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De Jesús. Al filo de la navaja. Adrenlinomania Parte I (página 3)

Enviado por Norberto Villegas


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Encendió el aparato e inconscientemente empezó a jugar con al control, veía la pantalla sin ver nada, oía los sonidos sin escuchar nada.

Cerró nuevamente los ojos e imaginó una olorosa taza de café, recordó a su padre que siempre lo corregía; – Es; "Una taza con café no de café, las tazas son de porcelana, barro o vidrio o plástico pero nunca de café"n no se resistió a la tentación y se levantó a preparar la cafetera eléctrica, colocó un filtro de papel nuevo ya que el que estaba colocado ya mostraba algunos lamparones blancos y otros verdes que desde luego no tenían que ver con el grano, midió una medida de café de grano, llenó el compartimiento propio con agua, movió el botón d encendido y apareció una luz verde en el mismo botón lo que indicaba que el proceso se había iniciado, se quedó observando hasta que la presión del agua calentada a alta temperatura dio inicio a la expulsión del líquido acompañado de cierta dosis de vapor. La taza receptora se fue llenando poco a poco con la ligeramente oscura infusión al tiempo que el olor peculiar fue invadiendo la cocina, comedor y llegó hasta la misma recámara.

Su departamento cumplía con las instalaciones mínimas necesaria para hacerlo confortable y sólo constaba de una recámara, una salita, un comedorcito, una cocinita, un bañito, todo chiquito pero ambientado con muy buen gusto y además estaba situado en el último piso de un edificio de seis pisos que lo había negociado por encontrarse en una zona más o menos apacible y asimismo porque el edifico contaba con servicio de elevador.

Se sirvió una generosa cantidad de aquel delicioso néctar, dio el primer sorbo al tiempo que en realidad despertaba y regresó a la cama disponiéndose a gozar de cuando menos tres transmisiones de su deporte favorito.

Pasó todo el domingo en cama, permitiéndose un descanso como ya hacía mucho tiempo.

Llegó la noche y no tuvo ningún problema para dormir plácidamente. Siendo las cinco con cuarenta y tres de la mañana y adelantándose al despertador que invariablemente ajustaba a las cinco con cuarenta y cinco y que también invariablemente no llegaba a funcionar, salvo en muy raras, rarísimas ocasiones, se despertó, estiro ambos brazos a la escuadra, se volteó de lado, se arqueó, lo mismo hizo al lado contrario, desperezó los músculos del cuello llevando la cabeza a un lado, hacía otro, dando tres vueltas a la derecha y tres a la izquierda, botó las sábanas y se levantó directo a la regadera. Tomó su baño como acostumbraba hacerlo, es decir, en unos cuantos minutos y con agua fría y no por gusto sino que debido a que el calentador había presentado algunos problemas y prefirió cortar el suministro de gas en forma total de manera que todos sus aparatos eran a base de electricidad, ¡Nada de gas! No vaya a ser el Diablo. En lo que invertía un poco más de tiempo era en la rasurada que aunque no tenía lo que puede identificarse como barba abundante si aplicaba especial cuidado el recorrer el rastrillo por toda la cara tal como le había enseñado su padre que siempre fue enemigo de las rasuradoras eléctricas. No tenía prisa ya que confiaba que "El Pipiripau" llegaría temprano a preparar la apertura de la cremería lo que normalmente sucedía un poco antes de las siete de la mañana con el fin de atender a las mamás que comprarían de ultima hora lo necesario para hacerles una torta de jamón a sus hijos para el recreo en sus escuelas.

Desayunó escuchando las noticias, como era su costumbre ya que sostenía que no tendría tiempo durante el día para leer algún periódico, escogió cuidadosamente su ropa, se vistió con toda calma y salió rumbo a la cremería. Se estacionó en la acera de enfrente ya que un auto a todas luces de judiciales ocupaba el lugar justo en la entrada de la cremería.

Efectivamente, cuatro individuos de no muy buen talante con lentes oscuros a pesar de que la luz natural no era ni con mucho lo suficiente como para deslumbrar a cualquier persona, fumaban en su interior, en el tablero descansaban dos vasos desechables de los que utilizan para servir café en una de tantas tiendas que más sabe a jugo de paraguas como el de Sanborn"s. Se notaba que ya tenían más de una hora esperando y así lo denotaba las colillas que a ambos lados del auto habían arrojado en un colmo de civilidad.

Le causó extrañeza el hecho de que las cortinas, a pesar de la hora, casi las diez de la mañana, se mantenían abajo, los candados en su lugar, señal inequívoca de que "El Pipiripau" no estaba presente.

Antes de terminar la calle, se bajaron dos individuos del auto estacionado frente a la cremería mientras que los otros dos permanecieron en el asiento fingiendo no ver algo en especial cuando lo cierto es que seguían a los dos que se bajaron.

  • Quihubo, Chuche

  • ¿?. Quihubo

  • Oye, lo que hiciste ayer es de muchos tenates

  • Si, la verdad es que se necesitan unos tamañotes para reaccionar así. Nos tienes apantallados.

  • ¿?

  • Pero te recomiendo que no lo vuelva a hacer, no lo repitas.

  • Aja, ni siquiera se te ocurra intentarlo. Bien pudieron descerrajarte un plomazo y ni lo estuviéramos contando.

  • Si, ya estaríamos tomando del cafecito que tanto te gusta.

  • Ahora dime ¿Dónde esta la Escuadra?

  • ¿? ¿La qué?

  • No te hagas

  • No, no, mira. Te repito que lo de ayer fue un garbanzo de a libra y que te admiramos.

  • Si, es cierto, es más te quisiéramos acá.

  • Con nosotros.

  • ¿?.

  • Mira, quédatela, no hay "Purrum"

  • No hay "Purrum"

  • Pero ten mucho cuidado

  • Si, mucho cuidado

  • Pa que veas que nos caes a toda madre, te trajimos esto.

  • Tómalo como un regalo.

Levantaron la mano y le entregaron una caja metálica, como de herramientas. Se dieron la media vuelta y sin despedirse, subieron a su auto y discretamente se alejaron. Uno de ellos, el que iba adelante en el asiento derecho sacó la mano por la ventanilla he hizo un ademán de despedida. De Jesús correspondió con la mano izquierda ya que con la derecha cargaba la caja metálica que le habían entregado y que por cierto ya tenía la sensación de que los dedos se le adormecían por el peso y es que en realidad hasta ese momento se percató del peso sostenido solamente con los dedos ya que la agarradera no permitía usa la palma lo que hubiera sido un poco más cómodo.

Enrolló las dos cortinas, no desactivó el sistema ADT, con la serie de acontecimientos lo olvidó por completo. Colocó la caja metálica sobre su escritorio, la abrió y para su sorpresa su vista chocó con unas cajas de cartón con la leyenda "Cartuchos Rémington de Alta Calidad, Cal. 38, 100 pzas". Se sorprendió, miró para todos lados y acodó cada una de las cajas en una gaveta de su escritorio . . . 28, 29, ¡30! Cajas, ¡3000 balas!. Se quedó pensativo si reaccionar, pensando, pensando, dando repetición a todo el rollo del día anterior.

Poco a poco, imagen a imagen, cuadro por cuadro pasaron por su memoria lo que había sucedido. Primero; se vio con barba de dos días, algo intrascendente, estaba revisando su libro de entradas y salidas, recuerda que levantó la vista y vio una pistola apuntándole a escasos diez centímetros de sus ojos, recuerda sentir la pistola del tamaño de un cañón, se ve encolerizado, empujando a un primer asaltante, forcejeando con el segundo asaltante, regresa a su memoria y se ve de nuevo empujando al primero y ve una escuadra volando por el aire y yendo a caer justo debajo de la vitrina-refrigerador. Aprieta los párpados, sacude la cabeza y se arrodilla para ver debajo de la vitrina-refrigerador y . . . efectivamente . . . ahí esta una escuadra calibre treinta y ocho, saca su pañuelo de su bolsillo trasera y toma el arma, la observa, los judiciales tenían razón, él tenía la razón. Efectivamente había una escuadra y era del calibre de las balas que le regalaron. Efectivamente, él no había visto nada.

Los judiciales nunca lo molestaron, es más ni siquiera lo volvieron a visitar.

Guardó la escuadra en la misma gaveta donde había acomodado las cajas de cartón con las tres mil balas.

De nuevo pensó en "El Pipiripau". Aun no tenía noticias de él. Hasta ahora se daba cuenta que no sabía de dónde era, es más ni siquiera conocía su nombre. Ya se veía preguntando por "El Pipiripau", que quién sabe dónde vive, quién sabe cuántos años tiene, que no sabe su nombre, quién sabe cuáles son sus apellidos, quién sabe, quién sabe.

