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Enfadado con la humanidad. Compilación de breves textos críticos socio-filosóficos-políticos (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Lo soy porque, desde el nacimiento de mi «Razón Suficiente», jamás he anhelado gobernar a nadie ni expresarle que «por amor» utilizaré sus recursos para armar a criminales bajo mi mando.

Soy un revolucionario al cual mira con sorna la estirpe de aduladores de quien disemina odio. 

Lo soy, revolucionario, porque vindico la abolición de los ejércitos en el planeta: no admito matar como medio para la consecución de ningún fin, mucho menos dominar.

Soy, revolucionario, porque anhelo que todos sustituyamos la falaz Institucionalidad de Dictaduras y Gobernantes Vitalicios por la de conferirle «Revocables Responsabilidades de Estado» a ciudadanos aptos sin convertirlos en divinidades.

Lo soy, revolucionario, porque rechazo los lujos que cualquier colegiado o no Funcionariado de Gobierno se dé con recursos financieros que son de las naciones: riquezas que deberían destinarse para satisfacer las necesidades de los ciudadanos y salvar a los olvidados a causa de la indolencia de quienes deberían auxiliarlos. 

Soy, revolucionario, porque resido en un suburbio y no por ello experimento odio hacia quien exhibe riquezas y su medio ambiente parezca un paraíso: ello aun cuando no cese de pronunciar mi moción de repartir equitativamente las riquezas públicas.

Lo soy, revolucionario, porque no dejo de ser amigo de «amigos» aun habiéndose equivocado plegándose a proyectos de gobierno que socavan la Humanidad e insisto en platicarles.

Lo soy porque, si de mí dependiese, eliminaría las «armas letales» en nuestro impenitente mundo. 

A mis amigos y a quienes ya no quisieron continuar siéndolo, digo que la Libertad no tiene rango militar y (por ello) no acata esa perversidad de la moral castrense que evocan como «Obediencia Debida»

Soy revolucionario porque, aun cuando estén plagados de próceres impresos de origen imperial, jamás inclinaré mi cerviz ante hombres y mujeres dementes al mando que empujan a los ciudadanos por el Sendero de la Discordia y Exterminio de unos contra otros.

A mis amigos y a quienes ya no quisieron proseguir siéndolo, pronuncio que nada ni nadie puede arrogarse la «Suspensión del Ejercicio de la Inteligencia y Juicio»

Lo soy, revolucionario, porque, a mi parecer, no es discurso de falaces ni cobardes persistir en predicar que sólo merecemos vivir sin que nadie socave nuestros Fundamentales e Inmutables Derechos de Humanos.

A mis amigos y a quienes ya no quisieron continuar siéndolo, pronuncio que todos sólo merecemos la Paz por destino y no el Miedo ante la presencia de las nada enmascaradas bestias que, soberbias, se exhiben en «paradas castrenses» y «efemérides»: y, frente a los cuales pareciera que ninguno de los intelectuales estamos salvos o blindados.

(XIV)

La secta «los hijos del comandante-supremo-presunto-sempiternamente-difunto» (2015)

«En su fase agónica, toda secta macabra derrama sus hediondos fluidos y desperdicios fecales por las poblaciones donde la ira de hartazgo contra ella acrecienta»

Para formar una secta sólo se requieren dos personas: una sagaz que afirme haber sido «ungida» por una providencia no táctil e imperceptible, entre tantas adventicias del «Imaginario Popular», y otra impávida que será timada y difundirá la «bienaventuranza». La fricción sobre la yesca seca siempre enciende. Alguien «emisor-activo» infiere a su «receptor [a] pasivo [a]» haber «escuchado una voz» o «visto a un ser de otra dimensión» que le ha confiado «una tarea salvadora o exterminadora», según los casos, de la Humanidad. A cualesquiera entre sus propósitos precederá la manipulación de la psiquis de individuos que podrían ser persuadidos de cosas tan absurdas como amar a quien asesina porque «libera» y, con ello, «ofrenda» a ese ascendente: «mayor», «principal» o «padre supremo» que (oculto) mira para reclamarles u ovacionarlos como «filius ecclesiae nova» (fieles de novísima iglesia)

Pero, no es tan fácil que la (llama) secta permanezca encendida. Requerirá finanzas, vehículos para transportarse, inmuebles, instrumentos letales para disuadir o intimidar, barata e ingenua servidumbre y estrategias propagandísticas. Así nació la Secta Venezolana Los Hijos del Comandante-Supremo-Presunto-Sempiternamente-Difunto. Un soldado le dijo a su compañero de habitación que tuvo una «revelación cuartelaria» según la cual, mediante la «rebelión armada», debían asaltar el Palacio del Gobierno Nacional para asumir el poder político-militar en la república y rescatar la Democracia socavada por corruptos.

«[…] Vi a un barbado que emanaba luces, untó mi casco con un aceite y me dijo: Plugo, muchacho, a mí pluguiese convoques una insurrección y mates a los infieles que impiden el crecimiento de mi Iglesia Revolucionaria. Te he nombrado pontífice […]» -esa fue la fricción que encendería la yesca en la Patria de BOLÍVAR Y PONTE-. Empero, la Naturaleza dicta que todo naciente tendrá un poniente.

El ungido obedeció el mandato del patriarca. Ello aun cuando, tras acudir al convite, las tropas que adhirieron a la insurgencia fueron derrotadas. Sin embargo, un influyente sector de «Ci-viles de la Sociedad» legitimó ese acto criminal y propagó «la buena nueva» del nacimiento de la Secta Venezolana Los Hijos del Comandante-Supremo-Presunto-Sempiternamente Difunto: destinada a emprender una de las devastaciones más dolorosas e inexplicables jamás vistas, desde la primera y nefasta mitad del Siglo XX en el Mundo hasta la actualidad. Algo diré y quizá sea una inferencia estrafalaria: Plugo SABLE FRÍO nació muerto, pero lo mostraban vivo [03]

En el curso de mi existencia he conocido de «vista, trato y comunicación» a varias. Una de ellas fue la norteamericana «Secta Los Niños de Dios», ya extinta porque esos vástagos de la unción cristiana no recibieron la «Pócima Juventud Eterna» que les habían prometido y ya están muertos o viejos como yo. Integrada por chicas y jóvenes muy pacíficos. Viajaban sin dinero, mínima vestimenta, biblias y lograban cobijo. Yo se los di durante una semana en el primer apartamento que ocupé en la ciudad de Mérida, Venezuela. Antes, en EEUU, tuve vínculos con otra nada religiosa de la cual con sagacidad me aparté. En Venezuela (Década de los Años 90), algunos maliciosos intelectuales propagaron que yo era uno de los escritores «ideólogos de la Secta Satánica Briceñoguerreroiana» [04] en boga en la ciudad de Mérida. Cierto que el fallecido profesor y filósofo José Manuel BRICEÑO GUERRERO tuvo seguidores y discípulos, pero no fui uno de ellos. Éramos respetuosos amigos, platicábamos en el Rectorado de la Universidad de Los Andes sobre distintos temas. Pero, Satán no era el principal, sino la Filosofía. Ese infundio en contra de nuestras reputaciones se debió a la aparición de mi novela intitulada Dionisia, publicada por nuestra vetusta casa de estudios superiores (1993) He aquí un esclarecedor fragmento que, sobre ese libro, escribió el destacadísimo historiador, ensayista y poeta Rafael RATTIA: «[…] En una ocasión, Arthur SHOPENHAUER afirmó que su libro El Mundo Como Libertad y Representación le fue dictado por el Demonio, en una sola noche […] Es probable que esta novela sea el resultado de una  especie de psitacismo. En otras ocasiones, he sostenido que Alberto JIMÉNEZ URE es un taumaturgo de la palabra, un alquimista del verbo […]»

Es de tozudos negar que, en Venezuela, la irrupción de la Secta Los Hijos del Comandante-Supremo-Presunto-Sempiternamente-Difunto tuviera su minuto de fértil impacto en territorio. La mayoría de los ciudadanos estaba harta del dispendio y la malversación, «en grado de continuidad», del Tesoro Público que protagonizaban tipejos hoy ya sepultos. Era predecible que esa etapa política culminaría. Su decadencia propició la aparición de la descrita y desalmada secta vico-militar en fase agónica, aun cuando emita rugidos estruendosos. Porque ahora el hartazgo que su perversa cúpula provoca a la Nación Venezolana tiene extraordinarias dimensiones. En funciones de exterminio de la República de Venezuela, esa hermandad vampira que relevó muy abominados predecesores bebe sangre seca del putrefacto cadáver sobre el cual retoñó.

