3. El poder social, está referido a las estrictas relaciones sociales, esto es, en relación con la vida del hombre en sociedad; en este caso, el poder se precisa y se convierte de genérica capacidad de obrar, en capacidad del hombre para determinar la conducta del hombre: poder del hombre sobre el hombre. El hombre no es sólo el sujeto sino también el objeto del poder social. Es este ámbito o dimensión social del poder, el cual se intenta explicar y desarrollar en la siguiente exposición.
El poder social
El poder social comprende toda la enorme variedad de dimensiones o formas de poder que se dan en la realidad social. En cierto modo podría decirse que la realidad social es un complejo sistema de relaciones de poder de diferente carácter: político, religioso, ideológico, económico, jurídico, científico-tecnológico, etc. En este sentido los términos que designan al poder abarcan evidentemente una categoría muy amplia de relaciones humanas, y clasificar estas relaciones en diversos tipos etiquetados como influencia, autoridad, persuasión, disuasión, inducción, coacción, compulsión, fuerza y otros términos por el estilo; adquieren la denominación colectiva de términos de poder. En tal sentido, en el nivel más general, los términos de poder de las relaciones sociales se refieren a subconjuntos de relaciones entre unidades sociales tales que los comportamientos de una o más unidades ( las unidades que responden, R) dependen en algunas circunstancias del comportamiento de otras unidades ( las unidades que controlan, C).
1. La estructura de las relaciones humanas de poder – en términos generales – se configuran de una manera dual a través de relaciones conflictivas o de oposición y de relaciones humanas no conflictivas o de coordinación, se puede hablar de dos acepciones básicas ( o formas básicas) de poder social: el poder social referido a las relaciones conflictivas o poder social de determinación de la conducta ajena; y el poder social referido a las relaciones no conflictivas o relaciones de coordinación, también llamado, poder social de influencia. Si bien el poder social de las relaciones conflictivas y de las no conflictivas o de coordinación se diferencian doctrinariamente, en la realidad se encuentran entremezclados, de ahí, que no sea tan fácil distinguir en la práctica, qué relaciones son predominantemente conflictivas y qué relaciones son predominantemente de coordinación. Sin embargo, la diferencia fundamental es que en las relaciones de conflicto, la posición social que ocupan los sujetos del poder hay una asimetría entre los que ostentan el poder dominante y los que son titulares del poder dominado; mientras que, el poder derivado de las relaciones de coordinación hay una simetría de los sujetos titulares del poder. En el poder derivado de las relaciones de conflicto, suponen dominación y ausencia de diálogo; mientras que en el resultante de la coordinación, no existe violencia, hay diálogo y comunicación.
2. El poder social de conflicto, es el poder referido a las relaciones conflictivas y, puede ser, en principio, definido como el dominio, imperio, facultad, capacidad o fuerza que un actor tiene para imponer un determinado tipo de conducta a otro actor. Esta idea del poder implica, ante todo, las ideas fundamentales de dominación y sometimiento.
3. El poder social de influencia, es el poder referido a las relaciones de coordinación, puede ser definido, en principio, como la capacidad de influencia que los diversos sujetos sociales tienen entre sí para configurar y realizar conductas sociales comunes o convergentes. Esta acepción del poder social no connota ya una situación de dominación, sino que hace referencia a una de las dimensiones básicas del proceso existencial humano: el intercambio de conductas intersubjetivas como instrumento de interacción y de comunicación. Aquí ya no se habla de determinación, sino de mutua influencia.
4. Clasificación del poder social de conflicto y del poder social de coordinación, dentro de las formas de poder en las relaciones sociales de conflicto u oposición es posible realizar varias clasificaciones, que pueden ser: En cuanto a la forma en que se establece la relación entre los diversos poderes se puede distinguir entre: el poder dominante ( el poder las de las unidades que controlan) y el poder dominado ( el poder de las unidades que responden).
El poder dominante, es el poder que tienen las unidades que controlan, C; sobre el poder de las unidades que responden, R. En este sentido, el poder dominante, es el que tiene el dominio, imperio, facultad, capacidad o fuerza para imponer un determinado tipo de conducta a otro actor, los R.
El poder dominado, es el poder de las unidades que responden, R; respecto del poder de las unidades que controlan C. En tal sentido, el poder dominado, responde y actúa según un determinado tipo de conducta que le es impuesta por el dominio, imperio, facultad, capacidad o fuerza del poder dominante.
En relación con el ámbito sobre el que se ejerce el poder dominante, se divide el poder en:
– el poder económico
– el poder ideológico
– el poder político
– el poder jurídico
– el poder de los mass-media, denominado cuarto poder
– el poder religioso
– el poder científico y tecnológico
– el poder del estado, dentro del cual se encuentran: · el poder soberano · la soberanía o potencia · el poder constituyente · el poder legislativo · el poder judicial · el poder ejecutivo, dentro del cual se encuentran como formas de poder: el poder de gobierno y el poder militar.
Formas de poder dominante
El Poder Económico, está fundado en la riqueza y los recursos económicos abarcan desde los bienes y servicios, utilizados en el consumo, hasta los factores empleados en la producción, distribución y el consumo. Generalmente esta constituido y es ejercido por los agentes que como poseedores de los bienes y servicios, controlan las relaciones económicas, es decir, comúnmente por la denominada plutocracia, el conjunto de las personas acaudaladas y los sectores financieros dominantes. La riqueza, sin duda, es un instrumento de control social, por tanto confiere una poderosa hegemonía social. Su acción generalmente constituye un gobierno invisible.
El Poder Ideológico, es el conjunto de representaciones mentales y teorías ideológicas sistemáticas como factor de influencia fundamental en el desarrollo de las relaciones sociales; que siendo, generalmente, falsas representaciones de la realidad, utilizan los grupos sociales tanto dominantes como dominados para justificar, reforzar y reproducir, su situación de dominación o potencia; o para aspirar a alcanzar dicho estatus de dominación o potencia. El poder ideológico va siempre unido al poder político (ideología política), al poder económico (ideología económica) y al poder jurídico (ideología jurídica). Todas estas formas o tipos de poder ideológico se funden en un bloque unitario en la ideología jurídico-política.
El Poder Político, Es el conjunto de formas de relación social a través de las cuales se estructura la organización básica de la sociedad en función de los intereses colectivos, es decir, capacidad de obtener determinadas conductas y de impedir otras, con el objeto de lograr el bien común de la sociedad política. Según como se ejerza tal capacidad, ya sea con autoridad o mediante la fuerza o con ambas a la vez, con relación a la población y al territorio, dependerá de la forma de gobierno que se adopte. Para lograrlo, es fundamental que encarne con acierto la idea de derecho que sintetiza la cultura política de cada comunidad. El poder procura realizar esa idea de derecho, porque encuentra en ella la fuente de su autenticidad histórica de su legitimidad política.
El poder político, en cuanto que actualmente inserto en las relaciones de dominación supone – junto con otras formas de poder determinantes – una fuerte estratificación social, que implica que el objetivo básico de la organización del poder político (la satisfacción de intereses comunes), no participen con igual peso las clases y grupos sociales dominantes, que son los grupos y clases, que se encuentran, económicamente desfavorecidos y marginados.
El Poder Jurídico, es la configuración normativa – por parte de las normas jurídicas – de todos los ámbitos de actuación de las personas individuales y colectivas dentro de un sistema jurídico determinado. Dentro de esta acepción de poder tienen especial relevancia el derecho subjetivo como poder, que puede ser definido, en sentido amplio, como el conjunto de capacidades y facultades reconocidas por el ordenamiento jurídico a una persona o grupo de personas, con carácter coactivo. También es el entendido como el poder de representación que tiene una persona o grupo de personas otorgada por otra, para que actúe en su nombre y por su cuenta.
El Poder los Mass-Media, es el denominado cuarto poder, constituido por los medios de comunicación de masas, entendidos estos como los procedimientos intencionados por los cuales se transmite, sirviéndose de sistemas técnicos, a un gran público-masa generalmente indiscriminado, determinados contenidos, estímulos, ideas, imágenes y mitos, capaces de orientarla y hasta condicionarla, con el fin de hacerle adoptar determinadas actitudes. Tales medios, pueden ser la televisión, la radio, el cine, etc. Los mass-media, producen una fuerte y notoria influencia en la opinión pública, es decir, con capaces de influir y hasta de manipular el sentir notorio, o estimación que predomina en una comunidad acerca de asuntos determinados de interés general y que son materia de discusión debatible y contingente.