De cualquier manera estuvo al tanto del movimiento comercial de la cremería, compró, vendió. A eso de las seis de la tarde pensó en hacer su corte de caja pero con un poco de desconfianza, optó por cerrar las cortinas. Ya en su escritorio hizo las anotaciones, amontonó y clasificó notas y por fin hizo apartados, ensobró billetes, tituló los sobres y encendió el pequeño aparato radio-receptor para escuchar para escuchar básicamente el reporte de tráfico

y este ha sido el reporte del tráfico en la Ciudad de México, espere nuestro siguiente reporte en diez minutos . . . En cable de último momento llegado hasta nuestra redacción. NOTIMEX nos informa acerca del enfrentamiento entre facinerosos y miembros del ejercito que tuvo lugar en el poblado de Cacalotepec en a Sierra de Guerrero. Nos enlazamos hasta la Ciudad de Altamirano con nuestro corresponsal Alfredo Rivera . . . ¡Adelante Alfredo! . . . Buenas noches Rolando, efectivamente en el poblado de Cacalotepec ubicado a unos cincuenta kilómetros al norte de esta ciudad, ha tenido verificativo sangriento enfrentamiento con lo se creía en un principio sería una cédula de inconformes miembros del autodenominado Ejercito Pro-Guerrero Libre y Democrático, agrupación que se mantiene en permanente actitud de rebeldía e inconformidad ante cualquier tipo de autoridad sea proveniente de la derecha, de la izquierda, del centro o de cualquier inclinación ideológica, pero tras casi tres horas de intercambio de disparos de armas de grueso calibre, se tiene como resultado un saldo rojo de treinta y cinco miembros del ejercito y un solo facineroso muertos. Ha causado verdadera extrañeza en los diferentes medios el hecho que solamente un hombre haya mantenido a raya a los elementos del ejercito y haya provocado tantas bajas, mismo que fue ultimado con no menos de treinta descargas de máuser una vez que hubo de haber agotado sus pertrechos entre los que se inventariaron diversas armas de calibre reservado para uso exclusivo del ejercito así como un lanza-granadas, granadas de fragmentación y de humo. Autoridades castrenses estiman haber sido detonados no menos de cinco mil disparos y cuando menos lanzado un centenar de granadas. Otro aspecto que también llamó la atención, según un testigo ocular que nos ha pedido mantenerlo en estricto anonimato por razones obvias fue la puntería y estrategia con la que sistemáticamente fue casi aniquilado la Sección 3-A del Regimiento 395 de la 39ª División de la Avanzada Estratégica de Previsión de Levantamientos, destacada en la Cuenca del Río Balsas, área por demás conflictiva. El facineroso no ha sido identificado y solamente se ha colado una somera descripción ya que su rostro quedó, literalmente irreconocible al ser blanco de no menos de una docena de dianas logradas por los miembros del Grupo de Alta Reacción y Rápida Respuesta, (GARRR, por sus siglas y porque según e auto-describen son feroces en sus embestidas) Seguiremos informando . . . Gracias Alfredo, te pido que mantengas abierta la línea para cualquier información adicional . . .Así lo haré Rolando, desde Ciudad Altamirano reportó para Noticias Nacionales . . . Alfredo Rivera.

En la línea telefónica tenemos al Comandante Eduardo Hernández.

  • Comandante Hernández, le agradezco habernos tomado la llamada.

  • No tienen nada que agradecer, al contrario.

  • Comandante ¿Ya fue identificado el atacante?

  • Si, ya fueron tomadas las huellas dactilares y corresponden, según los archivos de la INTERPOL a un individuo conocido como "La Mano", un sicario que tenía en su haber casi medio centenar de ejecuciones, todas ellas en el Estado de Guerrero, se presume que es de origen cubano y que ingresó ilegalmente al país por el sur de Veracruz en particular por Coatzacoalcos. Mantuvo una frenética actividad llegando hasta realizar tres incursiones por día, siempre a cuarteles ya fuera del ejercito o de la policía hasta convertirse en una verdadera pesadilla, se estima que siempre actuó sin compañía alguna y sin razón aparente cesó sus actividades y perdimos su rastro por casi un año reapareciendo este fin de semana durante el cual fue copado tras de una persecución posterior a una de sus acostumbradas incursiones solitarias al cuartel de Acatempan donde liquidó a dos elementos del ejercito y dejó heridos a cuando menos a media docena. Por fin fue flanqueado y se inició una persecución que culminó en las afueras de Cacalotepec, donde aparentemente logró llegar a uno de sus tantos escondrijos donde en una cueva bien camuflajeada por la misma vegetación mantenía un autentico arsenal, se ignora la localización de lo que seguramente son otros escondrijos, entonces se inició un tiroteo que se prolongó por varias horas hasta que un agrupamiento de las Fuerzas Especiales logró abatirlo. Estamos investigando y en contacto con la INTERPOL para conocer su verdadera identidad.

  • Comandante Hernández le agradezco todo esta información, seguiremos en contacto.

  • No tiene por qué.

Ahí terminaba ese bloque y continuaba el siguiente Reporte de tránsito.

De Jesús apenas sí había puesto atención. Estaba más preocupado por la ausencia de su ya casi imprescindible auxiliar ya que era el encargado de la buena marcha de la situación administrativa del negocio.

Con algo de resignación cumplió con el ritual de cierre físico de la Cremería. La venta no era mala pero ni siquiera alcanzaba para unas buena vacaciones en Cancún aunque si para una buena cantidad de boletos del Metro pero de poco o nada le servirían muchos viajes de ida y vuelta, por ejemplo, a Tepito. ¿Y por qué Tepito? No tenía respuesta sólo sonrió para si mismo, dio vuelta a la llave de encendido de su Nissan Estaquitas y tomó por una de las avenidas más largas de las que hubiera transitado. Atravesaba la ciudad, desde el norte hasta el sur, propiamente era parte de la llamada Carretera Panamericana y que era paso obligado antes que algún urbanista convenciera a algún político compadre de algún empresario que estaba asociado con algún constructor que conocía algún banquero que tenía algún dinero que era de algún iluso inversionista y que financiaría por fin la construcción de alguna vía alterna para aliviar el tráfico que partía a la Ciudad de México. ¡La manga! Todo era negocio y transas desde el Regente hasta su mismo chofer pasando por toda su parentela estando al frente su primo, corrupto entre los corruptos capáz de convertir un basurero en una exclusiva zona residencial.

Ya había pasado un buen tiempo durante el cual no se había parado en su "Penthouse" así que subió al puente que labra las vías, ya en desuso, de los ferrocarriles que salían y llegaban a la Estación de Buenavista, control de operación y de distribución del transporte férreo desde el foco neurálgico de la mayoría de las actividades del país. Se desvió por la lateral de la importante avenida, dio vuelta a la derecha y se estacionó justo enfrente a la puerta de entrada del vetusto edificio de cuatro pisos en cuya azotea estaba su tan preciado refugio espiritual, aunque no lo reconociera. Apagó el motor y automáticamente cesó el sonido del disco compacto que escuchaba, una grabación directa del Festival de Jazz de Newport. Encendió un cigarrillo y dejó que el humo se elevara y formara caprichosas volutas que con ayuda de su imaginación empezaron a tomar formas que variaron entre ángeles o demonios, lo mismo que interpretó entre sus ideales y sus temores.

No abandonó su automóvil, ahí se quedó sin ver nada.

Tomó en sus manos su teléfono celular, una maravilla de la tecnología aunque del tamaño y peso, ni más ni menos, de uno de los típicos tabiques rojos de arcilla usados en la construcción. Observó los catorce botones y empezó a oprimir uno a uno con cierta secuela hasta completar una cifra formada por siete dígitos. El clásico tono de llamada lo escuchó por el auricular. Fueron casi dos timbrazos.

  • ¡Bueno!. Era la voz de "El Smith"

  • ¡Quiubo!. Contestó De Jesús. No hubo necesidad de más, no hubo necesidad de identificarse.

  • ¿Cómo estas?

  • Bien ¿Y tu?

  • Voy pal "Penta", voy a soltar unos cuantos tiros.

  • De eso te quiero decir ¿?

  • Tengo una 38

  • ¿Escuadra?

  • Aja

  • ¿Dónde estas?

  • En mi "Penthouse"

Se escuchó una callada risa en ambos extremos del intercambio de ondas hertzianas y sí hubiera sido posible se escucharía el sistemático ritmo que imprimían el sístole y el diástole de ambos generados por la emoción del reencuentro tras casi doce meses de incomunicación.

  • Voy para allá

  • Sale, te traes cafecito, pero que sea de grano

  • Por supuesto, no conozco de otro, ve calentando el agua.

