Descargar

Historia del Movimiento Piquetero en la República Argentina (página 2)


Partes: 1, 2

La consecuencia fundamental de la concentración de capital, la privatización y extranjerización de importantes sectores económicos, sumado a la desprotección, desfinanciación y abandono de las industrias bases del país, será el desempleo masivo. A mediados del año 2002 más del 50% de la población se encontraba bajo el umbral de la pobreza, el 70% de los menores argentinos creció en familias pobres y más de la mitad de ellos pertenece a familias en situación de indigencia.

1.1.- La primera etapa piquetera. 1990-1995.

El significado tradicional de piquete se refiere a grupos obreros que tratan de impedir la entrada al trabajo de otros para el éxito de una huelga, complementado a grupos sindicales activistas que a las puertas de una fábrica esgrimen sus reivindicaciones. Los enfrentamientos de los obreros con el gobierno justicialista en su busca de reclamos serán continuos durante la década menemista, debido a las carencias de los subsidios de empleo, la desocupación y la corrupción estatal.

El modo de protesta del nuevo movimiento piquetero se irá fraguando con el tiempo. La característica esencial es el corte de las principales arterias del territorio donde se promueven sus proclamas. Pese a la diversidad y multiplicidad de conflictos que se registran durante el periodo que analizamos, siempre serán las clases más desfavorecidas las que protesten por acciones del gobierno y serán reprimidos por las fuerzas de la autoridad pública, aunque en muchas ocasiones sin éxito alguno. Será una característica esencial de este primer periodo, que irá transformándose progresivamente en movimiento nacional cuando las clases medias se unan a las reivindicaciones de los más humildes.

Las primeras luchas piqueteras se registraron en el norte del país, en la provincia de Jujuy durante 1990 protagonizadas por el Frente de Gremios Estatales (FGE) integrado por catorce sindicatos estatales, municipales, docentes y de la salud que pretendían la satisfacción de sus reclamos ante la pérdida adquisitiva y el incremento de los cargos impositivos a las grandes empresas, terratenientes y azucareros. Las formas de lucha fueron variadas, destacándose un fuerte espíritu de combatividad. Se conseguirá la renuncia del gobernador de la provincia, miembro del Partido Justicialista.

Uno de los motivos fundamentales que originó el movimiento piquetero fue la maniobra que el gobierno justicialista realiza con la privatización de los Yacimiento Petrolíferos Fiscales (YPF), empresa estatal con el monopolio de la extracción. Contra esta medida se alzará la provincia meridional de Chubut, principal proveedora de crudo. Las huelgas en los pozos de distintos pueblos serían numerosas.

La empresa estatal convertida ahora en subsidiaria de la española Repsol y con capital estadounidense, desarrolló una política de despidos y retiros voluntarios que provocó en tan sólo tres años un promedio de desocupación del 20% en estas regiones.

También se dieron movilizaciones en el norte del país. En la provincia de Salta serán también los petroleros quienes clamen por la entrega de la riqueza nacional en defensa de su puesto de trabajo.

Debemos destacar a la Confederación General del Trabajo (CGT), como uno de los sindicatos precursores del movimiento del piquete, durante el conflicto por la rebaja salarial en el gremio del aceite en la provincia de Santa Fe durante 1992.

Ese mismo año se producirá en Neuquén el primer corte de carreteras por trabajadores desocupados, extendiéndose coordinadoras entre ellos que organizan las protestas. Se conseguirá un subsidio mínimo para los jefes de familia desempleados. La Iglesia Católica, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), el Movimiento Al Socialismo (MAS), el Partido Obrero (PO) y el Movimiento Sindicalista de los Trabajadores (MST) se unirán con el objetivo de hacer que el gobierno cumpla sus pagos.

Considerado por su acción directa, será el conocido "Santiagueñazo" el primer acto del movimiento piquetero. En diciembre de 1993 una importante y heterogénea masa de ciudadanos atacaron la Casa de Gobierno, la Legislatura y el Poder Judicial de la provincia de Santiago del Estero, propiciando la dimisión del gobernador provincial. Lo más destacable fue la demostración de una elevada conciencia política, destruyendo los símbolos del poder político pero absteniéndose del saqueo de comercios y establecimientos privados.

A mediados de 1990 ante los altísimos registros de desempleo, el gobierno nacional creó una red de asistencia en el cono urbano bonaerense y en las ciudades más importantes del interior. Fueron programas que carecieron de un marco normativo que estableciera los derechos para los beneficiarios y por tanto, las obligaciones del Estado.

La sustitución de estos por los Planes Trabajar, que a cambio de un sueldo mínimo por horas, sin indemnización ni jubilación, actuaron como método de presión para los trabajadores ocupador, viendo mermar sus condiciones.

Estos planes serán utilizados por los gobernantes provinciales y la patronal para crear un sistema de clientela política, disponiendo de mano de obra barata, despidiendo a numerosos trabajadores no subsidiados, que ya recibían sueldo y cotizaban a la Seguridad Social.

Contra todas estas políticas de abuso de las oligarquías provinciales y municipales, así como el mal trato por parte de las autoridades nacionales a las masas de trabajadores, se empezará a fraguar una verdadera organización obrera a base de juntas vecinales.

A fines de 1995 se creó la Comisión de Desocupados del Partido del Matanza, la zona más poblada del conurbano bonaerense. Intervendrán el Partido Comunista (PCR), la CTA y el PO, así como el recién constituido Frente País Solidario (FREPASO), confederación de partidos políticos que integraba entre otros la Unidad Socialista, los partidos Socialista Popular y Socialista Democrático, y el Partido Demócrata Cristiano. Los objetivos eran variados, la legalización de las viviendas de los barrios humildes, así como las reivindicaciones clásicas contra las injusticias del gobierno que van diezmando las condiciones de vida del trabajador y del pueblo. La Comisión de Desocupados será agredida constantemente por el oficialismo del PJ.

1.2.- La 2ª etapa piquetera. 1996.

En mayo de 1996 la desocupación nacional alcanzó el 17%. Los desempleados realizaron "ollas populares" frente a las sedes oficiales de la gobernación en Buenos Aires, en demanda de alimentos para las familias, trabajo, reactivación industrial a nivel local e incremento de los planes subsidiarios del Estado. Los debates entre las distintas posiciones se sucedieron frecuentemente, entre lo indigno que es pedir comida y la posición socialdemócrata que plantea la utopía en la demanda de empleo.

Se conseguirá tras días de protesta bolsas de comida con la promesa de la manutención quincenal para todos ellos. Fue el punto de partida del movimiento piquetero, que bajo la consigna "¡Pan, trabajo, ajuste al carajo!" se movilizaron más de mil desempleados y sus familias hacia la Municipalidad del Gobierno, en la primera manifestación de desocupados del cono urbano bonaerense.

El debate acerca de la organización piquetera se planteó de forma conjunta en forma de organizaciones independientes o enmarcadas como movimientos sociales multisectoriales. Este último planteamiento será reivindicado por CTA y por el Partido Comunista, que pretendía la integración de los desocupados en frentes más amplios, incluyendo a sectores patronales perjudicados por la política oficial, que demandaban la reactivación industrial y el subsidio para las pequeñas y medianas empresas (PYMES), importantes empleadoras de mano de obra.

