La universalización de la universidad pedagógica. Una experiencia cubana (página 2)
Enviado por Ramiro Ram�rez Garc�a
Desde 1964 se inicia la formación emergente de maestros para dar respuesta a la revolución educacional, y se crea la carrera de profesores de nivel medio básico y superior.
La fundación de los Institutos Pedagógicos en 1964 y posteriormente, de los Institutos Superiores Pedagógicos, en 1976 (actuales Universidades Pedagógicas), tuvieron su momento de mayor reto en 1972 con la creación del Destacamento Pedagógico "Manuel Ascunce Domenech," donde los cursos se desarrollaban a partir de Filiales Pedagógicas y en las escuelas, con una articulación del estudio con la práctica docente de modo simultáneo; modelo que sufrió algunas adecuaciones en la década de 1980 con incremento del espacio académico en detrimento de la práctica.
A partir de 1992 los planes de Licenciatura en Educación sufren transformaciones nuevamente, en los que la práctica docente se retoma con mayor peso en los planes de estudio, hasta que en el 2002 se produce una nueva revolución con la denominada universalización en la formación del personal docente.
Dentro de esta concepción, la universalización de la educación superior se convierte hoy día en uno de los programas más importantes de la revolución educacional, de la que se hace imposible hablar en la etapa prerrevolucionaria en Cuba, pues la concepción elitista de la universidad heredada de la época colonial, donde solo había posibilidades de ingreso a ella de las clases privilegiadas, y se impedía el acceso del verdadero talento del pueblo; constituyó la antítesis de la concepción esencial de la universalización de la universidad de nuestros días en Cuba.
El proceso cubano de universalización tiene sus raíces en el legado histórico de ilustres pedagogos cubanos de otros siglos como: Félix Varela y Morales, José de la Luz y Caballero y José Martí Pérez, que indistintamente coincidieron en la necesidad del acceso a los estudios superiores para todos y encuentra sus inicios tangibles desde hace más de cuatro décadas. Su génesis tuvo lugar a principios de los años 50 en los que dejó su impronta el alegato ¨ La Historia me Absolverá ¨ cuando el joven revolucionario Fidel Castro Ruz siguiendo el legado de los justos propósitos sociales de quienes le antecedieron, en su acto de autodefensa por el asalto al Cuartel Moncada en 1953 proclama: El derecho del pueblo de tener acceso a la educación. Se inicia con la revolución social en 1959, expresado en la concepción visionaria del liderazgo cubano de incluir la educación superior con un carácter popular: se declara como un objetivo estratégico, desde entonces el pensamiento revolucionario, popular y humanista de Fidel lo convierten en el padre del proceso tangible de universalización cubano.
A las puertas del tercer milenio y tras la experiencia cimentada, se concreta la vigencia del más genuino pensamiento pedagógico cubano y universal en la conceptualización actual de la educación superior cubana de: Universidad para todos durante toda la vida, que se proyecta en ser estratégicamente más certeros en propiciar a los niveles requeridos de posibilidades reales, el acceso de todos a las universidades, para hacer real la premisa de la mayor inclusión social posible de todos los sectores de la sociedad, con interés en los históricamente más desposeídos, lo que conlleva a un mayor y mejor uso de las oportunidades constitucionales.
La Universalización de la Universidad Pedagógica Cubana tiene sus antecedentes en la formación de maestros emergentes, en los cursos de habilitación, en el proceso de ingreso municipalizado a carreras pedagógicas y en la extensión de la práctica docente responsable de los estudiantes desde el segundo año de la carrera como elemento central de la formación del docente, de la cual se estructuran los planes de estudio.
La universalización de la universidad cubana, se da en un proceso que se lleva a cabo en cada uno de los municipios con que cuenta nuestro país, el cual permite, manteniendo la vinculación con el clima de trabajo y con la comunidad donde vive y el estudiante labora, fomentar sentimientos de pertenencia y aprender eficientemente. De igual forma, constituye una expresión de justicia social, de igualdad de posibilidades con el objetivo de alcanzar la cultura general integral de todo el pueblo.
Para comprender el concepto de Universalización que empleamos es necesario retomar el de Universidad. De este vocablo puede inferirse que es un establecimiento de enseñanza superior donde se cursan todas o varias carreras y se le confiere al individuo los grados correspondientes. La Universidad es la institución fundamental de la sociedad para la conservación y desarrollo de su cultura y en ella se manifiestan todos los procesos que acontecen en la sociedad.
En el momento actual, el avance de la ciencia y la tecnología hace que las universidades asuman la concepción de la "universidad extramuros", es decir que las universidades se proyecten fuera del recinto universitario, así tenemos la universidad virtual, universidad abierta, muy utilizada en Cuba para la superación a distancia y las bien llamadas microuniversidades docentes, que es la concepción de la universidad extramuros que debe caracterizar el trabajo de los Institutos Superiores Pedagógicos; es decir donde se concreta la actividad formadora de maestros y estudiantes.
Esta etapa trasciende de una proyección de la universidad hacia la comunidad para convertirse en una universidad enclavada en la comunidad, de cada localidad, con lo que se hace un uso más racional de la infraestructura y recursos que la Revolución ha creado en los 169 municipios del país y en las localidades donde se han abierto sedes universitarias; que extienden y multiplican, los conocimientos, la experiencia y el saber hacer atesorados por valiosos profesores universitarios, a la universidad de todo el país, mediante el uso de los nuevos recursos de la información y la comunicación que el progreso científico y tecnológico ha puesto a favor de la extensión de los conocimientos en nuestros días.
Precisamente, en el curso escolar 2002-2003 se inicia el proceso de universalización en la educación superior, que en el caso de las universidades pedagógicas ha tendido un carácter masivo, ya que la formación de profesores transcurre de manera intensiva en las universidades durante el primer año y a partir del segundo los estudiantes continúan sus estudios en el municipio de residencia en las microuniversidades, donde realizan sus prácticas profesionales bajo la dirección de un profesor experimentado, denominado tutor.
Estas escuelas se convierten en microuniversidades donde la docencia laboral responsable que se desarrolla en su práctica pedagógica contextualizada deviene en la forma fundamental de organización de su proceso de formación, integrada a la actividad de una sede pedagógica municipal, donde los estudiantes reciben docencia en un espacio presencial, bajo la metodología del encuentro por medio de cursos a distancia con el apoyo de materiales formativos. Todo ello exige de la integración coordinada del sistema de interrelaciones de dirección entre todas las estructuras y funciones de las diferentes instituciones, figuras y niveles de educación en cada provincia.
La vigencia del sistema de interrelaciones de dirección entre las instituciones y niveles de educación en el Proceso de Universalización de la Universidad Pedagógica, ha partido del fundamento político –ideológico dado por el Comandante En Jefe Fidel Castro al presentar los argumentos políticos que dieron lugar a la actual etapa de la universalización, como fueron los congresos de los Pioneros, de la Federación de Estudiantes de La Enseñanza Media y el de la Federación de Estudiantes Universitarios, así como los Talleres Nacionales de Trabajo Político Ideológico del Ministerio de Educación Superior, en donde los estudiantes aportaron las principales ideas que sustentan la universalización.
De manera que este proceso surge y se desarrolla en los momentos actuales de la Batalla de Ideas en la lucha por universalizar los estudios universitarios y lograr la verdadera igualdad, de lo que se origina la necesidad de operar con nuevos conceptos en nuevas situaciones del desarrollo educacional, como es el de la integración del sistema de interrelaciones de dirección entre las instituciones, figuras y niveles de educación en el Proceso de Universalización de la Universidad Pedagógica , que adquiere una nueva dinámica, reflejada en la dirección de las funciones y responsabilidades que se deben asumir de forma coherente por todos los involucrados en la formación de docentes, sobre el particular, existen pocos antecedentes investigativos, dado por su reciente incorporación a nuestra realidad educacional.
Sin embargo, asociado a esta demanda actual, se registra el importante legado de las experiencias de la aplicación de la universalización en otros países que aportan regularidades comunes relevantes para la formación renovadora de docentes, pero no apuntan al qué de la integración en las interrelaciones de dirección y al cómo estructurarlas, dada la falta de organización institucional de la mayoría de estas sociedades para asumir un proceso integrador. Por otra parte, son valiosas las concepciones de la teoría general de la dirección aplicable a las ciencias pedagógicas, aunque ninguna alude a la particularidad de nuestro objeto de estudio por su reciente incorporación a la práctica social, se revela un vacío de información sobre el particular en estas concepciones, que a criterio del autor pueden trascender más de lo meramente administrativo a lo científico-pedagógico.
