- Políticas de juventud
- Educación ciudadana y escuela
- Aproximaciones prospectivas relacionadas con la ciudadanía
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
1- POLÍTICAS DE JUVENTUD
1.1- ¿Qué es una política de juventud?
Una definición en clave operativa es planteada por Balardini: "política de juventud es toda acción que se oriente tanto al logro y realización de valores y objetivos sociales referidos al período vital juvenil, como así también, aquellas acciones orientadas a influir en los procesos de socialización involucrados. Trátese tanto de políticas reparatorias o compensatorias, como de promoción y orientadas al desarrollo y/o construcción de ciudadanía".
Agregando otra definición en clave participativa, Dávila y Silva expresan que: "la política de juventud trata de ir generando las condiciones en las cuales los jóvenes puedan realizarse en cuanto tales y, al mismo tiempo, participar en la configuración de la sociedad en la que viven".
Para Touraine, en cuanto a la finalidad de una política de juventud, expresa que "el principal objetivo de una política de la juventud es incrementar en los jóvenes la capacidad de comportarse como actores sociales, o sea de modificar su entorno social para realizar proyectos personales…centrando su análisis a partir de la noción de actor social — en este caso el o la joven —, el cual sería "el hombre o la mujer que intenta realizar objetivos personales en un entorno constituido por otros actores, entorno que constituye una colectividad a la que él siente que pertenece y cuya cultura y reglas de funcionamiento institucional hace suyas, aunque sólo sea en parte" … reafirmando que el objetivo principal de la política de la juventud, ha de ser "el fortalecimiento del espíritu de ciudadanía, que comprende a la vez la confianza en las instituciones y la conciencia de poder hace
escuchar su voz en ellas"
En la perspectiva de Bango, una política de juventud debe considerarse "en sentido estricto, esto es, en su dimensión programática; la política de juventud como política de legitimación; la política de juventud como promotora de construcción de ciudadanía… En otras palabras, la perspectiva implícita de estas consideraciones sobre política desde un punto de vista programático, a nivel del diseño y ejecución de "programas juveniles o para jóvenes", donde se ha tendido a pensar que una política de juventud es la sumatoria de la mayor oferta posible de aquellos hacia ciertos sujetos jóvenes con ética juvenil, es la revalorización de otras dimensiones de política juvenil, más allá del sólo diseño de acciones determinadas características ; dejando muchas veces de lado el componente de lo político que subyace a las definiciones programáticas y la dimensión de la participación de los mismos jóvenes en la perspectiva de construcción de ciudadanía" .
1. 2 Objetivos generales de una política de juventud
Básicamente, agruparemos los objetivos generales en dos tipos:
— La promoción del desarrollo juvenil y de la participación de los jóvenes en el diseño de la sociedad en que viven, en la medida que les atañe y ofreciéndoles posibilidades ciertas de plantear y resolver sus problemáticas.
— Como alternativa compensatoria del déficit social. Asistencia, bienestar, «ayudas socializadoras» (educación, empleo, tiempo libre, recreación, protección, etc.). Se incluye en esta perspectiva, el amplio marco que va desde aquellas políticas netamente paternalistas y asistencialistas hasta el apoyo y estímulo de emprendimientos locales y autogestivos .
1.3 Tipificación de modelos
Sáez Marín distingue tres tipos de políticas de juventud:
— Políticas para la juventud. Cuyos rasgos esenciales se resumen en paternalismo,… los jóvenes son vistos como vulnerables y sin experiencia
— Políticas por la juventud. Es decir, "por medio" de los jóvenes… No sirve a los jóvenes, se sirve de ellos.
— Políticas con la juventud. Es la más moderna en el tiempo y la más innovadora. Su principio base es la solidaridad y es en esencia participativa, no sólo en el aspecto ejecutivo, sino en aquellos procesos que hacen al análisis y a la toma de decisiones. Activa desde los jóvenes e interactiva en la dialéctica juventud-sociedad. No impuesta desde arriba. Creativa, abierta y sujeta a mutuo debate crítico. Respetuosa y no excluyente.
Y a su vez agrega:
- Políticas desde la juventud. Definición que refiere a aquellas actividades e iniciativas imaginadas, diseñadas y realizadas por los mismos jóvenes en condición autogestionaria y aun por subsidios otorgados por el Estado a colectivos de gestión y trabajo juveniles. Es la política que puede observarse desarrollar en algunas Casas de Juventud, por ejemplo.
1.4 Niveles analíticos de interpretación
De acuerdo a Werner Schefold debe diferenciarse analíticamente entre:
- El nivel de la administración ocupado específicamente con problemas de juventud.
b) El nivel parlamentario–legislativo.
c) El nivel de la política transversal. Constituido por otros organismos públicos, que en función de las áreas de su incumbencia (educación, salud, trabajo, etc.), se ocupan también de problemas relevantes para la juventud.
d) El nivel de la política de juventud como programa.
Sostienen Dávila y Silva "Junto a lo anterior, al hablar de una política de juventud desde el Estado, no ha sido tampoco concebida en su esencia como una política social particular hacia un determinado sector social, lo que llevó por un buen tiempo a ser sólo implementaciones de ciertos programas dirigidos a un público juvenil más o menos genérico, y principalmente por el hecho de estar asociados al ámbito de la educación… En dos palabras, el desafío de una política de juventud, es pasar de una concepción agregativa programática, a una visión constructiva de política social de juventud y en eso se ha avanzado poco, sin desconocer que son varios los factores que se encuentran en juego a la hora de enfrentar estos desafíos .
Los mismos autores sostienen que es necesario reposicionar la discusión sobre dos ejes centrales e imprescindibles de abordar para una política de juventud: el tema de la institucionalidad en materias de juventud; y el rol del espacio local en la concreción de una política local de juventud, considerando en ello tanto a los agentes locales de juventud como el nivel de institucionalidad pública de juventud en el contexto local .
Lo expuesto nos da una clara idea de lo importante que resulta la institucionalidad en concordancia con el espacio local ; ambos contextos más allá de ser espacios físicos , deberían estar preocupados por desarrollar estrategias que integren a la juventud en un espacio de participación real y no con simples proyectos donde sólo actúan como segundones.
Después de haber realizado líneas arriba la revisión teórica, los investigadores pensamos que los Lineamientos de Políticas de Juventud y la Ley del CONAJU, están muy lejos de alcanzar la dimensión de Políticas de Juventud que se espera o se esperaba de ellos, sobre todo en el campo operativo, lo cual se ve de sobremanera reflejado en la escasa difusión que se hace de los documentos referidos al tema, y en el desconocimiento de los jóvenes pertenecientes a las bases juveniles de su representante o representantes tanto a nivel regional como nacional.
Se reafirma el hecho de no considerar a las Políticas de Juventud como una Política de Estado, sino como una especie de Política Sectorial; situación que no sólo se presenta en el Perú sino también en muchos países latinoamericanos.