De Jesús y "El Smith" se sentaron con para el poniente, la luna en fase casi llena se dejaba ver a unos cuantos grados sobre el horizonte iluminando a contra luz los edificios de la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, la Torre de un antiguo templo al que nunca se le había ocurrido visitar ni siquiera en su faceta de curioso de la arqueología y la antropología.

Permanecía inmerso en su ya perenne universo de incredulidad hacía lo religioso y en su muy particular hacía el catolicismo. Incredulidad que algún día incrementó en su curiosidad por tratar de encontrar o darle sentido a una cierta necesidad que le hacia muy en su interior en cuanto a creer en un Ser Superior tal como veía que se manifestaba en muchos ejemplos con los que a diario se topaba empezando primeramente por sus más cercanos contactos tal y como lo eran su padre y por supuesto su misma madre o por los peregrinos con quienes se topaba casi a diario ya que casualmente la cremería estaba ubicada en el camino natural de las peregrinaciones que del poniente de la ciudad se entronizaban con rumbo a la Villa de Guadalupe, punto de reunión de millones de creyentes que movidos por una dogmática fe cumplían promesas, o "Mandas" como lo identifican ellos mismos, hechas anteriormente en pago reciproco por algún favor recibido por intercesión de su virgen.

Cómo hubiera deseado que una ínfima parte de esa fe interior e individual residiera en su conciencia, pero la confusión no le permitía anidar la semilla de la que en más de una ocasión sintió verdadera necesidad.

Por espacio de casi una hora contemplaron el cambiante paisaje nocturno sin pronunciar palabra alguna. Los jarros que contenían caliente y humeante café dejaron de estar calientes y humeantes. Se paró y del interior de su cuarto de azotea sacó un maletín tipo deportivo y sin más ni más extendió el brazo e instó a "El Smith" a que lo tomase.

  • Llévatelo

  • ¿Cuánto quieres?

  • No juegues, llévatelo bien sabes que esos juguetes no son para mi, solo llévatelo

  • ¿Está caliente?

  • Si y mucho, sobretodo los cartuchos, deben estar marcados, me los regalaron unos judas.

  • ¿Por lo de la cremería?

  • Aja

  • ¡Que bruto fuiste! Eso no se hace, menos sí es que estas desarmado.

  • Ya lo sé, siempre lo he sabido, pero así reaccioné, ¿Qué quieres?¿Cómo es qué lo sabes?

  • ¡Que pelototas las tuyas! Todo mundo lo sabe, todos lo sabemos. Ya se soltó una Leyenda Urbana y Tu eres esa Leyenda Urbana.

  • ¿?

  • La Leyenda del Güey ese que desarmó a un par de ratas y a cachetadas los entoriló.

  • ¿?

  • Cuídate. Nos estamos viendo. Vas a recibir noticias de los cuates.

  • Cuídate.

El Smith bajaba lentamente las escaleras forjadas en albañilería y recubiertas con ya desgastados mosaicos que alguna vez fueron color amarillo. Alcanzó a escuchar como eco lejano las notas que brotaban de una guitarra, notas que arrancaba De Jesús de su bonita vihuela regalo de otro "Chucho", su tocayo de Los Charanda, grupo formado por cuatro miembros fanáticos de la más pura forma de interpretar la música para mariachi y que deleitaban y se deleitaban interpretando al más real y verdadero de los sones para lo que se hacían acompañar de los más auténticos instrumentos que pulsaron desde sus inicios los genuinos y originales mariachis nacidos en la mera Sierra de Jalisco y que vestían muy diferente a la apariencia que muestran desde que a Don Porfirio se le ocurrió vestirlos con una vestimenta "Mas Civilizada" y eso en su afán por dar una apariencia adecuada a esos músicos frente al dizque Honorable Cuerpo Diplomático durante los festejos del centenario de la Independencia y que finalmente no quedaron ni como músicos ni como charros.

  • ¿Qué le habrá pasado a "El Pipiripau"?

Dejó de pulsar las cuerdas y colocó su guitarra recargada contra el rústico macetero, se levantó, estiró ambos brazos dirigidos en "V" hacía el firmamento, sacudió una pierna después la otra, realizó movimientos forzados con el cuello y se dirigió a la cafetera eléctrica en busca de otro jarro de café, se sirvió displicente y encendió inconscientemente el pequeño televisor único vestigio de modernidad junto con la cafetera eléctrica. Ya habían dado principio las transmisiones en varios anales de la llamada televisión abierta, de los espacios informativos;

  • nuevamente hacemos enlace con nuestro corresponsal Alfredo Rivera desde Ciudad Altamirano, ¡Adelante Alfredo! . . .

  • Buenas noches Rolando, directamente desde la cede de la 39ª División de la Avanzada Estratégica de Prevención de Levantamientos, atendiendo la Conferencia de Prensa que sustentará el Comandante Eduardo Hernández en relación con los hechos suscitados la madrugada del día de hoy en las afueras del poblado denominado Cacalotepec.

  • y considerando que materialmente el rostro del sujeto abatido fue desfigurado a causa de las múltiples descargas que recibió, no ha sido posible su identificación plena y en el Banco de Huelas dactilares no se han encontrado coincidencias ni datos al respecto por lo que estamos en espera de nuestro contacto en INTERPOL.

  • En este momento la toma "Panéa" y enfocamos la mano derecha.

En ese momento, hasta ese momento a DE Jesús le llamó la atención un diminuto tatuaje sobre la segunda falange del pulgar, una "D" no mayor a medio centímetro, tatuaje que le llamó poderosamente la atención pero que en esa ocasión y muchas otras posteriores se abstuvo de indagar al respecto y no fue hasta un seis de junio que "El Pipiripau" soltó la lengua y le hizo una confidencia, la única que le haría a lo largo de la no muy larga relación;

  • Patrón De Jesús ¿Sabe qué es el Día "D"?

  • Mmmmmm, ¡No!

  • Pues fue el seis de junio de mil novecientos cuarenta y cuatro y en ese día se inició la caída del llamado Tercer Reich, o sea que los gringos, los ingleses, los franchutes y los rusos se unieron y se pusieron de acuerdo para darle en la torre a los nazis empezando por una playa en la región de Normandía.

  • ¡Ah! Pues creo que eso fue una aunque breve, excelente cápsula de historia.

  • No, patrón De Jesús. Lo que pasa es que precisamente ese día, nací yo

  • ¿?

  • Y por eso tengo esta "D" tatuada. Yo me siento muy orgullos, aunque no creo que sea el único que haya nacido ese día.

  • En eso tienes toda la razón del mundo ya que también ese día también nació uno de mis hermanos.

De Jesús fijó la mirada en la pantalla, no tenía duda, ese tatuaje era único, era sin lugar a dudas "El Pipiripau", Pero ¿Qué había pasado? ¿Quién era en realidad "El Pipiripau"?

  • Creo que nunca llegaremos a conocer a las personas por más que hayamos convivido con ellas. Le tuve mucha confianza, propiamente confié la cremería y por lo que veo y según me da razón mi contador, a la situación de Haberes y Deberes esta perfectamente documentada y las declaraciones mensuales no representan ningún problema. Que raro que nunca haya hecho referencia a su vida personal, nunca se refirió a su familia, ni a sus orígenes, ni a nada.

De Jesús le dio seguimiento a la noticia, pero lo hizo vía Internet y al tercer día ya encontraba cuando menos cuatro agencias extranjeras de noticias ya que tanto NOTIMEX como todos los periódicos nacionales escasamente le daban importancia siendo noticia de cuarta o quinta página, sin embargo, y como es común en estos casos, del exterior resultaron páginas y más páginas con información sobre José Juan Garate, verdadero nombre de "El Pipiripau".

Bueno un dato que De Jesús ya conocía era lo relativo a la fecha de su nacimiento.

Efectivamente confirmaba que Juan José o "El Pipiripau", había nacido un día en que la situación mundial fue por demás caótica no tan sólo para ese día, esa época, sino también para el propio futuro de la vida mundial.

Al igual que sus ancestros hasta cuatro generaciones. Era oriundo de una ranchería que ni siquiera aparece en los mapas y que esta a unos diez kilómetros al sur de Acatlán de Osorio en el Estado de Puebla, casi ya en Oaxaca, un asentamiento de unas cincuenta familias que no crece ni decrece en los tiempos, un lugar que quedó quieto, como plasmado en una fotografía del siglo antepasado, o sea el Siglo XIX, donde todas las chozas que no casas, estaban construidas con "Bajareque" o sea que las paredes de un cuarto redondo eran de carrizo atado y recubierto por ambos lados con lodo elaborado con arcilla entre rojiza y café del lugar y agua del propio río que ahí se denomina Acatlán tributario del Mixteco y que se convertirá en el Balsas que desbocará en Michoacán al Océano Pacifico. El techo, por cierto, bastante alto es de ramas de palma entrelazadas de manera que resulta totalmente impermeable y las paredes sin puertas ni ventanas sólo dos vanos opuestos resultan acogedores en cualquier época del año, en cualquier clima aunque predomina el calor. Las cabañas son altas porque en su interior consta de "Tapanco" que hace las veces de cama donde duerme toda la familia compuesta a lo sumo por el matrimonio y uno o dos hijos.

