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Gabriel García Márquez


Monografía destacada

    1. Obras literarias
    2. Análisis (presentación de un libro)

    "He sido capaz de escribir porque Mercedes llevó el mundo sobre sus espaladas"

    "El secreto de la felicidad es hacer sólo aquello con lo que uno disfruta".

    GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

    Gabriel García Márquez nace el 6 de marzo de 1928, en Aracataca, un pueblo de la costa atlántica colombiana.

    "Gabo", como se le conoce cariñosamente, fue el mayor de una familia numerosa, que podríamos considerar de clase media: Gabriel Eligio García, su padre, fue uno de los numerosos inmigrantes que con la fiebre del banano,llegaron a Aracataca,su madre, Luisa Santiaga Márquez, pertenecía, en cambio a una de las familias eminentes del lugar: era hija del coronel Nicolás Márquez y de Tranquilina Iguarán.

    Cuando tenía ocho años, murió el abuelo, al que Gabriel García Márquez consideró siempre "la figura más importante de su vida". De esos primeros ocho años de "infancia prodigiosa" surge lo esencial del universo narrativo y mítico de García Márquez hasta el punto de que, con alguna exageración, ha llegado a decir: "Después todo me resultó bastante plano: crecer, estudiar, viajar…

    Como el propio novelista explica: "Quise dejar constancia poética del mundo de mi infancia, que transcurrió en un casa grande, muy triste, con una hermana que comía tierra y una abuela que adivinaba el porvenir, y numerosos parientes de nombres iguales que nunca hicieron mucha distinción entre la felicidad y la demencia.

    Lo que sí es cierto es que los recuerdos de su familia y de su infancia, el abuelo como prototipo del patriarca familiar, la abuela como modelo de las "mamas grandes" civilizadoras, la vivacidad del lenguaje campesino, la natural convivencia con lo mágico… aparecerán, transfigurados por la ficción, en muchas de sus obras ( La hojarasca, Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera …)

    El paralelismo entre algunas circunstancias biográficas de Gabriel García Márquez con algunos elementos de Cien años de soledad resulta evidente. Veamos algunos:

           Su abuelo, como José Arcadio Buendía, fue uno de los fundadores de Aracataca.

    En la novela se nos cuenta que José Arcadio, abandona su pueblo al verse continuamente hostigado por el fantasma de Prudencio Aguilar, al que se vio obligado a matar por un problema de honor. Con veintún compañeros, José Arcadio Buendía cruza la cordillera y funda Macondo. La fundación de Aracata, tal como Nicolás Marquez se la contaba a su nieto es muy parecida. También su abuelo había matado de muy joven a un hombre y "cuando no podía soportar la amenaza que existía contra él en ese pueblo, se fue lejos con su familia y fundó un pueblo". A Gabo le solía decir siempre: "Tú no sabes como pesa un muerto".

    Úrsula Iguarán se inspira en la abuela Tranquilina ? que no sólo presta su apellido a Úrsula, si no que, al igual que el personaje, murió ciega y loca. Tranquilina Iguarán es, efectivamente, el modelo de muchos de los personajes femeninos de García Márquez, que define así: "un caso ejemplar de la mater familias, matriarca medieval, emperadora del hogar, hacendosa y enérgica, prolífica, de temible sentido común, insobornable ante la adversidad, que organiza férreamente la vida familiar a la que sirve de aglutinante y vértice".

    En 1936 tras vivir un breve tiempo con sus padres en Sucre ?donde Gabriel Eligio regentaba una farmacia- lo envían a estudiar bachillerato a diferentes internados: primero en Barranquilla y, durante más tiempo, en Zipaquirá, lugar del que guarda recuerdos sombríos y dolorosos y donde, paralizado por la nostalgia de Aracataca, nunca llegó a integrarse.

    De ese periodo y de ese lugar cuenta García Márquez: "Zipaquirá era una ciudad fría, con techos de teja desagastada, y el colegio, un gran internado donde vivíamos doscientos trescientos niños… Los sábados y los domingos había salida, pero yo no me movía del edificio porque no quería enfrentarme con la tristeza y el frío del pueblo. Durante esos años pasé encerrado la totalidad de las horas libres despachando libros de Julio Verne y Emilio Salgari". Seguramente, esos años de soledad, reclusión y lectura fueron decisivos para su futura vocación de escritor que, según Mario Vargas Llosa, es como una "solitaria" que atenaza el espíritu.

    En 1947,Gabriel García Márquez se instala en Bogotá y empieza a estudiar derecho. Sus impresiones de Bogotá no son mejores que las de Zipaquirá: con sus "cachacos" que siempre "andaban de negro, parados ahí con paraguas y sombreros de coco, y bigotes", la capital le parece "gris y yerta", "asfixiante", sinónimo de "aprehensión y tristeza". Con estros rasgos describirá a Bogotá cuando raramente aparezca en su mundo ficción.

    Aunque estudia los cinco cursos de Derecho ?algunos en Bogotá y otros en Cartagena, donde se había trasladado su familia y donde se hace amigo del poeta Álvaro Mutis- no llega a graduarse, porque, según confiesa, "me aburría a morir esa carrera". Lo más importante de ese periodo es el encuentro con alguna de las personas más decisivas de sus vida ?especialmente, Camilo Torres, el que luego será cura guerrillero cruelmente asesinado y Plinio Apuleyo Mendoza, desde entonces uno de sus amigos más íntimos.

    Otra circunstancia importante es que, en Bogotá, empieza a escribir, para el periódico El Espectador, sus primeras obras: diez cuentos, de los que abjurará después, que constituyen su "prehistoria" como escritor. También es remarcable que García Márquez participase, como otros muchos estudiantes, en las manifestaciones surgidas a raíz del "bogotazo": el asesinato en 1948 de Jorge Eliecer Gaitán, político progresista aspirante a la presidencia de la república.

