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El “factor” Bernanke: otro “Maestro” que se cae del tabernáculo (página 4)

Enviado por Ricardo Lomoro


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Pero incluso si se materializa una recuperación y la política de la Fed empieza a normalizarse (38 de los 54 encuestados esperan que la tasa interbancaria federal aumente para el final del año), los problemas de largo plazo continuarán.

Los economistas esperan que la tasa de desempleo permanezca por encima del 9% durante el 2010. La deuda fiscal de largo plazo de Estados Unidos también se disparó durante la recesión, y 43 economistas expresan poca o ninguna confianza en que el Gobierno actuará para reducir la deuda antes de que se presente otra crisis financiera importante.

Aunque los economistas estiman sólo una probabilidad del 17% de una recesión de doble, los riesgos para la recuperación continúan.

A 12 de los consultados les preocupa más la creciente austeridad de los consumidores, mientras que la escasez de crédito a las empresas pequeñas y medianas y el potencial de que ocurra una nueva caída en el mercado inmobiliario fueron las preocupaciones principales expresadas por 11 economistas. Nueve consultados afirman que el tamaño del déficit fiscal de Estados Unidos representa el mayor riesgo para el crecimiento, mientras que cinco expresaron más preocupación por las pérdidas en los bienes raíces comerciales.

"La Reserva Federal, que durante los últimos meses ha sido el blanco de furibundos ataques de la opinión pública y los políticos, emerge como la gran ganadora del proyecto de ley para reformar la regulación del sistema financiero en Estados Unidos"… La Fed sale como la gran ganadora del proyecto de reforma financiera (The Wall Street Journal – 16/3/10)

El proyecto de ley que el presidente del Comité Bancario del Senado, Christopher Dodd, presentó el 15/3/10 preserva el papel de la Fed como supervisor de las mayores instituciones financieras del país y le concede un rol de liderazgo en la supervisión de los riesgos del sistema, tal y como quería Ben Bernanke, el presidente del banco central.

La iniciativa también convierte a la Fed en un regulador para proteger a los consumidores. La versión inicial del proyecto de ley creaba agencias para supervisar a los bancos, una idea que objetaban la Fed y el gobierno del presidente Barack Obama, así como una agencia independiente de protección al consumidor.

Pero el proyecto de ley de Dodd, cuya aprobación dista de estar garantizada en el Senado, le quitaría a la Fed la responsabilidad de supervisar a miles de bancos más pequeños y se la traspasaría a otras agencias federales. La medida disminuiría sustancialmente el rol de los 12 bancos regionales de la Fed, que supervisan a los bancos en sus respectivas regiones. La mayoría de los presidentes de estas entidades se oponen con vehemencia al cambio.

El proyecto de ley de Dodd también impondría un mayor control político sobre la Fed al otorgarle al presidente -en lugar de a la Fed- la potestad de designar al presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, quien supervisa de forma directa muchas firmas de Wall Street y se desempeña como vicepresidente del comité de política monetaria de la Fed, el Comité Federal del Mercado Abierto. "No lo veo necesariamente como un castigo a la Fed, sino más bien como un regreso a sus funciones básicas y el establecimiento de líneas claras de autoridad", indicó el lunes el senador Dodd.

El gobierno de Obama, bancos y muchos legisladores republicanos lucharon en los últimos meses para mantener más autoridad dentro de la Fed en lugar de cederla a agencias recién creadas. Asimismo, funcionarios del banco central emprendieron un esfuerzo tras bambalinas para mantener más de su autoridad actual en el rediseño regulatorio.

"Parecía que realmente iban a ser los grandes perdedores…", afirma Brian Gardner, analista de la firma de inversión Keefe, Bruyette & Woods, en alusión a la Fed. "Han tenido al Tesoro de su lado. Han tenido a la industria de su lado. La Fed tal vez no haya ganado todas las batallas, pero había un mensaje coherente que provenía de varias partes de la industria bancaria que decía que la Fed era el regulador idóneo para manejar los temas más delicados y más complejos del sistema bancario".

Los legisladores han atacado el rescate de American International Group Inc. y de otras empresas, además de los defectos de la Fed como regulador de créditos hipotecarios y otros préstamos al consumidor antes de la crisis financiera.

El sentimiento anti-Fed casi frustra la confirmación de Bernanke para un segundo mandato al frente de la entidad. Sin embargo, su confirmación por 70 votos a favor y 30 en contra en enero parece haber marcado un punto de inflexión.

Los legisladores también ven a la Fed como una de las entidades menos politizadas de Washington, lo que los lleva a cuestionar la noción de transferir su personal y comenzar una nueva burocracia, como propuso inicialmente Dodd. "Realmente no hay nada que se le compare en cuanto a su reputación y credibilidad para regular los bancos más grandes", sostuvo Cornelius Hurley, un ex abogado de la Fed y director del Centro Morin para la Ley Bancaria y Financiera, de la Universidad de Boston.

El proyecto de ley estipula que la Fed albergará en sus oficinas a un nuevo organismo, la Oficina de Protección Financiera del Consumidor. Incluso financiará su presupuesto, pero no ejercerá control sobre la redacción de nuevas normas de protección al consumidor. Tal facultad quedaría en manos de un director independiente nombrado por el presidente y confirmado por el Senado.

Dodd reconoció que no cuenta con los votos necesarios en el Senado para convertir a la oficina de protección al consumidor en una entidad independiente, como él y la Casa Blanca querían originalmente.

Eso podría generar un enfrentamiento con la Cámara de Representantes, cuyo proyecto de ley aprobado en diciembre (2009) contempla la creación de un regulador independiente.

"La Reserva Federal informó el martes que concluirá uno de sus principales programas para respaldar a la economía estadounidense -las compras de US$ 1,25 billones en valores respaldados por hipotecas- con lo que busca lograr que la naciente recuperación se sostenga con un menor apoyo gubernamental"… La Fed concluye su programa de compra de valores hipotecarios (The Wall Street Journal – 16/3/10)

Como se esperaba, el Comité de Mercados Abiertos de la Fed, o FOMC, votó 9 a 1 a favor de mantener sin cambios el rango para la tasa interbancaria federal en su mínimo histórico récord de entre cero y el 0,25%.

La Fed afirmó que la economía continúa mejorando, aunque los funcionarios indicaron, al finalizar su reunión de política monetaria, que transcurrirán al menos varios meses antes de dar el importante paso de aumentar las tasas de interés de corto plazo en respuesta a un crecimiento económico más fuerte.

El banco central señaló que completará las compras de valores respaldados por hipotecas a fin de marzo, como estaba planeado, poniendo así fin a un programa que para muchos economistas fue clave para impedir otra Gran Depresión.

Para combatir la recesión, la Fed redujo en diciembre del 2008 a un mínimo récord las tasas de interés de corto plazo, su herramienta principal para manejar la economía. Cuando eso no fue suficiente, la Fed se preparó para inyectar cerca de US$ 1,75 billones en efectivo a la economía mediante la compra de títulos del Tesoro de Estados Unidos de largo plazo, valores hipotecarios y deuda emitida por las firmas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac en marzo del 2009.

La Fed finalizó en octubre (2009) sus compras de US$ 300.000 millones en títulos del Tesoro. El enorme programa hipotecario fue el pilar de los esfuerzos de la Fed para inyectar dinero, lo que muchos economistas califican como "relajamiento cuantitativo".

La Fed también retiró gradualmente sus programas de préstamos de emergencia y el banco central dijo el martes que el único programa restante, su Línea de Crédito para Valores Respaldados por Activos a Plazo, o TALF por sus siglas en inglés, será cerrado para junio.

"El Comité continuará vigilando el panorama económico y los acontecimientos financieros y empleará sus herramientas de política según sea necesario para promover la recuperación económica y la estabilidad en los precios", señaló el FOMC en su declaración, la que sugiere que la entidad está preparada para reanudar las compras en caso de que la recuperación empiece a perder impulso.

En su declaración, la Fed mantuvo el lenguaje que ha utilizado desde hace un año, en el que afirma que las tasas de interés de corto plazo permanecerán "excepcionalmente bajas" durante un "período prolongado", lo que significa un período de al menos varios meses más.

Los funcionarios de la Fed han empezado a debatir sobre el momento y la forma en que se debe cambiar el lenguaje de las declaraciones para indicar a los mercados que aumentos de tasas podrían estar por producirse.

El presidente de la Fed de Kansas City, Thomas Hoenig, a quien le preocupa que las tasas bajas alimenten la inflación, volvió a ser el único opositor a la decisión, al solicitar que se retire la frase "período prolongado", como lo había hecho en la reunión de enero (2010).

Sin embargo, en momentos en que muchos indicadores de la inflación continúan desacelerándose y la tasa de desempleo se mantiene en un elevado 9,7%, muchos funcionarios se muestran renuentes a agitar a los mercados con la eliminación de esa frase.

