando el año 870 los vencidos visigodos emigraron a Hispania. No agradaban a la Santa Sede, puesto que incluso al obispo de Tours (Fr.) lo martirizaron cruelmente.
Se considera a la dinastía de reyes francos del siglo VII el eje de la civilización occidental, pero los beneficios otorgados inicialmente por Clodoveo a la Iglesia los anularon sus sucesores, ya que hubo varias guerras fratricidas. En 607 los monasterios fueron saqueados y destruidos, empezando una etapa culturalmente muy obscura para la Historia. Superadas las guerras por el dominio del reino Franco, Clotario II fue el único superviviente. Comenzó entonces un período de paz caracterizado por un apogeo de la vida monástica bajo el reino de Dagoberto (629-639). Su sucesor Dagoberto II, nacido en 651, fue raptado por un mayordomo de palacio llamado Grimoald, quien afirmó que el heredero había muerto y maniobró para hacerse con el poder. Sin embargo, cometió el error de dejar con vida a su hijo pequeño, que también era heredero, confiándoselo al obispo de Poitiers quien lo envió a un monasterio irlandés. Al crecer aquel niño terminó por casarse con una princesa celta llamada Matilde, la cual sólo parió hijas y además murió en 670 en el tercero de los partos. Dagoberto II llegó de nuevo a Francia y recuperó el reino que le fue arrebatado. Se casó en segundas nupcias con Giselle de Razés, región próxima a Rénnes-le-Château, donde el príncipe montó su cuartel general a la espera de recuperar la corona, por lo cual de nuevo hablamos del Languedoc, no lejos de dónde toda esta historia deja escapar sus antiguos y sorprendentes misterios con cuentagotas.
Con su nueva esposa Dagoberto II tuvo otras dos hijas y, por fin, nació el varón que ansiaba como heredero: Sigisberto. Lo malo fue que sus enemigos, entre los principales la Santa Sede del Vaticano, buscaban su perdición. La muy resentida nobleza estaba representada por el mayordomo de palacio (eufemismo para designar a su general con máximo poder militar). Sucedió que siendo rey merovingio Childerico II, su mayordomo era el vigoroso Pipino el Breve, quien, con un golpe de mano se hizo con el trono (751). No obstante a dinastía merovingia continuó en la clandestinidad porque el heredero, que era el joven Sigiberto IV, insisto en recordar que logró escapar de la matanza y encontró refugio en Rennés-le-Château (Aude), la antigua capital de los visigodos.
Antes de hacerse con el poder el ilegítimo Pipino, prudentemente sondeó la opinión del Sumo pontífice Esteban II, y al fin decidió dar un golpe de mano quitando el poder al merovingio Childerico II, erigiéndose aquel mayordomo en rey de los Francos. Después, el Sumo pontífice en persona fue a pedir ayuda a Pipino, al cual coronó el 28 de julio del año 759 en Soissons (Fr.). El papa declaró que Pipino había sido escogido para reinar desde el seno materno…y reinaría por la gracia de Dios, resaltando las semejanzas entre Pipino y el rey David. Su coronación (la primera de los reyes francos) reinstauró la primitiva alianza entre el trono y el altar, iniciada bajo el emperador Constantino, en la Roma del siglo IV. Con la coronación de Pipino terminó la dinastía merovingia de los francos en el país Galo, quedando en rey Pipino comprometido en la defensa de Roma contra ataques de los lombardos. Los carolingios, en fin, habían conseguido ser emperadores de pleno derecho.
El rey Pipino hizo alianzas con la Santa Sede de Roma, ayudando a la Iglesia católica-romana a guerrear contra paganos tanto en Alemania como en Lombardia, sucediéndolo Carlomagno. Poco se puede añadir a lo que fue el emperador Carlomagno para Europa, tanto durante su vida como para la posteridad, incluso para nuestra sociedad actual. Carlomagno acabó sus días siendo monje, algo bastante común entre los mandatarios que con ello se quisieron hacer perdonar sus pecados. Veamos cómo dicha sucesión de grandes reyes permitieron un principado judío en la mitad sur del actual Estado francés.
La saga de los judíos descendientes del rey David en Francia fueron llamados príncipes Nasí, y merecen ser recordados. Los llamaré Supremos nasí porque todo cargo inferior también se llamó nasí. En el siglo IX la estirpe de Guillermo de Gellone, conde de Toulouse del Languedoc (755-812), según algunos historiadores fue primo de Carlomagno, cuya hija Kunigunda, en 779 se casó con dicho Guillermo I de Toulouse, hijo de Makhir David-Teodoric I de Septimania y Alda Martel; es el mismo que al morir subió a los altares (Saint Guilhem, o Wilherm).