El Poder Religioso o Espiritual, es el poder que se basa en el sistema de creencias, prácticas regularizadas y fórmulas ampliamente compartidas y consideradas como necesarias y verdaderas que ofrecen a las personas una visión del mundo y proporciona respuestas a preguntas desconcertantes, subyugando al cuerpo – elemento material del hombre – al alma – el componente, en teoría, espiritual del hombre – y que actúa como ente rector, a la vez que dominador, de los actos y pensamientos de quienes comparten su doctrina. Mediante sus postulados ejerce una gran influencia en la conducta material del hombre y de diversos cuerpos sociales, vale decir, tiene un efecto notable en el gobierno, economía, etc; por ejemplo en la economía puede llegar a afectar los hábitos de trabajo, las pautas de consumo y la aceptación o el rechazo de nuevos productos y prácticas.
El Poder Científico-Tecnológico, constituye una de las principales fuentes de poder, pues su generación, acceso y utilización permiten la resolución a problemas prácticos de la humanidad y, al ser conocimientos sistematizados, verificables que permite resultados ordenados y confiados entrega a quién los posee una fuerte autoridad e influencia intelectual y material sobre los demás pues posee en sí la capacidad para resolver, muchas veces, que es lo que se quiere o se puede conocer. Este poder, sin embargo, está sometido a múltiples condicionantes sociales y políticos. La ética individual de los científicos, la percepción social de la ciencia, la ambigüedad de numerosas evaluaciones, la manipulación de los argumentos pseudocientíficos, la alusión a fundamentos religiosos, los intereses económicos y la definición de prioridades se cruzan y entrecruzan en el desarrollo del poder científico y tecnológico.
El Poder del Estado, es la conjunción institucionalizada del poder jurídico, político, económico y del poder ideológico que determina la existencia del poder del Estado, generalmente imbuido de un poder ideológico, y a veces de un poder espiritual o religioso altamente influyente. En otras palabras , el poder del estado es una relación estructurada de formas de poder: económico, político, jurídico, etc. El poder del estado puede definirse como el imperium o soberanía que tiene el estado sobre sus ciudadanos de poder imponerles formas de conductas incluso bajo la amenaza de sanciones. Se habla así de suprema potestad rectora y coactiva del estado.
El poder del estado distribuye sus ámbitos, según el principio de distinción y colaboración de poderes, entre sus órganos. Se habla así de: poder legislativo, es aquel en quién reside la potestad de hacer y reformas las leyes. Poder ejecutivo, es el que tiene a su cargo la función de gobernar y administrar el estado, y hacer observar las leyes. Dentro del poder ejecutivo se encuentra como formas de poder, el poder de gobierno, que se puede definir como la capacidad que tienen quienes rigen el grupo político para decidir sobre los administrados. Y el poder militar que es el poder operativo de cara a la guerra contra los extranjeros o la persecución contra los extraños que comprometan la estabilidad y soberanía del estado. Poder judicial, que es el que ejercido por los órganos de administración de justicia.
Dentro del poder del estado, también, hablamos de poder soberano, que es la capacidad de un estado para afirmar su autonomía frente a otros. El poder como soberanía, que es el poder supremo ilimitado o autolimitable, que se expresa como una voluntad omnímoda. Se caracteriza por ser indivisible, inalienable e imprescriptible. El poder constituyente, es la facultad soberana del pueblo a darse su ordenamiento jurídico-político fundamental originario por medio de una constitución, y reformar a esta total o parcialmente cuando así se requiera. En el primer caso el poder constituyente es originario; en el segundo, es poder constituyente derivado.
Dentro de las formas de poder en las relaciones sociales de coordinación o no oposición o consensuales, se pueden hacer la siguiente mención: algunas instituciones y esferas sociales, como por ejemplo, la familia, los grupos primarios, el municipio ( en principio) se caracterizarían por estas relaciones de poder en las que la coordinación y la conciliación de intereses se realizan mediante mecanismos tales como la homogeneidad de valores, el consenso. Estas serían relaciones igualitarias, simétricas y cooperativas.
Características descriptivas y explicativas del poder
El intento de comprender el fenómeno del poder puede concebirse como un esfuerzo para "describir" ciertas características del poder: las variables dependientes; y para "explicar" por qué el poder adopta estas características, mostrando los efectos de las mismas sobre otros determinados factores: las variables independientes.
1. Algunas características descriptivas del poder
a.- Magnitud, la magnitud del poder es la cantidad de poder que C (los que controlan) tienen o ejercen , con respecto a R (los que responden), es decir, las relaciones sociales se caracterizan con frecuencia, explícita o implícitamente, por las diferencias en las cantidades y tamaño del efecto de poder ejercido por los diferentes individuos, grupos o estratos de poder producto de sus recursos, intereses y ámbitos de acción.
b.- Distribución, el poder, por naturaleza, esta distribuido desigualmente entre los diversos actores sociales, pues no existe una regularidad simétrica natural en su distribución. De igual manera los actores del poder, distribuyen sus respectivas cuotas de poder, discrecional y arbitrariamente, entre sus diversos ámbitos de acción según el grado de importancia que asignen a cada uno de éstos. Por tal razón, la distribución del poder es y será asignada con distinta regularidad según los criterios e intereses de cada uno de los actores.
c.- Ámbito, el poder no necesita ser general, puede estar especializado, es decir, el actor puede ser relativamente poderoso o débil respecto de cierto tipo de actividad. Así el poder del actor C, con respecto a alguna clase de actividad de R, se puede manifestar en que los C, no actúan como C, se comportan como R, o los R como C. Tal clase de actividad se denomina amplitud o ámbito del poder de los C. En otras palabras el ámbito o amplitud del poder estará determinado por la capacidad de poder del actor o por los objetivos en los cuales éste desee centrar su poder.
d.- Dominio, el poder de los C estará limitado a ciertos actores, según la naturaleza de su poder y de sus intereses. Los R sobre el que C posee, o ejercita, un control constituyen lo que a veces se llama el dominio o extensión del poder de C, es decir, C, mediante su control sobre R se constituye como el poder dominante.
Pueden ser preguntas pertinentes: ¿cuáles son los R sobre los que tiene control C? ¿cuáles son sus características? ¿cuántos son? ¿cómo se diferencian numéricamente, o por sus características, de los R que no están bajo control de C?
2. Algunas características explicativas del poder
a.- Recursos o medios, un actor tiene poder cuando dispone de recursos o medios que controla. Estos recursos del poder están determinados en su eficacia por los valores culturales. Es decir, la importancia de los recursos del poder dependen exclusivamente de las valoraciones sociales, de tal manera que la importancia de estos recursos, en los diversos ámbitos sociales, a los diversos niveles, y en las diversas épocas, depende de la escala de valores, de los criterios preferencias (selectores) en ellos dominantes.
En otras palabras, si A induce a B a obedecerle prometiéndole plumas, insignias, medallas, monedas de oro, etc., su poder económico es de tipo cultural, en cuanto se presupone la pertenencia de B a un sistema cultural en el que se tienen en mucho tales cosas.
Está claro que entre los dos términos (poder y valoraciones sociales) de la relación se da un mecanismo de fee-back. Por un lado, los que tienen el poder pueden difundir los valores que les son favorables y crear el consenso. Por otro lado, el modelo cultural existente en la sociedad facilita que suban al poder quienes mejor representan los valores dados. Todo poder responde a un sistema de valores sociales políticos que pretende llevar a la práctica.
b.- Capacidad, dos actores que tengan acceso a los mismos recursos, pueden, sin embargo, no ejercer el mismo grado de poder, pues la capacidad tiene una importancia crucial en la explicación de las diferencias en el poder, debido al hecho de que esta propiedad, aptitud, talento y cualidad es única e innata en muchos actores lo cuál les permite realizar un ejercicio único de poder, y más aún, les permite una posición privilegiada en el control y manejo del poder y, en general, en el proceso del poder mismo.
c.- Motivaciones, dos actores que tengan acceso a los mismos recursos pueden ejercer diferentes grados de poder – con respecto a algún ámbito determinado – a causa de las diferentes motivaciones. Además, puesto que el poder es una relación entre los C y los R, son importantes no solo las motivaciones de los C, sino también las de los R. Vale decir, el conjunto de factores que nos incitan desde dentro a la acción es fundamental en el proceso del poder, por lo cual hay que tener en cuenta, para comprender el actuar del actor, que las motivaciones de éste pueden ser viscerógenas, psicógenas, positivas , negativas, conscientes, inconscientes, especializadas, generales, proactivas, retroactivas, orientadas al proceso, orientadas al modo y/o orientadas al efecto, lo cual determinara su efecto en el proceso del poder.
d.- Costes, las motivaciones pueden relacionarse con los recursos por medio del lenguaje económico de coste. Con objeto de controlar a R, C puede tener que utilizar algunos de sus recursos. De esta forma, es probable que la demanda de los recursos de los C, éste en relación con el ámbito hasta el que estén dispuestos a ir para controlar a R, vale decir, la disponibilidad de los C, para utilizar sus recursos para controlar a R, dependerá del valor para C de la respuesta de los R. Y las variaciones de los recursos de los C habrán de producir probablemente variaciones en su poder, por ello, los costes de oportunidad para controlar a R, es decir, lo que C debe renunciar en otras oportunidades como consecuencia del empleo de alguno de sus recursos en el control de R, son menores (siendo iguales los demás factores) si, C, es rico en recursos que si es pobre. Y los costes de oportunidad de R, consisten en todo aquello que no es capaz de hacer si permite el dominio de C.
