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De Jesús. Al filo de la navaja. Adrenlinomania Parte I (página 2)

Enviado por Norberto Villegas


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

En su juventud habían coincidido en un grupo que formó el vicario de la parroquia por el rumbo del llamado y conocido "Árbol de la Noche Triste". La intención de este grupo a pesar de haber sido conformado por un religioso no tenía para nada tintes ligados con la iglesia y eso fue los que le llamó la atención y aunque no conoció directamente a "El Smith", fue por medio de Gloria mejor identificada por el alias de "La Grilla", no porque estuviera metida en la política sino más bien por su apariencia, nunca se pusieron de acuerdo sí es que ella estaba hecha a imagen y semejanza de los grillos o los grillos la tomaron como modelo para su misma imagen y resulta que su apariencia con esos animalitos resultaba tan apropiado que bien podrían haber cambiado el nombre a los grillos y llamarles "Glorias".

Después de terminado uno de tantos ensayos durante lo que más hacían era divertirse con el pretexto de poner en escena una obra con la que festejarían el onomástico del Señor cura de la misma parroquia, se reunieron en un café justo frente al templo, ahí lo invitó a Él y a Antemio a la presentación de un conjunto que "dizque" tocaba Rock and Roll, ritmo de moda en ese entonces y que tendría verificativo precisamente en la casa de "El Smith". Les dio santo y seña y por supuesto la dirección que estaba plasmada en un sencillo y a la vez explicito esquema elaborado a mano alzada en la mitad de una hoja tamaño carta y que llevaba para fines de marcarles la orientación y que servía también a la vez de Invitación o Participación.

El día indicado De Jesús y Antemio se pusieron de acuerdo y con bastante anticipación emprendieron el corto aunque tedioso viaje y que propiamente habrían de atravesar la ciudad de Norte a Sur.

Como coincidencia también sobre la misma avenida tenía verificativo una reunión para celebrar los quince años de una damita, hija de reconocido integrante del ámbito social-político. El primer aspecto era cubierto y ampliamente por la Señora de la casa que cumplía con especial énfasis sus actividades altruistas en beneficio de cuanto grupo étnico se le presentara y que entre más alejado de la ciudad más atención le mostraba.

Claro que ese interés era el mero pretexto tapadera de sus escapadas con el mismo chofer que además fungía como su asistente personal, pero muy personal, así como encargado de la chequera de la que nunca le pedía cuentas, su guardaespaldas, consejero y confidente, el hombro donde descargar sus penas y lagrimas y por supuesto, su amante, que por cierto la única responsabilidad que cumplía cabalmente era la última en la medida que su juventud se lo permitía ya que aprovechaba a la vez que tomaba ventaja de la bastante gran diferencia en las edades con la Señora, su patrona a la que siempre se dirigía de "Señora" delante de cualquier otra persona sin importar que esta fuera integrante del personal de servicio de la casa-mansión. En cuanto a la relación en el ambiente político se encargaba el Señor de la casa, el mismo licenciado Lugo Cervantes Del Mar, Secretario de Gobernación.

La aparición de dos personas ajenas a aquel ambiente atrajo inmediatamente la atención de la Señora de Cervantes la que con toda la discreción del mundo los estuvo observando y resultó que fue indiscutidamente atraída y no por Antemio ya que a pesar de su juventud

no podía aparentar ni ocultar su aspecto diferente a un intelectual a o lo que años después serían reconocidos como "Nerds".

Aunque con cierta desconfianza y con mucho sigilo, la Señora se acercó pausadamente saludando y haciendo comentarios a cuanto invitado se encontraba en su camino.

  • Jóvenes, los he estado observando y me disculpan pero sucede que no los reconozco, no hay problema alguno ya que su comportamiento es por demás impecable, intachable, es más así quisiera que se portaran todos los demás, cosa que es como "Pedirle Peras al Olmo", tan impecable como luce el nudo de tu corbata.

Dijo dirigiéndose a De Jesús a la vez que le arreglaba la corbata aún sin requerirlo. Y como sólo dirigiéndose a Él, prosiguió.

  • Desde luego que puedes quedarte o mejor dicho, pueden quedarse, no hay problema, es más me agradaría conocerte después que se hayan retirado todos los invitados. Bueno digo, solo tomándonos una taza de café. ¿Qué te parece?

  • Er, Este, Perdón. Es que Gloria nos invitó a la presentación de su grupo de Rock.

Casi balbuceó De Jesús, tragando saliva ante la descarada insinuación de "La Señora", volteando a ver a su amigo Antemio.

  • ¿Gloria?¿Cuál Gloria?

  • Pues Gloria, "La Grilla". Bueno así le decimos de cariño, mire aquí nos anotó la dirección.

Extendió el brazo mostrándole la media hoja con las indicaciones.

  • ¡Ah! Mira la calle es la misma, Fuego, pero aquí es el mil veintitrés y aquí dice; mil doscientos tres.

  • ¡Mil dos ciento tres!¡Uf! Es que ahí no vive Gloria.

  • Si, eso lo sé es la residencia del licenciado Echevarria.

  • ¿Don Luis Echevarria?

  • El mismo, que por cierto no es del todo del agrado de mi esposo.

  • No se preocupe Señora, lamentamos el habernos equivocado.

  • Si. Lo sentimos mucho, es más, ya nos vamos.

Intervino Antemio.

  • No se alarmen, pero mejor es que mi esposo no se entere a qué dirección van porque entonces si que se arma la de San Quintín.

  • No se intranquilice, ya nos vamos.

  • Por mi pueden quedarse ya sabes que la invitación queda en píe.

Dijo esto último acariciando la mejilla de De

Jesús.

Con toda calma terminaron el Wiskey que les habían ofrecido, era un Chivas 12 años.

Pausadamente se dirigieron a la puerta, atravesaron el amplio jardín donde tenía a cabo la reunión bajo elegantes toldos blancos profusamente iluminados y que guarecían distinguidas y bien adornadas mesas con sus respectivos servicios de vajilla y cubiertos de plata. De paso por una generosa mesa donde se hallaba regiamente arreglado un extenso y generoso buffet, tomaron con toda parcimonia unos cuantos canapés, lo cual fue observado a distancia por "La Señora" que sonrió y casi suspiró al ver que no aceptaba su invitación, solo pensó para sus adentros.

  • ¡Que desperdicio! Bueno ni modo ya será el próximo y volteo como fiera depredadora en busca de su siguiente victima.

  • ¡Órale mi "Temo"! Aprovechemos por sí no hay en la casa del novio de "La Grilla".

Riéndose discretamente continuaron caminando a la salida.

El automóvil de Antemio, aunque bien presentado no dejaba de contrastar con los convertibles y los lujosísimos automóviles de los invitados.

  • Ya me daba mala espina desde que llegamos. Hasta me dieron ganas de estacionar mi nave más adelante.

  • ¡Bah! No te preocupes

  • No sino es que me preocupe, o que pasa es que temí que me lo fueran a chocar.

  • Ja, ja, ja.

Contrario a su temor, en serio en broma, el auto de Antemio o su nave como lo identificaba era motivo de admiración por parte de cuando menos una docena de "Júniors" que aquel Ford Coupe, dos puertas, modelo mil novecientos cuarenta, impecable en su carrocería y desde luego en su pintura, con todos sus accesorios originales y impecablemente cromados y equipado con llantas "Cara Blanca". Inclusive al percatarse que accionaba la cerradura para abrir la portezuela, se acercaron varios de los invitados que estaban admirando el auto, primero y de golpe a ofrecerle una cantidad exorbitante en pesos que de primera intención les sonó exagerada, pero más exagerada fue la segunda oferta, cuando le ofrecieron cambiarlo por un Ford Mustang Convertible último modelo. Antemio sintió que el mundo se le venía abajo, situación a la que pudo y supo sobreponerse rápido y discretamente.

Declinó cortésmente los ofrecimientos tratando de o herir susceptibilidades ni mucho menos ofenderlos. Le fue entregada una tarjeta de presentación nada menos que del Presidente del Salón del Automóvil, insipiente agrupación que congregaba entre sus miembros o socios a los más afamados coleccionistas de automóviles antiguos.

Se despidieron con un apretón de manos, unas palmadas en la espalda y hasta de un beso en la mejilla de una chica de muy buen ver, desde luego con muchos pero muchos años menos que "La Señora" y además con la promesa que en una cercana fecha pasarían a visitarlos en su Salón que estaba ubicado en División del Norte muy cercano a la Calzada de Tlalpan.