Guillermo I acompañó a Carlomagno en su expedición a Hispania hacia el año 778, pero al habérselo nombrado santo católico se creo -y aún mantiene- un conflicto de su personalidad entre los historiadores, por haber sido hijo de Makhir David-Teodoric I, un "Rey de Reyes" procedente de Bagdad, que entonces era la máxima sede del Islam, quien al enlazar por matrimonio con la regia casa pipinido-carolingia les traspasó a ellos y a sus sucesores la necesaria legitimidad para reinar, no solo en Francia, sino también en Jerusalén donde vivieron los reyes del "Pueblo Elegido". Todo obedecía a una estrategia de Pipino "el Breve", pues había asesinado al rey legítimo y usurpado su poder. Después de adoptar a Makhir David-Teodoric I pudieron actuar por "Derecho divino", como si los galos fuesen un nuevo Pueblo Elegido por Dios, dando a sus reyes poder para el gobierno de toda la cristiandad.
A san Guillermo I le sucedió su hijo Bernardo como Supremo príncipe (nasí) de los judíos de Septimania; una línea de sangre que recibieron la mayoría de reyes de Europa, incluidos los de Cataluña, por su parentesco con el conde Ramon Berenguer I de Barcelona. En Francia fue donde mejor se ha estudiado los linajes privilegiados, y así en el siglo X, Hugues de Plantard, descendiente directo tanto del rey Dagoberto II como de Guillermo I, fue padre de Eustaquio (Eustache), primer conde de Boulogne. Un nieto de éste fue Godofredo de Bouillón, duque de Lorena y conquistador de Jerusalén en la Primera Cruzada, cuyo asedio comenzó un día 14 de julio del año 1099 (como vaticinando la actual fecha de la fiesta nacional francesa), si bien Jerusalén fue tomada el día siguiente.
De Godofredo nació una dinastía que hizo remontar sus orígenes a la orden religiosa fundada por los descendientes del Rey David sobre "la Roca de Sión". El rey Godofredo no regresó a Francia porque consideró Palestina su legítimo patrimonio familiar, recuperado gracias al apoyo y empeño de cierto abad de la Orden de Sión (1099).
PROSPERIDAD DE LOS JUDIOS DE NARBONA
Pepino "el Breve" fue derrotado por los musulmanes a los ocho años de haber instaurado la dinastía carolingia. La población judía acudió en su ayuda e incluso le abrió las puertas de Narbona para protegerlo. En recompensa Pepino después nombró la capital la primera "ciudad-estado" del principado judío de Septimania. Se trató de un reino independiente gobernado por condes de ascendencia judía Además de estarles realmente agradecido, les concedió tantos privilegios porque aquella zona sureña le serviría de "colchón" contra los musulmanes de la frontera. De hecho, ocuparon las dos vertientes de la cordillera pirenaica, desde el Atlántico hasta el Mediterráneo, siendo por ello el origen de la Marca Hispánica.
El príncipe judío que debería gobernar la Septimania, se consiguió que, además, fuese descendiente de la Casa de David. Se llamaba Natronai-Makhir, exilarca de los judíos en Bagdad y un erudito que, habiendo sido relevado de su cargo político en Bagdad, su califa lo envió a Septimania, accediendo a la solicitud que le hacían los pipinido-carolingios. Natronai-Makhir al llegar aceptó el nombre Teodoric, añadiéndolo al que tenía como príncipe judío descendiente de la línea de David. Es más, al enviudar, tomó como esposa a Alda, hermana de Pepino III.
En agradecimiento al nombramiento de Septimania a la categoría de Principado, los rabinos de Narbona correspondieron nombrando a Carlomagno, hijo de Pepino: Sucesor davídico del Sacro Imperio Romano, y Carlos el Grande lo confirmó estado permanente en 791. Además acordó con el emir de Córdoba (812) que fuese respetado dicho principado judío entre sus dos reinos. Con los años se consolidó y engrandeció después de las muchas victorias en el sur de los Pirineos del gran Guilllermo de Toulouse l, hijo de Natronai-Makhir. En este tiempo, el principado de Narbona era una muy extensa área desde el río Ródano (Rhona) hasta los montes Albères, incluyendo Nimes y el Rosellón al norte de los Pirineos, y por el sur, los condados catalanes de Girona, Vic (Osona), Barcelona, Urgel, Pallars y Ribagorza.
Natronai-Makhir murió en 793. Su nieto Bernat de Septimania fue el príncipe Supremo Nasí del sur de Francia, y de toda Cataluña hasta tierras del río Ebro. El principado de Septimania aumentó de categoría y pasó a ser un reino judío, manteniéndose floreciente hasta el final de la dinastía pipínido-carolingia.