La Fed destacó que el mercado laboral se está "estabilizando", comentario ligeramente más positivo que el de la reunión de enero, en la que señaló que el deterioro del mercado laboral estaba disminuyendo. El Comité reiteró que es probable que la inflación continúe siendo moderada durante "algún tiempo".

"El congresista republicano Ron Paul lleva meses luchando para lograr que la Reserva Federal de EEUU se someta a una profunda auditoría para sacar a la luz sus decisiones secretas. Sin embargo, el Senado de EEUU se ha limitado a aprobar un control superficial y esporádico de la entidad"… El Senado de EEUU acepta realizar una auditoría light a la Reserva Federal (Libertad Digital – 18/5/10)

La actual crisis financiera ha supuesto un duro golpe a la confianza de los norteamericanos sobre la responsabilidad y sensatez de las políticas monetarias de la banca central estadounidense.

Para algunos, como el congresista republicano Ron Paul, la Reserva Federal es la máxima culpable de la crisis al haber generado la burbuja inmobiliaria y de crédito por su política de dinero fácil. Pero ésta no es la única crítica que se le hace al sistema de la banca central estadounidense. También se critica el hecho de que esta institución actúe por encima de la Constitución norteamericana, operando de manera muy poco transparente y de forma sospechosamente misteriosa.

A raíz de esta crítica, el congresista lanzó el pasado año (2009) una propuesta legislativa consistente en aumentar el control del Congreso sobre la autoridad monetaria -su proyecto de ley de auditar la FED (HR 1207), bajo el título de Ley de Transparencia de la Reserva Federal-. La idea es someter a supervisión política las deliberaciones y decisiones monetarias de la Reserva Federal.

Su iniciativa legislativa consiguió luz verde por parte del Comité de Servicios Financieros del Congreso. El apoyo que tiene esta propuesta es aún mayor entre la población norteamericana, como lo muestran algunas encuestas. Economistas liberales del Mises Institute norteamericano firmaron una carta en apoyo al proyecto de ley de Ron Paul.

No obstante, a ella se oponen personalidades tan destacables como Ben Bernanke, presidente de la FED, Timothy Geithner, secretario del Tesoro norteamericano, y otro buen puñado de prestigiosos economistas.

Tras haber estado el tema aparcado durante algunos meses, la propuesta de Ron Paul ha vuelto a la palestra de la actualidad informativa. Pero, lamentablemente para quienes la defienden, las últimas noticias no han ido en la buena dirección.

En la segunda semana de mayo (2010), el Senado votó sobre la conveniencia de aprobar el proyecto de ley Audit the FED. Los resultados fueron aplastantes: 96 votos a favor, y 0 en contra. ¿Cómo es posible? ¿No era una propuesta altamente polémica, que levantaba controversias entre políticos y legisladores?

La respuesta está en el contenido de la propuesta que se estaba votando. Resulta que el proyecto de ley que se aprobó en el Senado tiene que ver muy poco con la idea de Ron Paul y sus seguidores de someter a la Reserva Federal a una auditoría continua por parte del Congreso.

Más bien, lo que se aprobó fue la propuesta del Senador Bernard Sanders, que consiste en permitir a una agencia supervisora, la Government Accountability Office (GAO), realizar una única revisión de las operaciones de emergencia que la FED ha llevado a cabo desde diciembre de 2007.

Se trata de forzar a la FED a que publique información sobre el uso de poderes de emergencia que ha ejercido en esta crisis para ayudar en el rescate del sistema financiero. Así, se exigirá que la autoridad monetaria publique en su página web los nombres de empresas, particulares y bancos centrales que obtuvieron ayuda, y que se detalle el tipo de asistencia recibida, las cantidades y otras informaciones.

A pesar de las apariencias, esta propuesta es muy diferente de la planteada originalmente por Ron Paul. De hecho, en la misma votación se rechazó la propuesta del Republicano David Vitter, que sí iba por la línea de Ron Paul de someter a la autoridad monetaria a revisiones y controles periódicos y exhaustivos.

Y es que, la medida planteada por Paul consistía en que la GAO auditara de forma continuada y detallada cada partida del balance de la Reserva Federal, incluyendo las facilidades de crédito, programas de compra de títulos, etc. Además, se quería conseguir que las reuniones del consejo de la FED, donde se decide sobre la política monetaria (por ejemplo, sobre los tipos de interés) fueran públicas.

Las diferencias entre ambas propuestas quedan claras cuando se tiene en cuenta que, como afirma Business Week, la medida de Sanders está cerca de lo que Bernanke dijo que apoyaría, ya que éste en febrero invitó a una auditoría de los programas de préstamos de emergencia de la FED, mientras rechazaba un control más amplio sobre la política monetaria.

Para Ron Paul ha sido una decepción y un jarro de agua fría inesperado, ya que fue a última hora cuando Sanders recortó el contenido de la propuesta, en respuesta a preocupaciones levantadas por Bernanke, el Departamento del Tesoro y otros senadores. Los últimos días anteriores a la votación en el Senado fueron de grandes presiones y frenética actividad de los lobbies sobre los senadores.

Como Paul afirmaba, "Sanders se ha vendido y se ha aliado con Chris Dodd (presidente de la Comisión del Senado sobre Banca) para destruir la Auditoría de la FED en el Senado". Su "compromiso" es lo que la Administración y los intereses de la banca quieren: permitirán que algunos programas gubernamentales de inyección de liquidez, como el TARP (Troubled Asset Relief Program) y el TALF (Term Asset-Backed Loan Facility), sean auditados, pero no habrá ninguna transparencia sobre la FOMC (Federal Open Market Committee), las operaciones de descuento o los acuerdos con bancos centrales extranjeros.

Los defensores de una auditoría auténtica no se rinden. El republicano Vitter dijo que "debemos ir más allá de la propuesta de Sanders". La razón expuesta para ejercer un control continuo de las operaciones de la FED se centra, precisamente, en las operaciones que va a llevar a cabo con el Banco Central Europeo (BCE) para rescatar a países de la zona euro en riesgo de quiebra: "Claramente, ello es un perfecto y muy reciente ejemplo de por qué debemos mirar a lo que la FED está haciendo de manera continuada".

Esta aprobación llega en un momento en el que el Tribunal Supremo estadounidense está decidiendo sobre la demanda que la agencia Bloomberg lanzó a la Reserva Federal para que publicara los registros de sus operaciones. A pesar de que el pasado 19 de marzo los jueces de Nueva York dictaminaron a favor de Bloomberg, la Junta de la FED pidió que se reconsiderara la decisión. Si se rechaza la petición, aún podrían acudir al Tribunal Supremo.

La necesidad de transparencia de la autoridad monetaria se puso de manifiesto con el escándalo del rescate de la aseguradora AIG, en el que el actual Secretario del Tesoro. Tim Geithner, fue uno de los principales protagonistas, ya que por entonces presidía la FED de Nueva York.

"Dentro de la Fed, Kohn era visto como una mano firme que comprendía la forma en que funcionaba la institución, pero afuera también ha sido asociado con el fracaso de la Fed para detener la crisis financiera. Ahora se jubila, y en una entrevista de despedida, habló con The Wall Street Journal sobre burbujas financieras y reproches"… El segundo en la Fed reconoce que la regulación no mantuvo el ritmo (The Wall Street Journal – 26/6/10)

Donald Kohn lo ha visto todo en 40 años que lleva como banquero central en Estados Unidos, desde la inflación galopante de la década de 1970 a un largo período de prosperidad en los años 90, a una economía al borde del colapso hace sólo dos años.

El vicepresidente de la Reserva Federal de EEUU, de 67 años, fue una figura clave a la hora de tomar decisiones en la junta directiva de la Reserva Federal, donde aconsejó al ex presidente Alan Greenspan sobre medidas ahora polémicas de tasas de interés y también fue la mano derecha de Ben Bernanke para casi todas las decisiones importantes durante la crisis financiera.

Estos son algunos apartes de la entrevista:

Sobre las burbujas financieras: "Desde comienzos de la década de 1980, habíamos tenido (en EEUU) una recesión sólo cada unos 10 años. Esa estabilidad creó las semillas de su propia destrucción. La gente se acostumbró demasiado a la estabilidad financiera; pensaron que no necesitaban ser tan cuidadosos como antes. Por ejemplo, pensaron que los precios de las viviendas subirían para siempre, y que las recesiones serían suaves e infrecuentes. También hubo cambios en la economía real subyacente que llevó a que los activos adquirieran precios incorrectos. El auge de la alta tecnología fue una consecuencia de una innovación real, un cambio tecnológico, y la gente tuvo problemas para evaluar lo que implicaba".