    El asesinato de Gaitán desencadena una escalofriante y larga oleada de violencia (casi trescientos mil muertos entre 1948 y 1962) que tendrá su reflejo en la literatura de García Márquez y de otros escritores, como Fernando Garrido y Álvaro Mutis, hasta el punto de que la narativa colombiana de estas décadas ha sido designada como "literatura de la violencia".

    Pronto, García Márquez abandona los estudios de Derecho: en un viaje a Barranquilla conoce a un grupo de periodistas que le fascinan y decide instalarse allí y orientar totalmente su vida al periodismo, por lo que empieza a trabajar de columnista en "El Heraldo", y a la literatura: se instala en un cuartucho ínfimo de un bloque de cuatro pisos llamado "el Rascacielos" y allí empieza a escribir su primera novela, La hojarasca.

    Gabo se integra en el llamado "Grupo de Barranquilla", que se reúne en el "Café Happy" y el "Café Colombia". Miembros del "Grupo de Barranquilla" son: Germán Vargas, Álvaro Cepeda y Alfonso Fuenmayor, periodista de "El Heraldo" de gran formación intelectual, al que García Márquez le debe el descubrimiento de los autores que más tarde se convertirán en sus modelos literarios: Kafka, Joyce y, muy especialmente, Faulkner, Virginia Woolf, y Hemingway.

    A las tertulias del "Café Colombia" acude también Ramón Vinyes, un viejo catalán republicano, escritor, ex-librero y profesor de un colegio de señoritas, al que García Márquez homenajeará en "el sabio catalán", junto a sus tres amigos, en las últimas páginas de Cien años de soledad.

    En Barranquilla, García Márquez conocerá a Mercedes Barcha, quien más tarde se convertirá en su compañera de toda la vida.

    En 1954, convencido por Álvaro Mutis, García Márquez regresa a Bogotá. Allí, de nuevo para El Espectador, trabaja como reportero y crítico de cine. Ese periodo de apasionada dedicación al periodismo, dejará posteriormente huella en su literatura. De allí proviene en buena medida su fascinación "por los hechos y personajes inusitados, la visión de la realidad como una suma de anécdotas" y "las virtudes de concisión y transparencia de estilo" de sus mejores libros.

    Esta simbiosis de literatura y periodismo es clara en algunas sus obras narrativas publicadas, Relato de un náufrago (1955), Crónica de una muerte anunciada (1981), Noticia de un secuestro (1997).

    Desde ese momento, García Márquez no abandonará nunca su actividad periodística y posteriormente será colaborador habitual en periódicos de Colombia, Venezuela, México, España y Estados Unidos.

    En 1955, García Márquez va por primera vez a Europa como corresponsal de El Espectador. El que tenía que ser un breve viaje para alejarlo de las iras gubernamentales desencadenadas por la publicación de El relato de un náufrago, se convierte en una estancia de más de cuatro años.

    Al poco de llegar a Francia, recibe la noticia de que El Espectador había sido clausurado y un cheque para el pasaje de regreso. Pero García Márquez, que había decidido seriamente ser escritor, decide quedarse en París. Afrontando grandes penalidades económicas ("Estuve viviendo durante cuatro años de milagros cotidianos") y trabajando "a diario, con verdadera furia, desde que oscurecía hasta el amanecer", escribe La mala hora (1961) y paralelamente, a partir de un episodio que se le desprendió de esa obra, una de sus mejores novelas: El coronel no tiene quien le escriba (1958).

    Con su amigo Plinio Apuleyo Mendoza hace un viaje a los países del Este (Alemania Oriental, Checoslovaquia, Polonia, Rusia…) y luego escribe diez reportajes (al más célebre lo tituló "90 días en la Cortina de Hierro") que quieren ser fundamentalmente objetivos, pero que contienen una serie de valoraciones contradictorias de adhesión y crítica, lo que demuestra la sinceridad e independencia de su opinión.

    En 1958, tras una estancia de dos meses en Londres, decide regresar a América, entre otras cosas porque sentía que se le "enfriaban los mitos". Primero se instala en Venezuela, donde su amigo Plinio Apuleyo Mendoza le había conseguido trabajo de redactor en la revista Momentos.

    Al poco de llegar a Caracas, es testigo del bormbardeo aéreo y del asalto al Palacio presidencial, hechos que concluirán días después con el derrocamiento del dictador Pérez Jiménez.

    Estos hechos, especialmente la imagen, de la huida de "un oficial con una ametralladora bajo el brazo y con las botas embarradas" y la entrevista que le hizo al que, durante 50 años, había sido mayodormo de Palacio, sirviendo a varios presidentes y dictadores, serán decisivos en la gestación de un proyecto literario que empieza a obsesionarle: escribir una novela de tiranos, que reflexione sobre "el misterio del poder" y la capacidad de fascinación hipnótica de los tiranos.

    Otras experiencias recientes se imbrican con las que está viviendo en Venezuela y le ayudan a entender los mecanismos de la dictadura: el poder supremo del sumo pontífice en Roma, la fanática pervivencia del culto a Stalin que, cuatro años después de la muerte del dictador, había palpado en Moscú… Tardará 17 años en hacer realidad ese proyecto en la quinta de sus novelas: El otoño del patriarca (1975).

    En un viaje relámpago a Barranquilla, se casa con su novia Mercedes Barcha, con la que pronto tiene dos hijos, Rodrigo (que nació en Bogotá en 1959) y Gonzalo (que nacería en México tres años más tarde).

    Aunque su actividad periodística en Venezuela es muy intensa, García Márquez no abandona el quehacer literario: escribiendo sólo los domingos, redacta casi todos los cuentos de Los funerales de la Mama Grande (1961).

    En 1960, tras el triunfo de la Revolución Cubana, vive seis meses en la Habana, trabajando para Prensa Latina, agencia de noticias que dirige el periodista argentino, amigo del Ché Guevara, Jorge Ricardo Massetti. Prensa Latina fue creada por el gobierno cubano para contrarrestar la propaganda contra Cuba. Meses antes, García Marquez había creado la sede de Prensa Latina en Bogotá. En Prensa Latina participan, además de su inseparable amigo Plinio Apuleyo Mendoza, otros destacados intelectuales como el argentino Roberto Walsh y el novelista uruguayo Juan Carlos Onetti. Uno de los grandes éxitos de Prensa Latina es interceptar y descifrar un informe donde se daban detalles del desembarco armado americano en Playa Girón. Llegaron a averiguar el lugar exacto donde la CIA preparaba la operación: una hacienda de Retahulheu (Guatemala).