Makhir David-Teodoric, al enviudar se casó de nuevo con Alda Martel de Autun, hermana del rey –ilegítimo- Pipino "el Breve", por lo cual le sería latinizado su nombre Makhir David por el de Thierry "d'Autun", condado que gobernó entre 771 y 812. En fin, este príncipe (Supremo nasí, titulo judío que se traducía entre los judíos como rey) de Septimania, fue al mismo tiempo duque de Toulouse del Languedoc y consul de Narbona. De hecho Makhir David-Teodoric aún se casó por tercera vez, por lo que su estirpe, todos descendientes legítimos del rey David, dejaron en el País Galo tres ramas oficiales y otras dos encubiertas. Una hija de Makhir David-Teodoric fue Berta de Toulouse, la cual, gracias a casar con el rey de Italia, hijo de Carlomagno, años después propició el restablecimiento de la línea Rex-Deus, al aceptar que su hijo fuese nombrado Supremo nasí.
Carlomagno en 791 lo confirmó como un estado permanente, y además acordó con el emir de Córdoba (812) la legalidad de dicho principado judío entre sus dos reinos. Concedió plenos derechos a los judíos de su imperio, resultando equiparables socialmente a los cristianos, otorgándoles permiso para poder celebrar su mercado un día que no fuese sábado, como era normal. Es más, los judíos podían hacer préstamos a interés contraviniendo la norma de la Santa Sede, que sólo años después lo concedió a la Orden del Temple siendo el principal motivo de su enriquecimiento. El heredero de Carlomagno perseveró en beneficiarlos debido a lo cual llevó el apodo de "Pío" (Luís o Ludovico "el Piadoso").
Ahora bien, tantos privilegios merecieron una repulsa del pontífice Esteban III a Pipino en el año 768, pues la concesión de aquella provincia como un arrendamiento hereditario era contraria a la política de la Santa Sede. El pontífice Esteban III escribió su descontento en una bula que envió el año 768 al obispo Eriberto de Narbona y a los nobles de Septimania, en la cual se lamentaba de los privilegios que los emperadores Pipino y Carlomagno concedieron a los judíos, por ejemplo, el de no pagar cargas fiscales, y para colmo eran beneficios que podían ser heredados. Jamás una "Tierra de Dios" se podía dar a perpetuidad a los judíos, aunque lo hubiese autorizado su antecesor en la silla de Pedro.
El principado judío se consolidó y engrandeció por las muchas victorias en el sur de los Pirineos del gran héroe Guillermo I (Guilhelm) de Toulouse, hijo de Natronai-Makhir. Entonces el principado de Narbona abarcaba desde el río Ródano, que desemboca en el Mediterráneo, hasta los montes Alberes, incluyendo comarcas enteras del norte de los Pirineos, y por el sur, Guillermo I gobernó los condados catalanes de Girona, Vic (Osona), Barcelona, Urgel, Pallars y Ribagorza.
Cuando Natronai-Makhir murió en 793, su nieto Bernardo I de Septimania fue el príncipe nasí del sur de Francia y en Cataluña conquistó hasta más al sur del río Llobregat. El principado de Septimania aumentó de categoría y pasó a ser un verdadero reino judío, manteniéndose hasta el final de la dinastía pipínido-carolingia. Septimania fue, durante varios siglos, una especie de coraza que tuvieron los francos gracias a los príncipes judíos, para contener, e incluso contraatacar, a los invasores musulmanes del Sur de los Pirineos. Después volvieron, pero ya sólo serían breves intrusiones de saqueo a la ciudad de Barcelona, la cual debió ser protegida por castillos a la entrada del río Llobregat, por ejemplo, el de Mataranya y su satélite la Torre Roja de Viladecans. En litoral mediterráneo, durante el siglo XII la frontera pasó de las costas de Garraf, hasta las dos orillas del río Ebro, gracias a que los templarios tuvieron castillos que desde Monzón (Huesca) hasta Tortosa distribuyeron sus castillos para ser cual "llave de paso" fluvial.
TRIÁNGULO SEGUNDO: VÉRTICE 2 ARNAU DE TORROJA PEREGRINÓ A COMPOSTELA
Defender que mi admirado paisano del siglo XII peregrinó a Santiago de Compostela para visitar la supuesta tumba del Apóstol, tiene un trasfondo muy bien fundado. En el confesionario se imponía como penitencia a los nobles, pues al fin todo peregrinaje significa precisamente penar. Otra cosa es que fuese solo o acompañado de su hermano el obispo Guillermo. Santiago de Compostela era el mayor polo de atracción para los cristianos de su tiempo, pues allí acudieron peregrinos de todo el mundo hasta que no se resolvió si sería Roma o Santiago el principal centro el cristianismo.