"Hubo cambios enormes en la economía global. Esa clase de grandes cambios políticos y económicos crea un ambiente en el cual se pueden producir burbujas financieras. La gente malinterpreta los cambios; se vuelven demasiado entusiastas. La regulación del sistema financiero no se mantuvo a la par con los cambios que se producían en el sector financiero. Pasábamos de una intermediación orientada por los bancos a otra orientada por el mercado, y la supervisión y la regulación no se adaptaron lo suficiente. Así que se permitió que los precios incorrectos de los activos socavaron la elasticidad del sistema".

Dudas sobre el uso de tasas de interés más altas para combatir las burbujas: "Aún no me han convencido de que podemos enfrentar estas burbujas con políticas monetarias de una forma predecible y productiva. No sostengo que la política monetaria debe concentrarse sólo en la tasa de inflación de dos a tres años a futuro. Creo que debemos ser flexibles. Pero creo que hay muchas preguntas sin respuesta sobre hasta qué punto la política monetaria contribuyó a las burbujas y hasta qué punto puede hacerle frente a las burbujas el ajustar la política monetaria cuando va en ascenso o flexibilizarla cuando va en descenso".

"La forma principal que tenemos para enfrentar estas situaciones de inestabilidad es a través de la supervisión y la regulación. La Reserva Federal necesita estar alerta ante el desarrollo de cuestiones que amenazan la estabilidad financiera y estar preparada para actuar de forma expedita a través de la supervisión de bancos y el sistema financiero".

¿Por qué los reguladores no lograron prevenir la última burbuja?: "Detectamos una cantidad de problemas en desarrollo, pero la comunidad de supervisión financiera no fue lo suficientemente estricta, lo suficientemente rápida, respecto a esos problemas".

"Los funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos discrepan cada vez más sobre las medidas que debería adoptar el banco central si la economía se enfría de nuevo o si la inflación actual, que ya está en niveles mínimos, se convierte en deflación"… El debate dentro de la Fed: ¿Qué hacer si la economía se enfría o surge la deflación? (The Wall Street Journal – 14/7/10)

Los funcionarios de la Reserva Federal no se ponen de acuerdo sobre el riesgo que representa la deflación. Algunos la ven como una amenaza; otros le restan importancia al considerarla muy improbable. Por ahora, la Fed -y en particular su presidente, Ben Bernanke, quien tiene la última palabra- parece estar en compás de espera, siempre y cuando se mantenga la recuperación. Su equipo también se muestra dividido sobre cómo debería actuar la entidad para impulsar el crecimiento económico si se estanca la recuperación. Muchos piensan que las opciones no son muy atractivas.

Algunos son reacios a reanudar las compras de bonos del Tesoro estadounidense o valores respaldados por hipotecas, la medida más enérgica que podría adoptar el banco central.

La Fed estima que la compra de US$ 1,25 billones (millones de millones) en bonos en 2009 y principios de 2010 hizo caer las tasas de interés a largo plazo en aproximadamente medio punto porcentual. Pero dentro del banco también hay quienes consideran que el impacto no fue tan fuerte y creen que una nueva ronda de compras podría tener un efecto incluso menor ahora que los mercados han recuperado algo de estabilidad. La reanudación de las compras también supondría que la Fed tendría una cartera mayor que reducir si se diera el caso, y podría tener un efecto adverso si impulsara considerablemente las expectativas futuras de inflación.

"Estamos lejos de tener que pensar en comenzar a comprar activos", dijo Jeffrey Lacker, presidente de la Fed de Richmond, en Virginia. "La recuperación llevará tiempo. Tenemos que ser pacientes y gestionarla correctamente. No creo que haya llegado el momento de volver a cambiar de marcha".

Otros -entre ellos el presidente de la Reserva Federal de Boston, Eric Rosengren, y su contraparte de Nueva York, Bill Dudley- consideran que hay que mantener la opción de reactivar las compras, especialmente si los temores a la deflación se hacen realidad.

La inflación, excluyendo los volátiles sectores de alimentos y energía, se encuentra actualmente cerca de 1%, por debajo del objetivo informal de la Fed de 1,5% a 2%.

La reunión de junio (2010) de la Fed fue un momento crucial para el banco central. Durante los cuatro primeros meses del año, los funcionarios hablaron principalmente sobre cómo relajar las extraordinarias medidas de apoyo de la Fed a la economía durante la recesión. Pero en junio comenzaron a considerar lo que podrían hacer si empeoraba el panorama económico. Varios factores lo hacen dudar, incluyendo los problemas fiscales europeos y la creciente presión a la que están sometidos los estados y municipios estadounidenses.

"Es momento de ser pacientes con las políticas y de ver cómo evoluciona la economía", dijo Dennis Lockhart, presidente de la Fed de Atlanta. "Este breve período vacilante en el que nos encontramos simplemente nos recuerda que las economías pueden ir en dos direcciones y que deberíamos considerar lo que haríamos ante diferentes supuestos".

Los analistas del sector privado consideran que la Fed no debería actuar, según una nueva encuesta de The Wall Street Journal, en la cual tan sólo ocho de 53 expertos dijeron que el banco central debería intervenir más ahora para impulsar el crecimiento.

edu.red

El debate sobre si adoptar más medidas para ayudar a la economía estará en primer plano en los próximos días. El 15/7/10, una comisión del Senado mantendrá una audiencia con los nominados por el presidente Barack Obama a la junta directiva de la Fed. Y la siguiente semana, tendrá lugar la comparecencia semianual de Bernanke ante el Congreso sobre el estado de la economía.

En comentarios públicos, Bernanke ha tratado de minimizar la probabilidad de que se vea un resurgimiento de la recesión. Sin embargo, mantiene sus opciones abiertas. Tal como señaló Bernanke en un discurso de 2002, la Fed tiene el poder de luchar contra la deflación con la impresión de dinero. Pero las herramientas del banco no parecen demasiado útiles para reducir el desempleo, influenciado por factores que van desde la política fiscal a la demanda global.

"Las autoridades de la Reserva Federal mencionaron durante la reunión de política monetaria del mes pasado la posibilidad de que un mayor estímulo monetario pueda ser necesario si la economía estadounidense genera más señales serias de una desaceleración"… La Fed contempló la posibilidad de un nuevo estímulo, según sus minutas (The Wall Street Journal – 14/7/10)

Dado el empeoramiento "relativamente modesto" del panorama económico, los miembros de la junta de la Fed coincidieron en que en este momento no se necesita una posición más acomodada, según las actas de la reunión que la Fed realizó el 22 y el 23 de junio (2010).

"Sin embargo, los miembros destacaron que además de seguir desarrollando y poniendo a prueba instrumentos para salir del período de una política monetaria excepcionalmente acomodaticia, el comité necesitará considerar si un estímulo adicional en la política podría volverse apropiado si el panorama empeorara considerablemente", según las actas, que fueron publicadas el 14/7 tras el período de espera habitual.

Durante la reunión de junio, las autoridades de la Fed también redujeron sus proyecciones para el crecimiento económico del 2010.

Funcionarios de la Fed proyectaron que el PIB aumentaría en un rango del 3,0% al 3,5% este año (2010). Esto representa una leve rebaja respecto de su última proyección entregada en la primavera boreal, de un crecimiento de entre el 3,2% y el 3,7%.

La última vez que funcionarios de la Fed redujeron su estimación de crecimiento fue en abril de 2009.

Si bien gran parte del debate durante la reunión previa, en abril (2010), se había centrado en cuándo la Fed comenzaría a vender los US$ 1,25 billones (millones de millones) en activos con respaldo hipotecario que adquirió durante la crisis, las discusiones sobre la adopción de medidas adicionales para respaldar a la economía del país volvieron a surgir en la reunión de junio.

No obstante, ninguno de los miembros de la junta mencionó posible pasos concretos, como la reactivación de las compras de activos, según las actas.

En su lugar, hubo un consenso general de que las ventas de activos deberían postergarse por un tiempo dada la posible presión alcista que podrían ejercer sobre las tasas de interés, aunque unos pocos miembros apoyaron la idea de comenzar las ventas más bien pronto.

"La mayoría de los participantes continuó considerando apropiado aplazar las ventas de activos por un tiempo; varios destacaron el modesto debilitamiento del panorama económico desde la última reunión del comité como una razón adicional para hacerlo", según las actas.

Hasta el momento, el banco central ha dejado que los valores hipotecarios adquiridos venzan o sean pagados sin volver a invertir el producto de esas ventas, mientras convierte los valores del Tesoro que están por vencer en nuevos títulos del Tesoro con vencimientos similares.

La Fed planea comenzar a vender sus activos hipotecarios para volver a tener una cartera en su totalidad de títulos del Tesoro y la mayoría de los miembros sigue creyendo que eso debería ocurrir sólo después de que las tasas de interés de corto plazo se ubiquen por encima de sus mínimos históricos.