    En 1961 se instala en Nueva York como corresponsal de Prensa Latina. Se trata de un trabajo apasionante ?por fin García Márquez dispone de un sueldo fijo y puede ejercer el periodismo con plena independencia, lejos de los monopolios capitalistas de opinión.

    García Márquez decide establecerse en México, y probar suerte con la tercera de sus aficiones: el cine. Pero antes de abandonar Estados Unidos, recorre el sur de su admirado Faulkner.

    De ese viaje, que emprende sin apenas dinero, escribirá: "Son veinte días de ruta infernal por carreteras marginales, ardientes y tristes…Son veinte días de carretera, alimentándonos con leche malteada, con hamburguesas, conociendo en Atlanta un áspero rostro de los Estados Unidos (no querían recibirnos en los hoteles porque creían que éramos mexicanos) y leyendo, en otro pueblo del Sur, un letrero que decía: <Prohibida la entrada de perros mexicanos>".

    Cuando descubre que es muy difícil abrirse camino en el mundo del cine, se encarga, aunque sin escribir una sola línea, de la organización de dos revistas de gran tiraje: una revista de señoras, La Familia y otra de crímenes sensacionalistas, Sucesos. Más tarde, trabaja en el mundo de la Publicidad.

    A partir de 1963, García Márquez consigue por fin trabajar como guionista. Su primer guión, El gallo de oro, lo escribe en colaboración con Carlos Fuentes a partir de un cuento de Juan Rulfo. (Dos años después, García Márquez y Fuentes volverán a trabajar juntos en la adaptación cinematográfica de Pedro Páramo, lo que demuestra la admiración que ambos sienten por la escueta e intensísima obra del silencioso escritor mexicano).

    Otros trabajos de guionista de García Márquez son: Tiempo de morir de Arturo Ripstein (aparentemente una esquemática película de "charros", pero que contiene ya algunas de las obsesiones de García Márquez: la venganza, la muerte, el destino trágico, la soledad…), H.O. también con Ripstein; Patsy, mi amor y una adaptación de su cuento "En este pueblo no hay ladrones".

    Aunque García Márquez dice no estar satisfecho de ninguno de sus trabajos cinematográficos, considera que su decepcionante experiencia en el mundo del celuloide le fue de gran utilidad, pues paradójicamente le ayudó a tomar conciencia de las limitaciones del cine (que hasta este momento consideraba "el medio de expresión perfecto") y a entender por fin "que las posibilidades de la novela son ilimitadas".

    Sin esa convicción, tal vez García Márquez no hubiera superado nunca ese periodo de sequía literaria (de 1961 a 1965 no escribió ni una sola línea de creación), consecuencia de un íntimo "sentimiento de fracaso" respecto a la obra que había escrito hasta ese momento.

    Gabo escapa de ese "infierno" con la escritura de la que, seguramente, es la más importante de sus obras: Cien años de soledad (1967), lo cual sólo fue posible cuando, casi como en un "milagro", sabe de repente con qué técnica y con qué procedimientos ha de escribir la historia de ese Macondo y de ese universo mítico de su infancia que le obsesionan desde sus inicios como escritor.

    La "revelación" tuvo lugar un día de enero de 1965

    mientras conducía su Opel por la carretera de México a Acapulco. Inesperadamente para el coche y le dice a Mercedes: "¡Encontré el tono! ¡Voy a narrar la historia con la misma cara de palo con que mi abuela me contaba sus historias fantásticas, partiendo de aquella tarde en que el niño es llevado por su padre a conocer el hielo!.

    García Márquez decide encerrarse a escribir su novela de Macondo y los Buendía. Logra reunir cinco mil dolares (los ahorros de la familia, las ayudas de sus amigos, especialmente de Álvaro Mutis) y le dice a Mercedes que mientras tarde en escribir su novela se ocupe de todo y no lo moleste bajo ningún concepto. Cuando después de 18 meses de duro trabajo concluye Cien años de soledad, Mercedes le espera con una deuda doméstica que sobrepasa los 10.000 dolares. Para enviar el manuscrito de Cien años de soledad a Buenos Aires, concretamente a la Editorial Sudamericana de Francisco Porrua, deben empeñar los tres últimos objetos de un cierto valor que les quedan: una batidora, un secador de pelo y la estufa.

    Cien años de soledad aparece en junio de 1967. El éxito es fulminante: en pocos días se agota la primera edición y en tres años se venden más de medio millón de ejemplares. Según Vargas Llosa, "el éxito resonante deja a García Márquez mareado y algo incrédulo", aunque feliz porque por fin puede dedicarse exclusivamente a escribir.

    De 1968 a 1974 vive en Barcelona: quiere alejarse ?aunque inútilmente- de la persecución cada vez más agobiante de la fama y palpar el ritmo de la vida cotidiana en una dictadura (aquí se viven los últimos años del franquismo), pues se ha decidido por fin a convertir en novela esa imagen que le persigue desde hace diecisiete años: un déspota viejísimo se queda sólo en un palacio lleno de vacas.

    En 1975 aparece por fin El otoño del patriarca, que, escrita según la técnica del monólogo múltiple (voces diferentes que cuentan, desde perspectivas diferentes, la misma historia) es para García Márquez "mi libro más experimental y el que más me interesa como aventura poética. También el que me ha hecho más feliz" .

    Entre Cien años de soledad (1967) y El otoño del patriarca (1975) escribe algunos cuentos y un guión de cine, a partir de un episodio desgajado de Cien años de soledad, que finalmente se convierte en una novela breve: La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y de su abuela desalmada (1972).