(XV)

La «conciencia universal del bien» (2015)

«Cada madrugada compruebo que los enemigos de la Humanidad ignoran que ya eran difuntos desde el instante cuando le dieron la tarea de exterminarla»

La Conciencia Universal del Bien nunca será letal ni tendrá armas, pero abatirá: y, quienes la desconozcan o sitien estarán condenados a ser denigrados como fallidos deicidas. Cierto que la desesperanza produce estupor y parece misiva de «presagio funesto». Bajo condiciones extremas, siempre superviviremos por cuanto lo que impera lo hace mediante espejismos. Ahí están esas imágenes ficticias que jamás se transmutarán en materia: pero angustian, irritan, deprimen o provocan frustración.

La Conciencia Universal del Bien es la «Inteligencia» que no cesa ni suspende su reinado y complejidad en el Firmamento. Mira severamente a los deicidas que (inmisericordes) presumen matarla con filosos cuchillos y «escupefuegos», empero no lo hace respondiéndoles con violencia sino anunciándoles que ellos no existen.

La Conciencia Universal del Bien es el «Ser Humano» que escucha los improperios de las «desfaloladas» y «falolados» que conforman el Prontuariado del Mundo. Adviene en forma de clariaudiencia, prognosis o rostro desprovisto de telas para ocultar la Razón Suficiente. Si ella somos es porque igual [e] videntes y nos guarnecemos oficiándoles extremaunciones a nuestros ofuscados deicidas.

La Conciencia Universal del Bien somos cuando, tras advertir la fatalidad, impulsamos el salto de nuestra percepción y discernimiento filosófico hacia la quiescencia que siempre aguardará. No esquivará el sufrimiento, aun cuando se presentare sin ser convidado. Lo rebasa superándose con la extirpación de sus abscesos. Es la antítesis de los actos fallidos del [«Álter»] Ego.

La Conciencia Universal del Bien no está en guerra ni las emprenderá. Conoce que esos cuya mala fe los distingue en las comunidades están muertos arrogándose una vida poderosa y privilegiada.

Jamás nadie aventajará a la Muerte, bien recibida en la Casa de los Avatares y temida por quienes la siembran. No semeja al vetusto Pino Bristlecone, a la Almeja de Islandia o la Cinachyra Antárctica. Ella es provecta y no le asombra la cíclica pero espumosa aparición del Látigo Antropomórfico.

La Conciencia Universal del Bien conjura sin ser hechicera. No es verdugo de cadalso pero tampoco boga a favor de mantener forzosamente vivo a quien horca quiere. Permitirá que los dolientes enciendan con la soga del ajusticiado la llama que incinerará al escindido.

(XXVI)

Ultrajes (2016)

«[…]Tengo muy mala opinión del Ser Humano […] No soy una persona atormentada: sólo un hombre decepcionado de todo […]»

(En el diario El Nacional, Caracas, el 15-11-1999/Fragmentos de entrevista que me hiciera Andreina GÓMEZ)

No es cierto que el «ultraje» sólo se sucede cuando se comete cualquier acto no consensuado contra la «dignidad», «integridad» y «derechos universales» de una persona o pueblos. A causa de ese equívoco razonamiento, el ejercicio de la Democracia deviene en «acto fallido». Todos concedemos que es insustituible la metodología de sufragar (en secreto y sin pujas coercitivas, vejatorias o intimidantes) para elegir a quienes serán investidos de mando y administrarán las riquezas de las naciones a las cuales deberán conducir (no arrear) tras prometer acatarán y harán cumplir una constitución y leyes. Empero, lo que en materia política muchos deciden siempre exuda una abominación: encorva a la «minoría» que consiente votar, pero no logra satisfacción. Por ello, a partir de la Ceremonia de Juramento y Asunción, el «Jefe de Estado» segrega y discrimina fundamentándose en una «Voluntad Popular» de súbito írrita.

El individuo que es «inferiorizado» cuando se exhibe «poquito» ante la caterva se hallará, jurídicamente, en situación de orfandad por cuanto el azar o destino no le (satisficieron) impartieron justicia y menos lo harán los vencedores presuntos. He ahí la partida de nacimiento de la Sempiterna Democracia Fallida. La derrota electoral es una forma de «ultraje»: porque, virtud a costosas y engañosas propagandas o habilidad de algunos frente a sus adversarios políticos para persuadir/enamorar al «Vulgo», tendrá consecuencias que abatirán a quienes «pudieron menos» y recibirán malos tratos o sufrirán fortuitas penurias. Temprano, igual esos que se creyeron vencedores serán fustigados.

La presencia de predadores en palacetes, cuarteles y demás organismos públicos edificados para urdir infinidad de ultrajes, constituye uno de los estigmas de la -hace centurias- abortada Democracia que timadores expertos mantienen en «coma inducido». A los pueblos, custodios/canallas relevadores de otros que están en el «Corredor de la Muerte» informan que ella está viva y bien cuidada: pero no les permiten verla. Si lo estuviese ya sería un prodigio por longeva. Sobre la cual todos satirizamos, en la calle o claustros universitarios donde sesudos difunden que pudiera engendrar auténticos estadistas: que peor es padecer a «superiores de facto». Se infiere «participativa» o «representativa», «corrupta» a veces, pero «perfectible».

Sabemos en cuáles lugares (y motivos) la Democracia permanece confiscada, en presidio o patíbulo. Soy testigo: el Ultraje de Funcionariado es imagen corporativa de Estado en Ultimomundano.

En el curso de un convite al cual fui invitado por dos notables y ya escindidos filósofos, Ángel J. CAPELLETTI y Lino RODRÍGUEZ ARIAS-BUSTAMANTE (admirables intelectuales que me permitían expresarme sin ambages), prorrumpí que mi cerebro no concibe la fusión de los «actos de gobernantes» con «decisiones de Estado»: que juzgo ridículo calificar como «totalitarios» o «forajidos» a específicos estados para exculpar, con un simple ardid semántico, a quienes lo «representan».

«[…] Sin saber qué significa, los déspotas son deudos del antropomorfismo […]» -rápido, esclareció CAPPELLETTI.

«[…] También de la prosopopeya e idolopeya […]» -añadió RODRÍGUEZ ARIAS-BUSTAMANTE.

Así como las leyes no eximen a los ignorantes, discapacitados intelectuales o analfabetos de su cumplimiento, tampoco los violadores seriales que controlan repúblicas dan tregua a la mayoría que presumió ser triunfadora eligiéndolos para gobernar. Ello responde a una premisa: todo político en situación de aspirante es un defenestrado que no busca el poder para, tras su consecución, permanecer anclado entre la servidumbre que lo ha parido. Anhela dar un salto desde la pobreza hacia la opulencia.

El poder es un software de aplicación que no cambia a nadie: la mujer u hombre que logra alcanzarlo simplemente descubre su [«Álter»] Ego, su otro mediante cuyas perversidades o bondades se conducirá en una sociedad que le concede privilegios validándole tanto su deleble impunidad como improbable magnificencia.

(XVII)

Parecen y son peligrosos, luego «sancionables» (2015)

«En el Régimen Bolivariano-Falaz que inmisericorde ultraja a venezolanos, los tribunales abren simbólicamente sus puertas para -de súbito- cerrarlas porque no hay materias o litigios que discutir en los despachos: sólo sentencias pre-elaboradas por dictar y que satisfarán a los confiscadores de la Justicia: esos que socavaron nuestra Soberanía Nacional e hipotecaron la república»

Infiero que a causa de la «Filosofía Político-Militar-Financiera» que rige a los norteamericanos virtud a su rígido (autónomo) «Estado de Derecho y Justicia», sus representantes tienen demasiadas razones para sancionar a funcionarios del régimen hegemónico venezolano en general (no a quienes somos sus víctimas). Por su adventicio esencialismo, el ilegítimo gobierno despótico-bolivariano-falaz resguarda y adhiere (comulga) a malhechores internacionales. Nadie puede refutar que parte de nuestro territorio fronterizo fue cedido a los grupos irregulares de Colombia que lo convirtieron en «santuario»: «centro de operaciones criminales» o «conchas». Aquí terroristas, sicarios, traficantes de sustancias ilícitas o armas de distintas naciones tienen el padrinazgo de una Fuerza Armada Mercenaria Nacional: que, por obvios motivos, nunca podría ser de liberación sino opresiva.

En nuestro país se licencia para delinquir a grupos de forajidos armados y adoctrinados que agreden, intimidan o matan opositores y hasta personas de sus círculos políticos que les incomodan. En Venezuela se urde y ampara toda clase de fechorías, algunas de las cuales contra EEUU (el propio Simón BOLÍVAR y PONTE advertía que no existen enemigos pequeños). No creo que pululen tozudos o ingenuos que subestimen la peligrosidad de tantos dementes con mando en Venezuela, algunos de los cuales sí tienen millones de dólares en cuentas abiertas por testaferros profesionales. Para lograr reducidas condenas de presidio, que no sorprenda cuando tales negocien delaciones con los tribunales norteamericanos.