La peregrinación es una de las figuras de la iniciación, y llegar hasta "Tierra Santa" es, en sentido esotérico, lo mismo que la "búsqueda de la Palabra Perdida", o la del "Santo Grial". Negarle a Arnau de Torroja el tan esforzado desplazamiento sería conocerle mal, dado el gran auge de peregrinos de toda Europa que hacían la Ruta Jacobea. Desde que fuese el Cid Campeador a postrarse ante el sepulcro del Apóstol, luego hicieron la peregrinación tanto reyes como emperadores, prelados y mendigos, y todos, como Arnau de Torroja, se quedarían sorprendidos por el furor de la actividad picapedril a lo largo de cientos de kilómetros, de lo cual son buena muestra las catedrales que jalonan la ruta hasta el Finisterre; por cierto, muchas de ellas promovidas por la Orden del Temple.
Ante la empresa que para el obispo de Barcelona Guillermo de Torroja representó planificar la futura catedral románica, tenía sobrados motivos para viajar hasta el Finisterre. Debía aprender el modelo de templo que estaban erigiendo en Santiago, entonces considerado el mayor de toda Europa. Se trataba de que Barcelona se consolidase como la capital de Catalunya (se conservan restos arqueológicos de su primera catedral y del Palacio Condal). Arnau de Torroja, que probablemente viajó a Santiago con su hermano, fue contemporáneo del maestro Mateo, aunque durante su visita tan sólo vería terminada la llamada catedral vieja, que corresponde a la actual cripta, pues se empezó en 1075 y se terminó 1178. Su entrada está justo bajo el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago, que luego el pontífice Alejandro III consideró Ciudad Santa.
Cuando las peregrinaciones a Roma eran preferidas a las del lejano Jerusalén, la Iglesia católica "cristianizó" el camino de peregrinación a Santiago de Compostela gracias al milagroso "descubrimiento" de la tumba del apóstol. Probablemente, al ser nombrado Maestre Provincial de la Orden del Temple Arnau de Torroja también habría encontrado motivos para de nuevo volver a Santiago de Compostela, ya que la rápida expansión de la Orden del Temple hacía imperiosa la creación de nuevas encomiendas.
Por el litoral mediterráneo las crearon hasta en el castillo-santuario de la Vera-Cruz, en Caravaca de la Cruz (Murcia), y también las tuvieron cerca del cabo Estaca de Vares en Galicia. En mi paso por la zona supe que en la isla Coelleira, (en el municipio de O Vicedo, que vigila la entrada de la ría de Viveiro), existió un antiguo monasterio dedicado a san Miguel, el cual sirvió de refugio a 38 caballeros templarios. Tenía un castillo con foso marino, y en el siglo X ya estuvo habitado por otros monjes benedictino. Según la tradición, en la isla Coelleira fueron degollados 36 caballeros de la Orden del Temple cuando huían del rey de Francia, y uno de los que logró escapar nadando hasta la costa se llamaba Guillelme. La autoría de la dicha masacre la reconoció en su testamento Gonzalo Bernardo de Quirós, un conde asturiano vasallo de Fernando III, puesto que dejó previamente encargadas 36 misas: "Por las almas de los templarios que hice degollar por orden del rey en una sola noche en la isla Coelleira".
Desde Normandía a Galicia, los templarios supieron situar bien sus encomiendas jalonando las principales vías de comunicación, incluidas las marítimas, gracias a lo cual al abrigo del Temple muchos peregrinos costearon la ruta hasta Santiago por el litoral cantábrico. En vida de Arnau de Torroja el peregrinaje a Santiago se hizo mucho más cómodo y seguro que cuando la ruta aún pasaba por la costa de Álava y Asturias. Mi biografiado debió de pasar ya por el camino interior. Si se editó la guía llamada "Codex Calixtinus" fue porque los caballeros templarios hacían bien su trabajo de alejar a los bandidos. Fueron entonces más garantes de los desplazamientos viarios de lo que fueron las autopistas para el siglo XX. Proteger a los peregrinos, después de todo era su misión principal.