1.5– Antecedentes de la política de juventud en el Perú
Bernales en 1985 sostenía "El Perú nunca ha tenido una política de juventud, de tal manera que los datos que permitan identificar su situación actual son expresiones de tipo básicamente vegetativos, o en todo caso, de políticas sectoriales y generales que en su momento no fueron diseñadas para obtener determinados objetivos en la población joven del Perú" (Bernales, 1985) , y ésta afirmación al parecer sigue vigente a pesar de que ahora existe una ley para la juventud, que hasta el momento parece que no existiera.
Nos permitimos transcribir lo citado en el documento Lineamientos de Políticas de Juventud, por considerarlo no resumible e importante. Desde 1985, año declarado por las Naciones Unidas como el Año Internacional de la Juventud, se han realizado diferentes esfuerzos desde el sector público orientados a la población joven. Sin embargo, dichos esfuerzos no han significado la articulación de los sectores involucrados, ocasionando que las propuestas no logren constituirse en una política integral de juventud.
En este marco, se identifican iniciativas parlamentarias presentadas al Congreso de la República como fue el Proyecto de Ley 1564/83-S sobre Promoción Educativa, Recreación y Empleo Juvenil (1983).
Posteriormente, desde 1985 y a partir del Año Internacional de la Juventud, el Gobierno Central, por medio de sus dependencias, las Iglesias, y múltiples organismos no gubernamentales, en el ámbito local y nacional desarrollaron planes y programas específicamente dirigidos a jóvenes.
Un ejemplo de ello lo constituye la elaboración, en el año 1990, del Programa Nacional de Juventud, como parte del Plan Nacional de Población 1991-1995, a cargo del Consejo Nacional de Población-CONAPO, en el que se priorizó como líneas de acción la salud sexual y reproductiva de jóvenes, la promoción del empleo juvenil, la prevención del uso indebido de sustancias psicoactivas, la educación sexual en primaria y secundaria, y el fortalecimiento de la organización juvenil y de las redes nacionales de jóvenes.
Más reciente, el Plan Nacional de Población 1998 – 2002, considera a las personas adolescentes y jóvenes como un importante segmento poblacional que "presiona principalmente, aunque no exclusivamente, sobre cuatro tipos de servicios: educativos, laborales, de salud y recreacionales". Asimismo, propone como objetivo específico, "enfatizar entre adolescentes y jóvenes las acciones de educación sexual y promoción de estilos de vida saludables, en especial la prevención del embarazo no deseado, la promoción de la equidad de género, así como el análisis y difusión de su realidad socio demográfica".
En 1992, se promulga el Código de los Niños y Adolescentes (que entró en vigencia en junio de 1993), actualizado en agosto del 2000 mediante Ley Nº 27337, que vela por la protección y promoción de los derechos de los menores de edad.
En 1996 se elaboró el Plan Nacional de Acción por la Infancia 1996 – 2000, que contiene múltiples referencias y objetivos dirigidos a adolescentes, en especial en el campo de la educación, la salud y el trabajo.
En 1998, se identificaron propuestas orientadas a dar institucionalidad particular al tema de Juventud. Así, en el Congreso de la República, la Comisión Especial que investiga las Causas y Consecuencias de la Violencia Cotidiana, elaboró y aprobó, en Comisión, el Proyecto de Ley Nº 3749, referido a la creación del Instituto Nacional de la Juventud (INJU), como organismo público descentralizado adscrito al Ministerio de Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano. Esta iniciativa, sin embargo, no pasó al pleno, quedando pendiente su debate y eventual aprobación.
Asimismo, en el marco de las actividades de dicha Comisión se realizó una Audiencia Pública con las principales Coordinadoras Juveniles que suscribieron el Acta de Lima. A través de este documento las organizaciones juveniles solicitaron al Estado la creación del Instituto Nacional de Juventud (INJU), encargado de la política nacional de juventud, y exhortaron a la sociedad civil a elaborar la Carta de los Derechos de la Juventud.
1.6- Lineamientos de políticas de juventud. D.S. N° 018-2001-PROMUDEH
Los intentos por establecer un marco de políticas para la población juvenil no datan de fechas recientes. Se pueden observar algunas iniciativas que no lograron constituirse en marcos normativos para orientar las decisiones dirigidas a este grupo poblacional (Promudeh, 2001). Para el desarrollo del documento que refuerza el DS N° 012-98 PROMUDEH la oficina de la Juventud del PROMUDEH [ desarrolló una serie] de diagnósticos, análisis, consultas, reflexión y debates iniciado en 1999 con representantes
de entidades publicas, organizaciones no gubernamentales y colectivos juveniles (Promudeh,2001). Los Lineamientos de Políticas de Juventud están divididos básicamente en cuatro áreas: Educación , Salud , Empleo y Capacitación , y Ciudadanía . A continuación desarrollaremos las ideas principales que se manejan para estas áreas.
– En lo referente a educación, la oferta pública se basa en un mejoramiento de la calidad desde un enfoque de competencias, para potenciar las áreas de formación integral en las que el y la joven demuestran tener ventajas comparativas. Además, la preocupación del Estado se dirige a la construcción de una cultura ciudadana para inculcar valores que garanticen una convivencia democrática.
– Con respecto a salud, la prioridad se orienta en disminuir las tasas de mortalidad y morbilidad, mediante el incremento de los hábitos y conductas saludables, modificando los comportamientos de riesgo y ofreciendo una atención oportuna. Identificando como tema prioritario la salud sexual y reproductiva, las infecciones de transmisión sexual – ITS, incluyendo el VIH/SIDA, y los embarazos no deseados.
– En el ámbito del empleo y capacitación para acercar al joven al mercado laboral, el Estado busca identificar necesidades técnicas que el mercado laboral esté solicitando, según localización geográfica, a fin de ofertar programas y proyectos respondiendo a la demanda regional, adecuando así la formación técnica según sus necesidades.
– En el ámbito de ciudadanía, el Estado orienta sus esfuerzos a promover mecanismos que propicien la organización y participación juvenil en las distintas áreas de interés y en distintos niveles. Estos mecanismos deberán apuntar a propiciar una participación ciudadana consciente que les permita plantear propuestas y soluciones.
Las Políticas de Juventud tienen una serie de principios, objetivos y estrategias, de los cuales hemos extraído algunos que tienen vinculación directa con la investigación:
En relación con los principios, se reconoce que los jóvenes son sujetos de derecho con voluntad, asegurando su libertad y asumiéndolas como actores sociales que formulan, implementan y evalúan las políticas dirigidas hacia ellos… requiere para el buen entendimiento de sus manifestaciones, un abordaje respetuoso, participativo, integral, multidisciplinario.