En mayo del mismo año se dio el Primer Encuentro de Desocupados de Neuquén, en el que se tratan estos debates en la forma de organización. Las poblaciones de Cutral Co y Plaza Huincul de 57 mil habitantes, presentaban una altísima desocupación que rondaba en 30%. Los subsidios por desempleo eran insuficientes y unas 1500 familias sufren cortes eléctricos y gasíferos por impago, en una de las regiones con mayor capacidad de extracción de gas del Cono Sur.

Las medidas de la empresa Repsol-YPF habían contribuido a deteriorar las condiciones de la población, en su política de despidos y rebajas salariales. La cancelación por parte del gobernador de la provincia de un importante contrato para la extracción que reportaría más de dos mil puestos de trabajo, originó el llamado "Primer Cutralcazo".

Desde emisoras de radio y radiotaxis se coordinará el montaje del piquete en la principal arteria de comunicación vial de la provincia. La población acudirá masivamente, tomando el acceso de la petrolera y prohibiendo la entrada a los trabajadores.

La situación de tensión fue en aumento con más de cinco mil trabajadores manifestados, así como el desabastecimiento de combustible en la región, que dejaba largas filas de camiones a los que se les explica la situación y se les procura atender.

Los piquetes aumentaron hasta dieciocho, transformándose en la primera gran manifestación piquetera y pasando a caracterizar la historia de las poblaciones de Cutral Co y Plaza Hiuncul como símbolo de la hermandad de "la pueblada".

La compañía petrolera requirió la presencia policial ante el desabastecimiento de la refinería. Con el acuerdo del Presidente Ménem y el Ministro de Interior Carlos Corach, se envió un grupo de la Gendarmería antimotín procedente de Neuquén capital. La población entera de los dos pueblos amotinados parecía dispuesta al enfrentamiento directo. La cooperación de las Madres de Plaza de Mayo representadas por Hebe de Bonafini sería fundamental para la mejora de la visión pública del movimiento. Tras potentes enfrentamientos, las tropas se retiran mientras se cortan nuevas vías principales.

Se obtuvo del gobierno las peticiones de la reconexión de gas y luz para las viviendas de desocupados, provisión de alimentos a las familias necesitadas, ampliación y mantenimiento de subsidios, servicios de sanidad y educación, nuevas obras públicas, suspensión de las ejecuciones hipotecarias, así como el plazo de un mes para la construcción de una planta de fertilizantes garantizando cientos de puestos de trabajo con el compromiso de que el yacimiento gasífero más importante de la región seguiría en manos públicas. El éxito fue rotundo.

Pero como hubiera acontecido con anterioridad, tras el levantamiento de las medidas de lucha el Gobierno desconocería gran parte de lo acordado.

El caso del Cutralcazo es sumamente importante pues se avanza en una forma superior de organización, con las asambleas piqueteras de masas y la elección directa de los representantes que irían a negociar con el gobierno. Los participantes son descendientes y continuadores de los obreros argentinos que en la opinión de Otto Vargas, secretario general del PCR: "han escrito una de las páginas más gloriosas de la historia de movimiento obrero argentino desde la década de 1920. Son obreros que han tenido durante este último período gran experiencia en combate".[2]

La solución popular a la desocupación, carente de inspiración doctrinaria o partidista alguna, se presenta como un ataque a la privatización y a los derechos capitalistas, y con la imposición de una gestión social de los recursos productivos.

El gobierno de Ménem mostraba un agotamiento en sus planteamientos ante la imposibilidad de ejecutar sus proyectos, fundamentalmente el de flexibilización laboral que exigía el Ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo. Este economista de larga trayectoria, Presidente del Banco Central durante la dictadura militar entre 1976 y 1983, artífice de la Ley de Convertibilidad de la moneda nacional como ex diputado de la provincia de Córdoba, será destituido a mediados de 1996 por su incompetencia en el cargo. Al mismo tiempo se irán fraguando nuevos Movimientos de Desocupados en la provincia de Buenos Aires, como en Florencio Varela o Mar del Plata.

1.3.- El II Cutralcazo. 1997.

En marzo de 1997 se produce un paro general en Neuquén, acompañando a una marcha de diez mil docentes, estudiantes y vecinos que ocupa el puente General San Martín, principal medio de comunicación entre la provincia y la vecina Río Negro, consolidando ya el método piquetero.

En esta ocasión la Gendarmería respondió con violencia en las nuevamente insumisas poblaciones de Cutral Co y Plaza Hiuncul. Unos quince mil manifestantes fueron dispersados dejando decenas de heridos y el asesinato de Teresa Rodríguez, una maestra infantil obligada a trabajar como empleada doméstica, que se convertirá en un nuevo símbolo de la lucha piquetera.

El pueblo retoma los cortes de carreteras, reconstruye las barricadas y convoca una Asamblea Popular para dirimir los acuerdos con el gobierno. Los sindicatos obreros como la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) se sintieron aterrados ante los potentes enfrentamientos y la posición inamovible de protesta de la pueblada.

Surgirán entonces los "fogoneros", integrados por los marginados más humildes y jóvenes, que soportaban en las horas de vigilia bajo los piquetes las temperaturas gélidas del frío austral. Su posición será más radical, negándose en rotundo al entendimiento con las autoridades, al contrario que los líderes piqueteros como Luis D´Elía que ya se habían comprometido con el Gobierno.

Las reivindicaciones de este II Cutralcazo quedarán anuladas por los partidos políticos. La unión del Frepaso con la UCR (Unión Cívica Radical) absorberá la fuerza del movimiento, conformando la denominada Alianza que reportará a su líder, Fernando de la Rúa, la presidencia nacional dos años después.

Al mismo tiempo se producirá una huelga de docente por tiempo indefinido en la capital que durará cuarenta y cinco días, protestando contra la Reforma Educativa y la Ley Federal de Educación que implicaban miles de despidos. La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) decide instalar ese mes una Carpa Blanca de ayuno frente al Congreso Nacional. Pasará a transformarse en un símbolo de la defensa de la educación y un emblema de los nuevos métodos de lucha mediáticos.

En mayo de 1997 una "pueblada" en la población de Tatargal, provincia de Salta, ocupando espacios públicos como protesta, se extiende a todo el norte de la provincia. La población blanca e indígena desocupada une sus fuerzas formalizando asambleas populares. Pronto trabajadores de sectores bajos y medios, así como docentes pasan a integrarse en la lucha. Los piquetes bajo liderazgo diverso sumaron a las demandas por subsidios y alimentos, otras de calado muy profundo como un fondo para la reparación histórica a los desocupados de las grandes empresas petroleras y gasíferas de la zona, para formar importantes proyectos con fines sociales.

Fue relevante la labor del secretario del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales, Carlos "Perro" Santillán, cuyo liderazgo hizo triunfar la ocupación del pueblo donde la Gendarmería será neutralizada y puesta en fuga. Se darán negativas a las soluciones que ofrece el Gobierno por ser intrascendentes, carentes de todo fundamento y compromiso formal.

La Iglesia Católica por su parte se hallaba dividida entre la élite episcopal que tratará de boicotear las reuniones de las asambleas multisectoriales calificando al movimiento piquetero como desocupados violentos, y un importante contingente católico que se unen sin reservas junto a cientos de trabajadores de sectores diversos.

Sin embargo la mediación de la oficialidad eclesiástica será fundamental. La reunión que se llevó a cabo entre el gobernador Ferrero y delegados piqueteros de distintos grupos, entre ellos Santillán, será uno de estos momentos en que se consolide la intervención piquetera y sus órganos corporativos. El Estado se comprometió a la creación de doce mil quinientos puestos de trabajo en la provincia. Entonces se levantaron los piquetes.