En el caso de los C, como en el de los R, su demanda de recursos y sus motivaciones ayudan a determinar sus costes de oportunidad. Así pues, una relación de poder puede ser interpretada como una suerte de transacción entre C y R.
La medición del poder
En principio, los diversos criterios para la medición del poder pueden ser clasificados en tres tipos: teoría de los juegos, newtonianos y económicos.
1. Criterios de la teoría de los juegos, estos criterios basándose en la existencia de dos o mas actores que se encuentran en una situación conflictiva, que persiguen sus propios fines en intereses y que adoptan cada uno una estrategia, y que como resultado de la interacción de las decisiones simultáneas de los dos actores, cada uno de ellos obtiene un pago, esto es, una pérdida o una ganancia. Entonces se dice que el actor A tiene mayor poder que el actor B, si la estrategia de A domina a la estrategia de B, y si los pagos de A son siempre iguales o mejores que los de B. Los pagos de cada uno de los actores, que permitirán medir su cuota de poder y la magnitud de éste, se representan en una matriz de pagos con una entrada para cada uno de los cursos de acción disponibles para cada actor. Cada matriz es una representación grafica del juego que permitirá medir el poder de cada uno de los actores, según los pagos obtenidos en cada curso de acción y estrategia elegida por los actores y que se representará en las distintas combinaciones posibles contenidas en la matriz.
2. Criterios newtonianos, basándose en la analogía con la medición de fuerzas en la mecánica clásica, cierto número de analistas proponen la medición del poder sobre la base de la cantidad de cambios que se producen en R y son atribuibles a C. Cuanto mayor sea el cambio en R, mayor será el poder de C. Se dice que Ca ejerce más poder que Cb si Ca induce a mayores cambios en Ra que Cb en Ra , o en cualquier otro R. El cambio en R no es, sin embargo, una dimensión singular, puesto que pueden ser significativos muchos cambios diferentes en R. Entre las dimensiones importantes del cambio en R producidas por C, que han sido apuntadas al estudiar la medición de la cantidad de poder de C, figuran:
a) la posibilidad de que R actúe de acuerdo con la inducción de C, b) el número de personas en R, c) el número de Items, temas o valores en R, d) la cantidad de cambio en la posición, en las actitudes o en el estado psicológico de R, e) la velocidad con la que cambia R, f) la reducción en el número de soluciones o comportamientos que R puede utilizar, g) el nivel de las penas o castigos que amenazan a R. Entonces, estos criterios newtonianos, para la medición del poder, se centran en los cambios producidos en R, en función de la acción realizada por C.
3. Criterios económicos, se centran para la medición del poder en relación a los costes para unos y otros actores del poder, es decir, en los costes que significaría una utilización del poder para C y para R. De esta manera una medición del poder tendría que incluir: a) los costos de oportunidad para C en el intento de influir sobre R, a los costes llamados, los costes del poder de C, b) los costes de oportunidad de R, cuando rechaza plegarse a C, que se denominan la fuerza del poder de C sobre R.
El proceso del poder
El proceso del poder hace referencia a las actividades de los actores de diverso tipo en cuanto a la lucha por el poder, del cual hacen uso, para lograr propósitos personales y/o grupales. El proceso del poder opera en diversos y variados ámbitos como por ejemplo, en los esfuerzos llevados a cabo por partidos políticos, fracciones, camarillas y líderes en conflicto para obtener posiciones formales de autoridad legítima en los órganos centrales de toma de decisiones o de gobierno; el proceso opera, también, en los interminables conflictos entre naciones y bloques de compañías, organismos gubernamentales, sindicatos, iglesias, universidades, etc.
En todas estas formas dónde y cómo se manifiesta el proceso del poder, el poder real puede ser muy diferente de la autoridad formal. Cualquiera de los objetivos del poder, expreso u oculto, puede ser incluido en el más amplio espectro. Los medios pueden abarcar no sólo la violencia, el soborno, o el asesinato, sino también la persuasión, la comprensión mutua, la adaptación recíproca y la gradual elaboración de un consensus. En la realidad, la participación en el proceso del poder se caracteriza a menudo por la vigorosa negación de la participación.
Algunos de los elementos del proceso del poder pueden enumerarse así:
1. el enfoque de las relaciones sociales en función del proceso del poder
2. los actores del proceso del poder
3. los propósitos de los actores
4. los métodos de utilización del poder
5. el desarrollo del poder
1. El enfoque de las relaciones sociales en función del proceso del poder, este enfoque concibe al mundo de las relaciones sociales, o a cualquiera de sus partes, como una corriente ininterrumpida de acontecimientos que se suceden en el tiempo, más como un devenir que como un ser, cuya finalidad primera y última es la consecución del poder. Los hechos por alcanzar el poder no permanecen estacionarios… el valor de cada hecho depende de su posición en el proceso global del sistema del poder y está vinculado a sus múltiples relaciones. El cambio en las relaciones del proceso del poder, sea lento o rápido, oculto o manifiesto, es permanente; y es también complejo; la causalidad unívoca es imposible; la causalidad múltiple y los efectos múltiples son inevitables.
2. Los actores del proceso del poder, aunque todo el mundo desempeña algún tipo de papel en el proceso del poder, la mayoría es relativamente pasiva, frente a una la minoría activista. Por ello se suele distinguir entre actores principales y actores secundarios en el proceso del poder. Los actores principales, son una minoría activistas de elites, líderes. Gobernantes, administradores…la que se reparte los papeles principales, ejerce el mayor poder, recibe las mayores recompensas y recriminaciones. En muchas sociedades estos papeles se han reservado principalmente a los nacidos en el seno de determinadas familias, castas o clases; a quienes han sido beneficiados con la herencia de la riqueza o han triunfado en batallas, negocios o pruebas competitivas. Los papeles de los actores principales son siempre complejos, pues, en parte, están determinados formalmente por constituciones, leyes, reglamentos y costumbres, pero son también en parte, el producto de arreglos y entendimientos informales. Por un lado, incorporan las expectativas ajenas; pero, por otro, están configurados por la personalidad y capacidad de sus titulares. En algunos aspectos, es el papel el que determina los movimientos más importantes de los actores. En otros, el texto les deja libertad de improvisar o de preparar sus propias intervenciones. En definitiva, los actores, han de hacer frente a exigencias conflictivas y parcialmente irreconciliables. Estos conflictos derivados de los papeles se amplían cuando una persona desempeña diversos papeles en diversas organizaciones o, como sucede frecuentemente en los niveles más altos de la autoridad, "llevan muchos sombreros", en la misma organización.
No obstante lo anterior, nunca es fácil identificar inmediatamente y con claridad a todos los grandes actores principales, pues detrás del gran hombre se mueve a menudo la "eminence grise" y los colaboradores anónimos; detrás de los directores, la camarilla; detrás del patriarca, la esposa, la madre o la amante influyente y, más allá de todo, una trama de alianzas con los individuos o los grupos que sirven de apoyo. La ilusión de la omnipotencia de un único grupo, persona o actor es fomentada tanto por los líderes superiores, que tratan de ampliar su poder mediante su exageración, como por los que operan detrás de la escena que, por el contrario, tratan de mantener su poder ocultándolo. En la gestión cotidiana del poder, los contendientes más importantes en la lucha por el poder solo suelen ser conocidos por sus rivales o por los observadores más próximos. Los actores secundarios, son una mayoría relativamente pasiva, pues en todas las sociedades, son muchos los que se ven relegados a papeles subordinados por la discriminación basada en el sexo, la religión, el origen étnico, la raza, el color o casta. Otros a quienes no afectan estos obstáculos, pueden ver disminuidos sus papeles por la pobreza, la enfermedad, la opresión, una educación insuficiente o un horizonte sin esperanza.
No obstante ello, las masa pasivas forman siempre parte del reparto. Su estilo afecta a las pautas del liderazgo. Sus normas e intereses, incluso cuando no están organizados, constituyen el potencial de la organización futura. Pueden llegar hasta determinar cómo y en qué momento finaliza la actividad de los líderes, según sugiere la descripción inmemorial del gobernante como hombre que cabalga sobre un tigre.
Entre las masas pasivas o actores secundarios, pueden llegar a surgir los constructores de nuevas organizaciones, los sepultureros de los regímenes establecidos y los sucesores de los líderes tradicionales.