Historiadores como Enrique Cal Pardo, y Carlos Pereira Martínez investigaron la presencia en Galicia de caballeros templarios: Los encontraron en: Ponferrada, en Ourense, en San Fiz do Hermo (Guntín), Lugo, Vilar de Donas, Melide, pero también con importantes posesiones y atalayas marítimas en: A Guarda, Vigo, Illa de San Simón, Pontevedra, Coia, Canido; Muxía, Muros, Malpica, Laxe, A Laracha; el muy importante asentamiento de Burgo de Faro, en A Coruña, Ferrol, San Sadurniño, Caaveiro, y el que particularmente me pareció más interesante de todos: Betanzos, y no por la gran personalidad del Gran Maestre Andrade "O Bó", sino porque aquella ría colateral a la de Coruña ofrecía antaño muy buen refugio a toda una flota. ¡Era más idónea que el puerto de La Rochele (Francia)! Por una donación del rey Alfonso IX de León, en Betanzos los templarios construyeron una encomienda con convento, que fue matriz de la actual población.
Hay recogidas dos leyendas, una a cada lado del océano Atlántico, que pudieron ser conocidas por mi ilustre biografiado. Entre las tribus cherokees del estado de Georgia el "Mito del hombre blanco" era ancestral, y creo que debe estar relacionada con los dos viajes que desde las costas de las Islas Británicas realizó el príncipe Madoc. Al regresar a Galicia reveló con detalle sus descubrimientos fantásticos y se volvió a embarcar hacia poniente para no regresar jamás. Para las mentes más despiertas quedó abierta la posibilidad de que cuanto les había explicado el príncipe y su tripulación fuese cierto. Con el tiempo los templarios pudieron pensar tener oculta en la ría de Betanzos su flota, por ser uno de los puertos más seguros del mundo, aunque hoy no sea ya navegable.
SIMBOLISMO RELIGIOSO
La Edad Media era rica en simbología por el simple hecho de que, al no saber leer, el pueblo se ilustraba viendo imágenes pintadas y esculpidas en la piedra. Era un realismo mágico (para las creencias) y a la vez fantástico (para la imaginación). Los colores negro y rojo de la Orden del Temple simbolizaron tanto la luz como el sacrificio. Para recordarlo llevaron colgada una cinta bicolor alrededor de sus cuellos, de forma que evocaron la frase del inicio del canto Magnificat: "Exaltemos a la Madre de Luz". Por influencia de la Isis egipcia, dedujeron que Maria, como Señora de la Luz, tuvo su piel oscura, como todo lo que no sea el sol (Cristo es nuestra Luz y el Sol que vence la oscuridad).
Debe ser tenido en cuenta que, entonces y siempre, no hace falta que algo sea verdad, sino que bastA con que se crea que lo es. En aquel tiempo los cátaros presentaron su "Iglesia pura", capaz de ser una alternativa a la católica-romana, porque había un centenar de evangelios, igual de antiguos, que fueron despreciados por haberse escrito con espíritu librepensador (gnósticos), los cuales diferían de los cuatro aceptados. El clero estaba en impostura total, y sólo lo acreditaba el hecho de que acogía a los hijos segundones de la nobleza. En pocas palabras, en el norte de los Pirineos vivieron tan plenamente fascinados por el catarismo, que incluso los católicos cuando hizo falta los defendieron.
Para poder mejor situarnos en la mentalidad del siglo XII, recuérdese que la sociedad vivió obcecada entre la supersticiones y los milagros, temerosos tanto del demonio como del "mal de ojo", por todo lo cual se fabricaron amuletos protectores, y llevaban también talismanes propiciadores de buena suerte. Es más, hasta un cerdo fue acusado formalmente de regicidio. Se había introducido entre las patas de un caballo, por cuyo tropiezo cayó el príncipe Felipe, hijo del rey Luís VI. Si tales juicios esperpénticos se realizaron en el siglo XVII, que no sucedería dentro de una sociedad paupérrima en el siglo XII, de mayor incultura y abusos señoriales. Así pues, la Orden del Temple, metafóricamente, puede compararse a la visión de una isla de gente concienciada en un mundo donde se manipulaba la razón de forma mucho menos sofisticada que en nuestro tiempo.
Ciertamente hoy padecemos de otro tipo de lastres, y me disgusta que la ciencia institucional esté encasillada por paradigmas convencionales. Algunos de los problemas fundamentales permanecen ignorados, tratados como si fuesen un tabú, o relegados en el último lugar de la agenda. Lo padecen todas las ramas de la ciencia, pero desde mi punto de vista es mayor en los estudios de Historia y de Arqueología. Para ésta, por ejemplo, numerosos vestigios procedentes de un pasado inadmisible, consiguen que los actuales eruditos en nómina permanezcan impasibles. Ellos siguen respetando los dogmas, porque se enquistan en corporativismos a pesar de ver como se resquebrajan los amarres que antaño los justificaban ante una ciudadanía sin información ni cultura. En cuanto a la Historia, es bien sabido que la escribe el vencedor y la manipulan los intereses económicos. La verdadera Historia creo que no recordará los nombres de los actuales licenciados, y en cambio su peor juez serán sus propias conciencias.