En la provincia de Córdoba también estallan fuertes luchas dirigidas con la participación de cámaras patronales en la zona. En esta ocasión la mediación de la Iglesia también sería de extrema utilidad para frenar los disturbios.

El reconocimiento de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) como organización de tercer orden será otro punto de apoyo en la consolidación del movimiento.

En la Provincia de Buenos Aires las elecciones legislativas depararán la derrota del Partido Justicialista por la recién conformada Alianza, acelerando el desarrollo de las asociaciones de desocupados. Asimismo la participación femenina se incrementa, fundando organizaciones propias e inclinándose como sexo mayoritario en las manifestaciones con un componente de más del 65%.

1.4 Consolidación del movimiento. 1998.

El proyecto de los líderes Luis D´elía de Federación, Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV) y de Juan Carlos Alderete de Corriente Clasista y Combativa (CCC) se encaminan hacia un nuevo marco social y político que incluyera organizaciones como CTA y Frenapo, así como las reivindicaciones de las Pymes, la Federación Universitaria Argentina, Federación Agraria, organizaciones de derechos humanos, sectores confesionales, estatales y de docentes, así como partidos de izquierda y sindicatos.

Sin embargo para D´elía la construcción del proyecto tendría un importante componente electoral, declarándose partícipe del puesto de Gobernador, mientras que Alderete rechaza los comicios, prefiriendo una nueva conformación de un gobierno de unidad popular.

CCC y FTV se convertirán en las dos organizaciones que agrupen las reivindicaciones de la amplia mayoría. Pese a fundamentarse en posiciones convergentes, sus planteamientos distanciarán progresivamente ambas formaciones.

FTV fue formada el 18 de julio de 1998, perteneciendo a la CTA. Como organización vertical, se preocupaba por no hacer cortes que afecten a los sectores medios, con la intención de ocupar cargos consultivos del Gobierno como los Consejos Consultivos que administraba los planes sociales. Buscaban el componente polisectorial en sus planes de lucha, con docentes estatales y trabajadores de la salud.

Por su parte CCC es un movimiento político y sindical integrado por sindicatos, desocupados y jubilados con un predominio del PCR. Su sistema electivo era asambleario y popular, y sus métodos de lucha más radicales. La integración de "Perro" Santillán fue fundamental en el desarrollo del movimiento.

Por otro lado el desarrollo en el cono urbano bonaerense de los Movimientos de Trabajadores Desocupados (MTD), se extendía progresivamente sobre sectores cristianos sin experiencia política previa al resto de la provincia de Buenos Aires. Combinaban el reclamo por los subsidios de los Planes Trabajar con el propósito de la conquista del poder por los trabajadores desocupados. Daban importancia política al modo de corte de rutas, menos dispuestas a la negociación con las autoridades.

Con parte de los ingresos de los subsidios la mayoría desarrollaron emprendimientos productivos, como la educación para desempleados, incidiendo en los más jóvenes. Algunos participantes de MTD esgrimían proclamas políticas similares a las reivindicaciones anarquistas, como la organización horizontal, el ejercicio continuo de la participación colectiva en las decisiones o el sentimiento de creación de un "hombre nuevo" en la búsqueda de la libertad personal del individuo.

El 5 de marzo de 1998 se constituyó el Movimiento de Trabajadores Teresa Rodríguez, promoviendo además de las reivindicaciones clásicas la reforma del Estado en una República de Cabildos, mucho más federal y autónoma.

También los jubilados se unieron a la lucha piquetera a través del Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionistas (MIJP), dirigido por el mítico ex diputado del MAS, Raúl Castells. Esta organización desarrollará comedores y planes de asistencia para jubilados, adoptando con el avance de la crisis la modalidad de desplazarse a grandes supermercados para pedir la entrega de alimentos. Los constantes arrestos a Castells plantearon continuas manifestaciones por su libertad y desprocesamiento.

También organizaciones católicas junto a FTV mantienen comedores públicos para cientos de personas.

Para Carlos "Perro" Santillán "la intención piquetera no es la de "legalizar" la desocupación y sindicar a los desocupados, sino luchar por trabajo digno con asistencia social, sueldo digno, reapertura de fábricas y la restructuración del país en beneficio de las capas más bajas de la población, injustamente humilladas y maltratadas".

Los militantes de los MTD trabajan en diversos proyectos productivos y comunitarios con el fin de traspasar la solidaridad barrial y construir nuevos lazos sociales basados en la solidaridad, el compromiso y la lucha. Los asesinatos de Carlos Santillán y Kosteki en 2002, integrantes significativos del movimiento, intensificarán estos sentidos proyectos acercando organizaciones de la Capital Federal con otros barrios periféricos bonaerenses.

Se construyeron durante 1998 nuevos emprendimientos financiados por los Planes Trabajar que tendrán su continuación en el futuro. Podemos destacar la panadería que suministraba alimento gratuito o la bloquería que producía bloques de cemento para la construcción de viviendas para los necesitados. La entrega de ropas reparadas en talleres propios o la herrería son ambiciosos e importantes proyectos. Asimismo los ya mencionados comedores públicos, pero también merenderos, salas de primeros auxilios, controles médicos gratuitos, y numerosos servicios indispensables que el Estado no provee a los más desfavorecidos.

Con el objetivo de limitar el crecimiento de pequeños grupos piqueteros en el conurbano bonaerense, así como el de afectar la estructura clientelística de sus adversarios políticos (fundamentalmente la Alianza de De la Rúa), el Ministro de Desarrollo Social justicialista introdujo una modificación en la distribución de los planes de los municipios, asignándolos a Organizaciones No Gubernamentales que se responsabilizarán de su ejecución.

Sin embargo institucionalizó y potenció a las asociaciones de desempleados, que crearon sus propias ONGs, oficiando de coordinadoras en los pequeños grupos que surgen en los barrios más pobres del Gran Buenos Aires, transformándose así en un movimiento social organizado con mayor poder de presión, una administración económica propia y una práctica sistemática de piquetes y cortes de accesos viarios para mantenerla.

La opción del sistema descentralizado y desordenado, propenso a los abusos, en lugar de implementar un plan social centralizado que beneficiase a los jefes del hogar, será el principal exponente de la transformación de este nuevo movimiento. En la opinión de Julio Burdman, politólogo de la Universidad de Buenos Aires, "pasa de ser la expresión inorgánica de una protesta legítima, a un movimientos semiorganizado con capacidad política".

Sin embargo el Estado seguirá interviniendo en la distribución de los subsidios, administrando más del 60% del reparto. Los planes que no son repartidos por la vía piquetera los harán por la vía de los "punteros" peronistas, que disputan las ayudas sociales para incrementar su clientela política y el fraude, fomentando el otorgar los planes sin un trabajo previo, al contrario que las ONGs piqueteras.

En la Administración Central aparecerá un claro clientelismo político, donde se reúnen beneficiarios que no cumplen los requisitos ante las críticas de la Iglesia Católica y los movimientos piqueteros que pretenden estimular el trabajo y la capacitación de la gente.

El asistencialismo central benefició tanto a los excluidos por la desocupación como a los sectores económico financieros más poderosos, culpables del vaciamiento del capital del país el robo de ahorros a jubilados, pensionistas y cotizantes en general. Las expectativas de desempleo competían con la inversión productiva, rebajando las condiciones de los trabajadores por la patronal.