Ellos tienen su propio control de natalidad y es por eso que la población se mantiene alrededor de ciento ochenta personas todas emparentadas por lo que resulta un tanto cuanto difícil el apareamiento entre ellos y así se ven obligados a alejarse cuando siente la necesidad de encontrar una pareja la que será para toda la vida ya que no se dan casos de separación ni tampoco de buscar otra pareja en caso de enviudar y esto sucede si firmar papel alguno o de la ceremonia ya sea civil o religiosa ya que no reconocen a ninguna de las dos autoridades.

Pues de esa calidad era "El Pipiripau"sólo que según las investigaciones nunca tuvo pareja y a temprana edad se reveló contra toda muestra de ley o autoridad de gobierno. ¿Por qué? Nunca se supo, no trató de entenderlo, nunca buscó explicación, pero temprano inició su carrera de sicario desde antes de su adolescencia.

Desde luego que no había registro de sus acciones ya fueran por mutuo propio o por encargo, mismos que cumplía con singular eficacia y natural pericia al grado de que cuando cualquier autoridad se hacía presente, él ya se encontraba seguro a cientos de kilómetros llegando a ser una autentica leyenda viva a lo largo de la Costa Chica del Pacifico la que abarcaba desde la frontera con Guatemala y hasta el mismo Sinaloa. Nadie supo jamás cómo es que se trasladaba pero la gente de la Sierra lo veía un día en una localidad y por la tarde juraban haberlo visto en un poblado alejado hasta por mil kilómetros. La leyenda decía que eran varios, que tenía pacto con el Diablo, que lo llevaba el Arcángel Uriel, que viajaba con el pensamiento, que había sido tocado por extraterrestres, que se transportaba por telekinesis, que . . . una y mil leyendas, alguien aseguraba que tenía en su haber más de mil soldados y él, ni un rasguño, que las balas le rebotaban, que aunque nunca se bañaba no olía pero que la mugre lo protegía, que un sacerdote del Shao-Lin lo adiestró para esquivar las balas, que el único baño que había recibido fue en una poza sagrada y que había sido cubierto con una capa que lo protegía, que . . . más y más leyendas.

De Jesús se mantenía inmerso frente al monitor, devorando página tras página de los ciento de miles que de súbito aparecieron en la Red.

A la tercer noche apareció un aviso que le comunicaba haber recibido un mensaje electrónico, quedó atónito, sin reaccionar, no se decidía pero algo presintió. Apretó los párpados, forzó la cabeza hacía atrás y abandonó la silla, estiró las piernas y se dirigió instintivamente a la cafetera eléctrica. No era antojo o necesidad, más parecía que huía, era una forma de escaparse de lo que no podía escapar. Pasó trago a trago una taza de café, dos, tres, sin que le encontrara sabor. Por fin se decidió y se sentó nuevamente frente a su computadora. Tecleó dos, tres botones y accionó el ratón y en pantalla se desplegaron dos celdas vacías donde debería escribir su seudónimo así como la palabra clave para acceder a su cuenta personal.

"Tiene 125 mensajes nuevos y 217 correos no deseados". Lo que indicaba que no era muy afecto a revisar cotidianamente este servicio, no tenía mucho tiempo o simple y sencillamente no era afecto y sólo lo hacía por necesidad.

Empezó a recorrer la lista de los Mensajes Nuevos en la Bandeja de Entrada, con el cursor saltó de renglón en renglón, en el décimo se detuvo, el Asunto se leía; "Hola Patrón De Jesús". Accionó en dos ocasiones el botón izquierdo del ratón, se desplegó el siguiente mensaje;

"Hola Patrón De Jesús. Ya sé que no debo decirle "Patrón" pero no puedo llamarlo de otra forma. Sí es que esta leyendo este mensaje es que yo ya me adelanté. Creo que ya no podré cuidar su cremería. Siempre fui derecho con usted, todas las cuentas son correctas, si alterar, sin afeites. Entre otras cosas estudié contabilidad. Parece mentira pero la única cuenta que perdí es la que se relaciona con los que ayudé a pasar a otro nivel, que no al cielo o al infierno ya que aunque en lo personal nunca creí en eso. Todos ellos no merecían ni lo uno ni lo otro deben estar en un lugar peor.

En mis trabajos nunca estuvo involucrada inocente y sí me llevé a alguno fue por mero accidente. No nada más fueron militares, la mayoría eran políticos corruptos, rateros, que no ladrones, gente mala que sólo se aprovechan de los pobres para enriquecerse y eso sin importar sí eran de izquierda, de derecha, del centro, de arriba o de abajo. Todo esto no fue cuestión de ideología, siempre fue dirigido a la clase política, la que se aprovecha del poder y se enferma de ambición de dinero, de poder.

¡Hijos de perra, prepotentes e hipócritas! Patrón De Jesús, es el momento que dejemos de votar por los ricos ya que nunca sucedería lo contrario, los ricos nunca elegirían a un pobre para que los representara.

Esto fue mi inspiración, mi motivo, mi razón, esto fue mi aporte para tratar de enderezar este hermoso país. Nunca me importó ideología alguna. He tratado de votar toda esa porquería, pero ya me cansé, han sido muchas muertes.

De hoy en adelante se van a decir muchas cosas de mi persona, algunas malas, algunas no tan malas, algunas, inclusive, buenas, Patrón De Jesús, no se crea ninguna de ellas. De lo único que puedo estar seguro, no se crea ninguna de ellas. Sé que aunque quiera contestarme este mensaje, aunque lo envíe, ya no lo leeré, ya no lo recibiré. Han sido muchas emociones y mi corazón lo ha resistido y muy bien, pero los taquitos de cáncer al fin me han vencido. A pesar de todo y mientras escribo esto, me estoy fumando el que creo será el último taquito blanco. He mandado un anónimo a la Comandancia de Ciudad Altamirano, a un tal Capitán Eduardo Hernández al que no conozco pero que le doy la oportunidad de subir al podio. Pero no va a ser gratis, sé que mandaron al Batallón Olimpia, ¿cómo la ve Patrón De Jesús?, Olimpia, igual nombre que aquel que le dio vuelo al índice derecho en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco aquel dos de octubre. Aquellos iban drogados, estos vendrán enfermos, contagiados, contaminados de corrupción. No hay militares más corrompidos que todo este batallón, desde el último soldado raso hasta su comandante teniente Mario Escobar Cepeda. Todos se irán antes que yo, sólo quedará uno de ellos, será un soldado raso al que integraron hace una semana al que aún o han podido corromper.

Patrón De Jesús, tenga la seguridad que no seré yo mismo aunque de cualquier manera sólo tengo cuando mucho un mes así que le voy a dar oportunidad a ese soldado que además llega con buena reputación de excelente tirador.

Patrón De Jesús, por ahí lo veo, sólo me adelanto, le voy preparando el camino."

Aquí terminaba el mensaje, De Jesús quedó en blanco, sin pensar en algo, ni siquiera parpadear, con la boca seca, apretando los labios, mordiéndose por dentro. Así permaneció por varios minutos sin darse cuenta de cuántos hasta que el largo sonar de las cornetas de aire de un trailer lo sacó de su marasmo. En ese tiempo la Avenida de los Insurgentes era la mitad de ancho de su actual y el tránsito se dificultaba un tanto cuanto a medida que los vehículos iniciaban el ascenso, los que transitaban rumbo al norte, hacía los Indios Verdes, la salida a Pachuca, o el famoso Triángulo de las Bermudas (o sea la zona de moteles y debido a que los automóviles se desaparecían misteriosamente se le empezó a conocer con ese nombre) y los que terminaban de cruzar el Puente de Nonoalco que se perdía en el tiempo la fecha de su construcción y que era el libramiento de autos y camiones del tráfico tanto de entrada como de salida de los convoyes de pasajeros de la Estación Buenavista.

A esa hora seguramente algún conductor trasnochador invadió el carril contrario y a poco estuvo de estamparse de frente con el pesado transporte que probablemente aprovechaba la fluidez nocturna para atravesar la ciudad evitando los embotellamientos propios de las grandes ciudades ya que ese problema no es exclusivo de la hermosa Ciudad de México.

Así reaccionó, fue cerrando las pantallas que había desplegado en las anteriores, apagó la lámpara y cerró su cuarto de azotea.

Lentamente, como tratando de asimilar o de digerir todo lo que se había enterado, se encaminó a las escaleras, abordó su Nissan Estaquitas y se dirigió a su departamento.