Durante la reunión de junio, algunos de los funcionarios sugirieron utilizar los ingresos generados por las ventas de valores hipotecarios para comprar títulos del Tesoro con una duración similar y así acelerar la transición sin provocar una restricción en las condiciones financieras.

Los miembros de la Fed también discutieron cambiar la estrategia hacia las tenencias en títulos del Tesoro, pero no tomaron ninguna decisión.

"Según el Fondo Monetario Internacional, la banca del país presidido por Barack Obama necesitará capital adicional para conceder préstamos cuando la demanda de crédito se recupere"… El FMI alerta: "La banca americana es vulnerable" (Negocios.es – 30/7/10)

El Fondo Monetario Internacional, FMI, pone en sobre aviso a los inversores. Según el organismo, el sector bancario estadounidense todavía es "vulnerable" y necesitará capital adicional para conceder préstamos cuando la demanda de crédito se recupere.

El Fondo, que publicó hoy las conclusiones de su revisión de la economía de EEUU en el informe conocido como "Artículo IV", destacó que la estabilización fiscal y la implementación de reformas en el sector financiero son las tareas prioritarias en el país.

La publicación del "Artículo IV" coincide con la divulgación de un análisis sobre la estabilidad del sistema financiero estadounidense.

El citado análisis destaca que existen todavía "importantes riesgos" para este sistema y para su capacidad para respaldar el proceso de recuperación en marcha.

En ese sentido, el estudio menciona que los balances aún son "frágiles" y los niveles de capital podrían ser "inadecuados" en caso de aumentar la morosidad en los préstamos.

Según el FMI, la economía y el sistema financiero siguen siendo "vulnerables" ante un inesperado debilitamiento de la demanda o del sector inmobiliario, que todavía sigue en baja forma.

En los últimos meses, recuerda el organismo, también han quedado claros tanto a nivel interno como internacional "los mayores riesgos de un fuerte deterioro en las percepciones sobre el riesgo soberano".

Por lo demás, el organismo, que prevé que EEUU crezca un 3,3 por ciento este año (2010) y un 2,9 por ciento en 2011, destaca en su "Artículo IV" que la recuperación económica continúa, pero alerta sobre los riesgos e incertidumbres pendientes.

Subrayó, en ese sentido, la revisión a la baja del crecimiento del primer trimestre, que según el cálculo final quedó situado en el 2,7 por ciento, frente al 3,2 por ciento estimado inicialmente.

Los expertos del Fondo también señalaron en una nota del 22 de julio que se redactó una vez concluido el informe, que los datos más recientes indican una caída en la confianza de los consumidores y debilidad en el mercado laboral.

A eso se suma la menor actividad en el sector inmobiliario tras concluir los incentivos para la compra de vivienda aprobados para ayudar a salir al país de la crisis y la aversión al riesgo todavía imperante en el sector financiero.

El FMI prevé que la tasa de desempleo alcance el 9,7 por ciento este año y el 9,2 por ciento en 2011, y adelanta que la inflación será del 1,6 por ciento en 2010 y del 1,1 por ciento en 2011.

"Los funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos probablemente considerarán una medida pequeña pero simbólica cuando se reúnan la próxima semana. Entre otras cosas, debatirán sobre si usar el efectivo que el banco central obtiene de bonos hipotecarios de pronto vencimiento para comprar más bonos, en vez de permitir que sus posiciones se reduzcan gradualmente"… La Fed consideraría un ligero cambio de estrategia (The Wall Street Journal – 2/8/10)

El cambio indicaría una mayor preocupación sobre el panorama económico y podría, si el pronóstico de la Fed empeora, ser un precursor de medidas más importantes.

Tomar medidas para evitar que la cartera de US$ 2,3 billones (millones de millones) de la Fed se achique ayudaría a prevenir una ligera restricción de las condiciones financieras ante una recuperación que se debilita. El portafolio del banco central casi se ha triplicado desde 2007.

La compra de nuevos bonos con este flujo de dinero de bonos que vencen, proyectado en unos US$ 200.000 millones para 2011, sería una señal para los inversionistas y los mercados de que la Fed está buscando maneras de sostener el crecimiento económico. También podría ser un compromiso que facciones rivales en la Fed podrían apoyar, ya que los funcionarios discrepan sobre si, y cómo, responder a una recuperación débil.

Varios funcionarios de la facción antiinflacionaria en la Fed no están convencidos de que la economía se esté desacelerando de forma significativa y son reacios a tomar nuevas medidas. Mientras, otros están ansiosos por intervenir para hacer frente a las recientes señales de una ralentización y una tasa de desempleo persistentemente alta.

La Fed aún no está preparada para reanudar las compras a gran escala de valores respaldados por hipotecas o bonos del Tesoro de EEUU. No obstante, mantienen abierta esa posibilidad si la economía empeorara. En general, los analistas independientes esperan que el Producto Interno Bruto real crezca a una tasa anual de cerca de 2,75% en el segundo semestre de 2010. Si el panorama se deteriorara y proyectaran un crecimiento por debajo de 2%, sería más probable que la Fed tomara cartas en el asunto.

En un discurso el 2/8/10 que fue más sombrío que su testimonio al Congreso de EEUU del mes de julio, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo: "Tenemos un camino considerable por recorrer para lograr una recuperación completa en nuestra economía, y muchos estadounidenses aún luchan con el desempleo, las ejecuciones hipotecarias y los ahorros perdidos".

Desde la última reunión de la Fed en junio, las cifras del empleo y la confianza de los consumidores han sido débiles, pero las condiciones financieras en general han mejorado ligeramente a la par de un repunte de la bolsa.

Bernanke señaló el 2/8 que la Fed debe evitar subir las tasas de interés demasiado pronto e instó al gobierno a proceder con cautela en la reducción de gastos y la subida de los impuestos.

En los meses anteriores, muchos inversionistas proyectaban que la Fed empezaría a elevar su meta para la tasa de interés de referencia para finales de este año; los mercados de futuros ahora indican que los corredores no prevén un alza hasta finales de 2011.

Bernanke puso de relieve lo que describió como el "maltrecho" estado de los presupuestos locales. "Muchos estados y localidades continúan enfrentando dificultades para mantener servicios esenciales y han recortado sus programas y plantillas laborales significativamente. Estos recortes han impuesto dificultades en jurisdicciones locales y también forman parte de la razón de la debilidad de la recuperación nacional".

La Fed se encuentra en una posición complicada. Como recalcó Bernanke, la inflación, ahora en cerca de 1%, probablemente estará por debajo de la meta no oficial del banco central de entre 1,5% y 2% en los próximos dos años, lo que despierta temores de una deflación. Se espera que el desempleo permanezca alto durante más tiempo. La Fed ha bajado las tasas de interés de corto plazo a casi cero y ha comprado unos US$ 1,7 billones en deuda del Tesoro y bonos hipotecarios para reducir las tasas de largo plazo. Las compras terminaron en marzo, y muchos funcionarios son renuentes a reanudarlas.

"La Reserva Federal de Nueva York (Fed) estudia exigir a varios bancos que recompren las hipotecas y otros activos defectuosos que el banco central adquirió mediante los rescates de Bear Stearns y American International Group (AIG), según un portavoz de la institución"… La Fed estudia obligar a algunos bancos a recomprar parte de su deuda tóxica (El Economista – 5/8/10)

"Estamos enfrascados en múltiples esfuerzos para ejercer nuestros derechos como inversores en obligaciones no federales de los tipos RMBS (activos ligados a hipotecas) o CDO (Obligaciones de Deuda Colateral)", ha afirmado Jack Gutt, de la Fed de Nueva York.

Entre las medidas se hallan "aquellas que requieren que los originadores recompren préstamos inaceptables", apuntó Gutt, que añadió que "estos esfuerzos apoyan nuestro objetivo de maximizar el valor de esas carteras en nombre del contribuyentes estadounidense".

La Fed de Nueva York tiene activos por valor de 69.100 millones de dólares que fueron colocados en tres entidades que estableció para rescatar a AIG y Bear Stearns en el 2008.

Maiden Lane, una de ellas, adquirió activos de Bear Stearns por 30.000 millones de dólares que JPMorgan Chase no quería al comprar la empresa. Maiden Lane II y III, que tuvieron que ver con el rescate de AIG, tienen los activos restantes.

Entre los emisores de las llamadas obligaciones hipotecarias no federales en poder de las tres firmas Maiden Lane se hallan Countrywide Financial, que fue adquirido por Bank of America, Bear Stearns, Goldman Sachs Group y UBS, así como entidades prestamistas difuntas como New Century Financial, según documentos de la Fed.

Muchos de los activos de la cartera de la Fed son morosos. Por ejemplo, cerca del 78% de los activos de Maiden Lane II, valorados en 16.200 millones de dólares que permanecían en el balance de la Fed a 28 de julio, eran considerados bonos basura al final del primer trimestre, en comparación con el 65% un año antes, según datos de la propia institución.