Entonces el movimiento piquetero fue incrementándose notablemente, añadiendo a sus reivindicaciones la lucha por una sociedad más justa y humana.

Como uno de los investigadores que más ha ahondado en las causas que generan el movimiento, Luis Oviedo señala: "los piqueteros forman parte de la tradición política argentina (…) regresando bajo nuevas circunstancias, no sólo como organizaciones de desempleados para quebrar la dictadura patronal que le niega al trabajador el único derecho que le asiste bajo el capitalismo, el derecho a ser explotado, sino también como una organización que une al desempleado con el ocupado emana lucha común por el trabajo y el salario"[3].

1.5.- El ascenso de la Alianza. 1998-1999.

La alianza electoral ente la UCR y el Frepaso emergió en estos años como el principal fenómeno político al calor de la conflictividad nacional y la crisis financiera. Algunas fuerzas piqueteras le manifiestan su apoyo y serán elegidos concejales de municipios, como es el caso de Luis D´elía.

En agosto de 1999 se fundó el movimiento piquetero y sindical Polo Obrero (POb), con la participación del Partido Obrero y formando parte de la unión de movimientos llamada Boque Piquetero (BP).

A causa de la privatización que Ménem realiza en la gran mina de carbón de Río Tinto, provincia de Santa Cruz, y del vaciamiento por parte de la empresa que detenta la concesión, que se embolsa los subsidios reemplazando trabajadores efectivos por subsidiarios, estallará una huelga en respuesta a los despidos, formada por las esposas de los mineros con hijos, estudiantes y docentes, que cortan las vías de acceso. La representación sindical entrará en conflicto por las disputas que originaron las negociaciones con el gobernador justicialista de la región, Néstor Kirchner, futuro presidente, que no obtiene la plena reincorporación de los despidos.

En Jujuy los trabajadores municipales liderados por "Perro" Santillán y otros estatales efectuaron una marcha desde La Quiaca, capital de la provincia. La represión de la policía y la detención y procesamiento de líderes de CCC y ATE originarán un recrudecimiento de las marchas y la renuncia del gobernador. Ante el éxito conseguido, estallan protestas piqueteras en todo el país, especialmente en las provincias de Tucumán, Catamarca, Chaco y Corrientes al norte, así como Chubut y Buenos Aires.

El Poder Ejecutivo nacional incrementa los aportes del Tesoro, así como la concesión de créditos asistenciales, alimentarios y de vivienda, lo que multiplicará el fraude y la corrupción de una Administración provincial decadente.

A principios del curso de 1999 en la provincia de Corrientes se dieron manifestaciones y marchas de docentes, gremios judiciales, trabajadores de la salud, municipales, profesionales, comerciantes, productores rurales y alumnos junto a sus padres, donde se realizan cortes de calles. Será el nacimiento del movimiento de Docentes Autoconvocados, como signo del escepticismo y la desconfianza ante las direcciones sindicales, que llegaría a agrupar más de mil setecientas asambleas en la provincia.

En todo el país, especialmente en la Capital Federal, el primer semestre del año fue cubierto por fuertes luchas estudiantiles y movilizaciones hasta el Ministerio de Educación.

Ante la fuerza y el éxito de las reivindicaciones piqueteras, se cortó el principal puente que une las capitales de Rosario y Corrientes. Se ordenará la represión pero miembros de las fuerzas policiales se negaron a ejecutar la acción contra los manifestantes acuartelándose en la comisaría. Difundida la noticia por radio, centenares de personas se solidarizaron con los policías sublevados, al mismo tiempo que otras comisarías se sumaban al movimiento, demandando el pago en tiempo y forma debida de los sueldos policiales atrasados, el cumplimiento del sistema de promociones y ascensos, la provisión de equipos adecuados para el trabajo y el cortar definitivamente con los "manejos" de la administración. Esta maniobra del Sindicato Policial se encuadra como el primer apoyo que las fuerzas del orden realizan los manifestantes, de especial relevancia y significación.

Se instalaba la noche del 7 de agosto en la Plaza 25 de Mayo de La Plata, capital administrativa de la provincia bonaerense, la primera de las numerosas carpas que iniciarían un importante ciclo de protestas.

Durante los días siguientes creció el debate acerca de las asambleas de docentes autoconvocados, programándose nuevos cortes y consiguiendo la renuncia del Gabinete de Ministros, así como del gobernador. A fin de mes el número de carpas sobrepasaba las 150.

Se constituyó entonces un nuevo gobierno de coalición que integraba fuerzas peronistas y representantes izquierdistas, al mando de Hugo Perié, justicialista pero con un claro pasado en la militancia de grupos de extrema izquierda. Ante la falta de recursos para efectuar los pagos debidos, se le exigió el monto a la capital. Mientras tanto la orden judicial de despejar el puente se efectuó con gases lacrimógenos y balas de goma. Se respondió con otra "pueblada", convocada por las ondas de radio. La policía nuevamente saldrá corriendo en desbandada. El anuncio de la concesión de los créditos para el pago será lo que definitivamente levante el corte sobre el puente.

E 24 de octubre de 1999 se celebraron las elecciones nacionales que reportaron la victoria a la Alianza, colocando a Fernando de la Rúa como presidente y a Carlos "Chacho" Álvarez en la vicepresidencia. Las expectativas de este nuevo gobierno de coalición socialdemócrata con tendencias progresistas, estaban dirigidas a realizar un cambio sustancial en las raíces del país, agotado por la incipiente crisis financiera y la conflictividad social. Sin embargo pronto se comprobó que el nuevo gobierno carecía del consenso necesario para llevar a cabo estas medidas.

El 30 de noviembre la Cámara de Diputados aprobó la Ley del Incentivo Docente en respuesta al reclamo de la Carpa Blanca de CTERA instalada frente al Congreso. Se le asignó un importante monto con el objeto de asegurar un fondo incentivo para docentes en cargo, que apenas alcanzaba los 40 pesos, cantidad ridícula por la bajísima nómina recibida.

El 10 de diciembre de 1999 la Alianza asume el Gobierno Nacional. El sindicato de trabajadores judiciales correntinos anunció nuevamente el corte del puente Belgrano. Ante el inminente ataque de las fuerzas del orden público el piquete preparó sus líneas defensivas golpeando entre las varias líneas de barricadas convocando a la población, que acudió en masa cuando la lucha ya había dado comienzo.

Más de tres mil piqueteros sobre el puente y otros diez mil debajo hicieron retroceder a la Gendarmería, habituada por lo visto a este tipo de tácticas de repliegue.

Tras varios días de negociaciones sin solución la policía cargará nuevamente, matando de un balazo a Francisco Escobar, integrante de la manifestación, dejando además numerosos heridos de bala. Asimismo se cortaron la luz y el gas en un radio de dos kilómetros, enfrentando durante horas a los manifestantes armados con piedras y palos contra una Gendarmería fuertemente equipada para la ocasión. Finalmente centenares de heridos y un saldo de entre dos y seis muertos serán el resultado final de la orden del Gobierno. Se empezarán a pagar los sueldos atrasados, aunque los paros en respuesta a la represión correntina irán explotando en distintas zonas del país.

El año 2000

El crecimiento de la lucha piquetera por todo el país caracteriza particularmente este año. La CTA lideró una marcha al Congreso Nacional contra el proyecto de Reforma Laboral que obtuvo su eco en la Cámara de Diputados.