La proximidad de Venezuela a USA se ha convertido en una «amenaza» por causa de la confrontación verbal, el incesante e injustificable pleito que contra quienes compran y pagan -en efectivo- nuestro petróleo mantiene una cofradía de sediciosos. No dudemos que los desalmados que tiranizan en nuestra república pudieran planear, en concierto para delinquir con exterminadores doctrinales, ataques contra Norteamérica.

El Imperio Norteamericano no tiene en Venezuela el arraigo de otro también temible: ese mediáticamente apodado Gigante Chino. Es más probable que algún día los asiáticos decidan esclavizarnos y no los norteamericanos: desde hace años invadidos por inmigrantes de Centro y Sur América: millones de los cuales ya fueron nacionalizados. Mujeres y hombres que fortalecen ese país con arduo trabajo, talento académico o invenciones.

Con el Gigante Chino e Imperio Ruso, el Estado Venezolano está hipotecado. Pero, la Casta Dictatorial Comunista China está tan avocada a sus asuntos financieros internacionales (es una indiscutible potencia capitalista mundial) y en mantener -férreamente- controlada a su población que no emprendería una conquista más formal de esta que fue patria de BOLÍVAR y PONTE. Hace rato que los jefaturales del legendario Imperio Chino colocó en decúbito al «Funcionariado Cívico-Militar Venezolano»: y, por ello, no requieren anunciar o alardear que son los auténticos mandantes de los apátridas que nos vejan.

(XVIII)

La pesadilla americana y su crisis humanitaria (2015)

«Los políticos latinoamericanos propugnan la pobreza y gangrenan los presupuestos que administran, luego en purulencia perpetua y desvergonzadamente se mantienen»

Se afirma que millones de habitantes de Centro/Sudamérica emprenden éxodos hacia EEUU con el propósito de materializar eso que llaman «El Sueño Americano», en el país que ofrece mayores oportunidades económicas a inmigrantes. Desde hace décadas, todo indica que esas personas experimentan horrendas «pesadillas» que -aparte- han provocado «crisis humanitarias» de proporciones gigantescas, muy difícil de atender o revertir conforme al Art. 13 de la «Declaración Universal de los Derechos Humanos» que dicta:

01.- Toda persona tiene derecho a circular libremente y elegir su residencia en el territorio de un Estado»

02.- «Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a él»

Las penurias y muertes de quienes emigran hacia EEUU (pero también a Europa) tienen culpables: los gobernantes de sus respectivos países, mujeres y hombres corrompidos e incapaces de ejercer el mando con inteligencia y que adrede mantienen en situación de miseria a la mayoría de los ciudadanos. En Ultimomundano el «Populismo» signa los comportamientos de individuos con poca voluntad de superación, sin ánimo para instruirse, nada proclives al trabajo o idear empresas productivas. Los motiva una absurda esperanza de recibir mercadería regalada o barata de borrego, procrear sin control ni responsabilidad tras presumir que el gobierno les dará becas. La fornicación desalmada que presumen los redimirá.

En Centro/Sudamérica los impertérritos políticos propenden a corromperse y pervertir, claro: a deliberadamente distorsionar los proyectos financieros para luego emprender la multiplicación de pobres que controlarán con fines proselitistas: lo cual es una especie de llaga purulenta para cualquier nación, aun cuando tenga suficientes materias primas o explotables recursos naturales. Los países no se desarrollan sin talento, trabajo ni probidad.

¿Cómo justificar que, en repúblicas petroleras como México y Venezuela, millones de habitantes vivan miserablemente: y, por ello, anhelen irse en un intento extremo/peligroso (muchas veces frustrado) por mejorar sus condiciones de existencia? La Casta Política Mejicana, por ejemplo, mira con indolencia cómo hasta los menores de edad e hijos de esa preterida patria traspasan las fronteras para abultar la inmigración ilegal que ha provocado la tragedia humanitaria de extranjeros infantes en USA. 

Empero, las crisis humanitarias que surgen en América Latina se deben -fundamentalmente- a la corrupción e ineptitud que caracterizan a los gobiernos que en ella rigen.

 En Colombia grupos de terroristas organizados y alzados en armas, junto con oligarcas que se resisten a compartir sus riquezas o invertirlas en fábricas e industrias, mantienen desasistida a una población fustigada por la violencia socio-política. 

En Argentina, pese a ser una nación culturalmente destacada, el «Populismo» es la gangrena de su Clase Política pariente de la venezolana docta en «diplomafia extorsiva» y «chantaje petrolero». No extraña que, histérica, la Presidenta de Argentina (por ejemplo) se declare en rebeldía frente a sus acreedores de la Banca Internacional que no tiene la culpa de su pésima gestión administrativa. 

No en tan «bajo perfil» los mandatarios de Ecuador, Bolivia y Nicaragua igual suelen mostrarse estúpidos frente las exigencias de quienes les conceden préstamos de miles de millones de próceres impresos imperiales. Quieren abultar sus cuentas bancarias de billetardos y por ello los piden, pero jamás con intenciones de industrializar las naciones que a causa de la Infausta Totalitaria gobiernan. 

Centro/Sudamérica está en incesante riesgo de amputación. Sufre una emergencia humanitaria-financiera-sanitaria imposible de ocultar.

(XIX)

La tránsfuga/caca inmunda se propaga, dañina, con cualquier brisa (2015)

«Se percibe por los ojos y olfatea fétida: cuando está líquida recorre la tierra, se abre paso por entre matorrales. Cuando sólida emplasta los calzados o pies. Ya pulverizada cualquier brisa la esparce por doquier. No caca-rea pero de gallina pareciera deposición»

Los quehaceres prototipo de político, ese sin respeto por la dignidad humana u honradez, siempre han agitado la invectiva de quienes somos escritores. También atribulan a sociólogos e historiadores no plexos por paga mercenaria, que nunca a psiquiatras por cuanto suelen ser compasivos. En algunas de mis novelas y cuentos, el agrio discurso contra ellos casi alcanza la categoría de «tra [u] ma central». Sin embargo, tras la intervención de mi «juicio» en la disputa del narrador omnisciente en el cual irgo contra la «herencia histórica» o «suceso del inmediatismo» social, la plenipotenciaria «ficción» desenlaza el nudo de horca presente en el ejercicio de pendenciero/hacedor de Literatura: obcecado, siempre, por inmiscuirse en las riñas domésticas de una Nación.

Los hechos que, repetidamente, la «Historia Universal de Iniquidades» registran, prohíben a los novelistas y cuentistas fijarnos límites fundamentados en la percepción rígida y académica de un sociólogo. Tampoco somos sumisos ante encíclicas de expertos en comportamientos enfermizos que, de prisa a veces, sostienen que la demencia es a cada individuo su propia madre para afirmarse científicos. Pienso, con demasiada frecuencia, que un gran porcentaje de políticos lo son virtud al desquicio que da cuerpo a la idea de «salvar un país» cuya nación no sabe que le pertenece bajo la figura jurídica del «condominio».

Por lo expuesto, soberbios, irrumpen personajes políticos conocidos como «tránsfugas». El «converso/metamórfico» adquirió notoriedad durante los tiempos de la Revolución de París (1789), la cual pudo ser gloriosa sin necesidad de legitimar las decapitaciones que invalidaron sus propósitos de progresiva y positivamente transformar Francia: un territorio durante siglos sometido al yugo de los auto-investidos de sempiternos propietarios del poder y las finanzas. El «transfuguismo» se sucede cuando alguien, por paga o preservación de privilegios, se atreve traicionar los propósitos políticos de un grupo representativo de sectores sociales. Lo hace persuadido que quien fue su adversario es infalible y su traición parece un magnífico negocio.

La «tránsfuga/caca inmunda» que metaforiza al hombre canalla, esencialmente nada confiable y mucho menos probo, suele secarse rápidamente: convirtiéndose en un elemento volátil, cuasi gaseoso, muy lesivo para la salud de los ciudadanos que le confiaron responsabilidades. Esa clase de sujetos jamás servirá, con lealtad, ni siquiera a causas criminales. Por ello, en los patios traseros de mansiones que albergan mafias, cada individuo es un potencial asesino del otro: donde ninguno tendrá objeciones de conciencia para exterminar hasta sus progenitores, hermanos y vástagos. Aun cuando de nosotros provenga, la «tránsfuga/caca inmunda» debe ir donde pertenece: a las cañerías o estómagos de escarabajos.