    Desde 1974, García Márquez alterna su residencia entre México, Cartagena de Indias, La Habana y París. Desde esos años, tan difíciles para América Latina, García Márquez es consciente de su resposabilidad como intelectual de prestigio: estrecha lazos de amistad con mandatarios de tendencia progresista (Fidel Castro, Torrijos, Carlos Andrés Pérez , los sandinistas, últimamente, Hugo Chávez…), se convierte en embajador extraoficial del continente, lucha activamente en defensa de los derechos humanos…

    En 1981 escribe Crónica de una muerte anunciada, novelando unos hechos reales acaecidos en Sucre durante su juventud y asumiendo por primera vez el papel de narrador. Al escribir Crónica de una muerte anunciada, García Márquez contraria a su madre que le había pedido que no escribiera una historia en la que intervenían tantos parientes, al menos mientras la madre del hombre que inspiró a Santiago Nasar siguiera viva.

    Ese mismo año, en pleno lanzamiento de Crónica de una muerte anunciada, el gobierno conservador lo acusa de financiar al grupo guerrillero M-19. García Márquez se ve obligado a pedir asilo político en la embajada mexicana y abandona Bogotá en medio de un gran escándalo. Meses después, ya en 1982, le conceden el Premio Nobel de literatura.

    En la ceremonia del Nobel, viste con una guayabera caribeña blanca y lleva en la mano un rosa amarilla, símbolo de Colombia y su amuleto personal (Mercedes coloca cada día una en su mesa de trabajo).

    Elige como tema musical el Intermezzo interrotto de Bela Bartok. Su discurso de agradecimiento es un canto de amor a América Latina.

    Entre otras cosas dijo:

    "Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíbles nuestra vida. Éste es el nudo de nuestra soledad".

    Concluyó formulando un deseo: el de "una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra".

    Con parte de los 157 mil dolares que gana con el Nobel, decide "fundar un diario en Colombia con periodistas menores de treinta años, para que adquieran el oficio como se debe. Un diario destinado a exaltar los valores fundamentales del hombre, sin banderías". En homenaje a un cuento de Borges decide llamar al periódico El otro, aludiendo con ello a su "otra" vocación y personalidad.

    Involucra en el proyecto a dos de sus grandes amigos: a Rodolfo Terragno, fundador de El diario de Caracas y el novelista argentino Tomás Eloy Martínez. El proyecto, sin embargo, morirá antes de nacer, sueña con "una novela en la que un viejo de 80 vive una historia de frenesí sexual con una vieja de 70". El demonio de la literatura le ha entrado otra vez en el cuerpo y sabe que ya no puede escapar de él.

    Cuando todo está preparado para la aparición de El otro, les dice a sus amigos: "Instálense en Bogotá y empiecen a trabajar. Yo tengo que encerrarme a escribir la novela sobre los viejos". Sus amigos, obviamente, se niegan (¿cómo El otro de García Márquez se va a escribir sin García Márquez?) y el García Márquez novelista se instala en la mágica Cartagena de Indias, donde, en "un periodo de felicidad casi completa" escribe la historia de Florentino Ariza y Fermina Daza, en la que recrea el difícil noviazgo de sus padres: El amor en los tiempos de cólera (1985).

    En 1986 cumple una vieja deuda con la tercera de sus pasiones: promueve la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y funda -con la ayuda del director argentino Fernando Birri, al que conocía desde sus años en Italia– la Escuela de cine de San Antonio de los Baños, en Cuba. Allí cada año, García Márquez dirige un taller de guión, donde diez jóvenes inventan conjuntamente una historia. A los mejores alumnos se los lleva a México para trabajar en otro taller de guiones, éste profesional: realizan guiones para la televisión y, con parte de los beneficios, consiguen fondos para financiar la Fundación y la Escuela.

    En Cómo se cuenta un cuento (1995) relata una de las experiencias del taller de guión: inventar una historia que pueda ser contada en formato de media hora. El guión "Me alquilo para soñar" -que primero fue uno de los doce Cuentos peregrinos (1992)- es uno de los frutos de ese taller de guión, que fruto del trabajo conjunto de García Máqrquez, el cineasta brasileño Doc Comparato y diez jóvenes enamorados del cine y de la literatura.

    En 1989 escribe El general en su laberinto, una nueva novela histórica donde cuenta el camino hacia la muerte de Simón Bolívar a los 47 años, por el río Magdalena de su infancia. El origen de esta novela es una frase de su manual escolar de historia, que guardaba en su memoria: "Al cabo de un largo y penoso viaje por el río Magdalena, murió en Santa Marta abandonado por sus amigos".

    Aunque ya no lo necesita económicamente, García Márquez se ha impuesto la disciplina, "para mantener el brazo caliente", de escribir, entre novela y novela, un artículo semanal que publica en diferentes periódicos.

    Una selección de estos artículos que, hablan de sus impresiones y recuerdos de las diferentes ciudades europeas en las que vivió, las recoge en Notas de prensa (1991), obra que se convierte así en una especie de memorias noveladas de sus años en Europa. Antes de editarlo en forma de libro vuelve a las ciudades emblemáticas de su juventud (Ginebra, Roma, París, Barcelona…) y escribe: "Ninguna tenía ya nada que ver con mis recuerdos. Todas estaban enrarecidas por una inversión asombrosa: los recuerdos reales parecían fantasmas de la memoria, mientras que los recuerdos falsos eran tan convincentes que habían suplantado a la realidad (…) En esos ocho meses febriles no necesité preguntarme dónde terminaba la vida y dónde empezaba la imaginación, porque me ayudaba la sospecha de que quizás no fuera cierto nada de lo vivido veinte años antes en Europa".

    Tras ese viaje hacia su propia memoria, vuelve a reescribir todos los artículos.

    En 1992 escribe Doce cuentos peregrinos. Según el propio autor se trata de : "una colección de cuentos cortos, basados en hechos periodísticos, pero redimidos de su condición mortal por las astucias de la poesía". Muchos de ellos, antes de ser finalmente cuentos, fueron historias escritas con otros fines: cinco fueron notas periodísticas; otros cinco, guiones de cine y uno, un serial de televisión.