Desde febrero y durante el resto del año, la CCC lideraba a unos mil desocupados en la provincia de Tucumán. En mayo la huelga del sector marítimo en Mar del Plata se hará con métodos piqueteros, dirigidos por el Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado. A mediados de año los docentes tomando el ejemplo piquetero, salieron a las calles a dar las clases en medio de las vías, cortando el tráfico.

En las poblaciones donde la industria petrolera declaraba millones de dólares de beneficios ante las condiciones miserables de la población, como en Mosconi o Tatargal, se desataron importantes puebladas que expulsaron a la Gendarmería.

La reacción popular fue masiva en todos los ámbitos y zonas del país, siendo decisivo el rol de femenino y juvenil. Se saquearon e incendiaron controladamente los centros de la Municipalidad y sus reparticiones, así como bancos importantes del territorio. Sin eembargo sólo se castigaban a las instituciones que simbolizaron el decadente y corrupto panorama político. A pesar de la disputa sobre el saqueo de comercios y supermercados, los sectores más combativos del activismo piquetero rechazaron e impidieron cualquier saqueo a ninguna tienda, a pesar del hambre y la miseria de los manifestantes. La acción popular a su vez recuperó los hospitales que el Gobierno dejó sin funcionamiento para ponerlos en práctica con personal para atender a los heridos. Los muertos en manos de la policía crecieron pero la autoridad quedó aislada y anulada entre los manifestantes parapetados. Se empiezan a juntar firmas para la exigencia de los pedidos, organizados por CTA, CCC o FTV.

El supuesto pacto de la Alianza descansaba ente los dos partidos de consenso, pero era realmente controlado por De la Rúa, sus hijos, el publicista Ramiro Agulla y el banquero Fernando de Santibañés, todos de la UCR.

Este grupo impulsaba una legislación contraria al Frepaso, manejando la política nacional conforme a sus propios beneficios. A mediados de año dimitirá el vicepresidente Álvarez, ante la denuncia contra senadores que habían recibido comisiones por votar a favor de la flexibilización laboral, fomentando esa situación de control por parte de la patronal, contratando subsidiarios desempleados para despedir a los trabajadores vigentes.

Asimismo la Alianza recortaba los subsidios de los Planes Trabajar que beneficiaban a más de 200 mil personas.

Ante la falta de compromiso, los trabajadores retoman los cortes por todo el Estado. En el Partido de La Matanza del Gran Buenos Aires se reanudó un importante despliegue de cortes y manifestaciones.

El movimiento piquetero se identificará ahora como una cultura propia, con su particular manera de realizar sus cambios políticos. Pero también como el símbolo de un pueblo con diferentes profesiones y oficios, con una misma manera de vivir la miseria y la terrible debacle económica y política del país.

Grupos culturales se solidarizaron con el movimiento, y tanto músicos como artistas varios se encargan de "mantener, divertir y emocionar a mucha gente". Son personas que soportan sufridas jornadas en los piquetes, desarrollando la fórmula para mantener la moral de la gente alta, como una de las armas más eficaces para combatir el hambre y la represión policial.

En la provincia de Salta un chófer desempleado, Aníbal Verón, será tiroteado a quemarropa por la policía. Se originó una implacable respuesta de la "pueblada" ante la provocación y el asesinato policial. Fueron atacadas comisarías, edificios públicos y la compañía eléctrica Endesa, de capital español, responsable del durísimo conflicto por los despidos. Se toman oficiales de policía como rehenes en Mosconi, obligándolos al acantonamiento en el Regimiento de Infantería de Tatargal.

Pero los esfuerzos por el control en los saqueos se vieron truncados ante la nueva maniobra urdida por las autoridades, consistente en contratar provocadores que destruían establecimientos y viviendas con el fin de culpar a los piquetes.

La respuesta represiva continuó con su brutalidad, desplegando tropas por toda la zona que realizaron allanamientos y detenciones arbitrarias. Los medios de comunicación denominarían esta táctica como "la caza del piquetero". Finalmente el corte se levantó con las promesas de una nueva negociación, en el que la dirección piquetera se reforzaba más que nunca.

Las direcciones sindicales de CTA y MTA provocaron a mediados de año un paro de 36 horas a nivel nacional, apoyado por cortes de carreteras, vías de ferrocarril y puentes, siendo tomados por primera vez los accesos a la Capital Federal, los relevantes puentes de Alsina y La Boca, así como diversos barrios porteños.

El nuevo siglo. 2001

A comienzos de año la Ministra de Trabajo, Patricia Bulrich organizó una ofensiva contra el movimiento piquetero bonaerense del Partido de La Matanza. Se anunció asimismo la reasignación de los subsidios manejados por CCC y FTV a "punteros" propios del Gobierno. El dirigente D´elía seria procesado por extorsión al gobierno y asociación ilícita.

En marzo CCC y FTV organizaron una gigantesca marcha desde La Matanza al Ministerios de Trabajo. Mientras tanto más de 2800 causas judiciales contras piqueteros y gremialistas de todo el país eran llevadas por el Ministerio de Interior a manos de Federico Storani.

Se produce la renuncia del Ministro de Economía José Luis Machinea por R. López Murphy, quien anuncia un moderado aumento en el Impuesto de Beneficios para reducir el déficit público, con el recorte en los fondos de la Seguridad Social y difiriendo los pagos de las jubilaciones privadas y públicas, así como los subsidios a combustibles al fondo de Tabaco Nacional y a la educación pública.

Estos anuncios causaron la declaración inmediata de un paro por la CGT socialista dirigida por Moyano y la CTA. Una jornada nacional de piquetes a las que se suman todos los movimientos, incluyendo la toma de varias facultades. El nuevo ministro deberá renunciar. El Presidente De La Rúa convocó nuevamente a Domingo Cavallo por su larga experiencia en economía. Sería una de las decisiones que propiciarían la bancarrota financiera total y el quiebre definitivo del Estado y de la Alianza.

Las asociaciones piqueteras fueron engrosando rápidamente sus miembros, al mismo ritmo que la crisis iba dejando un saldo creciente de desempleados y marginados, quebrando a las clases medias y potenciando la polarización social. La miseria pasaría de las barriadas a las calles de los barrios más opulentos de la Capital.

Fuertes marchas de protesta asolaban todo el país. En las provincias de Salta o Jujuy, donde los niveles de desigualdad eran alarmantes, la represión y la tortura por parte de las autoridades se incrementaron ostensiblemente.

El domingo 17 de julio de 2001 la Gendarmería atacó a balazos el piquete de Mosconi, símbolo nacional del "aguante de la pueblada". Fueron asesinados dos piqueteros, uno de ellos el carismático líder Carlos "Perro" Santillán. Un policía de civil aprovecharía el momento en que conmemorando el Día del Padre, Santillán depositaba flores en la tumba de su hija, disparándole por la espalda. Constituirá uno de los actos más crueles de la represión dirigida por la Alianza, pero se transformó en un nuevo símbolo e inspiración para el movimiento, ya configurado definitivamente.

La Gendarmería ocupó el hospital y las emisoras radiofónicas del pueblo, efectuando arrestos y aplicando torturas al estilo de la dictadura, con terribles métodos de presión. La desmedida represión incluiría palizas a periodistas y la ruptura de sus cámaras, material fidedigno como prueba de la barbarie policial.

La instigadora de los hechos fue la empresa petrolera Refinor-Pérez Campac, que ya había suspendido el abastecimiento y contratado camiones que bloqueaban las rutas para justificar la represión.

