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El papel de la escuela en el desarrollo de las nuevas generaciones

Enviado por zilber


    1. La enseñanza y el aprendizaje de las ciencias en la escuela básica actual
    2. Retos a la enseñanza de las ciencias en el nuevo milenio
    3. La motivación e intereses cognoscitivos en la enseñanza de las ciencias
    4. Proceso de enseñanza aprendizaje desarrollador vs tradicional.
    5. Bibliografia

     

    "El siglo que termina ha visto grandes descubrimientos (los antibióticos, las telecomunicaciones, etc.), pero ha prevalecido la razón de la fuerza y hemos pagado con la vida de millones de seres humanos – muchos de ellos en la flor de la juventud– el precio terrible de la guerra. Y la violencia y la coacción han fracasado estrepitosamente.

    No podemos seguir siendo indiferentes a la inversión de recursos en armamentos para utilizarlos contra enemigos potenciales. (…) No podemos continuar con una irresponsabilidad total, contaminando las aguas y el aire y destruyendo los bosques del planeta. No podemos aceptar el predominio de una cultura sobre las demás, ni permitir que se pierda la diversidad de nuestro patrimonio físico y espiritual, que hemos de legar a las generaciones futuras."

    Federico Mayor

    LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS EN LA ESCUELA BÁSICA ACTUAL

    Diferentes investigaciones internacionales revelan deficiencias en los resultados del aprendizaje en la escuela básica, entre ellas el Tercer Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias (TIMSS, 1996) describe serías lagunas en los conocimientos de las áreas de Matemática y Ciencias, en estudiantes de trece años de edad, de una muestra de 41 países. Los puntajes en Matemáticas por ejemplo, levantaron una gran preocupación en muchas naciones consideradas del "primer mundo", ya que teniendo en cuenta un promedio internacional de 500, estuvieron muy por encima de este, países como Japón, Singapur y Bulgaria, mientras que en la media o por debajo se encontraron Estados Unidos, España y Portugal.

    Algo similar ocurrió en la prueba aplicada de Ciencias, tal como se aprecia en la tabla siguiente:

    El TIMSS llamó la atención a que no siempre la mayor apropiación de conocimientos se obtiene organizando la enseñanza en "grupos poco numerosos" de estudiantes, algo que consideramos debe continuar siendo estudiado. Por otra parte, valoró como una de las probables razones de que Japón obtuviera altos resultados en Matemáticas, es debido a que le otorgan mayor importancia al entrenamiento en aritmética (la realización de muchos ejercicios, por parte de los estudiantes), que a la introducción en edades tempranas de conocimientos avanzados de esta ciencia.

    Importante conclusiones para la América Latina tienen los resultados del Primer Estudio Internacional Comparativo del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE, 1998). El Primer informe, al valorar los resultados de 11 países en tercero y cuarto año de la enseñanza primaria, en las áreas de Lenguaje (español y portugués) y Matemática, plantea que "los puntajes en Lenguaje oscilan entre 65 y 397 puntos y entre 53 y 461 en Matemática. Esto indica que el grado de dispersión en el rendimiento en Matemática es mayor que el rendimiento en Lenguaje (…) Cuba se destaca significativamente entre los países de la Región".

    En la tabla siguiente se muestran los resultados de algunos países en Matemáticas:

    Este Primer informe demuestra la necesidad de la atención inmediata a la enseñanza y el aprendizaje no sólo en las materias estudiadas, sino también hacia todo el trabajo en la escuela básica latinoamericana.

    Si tenemos en cuenta de que en Matemáticas en "Tercer Grado, todas las medianas nacionales, a excepción de Argentina y Cuba, se sitúan bajo la Media Regional. Cuba, en particular se ubica a poco más dos desviaciones estándar por sobre la Media regional," debemos pensar la urgencia de atender a esta situación en el área, sobre todo si analizamos la contribución de esta asignatura para el desarrollo del pensamiento de las alumnas y alumnos.

    El propio LLECE acaba de publicar el Segundo Informe del Primer Estudio Internacional Comparativo (UNESCO 2000), en el que al valorar los factores asociados a los resultados en las asignaturas ya señaladas, abre otras expectativas hacia futuras investigaciones y más concretamente hacia lo que se debe transformar en la escuela básica de hoy. Por ejemplo, el "Clima del Aula es la variable individual que demostró el mayor efecto positivo sobre ambos, el rendimiento en Lenguaje y en Matemática. De hecho, para un valor 1 que corresponde a que los alumnos aprecian que el clima es adecuado, corresponden 92,07 puntos de incremento en Lenguaje y 115, 03 en Matemática (…) el efecto corresponde casi exactamente a dos (2) Desviaciones Estándar de incremento en rendimiento".

     

    Diversas publicaciones de la última década (Zubiría De, 1994 y 1998, Blanco, 1999, Silvestre y Zilberstein 2000, Zilberstein 2000, Olmedo 2000), permiten relacionar algunos de los resultados analizados en párrafos anteriores con que en la escuela básica actual persisten elementos negativos de una enseñanza tradicional, que trae como resultado que en los alumnos se aprecie lo siguiente:

    LIMITACIONES SIGNIFICATIVAS EN EL DESARROLLO DE LOS ALUMNOS

    • INSUFICIENTE ANALISIS E INTERPRETACION
    • TENDENCIA A LA EJECUCION
    • POCOS PROCEDIMIENTOS PARA APRENDER A APRENDER
    • POBRE DESARROLLO DE HABILIDADES
    • INSUFICIENTE DESARROLLO DE LA REFLEXION Y LA GENERALIZACION

    La tendencia en los estudiantes es a reproducir conocimientos y a no razonar sus respuestas; presentan pocas transformaciones en el nivel de su pensamiento; y están limitados para generalizar y aplicar los conocimientos (Silvestre 1999, Zilberstein 1997, Zubiría 1998). En ellos es limitada la búsqueda de procedimientos para aprender y planificar sus acciones, la mayoría se centra en la respuesta final, sin percatarse del error y con pocas posibilidades para la reflexión crítica y autocrítica de lo que aprende, lo que provoca una limitada inclusión consciente en su aprendizaje, al predominar la "tendencia a la ejecución" (Labarrere, 1994).

    Miguel De Zubiría refiere en un estudio realizado a "alumnos en su último año de bachillerato, entre 16 y 17 años. Estudiamos en qué porcentaje aparecían las operaciones formales del pensamiento, que de acuerdo a Piaget, deberían estar presentes en todos los adolescentes desde los quince años. ¡Únicamente el 5% de nuestros adolescentes las dominaban!

    ¿Qué ocurre con niños tan inteligentes y creativos como los que ingresan a nuestras escuelas, al transitar durante 11 años por sus salones de clases?

    Simplemente, que nuestras escuelas frenan el desarrollo intelectual. Muy en particular, a partir de 5to y 6to grados (…) y es muy posible que impulso hasta esos grados provenga de la familia y de los compañeros, de la aceleración inercial inicial".

    Por otra parte, muchas de las concepciones didácticas actuales no aportan elementos para desarrollar la clase a partir de considerar principios generales y absolutilizan los métodos como los que resolverán el problema, y niegan toda posibilidad de establecer regularidades, leyes o principios que rijan el acto didáctico, por lo que la clase generalmente se basa en la improvisación. Muchos docentes latinoamericanos no conocen a qué posición filosófica o epistemológica se adscribe su labor diaria, predominado en gran parte de ellos el eclecticismo.

    Valdría la pena retomar las ideas de ese educador grande de América, Andrés Bello (1781 –1865) cuando llamó la atención a forjarnos nuestras propias teorías, tomando lo mejor de las otras, pero sin despreciar lo autóctono: "la opinión de aquellos que creen que debemos recibir los resultados sintéticos de la Ilustración europea, dispensándonos del examen de los títulos, dispersándonos del proceso analítico, único medio de adquirir verdaderos conocimientos, no encontrará muchos sufragios en la universidad".