Una vez al volante y ya que se habían alejado unos cincuenta metros, dieron rienda suelta a la risa contenida por la aventura que habían pasado involuntariamente. Antemio condujo el su Fordcito con visible orgullo por la avenida Fuego hasta el mil doscientos tres y de nuevo se encontraron en el medio de un auténtico estacionamiento de impecables autos, la mayoría último modelo vigilados muy de cerca por los que seguramente eran sus respectivos chóferes y que esperaban pacientemente aunque aburridos a los jóvenes o a las Señoritas. En esa ocasión no tuvo el menor empacho para estacionar su auto en el primer espacio que encontró y que casualmente estaba frente a la dirección que le había proporcionado "La Grilla" la que en ese momento se asomaba al portón un tanto cuanto inquieta por la relativa tardanza de sus invitados.

  • Que bueno que llegaron. Ya me tenían preocupada.

  • ¿Preocupados? ¿Nosotros, ya te contaremos.

  • Bueno pasen ya casi empezamos, no quería iniciar sin que estuvieran los dos.

  • ¡Caray! Que amable. Pues aquí estamos

Fueron recibidos como sí se trataran de los invitados de honor, lo cual no distaba mucho de la realidad. Para esto atravesaron un amplio jardín, un campo de fútbol que aunque no de las dimensiones reglamentarias de las canchas profesionales, si que se le acercaban, pisaron un césped que daba la impresión de ser una verde alfombra. Después pasaron por un par de "Greens" o lo que es lo mismo, dos hoyos para jugar golf o meter una pelotita del tamaño de una moneda de a diez pesos en un hoyito del tamaño de una buchaca de billar.

  • No, esto debe de ser uno gorro imagínate que ni siquiera puedo ensartar el hilo en una aguja por lo siempre se lo pido a mi mamá.

  • Pues yo estoy peor ya que no puedo ni atinarle a la cerradura con la llave.

  • Ja, ja, ja.

Cruzaron un arroyuelo sobre un puente construido con vigas y se encaminaron por un sendero tapizado con gravilla de mármol blanco que partía un excelente jardín al estilo oriental, más preciso, japonés y por fin se adentraron en un túnel de unos diez metros de longitud y donde cabía perfectamente un camión mediano.

Este túnel se encontraba profusamente iluminado y decorado con sendas peceras a los lados en toda su extensión, peceras repletas de peces que en silenciosos cardúmenes danzaban en vaivenes de silenciosa sinfonía.

Dos guardias uniformados al estilo de los Boinas Verdes, sólo que en esta ocasión sus uniformes camuflados en tonos verdes y cafés que contrastaban con la boina roja y que les daba un aspecto impresionante ya que a pesar de no portar arma alguna, al menos visible, imponían respeto o hasta miedo al imaginar que sus armas eran sus propias manos y píes. Se notaba que sin destacar un físico impresionante, seguramente estaban entrenados, cuando no adiestrados, en alguna disciplina oriental como Karate, Ju-Jitsu, Ai-Ki-Do o Kun-fu.

Al aproximarse al portón de hojas dobles color rojo y salpicado con exquisito gusto con motivos orientales, hicieron el saludo militar y cada uno se encargó de abatir una de las hojas, cediéndoles cortésmente el paso.

De pronto se vieron inmersos en un ambiente de discoteca. Un amplio espacio que daba cabida cuando menos a un centenar de invitados.

Fueron inducidos a una mesa justo al centro y frente al conjunto que compuesto por cuatro elementos terminaba de conectar, afinar y probar una cantidad impresionante de instrumentos y accesorios en un proscenio bastante sobrado para la ocasión.

Gloria se despidió momentáneamente no sin comentarles que pidieran lo que quisieran ya fuera alimento o bebida.

No salían de su asombro cuando escucharon dos golpes dados con las baquetas de la batería seguidos por otros cuatro que marcaron el inicio de una escandalosa imitación, muy mala por cierto, de lo que supuestamente era una de las melodías (¿?) de moda y en boga gracias a la interpretación de los Beatles. Después de cuando menos una docena de acordes identificaron y eso con mucho esfuerzo, los compases de la pieza que ejecutaba el cuarteto y que se auto-denominaba "The Breake Hearts"

Tanto baterista como el bajo, el requinto y el vocalista lucían un chillante uniforme que más les daba un aire de animadores de circo que de músicos, era un traje gris a rayas verticales, en la bolsa del saco un corazón roto que no partido en dos melenas al estilo de la moda juvenil. Gloria vestía diferente y se encargaba de hacerles coros tras bambalinas y de vez en cuando trataba de ponerle tono con la pandereta, lo cual se lograba uno de cada veinte acordes.

Al término de la primer pieza todos aplaudieron con emoción casi hasta el éxtasis. Desde luego todo esto increíblemente fingido pero que agradaban en extremo a los muchachos seudo-músicos.

Y así una, dos y hasta tres horas tiempo durante el cual, viandas y bebidas corrieron indiscriminadamente y que tanto Antemio como De Jesús valiente y estoicamente soportaron hasta el final eso más que otra razón, por atención a "La Grilla".

El conjunto terminó literalmente chorreando de sudor al grado que tuvieron que retirarse y después de "Tomar una Ducha" y cambio de indumentaria, muy sencilla por cierto, reaparecieron y se mezclaron entre sus invitados esperando recibir toda clase de halagos. Y así sucedió hasta que Gloria presentó oficialmente a sus invitados.

  • Mucho gusto ¿Qué les pareció?

  • Muy buena. Yo diría que exce . . .

Estaba contestando cortésmente Antemio cuando fue interrumpido por De Jesús.

  • No, no, no, espera. A mi me parece que por principio de cuentas necesitan contratar los servicios de un ingeniero de sonido.

  • ¿?

Tanto Gloria como Antemio sintieron que el piso se abría y que la tierra se los tragaba, sin embargo el novio de Gloria se mostró muy receptivo y a la vez muy atento al comentario de De Jesús.

  • ¿Por qué dices eso?

  • Pues mira. Tienen un magnifico equipo y que decir de los amplificadores y los sintetizadores y los micrófonos y las bocinas y por lo que escuché, sacaron mucho ruido y poca calidad.

  • ¿Qué te pasa? Casi gritó el baterista.

  • Espérate, espérate. ¿Conoces a alguien que se encargue del sonido?

  • Por supuesto

  • Pues, preséntalo.

  • Pues te la presentaré ya que es una chica que estudió en la "Martell", la becaron en Nueva York y se doctoró en "Neza"

  • ¿Neza?

  • Si, en mi Nezota

  • ¿Minnesota?

  • No, en Neza, Nezahualcoyotl, en los "Toquines" de sábado en los bailes callejeros.

  • Ja, ja, ja. Rieron todos.

En lugar de molestar, esta actitud fue el auténtico nacer de una rara amistad. No hubo presentaciones formales. Después se enteró que Smith no era su apellido sino su alias y ahí quedó sin nombre.

Él siempre fue tratado como "Licenciado" o simplemente "De Jesús" y siempre hubo entre ellos un mutuo respeto, nadie preguntaba más que lo necesario y aunque fue invitado en reiteradas ocasiones al Pentágono de Tiro, sistemáticamente las rehusó de la manera más amable y atenta en correspondencia a la deferencia a la que era motivo.

En una de sus correrías se ese animaron a visitar el Salón del Automóvil y ahí se inició una serie de relaciones con personas involucradas en el elítico círculo de los coleccionistas de autos antiguos. Claro que esto no era otra cosa sino solo una tapadera a sus pasatiempos los que estaban íntimamente ligados a los automóviles modernos la de los vehículos con potencia que sobrepasaba aún a los utilizados y especialmente construidos para la misma Policía Federal de Caminos. El mundo de la velocidad, de la emoción, de las apuestas, ¡De la adrenalina! Aunque el Salón era una pantalla de sus ilegales actividades durante las cuales desafiaban a todos los reglamentos de la ciudad, los de tránsito, los de la policía.

Sin que siguieran una cierta periodicidad, organizaban "Arrancones" en cualquier punto de la Ciudad ya fuera en el Periférico, el Circuito Interior, cualquier Eje Vial, el estacionamiento del Estadio Azteca, la Avenida de los Insurgentes o el mismo Paseo de la Reforma. El colmo de su osadía sucedió cuando invadieron ¡El Zócalo! Y ni que decir de la noche que hicieron de las suyas en el interior del Centro Comercial Santa Fe.

Lo normal y lo que menos apostaban eran los propios vehículos aunque siempre acompañados por voluminosos fajos de billetes verdes que por lo general eran cantidades de cuando menos cinco ceros y cuando se trataba de una fecha especial como fuera cualquier día que a los organizadores se les ocurriera, entonces las apuestas se medían con seis ceros y como una ley no escrita que todos acataban cabalmente y sin discutir.

Las apuestas siempre eran cubiertas en efectivo ya que ni cheques o mucho menos tarjetas de crédito hacían su aparición, no debería manejarse ni quedar testigo alguno que los pudiera incriminar. Todos se regían por un cierto código de honor no escrito pero que seguían fielmente y sin chistar.