El conocimiento de los actores del proceso del poder nos permite comprender la llamada estructura del poder, esto es, examinada la estructura de cualquier sociedad, surge incuestionablemente la diferenciación clara entre unos que mandan y otros que son los mandados; unos que controlan y otros que responden; unos que gobiernan y otro que son gobernados. Pero antes se debe tener claro que la estructuración del poder va ligada a su institucionalización, pues la institucionalización del mismo implica desposeer al poder de cualquier aditamento personalista, y colocarlo en un plano puramente funcional. Por esa misma razón, para llegar a ser dominación, el poder estabilizado del líder ha de institucionalizarse, o sea, estructurarse. Pero antes de que el poder llegue a estructurarse debe ser estable. La estabilización del poder precede a la creación de la estructura que produce la institucionalización.
En una pirámide de poder encontramos tres niveles de actores los A, B y C. Los actores A, corresponden a la elite de poder, es decir, un individuo o grupos, que ostentan los poderes principales, ejercen el mayor poder y obtienen las mayores recompensas. Los actores B, comprende los niveles medios de poder, una pluralidad diversificada y, quizás, equilibrada de intereses, talvez, mucho más visible en las actividades del proceso del poder que los actores A. Los actores C, integrada por la sociedad de masa, la masa sin poder, pues está desorganizada, atomizada y controlada desde arriba. Los actores A y B, les interesa primordialmente proteger su jurisdicción de las acciones bloqueadoras de los otros actores que potencial o realmente pueden amenazarlos. Los actores C, son buscados como aliados por grupos A y B contra los reales o amenazadores abusos de la jurisdicción que cada uno reclama para sí mismo.
3. Los propósitos de los actores del proceso del poder, uno de los objetivos primordiales de todos los actores del proceso del poder consiste en lograr el acceso a los centros de poder. Es justamente el ámbito de su poder, en relación al nivel y al grado de acceso que poseen, lo que distingue a los actores principales de los secundarios. Sus éxitos y fracasos, en el intento de lograr un acceso afectivo a los centros de poder, son la mejor medida posible de su poder.
El acceso a los centros de poder se define generalmente así: ningún tipo de poder puede ser alcanzado por un actor, si no tiene acceso a uno o más órganos, agentes o elementos decisorios del poder. Más aún, habrá acceso ivilegiado a los centros de poder, si existe la posibilidad de que los órganos o agentes decisorios del poder atiendan los intereses de un actor y los tomen automáticamente como base, al menos relativa, de su decisión.
Causales determinantes del acceso a los centros de poder. El poder de un actor puede considerarse como una variable dependiente que es función de tres amplias variables concurrentes a saber:
1.- la posición estratégica del actor, la cual se compone de: a.- el estatus social del actor. b.- la conformidad del actor a las reglas del juego. c.- el grado de solapamiento del actor con los detentores del poder. d.- la información técnica y política que el actor posee.
2.- las características internas del actor, que son: a.- la adecuación de la organización del actor a los intereses del poder. b.- la pericia del liderazgo del actor. c.- los recursos económicos del actor. d.- la cohesión interna del actor en cuanto al poder.
3.- la habilidad técnica, táctica y pericia movilizada del actor
La posición estratégica del actor, es su ubicación fundamental en torno a las metas y objetivos básicos del proceso del poder y, estará determinada por: su status social considerado como el nivel o posición del actor en el sistema del poder en relación con otros actores, de ahí, que su status puede ser adscrito (nacimiento, herencia…) o adquirido; en el primer caso es independiente de sus cualidades o esfuerzos individuales, mientras que en el segundo, es logrado mediante su propio esfuerzo y cualidades.
La conformidad a la reglas del juego, no es otra cosa que la concordancia y acatamiento de las creencias, normas y valores compartidas e impuestas por ciertos actores que representan un determinado sector o grupo de poder dentro del proceso del poder, es decir, la existencia de una evidencia de consentimiento compartida sobre una tendencia particular de poder, que a su vez, si bien el poder es amoral, estas reglas del poder proveen y se constituyen como bases morales para el acatamiento y la cooperación por parte de aquellos actores de una relación de poder dada. El objetivo de la conformidad a las reglas del juego es que los actores participen dentro del juego del poder y tengan acceso a los espacios de poder y de representación del mismo, lo cual, al mismo tiempo, los obliga a que respeten e impere en última instancia la voluntad de su núcleo de poder que actúa en el proceso del poder.
El grado de solapamiento del actor , será su cautela, precaución y reserva con que procede ante el resguardo de los intereses y programas reservados de los detentores del poder, ya sean, para la consecución de determinados fines o para precaver lo que pueda dificultarlos.
La información técnica y política que posee el actor, será su capacidad activa de investigación y espionaje que le permita obtener el mayor acopio de datos que, a través de indagaciones secretas, logre sobre determinados sucesos, actividades o conocimientos de gobierno y de los procesos científico-tecnológicos, utilizando, principalmente, el manejo de los medios de comunicación propios de nuestra sociedad digital.
Las características internas del actor, aquellas que lo hacen único y particular ante los demás actores en el proceso de acceso a los centros de poder, serán: su adecuación a los intereses del poder, esto es, la acomodación y acondicionamiento a un sistema de pautas del poder determinado teleológica y racionalmente, en el que la acción coordinada y la interrelación del actor con el sistema del poder conduce a la consecución de los fines e intereses propios del proceso del poder. Su pericia de liderazgo, será su sabiduría práctica y conducta prudente en el ejercicio de su capacidad de conducción conforme a la reglas del arte de liderar, vale decir, considerar en la conducción los aspectos psicológico (por aplicarla la conducción sobre seres humanos, dotados de inteligencia, voluntad, pasiones y sentimientos) pedagógico ( por entrañar, la conducción, la instrucción y la educación del subordinado) y moral (por regular, la conducción, las conductas de los subordinados influyendo en su comportamiento). Los recursos económicos que posee el actor son todos aquellos elementos -naturales, culturales y humanos – que le permitirán potencialmente satisfacer las necesidades y deseos de los demás actores, teniendo en cuenta las diferentes leyes económicas aplicables. Su cohesión interna en cuanto al poder, será su unidad y adhesión inquebrantable a las los intereses fundamentales que persigue el poder y, principalmente, a los intereses, metas y objetivos últimos de los núcleos de poder que actúan en el proceso.
La habilidad técnica, táctica y pericia movilizada del actor. La habilidad técnica, es la capacidad y disposición armónica del conjunto de procedimientos del actor, en el proceso del poder, para la obtención y elaboración de determinadas cuotas de poder, niveles de acceso a los centros de poder, y participación efectiva en el proceso del poder. La táctica del actor en el proceso del poder, es el esquema especifico que utiliza para el empleo de sus recursos dentro de su estrategia general elaborada, es decir, su planeación organizacional de la estructura de su poder para el logro de sus objetivos estratégicos en el proceso del poder. La pericia movilizada, del actor, es su sabiduría práctica, conducción prudente, con conocimiento profundo, en el proceso del poder, conforme a las reglas del poder establecidas por su núcleo de poder.
Los modelos de acceso a los centros de poder, son un modo abreviado de describir las posibles relaciones entre los agentes de intereses del poder. Se trata de toda una serie que va desde un modelo laxo de acceso a un modelo tenso. El modelo laxo describe una situación en la que existen múltiples puntos de acceso a los centros de poder y en la cual el titular de la autoridad es o puede ser un centro decisorio relativamente autónomo. El modo tenso describe una situación en la cual la institución es un liderazgo auténtico y reconocido a la que dirigen sus saques los grupos de intereses, con la que los actores intentan pactar y de la cual los grupos obtienen decisiones o favores determinados.
4. Los métodos de utilización del poder, el ejercicio del poder incluye invariablemente una mezcla de formas diferentes – que a menudo se refuerzan entre sí – de presión y persuasión. La persuasión tiene lugar cuando A ejerce un influjo sobre B para que adopte una línea de acción determinada, sin que A prometa una recompensa o amenace con un castigo. Puede adoptar la forma de ejemplo, expectativas, propuestas, información, educación y propaganda. En cuanto a las presiones, puede decirse que A ejerce una presión sobre B cuando A trata de hacer más deseable un determinado tipo de acción, prometiendo ciertas recompensas o amenazando con algún tipo de castigo. Puede revestir la forma de fuerza, mandato, manipulación o negociación.
Todo ejercicio de poder sea, mediante persuasión o presiones, implica una decisión, por tanto, tal decisión ha de ser siempre la más óptima en función de los intereses y los objetivos que se persiguen. Se han de ordenar las preferencias para que sus elecciones tienda a conseguir el máximo de lo que busque. Por "ordenar sus preferencias" se entiende que, dadas dos posibilidades, siempre ha de ser capaz de decidir si prefiere una a la otra o si le da igual el acaecimiento de cualquiera de ellas. Además, su preferencia se han de ser "transitivas"; esto es, si prefiere A a B y B a C , entonces ha de preferir A a C. La primera condición se cumple siempre, pero la segunda no se cumple de hecho ni en las teorías normativas más sofisticadas. En todo caso, el requisito fundamental es la maximización.