Al día siguiente no abrió la cremería, se mantuvo ocupado haciendo llamadas telefónicas para contactar a quien sería el encargado y posiblemente hasta encontrar a un comprador. Logró lo último ya que el trato que planteó fue en realidad muy ventajosa para el comprador al grado que al día siguiente ya se encontraba almorzando en un restaurante de Polanco y cerrando el trato con un condiscípulo de la Prevocacional. No fue necesario firmar papel alguno, en su momento, ni testigos y el protocolo se redujo a un apretón de manos. Había plena confianza de ambas partes ya que las coincidencias no se reducían a la convivencia en un salón de clases sino que tenían sus incursiones al equipo de fútbol americano y todavía más, coincidieron el estar internados en el mismo Reclusorio.

Ya había sido parte del Reclusorio Oriente, en calidad de reo hacía menos de tres años y tenía bien grabado en su memoria como el ingreso a la fajina cuesta 200 pesos y se le paga a Chucho, que así se le conoce no por llamarse Jesús sino por perro y que esta preso por narcotráfico pero es el que se encarga de ubicar a los reos en las diferentes celdas y estancias.

Bien sabía que llamada cuesta cinco pesos, obviamente que otra cosa es conseguir la tarjeta, la visita es en ingreso por locutorios y termina pagando uno setenta pesos divididos en aproximadamente ocho personas entre custodios y reos, ahí dentro al igual que en cualquier Reclusorio, todo es dinero.

En el Reclusorio Norte en el C.O.C, o sea el Centro de Observación y Clasificación o sea que es el área del Reclusorio donde residen sólo los internos recién llegados, y únicamente por el tiempo necesario para los estudios de su personalidad y circunstancias que permitan determinar el tratamiento adecuado que deba aplicárseles aunque esto es en teoría que es el preámbulo para que sean reubicados en el área del reclusorio que corresponda los internos que residen permanente e indebidamente en dicho Centro, especialmente los diagnosticados criminológicamente como peligrosos, por ejemplo ahí la llamada no cuesta, siempre y cuando no pasen de las 10 de la noche porque si así fuera entonces alguien cobran 10 pesos pero a diferencia de la estancia de ingreso aquí se tienen que cuidar dos cosas, una es que no vean el numero que marcan los que están formados atrás de los que hace uso del teléfono, porque precisamente de esa forma es como se generan los secuestros y las extorsiones desde adentro.

Y la otra es que tienen que agarrar bien la tarjeta cuando están hablando porque no falta el Gandaya que llega por detrás y la jala del teléfono y se hecha a correr y mas les vale que ni lo sigan, es gente apadrinada y mandada por los mismos custodios.

Otra cosa que sucede en esta estancia y es la invasión de gente de población general o pueblo como ahí se le llama, y ellos se encargan de robar todo lo que tengan de valor y aparte de todo llevan puntas, palos, y hasta cuchillos como el que desapareció de la cocina del Restaurante del Capitán Macedo y apareció dos días después en la barriga de uno de los más sanguinarios criminales que se hospedaba y que desde hacía ya cinco años había sentado sus reales y comandado una pléyade de asesinos a sus ordenes y que habían sembrado el miedo y el terror en la crujía de los peligrosos.

Y algo que sucede en todas las estancias es el robo sin control que existe cuando las personas tienen que ir a audiencias a los diferentes juzgados, porque a lo largo del recorrido de estancias a juzgados que es bastante largo, y ahí los que más tiempo tienen son los que se distribuyen a lo largo del recorrido y roban sin piedad al que pase y ni que decir de las pertenencias que quedaban en su celda.

Otra cosa que sucedía cuando llegan al C.O.C. es que se ven engañados porque dizque les venden las celdas o cantones como ahí se le llama, uno que con trabajos se compromete con los custodios para que el día de visita les entregue uno la cantidad acordada por el cantón, en el cual suponen los que se unen para comprarlo que van a estar solos pero es mentira porque cuando suben al supuesto sitio privado, se llevan una gran sorpresa, por lo menos hay cinco o seis personas que ya tienen rato ahí, son los famosos depositados, que para no ir a pueblo pagan una cuota mensual de 5000 pesos y con eso los dejan allí, lo que parecía una cordial llegada a una celda compartiéndola supuestamente solo los que se arreglan previamente con el custodio, se vuelve una terrible pesadilla desde el inicio porque los que ya están son los que mandan y disponen del recién llegado y de lo que cada cual lleva aunque no te parezca, son reglas hechas por ellos mismos y se respetan o se respetan.

Es realmente difícil para aquellos que no consumen ningún tipo de droga, el estar soportando todo el día el olor a alguna o varias de esas drogas.

Por esto y por muchas razones dicen y dicen bien, un reclusorio es el hotel más caro del mundo y son muchísimas otras cosas las que me faltan por comentar.

Una vez desafanado del comercio se presentó la oportunidad de ingresar al servicio de la Policía Judicial en la División de Inteligencia. Un día que se encontraba visitando a unos primos en la Delegación Milpa Alta se enteraron que en un poblado cercano, junto a San Mateo Actopan, los habitantes habían secuestrado a tres judiciales que según ellos, iban a robar a los niños y los agentes les insistían que actuaban encubiertos rastreando a vendedores de droga.

  • ¿Rastreando a vendedores de droga? ¡La manga!. La droga la venden ellos mismos.

Los pobladores no dieron cabida a la versión de los judiciales que además no iban en patrulla oficial sino que usaban un auto sin placas, con los cristales polarizados casi en color negro, lo que resultaba por demás sospechoso desde cualquier punto de vista y esto aunado a que uno de ellos hacía observaciones con potentes binoculares que inclusive contaban con sistemas de cámara digital así como de visión nocturna.

Por principio de cuentas empezaron a golpearlos unos mientras otros se daban a la tarea de revisar todo el equipamiento que tenían en la cajuela y en el asiento trasero de la supuesta patrulla.

En la memoria de la cámara digital se desplegaban ciertamente la fachada de unas cuantas casas y otras tantas tienditas pero la gran mayoría pertenecían a escolares de diferentes edades lo que no favoreció en nada a los secuestrados, además había también muchas fotos de niñas todas tomadas con Zoom electrónico por lo que además les achacaron otras sospechas, la de Tratantes de Blancas, de Pederastas.

Los secuestrados hicieron e intentaron esfuerzos por convencer a la turba que ya a esa hora constaba de cuando menos un centenar de enardecido vecinos y que realmente estaba ya más que frenética. Fueron despojados de sus equipos celulares así como de radios. Tras la tercer golpiza tumultuaria, uno de los supuestos policías los convenció para que le permitieran hacer una llamada. Tecleó un número, se identificó y pidió lo comunicaran con el que aparentemente era su jefe y comandante de su agrupación. Supuestamente no lo logró y sólo pidió, aún más, rogó por que le pasaran el recado a su jefe.

  • No seas cabrón, esta conmigo Juan Murillo y Jorge Zambrano y nos están poniendo en la madre.

  • ¿Y qué hacen por allá? A nosotros no nos corresponden esas cuevas.

  • Te digo que estamos asignados encubiertos por lo de las narco-tienditas.

  • Mmmm, pos yo ni estoy enterado, al rato que se desocupe el jefe, se lo digo.

  • No seas mula, tu me conoces.

  • Pos ni me acuerdo, déjame revisar el Rol y te llamo después.

  • No, no, espera

No hubo más comunicación, sólo se escuchó un agudo ruido largo y continuo, señal de cesación de la intercomunicación.

En ese momento, la tensión hizo crisis y a la vez que los tres maniatados empezaron a llorar y a suplicar. La muchedumbre dio reinicio a la golpiza que ya tenía tintes de linchamiento.

Se oyó una voz que proponía colgarlos en un pirul – "Como a Judas" – Gritó Ramón, indigente alcohólico que se paseaba todos los días por el jardín del pueblo mendingando lo que fuera para conseguir algunas monedas con las que mercaría unos cuantos tragos de alcohol en ocasiones hasta industrial.

Otro gritó. – ¡Que los quemen!. Otro ¡Que los macheteen! Y otro más ¡Que los arrastren halándolos con los caballos!.

De Jesús y sus primos se mantenían a prudente

distancia evitando involucrarse. De pronto alguien llegó con una garrafa con gasolina y roció a uno de los secuestrados.

  • Vengan, vengan, traigan un video para mandársela al Solórzano o al Sarmiento para que la pasen en su noticiero el que pasa en la noche.

  • No, mejor se lo mandamos al Doriga o al De la Torre.

  • No, esos son unos vendidos, solo leen lo que les mandan pero no opinan.

  • Si, mejor al Solórzano pa que vean que ya estamos hasta la madre y que no nos vamos a seguir dejando.