Colateralmente valiosos resultan los aportes del Dr. Sergio Alonso (2003) sobre el sistema de trabajo en el MINED, que no se refiere a la Universalización por ser un proceso de incipiente introducción y del Dr. Pedro Horruitiner (2006) que apuntan desde los enfoques metodológicos a los procesos sistemáticos de universalización de la universidad, sin referir a la integración de las interrelaciones de dirección.
Son de gran utilidad los resultados del proyecto de investigación: "La Integración Educacional" (2004) al aportar sobre la integración como peldaño previo y necesario para que el autor pueda trascender en las condiciones actuales, a las pretendidas interrelaciones de dirección. También resultan relevantes para abordar nuestro objeto, los resultados de proyecto de investigación: "Perfeccionamiento del Proceso de Universalización e la Universidad Pedagógica en Villa Clara" (2005), pues permitió focalizar el problema científico y aportó un sistema conceptual-metodológico útil para comprender con precisión lo esencial de nuestro estudio. Ambos proyectos investigativos fueron realizados por el Centro de Estudio de Ciencias Pedagógicas en Villa Clara.
Ante estos antecedentes investigativos y el vacío teórico encontrado en el tema, en el que predomina la proyección administrativa, se revela la necesidad de la ocupación del autor para trascender a una concepción científica sustentada pedagógicamente en los nuevos y particulares retos del desarrollo de la educación cubana, lo que impone que desde la ciencia pedagógica, se satisfaga la necesidad de conceptuar, estructurar y contextualizar la integración de un sistema de interrelaciones de dirección entre las instituciones, figuras y niveles de educación en Villa Clara, para el perfeccionamiento de la puesta en práctica del proceso de universalización, en las condiciones históricas concretas y cambiantes del sistema de educación cubano.
Es necesario considerar que en particular a la Universalización de la Universidad Pedagógica en Cuba le asiste, en los últimos años, los antecedentes de los importantes avances de la integración entre el Universidades de Ciencias Pedagógicas y el Ministerio de Educación (MINED), experimentada inicialmente en Villa Clara, y la que ha ido en ascenso, lográndose un acercamiento entre ambas instituciones, pero en los inicios de la introducción del proceso de universalización, donde la formación pregraduada constituye un elemento común en ambas instituciones, se presentan aún problemas en su materialización, lo que advierte de la necesidad de su perfeccionamiento en la práctica; es así que el autor propone un modelo teórico-metodológico para el perfeccionamiento de la integración en el sistema de interrelaciones de dirección entre las instituciones, figuras y niveles de educación en el proceso de la universalización de la Universidad Pedagógica.
Condicionantes actuales que favorecen el Proceso de Universalización de la Universidad
Al iniciarse el siglo XXI, la educación universitaria se enfrenta a retos sin precedentes que imponen los efectos convergentes de la globalización, la importancia cada vez mayor del conocimiento como principal motor de crecimiento económico y la revolución de la información y de la comunicación. Estos desafíos se traducen también en nuevas oportunidades. La educación en general, y la educación superior en particular, ejercen hoy una influencia preponderante en la constitución de la nueva sociedad y la llamada sociedad del conocimiento. Es un hecho comprobado que la educación universitaria es esencial para crear la capacidad intelectual que permita producir y utilizar conocimientos, y para promover las prácticas de aprendizaje permanente que requiere la sociedad.
En estas circunstancias la educación superior sigue siendo elitista en cuanto al acceso y la composición de su estudiantado en la mayoría de los países; en un estudio publicado por el Banco Mundial se reconoce este panorama: "Entre los asuntos por resolver, los más importantes son la ampliación sostenible de la cobertura de la "Educación Universitaria", la eliminación de las desigualdades tanto en términos de acceso como de resultados académicos… al igual que la implementación de estructuras y prácticas eficaces de gestión de las instituciones…(1)
La capacidad de una sociedad para producir, seleccionar, adaptar, comercializar y usar el conocimiento es crucial para lograr un crecimiento económico sostenido y mejorar los estándares de la vida de la población. El conocimiento se ha convertido en el factor preponderante de desarrollo económico.
Una especificidad del progreso científico y tecnológico que ha producido un efecto significativo en el sector de la educación en general, y la universitaria en particular, es la revolución de la información y de la comunicación. La creación de la imprenta en el siglo XV, produjo la primera transformación de los tiempos modernos sobre la forma de almacenar y compartir conocimientos. Hoy las innovaciones tecnológicas en la informática y telecomunicaciones están una vez más revolucionando la capacidad de archivar, transmitir, acceder y utilizar la información. El acelerado proceso de la electrónica, las comunicaciones y las tecnologías satelitales, que fortalecen la capacidad de transmisión de datos a muy bajos costos.
Si bien esta transformación ofrece múltiples beneficios potenciales para el desarrollo, se presenta el peligro real de hoy, con una brecha que aumenta entre naciones e incluso dentro de ellas provocando aumento en la marginación. Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo así lo confirma: ¨La brecha tecnológica entre los países de altos y bajos ingresos se evidencia en el número de computadoras personales por cada mil habitantes, menos de una Burkina Faso, en comparación con 27 en Sudáfrica, 38 en Chile, 172 en Singapur y 348 en Suiza. En los países del sub-sahara africano tomados en su conjunto, se registra una relación de un usuario INTERNET por cada cinco mil habitantes; en Europa y Norteamérica es de un usuario por cada seis habitantes" (2)
Un nuevo marco de desarrollo que apoye el crecimiento, basado en el conocimiento, exige sistemas de educación incluyentes, a los cuales tengan acceso segmentos más grandes de la población; así como un nuevo enfoque de la educación durante toda la vida o educación continua a lo largo de la vida, todo lo cual le impone a la educación universitaria nuevos y más ampliados escenarios. No es solo en la aplicación de las nuevas tecnologías y al conocimiento global en materia de ciencia y gestión, que debe estimularse aspectos del potencial intelectual humano, sino también reforzar la riqueza de las culturas y los valores locales, las humanidades y las ciencias sociales, desarrollar la capacidad de la sociedad para razonar acerca de los problemas cruciales de la humanidad y contribuir mediante ella a su salvación.
En los procesos de socialización del conocimiento en diversos países se han diversificado en las formas y vías para la educación superior, la aparición de nuevas instituciones han creado nuevas oportunidades, en muchos de los casos, a partir de instituciones privadas. Se destacan actualmente "instituciones" que trascienden las fronteras institucionales y geográficas tradicionales y se han convertido en lo que algunos le llaman "educación terciaria sin fronteras.
Bajo esta denominación están las Universidades Virtuales; que utilizando la INTERNET o enlaces de comunicación satelital eliminan la barrera física de la distancia para sus cursos, entran en contacto con estudiantes de cualquier país por esta vía de comunicación. Están las Universidades por franquicia en muchas partes del mundo sobre todo en Asia del Sur y en antiguos países socialistas de Europa Oriental donde se desarrollan cursos en nombre de universidades extranjeras. También están las Universidades corporativas dedicadas fundamentalmente a la educación continuada o de post-grado, en el mundo existen actualmente cerca de 1.600 universidades corporativas en comparación con unas 400 que existían hace apenas diez años (Salmi, 2000).
Un variado y amplio grupo de instituciones y empresas de medios de comunicación, casas editoriales, bibliotecas, museos y escuelas han incursionado en el mundo de la Educación Superior aprovechando las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Estos intermediarios académicos, operan como empresarios virtuales, se especializan en reunir proveedores y consumidores educativos, construyen, alquilan y administran cursos y producen software educativos de multimedia.
La introducción de nuevos métodos pedagógicos sustentados en diferentes alternativas está comenzando a revolucionar la enseñanza y el aprendizaje en la educación universitaria mundial. El uso de multimedia, computadora, INTERNET, videos, posibilitan experiencias de aprendizajes más activas; la tutoría entre pares, aprendizaje autodirigido, el aprendizaje por experiencias de la vida real, la práctica reflexiva, entre otras. La tradicional enseñanza presencial se puede reemplazar o combinar con la enseñanza semipresencial, criterio que es compartido por muchas universidades del mundo de hoy.