Para obtener una mayor maximización al utilizar nuestro poder, debemos tener presente la información tenemos sobre cada una de las consecuencias, estado de cosas, previsibles de cada una de nuestras posibles decisiones. En el caso de que se posea toda la información, nos encontramos ante una "decisión sin riesgo", o en certidumbre. En el caso de que no se posee a toda la información precisa, debemos distinguir entre "decisión en riesgo", cuando se puede hacer una estimación frecuencial de la probabilidad de cada una de las consecuencias ( por ejemplo, la probabilidad de que salga cara al lanzar una moneda al aire es 1/2. La probabilidad de que , al lanzarla dos veces, salgan dos caras es de 1/2 X 1/2 = 1/4), y situación de "incertidumbre", cuando la probabilidad de que aparezca un estado de cosas cualquiera no es cuantificable sino "subjetiva" ( por ejemplo, el hombre del tiempo puede comunicarnos que es probable que el próximo fin de semana a prueba sin pausas ni consuelo sobre toda la región).
El principio por tanto está claro: elegir siempre el curso acción que maximice la utilidad esperada, es decir, el principio minimax, también denominado maximin. Las expresiones completas que se utilizan son minimax loss y maximin gain. El criterio postula la minimización de la máxima pérdida posible, o, lo que es lo mismo, visto desde el otro lado, la maximización de la mínima ganancia posible. Sin embargo, no debemos de dejar considerar que nos enfrentamos a un fenómeno muy particular en el juego del poder que es la variabilidad de la conducta humana, la cual en todo momento puede alterar todo principio que inspire o dirija nuestras decisiones..
Las formas de persuasión
El ejemplo, muchos actores del proceso del poder, influyen sobre nosotros actores por el profundo poder del ejemplo. Aquí donde se dirige el líder, pueden seguirle otros sobre la base de la lealtad, la devoción con la mera imitación. Por tal motivo, el actuar ejemplarizador del líder, del actor será, en principio, entendido, considerado y valorado por los demás como un hecho o proceder que se propone para que se imite y se siga y, connaturalmente conlleva a otros a inclinarse a seguir su actuar o proceder como camino y medio que le permitira acceder al status que obstenta el actor influyente, ya sea por su atributos morales, intelectuales, materiales, capacidad y estilo para conducirse ante el poder.
Las expectativas y las propuestas, los hombres pueden también ser influidos por las simples expectativas, particularmente cuando las expectativas de poder coinciden ampliamente con los códigos costumbres establecidos. Las expectativas, incluso cuando son tácitas, tienden a ser objeto del comunicación efectiva. Cuando se expresa más abiertamente, se convierten en propósitos (propuestas) o en consejos. Ambos pueden ser extraordinariamente influyentes, particularmente cuando se confía en el conocimiento o el desinterés de los consejeros. Incluso cuando se carece de propósitos o de consejos específicos, puede ejercerse una gran influencia, proporcionando o retirando ciertos tipos de información se puede decir en general, que en un determinado ámbito de poder, el comportamiento de cada actor es determinado, en parte, por las previsiones del actor relativas a las acciones futuras de los otros actores y a la evolución de la situación en su conjunto. Pero el fenómeno en el cual el papel de las expectativas es más claramente evidente estado dado por la relación de poder que obra a través del mecanismo de la reacciones previstas. De este modo cuando B modifica su conducta, en el sentido deseado por A, sin una intervención directa de A sino porque B prevé que A adoptaría reacciones desagradables para el sino modificase su conducta. Naturalmente, para que haya poder se necesita que A, aun no provocando intencionadamente el comportamiento de B, alimente de un interés en cierto comportamiento. Este modo de obrar del poder hace ambiguas muchas situaciones concretas.
La educación, la educación es un medio indirecto y de largo alcance para condicionar el comportamiento y, aunque ofrece grandes potencialidades para desarrollo de las capacidades de aprendizaje y adaptabilidad, se emplea, con mayor frecuencia, para promover la conformidad, pues es un medio eficaz de que se dispone para convertir, modelar y condicionar a un individuo adaptándolo a sus futuras condiciones de vida y también dejarlo programado para la función social que ha de desempeñar. Por su carácter de transmisión formal y sistemática que se hace a una generación a otra, de las habilidades, el conocimiento y los valores de una cultura a otra, en algunas situaciones de la historia ha sido el más poderoso medio de control social al que han debido someterse a los individuos.
La propaganda y la información, comparten una gran similitud en cuanto a su aplicación como formas de persuasión y , por ello su aplicación conjunta, en lo posible, resulta un recurso de poder de gran efectividad. La Propaganda, es una forma de persuasión más inmediata, que recurre a la utilización de poderosos símbolos que se dirigen a los intereses del público a través de las emociones y de los sentimientos. La propaganda puede reforzar las predisposiciones y, en particular, dotarlas de una dirección específica, y puede contribuir a debilitarlas si este proceso se apoya el experiencia directa o símbolos no propagandísticos. Es particularmente poderosa cuando está reforzada por otras formas de persuasión y por diversos tipos depresiones, es decir por la propaganda de los hechos. Una acción sostenida de la propaganda y de la demostración, apoyada en los medios de comunicación de masas puede tener profundos efectos caracteriológicos sobre los valores y actitudes de mucha gente. La información, cuando las premisas sobre las que la gente actúa son conocidas, la mera reestructuración de la información de que disponen puede modelar su comportamiento futuro. Proporcionando a B falsas informaciones acerca de los hechos que son relevantes para sus opciones, A puede controlar oculta o abiertamente a B induciendolo a una cierta conducta, mientras que B, tomando las informaciones por verdaderas, crea optar libremente y por las correctas vías de acción.
La supresión de la información, de por sí, no comporta la mentira, simplemente no se hacen públicas determinadas noticias, interpretaciones o valoraciones. En este caso se restringe la base de los conocimientos, interpretaciones y valoraciones de que puedan disponer los destinatarios de la información, y por consiguiente también opera una restricción de las posibilidades de opción con las que se cuentra, ya sea en términos de creencias o de conducta.
El exceso de información, es decir, la emisión incesante de múltiples informaciones y de interpretaciones diversas o contradictorias puede saturar la capacidad de recepción y de valoración del destinatario de los mensajes, empujando hacia una actividad defensiva, de indiferencia o delimitación que adolecerá de los intereses más cercanos..
Las informaciones y los conocimientos constituyen un recurso de mayor importancia en el proceso del poder, los poseedores de un saber relevante siempre han tenido una posición importante en toda la sociedad. Por ello el poder está reforzado por el secreto, pues quienes disponen de informaciones tienen ventajas sobre aquellos que deben afrontar el mismo problema sin disponer de tales informaciones: el secreto es el instrumentum regni.
Las formas de presión
La fuerza, es la forma más extrema de poder, hasta el punto de que para muchos hace innecesaria la utilización del término poder.. Su aplicación, mediante el encarcelamiento, la tortura, con la destrucción de la vida y de los recursos, produce la reducción o la eliminación de la capacidad del destinatario para actuar en una forma no deseada. Incluso la simple amenaza de utilizarla puede actuar como un importante factor de disuasión. Ahora, en el campo de la relaciones políticas sociales se entiende por fuerzas cualquier intervención física voluntaria de un nombre o grupo contra otro hombre o grupo, destinadas a destruir, agraviar o coartar su libre actuar y proceder. En este sentido meramente descriptivo fuerza es sinónimo de violencia.
En la filosofía política, se distingue, entre fuerza referida a las intervenciones físicas justas, que preservar el orden social o persiguen el bien común, y fuerza violencia a las intervenciones físicas, injustas, que rompen el orden social se oponen al bien común. El la doctrina jurídica, se tiende a designar con el término fuerza, las intervenciones conforme con la ley, y por tanto ilícitas, y por violencia las intervenciones que violan las normas jurídicas y que son por eso mismo ilícitas..
El mandato, la acción de mandar, es decir el ejercicio del poder por medio de órdenes, directrices, regulaciones o instrucciones, implica también muchas limitaciones. Sólo puede ser utilizada por aquellos cuya autoridad para dar órdenes sea aceptada. Es susceptible, por otra parte, de menoscabar la iniciativa y el propio respeto de quienes las reciben, por tanto, quién base su opción de poder en el mandato debe manipular el arte del mando. Es importante, entonces, considerar los diversos aspectos de las ordenes: el aspecto de mandato terminante, es el que se imparte en forma escueta, con tono de autoridad, si permitir observaciones; el aspecto de mandato solicitado, es el que suaviza a la gente irritable, no ofende al susceptible, ni al veterano, ni al responsable; el aspecto de mandato sugerido, es el que consiste en la indicación del problema, quedando implícita la invitación para resolverlo; el aspecto de mandato escrito, que presenta la orden terminante sin posibilidades de tergiversación; el aspecto de mandato verbal, que permite presentar una orden terminante, o bien una solicitada o una sugerida, obligando con la misma fuerza que la escrita.
