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El “factor” Bernanke: otro “Maestro” que se cae del tabernáculo (página 6)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

Está claro que la disponibilidad ilimitada de liquidez por parte del BCE al sistema bancario europeo ha evitado que se produzca una quiebra en cadena de entidades financieras. El mercado interbancario estaba, y sigue, totalmente muerto, ya que las entidades solventes no se fían de las que lo parecen y el BCE está actuando de garantía para este movimiento de liquidez. Ahora bien, está por ver cómo va a ser capaz de financiar toda esta liquidez. Imprimir euros generaría hiperinflación por lo que hemos comentado, solo se usa para transacciones muy limitadas, menos del 15% global, y la financiación vía impuestos hundiría aun más la economía de Europa, disparando la fuga de capital en vez de atraerlo. El BCE ha duplicado el tamaño de su balance en apenas un par de años. Y no olvidemos que el BCE es una entidad participada por los bancos centrales de cada país miembro y lo sanotes que están esos países.

Pues bien, estos aspectos monetarios son los que han impulsado a la renta variable en las últimas semanas, la "reducción" del riesgo sistémico en el entorno bancario, no su desaparición, empujando al alza las acciones de aquellos bancos con mayor necesidad de liquidez. Es cierto que las recientes colocaciones de deuda pública han sido exitosas… pero cómo no lo van a ser cuando el BCE le está prácticamente regalando la financiación a la banca.

Lo que está por ver es cuándo y cuánto de toda esta liquidez, que en el fondo no deja de ser una carga para los contribuyentes, se va a trasladar a la economía real, porque, por el momento, lo único que se ha visto es reducción en la concesión de préstamos por parte de las entidades bancarias.

– Coda: En la "antesala" de la tercera dosis de "relajamiento cuantitativo" (lo escrito en su momento)

– Bernanke: seis años, seis causas para hacer historia en la Fed (El Economista – 1/2/12)

(Por Pedro Calvo) Lectura recomendada

Hace justo seis años, el 1 de febrero de 2006, Ben Bernanke relevó al entonces venerado Alan Greenspan en la presidencia de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos y el más influyente del mundo. En este tiempo, la crisis más virulenta desde la Gran Depresión de los años 30 del pasado siglo le ha llevado a tomar decisiones que no encuentran precedente en los casi 100 años de historia de la institución.

En efecto, Bernanke ha ido más lejos con sus decisiones que ninguno de sus 13 predecesores al frente de la Fed desde su fundación en 1913. Todo un examen práctico para un académico como él, que dedicó buena parte de sus estudios al análisis de las causas y las consecuencias de la Gran Depresión. En su sexto aniversario al frente del banco central norteamericano, seis son las actuaciones principales por las que, sin duda, los profesores estudiarán su mandato.

1. Tipos al 0%

En la última reunión de 2008, celebrada los días 15 y 16 de diciembre, la Fed se citó con la historia. El cónclave se saldó con un tijeretazo en los tipos de interés que les llevó desde el 1% hasta una horquilla situada entre el 0 y el 0,25%. Con este recorte, el noveno ejecutado desde el inicio de la crisis en 2007, no sólo situó los intereses en el nivel más bajo de siempre, sino que instauró por vez primera el dinero gratis en EEUU, un síntoma evidente de la magnitud de los problemas y de la voluntad de Bernanke de hacer cuanto esté en su mano para erradicarlos. En particular, el presidente de la Fed tenía entre ceja y ceja evitar los errores que condujeron a la Gran Depresión, cuando la Fed no fue lo suficientemente proactiva, e impedir que la deflación -caída continuada de los preciosarraigara en EEUU como lo había hecho en Japón.

Más de tres años después, los tipos permanecen entre el 0 y el 0,25%, y aún seguirán bastante tiempo en ese nivel. Así lo anticipó la entidad en su primera reunión de 2012, mantenida los días 24 y 25 de enero, en la que la institución anticipó que no tiene previsto elevar el precio del dinero "hasta finales de 2014".

2. Lluvia de dólares

El lado más académico y aventurero de Bernanke ha emergido tras situar los tipos en el 0%. De forma visionaria, ya anticipó en un discurso pronunciado en 2002 que un banco central cuenta en su arsenal con más munición para luchar contra la deflación incluso aunque los tipos se encuentren en el 0%. Y ha demostrado que es así… en varias ocasiones. Bajo su batuta, la Fed, tomando el helicóptero de Milton Friedman como argumento inspirador, ha creado dinero para intentar restañar las heridas del sector financiero y reactivar la economía.

Primero entre noviembre de 2008 y marzo de 2010, en el denominado QE1, y luego entre noviembre de 2010 y junio de 2011, que dio lugar al QE2, la Reserva Federal ha metido 2,3 billones de dólares nuevos en la economía mediante la compra de deuda hipotecaria, financiera y pública. La última variante en este sentido se produjo en septiembre de 2011. Desempolvando una estrategia ya empleada por la Fed medio siglo antes, Bernanke anunció que la institución modificaría la estructura de su balance para vender deuda pública a corto plazo y comprar deuda a largo plazo. Este recurso, bautizado como Operación Twist, provocará el trasvase de 400.000 millones de dólares en la cartera de la Fed hasta finales de junio de 2012. Y aún puede haber más, porque Bernanke aseguró la semana pasada que la posibilidad de activar un tercer estímulo cuantitativo (QE3) "sigue sobre la mesa".

3. La comunicación como herramienta monetaria

Si por la vía ortodoxa (tipos de interés) y por la heterodoxa (imprimir dinero), Bernanke ha roto todos los registros, a la hora de aportar transparencia a la institución sus medidas tampoco encuentran parangón. Siguiendo la estela dejada por su predecesor (entre otras medidas, Greenspan introdujo la publicación de comunicados oficiales al término de las reuniones y de las actas de cada reunión), Bernanke ha entendido que el modo en que se comunican las decisiones y se anuncian las previsiones económicas también es una poderosa herramienta monetaria.

Si a finales de 2007 ya mostró sus intenciones al reforzar la cantidad, la calidad y la frecuencia de las proyecciones económicas que formula la entidad, la revolución comenzó en marzo de 2011. Fue entonces cuando anunció que, al igual que hace el Banco Central Europeo (BCE), el presidente de la Fed iba a comparecer ante los medios de comunicación al término de cuatro de las ocho reuniones de política monetaria que celebra cada año para explicar mejor y con más detalle la política de la institución.

Esta aperturista política ha tenido continuidad en la primera reunión de 2012, en la que la Fed ha mostrado los pronósticos de cada uno de sus miembros acerca de cuándo creen que podrá subir los tipos y en qué nivel terminarán los intereses en 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016. Como con las ruedas de prensa, la entidad ofrecerá esta información cuatro veces al año.

4. Objetivo de inflación: un deseo cumplido

Cuando Bernanke desembarcó en la Fed, lo hizo con un propósito académico bajo el brazo: instaurar un objetivo de inflación en el banco central estadounidense. Era una vieja idea que había compartido con Frederic Mishkin en un artículo publicado en 1997. Aunque Bernanke se trajo a Mishkin a la Fed en 2006, tal vez con ese propósito, la dimisión de su colega en 2008 le invitó a retrasar ese deseo para centrarse en la crisis.

Pero la idea seguía en su cabeza. Y la ha hecho realidad en enero, puesto que en la primera reunión del año la Fed definió que su propósito es mantener la inflación en el 2%. Por vez primera, la institución concretaba un objetivo explícito para los precios.

5. Ayudar… o no ayudar

Aunque las novedades anteriores resultan controvertidas, porque todas ellas contienen riesgos, sin duda la actuación más polémica de Bernanke tiene que ver con los hechos sucedidos en septiembre de 2008. Aquella histórica secuencia, en la que en menos de una semana quebró el banco Lehman Brothers y otra entidad, Merrill Lynch, y una aseguradora, AIG, fueron rescatadas, el papel de la Fed fue muy discutible.

Primero, porque mientras que intercedió para que Bank of America comprara Merrill Lynch y evitara así su caída -como meses antes había hecho con JPMorgan para que comprara Bear Stearns-, no actuó del mismo modo con Lehman Brothers, cuya defunción se produjo el segundo fin de semana de septiembre. Y segundo, porque sólo tres días después de la pasividad mostrada con Lehman, acudió al rescate de AIG, una compañía que, en principio, estaba fuera de su jurisdicción. Aunque Bernanke justificó esta intervención con el argumento de que lo hizo para evitar un "riesgo sistémico", la asimetría que mostró esos días dejó una profunda huella de sospecha -y favoritismo- en su gestión.