En cuanto a los objetivos tenemos; promover la incorporación de las y los jóvenes a la vida política, económica, social y cultural del país… el fortalecimiento de sus organizaciones y de los mecanismos de participación…incentivar los aportes e iniciativas de la generación joven, respetando su voluntad, decisión y preferencia, fomentando su participación a través de espacios y mecanismos adecuados, que les permitan expresar sus opiniones y propuestas a la sociedad, promoviendo al joven como sujeto de derecho… desarrollar entre los jóvenes una mayor conciencia y conocimiento sobre sus deberes y derechos… desarrollar mecanismos para la participación, la concertación y la interrelación con los gobiernos regionales y locales.
Finalmente las estrategias, proponen la implementación de un marco legal que favorezca la incorporación activa de las organizaciones juveniles promoviendo su creación y participación autónoma y sostenible en el proceso de formulación, implementación, seguimiento y evaluación de las políticas y programas de juventud…. desconcentración de los esfuerzos en la formulación, implementación y evaluación políticas integrada , lo cual se ve reflejado en la ley 27802.
Como hemos podido apreciar, la parte medular de los Lineamientos de Políticas de Juventud constituidos por los principios, los objetivos y las estrategias, enfatizan en la participación de los jóvenes para la formulación de éstas políticas, sin embargo existe una gran contradicción, pues no se puede analizar, aprobar, desaprobar, criticar ó proponer sobre temas que no se conocen y no se difunden cuando es un derecho ejercible y no reclamable.
1.7- Consejo Nacional de la Juventud. Ley N° 27802
"Señor Presidente del Congreso, promulgo hoy la Ley de Creación del Consejo Nacional de la Juventud, poniendo de ésta manera el cúmplase a un compromiso contraído con la juventud de mi patria. Hoy por primera vez en la Historia del Perú, se concreta el sueño de ser protagonista de su propio destino y del desarrollo nacional…se cierra el capítulo de abandono de ella"
(Mensaje a la Nación del Dr. Alejandro Toledo Manrique, el 28 de Julio del 2002)
Fragmento del discurso que emociona en el instante, arranca el aplauso, de los congresistas, muchas de ellos dejaron de ser jóvenes cronológicamente, pero que al situarse en el momento actual , después de algunos meses de su puesta en funcionamiento, el Concejo Nacional de la Juventud no ha tomado el protagonismo ni tiene la representatividad que se esperaba, y el tan supuesto cierre de capitulo de abandono de la juventud, de la indiferencia frente a sus angustias y anhelos, aun sigue con las puertas abiertas de par en par sin visos de que alguien las intente cerrar, mucho menos las autoridades.
Sin embargo la ley está dada y para efectos de la investigación hemos extraído párrafos o artículos completos que a continuación detallamos, enfocados principalmente en el tema de la Participación.
Del Título Preliminar, el Artículo V: Principio De Participación, dice: "El Estado promueve la participación de los jóvenes en la vida política, económica, cultural y social de la Nación. Promueve la participación organizada de la juventud como órgano de consulta y coordinación en materia de juventud, a nivel del Gobierno Local, Regional y Nacional".
Del Título I: Disposiciones Generales, Capítulo I: Objetivos y Alcances de la Ley, el Artículo 1: Objetivos de la ley, dice: "La presente ley tiene por objeto establecer el marco normativo e institucional que oriente las acciones del Estado y la Sociedad en materia de política juvenil, que permite impulsar las condiciones de participación y representación democrática de los jóvenes, orientados a la promoción y desarrollo integral de la juventud".
Del Título II: Derechos y Deberes De La Juventud, Capítulo I: De los Derechos, el Artículo 3: Derechos, inciso "g" dice: "Al reconocimiento por parte del Estado de las iniciativas emprendidas y logros obtenidos por los jóvenes y para los jóvenes". En el Capítulo II: De Los Deberes, del mismo Título, el Artículo 4: Deberes, dice: "Son deberes de los jóvenes el respeto, cumplimiento y promoción del ordenamiento Constitucional y legal, asumiendo su rol participativo y solidario en el proceso de desarrollo local, regional y nacional según corresponda…"; y del Capítulo III: Participación y Coordinación, del mismo Título, el Artículo 5: Participación y Coordinación: Estado, sociedad y Juventud, dice: "La participación es un derecho y condición fundamental de los jóvenes para su integración en los procesos de desarrollo social, impulsando su reconocimiento como actores del quehacer nacional. Para el diseño e implementación de las políticas en materia de juventud, el Estado, la sociedad, con la participación de la juventud organizada, coordinará los lineamientos, planes y programas que contribuyan a la promoción socioeconómica, cultural y política de la juventud".
Del Título III: Consejo Nacional de la Juventud – CONAJU, Capítulo III: Comisión Nacional De La Juventud, el Artículo 11: Funciones, dice: "Promover y Fortalecer mecanismos de participación efectiva de la juventud en el diseño de políticas, planes, estrategias y programas que contribuyan a su desarrollo" y el Artículo 14 : Atribuciones y Funciones de la Presidencia, del mismo Capítulo, en su inciso "b" dice: "Formular, diseñar y proponer planes, programas y proyectos en beneficio de la juventud que permita su participación efectiva en el proceso de desarrollo local, regional, nacional".
Del Capítulo IV: Consejo de Participación De La Juventud, del mismo Título, el Artículo 18: De la representación de los jóvenes, dice : "En el CPJ están representados los jóvenes hasta los 29 años de edad, de los partidos políticos, de las asociaciones u organizaciones juveniles… de los centros educativos secundarios…" y el Artículo 19 : Funciones, del mismo Capítulo, en su inciso "a" , dice: "Promover la participación del joven a través de formas, modalidades y mecanismos acordes a sus expectativas en función del desarrollo local, regional y nacional".
Reiteradamente, al igual que el DS N 018-2001-PROMUDEH, se menciona con mucha énfasis el aspecto participativo que hemos descrito en líneas anteriores, pero ¿cómo podemos hacer efectiva esta participación si la ley no es conocida?, tal vez los jóvenes habrán podido escuchar sobre el CONAJU, es más, la televisión como instrumento eficaz de comunicación, difundía un spot publicitario donde se juramentaba a Carmen Vegas Guerrero, Presidenta del CONAJU, pero, ¿conocen los jóvenes los alcances de la ley? ¿saben que les ofrece?, creemos y vamos a tratar de demostrar que no es así.
Existe un problema estructural, de fondo, que parte, desde nuestra óptica, de la falta de atención del Gobierno a un organismo creado por él, además de la falta de planificación en la difusión, el modo de funcionamiento y convocatoria de los representantes juveniles.
En el caso específico de Lambayeque, la difusión de la ley y recepción de propuestas estuvo a cargo de un Congresista Oficialista, ¿qué se pudo rescatar de ésta convocatoria? , casi nada por no decir nada. En pocas palabras resultó improductiva, intrascendente y pintoresca, pues no estuvo a la altura de recoger y canalizar propuestas que aporten en la elaboración de una ley que en teoría es muy importante y en la práctica aún tiene deudas con la juventud.