(XX)

La fatua legitimación del «crimen de funcionariado» (2016)

«Cierto que, con tropas y próceres impresos imperiales, los sátrapas todo pueden hacer: excepto mantenerse vivos, despreocupados e invulnerables tras participar en macabros e incesantes rituales donde la danza y los escupitajos no reparan ni tributan a sus víctimas: pero, tampoco agregan sufrimientos»

No existen inteligibles fórmulas «jurídicas/científicas» para legitimar «actos de gobierno» que violenten los conceptos fundamentales sobre los cuales la Civilización rige (o «lo pretende» hacer) en el mundo. Las encíclicas difundidas como «Autodeterminación de los Pueblos» o «El Principio de no Intervención Foránea en Asuntos de Estados Soberanos» son aplicaciones con malware para «falaciegos» o quienes simulan invidencia. Es público y notorio que las férulas o tumultos que, incidentalmente, han conseguido mandos sobre naciones nunca pierden su escueta y falta de rigor dialéctica. Porque el «noviciado» de las y los sátrapas en su periplo por la consecución del poder no exhibe sino vociferaciones, consignas, fetiches, vallas, pancartas, tremendismo publicitario de pillo y extrema violencia política callejera. Tras un mínimo aprendizaje de enajenado, sin sustanciación en materia de ideologías o dogmas religiosos, emprenden sus cacerías con lamentables consecuencias.

Jamás se podrán «legitimar» metodologías para el sostenimiento de «estados» mediante el inmoral blindaje judicial a jerarcas de gobiernos adeptos del prevaricato. Lo infiero porque: o son «mandatarios» o capitanean luego de haber prorrumpido con armas de guerra e intimidaciones, para, visto tantas veces, imponer sus atrocidades y ultrajes en naciones infortunadas. El Ser Humano nace sabio y, por ello, librepensador. En el curso de su existencia, intenta ser libre y feliz. Hace todo lo inimaginable por defender (mantener incólume) su Don del Razonamiento que sentencioso determina inherentes, imprescriptibles y fundamentales ciertos derechos sin lesionar a nadie adecentado. Muchos pujan por su confiscación, expropiarlo, colocarle un precio o criminar su esencialismo.

Sólo es plausible «legitimar» todo cuanto propenda fortalecer la satisfacción de nuestras necesidades alimenticias, el acceso al trabajo, provisión de medicinas, búsqueda de conocimientos, cultura, información pública, participación ciudadana en los asuntos del «Estado de la Nación», seguridad personal y social […] Si quienes están «al mando» cumpliesen con sus responsabilidades que son «mandatos de nacionales», los dineros utilizados en la compra de equipos antimotines (para reprimir y hasta asesinar) podrían destinarse a mejorar la calidad de vida de todos.

Las buenas acciones de las personas, o grupos, no requieren convertirse en causales para justificar la inversión de recursos financieros en costosísimas (de obsesos) campañas proselitistas. El Concepto de Civilización no admite preponderancias que hieran, maten personas o socaven sus libertades. Inclusive, denuesta e impropera a regimientos. Porque de griterío salvaje, los «edictos y urdimbre tramposa de funcionariado» aventuran en el ámbito del Terrorismo. Imposible legitimarlos, blindarlos, bendecirlos.

(XXI)

LA «INSTITUCIONALIDAD FALSIFICADA DE COME-MERDISMO» (2016)

«El come-merda es un ciudadano con los mismos deberes y derechos constitucionales de opositores a regímenes que dictan duro, pero al cual satisface que sus alimentos tengan procedencia inmunda y les sean servidos en excretas»

En el curso del Siglo XXI, en el Mundo ningún país ha experimentado tantas falsificaciones como Venezuela. Mediante «cháchara de fervoroso constituyente», cambiarle el nombre a nuestra república fue el pórtico de toda clase de mamarrachadas y delitos (cohechos, prevaricatos) que «estaban por venir»: los cuales, por cierto, durante el Año 2016 a nadie ya genera estupor aun cuando todavía ofusca. La Cúpula Bárbara Cívico-Militar tiene infinidad de «encantados» porque «paga» o «corrompe» puntual, vertical y horizontalmente.

Todos los países tienen «instituciones» que los sostienen (indiscutible, ¿no?) Pero, Venezuela sólo «falsificaciones» de esas «columnas de Estado». Su «eso» que no puede calificarse como «gobierno» sino «Crimen Político Organizado» tiene dos nóminas mayores de mercenarios nada fantasmas: una integrada por personas con revocables «credenciales académicas o castrenses» y otra no exenta de alimañas que conforman el Prontuariado General de Populacho. Sus ingresos son «excretos»: no pueden ni deben «comparecer» ante enemigos de los Vertederos Oficiales de «Merda» Ejecutiva, según «Sentencia de Sala Prostitucional» (SP) que sustancia decisiones excrementales. También son «no investigables por nadie» (NIN) los recursos nacionales que administra la Cúpula Bárbara Cívico-Militar, cuyas deposiciones son fabulosas a juzgar por su hedor internacional.

El «Comemerdismo» no es una novísima corriente política impulsada por los ya citados NIN, para quienes nada ajusta mejor como trajes de sastres personales que ver a todos los ciudadanos por ellos sojuzgados inclinados ante excusados: para consumir, felices, sus propias toxinas y las de otros (según los casos y oportunidades) Gracias a la determinación e ingenio de anti-imperialistas furibundos, ha tenido un triunfante renacimiento en la cuna del Libertador Simón BOLÍVAR y PONTE: donde los indicadores de pobreza ascendieron de mínima a regular y extrema en menos de dos décadas (1999-2016) Las «protestas sociales y consecuentes detenciones» aumentaron, pero significa que «disminuyeron» conforme a los sesudos analistas/voceros de la Cúpula Bárbara Cívico-Militar para quienes «los políticos no son lastres distintos a presos comunes»

(XXII)

El terrorismo cabalga encima de la omnipresente industria mundial de armas (2016)

«No hiberna porque no existe, no creó la abominación que somos: te lo advierte alguien al cual no le consultaron si quería irrumpir en esto que presumimos Humanidad, una criatura vejada que igual potencial victimaria entre salvajes»

No existe ninguna persona en el Planeta Tierra que esté salva o no haya experimentado miedo ante ciertas e incesantes amenazas de muerte o cualquier otro asunto relacionado a su precipitación y advenimiento. Alguien que no tema ser (con o sin motivos) perseguido, torturado, ejecutado o confinado en mazmorras por causa de eso que entendemos como «irracionalidad». Empero: ¿qué es, a partir de cuándo y por qué lo somos?

En esto patético (febril, frágil, absurdo) que llamamos «existencia», defino «irracionalidad» lo perverso que nos estigmatiza «inhumanos». Cada instante millones de personas nos sentimos víctimas de ello, de sus profesos y adeptos. No importa si somos habitantes «primer o ultimomundanos», la irracionalidad rige a las naciones. Es un comportamiento que se exhibe mediante musculaturas. Fortalezas perceptibles en masas corpóreas e instrumentos para el exterminio de nuestra especie y otras.

Cometen actos «terroristas» los jefes de repúblicas que destinan tesoros o dineros patrios a la compra de pertrechos de guerra, con el alevoso propósito de dotar a innecesarios ejércitos o grupos de milicianos/mercenarios para los cuales nada es más glorioso que portar un/a «escupefuego». Infligen contra la Civilización los mandatarios que malversan dineros procedentes de naciones para multiplicar los activos de la «Industria Universal de Armas». Tanto más contribuyen a su crecimiento cuanto más odio fomentan entre individuos a los cuales someten o «gobiernan».

Los dictadores, califas, reyezuelos, monarcas o jefaturales autoritarios nos condenan a padecer penurias siempre que compran armas de guerra con recursos financieros que no les pertenecen: y que deberían destinarse a la vida buena. A productores de alimentos, cultura, salud e investigación científica. Las franquicias «terroristas», de «colegiatura», venden armas letales a quienes son sus idénticos «en situación de ilegitimidad». Miremos y escuchemos a los ingenuamente electos por los pueblos: son asesinos «constitucionales», hombres y mujeres cuya codicia los impulsa provocar éxodos en territorios por ellos devastados. Sólo los motiva la idea de reprimir para permanecer al mando. Necesitan asustarnos, intimidarnos, abatirnos con la ventaja que le conceden los regimientos del sin fronteras Crimen Político/Militar/Religioso Organizado.

Los «terroristas sin colegiatura» obtienen sus armas de guerra de esos países donde exitosamente opera la Industria Universal de Armas. Pero, todos son santificados por envilecidos pontífices que platican sobre «Apostasía». El «Terrorismo» es más que un discurso doctoral o discusión para intelectuales adherentes u opositores del Crimen Político/Militar/Religioso Organizado (CPMRO)

(XXIII)

La ignorancia política de enajenado y la auto-infligida (2016)

«Elijo llegar al final de mis días sabiéndome víctima o agresor, persuadido de haber vivido como hombre de buena fe o una persona abominable y no como un enajenado con sus propias mentiras u otras ajenas»

Prescindir leer libros de investigación criminal, o evitar informarnos verazmente por «a priori» establecer que millones de ciudadanos venezolanos son permisivos ante forajidos con mando, es una de las peores formas de asumirse vil. Mejor intentar hallar una explicación a toda calamidad de naturaleza política, ciertas respuestas aun cuando luego parecieran no conducir a soluciones. Inclusive, cuando nos solapamos generamos consecuencias.