6. La independencia ante todo

La sexta causa por la que Bernanke está dejando huella en la Fed consiste en su defensa a ultranza de la independencia del banco central estadounidense. Como la Reserva Federal, bajo la dirección de Greenspan, ha sido señalada como una de las principales culpables de la crisis al mantener una política monetaria demasiado laxa durante demasiado tiempo y como, además, Bernanke desempeñó un papel tan controvertido en la crisis de septiembre de 2008, la entidad ha sufrido duros ataques políticos. En particular, el Partido Republicano ha presionado -y lo sigue haciendo- para atar más en corto a la institución. Esta tensión incluso estuvo a punto de costarle su continuidad en la Fed. Y es que Bernanke también quedará para el recuerdo por ser el presidente que más votos en contra recibió en su reelección. Cuando ésta se produjo en 2010, hasta 30 de los 100 senadores se opusieron a su segundo mandato.

Bernanke, consciente de que esta batalla amenaza con acabar con la independencia de la Fed, ha hecho de este asunto una cruzada particular para preservar su autonomía y no caer en manos políticas. Para ello, no ha dudado en crear en la web de la Reserva Federal (federalreserve.gov) un apartado dedicado a explicar que la entidad ya es suficientemente auditada.

Con esta trayectoria a sus espaldas, Bernanke alcanza el ecuador de su segundo mandato. Por delante tiene dos años más seguir reuniendo méritos para entrar en la historia. Aunque, sobre todo, habrá una prueba que determinará la calificación que obtenga al final como presidente de la Fed: derrotar la crisis de una vez por todas. Por el momento, ha ido más lejos que nadie para lograrlo… con todos los riesgos que ello conlleva. Una apuesta a doble o nada que aún no tiene veredicto. To be continued…

– La Fed da un voto de "no confianza" a la economía (The Wall Street Journal – 8/2/12)

(Por Charles Schwab) Lectura recomendada

Entramos al mes 37 de manipulación del sistema de libre mercado a través de la política de tasas de interés cercanas a cero de la Reserva Federal. ¿Está funcionando?

La demanda de préstamos para negocios y consumidores sigue siendo modesta en parte porque no hay afán de tomar prestado a tasas súper bajas cuando la Fed asegura que estas se mantendrán bajas en los próximos años. ¿Para qué tomar el riesgo de tomar prestado hoy, cuando se puede hacer por el mismo bajo costo mañana?

El presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, les dijo a los legisladores la semana pasada que la política fiscal primero "no debe hacer daño". Lo mismo puede decirse de la política monetaria. La prolongada política "de emergencia" de tasas de interés cerca de cero está afectando a nuestra economía.

La política de la Fed ha dado como resultado una gigantesca infusión de capital en el sistema, creando un aumento masivo de la liquidez, pero un movimiento mínimo de ese dinero. Está estacionado ahí, en bancos en todo el país, sin usarse. El efecto multiplicador que a menudo acompaña a un aumento de la liquidez sigue sin presentarse. Hay suficiente capital en el sistema para estimular el crecimiento, simplemente no se está poniendo a trabajar a una velocidad suficiente.

Los ahorradores estadounidenses promedio y los inversionistas jubilados o cerca de jubilarse están siendo forzados por la política de tasas de interés cerca de cero a tomar mayores riesgos de inversión. Para obtener intereses modestos o ganancias sobre sus ahorros, se han alejado de activos seguros como los mercados de dinero, los bonos a corto plazo o los certificados de depósito a término fijo y han saltado a activos más riesgosos como las acciones.

En otros casos atan sus activos a bonos a largo plazo que les darán un mal resultado si la inflación sube. También están reduciendo dramáticamente su consumo y viviendo modestamente, retirando así dinero de la economía que de otra manera estaría contribuyendo al crecimiento.

También hemos visto una destructiva corrida de capital fuera de Europa hacia activos seguros en Estados Unidos como los bonos del Tesoro, reflejando una aversión mundial al riesgo. La formación de nuevos negocios está en niveles bajos récord, según la Oficina del censo. Aún hay una confianza insuficiente entre los hombres de negocios y los consumidores para generar un auge de inversión y crecimiento.

En resumen, las acciones de la Fed en vez de ayudar, están teniendo el perverso efecto de destruir la confianza de los negocios e individuos en la inversión y la disposición de los bancos a prestar únicamente a aquellos cuyo crédito es tan fuerte que no necesitan préstamos.

La declaración del 25 de enero de la Fed en la cual dijo que mantendrá las tasas de interés a corto plazo cerca de cero hasta al menos finales de 2014 está enviando una señal de crisis, no confianza. Para cualquier prestatario potencial, la política de la Fed está diciendo en la práctica, que la economía aún está en condición crítica, o agonizando. No se puede mantener a un paciente con respirador artificial y esperar que la gente crea que ya se ha mejorado.

Además, la economía no necesita el respirador, todo lo contrario. El paciente necesita levantarse y comenzar a moverse. Podríamos salir de este desastre, si tan sólo la Fed creyera en el sistema de libre mercado. En los mercados libres, la oferta y la demanda encuentran un equilibrio. Eso es cierto ya sea que estemos hablando sobre la oferta de granos y viviendas o de efectivo y crédito. Pero un mercado libre funcional requiere confianza en que el gobierno no imponga su voluntad innecesariamente en el proceso, previniendo que la oferta y la demanda regresen a su equilibrio.

Todo esto podría cambiar con un viraje en la política de la Fed. Eso es lo que los inversionistas, hombres de negocios y personas del común deberían esperar de Bernanke después de la próxima reunión del Comité de Mercados Abiertos de la Fed.

"La Reserva Federal usó sus poderes de emergencia con efectividad y apropiadamente cuando comenzó la crisis económica, pero está claro que la economía está recuperándose y que el beneficio de inyectar una liquidez masiva a esta ha pasado. Dejaremos que las tasas de interés se muevan a donde los mercados naturales las lleven. Nuestro experimento con la manipulación del mercado terminará hoy. A partir de este momento, comenzaremos a mover la política de tasas de la Fed hacia si equilibrio natural a largo plazo. Con los extremos de la crisis financiera de 2008 y 2009 en el pasado, los mercados libres son la mejor forma de generar crecimiento estable. Nuestro objetivo ahora es dejar que el sistema trabaje por sí mismo. Ahora es lo suficientemente saludable para hacerlo. Esperamos que el anuncio de hoy consiga dos cosas inmediatas: primero, que resalte nuestra confianza, apoyada por las cifras, en que la economía estadounidense está fuera de su estado de emergencia y en proceso de recuperación y segundo, que refleje nuestra creencia en que el rol de la Reserva Federal en la política económica es limitado".

Hay un refrán en el mundo de las finanzas: "No pelee con la Fed". Ahora es el momento para que la Fed salga de la lucha. Ya hizo su trabajo. Dejemos que el sistema de libre mercado haga el suyo. El hacerlo restaurará la confianza de los negocios y estimulará las nuevas inversiones.

(Schwab es el fundador y presidente de la junta de Charles Schwab Corporation)

"Muchos economistas creen que la Reserva Federal de Estados Unidos se arriesga a cometer un gran error si cumple su promesa de mantener las tasas de interés en niveles extremadamente bajos durante los próximos tres años"… El cálculo de la Fed podría fallar (The Wall Street Journal – 12/2/12)

Muchos indicaron que el banco central se arriesga a dejar que la inflación se acelere si no toma antes cartas en el asunto. "Si la Fed espera tanto será demasiado tarde. Creo que la Fed actuará antes de esa fecha", dijo Paul Kasriel, economista jefe de Northern Trust.

Los economistas encuestados predicen una inflación más alta y un desempleo más bajo que el que estima la Fed en los próximos tres años. La entidad calcula que la inflación se mantendrá en 2% o menos hasta finales de 2014. La predicción de los economistas es de 2,6%. La Fed estima que el desempleo se ubicará entre 6,7% y 7,6% para finales de 2014. Las proyecciones del sector privado se ubican en la parte baja de ese rango, con una proyección de 6,8%.

"Los funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos estuvieron divididos en su última reunión sobre si, y de ser así, cuándo, el banco central debería comenzar a comprar más instrumentos en un esfuerzo por mantener bajas las tasas de interés e impulsar la inversión"… Las minutas de la Fed muestran divisiones sobre la compra de valores (The Wall Street Journal – 15/2/12)

"Algunos miembros" del comité de política monetaria del banco central estimaron que la Fed podría comenzar a agregar más valores de largo plazo a su hoja de balance "luego", o en 2012, según las minutas de la reunión de política de la Fed del 24 y 25 de enero de 2012, publicadas tras el acostumbrado desfase de tres semanas.

Sin embargo, "algunos de los participantes" indicaron que estaban abiertos a la idea "si el panorama económico se deterioraba" o si parecía posible que la inflación se mantuviera bajo el 2%. En conjunto, no pareció haber un consenso claro para que la Fed tomara medidas adicionales en forma rápida en este frente, si bien la puerta se mantiene abierta.