– Coda (un pequeño "ritornello" antes del QE 2): lo escrito en su oportunidad

Como dijo Charles Prince, el principal "irresponsable" del Citigroup durante la crisis subprime "mientras la orquesta siguiera tocando, había que salir a bailar. Y seguimos bailando". Cínico pragmatismo e sugerente prospectiva… La fiesta continúa…

"Hay que retirar el ponche cuando la fiesta se anima". Con esta frase resumía William McChesney Martin, presidente de la Reserva Federal (Fed) de los EEUU (1951- 1970), la tarea de un banco central para evitar las burbujas económicas. Se refería a la necesidad de subir los tipos de interés a medida que la economía de un país se va calentando para evitar espirales inflacionistas y recalentamientos excesivos.

Los anfitriones (Fed y Banco Central Europeo) de la fiesta a la que fueron invitadas las economías de Estados Unidos y la Eurozona fue la contraria. El burbujeante cóctel que servían, compuesto de bajos tipos de interés y dinero a espuertas, era tremendamente atractivo. Uno de los maestros de ceremonias, Alan Greenspan, llegó a poner nombre a los efectos que provocaba: exuberancia irracional de los mercados.

Los banqueros actuaban como camareros. Tuvieron la gran idea de animar el "fiestón" con todo tipo de bebidas espirituosas, compuestas por créditos para todos y para todo, especialmente para comprar inmuebles sobrevalorados, y por otros contenidos exóticos (titulización, derivados y esquemas Ponzi) de los que ni ellos sabían la fórmula. Su remuneración subiría con el número de borrachos. Algunos de ellos, especialmente los más gigantones, vendían las bondades de las copas que dispensaban y se tragaban unas cuantas. Si se embriagaban en exceso, disponían de coche y chófer gratis (los fondos públicos de rescate) para ir a casa y recuperarse.

A este guateque, los menores (España entre ellos), con sus ganas de probarlo todo, estaban más que invitados. Vive rápido, muere joven y harás un cadáver bonito, que diría James Dean. Los porteros (los reguladores financieros) se habían apuntado al sarao y no pedían documentación. La recompensa por no hacerlo era muy apetitosa. Los encargados de analizar las bebidas que se consumían en el banquete (las agencias de calificación de riesgos) habían hecho la vista gorda. Al fin y al cabo, eran los camareros quienes pagaban por calificar los productos como aptos para el consumo. China, ávida por recibir dólares para mantener su moneda infravalorada, tuvo su papel. Los asiáticos que vendían latas de cerveza a la salida de la orgía querían contribuir a la melopea.

Como consecuencia de todo ello padecemos una monumental resaca. Al igual que James Dean con "The little bastard" ("Pequeño bastardo", el Porsche en el que se mató), algunos se han estrellado (Islandia o Grecia). Otros tienen órganos vitales dañados por el alcohol (de manera notable, Estados Unidos, Reino Unido, Portugal, Italia y España). Los cuadros clínicos de los pacientes reflejan grandes carencias de vitaminas necesarias para crecer (déficits presupuestarios y exteriores) y fuerte anemia (desempleo).

Nouriel Roubini, el economista norteamericano apodado Dr. Doom (Doctor Muerte o Doctor Perdición) por haber predicho la crisis en 2005, ha descrito, con Stephen Mihm, esta pantagruélica juerga en Cómo salimos de ésta. Publicado este verano (2010) en Nueva York y Londres, el contenido del libro responde mejor a su título original Crisis Economics (Economía de crisis) y presenta un compendio de actuaciones de los gobiernos (principalmente el de los EEUU) en épocas de crisis así como una perspectiva del escenario global. Roubini afirma que estas fiestas que desembocan en crisis son inherentes al sistema capitalista. No son cisnes negros (eventos altamente improbables según Nassim Taleb) sino blancos. Vamos, que nos va la marcha.

Mihm y Roubini, en su afán por sintetizar las políticas de la escuela austríaca, partidaria de la no intervención del gobierno en la economía, y su antagonista, la escuela keynesiana, proponen una "destrucción creativa" (término acuñado por Joseph Schumpeter, discípulo de los centroeuropeos) que esté controlada. Los activos tóxicos o de altísimo riesgo y las entidades financieras más expuestas a ellos, incluyendo algunas de las catalogadas como demasiado grandes para quebrar, deben identificarse y eliminarse. Hay que redactar nuevas regulaciones (resucitar leyes como la Glass-Steagall) y reforzar las instituciones financieras internacionales dando un mayor papel a países emergentes y muy en especial a China.

Los autores recomiendan la fragmentación de los grandes bancos. Dirigen su foco hacia Citigroup (¿cuántas veces más habrá que rescatarlo? Ya van cuatro) y Goldman Sachs, quien tras beneficiarse de las ayudas públicas vuelve a los beneficios y bonificaciones record. Aconsejan reformar el sistema retributivo de los altos ejecutivos bancarios (los "amos del universo") y el de las agencias de calificación de riesgos, introduciendo más competencia y resolviendo el conflicto de interés que resulta de vender sus servicios a los emisores de deuda. Otros pasos a dar incluyen enfrentarse a los derivados (a los que Warren Buffet llamó "bombas de relojería para el sistema") y reforzar tanto los requisitos de capital mínimo de la banca (directrices de Basilea) como el papel de los directores de riesgos, ninguneados desde hace décadas pues obstaculizaban la carrera hacia el máximo beneficio a corto.

Mientras tanto, sin ningún tipo de autocrítica, espíritu de enmienda o deseo de rectificación, Ben Bernanke (en su perenne ilusión) invita a una "segunda ronda" (paga la casa) de "quantitative easing", que duplicaría la anterior. El coma etílico será insalvable.

"¿Qué hará la FED si EEUU se estanca? Bernanke estudia nuevas medidas de estímulo, tales como comprar más deuda (quantitative easing 2), avales públicos para todo tipo de títulos crediticios (no sólo hipotecarios) y hasta tipos de interés negativos"… Bernanke reserva tres armas nucleares para reactivar el crédito (Libertad Digital – 27/8/10)

De nada han servido las medidas extraordinarias puestas en marcha por los principales bancos centrales del mundo (tipos de interés próximos al 0% y monetización de deuda pública y privada) para reactivar el mercado de crédito y reanudar un nuevo ciclo económico expansivo.

En la reunión anual de banqueros centrales celebrada, a finales de agosto de 2010, en Jackson Hole (EEUU), el presidente de la FED, Ben Bernanke, admitió que, ante la posibilidad de estancamiento (y deflación), "se opondrá con fuerza a las desviaciones a la baja de los precios" y, por ello, "está preparado para proporcionar alivio monetario adicional a través de medidas no convencionales si son necesarias, especialmente si la perspectiva se deteriorase significativamente", añadió.

En este sentido, Bernanke guarda en la recámara, al menos, tres medidas monetarias extraordinarias (de ahí el término nuclear que emplean numerosos analistas) con el fin, hasta ahora ilusorio, de impulsar la concesión de créditos y evitar así la deflación, el escenario económico que más teme.

1. Quantitative easing 2

(Agosto 2010) Bernanke baraja seriamente poner en marcha una nueva compra masiva de activos (deuda pública y privada) con el fin de impulsar el crédito y mantener, al mismo tiempo, los tipos de interés bajos en EEUU.

Hasta entonces, la FED casi ha triplicado su balance para comprar 1,1 billones de dólares en cédulas hipotecarias (MBS, por sus siglas en inglés) y más de 300.000 millones en deuda pública.

De hecho, el Comité Federal de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal ratificó esta estrategia en su última reunión, celebrada el pasado 10 de agosto. En su comunicado, la FED anunció que compraría más deuda pública estadounidense a largo plazo reinvirtiendo el dinero obtenido por el vencimiento de cédulas hipotecarias.

Es lo que se conoce técnicamente como quantitative easing (flexibilización cuantitativa) y, tras una primera ronda, la FED podría poner en marcha un segundo programa de compras, pero, en lugar de comprar MBS (cuyos tipos de interés ya están muy bajos), la FED apostaría ahora por la compra de títulos respaldados por créditos al consumo (tarjetas de crédito), préstamos sindicados, bonos corporativos o créditos a pymes.

2. Nacionalizar la emisión de títulos

Una de las más controvertidas es, sin duda, que el Gobierno de EEUU respalde la emisión de todo tipo de deuda privada. Es decir, algo así como imitar el modelo de aval público ejercido por Fannie Mae y Freddie Mac en el mercado hipotecario, sólo que extendiéndolo a todo el sector crediticio privado.

De este modo, el Gobierno (y, por tanto, los contribuyentes) avalaría en última instancia la emisión de todo tipo de créditos (corporativos, de consumo, para automóviles, etc.). Y ello, con el fin de mantener muy bajos los tipos de interés para el conjunto del sector privado.