Resumiendo, podemos decir que se ha creado un Consejo Nacional De La Juventud que aún no asume su rol protagónico como organismo integrante de la estructura política nacional, y aunque sin voto pero con voz en las reuniones ministeriales , podría comenzar a trabajar iniciativas a favor de la juventud en forma descentralizada, estableciendo eficaces canales de comunicación entre sus representantes regionales y coordinando con el Estado diversas acciones y actividades, pues éste, tiene la obligación de velar por uno de sus organismos integrantes y no dejarlo a la deriva, ya sea con asistencia económica o asesoría diversa, caso contrario un gran proyecto como el CONAJU puede quedar solamente a nivel de compromiso cumplido asumiendo una promesa electoral, un gran elefante blanco que reafirme lo que sostiene Bernales: "para la juventud el Estado es un referente ausente y para éste simplemente la juventud no existe" (Bernales,1985); o la reflexión de Zaki Laidi, citada por Tedesco: "El fin de la utopía ha provocado la socialización de la urgencia, erigida en categoría central de la política. Así nuestras sociedades pretenden que la urgencia de los problemas les impida reflexionar sobre un proyecto, mientras que en realidad es la ausencia total de perspectiva lo que nos hace esclavos de la urgencia" (Tedesco, 1996).
1.8-Deficiencias en la difusión de las Políticas de Juventud
Resulta inexplicable que a pesar de contar con representantes regionales en el Consejo de Participación de la Juventud, hasta el momento no se implementen mecanismos de difusión de la ley, pues los folletos que la contienen, están apilados en una oficina fantasmal de COOPOP-Chiclayo, en vez de facilitarlos a diversas instituciones educativas, juveniles, parroquiales, deportivas, etc, para que la conozcan, la analicen, debatan y si tienen alguna iniciativa o propuesta importante la formulen, aprovechando uno de los beneficios de la Ley N° 27802 que permite restringir las propuestas e iniciativas al ámbito local y regional, nos referimos al Artículo VI: Principio de Descentralización del Título Preliminar que a la letra dice "El Estado promueve y contribuye en la ejecución de políticas, planes, programas y proyectos a favor de la juventud en el nivel local, regional y nacional, contribuyendo a su desarrollo integral" (Ley 27802-CONAJU,2002).
2- EDUCACIÓN CIUDADANA Y ESCUELA
2.1- Educación ciudadana
La educación, es el proceso intencionado para promover la adquisición de un conjunto de capacidades y valores necesarios para la vida social, para la cultura de grupo… La educación ciudadana puede contribuir a la superación de los principales problemas que impiden la convivencia pacífica, tales como la pobreza, la exclusión, la violencia, la inequidad. (Palacios, 1997). Lo representa de forma interesante en el siguiente gráfico:
2.2- La socialización política desde la escuela
Según Ramón López: "el estudio de la socialización política realizada por las instituciones educativas, las relaciones de poder que allí se establecen, la presión de determinados grupos sociales por controlar los procesos y resultados de la educación, el análisis de las ideologías educativas, el papel del Estado y otros actores de la educación, la ordenación, orientación política y en general del sistema educativo, los elementos sociopolíticos del curriculum, por citar algunos campos de interés, han sido excesivamente olvidadas por los estudios de la ciencia política" (López , 2000), lo cual pone de manifiesto que éste es un problema que no sólo atañe a nuestro país y que es más complejo de lo que se piensa.
A este respecto se puede hacer referencia a Ames quien señala: "Desde la década de 1970, diversos estudios de socialización política realizadas desde la Sociología y las ciencias políticas han llamado la atención sobre la importancia de la escuela en la adquisición y construcción de valores políticos (Dawson, Dawson y Prewitt, 1977; Segovia, 1975; Weissberg,1974; Easton y Dennis, 1969; Hess y Torney, 1967)… Se basan en el supuesto de que las conductas políticas son en gran medida aprendidas y que por ende, están condicionadas por el entorno. Desde esta perspectiva centrada en la forma en que los individuos aprenden su rol político, existe un acuerdo en que la socialización política comienza en la niñez temprana…Sin embargo también se ha señalado la necesidad de incluir aprendizajes que aún sin tener un contenido explícitamente político, se refiere a actitudes sociales políticamente significativas y a la adquisición de características de personalidad que sean políticamente relevantes" (Ames, 1999).
Este enfoque también hace referencia a dos tipos de socialización política: una manifiesta y otra latente . Como toda teoría, está expuesta a ciertas limitaciones, tal como lo explica Ames: "tienen que ver con el carácter conservador de los primeros estudios sobre el tema, que ponen un énfasis en el significado de la socialización política para la conservación del sistema político, lo que genera una tendencia a identificarla con la perpetuación del status quo, criticada posteriormente por otros autores (Easton y Demnis, 1969). En efecto se puede notar una preocupación por garantizar la internalización de valores políticos y de identificación con el sistema, desde las instancias de socialización que limitan una visión más crítica de la sociedad y el sistema político al que se pertenece… A partir de 1980 los estudios de socialización tomaron otro rumbo en relación al tema de Educación Ciudadana, el cual adquiere creciente importancia en Latinoamérica y en países europeos (especialmente de Europa del este)" (Ames , 1999).
La educación ciudadana, ligada a la preocupación por los procesos de democratización y el fortalecimiento de la democracia, considera al sistema educativo como un espacio fundamental para la construcción y práctica de estos valores ( Arregui y Cueto,1998).
Si tomamos en cuenta el punto de vista de Tedesco: "Existe un consenso cada vez más extendido según el cual la escuela no esta cumpliendo satisfactoriamente la función de formar a las futuras generaciones en las capacidades que requieren el desempeño ciudadano para una sociedad que se transforma rápidamente… hoy es preciso preguntarse si la escuela será la institución socializadora del futuro y si la formación de las generaciones futuras exigirá el mismo diseño institucional" (Tedesco, 1996), y si a éste punto de vista sumamos la explicación de Ames: "Aunque algunos autores han remarcado el papel de la escuela en el mantenimiento de un orden determinado (Bourdieu y Passeron 1981; Vasconi, 1970), el desarrollo posterior de la Sociología de la Educación, la teoría critica y la introducción del enfoque cualitativo (ligado a la etnografía), han puesto de relieve el papel activo de los sujetos en el espacio escolar" (Ames , 1999) ; podemos concluir en la importancia que tiene o debería tener la educación escolar en la formación de los ciudadanos.