La cartera de deuda de la Fed ha aumentado más del doble desde la crisis financiera de 2008 y 2009, luego que la autoridad monetaria comprara bonos del gobierno y valores respaldados por hipotecas para ayudar a mantener bajas las tasas de interés y estimular la economía. Hasta la semana concluida el 8 de febrero, la Fed mantenía US$ 2,931 billones en activos.

"Funcionarios de la Reserva Federal consideran un nuevo tipo de programa de compra de bonos diseñado para calmar los temores de un futuro aumento de la inflación, en caso que decidan tomar nuevas medidas para impulsar la economía en los próximos meses"… La Fed considera una compra "esterilizada" de bonos de ser necesario (The Wall Street Journal – 7/3/12)

Bajo este plan, la Fed imprimiría dinero para comprar bonos hipotecarios a largo plazo o bonos del Tesoro, pero ataría esos fondos en la práctica al tomarlo prestado por cortos períodos de tiempo a tasas bajas. La idea de tal estrategia sería aliviar las ansiedades de que la impresión de dinero alimente posteriormente la inflación, un temor ampliamente expresado por los críticos de los esfuerzos anteriores de la Fed.

Primero, podrían usar el método que usaron agresivamente desde 2008 a 2011, en el que la Fed imprimió dinero y lo usó para comprar bonos del Tesoro y deuda hipotecaria. La Fed ya ha adquirido más de US$ 2,3 billones (millones de millones) en valores en varias rondas de compras usando esta estrategia, conocida como "relajamiento cuantitativo".

Otra alternativa sería regresar a un programa lanzado en el año 2011 en el que vendió valores del Tesoro a corto plazo y usó lo recaudado para comprar bonos a largo plazo. Este programa de US$ 400.000 millones, conocido como "Operación Twist", permite que la Fed compre bonos sin imprimir dinero.

El tercer camino sería el nuevo, la Fed podría imprimir dinero para comprar bonos a largo plazo, pero restringiría la forma en la que los inversionistas y los bancos podrían usar ese dinero al emplear nuevas herramientas de mercado que han diseñado para gestionar de mejor manera el dinero guardado en el sistema financiero. A esto se le conoce como un relajamiento cuantitativo "esterilizado".

El objetivo de la Fed bajo cualquiera de estos programas sería el reducir la cantidad de valores a largo plazo en manos de inversionistas y bancos. La Fed cree que reducir la cantidad de bonos a largo plazo en manos de los inversionistas reduce las tasas de interés a largo plazo, alienta la toma de riesgos y por lo tanto estimula los gastos y las inversiones.

Las diferencias entre las tres estrategias involucran la procedencia del dinero y su destino final. La Fed no ha impreso dinero literalmente, pero ha consignado electrónicamente en las cuentas de bancos e inversionistas cuando compró sus bonos durante el relajamiento cuantitativo. La Fed ha inyectado más de US$ 1,6 billones en dinero nuevo al sistema financiero de esta manera y también ha reordenado las cantidades existentes como parte de sus esfuerzos de compra de bonos.

Muchos funcionarios de la Fed creen que las reservas que el banco ha acumulado como parte de esta creación de dinero no son una amenaza inflacionaria. Pero están conscientes de una percepción popular, que comparten algunos al interior del banco central, de que el dinero creado podría crear problemas inflacionarios en el futuro. Una estrategia que limite la cantidad de dinero nuevo que fluye al sistema, a través de otra operación twist o a través de una esterilización, podría ayudar a reducir esa percepción.

"Tal como el perro de Pavlov, que salivaba al escuchar el sonido de una campana, los inversionistas del mercado bursátil de Estados Unidos se embarcarán en estos días en un frenesí de compras ante la más mínima señal de estímulo monetario"… QE3 y el persistente riesgo de otra guerra de divisas (The Wall Street Journal – 21/4/12)

Pero si las garantías de un continuo apoyo a la recuperación estadounidense por parte de los funcionarios de la Reserva Federal liberan endorfinas de la felicidad entre los soñadores de Wall Street, del mismo modo, sus sutiles afirmaciones de que una tercera ronda de "flexibilización cuantitativa", o QE3, no está descartada podrían haber estremecido a los titulares de los bancos centrales de mercados emergentes.

Las autoridades financieras de países en vías de desarrollo temen que sus economías queden en la línea de fuego si las condiciones económicas de Estados Unidos se deterioran tanto que la Fed nuevamente deba comenzar a comprar bonos para anclar las tasas de interés. Saben por experiencia que muchos de los dólares que la Fed inyecta al sistema financiero fluirán al extranjero y se dirigirían a sus monedas, cuyos rendimientos más altos son más atractivos para los inversionistas. Este "dinero especulativo" impulsaría al alza a sus tipos de cambio en perjuicio de sus exportadores y dejaría a sus mercados de capital vulnerables a cambios volátiles en la percepción.

Si estos encargados de política reaccionaran a una tercera flexibilización cuantitativa, o QE3, como muchos lo hicieron con la QE2 -comprando dólares en el mercado cambiario, reduciendo las tasas de interés o frenando la apreciación del tipo de cambio- revivirían lo que el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, describió de forma tan alarmante en 2010 como una "guerra de monedas". Ante las quejas de los líderes exportadores sobre la pérdida de competitividad, los bancos centrales se verían bajo una inmensa presión política para proteger industrias vitales y adoptar una postura blanda respecto a la inflación, que suele ser consecuencia de una moneda debilitada. Y esta vez, las condiciones globales son tales que sus medidas podrían iniciar un ciclo de devaluaciones competitivas que se autoperpetuaría y que es muy dañino para el sistema de comercio mundial.

Jim Rickards, autor del libro "Currency Wars" (las guerras de divisas), cree que estamos en una fase que no es distinta a los dos ciclos previos de devaluaciones competitivas destinadas a empobrecer al vecino: el que se extendió entre la década del 20 y el 30, y el de la del 70. Depende de la Fed, afirma, evitar una repetición desastrosa al reafirmar la fortaleza del dólar y desaprobar un mayor expansionismo cuantitativo.

"Funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos dieron señales de una mayor preocupación por la economía el miércoles, al extender un programa que transfiere sus posiciones hacia valores a mayor plazo y señalar que "están preparados para tomar medidas adicionales" si fuera necesario"… La Fed extiende la "Operación Twist" hasta fines de 2012 (The Wall Street Journal – 20/6/12)

Sin embargo, el banco central se abstuvo de adoptar la acción más agresiva de lanzar inmediatamente un nuevo programa de compra de bonos para estimular la recuperación de la economía estadounidense.

"El comité está preparado para tomar medidas adicionales según corresponda, para promover una recuperación económica más sólida y una mejora sostenida de las condiciones del mercado laboral en un contexto de estabilidad de precios", señaló la Fed en su comunicado.

Once de los 12 funcionarios de la Fed votaron a favor de mantener las políticas flexibles del banco central. El banco ha señalado desde enero (2012) que considera mantener las tasas de interés a corto plazo en niveles "excepcionalmente bajos" al menos hasta fines de 2014.

El banco central ha mantenido las tasas a corto plazo cerca de cero desde diciembre de 2008 en un intento por estimular el gasto y la inversión.

A mediados de junio (2012), la Fed optó por extender la "Operación Twist", un programa bajo el cual el banco central busca bajar las tasas de interés a largo plazo por medio de la venta de bonos a corto plazo y utilizar los fondos para comprar valores a largo plazo. El programa, que fue anunciado en septiembre de 2011, concluía a fines de junio (2012).

Bajo la extensión de la Operación Twist, la Fed espera comprar y vender unos US$ 267.000 millones en títulos del Tesoro, dijo el banco en un comunicado.

– La impotencia de la Reserva Federal (Project Syndicate – 27/6/12)

(Por Martin Feldstein) Lectura recomendada

Cambridge.- El reciente anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre la ampliación de su "Operación Twist" con la compra de $ 267 mil millones adicionales en bonos de largo plazo del Tesoro durante los próximos 6 meses -para completar un total de $667 mil millones este año- no tuvo prácticamente ningún impacto sobre las tasas de interés ni los precios de las acciones. La falta de respuesta del mercado fue un importante indicador sobre la inutilidad de la flexibilización monetaria como herramienta para aumentar la actividad económica.

La Fed ha informado repetidamente que hará todo lo posible para estimular el crecimiento. Esto derivó en un plan para mantener las tasas de interés de corto plazo casi en cero hasta fines de 2014, así como a una enorme flexibilización cuantitativa, seguida por la Operación Twist, en la que la Fed sustituye bonos de corto plazo del Tesoro por otros de largo plazo.

Estas políticas lograron reducir las tasas de interés de largo plazo. El rendimiento de los bonos de 10 años del Tesoro es ahora del 1,6%, cuando a principios de 2011 era del 3,4%. Si bien es difícil saber qué parte de esta disminución reflejó una mayor demanda de bonos del Tesoro por parte de inversores globales reacios al riesgo, las políticas de la Fed indudablemente merecen parte del mérito. Las menores tasas de interés de largo plazo contribuyeron al modesto crecimiento del 4% en el índice bursátil S&P 500 durante ese período.

