Ezequiel es uno de los seis hijos de la pareja Zamora – Correa, los otros fueron dos varones: Antonio José y Gabriel, y tres hembras: Genoveva, Raquel y Carlota.
1. De huérfano menesteroso a boyante pulpero
Luego de la muerte del padre, la familia se traslada a Caracas, donde Ezequiel y sus dos hermanos Antonio y Gabriel efectúan – subsidiados por el Concejo Municipal – estudios de primeras letras en la escuela lancasteriana Bolívar regimentada por el maestro Vicente Méndez. Allí, el futuro caudillo federal recibirá los rudimentos del conocimiento propios de la formación inicial en aquella lejana III República, a saber: leer, escribir, conceptos básicos de matemática y gramática, y doctrina cristiana. Son sus condiscípulos de entonces Manuel María Echandía, Pedro Medina, José Miguel López y Carlos Dávila, quienes persistirán en el afecto y el quehacer futuro de Zamora.
Laureano Villanueva, el biógrafo por antonomasia de Zamora, señala que desde niño se inclinó a:
"ejercicios corporales, especialmente a la lucha, la natación, la carrera y la equitación: caminaba leguas a pie, y trepaba las montañas sin fatigarse: con lo cual perfeccionaba su fuerza natural, y adquiría agilidad y destreza en sus movimientos y acciones." Así va espigando el futuro Valiente Ciudadano, quien es físicamente descrito por Villanueva como: "alto y delgado de cuerpo; de ojos azules y mirada viva y penetrante: sus facciones se marcaban y distinguían por líneas bien definidas que daban a su rostro por sus pómulos agudos, su nariz recta, su barba firme y saliente, su frente descubierta y bien modelada, una vigorosa expresión de inteligencia, altivez y energía (.) A los dieciocho años ya se notaba la prominencia de la parte superior de la cabeza, signo frenológico del carácter indomable y de la virtud de la perseverancia." (Villanueva, 1955, 11).
Años después, en la Gaceta de Venezuela 895 del 2 de enero de 1848, se lanza una requisitoria contra Ezequiel Zamora, quien es físicamente descrito así:
" Pelo rubio, pasudo y bastante poblado, color blanco y algo catire, frente pequeña, ojos azules y unidos, nariz larga perfilada, nuca pequeña y algo sumida, labios delgados, barba roja y escasa, estatura regular, cuerpo delgado, muy junto de muslos y piernas manetas y cubiertas de un vello áspero, los pies son también largos y flacos: es de un andar resuelto."
La madre Paula Correa, recia de carácter y muy apegada a Ezequiel quien velaba pródigamente por ella, el esposo de su hermana Carlota, el alsaciano Juan Gáspers y José Manuel García Correa, primo y esposo de su hermana Genoveva, contribuyen ampliamente a la formación de la personalidad del futuro hombre de armas. En especial Gáspers quien es descrito un tanto épicamente por Brito Figueroa:
"un francés aventado a América por la represión antidemocrática que se generaliza en Europa, especialmente en Francia, después de la Restauración. Como tantos otros revolucionarios europeos, Juan Gáspers emigra a América, huyendo a la reacción feudal – absolutista y atraído por la lucha que libran las naciones hispanoamericanas contra la dominación colonial. En Venezuela, Gáspers es un venezolano más y confundido con nuestra igualitaria población participa en sus luchas, comparte las inquietudes y anhelos del pueblo. El alsaciano introduce a Zamora en un mundo desconocido, labor para la que la está suficientemente dotado, se trata de un hombre de ideas democráticas que ha participado en las luchas revolucionarias del pueblo francés." (Brito Figueroa, 1981, 33).
En lo concerniente a la influencia de su primo y también cuñado García Correa sobre el joven Zamora, Villanueva señala que:
"su maestro fue realmente el Doctor García, varón doctísimo y amable, que popularizaba dentro y fuera de la Universidad de Caracas, los fundamentales principios del Derecho romano, de la filosofía moderna, y de la política de la igualdad; cuyos consejos y lecciones, floreciendo en el entendimiento del joven Zamora, de natural fácil y claro, explican su educación moral, y la precisión y firmeza con que sostuvo siempre los derechos del pueblo." (Villanueva, 1955, 11).
Hacia 1838, el joven Zamora comienza en la Villa de Cura de sus ancestros, la carrera de comerciante. Así pasó de dependiente de pulpería a socio industrial, para luego establecerse por su cuenta y riesgo, y administrar una bodega de su propiedad. Manuel Donís Ríos sintetiza esta secuencia que llevó a Zamora de dependiente a propietario de su pulpería sita en calle Real de Villa de Cura:
"Una vez en Villa de Cura se hizo socio de la casa comercial de Daniel Scotto y como pequeño comerciante y prestamista que fue (llamados despectivamente, canastilleros), se ajustó – y saco beneficio – a las condiciones establecidas en la Ley de abril de 1834, la cual concedió el derecho a los acreedores de rematar las propiedades y bienes; incluyendo las deudas y esclavos de los deudores, para hacer efectivo el pago en caso de que éstos no cancelaran en el plazo establecido (.) La sociedad con Scotto se disolvió y el nuevo socio fue Gabriel Rodríguez. La Sociedad Rodríguez Zamora duró hasta marzo de 1844, año en que Ezequiel se independizó y montó negocio propio." (Donís, 2007, 17).
Sus conciudadanos siempre reconocieron la seriedad personal y la responsabilidad comercial del pulpero Zamora, lo que le valió además de una incuestionable reputación, la posibilidad de diversificar sus actividades comerciales y diversificar sus nexos tanto hacia los llanos y las poblaciones aragüeñas y mirandinas cercanas a la Villa, lo que lo lleva a ampliar su visión de mundo y a conocer mejor a sus semejantes. Como bien lo recoge Adolfo Rodríguez, uno de sus mejores biógrafos:
"El otro mundo llegaba en toda esta mercancía, quesos de mano, guruperas, jabón de tierra, pólvora, tabaco, aguardiente, vino blanco, manteca en botijuelas, bacalao, acemitas, bizcochuelos, café de primera, frascos de agua colonia, cochino, tapas de suela, papelón real a real, cinchas de burro, tabaco e tripa, pimienta guayabita, garbanzos, telas de zaraza, chigüire, sombreros de pelo, carato, cada uno marcado por quien viene a ofrecerlos o por quienes los compran. Oscuros emisarios de la montaña o de los llanos de Tiznados. Presentados por quién sabe quién en sus largas caminatas a pie, o en los ejercicios de equitación, ascendiendo estos riscos, tras el venado, o el báquiro, ya que cazar es también su afición." (Rodríguez, 1977, 43).
2. De miliciano popular a Elector Provincial
El correcto pulpero Zamora, en cumplimiento de las disposiciones puestas en vigor por Carlos Soublette, ingresa, sin planteárselo, a la Milicia Nacional como oficial en virtud de su ascendencia ciudadana y de una particular alteración del orden público en circunstancias de una sanguinaria epidemia local, el "bómito negro".
En la milicia, el ahora oficial Zamora tiene la ocasión de ejercer sus habilidades físicas como buen jinete y deportista, así como las del militar en ciernes y conductor de gentes. Manuel Landaeta Rosales narra los hechos y circunstancias de esta inesperada y primigenia designación militar del futuro General del Pueblo Soberano:
"En junio de 1844 reinaba la más horrorosa fiebre en los valles de Aragua y Ciudad de Cura estaba lóbrega porque sus moradores habían huido a los campos en demanda de salud, y sin reparar en esta calamidad pública, Juan de Silva y los hermanos Siso, el primero vecino de aquella ciudad y los otros de La Victoria, reúnen en el sitio de Los Colorados, cerca de dicha Cura, en la noche del 11 de aquel mes, un grupo de hombres, y en la mañana del 12 asaltan la cárcel, cuyos presos custodiaba el alcalde José Torres, dando libertad a aquellos criminales, y proclamando luego extinción de impuestos y otros desatinos propios de unos locos. En este estado, la autoridad del lugar, señor Manuel Orta, Jefe político del cantón Cura, llama a las armas en defensa de la sociedad a varios ciudadanos y entre ellos, y a las órdenes del Comandante Rafael Carabaño padre, va Ezequiel Zamora, como de los primeros que se presentan al llamamiento de la Patria, marchando en persecución de aquellos facciosos que huyeron hacia los Valles del Tuy." (Landaeta, 1961, 38 y 39)
Zamora va ganando ascendencia y credibilidad entre sus vecinos y nuevos correligionarios liberales, se convierte rápidamente en natural y reputado candidato a elector de la Asamblea Provincial por el Cantón de Cura. Brito Figueroa comenta los efectos y resultados de esta postulación:
"El triunfo de Ezequiel Zamora era evidente en razón de sus luchas en pro de la masa general de la población, pero su presencia en la Asamblea (de Electores) constituía un serio peligro social para las clases dominantes, sus opiniones reflejarían la opinión de las masas rurales, que con la derrota de la oligarquía deseaban obtener los derechos de ciudadanía y de liquidación del monopolio sobre la propiedad de la tierra; la presencia de Ezequiel Zamora en la Asamblea de Electores dificultaba cualquier tipo de solución conciliatoria con los prohombres del régimen conservador de las que tanto gustaban a los políticos amarillos. En razón de estos hechos los personeros del Estado usurero – latifundista recurrieron a toda suerte de maniobras para invalidar la inevitable elección de Ezequiel Zamora, que simbolizaba el triunfo de las aspiraciones del campesinado y de la población oprimida de los centros urbanos (.) Para los terratenientes y acaudalados usureros la propaganda electoral realizada por Zamora constituía un delito que ameritaba sanción." (Brito, 1981, 81 y 83).