Será entonces cuando más de dos mil trabajadores pongan en jaque a la autoridad tomando la plaza central para exigir la marcha de la Gendarmería, la libertad de los detenidos y el juicio y castigo de los culpables de los asesinados. La maniobra urdida por el Gobierno y la patronal no sería ya olvidada por los trabajadores desheredados.

Durante 2001 se alcanzó el punto álgido de la lucha de los trabajadores de Aerolíneas Argentinas, empresa nacional de aviación privatizada por Ménem y fundida con la española Iberia en 1990. La gestión de la española se caracterizó por la reducción del personal con casi cinco mil despidos, una pésima gestión económica, la reducción drástica de la productividad y la venta de casi la totalidad del capital de la empresa de forma desmesurada. Estas medidas provocan que bajo al dirección de la Asociación del Personal Aeronáutico de la Republica Argentina (APA) se corten los aeropuertos más relevantes del país, el internacional de Ezeiza y el nacional Aeroparque Jorge Newbery en la Capital Federal. El respaldo y la solidaridad de los medios de información y del conjunto de la sociedad fue muy importante.

3.1 La Asamblea Piquetera Nacional.

El 24 de julio de 2001 era convocada por FTV, CCC, POb, CTDAV, MTDS, MTR y otros la 1ª Asamblea Piquetera Nacional en el barrio de La Matanza, a la que acudirán numerosas delegaciones nacionales de todo el país.

El planteo se centraba en la convocatoria de una amplia consulta popular por un seguro de empleo y por la formación de los jefes de familia desocupados, así como una asignación económica mínima por cada hijo. La Asamblea votó un programa en forma de plan de lucha que contenía cortes de las arterias principales del país con el objeto de derogar las leyes de ajuste del ministro Cavallo y la libertad de los presos piqueteros, así como el retiro definitivo de la Gendarmería de Salta y el desprocesamiento de los luchadores de Mosconi y Tatargal. El plan fue seguido por todos los movimientos y organizaciones presentes. El apoyo universitario a su vez, resultó decisivo.

A principios de septiembre se celebró la 2ª Asamblea Nacional Piquetera, donde se mostraron concepciones contrapuestas originadas en la composición heterogénea del movimiento. Siguiendo la argumentación de Kohan: "Es el movimiento más politizado de la República Argentina pero reúne las más variadas tendencias, desde un ala revolucionaria que lucha por la reivindicación política y por la fusión de los trabajadores hasta una tendencia pequeño-burguesa y burocrática, subordinada políticamente a los políticos burgueses más progresistas y partidaria de la integración del Estado".

El resultado final fue la constitución de una Mesa de Coordinación Nacional piquetera.

3.2 Diciembre de 2001.

Hacia finales de año los activos económicos de los residentes argentinos en el exterior del país rondaban una importante cantidad, de la cual sólo la quinta parte era considerada como inversiones productivas. En noviembre el ministro Cavallo expuso un nuevo préstamo en forma de emisión de bonos de deuda pública, que planteaba recelos por su elevado coste financiero.

A los largo del año se detectó una fuga de capital bancario de más de 26 mil millones de dólares. Las empresas privatizadas en manos de capital extranjero, fundamentalmente españoles (Repsol-YPF, Telefónica, Endesa, Banco Santander-Río, Iberia, BBVA…) retiraron en pocos meses casi cinco mil millones de dólares mediante la venta de activos y el aumento o adelantamiento del pago de dividendos.

El sábado 1º de diciembre el ministro Cavallo impuso el "Corralito Bancario", que impedía en principio el efectuar retiros de sus cuentas a ahorristas y depositantes por más de 250 pesos semanales, así como la prohibición a viajeros del exterior de retirar más de 1000 dólares, a semejanza de las medidas adoptadas por el ministro en 1991.

A los cinco días de la entrada en vigor del decreto la falta de efectivo provocó caídas de ventas en comercios de hasta el 50%.

Del 12 al 15 del mismo mes la Frenapo y CTA celebraron una consulta popular no vinculante que propuso un seguro de desempleo básico, salario universal por hijo y para los mayores de 65 años sin ingresos. La consulta fue respaldada por más de dos millones setecientos mil votantes.

La "cacerolada" o el golpear útiles domésticos en forma de protesta callejera, junto los apagones de luz y el cuelgue de teléfonos había sido puesto en práctica por la clase media opositaria al menemismo ya en 1996, provocando una caída eléctrica del consumo en un 47% tanto en el cinturón urbano porteño como en la provincia de Rosario o Córdoba. Desde entonces de implementaron medidas parecidas ocasionalmente por distinto puntos del país.

El 12 de diciembre de 2001 convocados por la Cámara de Actividades Mercantiles Empresariales (CAME), entidad que agrupa a pequeños y medianos empresarios comerciantes y vecinos de Capital Federal, el Gran Buenos Aires y otros puntos del país, realizarán un apagón de protesta con caceroladas de unos 15 minutos, a la que se sumarían líderes del justicialismo.

El mismo día las asociaciones de lucha más importantes del movimiento se concentraron en distintos puntos de la capital, realizando actos de protesta y generando una situación global de rechazo ante la bancarrota inminente.

Durante los días siguientes se perpetuaron saqueos en puntos aislados del país. El Gobierno se organizó usando los medios audiovisuales afines para desprestigiar a CCC y otras organizaciones piqueteras. Entretanto la CTDAV movilizaba miles de desocupados a supermercados en demanda de comida.

Los enfrentamientos entre saqueadores y comerciantes crecieron por toda la nación, contabilizándose al menos 16 muertos por enfrentamientos con la policía en la noche del 19. Al anochecer del mismo día el presidente De La Rúa declaraba en televisión el Estado de Sitio. Tras el anuncio se inició el primer Gran Cacerolazo, la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre. Más de cien mil personas marcharon a Plaza de Mayo golpeando cacerolas al lema "que se vayan todos, que no quede ni uno solo", siendo dispersados por las fuerzas del orden. Otras marchas se dirigían a la Quinta Presidencial de Olivos, morada del presidente, y a la casa del ministro Cavallo.

La situación de conflictividad era utilizada por los punteros del Gobierno, enemigos acérrimos de las ONGs piqueteras, para fortalecer su prestigio y clientela política.

El Sindicato de Chóferes (UTA), así como otros gremios colaboraban con los manifestantes que eran reprimidos duramente por la policía a caballo. Debemos destacar la posición de extrema constancia de las Madres de Plaza de Mayo, enfrentando en primera línea a las fuerzas del orden desatadas y respaldadas por la ley marcial.

Integrantes del movimiento piquetero y partidarios de la izquierda luchaban juntos en grupo o individualmente presentando batalla cerca de Paza de Mayo y en los cruces de las principales avenidas del microcentro porteño. La población respaldaba a los manifestantes desde los balcones, tirando agua o macetas a la caballería. La Policía Federal actuando con uniforme o de civil, empleaba automotores con o sin identificación, caballería, tanquetas y hasta sus vehículos particulares para reforzar su autoridad.

Los sindicatos se excluyeron del enfrentamiento, decididos a guardar calma y no apoyar a los movimientos izquierdistas.

El día 19 se registraron más de cinco muertos y ochenta heridos por la policía y las Fuerzas Armadas.

Los tres días de represión contabilizaron el saldo de 35 muertos, 439 heridos y 3273 detenidos. El hecho fue declarado masacre por la Cámara Federal de Justicia que estudia actualmente el caso, siendo detenido el ex presidente De La Rúa el 3 de Enero de 2008.