Más tardó en terminar su arenga que en aparecer hasta tres vecinos dispuestos a video-filmar aquel linchamiento en proceso.

A todos esto, ningún Preventivo se aparecía y eso ni siquiera a distancia.

La noche había caído cuando menos un par de horas antes, la escena era raquíticamente iluminada por la lámpara fluorescente de un poste a una distancia de más o menos unos quince metros generando una fantasmagórica penumbra que fue rota súbitamente por el resplandor producido por el flamazo que dio principio al fin del desafortunado.

De Jesús y sus primos se sobresaltaron en exceso y dieron unos pasos hacía atrás.

  • ¡Órale!. Estos están locos. Van a quemar a los otros dos.

  • Tenemos que detenerlos.

  • Estas loco, a esos ya nadie los detiene, ni la Virgencita de Guadalupe.

  • Bueno, estoy de acuerdo, nadie los detiene pero si podemos para su fiestecita.

  • Te digo que estás loco.

  • A lo mejor, pero no me voy a quedar parado.

  • ¿Entonces?

  • Mira tu y Felipe van cargar al que está en la banca y Luis y yo cargamos al que está en el cofre

  • Si chucha,, ¿Y cómo los agarramos?

  • Necesitamos a otros dos

  • ¿Para?

  • Uno que haga un corto circuito para apagar todas las lámparas en casas y calles

  • El Eder puede hacerlo, trabaja en Luz y Fuerza.

  • ¿Y el otro, qué hará?

  • Mira casi todo el pueblo, por o decir todo, está aquí y hasta dejaron solo aquel Depósito de Petróleo. Él se encargará de hacer una Bombita Molotov.

  • ¡Sopas! Para eso Jesús Morales, tu tocayo, fue Porro en el Poli y ahora según él está retirado pero . . . voy por él, no tardo.

  • Por Jesús y por Eder, no me tardo.

Efectivamente no tardó. Carlos asimiló perfectamente el rápido plan de De Jesús y tan solo requirió del tiempo de regreso para poner al tanto al otro Jesús y al Eder.

Sin más ni más se desplegaron y casi simultáneamente, el depósito de petróleo explotó y lo mismo sucedió con el transformador de la red que abastecía la derivación de las líneas de energía eléctrica que alimentaban a propiamente todo el pueblo.

Sin excepción, la muchedumbre volteó a ver las llamas que salían del tanque de almacenamiento de petróleo que había estallado y ahora dejaba escapar enormes leguas de fuego seguidas de espesas nubes de humo color negro.

Aprovechando la oscuridad, De Jesús y sus primos, Carlos, Luis y Felipe, así como la sorpresa y la misma distracción cumplieron su parte del plan con eficacia de comando mercenario. En menos de cuatro minutos los dos judiciales secuestrados, maltrechos, heridos y casi en estado de shock, fueron subidos a la batea de una camioneta Pick-Up y con la velocidad que les permitía la traza de las calles, fueron llevados al Hospital de nutrición recién inaugurado lo que en principio generó un relativo problema para su internación y sobretodo por el aspecto que presentaban. Los médicos residentes dudaban de la versión ofrecida por De Jesús, sin embargo, pudo más la labia y énfasis que le imprimió a su explicación.

Para eso las noticias habían corrido como reguero de pólvora al grado que el mismo Jefe de la Policía judicial del Distrito Federal, llegó desde luego escoltado por cuatro patrullas, en una Suburban negra y desde luego con los cristales polarizados y por supuesto totalmente blindada.

Fue en verdad impresionante la valla de protección que se formó a la entrada de ese personaje que destacaba no por otra cosa que por su prepotencia. Se dirigió inmediatamente a la Sala donde se encontraba De Jesús y sus primos los que se mantuvieron a la expectativa sin atinar a reaccionar de cualquier forma. Dos agentes se colocaron tras de De Jesús, él sólo movía los ojos para un lado y para otro sin atreverse siquiera a parpadear. El jefe le sonrió y le extendió la mano derecha y con la izquierda le dio dos palmadas en el hombro y sin terminar el apretón de manos se mantuvo abrazándolo a la vez que le expresaba una efusiva felicitación por su acción. Los destellos de las cámaras fotográficas de los periodistas que acompañaban al séquito oficial, no se hicieron esperar, asimismo los reflectores de las video-cámaras de los reporteros de las cadenas televisoras que cubre la fuente, deslumbraron a De Jesús y a sus primos no así al Jefe el que nunca se quito los Ray-Van estilo Mc Cartur que lucía como distintivo o para ocultar lo inyectado de una visión permanente inmersa en el polvito blanco que no precisamente tiza de pizarrón. Claro que los lentes no era exclusividad del jefe ya que todos sus guaruras portaban modelos parecidos y que a todas luces bien podían haber adquirido, que no-comprado, en Tepito.

De Jesús no salía de su asombro y ni que decir de sus primos aunque estos fueron relegados al grado que nadie les prestaba la más mínima atención. En cambio De Jesús recibió inmediatamente una invitación para que al siguiente día acudiera a almorzar con el mismo Jefe de Seguridad del Distrito Federal y por supuesto con el Jefe de la policía Judicial.

Sin esperar respuesta, como sí en lugar de invitación hubiera dado una orden, el Jefe se retiró tal como llegó, dejando una escolta de dos agentes y una patrulla con indicaciones de escoltar hasta su domicilio a De Jesús e inclusive mantener una guardia permanente durante las veinticuatro horas para que no fuera molestado. Esa primera guardia se encargaría de trasladar a De Jesús al Restaurante de un hotel frente al Auditorio Nacional.

A pesar de lo acontecido, durmió a pierna suelta en su cuarto de azotea ya que no quiso ir a su departamento y que por lo tanto optó por darlo como su domicilio en lugar del verdadero.

Sincronizadamente arribó al restaurante al tiempo que lo hacían sus anfitriones y ocuparon una mesa solo los tres en un privado reservado permanentemente por y para la dependencia aunque sólo era ocupado por el mismo Jefe y su invitado en turno que bien podía ser como era el caso, de algún ciudadano distinguido por sus acciones o bien hasta un policía que hubiera intervenido en la solución de algún ilícito o que hubiera arrestado a algún delincuente y claro que no faltaba que también desayunara con algún jefe de la mafia o "Cartel" como se les denomina hoy por hoy.

Los agentes que los acompañaban se fueron diseminando a lo largo del camino de llegada, seguramente para vigilar todos los movimientos propios de esa hora. Sólo dos agentes los escoltaron hasta la entrada del privado donde se quedaron haciendo guardia en la típica y clásica pose de vigilancia con mecánica y estudiada actitud. En ese momento no hubo reporteros ni fotógrafos y por varios minutos sólo escuchó alabanzas y reconocimientos por su acción, inclusive salió a colación el asunto no muy lejano de la cremería. A mitad del almuerzo, que por cierto, no le encontraba gusto alguno a pesar de su excelente presentación y seguramente su distintivo sabor, el Jefe de la Seguridad en la capital le soltó algo así como a quemarropa;

  • De Jesús, lo necesito de este lado, necesito gente de inmediata reacción y segura acción, con reflejos adecuados y amplio criterio como el que ha demostrado en estas dos ocasiones.

  • Sinceramente no ha sido mi intención y en verdad que le agradezco su invitación pero he de comentarle que no siempre he sido así

  • ¿? ¿Por?

  • Es que ya estuve internado en el Reclusorio Norte por intento de asalto a mano armada.

  • Seguramente locuras de chamaco.

  • Pues, ni tan chamaco.

  • Por eso ni se preocupe, a ver comandante como le hace para que desaparezcan todos los expedientes del amigo De Jesús.

  • Delo por hecho mi jefe.

  • Caray licenciado le agradezco y tenga por descontado que pondré todo de mi parte para no fallarle.

  • Más le vale

Y soltaron la carcajada al tiempo que se levantaban y lo dejaban solo, bueno relativamente solo ya que se quedaban los dos agentes.

El Jefe de los Judiciales se volteó y a manera de despedida le comentó;

  • Por cierto, estos quedaran a sus ordenes, tienen buenos conocimientos y buenas mañas y también puede hacer uso de patrulla que traen, aunque para el fin de semana le darán una nuevecita equipada con lo más reciente.

Transcurrieron casi cuatro semanas y fue entronizado a las actividades de Inteligencia. Propiamente contaba con "Derecho e Picaporte" y podía acceder a cualquier oficina sí así lo deseaba, nunca nadie se opuso, aunque esto aparentemente ya que en realidad en el fondo causó cierto malestar entre los agentes de más antigüedad y sobretodo los que se sentían con más derechos que él. Esta callada y silenciosa hostilidad fue bastante bien disfrazada y no hubo indicio alguno que mostrara que en realidad se estaba montando una confabulación en su contra sin que nadie lo notara.