En uno de esos eventos fue que conoció al "Fangio", personaje respetado por todo mundo por su fama bien ganada de excelente mecánico teniendo tal habilidad en la modificación de motores o en la transmisión que daba como resultado verdaderas maravillas en el funcionamiento de los automóviles lo que redundaba en el incremento de potencia y por ende en aceleración y ni que decir en la velocidad.

Contar con su cooperación era un gasto bastante oneroso ya que los gastos previos corrían por cuenta de quien lo contrataba y de las ganancias, la mitad eran para Él, a pesar de todo esto no era un trato leonino o desigual pues bien valía la pena esa inversión sobretodo para quien solo esta buscado reconocimiento en el medio que, claro que por tratarse de "Júniors" no les importaba el dinero, sólo tenían que estirar la mano y obtenían lo que se les antojaba y eso de estirar la mano se refiere a que era el único trabajo que se tomaban la molestia de efectuar pues sólo les bastaba con estampar su firma ya fuera en un cheque, una ficha de retiro o de transferencia o en el "Boucher" que amparaba el uso de una de las tantas tarjetas de crédito que poseían y que nunca se tomaban siquiera la molestia de consultar los montos disponibles.

La habilidad del "Fangio" y que rayaba en un autentico "Don" para entender los motores de combustión interna, los inyectores, los engranes, la presión de las llantas así como sus medidas, no era la única relación con las máquinas y sucede que también era un experto conductor que obtenía el máximo provecho de sus arreglos y modificaciones.

Otro personaje que conoció fue "El Steve", individuo que no se involucraba directamente en las carreras o arrancones pero que era un elemento imprescindible, al grado que sin su presencia no daba comienzo ningún evento. Era capaz de detectar el ruido del motor de una patrulla o motocicleta que se aproximara al lugar del evento y lo distinguía a cuando menos dos kilómetros de distancia y sin importar la cantidad de ruidos o de su naturaleza.

Por lo general ocupaba propiamente un lugar un tanto cuanto retirado del evento, casi siempre escogía un sitio en las alturas que podía ser la copa de algún árbol, la azotea de un edificio y en alguna ocasión tuvo la ocurrencia de subir a lo alto de una torre de transmisión de alta tensión. Sólo fue arrestado cuando y por mero capricho ideó subirse a la antena de transmisión de Televisa en la Colonia de los Doctores. Casualmente y desde luego en forma anónima fue depositada la correspondiente cantidad, en efectivo desde luego, que cubría la Caución que le permitió abandonar la delegación en la que no duró ni siquiera el tiempo que invirtieron los policías en bajarlo de las alturas y por eso no llegó a recargarse en la Barandilla de Audiencias de modo que ni el Agente del ministerio Público se dignó interrogarlo.

Además "El Steve" tenía la habilidad de poder leer un periódico a una distancia de diez metros y no tan solo los encabezados sino que también se atrevía a leer los "Píes" de las fotografías.

Casualmente De Jesús descubrió su secreto ya que no era tanto su increíble vista si no que se trataba de que a base de practicar había logrado desarrollar un poder de memorización que le permitía retener casi instantáneamente los "píes" de las fotografías lo que le permitía recitarlos tal cual sí los estuviera leyendo directamente.

Por cierto que ese poder de retentiva extraordinario que se extendía en cuanto a rostros se refiere por lo que inmediatamente detectaba la presencia de algún posible infiltrado lo que reportaba rápidamente al encargado de seguridad del evento en proceso.

Pero esta era una de las actividades o "Hobby" como ellos mismos lo denominaban, ya que después de cada arrancón se daban cita en Acapulco, Ixtapa, Cancún, Puerto Vallarta Huatulco o cualquier otro lugar dentro del país ya que cuando tenían un mes inactivo, sus reuniones tenían lugar en alguna localidad alrededor del mundo. De cualquier manera sus movilizaciones las realizaban utilizando sus propios medios ya que todas las líneas comerciales aéreas los mantenían boletinádos por sus escándalos a bordo de las aeronaves que en varias ocasiones motivó el regreso a la Ciudad de México ya que su mal ganada fama de conflictivos trascendió las fronteras nacionales.

En resumen "El Smith", "El Fangio" y "El Steve" eran unos "Desmadrosos" profesionales que no tenían necesidad de dar golpe ya que "Papi" se encargaba de proveerlos de cuanto se les ocurriera través de cuentas bancarias que eran alimentadas permanentemente desde las arcas del erario público que por medio del famoso y misterioso "Ramo 33".

Claro que esto les permitía a sus padres, políticos en su mayoría el solo hecho de pertenecer al selecto y cerrado grupo de Gusanos Profesionales Procesionales, Gusanos porque no dejan de arrastrarse con tal de vivir en esa podredumbre, Profesionales porque a eso se dedican de tiempo completo y procesionales porque se mantienen en un perpetuo juego de "Lo que hace la mano hace la tras" y también por pertenecer al Partido Oficial, el Partido en el Gobierno.

Los planes de Antemio no encajaban del todo en esa forma de vida, por el contrario Él era bastante más calmado, un excelente estudiante, aunque al tiempo no alcanzó cumplir con su deseo más anhelado que era la obtención de la Medalla Gabino Barreda, máxima distinción a la que puede aspirar un alumno en la Universidad Autónoma de México. Practicaba fútbol y pasaba las tardes enteras pulsando la guitarra lo que le permitió inducir este mismo gusto por la música a De Jesús, además de esto no daba muestras de otra habilidad que encajara en los planes de aquel cuarteto que exponía una cara muy distinta en cuanto a mostrarse y desarrollarse en familia y otra fuera de la misma.

Los primeros pasatiempos ya como cuarteto los llevaron a cabo con hurtos de poca monta y lo hacían por simple diversión o como un reto y consistían en burlar a los vigilantes y sistemas de video-vigilancia sustrayendo primero cigarros, dulces o chucherías, pasaron a las prendas deportivas en lo que establecieron como blanco favorito a las incipientes tiendas de deportes Martí. De ahí pasaron a hurtar automóviles y siempre se fijaban en; marca, desde luego modelo y hasta color.

Pero su sistema requería de cada vez más adrenalina y las emociones tenían que subir de tono, entonces alguien "Descubrió" la estación Universidad del Metro y se le ocurrió saltar de andén a andén, en un principio sin el convoy a la vista pero después esperaban a que este apareciera en el extremo opuesto. Claro que para que la emoción fuera más fuerte empezaron una carrera para saltar cuando el convoy se encontrara a menor distancia hasta el punto que llegaron a rozar con la palma de la mano el mismo parabrisas dejando azorado al o la conductora lo que dio como resultado un fulminante infarto que originó tremendo "enfrenón" mismo que materialmente disparó hacía el frente de los vagones a los escasos pasajeros que en su mayoría se trataba de estudiantes.

El susto desde luego fue bastante grande aunque la necesidad de adrenalina era cada ocasión mayor y su nuevo descubrimiento consistió en bajar a las vías del metro e iniciar carrera, primero en el sentido del viaje del convoy y primero de la estación Juárez a la estación Hidalgo, después lo hicieron en sentido contrario, es decir, contra el sentido del convoy. La distancia entre estaciones fue creciendo hasta iniciar el mismo ritual entre la estación Juárez y la estación Balderas. La carrera en sentido contrario al viaje del convoy no se llevó al cabo, en primera porque "la Garrotes" única mujer aceptada en el grupo por sus varias cualidades entre las que destacaban su bien formado cuerpo así como la velocidad que le imprimía a sus piernas cuando de correr se trataba, cualidad esta última que no le bastó para llegar a tiempo de saltar al andén de la estación Juárez antes el convoy la alcanzara sin permitirle siquiera brincar al otro carril ya que en ese momento se arrancaba el convoy en sentido contrario, el reunir su cuerpo fue una labor titánica que requirió de varias horas por parte de los paramédicos mismos que fueron solo observados a distancia y confundiéndose entre los muchos curiosos que movidos más que otra razón que por el mismo morbo sin poder articular palabra alguna so pena de delatarse. La otra razón por la que suspendieron tan excitantes pasatiempos fue que se presentó el primer "Trabajo".

El primer "Trabajo" grande sería el que planeado como visita a las oficinas de la ANDA.

Todo estaba estudiado, analizado y planeado de modo que no podía fallar. Ya se veían mencionados en los noticieros nocturnos con sus repeticiones diurnas y en los diarios, sobretodo en los Tabloides que venden encabezados;

"Asalto a oficinas de la ANDA. Se desconoce paradero de los delincuentes. Se presume pertenecen que a pesar de los buenos modales mostrados, pertenezcan a alguna célula de paramilitares de Guerrero, Lujoso automóvil usado en el atraco fue encontrado en estacionamiento de la Zona Rosa. Se interroga al supuesto propietario que fue aprendido cuando abandonaba lujoso restaurante de las calles de Génova ya que el vehículo no había sido reportado como robado"

Los cuatro desternillándose de risa y aumentando los comentarios que iban leyendo.