2.3- Educación ciudadana en la escuela
Compartimos la reflexión y las preguntas que se plantea María Palacios: " La escuela puede actuar sobre algunos factores que contribuyen a que niños y adolescentes aprendan a sentirse y actuar como ciudadanos del futuro…¿Qué podemos hacer los educadores?¿Cómo puede nuestro trabajo pedagógico contribuir a formar futuros ciudadanos modernos y democráticos? ¿Cómo podemos, desde la escuela, ir construyendo una ciudadanía más próxima a nuestras imágenes de buena convivencia y país deseado?" (Palacios , 1997). Los investigadores pensamos que una de las maneras de empezar a construir ciudadanos con voluntad de participar es precisamente haciéndolos participar, sobre todo cuando existe una ley que formalmente y en teoría incluye a los jóvenes, haciéndose necesario impregnarle un sentido dinámico a la ley, que la haga aplicable y a la par buscar los mecanismos o canales que permita efectivizarla ; uno de esos canales factibles es la escuela como promotora de propuestas, de proyectos que nazcan desde los mismos beneficiarios; al respecto Venturo sostiene: "No es suficiente educar en valores, actitudes y habilidades que favorezcan la integridad de las personas si las prácticas respectivas no están dirigidas a fomentar distintas formas de participación pública y política. De lo contrario estaríamos hablando de educación general, no de educación ciudadana [además] un programa de educación ciudadana que promueve la participación…difundiendo los derechos de participación política y capacitando líderes sociales para ejercer esos derechos, debe atender al mismo tiempo las condiciones institucionales para que esa participación se analice y sea eficaz, sino, el programa corre el riesgo de generar expectativas y una consecuente desilusión" (Venturo, 1997).
La CEPAL y la Oficina Regional de la UNESCO plantea que para lograr una moderna ciudadanía nuestros países requieren una estrategia educativa orientada a formar a las personas en:
La formación del ciudadano incluye, pues, el desempeño de las personas en diferentes ámbitos de la vida social… Este planteamiento confirma que el ámbito de la educación ciudadana es la formación de personas para convivir con otros (Palacios, 1997).
No podemos hablar del ejercicio de la ciudadanía de un joven de 15 años en el mismo sentido que es el caso de uno de 18 ó 29 años. Para los jóvenes más jóvenes, la asunción de diferentes derechos se realiza en forma secuencial y acumulativa, mediante un aprendizaje en el ejercicio. Esto constituye un desafío en los diversos ámbitos institucionales: la familia, los medios de comunicación masiva, las comunidades y –en particular- la escuela.
"La escuela en particular está llamada a fortalecer la capacidad de ciudadanía de los jóvenes. El principal obstáculo está en el carácter de la escuela como una de las instituciones más autoritarias de la sociedad. No sólo no enseña habilidades ciudadanas propias de la democracia, sino que generalmente no admite otras respuestas que no sean el sometimiento o la rebeldía. En otras palabras, la construcción de la ciudadanía entre los jóvenes mas jóvenes pasa por la construcción de estos mismos principios en la práctica pedagógica" .
Al referirse a la ciudadanía en el marco de las políticas educativas, Gabriela Fernández, plantea el problema en relación a tres factores centrales: democracia, ciudadanía y educación, estableciendo acertadamente las siguientes relaciones entre ellas:
– La "consolidación democrática" necesita de ciudadanos (Touraine, 1992).
– En tanto consideramos que la ciudadanía es un "proceso de construcción social" y no una realidad objetiva y predeterminada (Bárcena, 1997), las personas de una sociedad requiere ser formada como ciudadanos.
– La formación de ciudadanos se materializa en "contenidos e instancias educativas" particulares y es impartida desde diferentes agentes socializadores que son responsables de la misma, entre los que se encuentra la escuela .
La misma autora sostiene que en la política existen muchas dificultades para el logro del objetivo principal, que es formar ciudadanos, entre ellas tenemos:
- Formar para la solidaridad en un ambiente fuertemente competitivo.
- Practicas discriminatorias dentro de una escuela que no respeta las diferencias.
- Cultura escolar fuertemente jerarquizada y temerosa de la participación.
- Cultura escolar normativa y reactiva, que no favorece la innovación autónoma y potencia fuertemente la dependencia.
- Sistema escolar que funciona dentro de la dinámica del mercado.
- Falta de preparación de los docentes para dar una formación como la que se propone.
La formación ciudadana debe darse basándose en una combinación de nociones y contenidos teóricos, con entrega de valores y ejercicio práctico, en un ambiente que sea ejemplo de lo que se está proponiendo… frente a las limitaciones que subsisten para poner en práctica estos nuevos planteamientos, podemos pensar en la escuela como un agente formador o deformador de ciudadanos.
En cuanto a la educación formal, la formación ciudadana, más que un contenido (vertical o transversal) , es un modelo completo que abarca currículo y métodos de enseñanza, como también modos de administración, organización y cultura escolar … Un modelo que busque formar ciudadanos … no puede centrarse en evaluar solo sus conocimientos, y menos hacerlo a través de la repetición y la memorización .
En la misma línea Cox sostiene: "Es comúnmente aceptado que la educación ciudadana escolar que se basa sólo en la transmisión de conocimiento no tiene mayor valor; ella debe constar de procesos de adquisición práctica de unas habilidades y puesta en ejercicio o realización de unos valores" .
Con respecto a la formación de la ciudadanía desde la escuela Guerrero se hace y a la vez nos hace una serie de preguntas , que se sintetizan en la siguiente: ¿el estudiante egresará de la escuela con la capacidad de ejercer una ciudadanía plena?. La batería de preguntas planteadas con obvias respuestas negativas, nos hace reflexionar, pero a la vez, desenmascara todas las deficiencias del proceso de formación ciudadana desde la escuela, cuestionando el proceso en sí , a las autoridades y los niveles de participación.
El estudiante al egresar de la escuela se encuentra con la dicotomía de estudiar o no estudiar, si opta por la primera alternativa , los centros de educación superior incluyendo la Universidad , dudamos mucho que difundan estas políticas de juventud . Se complica más la situación si el joven no estudia, ¿quién le da a conocer estas políticas de juventud? ¿los amigos, la familia, la televisión? , poco probable; en razón a esta situación la escuela debe asumir su rol fundamental de agente socializador y así difundir y fomentar la participación de los escolares desde la óptica de la educación ciudadana.
2.4- Relaciones verticales autoritarias en la escuela como principales limitantes de la educación ciudadana
En toda la etapa escolar se mantienen estructuras rígidas, tradicionales, así Light y otros afirman: "Los estudiantes no participan en las decisiones sobre las reglas o currículo, o de otras circunstancias que afecten sus vidas, no tienen ni siquiera el derecho de hablar, de moverse o de ir al baño sin permiso " (Light, Keller y Calhoun , 1996), estas posiciones rígidas anulan el sentido participativo, de crítica, de reflexión, de tal forma que el estudiante siente que no debe ser participe de las grandes decisiones que se toman en relación a ellos , como las políticas de juventud , pues estas serán formuladas por los mayores o los entendidos en el tema, creándose en su imaginario una visión de exclusión que puede marcar el transcurso de su vida y que contribuye a acentuar la sumisión y el
paternalismo, anulándolo como actor activo y parte de un sistema democrático; en relación a lo expuesto, Bernales señala: "Cualquier clase de paternalismo, por muy noble y bien intencionado que sea, tiene algo de castrador y hace daño, porque perturba e interfiere el normal desenvolvimiento de la personalidad del joven. Nada puede ser más negativo para éste que resolverle el mundo y debilitarle aquella conciencia valorativa tan indispensable para el ejercicio responsable de la libertad" (Bernales , 1985).