    Muchas veces, la forma mecánica y repetitiva en que se organiza la enseñanza trae como consecuencia la desmotivación, lo que provoca repitencia y en otros casos abandono escolar (Ramírez, 2000). En América Latina y el Caribe (sin incluir a Cuba), aunque las estadísticas plantean que "el 95 % de los niños de la región van a la escuela, las tasas de repetición y deserción escolar siguen siendo muy elevadas, en Latinoamérica, 8 de cada 10 estudiantes repite algún grado en la primaria y el nivel de eficiencia en la secundaria básica, es en muchos casos, menor al 50 %"

    "De los 9 millones de niños que ingresan anualmente al primer grado, alrededor de 4 millones fracasan en el primer año (…) solo 2 o menos de cada 10 hijos de personas con bajos niveles de educación ingresan a carreras universitarias."

    Por otra parte en la escuela básica muchos contenidos no se vinculan a la vida cotidiana, situación provocada por la falta de laboratorios, de trabajo práctico con los estudiantes, a que la mayoría de las clases sólo se imparten dentro de los salones, muchas veces sin vínculo con la naturaleza y el entorno, lo que se suma a la falta de preparación de los docentes para realizarlo.

    En otros casos, se trata de vincular la enseñanza al entorno, pero se utilizan procedimientos que no permiten que el contenido adquiera un significado para el alumno. Se desaprovechan, en otros momentos, las potencialidades educativas que tienen los miembros de la comunidad en que está ubicada la escuela.

    La concepción interdisciplinaria en la enseñanza de las ciencias queda en el ámbito de declaratoria, los currículos supuestamente abogando por la integración y por otro lado los que elaboran los libros de texto. G. Nelson expresó que sus "estudiantes acarrean a casa pesados textos llenos de hechos desconectados que ni los educan ni los motivan."

    Una propuesta que al parecer solucionaría la problemática de la interdisciplinariedad, fue en muchos países Latinoamericanos declarar "ejes transversales del currículo", – a partir de asumir, sin una elaboración teórica previa, lo que se incluyó en la Reforma del Sistema Educativo español en los años 90 -, sin embargo, consideramos que en muchos casos, estos "ejes" se han convertido en algo más a tener en cuenta por el docente y no llegan a la esencia de la interdisciplinariedad, unido a que aún son insuficientes las estrategias investigadas para que se pueda lograr este propósito.

    Toda esta problemática tiene muchas causas, que no serán objeto de tratamiento en este material, pero valdría la pena retomar algunas de las conclusiones relativas a la formación inicial y permanente de los docentes a partir del Diagnóstico sobre la Formación Inicial y Permanente del profesorado de Ciencias y Matemática en los países Iberoamericanos, realizado por la OEI (1994), que en nuestra opinión provocan gran parte de lo descrito en párrafos anteriores.

    Este estudio reflejó que en la formación inicial de los docentes de estas asignaturas predominan formas de organización de la enseñanza tradicional (conferencias, clases magistrales, demostraciones, presentación de informes, entre otras), "cabría preguntarse si todas esas formas de trabajo son expresión de una metodología activa que realmente contribuya a la formación científica de los profesores de ciencias y matemática." De algún modo, entonces, los docentes reproducen en sus clases la manera en que les enseñaron en su formación.

    Otra limitación en la formación inicial que señaló este estudio es que "en la mayoría de los casos se ofrecen cursos de didáctica de las ciencias y matemática cuyos contenidos se centran en habilitar al futuro profesional (…) pero parece no existir, sin embargo, un hilo conductor que permita identificar una estructura teórica desde la cual se enfrente el trabajo en el aula".

    Con respecto a la formación permanente, la misma fuente refirió que "sólo una minoría de ellos realizan cursos de postgrado que les abren otras perspectivas, tanto profesionales como laborales (…) las instituciones formadoras de docentes ofrecen cursos y realizan otras acciones de capacitación con los profesores, pero son más de carácter puntual que verdaderos programas de largo alcance."

    Lo expresado en el párrafo anterior tiene directamente efectos negativos en la calidad de la enseñanza y el aprendizaje de las alumnas y alumnos, tal como lo demuestran los resultados del LLECE, "por cada año de formación que estos tengan, – se refieren a los docentes -, corresponde un aumento de 2,44 puntos en Lenguaje y de 2,06 puntos en Matemática, para sus alumnos."

    RETOS A LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS EN EL NUEVO MILENIO

    En el mundo de hoy no existe prácticamente una actividad humana en la que no sea necesario utilizar algún tipo de conocimiento de las ciencias y cada vez es más necesaria la integración de estos conocimientos, su abordaje interdisciplinario, multidisciplinario o trandisciplinario. Por ejemplo, para diseñar un software se necesitan innumerables conocimientos a los que se ha llegado en diferentes países, incluso en diversas disciplinas; los cambios climáticos en el planeta sólo se comprenden realmente si nos apoyamos en los aportes de diferentes ciencias como la Geografía, la Física, la Astronomía, las Matemáticas y hasta de la propia Biología.

    Incluso las ciencias sociales requieren cada vez más la aplicación de temas tales como: ecuaciones no lineales, la teoría de sistemas, la contaminación ambiental y su incidencia en el desarrollo de los países, entre otros.

    Si bien en los siglos XV y XVII, en que se pensaba que el sol giraba alrededor de la Tierra y que personalidades como Aristóteles creía que esta estaba encerrada en esferas inmutables, a partir de la mitad del siglo XX se puede hablar que una "revolución científica", que entrañó un gran reto para el mundo científico y la humanidad en general, ya que hoy, al estudiar y producir conocimiento científico, no basta con describir y responder al qué, cómo y dónde, sino que es necesario preguntarse el por qué y el para qué de las cosas.

    "Elementos esenciales de esas transformaciones son: un enfoque cada vez más humanista de la enseñanza de las ciencias, que ponga de relieve la contribución de ellas a la cultura general y preste especial atención a los problemas éticos relacionados con el desarrollo científico – tecnológico; el establecimiento de un núcleo de problemas, conceptos, ideas leyes y principios, comunes a diversas ramas de la ciencia y la tecnología, que sirva de base al trabajo interdisciplinario en las escuelas y a la integración de múltiples saberes y dimensiones de la cultura humana; la familiarización de los estudiantes con métodos y modos de pensar y comportarse, característicos de la actividad científico – investigadora contemporánea; el desarrollo en ellos de una actitud crítica, reflexiva y, al propio tiempo, responsable, transformadora y solidaria, ante los problemas de la humanidad y de su entorno. Se deberán propiciar vías para el intercambio colegiado entre los docentes en las instituciones escolares, como una vía que contribuye a perfeccionar su trabajo y elevar la calidad de la educación."

    La enseñanza de la ciencia debe propiciar el desarrollo de estrategias para aprender a aprender, aprender a conocer, pero también para aprender a ser y aprender a sentir (Delors, 1997). Se debe buscar el desarrollo de habilidades tales como la observación, la clasificación, la modelación, el planteamiento de hipótesis, el planteamiento y solución de problemas, entre otras y, a la vez, crear motivos por lo que se hace, sentimientos de amor y respeto por los demás, incluyendo a sus compañeros, la familia y los restantes miembros de la comunidad.

    El reto de enseñar y aprender ciencias en el nuevo milenio, no radica solamente en vincular la teoría con la práctica, o conocer los últimos adelantos científicos. En nuestra opinión, va mucho más allá; pasa por valorar la historicidad del contenido de enseñanza, conocer la esencia, los nexos y relaciones entre los objetos, fenómenos y procesos, tener en cuenta los aspectos éticos que acompañan a los descubrimientos científicos y crear un sentido de compromiso social en las alumnas y alumnos.

    Hoy encontramos "grandes desigualdades existentes, en lo referente a la distribución de la riqueza, de la cultura y, en particular, de la producción de ciencia y tecnología (…) En este escenario, es al Tercer Mundo al que le corresponde el crecimiento mayor de la población mundial, y el mayor índice de pobreza". La enseñanza de las ciencias debe ayudar a comprender esta situación y formar valores en los estudiantes que le permitan comprometerse en transformar creadoramente, con el apoyo de la ciencia y la tecnología, la realidad de sus naciones.

    En general toda la población "necesita de una cultura científica y tecnológica para aproximarse y comprender la complejidad y globalidad de la realidad contemporánea, para adquirir habilidades que le permitan desenvolverse en la vida cotidiana y para relacionarse con su entorno, con el mundo del trabajo, de la producción y del estudio".