Una y otra vez se carcajeaban y brindaban con Coca-Cola que era lo más fuerte que tomaban ya que para casi todos ellos, el alcohol era una maldición más que una droga. "El Smith", "El Fangio" y "EL Steve" lo evitaban a toda costa en cambio fumaban como desesperados algo así como sí estuvieran comprometidos por medio de un contrato y cuando se encontraban solos, cada uno por su cuenta, se embarcaba en un ligero y corto, según ellos, viaje cósmico con ayuda de la"Marihuana", "El Perejil del Diablo", "La Achicalada", "La Verde", "Doña Juanita" y algunos otros nombres o designaciones que no se encuentran en el Pequeño Larousse, y lo hacían según la versión propia de cada uno de ellos, solamente para sentirse bien. (¿?).

De Jesús tenía grabado en la memoria no muy gratos recuerdos con el alcohol ya que su única hermana había caído en las garras del alcoholismo, abismo en el que nunca tocó fondo a no ser el fondo de la fosa donde fue depositado el ataúd de madera en el que terminó bajo el "Delirium Tremens" a sus cuarenta y pocos años de los cuales más de la mitad rehusó ingresar a cualquier programa de rehabilitación como el Doble A, Oceánica, Fénix, etc, etc. Incluso una de las épocas más odiada era la de fin de año ya que sabía que el pretexto de los brindis navideños y de fin de año perdía a su hermana por cuando menos diciembre y enero, perdiendo año tras año su empleo fuera cual fuera al grado que durante el año escasamente trabajaba seis meses y eso con el pretexto de los Balances, los Cierres, las Conciliaciones, juntas y quién sabe que tantos otros, era común que desatendiera sus obligaciones para con la casa familiar.

Pretextos no le faltaban para asistir a brindis que terminaban en simples borracheras que la hacían perder toda noción del tiempo y en muchas ocasiones solo llegaba a bañarse, a cambiarse de ropa y salir de nuevo a la oficina tratando de cumplir con un cierto horario aunque cuando no era su vicio era el llegar tarde cotidianamente, el caso es que en pocos meses y a pesar de ser un buen elemento en cuestiones contables, terminaban por despedirla al menor pretexto. Lo peor era que cuando no tenía pretexto pues simple y sencillamente lo inventaba o precisamente por eso, por no tener motivo.. Toda esa forma de vida fue minando su humanidad hasta que la anemia se complicó con cirrosis hepática y trastornos muy, pero muy severos en el cerebro.

Por eso Él mismo tenía prohibido cualquier bebida con alcohol en sus reuniones, peor tratándose de cuando se reunían a planear la próxima acción.

También tenía recuerdos de su padre que sin ser un alcohólico declarado, guardaba la imagen de un trabajador transformado por el Bacardí que ingería cuando sus "Amigos" se reunían en el taller que tenía montado por el poniente de la Ciudad, cerca de los panteones, así conocido por los seis panteones que ahí se asentaban, otrora en los límites del Distrito Federal y el Estado de México y aunque sigue siendo el límite después de estos enormes terrenos se ha sobre poblado en demasía confundiéndose Distrito Federal y Estado de México separados únicamente por una angosta franja de asfalto de escasos seis metros.

Ese comportamiento hizo mella en la salud de su mamá que había tenido una vida llena de sufrimientos con el compañero que el destino le deparó. Solo la mitad de sus hijos lograron nacer, con los otros ocho tuvo problemas. Uno de sus hijos murió antes de cumplir su primer año y otro antes de los veinte, asistió a su hija en sus tres frustrados partos recibiendo en sus propias manos a dos de sus nietos nacidos prematuramente y que no sobrevivieron siquiera a llegar a la maternidad.

Todo esto desató tremenda crisis existencial en su hermana que la condujo al inframundo del alcohol.

En una ocasión estando ayudando a su padre en el taller mecánico automotriz, uno de los clientes les planteo el dilema o problema con una solución muy complicada. En realidad y debido a su escasa experiencia la respuesta adecuada motivó que sus pensamientos bulleran al grado de casi evaporar todas las ideas, hasta que su mamá lo notó y con la habilidad innata de madre empezó a comentar tópicos intrascendentes hasta abrir el canal de la duda que colmataban su interna paciencia.

La estrategia de acercamiento fue simple y sencilla, bueno eso para su condición de madre, primero le pidió que le alcanzara unos utensilios a la vez que acomodara otros en su lugar y como sabía por demás de sus gustos por los típicos tamales lo animó a que le ayudara batiendo la masa, tarea que además de requerir una cierta habilidad física, necesitaba del propio gusto ya que de acuerdo a la tradición, en caso de que la acción de batir la masa no se hiciera con gusto o sí es que alguien llegaba a mostrar enojo durante ese proceso, el producto o sean los tamales no resultarían adecuadamente cocidos y peor resultarían "pintos" o sea que en algunas partes cocidas y otras crudas. Resultado por demás increíble pero cierto y para reparar el daño en la elaboración el culpable debería danzar al rededor del fogón donde se había puesto un bote tamalero. Este resultado profetizado por su madre se cumplía por lo que el extraño ritual de la danza también debería de cumplirse.

Batiendo la manteca de cerdo por cuando menos una media hora tuvieron tiempo de más para platicar y para que el cerco se fuera cerrando hasta quedar atrapado en su inquietud.

  • ¿Qué te pasa?

  • Nada

  • ¿Nada? Pues me parece darle muchas vueltas para soltar lo que traes adentro.

  • Bueno es que ahora me hicieron una pregunta a la que no encuentro la respuesta adecuada.

  • ¿Y cuál es esa pregunta?

  • Mira; En un Viaje en barco vas acompañado de tu madre, tu esposa y tu hija. En eso el barco empieza a hundirse por equis razón y tu sólo puedes salvar a una persona además de ti mismo. ¿A quién salvarías?¿A tu madre que te dio la vida?¿A tu esposa que ha sido tu compañera por muchos años?¿O a tu hija que aún no alcanza los siete años y que ni entiende la situación porque su razonamiento aún no se desarrolla?

Aquí afloró toda la experiencia de los años recorridos, de las vivencias vividas, de las situaciones superadas.

  • Eso es aparentemente un problema capcioso y que tiene una solución, una única solución. Mira; tu madre te dio la vida eso es cierto ni que o por qué negarlo y por ese simple hecho a ella junto con tu padre les debes mucho y les debes mucho amor y mucho respeto, pero eso es muy natural, para eso nuestro Ser Supremo nos ha bendecido con la gracia de tener hijos. Tu esposa que con altibajos han superado todas las vicisitudes que se les han presentado durante los años, primero de noviazgo, después de matrimonio, como amigos, como amantes, de socios en tantas aventuras como las que nos depara la vida.

Desde luego que esta es una pregunta, un dilema que tu tienes que solucionar sin pedir consejo, pero sin temor a equivocarme te puedo decir que en caso de consultar a tu madre y a tu esposa, invariablemente te responderían; ¡Salva a tu hija! Porque nada, nada se compara con el amor para con los hijos. Hijo; los hijos duelen mucho por eso se les quiere mucho. Y aunque podemos adorarlos con todo el amor del mundo, no podemos cuidarlos las veinticuatro horas del día.

Esta respuesta la complementaría años después cuando De Jesús tenía tiempo y de sobra para cavilar, para pensar, para recordar.

Y prosiguió su madre;

  • No hay dolor más grande que el perder a un hijo a no ser el que te hiere y te mata poco a poco cuando sólo te queda sentarte a ver morir a tu hijo que lentamente pero inexorablemente se va acabando en este espacio tan reducido, ver morir a tu hijo con una desesperante impotencia que te mantiene como espectador sólo viendo como es atrapado en las garras de las drogas, en las malditas garras del alcohol. Hijo, esa incapacidad, ese dolor, no te hacen pensar que alguna vez hiciste algo muy malo y por más que hagas memoria no encuentras en tu vida pasada un pecado tan grande como para merecer tanta pena, tanto dolor. No hay amor más grande que el que sientes, aunque nunca se lo digas, aunque nunca se lo expreses, aunque nunca se lo muestres que el que sientes por tu hijo y así tampoco hay dolor más grande que el ver como la vida de tu hijo se extingue con el alcohol. No puedes hacer nada.

No hay de otra, ¡Salvas a tu hija!.

Todo este infierno también lo vivió en carne propia ya que haciendo un recorrido en perspectiva de su particular vida y desde la temprana edad de los doce años, poco antes de salir de la Primaria se inició en el remolino etílico. Averno del que hubo de pasar muchos calendarios para aceptar primero y posteriormente avanzar paso a paso su misma rehabilitación.