Universalizar el conocimiento significa crear condiciones para el estudio a todos los miembros de la sociedad, durante toda su vida, decía nuestro Héroe Nacional José Martí: "El mundo nuevo requiere la escuela nueva (…) debe ajustarse un programa nuevo de educación, que empiece en la escuela de primeras letras y acabe en una Universidad brillante, útil en acuerdo con los tiempos, estado y aspiraciones de los países en que enseña" (3)
En otras épocas, las universidades tenían el privilegio de atesorar todo el conocimiento de la sociedad, la estabilidad de los conocimientos adquiridos aseguraba la preparación para el desempeño laboral; hoy los conocimientos no son patrimonio exclusivo de las universidades, no es posible un desempeño laboral exitoso si no se tiene una constante actualización, pues los conocimientos envejecen con rapidez y su renovación constante en las condiciones de la revolución científico-técnica hacen que la escuela se encuentre a la zaga del desarrollo científico técnico.
La universalización de la Educación Superior como parte del proceso de universalización del conocimiento, se ha desarrollado en Cuba durante todos estos años de revolución y constituye la extensión de la universidad y sus procesos de socialización del conocimiento a toda la sociedad, a través de su presencia en todos los territorios de la geografía nacional haciendo realidad los criterios de equidad y justicia social en la elevación de la autoestima en el nivel cultural integral de los ciudadanos.
En el año 2000 se inició lo que se ha llamado la Batalla de Ideas, que ha definido la meta de lograr verdadera justicia social mediante la igualdad de oportunidades y posibilidades; propósito que ha abierto aún más las puertas de la universidad con un acceso prácticamente masivo, hoy se cuenta con 65 sedes centrales con más de 3000 sedes universitarias locales distribuidas en los 169 municipios del país.
En la actualidad tiene lugar una nueva etapa en la universalización, cuantitativa y cualitativamente superior, que redimensiona y amplía la misión de la universidad. Esta nueva etapa se caracteriza por un profundo proceso de cambio que transforma las anteriores concepciones y a la vez incorpora todo lo ya alcanzado; ha surgido una nueva universidad, más acorde con los requerimientos del modelo de sociedad que construimos, se abren nuevas oportunidades sin precedentes en nuestro país, que se distingue por un proceso de masa y verdaderamente popular, de inclusión para lograr la verdadera justicia e igualdad social.
En el Informe presentado a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Julio 2004) se identifica esta etapa con profundas transformaciones en el interior de la comunidad universitaria y un redimensionamiento de la vida social y cultural de los municipios. El desarrollo de la estrategia de la universalización de Educación Superior ha sido la expresión más coherente de la aplicación del pensamiento del líder de la Revolución Cubana en relación con los estudios; se inserta orgánicamente en el contexto de la actual Batalla de Ideas y desempeña un importante papel en la aspiración de que todos los hombres y mujeres de nuestro país ejerzan a plenitud, sin discriminación de ningún tipo, todos sus derechos.
Como resultado directo del proceso de universalización está el desarrollo de una conciencia mayor en la participación de los profesionales universitarios en la misma, a partir de motivación y compromisos, que han propiciado incorporar más de cincuenta y nueve mil profesores adjuntos; ello ha implicado a la producción y los servicios tanto en su participación como en el desarrollo de sus recursos humanos.
El condicionamiento histórico y las actuales circunstancias internacionales y nacionales valoradas, colocan a Cuba en las condiciones para trascender a un nuevo y revolucionario modelo de formación del profesional de la educación, si comprendemos además el comportamiento de otras experiencias de modelos de universalización en el mundo.
Experiencias de Modelos de la Universalización de la Educación Superior Pedagógica en otras regiones del mundo
En la búsqueda de información en torno a los modelos que más se conocen en América Latina para profundizar en elementos teórico-metodológicos de este concepto y fundamentar el de la Universalización de la Universidad Pedagógica, se pudo hacer un estudio de cuatro experiencias del continente: Universidad Pedagógica Nacional (Colombia), la formación de profesores de enseñanza básica en la Universidad Arcis (Chile), la formación de profesores en la Universidad Nacional General Sarmientos (Argentina), modelos de formación de docentes en el estado de Minas Gerais (Brasil) así como cuatro modelos europeos; la formación de maestros en las IUFM de Francia, la formación inicial de docentes en la Universidad Fumbiolt (Berlín Alemania), el programa de formación inicial de docentes de secundaria en la Universidad Profesional Stors (Países Bajos) y la propuesta de formación de maestros de Educación Primaria en la Universidad Autónoma de Madrid (España). En este estudio resultó de mucha utilidad la participación en el Congreso Mundial de Alfabetización y Pedagogía Comparada (2005), Encuentro Internacional de la Red de Formación de Educadores KIPUS Colombia 2005 y en particular los trabajos del español Javier Murillo.
Como características globales de estos modelos se pueden identificar en común el poseer una cultura innovadora en el centro que enarbola o defiende por su comunidad educativa, con una actitud positiva hacia el cambio y determinados niveles de compromisos con la mejora del proceso formativo; los propios centros se reconocen como innovadores, dispuestos a transformar sus prácticas, y planifican sus estrategias de cambio.
Estos modelos están contextualizados en un entorno social y geográfico concreto y sus propuestas tratan de buscar respuestas a las expectativas de ese entorno.
Sustentando todos los modelos, hay un marco teórico que les sirve de orientación a las decisiones, se definen conceptos de docente y sistema educativo.
El estudio, comparado de estos modelos permite observar una gran heterogeneidad en las soluciones adoptadas por lo que no se puede hablar de convergencias entre ellos, aunque sí se observan algunas regularidades comunes que por su valor pueden servir
como puntos de partida para cualquier reflexión que busque elaborar un modelo de formación de docentes más adecuado a las actuales necesidades.
Dentro de los elementos más comunes de estas propuestas está la formación basada en competencias (lo que se da con mayor fuerza en los modelos europeos); vista la competencia como una orientación a la adquisición de capacidades específicas ligadas al papel profesional más que al aprendizaje de contenidos; de manera que se orienten hacia el aprendizaje significativo, se ve al docente como facilitador del aprendizaje; proceso desarrollado en grupos y demostración de capacidades en la evaluación de estos.
La formación se transforma de un lugar para asimilar conocimientos en un espacio de encuentro entre Educando/ Educador y Educador/ Educando, evaluación constante, motivación y cambio.
En todos estos modelos se puede observar como algo distintivo el hecho de que las prácticas tienen una mayor significación en el plan de estudio; llegan a superar el 50% del total de este.
De igual modo es común ver: la investigación relacionada con la formación docente. A los centros generadores de conocimiento, que ayudan al desarrollo de la educación y a optimizar su función formadora, y también se introduce la investigación en el plan de estudio como forma de ayudar a una reflexión que contribuya a mejorar su práctica y transformar el entorno que las rodea.
Otro elemento común que se encuentra en la mayoría de estas propuestas; es una visión que busca eliminar las fronteras de las disciplinas tradicionales; a través de una mirada transdisciplinar de los contenidos; se propone organizar la docencia a través de núcleos de interés o talleres donde convergen las diferentes disciplinas.
El estudio de las reformas aprobadas en la formación de docentes en los distintos países, no nos aportan ideas concluyentes en torno a la formación especializada o integral, que tiene diversas aplicaciones en cada país, aunque algunos han tomado la especialización y la defienden mientras otros se han tornado hacia la tendencia poco especializada.
A pesar de la diversidad de enfoques y planeamientos en torno a la formación general o especializada, se observa una tendencia a reconocer la necesidad de combinar ambas formas o vías en la formación: una formación inicial, de carácter básico y general, donde se aborden las cuestiones claves comunes para el trabajo docente y que posteriormente, se vaya diferenciando el plan de estudio para la formación más especializada, acorde a las necesidades.
En los modelos estudiados se observa la regularidad de definir los centros formadores de maestros como organizadores del aprendizaje, la organización de equipos de trabajo, metas compartidas y una mayor implicación de los colectivos con los modelos.
Las tecnologías de la información y la comunicación abren nuevos espacios y posibilidades en esos modelos; en este sentido, se inclinan algunos a la formación semipresencial, como vía para ajustarse a la escasez de tiempo de docentes en ejercicio que necesitan una titulación superior.