La revuelta popular de diciembre provocó que las instituciones representativas democráticas, así como partidos y sindicatos quedasen vaciados de su contenido para la sociedad. Este hecho será fundamental para despertar el sentimiento general de repulsa hacia una élite corrupta e ineficaz; para la comprensión de la larga operación que desde la dictadura militar (sino ya desde finales del siglo XIX con el anticipo de la primera deuda pública por el ferrocarril) pretendía embolsarse los fondos públicos recurriendo a pactos con países y empresas foráneas, hipotecando los bienes del país y la salud del pueblo, generando cinturones de pobreza que progresivamente se amontonan en la ciudad. El pueblo decidió ahora ajustar las cuentas pendientes con el Gobierno, que pagará las consecuencias.

El 21 de diciembre De La Rúa dimite dejando la presidencia a su vicepresidente, Ramón Puerta, que será reemplazado por Adolfo Rodríguez de Saá, ex gobernante de la provincia de San Luis. Con un discurso de carácter prometió elecciones en marzo de 2002, la derogación de la Ley de Reforma Laboral, el incremento del salario mínimo, la restitución del 13% de los descontado por el gobierno anterior a jubilados y trabajadores estatales, la manutención del "corralito" y la paridad de la moneda nacional con el dólar, así como la suspensión provisional del pago de la Deuda Externa. Las promesas del nuevo presidente serían incumplidas en su totalidad.

La unión de los sectores sociales más diversos en forma de desheredados y marginados sumidos en la miseria más absoluta, así como delincuentes, pero también sectores medios, propiciaron la caída del ejecutivo. El análisis de los hechos demuestra que el corralito financiero no fue la principal causa de la rebelión popular, sino el conjunto de amplias reivindicaciones de los distintos sectores sociales.

Una importante característica de los cacerolazos fue la constitución generalizada de las Asambleas Vecinales, organizando a las comunidades de distintas zonas y barrios de manera asamblearia. Tras el rechazo inicial, se aceptó la presencia abierta de partidos de izquierda que persiguen mismos objetivos.

Los temas fundamentales que abordaban estos encuentros eran la cuestión de la Deuda Externa y la función de la banca, la confiscación de sueldos y ahorros, desocupación, inflación de precios, el futuro de las empresas publicas privatizadas, la presión de los Estados Unidos y de los organismos financieros internacionales, el rol de los medios de comunicación, la política, los problemas propios del barrio, la administración y el presupuesto de los hospitales públicos, así como formas solidarias dentro de la comunidad barrial como compras solidarias o la reconexión de los servicios cortados por impago.

La conexión de estas asambleas se hará mediante la creación de la Asamblea Interbarrial, que pretendía una visión maximalista del conflicto, sin limitarse tan sólo a los problemas individuales de cada zona.

La tendencia de solidaridad social se expresa entonces con otros grupos marginados como los "cartoneros". Se trata de una legión que recorre Buenos Aires en busca de material reciclable para su venta, a las que las asambleas de vecinos concuerdan facilitar sus productos consumidos para el ahorre de tiempo. Se organizan entonces festivales solidarios para comprarles medicamentos y campañas de vacunación para éstos. Otra importante tendencia será la ocupación de locales abandonados por la crisis con el fin de desarrollar actividades comunitarias como el rehabilitamiento de clínicas y hospitales.

Las amenazas por miembros punteros del Gobierno, así como del justicialismo y por la policía serán constantes

Enero-Junio de 2002

El 2 de enero del nuevo año la Asamblea Legislativa eligió como nuevo presidente a Eduardo Alberto Duhalde, vicepresidente justicialista en la época menemista y gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Su discurso estaba centrado en la devaluación de la moneda nacional frente a la paridad con el dólar.

La culpa de la crisis financiera seguía siendo achacada a las fugas del sistema bancarios, que no representaba ni una quinta parte del total. La realidad era que las empresas y los propios bancos compraban con grandes descuentos inversiones de plazo fijo a los inversores, entregándoles efectivo real obtenido con créditos del Estado proporcionados por el Banco Central.

La indigencia se multiplicó alarmantemente debido al deterioro de los ingresos, dejando a finales de año un saldo de 23 millones de argentinos bajo el umbral de la pobreza y casi 11 millones de ellos en situación de indigencia sobre una población que no rebasa los 40 millones de habitantes.

Apoyado por la Iglesia y la ONU, Duhalde procuró establecer una concertación entre los distintos sectores, denominada Mesa de Dialogo Argentino, con el objeto de integrar a empresarios, sindicatos y movimientos piqueteros. Sin embargo la política conservadora del presidente y sus prerrogativas a la oligarquía financiera y el FMI dejarán translucirse muy pronto.

Por ello se seguirán produciendo caceroladas, marchas, puebladas y ataques a sucursales bancarias, con numerosas detenciones de sindicalistas, piqueteros y manifestantes.

La división interna dentro del movimiento se intensificó a raíz de la puesta en práctica de los nuevos Planes Jefes y Jefas del Hogar, sustitutivos de los Planes Trabajar, y la posibilidad del reparto. Consistían en un subsidio de 150 pesos por familia a cada jefe de familia desocupada con hijos menores de 18 años o discapacitados de cualquier edad, jefe de hogar en estado de ingravidez así como cohabitante o concubina de éste en misma situación. La administración de los planes quedaba a cargo de los Consejos Consultivos Municipales, integrados por delegados del Gobierno Municipal, organizaciones sindicales, movimientos piqueteros y otras ONGs. Será el inicio de un proceso de ruptura del movimiento ante las disputas frecuentes de sus líderes.

La visión del panorama político y de las soluciones a la crisis se polarizaron entre los sectores moderados liderados por Luis D´elía y Alderete que concebían el pacto con las fuerzas públicas, y los más extremistas que planteaban una transformación social bajo la vía de una revolución libertaria del pueblo.

Los actos públicos de los inversores "acorralados" ganarían virulencia bajo el liderazgo del actor Nito Artaza.

4.2 Junio-diciembre 2002.

La política del FMI y los Estados Unidas hacia la Argentina alentaron la hiperinflación y la subida disparada del valor del dólar respecto a la moneda nacional, como modo de despreciar los activos de las empresas, comprando en el país a precio de saldo. El gobierno de Duhalde no aportó solución alguna al conflicto.

Según el periodista Oscar Raúl Cardozo del diario "Clarín", "la puja de los intereses de las empresas norteamericanas y europeas en una Argentina que parece increíblemente madura para otra ronda de acumulación internacional".

Duhalde pronunció su intención de dar un golpe represivo y definitivo al movimiento piquetero. Los propios servicios secretos del gobierno alertan de la decisión de una represión severa para el día 26 de julio. Los manifestantes fueron tiroteados con plomo y gases, dejando numerosos heridos abatidos por los francotiradores con orden de tirar a matar. Por fin se produjo la muerte de varios jóvenes en manos de la policía. La foto de un policía sonriendo para la prensa con el cadáver desangrado de un joven de 23 años no deja lugar a dudas de al responsabilidad de lo sucedido, pese a la culpabilidad que las autoridades oficiales esgrimen a las disputas internas entre los piqueteros.

La represión se cebaría en los locales del movimiento obrero del PO y el PC. El titular de la Secretaría de Informaciones al Estado (SIDE) y el ministro de Justicia fueron los cómplices directos de la conspiración del Estado con el beneplácito del presidente Duhalde contra el movimiento piquetero, pretextando un supuesto complot resuelto en la Asamblea General del Trabajo.