Además de tener su propio alfabeto, los templarios adoptaron la costumbre de encriptar de alguna forma sus mensajes, siendo llamado Alefato hebreo, porque llegó a Europa vía los gnósticos cristianos de Egipto y Palestina. Era parecido al Código Pesher, aplicado a los manuscritos del Mar Muerto. Con ello, tras una inocente narración los iniciados esenios pudieron ser alertados de asuntos graves sin ser descubiertos. Les debió de parecer muy novedosa idea, pero ya existía el método Abraxas para encriptar escritos secretos, el cual fue inventado varios siglos antes de nuestra Era, y su origen fue oriental. Consiste en sustituir cada letra por otra, empezando por la primera que, siendo una A se convierte en la Z, según descubrió H.Shonfield. También tuvo éxito la substitución de letras llamada Código Cesar, por ser practicado por Julio Cesar.
La transmisión de los secretos de la Orden del Temple, aunque se restringió a unos cuantos máximos iniciados es evidente que se salvó. La prueba más fehaciente de su continuidad, la constituye una donación manuscrita del siglo XVII en la que la reina de España, Mariana de Austria, concedió doscientos escudos al prior de la Orden del Temple fray Pablo Inglés.
LA PATA DE OCA (OIA)
Un símbolo templario muy iniciático es la Pata de Oca, cuyo diseño se observa a lo largo de todo el Camino de Santiago, al punto que se cree que identifica los lugares de preferencia de la Orden del Temple y sus tumbas. Por el solo hecho de presentar un crucificado colgando de sus muñecas, el gráfico simbolismo de la Pata de Oca nos informa, ante todo, que los caballeros templarios reflexionaron basándose en la realidad sin atender a las dogmáticas suposiciones. Asimismo, no hay que ignorar que el la antigua localidad de Oca (Oia) está la iglesia gótica del año 1185, que és el verdadero final del Camino de Santiago: El océano Atlántico. Es la última oca del tablero del Juego de la Oca.
La idea de la Pata de Oca parece haber sido copiada del Disco de Festos (Grecia), adaptándolo al también llamado Camino de San Jaime. Gracias al paisaje y la meditación, quienes lo han hecho a pie pueden pensar que es mediante aquel cambiante paisaje que todo lo mejor de este mundo se nos anticipa para estimularnos a merecerlo. La inspiración simbólica de la Pata de Oca, más que al gráfico diseño de la pata del animal que evoca, para los templarios tuvo que ver con las tres estrellas del "Cinturón de Orión", de la constelación El Cazador.
La Pata de Oca les sirvió de inspiración para su famosa cruz patente (la paté, griega), la cual les fue otorgada por el Sumo pontífice el día 27 de abril de 1147 con motivo de partir a la Segunda Cruzada. Antes en su Regla no se la mencionaba. Superponiendo el símbolo, invertidas una respecto a la otra, incluso surge el diseño de la estrella de seis puntas rodeada con membrana. Los sepulcros de piedra que presentan su tapa decorada con una Pata de Oca en cada extremo, se consideran que allí fue enterrado algún caballero templario. (véase mi investigación sobre "El anillo de Moisés descifrado").
El Codex Calixtinus (guía de ida y vuelta del s. XII) que se guardaba en la catedral de Santiago de Compostela, y considerado el más valioso del mundo, en muchos sentidos, ha desaparecido de donde lo guardaban el mismo día que escribo esta noticia aquí. En cuanto a su trasfondo, se cree que fue, más que una guía, la clave de la Obra alquímica". Los templarios transformaron concretas indicaciones en el popular Juego de la Oca, al ser un animal símbolo de sabiduría. Los templarios mediante dicho juego enseñarían una ruta de peregrinación simbólicamente "descafeinada" mediante sesenta y tres casillas enroscadas en espiral y catorce ocas, intercaladas entre la primera y la última ¿Se referían a viajar de una encomienda a otra, o se referían a sus iglesias en el camino? Las casillas mismas representaban las etapas; Así como la famosa frase: "de oca a oca, y tiro porque me toca", informaría de haber concluido una peregrinación con éxito gracias a pasar de una encomienda a otra. No obstante su secretismo, se advierte que la imagen del puente también se refirió a ir de un albergue a otro, así como que cada pozo del tablero de juego evocó las depresiones de los peregrinos al transitar a pie por "el Camino". No fue un juego relajante para los templarios, puesto que tenían prohibido jugar a los dados y ajedrez.