El estudio integral de estos modelos permite definir seis regularidades o elementos comunes más relevantes y renovadores en la formación de docentes:
1- Cambiar el enfoque de la enseñanza basada en el contenido por otra basada en competencias.
2- Reforzar el papel de la práctica como elemento clave en la adquisición de competencias.
3- Fomentar la investigación en la formación de docentes.
4- Potenciar la visión transdisciplinar de la formación, reforzada por el trabajo interdisciplinar de los docentes.
5- El empleo de las potencialidades de las tecnologías de la información y las comunicaciones.
6- Convertir los centros docentes en organizaciones donde se aprende.
Los criterios antes referidos son el resultado del estudio teórico de estos modelos, en el caso de América Latina, su aplicación práctica tiene diferentes matices y en muchos casos dista la voluntad de quienes lo sustentan de la aplicación práctica, pues los modelos socioeconómicos de estos países se convierten en un obstáculo; los centros formadores se encuentran con la contradicción de las políticas de los empleadores, por lo que no es posible un sistema articulado entre la teoría y la práctica en la mayoría de los casos, de tal modo que los nuevos modelos se vean como influencias foráneas, que resulta muy difícil poder desarrollar en los contextos latinoamericanos. Este modo de pensar tiene como representante a Emilio Gautier Cruz (2005), él afirma "Hay un desfase entre los modelos más actuales, resultado del conocimiento alcanzado y el desarrollo de "la realidad" latinoamericana. Como resultado del atraso no estamos aún preparados para la modernidad educativa…" (4)
La declaración de Colombia (2001) reconoció que América Latina está necesitada de un modelo revolucionador en la formación de sus docentes a tono con la nueva escuela que demanda; tanto es así que se reconoce la necesidad de un docente preparado y dispuesto para la enseñanza. En ella se declara"… la formación demanda ser reconceptualizada con un enfoque sistémico, que integre la formación inicial con la formación continua, la participación efectiva en proyectos de mejoramiento"… (5)
El tema adquiere particular interés en un momento en el que las políticas públicas en educación en muchos países del continente latinoamericano parecen moverse en forma semejante a favor de la circulación de conocimientos científicos y técnicos, y no tanto en la defensa de los valores y en el fortalecimiento de las ideas de los pueblos.
Las tendencias de las últimas décadas se han marcado entre los que consideran que la formación de maestros debe hacerse fundamentada en un alto dominio de las ciencias y por consiguiente, consideran que lo secundario en la formación de maestros en el saber de la pedagogía y la didáctica. Defienden el criterio sobre la base de considerar que las disciplinas científicas poseen en su estructura su propia posibilidad de enseñarse, que el dominio de una materia posibilita que se pueda enseñar. Aspecto que limita el verdadero carácter revolucionador de la pedagogía como ciencia y el de la Didáctica como una de sus ramas, si a fin de formar un maestro se trata.
Por otra parte, existen los que consideran que la base fundamental de la enseñanza es la Pedagogía y la Didáctica como su discurso práctico y que, por tanto, el solo dominio de un conocimiento no determina las habilidades ni destrezas que provee la Pedagogía en la práctica educativa. En tal sentido, compartimos el criterio de (Ibarra 2005) cuando expresa:
¨Para esto; se requiere un alto dominio de la Pedagogía en sus vertientes Epistemológica, Histórica, Didáctica y Tecnológica, que busca lograr consolidar en los sujetos que enseñan la capacidad de relacionarse con los sujetos que aprenden, dentro de una perspectiva que integra el conocimiento profundo de los que se enseña con un altísimo dominio de cómo debe enseñar ¨
Estos criterios fueron ampliamente discutidos en el marco del III Evento Internacional de la red docente KIPUS auspiciado por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe, UNESCO, donde el autor de este trabajo participó y pudo derivar las consideraciones aquí expuestas, para comprender, entonces, a diferencia de estos modelos, las bondades del cubano en la formación de profesionales de la educación, el que desde la ciencia pedagógica, se distingue por un proceso de masas, verdaderamente popular y de inclusión de los sectores históricamente más desposeídos de la población, para lograr una real justicia e igualdad social, del que referiremos en el próximo epígrafe.
Sin embargo, en la contemporaneidad un nuevo suceso en materia de la universalización en la formación de maestros tiene lugar el la República Bolivariana de Venezuela, que por las transformaciones revolucionarias de este país hacia el socialismo, merecen ser estudiadas por distar un tanto de las imposibilidades de aplicación de modelos necesarios para las realidades del continente americano.
En el modelo de formación de docentes venezolano se destacan regularidades o elementos comunes relevantes y renovadores:
La universalización de la educación superior es una política de Estado. Interés del Estado para el desarrollo económico, político y social del país. Constituye un planteamiento de carácter estratégico por considerar la educación superior "un campo que decide". (Martín Hopenhayn y Ernesto Ottone 2000)
La universalización se introduce a partir de la concepción de una Misión Educativa la Misión Sucre presentada por el Presidente del Estado de la República Bolivariana de Venezuela (Hugo Rafael Chávez Frías.2003).
Garantizar la inclusión, la masividad. Asume como principio básico la justicia social para la eliminación de la exclusión. Diferencias notable con otros de los modelos presentados.
Insiste en la búsqueda de la calidad en la masividad. Reto demostrable, pero por demostrar.
Trasciende la formación del docente y se proyecta a 24 Programas de formación.
Se basa en el logro del desarrollo humano, integral sustentable, la soberanía nacional y la construcción de una sociedad democrática y participativa. (Ministerio de Educación Superior de Venezuela. 2003).
Se universaliza la educación superior municipalizándola, dándole participación a las universidades para extender sus servicios a las localidades del país.
Las características que distinguen a este modelo son las que más se acercan al modelo de universalización cubano en su espíritu de justicia, inclusión, interés del Estado, búsqueda de la masividad y calidad, uso de medios audiovisuales en el proceso de aprender a aprender, entre otros, con notables diferencias teóricas – conceptuales, funcionales, estructurales y de la práctica pedagógica (sostén filosófico, diversidad teórica (muchas veces ecléctica no electiva), diversidad y marcadas diferencias entre las regiones, en la conciencia de la necesidad del cambio, en la formación del personal capacitado. El apoyo de las instituciones al proceso de universalización y municipalización no es uniforme y coherente en todos los estados del país), entre las principales generalizaciones que se advierten.
Breve esbozo de la evolución histórica del Proceso de Universalización de la Universidad cubana como antecedente del actual modelo cubano
La concepción elitista de la universidad heredada de la época colonial, donde solo había posibilidades de ingreso a ella de las clases privilegiadas, impidiendo el acceso del verdadero talento, hace que se haga imposible hablar de un Proceso de Universalización de la Universidad en Cuba en la etapa prerrevolucionaria; lo que constituye la antítesis de la concepción esencial de la universalización de la universidad de nuestros días en Cuba, al tener sus raíces en el pensamiento de ilustres pedagogos cubanos de otros siglos como: Félix Varela y Morales, José de la Luz y Caballero y José Martí Pérez, que indistintamente coincidieron en la necesidad del acceso de los estudios superiores para todos.
Cada uno de estos eminentes educadores como expresara el Dr. Rodolfo Gutiérrez (2005), aportaron en su época valiosas ideas pedagógicas que fueron coincidentes y que por su trascendencia tienen particular vigencia en el actual Proceso de Universalización de la Universidad Pedagógica, como uno de los más importantes programas que lleva a cabo hoy día la Revolución.
Entre sus ideas más preciadas, coinciden en plantear el profundo sentido humanista de la educación, premisa que se pondera en el actual proceso de universalización, al colocar en su centro las necesidades, intereses y particularidades del maestro en formación, contextualizándolas a las condiciones y a las posibilidades e cada alumno en su microuniversidad y colocándolos como protagonistas de su propio aprendizaje.
Afirmaron acerca del camino del método de aprendizaje precisando sobre el principio que hoy se asume en la universalización, de ir de lo concreto a lo abstracto, ir desde la vivencia del alumno en la práctica pedagógica contextualizada de la microuniversidad con la asistencia del tutor, a la fundamentación pedagógica que sustenta la mejor utilización de esta práctica.