    Hoy se debe enseñar ciencia con gran calidad, pero y sobre todo, buscando la equidad, es decir, que las grandes masas de la población mundial se beneficien con su aprendizaje y no sólo una elite. Enseñar y aprender ciencias teniendo en cuenta la igualdad de géneros.

    La enseñanza de las ciencias debe preparar a las alumnas y alumnos para comprender y vivir en la globalización a que tiende el mundo de hoy, ya que esta agrava más las diferencias entre los países ricos y los pobres, como por ejemplo, "las redes científicas y tecnológicas que unen los centros de investigación y las grandes empresas de todo el mundo. Sobre todo participan en la red los que tienen algo que aportar, información o financiación, mientras que los actores de los países más pobres (…) pueden verse excluidos".

    Se deberá propiciar una cultura científica que garantice el desarrollo de habilidades para la búsqueda de información, la utilización de las nuevas tecnologías, de la informática, el dominio de aspectos económicos y las posibilidades de producción de literatura científica, a la vez de conocimientos de las formas de protección de la propiedad intelectual o industrial, para lograr que nuestros países de menor desarrollo puedan también producir y colocar en el mundo conocimientos científicos que puedan ser consultados por otros, incluso que puedan viajar por las grandes autopistas de la información o el ciberespacio.

    "El informe anual del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo reveló que la inversión en educación de calidad y la apertura son los medios indispensables para que los habitantes de todo el mundo dominen la revolución tecnológica. Según el estudio, para subir al tren de la tecnología se requieren ámbitos económicos flexibles y competitivos, que eviten los costes prohibitivos de las telecomunicaciones e Internet. También destaca la importancia de la inversión en educación de calidad y califica de "imprescindible" la implantación de la educación primaria universal, del mismo modo que apuesta por la educación secundaria y universitaria."

    La ciencia hoy integra un gran volumen de los más diversos tipos de conocimientos y trabaja con grupos interdisciplinarios, multidisciplinarios y trandisciplinarios de científicos, por lo que la enseñanza de las ciencias debe enseñar a trabajar en colectividad, respetando cada individualidad y potenciando al máximo el desarrollo individual de cada alumna y alumno. "Aprender a vivir juntos desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia – realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos –respetando los valores del pluralismo, comprensión mutua y paz".

    Se necesita que la propia enseñanza de las ciencias motive a los estudiantes a aprenderla. Existen diferentes investigaciones que reflejan que una enseñanza bien estructurada de las ciencias motiva a los estudiantes (Zilberstein 2000), por ejemplo, estudios realizados en Inglaterra con la asignatura Diseño y Tecnología reflejó que fue "la única asignatura en la cual casi todos los niños sintieron placer (…) en la información recogida de 131 profesores el 94% señaló que en sus clases los niños gozaban con la asignatura."

    LA MOTIVACIÓN E INTERESES COGNOSCITIVOS EN LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS

    "Ya no se puede admitir que el profesor continúe siendo el sabio por profesión frente al joven ignorante por definición, el profesor informador y el alumno oyente tendrán que ser reemplazados por el profesor animador y por el alumno investigador".

    Por las características del contenido de enseñanza de las asignaturas del área de ciencias, es muy importante que su aprendizaje se establezca a partir de la realización de actividades que, cercanas a las condiciones de la creación científica, posibiliten una actitud protagónica – consciente de indagación y búsqueda del contenido. De esta forma el aprendizaje llevará implícito la integración del propósito de que las alumnas y alumnos adquieran los conocimientos y desarrollen el intelecto, en la medida que se les enseñe a pensar, a expresar sus ideas, a reflexionar, argumentar y a valorar lo que aprenden y puedan así operar con el conocimiento hacia nuevos y superiores niveles de exigencia que estimulen su desarrollo.

    Sobre la base de esta premisa, se comprenderá la importancia de que las actividades que se organicen para que los alumnos de la escuela básica, gradualmente se acerquen al conocimiento de las características de los objetos y fenómenos de la naturaleza y se caractericen por un alto nivel de motivación y el desarrollo creciente de intereses cognoscitivos, en correspondencia con las características de las edades de los escolares. Los procesos de aprendizajes desarrolladores se conciben sobre la base de una estrecha relación entre la activación y significatividad de los procesos y de la motivación por aprender.

    La motivación está estrechamente relacionada con la actividad intelectual y formativa que genera el proceso de enseñanza aprendizaje. Si se logra motivar a los alumnos por las actividades de aprendizaje, y estas transcurren en relación con las del juego u otras propias de las edades de los alumnos, en el caso de la educación primaria, o con las excursiones a la naturaleza, visitas de interés, el desarrollo de actividades experimentales, entre otras propias del nivel secundario, el aprendizaje resultante dejará un "efecto", en términos de conocimientos, habilidades, vivencias y motivaciones, que incidirán positivamente en su comportamiento intelectual y en su actitud ante la búsqueda de otros conocimientos.

    Por el contrario, si el alumno no se motiva y estimula favorablemente, la desmotivación incidirá desfavorablemente en su interés por estas actividades y por adquirir los conocimientos.

    La motivación por el aprendizaje, como aspecto o dimensión de una concepción desarrolladora, implica estimular, sostener y dar una dirección al aprendizaje que desarrollan los escolares, en el contexto de una enseñanza concebida a estos efectos, y que determina su expresión como actividad permanente de autoperfeccionamiento.

    Se comprende la importancia de que se motive a los estudiantes por las actividades que posibiliten obtener nuevos conocimientos, por indagar y encontrar la solución a sus dudas e inquietudes, es decir por las actividades de aprendizaje, de tal forma que se logre que coincida el objeto de esta actividad con su motivación para llevarla a cabo. Solo cuando la motivación constituye un estímulo que mueve a los alumnos hacia la búsqueda y adquisición de los conocimientos, estos actuarán conscientemente y lograrán un aprendizaje realmente significativo.

    Si no logramos formar motivos, necesidades, e intereses cognoscitivos en nuestros escolares, no podremos lograr una verdadera actividad de aprendizaje.

    El concepto de motivo, además de incluir el aspecto del objetivo que interesa al sujeto y sus propiedades estimulantes, contiene también el aspecto dinámico, de impulso para lograrlo. Así la motivación constituye un estimulo que mueve a los escolares hacia la búsqueda y obtención de los conocimientos que requieren para satisfacer las necesidades derivadas de los niveles de motivación alcanzados.

    Un procedimiento que hemos experimentado que motiva a los estudiantes hacia el aprendizaje de las ciencias es que aprendan a elaborar preguntas de lo que estudian (Zilberstein 2000). Es importante que el alumno se plantee preguntas de todo lo que estudia, y que las exprese en forma oral o escrita antes, durante o posteriormente al desarrollo de la clase, en su propio estudio independiente o en la vida diaria. Para esto es necesario que primeramente, observe, lea, investigue o escuche la información acerca del objeto de estudio, que sepa determinar lo esencial y lo secundario, para que posteriormente se interrogue acerca de qué es, cómo es, por qué es, para qué es lo que estudia o también se cuestione cuándo, donde, cuánto, cuál es la importancia o la significación de lo que aprende, llegando a hacer predicciones, con las preguntas del tipo y si…

    La escuela debe preparar al alumno para que sea capaz de elaborar preguntas, en colectivo o individualmente, lo que lo ayuda a que pueda determinar y aplicar la esencia y la lógica de lo estudiado. El interactuar de esta forma con el contenido, facilita su interiorización y su utilización en nuevas situaciones y permite no sólo responder a los cuestionamientos del educador, sino a los que surjan en uno mismo o planteé el colectivo de estudiantes.

    "Las funciones superiores del pensamiento (…) se manifiestan al principio, en la vida colectiva, en forma de discusión y es después que conducen al razonamiento propio".