Ahora De Jesús comprendía y entendía aquellas tan lejanas palabras. ¿Dónde estarían sus hijos?¿Qué estarían haciendo?¿Resultarían drogadictos o alcohólicos o simplemente adrenalinomanos que acababan su vida poco a poco en cada aspiración en cada inyección, o en cada fumada, o en cada trago, o en cada emoción sólo, para sentir la artificial sensación que aceleraba el flujo sanguíneo o incrementaba la producción de adrenalina, que forzaba a su organismo a crear artificiosas sensaciones que poco a poco iban mermando su vida, que poco a poco los consumían, que poco a poco los mataban?¡Que impotencia!¡Que castigo!¡Cuánto amor desperdiciado!.

El plan era perfecto y no daba cabida a error alguno, todos podrían haber hecho su tarea aún dormidos, estaban programados, sabían que su inconsciente respondería a cada paso, al segundo sin adelantarse, sin atrasarse.

Lo único que De Jesús no previó fue que en aquella tarde, aquella hora, aquel segundo, se presentaría a retirar un cheque uno de los artistas de moda, real ídolo de adolescentes. Sucedió tan sólo unos cuantos segundos después que amenazara al cajero con un papel en el que había pegado letras recortadas de revistas y que expresaban una sentencia de asalto y de haber plantado una bomba que haría estallar en caso de no obedecer sus indicaciones, bomba que nunca existió pero que consideraba su arma sicológica favorita ya que en más de tres ocasiones le había dado resultado. Bien había cuidado de no dejar ninguna huella digital en el mensaje, lo elaboró cuidadosamente usando guantes de cirujano que posteriormente quemaría en el calentador de agua.

No bien había entregado la nota al cajero que atónito no acertaba cómo reaccionar, cuando una algarabía juvenil rompió el ambiente. Sólo fue escasamente un segundo pero que bastó para dar al traste con el "Plan Perfecto". Una docena de adolescentes se abalanzaban materialmente a tropel al asalto, pero de un autógrafo de su ídolo.

De Jesús iba elegantemente vestido, la noche anterior escogió cuidadosamente su vestuario, pensó que sí su atuendo se asemejaba al de un artista no sería notado por lo que optó por un pantalón beige con pinzas en la cintura, valencianas, cinturón de piel en el mismo tono con hebilla de plata con sus iniciales, camisa sport en azul claro, muy claro, sobre los hombros un suéter en gris también claro, una gorra haciendo juego con el color del pantalón y como escogió su gorra italiana pensó que adecuado serían unos mocasines también italianos. Nunca cruzó por su mente que en su caso no serían los más adecuados para correr de ser así requerido. El plan fue abortado aunque un instante después de haber entregado el mensaje intimidatorio, la confusión, la confusión se esparció de neurona a neurona y al instante urdió un Plan "B", momentos que fueron aprovechados por el cajero para hacer sonar la alarma silenciosa. De inmediato aparecieron dos guardias con sus armas desenfundadas, De Jesús giró en sus talones y se dispuso a emprender carrera de huída. Ya "El Smith" y "El Steve" estaban en la puerta de salida, "El Fangio" los esperaba con el motor encendido, las portezuelas entreabiertas, con los cristales abajo completamente por sí se requería que alguien entrara de clavado ya en marcha el BMW blanco.

Los mocasines italianos de De Jesús eran propiamente nuevos y en el momento menos indicado la suela propiamente nueva patinó en el pulido piso, resbaló y cayó sobre su lado derecho golpeando en el piso el arma que amartillaba en su mano derecha. El estallido producido por la expansión de la pólvora fue acallado por la gritería de las admiradoras que ávidas de cuando menos obtener un autógrafo sino el poder tocar a su ídolo, pero los guardias si vieron el arma y se sintieron amenazados por lo que instintivamente accionaron sus armas apuntando hacía donde estaba De Jesús.

En realidad el revolver de De Jesús no estaba cargado con balas reales sino que eran de salva ya que no era su intención comprometerse con siquiera un herido que ni pensar en un muerto, no era su idea, además sostenía que "Haces lo que eres, no eres lo que haces", su principio le dictaba que "El cómo somos no cambia, lo que cambia es quién somos" y él no era un asesino si acaso un asaltante y no por necesidad, bueno no-necesidad económica ya que su profesión y sus habilidades técnicas le permitían desarrollarse en el ámbito de los negocios internacionales con bastante éxito y que decir de cuánto negocio licito emprendió.

En ese momento cruzaba por su mente; "Los errores no existen, está lo que haces o lo que no haces", le faltaba; "lo que aparentemente haces" y en ese momento "aparentemente" había disparado una arma.

Sintió como si un hierro al rojo vivo se introdujera en su pierna, tuvo la sensación que una varilla le atravesaba la carne aunque sin dolor, solo caliente. Trató de incorporarse sólo para caer de nuevo al piso. Ya los dos guardias estaban bastante cerca, apuntándole, amenazándole. Uno de ellos no dejó de apuntarle, es más sintió el frío cañón de una cuarenta y cinco presionándole la mejilla mientras el otro guardia le atizaba un puntapié en pleno plexus solar dejándolo sin poder respirar lo que aprovechó para que con otro puntapié lo desarmó, le colocó unas esposas forzándolo a colocar las manos atrás de la cintura.

Para esto "El Steve" y "El Smith" ya habían puesto tierra de por medio y en el asiento trasero del BMW blanco sin hablar se dejaban conducir por la calle de Sullivan, cruzaban Insurgentes, Paseo de la Reforma, una cuadra de General Prim, vuelta a la derecha por Milán hasta Hamburgo, era esa la ruta planeada. Una cuadra antes del estacionamiento, en Havre, bajaron los dos pasajeros y abordaron otro auto que habían dejado estacionado. Todos sus movimientos los llevaron a cabo con mucha calma, sin prisas, todo calculado y con mucha sangre fría.. No se preocupaban por De Jesús, era un pacto, no se detenían en caso de que alguno resultara herido, no tenían ningún remordimiento, sabían que no los delataría como ellos, cualquiera de ellos o delataría a ninguno de sus compañeros y no los delató.

Tanto patrullas como ambulancias no tardaron en llegar, se lo disputaban judiciales y paramédicos. De Jesús se desangraba aunque no mucho ya que para su suerte el proyectil pasó en sedal sin lastimar el hueso. Tenía una herida con orificio de entrada, muy limpio al igual que el de salida, sin embargo, el músculo si estaba lastimado lo que complementado con los mocasines italiano, le evitaron emprender la huida. Huida que el mismo ordenó y que al fin fue el único que no cumplió.

En ese momento De Jesús era un libro que aún no se cerraba, había cometido un error, algo que se podía perdonar, pensaba que; perdonarse a si mismo es algo que no se puede hacer. Aunque tampoco sentía culpa alguna ya que la culpa puede echar a perder toda la vida y eso no entraba en sus planes. Así que se preparó para afrontar las consecuencias él solo.

Por fin los judiciales accedieron a que los paramédicos lo atendieran y eso solo muy a su pesar y más que por otra razón porque los representantes de Derechos Humanos hicieron acto de presencia.

  • Estos hijos de perra defienden más a los hampones que a nosotros.

  • Y cuidado con que se te pase la mano porque entonces si que te apañan.

  • Y sin goce de sueldo.

  • Estamos fregados.

  • Cálmate, ya llegara al "Reclu"

  • Con que me den quince minutitos, le saco toda la sopa.

El ulular de la sirena de la ambulancia les permitió el paso libre, dio vuelta en "U" sobre Altamirano y tomó por Antonio Caso hasta el Circuito Interior hasta Salvador Díaz Mirón, vuelta a la izquierda, pasaron por debajo del puente a nivel y llegaron al "Rubén Leñero" conocido mejor como "La Cruz Verde", nosocomio donde eran destinados los heridos que habían delinquido o las victimas fatales de algún evento, contrario a los destinados a la Cruz Roja destino de accidentaos de lo que propiamente se puede considerar eventos comunes.

Fue conducido inmediatamente al quirófano donde fue intervenido en una operación de rutina y de ahí trasladado a la Sala de Recuperación, desde luego en calidad de detenido. Aún sin haber pasado todo los efectos de la anestesia y cuando empezaban a presentarse las primeras señales de dolor. Fue despertado no muy amablemente por el Agente del Ministerio Público al que escoltaban dos judiciales, los mismos que habían estado en la escena del ilícito.

Como era de esperarse, cumplió con su estúpido código personal y por más que le aplicaron las bárbaras técnicas de disuasión en las que los judiciales eran ampliamente reconocidos a nivel mundial, no pudieron arrancarle el nombre de sus cómplices por una simple y sencilla razón, ¡No quiso!

Fue aquel su primer internamiento, siete meses, durante el cual nació un fuete resquemor hacia todo lo que tuviera que ver con el sistema penitenciario, correccional o de readaptación.

Obvio y desde luego que ninguno de los tres, osó visitarlo ya fuera con sus identidades reales o alguna inventada, lo que no causó extrañeza, sorpresa o enojo en De Jesús ya que él hubiera reaccionado igual.