Condicionar el Proceso de Universalización de la Universidad Pedagógica a las condiciones históricas concretas por las que ha transcurrido en Cuba el proceso de formación del profesional, considerando las tendencias universales que se dan sobre el particular, fue aseverado por estos ilustres como el condicionamiento histórico específico de la educación, que hoy se constituye en un principio en el que se sustenta el proceso cubano de universalización.
La idea fecunda y de extraordinaria necesidad social en los tiempos vividos por estos importantes y paradigmáticos maestros cubanos de fomentar la Educación Popular, al plantear la necesidad de la instrucción pública, trasciende hoy en el proceso de universalización de los conocimientos, no solo en la esfera pedagógica, sino en todo el saber humano, está vigente en lo que conocemos hoy como el programa de Universidad para todos.
Ubicar al profesional de la educación en formación, en la microuniversidad desde los primeros años de su carrera con la asistencia del tutor permite:
Fomentar el desarrollo de conocimientos útiles a la profesión.
Desarrollar en el practicante un pensamiento creador.
Transformar la práctica educacional sobre la base de elevados valores humanos.
Esta concepción tiene como fundamento las ideas de Varela, quien le dio peso al pensar y a lo moral. De José de la Luz quien privilegia lo ético y de José Martí que tributa a la formación integral. "No se sabe bien sino lo que se descubre" (6)
Varela le concedió gran importancia a la observación, elaboró y publicó cuadernos para el estudio de sus alumnos, así como recomendaciones para estudiar.
José de la Luz fue el precursor del trabajo independiente y de la idea de hacer del alumno un sujeto activo del aprendizaje, por su parte la obra martiana toda es de infinito aprendizaje.
Hoy día esta vigencia se concreta en la elaboración de recursos didácticos que forman parte del proceso de universalización, como lo son las guías formativas que se le orienta al alumno para su autoaprendizaje en la microuniversidad, mediante el trabajo independiente que desarrolla con la atención del tutor, la observación sistemática y guiada de los eventos del proceso pedagógico contextualizado que transcurre en su docencia laboral responsable cotidiana, como principal forma de organización que se asume en este particular proceso, ayudado con el diseño de actividades que para la formación del profesional, elabora la carrera y pone en manos de la guía del tutor
La metodología de la clase encuentro empleada como forma de organización del espacio presencial que se desarrolla en la universalización, coloca en el centro de sus fundamentos metodológicos la síntesis de estas valiosas ideas pedagógicas legadas de estos maestros.
Varela expresó: "La instrucción pública gana más con la multitud de escuelas que con la perfección de una sola" (7). La concepción socio-política de la educación planteada por Martí al afirmar que tiene que ser para todos sin distinción de clase social, raza, ni sexo, así como la idea de la educación conforme a la vida, de la vinculación del estudio y el trabajo y la teoría con la práctica, constituyen premisas esenciales del proceso de universalización de la universidad que hoy desarrolla la sociedad cubana, tras el fuerte legado heredado de maestros de la sociedad cubana de ayer de hoy y de siempre.
Como expresara el Dr. Rodolfo Gutiérrez (2005), el proceso cubano de universalización tiene sus raíces en el legado histórico referido y encuentra sus inicios tangibles desde hace más de cuatro décadas, su génesis tuvo lugar a principios de los años 50 dejando su impronta en el alegato ¨La Historia me Absolverá ¨ cuando el joven revolucionario Fidel Castro Ruz siguiendo el legado de los justos propósitos sociales de quienes le antecedieron, en su acto de autodefensa por el asalto al Cuartel Moncada en 1953 declarara: El derecho del pueblo de tener acceso a la educación, convirtiéndose en un objetivo estratégico; desde entonces, el pensamiento revolucionario, popular y humanista de Fidel lo convierten en el padre del proceso tangible de universalización cubano.
Con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, la concepción visionaria del liderazgo cubano de incluir la Educación Superior con un carácter popular, va confirmando la posibilidad de convertir en realidad el proceso de universalización de la universidad.
Es evidente que el proceso de universalización de los conocimientos en la enseñanza general y universitaria en Cuba, se inicia con la revolución social en 1959, evolucionando en cada década de su desarrollo para dejar atrás el viejo legado de una sola Universidad de la Habana en 1728 por más de 200 años, para que en 1947 se fundara la Universidad Oriental y en 1952 la de Las Villas. Todas con la exclusión de las grandes masas y estructuras de carreras no centradas hacia el desarrollo nacional, carentes de investigaciones que fortalecieran el desarrollo de la ciencia.
La década de 60 abrió con la creación de un cuerpo de leyes y disposiciones legales revolucionarias, que precisaron conceptos académicos y funciones sociales de la universidad. Es así que se concretó la nacionalización y gratuidad de toda la enseñanza, se amplió el sistema de becas universitarias favoreciendo la inclusión social, se promulga la reforma universitaria propiciando la apertura a nuevos cursos tributarios a las necesidades del desarrollo sociocultural del país. (1962). Se crea por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) el movimiento de alumnos ayudantes para satisfacer el déficit de profesores, tiene lugar la institución de la comisión de investigación para promover el desarrollo científico y la investigación científica en la universidad. (1962).
En esta década se inaugura por Fidel Castro la universidad José A. Echeverría (CUJAE) de La Habana, que amplió el desarrollo de carreras de ciencia y técnica. (1964), son instrumentados los cursos de nivelación para facilitar el acceso a la universidad a quienes alcanzando el título de bachiller habían sido excluidos de la posibilidad de continuar estudios universitarios, se abre la oportunidad de acceso a estudios universitarios desde el puesto de trabajo mediante cursos para trabajadores vespertinos, nocturnos y por encuentros y se funda el Instituto Técnico Militar (ITM) en La Habana y la Universidad de Camagüey, con lo que se amplían las posibilidades de la universalización a estudiantes de las regiones central y oriental del país.
La década del 70 inicia con la creación de Filiales Universitarias en varias cabeceras del país ofreciendo mayores y nuevos espacios para facilitar el acceso a la universidad y tiene lugar la fundación del Ministerio de Educación Superior. (MES) (1976), se amplía la red nacional de centros de Educación Superior, se llegó a crear hasta 1977, veintisiete centros en las distintas provincias del país y se crea el Sistema Nacional de Educación Posgraduada. También se iniciaron los primeros cursos universitarios de Educación a Distancia a finales de 1979, lo que propició un incremento considerable de la matrícula universitaria.
En la década del 80 y el 90 se consolida la red de universidades del país. Se multiplica el número de profesionales formados por la Revolución asegurándose la existencia de un valioso capital humano como recurso importante de la nación. Mientras que hacia los finales de esta década y comienzos de los 90 se marca el principio del Período Especial que provoca una reducción de la matrícula universitaria, aun cuando no se cerró una sola aula.
En tales condiciones, la prioridad fundamental universitaria se direcciona hacia la defensa de un modelo científico, tecnológico y humanista que se identifica por un fuerte vínculo docencia-postgrado académico-investigación-producción. El perfeccionamiento de los principios básicos de la formación del profesional en Cuba La formación del perfil amplio en dos ideas principales. La unidad entre la instrucción y la educación y la de la vinculación del estudio y el trabajo. Lo identifica también, la investigación científica y la extensión universitaria.
En los finales de los años 90 se vislumbra una etapa mejorada de vida de la sociedad, alcanzada por el ingenio y esfuerzo de la mayoría del pueblo al que le había llegado una cultura universalizada que le posibilitó resistir, crear y vencer.
En el año 2000 se conceptualiza la actual Educación Superior Cubana en la
"Universidad para todos durante toda la vida" que concreta en los nuevos tiempos y de forma certera el acceso a la universidad de sectores históricamente desfavorecidos de la población, donde se trasciende de una proyección de la universidad en la comunidad hacia una universidad enclavada en la comunidad de los 169 municipios del país y de otras localidades, haciendo un uso más racional de la infraestructura y recursos creados por la Revolución.
A partir de este año, se incorpora a la universidad una gran masa de jóvenes directamente involucrados en diversos programas de la Revolución, con los que se debe asegurar su continuidad de estudio y graduación universitaria. También se amplían las posibilidades de estudio al adulto mayor, y la experiencia atesorada por valiosos profesionales universitarios se extiende a las localidades del país a través de los nuevos y valiosos recursos de comunicación e información.
Es igualmente significativa la ampliación del claustro universitario con profesionales graduados por la universidad, residentes en cada localidad del país, los que ahora funcionan como profesores adjuntos en las sedes universitarias o tutores en las microuniversidades.
