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Los Rosacruces – Sabiduría Occidental (página 8)

Enviado por Antonio Justel


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XXIX

LA ORACIÓN: SUS REQUISITOS Y PODER

Para comprender de forma lógica lo que la oración es, permítasenos encuadrarla en el siguiente supuesto: Supongamos que Dios en primer término, y los Espíritus Planetarios en segundo y junto a Él, conformasen una gran Central productora de energía eléctrica, cuyas conexiones alámbricas se dirigiesen a todos los puntos tanto de cualquier país como del mundo; admitamos que en todas y en cada una de las casas existen conmutadores por los que, una vez abiertos, aquella la energía que antes permanecía fuera, en los alambres y en la Central, comienza a penetrar en los respectivos domicilios, iluminándolos o poniendo en movimiento las correspondientes máquinas o motores, y, ello, porque habrán sido dispuestas y usadas normas coherentes con las leyes que rigen nuestro mundo a fin de que pueda llevarse a cabo la manifestación de la energía eléctrica. Pues bien, y teniendo en cuenta que la conexión entre la divinidad y el hombre es permanente, pues en Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, en todo este esquema, nosotros somos cada casa, cada domicilio, y, la oración, por tanto, el conmutador mediante el cual podremos ponernos en contacto con Dios. Ahora bien, es una ley física que la electricidad fluya a través de conductores de cobre o de otro metal; pero sabemos, sin embargo, que el cristal es aislante para ella, por lo que, antes de que podamos obtener electricidad, luz en nuestra casa, será preciso que dispongamos de un conmutador hecho de acuerdo con dicha ley, es decir, de un conmutador de cobre. Porque si empleáramos uno de cristal, con seguridad aquella no pasaría, no entraría en nuestro domicilio. En consecuencia y de igual modo, si nuestras oraciones – o conmutador – se acomodan a las leyes de Dios, el propósito divino podrá manifestarse a través de ellas y ser respondido; pero, si de otro modo, la oración fuese contraria a la voluntad divina – como por ejemplo, si el karma de por quien se pide impidiera una realización – tal oración, naturalmente, sería semejante a un conmutador de cristal respecto al circuito eléctrico. "Allí donde dos o más estuviesen reunidos en mi nombre, Yo estaré en medio de ellos", dijo Cristo. Por tanto, si partimos del calor que albergan nuestros carbones individuales, y nos juntamos para orar por algo definido, aquel calor que se encuentra latente en cada uno de nosotros, puede encenderse en llama y emitir luz y calor. Quizás no debiera hacer falta que aclarásemos que, de acuerdo con la calidad de la oración, así habrá de ser su eficacia. ¿ No es comprensible que si una oración sale de mentes limpias y de corazones nobles y puros, su capacidad y efecto han de implicar abundancia de lo que se solicita o pide ? Así, pues, si los sistemas orientales emplean la concentración en un punto determinado para conseguir ayuda divina, al mundo occidental le ha sido dada la oración, puesto que ésta va a implicar no ya y en sí misma la fría concentración intelectual, sino una inmersión o cooperación del propio sentimiento, conformando un poder con capacidad de desbordar lo imaginable. Para ilustrar un tanto acerca de cómo se lleva a cabo el proceso de relación hombre-Dios a través de la oración, tomemos la tromba marina como ejemplo. Tal vez no hayan visto este fenómeno de la Naturaleza, pero es maravilloso e imponente. Por lo general, y en el momento en que ocurre, el cielo parece colgar muy bajo sobre el agua, notándose una gran tensión en el aire, como una depresión o concentración. Después, y gradualmente, parece como si un punto del cielo descendiese hacia el agua, a la vez que las olas, en un cierto lugar, parecen saltar, hasta que tanto el cielo como el agua se unen en vertiginosa vorágine. Algo similar viene a ocurrir cuando una persona o número de personas se unen en fervorosa oración porque, cuando una persona suplica intensa y sinceramente a un poder superior, su aura forma como un embudo que se parece a la parte inferior de la tromba. Esta forma áurica salta en el espacio a una gran distancia hacia arriba, y estando en sintonía con la vibración Crística del mundo interplanetario del Espíritu de Vida, hace descender de allí un poder divino que entra en la persona o grupo de personas, y anima la forma de pensamiento que ellas hayan creado y visualizado. De este modo se cumplirá el objeto por el cual hayan pedido al unirse. Ahora bien, como ya hemos advertido, se ha de tener presente que el método occidental de orar no debe consistir en un frío proceso intelectual, pues debe unírsele de manera ineludible una cierta cantidad de sentimiento adecuado a fin de lograr el objeto deseado, porque, a menos de esta intensidad de sentimiento esté presente, el objeto no se realizará. Este es el secreto de todas las oraciones milagrosas (supuestos curativos) de que se tiene noticia: la persona o personas que oraban se hallaron siempre poseídas de un intenso fervor; su ser entero se encontraba absorbido en el deseo por aquello que oraban, por lo que se elevaban a sí mismas a los mismos reinos de lo divino y hacían descender la respuesta del Padre, que es el Gran Médico. Pero, para estar en consonancia con la universal ley del karma y evitar el gran peligro de mal usar este maravilloso poder, siempre deben ser dirigidas las súplicas por los demás en consonancia con las palabras del Cristo: "No se haga mi voluntad, sino la Tuya". De otra parte, debe saberse que así como cada nación envía embajadores a las demás naciones, del mismo modo existen embajadores de cada uno de los Grandes Ángeles Planetarios presentes en nuestra Tierra. Ellos son los siguientes:

Ithuriel es el embajador de Urano Cassiel " Saturno Zachariel " Júpiter Samael " Marte Anael " Venus Rapahel " Mercurio Miguel " Sol Gabriel " Luna

Si bien hemos de advertir que los embajadores de los planetas son Arcángeles, en cambio, Gabriel, embajador de la Luna, tiene la naturaleza de Ángel. Más aún, dichos embajadores tienen a su cargo todos y cada uno de los apartados y negocios de la vida, como asimismo cada cual tiene atribuidas determinadas horas planetarias, las cuales son propicias para la invocación respectiva; motivo por el que – consultando el diagrama oportuno al efecto – quien quiera dirigirse a un embajador concreto, podrá hacerlo en las condiciones más favorables a su correspondiente petición. Así, por ejemplo: Sabiendo que Jehová tiene bajo su cuidado y el de sus ángeles tanto la salud de la forma, es decir del cuerpo, como todo cuanto se relaciona con la fecundación, alguien que se encuentre necesitado de recuperar la salud o mismamente de parir o engendrar ¿ es que no tendrá a bien solicitarlo al ángel Gabriel, y, precisamente, en lunes, día de la luna, y cuando ésta se encuentre en la fase creciente ? Por su importancia, los ángulos de los rayos planetarios son de influencia decisiva.