    En 1994 publica su última novela, Del amor y otros demonios , una novela ambientada en la Cartagena de Indias del siglo XVIII, que cuenta los amores imposibles entre un cura de treinta años y una marquesita criolla de doce, a la que debía exorcizar.

    Aunque desde hace años lucha incansablemente contra un cáncer, García Márquez continúa lleno de proyectos y sigue demostrando una admirable energía. Consciente de que "nunca ni un solo minuto he dejado de ser periodista", convence a su amigoel novelista argentino Tomás Eloy Martínez para que funden juntos un taller de periodismo, la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. Se trata de una escuela sin muros, donde ?a través de seminarios, conferencias y cursos-se convoca a estudiantes de periodismo de todo el mundo para profundizar sobre temas que las escuelas de periodismo y las redacciones de periódicos suelen omitir. La Fundación es su personal homenaje al que sigue considerando "el mejor oficio del mundo".

    En 1996 publica Noticia de un secuestro, un reportaje novelado de un secuestro colectivo, de diez personas (ocho de ellas periodistas), a manos de la banda de narcotraficantes de Pablo Escobar. García Márquez, que trabajó duramente en este libro tres años, definió "esta tarea otoñal como la más difícil y triste de mi vida" y como "una experiencia humana desgarradora e inolvidable".

    A finales de 1995, cuando acaba de concluir Noticia de un secuestro y el país vive pendiente de otro secuestro ?el de Juan Carlos Gaviria, hermano del ex presidente- lee un insólito comunicado en la prensa: los secuestradores ofrecen la liberación de Juan Carlos Gaviria si García Márquez asume la presidencia del gobierno en lugar del actual mandatario, Ernesto Samper. La respuesta de García Márquez es contundente: "Nadie puede esperar que asuma la irresponsabilidad de ser el peor presidente de la República (…) Liberen a Gaviria, quiténse las máscaras y salgan a promover sus ideas de renovación al amparo del orden constitucional."

    Actualmente se dice que trabaja en sus memorias (que posiblemente se llamarán Vivir para contarlo) y en tres novelas. Una de ellas cuenta la historia de un hombre que morirá al escribir la última frase. García Márquez tiene la extraña sensación de que puede ocurrirle lo mismo que a su personaje. Tal vez por ello, la novela avanza lentamente…

    OBRAS LITERARIAS DE :

    GABRIEL GARCIA MARQUEZ

    La hojarasca. 1955.

    En La hojarasca nació Macondo, ese poblachón cercano a la costa atlántica colombiana que ya se ha convertido en uno de los grandes mitos de la literatura universal. En él transcurre la historia de un entierro imposible. Ha muerto un personaje extraño, un antiguo médico odiado por el pueblo, y un viejo coronel retirado, para cumplir una promesa, se ha empeñado en enterrarle frente a la oposición de todo el poblado y sus autoridades. Como en una tragedia griega ?el libro lleva como lema una cita de Antígona, que recuerda la prohibición de enterrar el cuerpo de Polinice? el viejo coronel, su hija y su nieto van a cumplir la ominosa tarea. La acción, compuesta por la descripción de los preparativos para el entierro ?una media hora? y los recuerdos de un cuarto de siglo de la historia de Macondo, de 1905 a 1928, se narra a través de los pensamientos de estos tres personajes.

    El coronel no tiene quien le escriba. 1961.

    El coronel no tiene quien le escriba fue escrita por Gabriel García Márquez durante su estancia en París, adonde había llegado como corresponsal de prensa y con la secreta intención de estudiar cine, a mediados de los años cincuenta. El cierre del periódico para el que trabajaba le sumió en la pobreza, mientras redactaba en tres versiones distintas esta excepcional novela, que luego fue rechazada por varios editores antes de su publicación. Tras el barroquismo faulkneriano de La hojarasca, esta segunda novela supone un paso hacia la ascesis, hacia la economía expresiva, y el estilo del escritor se hace más puro y transparente. Se trata también de una historia de injusticia y violencia: un viejo coronel retirado va al puerto todos los viernes a esperar la llegada de la carta oficial que responda a la justa reclamación de sus derechos por los servicios prestados a la patria. Pero la patria permanece muda…

    La mala hora. 1962 (ed. desautorizada por el autor)

    Los funerales de la Mamá Grande. 1962.

    Bajo el lema de estos funerales mitológicos, Gabriel García Márquez reunió en 1962 siete relatos y la novela corta que da título al presente volumen, en el que aparece ya en todo su esplendor el elemento mágico y telúrico que a partir de entonces definiría su obra, sin apartarla, por ello, de la realidad. Estamos en Macondo y su región una vez más, entre personajes y episodios reconocibles, pero ahora caen pájaros muertos sobre el poblado, rompiendo mosquiteros y alambradas, un cura ve al diablo o afirma haber encontrado al judío errante, y visitar la tumba de un ser querido supone un riesgo impredecible. Y hay que enterrar a la Mamá Grande, soberana absoluta de este mundo, que falleció en olor de santidad a los noventa y dos años, tras haber conservado la virginidad durante toda su vida, y a cuyos funerales acude el presidente de la República y hasta el Sumo Pontífice en su góndola papal, pero también guajiros, contrabandistas, arroceros, prostitutas, hechiceros y bananeros llegados para la ocasión?

    Cien años de soledad. 1967

    «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.» Con estas palabras empieza una novela ya legendaria en los anales de la literatura universal, una de las aventuras literarias más fascinantes de nuestro siglo. Millones de ejemplares de Cien años de soledad leídos en todas las lenguas y el premio Nobel de Literatura coronando una obra que se había abierto paso «boca a boca» ?como gusta decir el escritor? son la más palpable demostración de que la aventura fabulosa de la familia Buendía-Iguarán, con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas, representaba al mismo tiempo el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.

    Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo. 1969.

    • .

    Relato de un náufrago.  1970.