Es así como la misión y estructura de la nueva universidad se hace mucho más integradora de todos sus procesos, con una dinámica más ágil, humanista, democrática y contextualizada que garantice la mayor inclusión social posible, haciendo que esta se realice con lo que la sociedad espera de ella, enfrentándose de manera consciente y creciente al desafío de elevar la calidad con la masividad y alcanzar la excelencia académica en el proceso de evaluación institucional en toda la extensión de la universidad universalizada, expresadas en el modelo cubano actual que explicitaremos a continuación.
Modelo cubano actual de Universalización de la Universidad Pedagógica
En el nuevo modelo de universidad cubana, en respuesta a las condiciones universales y nacionales en que se mueve el mundo de hoy, hace que la universalización de la universidad democratice realmente los estudios superiores y rompa con la idea inicial de su surgimiento en el siglo XVIII como institución generadora de conocimientos al servicio de la clase dominante, la cual ha estado influida durante muchos años de modelos elitistas, a pesar, incluso, de los grandes cambios que en ellos han ocurrido después de la Revolución triunfante.
Elevar la calidad de la educación en Cuba significa lograr transformaciones importantes desde el nivel de aula; por lo que en consecuencia, los cambios más profundos tienen que lograrse en la formación de los docentes y en su desempeño en la escuela. Por ello, un aspecto esencial lo constituye el análisis de la competencia profesional de sus principales ejecutores los maestros y profesores , en cuyas manos se pone la misión principal de la escuela, que es preparar al hombre para la vida.
Consecuentemente con esta premisa, la formación inicial y permanente del personal docente constituye un eslabón fundamental en la sociedad, por lo que hay que trabajar para lograr una educación que garantice en las generaciones futuras, la formación en una totalidad no dividida de conocimientos, habilidades, valores y rasgos de la actividad creadora acorde con los principios de nuestra sociedad.
Lograr maestros que tengan una actitud creativa hacia la profesión, que relacionen mucho más la enseñanza con la vida, sean verdaderos educadores o preceptores de sus alumnos, y los preparen para responder ante los retos que impone el desarrollo social y económico de nuestros tiempos y perspectivo, así como que sean capaces de hacer un uso efectivo de todos los recursos tecnológicos que hoy están a disposición del trabajo docente, le plantean a la formación del profesional la necesidad de garantizar una eficiente preparación del personal docente que satisfaga las necesidades y las exigencias de la escuela contemporánea.
Para alcanzar este objetivo se requiere desarrollar un sistema de interrelaciones de dirección entre las estructuras, figuras y niveles de educación involucrados en la preparación del personal docente, tanto en su etapa inicial como en la superación sistemática a lo largo de todo el ejercicio de la profesión, la cual debe partir, ante todo, de una profunda comprensión del lugar que esta ocupa en la sociedad y que responda a la vinculación permanente con la realidad escolar.
En el informe de seguimiento de Educación Para Todos en el mundo publicado por la (UNESCO 2004), se expresa: "En muchos países sería necesario revisar los modelos de formación, ya que la formación inicial y permanente durante el servicio en las escuelas es más eficaz que la formación inicial prolongada, tradicionalmente dispensada en los centros de formación de docentes"
En Cuba aun cuando se ha defendido el criterio de tener centros especializados para cumplir todas las tareas relacionadas con la preparación eficiente de los maestros, ha sido sobre la base de que a la par de su carácter universitario, mantengan el sentido humanista de esta profesión, como parte de la herencia cultural legada, su carácter netamente pedagógico y social, y sobre todo, un vínculo permanente con la realidad escolar de los niveles para los cuales forma el personal docente.
Tal decisión permite su integración con las estructuras educacionales, lo que les confiere un papel protagónico en el perfeccionamiento de los restantes niveles de enseñanza.
El ingreso a toda la formación profesional pedagógica en Cuba se realiza con bachilleres o nivel equivalente, en todos los casos mediante un proceso selectivo, alcanzan nivel superior universitario luego de cinco años de cursar la carrera, por lo que se les otorga el título de Licenciado en Educación en la especialidad correspondiente.
La formación de maestros y profesores en nuestro país está sustentada en las ideas siguientes:
1. Responsabilidad del Estado en la preparación del personal docente con garantía absoluta de ubicación laboral, una vez graduado, y derecho a la formación continua permanente.
2. Existencia de instituciones universitarias especializadas en formación pedagógica.
3. Coherente sistema de influencias de la institución universitaria y de la escuela en el proceso de formación del maestro.
Existen 16 instituciones especializadas de nivel universitario que conforman una red, se les denomina Universidades de Ciencias Pedagógicas, que tienen la responsabilidad tanto de la formación inicial en cursos regulares como de todo el sistema de superación continua, ellas garantizan la cobertura territorial de todas las provincias. Como centros universitarios asumen la formación de los profesionales, la educación postgraduada, la investigación científica y la extensión universitaria. Existe además a nivel de país el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño cuya función esencial es la actividad postgraduada con proyección internacional.
Los estudios pedagógicos se basan en la armonía de las disciplinas académicas con la labor de investigación y con una temprana inserción en un sistema de práctica pre-profesional, que pone al estudiante en contacto con la escuelas y con el asesoramiento de los maestros de la mismas integrados con los profesores de las facultades.
Así, la unidad de lo académico, lo investigativo y lo laboral se logra a partir del principio que se defiende como médula de toda la formación profesional: el maestro se forma en la escuela, desde la escuela y para la escuela. En la concepción del plan están presentes simultáneamente los componentes definidos para toda la Educación Superior en nuestro país:
El componente académico a través del cual los estudiantes adquieren los conocimientos y habilidades requeridos para su futura actuación profesional. Su concreción, se produce fundamentalmente a través de las clases.
El componente laboral–su columna vertebral, como ya se ha señalado, y donde mejor se concreta el principio rector del estudio-trabajo, tiene como fin que el estudiante se apropie de las habilidades generales y específicas de la actividad profesional, y se manifiesta fundamentalmente a través de la práctica pre profesional, como forma organizativa principal.
La concepción del trabajo investigativo de los estudiantes se desarrolla en función de solucionar problemas profesionales concretos tomados de la escuela en que se desempeñan, lo que identifica cada vez más al componente laboral con el investigativo.
La disminución a 20 alumnos o menos en las aulas de la Enseñanza Primaria y a 15 en Secundaria Básica, las transformaiones previstas para este nivel, así como la introducción masiva de la Computación en todos los niveles, por poner solo algunos ejemplos que han llevado a formar aceleradamente la cantidad de maestros necesarios para hacer realidad los objetivos propuestos en un corto plazo, sin afectar su calidad.
Si nueva y sustancialmente distinta es la escuela en la realidad cubana de hoy y para la cual debe prepararse el futuro maestro, también novedosos son los métodos a través de los cuales transcurre su formación inicial, por lo que se ha ido transformando el modo de preparar a los maestros y profesores en las condiciones del acelerado desarrollo educacional que vive el país.
Toda la concepción en la formación universitaria de los maestros y profesores tiene como base la integración entre los centros formadores y el resto del sistema educativo, lo cual permite disponer de toda su infraestructura. Ello garantiza también la interacción directa en la transformación cualitativa de la escuela, contando con el potencial científico de profesores y estudiantes de los centros pedagógicos, de conjunto con los maestros y profesores de los diferentes niveles de enseñanza, vía de retroalimentación directa y permanente para el perfeccionamiento continuo de los planes de formación, así como de la superación del personal docente en ejercicio.
Los cambios que se han introducido en la formación docente en los últimos años, como parte de la revolución educacional que han impulsado numerosos Programas de la Revolución, y más recientemente la universalización de la Educación Superior, significan algo mucho más trascendente que ha penetrado en las concepciones pedagógicas que sustentan esta formación profesional en nuestro país.
Las condiciones actuales, asi como los recursos disponibles, permiten fortalecer conceptos que han estado presentes en la Política Educacional de la Revolución desde sus inicios, pero que hoy alcanzan nuevas dimensiones. La aplicación de la universalización de la universidad se refiere tanto al acceso a los estudios de nivel superior, como en la forma de ejecutar la preparación de los profesionales.