Leí un «entramado del periodismo investigativo» que me recordó cuánto deploro la figura de los «testigos-delatores-protegidos», esa tan utilizada, fundamentalmente, por el Sistema Judicial Norteamericano. Un sector de entre malhechores pacta su sobreseimiento y disfrute de impunidad para que otros sean perseguidos o encarcelados. Cuando alguien se muestra temeroso y en situación de reo de un gobierno (esclavo o bajo tortuosa amenaza) no significa sea un cómplice por sadomasoquista, o que feliz permita toda clase de vejaciones: actos ilícitos, ultrajes, et.A USA y la Eurozona le convienen enterarse del origen fraudulento de los millones de dólares que trasladan, de un banco internacional a otro, funcionarios venezolanos y latinoamericanos conexos: miembros de la Transnacional del Crimen Político Organizado. También de sus vínculos, algunos en extremo peligrosos (no sólo para ellos sino para todas las naciones) Hay serpientes venenosas en territorios dominados por el Califato Asesino que son trasladadas, para sacarles crías en cautiverio, a Centro y Sudamérica. En cualquier esquina aguardan degolladores, mujeres y hombres empecinados en proscribir la Libertad Inmanente al Ser Humano.

En materia criminalística, no es difícil imaginar las razones por las cuales un mafioso converso a informante decide revelar una verdad presunta. Si esposa e hijos de un exterminador confesaran delitos relacionados con su padre o amigos alguien podría replicar, mediante malicia y parte interesada en refutarlas, que se trata de infundios de resentida: que estaría vengándose por razones irrevelables. Custodios y demás funcionarios cercanos a un (in) dignatario tienen mucho que revelar y también ocultar. Es una situación dramática.

Esos millones o miles de personas que sufragan, con reincidencia, a favor de mantener en el poder del mando a delincuentes está ofuscada: jamás persuadida. Si al azar preguntas a cualquier militante-progresista-presunto del populacho qué es una «revolución», un «Estado de Libertad, Justicia, Felicidad y Derecho» o «sistema de gobierno» no responderá. No tiene ni entiende de cognición. Quiénes fueron los primeros revolucionarios-ilustrados (ROBESPIERRE, MARAT, DANTON, et.) y fruncirán. Qué clase de bestias fueron STALIN, MAO, MUSSOLLINI, HUSSEIN o GADHAFI y callarán. Ignoran todo sobre la historia de esos desalmados.

Si les adviertes que los primeros, entre los mencionados, fueron intelectuales, hombres cultos pero genocidas, te mirarán como a forastero que habla otro idioma. Les preguntas sobre cualquier otro asunto o tema que concierna a ciudadanos de una república y callarán. Están enajenados, ofuscados. Caminan y se alimentan movidos por instinto de supervivencia. Estar persuadido de algo es saber por cuáles causas adhieres doctrinalmente al crimen o su antítesis, y la mayoría del manipulable Vulgo no tiene idea.

Hace poco leí un bochornoso artículo de un escritor-profesor universitario, quien sí sabe lo que hace con su impronta de «comisario nazi-fascista» [05] En el texto afirmaba «que los venezolanos opositores jamás lograrán sustituir al gobierno socialista por otro» porque las Fuerzas Armadas forman parte de «sus propiedades». Aparte de -orgulloso- exhibir un discurso segregacionista, racista, infame. Existe una ignorancia de falso positivo, la auto-infligida decapitación de los sentidos. Lo lamento por él y siameses en acomodos, cuyos talentos reconozco. También por mí, que nunca los tendré por enemigos y tal vez por ello sea una persona inconvenientemente vulnerable. He sido más fuerte sin registros personales de enemigos por mí fomentados, sin embargo los tengo fortuitos a causa de intelectual y doctrinalmente contender ante la Humanidad: pero, no yerro al inferir que la Muerte semeja más a quienes confeccionan hermosas botas militares para algunos individuos.

(XXIV)

La opulenta, apertrechada y salvaje «izquierda» latinoamericana (2016)

«En el curso del Siglo XXI, la mayoría de venezolanos presuntos es sospechosa de permanecer indeseable y molestosamente viva»

Durante la segunda mitad del Siglo XX, en las universidades se difundió la tesis según la cual ser una persona «de derecha» significaba  tener «poder» e «influencias»: en los ámbitos políticos, académicos, financieros (privados o públicos) y judiciales. A mi juicio, fue un razonamiento inaceptable que se impuso bajo los citados y falaces preceptos. Siempre he sostenido que somos «de derecha» cuando actuamos conforme a cuanto es universalmente admitido «correcto». En el Planeta Tierra, todos merecemos dignas condiciones de existencia: un hábitat confortable, cultura que es educación y ciencia, abastecimiento de productos de consumo necesario, atención médica, seguridad social, protección de gendarmería, tecnologías, oportunidades para desarrollar aptitudes intelectuales o manuales, acceso a los bienes y servicios de la institucionalidad de los estados porque son de los nacionales. Somos «de derecha» quienes exigimos libertad, trato humano, socorro, fraternidad, justicia y equidad en materia económica. Derechos de civiles que podemos leer en las constituciones de las repúblicas y hasta en los libros que se tienen por sagrados.

Un sector de individuos entre quienes nos oponíamos a inescrupulosos mandatarios (administrativamente corrompidos y proclives a cometer toda clase de insospechados crímenes) pujaba por la consecución del «poder del mando político» se autocalificándose «de izquierda»: es decir, «de la siniestra» conforme a su etimología. Frente a los indeseables, ninguno de nosotros tuvo otra opción que convertirse en detractor. Actuábamos con la razón, la «izquierda» y «derecha». Que aparte ellos digan que los «derechistas» somos «reaccionarios» carece de inteligibilidad. ¿Quién no «reacciona» sintiéndose afectado por situaciones lesivas? La autocalificada «Izquierda Latinoamericana» se apropió del mando en el país perfecto, Venezuela, por sus yacimientos de combustible fósil y minerales. Infiero que es fraudulento el poder político-militar que se logra con violencia, mentiras y timo. Lo intentaron mediante el «Golpe de Estado» y debieron purgar condena por ello. Sobreseer a la banda de forajidos que hoy azota a la América Latina no fue la mejor idea que pudo tener un hombre en decadencia, un político ya senil en el curso de su segundo e inmerecido mandato: manipulable, enfermo y lastimoso. La edad muy avanzada es magnífica para meditar, leer, escribir, platicar y debería ser impedimento para ejercer responsabilidades de tanta envergadura como dirigir una república.

Los siniestros se apropiaron del mando en un «maravilloso territorio» para exterminar sus reservas petroleras y financieras, el oro de sus arcas, las instituciones públicas, la paz y fraternidad entre ciudadanos. Con ridículas expresiones e impropio cinismo, la ponzoñosa y de rastacueros oligarquía en funciones de gobierno totalitario culpa a «derechistas» por ellos (con infinita alevosía) empobrecidos de las penurias mediante las cuales nos mantienen desahuciados a opositores y también adherentes. La venezolana de exportación es una oligarquía socialista presunta: pero sí opulenta, apertrechada y salvaje.

(XXVI)

LA PROLIJIDAD «AMBIDIESTRA» DE LA «BARBARIE DOCTRINAL SOCIALISTA» (2016)

«Para siempre nadie nunca puede permanecer opresor e incólume virtud al Principio de Razón Suficiente que aborta la preeminencia de criaturas con ideas y comportamientos esquizoides»

Mis primeros asombros intelectuales de pubertad y reflexiones relacionados con esas (de comediantes) estúpidas expresiones políticas que califican a los individuos como sujetos de «izquierda» o «derecha», «reaccionarios» o «progresistas», se precipitaron en mi mente cuando leía a Jean Paul SARTRE (El Ser y la Nada), Fiódor DOSTOYEVSKI (Crimen y Castigo), Friedrich NIETZSCHE (El Anticristo), y Albert CAMUS (El Hombre Rebelde) Fui proclive al estudio de la Filosofía y Literatura, para finalmente convertirme, con idéntica vehemencia, en «filosofacto» y «hacedor de literatura».

A los adolescentes de mi realidad y tiempo sólo interesaba el béisbol, fútbol y muy pocos jugábamos ajedrez. Casi ninguno de ellos leía algo, ni siquiera los diarios. Lo cual no extraña en países «ultimomundanos», como suelo calificar a los nuestros de la América Latina. Porque sus mandatarios exhibían una lastimosa e insólita obcecación por mantenerse intelectual, tecnológica y científicamente «inferiorizados» inculpando de todas sus volitivas castraciones a esa otra expresión (de «boca pueril») popularizada como «El Imperio».