En Cataluña he visto el símbolo Pata de Oca en la iglesia de Barberà de la Conca, decorando la rodilla izquierda de una imagen de la Virgen y el Niño del siglo XII. Fue cuando el juego llamado Jardín de la Oca hacía furor, relacionado con mujeres que peinaban sus largas cabelleras rubias con un peine de oro. Se decía que eran unas guapísimas, "xanas", "lamias", y hasta "mouras", pero su común defecto era tener una pata de oca. Desde el Antiguo Egipto que se relaciona tal símbolo con el principio y final de toda vida, ambos incluidos en el Juego de la Oca.
En Puente la Reina (Navarra) la Orden del Temple hacia el año 1130 edificó la Iglesia de Nuestra Señora de los Huertos y un albergue muy necesario para atender a los peregrinos. En 1142 los templarios allí ya tuvieron una encomienda. Su importancia quizá fuese por recordar el simbolismo que le dieran a la forma la letra Y griega; o quizá por estar la población llamada Puente la Reina, ubicada equidistante de "Campo-de-Estelas" y Marsella, ya que allí tienen los montes "de l"Etoile", que tiene forma de estrella.
Un Cristo sin cruz es venerado en un ábside de la iglesia del Crucifijo en Puente la Reina (Navarra) en el donde se reúnen los cuatro caminos de Santiago para ser uno solo. El pueblo, con un esbelto puente románico, se construyó en el siglo XII allí donde confluyen el camino "Francés" procedente de Somport, y el Camino Navarro procedente de Roncesvalles. El Salvador se presenta con sus brazos en forma de letra uve (V) para formar la simbólica pata de oca. Lo he visto también grabado encima de una calavera en una piedra del Languedoc, exactamente en la pared de la casa de la Rue des Grans Ducs de Foix. El Cristo sin cruz de los templarios remite al "hombre iluminado" según su frase: "Ponte un objetivo digno y alcanzarás la luz". Los masones lo expresaron diferente: "Abre los brazos de tu compás y trabaja en la rectitud". Actualmente un dibujo invertido de la dicha pata de oca dentro de un círculo se ha convertido en símbolo universal de paz.
En la iglesia templaria de Palma de Mallorca encontré un par de semejanzas con el Cristo de la Iglesia del Crucifijo en Puente la Reina, y son: la cruz del Crucificado, y los pies del mismo. Además, ambas cruces están llenas de tallos, florecientes brotes, como jóvenes ramas del Árbol de la Vida. En el caso de los pies, los especialistas les atribuyen el significado de:"Aquel que caminó y buscó finalmente la liberación". La cruz de la Iglesia del Crucifijo es más peculiar que la de Palma de Mallorca, por tener la forma de pata de oca, tan importante para los templarios porque de ella nació tanto su cruz pectoral, y también su alfabeto secreto, con muchos símbolos en forma de letra V.
No voy a extenderme en explicar su secreto alfabeto, ni su relación con el árbol de la cábala que en su parte superior sostiene invertido el triángulo de su alfabeto básico. A mi no me gustan las cábalas, fruto de la tradición hebrea que tanto se divulgó en el siglo XII, aunque reconozco sus implicaciones de doctrinas judías, árabes y hasta los neoplatónicos. Lo mismo diré del tarot (una especie de "chuleta" (Ars notoria) para los dualistas que insisten en remontarlo al Antiguo Egipto; y menos del Abaxas. Entretenerme en ello sería un no acabar. Es más, por mucho que Arnau de Torroja lo conociese, aquí ni tan siquiera me extenderé en referir su apreciación por la cruz pentagonal, imprescindible para situar los polos de la Tierra cuando la estrella Venus (MM) cruza por el cielo estrellado con precisión cada ocho años. El pentágono sólo vale para los dos opuestos polos de una esfera hecha de hexágonos. La sabiduría simbólica está en la Estrella de David. La vi discretamente grabada en piedra de una casa vecina a la iglesia de Lugo, y en el pórtico de Santa María de Azougue, significando que allí trabajaron unos canteros que se llamaban "Hijos de Salomón" cercanos a la Orden del Cister. En fin, hay temas por los que yo no paso.
Haré una breve alusión a la cruz patriarcal de doble travesaño (el de arriba sería para el INRI), aunque en realidad sea de origen oriental. En España son famosas las veneradas en Caravaca de la Cruz (Múrcia), la de Estella (Navarra), la de Ponferrada (León) la de la catedral de Valencia y la de Betanzos (A Coruña), donde la llaman Benbibre. Con todo, como catalán me quedo con la de Bagá (Barcelona).