Es improbable que la Fed logre reducir más las tasas de largo plazo. Su nivel es actualmente tan bajo que muchos inversores temen, justificadamente, que estemos frente a una burbuja en el precio de los bonos y las acciones. El resultado podría ser una suba importante de las tasas de largo plazo impulsada por el mercado, que la Fed no podría evitar. Un cambio en las preferencias de cartera de los inversores extranjeros que los apartara de los bonos de largo plazo podría disparar fácilmente una suba de ese tipo en las tasas.

Además, si bien las acciones de la Fed han ayudado a los tenedores de bonos y acciones, no resulta claro que hayan estimulado la actividad económica real. La economía estadounidense aún avanza con dificultad, su crecimiento es muy lento y la tasa de desempleo, elevada. Si bien la economía ha estado creciendo durante tres años, el nivel del PBI es solo el 1% mayor que hace casi cinco años, cuando comenzó la recesión. La tasa de crecimiento del PBI solo alcanzó al 1,7% en 2011, y su valor actual no es significativamente mayor. De hecho, los datos recientes muestran disminuciones en el ingreso real de las personas, una caída en crecimiento del empleo, y menores ventas minoristas.

El impacto principal de la flexibilización monetaria generalmente resulta en un estímulo a la demanda de vivienda y, por lo tanto, al volumen de construcción. Pero esta vez, a pesar de las tasas de interés históricamente bajas de las hipotecas, los precios de las viviendas han continuado disminuyendo y son ahora un 10% menor que hace dos años en términos reales. El nivel de inversión residencial real es aún menos de la mitad de lo que era antes de la recesión. La Fed ha notado que problemas estructurales en el mercado de la vivienda han afectado su capacidad para estimular la economía a través de esta vía.

La inversión empresarial también es débil, aún cuando las grandes corporaciones cuentan con grandes disponibilidades de efectivo. Con tanta liquidez interna, estas empresas no son sensibles a las reducciones en las tasas de interés de mercado. Al mismo tiempo, muchas pequeñas empresas no consiguen acceder a créditos, ya que los bancos locales de los que dependen no cuentan con el capital adecuado, debido a las pérdidas acumuladas por los créditos comerciales inmobiliarios. Estas pequeñas empresas tampoco se ven favorecidas por las menores tasas de interés.

La flexibilización monetaria de la Fed contribuyó temporalmente a debilitar al dólar, lo que estimuló las exportaciones netas. Pero la caída del dólar se ha visto recientemente revertida por la huida global hacia la seguridad por parte de los inversores que abandonan el euro.

Incluso si la economía estadounidense continúa dando traspiés en los próximos meses, es poco probable que la Fed haga algo más antes de fin de año. Las siguientes acciones políticas para ayudar a la economía deben provenir del Congreso y el ejecutivo de EE. UU. luego de las elecciones de noviembre.

De todas maneras, ya queda claro lo que debe hacerse. La sombra de un fuerte aumento en las tasas impositivas sobre los ingresos personales y corporativos, programada para entrar en vigor automáticamente a principios de 2013, debe ser eliminada. El aumento proyectado del déficit fiscal de largo plazo debe revertirse poniendo freno al aumento de las transferencias a los jubilados de clase media. Una reforma impositiva fundamental debe fortalecer los incentivos, reducir los "gastos fiscales" distorsivos, y aumentar los ingresos. Finalmente, la relación entre gobierno y empresas, actualmente muy combativa, debe mejorar.

Si esto ocurre en 2013 la economía estadounidense podrá retornar a una senda más normal de expansión económica y crecimiento del empleo. En ese punto, la Fed podrá centrarse en lo que constituye su mandato fundamental: evitar el aumento de la inflación. Hasta ese momento, es impotente.

(Martin Feldstein is Professor of Economics at Harvard University and President Emeritus of the National Bureau of Economic Research. He chaired President Ronald Reagan"s Council of Economic Advisers from 1982-1984, and is currently a member of President Barack Obama"s Economic Recovery Advisory Board, as well as a member of the board of directors of the Council on Foreign Relations, the Trilateral Commission, and the National Committee on United States-China Relations)

"La Reserva Federal de Estados Unidos, que no esconde su impaciencia frente al escaso crecimiento de la economía y el alto desempleo, está cada vez más cerca de anunciar nuevas medidas para estimular la actividad y el empleo"… Impaciente con la economía de EEUU, la Fed se alista para actuar (The Wall Street Journal – 25/7/12)

Las autoridades del banco central han dejado en claro en entrevistas, discursos y testimonios ante el Congreso que el actual estado de la economía estadounidense es inaceptable. Muchos se inclinan a tomar cartas en el asunto a menos que surjan indicios de que la economía está repuntando sin la asistencia de la Fed.

En medio de una reciente ola de malas noticias en el frente económico, la conversación al interior del banco central estadounidense ha girado en torno a dos temas: cómo y cuándo intervenir. Los próximos pasos podrían anunciarse tras la reunión prevista para el 31 de julio y primero de agosto (2012), aunque podrían esperar hasta septiembre para tener una idea más completa del crecimiento estadounidense.

Ben Bernanke, el presidente de la Fed, mencionó en su testimonio ante el Congreso a mediados de julio (2012) algunas de las alternativas que se están contemplando, como un nuevo programa de compra de valores hipotecarios o bonos del Tesoro, comprometerse a mantener las tasas de interés en casi 0% más allá de 2014 o reducir aún más las tasas de referencia de corto plazo.

edu.red

– (Agosto 2012) Funesto aniversario

"Este mes de agosto se cumplen cinco años desde el inicio de la mayor crisis que han conocido las economías desarrolladas desde la Gran Depresión de los años 30. Un lustro en el que, parafraseando a Neruda, la economía mundial, en general, y la europea, en particular, han escrito algunos de los capítulos más tristes de su historia reciente"… El lustro en que vivimos peligrosamente (Expansión – 9/8/12)

Es una historia que, por desgracia, aún carece de final. Mucho ha llovido, y no para bien, desde que en agosto de 2007 el mundo tomara conciencia de la magnitud del problema de las hipotecas subprime, también conocidas como hipotecas basura, aquellas que, al calor de unos tipos históricamente bajos y de unos gestores ávidos de multiplicar su rentabilidad, se concedieron masivamente a quienes difícilmente podían afrontar su devolución. El resultado de tan peligroso cóctel, que condujo a que en 2007 cerca del 20% de las hipotecas generadas en Estados Unidos fueran ya subprime, no se hizo esperar: el estallido de una crisis de dimensión planetaria que ha resquebrajado los cimientos del sistema capitalista.

Propagación del virus subprime

El virus se originó al otro lado del Atlántico, pero rápidamente se propagó por Europa, donde un día como hoy, 9 de agosto, de 2007 el gigante bancario francés BNP Paribas congeló varios fondos de inversión por valor de 1.600 millones de euros por culpa, precisamente, del tsunami provocado por los créditos de alto riesgo estadounidenses. Sin embargo, sus verdaderas consecuencias apenas se lograban atisbar. Ese mismo mes, la OCDE estimaba ya en más de 220.000 millones de euros las pérdidas bursátiles sufridas por las entidades financieras a causa de las turbulencias subprime, una cifra que en el caso de las provisiones necesarias para absorber las pérdidas sería en el futuro mucho mayor, creciendo exponencialmente.

Una crisis mutante

Lo que comenzó como una crisis hipotecaria e inmobiliaria pronto derivó en una tormenta financiera perfecta, que hizo tambalear las estructuras de los sistemas financieros estadounidense y europeo, cuyos gobiernos se vieron obligados a acudir al rescate de sus entidades más emblemáticas y que tuvo en el colapso de Lehman Brothers, en septiembre de 2008, su gran punto de inflexión. La caída del gigante financiero no sólo hirió casi de muerte el modelo de banca de inversión como negocio específico e individual, sino que propició el cierre a cal y canto de los mercados de financiación, un cerrojazo que en mayor o menor medida ha estado presente a lo largo del último quinquenio y que provocó una feroz desconfianza entre las entidades financieras que aún perdura.

Recesión y deuda soberana

Tras la crisis hipotecaria, inmobiliaria y crediticia sobrevinieron la recesión y la crisis de deuda soberana, fruto precisamente del elevado endeudamiento en que incurrieron los Estados para mitigar los efectos del bache económico. Oleada de rescates.

La crisis financiera que arrancó en EEUU y dio paso a la Gran Recesión se ha transformado en una crisis soberana que ha impactado con especial virulencia sobre Europa por el elevado endeudamiento de ciertos países y su escaso margen de maniobra para combatir el estancamiento.

– "El mundo no puede esperar señor Bernanke", dice uno de los mayores "manipuladores" periodísticos de WS, cuyas "deposiciones" sigo casi a diario (¡Help!)

(Este "plumilla" es el mismo que escribe justo lo contrario cuando se trata del BCE. Ver más adelante, en el Apartado 12 – La guerra de las divisas – batalla de la triple A)

– La Fed no debería demorar una nueva relajación cuantitativa (The Wall Street Journal – 16/8/12)

(Por Nicholas Hastings)

El mundo no puede esperar señor Bernanke.

Mientras China falla en su recuperación, el crecimiento japonés nuevamente prueba ser funesto, e incluso los países centrales de la zona euro probablemente encaminados a una recesión en el segundo semestre, la economía mundial necesita más que nunca que Estados Unidos experimente una fuerte recuperación.

Y para que Estados Unidos lo haga, todos apuntan a la necesidad de que la Fed inyecte una mayor flexibilización cuantitativa, o QE.

Pero la Fed, o Bernanke, tiene dos problemas con esto.

Primero, la Fed ya lo ha intentado en dos ocasiones previas y el banco central es reticente a probarlo nuevamente debido a que esta liquidez podría generar mayor inflación más tarde.

La Fed ha estado considerando la idea de una QE adicional durante la mayor parte del año, pero ha demorado cualquier medida en repetidas ocasiones con la esperanza de que su otro esfuerzo por estimular a la economía estadounidense, conocido como Operación Twist, cumpla con ese objetivo.

Bueno, ahora la Operación Twist está llegando a su fin y, quién lo iba a decir, la economía estadounidense está mostrando un poco más de resistencia, luego que los datos de ventas minoristas publicados el martes mostraran un casi impactante aumento del 0,8% el mes pasado.

Idealmente, a la Fed probablemente le gustaría ver si este incremento en la demanda de los consumidores se traducirá en más empleos, una de sus medidas clave de la recuperación.

Ciertamente, los mercados financieros comenzaron inmediatamente a descontar una demora en cualquier nueva operación de QE. Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense nuevamente subieron a niveles registrados por última vez a fines de mayo, al menos para los títulos a 10 años.

Además de los sólidos datos de ventas minoristas, existe otra razón por la que la Fed podría estar interesada en demorar una QE adicional: las elecciones en Estados Unidos.

Si relaja la política demasiado cerca del sondeo de noviembre, podría ser acusada de ayudar al presidente Barack Obama al intentar estimular la economía. Por lo que esperar hasta diciembre para lanzar una QE adicional ciertamente parecería ser una opción más atractiva para el banco central.

Pero una demora hasta ese entonces podría ser perjudicial, no solo para la economía mundial sino que para la de Estados Unidos.

La evidencia reciente sugiere que China, que previamente fue el motor del crecimiento mundial, continúa estancada, con su economía dependiendo aún demasiado de las exportaciones y con los mercados financieros esperando que Beijing relaje pronto la política.

Japón, que desde hace tiempo sufre de una deflación, no ha podido mostrar señales de una mejora sustentable y el Banco de Japón está considerando una vez más medidas adicionales para estimular el crecimiento.

Para Estados Unidos, es tal vez el constante flujo de noticias negativas provenientes de la zona euro lo que debería asegurar que la Fed no se ha vuelto complaciente sobre una QE.

Las nuevas cifras del PIB del segundo trimestre, publicadas esta semana, tal vez mostraron que Alemania sigue creciendo un poco más de lo esperado. Pero, debido a que la mayoría de los otros miembros de la eurozona siguen firmemente en recesión, y la crisis de deuda muestra pocas señales de una resolución anticipada, la posibilidad de que Alemania sea arrastrada a una recesión es cuestión de meses.

La propia Fed ha señalado por mucho tiempo que los problemas de la zona euro actúan como un lastre para la recuperación de Estados Unidos. Por lo que si quiere intentar asegurar que la crisis de deuda de la eurozona no se intensifique, y que Estados Unidos pueda reemplazar a China como el motor de la recuperación mundial, la Fed debería considerar tratar de acelerar su recuperación con la introducción de una flexibilización cuantitativa adicional en la próxima reunión del Comité de Mercados Abiertos en septiembre.

– Alboroto alrededor de las medidas de estímulo (no creen las "trolas" de Hastings)

"Los funcionarios con posiciones más restrictivas de la Reserva Federal de Estados Unidos están haciendo comentarios en contra de medidas adicionales de estímulo por parte del banco central para dar impulso a la economía"… Algunos miembros de la Fed se oponen al QE3 (The Wall Street Journal – 16/8/12)

La Fed ha adoptado medidas pese a la oposición de este grupo en el pasado. Por lo tanto, los nuevos comentarios no significan que el banco central se esté retractando del comunicado que difundió previamente, en el cual señaló que podría actuar.

Sin embargo, los comentarios destacan la complicada decisión que deben tomar las autoridades de la Fed, quienes deben determinar si lanzar o no un nuevo programa de compra de bonos, conocido como flexibilización cuantitativa, o QE3, en su próxima reunión del mes entrante.

Charles Plosser, presidente de la Fed de Filadelfia, dijo el 15/8 (2012) en una entrevista con The Wall Street Journal que el efecto a largo plazo de estas medidas sería mínimo. Agregó que la entidad no puede hacer mucho por cuenta propia para abordar problemas fuera de su control que están frenando el crecimiento, que incluyen la incertidumbre que generan los presupuestos en Europa y Estados Unidos.

"Soy muy escéptico. Los retornos de estas medidas son decrecientes", dijo Plosser. "No hay evidencia sólida de que más (compras de bonos) ayudarán a mover la tasa de desempleo hacia donde quisiéramos que estuviera. No veo que hayan muchos beneficios". Citó estudios de Jonathan Wright, economista de Johns Hopkins, según los cuales los efectos de las compras de bonos de la Fed, aunque inicialmente producen estímulo, tienden a desvanecerse en pocos meses.

El presidente de la Fed de Dallas, Richard Fisher, expresó en una entrevista el 16/8 (2012) reparos similares a la efectividad de las medidas de la Fed. Señaló que las empresas ya tienen un amplio acceso a créditos de bajo costo y que no desean pedir prestado, contratar o invertir por otras razones, incluyendo temores relacionados con regulaciones e impuestos. "Con esas incógnitas frenando las inversiones, no veo la virtud de más flexibilización cuantitativa".

Las autoridades de la Fed incluyen más de 12 presidentes de bancos regionales y siete gobernadores de directorio en Washington. El titular del banco central, Ben Bernanke, intenta llevar al grupo hacia un consenso, pero a menudo hay divisiones.

Plosser y Fisher pertenecen a un grupo de casi media docena de funcionarios conocidos por resistirse a los programas de flexibilización cuantitativa de la Fed y otras políticas no convencionales aplicadas en el transcurso de la recuperación.

Este grupo suele preocuparse más que otros por la inflación. Por lo general concuerdan con otros funcionarios en que esto no es un problema en estos momentos. También concuerdan en que la tasa de crecimiento de la economía es sumamente débil. Su principal argumento contra un nuevo programa de compra de bonos es que los beneficios de medidas adicionales son tan pequeños que no se justifican.

Otros funcionarios de la Fed argumentan que la economía no crece lo suficientemente rápido para reducir el desempleo y que otra inyección de estímulo monetario podría ayudar. La Fed ya ha reducido las tasas de interés hasta casi cero y ha empleado otros métodos, incluyendo la compra de bonos, para hacer caer otras tasas de interés en años recientes.

Bernanke y otros han dicho que estas tres medidas han estimulado la actividad económica, al reducir los costos de financiamiento e impulsar el valor de las acciones y otros activos.

En una entrevista concedida en la segunda semana de agosto (2012) a The Wall Street Journal, el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, exhortó a implementar un programa agresivo de compras de bonos para reducir aún más las tasas de interés a largo plazo y dar impulso a los mercados de acciones.

– La "nightmare" de Bernie (Ron Paul y la Ley de Transparencia de la Fed)

"La Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó el miércoles 25 de julio la propuesta del congresista republicano por Texas, Ron Paul, de auditar el Sistema de la Reserva Federal, por una mayoría de 327 votos a 98"… La pesadilla de Bernanke: acabar con el secretismo de la FED (Libertad Digital – 18/8/12)

La ley, cuyo nombre oficial es Ley de Transparencia de la Reserva Federal, H.R. 459, eliminaría las trabas para auditar el banco central norteamericano y daría transparencia a las transacciones de éste con otros bancos centrales del mundo, así como las operaciones de mercado abierto.

Desde que el veterano político fue elegido por primera vez en 1976, no ha cesado en su empeño por conseguir que el banco central sea más transparente. "No comprendo cómo se podría estar en contra de la transparencia y a favor del secretismo", aseguró Paul. "Especialmente, cuando el secretismo es para proteger a individuos que negocian en billones de dólares; y esos billones de dólares rescatan financieramente a los ricos, a los bancos y a las grandes empresas".

La aplastante mayoría que ha cosechado Ron Paul muestra hasta qué punto sus puntos de vista liberales han dejado de ser una anecdótica excepción. Aunque el congresista lleva décadas criticando la existencia misma del banco central, ha sido con los recientes problemas económicos que su discurso ha empezado a calar entre el público.

Sólo durante el año pasado se confirmó que la Reserva Federal gana más que Apple y Exxon juntos, que no le queda oro, y que prestó billones a entidades de todo el mundo, incluido Gadafi, en vez de velar por los intereses patrios. Un terreno abonado para la campaña de auditar la Fed, que Ron Paul inició para su campaña presidencial de 2008.

Esta iniciativa legislativa ha llamado la atención, además, por el hecho de que Ron Paul la haya abanderado. No sólo no suele dedicarse a redactar propuestas legales, sino que en la Colina del Capitolio se le conoce como "Dr. No" por su histórica consistencia en votar siempre en contra de aumentar el poder del estado frente al ciudadano. En este sentido, Paul bromeó diciendo que, con esto, se había convertido en uno de ellos y que esto significaba que era hora de irse del Capitolio.

Sin embargo, la verdad es que Paul ha batallado por esta ley durante décadas. Ya presentó al Congreso su primera propuesta legislativa para auditar la Fed en 1983. En 2009, presentó en la Cámara de Representantes la Ley de Transparencia de la Reserva Federal de 2009, H.R. 1207, que proponía reformar y auditar la Fed antes de diciembre de 2010. Esta ley ya pretendía "reformar la manera en que la Junta de gobernadores del Sistema de la Reserva Federal es auditada por el Auditor General de los Estados Unidos y la manera en que se informa de tales auditorías".

Esa ley pretendía asegurar, además, que el Congreso tuviese acceso a los informes de esas auditorías, puesto que hasta la fecha la Fed se sometía anualmente a una auditoría externa. Pero, según Ron Paul, esa auditoría no prestaba ninguna atención a "las actividades más cruciales". Por este motivo, la ley de 2009 pretendía que el alcance de las auditorías incluyese la "ventanilla de descuento", las operaciones de mercado abierto y las operaciones con bancos extranjeros.

Ese mismo año, el Comité de Servicios Financieros del Congreso aprobó por 43 a 26 votos la Ley de Mejora de la Estabilidad Financiera (H.R. 3996), que incluía numerosos aspectos de la H.R. 1207, entre ellos, la eliminación de las trabas para que la Oficina Presupuestaria del Congreso GAO pudiese auditar la Reserva Federal en materia de diversas políticas y acuerdos con entidades extranjeras. Esta ley se combinó con otras para refundarse en la Ley de Reforma de Wall Street y Protección del Consumidor de 2009. Ron Paul consideró que la ley había quedado tan desvirtuada que acabó votando en contra.

Los 327 votos a favor no los aportaron sólo los republicanos del Tea Party. Casi la mitad de los congresistas demócratas, 89 de 191, se unieron a los 238 republicanos para respaldar esta ley en la Cámara Baja.

En este sentido, el congresista demócrata Dennis J. Kucinich consideró que la "Fed quiere evitarse una auditoría completa". Según este demócrata de Ohio, la Fed "quiere que sus deliberaciones monetarias sean privadas. Entonces, usan ese escudo de privacidad para esconder las irregularidades y que no las vean los reguladores y el Congreso, exponiendo así a los inversores y a los consumidores a pérdidas masivas".

Pero a la ley le queda todavía ser aprobada en la Cámara Alta y allí los demócratas tienen mayoría. Y destacados miembros del Partido Demócrata se están posicionando muy en contra. "La ley aumenta la probabilidad de que la Fed tome decisiones en función de consideraciones políticas en vez de económicas, y ésa no es la receta para una política monetaria seria", aseguró el líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer. En términos similares se había expresado antes el jefe de la Fed, Ben Bernanke, que habló de "escenario de pesadilla".

Ron Paul se preguntó al respecto lo siguiente: "¿Decir que deberíamos tener secretismo y decir que la transparencia es algo político?" Según él, "es muy político cuando tienes una Reserva Federal que puede rescatar a una empresa y no a otra. Eso es bastante político".

– La Fed multiplica los panes y los peces: ¿por quién "doblan" los bancos?

"La diferencia entre los depósitos y los créditos en los bancos norteamericanos está creciendo al mayor ritmo en dos años, lo que proporciona a las entidades más fondos para comprar bonos y atemperar la mayor caída en la deuda pública de EEUU desde 2010"… Los bancos americanos usan 1,77 billones de dólares para doblar sus compras de bonos (El Economista – 21/8/12)

Los depósitos se han incrementado el 3,3% hasta 8,88 billones de dólares en junio y julio (2012), mientras que los préstamos sólo aumentaron el 0,7% hasta 7,11 billones, según datos de la Reserva Federal. Esta diferencia récord de 1,77 billones se ha ampliado un 15% desde mayo, el mayor aumento en un período similar desde julio de 2010.

Mientras tanto, los bancos ya han comprado 136.400 millones de bonos del Tesoro y de agencias estatales este año (agosto 2012), más del doble de los 62.600 millones de todo 2011, lo que ha impulsado sus posiciones hasta un máximo histórico de 1,84 billones.

En medio de una ralentización económica, con un desempleo por encima del 8% durante más de tres años y una regulación que les obliga a mantener más activos de alta calidad, los bancos están prestando por debajo de los niveles anteriores a la recesión. Y las compras de bonos ayudan a explicar por qué, a pesar de subir este mes, los tipos de los bonos a 10 años se sitúan en la mitad del 3,5% que pronosticaba la media de 43 economistas en una encuesta de Bloomberg hace un año (agosto 2011).

Crecimiento explosivo

"Los depósitos bancarios siguen creciendo de forma explosiva y, a cambio, ellos siguen comprando bonos del Estado mientras la economía pierde "momentum", la inflación baja, Europa sigue planeando por encima de nuestras cabezas y la incertidumbre política domina todo", según Michael Mata, gestor en ING Investment Management. "No hay motivos para que suban los tipos de interés de forma significativa en un horizonte razonable", añade.

Esta situación da la razón a Bill Gross, el gurú de la deuda de la gestora Pimco, que alertó de la llegada de la "represión financiera" de la que hemos hablado mucho en esta sección. Una represión que hace que los bancos compren deuda pública con sus pasivos, ya que estos exceden a los activos. Justo lo contrario que ocurre en España como consecuencia de la burbuja de crédito, con la diferencia de que en EEUU el desapalancamiento ha invertido la situación, mientras que aquí apenas se ha reducido la diferencia entre créditos y depósitos desde el inicio de la crisis.

Aunque la diferencia en EEUU se ha estrechado a 1,75 billones a fecha 8 de agosto (2012), porque los préstamos de 7,12 billones se comparan con 8,87 billones en depósitos, este gap es más de 17 veces la media de 100.000 millones en la década anterior a que los mercados de crédito explotaran, según los datos de la Fed.

Los préstamos comerciales e industriales alcanzaron un máximo de 1,61 billones en octubre de 2008, un mes después de la quiebra de Lehman Brothers. Cuando la crisis de crédito se agravó, los préstamos se hundieron hasta 1,2 billones dos años después, antes de recuperarse a 1,46 billones a 1 de agosto (2012).

Pero esta subida reciente no iguala el ritmo de aumento de los depósitos bancarios de los hogares norteamericanos, que ascienden al 4,4% de sus ingresos frente al 1,75 de 2007, según estos mismos datos.

"Todos los bancos están buscando formas de incrementar su rentabilidad", según Mike Pearce, presidente de Bank of The West. En vez de ganar la tasa que paga la Fed de entre el 0% y el 0,25% por los depósitos, sus posiciones de bonos rentan en torno al 3,25%.

– Bernanke preparado para subirse, otra vez, al helicóptero (motores en marcha)

"La Reserva Federal de Estados Unidos envió otra fuerte señal de que prepara nuevas medidas para impulsar la recuperación, al decir que se necesitará estímulos bastante pronto a menos que la economía muestre un crecimiento sustancialmente más fuerte, según las minutas de la reunión más reciente del banco central estadounidense difundidas el miércoles"… Minutas de la Fed sugieren que intervendrá con estímulo económico (The Wall Street Journal – 22/8/12)

"Muchos miembros juzgaron que una expansión monetaria adicional estaría justificada bastante pronto a menos que la información entrante apuntara a un fortalecimiento sustancial y sostenido del ritmo de la recuperación económica", según las minutas de la reunión del 31 de julio (2012) y el primero de agosto del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal, o FOMC, difundidas tras el habitual retraso de tres semanas.

La declaración sugirió un creciente apoyo dentro del banco central a favor de la acción.

– Senderos de QE3; tócala otra vez, Ben

"El presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans, señaló el lunes que la Fed debería tomar medidas de flexibilización inmediatas -incluida la compra de más valores con respaldo hipotecario- para apuntalar la economía de Estados Unidos"… La Fed debe actuar ahora, dice un alto funcionario (The Wall Street Journal – 27/8/12)

"No creo que debiéramos estar en una tesitura en la cual estemos esperando ver que traerán los próximos informes de datos. Ya hemos pasado con creces el umbral para acciones adicionales; deberíamos tomar medidas ahora", dijo Evans en un foro en Hong Kong.

Evans señaló que el nivel de desempleo en la mayor economía del mundo está "muy por encima de los niveles sostenibles", y proyecta que esto continuará por algún tiempo.

"Creo que es tiempo de tomar medidas aún más fuertes", dijo Evans.

– La Fed opina que los bajistas contribuyen a la buena práctica en el mercado. (¡Glup!)

"En un informe titulado "Caídas de mercado: ¿Qué se ha conseguido prohibiendo las posiciones cortas?", la Fed de Nueva York analiza el comportamiento de las cotizaciones desde que se adoptaran estas resoluciones en todo el mundo, desde el agravamiento de la crisis a partir de 2008"… La Fed contradice con dureza a las empresas españolas: "la prohibición de las posiciones cortas no tiene efectividad" (Vozpópuli – 29/8/12)

Ese marco temporal permite afirmar al supervisor estadounidense que "las evidencias sugieren que las prohibiciones tuvieron poco efecto para suavizar las caídas de las compañías financieras en Bolsa". Por el contrario, la eliminación de este modo de operar tuvo un efecto adverso, como es el de "elevar los costes del trading en acciones y opciones, mientras las cotizaciones del contado y el futuro se desacoplaron".

De esta manera, la Fed se muestra partidaria de "revisar la adopción de esta medida, a la luz de la última oleada de prohibiciones, incluyendo las más recientes de España e Italia en julio". Incluso, en su última conclusión, se muestran agresivamente partidarios de permitir la operativa bajista: "desafiamos la idea de que la prohibición de cortos durante las caídas de los mercados limite sus descensos".

Buenas prácticas

Es más, bloquear a los bajistas puede favorecer las malas prácticas, ya que, en su opinión, los especuladores bajistas a veces anticipan malas noticias sobre las compañías que si no fuera por ellos, no se conocerían, al no haber castigo en el precio. Así, los bajistas son señalados como vigilantes "en casos de fraude y manipulación de ganancias".

Un análisis con el que, sin duda, los mercados de valores organizados estarán de acuerdo, ya que este tipo de prohibiciones les causa una merma de los ingresos por corretaje. Otros expertos también denuncian que no se puede cambiar el marco de actuación a los inversores tantas veces y con horizontes temporales tan cortos (en teoría, se volverán a admitir los cortos en octubre).

Este intervencionismo ha sido denunciado desde numerosos flancos y ya hay fondos de inversión que han anunciado el cierre, debido a que no pueden posicionarse en unos mercados alterados continuamente por decisiones de los reguladores y altas instancias, como pueden ser las prohibiciones de cortos o el anuncio de intervenciones de bancos centrales a partir de determinados niveles, algo que "obliga" a las cotizaciones a subir o, al menos, no les permite caer.

Los detractores de la prohibición de cortos alegan, además, que a la larga las cotizaciones caen. Sin duda, con la mirada a largo plazo, los mercados han caído con fuerza, pero tampoco nadie puede establecer con certeza cuánto lo habrían hecho con (o sin) prohibición de cortos.

La raya de abajo (a modo de final)

Como decían los antiguos banqueros del Citi (antes de ser puro "group") lo que importa de un balance es la "raya de abajo" (o sea: ver si se gana o se pierde). Lo demás queda para la melancolía. Transcurridos cinco años de la crisis financiera más importante desde 1929, a mediados de noviembre (2012), se podría estar en condiciones de evaluar el "éxito" o "fracaso" de la "inconmensurable" ayuda monetaria ofrecida a la banca por parte de la Fed para tranquilizar a los mercados (sic). Además de evitar el "riesgo sistémico", tenía por objetivo impedir que se repitieran los "usos y costumbres" (de la banca) que nos llevaron a la crisis y procurar que las entidades "retornaran a la base" (el negocio tradicional).

¿Qué de esto se ha logrado?… Veamos la "raya de abajo":

El Financial Stability Board ha publicado el Global Shadow Banking Monitoring Report 2012 (18/11/12) en el que analiza la evolución de la llamada "banca en la sombra". Es el análisis más detallado que se ha realizado sobre la misma, tanto en términos geográficos (comprende el 88% del PIB mundial), como de activos financieros objeto de estudio (el 90% del total agregado global).

Se trata de un paper imprescindible ya que buena parte de los agentes económicos que la integran participan de los riesgos sistémicos de la banca tradicional, con la que comparten actividad de originación e intermediación del crédito, pero quedan fuera de los controles y las disposiciones regulatorias que constriñen a las firmas tradicionales. Estamos hablando de fondos monetarios, otros fondos de inversión, ETFs, hedge funds, SPVs (Special Purpose Vehicles) y similares

Su importancia es tanto mayor cuantos más recursos maneja. Los últimos datos prueban que estos suponen el 50% ya del balance del sistema bancario oficial y que el shadow banking intermedia una cuarta parte de las operaciones de financiación que se cierran alrededor del planeta. Su volumen se ha situado en máximos históricos de 2007, tras acumular 67 billones de dólares al cierre de 2011 frente a los 62 de entonces, cuando el estallido de la crisis de crédito internacional había mostrado únicamente una parte mínima de lo que vendría después.

(Cita -parcial- del Executive Summary)

The main findings from the 2012 exercise are as follows:

• According to the "macro-mapping" measure, the global shadow banking system, as conservatively proxied by "Other Financial Intermediaries" grew rapidly before the crisis, rising from $ 26 trillion in 2002 to $ 62 trillion in 2007.4 The size of the total system declined slightly in 2008 but increased subsequently to reach $67 trillion in 2011 (equivalent to 111% of the aggregated GDP of all jurisdictions). Compared to last year"s estimate, expanding the coverage of the monitoring exercise has increased the global estimate for the size of the shadow banking system by some $ 5 to $ 6 trillion.

• The shadow banking system"s share of total financial intermediation has decreased since the onset of the crisis and has remained at around 25% in 2009-2011, after having peaked at 27% in 2007. In broad terms, the aggregate size of the shadow banking system is around half the size of banking system assets.

• The US has the largest shadow banking system, with assets of $ 23 trillion in 2011, followed by the euro area ($ 22 trillion) and the UK ($ 9 trillion). However, the US" share of the global shadow banking system has declined from 44% in 2005 to 35% in 2011. This decline has been mirrored mostly by an increase in the shares of the UK and the euro area.

• After the crisis (2008-2011), the shadow banking system continued to grow although at a slower pace in seventeen jurisdictions (half of them being emerging markets and developing economies undergoing financial deepening) and contracted in the remaining eight jurisdictions.

• Among the jurisdictions where data is available, interconnectedness risk tends to be higher for shadow banking entities than for banks. Although further analysis may be needed with more cross-border and prudential information, shadow banking entities seem to be more dependent on bank funding and are more heavily invested in bank assets, than vice versa…

¿A estas alturas del "sarao" se puede decir que se ha eliminado el riesgo sistémico?

No, Padre…

¿Se puede decir que se ha impedido la continuidad de los usos y costumbres de la banca (al sol y a la sombra)?

No, Padre…

¿Se puede decir que se ha logrado que la banca regrese al negocio tradicional?

No, Padre…

Pues entonces, Hijo… para ese viaje no hace falta tantas alforjas llenas de dinero del contribuyente.

¿Tiene sentido quitar dinero a la gente y dárselo a la banca?

Algunos lo fían todo al paso del tiempo, pero hay carencias con las que ni siquiera el tiempo puede.

Mientras seguimos con las ambigüedades, falsedades y absolutas mentiras, la economía real desaparece y la bancaria se escuda en la alarma social para vivir a costa de todos.

En un mundo tan globalizado (por mal que me pese) nada está suficientemente lejos como para ser olvidado.

Lo cierto es que más 5 años después del inicio de la "ofensiva monetaria" de la Fed, la realidad muestra una trayectoria endeble de la economía estadounidense: la tasa de paro sigue por encima del 8% desde hace 5 años y medio, el PIB norteamericano ha constatado su desaceleración, al crecer durante el segundo trimestre del año 2012 a un ritmo anual del 1,7%, un déficit público equivalente al 10% del PIB y una deuda pública de 16 billones de dólares, cierran el balance.

En una economía mundial que sigue coqueteando con el precipicio con la misma ligera ropa que usaba en 2008, esta continua flexibilización cuantitativa… puede ser la gota que desborda el vaso.

3 – Bernie Dixit ("Bernankianas")

– Con Bernanke "sub judice" (El "testamento vital" de Helicopter Ben) – Agosto 2010

Si a Alan Greenspan le sobró "calle", podríamos decir que a Ben Bernanke le ha faltado. Más biblioteca, que asfalto. Demasiada cátedra. Un profesor (tal vez, bien intencionado, al contrario que el Maestro), demasiado teórico (¿despistado?) para lidiar al toro de Wall Street. Además, no estaba en condiciones para arriesgar una entrada a "porta gayola" (*) y la "bestia" de la crisis se lo llevó por delante, y con él, a toda la economía (por desgracia, globalizada).

Tanto antes (con Greenspan), como ahora (con Bernanke), "ganó la banca". Las pérdidas se "socializaron", en nombre del "riesgo sistémico", y los "sospechosos habituales" continuaron cobrando sus astronómicos "bonus", brindando por el "riesgo moral", bajo el patrocinio de la Fed. Las copas están pagas, vamos.

Hay un largo debate sobre las posibilidades de regular el riesgo sistémico, pero más allá de la polémica sobre la inevitabilidad de los errores que pueden cometerse en la toma de decisiones en un contexto de incertidumbre (existen dos tipos de errores, uno consiste en rechazar una propuesta verdadera; el otro, en aceptar una propuesta falsa), puede afirmarse con rotundidad que Bernanke no fue "capaz" de retirar la ponchera, en la mitad de la fiesta. No supo, no quiso o no pudo. Lo demás, es historia…

Las "amistades peligrosas" de Greenspan, primero, con la "patrocinio" de Paulson (el hombre que vació el Tesoro; "factótum" de Goldman Sachs, no hay que olvidarlo), y luego, con la "cooperación necesaria" de Geithner (responsable de la Fed de Nueva York; la Cueva de Alí Babá, de donde se "permitieron, toleraron -si no promovieron- y bendijeron" las mayores especulaciones de la banca "global"), subieron a Bernanke al helicóptero para que lanzara billetes sobre Wall Street, donde continúa.

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(*) El genial Rafael "El Gallo" solía, de vez en cuando, irse a la puerta de chiqueros para ejecutar la suerte llamada a porta gayola o larga cambiada esperando de rodillas. Algunos críticos taurinos de la época, llegaron a afirmar que el citado lance de capa era una suerte más de efecto que de mérito. Obviamente, produce un efecto impresionante en los espectadores; pero, ¿escaso de mérito?

Lo primero que se produce cuando un diestro camina hacia la puerta de toriles, es un impresionante silencio del público; luego, una angustiosa espera compartida con el torero al saberse que el toro, enclaustrado en un habitáculo totalmente oscuro, sale deslumbrado al recibir el impacto de la claridad y la embestida puede ser incierta. El mérito consiste precisamente en la capacidad que demuestra el diestro de combinar el ritmo del corazón con el del cerebro. Al impetuoso latir del corazón le contrapone la frialdad mental de ordenar al cuerpo todos los movimientos necesarios para salir airoso de esa dramática situación…

Hay un largo debate sobre las posibilidades de regular el riesgo sistémico, pero más allá de la polémica sobre la inevitabilidad de los errores que pueden cometerse en la toma de decisiones en un contexto de incertidumbre (existen dos tipos de errores, uno consiste en rechazar una propuesta verdadera; el otro, en aceptar una propuesta falsa), puede afirmarse con rotundidad que Bernanke no fue "capaz" de retirar la ponchera, en la mitad de la fiesta. No supo, no quiso o no pudo. Lo demás, es historia…

Las "amistades peligrosas" de Greenspan, primero, con la "patrocinio" de Paulson (el hombre que vació el Tesoro; "factótum" de Goldman Sachs, no hay que olvidarlo), y luego, con la "cooperación necesaria" de Geithner (responsable de la Fed de Nueva York; la Cueva de Alí Babá, de donde se "permitieron, toleraron -si no promovieron- y bendijeron" las mayores especulaciones de la banca "global"), subieron a Bernanke al helicóptero para que lanzara billetes sobre Wall Street, donde continúa.

Probablemente a Ben Bernanke se le pueda acusar de ser un "ladrón de confianza". Ha traicionado la confianza de los trabajadores, de los ahorristas, de los inversores, de los electores.

Su mayor fallo, tal vez, haya sido, haber socorrido a los agentes imprudentes. Los rescates sistémicos de la crisis más reciente -por más que fueran necesarios para evitar un derrumbe global- agravaron el problema de riesgo moral.

No sólo se auxilió a las instituciones financieras "demasiado grandes para quebrar", sino que la distorsión se agravó, ya que estas instituciones se han vuelto incluso más grandes -a través de la consolidación del sector financiero-. Si una institución es demasiado grande para quebrar, es demasiado grande y hay que dividirla.

No hay manera de controlar la codicia mediante alguna apelación a la moralidad y a los valores. La codicia tiene que ser controlada por el miedo a perder, que deriva de saber que las instituciones y los agentes imprudentes no serán rescatados.

A menos que se lleven a cabo estas reformas radicales, aparecerán nuevos Gordon Gekko (Milken) -y Charles Ponzi (Madoff)-. Por cada Gekko castigado y excarcelado -como el Gekko de la próxima película "Wall Street"-, otros cientos de Gekkos más mezquinos y codiciosos nacerán.

Mucho me temo que la historia juzgará a Ben Bernanke como el "padre" de la inflación (o hiperinflación) moderna, que es el único camino que va quedando disponible para "licuar" las deudas públicas y privadas (esta frase ha sido escrita, "en perfecto estado de mis facultades mentales", a los 15 días de mes de agosto de 2010, a la espera que el tiempo de o quite razones). Como "ex paciente" argentino, sé de lo que se trata.

Entonces a la "malversación" (de la banca), se agregará la "falsificación" (de la Fed)…

Y ya que hablamos de historia, recordemos algunas "causas pendientes" de resolver:

Tras los rescate financieros y nacionalizaciones, es muy famosa su frase para describir a George Bush, Henry Paulson y Ben Bernanke como "la troika de bolcheviques que fue capaz de convertir Estados Unidos en la República Socialista de Estados Unidos de América".

(Llama la atención la credibilidad que tiene, aún hoy, Bernanke. Su caso es ilustrativo. No debería tener ninguna credibilidad -no entiende el funcionamiento de los mercados-, pero sí la tiene. Todo el mundo lo cita cuando habla, independientemente de lo que diga, tal y como sucedía con Greenspan)

  • La FED en 2007: la burbuja inmobiliaria no causará ningún problema en EEUU.

  • Es uno de los creadores de la "burbuja" inmobiliaria.

  • Es uno de los artífices de la política económica de Bush.

  • Es extremadamente impopular.

  • Ha protegido a los bancos y ha interferido en la gestión de entidades privadas.

  • ¿Un pirómano reconvertido en bombero?

  • Ha permitido la creación de monstruos que ni él ni sus beneficiaros directos llegaron a entender nunca.

  • Es claro que la Fed pasó por alto riesgos excesivos dentro y fuera de los balances de los bancos que supervisa y regula.

  • Ha sido permisivo (por acción u omisión) con los "tahúres de la miseria" (los que jugaron a ser Dios de forma arbitraria con el dinero de la gente).

  • Sheila Bair, la presidenta del Fondo de Garantía de Depósitos, la mujer más poderosa de la economía de EEUU por el papel que está jugando en el rescate de las entidades en apuros, señaló ayer a la Reserva Federal (Fed) como culpable en gran parte de la crisis, por no haber supervisado el mercado hipotecario. (El País – 15/1/10)

  • Antes de que estallara la crisis, Bernanke era en gran medida un funcionario de la Reserva convencional y típico, que compartía plenamente la complacencia de la institución. Y lo que es peor, después de que terminase la fase aguda de la crisis, volvió a sumergirse en esa corriente dominante. Una vez más, la Reserva siente una complacencia peligrosa y, una vez más, Bernanke parece compartirla. (Paul Krugman – El País – 26/1/10)

  • Ha mantenido a la FED como el mayor manipulador del mercado bursátil.

  • La política monetaria de la FED ha recibido numerosas críticas en los últimos años, por haber generado o exagerado el perverso ciclo económico, cuya fase de crisis estamos sufriendo todavía.

  • Para algunos analistas la FED se encuentra en un dilema: o endurecer la política monetaria, con posibles efectos contractivos a corto plazo, o continuar como hasta ahora, con el riesgo de generar burbujas e inflación.

  • El debate sigue abierto, pero hasta el momento parece que son Bernanke y sus acólitos más inflacionistas, quienes llevan la batuta en el banco central estadounidense.

  • La política de "dinero fácil" de Bernanke va para largo.

  • Bernanke está aplicando una política monetaria aún más expansiva que Greenspan. Tiene los tipos de interés cerca del 0%, y ha abierto líneas de crédito nuevas para el sistema bancario que, muy probablemente, sean ilegales.

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