La manipulación, es una relación en la que A determina una cierta conducta de B y, al mismo tiempo, por una parte, A no reclama abiertamente a B tal conducta, sino que, al contrario, esconde a B su intención de obtenerla ( o bien la naturaleza de su intención para obtenerla) y, por la otra B, no se da cuenta del hecho de que su conducta es la voluntad de A( o bien no advierte el modo como es causada por intervención de A), sino que, al contrario, que debe elegir libremente o tomar una decisión consciente.
Las características de la manipulación son dos: en primer lugar, su condición de algo escondido, invisible. El sujeto manipulado no sabe qué lo es y que cree decidir libremente, mientras que su conducta está de hecho controlada por el manipulador. El carácter oculto de la manipulación puede referirse a las características mismas de intervención del manipulador, o bien, puede referirse a la naturaleza de la intervención del manipulador. La segunda característica, consiste en el aspecto intencional de ejercer la manipulación, no sólo el manipulador quiere provocar intencionadamente la conducta deseadas por parte del manipulado, sino que intenta también esconder la existencia o naturaleza de la intervención que provoca la conducta del manipulado .
Existen dos formas generales de ejercer la manipulación social, se puede actuar con base en las premisas de las creencias o con base en las acciones de los hombres o, se puede operar sobre la estructura de las motivaciones que empujan a los hombres a determinadas creencias o determinadas acciones.
La manipulación psicológica, es una clase de manipulación que opera sobre las estructuras de las motivaciones, ésta se basan en una especial vulnerabilidad del sujeto pasivo, que pueden definirse precisamente como psicológica. Existen manipulaciones psicológicas cuando A explota los determinismo psíquicos inconscientes de B para controlar ocultamente su conducta.
La gran eficacia social y política de la manipulación psicológica depende esencialmente de dos factores: el primero, es que los impulsos emotivos inconscientes motivan muchas de las opciones y de las acciones de los hombres. El segundo, existen símbolos o imágenes que tienen una fuerte capacidad de atracción sobre los impulsos. Por tanto la tarea del manipulador consiste en asociar el símbolo clave y la imagen clave oportunos al objeto social sobre el que pretende aplicar el impulso motivo; al repetirse de modo incisivo y continuo esta asociación, el nexo entre el objeto social y la emoción llega a ser automático en los individuos manipulados, como un reflejo condicionado.
La manipulación física, en este caso, el objeto de la intervención manipulador no es la voluntad, si no al cuerpo del sujeto pasivo. En la manipulación física el manipulador ópera por medicamento químicos o eléctricos, que altera los mecanismos físicos que controlan los sentidos y los estados del organismo del sujeto pasivo, de manera que este conforma con eficiencia su receptividad o reactividad a los mensajes o estímulos ambientales.
La negociación, es una forma más fluida todavía, y desde luego más penetrante, de utilizar la presión. En la negociación todas las partes ejercen poder sobre las restantes mediante amenazas o promesas recíprocas. Objetivos, recompensas sanciones, están sujetos a negociación. En realidad, las fuerzas, las órdenes y la manipulación tienden a ser englobadas en los procesos, más amplios y sutiles, de la negociación. La gran aportación de los aspectos más crudos del poder no consiste en suplantar la negociación, sino en reforzar el poder de los actores en la mesa de negociaciones..
En la negociación una buena preparación es el camino más seguro para llegar a una negociación satisfactoria. Lo que hagamos o dejemos de hacer antes de llegar a la mesa de negociaciones se revelará en lo que obtengamos cuando lleguemos a ella..
Fases de la negociación:
1.- preparación, se caracteriza por acciones de inteligencia, es decir, búsqueda y análisis de la información. Servirá de insumo para la identificación del problema y la fijación de posiciones negociadoras. Está constituida , a su vez, de: a) objetivos, es decir, establecer los objetivos claramente de la negociación b) información, se debe obtener toda la información disponible respecto al tema o o asunto a negociar. c) concesiones, significa hacer un orden de las concesiones posibles d) estrategias, vale decir, establecer nuestra estrategia y asignar las tareas al equipo de personas que estarán encargadas de la negociación.
2.- discusión, cada una de las partes da las razones por las que cree necesaria una cosa, o trata de demostrar razonando que algo es cierto. Las partes discuten estas conclusiones y tratan de persuadirse mutuamente razonando.
3.- señales, son matizaciones aplicadas a una declaración de posición.
4.- propuestas, es una oferta o una petición diferente a la posición inicial
5.- paquete, si pensamos creadoramente en las variables, siempre pueden replantearse incluso los temas más simples. Cuanto mayor sea el número de temas que pueden entrar en el paquete, más libertad existe para el montaje del mismo.
6.- intercambio, se trata de obtener algo a cambio de renunciar a otra cosa.
7.- cierre, la finalidad de éste es llegar a un acuerdo
8.- acuerdo, la regla de oro debe ser resumir lo acordado y conseguir que la otra parte acepte que el resumen coincide con lo acordado.
La renegociación, si surgen conflictos post-negociación, y no se puede alcanzar una resolución satisfactoria, o existen desacuerdos con los resultados, se pasa a la renegociación, se retorna nuevamente, en el mejor de los casos, al comienzo de todo el proceso, o se pueden iniciar las cosas desde un punto determinado. Pero también se corre el riesgo de que todo quede estancado y no se pueda iniciar, por un tiempo, una nueva negociación.
La utilización o ejercicio del poder y la superación de resistencias, cualquiera que sea la combinación de persuasión y presión, los usuarios del poder encuentran siempre inercia o resistencia. Cuando se da una orden, la obediencia es parcial y renuente; la resistencia aumenta, y como las sanciones se hacen más severas, la oposición se refuerza también. De esta manera las formas de poder encuentran también diferentes formas de resistencia. Las expectativas y las propuestas, por ejemplo, pueden ser contrabalanceadas por la indiferencia; la información por la falta de atención o la mala interpretación; la propaganda, por el cinismo. Cuanto más efectiva sea una forma de influencia, más puede favorecer, en ciertas circunstancias, a los organizadores de los poderes compensadores.
No obstante, en la utilización del poder, los actores del proceso del poder, pueden desarrollar estrategias y tácticas para enfrentar a la inercia y la resistencia. La resistencia abierta puede evitarse a menudo mediante la estrategia de la aproximación indirecta, es decir, el desplazamiento desde los puntos de mayor a los de menor resistencia.
Las campañas de acción pueden periodizarse y planearse cuidadosamente. Esto significa con frecuencia tomar la iniciativa, mantenerse en la ofensiva, evitar las posiciones superdefensivas y, si es necesario, operar bruscos cambios o transformaciones. También exige, en ocasiones, una rápida respuesta al desafío de una crisis inesperada e, incluso, la creación intencionada de condiciones de crisis. La crisis puede hacer posible la adopción de las medidas precisas frente a grupos poderosos que, normalmente, están bien atrincherados y son vulnerables… y … puede estimular la acción, y en consecuencia, el aprendizaje sobre algún problema mal conocido y por tanto no valorado en su debida magnitud en una situación de reposo. Pero, sobre todo, las diversas formas de persuasión y presión deben alternarse e interpenetrarse sin interrupción – la negociación respaldada por la fuerza potencial; la propaganda, por el ejemplo; y la manipulación por la información, o por un puño de hierro convenientemente encubierto por un guante de terciopelo.
5. El desarrollo del poder, el uso real del poder requiere el desarrollo de una base de poder que, a su vez, requiere normalmente la utilización real del poder. En realidad, cualquier tipo de utilización del poder puede contribuir a reforzar la base de poder. Pero la utilización permanente del mismo para realizar objetivos importantes conduce normalmente a una pérdida de sustancia.
Los actores del proceso del poder deben reservar su poder para las ocasiones en que sea realmente necesario pues, a largo plazo, la pérdida de sustancia es inevitable, a no ser que una parte de ese poder sea invertida reasignándola a otras finalidades, es decir, al mantenimiento o al reforzamiento de la propia base de poder.
Autoridad formal, la autoridad formal, o el derecho legítimo a tomar parte en determinadas acciones, es una de las fuentes de poder más obvias. Es conferida a los actores por constituciones, estatutos, reglamentos, delegaciones o decisiones oficiales (autoridad legal-racional), y es protegida y reforzada por el hábito, la costumbre, la tradición ( autoridad tradicional) y los atributos rituales o ceremoniales de la autoridad. También deriva, a menudo, de la progenie, la riqueza, el estatus profesional, el conocimiento, la capacidad o la profunda energía de una persona ( autoridad carismática).
Los actores del proceso del poder consagran normalmente mucho tiempo a los esfuerzos para adquirir o ampliar su autoridad, con objeto de reforzar su base de poder.