Al respecto Guerrero sostiene: "En el caso de los colegios, el modelo de autoridad que proponemos a los estudiantes no es el de un líder estimulador con capacidad de empatía, dispuesto siempre a escuchar, atento a las preocupaciones de sus dirigidos, permanentemente inquieto por hacerles sentir cómodos, interesados en darles responsabilidades para que contribuyan a empujar la institución en la misma dirección, convencido de la necesidad de comprometerlos en la búsqueda de soluciones a problemas comunes. La experiencia de autoridad que viven los muchachos habrá de ser por lo general una que se propone a si misma como dueña permanente de la verdad, esencialmente punitiva, a ratos indulgente pero siempre omnipotente e indiscutible" (Guerrero , 1997), y Trahtemberg afirma: "si toda la estructura está hecha para que las cosas se hagan de arriba hacia abajo, autoritariamente, sin reclamar, sin pensar, sin discutir, sin establecer relaciones horizontalmente ¿Cómo se puede pretender que en ese contexto se educará hacia la interacción democrática?"(Trahtemberg , 1998).
La verticalidad de la autoridad escolar siempre ha estado y creemos que seguirá presente si es que el sistema educativo no cambia y los directores o maestros no desaprenden y aprenden nuevamente, ensayando nuevas pedagogías, orientándolas hacia la formación democrática de sus alumnos, hacia la construcción de su ciudadanía.
"No puede ser ciudadano quien siente que el espacio que ocupa le es profundamente extraño, que le pertenece a otros y que, por tanto, nada de lo que ocurra en su interior realmente les concierne. El espacio escolar es más prestado todavía, porque allí ni siquiera hay lugar para la ambigüedad. Toda está estructurado. Todo está dispuesto. Ellos sólo tienen que insertarse y adaptarse, les guste o no. Pero aún así tienen que poner todo su empeño en conservarlo así como está. Casi como cuidar la casa del vecino" (Guerrero , 1997).
De esta manera la escuela, que continua siendo la principal institución educativa formal del país, debería repensarse como un espacio en el cual la progresión formativa va de la mano con la progresión en el reconocimiento y ejercicio de derechos y obligaciones (Cáceres , 1997), así la institución escolar surge como un nodo central de reafirmación y resignificación de la político educativo ; o compartiendo la caracterización conceptual y funcional de Cullen como un "espacio de vigencia y redefinición de lo público, desde donde deberían enseñarse contenidos públicamente legitimados y donde radica el éxito de una verdadera política educativa", asumida explícitamente como política de Estado (D’Eramo , 2000).
2.5- Repensando el espacio escolar
Como ya se ha dicho anteriormente la participación es uno de los puntos neurálgicos de la educación ciudadana, de ella deriva el desarrollo de las capacidades de elegir y de decidir. Enfocada desde la perspectiva escolar, nos hace citar a Tedesco: "[lo anteriormente mencionado] supone una pedagogía muy diferente a la vigente en nuestros sistemas escolares. El trabajo en equipo, la solidaridad activa entre los miembros del grupo y el desarrollo de la capacidad de escuchar, constituyen, entre otros, los elementos centrales de esta pedagogía que debemos desarrollar desde el punto de vista teórico y practico" (Tedesco , 1996).
A este respecto se puede hacer referencia al destacado educador León Trahtemberg cuando en una entrevista señaló:
"[las innovaciones] pasan por el trabajo en grupo, maestros que no dictan clases, sino que ponen el tema al debate y permiten a los chicos armar sus propias teorías. La pedagogía moderna apuesta por la confrontación, el debate, el conflicto " (Vargas , 2002).
Siguiendo esta posición Elizabeth Moscoso coordinadora del CIDE para el proyecto "Educación Democracia y Participación Estudiantil en Escuelas Publicas", manifiesta : "La educación pública (y creemos también la privada ) (17) siempre ha sido vertical, jerárquica y autoritaria… Si empezamos desde la escuela a fomentar los valores democráticos, a que el profesor comparta el poder con sus alumnos, si todos participan en la toma de decisiones estaremos camino a una sociedad mas democrática y justa" (Mendoza, 2000).
En relación al tema Beetham y Boyle sostienen: "Una educación democrática no solo consiste en la adquisición del saber [ Constitución del país , deberes y derechos, derechos humanos]…. se fomenta también enseñando a los niños a debatir temas de actualidad, a exponer argumentos y estructuras y escuchar opiniones de los demás y a participar en decisiones colectivas sobre cuestiones que afectan la vida de la escuela y de su comunidad, por ejemplo mediante reuniones de clase, elección de consejos de escuela, etc… Si una democracia las pasara por alto -por ejemplo por considerarlas demasiado "políticas"- correría el riesgo de perder en gran medida su base popular" (Beetham y Boyle, 1995).
Los puntos expuestos anteriormente no suponen perdida de autoridad del profesor, sino más bien la visión de formar estudiantes con sentido crítico, reflexivo y participativo. En suma como sostiene Morales: "no se trata, pues, solo de ubicar fortalezas y debilidades de la escuela, sino de reconstruirla en sus relaciones sociales, internas y externas" (Morales, 1998) ; [mucho menos] de reformar los contenidos, de reformar las condiciones de los maestros y de las escuelas, de cambiar la organización o los sistemas de gestión. Si cambiamos sólo uno de esos elementos y dejamos al resto intacto no cambiamos. (Tedesco, 1998).
Para concluir vale tener en cuenta el planteamiento de Tedesco: "Los jóvenes de hoy están convocados a elegir, a tomar decisiones que, hasta hace poco tiempo estaban definidas por autoridades externas al individuo: el estado, la familia, la iglesia, incluso la empresa.. Enseñar a elegir constituye por ello, una tarea importante de la educación para la paz y la democracia. Pero el desafío es para la sociedad en su conjunto y no sólo para la escuela" (Tedesco , 1996), sin embargo la escuela puede y debe dar el primer paso fomentando la participación, echando mano de las leyes establecidas. No se puede dejar pasar una oportunidad tan importante como la que tenemos en nuestras manos.
Finalmente de lo que se trata es de desterrar la imagen que tiene el estudiante, de pasar por las aulas escolares como una necesidad para acceder a otro nivel educacional, trabajar o cumplir con la familia y la sociedad , una especie de saldar una cuenta educativa , cambiándola por una imagen de la escuela como un espacio donde puedan participar activamente en la toma de decisiones importantes.
3. APROXIMACIONES PROSPECTIVAS RELACIONADAS CON LA CIUDADANÍA
No era aconsejable ponerse a esperar la revolución mundial sino de tratar de mejorar –si ello era posible – el presente y el futuro inmediato.