De manera por demás discreta y triangulando

en varias ocasiones, contrataron los servicios de un abogado el más corrupto capaz de sobornar al mismo diablo, lo que le daba la ventaja de poder moverse a un nivel igual o más corrompido que él mismo lo que pausada y discretamente movió la maquinaría de la justicia dando como resultado que De Jesús nunca pisara un dormitorio ya que pasó esos siete meses sin siquiera pasar al área de "Ingreso" ya que pronto se convirtió en una especie de "Huésped" con ciertos privilegios en la misma área de oficinas anexas a los Juzgados y sus comparecencias a la Barandilla de Audiencias solo eran un mero pretexto que por mera casualidad sus citaciones coincidían con la hora de la comida o de plano con la salida del personal del personal adscrito a la Agencia del Ministerio Público donde se ventiló su caso.

No hubo el menor asomo de arrepentimiento o de modificación en sus planes futuros ni aún cuando fue visitado por primara vez por su madre a la que acompañó uno de sus hermanos mayores. Y a pesar que su hermano menor reaccionó desfavorablemente, no sintió rencor alguno ni agradecimiento hacía su familia. En realidad el dolor, autentico dolor que le causó a su madre y por supuesto a su padre no hicieron mella en su afán por enfrentarse a nuevos retos, a saborear nuevas emociones.

Sin embargo, escuchó pacientemente las opiniones de su hermano mayor al igual que asimiló inexpresivo los comentarios que le dedicó su hermano menor, que no lo bajó de "Oveja Negra de la Familia".

Aprovechaba los alimentos que con ciertos sacrificios le llevaba su madre por lo general y además que cuando menos en la visita de los jueves, que era la de más duración, también lo proveía hasta de papel sanitario.

Inclusive aprovechó ese tiempo para practicar algo de gimnasia lo que redundó en mayor marcación de sus músculos. No por eso tuvo que recurrir a la clásica reacción de los internos que eran violados a su ingreso y que por lo general pasaban todo el día haciendo ejercicio y cuando caminaban por los pasillos internos lo hacían con los brazos descubiertos mostrando impresionantes bíceps como armas intimidantes para evitar un nuevo abuso.

Las audiencias se espaciaron a tan solo horas de manera que prácticamente pasaba todo el día en el anexo por lo que optaron por colocarle un catre, una parrilla eléctrica y un televisor portátil aunque pequeño y en blanco y negro que conformaban privilegios que pocos podían ufanarse de tenerlos y por si fuera poco, la secretaria recibió un paquete con dos teléfonos celulares,

Cuando se escuchó la característica tonada de los aparatos Nokia quedó atónita por las indicaciones que pausadamente le dictaban desde un origen totalmente desconocido y asegurado convenientemente para no delatar la procedencia de la llamada, el mensaje decía; . . . "Puedes usar este celular, considéralo un regalo a tus finas atenciones, el otro dáselo a De Jesús, encárgate que siempre cuente con buen nivel de carga en la batería, déjalo en modo de "Silencio" y cuando sientas que vibra no te hagas las ilusiones y dáselo inmediatamente sin contesta. Tu aparato úsalo como se te antoje no tendrás restricciones aún para llamadas de Larga Distancia. No tendrás problema por el pago".

De esa manera siempre se mantuvo en comunicación con "El Fangio" que le informaba en la más cerrada clave, cómo es que se desarrollaba su supuesto juicio. Todo era cuestión de tiempo y paciencia y ambos, De Jesús los tenía y de sobra.

Mientras, se acercó al "Sierritas" todo un personaje al que todos respetaban y querían en el infra-mundo del Reclusorio.

Perdiéndose en el tiempo la fecha de su ingreso tenía una asombrosa habilidad para trabajar la madera en todas sus presentaciones ya que podía haber tomado desde un simple palillo, un palito de paleta, una vara o ramita o una tabla y después de estudiarla y darle vuelo a la imaginación, de sus manos brotaban auténticas artesanías que no reales y verdaderas obras de arte y eso sin importar las restricciones a las que se enfrentaba por las limitaciones propias que le imponía el sistema en cuanto a herramientas punzo-cortantes, mismas que al serle descubiertas en uno de tantos sorpresivos operativos, le eran inmediatamente confiscadas dándose un descanso obligatorio por cuando menos dos días al término de los cuales ya se había hecho de nuevas herramientas de su propia elaboración.

Así pasó esos meses, aprendiendo la talla de en madera. Elaboró varios cuadros calando algunos cromos que para tal fin y a cada visita de su madre o su hermano mayor, les obsequiaba cuando menos uno de aquellas artesanías con lo que contribuyó a que más de una pared fuera materialmente tapizada con diferentes temas, desde Geishas, Búhos, Paisajes, Naturalezas Muertas, Bodegones, Barcos, Automóviles hasta personajes de Caricatura.

Un jueves cuando su hermano mayor acompañaba a su madre a la semanal visita, fueron obligados a esperar en la "Aduana" lo que los inquietó un tanto cuanto. Ahí estuvieron de píe por espacio de casi tres horas hasta que ya casi habían perdido la esperanza de acceder al interior del Reclusorio, se escuchó un fuerte golpe que produjo la enorme hoja de una puerta metálica. Al momento apareció con una enorme sonrisa y vestido con ropa diferente a la de color beige que distinguía como si fuera uniforme a los reclusos o internos, como ellos mismos preferían ser identificados por las demás personas, ya fueran custodios o guardias, empleados o familiares. Cargaba dos envoltorios que aparentemente era su ropa y que posteriormente entregó a su madre siendo que lo conformaban cuando menos una veintena de los cuadros que había preparado para ese momento y que eran el regalo que le tenía preparado. Se trataba de imágenes religiosas y que así pretendía amainar en lo posible el sufrimiento al que había sometido a su progenitora. Aunque en el fondo estaba cabalmente consciente que así sobornaba la religiosidad y espiritualidad de ella. A su hermano mayor ni siquiera se dignó saludar, si acaso, un simple gesto sirvió como la más ínfima muestra de agradecimiento.

Discretamente pidió lo dejaran en casa de su suegra donde lo esperaba su entonces esposa a quien había conocido desde la Vocacional y que tuvo mucha influencia en el comportamiento adulto de De Jesús, para bien o para mal. Sin mayores preámbulos le dio un beso en la frente a su madre, bajó del automóvil de su hermano y los conminó a proseguir ya que la luz del semáforo había cambiado a verde. No se supo nada de él por espacio de más o menos un mes y fue un domingo cuando se presentó a casa de sus padres y los invitó, según sus propias palabras, a la inauguración de su Cremería.. Un local de muy buen tamaño y con excelente ubicación ya que se encontraba en una calle muy comercial en una colonia bastante popular, precisamente la Colonia Popular.

El equipamiento, todo nuevo, de magnifica calidad y de reconocida marca, un rostizador una vitrina-refrigerador, varios anaqueles exhibidores, enfriadores de refrescos, un sistema modernísimo de pesaje y lectora de barras y una isla despachadora de café de donde emanaba un atractivo y tentador aroma de café de grano recién tostado.

Nuevamente el acontecimiento solo sirvió como mero pretexto para explotar por enésima ocasión la acendrada religiosidad de su familia ya que los había invitado para que fungieran como padrinos del establecimiento ya que negocio en esos rumbos populosos que no tuviera ceremonia de bendición al inaugurarlo y peor sí carecía de un pequeño altar con la figura en el lugar preponderante de la Virgen de Guadalupe ya fuera en cromo o de bulto y al lado la imagen del Santo de moda, que en ese tiempo era San Martín de Porras, personaje peruano pero con mucho arraigo en México tal vez por ser "Negrito", o "Afro-americano" como dieron en decirle a los de piel oscura y cabello rizado, pues en caso de esas carencias no se paraban ni las moscas ya que el pueblo católico en su mayoría se encargaba de ponerse de acuerdo para boicotearlo hasta su total quiebra, así que ni hablar de que algún judío intentara establecerse en las mediaciones, lo que no sucedía en caso contrario, es decir, sí algún católico se establecía en las mediaciones de un barrio judío, por ejemplo Polanco, no encontraba más traba que sus productos fueran de excelente calidad y eso sin importar el precio.

Una vez cumplida la ceremonia de bendición, De Jesús se encargó personalmente de ungir la mano del sacerdote que atendió al sencillo y rápido ritual inclusive lo halagó con una buena y generosa despensa conformada con productos que ahí estaban expuestos para la venta.

A los que se quedaron les ofreció unas muestras de finas carnes frías y de lácteos que pretendía vender como productos de ataque, les tenía preparado otro paquete-despensa bastante bien surtido. Los despidió con sendos besos en las mejillas. Encargó al "Pipiripau", su fiel escudero, que los llevara de regreso a su casa, lo que cumplió cabalmente.

"El Pipiripau" era todo un personaje y para variar nunca se supo su nombre, de dónde procedía, sí tenía familia, en fin todo el mundo lo conoció y siempre fue referido con ese mote que le quedó a la medida.

Sucede que cuando De Jesús se encontraba acondicionando el local para instalar la cremería se le acercó este personaje; Chaparro, Prieto, Greña medio larga, bigote incipiente, barba de chivo y escasa, con los zapatos colgados al hombro, una gorra de béisbol con el logo de los Tigres, en ese entonces de México y que en una ocasión muy pero muy lejano seguramente había sido de color blanco.

Tal vez eso fue lo que más le llamó la atención a De Jesús ya que él también era aficionado a ese equipo desde tiempos inmemoriales, es posible que esa preferencia al igual que en el fútbol el equipo del Atlante, tuviera orígenes genéticos de cuando menos dos generaciones, es decir, su padre y su abuelo habían sido fanáticos de hueso colorado de esos dos equipos.

A pesar de su fisonomía, el "Pipiripau", se notaba limpio y con unos ojos de hambre que bien hubiera podido engullirse todo el almuerzo que en ese momento calentaban los albañiles que se encargaban de dar los últimos toques a la fachada del próximo negocio.

Se paró enfrente de De Jesús, como a unos cinco metros, loe aguanto ó la mirada y lo propio hizo en respuesta silenciosa.

  • Jefe, ¿Puedo ayudarle en algo?

  • ¿? Mmmm ¿Cómo qué?

  • Le puedo barrer la calle o lavar su coche, a quitar todo el escombro

  • ¿Y qué quieres?

  • Trabajo

  • ¿Para?

  • Pos. . .Para comer

De Jesús sonrió y se dirigió a los albañiles;

  • Jóvenes ¿Le pueden invitar un taco aquí a este joven?

  • Claro que se acerque. Órale. Éntrale

Más que una invitación o una orden fue un abrir la Gloria a un auténtico banquete de frijoles refritos con trazas de huevo, tortillas de masa martajada y hechas a mano, una salsa verde picosa como la misma Carmen Salinas en el Blanquita y para bajar, una Coca bien fría que había encargado De Jesús que como ritual cotidiano se encargaba de contribuir a manera de participación ya que siempre respondía a la diaria invitación a compartir el modesto, aunque no menos sabrosísimo almuerzo. Gasto que los albañiles tomaban como una atención de la que casual y temporalmente fungía como su patrón.

  • ¡Que bárbaro! La traes atrasada.

  • Mffff. La verdad es que no como desde el lunes.

  • ¡Ah caray! Llevas tres días sin llenar la bodega.

  • ¡ Pst!

  • Pos, éntrale antes que se acabe

  • Éntrenle ustedes antes que se lo acabe el solito.

Comentó De Jesús al tiempo que todos soltaban la carcajada.

De sobra esta comentar que en aquella ocasión, de así decirlo y aceptarlo, no hubiera sido necesario lavar los platos, ni sartenes, ni viandas en que aquel tan singular grupo llevaba sus alimentos, mismos que sin lugar a duda eran preparados domésticamente por sus esposas, compañeras o parejas, lo que les daba un toque que ni el mejor Chef lograría en el más afamado restaurante.

Nadie inquirió por su nombre. Todo fueron comentarios en doble sentido que les producían sonoras carcajadas que se repetían una tras otra intercaladas entre bocado y bocado.

Al terminar la hora del almuerzo, casualmente llegó un camión cargado con cemento; Diez toneladas, doscientos sacos o bultos de cemento Tolteca. De Jesús, en son de broma le dijo al recién llegado;

  • ¿De verás quieres trabajar?

  • Si patrón, solo dígame que hay que hacer y lo hago.

  • Descárgate el camión

Todos rieron al tiempo que se daban media vuelta y se dirigían a retomar sus actividades.

Nadie hizo caso del comentario del patrón, solamente el recién legado que sin chistar, empezó, uno tras otro a bajar saco tras saco.

Minutos antes de las seis de la tarde, todos se aprestaron a retirarse a descansar de la ardua labor. De Jesús se dispuso a revisar tanto el avance como el costo de la adecuación del local cuando sintió la presencia de alguien a sus espaldas. Se levantó de la silla que ocupaba frente al improvisado escritorio y se dio la media vuelta con movimiento felino adoptando una posición a la defensiva.

  • Listo patrón.

  • ¿Listo?¿Listo qué?.

  • Ya descargue el camión.

  • ¿Ya qué?.

  • El cemento patrón, Usted me dijo que lo descargara.

  • ¡Que bruto! Era broma..

  • Pus será broma, pero ya lo descargue.

  • ¿Quién te ayudó?.

  • Nadie, yo solo lo hice.

  • ¡¿Quééééé?!¡Ah caray! Pues ya lo hiciste. De verás que te lo creíste.

  • No pos sí quiere lo vuelvo a cargar.

  • Ni se te ocurra, que eres capaz de hacerlo

  • Uste solo dígamelo y ya le estoy dando.

  • No, no, no, olvídalo. Mejor ya vete a descansar y toma parta el camión y para tu cena.

  • No, pos cuál camión. Me estoy quedando en el jardín de allá enfrentito.

  • Mira, veo que de verás tienes ganas de trabajar, ve por tus cosas y te quedas de velador ¿De acuerdo?

  • ¿De verás?¡De acuerdo! Pero no traigo más cosas, ni más ropa que esta que traigo puesta.

  • ¿Sólo esto? Pues se ve muy limpia. Bueno se veía porque ahora está llena de cemento, pareces pambazo ¿ cómo es que está tan limpia?.

  • Pos me revuelco en la fuente del jardín y así me baño y lavo mi ropa. Solo me cuido que no me vean los "polis" porque me corren a patadas o me cargan a la delegación quesque por vago.

  • ¿Y luego?.

  • Pos luego espero a que se seque.

  • ¿Puesta?

  • Pos si, pior es andar mugroso.

  • Ja, ja, ja ¡Que bárbaro! Anda acomódate un rato donde puedas que podrás dormirte un rato mientras reviso esto.

  • Lo que diga patrón

  • Y ve haciendo a un lado eso de "Patrón", soy De Jesús ¿Sale?

  • ¡Sale Patrón De Jesús!

Ese día marcó el inicio de una relación de mucha confianza en ambos sentidos.

Casualmente el fin de semana o sea el sábado se conmemoraba el Día de la Santa Cruz o sea el tres de mayo día en que los albañiles llueva, truene o relampaguee se hasta se bañan, les toque o no les toque para celebrar a la Santa Cruz que de acuerdo a sus creencias los cuida en las obras para que no sufran algún accidente. Y por tratarse de una obra en proceso, la tradición, que no pretexto, indicaba que se celebrara "Como Dios manda" o sea que mientras dos albañiles o sea un "Maistro" y un "Medio Cuchara" adornaban una cruz de madera, con flores de papel en colores normalmente chillantes, y cuando se dice chillantes es porque son chillantes, chillantes. Otra pareja de los mismos trabajadores "curan" en un "Bote Alcoholero" una buena cantidad de pulque que habían de encargar directamente de Apan, Hidalgo.

Cumplían un verdadero rito. Primero con un abre-latas intentaron retirar una de las tapas y al fracasar en su intento procedieron a hacerlo con un machete o cuchillo de carnicero, que posteriormente usarán para partir y repartir la barbacoa que también importan del Estado de Hidalgo pero de otro poblado que se llama Actopán cuya fama en sabor trasciende fronteras estatales, lavan el bote y proceden a poner un tabique rojo de los recocidos en el fondo y después vierten unos quince litros del néctar blanco o "Cara Pálida" o "Chastle" o "Neutle". En una licuadora mezclaron un melón grande con jugo de naranja y casi medio kilogramo de azúcar y un poco de pulque, una vez licuada la mezcla la vacían en el, bote y la agitan con un palo de escoba al que le han retirado la pintura con la que suelen echar a perder el aparente natural de la madera y lo lavan no menos de veinte veces. Según explican, el tabique tiene por objeto evitar que el "Curado" tome el sabor metálico de la lámina con que está fabricado el bote.

Esta misma pareja se encargaría posteriormente de repartir generosas porciones de barbacoa de borrego "Cocida en Hoyo".

Desde luego que casi todos invitaron cuando menos a una dama que no era precisamente su esposa de manera que después de correr varios "Cartones" de "Coronas" y desde luego el "curado que en verdad tiene un sabor simple y sencillamente; ¡Exquisito!.

Empezaron a poner casettes con música de lo más variado, claro que lo más variado se refiere a una cinta de Vicente Fernández y otra de Vicente Fernández, aunque cuando llegó la hora de bailar si que la hicieron variada y entonces empezaron las cumbias, las huarachas, la música banda y no faltaron "Los Tigres del Norte".

De todos, solamente el recién llegado bailó uno, otra y otra vez con todas y cada una de las invitadas, llegando el momento en que todas las damas formaron un círculo para verlo bailar haciendo pareja con la afortunada en turno, los pasos era verdaderamente espectaculares ya que se movía como un autentico maestro de la pista sin importar que solo fuera un firme recién colado el día anterior para tal fin..

Estos acontecimientos dieron píe para que lo distinguieran con el apodo tan "A doc" de "El Pipiripau".

Mote con el que fue identificado hasta que desapareció. Si desapareció, ya que tal como llegó, se fue, pero mientras duró la relación con De Jesús se convirtió en su brazo derecho e inclusive llegó a manejar y muy eficazmente, la cremería.

Pasó casi un año, De Jesús se mantuvo bastante ocupado sin que tuviera tiempo de intentar siquiera buscar las emociones que tanto le llamaban desde su interior y el fin de semana de Jueves y Viernes Santo aprovechó y le solicitó a De Jesús permiso para tomar el sábado y el domingo a lo que no hubo ninguna objeción ya que aprovecharía para hacer un balance de entradas y salidas.

Debido a las costumbres del pueblo, se evita comer ciertos alimentos en la Semana Santa y sobretodo los relacionados con carne de cerdo como son el jamón, las salchichas. El pathé, el chorizo, el tocino y otros más, por lo que optó por bajar las cortinas el jueves y el viernes de esa semana.

Llegó el sábado y la venta fue en realidad bastante floja. Un tanto cuanto aburrido y poco antes de la hora de la comida, o sea a eso de las dos de la tarde se dispuso a cerrar por espacio de cuando menos hora y media la cremería. Poco antes se animó hacer un corte de caja parcial; Cien, doscientos, . . ., ochocientos cuarenta pesos. ¡Uf! Ni para la luz.

Un auto se detuvo frente a la cremería y descendieron dos sujetos aunque con intervalo de unos cuantos segundos. Uno entró y el otro se quedó afuera recargado en la salpicadera del "Estaquitas".

  • ¿Tiene jamón?

  • Si claro.

De Jesús soltó el lápiz, hizo a un lado la libreta donde hacía sus anotaciones del diario y al levantar la vista su visión chocó con una escuadra apuntándole a escasos centímetros, hizo el bizco y desorbitó los ojos de la sorpresa.

El cañón de la escuadra le pareció en ese momento del tamaño de un cañón pero ¡Enorme!.

  • ¡Caite con la lana!.

  • Esta bien, no hay problema, toma.

Esto lo dijo De Jesús en el tono más pausado y tratando de no mostrar el menor asombro o nerviosismo.

  • ¡No te hagas!¡Suelta todo!.

  • Eso es todo, la venta ha estado muy floja.

  • ¡Abre la caja!

  • Ahí esta, ve, no hay más, no hay venta.

  • ¡Que no hay venta no que la madre!¡No te hagas güey!. Pinche mentiroso.

Por exagerado que esto parezca, lo último exasperó a De Jesús y sin pensarlo dos veces se dijo para sus adentros.

  • A mi no me dices mentiroso, desgraciado.

Resonó esto en sus adentros, se levantó, le dio un empujón al maleante, en eso apareció su compinche blandiendo un revolver, De Jesús se abalanzó contra el nuevo asaltante, lo abrazó, esquivó un par de cabezazos a pesar de que con ambas manos forcejeaba tratando de evitar que el cañón se dirigiera a él mismo. Se escucharon dos detonaciones. Una bala se incrustó en el techo de la cremería, lo que a la postre resultaría un atractivo ya que después del incidente las ventas crecieron supuestamente porque mucha gente, fuera por curiosidad o por morbo, iba a ver la huella del impacto del proyectil. La otra bala destrozó el faro delantero de la "Estaquitas" que estaba estacionado frente a la cremería. La misma "Estaquitas" en que e"El Pipiripau" se encargaba de surtir la mercancía así como de entregar a domicilio, lo cual le encantaba siendo que por cerca que fuera la entrega siempre se tardaba cuando menos hora, hora y media y hasta dos horas.

El empellón dado al primer asaltante hizo que se golpeara en la cabeza contra la vitrina-refrigerador y que perdiera el conocimiento. Se produjo una herida en el parietal izquierdo que sangró profusamente. Afortunadamente no volvió en sí ni cuando lo subieron cual vil bulto a una camilla para posteriormente trasladarlo a la Cruz Verde en calidad de detenido. Con el segundo hampón no se repitieron más detonaciones, por el contrario, con hábil movimiento, De Jesús lo desarmó rompiéndole el dedo índice de la mano derecha. En eso arribaron con sirena abierta y tortea encendida una patrulla de la Policía Preventiva, que de Preventiva no tiene nada, y otra de Agentes Judiciales. De Jesús soltó al hampón, el que fue a dar con toda su humanidad a la banqueta al lado de la Nissan Estaquitas donde le cayeron dos judiciales que sin más ni más empezaron a tundirlo a base de puntapiés cayeran donde cayeran. Mientras los uniformados esposaban al asaltante herido que ni siquiera se dio cuenta, ni se opuso ya que continuaba desmayado y así pasaría un buen rato, claro que esto no les impidió a los jenízaros para soltarle cuando menos una docena de puntapiés y macanazos por cada uno.

De Jesús se recargó de espaldas contra la vitrina-refrigerador y entonces se percató que sangraba profusamente por nariz y boca. Le habían averiado la pieza superior de su ya tercera dentición, aunque aún joven se vio forzado a usar esa prótesis después de un encuentro con "Esquiroles" que pretendían romper una manifestación que organizó el Licenciado Lugo Cervantes Del Mar.

Sintió que se desvanecía pero resistió y espero casi de píe a que hicieran su aparición los paramédicos, afortunadamente para él, en esta ocasión los de la "Cruz Roja".

No tardaron en lavar y esterilizar las heridas que resultaron sólo superficiales. Claro que también sacó unos cuantos moretones que al paso de cuando menos una semana no se notarían y menos que su piel era morena.

Aún todo molido, golpeado, molesto, adolorido y bastante cansado tuvo que presentarse en la Delegación Azcapotzalco que era la que le correspondía por la ubicación del ilícito.

Se encargó personalmente de bajar las cortinas, colocar los candados y activar el sistema de alarma contra robo. Optó por conducir la Nissan Estaquitas y una hora después estaba de píe frente a la Ventanilla de Desalojo de Pruebas.

  • Hola De Jesús, que bueno que viniste, nos vas a ahorrar mucho trabajo.

  • Pues aquí estoy.

  • Mira este que le tumbaste tres dientes se esta quejando porque dice que le pegaste y él no hizo nada, que sólo entró a comprar jamón. Y también dice que lo torturaste y que hasta le rompiste un dedo. Al "Potro" se lo llevaron al Rubén Leñero, pero a este te lo guardamos y pos ahí te lo prestamos, mhhhhhhh, digamos unos quince minutos.

  • Mhhhhhhh, yo creo que me bastan cinco.

  • ¡Vale! Que sean cinco

Los dos judiciales se pusieron a platicar con el secretario y se jalaron al guardia de los Separos, dejándolo solo frente al infeliz que se le había atravesado en su camino.

El tiempo que pasó en el Cereso oriente no fue en vano ya que aprendió aparte de trabajar la madera, a golpear sin dejar huella y ahora se presentaba la ocasión para aplicar en vivo y a todo color lo aprendido de hampones de la peor ralea.

De los cinco minutos le sobraron algo así como dos ya que el hamponcete sin ganas de volver a asomarse siquiera por "La Popular" que no el mismo Distrito Federal y entre dolor y dolor ya planeaba que cuando se librara de esta se regresaría "Como alma que se lleva el Diablo". Hasta su terruño del que nunca debió haber salido.

Cuando De Jesús traspuso la puerta de salida de la Delegación se sintió algo más que aliviado, sabía que nunca más lo molestarían.

Esa noche durmió a pierna suelta y aprovechando el domingo y además que era una de esas ocasiones raras en las que pudo despertarse casi al medio día, tomó el control remoto del televisor, oprimió el botón de encendido y se dispuso a hacer lo que en mucho tiempo no había podido hacer; deleitarse viendo un partido completo de fútbol americano de los que eran transmitidos por televisión abierta que ni pensar en instalar "Cable" ya que era raro que estuviera en casa para quedarse plantado frente al aparato.

Recordaba y con mucho agrado su paso por espacio de dos temporadas en el equipo de sus amores, Águilas Blancas, a pesar de no haber cursado su licenciatura en el Politécnico. Se destacó y se ganó a pulso la posición de Ala Abierta en tan sólo una pre-temporada. Gozó de esa posición por esa y la siguiente temporada y toda la experiencia adquirida o maña, según como se quiera ver, le dio lugar en su "Otra" temporada, con "Los Perros Negros", pero eso fue después.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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