En rigor, términos tales como "lucha por el poder" y "toma de poder" se refieren a menudo a la lucha por posiciones de autoridad formal. Esta lucha supone la creación de nuevas posiciones, el ajuste de las antiguas y la instalación en determinados puestos de personas adictas, mediante el nombramiento, la elección o la fuerza militar. Se supone, también, la interpretación e incluso el cambio de las costumbres, y la utilización de una serie de símbolos convenientes, como banderas, uniformes, edificios, provisión de cargos públicos, títulos, insignias, ceremonias. En ocasiones, puede implicar, la "usurpación de la autoridad" mediante la realización de actos no autorizados y el subsiguiente intento de legitimación.
Riqueza, la riqueza es otra de las fuentes de poder, casi todas las formas de riqueza – recursos naturales, bienes producidos por el hombre o derechos patrimoniales sobre los recursos – pueden ser utilizadas como recompensa. Algunas formas de riqueza, tales como los medios de comunicación, constituyen instrumentos de persuasión efectivos. Otras, como los armamentos, son ampliamente utilizadas por las naciones como instrumentos de presión. El dinero es un instrumento universal para movilizar cualquier otra fuente de poder. La propiedad de la riqueza no es esencial, lo que es importante es el control de la riqueza, que puede ser ejercido por los dirigentes de las compañías, distintos de los accionistas, y por los altos funcionarios de los diversos organismos de poder.
Recursos humanos, la población, o los recursos humanos, constituyen una fuente de poder más importante todavía. Es la población quién convierte los recursos físicos en riqueza, desarrollándolos y confiriéndoles utilidad. Tanto la autoridad como la organización están enraizadas en las interrelaciones de la población. El volumen de la misma es un factor importante: el poder económico de los productores depende, muchas veces, de la disponibilidad de mercados masivos, el poder de los partidos políticos y de las facciones políticas se ve afectado por el número de seguidores.
Empero, en cualquier sociedad o situación, la calidad de la población es también importante. En el mundo moderno "calidad" significa mucho más que un nacimiento aristocrático, tal como simbolizaba la frase "personas de calidad", vale decir, se refiere a la capacidad potencial para determinadas realizaciones basadas en la educación, el conocimiento, la inteligencia, la destreza, los intereses, la edad, la salud y el grado de energía.
La ciencia y la tecnología, por sí mismas son un poder de alta calidad, lo cual las hace doblemente importantes para el desarrollo del poder. Permiten modificar, sacar provecho, dominar y prever el comportamiento tanto del mundo natural como social, por tanto, se constituyen como una fuente dinámica de poder en la cultura. La brecha científica-tecnológica es un poderoso medio de dominación y sometimiento al establecer dependencias de carácter económico, social, político, educacional, etc., entre los diversos actores. Sin duda, en el mundo moderno, la producción de bienes y la sustentación humana son cuestiones de inspiración científica-tecnológica y de ergonomía, más aún , en el plano político se habla de la telecracia, en el laboral de letrabajo, en el educativo de la teleeducación, en el monetario del dinero electrónico y, muy pronto, de la realidad del mundo virtual.
Organización, la organización es una fuente de poder indispensable. Los individuos, por sí mismos, solo tienen una influencia limitada sobre los demás, pero cuando se reúnen en alguna forma de organización, pueden desplegar el poder de realizar una serie de cosas que de ninguna forma podían llevarse a cabo (al menos de la misma forma) aisladamente.
Por medio de la especialización del trabajo y de la cooperación entre sus partes componentes, una organización puede explotar las capacidades especializadas de las personas más calificadas. Puede reunir a las personas, los recursos y las posiciones de autoridad en un sólido y flexible sistema de poder. En consecuencia, los actores más destacados del proceso del poder, consagran una considerable cantidad de tiempo y de otros recursos a la tarea de mantener, ampliar y reorganizar las organizaciones existentes, o bien a construir otras nuevas.
6. La relación arte-ciencia en el proceso del poder, los actores que obtienen mayor éxito en el proceso del poder, según se ha dicho a menudo, son los que proclaman "el arte de lo posible". Esta frase subraya el hecho de que los que utilizan y desarrollan el poder deben normalmente estar preparados para transigir sobre determinados principios. En otro caso, lo deseable puede ser imposible.
Lo posible, empero, abarca un amplio espectro, desde lo inevitable hasta lo improbable. Algunos actores del proceso del poder se centran exclusivamente en los objetivos más factibles y las aspiraciones más bajas. En este caso, la máxima destreza consiste en sacar partido de una serie de acontecimientos que probablemente habrían tenido lugar en cualquier caso, a la manera de la planificación epifonoménica.
Mucha mayor maestría se requiere para superar inercias y resistencias que, en principio parecen invencibles. Los maestros del proceso del poder son aquellos que, de vez en cuando, trascienden los límites de lo factible inmediato y son capaces de dar forma a secuencias de acontecimientos considerados previamente como muy improbables. Para satisfacer los niveles del poder ha de convertirse en el arte de lo improbable.
Sea cual sea el nivel en que se sitúen las aspiraciones, sin embargo, los actores del proceso del poder, deben hacer frente a situaciones indeterminadas, excepto en lo referente a ciertos comportamientos muy estereotipados, nunca pueden estar seguros de lo que va a suceder si no actúan, ni de los efectos de modos de actuación alternativos, por ello, tienen que adoptar sus decisiones haciendo frente al riesgo y la incertidumbre. Todo esto implica la necesidad de una maestría considerable para desarrollar una base de poder, para utilizarla en la forma más conveniente para sus propósitos y para adaptar estos propósitos a las exigencias del desarrollo y la utilización del poder.
Las reglas o leyes del poder
Si usted es de las personas que abominan de toda forma de poder, que se hace a un lado cuando los demás se agarran a dentelladas por una posición ventajosa, pertenece a una de dos categorías de personas: a la de los que disfrazan hábilmente sus reales intenciones… o a la de los santos.
A continuación, se expondrán unas reglas o leyes que generalmente conviene seguir. Son un resumen de textos de varios autores clásicos con algunos comentarios. Quizás algunas de las ideas que aquí se exponen, choquen con sus creencias o parezcan poco éticas. Desgraciadamente, al vida viene siendo un juego de poder desde hace milenios y no parece que vaya a cambiar. De todas formas, usted elige bando: tener poder o no tenerlo.
Todo debe aparecer civilizado, decente, democrático y logrado a través del juego limpio. Pero sí nos atenemos en forma excesivamente estricta a estas pautas, seremos aplastados por aquellos, de entre quienes nos rodean, que son menos ingenuos que nosotros.
El mundo es como una gran corte intrigante y manipuladora en la cual no hallamos todos atrapados, no tiene sentido alguno tratar de eludir el juego, esto sólo nos privaría del poder, y la impotencia nos hará sentir más desgraciados. En lugar de luchar contra lo inevitable, en lugar de argumentar, gemir y sentirse culpable, es mucho mejor destacarse en el juego del poder.
El poder es, en esencia, amoral. Una de las habilidades más importantes que deberá adquirir es la capacidad de aprender a ver circunstancias, en lugar de, simplemente, el bien o el mal.
El poder es un juego y en un juego usted no juzga a sus contrincantes por sus intenciones, sino por el efecto de sus acciones. Usted mide la estrategia y el poder de su adversario por lo que puede ver y sentir.
Recuerde a Maquiavelo " quién deja de lado aquello que se hace por lo que se debería hacer, encuentra antes su ruina que su gloria".
1.- Peligro de contagio: evite a los pesimistas, idiotas y flojos. El pesimismo de los demás puede conducirlo a la muerte: los estados de animo son tan contagiosos y tóxicos como una enfermedad infecciosa. A menudo los pesimistas, idiotas y flojos son los artífices de su propia desgracia y terminan por transmitirla a quien quiere ayudarlos. Evítelos y, en cambio, frecuente a individuos optimistas, emprendedores, ganadores y felices.
2.- Nunca le haga sombra a su amo. Esfuércese siempre por lograr que quienes están jerárquicamente por encima de usted se sientan cómodos con su sensación de superioridad. No permita que sus deseos de complacerlos o impresionarlos lo induzcan a hacer ostentación de sus talentos o su capacidad, ya que ello podría generar un efecto opuesto al deseado, es decir, inspirar temor e inseguridad en sus superiores. Hágalos aparecer siempre más brillantes de lo que en realidad son… y accederá a la cumbre del poder.
3.- Diga siempre menos de lo necesario. Cuando intente impresionar a la gente con palabras, tenga en cuenta que cuanto más diga tanto más vulnerable será y tanto menor control de la situación tendrá. Incluso cuando lo que diga sea solo una banalidad parecerá una idea original si la plantea en forma vaga, abierta y enigmática. Las personas poderosas impresionan e intimidan por su parquedad. Cuanto más hable, mayor será el riesgo de alguna tontería.
4.- No se comprometa con nadie. Sólo los tontos se apresuran siempre a tomar partido. No se comprometa con ninguna posición o causa, salvo con la suya propia. El hecho de mantener su independencia lo convierte en el amo de los demás. Obtenga beneficios oponiendo a las personas entre sí.
5.- Menosprecie las cosas que no puede obtener: ignorarlas es la mejor de las venganzas. Al prestar atención a un problema trivial, lo convierte en real y le confiere importancia. Cuanta más atención le preste a un enemigo, tanto más lo fortalecerá. Y, a menudo, un pequeño error se magnifica en el intento de corregirlo. A veces, lo mejor es dejar ciertas cosas por completo de lado. Si hay algo que usted desea pero no puede obtener, menosprécielo. Cuanto menos interés demuestre, mayor será el nivel de superioridad que verán los demás en usted.
6.- Menosprecie lo que es gratuito. Todo lo que es gratuito es peligroso, ya que por lo general implica alguna treta o compromiso oculto. Las cosas que tienen valor valen la pena pagarlas. De esta manera, no estará obligado a gratitud alguna, se verá libre de culpa y evitará fraudes y engaños. Lo más inteligente es, a menudo, pagar el precio total. Cuando hablamos de excelencia no hay gangas. Sea generoso con el dinero y hágalo circular, dado que la generosidad es señal e imán de poder.
7.- Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos. Desconfíe de los amigos; suelen ser los primeros en traicionarlo, ya que caen fácilmente presas de la envidia. También suelen convertirse en irrespetuosos y tiranos. En cambio, emplee a quien haya sido su enemigo, y le será más leal que un amigo, ya que deberá hacer mayores esfuerzos para demostrar su adhesión. Lo cierto es que usted debe temer más a sus amigos que a sus enemigos. Si no tiene enemigos, busque la forma de creárselos.
8.- Para desarmar a su victima, utilice la franqueza y la generosidad en forma selectiva. Un gesto sincero y honesto compensará docenas de actitudes dictadas por la hipocresía y la falsedad. El gesto de franca y honesta generosidad hace bajar la guardia aún al individuo más desconfiado. Una vez que su sinceridad selectiva haya abierto una brecha en la armadura del otro, podrá manipularlo y embaucarlo a su antojo. Un obsequio oportuno – especie de caballo de Troya – podrá cumplir el mismo objetivo.
9.- Finja candidez para atrapar a los cándidos: muéstrese más tonto que su victima. A nadie le gusta sentirse más estúpido que los demás. Por lo tanto, el truco consiste en hacer sentir sagaces e inteligentes a sus victimas y, sobre todo, más sagaces e inteligentes que usted. Una vez que las haya convencido de esto, nunca sospecharán que usted tiene motivaciones ocultas contra ellos.
10.- Desempeñe el papel del cortesano perfecto. El cortesano perfecto, adulador e intrigante, prospera y alcanza su plenitud en un mundo en el cual todo gira en torno del poder y de la habilidad política. Domina a la perfección el arte de la oblicuidad. Adula, se somete a sus superiores y reafirma su poder sobre los demás de la forma más encantadora y graciosamente indirecta y falsa.
11.- Logre que otros trabajen para usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles. Utilice la inteligencia, los conocimientos y el trabajo físico de otros para promover su propia causa. Ese tipo de ayuda no sólo le permitirá ahorrar mucho tiempo y energía, sino que le conferirá un aura divina de rapidez y eficiencia. A la larga, sus colaboradores serán olvidados y todos los recordarán a usted. Nunca haga lo que otros pueden hacer por usted.
12.- Haga que la gente dependa de usted. Para mantener su independencia, es indispensable que los demás lo quieran y necesiten. Cuanto más confien y dependan de usted, tanto más libertad tendrá. Haga que la gente dependa de usted para lograr su felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que temer. Nunca enseñe a los demás lo suficiente como para que puedan arreglárselas sin su ayuda.
13.- Haga que la gente vaya hacia usted y, de ser necesario, utilice la carnada más adecuada para lograrlo. Cuando obligue a otro a actuar, deberá ser usted quien en todo momento ejerza el control. Siempre es mejor lograr que su contrincante se acerque a usted y abandone, en este proceso, sus propios planes. Atráigalo con ganancias fabulosas… y después proceda atacar.
14.- Cuando pida ayuda, no apele a la compasión o a la gratitud de la gente, sino a su egoismo. Si necesita recurrir a la ayuda de un aliado, no se moleste en recordarle el apoyo que usted le dio en el pasado, o sus buenas acciones. Lo pasado se ignora o se olvida. Si, en cambio, al formular su pedido de colaboración usted muestra elementos que beneficiarán a la otra persona y hace gran hincapié en ellos, su contrincante responderá con entusiasmo a su solicitud.
15.- Juegue con la necesidad de la gente de tener fe en algo, para conseguir seguidores incondicionales. La gente tiene necesidad irrefrenable de creer en algo. Conviértase en el centro focalizador de esa necesidad ofreciéndole una causa o una nueva convicción a la que adherir. Formulela en términos vagos pero pletóricos de promesa. Enfatice el entusiasmo por sobre el pensamiento claro y racional. De a sus nuevos discípulos rituales que realizar y exíjales sacrificios. Ante la ausencia de grandes causas en las que puedan creer, su nuevo sistema de convicciones le conferira un poder inaudito.
16.- Juegue con las fantasías de la gente. Muchas veces se evita la verdad porque suele ser dura y desagradable. Nunca recurra a la verdad ni a la realidad, salvo que esté dispuesto a enfrentar la ira que genera la desilusión. La vida es tan dura y problemática que aquellas personas capaces de inventar ilusiones o conjurar fantasias son como oasis en el desierto: todos van hacia ellas.
17.- Trabaje sobre la mente y el corazón de los demás. La coerción provoca una reacción que, con el tiempo, puede actuar en contra de usted. Es necesario lograr, mediante maniobras de seducción, que los demás se muevan en la dirección desea. Una vez seducida, la persona se convierte en su leal servidor. Y la forma mas eficaz de seducir a alguien consiste en manejar con habilidad las flaquezas y la sicología del individuo. Debilite la resistencia del otro a través de la manipulación de las emociones, jugando con lo que el otro ama y valora, o lo que teme. Si usted ignora el corazón y la mente de los demás, terminarán odiándolo.
18.- Controle las opciones: haga que otros jueguen con las cartas que usted reparte. El mejor engaño es aquel que aparenta ofrecer opciones al otro: sus victimas sienten que controlan la situación, pero en realidad no son sino titeres en sus hábiles manos. Presente opciones que siempre le sean favorables, independientemente de cuales elijan los demás. Oblíguelos a optar entre el menor de dos males y logre que cualquiera de las dos elecciones resulte a favor de usted. Haga que cualquier alternativa por la que se decidan sus rivales los perjudique a ellos.
19.- Planifique sus acciones de principio a fin. Un final brillante constituye el corolario que da énfasis a todo su accionar. Planifique su camino teniendo en cuenta todas las consecuencias posibles, todos los obstáculos y todos los giros de azar que puedan incidir de manera negativa sobre su trabajosa elaboración y otorgar la gloria a otros. Planificar todo un proceso, de principio a fin, evitará que lo abrumen los factores negativos y le permitirá saber con exactitud cuando detenerse.
20.- Concentre sus fuerzas. Conserve sus fuerzas y su energía, manteniéndolas concentradas en su punto más fuerte. Ganará mas descubriendo un rico yacimiento y explotándolo en profundidad, que pasando de un yacimiento pobre a otro: la intensidad siempre triunfa sobre la dispersión. Cuando busque fuentes de poder que puedan promoverlo, procure encontrar siempre el patrón clave único, la veta minera que pueda explotar durante largo tiempo.
21.- Descubra el talón de Aquiles de los demás. Todo individuo tiene un punto débil, una fisura en la muralla que rodea su fortaleza. Por lo general, esa debilidad es algo que le causa inseguridad, o una emoción o una necesidad que lo supera. También puede ser un pequeño placer secreto. Sea lo que fuere, una vez que usted la haya descubierto, esa debilidad se convierte en un elemento de presión que podrá manejar a su antojo y, por supuesto, siempre a su favor.
22.- Aplaste por completo a su enemigo. Empezando por Moisés , todos los grandes líderes de la historia sabían que era necesario aplastar por completo al enemigo al que temían. Si se deja encendida una sola brasa, por muy débil que sea, siempre se corre el riesgo de que vuelva a desencadenarse un incendio. Se ha perdido más por una aniquilación a medias que por una exterminación total: el enemigo se recuperará y buscará la venganza. Destrúyalo por completo, no solo física sino también espiritualmente.
23.- Muerto el perro, se acabó la rabia. Los problemas suelen tener su origen en un solo individuo fuerte: el instigador, el subalterno arrogante, el sembrador de inquinas y resentimientos. Si usted deja espacio para el accionar de este tipo de individuos, otros sucumbirán a la influencia del personaje. No espere a que los problemas que él causa se multipliquen, y no trate de negociar con él, pues es irrecuperable. Neutralice esa influencia, aislándolo o eliminándolo.
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