    Este procedimiento estimula, además, la imaginación, provocando que surjan preguntas, muy interesantes, como por ejemplo, estas que se hicieron niños de primaria, en una investigación: ¿Qué ocurriría si toda el agua del planeta se evaporara? ¿Podría ocurrir esto?, ¿Por qué arde una vela?, ¿Y si desaparecieran las plantas de nuestro planeta, qué podría ocurrir?, ¿Y si no existiera en la Tierra la fuerza de gravedad, qué ocurriría? (Zilberstein 1997)

    La elaboración de preguntas puede ser utilizada con diferentes formas de organización del proceso docente, en apoyo a diversos métodos, como por ejemplo al leer un epígrafe del libro de texto, al iniciar o finalizar un experimento, al visitar el museo de la localidad o al establecer un debate acerca de un tema de interés para el grupo de estudiantes, entre otros.

    La motivación debe constituir un estímulo hacia la búsqueda y adquisición de los conocimientos de la vida y la naturaleza y saciar la curiosidad propia de las edades de los alumnos por su medio y por la vida. El éxito pedagógico en este sentido dependerá, en gran medida, del hecho de que los motivos que logremos se asocien al objeto de esta actividad, es decir a la asimilación de los conocimientos que den respuesta a sus necesidades, aún cuando, en el caso de los primeros grados, en el caso de los escolares primarios, no adquieran conciencia de ello y se les asocie a otras actividades como las de juego y otras que forman parte de su centro de atención fundamental.

    La naturaleza de los motivos para aprender los conocimientos científicos, y las habilidades y procedimientos asociados a ellos y los que son propios de las ciencias, condicionan la naturaleza del aprendizaje. Estos han de sustentarse sobre la base de motivos vinculados con la propia actividad de aprendizaje (de carácter intrínseco) y no de expectativas externas a dicho proceso.

    Un aprendizaje eficiente de las ciencias requiere de un sistema de motivaciones internas, sustentadas en la implicación e interés personal por el propio contenido de la actividad de aprendizaje que realizan los alumnos y en la satisfacción que estos experimentan al realizarlas y vivenciar el dominio de nuevos conocimientos en una o varias áreas del saber científico, a diferencia de la motivación extrínseca, en la que las tareas son concebidas por el alumno como medio para obtener otras gratificaciones externas no vinculadas con la actividad de aprendizaje.

    Es el desarrollo de motivaciones internas hacia el aprendizaje de las ciencias, lo que constituye la fuente principal de la que pueden surgir nuevos motivos para aprender y profundizar permanentemente en este significativo campo del saber. Otro de los procedimientos experimentados, que favorece la motivación es el planteamiento de suposiciones o hipótesis por las alumnas y alumnos, incluso desde quinto grado de la escuela primaria (Zilberstein 2000).

    Este procedimiento exige que el alumno, a partir del análisis de planteamientos o problemáticas, llegue a proponer posibles soluciones o hipótesis, pudiéndolas corroborar con la realización de experimentos o la búsqueda bibliográfica.

    Inicialmente los alumnos deberán comprender a partir del análisis de la problemática planteada, de qué se habla en la misma y cuáles son sus características esenciales, así mismo precisar qué es lo que se dice acerca de esta (lo que ocurre o trae como consecuencia). Posteriormente podrán elaborar las suposiciones u hipótesis, que expliquen la causa (por qué) de lo planteado, contrastándolas con las características esenciales.

    En investigaciones realizadas con estudiantes de secundaria básica, ante el planteamiento: "En una laguna en que vivían numerosos peces, y en la que desembocaban varios riachuelos, sorpresivamente los peces, comenzaron a morir". Plantea hipótesis que te permitan explicar lo ocurrido.

    Algunas de las hipótesis planteadas por los alumnos, se centraron en: Los peces mueren por que algunos de los riachuelos traen aguas contaminadas que les impiden respirar; se le añadió al agua una sustancia que destruyó las plantas que le servían de alimento a los peces; el clima de la laguna cambió por la entrada de un "frente frío", y el descenso de la temperatura del agua, provocó la muerte de los peces.

    Estas hipótesis conllevaron a que se motivaran e investigaran en el lugar y localizaran información bibliográfica, además de interrogar a personas que vivían en la zona, permitiéndoles la toma de posición y la intervención concreta en pequeños grupos de trabajo, en ese lugar afectado, lo que evidencia la importancia instructiva y educativa de esta forma de trabajo.

    Otra de las vías que puede posibilitar la motivación interna hacia el aprendizaje de las ciencias es el planteamiento de problemas o incógnitas. Siempre que la solución de estos problemas se vincule directamente con la actividad de aprendizaje de los alumnos, la presentación de problemas o interrogantes en el contexto de esa propia actividad, genera impulsos al logro de su solución y, por tanto, a la realización de las tareas que conducen a ella.

    El planteamiento de problemas o interrogantes a los alumnos, en su formulación, debe implicar una contradicción o conflicto entre lo conocido y lo que aún está por conocer. Ello generalmente tiene un efecto positivo en la generación de intereses por la búsqueda de la solución ya que posibilitan incrementar el interés en su búsqueda, lo que constituye una condición favorable para el aprendizaje de las asignaturas científicas.

    Otra vía que puede unirse con la anterior, es la vinculación del tema objeto de asimilación, con los problemas de su entorno social. La posibilidad de constatar la relación existente entre el contenido de las asignaturas de ciencias y la actividad social que desarrollan los alumnos, es una importante vía para generar intereses cognoscitivos en los estudiantes de los diferentes niveles de enseñanza.

    Estas vías o procedimientos explicados pueden complementarse si se les presentan a los alumnos situaciones problemáticas vinculadas con las actividades cotidianas que realizan normalmente o las que forman parte de las actividades fundamentales de sus padres, de la familia o las que predominan en la comunidad donde vive el escolar y está localizada la escuela. Es en este sentido que las situaciones problemáticas que se les presenten a los alumnos deben estar asociadas con los conocimientos ya adquiridos por ellos, en relación con el entorno familiar y escolar, con la naturaleza, con su propio cuerpo, así como con las actividades laborales y otros aspectos de carácter social que forman parte del contenido de enseñanza.

    El enfoque problémico del contenido científico está presente en los libros de texto de las asignaturas de ciencias del nivel medio y de la asignatura ciencias naturales de la educación primaria cubana. Cuando a partir de la observación de ilustraciones o del análisis de situaciones se le plantean interrogantes a los estudiantes que devienen en problemas que movilizan sus nociones y conocimientos antecedentes, propician comparaciones y relaciones y estimulan el razonamiento, se estimula la búsqueda de soluciones que determinan nuevos conocimientos. El propio tratamiento del contenido en las diferentes unidades de los programas, en los libros de estas asignaturas, en los diferentes grados, puede servir de base para el establecimiento de problemas y contradicciones a los alumnos.

    Así por ejemplo, a partir de la observación de ilustraciones en la que se puedan observar los diferentes estados de agregación del agua (nubes, lluvia, nieve, entre otras), se les puede preguntar a los alumnos si el agua siempre se encuentra en estado líquido; de igual forma, a partir de la pregunta ¿qué le sucede al agua cuando recibe calor?, se puede hacer la demostración experimental de la evaporación del agua al someterla a una fuente de calor y así crear una situación problémica que genere en los estudiantes el problema de hacia dónde va el vapor de agua. Como se aprecia estas preguntas constituyen un sistema que, a partir de los conocimientos antecedentes acerca de la existencia del aire, brinda posibilidades para motivar a los alumnos hacia los conocimientos del ciclo del agua en la naturaleza. De igual forma, a partir del análisis del análisis de sus propias vivencias en el regadío y en el conocimiento de la frecuencia con que él y los animales domésticos toman agua, se puede derivar la importancia de este recurso para la vida de las plantas, los animales y el hombre.

    Estas actividades permiten integrar los conocimientos antecedentes y las vivencias de los alumnos en la solución de las contradicciones. La utilización del conocimiento de su entorno y de las actividades que realizan cotidianamente, refuerza el efecto motivacional de las incógnitas que surgen del análisis de las situaciones que se les presentan, o las interrogantes que, a partir de ellas, les plantea el docente. Ellas pueden complementarse con situaciones derivadas de actividades previas o las que se realicen en ese momento que sean generadoras de motivos e intereses cognoscitivos, como las excursiones a la naturaleza, la visita al huerto escolar, la realización de una actividad experimental, entre otras.