Al menos, ésta es la propuesta que plantea un estudio (julio 2010) de dos economistas de alto rango de la FED, Wayne Passmore y Diana Hancock. El Gobierno crearía una especie de seguro público para la emisión de títulos crediticios aminorando hasta el extremo la percepción de riesgo.

El problema es que este mismo modelo, aplicado al mercado inmobiliario, facilitó y extendió la burbuja inmobiliaria, cuyo estallido ha provocado la mayor crisis financiera y económica de EEUU desde la Gran Depresión.

3. Tipos negativos

Otra posibilidad consistiría en aplicar tipos negativos a las reservas que la banca acumula en el balance de la FED (tasa de facilidad de depósitos). Algo similar a la decisión adoptada en Suecia durante el auge de la crisis financiera. En la actualidad, la FED remunera a los bancos con un 0,25% por los depósitos que conservan en el banco central.

La novedad radicaría en aplicar tipos negativos para obligar así a la banca a prestar sus excedentes en el interbancario (a otros bancos) o bien conceder más préstamos a familias y empresas, tal y como defiende Blinder.

4. Tipos al 0% durante años

Por último, y aunque muchos ya lo dan por hecho, la FED podría mantener los tipos de interés oficiales próximos al 0% durante años, imitando así al Banco Central de Japón. La FED ya ha situado los tipos muy próximos al 0%, pero el mercado teme que en 2011 la Reserva Federal apueste por subirlos. La idea consistiría en que Bernanke garantice los préstamos a la banca estadounidense a tipos nulos durante un período mucho más prolongado.

"El banco central de Japón, anticipando una decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos para reanudar las compras a gran escala de bonos del Tesoro estadounidense, lanzó el martes un modesto programa de compra de bonos. La medida se realiza en un momento en que los bancos centrales del mundo responden a la debilidad de la recuperación económica y a los temores de que una tasa de inflación que ya es baja pueda seguir cayendo"… Los bancos centrales están listos para salir al rescate de la economía global (The Wall Street Journal – 5/10/10)

El Banco de Japón, que ya adoptó lo que bautizó como "una política de tasa de interés virtualmente en cero", destinará 5 billones de yenes (US$ 60.000 millones) a la adquisición de bonos del gobierno, pagarés de empresas, fondos de inversión en bienes raíces y fondos de renta variable. "Si un banco central intenta conseguir el mayor impacto con su política monetaria, no hay otra opción que ingresar de lleno en ese mundo", reconoció Masaaki Shirakawa, gobernador del Banco de Japón.

En los últimos días de septiembre de 2010, los bancos centrales de varias economías desarrolladas han enviado enérgicas señales de que preparan un nuevo rescate de la economía global y de que están decididos a reducir el riesgo de una deflación global. Las medidas se producen cuando la política fiscal está estancada o retrocede en medio del alto endeudamiento de los gobiernos.

En EEUU, la Fed envió señales de que el programa de compra de bonos de US$ 1,7 billones (millones de millones) que terminó en marzo probablemente se reanude, tal vez durante la reunión programada para el 2 y 3 de noviembre (2010).

En Australia, una de las economías que se ha beneficiado del auge de las materias primas, el banco central sorprendió a los mercados al mantener la tasa de interés de referencia en 4,5%, aunque el gobernador de la entidad, Glenn Stevens, advirtió que habrá que subir tasas más adelante.

El Banco de Inglaterra, a su vez, suspendió en febrero su programa de compra de bonos, pero dejó la puerta abierta para retomarlo en caso de que la economía se deteriore. Las minutas de la reunión de septiembre del Comité de Política Monetaria revelaron que algunos funcionarios se inclinan por reanudar las compras. "Sigue habiendo una brecha significativa entre lo que podría estar produciendo la economía con pleno empleo y lo que produce actualmente. De esta forma, las autoridades no deberían contentarse con un crecimiento débil por temores de inflación injustificados", afirmó Adam Posen, uno de los miembros del comité.

El Banco Central Europeo no ha realizado las compras de activos a gran escala, una política conocida como "alivio cuantitativo", llevadas a cabo en EEUU, Gran Bretaña y Japón, pero ha gastado 63.500 millones de euros en la adquisición de bonos soberanos emitidos por miembros con problemas de la zona euro. Funcionarios del BCE parecen más optimistas en público que los funcionarios de otros bancos centrales, y más concentrados en los riesgos positivos de la inflación.

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"El proceso de QE Lite ha convertido, según los últimos datos disponibles, a la FED en el segundo "top holder" de USA sobrepasando ayer a Japón. Cuenta con $ 821.128m rebasando al país nipón en Julio, según últimos datos conocidos con $ 821.000m"… La FED se convierte en el segundo "top holder" de USA (El Confidencial – 7/10/10)

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Y seguramente muy pronto la FED rebasará también a China. Algún día este circo dejará de funcionar, y nos preguntaremos como es que nadie hizo nada por que el globo no se hinchase tanto…

"Con un par"… el "helicóptero" de los hermanos Marx (¡más madera!)

Con reformas de baja intensidad (made in USA o modèl Basilea III) o, sin reformas profundas (como las propuestas por Volcker), Wall Street acabará con la Reserva Federal (y, de paso, con los demás bancos centrales "rescatadores"). Cuando la "madera" avive el fuego, las circunstancias determinarán el yo. Entonces, se agotará el tinglado de la farsa. ¿Se puede decir algo más cínico y escatológico que "alivio cuantitativo"?. Es fácil imaginar sobre quien se "alivian".

Al final de tanta política monetaria acomodaticia, cuando el presidente de la Reserva Federal (y como él, los gobernadores de bancos centrales de otros países , cooperadores necesarios, y prevaricadores petulantes) haga recuento de sus efectivos le brotará, como a César yacente bajo la estatua de Pompeyo, aquellas palabras inmortales: "¿Tu también Bruto, hijo mío?". Y como hizo el conquistador de la Galia se cubrirá el rostro con la túnica y recibirá de su más próximo la puñalada letal. Y su panteón será una cátedra vitalicia en la Princeton University (o semejantes). Y aquí paz y después gloria, aunque con un país en barrena (y con él, todos).

A continuación les presento los últimos "cantos de sirena" y dejo a la inflación, QE2, QE3 (o hiperinflación, QE4…) como pronóstico. Juzguen ustedes mismos…

"La Reserva Federal de Estados Unidos, ante una recuperación económica que calificó de "más modesta de lo anticipado", informó el martes que tratará de evitar que se reduzca su enorme cartera de valores reinvirtiendo los fondos procedentes de las hipotecas vencidas en bonos del Tesoro estadounidense"… La Fed adopta medidas para hacer frente a la debilidad de la economía (The Wall Street Journal – 10/8/10)

La decisión de la Fed es en gran medida simbólica y es poco probable que sirva para estimular significativa y directamente la economía. Sin embargo, el giro en la gestión de su portafolio -y el comunicado adjunto- pone de manifiesto el temor de los funcionarios del banco central estadounidense sobre la debilidad de la recuperación económica y abre la puerta a la reanudación de mayores compras de bonos del Tesoro, en caso de que la economía flaquee o surja el riesgo de un brote deflacionario.

"El dinero fácil, al igual que otros estupefacientes, no suele facilitar la coherencia intelectual. Esta semana, la Reserva Federal decidió comprar suficientes bonos del Tesoro para evitar reducir su balance. Ésta es una medida acertada, ya que una contracción del balance de la Fed provocaría ajustes en la política monetaria, algo nada recomendable dada la debilidad de la economía"… La segunda fase de la relajación cuantitativa podría navegar a la deriva (Expansión – 12/8/10)

Ahora, sin embargo, aumenta la presión para que el banco central vaya mucho más allá y aumente de forma sustancial sus activos.

Esta presión se basa en la preocupación de que la debilidad económica acabe convirtiéndose en una recesión a gran escala. Los que defienden esta estrategia, que se convertiría en la segunda fase de la relajación cuantitativa (QE 2, en sus siglas en inglés), no se equivocan al insistir en que esta opción no debería estigmatizarse. En su opinión, ésta es una alternativa para impulsar el suministro de dinero que la Fed puede utilizar cuando no puede recortar más los tipos oficiales.

El problema es que la Fed ya ha gastado más de 1,7 billones de dólares en bonos en la primera ronda de su política de relajación cuantitativa (QE 1), que terminó en marzo. Cabe preguntarse por qué esta fase no fue suficiente para evitar una ralentización económica.