No tardó mucho para que urdieran un plan en el que se vería envuelto y desde luego de la peor manera lo que lo ubicaría en una posición mucho muy desfavorable.

Radiaron un aviso de denuncia de autos robados y el aviso les solicitó el inicio de la persecución. De Jesús se retrasó ya que al momento de emitirse el radio-comunicado se concentraba en el área de casilleros y vestidores preparando los cuatro cargadores que solía llevar consigo mismo.

Cuando pasó por la Sala de Comunicaciones se extrañó un tanto cuanto ya que notó la ausencia de total de patrulleros.

  • ¿Qué pasó? ¿Dónde están todos?

  • ¿Dónde estabas tu?¿No oíste la alerta?

  • ¿Alerta?¿Cuál alerta?

  • Recibimos la denuncia anónima de una bodega repleta de autos robados y de polvo blanco por el rumbo de Tultitlán.

  • ¿Y?

  • Pues que ya todos salieron ya que se le dio máxima prioridad.

  • Pásame los datos, enseguida los alcanzo.

  • Mira en este Post-It están los datos. Hay un auto que reportaron listo en el taller, solo que no es patrulla, no tiene sirena, ni tortea, ni placas es un bien asegurado. ¿Por qué no pasas por el?

  • Gracias, voy por el.

Tomó el papel amarillo donde con perfecta de caracteres de imprenta tenía la dirección del Punto de Reunión, le dio un rápido vistazo y trazó rápidamente un plan de tránsito para evitar al máximo el tráfico propio de la hora. Conocía "Su Ciudad" como Él mismo se refería a propiamente toda el Área Metropolitana, era en otras palabras un "Guía Roji" en vivo. Era una de sus tantas habilidades innatas que aplicaba generalmente en la logística de las posible rutas de escape como colofón de las acciones que realizaba en complicidad del "El Smith", "El Steve" y "El Fangio" con los que conformaba pavoroso cuarteto de rufianes a la Lata Escuela que traían de cabeza a todas las policías, no tan solo en el Valle de México, sino de todo el país, aunque había estado fuera de circulación en casi dos años.

Efectivamente no erró su estimado en cuanto a haber seleccionado la mejor opción ya que en caso de haber tomado por supuesta "Vía Rápida" que se denominaba Periférico que en primera de rápida no tenía más que el nombre y lo de periférico carecía de sentido ya que el crecimiento de la mancha urbana lo absorbió en escasos cinco años de haber iniciado a ser construido y que además nunca ha dejado de construirse y así seguirá por los siglos de los siglos en beneficio del que funja como Director de Obras en el Gobierno del Distrito Federal y que casualmente o es compadre del Jefe de Gobierno o es su súper cuate, por lo que aún no se terminaba del todo ya que se trata de una obra supuestamente diseñada por el Gobierno el que se encargaba también supuestamente de construirlo incluyendo la misma supervisión en sus dos fases por ende la tendencia de esa obra proyectaba su terminación como un verdadero enigma.

Un cierto resquemor alertó su intuición, ya que al llegar no vio patrulla o agente alguno. desgraciadamente para Él, reaccionó tardíamente y muy fuera de tiempo se dio cuenta que había caído en una trampa, sus mismos "compañeros" le tendieron una celada y cuando quiso salir, lo intentó a bordo del mismo vehículo que le proporcionaron en el taller de patrullas y que a la postre resultó con reporte de "Robado". Desde luego que nadie reconoció en primer lugar el que ese vehículo hubiera ingresado al taller y menos que se le hubiera signado ya que inclusive no existió nunca papeleta de resguardo.

Al igual que Él mismo había intervenido en múltiples operativos, de la nada surgieron cuando menos dos docenas de agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) que tenían jurisdicción en cualquier localidad del país.

Su primera reacción fue llevar la mano hacía atrás a la altura de la cintura para tomar la Beretta que le asignaron como arma oficial resultando que también trascendió ser parte de un decomiso como parte de un protagónico en la acción de guerrilla en la Sierra de Guerrero y que había sido incautada en un operativo durante el cual capturaron y dieron muerte a un temible sicario en un paraje cercano a Ciudad Altamirano y que llevó por nombre . . . José Juan Garate.

¡Dos errores! ¿Cómo era posible? Él tan cuidadoso en su proceder no podía haberse permitido eso. Solamente el "Clic" de las armas que ya le apuntaban y que daba la razón de haberse librado sus respectivos seguros y de que se encontraban preparadas para vomitar sus letales entrañas, lo hizo reaccionar, llevó las manos al frente, levantó los brazos, entrelazó los dedos y colocó las palmas hacía abajo sobre su cabeza. Esperó a que tres o cuatro agentes se acercaran. Estaban encapuchados con pasamontañas en negro y sus vestimentas, movimientos y forma de comunicarse denotaban que pertenecían a la PFP.

Cerró los ojos y mentalmente se preparó para lo inminente. A pesar de haberlo experimentado en ocasiones anteriores el dolor era igual o mayor ya que a medida que se acumulaban los días, los meses, los años, los músculos reaccionaban con más y más dolor. Sintió un puño hundiéndose en su plexus solar y le faltó el aire, pero esto fue el inicio de una auténtica bandada de golpes ya fueran provenientes de algún puño, la cacha de una escuadra o la culata de alguna escopeta o AK-47.

Fue esposado, le vendaron los ojos y fue subido a una de las patrullas en el asiento posterior siempre escoltado por cuando menos dos agentes, lo trajeron paseando por espacio de unas tres horas, tiempo durante el cual fue interrogado una y otra vez acerca de infinidad de temas siempre alrededor de una supuesta banda roba-coches con contactos internacionales. Una y otra y otra vez fue sometido a una serie de golpes de aquellos que Él mismo ya conocía y bastante bien ya que el daño que inflingían era solamente interno sin dejar huella externa.

En ocasiones la patrulla daba continuas vueltas y en otras aceleraban tal como si estuviera transitando por alguna carretera, aunque estaba conciente que todo este aparente paseo era simulado en algún taller preparado ex profeso para ello. Todo era con el fin de desorientarlo, desubicarlo, hacerle perder la noción del tiempo, distancia y ubicación.

Llegaron a su memoria las "Hazañas" del hijo de la señora Barra de Roca que seguramente fue un psicópata que se divertía golpeando o haciendo golpear a cuanto estudiante se le atravesaba, torturándolo en muchas ocasiones hasta causarle la muerte para después desaparecerlo por lo general en aguas del Golfo de México. Fue el más claro ejemplo y aplicación de aquel "A quien hierro mata, a hierro muere" ya que también a Él se le llegó su hora y "alguien" aprovecho lo ocurrido el dos de octubre del 68 para darle agua o lo que es lo mismo una sopa de su propio chocolate y fue desaparecido no sin antes darle una calentada como preámbulo de lo que le esperaba seguramente al ser arrojado a alguno de los siete infiernos de Dante. Acción que sirvió de mero y auténtico pretexto para que su señora madre Barra de Roca encontrara en el activismo un camino que la llevó desde ser una desconocida, oscura e iletrada ama de casa, de su pueblo, de su colonia hasta ocupar un escaño en la misma Casona de Xicotencatl y aún más pasar sin pena ni gloria por una de esas Secretarias medio fantasmas en el Gobierno del Distrito Federal.

Así se las gastan los suertudos legisladores, esos que entre los que más destacan son los que menos han trabajado en su vida y que son capaces de que al que le llaman Ladrón o "Roba-vacas a la vuelta de los años lo convierten en héroe y el que es héroe o semi-Dios, digamos el mismo Presidente una vez que pasa "Su" sexenio le sacan sus trapitos al sol pero nunca le hace nada, porque además son tan cobardes que en su tiempo no son capaces de decirle lo que piensa o de lo que lo acusan de cara ya que por otro lado nunca les van a hacer nada porque nunca les vana a comprobar nada.

De Jesús perdió la noción del tiempo, perdió el día, perdió la noche, perdió el hambre, perdió el sueño. Mientras afuera todo se maquilaba para terminar de urdir un verdadero complot en su contra tejido de tal manera que todo estaba en su contra, los que se supone eran sus compañeros, nadie se atrevió a declarar en su descargo ni siquiera aquellos a los que de una u otra forma había ayudado mientras aplicó su inteligencia en ese lado de la supuesta ley.

Sin explicación alguno y sin poder comunicarse con alguien pasó el tiempo sin darse cuenta de cuánto. Siempre fue alimentado, aunque eso de alimentación posiblemente cubría sólo lo indispensable ya que ese medio bote con agua de quién sabe qué procedencia al que en más de una ocasión tuvo que quitarle lo verde y no fijarse en lo demás y eso que se lo proporcionaban con una variación intermitente variable por lo que no le sirvió de referencia para definir sé es que correspondía al desayuno, a la comida o a la merienda.