    Se debe tener presente que si se explotan todas las posibilidades didácticas que nos brindan los paseos, las excursiones, la solución de experimentos, el dibujo y las dramatizaciones, así como la siembra y cuidado de las plantas del jardín u otras áreas cercanas a la escuela, es posible incrementar la motivación y la formación de intereses cognoscitivos asociados al contenido de las asignaturas científicas. De este modo podremos utilizar convenientemente los recursos afectivos y formativos que, vinculados con estas actividades, pueden estimular y complementar el aprendizaje de los conocimientos previstos curricularmente en cada una de las asignaturas de ciencias.

    De igual forma, la motivación puede aumentar si las situaciones de aprendizaje se derivan de la observación de los diferentes aspectos o temáticas que pueden ilustrarse mediante programas de televisión, la proyección de videos, u otros recursos que devengan en medios atractivos para los lumnos.

    El Programa Audiovisual establecido en todo el Sistema Nacional de Educación Cubano, la televisión educativa y la utilización en nuestras aulas de softwares educativos, pueden aportar una fuente inagotable de situaciones de aprendizaje contradictorias y vinculadas a la vida y edad de los alumnos que generen motivos e intereses en ellos, además de ayudar a mostrarles elementos que no siempre es posible mostrar en las clases. En este sentido, es importante que en la realización de cualesquiera de estas actividades, el profesor, de manera inteligente y consciente, haga coincidir las actividades en sí con el objeto de asimilación específico del contenido de enseñanza, en correspondencia con los objetivos, de modo que la atención de los alumnos no se desvié hacia detalles y aspectos secundarios de la actividad de aprendizaje.

    Estas y otras vías favorecen el logro de una disposición positiva hacia el objeto de asimilación. En este sentido es importante que se aseguren las condiciones previas necesarias y que las tareas o exigencias que se deriven estén al alcance de las posibilidades de los alumnos.

    Debe tratarse que las tareas generadas para la solución de los problemas, bajo la orientación del docente, estén al alcance de las alumnas y los alumnos y tengan en cuenta los conocimientos antecedentes necesarios para su realización; de este modo el desarrollo de estas tareas culminarán exitosamente, lo que también favorece a la motivación por este tipo de actividad, al comprender su importancia y a que, gradualmente, perciban qué van aprendiendo, cuál es su utilidad y le vayan atribuyendo determinado valor a lo que estudian.

    Es importante tener en cuenta que en los estudiantes de los primeros grados aún no existe un propósito consciente establecido en relación con la actividad de estudio, que pueda contribuir a regular su conducta, como si generalmente ocurre en los estudiantes que se preparan profesionalmente o que estudian en un nivel cercano al logro de determinadas aspiraciones profesionales o laborales. Es por ello importante motivar a los alumnos hacia el logro de propósitos cercanos que, asociados con el aprendizaje y los intereses cognoscitivos que puedan crearse, constituyan un objetivo adicional que los estimule y los movilice en el desarrollo de estas actividades.

    Obviamente estos propósitos cercanos en el tiempo deben estar al alcance de todos los alumnos. Las metas cognoscitivas generadas a partir de la problematización del conocimiento o las actividades motivacionales desarrolladas a partir de la orientación del docente, deben corresponderse con la naturaleza del contenido de las asignaturas científicas y, como ya hemos referido, con la edad y nivel de los alumnos.

    Así, actividades como ganar un concurso, adquirir una "estrellita", entre otras, deben explotarse convenientemente para que los alumnos de los primeros grados se estimulen por aprender, a la vez que propicien su desarrollo intelectual y se creen las bases para el desarrollo de la voluntad, la disposición y otros reguladores de la conducta.

    En el caso de los escolares del nivel medio, los resortes en que se sustenten estas metas pueden ser muy diversos, pero en general, deben asociarse a motivaciones vocacionales y relacionadas con el deseo de conocer cada vez más la esencia de los fenómenos y procesos naturales, físicos, químicos o biológicos con los que cotidianamente interactúan. En todos los casos, debe evitarse que el propósito fundamental de aprender se sustituya por otros, como satisfacer a los padres, evitar que lo regañen, destacarse en el grupo o alcanzar buenas notas en las asignaturas; estos no deben constituir un fin en sí mismo, ni el centro de atención fundamental de los estudiantes.

    Debe quedar claro que al concebir y dirigir la actividad de los alumnos, el docente debe asegurar la constancia de la motivación de los educandos. Los motivos e intereses formados deben ser positivos y estables durante toda la actividad de aprendizaje.

    Aunque en el momento inicial y preparatorio de cada clase, la motivación es una fase especial a trabajar por el docente, con vista a crear en el estudiante una disposición favorable hacia el tema objeto de estudio, esta no se limita a ella sino que debe sostenerse durante toda su realización.

    En la concepción de la motivación se ponen a prueba la iniciativa y la creatividad del docente para incentivar el interés por el tema a tratar. Así, por ejemplo, en el contenido relativo al estudio del hombre, en la asignatura Biología, el profesor puede, de diferentes formas, vincular los conocimientos que ya tienen los alumnos acerca de los seres vivos y estimular el análisis de por qué el hombre es un organismo. A partir de esta premisa el docente puede crear diferentes situaciones que generen contradicciones en relación con el por qué, no obstante las características que determinan similitudes, el hombre se diferencia notablemente del resto de los organismos ya estudiados por ellos y establecer intereses cognoscitivos acerca de las características específicas que distinguen al hombre entre todos los organismos.

    Vinculado con la motivación, el desarrollo en los estudiantes de la necesidad de aprender requiere que se preste una especial atención a los niveles de ayuda y al momento en que se le brinda a los estudiantes que la requieren.

    Las diferentes vías existentes para auxiliar a los alumnos se deben ejercer en el momento requerido, nunca tardíamente, cuando ya la actividad culminó en un fracaso o generó una influencia negativa en términos motivacionales, ni, por el contrario, antes del tiempo necesario para lograr la normal incorporación del alumno en el proceso de asimilación de los conocimientos, sin posibilitar, por su carácter prematuro, la explotación de sus potencialidades y recursos intelectuales que lo desarrollen en este sentido.

    En este ultimo aspecto se ha demostrado que si la ayuda se brinda cuando el trabajo mental del alumno se halla en sus inicios, esta no podrá incorporarse de manera efectiva al curso de su razonamiento, ya que no dispone de los recursos cognoscitivos suficientes para asimilarla; consecuentemente, no podrá comprender el proceso que conduce a la solución de la tarea y esta culmina sin éxitos.

    La ayuda, cuando se anticipa al proceso de razonamiento, de comprensión de la situación de aprendizaje, lejos de constituir un factor positivo, constituye un elemento desfavorable respecto al trabajo cognoscitivo de los alumnos. Obviamente, en estas condiciones la ayuda pierde toda la efectividad en términos motivacionales.

    Otro aspecto que debe tenerse en cuenta en la concepción y dirección de la motivación de los alumnos es el uso adecuado del pizarrón, de pancartas, de láminas y de toda la base material de estudio propia de las diferentes asignaturas científicas.

    En todos los casos se deberán ilustrar las relaciones y características fundamentales de los objetos de estudio de las diferentes asignaturas de ciencias, utilizando colores atrayentes que permitan destacar lo más importante o que resulten rasgos esenciales de los conceptos que se forman como resultado del proceso de aprendizaje de los escolares. De igual forma el docente debe prestar una especial atención a la orientación de las observaciones, de modo que mediante preguntas se pueda guiar la observación hacia aquellos aspectos de interés.

    Ello es válido para la observación de objetos y del entorno natural. Por ejemplo, en la temática referida a los estudios geográficos de la localidad, debe tenerse en cuenta guiar la observación, durante la excursión que se desarrolle a los efectos de lograr una mayor objetividad en el conocimiento. Para ello es importante un sistema de preguntas que guíen la observación hacia las características principales de las llanuras, las montañas, los ríos, el mar, así como de los edificios, fábricas y carreteras existentes y más representativos de la localidad en que viven los alumnos y que posibiliten comparar los elementos naturales del paisaje con los que resultan de la acción transformadora del hombre, así como valorar los cambios que en consecuencia han ocurrido.

    Es importante tener en cuenta los antecedentes de los alumnos e integrar las dimensiones físicas, económicas y sociales de los conocimientos geográficos que ya poseen los escolares. El desarrollo de actividades como viajes imaginarios, la realización de dibujos que expresen el paisaje y lugares importantes, la confección de maquetas, dramatizaciones por los propios alumnos, así como el empleo de tarjetas que permitan corresponder la acción de personajes claves de la localidad con el lugar en que la realizan o donde viven y otros juegos didácticos, también pueden contribuir a formar motivos en el desarrollo de esta temática.

    La motivación y orientación de las diferentes actividades independientes que se sugieran en cada una de las asignaturas de ciencias, son aspectos de gran importancia para que su realización se relacione con el contenido estudiado o a estudiar en las próximas clases, por lo que deben ser objeto de una atención especial por parte del docente. La motivación hacia estas actividades independientes, o a realizar con la ayuda de los padres en el caso de la asignatura ciencias naturales que se imparte en los últimos grados de la educación primaria, es básica para complementar los conocimientos, desarrollar habilidades intelectuales y prácticas, desarrollar la independencias y para formar nuevos motivos e intereses por el conocimiento científico y por el contenido específico de lo estudiado.

    De igual forma, el análisis crítico de diferentes situaciones de aprendizaje asociadas a los conocimientos y valores relativos al cuidado y protección del medio ambiente, debe complementarse con la descripción de sus vivencias y con el comportamiento real de ellos y de los adultos en la naturaleza y la sociedad, y sobre esa base que se le brinde la posibilidad de expresarse en ese sentido. La realización de actividades que impliquen a los alumnos en el desarrollo de conductas positivas en la escuela y su entorno social, debe concebirse como una importante vía que, además de implicar una valiosa influencia educativa, estimule el interés por la protección y conservación del medio ambiente y el desarrollo de intereses en relación con las ciencias afines a esta importante temática.

    Otro aspecto que conforma la motivación por aprender ciencias naturales, son las expectativas de logro o fracaso que cada alumno concibe con respecto a actividad de aprendizaje. Ello, generalmente está arraigado en la autovaloración que tienen los escolares, sobre todo a partir del nivel básico, de sí mismo como aprendiz en un área del conocimiento en particular.

    La percepción de sí mismo como un estudiante competente en las asignaturas de ciencias y, en consecuencia, una autoestima positiva en esta área, condicionan expectativas positivas asociadas a la confianza y satisfacción por los logros y éxitos en el aprendizaje, en general, o de un área del saber científico, en particular. Esta percepción implica un verdadero estímulo al esfuerzo por perseverar el éxito en el aprendizaje de las ciencias y un verdadero motivo vocacional por las profesiones vinculadas con la actividad científica.

    En la concepción, organización y dirección de las actividades de aprendizaje que aquí se han ilustrado y de muchas otras que, con seguridad, podrán ser derivadas de la experiencia de los maestros y profesores que enseñan ciencias, debe tenerse en cuenta que los alumnos tengan la posibilidad de manipular objetos, esquematizar y modelar lo observado, describirlo, entre otras acciones que lo relacionen aún más con lo fundamental del conocimiento científico. La previsión por parte del docente de estas u otras acciones a realizar por los alumnos, es de gran importancia para la asimilación de los conocimientos y lograr una mayor autonomía en la formación de los conceptos y generalizaciones científicas. Aquí es importante tener en cuenta que las acciones para la formación de conceptos científicos deben ser flexibles y variadas y estimular el desarrollo de formas nuevas de expresar las características, afín de estimular el desarrollo de la creatividad de los alumnos en los diferentes niveles de enseñanza.

    PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE DESARROLLADOR VS TRADICIONAL. REFLEXIONES ACERCA DE UNA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS QUE DESARROLLE A LAS ALUMNAS Y ALUMNOS.

    "Mas, no habrá para pueblo alguno crecimiento verdadero, ni felicidad para los hombres, hasta que la enseñanza elemental no sea científica (…) A las aves, alas; a los peces, aletas; a los hombres que viven en la Naturaleza, el conocimiento de la Naturaleza: ésas son sus alas (…) Que la enseñanza científica vaya, como la savia en los árboles, de la raíz al tope de la educación pública. Que la enseñanza elemental sea ya elementalmente científica: que en vez de la historia de Josué, se enseñe la de la formación de la tierra. Eso piden los hombres a voces: ¡armas para la batalla"

    José Martí (septiembre de 1883)

    • CONCEPTUALIZACIÓN NECESARIA

    La educación (educare conducir, guiar, orientar y educere hacer salir, dar a la luz), es "un conjunto de actividades y prácticas sociales mediante las cuales, y gracias a las cuales, los grupos humanos promueven el desarrollo personal y la socialización de sus miembros y garantizan el funcionamiento de uno de los mecanismos esenciales de la evolución de la especie: la herencia cultural", en función de qué contenido asuma esta categoría estará condicionada la concepción que se tenga de la enseñanza, el aprendizaje y el pensamiento.

    La enseñanza es el proceso de organización de la actividad cognoscitiva, práctica y valorativa de las alumnas y alumnos, que implica la apropiación por estos de la experiencia histórica – social y la asimilación de la imagen ideal de los objetos, su reflejo o reproducción espiritual, lo que contribuye a mediatizar toda su vida, favoreciendo la socialización y la formación de valores.

    El aprendizaje es un proceso en el que participa activamente el alumno, dirigido por el docente, y en el que el primero se apropia de conocimientos, habilidades y capacidades, en comunicación con los otros, en un proceso de socialización que favorece la formación de valores.

    La enseñanza y el aprendizaje constituyen un proceso, que está regido por leyes pedagógicas, psicológicas, lógicas, filosóficas, entre otras. Estas leyes deben conocerse por los docentes, a los efectos que este se desarrolle como un sistema. En el proceso aprenden ambos: docentes y estudiantes.

    Un proceso de enseñanza aprendizaje desarrollador es aquel que constituye la vía mediatizadora (la ayuda del otro, de los compañeros de clase, del docente, de la familia, así como de otros miembros de la comunidad), para la apropiación de conocimientos, habilidades, hábitos, normas de relación, de comportamiento y valores, legados por la humanidad, que se expresan en el contenido de enseñanza, en estrecho vínculo con el resto de las actividades docentes y extradocentes que realizan los estudiantes y que propicia el desarrollo del pensamiento, el "salto en espiral" desde un desarrollo alcanzado hasta uno potencial.

    El pensamiento no debe considerarse sólo como una más de las funciones humanas, como diálogo del individuo consigo mismo, sino como un proceso que abarca la totalidad de las formas de reflejo de la realidad en los diversos modos de su actividad y comunicación con los demás, y que permite conocer al mundo material y proyectar en la mente imágenes ideales de este.

    El conocimiento humano se realiza de dos formas básicas: conocimiento sensitivo y pensamiento abstracto. Este proceso ocurre "De la intuición viva al pensar abstracto, y de éste a la práctica, tal es el camino dialéctico del conocimiento de la verdad, de la realidad objetiva".

    El pensamiento sensitivo tiene como formas la sensación, la percepción y la noción. "Mediante el reflejo sensorial conocemos un fenómeno, pero no su esencia". Este tipo de pensamiento conduce generalmente a generalizaciones empíricas.

    Las formas del pensamiento abstracto son los conceptos, los juicios y los razonamientos. Este tipo de pensamiento "refleja el mundo y sus procesos de un modo más pleno y profundo que el conocimiento sensitivo," conduce fundamentalmente a generalizaciones teóricas.

    El pensamiento abstracto facilita comprender las características y nexos esenciales de la realidad objetiva, "permite al hombre el acceso a aquello que no es dado directamente en la superficie de las cosas," entendiendo la superficie como lo no esencial, no fenomenológico.

    Este tipo de pensamiento, que en nuestra opinión se puede identificar con el que otros autores denominan pensamiento teórico (Davidov 1988), Zankov 1984 y Silvestre 1999), permite obtener un conocimiento de otro tipo, sin tener que acudir a la experiencia, a los analizadores. El pensamiento teórico es una forma superior de la actividad cognoscitiva humana, con la que potencialmente nacen todos los seres humanos y que es posible que la alcancen si el medio social y cultural lo propicia.

    "El pensamiento teórico opera con conceptos; adquirir un concepto implica reproducir mentalmente su contenido. Expresar su esencia y los nexos entre los componentes generales que constituyen el todo."

    En una investigación que realizamos (Zilberstein 2000) con escolares de 5to y 6to grados de primaria al aplicarle la Prueba del Cuarto Excluido, – que permite medir los niveles del desarrollo del pensamiento -, comprobamos que si se estructura un proceso de enseñanza especialmente diseñado para estimular el desarrollo del pensamiento abstracto (léase teórico, que permita operar con conceptos, establecer los nexos, las relaciones) es posible que la mayoría de las niñas y niños en un mismo ciclo escolar, transiten desde un pensamiento concreto situacional (el más bajo) hasta el conceptual (el más alto).

    Lo expresado en el párrafo anterior fue ampliamente demostrado en diversas investigaciones en países del antiguo campo socialista del Europa del Este y Cuba (Davidov 1979, 1988, Bim – Bad 1991, Silvestre 1985, Santos 1989) y recientemente también fue comprobado con niñas y niños mexicanos de primaria (Olmedo 2000). Ello también pudo comprobarse a partir de investigaciones realizadas en Cuba con escolares del nivel medio y medio superior (Portela 1993, Valdesprieto 1992).

    El ser humano "piensa" mediante conceptos, hace generalizaciones teóricas, forma juicios y razonamientos y se plantea hipótesis, algo que comparten numerosos autores y que entraña un gran compromiso de considerarlo en los diseños curriculares de la escuela básica, ya que implica enseñar conceptos, que las alumnas y alumnos los aprehendan, pero además si asumimos que el pensamiento "es la manifestación suprema de la conciencia," debemos valorar el componente ético del pensamiento, como el hombre lo utiliza en beneficio de sí y de los demás.

    Desarrollando el pensamiento de los escolares no sólo contribuimos a formar conceptos, sino a formar en una unidad indisoluble valores.

    Para S. L. Rubinstein el pensamiento "consiste en plantear y resolver problemas del ser y de la vida; consiste en buscar y hallar respuesta a la pregunta de cómo es en realidad lo que se ha hallado, qué hace falta para saber cómo vivir y qué hacer"

    El pensamiento es por tanto un proceso dirigido (Labarrere, 1996), que tiene un fin en sí mismo (aunque no siempre se esté consciente de ello), lo que nos permite valorar que es algo que puede ser regulado por el hombre y por la tanto la enseñanza influir en su desarrollo.

    "El pensamiento se manifiesta así como proceso de búsqueda, elaboración de hipótesis, razonamientos, emisión de juicios, etc. La vía fundamental para la obtención de nuevos conocimientos es la inclusión del objeto de conocimiento en diferentes sistemas de relaciones, a fin de ir desgajando de él nuevas propiedades."

    • Exigencias para un aprendizaje desarrollador de las ciencias.

    Aunque en otros trabajos (Silvestre 1999, Zilberstein 2000, Zilberstein, Portela y Mcpherson 2000) nos hemos referido a un conjunto de exigencias que estimulan el desarrollo integral de la personalidad de las alumnas y alumnos, teniendo en cuenta algunos de los elementos teóricos planteados en párrafos anteriores, retomaremos aquí algunas de ellas, por considerar su importancia, y se harán nuevas valoraciones en relación con el tema que nos ocupa.

    Se hace necesario estimular la búsqueda activa por parte de las alumnas y alumnos y motivarlos a "aprender construyendo ciencia", a investigar, a proponer soluciones alternativas y a estar "insatisfechos" constantemente con lo que aprenden. Hoy se necesita promover la actividad, pero no por la sola actividad en sí misma, ¡evitemos el activismo de la enseñanza, la participación no reflexiva del escolar!.

    Promover la actividad de búsqueda del conocimiento debe favorecer el paso de las acciones externas con los objetos, al plano mental interno, que permite al alumno poder operar con ese conocimiento, por lo que esa actividad deberá estimular el análisis y la reflexión del contenido que va surgiendo ante él, para establecer los nexos, las relaciones a partir de la esencia.

    Modificar la posición del docente en el proceso de enseñanza aprendizaje y lograr un mayor protagonismo del alumno implica que, si habitualmente ofrece toda la información, se trata de que el alumno busque al menos una parte importante de esta, no como un proceso de redescubrimiento científico, sino como búsqueda reflexiva de la información que no se posee, y que exista una orientación que le permita saber qué necesita, qué le falta.

    Si se trata de buscar las características de un objeto, de un hecho, de un proceso, ¿Cómo orientarse para ello?, ¿Existe una orientación general, aplicable a diferentes contenidos?

    La lógica establece categorías generales que en la práctica escolar nos han sido de gran utilidad a estos fines. Así, la determinación de las características de un objeto, hecho o proceso, nos permitirá encontrar aquellas que son generales a todos los de la clase dada, otras que serán particulares a un grupo y unas que serán singulares correspondientes a un ejemplo concreto. Pero además, entre las características generales encontraremos las esenciales, aquello que hace que sea lo que es y no otra cosa.

    Así por ejemplo, ¿Cuáles son las características generales de las flores?, ¿Cuáles las particulares de la rosa o del geranio?, ¿De las generales, qué hace que la flor sea flor y no otra cosa, es decir, y no raíz o tallo por ejemplo?, ¿Cuál es la esencia del concepto flor? . Este mismo análisis puede realizarse si se trata del estudio de un descubrimiento, de un científico o del concepto de triángulo; estas categorías tienen un carácter universal que posibilita ir conformando un método de aprendizaje, una auto – orientación al alumno para su proceder.

    En el proceso de búsqueda, tiene especial interés que el alumno logre identificar las cualidades que le proporcionan al objeto de estudio su valor social, así como que realice la valoración acerca del sentido y el significado que posee el conocimiento en sí (para los otros y la sociedad) y para sí (para el mismo, en función de la satisfacción de sus necesidades materiales y/o espirituales).

    El proceso de búsqueda con una adecuada orientación hace que el alumno se ubique, respecto al conocimiento, en una posición analítico reflexiva, que estimule su pensamiento y el trabajo mental de una complejidad mayor, de forma tal, que se estimule la formulación de hipótesis, la elaboración de problemas, y la búsqueda de soluciones a otros.

    Para el logro de tales propósitos es muy importante que el alumno adquiera la orientación que le permita una participación consciente, con una lógica, que le facilite adquirir procedimientos para la búsqueda que irán facilitando su actuación independiente y su auto – orientación.

    El proceso de búsqueda debe conducir a la formación de un pensamiento teórico.

    Si bien en los escolares más pequeños el contenido de enseñanza se vincula a generalizaciones empíricas, se deben ir sentando las bases, desde el propio cuarto grado, para que estos puedan llegar a procesos de abstracción y generalización teórica, de modo tal que se apropien de un pensamiento de mayor profundidad y alcance, para poder actuar en la vida cotidiana, a favor de transformar creadoramente la naturaleza y la sociedad en que viven.

    Hoy deberá reconceptualizarse la concepción acerca de la unidad de la teoría con la práctica, al proponerse que las alumnas y alumnos estudien el contenido de enseñanza, será imprescindible considerar el papel rector de los conocimientos teóricos, que exige "no tener en cuenta cualquier dificultad, sino aquella que consiste en la interdependencia de los fenómenos, su ligazón interna sustancial. Conocimientos teóricos (…) no sólo acerca de los fenómenos como tales, sino también de sus interrelaciones esenciales, de las leyes dominantes en la naturaleza, en la vida social, en la existencia de la persona."

     

    El aprendizaje experiencial (Begoña 2001) asume "que las personas aprenden mejor cuando entran en contacto directo con sus propias experiencias y vivencias", pero no basta sólo visualizar el contenido de enseñanza, sino que hace falta también comprender "aquellas acciones específicas que son necesarias para revelar el contenido del concepto a formar".

    El proceso de enseñanza aprendizaje deberá estructurarse de modo que el alumno se apropie de procedimientos para "aprender a aprender", pero con conocimiento de la esencia y de las relaciones que se establecen entre los objetos, fenómenos y procesos.

    Se deberán propiciar tareas de aprendizaje que estimulen la abstracción, que exijan que el estudiante "explore" con su "concreto pensado", de los objetos, fenómenos y procesos que estudia y no siempre tenga que tener delante el objeto material para hacer referencia al mismo.

    Muchos docentes, en nuestra opinión, consideran que el llevar a los salones de clases abundantes medios de enseñanza que "objetiven" el contenido, favorece directamente el aprendizaje; no nos oponemos a esto, pero lo que recomendamos es tener en cuenta el objetivo de la clase, el lugar que esta ocupa en el sistema de clases, las características del contenido y las particularidades de los alumnos.

    Si por ejemplo, en una escuela primaria el objetivo de la clase fuera reconocer los cambios de estado de las sustancias, sería recomendable que las niñas y niños realizaran diferentes experimentos que los demostraran, pero si en el preuniversitario al tratar este contenido, el objetivo fuera explicar cada uno de esos cambios, no necesariamente se tendría que proceder del mismo modo, ni siempre sería necesario utilizar apoyo material para que los apreciaran.

    Las actividades que desarrollen los escolares deben permitir el análisis y la síntesis, de la clasificación y la comparación, de la búsqueda de lo esencial, del establecimiento de relaciones, procedimientos generales cuya adquisición irá favoreciendo el desarrollo intelectual del alumno y el autoaprendizaje (aprender a aprender).

    En las Ciencias, la solución y planteamiento de problemas por parte de los alumnos, debe llevarlos a crear en ellos contradicciones entre lo que conocen y lo desconocido, despertar su interés por encontrar la solución, plantear hipótesis y llegar a realizar experimentos que permitan comprobarlas, todo lo cual los puede motivar a buscar información, profundizar en los elementos precisos para responder a sus interrogantes, y que el aprendizaje se desvíe de la "adquisición memorística" y propicie el desarrollo del pensamiento.

    Como ya se mencionó el planteamiento de hipótesis exige que el alumno, a partir del análisis de planteamientos o problemáticas (juicios), llegue a proponer posibles soluciones (nuevos juicios), pudiéndolas corroborar en la práctica o mediante la búsqueda bibliográfica.

    Inicialmente los alumnos deberán analizar la problemática planteada (juicio), de qué se habla en ella y cuáles son sus características esenciales, así mismo precisar qué es lo que se dice acerca de esta (lo que ocurre o trae como consecuencia). Posteriormente podrán elaborar las suposiciones o hipótesis, que expliquen la causa (por qué) de lo planteado, contrastándolas con las características esenciales.

    CONCEPCION DE LA TAREA DOCENTE EN FUNCION DE QUE PERMITA LA BUSQUEDA Y L LA REVELACION ANALITICA DEL CONOCIMIENTO

    Las tareas docentes son aquellas actividades que se orientan para que el alumno las realice en clases o fuera de esta, implican la búsqueda y adquisición de conocimientos, el desarrollo de habilidades y la formación integral de su personalidad (Silvestre 2000).

    La actividad planificada para dirigir la actividad cognoscitiva de los escolares se organiza en diferentes tipos de tareas, planteadas por el profesor o que surgen en la interacción alumno profesor. Tales tareas contendrán indicaciones y estas servirán de guía para la realización de la actividad (la ayuda del otro).

    Las tareas deben estar dirigidas a incidir, tanto en la búsqueda de la información, al desarrollo de habilidades, a la formación de puntos de vista, juicios, a la realización de valoraciones por el alumno, todo lo cual además de que permite que se apropie de conocimientos, contribuye al desarrollo de su pensamiento y a la formación de valores.

    Las tareas deben constituir un sistema y estar en correspondencia con los objetivos que se trace el docente. Deberán ser suficientes, variadas y diferenciadas.

    DESARROLLAR FORMAS DE ACTIVIDAD Y DE COMUNICACIÓN COLECTIVAS QUE FAVOREZCAN LA INTERACCION DE LO INDIVIDUAL CON LO COLECTIVO EN EL,PROCESO DE APRENDIZAJE

    L.S. Vigotsky planteaba que "cualquier función en el desarrollo cultural del niño aparece en escena 2 veces, en 2 planos: primero como algo social, después como algo psicológico, primero entre la gente, como categoría interpsíquica, después dentro del niño, como una categoría intrapsíquica"

    Es precisamente en la comunicación que tiene lugar la adquisición de las referidas formas externas. Así, el aprendizaje, el desarrollo intelectual y la formación de sentimientos, cualidades y valores, precisan de la interacción entre las personas y de la actividad individual consecuente.

    Ha existido la tendencia, y aún se aprecia en muchas clases, que el maestro centre la actividad y que la interacción se produzca en forma de eco, "yo, maestro digo, tú alumno repites", o "yo hago y tú copias". "El aprendizaje a través de experiencias dentro y fuera del aula, y no solamente a través de "maestros" es vital (…) el aprendizaje debe ser relevante para los involucrados."

    Además de reducir enormemente las posibilidades para adquirir una habilidad o un conocimiento, la carencia de actividades colectivas limita extraordinariamente que el alumno se manifieste, que muestre como se comporta, que exprese qué y cómo piensa, qué hace, por lo que se limitan aún más las posibilidades de ejercer una importante acción dirigida en la educación del alumno, respecto a su comportamiento y a la formación de sentimientos y valores.

    La interacción grupal favorece que el alumno se apropie del contenido de enseñanza siendo protagonista de su propio aprendizaje, sin desconocer que cada estudiante debe actuar con independencia y el papel determinante de la "dirección adecuada" del docente en cada tipo de actividad.

    En la clase de Ciencias deberán prevalecer procesos comunicativos que respeten y potencien la individualidad de los integrantes del grupo, estimulando el planteamiento de nuevas ideas, otorgándole valor a lo que cada uno de sus miembros exprese.

    El intercambio de información, las reflexiones grupales, la interacción entre sus miembros, favorece el pensamiento de cada estudiante, le permite confrontar ideas, completarlas, variarlas e incluso llegar a nuevos planteamientos. Es decir, el trabajo del grupo contribuye al desarrollo de cada uno de sus integrantes.

    Danilov al referirse al carácter colectivo de la enseñanza planteó "necesidad de educar a todos los alumnos de la clase colectivamente, y crear las condiciones para el trabajo organizado y activo de los educandos, a la vez que se atienda individualmente a cada alumno".

    Hoy esta manera de ver el trabajo grupal deberá ser superada y expresar, que se tenga en cuenta el trabajo colectivo, pero como motor impulsor de la zona de desarrollo próximo de cada alumna y alumno, para que a partir del desarrollo alcanzado con la ayuda del otro, – léase alumnos, docente, padres, entre otros -, se logre un desarrollo potencial, que permita desarrollar otras actividades de mayor complejidad y a la vez, manifestar formas de comunicación y socialización más profundas.

    Las diferentes formas de organización del proceso docente deberán incluir el trabajo en el aula y fuera de esta, en grupos, por equipos (cuatro o cinco estudiantes), por parejas e individual

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    VINCULAR EL CONTENIDO DE APRENDIZAJE CON LAPRACTICA SOCIAL Y ESTIMULAR LA VALORACION POR EL ALUMNO EN EL PLANO EDUCATIVO

    El logro de este propósito exige que el alumno logre identificar las cualidades que le confieren el valor al objeto de estudio y que realice su valoración, es decir que encuentre el valor social que posee, así como el sentido para sí.

    " Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive; es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote. Es preparar al hombre para la vida."

     

    Es indiscutible el efecto positivo que se produce en el estudiante, respecto al aprendizaje de un contenido, el hecho de que encuentre la utilidad social que tiene y la utilidad individual que puede reportarle el conocimiento con el que está interactuando.

    La revelación del significado social y la búsqueda del sentido personal pueden, por una parte, favorecer el interés del alumno por el contenido de aprendizaje y, por otra, abrir la posibilidad de utilizar el contenido con fines educativos. "Quienes aprenden deben actuar y vivir para el presente, así como para el futuro."

    Por otra parte, la interacción entre los alumnos durante la actividad en la clase, propiciará diferentes momentos en que se puedan ejercer importantes influencias educativas, a partir de la valoración y autovaloración de su comportamiento y del resultado de la actividad.

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    Dr. José Zilberstein Toruncha.