(Jorge Basadre)
Teniendo en cuenta el " Estudio Socialización Escolar y Educación en Valores Democráticos: el caso de las Escuelas Alternativas " (Benavides, Villarán y Cueto , 1999), el cual confirmó la hipótesis general planteada, es decir, el poder de los colegios para fomentar valores democráticos en los estudiantes, podemos inferir que la escuela está en condiciones de llevar a cabo una eficaz y eficiente Educación Ciudadana si se lo propone, caso contrario se puede correr el riesgo de formar escolares incapaces de ejercer una ciudadanía plena, no porque no quieran ejercerla, sino porque no han sido formados para ello desde sus centros educativos, junto con la complicidad de los otros agentes de socialización.
En lo referido a la Participación Ames plantea dos puntos interesantes:
1-Se refiere a las experiencias participativas previas, señalando que el hecho de intervenir genera una predisposición favorable para participar en el futuro, teniendo en cuenta el carácter y la evaluación de tal participación. Es decir si se percibe como satisfactoria y si tiene efectos prácticos.
2-Se refiere a las predisposiciones personales, entre las que son fundamentales la autoestima, el sentido de eficacia personal y la resolución de necesidades básicas…
Así, podemos encontrar diversas aproximaciones que señalan que las vivencias en torno a la autoridad y las relaciones que se experimentan cotidianamente en la escuela, tienen necesariamente implicancias en la forma en que los sujetos se plantearan después el tipo de participación que pueden ejercer en otros espacios públicos. (Ames, 1999).
a lo que Palacios agrega :
Si esta capacidad participativa no es fomentada desde la escuela se corre el riesgo de alimentar y enfrentar experiencias de exclusión que condicionan la imagen que los peruanos se forman de sí mismos e influyen sobre su autoconcepto e identidad con el país, pues nadie se identifica con la sociedad que lo maltrata. Las privaciones y la discriminación pueden dar lugar a la anomia, el resentimiento y la violencia (Palacios, 1997).
Por esta razón que Bernales propone: "La gran tarea es precisamente la de organizar a la juventud y darle un rol protagónico en la formulación de los problemas que tienen que hacer con su problemática; protagonismo que en nuestra propuesta comprende tanto su rol de actor, como su participación social y ante el Estado como agente creador de propuestas" (Bernales, 1985) ; complementando la idea Venturo sostiene " A los jóvenes hay que estimularlos a participar directamente en los asuntos públicos y no usar el colador de las representaciones juveniles cuando se trata de discutir acerca del desarrollo de los individuos y de sus múltiples comunidades" (Venturo , 2000) . Resulta, entonces, pertinente citar a Basadre quien propone: "estimular en ellos [los jóvenes] una actitud de identificación con su país y con su tiempo, que debe justificarse al ofrecer oportunidades efectivas" (Basadre,1978).
Desde una perspectiva más centrada en la ciudadanía Jhon Durston sostiene: "La ciudadanía latente existe cuando los jóvenes no han encontrado una causa que los motive, pero tienen una disposición favorable a la participación. También resurge cuando un joven ha participado en alguna causa del pasado, y ve ya realizado o definitivamente frustrado el objetivo de ese ejercicio, puntual, de la ciudadanía…
El problema surge cuando pasa mucho tiempo antes de que vuelva a aparecer un contexto activante de la ciudadanía latente: si este lapso se mide en años, las capacidades, hábitos y motivaciones ciudadanas se atrofian. Si no emerge y se desarrolla en la etapa juvenil del ciclo de vida, la ciudadanía latente difícilmente nacerá en la etapa adulta"
En la misma perspectiva F. Corominas sostiene:
"Hasta los 12 años termina la edad de oro del aprendizaje de los niños, aquí se consume el 80% de los periodos sensitivos y a partir de los 20 años comienza la edad adulta y termina los periodos sensitivos"
Como dice Tedesco: "[es importante] aceptar una reflexión desde la duda, desde las interrogantes y no, como estamos acostumbrados, desde la pretensión de brindar una respuesta única y categórica. No aceptar la duda está provocando la expansión del fundamentalismo que invade todos los ámbitos y da lugar tanto a visiones que nos aseguran un destino maravilloso como a visiones que nos aseguran la catástrofe" (Tedesco, 1996).
Según Sinesio López: "En el Perú tampoco existe una tradición cultural e intelectual interesada en fomentar y analizar las prácticas ciudadanas. Ni la familia, ni la escuela, ni la sociedad civil, ni las instituciones estatales han sido ni son, aquí espacios adecuados donde los peruanos podemos aprender a cultivar la ciudadanía… Tampoco las instituciones académicas han prestado atención al tema de ciudadanía como tal " (López, 1997), empero , que importante es la ciudadanía para la consolidación democrática de una sociedad, así Jarquín y Carrillo sostienen que : "La fortaleza de la sociedad es una condición indiscutible para la efectiva vigencia de la democracia y para alcanzar un desarrollo sostenible y equitativo … el enfoque de desarrollo basado en los derechos está convirtiendo los derechos de los ciudadanos , en parte integral de los procesos y políticas de desarrollo… se ha hecho evidente durante estos últimos años que no es posible avanzar en la modernización de las economías y la sociedad de América Latina sin contar con la participación activa de todos los ciudadanos en ese proceso" (Jarquín y Carrillo , 2001).
Por ellos más allá de la reflexión ingenua y optimista, los investigadores creen que existe un espacio explotable para fomentar la participación ciudadana, y éste es el espacio escolar. El no esperar que pasen las cosas o que cambie la situación para empezar una reforma, resulta desalentador pues analizando fríamente la situación estamos muy lejos del inicio de una gran reforma, sobre todo educativa; el reto es hacer y forzar para que las cosas pasen.
Seria muy importante que los intelectuales y técnicos encargados de los diseños curriculares en el ámbito de la Educación Ciudadana revisen y hagan un sincretismo de los
currículos escolares de nuestros vecinos: Brasil, Argentina y Chile ; proyectándose un poco más Inglaterra , para el tema de formación ciudadana e implementarlo en nuestro país.
- Se ha establecido que la gran mayoría de jóvenes, comprendidos entre los 15 y 17 años de edad , pertenecientes a los centros educativos de la Región Lambayeque , desconocen los Lineamientos de Política de Juventud y la Ley del CONAJU , lo cual desnuda las deficiencias en la difusión de la ley y cuestiona seriamente los niveles de convocatoria y el grado de representatividad a nivel institucional y personal , pues los entrevistados no conocen a "su representante" tanto a nivel local como nacional; y un alto porcentaje desconoce la existencia del CONAJU , situación que se podría estar replicando en todo el país.
- Sociológicamente la investigación demuestra que un amplio número de jóvenes beneficiarios cuyas edades fluctúan entre los 15 y 17 años quedan excluidos de una ley que teóricamente los incluye y los debería integrar.