XXX

DESARROLLO FUTURO E INICIACIÓN

Alquimia y crecimiento del alma

El cuerpo denso comenzó su desarrollo en el Período de Saturno, pasó sucesivas transformaciones a través de los Períodos Solar y Lunar, y alcanzará su mayor grado de desenvolvimiento en el Período Terrestre. El cuerpo vital germinó en la segunda revolución del Período Solar, fue reconstruido en los Períodos Lunar y Terrestre, y alcanzará la perfección en el Período de Júpiter – su cuarto grado – así como la Tierra hace al cuarto grado en cuanto al cuerpo denso se refiere. El cuerpo de deseos partió en el Período Lunar, fue reconstruido en el Período Terrestre, será modificado nuevamente en el Período de Júpiter, y alcanzará la perfección en el Período de Venus. La mente ha nacido en el presente Período Terrestre, ha de ser modificada en los Períodos de Júpiter y Venus, y alcanzará la perfección en el período último, en el de Vulcano. Si examinamos el diagrama 14 se verá que el globo inferior del Período de Júpiter se encuentra situado en la Región Etérica. Por tanto, sería imposible el uso de un vehículo físico allí, pues únicamente el cuerpo vital puede ser usado en la Región Etérica. Sin embargo, hagamos la observación de que no debe suponerse de ningún modo que después de haber transcurrido tanto tiempo desde que comenzó el Período de Saturno hasta el final del Período Terrestre, empleado todo él en completar y perfeccionar el cuerpo denso, éste sea abandonado completamente para que el hombre pueda funcionar en un vehículo "más elevado", pues la Naturaleza no malgasta ni desperdicia absolutamente nada. Su economía es proverbial. En el Período de Júpiter las fuerzas del cuerpo denso serán superimpuestas sobre un cuerpo vital al completo. Este último poseerá, además de sus propias facultades, los poderes del cuerpo denso, por tanto será un instrumento mucho más útil para la expresión del triple espíritu que si estuviese constituido por sus únicas fuerzas exclusivamente. De forma similar, el Globo D del Período de Venus está situado en el Mundo del Deseo (véase diagrama 14) y allí no puede emplearse ni un cuerpo vital ni el denso como instrumento de conciencia, por lo que, en consecuencia, las esencias de los cuerpos vital y denso perfeccionados serán incorporadas allí también a un completo cuerpo de deseos, convirtiéndose por ello éste último es un vehículo de cualidades trascendentales, adaptado maravillosamente y sensibilísimo al menor impulso del espíritu interno, tan superior a nuestras presentes limitaciones, que actualmente está más allá de nuestra más elevada concepción. Aún siendo así, la eficiencia de este espléndido vehículo será trascendida cuando en el Período de Vulcano su esencia, junto con las de los vehículos vital y denso, se agreguen al cuerpo mental, que se convertirá entonces en la más elevada expresión de los vehículos humanos, conteniendo en sí mismo la quintaesencia de lo mejor que había en la totalidad de sus vehículos. Si el vehículo del Período de Venus está más allá de nuestra comprensión actual, cuánto más no habrá de estarlo el que prestará su servicio más exquisito a los divinos seres del Período de Vulcano. Durante la involución, las jerarquías creadoras ayudaron al hombre a despertar a la actividad su Triple Espíritu, el Ego, a fin de que construyera el triple cuerpo y adquiriera el eslabón de la mente. Ahora, no obstante, y por emplear el lenguaje bíblico, en el séptimo día Dios descansa; el hombre, pues, debe trabajar por su propia salvación. En consecuencia, el Triple Espíritu debe completar por sí mismo la obra del plan que en su día fue comenzado por los Dioses. El Espíritu Humano, que fue despertado durante la Involución correspondiente al Período Lunar, será el más prominente de los tres aspectos o fuerzas del espíritu en la evolución del Período de Júpiter, que es el período correspondiente al arco ascendente de la espiral. El Espíritu de Vida, cuya actividad comenzó en el Período Solar, manifestará principalmente su actividad en el correspondiente Período de Venus; y, por fin, las influencias particulares del Espíritu Divino, serán las más fuertes en el Período de Vulcano, puesto que, dentro del arco evolutivo, fue vivificado en el simétrico Período de Saturno. Estos tres aspectos del espíritu están en actividad mientras dura la evolución, pero la actividad principal de cada aspecto se desarrollará en dichos períodos particulares porque la obra a ejecutarse allí es su obra concreta y específica. Una vez que el triple espíritu ha desarrollado el triple cuerpo y ha obtenido el dominio de ellos por medio del foco mental, entonces, trabajando desde dentro, es cuando comienza a desarrollar la triple alma. La mayor o menor alma que un hombre tenga dependerá de la cantidad de trabajo que el espíritu haya efectuado en sus respectivos cuerpos, cuestión por otra parte ya explicada a raíz de las experiencias habidas postmortem. En tiempo presente, todo cuanto el cuerpo de deseos haya sido trabajado por el Ego queda transmutado en Alma Emocional, la cual es al fin asimilada por el Espíritu Humano, cuya contraparte o vehículo especial es el cuerpo de deseos. Todo cuanto el cuerpo vital haya sido trabajado por el Espíritu de Vida se convierte en Alma Intelectual, constructora del Espíritu de Vida, porque ese aspecto o fuerza del triple espíritu tiene su contraparte en el cuerpo vital. Y todo cuanto el cuerpo denso haya sido trabajado por el Espíritu Divino se transforma en Alma Consciente, la que últimamente se sumerge en el propio Espíritu Divino porque el cuerpo denso es su contraparte, su réplica, su emanación material, su reflejo en el mundo tridimensional o físico en que vivimos. El Alma Consciente crece por la acción, por los impactos externos y la experiencia. El Alma Emocional crece por los sentimientos y emociones generados por las acciones y la experiencia. El Alma Intelectual es un mediador entre las dos anteriores, y crece por el ejercicio de la memoria, la que liga las experiencias pasadas con las presentes, así como con los sentimientos engendrados por ellas, creando y dando así lugar a la simpatía y antipatía, que no pueden existir aparte de la memoria, pues los asentimientos resultantes de la sola experiencia serían por sí mismos y en sí mismos evanescentes. Y si durante la involución el espíritu progresó en el pasado a base de formar y mejorar cuerpos, la evolución, en cambio, depende ahora del crecimiento del alma. El alma, por así decirlo, es una quintaesencia, el poder o fuerza extraída por espiritualización de cada uno de los correspondientes cuerpos; y cuando un cuerpo ha sido completamente construido, alcanzando la perfección a través de diversos estados y períodos en la forma descrita, su alma extraída es absorbida por uno de los tres aspectos del espíritu, precisamente por aquél que generó el cuerpo en calidad de contraparte o reflejo. Así: El Alma Consciente será absorbida por el Espíritu Divino en la séptima revolución del Período de Júpiter; El Alma Intelectual será absorbida por el Espíritu de Vida en la sexta revolución del Período de Venus; El Alma Emocional será absorbida por el Espíritu Humano en la quina revolución del Período de Vulcano.

La Palabra Creadora

De todos los instrumentos que el espíritu posee, la mente es el más importante, el especial en la obra de la creación, pues si la laringe espiritualizada y perfecta en el futuro hablará la Palabra Creadora, la mente perfeccionada decidirá tocante a la forma particular y volumen de vibraciones, por lo que sin duda será factor determinante. La Imaginación, fuerza preeminentemente femenina, será la facultad espiritualizada que dirigirá la creación. La imaginación, por tanto, es algo imprescindible, fundamental. Ella es quien proyecta nuestras casas, nuestros vestidos, nuestros aviones y nuestro entero futuro. Cualquier perfeccionamiento, tanto en lo físico como en lo espiritual, ha de ser imaginado previamente en cuanto posibilidad para que pueda llegar a convertirse en una cosa real. Si el lector tiene la amabilidad de examinar el diagrama 3, entre las funciones de los diferentes vehículos humanos y las partes de un estereoscopio, la mente corresponde a la lente. Ella equivale al foco mediante el cual las ideas producidas por la imaginación del espíritu se proyectan sobre el universo material. Primeramente son sólo pensamientos-forma (imaginaciones), pero cuando el deseo de realizar las posibilidades imaginadas ha puesto al hombre en acción en el Mundo Físico, entonces se convierten en lo que denominamos "realidades concretas". De todas formas, actualmente la mente no se encuentra lo bastante desarrollada aún de manera que pueda permitir dar una imagen cierta y clara de lo que el espíritu imagina., es decir, no está debidamente enfocada, pues proporciona cuadros confusos y borrosos. De ahí las necesidades de la experimentación, pues demostrando los defectos de la primera concepción, conducirá a nuevas imaginaciones e ideas, y ello hasta que la imagen producida por el espíritu en sustancia mental haya cuajado debidamente en sustancia física. En definitiva, sólo somos capaces de formar en la mente imágenes que tengan relación con la Forma porque la mente humana no se desarrolló hasta el Período Terrestre y, por tanto, se halla ahora en su estadio primero de forma o "mineral", por lo que en nuestras operaciones nos encontramos limitados a las formas, a los minerales. Por ello, si bien podemos imaginar maneras o medios de trabajar las formas minerales de los tres reinos inferiores, apenas si podemos hacer algo o nada en los cuerpos vivientes. Podemos ciertamente injertar un árbol con una rama viviente, o llevar una parte viviente de un animal al hombre, pero en realidad no es con "la vida" con lo que estamos trabajando sino con la forma únicamente. Esto debe quedar bien grabado, indeleblemente. Crear la vida está más allá del poder del hombre, y así será hasta que su mente no se desarrolle y se convierta en una estructura ciertamente viviente. En el Período de Júpiter, hasta cierto punto, la mente se vivificará, y el hombre podrá imaginar en ese entonces formas que vivirán y crecerán como las plantas. En el Período de Venus, una vez que su mente haya adquirido "sentimiento", podrá crear cosas vivientes y sensibles, además de poseer capacidad para crecer. Y cuando obtenga la perfección, al final del Período de Vulcano, la mente podrá "imaginar" la creación de criaturas que vivirán y crecerán, sentirán y pensarán. En concordancia con lo anterior, nuestra humanidad actual tendrá a su cargo la oleada de vida que comenzó su evolución en el Período Terrestre, la que justamente anima ahora a los minerales. En este momento estamos trabajando con ellos por medio de la imaginación y dándoles forma, haciendo con ellos barcos, puentes, ferrocarriles, casas, ordenadores y aviones, además de vehículos espaciales y otros sueños imaginarios. Ya, en el Período de Júpiter, guiaremos la evolución del reino vegetal, porque lo que, encontrándose ahora en estado mineral, para entonces tendrá una existencia análoga a la de las plantas: Lo haremos de igual modo a como lo hacen en el presente con las plantas los Ángeles. Nuestra mente se habrá desarrollado de tal manera que no sólo tendremos capacidad para imaginar formas, sino que seremos capaces de animarlas dándoles vitalidad. En el Período de Venus, los minerales de hoy habrán avanzado un paso más, por lo que deberemos dirigir a los animales de ese tiempo, tal a como lo hacen hoy los Arcángeles con los animales presentes, dándoles vitalidad y formas sensibles. Y ya, en el Período de Vulcano, nuestro privilegio consistirá en proporcionarles una mente germinal, como los Señores de la Mente lo hicieron con nosotros en la Época Atlante. Los minerales de hoy serán la humanidad de dicho período, y nosotros habremos pasado a través de estados análogos a los recorridos por los Ángeles y los Arcángeles y avanzado un poco más, pues alcanzaremos un punto evolutivo superior al de los presentes Señores de la Mente, pues nunca tiene lugar una reproducción exacta en parte alguna, y sí en cambio un perfeccionamiento progresivo debido a los trazos hacia arriba y hacia adelante de la espiral. El Espíritu Divino absorberá al Espíritu Humano al finalizar el Período de Júpiter, al Espíritu de Vida a la conclusión del Período de Venus, y a la Mente perfeccionada – encerrando todo lo adquirido a lo largo de los siete períodos, a la finalización del Período de Vulcano. Posteriormente surgirá un largo intervalo de actividad subjetiva, durante el cual los espíritus virginales absorberán todos los frutos del Período Septenario de Manifestación habido. Pasado este intervalo se sumergirán en Dios – de quien vinieron – para re-emerger al alborear otro Gran Día, como otros de sus Gloriosos Colaboradores, pues durante la pasada evolución sus posibilidades latentes habrán sido transmutadas en poderes dinámicos, y habrán adquirido no sólo Poder de Alma sino Mente Creadora como fruto de su peregrinaje a través de la materia. Por tanto, habrán avanzado desde la impotencia a la omnipotencia y de la nesciencia a la omnisciencia.