Es por eso que, a partir del curso 2002-2003, se aplica un nuevo modelo de formación docente que, en lo esencial, consiste en:
Un primer año con carácter intensivo, donde se garantice una preparación inicial que permita: la incorporación laboral en la escuela a partir del 2º año, con una adecuada formación psicológica, pedagógica y sociológica; elevar su cultura general y fomentar la autodisciplina para continuar sus estudios universitarios e iniciar su actividad docente responsable.
A partir del segundo año y para el resto de la carrera: se ubicarán los estudiantes en una escuela de su municipio de residencia, con la concepción de considerar la misma como microuniversidad, en la que docentes de experiencia se convierten en tutores de cada uno de los estudiantes, y se responsabilizan no solo con su preparación profesional, sino también con la ayuda en sus estudios universitarios y su formación integral, a la vez que reciben la preparación académica en sedes universitarias creadas en todos los municipios, atendidas por profesores del ISP o adjuntos.
La escuela adquiere una mayor participación en el proceso de formación de los docentes, que trasciende del ya importante papel de servir de espacio donde realice su práctica pre-profesional.
La preparación de las nuevas generaciones de maestros en Cuba, que cuenta con una rica experiencia acumulada en su formación inicial muy vinculada a la escuela donde ha de desempeñarse profesionalmente el maestro, adquiere en la actualidad una nueva dimensión que acerca aún más al joven que estudia la carrera pedagógica a la institución docente y asigna mayor responsabilidad a esta en todo el proceso de formación inicial.
No se trata de una modificación curricular o de un simple cambio estructural, sino de dar la posibilidad real a la institución docente donde se va a desempeñar, de participar en el proceso de formación, a través, no solo del componente laboral o investigativo, sino también de manera muy armónica en el componente académico. Se trata, en fin, de potenciar la institución docente donde se inserta el estudiante de una carrera pedagógica como micro universidad en la que un profesor de experiencia actúa como tutor de este estudiante.
La escuela es el espacio ideal donde tiene lugar la interacción de los que se forman como maestros con los docentes de experiencia ya en ejercicio, y como resultado de la cual el futuro maestro se nutre del rico caudal de experiencias acumuladas, en primer lugar, de su tutor, así como del colectivo pedagógico en general. Por otra parte, en la escuela también el maestro en preparación conoce las características reales de los alumnos, la familia y la comunidad en la que está enclavado el centro docente donde se desempeñará profesionalmente.
En fin, la escuela permite integrar todas las influencias educativas y desarrollar las potencialidades del maestro que se forma bajo la dirección de la Universidad Pedagógica.
La actividad docente presencial que recibe el estudiante de carreras pedagógicas se realiza en una sede universitaria enclavada en su propio municipio de residencia y se hace con la participación de profesores de la Universidad Pedagógica y los mejores maestros y profesores de las instituciones docentes que se incorporan al claustro de dicha Universidad como profesores adjuntos, a partir de un proceso de validación de sus condiciones como profesor universitario.
Este mismo proceso ocurre con los tutores en las escuelas, que se seleccionan dentro de los docentes de más experiencia, ya graduados de la Licenciatura y que reciben una preparación sistemática de la Universidad Pedagógica, para el desarrollo de sus funciones como guías y preceptores de los estudiantes y que se mantienen como tales durante todos los años de estudio de la carrera.
Las características del proceso docente en estas sedes permiten la adecuada combinación de encuentros presenciales con los profesores universitarios, la utilización de materiales grabados en video y de la computación para el trabajo independiente, con un sistema evaluativo que toma en cuenta fundamentalmente el desempeño de los estudiantes en la actividad profesional para la cual se forman.
La nueva concepción de la formación docente permite acercarla a los lugares donde viven y desarrollan su labor los estudiantes, ofrecer mayores posibilidades para el acceso a esta formación de nuevas fuentes de ingreso, así como fortalecer la misión de que se conviertan en verdaderos educadores.
La presencia directa de las universidades pedagógicas en cada municipio constituye una importante contribución al desarrollo cultural y social de cada uno de los territorios del país, y propician una mayor igualdad en el acceso a los servicios educacionales y culturales.
En el curso escolar 2005-2006 (tomando este curso como referencia de partida) la universalización de la educación superior pedagógica se concreta en 209 sedes, distribuidas en todos los 169 municipios del país, la participación de 7 111 escuelas que asumen funciones como microuniversidad y que representa el 40 % de los centros educacionales del país. El 96 % de los estudiantes de carreras pedagógicas, 108 847, lo hacen a través del modelo de la universalización. La cifra de profesores adjuntos, docentes a tiempo parcial, que son profesores de las sedes o tutores en las microuniversidades asciende a 57 241.
La preparación de todos estos profesores es tarea prioritaria de los más de 6 000 docentes de dedicación completa de las universidades pedagógicas y el control y asesoramiento que estas ejercen sobre las sedes municipales, así como la preparación de las escuelas para su función como microuniversidades constituyen la base para mantener el rigor y la calidad alcanzada en la formación de las nuevas generaciones de docentes en nuestro país.
La superación o formación permanente del personal docente en ejercicio, es también responsabilidad de cada Universidad Pedagógica en su respectiva provincia y la posibilidad de diseñar la superación según las necesidades reales y su carácter descentralizado, permiten estructurar simultáneamente cursos diferentes.
La propia evolución de nuestra realidad educacional ha ido transformando progresivamente los propósitos y prioridades de la formación continua del personal docente. En la actualidad, dada la estabilidad en la formación inicial en cursos regulares, el énfasis fundamental va dirigido, a elevar la competencia de este profesional, por la vía de la superación postgraduada.
El sistema abarca a todo el personal docente en ejercicio, es decir, tanto a los maestros y profesores como a los cuadros técnicos y de dirección. Su ejecución es responsabilidad de las universidades pedagógicas, quienes, de conjunto con las estructuras educacionales de cada territorio, proyectan, diseñan, ejecutan, controlan y evalúan el sistema de actividades. El contenido de la superación está determinado por las necesidades individuales y por las exigencias institucionales.
Las modalidades que se desarrollan abarcan dos grandes categorías: la superación profesional y la formación académica de postgrado. En el primer caso el objetivo esencial es contribuir a elevar la efectividad y calidad del trabajo. Su forma principal la constituye la autosuperación, que deviene base de todas las demás, y que se realiza simultáneamente el ejercicio de la docencia.
Existen también los entrenamientos, especialmente dirigidos a la adquisición de habilidades o a la asimilación de nuevas técnicas y procedimientos de trabajo. Los cursos están dirigidos fundamentalmente a la profundización, actualización o capacitación que resulte necesario. Pueden tener diferentes modalidades y duración, que incluyen la ampliación de los conocimientos y habilidades adquiridos, e incluso a la recalificación a tiempo completo hasta un curso escolar, sin afectar salarialmente al docente ni perder su vínculo laboral.
La formación académica de postgrado permite alcanzar un nivel cualitativamente superior desde el punto de vista profesional y científico y se reconoce con un título oficial o con un grado científico. Se desarrollan como formas fundamentales las maestrías y el doctorado.
Las profundas transformaciones que se efectúan en nuestra educación sitúan a los educadores cubanos ante el reto de lograr que todos nuestros niños, adolescentes y jóvenes aprendan mucho más y adquieran la cultura general integral que nos hará alcanzar toda la justicia social, como objetivo fundamental de la gran Batalla de Ideas emprendida por nuestro pueblo.
En ese empeño resulta fundamental elevar el nivel científico-pedagógico de nuestros docentes y encontrar por vías científicas las soluciones a los problemas que enfrentan y adecuarlas a las características del medio en que se desarrollan.
La fortaleza de contar en las filas del magisterio cubano con alrededor de 120 mil profesionales universitarios en las diferentes enseñanzas, nos pone en condiciones favorables para que, a través de la educación postgraduada, se pueda concretar esa superación continua que garantice perfeccionar su desempeño para elevar la calidad de la educación en todos los niveles y enseñanzas.
A ello se une, como una condición esencial, la posibilidad que nos brinda el tener sedes municipales pedagógicas en todos los municipios del país, que desde hace tres cursos han permitido la universalización de la educación superior pedagógica en la formación inicial, y hacen posible ampliar hacia todos los territorios, con mayor efectividad, la educación de postgrado incluida la formación académica y la investigación pedagógica.