Si aceptamos la nada circunstancial evidencia según la cual son de «izquierda y progresistas falaces» presidentes de naciones que sólo sirven para, sin ser prestidigitadores verdaderos, convertir selvas y ríos en desiertos, corromperse y pervertir, entonces quienes somos identificados como tipejos de «derechas y terroristas» por esos rastacueros propugnamos la instauración y fortalecimiento de los fundamentales principios menos inhumanos que transcribiré.

SOMOS, SIN ARBITRAJES NI DECISIONES O INIQUIDADES DE «JERARCARIADO DE GOBIERNO», CIUDADANOS DEL MUNDO CON LAS SIGUIENTES CARACTERÌSTICAS:

[…] «Libres de nacimiento y por convicción» […] «Propietarios de naciones y cosas individualmente adquiridas» […] «Soberanos en territorios o estados jurídicos» […] «Compatriotas» […] «Trabajadores de empresas privadas o públicas» […] «Respetuosos del prójimo, sus hábitos, creencias o costumbres no lesivas a terceros» […] «Reverentes de las constituciones y leyes en cada nación» […] «Mujeres, hombres y niños con deberes e inalienables derechos universales» […] «Pacíficos, solidarios, fraternos e iguales antes las normas para la cohabitación civilizada» […] «Deploramos toda forma de violencia» […] «Pensamos que la consecución de la felicidad sólo es posible mediante los avances intelectuales, políticos, científicos, tecnológicos, la producción de alimentos, medicinas u otros artículos para el consumo masivo» […] «Repudiamos el adoctrinamiento político, religioso, militar u otros: por cuanto constituye un oprobioso y criminal instrumento para enajenar las psiquis de incautos, discapacitados o disfuncionales» […] «Bogamos a favor de la inmutabilidad de los Derechos Humanos» […] «Adherimos a la Razón Inmanente del Ser que siempre estará en pugna con la Irracionalidad del Bárbaro Innato»

La prolijidad «ambidiestra» de los profesos de la Barbarie Doctrinal Socialista se hace notoria cada vez que pujan, con ferocidad e irreflexiva determinación, para tozuda y sistemáticamente doblegar a los ciudadanos ante su maliciosa presencia en el Organigrama del Poder Político/Militar. Se publicitan como los «buenos de izquierda» (porque progresistas anti-capitalistas/imperialistas de marketing) al tiempo que criminan al pueblo por ellos empobrecido cuando les cuestionan el uso abusivo de los poderes públicos, el «Control y Apropiación Conspirativa/Marxsaurianas» de las riquezas nacionales.

Dicen odiar a uno o más «estados capitalistas», a esos que transfieren a las arcas de las repúblicas donde tiranizan los codiciados «próceres impresos imperiales» que abultan en sus alforjas (por conceptos varios, entre los cuales el combustible fósil) Se enriquecen sin importarles las penurias que, con inaudita arrogancia, sus «actos de gobierno» generan mientras presumen blindar su «Plan B de Impune Escape» tras nombrar a fiscales e írritos jueces de supremas cortes penales.

(XXVII)

Ni con plataforma fraudulenta los terroristas lograron «legitimarse» (2016)

«Hemos visto cómo el Bestiario logra persuadir a ciudadanos decepcionados para que le concedan el poder, y la Historia lo dicta. No está integrado por lindas ovejas, pero se maquilla muy bien: camina al modo como lo hacen las santas, parecieran irradiar luces. Pero es falible, cae abatido en el momento cuando más fortaleza y terror promete para obligarnos inclinar la cerviz ante su presencia»

Aun cuando los libertarios logramos triunfar en la convocatoria para elegir a quienes serán nuestros representantes en la Asamblea Nacional de Venezuela, estoy persuadido que no será fácil ni imposible desmontar la Plataforma Fraudulenta del Terrorismo Transnacional Enmascarado e instaurado en el país». En el curso de casi dos décadas, los ciudadanos hemos sido (con extrema crueldad y persistencia) ultrajados, amenazados, intimidados y empobrecidos.

Los principales organismos del Estado («poderes públicos») fueron desmontados para ser convertidos, por los impúdicos y soberbios, en «bases de operaciones criminales». Cofradía de mujeres y hombres con mentalidad terrorista que, de prisa, traicionarían la patria. Comenzaron el día cuando el Teniente Coronel «Verruga Muerta» recibía el mando de la república e, hipócritamente, «juraba defender al país» mientras calificaba «moribunda» a una constitución todavía no derogada.

Ese desalmado recibía, de modo legítimo, uno de los máximos poderes que concedemos quienes somos «mandantes» en un Estado: los ciudadanos propietarios, todos, sin distinciones de ninguna índole. Venezuela es y será, hasta el día cuando cada uno de nosotros «escinda», nuestra. Ninguno de nosotros merece trato de «indeseable extranjero» donde nacimos. Somos ciudadanos a quienes deben respetar y obedecer los «mandatarios»: cada cual que haya recibido un «mandato» (presidente, diputado, gobernador, alcalde)

El ciudadano es el «dador», el que «confiere», el auténtico poder en un territorio habitado por seres humanos. Que ningún maleante lo olvide de nuevo. No desestimen al auténtico poderoso. Mejor que, sin violentarse, los que han devastado inicien su retirada o entrega a tribunales para ser juzgados, y los que fueron elegidos restituyan la «Institucionalidad del Estado Venezolano». Exijo que ningún «novísimo» o «reelecto» representante de la Nación Venezolana repita las infamias de sus predecesores, porque pudieran ser revocados: que en ocasiones, por hartazgo del Vulgo o Infausta, hasta de un modo distinto al «sufragio».

(XXVIII)

¿Qué es un «golpe de Estado ejecutivo, judicial y militar»? (2016)

«El control totalitario de una república es una bien conocida atrocidad de antípodas del Juicio, un anhelo de sus también desquiciados adeptos y la tragedia de una Nación devaluada que tiene su bienestar y libertad naturales temporalmente en situación de secuestro»

Todos los «Golpes de Estado» tienen características en extremo repugnantes. Empero, el que experimentamos en Venezuela luce más «repulsivo» porque se ha urdido para (ad infinitum) mantenerse «en proceso»: lo cual le añade inquina, devastación y peligrosidad en perjuicio de ciudadanos desesperados por hallar salidas distintas a la «confrontación armada» de unos contra otros para no convertir la república en una gigantesca «fosa común» llena de cadáveres (obviamente de civiles sin preparación militar) Los fanáticos de las guerras destacan por sus «ademanes» de superioridad e infalibilidad entre perversos ciudadanos «adeptos de dictaduras», y opositores que buscan la restauración del «Estado de Justicia y Derecho». Sin embargo, al mando de repúblicas fustigadas, esos sujetos son incapaces de enfrentarse y se limitan a dar órdenes. Gustan activar el «Plan Masacrar a la Perrería» oprimida. Aun cuando los más fachudos jerarcas declaren que «dan sus vidas» por mantener tales regímenes, nadie los verá en combate jamás. En la «Era de las Redes de Disociados», los sediciosos mirarán desde bunkers (y hasta fuera de sus países) cómo los vecinos y quienes fueron amigos se desuellan: para expulsarlos del poder o mantenerlos, según proclives sean a las atrocidades de un sistema de gobierno o hacia su legítima liberación de un oprobioso sistema.

A partir de 1999, en Venezuela comenzó a gestarse la Primera Fase de un «Golpe de Estado» que los «hegemónicos» enmascaraban virtud a un enrarecido (dudoso, interesado, cuestionable) «apoyo popular» y la repartición «timadora» de miles de millones de próceres impresos imperiales norteamericanos al populacho parasitario: ello conforme a estrategias propias del «Comunismo/Socialismo Clásico». Gradualmente, la Casta Totalitaria fue apropiándose de los «poderes públicos» mientras exterminaba los medios de comunicación independientes e imparciales. En su Segunda Fase, arremetió contra la «Empresa Privada Nacional» para controlar el hambre de las personas.