"La Reserva Federal de Estados Unidos divulgó el miércoles que invertirá US$ 600.000 millones en la compra de bonos del gobierno estadounidense en los próximos ocho meses con el fin de reducir las tasas de interés de largo plazo y estimular el crecimiento. El anuncio constituye un esfuerzo dramático por reanimar una recuperación económica que calificó de "decepcionantemente lenta""… EEUU recibe una inyección de US$ 600.000 millones (The Wall Street Journal – 3/11/10)

Varios economistas, tanto dentro como fuera de la Fed, creen que se trata de una medida desesperada con pocas opciones de rendir fruto por parte de Ben Bernanke. El presidente del banco central adoptó varias medidas poco convencionales durante la crisis financiera para impedir un colapso del sistema financiero, pero un año y medio después enfrenta una economía lastrada por el alto desempleo, la amenaza de un período de deflación similar al de Japón y la posible paralización del sistema político.

La Fed dejó abierta la posibilidad de aumentar la dosis si el crecimiento no repunta en los siguientes meses. Las nuevas compras de US$ 75.000 millones de bonos del Tesoro a la semana se suman a los US$ 35.000 millones mensuales que está gastando para reemplazar bonos hipotecarios en su portafolio que saldrán de circulación.

Al comprar una gran cantidad de bonos y retirarlos del mercado, la Fed espera hacer subir sus precios y reducir sus rendimientos. Esto, a su vez, haría bajar las tasas de interés que pagan los deudores hipotecarios, los consumidores y las empresas y los alentaría a endeudarse, gastar e invertir.

La Fed cree que también aumentará las compras de acciones, bonos corporativos y otras inversiones más arriesgadas que ofrecen retornos más altos.

A los socios comerciales de EEUU, en especial los países en desarrollo, les preocupa que esta inyección de liquidez de la Fed genere presiones inflacionarias y contribuya a la formación de burbujas de activos en sus países.

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"¿Es hora de quitarse el sombrero ante el maestro Ben Bernanke? Parece que no, según el economista jefe de Goldman Sachs, Jan Hatzius, que considera que las medidas cuantitativas de la Reserva Federal sólo harán crecer al Producto Interior Bruto un 0,5% y no supondrá un problema desde el punto de vista de la inflación, que permanecerá por debajo del 2%, la cifra clave del banco central de Estados Unidos"… La compra de bonos de Bernanke sólo estimulará el PIB un 0,5% (El Economista – 4/11/10)

Desde su punto de vista, el sector inmobiliario sigue siendo el talón de Aquiles de la economía norteamericana, aseguró en una entrevista con la CNBC. "Hasta que no veamos una caída de los inventarios y un aumento del valor de la vivienda, no conseguiremos que el PIB crezca por encima del 3%". De hecho, sus pronósticos apuntan que durante los próximos trimestres la expansión económica del país será mucho más moderada, entre el 1,5 y el 2 por ciento.

Bajo estas circunstancias, Hatzius no duda a la hora de afirmar que el sector laboral no se recuperará, al menos, hasta 2012, justo para las próximas elecciones presidenciales.

Para el analista del Nasdaq Intelligence Desk, Jan Heller, las medidas de la Fed, "abaratan el dólar, impactarán para bien en las exportaciones y beneficiarán al consumidor norteamericano", sin embargo, como era de esperar levantarán ampollas en la comunidad internacional. Al fin y al cabo reconoció que esto puede interpretarse como una devaluación manipulada del dólar.

Para Axel Merk, presidente de Merk Mutual Funds, la Fed "ha tomado un camino muy peligroso". "Lo mejor que nos puede pasar con este plan es que la inflación crezca, pero los riesgos son mucho mayores", explicó a Tech Ticker.

Para Merk, Bernanke está equivocado al pensar que una devaluación del dólar estimulará la economía. "Esperemos que, al menos, sea una caída gradual y no un derrumbe en toda regla", afirmó.

– Las mentiras, riesgos y problemas de la segunda "inyección" de Bernanke (Libertad Digital – 5/11/10)

(Por M. Llamas) Lectura recomendada

El miércoles 3 de octubre de 2010 ya es historia y, al mismo tiempo, ha hecho historia. Inversores, gobiernos y analistas estuvieron muy atentos al anuncio del banco central más poderoso del mundo, la Reserva Federal de EEUU (FED).

El presidente del organismo, Ben Bernanke, fue claro en su mensaje: la FED mantendrá su actual política monetaria, consistente en monetizar (comprar títulos con dólares de nueva creación) un gran volumen de activos, tanto públicos como privados. La denominada "flexibilización cuantitativa", que no es otra cosa que expansión monetaria, inicia su segunda fase: el Quantitative Easing II (QE II) ya está aquí.

Finalmente, Bernanke ha optado por el farol permanente, en lugar del all in que vaticinaban algunos analistas. La FED comprará otros 600.000 millones de dólares de deuda pública estadounidense a largo plazo que, si bien no es una gran cantidad (inferior al QE I), amenaza con ser renovada de forma permanente.

Según el anuncio oficial, inyectará 600.000 millones de dólares (425.852 millones de euros) en el mercado (principalmente a bancos) para adquirir deuda pública hasta junio de 2011, a los que hay que sumar entre 250.000 y 300.000 millones de dólares adicionales derivados del vencimiento de los bonos hipotecarios que acumula en balance (adquiridos en su primera ronda de compras, cuya cuantía ascendió a cerca de 1,7 billones), bajo un programa específico llamado QE Lite.

Así pues, la FED comprará en total un mínimo de 900.000 millones de dólares en bonos, a un ritmo medio de 110.000 millones al mes. Si bien esta cifra podrá, incluso, aumentar en función del vencimiento de los citados activos hipotecarios (compras a través del QE Lite): "El Comité examinará periódicamente el ritmo de sus compras de valores y el tamaño total del programa de compra de activos a la luz de la información recibida para modificar el programa según sea necesario, con el fin de impulsar el máximo nivel de empleo posible y mejorar la estabilidad de precios".

De hecho, el comunicado oficial, que en realidad poco varía con el del pasado septiembre, no descarta en ningún momento una renovación de este programa de compras (un QE III) más allá del próximo junio: "El Comité seguirá vigilando la situación económica y financiera y empleará sus instrumentos de política que sean necesarios (más QE) para apoyar la recuperación económica y asegurar que la inflación, con el tiempo, se sitúe en niveles compatibles a los que marca su mandato".

De este modo, la FED avanza que, si es necesario, realizará más compras en la segunda mitad de 2011 con lo que, realmente, acabará monetizando todo el déficit público que ha generado el Gobierno de EEUU en 2010 -próximo a 1,4 billones de dólares-, según numeroso analistas. Es decir, Bernanke se compromete a comprar la nueva deuda pública que emita el Tesoro de EEUU para cubrir el desequilibrio presupuestario.

Por otro lado, admite que uno de sus principales objetivos es generar inflación. Además, el banco central mantendrá durante bastante tiempo estos nuevos activos en su balance, ya que su mayor volumen de compras se concentra en bonos del Tesoro de entre 4 y 10 años.

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Argumentos

¿Cómo justifica Bernanke esta nueva intervención? Sin duda, este tipo de política no está exenta de riesgos, tal y como advierte alguno de los miembros díscolos de la Reserva Federal, ya que podría generar elevada inflación a largo plazo, con todo lo que ello conlleva (restar poder adquisitivo a los ciudadanos y, sobre todo, a los ahorradores).

Sin embargo, justifica su actuación sobre dos argumentos básicos: "De acuerdo con su mandato estatutario, el Comité de la FED tiene por objeto fomentar el máximo nivel de empleo y la estabilidad de precios. En la actualidad, la tasa de desempleo es elevada y la tasa de inflación subyacente (excluyendo la energía) es relativamente baja". Es decir, no existen riesgos, según Bernanke.

De hecho, aún va más allá. Por un lado, el máximo responsable del organismo monetario señala que mediante esta estrategia persigue mantener -artificialmente- muy bajos los tipos de interés a largo plazo ya que, hoy por hoy, el tipo de interés oficial está muy próximo al 0%. La compra masiva de deuda pública mantiene su rentabilidad muy baja, un indicador clave que sirve de referencia para los tipos de interés a largo plazo.

Según Bernanke, el crédito barato "promoverá el crecimiento económico. Por ejemplo, las menores cuotas hipotecarias harán la vivienda más asequible y permitirán a más propietarios refinanciarse. Y las menores tasas de los bonos corporativos fomentarán la inversión de las empresas".

Por otro lado, la FED busca impulsar al alza el mercado de valores: los tipos bajos harán "subir el precio de las acciones". Y ello, "aumentará la riqueza de los consumidores y ayudará a incrementar la confianza que, a su vez, también estimulará el gasto. El aumento del gasto dará lugar a mayores ingresos y ganancias que, en un círculo virtuoso, seguirá apoyando la expansión económica". Hasta aquí el argumentario de Bernanke, típico de una visión keynesiana de la economía, centrada en el consumo y no en el ahorro, en la expansión crediticia y no en la depuración de las malas inversiones y el necesario ajuste de los factores productivos.