Una "Pata de oca" mirando en dirección contraria a la otra, me recuerda que los templarios copiaron de los caballeros musulmanes el cabalgar por parejas, dado que juntos se complementaron como almas gemelas haciéndose responsables el uno del otro. Lo corrobora el que los templarios decorasen su sello con dos jinetes montado un mismo caballo, pues por razones estratégicas pudieron defenderse mejor en combate. Los capitanes de una batalla tuvieron montura propia; siendo varias las que tuvo todo Gran Maestre del Temple, quien en el campo de batalla cabalgaba un brioso corcel oriental.
NUESTRA SEÑORA DE EUNATE (NAVARRA)
El templo que en Jerusalén se presenta aún con una cúpula dorada semicircular, fue construido para proteger la peña que (conectada con el "Centro de la Tierra"), sigue siendo venerada por tres religiones monoteístas en la explanada del Templo de Jerusalén. En recuerdo de la misma, en todas partes donde se asentaron los templarios, copiaron su forma octogonal porque les recordó la belleza de la simetría y lo fundamental de la sabiduría. La Cúpula de la Roca, de Jerusalén, fue para ellos mejor referencia que el también circular templo de Agripa en Roma (150 d.C).
En sus construcciones religiosas los templarios utilizaron conocimientos de sus trascendentales ritos para que, ordenado tales espacios, fuesen capaces de pasar de las tinieblas a la luz; o si se prefiere, de lo perecedero/físico, a lo espiritual (al menos en el plano astral). La iglesia más iniciática construida por indicación de los templarios en Hispania, es la segoviana llamada "de la Vera Cruz" (porque en su magnífica cripta se guardó una astilla de la cruz de Cristo antes de ser depositada en Zamarramala). Como símbolo de Jesús prefirieron, sin lugar a dudas, la figura del indefenso cordero pascual, decorando con su ternura dentro y fuera de sus templos, como aparece, debajo, en esta foto del que tuvieron en Palma de Mallorca.
Los símbolos y mitos aunque no deben tomarse al pie de la letra, ofrecen un espíritu que cuesta describir. Si hoy se ven degradados a publicitar productos comerciales, es porque no se puede dudar de su gran utilidad, en especial cuando se trata de inocentes plafones para ordenar el tráfico. En la Orden del Temple tuvieron símbolos propios muy peculiares, empezando por dejar imágenes pintadas o esculpidas del cordero Agnus Dei. Aunque lo identificasen como Juan Bautista, fue el símbolo cristiano que evoca la humildad de Jesús y la enseñanza evangélica. Por cierto, la Ley Mosaica establece que el Cordero Pascual debe ser atravesado por dos palos en cruz para asarlo al fuego y luego comerlo ceremonialmente. Atención a este diseño. Yo al menos lo estudié exhaustivamente por su antigüedad e implicaciones en otra de mis investigaciones.
Presento las explicaciones bíblicas acerca el Cordero Pascual en el Anexo, al ocuparme del hermano eclesiástico de Arnau de Torroja, pues creo que también este símbolo debió de ser muy de su gusto. Guillermo de Torroja fue muchos años Señor de Viladecans (Barcelona), y debió de traspasar a sus feligreses aquella devoción, pues incluso hoy día utilizan el "Agnus Dei" para decorar los cristales de la parada de los autobuses municipales.
La orgiva carácterística del arte gótico ya se construyó precozmente en Inglaterra y Normandía y también en Armenia en vida de Arnau de Torroja. Un ejemplo más cercano, fueron los casi verticales nervios de la bóveda de Nuestra Señora de Eunate (atribuida al Temple en el siglo XII). El nombre Eunate significa en vasco "cien puertas", sugerido por los muchos arcos que rodean tan bella iglesia octogonal, hoy aislada y rodeada de campos de cultivo. Entre los símbolos grabados en las columnas de su entrada, hay un bastón de forma espiral (abacus), parecido a la las plumas de Amón, dios egipcio del "sol nocturno".
Aquella zona de Navarra fue muy apreciada por la Orden del Temple, a juzgar por las iglesias que incluyen arte islámico y simbolismo esotérico mediante elementos arquitectónicos hispano-árabes. La ruta de peregrinación hacia Santiago de Compostela a partir de Puente la Reina (que está a 3 km. de Nuestra Señora de Eunate), sigue jalonada por los templos románicos de: Torres del Río, Castrogeriz, y Villalcazar de Sirga. Sus construcciones octogonales fueron preferencia de los templarios, quienes previnieron en ellas un lugar de meditación elevado para que el neófito pudiese velar sus armas la noche antes de hacer su juramento. Santa María de Eunate conserva sólo la escalera de acceso al mismo, añadida al muro exterior.
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