Pero, sintiéndose estafado, vejado y picado como bestia de lidia en ceremonial dantesco de plaza de toros, el pueblo les retiró el apoyo electoral. Ante lo cual, el enquistado e ilegitimado gobierno optó por quitarle el antifaz a su estilo dictatorial de gobierno y desestimó las atribuciones constitucionales de una Asamblea Nacional electa a favor de libertarios (mujeres y hombres representantes que buscan restituir el «Estado de Justicia y Derecho»)

En su Tercera Fase (y sin ambages), la que fue una maquillada dictadura declara su «Golpe de Estado»: Ejecutivo, Judicial y Militar. El régimen pretende proseguir, tozudo y sin el consentimiento de la mayoría de los ciudadanos, mediante decisiones manipuladas e írritas de un Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) prostituido, su brazo mercenario armado integrado por generales corrompidos de la Fuerza Armada (FA, re-nombro, porque no es bolivariana) y el fraudulento Presidente de la República. Pero, los venezolanos lograremos enjuiciarlos y confinarlos en penitenciarías, porque es ahí donde merecen pasar el resto de sus días. No está en los venezolanos concederles «medidas sustitutivas de impunidad».

(XXIX)

SON CÍVICOS-MILITARES ENEMIGOS, LUEGO EXTIRPABLES TUMORES (2016)

«Sofocado, una y sucesivas veces miro y escucho en mi país de origen cómo quienes son presuntos principales de gobierno actúan al modo como lo hacen los antisociales y malvivientes: cobijados por un explícito «Estatuto Para Ultrajes Institucionales»

A ninguna persona en el mundo se le exige ser sabia para formar parte de una comunidad organizada. Pudiera instruirse o no, formarse en instituciones educativas o ser autodidacta. Pero, obviamente, necesitará adquirir conocimientos básicos y mínimas orientaciones «púdicas». No para que sea célibe o asceta: sus «preferencias y disfrutes sexuales/heroicos» (extravagantes o no, pero íntimos) no deben escrutarse convirtiéndolos en asuntos punibles, sino su «comportamiento social» porque muestra el «perfil» de su otra «moral» en el lugar donde resida. Si acata la Constitución y Leyes (es trabajadora, comunicativa, apacible, fraterna, cooperadora y respetuosa del otro) será reconocida como «digna».

No pueden ciudadanas o ciudadanos, mayores de edad y hábiles, postularse para ejercer funciones de «mandatarias»/«mandatarios»/ o «asambleístas» precedidos de «prontuarios criminales» e «instigaciones delictivas». Es inconcebible que lo hagan exhibiéndose «adherentes» de sistemas de gobierno fundamentados en un explícito Estatuto Para Ultrajes Institucionales (EPUI), la «Violencia Miliciana» o «Genocidio Discrecional/Selectivo» que en ningún estatuto aparece para ser aplicado. Empero, lo hacen sin que las poblaciones hallen alternativas no lesivas para impedirlo. Sólo tienen el sufragio, muy frágil, falible cuando está bajo la responsabilidad de forajidas y malhechores remunerados para urdir fraudes.

Por ello, miramos y escuchamos cómo ciertas funcionarias y jerarcas se jactan de ser imbéciles: pero, advirtiéndonos que igual «peligrosos» y «aventajados» por el «Ultraje Institucional» que los ampara. Les divierte transformarse en castigadores de sus rehenes. Actúan sin acato a constituciones y leyes arrogando ser los «principales de repúblicas» cuando, en realidad, nada distinto a quirúrgicamente extirpables y malignos tumores. Fístulas purulentas en cuerpos sociales a los cuales enferman, contaminan y joroban sin lograr matarlo.

Nadie jamás podrá exterminar a ninguna sociedad organizada, aun lesionándola de gravedad. La Historia registra que muchos y afamados comandantes/venenos de ejércitos lo intentaron. Fueron enemigos en los territorios que fustigaban y fortuitos de otras naciones, pero nunca tumores imposible de remover. La Humanidad tiene que sanarse sacándoselos.

(XXX)

Supremacía del dólar doctrinalmente investido de «socialista» (2016)

«Que un prócer impreso tenga investidura es antífrasis. Pero, su viabilidad no se la he concedido yo, sino ciertas mujeres y hombres prestidigitadores: esos mal famados que suelen, hábil e impunemente, robarlos a naciones para almacenarlos a su favor en hoyos, bunkers, bancos o baúles»

La fenomenológica instauración de «supremacías» al mando de territorios tiene un expediente histórico mucho más antiguo que el intento de los nazis por imponer su falaz y «aria» raza en el mundo, suceso que impactaría tan severamente a la Humanidad que en el curso del Siglo XXI todavía imaginamos los sufrimientos de millones de martirizados y el hedor que luego expelieron los promontorios de sus cadáveres en los campos de concentración o ghettos: donde los alemanes, gozosos, materializarían lo que se conoció como «La Solución Final» o exterminio masivo de judíos. Cierto: para ellos, fue divertida la convocatoria gubernamental para eliminar a personas absurdamente estigmatizadas por un persuasivo y con carisma demente que lideraba Alemania.

Cuando los seres aparencialmente humanos (se presume que «erectos», pero poco reflexivos y fervorosos materialistas) se organizaron en tribus y demarcaron territorios para protegerse en grandes familias, sin que ello tuviese relacionado con estar propensos a la praxis de la endogamia, lo hicieron para reglamentar cómo se vincularían con distintas e «incontaminadas» etnias, razas o asentamientos de mestizos en la iniciática y muy dinámica Mercadería más que en otros menos urgentes asuntos: como instruirse, desarrollarse en las disciplinas de las Artes y Letras, Experimentación Científica e Invención Tecnológica.

También es verdad que cuando el genio sobresalió entre la mayoría de individuos toscos u ordinarios, fue de inmediato reclutado para perfeccionar la Mercadería que gradualmente se convirtió en una «deidad»: con ejércitos que resguardan sus tesoros, jueces para la resolución de querellas mediante sentencias contenciosas-administrativas, aliados (dueños de respetables fortunas) deseosos de invertir y multiplicar sus activos e influencias. Entre 1789-1797 George WASHINGTON establecería, por decreto, la impresión del «dollar». Cuyo origen no es atribuible a EEUU, sino México (quizá por ello le fascina tanto a la gigantesca comunidad hispanohablante de nuestro tiempo)

Próximo a cumplir trescientos años de edad, el dólar ha sido investido «socialista» por la mal parida Supremacía de Prefabricados Progresistas propensa a instaurar y perpetuar el Terrorismo y Genocidio Doctrinal de Estado en Latinoamérica: ello gracias a los billones de «billetardos» estadounidenses que los inescrupulosos mandatarios con membresía obtienen del imperio financiero más poderoso, corruptor e inmenso jamás conocido en la Historia Moderna y Post Moderna del Mundo.

Permanentemente corvos a causa del peso de sus víctimas (que llevan adheridas a sus espaldas), poco reflexivos pero fervorosos materialistas, los de relevo generacional «amos» (o apropiadores del combustible fósil) no son sesudos ni anhelan una magnífica reputación intelectual o académica: porque -con los billetardos imperiales- compran a sectores de la «Cultura y Ciencias» que los maquillan para que no luzcan burdos, y mostrarlos carismáticos e intuitivos. Con el verbo y lujos, los mercenarios les ocultan sus rictus de forajidos que se auto-inmortalizan y auto-confieren rangos de «supremos» y «supremas» (con o sin charreteras) Quienes, además, son demasiado soberanos como para temerle a cortes internacionales o comisiones para la defensa de los Derechos Humanos. Integran una casta incontaminada y pura, la mal parida Supremacía de Prefabricados Progresistas. Hasta que se demuestre lo contrario, son «sempiternos». Prohibido equivocarnos: es [o] as, tales o cuales, lo son virtud a la Supremacía del Dólar Doctrinalmente Investido Socialista.

(XXXI)

El tricéfalo y salvaje «capitalismo» gemelo del «comunismo bestial» (2016)

«Nada que no sea invertir para lograr, rápidamente, gananciales de diversos tipos debería proceder más que el respeto hacia el Ser Humano: sus necesidades de alimentación, cobijo, asistencia social y trato digno cuya insatisfacción o ausencia en legislaciones le causan tantos e inmerecidos sufrimientos»

Así como no existe ningún organismo vivo que no sea mutante, tampoco ninguna doctrina está exenta de experimentar transformaciones. Tres son las vertientes perceptibles:

PRIMERA.-

«Capitalismo Privado Postmoderno»

SEGUNDA.-

«Capitalismo de Gobierno Populista»

TERCERA.-

«Capitalismo Mayor y Menor Especulativo»

El Capitalismo Privado Postmoderno consiste en invertir más en tecnologías que en mano de obra: elige formas de multiplicar ganancias sin las exigencias y riesgos que comporta la contratación de tantos trabajadores. Por su desempeño, las máquinas avanzadas constituyen su mejor opción para producir sustituyéndolos. El Ser Humano es colocado en situación de minusvalía.

En cuanto al Capitalismo de Gobierno Populista, sólo es posible su instauración cuando un país cuenta con abundante materia prima, fortuita y de gran demanda internacional (combustible fósil, minerías y, curiosamente, mercenariado de la «Industria Bélica») Esa forma de «mercadería» genera lo que defino Parasitismo de Estado.