    Con este libro, Gabriel García Márquez se descubrió a sí mismo como un narrador. Sin embargo, la intención primera era la de escribir un reportaje sobre un hombre, Luis Alejandro Velasco, que estuvo diez días a la deriva en una balsa mecida por el mar Caribe. El futuro Premio Nobel de Literatura y entonces joven reportero que era García Márquez escuchó el relato de los hechos de boca de su protagonista, y lo transformó, tal vez sin pretenderlo, en un prodigioso ejercicio literario, una narración escueta y vigorosa donde late el pulso de un gran escritor. La publicación por entregas del reportaje en El Espectador de Bogotá supuso un alboroto político considerable ?se revelaba la existencia de contrabando ilegal en un buque de la Armada colombiana, lo que costó la vida de siete marineros y el naufragio, más afortunado, de Velasco? y el exilio para su autor, que se vio abocado a una nueva vida.

    La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. 1972.

    Chile, el golpe y los gringos. 1974

    Ojos de perro azul. 1974.

    Estos relatos tempranos de quien posteriormente sería premio Nobel fueron escritos y publicados entre 1947 y 1955, aunque, como libro, Ojos de perro azul no aparecería hasta 1974, cuando ya el escritor había publicado otros dos libros de relatos y cuatro novelas, de las que la última, Cien años de soledad, le proporcionaría su primer gran éxito internacional. En este libro se incluye su primer cuento célebre, el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, escenario de sus obras posteriores. El personaje de Isabel reaparecerá en su primera novela, y el tema de la lluvia cayendo interminablemente, en su personal versión del diluvio universal, acabaría integrándose suave y flexiblemente en Cien años de soledad. Este relato, incluido en todas las antologías del cuento latinoamericano de nuestros días, fue la primera piedra de este gigantesco edificio, tan imaginario como real, que terminaría fundando el espacio literario más poderoso de las letras universales de nuestro tiempo: Macondo. La edición que tiene el lector entre sus manos incluye, además, tres nuevos cuentos: «Tubal-Caín forja una estrella», «De cómo Natanael hace una visita» y «Un hombre viene bajo la lluvia».

    Cuando era feliz e indocumentado. 1975

    El otoño del patriarca. 1975.

    Gabriel García Márquez ha declarado una y otra vez que El otoño del patriarca es la novela en la que más trabajo y esfuerzo invirtió. En efecto, García Márquez ha construido una maquinaria narrativa perfecta que desgrana una historia universal ?la agonía y muerte de un dictador? en forma cíclica, experimental y real al mismo tiempo, en seis bloques narrativos sin diálogos, sin puntos y aparte, repitiendo una anécdota siempre igual y siempre distinta, acumulando hechos y descripciones deslumbrantes. Novela escrita en Barcelona, entre 1968 y 1975, El otoño del patriarca deja asomar en su trasfondo el acontecimiento más importante de la historia española de aquellos años ?la muerte del general Franco?, aunque su contexto y estilo sean, como siempre en este escritor, el de la asombrosa realidad latinoamericana que García Márquez ha elevado una vez más a la dignidad del mito.

    Todos los cuentos. 1975.

    Obra periodística. Vol. 1: Textos costeños. 1981.

    Los artículos que componen Textos costeños, primer volumen de la obra periodística de Gabriel García Márquez, abarcan el período que va de mayo de 1948 ?año en que comenzó a escribir en El Universal de Cartagena? a diciembre de 1952: por un lado, constituyen los primeros escritos de un joven de veinte años que llegaría a ser el novelista hispánico más importante de la actualidad y, por otro, son el testimonio del convulsionado mundo colombiano tras la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, el 9 de abril de 1948. Los comienzos de Gabriel García Márquez como redactor de El Universal supondrían el punto de partida de una conmoción literaria que ha influido profundamente en la literatura contemporánea. El hecho más puntual, la noticia más cotidiana, se inscriben en el universo de magia literaria del gran creador de Cien años de soledad, El otoño del patriarca y Crónica de una muerte anunciada. En muchos casos, en estos impecables textos ?recopilados y prologados por Jacques Gilard? se hallan ya ecos de la temática de su obra literaria. Cronológicamente contemporáneos de sus novelas y cuentos, traslucen que el pensamiento y la pasión son los mismos, y que el tema en literatura es tan único, y tan diverso, como la vida.

    Obra periodística. Vol. 2: Entre cachacos

    El segundo volumen de la obra periodística de Gabriel García Márquez, Entre cachacos, reúne ?recopilados y prologados por Jacques Gilard? los artículos aparecidos en El Espectador de Bogotá durante los años 1954 y 1955, textos que desentrañan los signos que configuran los temas predilectos del gran novelista colombiano. Aparecen ya las consecuencias de ciertas lecturas, particularmente las de Camus y Hemingway, con reflexiones y análisis de hechos investigados en caliente, donde la forma delata preocupaciones literarias fundamentales y preexistentes y donde el rigor narrativo ?la ambición por contar bien? supera al mero afán inicial de información para alcanzar un alto valor literario.

    Por la libre. Obra periodística 4 (1974-1995), Gabriel García Márquez , Sudamericana,Buenos Aires, 2000, 336 páginas.

    • Reseña, por Carlos Alberto Morán. La Capital, Suplemento cultural. 06.02.2000

    Crónica de una muerte anunciada. 1981.

    Acaso sea Crónica de una muerte anunciada la obra más «realista» de Gabriel García Márquez, pues se basa en un hecho histórico acontecido en la tierra natal del escritor. Cuando empieza la novela, ya se sabe que los hermanos Vicario van a matar a Santiago Nasar ?de hecho ya le han matado? para vengar el honor ultrajado de su hermana Ángela, pero el relato termina precisamente en el momento en el que Santiago Nasar muere. El tiempo cíclico, tan utilizado por García Márquez en sus obras, reaparece aquí minuciosamente descompuesto en cada uno de sus momentos, reconstruido prolija y exactamente por el narrador, que va dando cuenta de lo que sucedió mucho tiempo atrás, que avanza y retrocede en su relato y hasta llega mucho tiempo después para contar el destino de los supervivientes. La acción es, a un tiempo, colectiva y personal, clara y ambigua, y atrapa al lector desde un principio, a pesar de que conoce el desenlace de la trama. La dialéctica entre mito y realidad se ve potenciada aquí, una vez más, por una prosa tan cargada de fascinación que la eleva hasta las fronteras de la leyenda.