XXXI

ACERCA DEL CONOCIMIENTO DIRECTO

Ayudas de que dispone la humanidad

Toda persona interesada tiene a su disposición los medios para poder investigar por sí misma todos los hechos a que hemos ido haciendo referencia anteriormente. Cualquier hombre o mujer puede conocer por sí mismo las verdades relacionadas con el peregrinaje del alma, la evolución pasada y el futuro destino del mundo, sin necesidad de depender de nadie. Por tanto, existe, naturalmente, un método para ello que, de seguirlo de manera persistente, puedan con él desarrollarse los poderes de un Dios. Y si un buen artesano es sumamente escrupuloso con las herramientas que usa o ha de usar, de igual modo el Ego tiene a su disposición varios instrumentos: un cuerpo denso, un cuerpo vital, un cuerpo de deseos y una mente. Por lo que, y obviamente, de su calidad y estado dependerá la obra que pueda llevar a cabo para adquirir la experiencia que persiga. No olvidemos que el alma está aquí para adquirir experiencias por medio de sus instrumentos, y los distintos cuerpos y la mente son los que le suministra cada nacimiento, y serán buenos, malos o indiferentes de acuerdo con lo que se haya aprendido en las experiencias pasadas para construirlos. Pero sin duda, antes de dar comienzo al trabajo de nuestro propósito, es lógico que hayamos procedido a "afilar" nuestras herramientas, a ponerlas a tono para la finalidad que perseguimos: la unión y equilibrio entre el Yo Superior y el Yo inferior, las dos polaridades, la masculina y la femenina; en una palabra, la consumación del matrimonio místico entre el triple espíritu (fuego) y la quintaesencia de su reflexión en la materia o el triple cuerpo (agua) Hay tres grados para tal conquista espiritual y tres son las ayudas al efecto. La primera ayuda es la Religión de Raza, mediante la cual podremos dominar el cuerpo de deseos, preparándolo para la unión con el Espíritu Santo. Su expresión podemos apreciarla en el Día de Pentecostés, pues como el Espíritu Santo (Jehová) es el Dios de Raza, todos los idiomas son dados por Él, cosa que llevaron a cabo los apóstoles, dado que sus cuerpos de deseos habían sido suficientemente purificados para producir aquella unión y despertar en sí mismos dicha facultad (El conde de Saint Germain, una de las últimas encarnaciones de Cristián Rosenkreuz, fundador de la Orden Rosacruz, hablaba todos los idiomas, por lo que todos aquellos a quienes él dirigía la palabra creían que era de la misma nacionalidad que ellos. También él había realizado la unión con el Espíritu Santo) La segunda ayuda que la humanidad tiene a su disposición en este momento es la Religión del Hijo, la Religión Cristiana, la cual tiene por objeto la unión con Cristo mediante la purificación del cuerpo vital. "Hasta que El Cristo no nazca de vosotros…", dice San Pablo. El cuerpo vital se construye mediante la repetición, su palabra-clave, pues mediante ella se crea y consolida la memoria. Los Guías de la humanidad, pretendiendo dar ayuda inconsciente por medio de ciertos ejercicios, indicaron la oración como medio de producir pensamientos dulces y puros destinados a elaborar y mejorar el cuerpo vital, por lo que recomendaron que "oraran sin cesar". Cristo mismo dio a la humanidad una oración que, cuan Él mismo, es única y universal a un tiempo: el Padrenuestro. Puesto que ya ha sido explicada más arriba, únicamente remitiremos a ella. Si las Religiones del Espíritu Santo (Jehová) o Religiones de Raza, tuvieron por objeto la elevación del género humano por medio del sentimiento de pertenencia a un grupo determinado, ya familiar, de tribu o nación, el propósito de la Religión del Hijo tiene como misión elevar aún más a la humanidad, hasta formar una Fraternidad Universal compuesta por individuos separados y libres. La tercera ayuda consistirá en la Religión del Padre, que consistirá en la eliminación de toda separatividad mediante la inmersión en el Uno, así que ya no habrá más "yo" ni "tú", puesto que, en realidad, todos seremos uno. Sin embargo, esto no ha de suceder mientras habitemos la Tierra física, sino en un futuro estado en el que comprenderemos nuestras unidad con todo, y teniendo cada uno acceso a todos los conocimientos adquiridos por cada individuo en particular. Tendrá similitud a como una sola faceta de un diamante tiene acceso a toda la luz que se filtra por cada una de las demás facetas, y siendo una con ellas, si bien limitada por líneas que le dan cierta individualidad "sin separatividad". Así también el espíritu individual retendrá la memoria de sus experiencias particulares, si bien dado a los demás a un tiempo los frutos de su propia e individual experiencia. Por tanto, éstos son los medios por los que a la larga se purifican los diferentes cuerpos de la humanidad, pero, en cualquier caso, el aspirante al conocimiento superior trabaja conscientemente para alcanzar esos fines, por métodos bien definidos y de acuerdo con su constitución.

Educación Esotérica

Ciertamente, en la mayoría de las personas la mayor parte de la fuerza creadora que legítimamente puede usarse por los órganos de generación, es empleada para la gratificación de los sentidos, por lo que muy poca cosa puede ascender hacia arriba, tal y como se indica en el diagrama 2. Cuando el aspirante a la vida superior, a la vida espiritual, comienza a dominar sus excesos y dedica cada vez más su atención a pensamientos y esfuerzos de naturaleza espiritual, el clarividente educado puede ver ascender la fuerza sexual no utilizada, siguiendo el sendero marcado, atravesando el corazón y la laringe, o directamente por entre el cuerpo pituitario y la glándula pineal hacia el punto oscuro de la raíz de la nariz, donde el más elevado espíritu, el Divino, tiene su asiento. En alguien que esté buscando la iluminación siguiendo líneas puramente intelectuales, la corriente sexual pasará especialmente sobre la médula espinal, y únicamente una pequeña parte seguirá el camino del corazón. Por el contrario, en el místico, que más bien "siente" antes que conocer, esas corrientes seguirán con preferencia el camino que pasa por el corazón. Por tanto, el temperamento del aspirante resulta esencial. De cualquier modo, ambos están de esta manera desenvolviéndose anormalmente y cada uno de ellos tendrá que dedicar su atención a desarrollar lo que antes descuidó, a fin de complementarse plenamente. Por ello, el objeto de los Rosacruces es dar enseñanzas que satisfagan a ambas clases de aspirantes, si bien sus esfuerzos principales se dirigen a la mente muy desarrollada, puesto que su necesidad es la mayor. Cuando el candidato ha vivido una vida de valor espiritual durante cierto tiempo como para establecer la corriente de fuerza espiritual hacia arriba aludida, y se le encuentra apto y capacitado para recibir instrucciones esotéricas, se le proporcionan algunos ejercicios para poner en vibración el cuerpo pituitario. Esta vibración hace que este cuerpo choque y desvíe ligeramente la línea de fuerza más próxima, la cual, a su vez, choca con la próxima a ella, continuando así el proceso hasta que la fuerza de vibración se agota. Cuando por la vibración creciente del cuerpo pituitario las líneas de fuerza han quedado suficientemente desviadas como para alcanzar la glándula pineal, entonces es cuando se realiza el objeto perseguido, porque se habrá establecido un puente entre ambos órganos. Se trata del puente entre el Mundo de los Sentidos y el Mundo del Deseo. A partir de ese momento la persona se hace clarividente y puede dirigir su mirada a voluntad, por lo que los objetos sólidos los podrá ver a un tiempo por dentro y por fuera, y el espacio y la densidad, en cuanto obstáculos para la observación, habrán dejado de existir. No será un clarividente entrenado o educado, desde luego, pero es clarividente a voluntad, un clarividente de los voluntarios, acerca de los que ya hemos hablado. La persona en quien ya se ha construido ese puente, siempre estará segura de poder ponerse en contacto con los mundos internos, estableciendo o interrumpiendo a voluntad la conexión con ellos. Ya no le será necesario ponerse en trance o llevar a cabo algo anormal para elevar su conciencia hasta el Mundo del Deseo. Simplemente queriendo ver, ve. El recién llegado, de todos modos, si bien es cierto que ve, deberá aprender sin embargo a ver y a discernir en el nuevo mundo, porque en el mundo físico los objetos son densos, sólidos, y no cambian instantáneamente. En el Mundo del Deseo, por el contrario, cambian de la manera más fugaz e inestable; de todos modos, las instrucciones del Instructor, colocan bien pronto al discípulo desde un punto tal que, aun cambiando la forma todo cuanto quiera, podrá percibir la Vida que produce dicho cambio, sabiendo por qué es, y ello a pesar de todos los cambios que puedan producirse. En consecuencia, el poder que permite a uno percibir los objetos de un mundo, en ningún caso es idéntico al de entrar en ese mundo y poder funcionar en él. Así, y de esta forma, el clarividente voluntario no debe engañarse, pues aun cuando haya recibido algún entrenamiento y pueda distinguir lo verdadero de lo falso en el Mundo del Deseo, prácticamente está en la misma relación que un prisionero tras la reja de la ventana que lo separa del mundo exterior: puede verlo, pero no puede funcionar en él. Por tanto, la educación o ejercitamiento esotérico no solamente abre la visión interna del aspirante, sino que, a su debido tiempo, se le dan ejercicios que le suministrarán un vehículo en el cual podrá funcionar en los mundos internos de una forma perfectamente consciente. Como cualquier información o instrucción esotérica, ésta jamás se vende, pues ello no es más que el resultado de haberse calificado el discípulo a sí mismo para recibirla.

Concentración

Lo primero a conseguir es mantener los propios pensamientos sobre un ideal y mantenerlos, sin permitir que se desvíen de él. No es una tarea fácil, pero resulta indispensable que se lleve a cabo en alguna extensión antes de que pueda llevarse a cabo algún progreso posterior. La fuerza del pensamiento es el medio más poderoso para la adquisición de conocimiento. Si se concentra sobre un asunto, se abrirá camino a través de cualquier obstáculo y obtendrá la resolución del problema. Si s e posee la cantidad necesaria de energía mental, no hay nada que esté más allá de la comprensión humana. La gente está pensando constantemente en otras cien cosas distintas a que aquella que tiene entre manos. Todo triunfo, todo éxito, se ha conseguido por medio de la concentración persistente en el fin deseado; por ello es algo que el aspirante a la vida superior debe aprender positivamente a hacer. No hay otro camino. Sin ella, es imposible obtener un resultado fructífero o alentador. Este ejercicio de concentración mental debe ser efectuado por la mañana, al despertarse, relajándose y dejando que el cuerpo no sienta molestias. Enseguida, tras haberse despertado, es mayor la capacidad para ponerse en contacto con los mundos internos que en cualquier otro momento del día. Cuando el aspirante puede formar imágenes sobre el ideal requerido, consiguiendo mantenerlas allí, fijas, puede tratar de hacerlas desaparecer súbitamente y mantener la mente firme, sin pensamiento alguno, en espera de lo que venga a ese vacío. Puede que durante largo tiempo no aparezca nada, por lo que el aspirante debe guardarse muy mucho de crearse visones él mismo; pero si mantiene esa actitud puntual y paciente todas las mañanas, un día vendrá sin duda en que, en el momento de desaparecer aquella imagen o imágenes, y en algo semejante a la rapidez de un relámpago, se desplegará a su alrededor el Mundo del Deseo ante su visión interna. Podrá, no obstante, aparecer como una mera vislumbre, pero será una vislumbre de lo que inequívocamente ha de venir.

Meditación

Una vez que el aspirante al conocimiento directo ha enfocado la mente durante un tiempo sobre un objeto determinado, construyendo un pensamiento-forma viviente con la imaginación, ahora, y por medio de la meditación, podrá aprender todo cuanto se refiere a tal objeto. Así, por ejemplo, si lo imaginado ha consistido un melocotonero en flor, el aspirante podrá tratar de pensar hacia atrás acerca de cómo se ha ido construyendo aquella multitud de flores, cómo primero aparecieron unas diminutas yemas y lentamente se fueron abriendo entre las hojas para llegar a adquirir una a una y todas juntas la maravilla que ahora está contemplando; podrá procurar asimismo y paso a paso el crecimiento de las hojas, de los tallos del árbol, acerca del engrosamiento año a año del tronco, incluso ir más atrás y advertir que, tras ser puesta la semilla en tierra, el caparazón duro se fue rompiendo para que poco a poco unas raicillas fueran irradiando en la tierra para expandirse, a la vez que un tallito, leve y tierno, ascendía de entre el reino de la oscuridad al encuentro con de la luz. Una vez que nuestro aspirante al conocimiento directo ha actuado conjuntamente a través de la imaginación y la meditación, habrá podido descubrir que tras las más simples apariencias existen ignoradas y complejas historias a las que normalmente no tenemos acceso o bien pasan ante nosotros desapercibidas. Y se habrá dado cuenta sin duda de que la aprehensión de conocimiento es ilimitada.

Observación y discernimiento

La valía de la observación es de primer orden. Haría bien el aspirante a la vida superior procurar llevar a cabo una observación meticulosa de las cosas que le rodean, no de otra forma logrará disponer de una memoria consciente y exacta para imaginar con acierto aquello que desee. En todos los órdenes de la Naturaleza la precisión es de suma importancia; porque es cierto que vivimos, que pasamos por la vida sin ver. De aquí que, ver y distinguir las cosas con nitidez hasta en sus más mínimos detalles tenga en sí trascendencia enorme no sólo a fin de deducir conclusiones de los actos y poder cultivar el razonamiento lógico, sino, y sobre todo, de cara al segundo cielo, cuando allí debamos corregir líneas, elementos o presuntas disfunciones encontradas en nuestro cuerpo anterior y sea posible efectuarlo con corrección, meticulosidad y exactitud. Cuando se practica este método de observación es de necesidad tener presente que sólo debe emplearse para agrupar hechos y no con propósitos de crítica malévola, ya que la crítica constructiva, la que señala los defectos y el modo de corregirlos, es la base de todo progreso personal o ajeno. Por el contrario, la crítica destructiva constituye una úlcera que por todos medios deberíamos intentar que desapareciera de nuestras vidas, como asimismo las meras charlas o conversaciones triviales, pues por sí mismas devienen en obstáculos para el crecimiento espiritual. De forma natural resulta obvio que la crítica debe ser ejercida siempre con intención de ayudar y no para molestar o agriar el carácter de quien sea, sobre todo cuando hemos descubierto una manchita sin trascendencia alguna, es decir, cuando descubrimos la pajita ajena y no la viga nuestra. En cualquier caso, no existe nadie que no necesite mejorar. De ahí que, entre mejor sea una persona, menos faltas apreciará en los demás, pues se preguntará de inmediato que quién es ella para arrojar contra nadie reprensión o piedra alguna. Por tanto, si al apreciar el discernimiento apreciamos una falta, hagámoslo sin el menor sentimiento personal hacia el afectado e indicando, si es posible, el medio de poderla corregir, buscando en todos los casos "lo bueno" que suele permanecer oculto, aunque sea de escasa o mínima relevancia. Salvar a alguien de algún aspecto desagradable que presente es señal de caridad envidiable. Hemos visto, pues, que la concentración consiste en enfocar el pensamiento sobre un solo objeto, y que es el medio por el cual construimos una imagen clara, objetiva y viviente de la forma sobre la que deseamos adquirir conocimiento; y hemos visto que la meditación es el ejercicio por medio del cual seguimos la historia del objeto y nos ponemos en relación con todos los detalles del mismo con respecto al mundo en general. Estos dos ejercicios mentales se refieren en la más profunda manera imaginable a las cosas, por lo que conducen a un estado – tocante al alma de las cosas – más elevado, penetrante y sutil en cuanto a desarrollo mental se refiere. Ese estado es el denominado contemplación.

Contemplación

A través de la contemplación no es necesario imaginar o pensar para conseguir la información que se desee, como ocurría en la meditación, pues en la contemplación únicamente debe mantenerse el objeto ante la visión y dejar que el alma de aquél nos hable acerca de sí mismo. Normalmente se reposará sobre el lecho no de forma abandonada o negativa, sino estando muy alerta, en espera de la información que con toda seguridad acudirá si hemos alcanzado el grado de desenvolvimiento requerido. Entonces, la forma del objeto parecerá que se desvanece, viendo exclusivamente la Vida activamente, enseñándonos todo lo referente al aspecto vital, de igual forma a como la meditación nos enseñaba todo aquello que se refería a la forma. Por ello, bajo la contemplación, por ejemplo, de un árbol, se perderá por completo la forma del mismo y sólo será tenida en cuentas la Vida que, en ese caso, consistirá en un Espíritu-grupo. Pero, para añadido nuestro, podremos descubrir con asombro que el Espíritu-grupo comprenderá además a los diversos insectos que de él se alimentan, así como que el parásito y su presa son emanaciones del mismo Espíritu-grupo, dado que, entre más nos elevemos en los reinos de lo invisible, menos formas separadas y distintas encontraremos, al tiempo que aprehenderemos que la Vida Una predomina por completo, imprimiendo en el ánimo del investigador el hecho real de que no hay sino la Vida Universal de Dios en quien en realidad todos "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser". Por medio de la contemplación encontraremos que los minerales, los vegetales y el hombre – todos, sin excepción alguna – no somos sino manifestaciones de Dios, hecho éste que suministrará y pondrá las bases ciertas para una fraternidad que lo incluirá todo, absolutamente todo en el contexto de la creación. En consecuencia, el ocultista "sabe" que, a pesar de cualquier distinción aparente, fundada en virtualidades de clases, razas o similares, etc., la Vida Universal y Única es la que fluye sin cesar en todas y cada una de las formas existentes.

Adoración

Tras la altura espiritual alcanzada mediante la contemplación, ha de darse un paso más elevado aún: el de la adoración. Por media de ella, el aspirante se unirá él mismo con la Fuente de todas las cosas, última realización posible a lograr por el hombre, unión que permanecerá hasta el final del Gran Día de esta Manifestación actual. Hemos de dictar que tanto la contemplación como la adoración sólo son alcanzables con la ayuda de un instructor. Sin embargo, el aspirante no debe temer no encontrarlo, pues una vez que sus vehículos comiencen a brillar en los mundos internos, el Maestro aparecerá con toda seguridad; no en vano fue dicho: "buscad y encontraréis". No queremos decir con ello que el hecho de ir de un instructor a otro consiste en buscar, puesto que la luz que en teoría buscamos, esa, debe ser encendida dentro por nosotros mismos; es la estrella que, irradiando, nos ha de traer, nos ha de acercar al verdadero instructor, ya que éste nunca es elegido por el aspirante, sino a la inversa, dado que será el Maestro quien se acerque al aspirante. Referente al tiempo requerido para obtener resultados por medio de los diversos ejercicios de que hemos hablado, dependerá de cada uno en función de su aplicación, de su estado de desarrollo y del destino pendiente; por ello no es posible referirse a un tiempo general. Los hay que a los pocos días o semanas los obtendrán, otros deberán trabajar durante meses o años, y quizás durante una vida entera sin palpar resultados concretos, si bien el esfuerzo quedará siempre hecho, latente, por lo que el aspirante fiel, de persistir en su empeño, no cabe duda alguna de que en esta u otra vida se encontrará con la recompensa debida a su paciencia, a su perseverancia y a su paciencia. Una vez que sus ojos se abran a los mundos internos – y constantemente desde entonces, y ya se encuentre vivo o haya muerto – su conciencia será ininterrumpida. Su existencia será continua y consciente, cosa que le permitirá elevarse más rápido a escalones superiores y prestar más arduos y desinteresados servicios en favor de la humanidad.

XXXII

CRISTIÁN ROSENKREUZ Y LA ORDEN DE LOS ROSACRUCES

Antecedentes y actualidad

Todo en el mundo se encuentra sujeto a la ley y toda nuestra evolución efectuó su progreso físico y espiritual a un tiempo. El Sol, tal y como lo conocemos es el dador de la luz física, y, aparentemente, marcha del Este hacia el Oeste llevando, a unas después de otras, luz y vida a todas las partes y rincones de la Tierra. Pero el Sol que vemos, es únicamente una parte del Sol, así como nuestro cuerpo visible es sólo una pequeña parte o representación del hombre que somos. Hay un Sol invisible y espiritual cuyos rayos estimulan el crecimiento del alma de los hombres sucesivamente a lo largo de la Tierra; por lo que del mismo modo a como el Sol visible promueve el crecimiento de la forma, este Sol invisible marcha dando su impulso espiritual en la misma dirección ya apuntada: de Este a Oeste. Recordemos que hace setecientos u ochocientos años a.c. una nueva oleada de espiritualidad brotó en las costas occidentales del Océano Pacífico para iluminar a la nación china, por lo que la religión de Confucio la han profesado y profesan muchos millones de habitantes del Celeste Imperio: Más tarde, podemos descubrir el efecto de esta oleada plasmado en la religión de Buda, cuyas enseñanzas iluminaron y fueron acogidas también por millones de hindúes y chinos occidentales. En su marcha hacia el Oeste, la oleada espiritual la encontramos entre los griegos, expresada sobre todo por medio de Sócrates y Platón, para encontrarla por último en el mundo occidental bajo la expresión de la Religión Cristiana, la cual se ha ido abriendo camino más allá y alcanzar las costas del Pacífico, lugar donde se han ido concentrando las más altas aspiraciones espirituales. Antes de dar el salto y cruzar de nuevo el Océano Pacífico, tendrá su punto culminante, para después inaugurar un despertar más elevado y sublime en Oriente, cuya naturaleza será inmensamente superior al actualmente vigente en aquel distrito de la Tierra. Del mismo e idéntico modo a como se suceden el día y la noche, el verano y el invierno y el flujo y el reflujo, así tiene lugar la ley de ciclos alternativos, por lo que una oleada de espiritualidad en cualquier parte del mundo va seguida de un período de reacción material, a fin de que nuestro desarrollo no sea unilateral y desequilibrado en suma. La Religión, el Arte y la Ciencia constituyen los tres medios más importantes de educación humana, una trinidad en una unidad que no puede separarse arbitrariamente sin torcer el punto de vista de cualquier cosa o materia que intentemos investigar. La verdadera religión comprende a la vez a la ciencia y al arte, porque enseña una vida hermosa en armonía con las leyes de la Naturaleza. La verdadera Ciencia es a un tiempo artística y religiosa en el más elevado sentido, porque nos enseña a reverenciar y a conformarnos con las leyes que gobiernan nuestro bienestar, a la vez que explica por qué la vida religiosa conduce a la salud y a la belleza (hay fórmulas matemáticas que, antes de conocer sus resultados, ya enamoran hondamente a sus proponentes, a sus investigadores) El verdadero Arte es tan educacional como la ciencia y tan perfeccionante, por su influencia, como la religión. En la Arquitectura encontramos la más sublime concatenación de líneas cósmicas de fuerza en el Universo, pues llena al espectador espiritual de una poderosa devoción y adoración nacida de la concepción tanto de la grandeza como de la majestad de la divinidad. La escultura y la pintura, la música y la literatura, nos llenan de un trascendental amor de Dios, fuente inmutable y meta de todo este hermoso mundo expresado. De aquí que nada, excepto esta enseñanza integral, pueda responder permanentemente a las necesidades humanas. Hubo un tiempo, por supuesto, en el que Ciencia, Arte y Religión se enseñaban juntas en los Templos de Misterios griegos. Pero se hizo necesario separarlas durante algún tiempo a fin de que pudieran obtener de forma independiente mejor desenvolvimiento. Así, durante las denominadas "edades negras", en relación con la Edad Media, la Religión reinó suprema, por lo que durante ese tiempo esclavizó a la Ciencia y al Arte. Más tarde vendría el período del Renacimiento, en el que Arte floreció en todos sus aspectos, si bien la Religión mantuvo una fortaleza exultante, motivo por el que el Arte cayó prostituido bajo el dominio de aquélla. Llegaría al fin el tiempo moderno con su Ciencia, la cual, sin miramiento y con mano de hierro, ha subyugado a la Religión. Ha sido en detrimento del mundo la opresión llevada a cabo por la Religión sobre la Ciencia, pues la ignorancia y la superstición han producido males sin cuento; aun así, y a pesar de todo, el hombre siempre ha abrigado elevados ideales espirituales en espera de una vida mejor. En su virtud, es infinitamente más dañino que la Ciencia esté matando a la Religión, puesto que, ahora, hasta la esperanza puede desvanecerse ante el materialismo, el agnosticismo y escepticismo extremos. De aquí que tal estado de cosas no pueda continuar, por lo que debe producirse la oportuna reacción; porque, de no ser así, la anarquía acabaría abarcándolo todo. Para ello, y en previsión de una calamidad de semejante calibre, la Religión, la Ciencia y el Arte deben reunirse de nuevo en función de una más elevada expresión referente a lo Bueno, lo Verdadero y lo Bello. Previendo lo dicho, y dado que los sucesos futuros proyectan sus sombras de forma anticipada, los Guías de la humanidad han tomado medidas al respecto. Jamás han deseado, de manera alguna, que muriese la Ciencia floreciente tal y como ésta está tratando de hacerlo actualmente con la Religión, pues ellos ven que el bien resultará de gran relevancia una vez que una Ciencia avanzada colabore de nuevo con una religión del mismo tono. En cambio, y al igual que el aceite no puede mezclarse con el agua, una religión espiritual no puede unirse a una ciencia materialista. En consecuencia, han previsto por un lado que la Ciencia se ha de espiritualizar, y, por otro, que la Religión ha de tener una interpretación y significado científico.

En el Siglo XIII, un gran instructor espiritual, cuyo nombre simbólico fue Cristián Rosenkreuz – Cristiano Rosa Cruz – apareció en Europa para comenzar ese trabajo. Fundó la entonces misteriosa orden de los Rosacruces con el objeto de arrojar luz oculta sobre la mal entendida Religión Cristiana y explicar el misterio de la Vida y el Ser desde un punto de vista científico y en armonía con la Religión. Muchos siglos han transcurrido desde su encarnación, y si bien muchos lo han tomado como un mito, su nacimiento, sin embargo, ha marcado el principio de una nueva época de vida espiritual en el mundo occidental. Cristián Rosenkreuz ha estado en continuas existencias físicas desde entonces en uno u otro delos países europeos. Ha ido tomando un cuerpo nuevo cada vez que sus cuerpos sucesivos iban pediendo utilidad, o cuando las circunstancias requerían que cambiara el escenario o campo de sus actividades. Más aún, hoy en día se encuentra encarnado como Iniciado de grado superior, potente y activo factor en los asuntos de Occidente, si bien desconocido por el mundo. Trabajó con los alquimistas durante varios siglos antes del advenimiento de la ciencia moderna, y él fue quien, valiéndose de un intermediario, inspiró las ahora mutiladas obras de Bacon. También Jacobo Boehme y otros recibieron de él la inspiración que iluminó sus obras tan espiritualmente, encontrando la misma influencia en los escritos del genial Goethe y en las obras maestras de Wagner. Todos los espíritus inquietos que rehúsan alimentarse de la ciencia y religión ortodoxas, huyendo de esclavitudes, tratan de penetrar los dominios espirituales sin miras de gloria o vanidad y sacan sus inspiraciones de la misma fuente, tal como lo hizo y lo hace el gran espíritu que animó a Cristián Rosenkreuz. La Orden de los Rosacruces no es simplemente una sociedad espiritual, sino una de las Escuelas de Misterios Menores, y los Hermanos Mayores, Hierofantes de tales misterios, custodios de las Sagradas Enseñanzas, tienen un poder espiritual mucho más potente en la vida del Mundo Occidental que cualquier gobierno visible, si bien ellos jamás se interponen hasta el punto de privar de su libre albedrío a la humanidad. Dado que el sendero de desarrollo en todos los casos depende del temperamento del aspirante, hay generalmente dos: el místico y el intelectual. El Místico está desprovisto de conocimientos intelectuales, sigue simplemente los dictados del corazón y trata de hacer la voluntad de Dios tal y como él la siente, por lo que sin estar consciente de ninguna meta definida, se eleva hasta alcanzar al fin el conocimiento. Naturalmente, en la Edad Media la gente no era tan intelectual como lo es ahora, y los que se sentían llamados hacia la vida superior, generalmente seguían el sendero místico. Sin embargo, durante los últimos siglos, sobre todo en los últimos cincuenta años, desde que a sobrevenido el gran despliegue de la ciencia moderna y una humanidad mucho más intelectual puebla la Tierra; la cabeza ha vencido por completo al corazón, el materialismo ha dominado todo impulso espiritual, y la mayoría de la gente pensante no cree en nada que no pueda tocar, gustar o manipular. Por tanto, es preciso hacer una llamada a su intelecto a fin de que el corazón pueda creer lo que el intelecto haya sancionado, por lo que, en respuesta a esta llamada, las Enseñanzas Occidentales, o Misterios Rosacruces, es que tratan de poner en relación y armonizar los hechos científicos con las verdades espirituales. Y si bien en el pasado esas enseñanzas han sido mantenidas en secreto excepto para los pocos iniciados, en virtud del nivel alcanzado por la generalidad, hoy ya no lo son. Tal y como cualquier otra Orden de Misterios, la de los Rosacruces está formada siguiendo líneas cósmicas; si tomamos esferas de cualquier tamaño y tratáramos de ver cuántas son necesarias para cubrir una de ellas, encontraríamos que se requieren doce para ocultar la decimotercera; La última división de la materia física, la que se encuentra en el espacio interplanetario, está agrupada así, doce en torno de uno. Los doce signos del Zodíaco, que envuelve nuestro sistema solar, los doce semitonos de la escala musical que comprende la octava, los doce apóstoles que se reunieron en torno a Cristo, etc., son otros tantos ejemplos de esta agrupación de doce en torno a uno. La Orden de los Rosacruces también está compuesta de doce Hermanos más un decimotercero. Las siete rosas que adornan nuestro hermoso emblema y la radiante estrella de cinco puntas que está detrás simbolizan las Doce Grandes Jerarquías Creadoras que han asistido al espíritu humano mientras evolucionaba a través de los estados mineral, vegetal y animal anteriores, cuando no tenía conciencia y era incapaz de cuidarse a sí mismo en el más mínimo grado. De estas doce huestes de Grandes Seres, tres clases trabajaron con y sobre el hombre por propia voluntad, no teniendo la menor obligación de hacerlo para continuar su evolución. Esas huestes se encuentran representadas por los tres puntos de la estrella de nuestro emblema que apuntan hacia arriba. Dos más de esas jerarquías están a punto de retirarse, y están simbolizadas por los dos puntos de la estrella que irradian hacia abajo. Las siete rosas indican el hecho de que hay aún siete Grandes Jerarquías Creadoras en actividad en el desarrollo de los seres de la Tierra. Dado que el axioma hermético dice: "como arriba es abajo", los instructores menores de la humanidad están también agrupados según las mismas líneas cósmicas de 7, 5 y 1. Hay, pues, sobre la Tierra, siete escuelas de Misterios Menores, cinco de Misterios Mayores, y el total se encuentra agrupado en torno de una Cabeza Central que se llama el Liberador. En la Orden Rosa Cruz siete Hermanos van al mundo cada vez que la ocasión lo requiere, apareciendo como hombres entre los hombres o trabajando en sus vehículos invisibles con o sobre los demás, según sea necesario; de todos modos, debe tenerse siempre muy presente que jamás influyen en nadie contra su voluntad o contra sus deseos, sino que únicamente fortalecen el bien dondequiera que puedan encontrarlo. Los cinco Hermanos restantes nunca abandonan el templo. Y aunque poseen cuerpos físicos, ejecutan todo su trabajo desde los mundos internos. El decimotercero es el Jefe de la Orden, eslabón con el Consejo Central Superior, que está compuesto por los Hierofantes de los Misterios Mayores, quienes no tratan en absoluto con la humanidad ordinaria, sino exclusivamente con los graduados en los Misterios Menores. Aun los discípulos de la Escuela nunca lo ven, pero en los servicios nocturnos todos "sienten" su presencia cualquiera que sea el momento en que él entre en el Templo. Es la señal para que comience la ceremonia. Alrededor de los Hermanos de la Rosa Cruz, en calidad de discípulos, hay cierto número de "hermanos legos", quienes, si bien viven en diversas partes del mundo occidental, pueden dejar sus cuerpos conscientemente, atender a los servicios nocturnos y participar en la obra espiritual del Templo, habiendo sido "iniciados" todos y cada uno de ellos por algunos de los Hermanos Mayores. La mayoría de ellos pueden recordar perfectamente lo que acaece en los servicios a los que prestan su asistencia. La Iniciación.- La idea generalizada que se tiene acerca de la iniciación es que no es más que una ceremonia que convierte a uno en miembro de una sociedad secreta, cosa que, por otro lado, puede conferirse con tal de que se pague cierto precio, una suma de dinero en la mayoría de los casos. Y si bien es cierto que en la llamada "iniciación" en las órdenes fraternales o en la mayoría de las seudo-ocultas sucede así, es completamente erróneo cuando se aplica a las iniciaciones en los varios grados de los verdaderas Fraternidades Ocultas, como lo aclarará un tanto la comprensión de los requisitos realmente exigidos. En primer lugar, el oro no es en manera alguna la llave del Templo; el mérito espiritual cuenta, pero no el dinero. El mérito espiritual no se adquiere en un día, pues es el producto acumulado de las buenas acciones pasadas. El candidato para la iniciación, generalmente está inconsciente de que es candidato, y vive su vida en la comunidad sirviendo a su prójimo durante días y años sin ningún pensamiento ulterior, hasta que un buen día aparece en su vida un instructor, un Hierofante de los Misterios Menores, apropiado al país en el que resida el candidato. Hasta ese momento éste ha estado cultivando en sí ciertas facultades y acumulando ciertos poderes mientras servía y ayudaba, acerca de los que habrá estado generalmente inconsciente y los que no sabe cómo usar debidamente. La tarea del iniciador es entonces, y por tanto, muy sencilla: muestra al candidato sus facultades latentes, sus poderes adormecidos, y lo inicia en su empleo; le explica o demuestra por vez primera cómo puede despertar esa energía estática para convertirla en poderes dinámicos. La iniciación, en suma, podrá realizarse por medio de una ceremonia o no, pero obsérvese de forma particular que, siendo la Iniciación la culminación inevitable de prolongados esfuerzos espirituales, sean éstos conscientes o no por parte del candidato, de ninguna manera puede tener lugar sino hasta que el requerido desenvolvimiento interno haya acumulado los poderes latentes que la Iniciación enseña a emplear dinámicamente, del mismo modo a como el apretar el gatillo de una pistola descargada no puede o podría producir explosión alguna. Tampoco debe existir temor alguno a que el instructor no se fije en quien haya alcanzado el grado de desarrollo espiritual al efecto. Toda acción buena y desinteresada aumenta la luminosidad y el poder vibrante del aura del candidato enormemente, y de igual modo que el imán atrae a la aguja, así también la brillantez del aura luminosa atraerá al correspondiente instructor. Los Misterios Menores tratan únicamente con la evolución de la humanidad durante el Período Terrestre. En las tres revoluciones y media primeras de la oleada de vida en torno de los siete globos, los Espíritus Virginales aún no habían adquirido la conciencia de sí mismos, por lo que debido a ello ignoramos cómo hemos llegado a ser lo que somos. Tiene, pues, que iluminarse al candidato sobre el asunto; así que, bajo el impulso del Hierofante, durante el primer período de iniciación en el primer grado, su conciencia se dirige hacia la página de la memoria de la Naturaleza que contiene los recuerdos de la primera revolución, en la que recapitulamos el desarrollo del Período de Saturno. De esta forma, él aún está en plena posesión de su conciencia diaria, sabe y recuerda perfectamente los hechos de la vida del siglo XXI, pero ahora está observando de manera consciente los progresos de la evolucionante hueste de espíritus virginales, hueste de la que él era una unidad en la Revolución de Saturno. De esa forma aprende cómo se dieron los primeros pasos en el Período Terrestre hacia la meta de realización, la que le será revelada en un grado superior. Tras haber aprendido la lección de forma práctica, el candidato habrá adquirido conocimiento directo sobre el asunto a la vez que habrá tomado contacto con las Jerarquías Creadoras en su obra sobre la humanidad, por lo que podrá no sólo apreciar su actuación beneficiosa en el mundo, sino ponerse hasta cierto punto la línea con ellas y convertirse de hecho en un nuevo, activo y consciente colaborador. Llegado el tiempo para el aspirante de acceder al segundo grado, se le facilita que dirija su atención a las condiciones de la segunda Revolución del Período Terrestre, o Solar, tal y como se encuentran registradas en la memoria de la Naturaleza, observando entonces con plena conciencia los progresos hechos en ese tiempo por los Espíritus Virginales. En el tercer grado, por supuesto, el discípulo estudia la evolución de la tercera Revolución, o Lunar, y, en el cuarto, ve los progresos efectuados en la primera mitad de la cuarta o presente Revolución, primera mitad que acabamos de concluir. Hay además otro paso en cada grado: el discípulo ve, además de la labor ejecutada en cada revolución, la obra realizada en la Época correspondiente a cada Revolución o Período anterior, durante nuestra actual estancia en el globo D de la Tierra. Así: durante el primer grado, estudiará la obra de la Revolución de Saturno, que es una recapitulación del período del mismo nombre, además de su última consumación o replicación a través de la Época Polar. En el segundo grado, verá la obra de la Revolución Solar, en cuanto recapitulación del período de igual nombre, además de la réplica obtenida por medio de la Época Hiperbórea. Durante el tercer grado observará la obra llevada a cabo en la tercera revolución, o Lunar, así como lo que fue la base de la vida en la Época Lemúrica. Durante el cuarto grado verá la evolución de la primera media parte de la cuarta revolución con su correspondiente período de tiempo en nuestra estancia sobre la Tierra. Precisamente, la primera mitad de la Época Atalante se corresponde a cuando desapareció la densa neblina de la atmósfera y el sol comenzó a brillar sobre la tierra y el mar; entonces terminó también la noche de inconsciencia, los ojos del Ego interno se abrieron por completo y pudo dirigir la luz de la razón acerca del problema de cómo conquistar el mundo. Ese fue el tiempo en que el hombre nació tal y como hoy lo conocemos. Cuando en los antiguos sistemas de iniciación se oye la narración acerca de que se sumergía el candidato en trance durante un período de tres días y medio, ello no hace referencia sino a esa parte de la iniciación que acabamos de describir, – primera parte de la Época Atalante incluida – por lo que los tres días y medio se refieren a estados pasados, no siendo de ninguna manera días de veinticuatro horas, puesto que el tiempo requerido varía en función del candidato. En todo caso, se le conduce inconsciente a través del desarrollo de la humanidad durante las revoluciones pasadas, y, cuando se dice que "despierta" al nacer el sol del cuarto día, ello se corresponde con la forma mística de expresar que su iniciación es obra de la carrera involucionaria del hombre, la cual cesó cuando el sol se levantó por fin sobre la atmósfera ya clara de la Atlántida. En ese momento es cuando el candidato "despierta" y es proclamado "primogénito". Por tanto, una vez familiarizado con el camino que hemos transitado por el pasado, el quinto grado conduce al discípulo al final del Período Terrestre, tiempo en el que la humanidad gloriosa recoge los frutos de este Período y se los lleva consigo desde los siete globos, sobre los que evolucionamos en cada Día de Manifestación, al primero de los cinco "globos oscuros" que constituyen nuestra habitación durante cada Noche Cósmica, el más denso de los cuales ha de encontrarse en la Región del Pensamiento Abstracto, en realidad el Caos de que hablamos en las páginas pertenecientes a este respecto. Este globo es también el Tercer Cielo, por lo que, cuando San Pablo habló acerca de que fue llevado al Tercer Cielo – donde vio cosas que no podía decir – en verdad se estaba refiriendo a las experiencias equivalentes a las del quinto grado de los Misterios Menores o Misterios Rosacruces actuales. Al concluir el quinto grado, el candidato iniciático queda familiarizado con los progresos que se lograrán durante las tres revoluciones y media que restan del Período Terrestre; y, desde el sexto al noveno, están dedicados a ilustrarle sobre el asunto. Por medio de la percepción así adquirida, el candidato podrá cooperar de forma inteligente con los Poderes que trabajan para Dios, pudiendo ayudar de esa manera a apresurar el día de nuestra emancipación terrestre. De otra parte, no porque alguien se haya graduado en la Escuela de Misterios Rosacruces puede llamarse Rosacruz, pues los graduados en las diversas escuelas de misterios menores pasan a las cinco de misterios mayores. En las cuatro primeras pasan por las cuatro Grandes Iniciaciones, hasta que por último llegan al Liberador, de quien reciben conocimientos concernientes a otras evoluciones, dándoseles la posibilidad de elegir entre quedarse aquí, para asistir a la humanidad, o entrar en otra evolución en calidad de auxiliares de aquélla. A quienes eligen quedarse aquí, se les dan diversas tareas de acuerdo con sus gustos, temperamentos e inclinaciones naturales. Los Hermanos de la Rosa Cruz se encuentran entre estos compasivos, por lo que es absolutamente indebido utilizar esa denominación a sí mismo cuando no somos más que meros estudiantes de sus hermosas y sapientísimas doctrinas. Durante las centurias últimas, los Hermanos han trabajado por la humanidad en secreto. Aactualmente, y en cada medianoche, hay un servicio en el Templo en el que los Hermanos Mayores, asistidos por los hermanos legos que pueden dejar su trabajo en el mundo (dado que muchos de ellos residen en lugares en los que aún es de día cuando es medianoche donde se encuentra ubicado el Templo de la Rosa Cruz) atraen de todas partes del Mundo Occidental los pensamientos de sensualidad, avaricia, egoísmo y materialismo. Entonces tratan de transmutarlos en puro amor y en benevolencia, en altruismo y aspiraciones espirituales, enviándolos de nuevo al mundo para vigorizar y mejorar el bien. Si no fuera por este potente manantial de vibraciones espirituales, el materialismo habría concluido ya con todo esfuerzo espiritual, pues, desde el punto de vista espiritual, nunca ha habido edad más negra y perniciosa que los últimos trescientos cincuenta o cuatrocientos años de materialismo avasallador. Ha llegado el tiempo, sin embargo, en el que los esfuerzos secretos deben sustituirse por un esfuerzo claro y directo, a fin de promulgar una enseñanza definida, lógica y consecuente respecto del origen, la evolución y desarrollo futuro del mundo y del hombre, mostrando a la vez tanto el aspecto espiritual como el científico; una enseñanza de tal naturaleza que no entrañe afirmación alguna irreconciliable con la razón o la lógica; antes bien, una enseñanza que satisfaga a la mente y dé una solución razonable a todos los misterios, la que, no pidiendo ni aludiendo preguntas, sus explicaciones aspiren a ser a un tiempo profundas y lúcidas. Por tanto – y este es un "pero" muy importante – los Rosacruces no consideran la comprensión intelectual de Dios y del Universo como un fin en sí mismo; muy lejos de ello, dado que, cuanto mayor es el intelecto, tanto mayor es el peligro de su mal uso. En consecuencia, esta enseñanza científica, lógica y completa se da para que el hombre pueda creer en su corazón lo que su cabeza ha sancionado ya, y para que, al tiempo, pueda dar comienzo a una vida religiosa y profunda.

XXXIII

LA FRATERNIDAD ROSACRUZ

Promulgar las enseñanzas expuestas fue el motivo que llevó a fundar la Fraternidad Rosacruz, en la que cualquiera puede inscribirse en calidad de estudiante mediante escrito solicitándolo al Secretario General siempre que no sea hipnotista, médium, vidente, quiromántico o astrólogo profesional. No hay cuotas iniciales, ni compromisos. El dinero no puede comprar esas enseñanzas, pues el avance depende exclusivamente del mérito. Una vez que el estudiante de las enseñanzas rosacruces se ha compenetrado de la verdad que entrañan, se encontrará en disposición y con capacidad para concentrarse en ellas y asumir la obligación para ser admitirlo en el grado de Probacionista. El mundo es un cúmulo de oportunidades, pero para aprovecharnos de ellas es preciso que poseamos suficiencia en cualquier línea de esfuerzo. El desarrollo de nuestros poderes espirituales nos capacitará sin duda para ayudar o perjudicar a nuestros hermanos más débiles, pero cuando el objeto consiste únicamente servir a la humanidad, esa eficiencia es de todo punto justificable. El método de realización rosacruz difiere de otros sistemas en un punto especial: persigue, desde el mismo comienzo, emancipar al discípulo de toda dependencia en relación con los demás, adquiriendo confianza en sí mismo en el más alto grado, de manera que pueda permanecer solo en todas las circunstancias y luchar frente a todas las condiciones, pues, únicamente quien está debidamente equilibrado, se encuentra en condiciones de ayudar al débil. Todo Probacionista de la Fraternidad Rosacruz ejecuta sus ejercicios (de concentración y restrospección) en la soledad de su habitación, y aunque los resultados puedan ser obtenidos con cierta lentitud, sin embargo, una vez hayan aparecido se manifestarán como poderes cultivados por uno mismo, con capacidad para ser utilizados con independencia de los demás. Como añadido, decir que los métodos rosacruces, a la vez que desarrollan las facultades espirituales, construyen el carácter, por lo que de esta manera resguardan al discípulo de la tentación de prostituir sus poderes divinos en virtud de prestigios humanos. Concluido por el Probacionista el término de prueba, puede entonces solicitar de los Hermanos Mayores instrucciones individuales a través de la sede de la Fraternidad. Esta sede se encuentra ubicada en Estados Unidos de América, en el Estado de California, en la ciudad de Oceanside, a noventa millas al norte de San Diego y en un lugar que ofrece características excepcionales para el desarrollo espiritual, pues el éter de la atmósfera es más denso que en ninguna otra parte del mundo, y Mount Ecclesia, como se denomina la sede central de la Fraternidad Rosacruz, se encuentra particularmente favorecida en tal sentido. Recordemos que, actualmente, la ola espiritual que avanza de Este a Oeste se encuentra aquí detenida y concentrada desde hace un tiempo, y que deberá coger nuevo impulso para trasponer en Océano Pacífico y acceder a las costas occidentales de dicho océano. Entre otras actividades, la Fraternidad Rosacruz mantiene un curso por correspondencia por medio de cartas e instrucciones periódicas para los estudiantes. Dichas lecciones se remiten en forma de pequeños folletos. En las cartas se consideran y desarrollan algunos puntos de la instrucción, la que, de esta forma, logra imprimirse perfectamente en la mente del estudiante. También existe por correspondencia un curso avanzado para los probacionistas, al objeto de ayudarles a obtener el mayor beneficio posible de sus ejercicios y apresurar su marcha en el sendero espiritual hacia el discipulado. Desde la sede de la Fraternidad Rosacruz se enviará a quien lo solicite un formulario para el curso por correspondencia elemental. Una vez cumplimentado y devuelto, su nombre y dirección se inscribirán en el listado de estudiante por correspondencia, por lo que de forma sucesiva se irán recibiendo tanto las cartas como las instrucciones. Las lecciones, insistimos una vez más, no se venden; ello es contrario a los principios rosacruces, pues éstos consisten en dar auxilios espirituales sin recibir a cambio compensación material alguna; de cualquier modo, es de pensar que, dado que la Fraternidad funciona únicamente en base a la venta de sus propios libros de filosofía y las donaciones libérrimas de quien así lo estime, y siempre de acuerdo con sus posibilidades, aquellos que reciban su correspondencia al efecto, sí debieran contribuir a sufragar los gatos que dicho empeño origina.

En la actualidad, las direcciones postales tanto en EE.UU como en España, son las siguientes:

THE ROSICRUCIAN FELLOWSHIP 2222 Mission Avenue – P.O. Box 713 OCEANSIDE, CA – 92049 – 0713 USA

Fraternidad Rosacruz Max Heindel C/ Mayor, 6 – 3º – local 6 20013 – MADRID

BIBLIOGRAFÍA BASE DE LA RECOPILACIÓN (Cuyos contenidos fueron transmitidos fundamentalmente por los HH.MM a Max Heindel)

Concepto Rosacruz del Cosmos – Max Heindel (libro central)

Cristianismo Rosacruz – Max Heindel

Filosofía Rosacruz en preguntas y respuestas – Max Heindel

Los Misterios Rosacruces – Max Heindel

Enseñanzas de un Iniciado – Max Heindel

Recolecciones de un Místico – Max Heindel

La Masonería y El Catolicismo – Max Heindel

Iniciación Antigua y Moderna – Max Heindel

El Velo del Destino – Max Heindel

Cartas a los Estudiantes – Max Heindel

Principios Ocultos de la Salud y Curación – Max Heindel

El Cuerpo Vital – Max Heindel

El Cuerpo de Deseos – Max Heindel

Astrología científica simplificada – Max Heindel

El Mensaje de las Estrellas- Max Heindel y Augusta Fox de Heindel

Cómo conoceremos a Cristo a su vuelta – Max Heindel

Interpretación mística de la Navidad – Max Heindel

Interpretación mística de la Pascua – Max Heindel

Principios rosacruces para la educación de los niños – Max Heindel

Los Espíritus y las Fuerzas de la Naturaleza – Max Heindel

La Era de Acuario – Elsa M. Glover

Ciencia y Religión – Elsa M. Glover

La labor de los Auxiliares Invisibles – Amber M. Tuttle

El Misterio de los Cristos – Corinne Heline Trad. de Fco. Manuel Nácher El Cielo en la Tierra – Francisco Manuel Nácher – Madrid

NOTA: Los diagramas han sido tomados de Concepto Rosacruz del Cosmos y de Astrología Científica Simplificada.

 

Autor-compilador:

Orión de Panthoseas (Registro General de la Propiedad Intelectual: Nº de Asiento Reg.: 00/2005/90-Núm. solicitud: BI-694-04)

Antonio Justel

 

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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