Bajo regímenes de gobierno donde se impone, el ciudadano sobrevive sin ambiciones ni proyectos personales en materia educativa o producción: de alimentos, inmuebles, ciencias, tecnologías, artes. En la actualidad, quienes dirigen repúblicas sometidas al Capitalismo de Gobierno Populista enfocan las actividades económicas en: la exportación de petróleo, compra abominable de armas para el entrenamiento de individuos que ejercerán la violencia política (con la cual nadie come ni se cura) y propaganda.

El Capitalismo Mayor y Menor Especulativo surge de la enfermiza improductividad de una Nación. En poblaciones propensas al parasitismo, la escasez fortalece la aparición de grupos de «inversores/especuladores» para quienes la compra/venta de productos de gran demanda deviene en estafa.

Adam SMITH (1723-1790), fundador del Capitalismo Salvaje (fusión de «capital»/«monto» e ismo/«tendencia») y que nació gemelo con el Comunismo Bestial, no habría sospechado o imaginado nada sobre las bifurcaciones hoy perceptibles en su Fenomenología Financiera Fundamentada en la Oferta y Demanda. Que siempre ha tenido por fin último el triunfo de la avaricia, codicia y egoísmo: presentes en la lucha del «capitalista» o «comunista» (según los casos) por la consecución del poder, notoriedad.

Se trata de una incesante dinámica económica que puja por revertir o desconocer Derechos Laborales. Sus comportamientos extremistas sí los unen y delatan. El pugilato entre «capitalistas» o «comunistas» con quienes somos «asalariados» es indetenible porque, para el Fundacionismo de la Barbarie, los seres humanos semejamos a «lastres». Luego disertaré sobre otra vía fuera de las «bifurcaciones descriptas», quizá «única» en pro de la trascendencia de nuestra especie: el Magnanimonianismo.

(XXXI)

¿Qué es el «medalaganismo»? (2016)

«Yo gobernaré donde y hasta cuando me de la gana. Nadie, dios o mortal, me derrocará, rescindirá poderes u obligará dimitir. Me declaro propietario del territorio que domino u ocupo con mi ejército, sus instituciones y personas, porque soy todo cuanto existe»

En el curso del Milenio Dos Mil, una de los mayores anatemas que la Humanidad enfrenta es aquella según la cual «todos somos presuntamente inofensivos» hasta cuando se nos demuestre el «oculto canalla» que impulsa nuestros actos. Pocas veces estamos dispuestos a exponernos pillos, aun sabiéndolo. Pero, algunos se miran y no advierten cosa distinta a ser admirables [anti] «héroes». Cualidad de quienes confrontan a personajes de «historietas» o «comics» que, en ciertos instantes de sus vidas, lo impactarían. Inclusive, previa irrupción y triunfo tecnológico de quienes propugnan la «Comunicación Global». La figura del antihéroe es una forma superior, revolucionaria, del otro «igual forajido» por principialismo.

Durante los tiempos de monarquías, la opinión de los pueblos no «procedió» en materias públicas relacionadas con la administración/conducción de territorios con reconocido status jurídico internacional. No obstante, en pocos lugares todavía se refieren a tales como asuntos de «coronas imperiales» (Inglaterra y España, por ejemplo) Pero: la Doctrina Medalaganiana que gobernaba con «fuetes», «instrumentos de tortura» y «escupefuegos» trascendió rufianesca. Sin embargo, la puja de jurisconsultos ha sido positiva para el desarrollo de las naciones cuando (gradualmente) los ciudadanos son conscientes de su protagonismo y derechos universales.

En el Ámbito Político Mundial, el «Medalaganismo» es una monserga pariente de esa del célebre del monarca Luis XIV: quien, a la edad de dieciséis años, estuvo persuadido que Él era la Institucionalidad del Estado Francés y no su representante jurídico. Insólito que, ya en el Siglo XXI, todavía tenga vigencia en el Bestiario que cuida sus apariencias.

Como cualquier régimen terrorista, el «Medalaganismo» rige tras blindarse con tropas mercenarias. Cuando «terratenientes», «embuchados/henchidos de mal habidos billetardos», «mafiosos» o «legales capitalistas», que todos inescrupulosos, comienzan a experimentar goce al infligir (daños físicos, psicológicos y vejámenes de todo tipo), los pueblos advierten estar sojuzgados u oprimidos por militantes del Medalaganismo.

A sus profesos/adeptos/adhesos placen las paradas militares, que jamás ninguna persona civilizada debería saludar con ovaciones porque son [lastres] residuos de las malas conductas que los tiranos/criminales exhibieron desde épocas casi inmemoriales: sus propósitos fueron (y, en la actualidad, son) la intimidación o anuncio de campañas genocidas. Siempre que al déspota «le dé la gana» exhibirá apertrechados regimientos en las principales calles de su república.

(XXXIII)

El «magnanimoísmo» (2016)

«Si es pensante, el Hombre no puede pugnar en pro de cosa distinta al Bien que no es constipado. No debería abatir adversarios, sociópatas o antisociales de formas que no sean: el discernimiento, reproche, escarnio público e imputación. Es una criatura magnánima, aun cuando la más tentada a revertir sus cualidades»

En el curso del Siglo XXI, estoy vivo y me hallo entre los miles de millones de testigos que perciben cómo la «tolerancia» y «violencia» de unos y otros seres, más o menos humanos, parecieran opciones sujetas extremos de una invisible cuerda tensada en la Centrípeta del Caos donde está inmersa la Humanidad. Los adherentes de la Violencia Lúdica no son predadores natos: se infiere necesitan matar de cualquier forma, tesis que rechazo por cuanto a toda criatura mueve un aprendizaje básico. Empero, en el torbellino de escombros que desafían la Ley de Gravedad estamos los profesos de la Existencia Pacífica que bogamos a favor del «Magnanimoísmo»: la «fraternidad», «igualdad ante legislaciones sobre derechos/deberes», la «paz», «cooperación», «crecimiento cognitivo de epígono» y «abolición de las armas letales».

Frente a la insolencia fortuita que gobernare, propugno el Magnanimoísmo (del Latín «Magnánimus», grande o generoso; e «ismus», doctrina o tendencia) Abundan hipócritas que fomentan la salvación del Planeta Tierra cuando sus prontuarios advierten respecto a sus actos genocidas. Cómo alguien declara estar preocupado por los sucesos azarosos de la Naturaleza sin mencionar que existe porque igual nosotros. Cada Ser Humano que muere la extingue. Desde mis días de infante, he persistentemente lucubrado sobre si la realidad (Mundo) nació conmigo o no. Si eso que entendemos por antepasado vive en cada uno de nosotros, sus dolientes de este tiempo, entonces nuestra irrupción en el espacio vacío fue simultánea.

Los seres racionales experimentamos la urgencia de probarnos superiores. Es iniquidad que estemos aquí, en esto, para exterminarnos o fundar supremacías que aventajen: cúpulas de apertrechados proclives a flagelar y dictar penurias al «resto» (que conforma «la mayoría») El Magnanimoísmo tiene, entre sus propósitos, obstruir los afluentes del Barbarismo: de la impenitencia política-doctrinal nacida para cometer y devastar. Cierto: todos experimentamos situaciones en la vida que lucen extremas, pero hay un cabo. Somos pasajeros en un barco que pareciera navegar sin capitán, océano adentro y desde cuya proa no se perciben costas. Sin embargo, como quiera describamos ciertas e inevitables tribulaciones, nada importa más que el Ser Humano y su circunstancia. Salva y exculpa que fomentemos condiciones para nuestro progreso mediante la cohabitación inspirada en la quiescencia, desarrollo intelectual, artístico, científico, tecnológico y humanístico […]

(XXXIV)

[INTER] MEDIARIO (2016)

«Si presumes de mediador, entonces será por tu arbitraje: que jamás adhesiones»

Cuando las instituciones fundamentales de una república que debería ser conducida con respeto al «Estado de Derecho» son alevosa y premeditadamente deterioradas, ¿qué sucede? La respuesta es obvia e indiscutible. Es presa de: la inestabilidad política, el pillaje, desorden público y crimen. La pertinencia de las sociedades se debe a normas (constituciones, leyes) para la convivencia o cohabitación pacífica entre individuos miembros.

Quien [inter] «media» no debe castrar ni acallar las voces de personas o grupos en «faenas discordiatóxicas» causadas por comportamientos irregulares que adquieren dimensiones letales, pero tiene entre sus atribuciones exigir a partes acudir a envites conciliatorios predispuestos suscribir tratados de paz. Para que la haya [inter] «mediación», cada cual mostrará su identificación personal, aparte de la Constitución y Leyes que debieron regir su conducta pública: documentos que, previo, el árbitro ha también estudiado rigurosamente.

Partes: 1, 2, 3
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