Y así aconteció, el Tribunal de la Ciudad de Cura prontamente falló:
"En nombre de la República de Venezuela, por lo que resulta de estas actuaciones, y por lo que consta a los miembros de esta junta, acerca de que apareciendo Ezequiel Zamora en una de las listas para electores de este Cantón, se ha recomendado a sí mismo y exigido sufragios para sí, se declara que son nulos y de ningún valor los votos que se han recibido a favor del expresado Zamora; declarándose asimismo que éste no puede sufragar; todo de conformidad con el artículo 46 de la Constitución …"
Enfurecido, Zamora – suspendido también por cuatro años para ejercer sus derechos ciudadanos – se abalanzó contra los jueces, abofeteando a dos de ellos, lo cual le costó su arresto, y la decisión de consagrarse a la construcción de un destino que ya no tendría nada que ver con la bodega de la Calle Real y sus vicisitudes. Así, un Zamora enardecido – ahora frustrado elector y bodeguero retirado – marchó a Caracas en busca de apoyo familiar y asistencia jurídica. En efecto, de acuerdo con Adolfo Rodríguez "ya Zamora veía imposible su retorno a la bodega. Ha sido atrapado por la corriente más turbia de la política nacional y su temperamento no lo ayuda a zafarse." Donís precisa:
"Zamora regresó a su bodega, pagó todas las deudas, acordó con sus empleados cómo manejar el negocio, dispuso los recursos para cuando Paula los necesitara y se vino a Caracas. Pasó por San Pedro de los Altos el 23 de agosto, en compañía de Manuel Ibarra (.) En la capital se alojó en casa de su hermana Genoveva (.) y no se movió de Caracas hasta el 1 de septiembre, cuando decidió acompañar a Antonio Leocadio Guzmán, camino de su entrevista con José Antonio Páez (…) Terminaba sin saberlo una etapa de su vida, la del pulpero y próspero comerciante, e iniciaba otra en la que se estrenaría en el oficio de las armas y como líder popular." (Donís, 2007, 28).
3. De convencido Liberal a General del Pueblo Soberano
El bodeguero Zamora, antes de dejar de serlo, tuvo mucho tiempo y ocasión para reflexionar sobre el acontecer del país a través de las lecturas de los periódicos, gacetas, diarios y semanarios que el Partido Liberal y sus seguidores repartían a lo largo de la geografía nacional, vía las Sociedades Liberales.
Laureano Villanueva afirma que no se puede conceptuar a Zamora sin conocer bien su tiempo que coincide con la aparición, en 1840, del Gran Partido Liberal, cuyos postulados y principios programáticos iban a influir vivamente en el futuro Cuadillo Liberal. En este sentido, recordemos que el Gran Partido Liberal, también conocido como Partido de la Oposición Constitucional, en los campos civiles, sociales, políticos y sociales sustentaba, en esencia, estos16 postulados:
Cumplimiento rígido de la Constitución y las leyes.
Efectividad del principio de alternabilidad en el desempeño de los empleos públicos.
Creación de dos grandes partidos nacionales para garantizar las libertades públicas.
Difusión de las prácticas republicanas de examinar libremente, por medio de la prensa o en asociaciones públicas, todo lo que pudiera afectara a los intereses de la comunidad.
Reprobación de los crímenes individuales y de apelar a la fuerza para resolver las cuestiones políticas.
Aplicación de todas las influencias legales de los partidos para llevar a cabo el proceso de elecciones.
Nombramiento para las Cámaras Legislativas de hombres ilustrados, patriotas, probos, independientes y dignos de la confianza del pueblo, como legisladores ortodoxos en el dogma liberal.
Disminución de las contribuciones públicas.
Independencia de la Iglesia, del Poder Judicial, de la Universidad y los Colegios.
Responsabilidad de los empleados.
Auxilio a las industrias.
Abolición de la ley del 10 de abril de 1834.
Guerra al Banco por sus monopolios y privilegios.
Leyes de retiro para los Próceres, y de montepío para sus viudas e hijas.
Ley para organizar la Milicia Nacional.
Comentario aparte merece lo relativo a la Ley del 10 de abril de 1834 fundamentada en el celebérrimo principio de Libertad de Comercio, por medio del cual las partes contratan directamente sus transacciones. De acuerdo con la ley, las partes convienen libremente que en caso de incumplimiento del contrato, puedan rematarse los bienes del deudor por la cantidad que obtengan en subasta pública y pasar a ser propiedad del acreedor al momento de subastarse. De acuerdo con Medina, esta ley favoreció también a comerciantes y prestamistas extranjeros, quienes:
"amparados por la no fijación de de la tasa de interés, acrecentaron a ritmo acelerado sus actividades especulativas, percibiendo ganancias insólitas a costa de los pequeños, medianos y hasta grandes propietarios, que en ocasiones vieron sus fincas y haciendas en pública subasta a precios verdaderamente irrisorios." (Medina, 1978, 11)
Es de hacer notar que, en su momento, la sociedad Scotto y Zamora, como prestamistas (canastilleros) y en cumplimiento de esta repudiada ley, cobraron la deuda que el hacendado Mateo Cerpa tenía contraída con ellos, rematando a su favor las propiedades del deudor. Rodríguez recuerda que en lo relativo a la ley y al futuro General del Pueblo Soberano:
"Zamora es un pequeño comerciante, que comienza apenas como socio de Scotto, quien seguramente no es tampoco "un canastillero". Lo cual significa que los dos no practiquen los métodos usureros de éstos: prestar a los "cosecheros", e imponerles las condiciones de la Ley del 10 de abril. Y hasta llegar al caso de hacerles rematar sus haciendas. Y obtener en pago de deudas y también esclavos, como hizo Zamora el 7 de enero de 1841." (Rodríguez, 1977, 38).
Rápidamente los planteamientos del Partido Liberal comienzan a ser difundidos a través de Informes del propio Partido, de las Sociedades Liberales y de la prensa liberal que comienza a ser utilizada como fecunda arma política. Antonio Leocadio Guzmán, el liberal por antonomasia, crea El Venezolano, que prontamente es secundado por otros medios impresos como El Patriota, El Torrente, El Republicano y Las Avispas, El Zancudo, El Sin Camisa, etc. con el fin de difundir el ideario liberal. Zamora los leía con atención en su bodega de San Luís de Cura, tal como lo confesó abiertamente ante los tribunales, cuando afirmó que nutrió su pensamiento liberal "con la multitud de papeles que salían de la prensa llamada de oposición o liberal, que ahora conozco por lo que he sabido eran sediciosos; papeles a cuya lectura me entregué con ardor, comencé por desatender mis ocupaciones ordinarias."; y para ser más explicito declaró a la pregunta "¿Cuáles eran los papeles a cuya lectura ha dicho U. que se había entregado?" Respondiendo tajante: "El Patriota, Las Avispas, El Zancudo, El Diario, El sin Camisa, La Centella, El Rayo, El Venezolano y otros muchos que venían a mis manos de Valencia y otras partes."
Durante su viaje a Caracas, Zamora tiene ocasión de enterarse en detalle de la difícil situación política planteada en la capital en contra de los intereses de los liberales comandados por Antonio Leocadio Guzmán:
"Días antes, el 20 de agosto, la mayoría conservadora que ilegalmente dominaba el Concejo de Caracas se abrogó el derecho de calificar a los electores y había anulado los registros de San Diego, Macarao y La Vega. Y se hablaba de una salida honrosa a este tenebroso sendero de la lucha política, a instancias del General Páez, quien desde su retiro en su hacienda La Trinidad de Maracay, habría comunicado sus deseos al General Mariño, a fin de que sirva de intermediario ante Guzmán. De modo que a fines de mes ya está constituida la comisión de liberales que acompañará al candidato presidencial hasta La Victoria." (Rodríguez, 1977, 80).
Y Zamora formó parte de esa comisión de liberales que debía acompañar a Guzmán a una reunión que nunca se celebró. En efecto, las circunstancias cambiaron de manera radical. El gobierno conservador decidió no pactar, nombró Comandante en Jefe del Ejército al General Páez, echando por tierra el encuentro y propiciando el pronto retorno de un frustrado Guzmán a Caracas.
A su vez, una montonera de aparente tinte agrarista, amparada en la bandera liberal, comienza a gestarse bajo el mando de Francisco José Rangel, El Indio, y de Ezequiel Zamora.
El Indio Rangel, antiguo combatiente en la Guerra de la Independencia, armó el 1º de septiembre del 46 una pequeña facción de hombres equipados con fusiles, tercerolas, trabucos y lanzas enastadas, bajo la consigna de "tierras y hombres libres", con el corolario de que había que acabar con los oligarcas – pícaros mamantones – que demandaban la tierra sólo para ellos.
Así comienza la llamada Revolución de 1846 que según los estudiosos de la misma tuvo más bien su génesis en la frustración política derivada de las manipuladas elecciones del 46, y no tanto en profundas razones ideológicas de corte agrarista a lo Emiliano Zapata, como otros han querido sostener:
"Sus primeros gritos de rebelión urgían explícitamente a los liberales a levantarse en armas. Zamora gritaba "¡Viva el pueblo soberano!" y declaraba la guerra a los oligarcas. La insurrección no poseía un programa económico o social claro y su bandera sólo expresaba elección popular, principio alternativo, orden y horror a la oligarquía, proposiciones que el Partido Liberal había presentado desde 1840. La ideología de la revuelta tenía un sentido muy rudimentario, siendo más una reacción política violenta contra la concentración y el abuso de poder que otra cosa (.) No se exigió tierra para los desposeídos y las propiedades de los hacendados no fueron repartidas entre los campesinos, sino más bien como botín de guerra entre los rebeldes. Éstos actuaron más como invasores que como reformadores sociales." (Donís, 2007, 35).
A esta asonada popular iniciada por el Indio Rangel se suma Zamora el 7 de septiembre en la Sierra de Carabobo, donde es nombrado General del Pueblo Soberano, y es también conocido como Jefe del Pueblo Soberano. En relación con estas denominaciones o "nombramientos", uno de sus más recientes biógrafos comenta:
"Adolfo Rodríguez señala – y así lo hemos constatado – que Zamora sólo firmó como Jefe del Pueblo Soberano o General del Pueblo Soberano en dos documentos (.) y en un Despacho del 22 de septiembre (.) Advierte que en alguna otra correspondencia de esos días – desaparecida quizás – pudo firmar de igual modo, pero antes de que finalizara su aventura guerrillera de 1846 – 1847 ya había prescindido de "tal autocalificativo (.) tal ves por burlas de sus mismos hombres" (.) Es probable que no haya sido un autocalificativo y en realidad fueron sus seguidores quienes le otorgaron tan honroso título, pero lo cierto es que Zamora no volvió a utilizarlo." (Donís, 2007, 43).
Enrolado en la Revolución de 1846, Zamora, el brevísimo General del Pueblo Soberano, desde el 7 de septiembre de 1846 hasta el 26 de marzo de 1947, realiza una serie de acciones armadas – exitosas unas, fallidas otras – en los que pone en juego sus recién estrenadas dotes militares y su reconocida valentía personal.
El 26 de marzo de 1847, el Jefe del Pueblo Soberano pone involuntariamente fin a su pasajero mando popular y soberano, al ser hecho prisionero, para ser luego juzgado por varios delitos incluyendo el del asesinato de Andrés Fuentes en la quebrada de Los Bagres, condenado a la última extinción, conmutado de la pena de muerte por presidio, liberado por la fuerza de la cárcel y finalmente amnistiado de todo delito por el Presidente de la República.
Landaeta Rosales resume estos acelerados y rocambolescos sucesos:
"Zamora es hecho prisionero el 26 de marzo de 1847 (.) El Tribunal de 1ª Instancia residente en Ciudad de Cura (.) le condenó a pena de último suplicio, el 27 de julio de 1847: Pasada la causa a la Corte Superior del Distrito (.) confirmó la sentencia el 6 de septiembre siguiente. Elevado el proceso finalmente a la Corte Suprema de Justicia (.) confirmó en tercera instancia el 28 de octubre siguiente las sentencias anteriores (.) Luego el general José Tadeo Monagas, Presidente entonces de la República, conmutó a la pena el 5 del siguiente noviembre, en la de 10 años de presidio en el cerrado de Maracaibo (.) Y al irse a ejecutar la sentencia de presidio contra Zamora, logró ayudado desde Caracas por su cuñado el doctor José Manuel García y personalmente por sus hermanos Gabriel y Antonio José Zamora, su cuñado Juan Gaspar y su sobrino Alejandro Tosta, evadirse de la cárcel de Maracay, donde se le tenía detenido y no en Villa de Cura, de donde se le había trasladado por desconfianza de sus copartidarios y amigos (.) Evadido Zamora de la prisión (.) Zamora se aleja de Maracay y se sitúa en el pueblo de El Hatillo, dos leguas al Este de Caracas, donde permanece bajo nombre supuesto, sin que nadie se aperciba de quien es verdaderamente (.) Después del acontecimiento del 24 de enero de 1848 en el Congreso, el mismo general José Tadeo Monagas, Presidente de la República y Jefe del Partido Liberal, con facultades legislativas expidió una amnistía general para todos los delitos políticos de elecciones y de imprenta, y Zamora como otros tantos, quedó exento de toda culpa y pena." (Landaeta, 1961, 45, 46 y 47).
El ahora absuelto Jefe del Pueblo Soberano regresa a la ansiada libertad para perfeccionarse en los hechos militares y en los lances del amor.
4. De Jefe Militar de los Monagas y feliz consorte de una Falcón a exiliado liberal en Curazao.
Oportunamente amnistiado, el Jefe del Pueblo Soberano inicia una nueva carrera de armas bajo el comando oficialista de los dos Presidentes Monagas, el "Monagato": de José Tadeo – a quien le debe la vida – y de José Gregorio a quien le debe buena parte de su exitosa carrera militar, y a quien una vez, en carta colectiva de apoyo, calificó como: "jefe tutelar de la libertad, contraste incomprensible de poder y desinterés. Mimado de Marte y de Minerva."
Una vez más, los hechos políticos impulsaron los actos militares del fiel y rústico liberal Ezequiel Zamora:
"lanzado a la guerra civil en 1848 el partido que se llamó oligarca, Zamora estaba señalado de antemano para ser su contendor, dados sus servicios y sus sufrimientos por la Causa Liberal. Se le llamó al servicio de las armas con el carácter de Primer Comandante de milicias." (Landaeta, 1961, 47).
Inicia así el fugaz General del Pueblo Soberano una creciente carrera militar que en una década lo llevará de Primer Comandante de Milicias en Barinas a Jefe de División en Carabobo, para luego, con el rango de Coronel, ser designado Comandante de Armas de la Provincia de Maracaibo. Ascendido posteriormente al rango de General de Brigada de los Ejércitos de la República, Zamora es designado como Comandante de Armas de las Provincias de Guayana, Barcelona, Cumaná y de la Península de Paraguaná, donde estuvo hasta mediados de marzo de 1858 cuando entregó sus armas a favor de los vencedores de la Revolución para tiempo después partir al exilio en Curazao. Brito Figueroa, en personal conclusión, afirma que:
"Los años comprendidos entre 1848 y 1855 constituyen un periodo significativo en la formación ideológica de Ezequiel Zamora: amplia sus horizontes intelectuales, estudia los problemas militares desde el punto de vista teórico, comprende la fundamentación política del programa tierras y hombres libres, descubre los nexos existentes entre este programa y el programa de los insurrectos de junio de 1848, en París." (Brito Figueroa, 1981, 253).
Esta fulgurante carrera militar de Zamora al servicio de los Monagas se ve interrumpida entre 1849 y 1851, cuando Páez después de ser derrotado, capitula y es hecho preso en Macapo el 15 de agosto del 49, luego de la derrota inflingida por las tropas comandadas por le General José L. Silva. En esta ocasión:
"El Gobierno Nacional desaprobó el convenio celebrado por Silva con Páez, y se declaró a éste prisionero de guerra en unión de sus otros compañeros, tocando a Zamora conducir preso a Caracas al dicho General Páez. Más después de enviar a este General preso al Castillo de San Antonio en Cumaná, Zamora no aceptó el puesto de Jefe de las armas para custodiar aquél y se retiró a la vida privada, dedicándose al ramo mercantil a que siempre tuvo aficiones desde su juventud." (Landaeta, 1961, 50).
Villanueva, por su parte, complementa la información sobre las actividades mercantiles llevadas a cabo por Zamora en Coro:
"En los últimos años de la década renunció a la Comandancia de Armas de Cumaná y se retiró a Coro a fundar una propiedad agrícola. Formó un hato en Maguay, a once leguas de Coro hacia La Sierra, y la hacienda de La Caridad a 9, enriquecida por él con un ingenio valorado en 40.000 pesos (.) Fomentó, además los bienes que su consorte había heredado de su padre: Consagrado a estas labores de honrado y activo agricultor pasaba su vida en Coro cuando vino a sorprenderle el levantamiento de Carabobo y otras provincias del centro en marzo de 1858."
Y es que, en 1856, Zamora realizó otro acto temerario pero necesario, esta vez no militar sino amatorio: contrae matrimonio con Estéfana Falcón, hermana del General Juan Crisóstomo Falcón, viuda de José Benito Diez, farmacéutico de origen asturiano que había llegado al país en 1841. Zamora asume con afecto y dedicación la formación de los tres hijos habidos en el anterior matrimonio de Estéfana. Rodríguez revive el acontecimiento nupcial:
"A mediados del año se traslada Zamora hasta La Guaira a ocuparse de otra unión: la de su matrimonio con Estéfana: llegó el 2 de julio en la falúa nacional de Barcelona. La información de prensa es escueta: viene por dos días en "comisión trayendo al General Ezequiel Zamora y su familia y al Comandante Rafael Urdaneta". ¿Ha ido el comandante Urdaneta a buscarlo? No es extraño. Aquella ceremonia se insinuaba como todo un asunto de estado. Y es probable que quien apenas un año antes había sido encargado de la Secretaría de Guerra Y Marina, hubiese sido comisionado ante el importante militar para negociar el enlace. Vinieron además a Macuto, para efectuar las nupcias en la Iglesia Parroquial de San Bartolomé el día 4 de julio, el Ilustrísimo señor Doctor Silvestre Guevara y Lira, Obispo de Caracas y Venezuela, quien ofició el acto; la primera dama de la República doña Luisa Oriach de Monagas, el todo poderoso primo José Manuel García, y el ofendido General Juan Crisóstomo falcón, quien debía hallarse allí reducido a la mínima indignación, ante la fastuosidad que simbolizaban los presentes. Y quien finalmente debió volverse a su provincia, apaciguado al fin de haber podido normalizar la convivencia irregular de su hermana con el testarudo Zamora." (Rodríguez, 1977, 213).
En enero 1858, Zamora, quien en mayo de 1857 se había retirado de nuevo a atender sus negocios en la Sierra de San Luís de Coro, es llamado de nuevo al servicio como Comandante Militar de la Península de Paraguaná. Fugaz y último servicio bajo las órdenes de José Tadeo Monagas. En efecto, el 5 de marzo del 58, por efecto de la rebelión comandada en Valencia por Julián Castro, Monagas abdica a la Presidencia de la República y Zamora, en obediencia a su superior, entrega las armas en Paraguaná y comienza a ser perseguido en Coro por los seguidores de Castro. Junto a su cuñado Falcón, y atendiendo a un llamado de Castro, Zamora se dirige a Caracas en busca de garantías del nuevo gobierno para su persona, sus bienes y su familia. Landaeta señala que Castro les volvió prontamente la espalda:
"Sin embargo, decimos, puso en práctica la política del terror más odioso contra los miembros de la Causa Liberal, y fulminó el 7 de junio de aquel año, el decreto de expatriación marcado con el número 49 y su alocución, número 50. Por el primer documento se lanzaban del país, diez y nueve de los principales hombres de aquel partido y entre ellos a Ezequiel Zamora, que apercibido de la trama, salió furtivamente de Caracas y por Carayaca se embarcó para Curazao, ayudado por su cuñado y amigo el General José Gregorio Quintana." (Landaeta, 1961, 53 y 54).
Brito Figueroa apunta que "desde los primeros días de mayo, la Secretaría de Interior y Justicia había ordenado la detención de Zamora, con indicaciones de expresas de remitirlo de inmediato al presidio de San Carlos, en el Zulia.", y luego narra: "Ezequiel Zamora, de acuerdo con sus amigos y compañeros, continuo realizando el trabajo de organización clandestina que venía realizando. En los primeros días de agosto de 1858, "disfrazado de arriero, con el pelo y los bigotes teñidos de negro", se trasladó a Catia La Mar y allí embarco en una chalupa que condujo a Curazao." Zamora parte a la antigua Isla de los Gigantes, decepcionado y con limitados recursos económicos, a un exilio del que regresará meses después para liderar las acciones militares de la Federación. Donís lo comenta con solidaria propiedad:
"Él no lo sabía, pues nadie puede predecir el futuro, pero se estaba cerrando una etapa de su vida y abriéndose otra, fulgurante, de apenas un año. Había tenido sus vacilaciones e incertidumbres cuando cayó "su salvador y protector" José Tadeo Monagas, pero ante el rumbo que tomaría el país durante el Gobierno de Castro y ahora, proscrito del territorio venezolano, ya no tuvo dudas. Vivirá sus mejores días como organizador y conductor de tropas. Asombrará como estratega. Será un líder militar con experiencia, maduro en sus principios liberales y conocedor como pocos del aparato militar de la República, del que había formado parte durante diez años; conocía su fuerza y también sus debilidades, al soldado y a sus jefes (.) Ahora sería la espada invicta de la Federación." (Donís, 2007, 83).
5. Del Grito de la Federación en Coro y Valiente Ciudadano a la muerte en San Carlos
El futuro Valiente Ciudadano pasa largos meses de exilio en la isla de Curazao sin desentenderse de lo que acontece en la cercana patria. Tanto en Saint Thomas como en el propio Curazao, los liberales exiliados por efecto de los siete decretos y alocuciones de Castro, organizados en Comités Federales, se dieron a la tarea de orquestar un plan para deponer por las armas al traidor Presidente, quien además contaba con un importante, creciente y significativo rechazo por parte de sus aliados políticos y de la sociedad civil venezolana. En este sentido, en trabajo inédito para la Fundación Venezuela Positiva, Pertruska Simne sintetiza estupendamente los elementos y situaciones que motivaron la rápida salida de Julián Castro del poder:
"El triunfo tiene un sabor sutilmente delicioso en la vida cotidiana. El Jefe del Ejército Libertador Julián Castro es agasajado noche tras noche en los hogares de las más renombradas familias (.) Se le nombra encargado del Poder Ejecutivo el 15 de marzo de 1858 y se convoca una Convención en la ciudad de Valencia, donde lo nombran Presidente encargado hasta que se redacte una nueva Constitución y se realicen elecciones presidenciales. (.) Meses después, el 4 de enero de 1859, se redacta la nueva Constitución y es nombrado Presidente Interino (.) Desafortunadamente para Julián Castro, la luna de miel presidencial termina pronto, como también su estadía en el poder. La caída se inicia con José Tadeo Monagas de nuevo, ya que el Presidente destituido, intuyendo retaliaciones contra su persona, se asila junto con su familia, incluido su yerno Juan Giuseppi, en la sede de la Legación francesa. (.) El asilo, que en teoría debía ser un asunto sencillo, se complica por el descontento de la ciudadanía, que no olvida los desaciertos y la persecución política que habían sufrido, por lo que pedían el juicio contra José Tadeo para encerrarlo en prisión. Los manifestantes se vuelven más agresivos a medida que pasan los días, rodeando con consignas y palos la casa del embajador. El Gobierno, o sea Castro, tratando de solucionar el asunto pide que entreguen a Monagas para enjuiciarlo, pero el embajador francés Leonce Levraud se niega, alegando el derecho de asilo. Buscando una salida que satisfaga a todos, permite que su ministro Wenceslao Urrutia, realice la negociación a espaldas de la opinión pública. Urrutia redacta un acuerdo, para pactar con las representaciones diplomáticas, denominado el Protocolo Urrutia, en el que el Gobierno se comprometió a respetar a Monagas, permitiendo su salida del país (.) El Gobierno no puede contener a esa mayoría que reclama justicia, pero además pasa lo peor: los miembros del gabinete se enteran del contenido del Protocolo. Es así como arde la conciencia de un país indignado por tamaña deslealtad (.) Para Julián Castro el año 1859 comienza con el reto de lograr manipular las elecciones presidenciales, aprobadas en la nueva Constitución, que establece un período presidencial de seis años. Castro intenta mover sus piezas, pero con el clima de descontento general que se vive en el país son pocos los que piensan en elecciones. En lo económico, las inversiones están estancadas, así como las importaciones de productos de primera necesidad. Los hacendados huyen hacia las ciudades, y los campesinos arrasan las haciendas. La paz no llegó con la nueva Constitución ni el progreso que esperaban los ciudadanos llegó con el gobierno provisional de Castro. El Presidente se inquieta, sabe que sus viejos compañeros andan conspirando: Ezequiel Zamora, y Juan Crisóstomo Falcón, las cabezas militares del movimiento."
Y en efecto, tanto Falcón en Saint Thomas como Zamora en Curazao orquestaban en el Caribe el conjunto de acciones militares que conducirían al Grito de la Federación en Coro. De esta forma, Landaeta resume lo acontecido en el país desde julio del 58 a febrero del 59, a lo que algunos historiadores han querido llamar la insurrección campesina;
"El General Zoilo Medrano en la Sierra de Carabobo, José de Jesús González (Agachado) y Agapito Carpio, en el Guárico, José Antonio Linares y Martín Espinosa en los bosques del Cantón de Guanarito, en la Provincia de Portuguesa principiaron como base, para más tarde apoyarse en la Federación que germinaba ya en el cerebro de muchos venezolanos; y así llegó el año de 1859, en que la efervescencia de las pasiones preparaba días funestos, esperándose el grito uniforme en el país para lanzarse los liberales a reconquistar sus derechos usurpados." (Landaeta, 1961, 55).
Zamora, por su parte, en palabras de Brito Figueroa:
"mantenía correspondencia con los políticos liberales que residían en otras islas del Caribe, especialmente con Juan Crisóstomo Falcón y el grupo de refugiados de Saint Thomas, que integraban una tendencia representativa de los intereses de las clases dominantes en las filas del movimiento liberal venezolano. Esta relación permitía a Zamora conocer los planes de quienes aspiraban a utilizar la insurrección como una vía para llegar "a la casa de Gobierno sin hacer la revolución". Este hecho preocupaba seriamente a Zamora y por esta razón alertaba constantemente a sus amigos de Coro y la Península de Paraguaná, sobre la necesidad de "no esperar más y aprovechar las elecciones provinciales para comenzar con lo previsto, después podía ser demasiado tarde". (Brito Figueroa, 1981, 286).
Y más temprano que tarde ocurrió lo que Zamora esperaba para retornar al país, el 20 de febrero de 1859 ocurre un hecho que detona la futura y cruenta Guerra Federal, el Grito de Coro. Landaeta resume un tanto apasionado los acontecimientos de esa acontecida noche de febrero:
"El Comité Revolucionario de Coro, en contacto con el general Ezequiel Zamora que estaba en Curazao, propuso a éste la toma del parque de aquella ciudad, lo cual aprueba Zamora y designa para tal operación al Comandante Tirso Salaverría, el cual acompañado del Comandante Jesús María Hernández (.) asaltan en la noche del 20 de febrero de 1859 el cuartel nacional de la dicha Coro y hacen preso al Comandante Francisco Carabaño, Comandante de Armas, y también al señor Fermín García, Gobernador de la Provincia, haciéndose de elementos para empezar la lucha por la Federación que proclamaron aquella célebre noche, grito a que corresponde toda la Provincia y la mayor parte de las otras de la República (.) Noticiado Zamora de tales sucesos por llamamiento que se le hiciera, casi a ocultas para no alarmar las autoridades de aquella isla extranjera se embarcó con el General José del Rosario González y otras más de las principales del partido liberal." (Landaeta, 1961, 55 y 56).
Adolfo Rodríguez, más realista y con menos fervor revolucionario, recoge también los hechos de acuerdo con fuentes de la época y evalúa así el celebrado Grito de Coro:
"No hubo resistencia. Por eso es sólo herido Salaverría, en la pierna cuando envainó su espada. Las autoridades son sorprendidas mientras están entregadas "a los placeres del juego de azar "en el preciso momento "en que observaban ávidos la llegada de un seis o de una sota" (.) Habían jugado el resto y lo habían perdido (.).al aproximarse una voz del grupo que no conocía dio un viva a la federación, que la guardia a esta voz se fue toda, quedando solo el centinela arrecostado el cual fue desarmado por uno del tumulto (.) Al grito de Federación se conmovió todo el pueblo y los ciudadanos volaron a las armas. Multitud de habitantes cruzaban en todas direcciones (.) Tomáronse dos cañones de bronce montados en sus cureñas (.) con otras de menor calibre (.) Eso fue más o menos lo que ocurrió el 20 de febrero de 1859 en Coro. Un suceso juvenil y bufo, que dio partida a la guerra que por cinco años coreó sin cesar la palabra Federación, hasta consagrarla en la Constitución." (Rodríguez, 1977, 251 y 252).
A todas estas, mientras la revuelta coriana va tomando forma y ganando adeptos que se suman a la rebelión desde todas las comarcas de la provincia, Ezequiel Zamora se apresta a regresar a Paraguaná y Falcón, conciliador, desde Saint Thomas escribe:
"Yo no he ordenado la revolución de Coro no la he aprobado siquiera, pero la disculpo porque se conoce bien que esa gente no nos dejaba otro camino que el de las armas (.) ¿No podía el Gobierno mandar a Coro un comisionado pacífico para arreglar ese asunto sin necesidad de sangre? Yo me comprometería a entenderme y creo que conseguiríamos más que cuantos ejércitos de manden allí. No quisiera que hubiesen revoluciones, no quisiera que nos matásemos más unos con otros, pero el Gobierno que ha causado estos males debe poner remedio".
Zamora regresa subrepticiamente al país el 22 de febrero, la noche del Grito ya había sido designado como Jefe del Ejército Federal del Occidente. Prontamente se encarga de poner en armas unos 1500 hombres y de instalar en Coro el primer gobierno federal de la provincia, que fue declarada como Estado Soberano. El recién instaurado Gobierno federal de Coro lo declara Benemérito de la Patria por sus servicios a la causa de los pueblos y le otorga el grado de General de División. Inicia así el General Zamora una nueva gesta armada en nombre de la Federación y sobre todo en contra del traidor Julián Castro, tal como lo expresó en su alocución del 27 de febrero:
"Valientes corianos: con un puñado de vosotros ofrezco destruir los ejércitos del tirano y exterminar a los oligarcas donde quiera que osen combatir por esa causa indigna de las prácticas republicanas; y acabar con el traidor Julián Castro, ese monstruo vendido a la ferocidad de nuestros enemigos. Miserable: para este hombre murió la dignidad y el honor de las presillas de un soldado que combate por la libertad. Uds. lo verán."
Inicia el otrora humilde pulpero de la Villa una intensa y exitosa campaña militar que lo llevara a transitar parte de la geografía nacional para apoyar a los jefes liberales locales e ir vertebrando su proyecto federal que analizaremos posteriormente. En efecto, de acuerdo con Tomás Straka en su excelente ensayo inédito La Guerra Federal, Zamora:
". se convertirá en el alma de la revolución. Su gran carisma, su gran actividad, sus extraordinarias dotes militares, su capacidad para unir en la imaginación de los más humildes la causa federal con la suya propia y con el combate a la oligarquía, su discurso más o menos jacobino, muy incendiario, lograrán darle al movimiento un verdadero matiz de revolución social. El país literalmente se incendia. En Oriente se alza Juan Antonio Sotillo. En Caracas la repercusión de la guerra propicia un golpe de estado y algunos combates Pero es en el centro del país, allá por donde iba Zamora con su legión de campesinos alzados, con sus comandantes apodados. "El Tigre", "El Perro", "Caimán", "Pantera", "León", como para resaltar su ferocidad; con su inquietante Martín Espinoza que propiciaba saqueos e incendiaba los registros para que desapareciera la propiedad; con su brujo "El Adivino", que en las vísceras de los enemigos muertos decía leer el futuro; es allá donde la guerra social recuerda a la de 1814: de hecho desde el 20 de febrero hasta el 20 de diciembre de 1859, hay 130 acciones de guerra, mientras en todo 1814, "El Año Terrible", el de Boves y la Guerra a Muerte, hubo 64. "¡Mueran los blancos y los que sepan leer y escribir1" dicen los campesinos que arropados por la bandera amarilla de los federales pensaban cobrar venganza por tres siglos de explotación".
Así, fruto de sus acciones en los diferentes campos de batalla, el General del Pueblo Soberano, el Benemérito de la Patria, es nombrado también Valiente Ciudadano por la Municipalidad de Barinas y, luego de muerto, Primer Soldado de la Federación Venezolana por la Asamblea Federal, el 7 de enero de 1864.
Landaeta Rosales realizó un sucinto resumen de las catorce campañas militares que realizó Zamora desde 1944 cuando se alistó en la Milicia Popular hasta el momento de su muerte en 1860 en la Ciudad de San Carlos. En lo concerniente a las campañas desarrolladas por el General Zamora durante la Guerra Federal, el historiador refiere las siguientes:
".8ª – La primera de la Federación en Coro, Carabobo, Yaracuy, Barquisimeto, Portuguesa y Barinas, como Jefe del Ejército Federal del Occidente, desde el 22 de febrero de a mayo de 1859.
9ª – Expedición de Barinas a Portuguesa, en mayo de 1859.
10ª – Expedición de Barinas hasta las Piedras, en Mérida, junio de 1859.
11ª – Campaña de Barinas, de julio a septiembre de 1859.
12ª – Expedición de Barinas a Portuguesa y Barquisimeto, octubre a noviembre de 1859.
13ª – Campaña de Barinas con el Ejército de Falcón y el que él mandaba, hasta Santa Inés y combates subsecuentes. Noviembre a 31 de diciembre de 1859.
14ª – Campaña sobre el Centro de la República, hasta que murió en San Carlos el 10 de enero de 1860." (Landaeta, 1961,76).
El 10 de enero de 1860, el General el Pueblo Soberano, el Benemérito de la Patria, el Valiente Ciudadano, como cualquier mortal, recibió un balazo fulminante en la cabeza en la ciudad de San Carlos, en momentos en que organizaba el ataque amarillo. Dejemos que el propio General Antonio Guzmán Blanco, quien se encontraba a su lado al momento de la fatídica bala, nos narre los acontecimientos de aquella infausta y decisiva jornada para la Federación:
". el General Zamora siguió ocupándose en cómo se cubría un gran claro que flanqueaba ambas guerrillas, muy fácil y seguramente; y parado en la abertura de una puerta sin hojas, cuya pared limitaba el patio de la casa, dejando ver tanto el ataque de las guerrillas dichas, como el flanqueo mencionado, Zamora sostenía un encontrado monólogo del cual oí: ".Sí allí.dos.muy bien.ahora mismo". Mientras se decía él estas palabras, veía alternativamente hacia las guerrillas que se peleaban y hacia el flanco descubierto. Como en uno de estos movimientos, tocó su hombro con el mío, yo di un paso lateral a la derecha, para no estorbarle, y diciendo: "Ca." cayó sin acabar de articular la palabra, doblando las rodillas y descendiendo su cuerpo en mis brazos. Como, al sujetarle, vi que una bala le había entrado por el ojo derecho y sentía el torrente de sangre ardiente que le salía por el occipucio, bañándome el brazo izquierdo con que lo sujetaba, comprendí al instante que era ya cadáver el héroe de Tacasurama, de Quisquiro y El Palito, de San Lorenzo y Santa Inés, el Corozo y Curbatí; alma del hasta entonces victorioso Ejército Federal."
Acerca del responsable de su muerte – un tal Morón -, del destino final de sus restos y de lo que hubiese podido pasar en Venezuela en caso de que Zamora no hubiese muerto, se han tejido muchas conjeturas, fábulas y leyendas; hasta el propio Cipriano Castro viajó a San Carlos para investigar sobre el terreno "si fue bala enemiga o traidora diciéndose amiga, la que arrebató la vida del Valiente Ciudadano, y qué ha sido de sus restos". Pero eso es harina de otro costal.
Hugo Chávez: de pelotero frustrado a Comandante Presidente
.Yo entro al mundo militar que era totalmente
desconocido para mí. La primera diana fue un
despertar alas 5 de la mañana, yo no entendía aquello,
pero me movía ese deseo, el estar ahí para llegar a
ser posteriormente pelotero.
Hugo Chávez Frías
Hugo Rafael Chávez Frías nace en la población de Sabaneta en el Estado Barinas el 28 de julio de 1954.
Es hijo de Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías. Es el segundo de los seis hijos varones procreados por el matrimonio de los dos maestros de escuela: Adán, Hugo, Narciso, Aníbal, Argenis y Adelis. Su infancia discurre sin mayores preocupaciones en la aldehuela barinesa bajo la atenta mirada protectora y el cuido cotidiano de su abuela paterna.
1. De infante barinés a cadete caraqueño
El propio Chávez rememora aquellos primeros años en el pueblón natal donde nació y creció:
"Sabanetas sólo tenía tres calles de tierra a la orilla de un río, con casas de palma y pisos de tierra y paredes de bahareque. Nos criamos ahí vendiendo topochos y sembrando maíz (.) Había un gran patio lleno de frutas tropicales y de plantas: era el patio de los sueños".
Su devoción por la familia es grande y manifiesta. Su abuela Rosa Inés, quien lo crió desde pequeño, tuvo una influencia decisiva en su formación y en su concepción inicial del mundo que después, Adán, el hermano mayor, se encargará de encauzar por derroteros más políticos. En efecto, la abuela
".le dio el don de la imaginación, le enseñó poemas, leyendas, historias y joropos, le hizo vender topochos – variedad del banano silvestre, recurso alimenticio de los muy pobres – y sembrar maíz, alentó sus facultades de pintor, lo vistió de monaguillo, festejó las cualidades histriónicas que desplegó al tomar el micrófono frente al primer obispo de Barinas. En sus cartas adolescentes Hugo le decía <<mamita>>". (Krauze, 2008,159).
En cuanto a la situación económica de la familia Chávez, Carlos Raúl Hernández, condiscípulo de Hugo en bachillerato, recuerda: "Era él un muchacho de clase media baja, hijo de maestros. Vivía en una urbanización de trabajadores, sin privaciones".
Luego de su formación primaria inicial en el Grupo Escolar Julián Pino, Chávez se traslada con sus padres a Barinas para realizar su bachillerato en el Liceo O"Leary. El bachiller en ciernes recuerda su primera jornada en el liceo como un día de terror, viendo con recelo pueblerino a los otros alumnos de la mera capital del Estado, "aquello era para mí un mundo desconocido", confirma Chávez. Otra vez acude su compañero de liceo, Carlos Raúl Hernández, para perfilar al recién llegado del villorrio:
"Me llamaba la atención la cara de pocos amigos de un zambo flaquito, que miraba de abajo a arriba, con el mentón clavado en el nacimiento de las clavículas y la cara llena de acné (.) apenas me enteré al principio que se llamaba Chávez y venía de Sabaneta, una pequeñísima aldea de unos cuatro mil habitantes en el camino hacia Apure, Después lo conocí en juegos de béisbol y era un buen pitcher zurdo." (Krauze, 2008,160).
El propio Chávez confiesa sin remilgos la pasión que lo acompaña, desde su niñez y adolescencia, por el béisbol: ".Yo tenía ese sueño infantil y juvenil de ser pelotero profesional, magallanero, y por un radiecito oía los juegos y tenía como ídolo a Isaías "Látigo" Chávez, por el apellido, por magallanero, y por pitcher." (Blanco Muñoz, 1998,35). Y la pasión y la práctica del béisbol llevaron al bisoño Chávez a ingresar a la Academia Militar, a pesar de la abierta oposición de su abuela Rosa Inés y de que lo habían raspado en Química en su último año de bachillerato. Como bien lo narra el propio aspirante a cadete:
"Pensé que ya no me aceptarían en la Academia Militar porque ahí no aceptaban aspirantes con materias aplazadas. Sin embargo, me llamaron para la entrevista final (.) Luego nos mandan al Patio de Armas de la Academia y nos reúnen a los que teníamos 1 y 2 materias raspadas pero que no habíamos aprobados los exámenes de ingreso. En ese momento se nos dijo que el único chance que teníamos para ser aceptados provisionalmente era que fuéramos buenos deportistas. Al rato comenzaron a preguntar por los que jugaban béisbol y los primeros consultados eran los que tenían materias pendientes (.) La primera prueba era vestirse de pelotero (.) Comenzó de ese modo la selección de los que salíamos vestidos más rápido (.) Me preguntan qué juego y respondo que soy pitcher zurdo. De seguida me pusieron a lanzar. Pero hubo mala suerte porque yo venía de pitchar un juego tres días antes en Barinas y sentía dolor en el brazo y eso me llevo a perder (.) Entonces uno de los cadetes que estaba allí y que era del equipo me dice: ven acá zurdo, nos hace falta otro zurdo (.) Tú además de pitchar ¿no juegas atrás, en primera base o en otra cosa? Le contesté que jugaba primera también (.) Recuerdo que agarré mi bate (.) el (pitcher) me lanzó tres rectas y las tres las metí en la pared, tres batazos muy largos, y entonces me dijeron que me anotara. Así entre provisionalmente a la Academia por el béisbol (.) Después repare la materia, quedé en la Academia y se me olvidó el béisbol como sueño, Sin embargo, una de las primeras cosas que hice cuando salí de permiso vestido de cadete, de azul, fue ir hasta el Cementerio General del Sur a ponerle una velita al "Látigo" Chávez." (Blanco Muñoz, 1998, 36 y 37).
A pesar de los rezos de la abuela e impulsado por los consejos de su izquierdista hermano Adán, el pitcher frustrado, el magallanero incondicional, el soñador con los estadios de Grandes Ligas, se incorporó con ardor a sus estudios de soldado que finalizó en 1975 obteniendo el grado de Subteniente y Licenciado en Ciencias y Artes Militares. Para la época, durante un viaje de estudios al Perú, Chávez conoció de cerca la ideología del General Juan Velasco Alvarado plasmada en su libro La Revolución Nacional Peruana: su manera de concebir la sociedad y la política comenzó a cambiar radicalmente. El pensamiento de la izquierda latinoamericana, de Fidel y del Che Guevara, de Allende, y la admiración por los héroes patrios, llevaron al futuro Comandante Presidente a formularse el mismo reto igualitario que motivó a Ezequiel Zamora.
2. De subteniente a golpista
El bachiller Chávez realiza estudios superiores en la Academia Militar de Venezuela, de donde egresa con el grado de Subteniente el 5 de julio de 1975, y también como Licenciado en Ciencias y Artes Militares (Rama Ingeniería, Mención Terrestre). El subteniente Chávez inicia una carrera militar sin mayores sobresaltos que lo llevará hasta el grado de Teniente Coronel, a saber: Comandante del Pelotón de Comunicaciones, Batallón de Cazadores Cedeño, Barinas / Cumaná, 1975-77. Comandante de Pelotón y Compañía de Tanques AMX-30, Batallón Blindado Bravos de Apure, Maracay 1978-79. Comandante de Compañía y Jefe del Departamento de Educación Física en la Academia Militar de Venezuela, 1980-81. Jefe del Departamento de Cultura de la misma Academia en 1982. Comandante Fundador de la Compañía José Antonio Páez, Curso Militar, Academia Militar de Venezuela, 1983-84. Comandante del Escuadrón de Caballería Francisco Farfán, Elorza (Apure, 1985-86). Comandante Fundador del Núcleo Cívico-Militar del Desarrollo Fronterizo Arauca-Meta, 1986-87-88. Jefe de Ayudantía del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Palacio Blanco, Miraflores, 1988-89. Oficial de Asuntos Civiles, Brigada de Cazadores, Maturín, 1990. Comandante del Batallón de Paracaidistas Coronel Antonio Nicolás Briceño, Cuartel Paéz, Maracay, desde 1991 hasta el 4 de febrero de 1992.
La página WEB oficial de Chávez indica que:
"en el año 1982 (año bicentenario del natalicio de El Libertador) se produce la creación del Ejército Bolivariano 200 (EB-200) a través del juramento simbólico de tres capitanes de la Promoción Simón Bolívar (Jesús Urdaneta Hernández, Felipe Acosta Carlés y Hugo Chávez Frías), al pie del Samán de Guere, símbolo de las tres raíces: bolivariana, robinsoniana y zamorana de la revolución. En el año 1989, posterior a la insurrección del 27 de febrero, el EB-200 se transformó en MBR-200; agrupación cívico-militar que participó a la cabeza del movimiento del 4 de febrero de 1992".
En efecto, en la madrugada del 4 de febrero de 1992, el Teniente Coronel y un conjunto de jóvenes oficiales de las Fuerzas Armadas – los llamados comacates, acrónimo de comandante, capitán y teniente – se alzan sin éxito en armas contra el Gobierno Constitucional de Carlos Andrés Pérez. El propio Comandante Chávez comenta que fue lo que los condujo al fracaso:
"Los planes y la acción sobre Maracaibo, Maracay y Valencia marcharon a la perfección, y San Juan de los Morros y el Campo de Carabobo también. Todo eso funcionó a la perfección. Claro, Caracas era la capital y el centro del poder (.) Y el plan de movilización que era un plan especial de dos batallones de paracaidistas sobre Caracas funcionó a la perfección. Claro, llegamos, te repito, como dar un salto y en lo que vas a aterrizar no consigues la pista, te fuiste al vacío. Yo no pude desarrollarla ¿Cómo? Sin comunicación, pero ni siquiera con las tropas más cercanas, sin saber lo que estaba pasando en el Zulia, en Maracay, sin saber lo que estaba pasando en la misma Caracas. Una confusión terrible, una incertidumbre total. Allí el plan comenzó a desmoronarse como una mazorca y a caer en el suelo, hasta que amaneció y ya no había nada que hacer (.) Mucha gente dice que fui un cobarde. No, yo no soy un cobarde: En toda operación militar tú tienes el derecho de replegarte. Atacas y te repliegas. En todo caso optamos por la rendición y esa fue la decisión que tomamos". (Blanco Muñoz, 1998, 224 y 226).
Los detalles de la rendición del Teniente Coronel Chávez en el Museo Histórico Militar son harto conocidos, aunque como bien comenta Krauze
"Un golpe de suerte, no de Estado sino de azar, transformó su derrota en victoria. El general Ochoa Antich le ordenó aparecer en televisión con un llamado a la deposición de las armas (.) Chávez no desaprovechó la oportunidad de <<editar > su realidad presente para producir su futura victoria. Se acicaló, se colocó la boina roja de su batallón de paracaidistas, y con perfecta calma, cuidada dicción y tono exacto – como en sus tiempos de locutor y maestro de ceremonias en concursos de belleza – pronunció un mensaje en vivo de sólo 169 palabras en el que saludaba cortésmente al pueblo venezolano, llamaba a la rendición a sus compañeros y, como un MacArthur del trópico advertía: "Lamentablemente, por ahora, los objetivos, que nos planteamos no fueron logrados (.) vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor". Quizá sin saberlo, escenificaba una página extraída de Curzio Malaparte en su clásica Teoría y práctica del golpe de Estado (1931): tomar los medios para comunicar desde el primer momento la impresión de un hecho consumado, irreversible y feliz, hacia tiempos mejores". (Krauze, 2008, 149).
El futuro Comandante Presidente expresaba a la vista y oídos de todos, ante un país desconcertado su celebrado por ahora:
"Primero que nada quiero dar buenos días a todo el pueblo de Venezuela, y este mensaje bolivariano va dirigido a los valientes soldados que se encuentran en el Regimiento de Paracaidistas de Aragua y en la Brigada Blindada de Valencia. Compañeros: Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros, acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor. Así que oigan mi palabra. Oigan al comandante Chávez, quien les lanza este mensaje para que, por favor, reflexionen y depongan las armas porque ya, en verdad, los objetivos que nos hemos trazado a nivel nacional es imposible que los logremos por ahora. Compañeros: Oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, su desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano. Muchas gracias".
3. De la Cárcel de Yare a la Presidencia de la República
Hecho prisionero Chávez luego de la fallida intentona golpista del 4F y confinado a la Cárcel de Yare, según la WEB Presidencial, el futuro Comandante Presidente:
"De la cárcel – lugar donde se consagró al estudio, reflexión y análisis de la realidad nacional e internacional – Hugo Chávez sale a recorrer todos los confines patrios, reivindicando ideales libertarios y justicieros que fueron compartidos entusiastamente por un amplio sector de la población venezolana. Funda entonces, junto con un calificado grupo de compañeros de armas, el Movimiento V República. Esta organización política, en unión con otras tantas organizaciones tales como el Movimiento al Socialismo (MAS), Patria Para Todos (PPT), Partido Comunista de Venezuela (PCV), Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) y de un amplísimo espectro de instancias de la sociedad civil, le catapultarían como Primer Magistrado de la Nación. El 6 de diciembre de 1998 fue electo como nuevo Presidente de la República el candidato del Polo Patriótico, el Teniente Coronel del Ejército, Hugo Rafael Chávez Frías, quien obtuvo el triunfo con 56% de los votos"
En el caso del acceso por los votos del Teniente Coronel Hugo Chávez a la Primera Magistratura Nacional en 1999, y no por una sublevación armada como la que planificó en 1992, la situación política, económica y social de la Venezuela de las postrimerías del siglo XX puede ser caracterizada a partir de los siguientes elementos:
oligarquización de la sociedad.
primacía de una visión salvífica de corto plazo.
burocratización y pérdida de vigencia – con el consiguiente rechazo ciudadano – de los partidos políticos tradicionales.
corrupción, malversación de fondos e ineficiencia de la gestión pública.
apatía e indiferencia ciudadana ante el hecho político.
profundización de las desigualdades de ingreso de la población, mayor pobreza y marginalidad.
emergencia de personalidades y movimientos políticos no convencionales interesados en sustituir la partidocracia tradicional.
importante disminución de los ingresos en divisas provenientes de la exportación del petróleo y sus derivados.
Ante esta crítica y desoladora situación, en sus tiempos de candidato a la Primera Magistratura, el hoy Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, proclamaba que: "el cambio no es Chávez, la Revolución Bolivariana es indetenible, es la fuerza de millones de venezolanos que despiertan después de cuarenta años de engaños y decepciones." A fin de promover un nuevo hombre en una nueva sociedad, un nuevo contrato social, acuñó el término de la Revolución Bolivariana, pacífica y democrática, y además bonita, para calificar la Edad de Oro en la que entraría Venezuela bajo su mandato presidencial.
Chávez y sus seguidores revivieron así el viejo mito que había estado guardado en el inconsciente del venezolano, para transformarlo en un nuevo proyecto utópico que otorgaría felicidad e igualdad para todos, y muy especialmente, para los desposeídos, los pobres, los marginales, excluidos de participar en la riqueza y el bienestar colectivo por los representantes de un viejo régimen corrupto e injusto.
Chávez, en el ejercicio de su accidentada presidencia, sale políticamente airoso de dos situaciones extremadamente comprometidas para su permanencia en el poder. El Golpe de Estado de 2002 y el Paro Petrolero de 2002 / 2003.
De acuerdo con un apretado resumen de Verónica Meneses en documento de www.monografías.com, los hechos relacionados con el Golpe de Estado o Vacío de Poder de abril de 2002, se desarrollaron de la siguiente forma:
"La polarización continuó en 2002. Luego de que Chávez reemplazara en febrero a los directivos de la estatal Petróleos de Venezuela PDVSA con personas afines a su proyecto, grupos de empleados y altos gerentes de la compañía escenificaron protestas internas, pues a su juicio se había violado la "meritocracia", sistema de ascenso corporativo basado en el mérito y rendimiento implementado en la petrolera venezolana (.) El 7 de abril, el presidente Chávez anunció el despido de estos altos gerentes, y las protestas opositoras se intensificaron. El 9 abril de 2002 la máxima confederación obrera del país y la federación de empresarios, apoyados por la Iglesia Católica, las televisoras y los partidos políticos opositores, anunciaron un paro general de veinticuatro horas para apoyar a los directores de PDVSA (.) Los convocantes llamaron a marchas en diversos puntos de la ciudad capital donde estaban ubicadas las sedes de la empresa, y el chavismo respondió pidiendo a sus seguidores rodear el Palacio de Miraflores (sede del gobierno) en la mañana del 11 de abril. El paro se convirtió en indefinido al día siguiente (.) La oposición convocó el 11 de abril a una marcha que reunió a cientos de miles de personas, que originalmente iba destinada y autorizada hasta la sede de PDVSA Chuao, pero fue desviada al palacio de Miraflores, sede de la Presidencia. Al llegar al centro de la ciudad, las protestas se convirtieron en violentos disturbios que fueron reprimidos en medio de tiroteos de partidarios y opositores al gobierno chavista (.) Finalmente, hubo diecinueve muertos y unos cien heridos, de ambos bandos. Durante los hechos, Chávez se encontraba en el palacio de Miraflores, desde donde emitió una "cadena nacional" (transmisión conjunta a través de todas las emisoras de radio y televisión de señal abierta) de varias horas de duración, que comenzó después de activar el llamado Plan Ávila (.) En horas de la noche, el presidente Chávez fue presionado por los militares que lideraban el golpe, quienes le exigieron entregarse y renunciar o, si no, atacarían el palacio presidencial, aún rodeado de civiles chavistas. Finalmente, en horas de la madrugada del 12 de abril, Chávez accedió a entregarse, abandonó Miraflores y fue transportado inicialmente a la base militar ubicada en Fuerte Tiuna, Caracas (.) Horas después, el general en jefe Lucas Rincón, quien en la tarde del día anterior había desmentido rumores de la detención de Chávez, aseguró que el Presidente había aceptado la renuncia. (.) Horas después fue juramentado Pedro Carmona, líder de la federación de empresarios, como presidente interino. Acto seguido emitió un decreto que disolvió el Parlamento, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y se dio a sí mismo poderes por encima de la Constitución, (.) El 14 de abril en la madrugada, luego de fuertes protestas populares y con el apoyo de varias guarniciones militares, así como de recuperación del Canal del Estado, Chávez fue liberado de su prisión militar en la isla La Orchila y restituido como jefe de Estado".
Enfrenta así Chávez una rebelión de dimensiones avasallantes, la solidaridad militar y la convicción democrática del General Rafael Baduel, a quien también podríamos denominar como Castro a Gómez, El Salvador del Salvador, unidas a un importante clamor popular que demandaba "Queremos ver a Chávez", permiten el regreso del Comandante al Palacio de Miraflores para retomar el ejercicio de la Primera Magistratura.
En relación con la Paro Petrolero contra el gobierno de Chávez, la historiadora Margarita López Maya en ensayo publicado en www.monografias.com señala:
"El 2 de diciembre, con todo lo anterior a cuestas, comenzará el cuarto paro cívico en el lapso de un año. (.) Este paro mostró connotaciones distintas a los precedentes, al hacerse evidente que no sólo se sumaba al paro la gerencia administrativa de PDVSA, como en abril, sino también buena parte de la gerencia operativa y los capitanes de la Marina Mercante, procediendo a paralizar las actividades operativas de la compañía y prácticamente de la totalidad de la flota de tanqueros de PDV Marina .PDVSA es la compañía más grande de América Latina, y corazón de la actividad económica de Venezuela. La mitad del ingreso fiscal venezolano proviene del negocio petrolero. El lunes 9 de diciembre, día en que la oposición convirtió el paro en "indefinido" hasta que cayera Chávez, en cadena oficial trasmitida por todos los medios de comunicación audiovisual, el presidente de PDVSA reconoció que la compañía estaba virtualmente paralizada. Denunció el paro como un "sabotaje criminal". Convocó al pueblo a salir a la calle y rodear edificios, instalaciones y otros bienes de la empresa, a fin de apoyar al gobierno en su esfuerzo por presionar a la gerencia a levantar la paralización (.) El conflicto petrolero se hizo central, y las demás acciones perdieron relevancia (.) La paralización de la industria dio una dimensión profunda a la crisis. Más allá del gobierno de Chávez, el conflicto perseguía la quiebra financiera del Estado venezolano. En el caso de tener éxito la gerencia de PDVSA, manteniendo el control de la empresa y forzando la salida del presidente, se convertiría en un actor con poder de veto sobre los gobiernos electos, una empresa por encima del Estado nacional capaz de imponer su proyecto político a éste y a la sociedad en su conjunto. Pese a los muchos pronósticos que aseguraban que no había gobierno venezolano que aguantara un paro petrolero, hacia mediados de enero la evolución del conflicto tendía a favorecer al gobierno. Lentamente éste volvía a ganar control sobre la empresa, activaba diferentes operaciones, y anunciaba un proceso de reestructuración de la misma. Hacia principios de febrero más de 5 mil gerentes y trabajadores habían sido despedidos por abandono del trabajo y la empresa había logrado rescatar todos sus tanqueros, iniciar el proceso de arranque de sus refinerías, y exportar poco más de un millón de barriles diarios, un poco más de un tercio de su capacidad normal. En el mes de febrero esta tendencia se hizo franca: los despidos pasaban de 11 mil y se habían reiniciado la exportación de crudos y la producción de derivados".
Chávez provocó abiertamente la crisis petrolera y contra viento y marea la superó, logrando poner a PDVSA y a su nueva dirigencia al servicio definitivo de su proyecto bolivariano.
A partir de ese lapso, y según una muy sui generis y encomiástica tipología de lo acontecido año por año, elaborada por el Despacho de la Presidencia, el gobierno de Chávez ha promovido estas importantes gestas revolucionarias desde 1999 hasta el 2006, sin que tengamos todavía noticias actualizadas de las gloriosas gestas de los últimos tres años:
"1999: Año de la Refundación de la República: El inicio de la nueva magistratura presidencial se enarbola en la propuesta de refundar la República mediante el supremo recurso democrático de una Asamblea Nacional Constituyente. Dicha propuesta fue respaldada de manera mayoritaria a través del sufragio directo, universal y secreto, llevado a cabo el 15 de diciembre del año 1999. Se reinstaura con ello una sociedad democrática, participativa, protagónica, multiétnica y pluricultural; enmarcada en un Estado descentralizado y de justicia federal que asegura el derecho a la vida, al trabajo, la cultura, la educación, la justicia social y la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna(.) 2000: Año de la Relegitimación de los Poderes: Tal y como lo previó el poder constituyente, los mandos públicos fueron relegitimados en las Megaelecciones realizadas el 30 de julio del año 2000. Llegó nuevamente la hora de la voz del pueblo en un acto tan trascendental como multitudinario, en donde Hugo Chávez Frías es reelegido, manteniendo su investidura de Jefe de Estado para presidir los destinos de la Nación hasta el año 2006. El Primer Mandatario Nacional obtuvo 3 millones 757 mil 773 votos, equivalentes a un porcentaje de 59,76%. Es, por tanto, el último Presidente venezolano del siglo XX y el primero del nuevo milenio. A partir del año 2000, luego de realizadas las Megaelecciones, se da inicio a la V República, donde se aspira transformar pacíficamente las bases tradicionales del Estado por un nuevo modelo, revolucionario y pacífico, sentando sus bases al aprobarse la nueva constitución y Asamblea Nacional, entre otros. 2001: Año de las Leyes Habilitantes: Dos grupos importantes de leyes habilitantes fueron activados por el presidente Hugo Chávez entre los años 1999 y 2001. Entre ellas destacan las leyes tributarias, la eliminación de algunos organismos públicos, la modernización de los trámites administrativos y las relaciones entre el Estado y el sector privado. Durante este año el Presidente Hugo Chávez también concreta la creación del sistema microfinanciero, así como de las leyes que regulan las actividades productivas del sector privado. Asimismo, se reforma la Ley de Hidrocarburos y se crea el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela. Se retoma de este modo la industria petrolera como empresa perteneciente a la Nación. Asimismo, se diseña el documento Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social 2001-2007 el cual se fundamenta en la interacción de los cinco ejes de equilibrio: el económico, el social, el político, el territorial y el internacional. De esta forma, Venezuela se convirtió en el primer país del continente que logró construir un programa estratégico económico-social fuera de las recetas de los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial diseñadas para América Latina y el Caribe. 2002: Año de la Resistencia Antiimperialista: El año 2002 estuvo marcado por el golpe de Estado engendrado desde el llamado a paro laboral promovido por la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecamaras). Tal llamamiento tuvo como desenlace los hechos acaecidos los días 11, 12 y 13 de abril de ese año, momento en el que los grupos opositores al gobierno fracasaron en su intento por destituir definitivamente de su cargo al Primer Mandatario Nacional, en virtud de que el accionar de grupos militares fieles al gobierno y de la mayoría popular, trajo de vuelta a Hugo Chávez Frías al mando presidencia (.) 2003: Año de la Contraofensiva Revolucionaria y la Victoria Antiimperialista: La decisión, el coraje y la firmeza del Presidente Hugo Chávez Frías son determinantes para salir airoso, en unión del pueblo soberano y sus fuerzas militares, del escollo de proporciones nunca vistas que representó el ataque imperialista perpetrado contra Venezuela. A pesar del sabotaje petrolero, durante el año 2003 Pdvsa incrementó sus ganancias en 1,5 millardos de dólares, alcanzando un ahorro de 3.100 millones de dólares. A raíz del golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y del sabotaje petrolero de diciembre del mismo año, el gobierno de Hugo Chávez Frías desarrolló una campaña internacional para informar al mundo sobre la verdadera situación política y económica venezolana, logrando de esta manera aclarar algunas informaciones falsas o manipuladas que confundieron a muchos líderes y pueblos de otras esferas. Asimismo, la política exterior venezolana logró extenderse con la firma de convenios bilaterales en materia energética, agroalimentaria, comercial, industrial promovidos por la política gubernamental del Presidente. 2004: Año de la Gran Victoria Popular y Revolucionaria: El 15 de agosto de 2004 puede considerarse como una de las fechas de más alta significación en la reciente historia política del país. En esa oportunidad, y por primera vez en nuestra Nación, se efectúa un referéndum popular para evaluar la gestión gubernamental del Presidente. El resultado de ese evento de democracia participativa y protagónica constituyó una contundente victoria a favor de la aprobación del mandato presidencial de Hugo Chávez Frías, marcándose de esta forma un hito en la historia nacional, continental y mundial, al constituirse en el primer Jefe de Estado que se somete a este tipo de consulta específica en el mundo entero. 2005: Año del Salto Adelante, hacia la construcción del Socialismo del Siglo XXI: Durante este año gubernamental la gestión del presidente Hugo Chávez Frías logró posicionar la influencia y expansión de las misiones sociales. Estos programas masivos contribuyeron con el nacimiento de la nueva institucionalidad y la nueva visión social que fundamenta el proceso revolucionario, puesto que conforman estructuras emergentes que dan viabilidad a un cambio institucional donde varias organizaciones trascienden los ámbitos exclusivos de competencia para lograr un fin común.
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