- Los directores de los centros educativos y los docentes conocen sobre el CONAJU de manera simbólica , a pesar de que los colegios de educación secundaria de menores deben contar con 08 representantes a nivel de la Región Lambayeque al Consejo de Participación Juvenil (CPJ), que es un estamento del CONAJU.
- Se está desaprovechando una importante herramienta legal como es la ley del CONAJU, que fomenta la Participación y el Asociacionismo; y la escuela como agente de socialización y espacio donde se concentra el mayor número de jóvenes beneficiarios de la ley, comprendidos entre los 15 y 17 años, para la difusión de la misma con sus prerrogativas y beneficios.
- Hasta el momento el CONAJU se ha convertido en una especie de elefante blanco , creado por la prisa de cumplir con una promesa electoral, pero con escasa visión de futuro y planificación; tornándose en una suerte de freno que buscó por un lado, reconocer el rol trascendental de la juventud en la caída del régimen anterior , y por otro lado posicionar en la mente de los jóvenes la idea que después de un siglo , por fin un gobierno se acordó de ellos y promulgó una ley que los incluye , los integra y los favorece. Finalmente el CONAJU no encaja en ningún rubro de la tipificación de Políticas de Juventud propuestos.
- En suma, la escuela no está cumpliendo a cabalidad con el proceso de Educación Ciudadana ; y el CONAJU, tanto a nivel local como nacional no está asumiendo el rol para el que fue creado, al no asumir el vacío que deja la escuela, específicamente en el aspecto participativo.
- En relación con la percepciones de los propios jóvenes encuestados sobre la etapa que están atravesando, se ha establecido que existen dos conceptos fijados no sólo en la mentalidad de los jóvenes sino en la población en general, ellos son: la moratoria social y la edad cronológica en la cual se empieza a ser joven, planteada a partir de los 18 años, esta última situación socializada básicamente por el sentido común.
- Existe una demanda escolar que necesariamente debe ser tomada en cuenta , la misma que está relacionada con temas que no se dictan en el colegio, los mismos que revisten mucha importancia y que los adultos o autoridades educativas piensan que no interesan a los jóvenes, lo cual nos está indicando una necesidad oculta de manifestar que también ellos pueden opinar, reflexionar , criticar o proponer y no los están dejando , ya sea por el rígido sistema escolar o porque se piensa que a su edad no pueden tratar temas importantes , tanto a nivel personal como también del ámbito local , regional, nacional o internacional, frustrando el derecho de libre expresión. Esta apertura que podría ser canalizada mediante el curso de Educación Cívica contribuiría en el acumulamiento gradual de teorías y prácticas que culminen con la formación de ciudadanos plenos, que actualmente constituyen la demanda más urgente de toda sociedad democrática, sobre todo si tenemos en cuenta que el concepto de juventud subyace al de ciudadano.
- Los escolares tienen escaso conocimiento sobre Educación Ciudadana, observado en concepciones dispersas, a veces sesgadas y en gran porcentaje relacionadas con la educación en general. Dentro de todo el proceso que engloba la Educación Ciudadana, se ha podido determinar que existe un alto conocimiento sobre el cuidado del Medio Ambiente y de forma opuesta se torna extremadamente preocupante que un porcentaje significativo de jóvenes entrevistados no haya sabido responder cuáles son sus deberes y derechos.
Una Educación Ciudadana que sólo forma para el trabajo y no para la participación, no es una autentica educación ciudadana , queda reducida al concepto de educación general , que forma individuos no ciudadanos; lo cual también demuestra que los docentes no están capacitados para tratar temas de ciudadanía y mucho menos para fomentarla.
- La educación ciudadana impartida en la escuela , está focalizada en la formación de jóvenes para el trabajo más no para la acción social , situación que se manifiesta en los bajos niveles de participación de los escolares en agrupaciones juveniles dentro o fuera del colegio.
- Los agentes de socialización no se han preocupado por desterrar la asociación de la ciudadanía con la mayoría de edad, es decir, de un ejercicio normativo.
- Existe un gran potencial de jóvenes escolares con ganas de participar, para ello sería importante difundir la ley del CONAJU en la escuela, pues el estudio pone de manifiesto que los jóvenes necesitan una especie de protección, un amparo legal para despegar, sobre todo si tenemos en cuenta el espacio rígido que constituye la escuela y que muchas veces resulta castrador. Además se estaría aprovechando una de las etapas formativas más importantes del ser humano.
- Aprovechar la estructura educativa para fomentar en los escolares el asociacionismo y la participación, sobre todo cuando existe dentro de los propios estudiantes un potencial importante con perspectivas de participar, haciendo uso de un legítimo derecho que les asiste por ley.
- Es urgente que el CONAJU, el Ministerio de Educación y las Instituciones Juveniles ó aquellas que se dediquen a realizar trabajo con jóvenes, triangulen esfuerzos sinérgicos, encaminados a incluir obligatoriamente la ley del CONAJU dentro del curriculum escolar; tomar más en serio la Educación Ciudadana y crear espacios reales de participación juvenil, que vayan más allá de una visión paternalista y de considerar al joven como un limitado actor social. Estos espacios generados a posteriori de algún proyecto incluirían medios radiales, audiovisuales o escritos; ello fortalecería al CONAJU, al sector educación y a las instituciones juveniles.
- A nivel gubernamental y a nivel de bases, debe haber mayor exigencia en la elección de los representantes juveniles. Pensamos que la capacidad intelectual es importante, también lo es el curriculum vitae, pero en temas juveniles resulta trascendental la formulación de ideas innovadoras, novedosas, que estén por encima de discursos repetitivos y triviales, de talleres, concursos y réplicas que no satisfacen las expectativas creadas y que muchas veces resultan manidas. Se requiere gente inteligente, ágil de pensamiento y fundamentalmente con capacidad de gestión y propuesta novedosa.
Ésta propuesta contaría con el apoyo de la Universidad sobre todo de aquellas que cuentan con carreras de Ciencias Sociales, de tal forma que los estudiantes de los últimos ciclos desarrollen una Labor Social , acudiendo en horarios y días pactados con los centros educativos a desarrollar todo este trabajo. Para darle mayor seriedad el curso tendría peso académico dentro del currículum escolar y para el universitario sería requisito de graduación.
La convocatoria estaría abierta para egresados y personas con experiencia en el tema, que deseen contribuir en la consolidación de una sociedad democrática. La decisión es de los centros educativos en coordinación con las Universidades.
- Los centros educativos deberían crear un área especial de Ciencias Sociales, destinadas a reforzar la Educación Ciudadana, con teorías, metodologías diversas que incluyan talleres , dinámicas, paneles , etc. y estrictamente orientado al sentido práctico del ejercicio ciudadano, adecuándolo a cada realidad, ya sea individual, grupal o comunal.
- Pensamos que los datos obtenidos en la investigación pueden constituirse en valiosos insumos para futuras investigaciones o proyectos, por tal motivo, los dejamos a vuestra disposición, conscientes que el buen uso que se haga de ellos redundará en beneficio de los jóvenes.
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