Efectivos de la policía de civil recogerán los cartuchos de las armas de fuego, prueba indispensables para la acusación. No existirá ninguna medida judicial para la Policía Federal, ni la Gendarmería, responsable de los francotiradores asesinos.

El mismo Duhalde admitirá que "los hechos (…) no fueron una escala de violencia para derrocar al gobierno, sino una feroz cacería de policías bonaerenses contra piqueteros desarmados." Al saldo de los dos muertos se unirán los 170 heridos y 160 detenidos torturados, violándose todos los acuerdos de derechos humanos a los que el país está adscrito.

Se producirán marchas por todo el país en respuesta a la "cacería duhaldista" y a la desmedida carga policial. Organizaciones de derechos humanos como Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo y el Servicio de Paz y Justicia clamaron por el juicio y castigo para los responsables y ejecutores de los asesinatos.

La FTV de D´elía y Alderete será marginada progresivamente por otros movimientos piqueteros, debido a sus posiciones moderadas del conflicto.

Consecuencias

La caída de Duhalde el 25 de mayo de 2003 en elecciones abiertas ante Néstor Kirchner, viene dada por múltiples factores, todos expuestos en la síntesis.

Su pésima gestión es avalada por una coyuntura de crisis social y bancarrota financiera, pero también por su insistencia en el pacto con los sectores de poder menos progresistas.

La política del gobierno peronista de Néstor Kirchner, fundador del Partido para la Victoria, por el contrario, pretendía el consenso social dando cierto protagonismo a las clases más desfavorecidas. Medidas como suspender los pagos de la deuda externa al FMI durante períodos concretos para sanear la economía nacional, finalizando el pago total a principios de 2008, así como al saneamiento de la economía o la congelación de los precios de ciertos productos, conseguirán que en noviembre de 2006 el desempleo se reduzca al 10%.

Sus logros se integran en la bonanza de la economía mundial, manteniendo en el país para el mismo año una pobreza sostenida de más del 30% de la población. Asimismo la desaparición de los partidos de oposición clásicos, tales como el Partido Radical por una fuerza opositora independiente y de menor repercusión social, convirtió al peronismo en la principal arma política efectiva del país. Esto también fue obra de Kirchner, que absorbió a las clases medias del radicalismo y, a su vez, a los principales líderes del movimiento de masas piqueteras como Luis D´Elía y los principales dirigentes sindicales como Hugo Moyano de la CGT socialista. Asimismo, el procesamiento de importantes figuras de la represión de la dictadura militar lo llevarán a la reelección en octubre de 2005, y a la posterior elección de su mujer, Cristina Fernández, en Presidenta del país el 29 de octubre de 2007, en una clara continuación de la política Kirchner.

La política de acercamiento a los líderes sudamericanos más progresistas como Lula da Silva o Hugo Chávez es explicada por las condiciones en que el presidente accede al poder. La enorme influencia que ostentan los sectores más bajos agrupados en movimientos como el de los piqueteros, cansados del abuso y la corrupción del orden público, han ido variando desde el año 2003 para convertirse en la actualidad en fuerzas de choque de especial relevancia dentro del organismo estatal, esgrimiendo sus contundentes métodos de lucha a favor del presidencialismo.

La teoría contra la criminalización del método piquetero es asumida entonces por el Estado argentino, sosteniendo que "los derechos de los que "piquetean" ya han sido afectados: si ni el derecho a trabajar -porque no hay trabajo-, ni el derecho a estudiar -porque no hay escuelas-, ni el derecho a vivir seguros –porque hay más delito– se cumplen, entonces no hay piquete que no sea legítimo".[4]

De la unión entre Néstor Kirchner y Luis D´Elía surgió el piquete oficialista. Con los símbolos tradicionales del piquete primitivos y sus mismas formas de espontaneidad, el método fue absorbido por la política tradicional y puesto al servicio gubernamental, siempre en el reclamo de servicios sociales para los más necesitados, pero ahora sumando también apoyos al justicialismo oficialista en cuestiones de carácter internacional como el caso de la contaminación del río Uruguay por los ambientalistas de Gualeguaychú contra la papelera Botnia al otro lado del país, donde se cortaron los puentes que unen ambas naciones, iniciado a mediados de 2006.

El piquete contra las retenciones de los grandes y pequeños terratenientes sojeros, uno de los sectores con mayor rentabilidad en el país, representa la última evolución del piqueterismo. El incendio de neumáticos, las cacerolas o las velas han dado paso a manifestantes con poderosos automóviles y ropa de alta calidad, que conviven con los anteriores desheredados dispuestos a la protesta clásica al modo de cortes de rutas contra el gobierno. Al salto piquetero de marginales a pobres, y de éstos a ricos, incluyendo a las altas clases burguesas, se le añadirá otra tendencia, la de las clases medias de los barrios más acomodados de la capital porteña que apoyan con sus cacerolas los reclamos agrarios, como ocurrió a principios de abril de 2008.

La tendencia por tanto, es la versatilidad del piquete. Allí donde permanezca un conflicto público persiste un espacio por ocupar, pero ahora con el método piquetero y su lema "corte de ruta y asamblea" que ya es asumido por la sociedad argentina como parte de su presente, como un argumento más para exigir una mejora del país, demanda esgrimida por toda la red social.

Bibliografía

– Oviedo, Luis. "Una Historia del Movimiento Piquetero", editorial Rumbos, Buenos Aires, 2001.

– Kohan, Aníbal. "¡A las calles! Una historia de los movimientos piqueteros y caceroleros de los 90 al 2002", editorial Colihue, Buenos Aires, 2004.

– Isman, Raúl. "Los piquetes de la matanza: de la aparición de un movimiento social, a la construcción de la Unidad Popular", editorial Nuevos Tiempos, Buenos Aires, 2004.

-Candia, José Miguel. "Genealogía piquetera", en http://www.fernandopeirone.com.ar/Lote/nro097/genealogia.htm.

– Lenguita, Paula. "La ideología de la prensa argentina sobre el movimiento piquetero, entre 1997-2001. Informe final del concurso: Movimientos sociales y nuevos conflictos en América Latina y el Caribe", Programa Regional de Becas CLACSO, 2003.

– Periódicos de tirada diaria y de carácter nacional, La Nación (); Clarín (www.clarin.com.ar); Página 12 (www.pagina12.com.ar)

Revista "Política y teoría", n º-35, marzo/junio 1997, editada por el Partido Comunista Revolucionario argentino mensualmente.

– Revista semanal Noticias, dirección Jorge Fortevecchia, 5 de abril de 2008.

– Suplemento semanal "Radar" del diario Página 12, escrito por Gabriel D. Lerman, 5 de junio de 2005.

 

 

Autor:

Martín Han Stutz Lucca

[1] Kohan, Aníbal, “¡A las calles! Una historia de los movimientos piqueteros y caceroleros de los 90 al 2002.”, Ediciones Colihue, Buenos Aires 2002.

[2] “Política y teoría”, n º-35, marzo/junio 1997.

[3] Oviedo, Luis, “Una Historia del Movimiento Piquetero”, Rumbos, Buenos Aires 2001. .

[4] “Noticias”, 5 de abril de 2008, p. 85. Extraído del artículo “Piquetes argentinos”, realizado por el analista político Nicolás Mavrakis.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente