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Los Rosacruces – Sabiduría Occidental

Enviado por Antonio Justel

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

    1. Unas palabras de presentación
    2. Ciencia y religión: aproximación a dos conceptos cuyos contenidos devienen entre sí complementarios
    3. Del por qué de la religión y las religiones
    4. Sucinta Organización del Universo
    5. Análisis de las tres teorías occidentales más importantes en relación con la religión.
    6. Apuntes concretos acerca de la comunicación
    7. De la Sabiduría
    8. El papel que juega la herencia
    9. Cuestiones de conocimiento urgente
    10. Las tradiciones: pesados ropajes para el hombre
    11. Breve historia de la Cruz: pasado, presente y sustitución futura
    12. El Tabernáculo en el Desierto
    13. Piedra Filosofal: en qué consiste y cómo se construye
    14. Los Tres Cielos existentes
    15. Cristo y Jesús: sus respectivas identidades y diferencias
    16. Qué es la Memoria de la Naturaleza, también denominada Registros Akáshicos
    17. La oración del Padrenuestro: su exégesis
    18. Esquema abreviado del proceso evolutivo
    19. Las glándulas endógenas o "Las siete rosas"
    20. De la clarividencia
    21. De la importancia de la astrología
    22. La guerra: Filosofia y posición ante ella
    23. Por qué curan los Rosacruces y cómo lo hacen
    24. Bajo la órbita de Acuario
    25. Constitución de la Tierra
    26. Devas, Ángeles y Espíritus de la Naturaleza
    27. La estrella de Belén
    28. La sangre purificadora de Cristo – Jesús
    29. La oración: sus requisitos y poder
    30. Desarrollo futuro e Iniciación
    31. Acerca del conocimiento directo
    32. Cristián Rosenkreuz y La Orden de los Rosacruces
    33. La Fraternidad Rosacruz
    34. Bibliografía base de la recopilación

    Unas palabras de presentación

    … que las distintas sociedades en que se estructura el mundo occidental constituyen en la actualidad el frente más avanzado de la civilización, es una conclusión que resulta prácticamente indestructible. Ello es fehacientemente obvio si reparamos en cuestiones tales como: el nivel tecnológico alcanzado, la marcada tendencia a asumir los dictados de la razón como instrumentos de primer orden para la resolución de conflictos, el naciente sentido de cooperación para llevar a buen puerto cometidos y empresas colectivos, los valores primordiales en que aquéllos se asientan, ya justicia, ya pluralidad e igualdad, ya solidaridad, los cuales dan nacimiento y solidez al sistema no ya sólo democrático sino mayormente y también republicano, sin prescindir en ningún caso de la amplia y universal defensa de los Derechos Humanos, etc, etc. Desde tiempos antiguos – y con notoriedad desde el Período Helénico – de una u otra forma el desarrollo del intelecto no ha tenido tregua en el mundo occidental, pues ha pesar de las "edades oscuras" fue no obstante capaz de reconcentrarse para sobrevivir en pequeños reductos y emerger pujante con la llegada del Renacimiento y la Ilustración después, e imposible de ignorar en las últimas décadas, plenas de éxitos científicos, de logros en todas las orillas y apartados del saber. El progreso científico y material, por tanto, ha sido enorme. Este progreso ciertamente nos ha removido, nos ha arrancado de la postración en que nos había sumido la primera mitad del siglo XX y ha logrado insertar en nuestra concepción de vida el hecho incuestionable de la celeridad y la posibilidad, dotándonos de un impulso de naturaleza mental que viene a proporcionar sin duda confianza y licitud en un trabajo mundano arduo, riguroso, organizado. A escala mundial, tal es hoy Occidente en este exclusivo aspecto. Más ¡… ay! Ello, naturalmente, no es todo. "No he venido a traer la paz, sino la espada", anunció el mismo Cristo, anticipando así lo que habría de venir a este mundo occidental cuando invocara su nombre y asumiese su defensa. Por lo que, si observamos y meditamos acerca de cómo se ha pergeñado y consolidado aquel, pero ya actual, devenir occidental, posiblemente pudiéramos convenir en que, tras tanto dolor y sangre derramada no solo por meras guerras colonialistas, por derechos hereditarios o de pura y dura conquista, sino por guerras de religión también, el conjunto occidental ha conseguido adentrar en su conciencia una reflexión consciente y madura acerca de que era preciso separar con nitidez Estado e Iglesia o iglesias, a la vez que hilvanando una suerte de tratados con métodos civiles y civilizados de diálogo que permitieran preservar la paz y la concordia, la digna convivencia en suma. Todo cuanto sustenta lo anterior, y como entraña de nuestro "manifiesto" debemos señalar no obstante, de forma netamente marcada, dos cuestiones de naturaleza sustancial: Así, a) En algunos sistemas de Yoga se pide que el yogui se siente en determinadas posiciones a fin de que ciertas corrientes cósmicas, mediante un sistema de respiración, puedan influir en su cuerpo de una manera concreta, es decir, produciendo los resultados previstos. Pero, si eso es así para un hindú, por ejemplo, sería en cambio y por demás inútil para un europeo, dado que éste, debido a su forma de vida, se mostrará completamente insensible para con las corrientes aludidas. Y es que, siendo los modos de vida tan diferentes, como asimismo los sistemas de pensamiento seguidos, obvio debe ser que la sensibilización de los vehículos de los occidentales y los orientales sea en consecuencia en extremo diferente. En coherencia con ello, resultaría, pues, inútil para nosotros adoptar unos métodos, dado que no responden a lo que en verdad necesitamos para la unión entre el Yo Superior y el Inferior, meta perseguida de naturaleza eminentemente espiritual. En las Enseñanzas occidentales los resultados espirituales, pues, en ningún caso se consiguen mediante ejercicios físicos. Tampoco debe pasársenos por alto resaltar en este punto el hecho de que, lo que realmente acontece en un occidental, bajo el impulso de las corrientes citadas, propiciadas por aquellas posturas de asiento y los consiguientes métodos de respiración, es que, en los occidentales, conduce a que los átomos prismáticos del cuerpo vital sometan a los núcleos de los átomos del cuerpo a tan alta vibración (excitación) que, de hecho, y en algunos casos, logran sacar el cuerpo vital fuera del cuerpo denso, por lo que el afectado probablemente irá andando bajo una sensación a como si flotase y absolutamente descompensado, o, cuando no, dando lugar a problemas de percepción y conexión entre ambos vehículos con resultado de locura en no pocos de los casos estudiados; b) Todas las escuelas de ocultismo del mundo se dividen en siete porque ese el número en que los Espíritus Virginales se segregan como tales Rayos de Vida, por lo que cada escuela u orden pertenece necesariamente a uno de tales Rayos, del mismo modo a como que sucede con cada individuo aisladamente considerado. De aquí que, cualquier persona que busque instrucción al amparo de un Rayo que no sea el suyo, no podrá alcanzar beneficio espiritual alguno, pues no podrá haber armonía entre los instrumentos que se utilizan y los vehículos a que se aplican. Y, desde luego, no olvidemos que tanto la Naturaleza como directamente los Guías de la Humanidad tienen siempre a nuestra mano aquello que en cada momento necesitamos para nuestro progreso y desarrollo. Por tanto, todo Occidente, en términos comúnmente aceptados, si bien es depositario de un ethos concisamente espiritual, producto de un sufrimiento largo y sin cuento, también es cierto que en general optó por acogerse y reposar en su momento en los principios aligerantes y amorosos del Cristo, y este es un momento muy oportuno para hacer constar sin reservas que los rosacruces no creen en el azar.

     

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