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Curiosamente, en este último punto, el de impulsar al alza las bolsas, coincide con su predecesor en el cargo. El pasado julio Alan Greenspan señaló lo siguiente: "Si el mercado de valores continúa alcista hará más para estimular la economía que cualquier otra medida que hayamos discutido aquí".

Según Goldman Sachs, las compras por parte de la FED se han materializado en subidas bursátiles a lo largo de los últimos meses.

El problema, sin embargo, es que dicho rally parece carecer de sustento real, a la vista de la confianza y la situación económica de EEUU.

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Bernanke también señala que el QE I apenas ha afectado al volumen de dinero en circulación (oferta monetaria) o al aumento de los depósitos bancarios. Algunos datos desmienten este punto, como indica la evolución del M2, masa monetaria cuyo principal componente son los depósitos bancarios, y que acaba de registrar su primera caída tras 16 semanas consecutivas de ascensos.

Pese a ello, la masa monetaria (M3) -dinero en circulación en EEUU- ha registrado en los últimos meses su mayor desplome desde la primera mitad de los años 30 (Gran Depresión), lo cual refleja una fuerte presión deflacionista (contracción monetaria). Éste es, precisamente, el gran miedo y enemigo a combatir por parte de Bernanke. De ahí que su estrategia persiga volver a extender el crédito… como sea (dinero de nueva creación).

Asimismo, Bernanke niega que su política esté generando inflación. Es cierto que el IPC de EEUU se mantiene, por el momento, en cotas históricamente bajas, pero cabe destacar que mientras el precio de algunos activos se hunde (deflación) un simple vistazo al precio de las materias primas en los últimos meses indica justo lo contrario (inflación). Deflación e inflación al mismo tiempo.

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De hecho, tras el anuncio del QE II la reacción del oro, materias primas y la bolsa de EEUU ha sido claramente alcista. Sin ir más lejos, la Bolsa de Nueva York vivió el jueves una jornada de euforia, en la que sus principales índices registraron subidas de alrededor del 2%, que permitieron al Dow Jones de Industriales cerrar en los niveles que tenía antes de la dramática caída de Lehman Brothers en 2008.

Es decir, su política monetaria sí está teniendo efectos inflacionistas (subida de precios) sobre múltiples activos, cosa distinta es que ello se traslade a la tasa oficial de inflación (constituida tan sólo por algunos productos escogidos por el Gobierno).

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Efectos Pero más allá de estas evidencias y argumentos, ¿qué riesgos está generando la actual deriva de la FED? En primer lugar, tanto Bernanke como el secretario del Tesoro, Tim Geithner, han mentido a la opinión pública de EEUU al afirmar que la FED, en ningún caso, pretende monetizar deuda (pública y privada) con tales intervenciones monetarias. De hecho, tras esta nueva compra, la FED superará a China como principal tenedor de bonos estadounidenses en 2012.

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En segundo lugar, tal y como avanzó Libertad Digital, el QE 2 tendrá cuatro efectos muy negativos:

a) Mayor facilidad para el endeudamiento público, con todos sus efectos distorsionadores sobre la economía privada.

b) Aumento del crédito en un momento en el que los agentes se están desapalancando, con lo cual se ralentizará el necesario ajuste de los factores productivos.

c) Mantenimiento de tipos de interés bajos, ya que el Gobierno de EEUU no tendrá que financiarse en el mercado de capitales. La FED se encargará de comprar todas las emisiones. Los tipos bajos impedirán, igualmente, la liquidación de las malas inversiones y la necesaria reestructuración de balances empresariales, familiares y bancarios.

d) Y, por último, envilecimiento del dólar en la medida en que cada vez está respaldado por activos mas ilíquidos y de peor calidad, debido al sobredimensionado balance de la Reserva Federal a costa de monetizar deuda de dudosa solvencia (incluida deuda pública). Según Bill Gross, el principal responsable de PIMCO -la mayor gestora de renta fija del mundo-, el dólar podría depreciarse un 20% adicional respecto a otras divisas.

En cuanto a este último punto, la caída del dólar acentuará aún más la guerra de divisas a nivel internacional originada por Bernanke. La caída del dólar perjudica a los inversores extranjeros que tengan activos nominados en esta divisa -de reserva internacional, por excelencia-, al tiempo que fomenta la inversión en bonos de mercados emergentes, fortaleciendo a su vez sus respectivas monedas. Ante esta situación, varios gobiernos (de economías fundamentalmente exportadoras) ya han decidido intervenir sus respectivos mercados monetarios, e incluso restringir la entrada de capitales, para frenar la revalorización de sus monedas.

Por último, Japón lleva aplicando este tipo de políticas desde hace casi dos décadas con nulos resultados. En la actualidad, pese a que los tipos en EEUU están próximos al 0%, la economía de EEUU sigue estancada, el paro sigue subiendo, las ejecuciones hipotecarias aumentan…

Según el analista Mike Shedlock, "la FED es el problema. Greenspan y Bernanke han inflado una burbuja tras otra. Ahora, la FED está persiguiendo abiertamente una nueva burbuja bursátil. Las burbujas crediticias e inmobiliarias son las de último recurso. Ambas crearon empleo (artificialmente, por supuesto), y después se estrellaron y los citados empleos se esfumaron".

"Las nuevas burbujas de acciones, bonos basura o materias primas no crearán ningún puesto de trabajo. De hecho, el aumento de precios de las materias primas, basado en la especulación y los torpes intentos de la FED para forzar al alza el IPC, va a suponer más destrucción de empleo. La razón es tan obvia que tan sólo una manivela monetaria atrapada en el país de las maravillas académicas no puede verlo", indica.

Y es que, el alza de las materias primas reducirá aún más el margen de beneficios de multitud de empresas, sin que éstas puedan repercutir dichos costes al precio de venta final de sus productos debido a la atonía del consumo (tienen que reducir precios para poder vender). En definitiva, el QE II fracasará, al igual que ya sucedió con la primera ronda monetaria.

"Ben Bernanke sigue atrayendo críticas debido a la decisión de iniciar una segunda ronda de expansión monetaria cuantitativa (conocida popularmente como QE2). El presidente de la Fed se encontró ayer con una carta abierta publicada en The Wall Street Journal y firmada por algo más de veinte economistas y personalidades cercanas al partido Republicano que le piden que "reconsidere y cancele" este estímulo monetario"… Economistas de EEUU piden que se cancele la expansión monetaria (Cinco Días – 16/11/10)

Douglas Holtz-Eakin, ex director de la Oficina Presupuestaria del Congreso, John Taylor, secretario del Tesoro con la Administración de George Bush, Peter Wallison, abogado de la Casa Blanca durante la época de Ronald Reagan, Charles Calomiris, profesor de Columbia firman una carta que también cuenta con la rúbrica de el historiador y autor Niall Ferguson y los periodistas William Kristol (Weekly Standard) y Amity Shlaes autora de un libro en el que critica el New Deal.

Los críticos aseguran que la acción de la Fed, que se traduce en una inyección de liquidez a través de compra de bonos del Tesoro con dinero que esta agencia imprime, no es "ni necesario ni aconsejable" y advierten que puede tener efectos sobre la divisa y la inflación sin lograr el objetivo de mejorar el mercado laboral. Los firmantes dicen que la solución a la crisis pasa por una mejora en la fiscalidad y las políticas de gasto y regulatorias no por un mayor estímulo monetario. Son tesis similares a las de los legisladores republicanos que quieren reducir el gasto y mantener los recortes fiscales de Bush.

El rapapolvo a Ben Bernanke llega poco después de haber oído también críticas desde Alemania, China y otros países del G-20 además de la plana mayor del influyente Tea Party. La propia Sarah Palin le pidió la semana pasada el fin de la QE2.

… Pero Bernanke les contesta con su teoría de los "círculos virtuales"

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, explicaba en el Washington Post (14/11/2010):

"Los mercados subieron y los tipos de interés a largo plazo bajaron cuando los inversores empezaron a anticipar la actuación más reciente de la Fed. Una situación financiera más favorable promoverá el crecimiento económico. Por ejemplo, unas hipotecas a tipos más bajos harán las viviendas más asequibles y permitirán que un mayor número de propietarios puedan refinanciarse. Unos tipos más bajos para las empresas incentivarán la inversión. Los precios más altos de los activos impulsarán el patrimonio de los consumidores, devolviéndoles la confianza, lo que podrá también reactivar el gasto. El aumento del gasto producirá mayores rentas y beneficios que, en un círculo virtual, darán un mayor soporte a la expansión económica".

Sólo le faltó decir: "Y si el círculo virtual no se cierra, que Dios (Yahveh, en su caso), y la Patria me lo reclamen"…

"Janet Yellen sostiene que el relajamiento cuantitativo no debería ser visto como un "capítulo en una guerra cambiaria""… La Fed defiende la compra de bonos del Tesoro (The Wall Street Journal – 16/11/10)

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