En cierta ocasión lo despertaron con una pestilente agua fría que le lanzaron desde luego sin previo aviso, después le vendaron los ojos y lo hicieron caminar por lo que supuso fueron varios pasillos y escaleras. Escuchó el rechinar de oxidados goznes al abrir o cerrar puertas metálicas. Fue subido a una camioneta sin asientos y en posición fetal sintió como iniciaba un largo viaje que se prolongó por calles y avenidas que en unas veces no escuchaba sonido o ruido alguno y en otras una verdadera sinfonía de bocinazos, aunque casi todo lo que duró el viaje el ruido ensordecedor de la radio repitió un sinnúmero de veces el mismo disco. Shakira cantó una y otra y otra vez la misma canción.

Por fin lo bajaron y sin quitarle la venda de los ojos lo condujeron por lo que Él reconoció con sus píes descalzos, como los pasillos de un Reclusorio, pero no tenía idea de cuál se trataba. Estaba desorientado que bien pudo haber recorrido toda la noche o todo el día, que para el caso es lo miso, en círculos sin haber ido en realidad a ningún lado. Fue dejado en una estrecha celda, tan estrecha como las que ya conocía, tan estrecha como las que conocería.

Alguien le avisó a su madre la que junto con su hermano mayor llegaron a visitarlo un jueves. Supo que era jueves porque así se lo hizo saber su hermano, también supo que estaba en el Reclusorio Norte donde conocía a los custodios y a la mitad de los internos. Los primeros fingían no verlo ni reconocerlo y a los segundos no hubo necesidad de presentarlos.

Desde el principio recibió el trato por su nombre, siempre fue llamado, De Jesús. Ahí se reencontró con medio equipo de los Perros Salvajes, jugadores que habían coincidido en tiempo y que eran pioneros del equipo de fútbol americano integrado por internos.

En esa ocasión conoció al Capitán Andrés, militar retirado que delinquió en un cuantioso fraude traficando con combustibles asignados a la división de Guardias Presidenciales inclusive llegó a ser el encargado del mantenimiento de la Residencia Oficial del Presidente, "Los Olmos"

El Capitán Andrés Macedo tuvo una carrera militar meteórica en la que obtuvo grado tras grado con la mayor rapidez y con una cierta facilidad que asombró a propios y extraños. Fue el primer Sub-Teniente, comandante de la patrulla encargada de vigilar la Costa Grande de Guerrero, área por demás conflictiva ya que la gente no tendría para comer y que comúnmente vivía en chozas de una sola habitación por lo general en la más completa soledad pero bien surtidos de tanto aguardiente como de verdaderos arsenales que les eran, o le son, mantenidos y patrocinados por agentes desconocidos que incursionan cobijados por la impenetrable oscuridad a lo largo del amplio, amplísimo litoral del Pacifico que por lo mismo, normalmente carece de vigilancia. En cada incursión el Sub-Teniente Macedo llegaba a la requisa de armamento mucho más avanzado técnicamente sí es que se compara con el que portaban oficialmente los también avezados miembros del famoso pelotón de "Los Perros Negros" como era conocido y reconocido aquélla docena de singulares comandos que habían recibido su entrenamiento directa y personalmente por su entonces comandante, el Sub-Teniente Andrés Macedo siendo este un estratega nato, autodidacta que había devorado cuanto libro sobre el tema del que tenía o llegaba a tener referencia. Desde luego que en su acervo, ocupaba un sitio distinguido "El Arte de la Guerra" de Tsun Su cuyas antiquísimas teorías bíblicas se aplicaban a la actualidad del escenario sea cual fuere en su momento.

Macedo fue el primer y único comandante que incursionó por dos períodos seguidos, lo que se traduce en tiempo equivalente a un año y más aún sin haber sufrido una sola baja en el grupo de sus once "Lobos" y todavía in registrar muerte alguna entre los facinerosos, esto ocurrió en una época en la que el record de permanencia, vivo, no sobrepasaba los dos meses. Este hecho lo distinguió de tal manera que a su relevo fue ascendido inmediatamente a Capitán Segundo, hecho sin paralelo en toda la historia del ejercito moderno. Inclusive saltó el grado de Teniente y además fue nombrado Encargado de Mantenimiento de la Residencia Presidencial de los Olmos puesto que sí bien le exigía bastante responsabilidad estaba mucho muy lejos de las emociones, de los torrentes de adrenalina que encontró en la Sierra Guerrerense. Otro Macedo también pertenecía a otro mundo, al mundo de los adrenalinomanos que como cualquier adicto, busco y encontró una actividad que le producía esa sensación de hormigueo interno, de generación excesiva de saliva, de siempre estar alerta al grado de literalmente ¿dormir con un ojo abierto?

Empezó a sustraer combustibles de los vehículos asignados al recinto oficial bautizando al efecto de sacar gasolina en pequeños volúmenes en un principio y almacenarlos o traspalearlos al tanque de un taxi de su propiedad, como la acción "X-Z" la que fue incrementando en volumen y desde luego en monto de billetes al grado de que llegó el momento que la dieta proporcionada por PEMEX tan solo a "Los Olmos" era más del doble que a todo el ejercito y eso en el ámbito nacional. Llegó a tener a su servicio tres pipas que hacían entregas a cuando menos medio centenar de gasolineras en el Área Metropolitana.

Su audacia y habilidad sobrepasaron los límites de lo permisible y en un descuido fue puesto al descubierto, siendo aprendido, puesto bajo arresto, juzgado y dado de baja deshonrosamente de la milicia y por último entregado a las autoridades civiles para que purgara su condena en Centro de Reclusión Civil.

Una vez internado, aparentemente, se encaminó a enmendar su derrotero y no tardó en ganarse la confianza de las autoridades internas que aunó con ciertas generosas recompensas, siempre en efectivo y bastante jugosas, para obtener la consecución de un modesto restaurante y que usó como medio para enmendar a una media docena de sus compañeros y entre los que se encontraban los más temibles delincuentes de la peor ralea. Y en verdad que logró verdaderos milagros. Su técnica fue sencilla ya que enfocó a involucrarles la idea de servicio.

El internamiento de De Jesús sucedió en el momento en que requería de ayuda de alguien que fungiera como gerente para lo que empezó por aplicar una excelente estrategia misma que consistió en evitar a toda costa mandar llamarlo sino por el contrario Él mismo fue en busca de De Jesús. Obvio que sus contactos ya lo habían puesto al tanto de obra y milagros de su prospecto a ocupar el puesto cuya responsabilidad y lealtad le alivianara y en mucho la carga que representaba el negocio de la comida que aunque tenía bien estudiada y establecida la logística era urgente el concurso de la inteligencia de un colaborador y que estimaba, sin equivocarse, encontraría en De Jesús.

  • Hola De Jesús, permítame presentarme

  • No hace falta Capitán, sé perfectamente quién es Usted.

  • Dude de la mitad y no crea la otra.

  • Las leyendas llegan a tener una gran parte de real.

  • Mire quién habla de leyendas, mis respetos.

  • Créame Capitán que agradezco su atención y tenga por seguro que respeto y atiendo recíprocamente ese respeto al que se refiere.

  • Mmm, creo que no me he equivocado. Quiero invitarlo a comer en mi restaurante.

  • Pues en cuanto salga de aquí, por ahí le caigo.

  • No, De Jesús, me refiero al negocito que tengo montado aquí adentro.

  • ¿Es suyo?

  • Bueno, mío y de algunos custodios y del secretario y hasta del juez. Todo se reparte sino ni siquiera lo hubiera podido montar.

  • Así es en todas partes no importa sí es afuera o aquí adentro.

  • Así es, pero ni modo, es parte del sistema.

  • Pues mire Capitán no creo que es prerrogativa o exclusividad de esta ciudad o de este país, creo que así es en todo alrededor de este casi esférico mundo.

  • Bueno pues sucede que cuando hablo, me da mucha hambre así que qué le parece sí continuamos frente a una arrachera y unos frijolitos charros.

La comida resultó de lo más ameno y en el trascurso de la misma, tocaron varios tópicos quedando fuera lo relativo tanto a política, religión y desde luego los motivos de su coincidencia en tiempo y lugar. Ya con un jarro con humeante y oloroso café de grano reservado para su consumo personal y exclusivamente para ocasiones mucho muy especiales, el Capitán Macedo le lanzó a quemarropa y directo la propuesta para que tomara las riendas del negocio haciéndose cargo de la "A" a la "Zeta".

  • No le esperaba Capitán pero ahora que lo menciona, pues no me parece tan mala idea.

  • ¿Eso es una aceptación a mi propuesta?

  • ¿Cuándo quiere que empiece?

  • ¡Ya empezó!.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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