En correspondencia con ello, y con el propósito de garantizar una incorporación masiva de los educadores cubanos, se ha iniciado en el curso escolar 2005-2006 la Maestría en Ciencias de la Educación, cuyo objetivo fundamental está dirigido a lograr que los educadores resuelvan por vías científicas los problemas que se les presentan en el desarrollo, el aprendizaje y la formación integral de sus alumnos, y perfeccionen sus métodos y modo de actuación, en correspondencia con el nivel en que trabajan.
La incorporación masiva a estudios de maestría se inscribe en esas transformaciones encaminadas a incrementar la calidad de la educación cubana y amplía las posibilidades de que accedan a la obtención de este título académico de postgrado, todos los docentes cubanos licenciados y, consecuentemente, eleven su preparación teórico – metodológica e investigativa en el campo de las ciencias de la educación, con lo que se multiplica su incidencia directa en la solución científica de los principales problemas educacionales. La concepción de la universalización de la universidad pedagógica con su extensión hasta la educación de postgrado, aporta nuevas facilidades para que los educadores puedan desarrollar sin límites todas sus potencialidades científico – pedagógicas y favorecer el desarrollo pleno de su desempeño profesional y su eficiencia en la solución de los problemas que se les presentan, a la vez que constituye una vía para incrementar aún más el reconocimiento social a su labor. Los claustros de los centros formadores están integrados por personal propio con dedicación a tiempo completo y con elevada exigencia en su selección y evaluación. Aunque hay diversas vías para su actualización sistemática, resulta fundamental la del entrenamiento como profesor en una escuela u ocupando un cargo técnico de dirección de la enseñanza para la cual forma al personal docente, conservando el status y salario de profesor universitario.
Otro elemento novedoso lo constituye la selección de los mejores graduados de cada año, atendiendo a su calidad humana y preparación científico-pedagógica, los que reciben atención especial con vista a su futura ocupación en funciones técnicas y de dirección en las diferentes esferas y niveles del sector educacional, lo que incluye también la formación del relevo del claustro de los propios centros formadores.
La integración funcional de los centros pedagógicos a las estructuras educacionales propicia que su potencial científico-pedagógico, generalmente el de mayor desarrollo en su territorio, se ponga en función de resolver los problemas educacionales existentes en el mismo, mediante su acción directa, y de conjunto con maestros y profesores de los otros niveles de enseñanza y con los estudiantes de la formación inicial, en la determinación de esos problemas, la aplicación de métodos científicos para su solución.
El modelo pedagógico que se ha desarrollado es flexible; adecuándose a las diversas situaciones laborales y territoriales, así como al ritmo de aprovechamiento académico del estudiante. Se estructura para favorecer la organización y desarrollo del aprendizaje; centrado en el estudiante, para propiciar su actuación consciente en su propia formación, se organiza a partir de actividades presenciales sistemáticas que posibiliten guiar al estudiante.
El proceso de formación está concebido para ser desarrollado en las localidades donde residen los estudiantes, por los que las sedes universitarias municipales resultan decisivas para la organización de este masivo proceso, al tiempo que los municipios asumen un papel más activo en la gestión de los profesionales que necesitan para su desarrollo.
El modelo cubano actual, precisa el Dr. Rodolfo Gutiérrez (2005), concibe el aprendizaje sobre la base de cuatro componentes principales, criterio que comparte el autor de esta tesis y que difiere del expresado por Dr. Horruitiner (2006) que hace alusión a tres, contentivos en el primero, segundo y cuarto que relacionamos a continuación:
1- El sistema de actividades de aprendizaje en el espacio presencial bajo la dirección del profesor adjunto.
2- El estudio independiente y el autoaprendizaje del profesional en formación.
3- La docencia laboral responsable en la práctica pedagógica contextualizada en la microuniversidad en el espacio interpresencial bajo la guía del tutor.
4- El uso de los servicios de comunicación e Información científico y docente.
Comprender lo que se entiende por Universalización de la Universidad Pedagógica Cubana, es esencial para trascender al cómo lograr perfeccionar la integración en las interrelaciones de dirección entre las diferentes figuras, instituciones y niveles de educación de la provincia en la puesta en práctica de este modelo.
Al decir del Dr. Rodolfo B. Gutiérrez Moreno (2005), cuando hablamos del término de Universidad nos estamos refiriendo a una institución que dirige los estudios de la educación superior, donde se cursan todas o varias carreras en las diferentes ramas del saber y le confiere al graduado el título correspondiente para el cumplimiento de su función social.
Esta institución juega un importante rol en la sociedad, dado que permite la conservación y desarrollo de la cultura en la que se manifiesta toda la huella del saber atesorado por el hombre en su paso por la sociedad, y los procesos que acontecen en ella en cada momento histórico concreto.
La Universalización de la Universidad refiere a dar mayor extensión a la universidad para facilitar los estudios universitarios con la mayor inclusión social posible. La Universalización de la Universidad Pedagógica, al decir del referido doctor en su citada obra, es la extensión de la universidad dirigida a cursar estudios pedagógicos para formar profesionales de la educación en las diferentes carreras que se ofertan en la institución.
La Universalización de la Universidad Pedagógica Cubana tiene sus antecedentes en la formación de maestros emergentes, en los cursos de habilitación, en el proceso de ingreso municipalizado a carreras pedagógicas y en la extensión de la práctica docente responsable de los estudiantes desde el segundo año de la carrera como elemento central de la formación del docente, a partir de estos criterios se estructuran los nuevos planes de estudio.
El Proceso de Universalización de la Universidad Pedagógica (PUUP) tiene a las puertas del nuevo milenio entre sus máximas aspiraciones, la transformación y reconceptualización de la formación del profesional de la educación acorde a las exigencias histórico-sociales concretas que se dan a la luz de los actuales Programas de la Revolución.
Los propósitos más generales a alcanzar en el Proceso de Universalización de la Universidad Pedagógica (PUUP), direccionados en el modelo de formación del profesional, están intencionados hacia:
Lograr la formación de un patriota revolucionario.
Llegar a dominar los contenidos objeto de enseñanza-aprendizaje.
Dominar el proceso educativo de las nuevas generaciones.
Alcanzar una cultura general e integral.
Todo lo cual está sustentado desde la ciencia pedagógica a partir de una voluntad política del Estado cubano de convertir en un hecho la plena igualdad social en materia educacional, para lo que es esencial trascender desde la referida ciencia, al cómo lograr perfeccionar la integración en las interrelaciones de dirección entre las diferentes instituciones, figuras y niveles de educación en la puesta en práctica de este modelo.
La Ciencia Pedagógica para la integración de las interrelaciones de dirección en el Proceso de Universalización de la Universidad Pedagógica
La teoría de la dirección científica, surge a principios del siglo XX, a partir de las contribuciones hechas por hombres de negocios del mundo empresarial capitalista como resultado del crecimiento de la gran industria, de la necesidad del uso eficiente del personal y de equipos, y máquinas cada vez más costosas para el trabajo. Acerca de la misma, la literatura recoge para su estudio la existencia de varias escuelas, como son: el enfoque operacional, la escuela empírica, teoría de las decisiones, el criterio del centro de comunicaciones y otras; pero son cinco las escuelas que se consideran de mayor incidencia en la teoría de la dirección científica: la clásica, de relaciones humanas, los sistemas sociales, neoclásica y matemática o management science.
Según aparece en la literatura revisada, la teoría de la dirección moderna desde la época de Fayol y Taylor se ha venido desarrollando a pasos acelerados, y si bien ha tomado como base las cinco escuelas anteriormente referidas, es necesario destacar el amplio proceso de enriquecimiento que ha experimentado, sobre todo, en los últimos años, tomando en consideración la experiencia y los resultados investigativos de sus principales teóricos y directivos.
Es importante señalar que, desde sus inicios, los científicos de la dirección han trabajado en la determinación de los principios que la rigen, pero no existe una clasificación única de los mismos, teniendo en cuenta que se han abordado a partir de enfoques diferentes, es por ello que se conocen los 13 principios definidos por Frederick Taylor, los 14 del francés Henry Fayol, así como otros que surgieron con posterioridad, pero es imprescindible destacar los principios de dirección de la sociedad socialista que son aplicados en Cuba, elaborados por Lenin, V. I. y que son tratados por Muguerzia Muguerzia, P. (1986) en su libro "Teoría General de la Dirección Socialista":
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