    El rastro de tu sangre en la nieve: el verano feliz de la senora Forbes. Bogotá: W. Dampier Editores, 1982.

    Viva Sandino. Managua: Nueva Nicaragua, 1982

    El secuestro (guión). Salamanca: Lóquez, 1982.

    El asalto: el operativo con el que el FSLN se lanzó al mundo, Nueva Nicaragua, 1983.

    Erendira (guión de su propia novela), N.P., Les Films du Triangle, 1983.

    El general en su laberinto. 1989.

    El diez de diciembre de 1830, siete días antes de su muerte, tras dictar sus últimas voluntades y rechazar las indicaciones de su médico personal para recibir de buen grado los sacramentos, Bolívar exclama:"¿Qué es esto?… ¿Estaré tan malo para que se me hable de testamento y de confesarme?… !Cómo saldré yo de este laberinto!. El episodio define el alcance del acercamiento mítico, histórico y humano de Gabriel García Márquez a la figura de Simón Bolívar a través del lenguaje de la ficción.

    Aclamado por el pueblo como Libertador, blanco de numerosas conjuras políticas y militares, héroe romántico y hasta libertino para sus detractores y sus partidarios, idealista íntegro y abandonado que contempla las ruinas de su sueño de unidad de los pueblos americanos, tras la independencia del dominio español, Bolívar emprende — enfermo, con un menguado séquito — el que será su viaje final. Parte desde Bogotá para seguir el curso del río Magdalena. Su viaje será el último en un doble sentido: la marcha le proporciona oportunidades para considerar los pasos que ha dado su agitada vida y al tiempo, la gravedad de sus dolencias apresura en pocos meses su encuentro con la muerte.

    El Libertador desvela su drama sin eludir el asedio de los espectros, la presencia de quienes cruzaron los territorios de su utopía, ni las ofensivas amorosas que forjaron su sensibilidad y se desarrollaban en paralelo con las campañas militares y las empresas independentistas que hubo de afrontar a lo largo de su vida. Acosado por sus recuerdos y fantasmas, es un hombre solo el que se enfrenta a su mayor empeño: vencer al personaje que, en sus propias palabras, ha dejado de existir.

    • El bolerazo del general  Reseña de Edgar O´Hara sobre el libro de Gabriel García Márquez, titulado: El general en su laberinto.

    El Bolivar que GGM pintó. Bárbara Jardine, en Aldea Educativa.

    Doce cuentos peregrinos. 1992.

    «El esfuerzo de escribir un cuento corto es tan intenso como empezar una novela. Pues en el primer párrafo de una novela hay que definir todo: estructura, tono, estilo, ritmo, longitud, y a veces hasta el carácter de algún personaje. Lo demás es el placer de escribir, el más íntimo y solitario que pueda imaginarse, y si uno no se queda corrigiendo el libro por el resto de la vida es porque el mismo rigor de fierro que hace falta para empezarlo se impone para terminarlo. El cuento, en cambio, no tiene principio ni fin: fragua o no fragua. Y si no fragua, la experiencia propia y la ajena enseñan que en la mayoría de las veces es más saludable empezarlo de nuevo por otro camino, o tirarlo a la basura.» Este volumen recoge los cuentos que, afortunadamente para los lectores de García Márquez, no terminaron en la papelera, precedidos por un prólogo en el que se da razón de por qué son doce, por qué son cuentos y por qué son peregrinos.

    Cuentos:

    1. Buen viaje señor presidente. 2. La santa. 3. El avión de la bella durmiente. 4. Me alquilo para soñar. 5. "Solo vine a hablar por teléfono" 

    Sólo un Teléfono, Clave posible de lectura de un relato de García Márquez. (Goffman y el juego del intertexto: entrecruzaimiento y ficcionalización). Por Eduardo Balestena.

    6. Espantos de agosto. 7. María dos Prazeres. 8. Diecisiete ingleses envenenados. 9. Tramontana. 10. El verano feliz de la señora Forbes. 11. La luz es como el agua. 12. El rastro de tu sangre en la nieve.

    Del amor y otros demonios.1994

    El 26 de octubre de 1949 el reportero Gabriel García Márquez fue enviado al antiguo convento de Santa Clara, que iba a ser demolido para edificar sobre él un hotel de cinco estrellas, a presenciar el vaciado de las criptas funerarias y a cubrir la noticia. Se exhumaron los restos de un virrey del Perú y su amante secreta, un obispo, varias abadesas, un bachiller de artes y una marquesa. Pero la sorpresa saltó al destapar la tercera hornacina del altar mayor: se desparramó una cabellera de color cobre, de veintidós metros y once centímetros de largo, perteneciente a una niña. En la lápida apenas se leía el nombre: Sierva María de Todos los Ángeles. «Mi abuela me contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años cuya cabellera le arrastraba como una cola de novia, que había muerto del mal de rabia por el mordisco de un perro, y era venerada en los pueblos del Caribe por sus muchos milagros. La idea de que esa tumba pudiera ser la suya fue mi noticia de aquel día, y el origen de este libro.»

    Un lector de Lima envía su opinión sobre el libro Del amor y otros demonios a Amazon.

    Noticia de un secuestro. 1997

    "Maruja Pachón y su esposo, Alberto Villamizar, me propusieron en octubre de 1993 que escribiera un libro con las experiencias de ella durante su secuestro de seis meses, y las arduas diligencias en que él se empeñó hasta que logró liberarla. Tenía el primer borrador ya avanzado cuando caímos en la cuenta de que era imposible desvincular aquel secuestro de los otros nueve que ocurrieron al mismo tiempo en el país. En realidad, no eran diez secuestros distintos -como nos pareció a primera vista- sino un sólo secuestro colectivo de diez personas muy bien escogidas, y ejecutado por una misma empresa con una misma y única finalidad."

    Vivir para contarla. 2002

    Este primer tomo, con más de 800 páginas, cuenta la historia de sus abuelos maternos, los amores de sus padres, un ámbito de su vida familiar especialmente querida por García Márquez y, por fin, su propia vida hasta 1955, fecha de su definitiva dedicación a la literatura con la aparición de su primera novela, La Hojarasca. El nacimiento de su vocación por el periodismo y su viaje a Europa como corresponsal de El Espectador también ocupan una parte muy importante del volumen.

    Fragmento del capítulo 1 (hasta la página 34)

    Fragmento del capítulo 2 (86-97)

    Fragmento del capítulo 2 (111-120)

    Fragmento del capítulo 3 (187-201)

    Fragmento del capítulo 4 (258-265)

    Fragmento del capítulo 7 (487-501)

    Fragmento del capítulo 8 (561-570)

    La novela de sus recuerdos. Por Fidel Castro.

    Memoria de mis putas tristes. 2004

    El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen. Me acordé de Rosa Cabarcas, la dueña de una casa clandestina que solía avisar a sus buenos clientes cuando tenía una novedad disponible. Nunca sucumbí a ésa ni a ninguna de sus muchas tentaciones obscenas, pero ella no creía en la pureza de mis principios. También la moral es un asunto de tiempo, decía, con una sonrisa maligna, ya lo verás.  Fragmento

    Reseña. Joaquín Marco. El Cultural. 21-27 de octubre de 2004.

    Cuentos:

    1. La tercera resignación (1947). 2. La otra costilla de la muerte (1948). 3. Eva está dentro de su gato (1948). 4. Amargura para tres sonánbulos (1949). 5. Diálogo del espejo (1949). 6. Ojos de perro azul (1950). 7. La mujer que llegaba a las seis (1950). 8. Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles (1951). 9. Alguien desordena estas rosas (1952). 10. La noche de los alcaravanes (1953). 11. Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo (1955). 12. La siesta del martes (1962). 13. Un día de éstos (1962). Encontrado en la página de Eduardo Gargurevich. 14. En este pueblo no hay ladrones (1962). 15. La prodigiosa tarde de Baltazar (1962). 16. La viuda de Montiel (1962). 17. Un día despues del sábado (1962). 18. Rosas artificiales (1962). 19. Los funerales de la Mamá Grande (1962). 20. Un señor muy viejo con unas alas enormes (1968). 21. El mar del tiempo perdido (1961). 22. El ahogado más hermoso del mundo (1968). 23. El último viaje del buque fantasma (1968). 24. Blacamán el bueno vendedor de milagros (1968). 25. Muerte constante más allá del amor (1970). 26. La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972).

    El amor en los tiempos de cólera. 1985.

    La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo ?por una vez sucesivo, y no circular?, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.

    El amor en los tiempos del cólera. De A. Frazier

    El general en su laberinto. 1989.

    El diez de diciembre de 1830, siete días antes de su muerte, tras dictar sus últimas voluntades y rechazar las indicaciones de su médico personal para recibir de buen grado los sacramentos, Bolívar exclama:"¿Qué es esto?… ¿Estaré tan malo para que se me hable de testamento y de confesarme?… !Cómo saldré yo de este laberinto!. El episodio define el alcance del acercamiento mítico, histórico y humano de Gabriel García Márquez a la figura de Simón Bolívar a través del lenguaje de la ficción.

    Aclamado por el pueblo como Libertador, blanco de numerosas conjuras políticas y militares, héroe romántico y hasta libertino para sus detractores y sus partidarios, idealista íntegro y abandonado que contempla las ruinas de su sueño de unidad de los pueblos americanos, tras la independencia del dominio español, Bolívar emprende — enfermo, con un menguado séquito — el que será su viaje final. Parte desde Bogotá para seguir el curso del río Magdalena. Su viaje será el último en un doble sentido: la marcha le proporciona oportunidades para considerar los pasos que ha dado su agitada vida y al tiempo, la gravedad de sus dolencias apresura en pocos meses su encuentro con la muerte.

    El Libertador desvela su drama sin eludir el asedio de los espectros, la presencia de quienes cruzaron los territorios de su utopía, ni las ofensivas amorosas que forjaron su sensibilidad y se desarrollaban en paralelo con las campañas militares y las empresas independentistas que hubo de afrontar a lo largo de su vida. Acosado por sus recuerdos y fantasmas, es un hombre solo el que se enfrenta a su mayor empeño: vencer al personaje que, en sus propias palabras, ha dejado de existir.

    • El bolerazo del general  Reseña de Edgar O´Hara sobre el libro de Gabriel García Márquez, titulado: El general en su laberinto.

    El Bolivar que GGM pintó. Bárbara Jardine, en Aldea Educativa.

    ANALISIS. ( PRESENTACION DE UN LIBRO ) :

    Titulo: CIEN AÑOS DE SOLEDAD.

     

     

    Autor:

    Novelista de origen colombiano, sus obras mas importantes son: La Hojarasca, Cien años de soledad, El amor en los tiempos del colera, entre otras.

    Genero: NARRATIVO.

    Tipo de expresión : EN PROSA.

    Trama: Muchos años después, frente alñ pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía, habia recordado aquella tarde remota en que su padre lo llevo a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava, construida ala orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehispanicos. Con estas palabras empieza una novela ya legendaria en los anales de la literatura universal, una de las aventuras mas fascinantes de nuestro siglo. Muestra la fabulosa y palpable demostración de la familia Buendía Iguaran con sus milagros, fantasías, obseciones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldiaas, descubrimientos, y condenas que representaban al mismo tiempo el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.

     

     

     

    Betzaida Guadalupe Reyes Santiago

    Materia: Literatura.

    Tema: Textos Narrativos.

    Subtema: La novela.

    Fecha: 05 De Enero Del 2005.