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Formación del valor responsabilidad en los adolescentes (página 2)


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El tema tratado por los autores antes mencionados no aborda de manera integral la formación de valores en los deportistas, de ahí la necesidad que se tuvo de consultar otras fuentes bibliográficas que permitieron dar al traste con estudios realizados por varios especialistas y personalidades, los cuales coinciden en plantear de la existencia de una serie de valores inherentes a la práctica deportiva, así como de su función educativa y formativa, entre estos autores se encuentran: Yan María Brohm (1988); N.I Boldiviev (1982); Martha Cañizares (1994); Armando Forteza (1986); Juan Parent (1990); Peter Thompson (1991); C. R. Sierra Barbado (1998); Antonio Gómez Rijo (2001); Zaldivar (2004); Rodríguez (2003); Gutiérrez (2003); Barreto García (2003); Rojas Valdez (2003), Manuel González (2002); Maira Del Toro (2007), aparte de otros estudios realizados por investigadores de proyectos, trabajos de diploma, tesis Maestrías y Diplomados. La mayoría de estos autores centran sus estudios en aquellos valores que son positivos, deseables, aunque expresan sus argumentaciones sobre el valor educativo de la actividad física-deportiva, pero difieren en el número de los mismos.

No obstante a la variedad de criterios y concepciones existentes sobre los valores y su formación, se asume la definición de valor aportado por el Dr. José R. Fabelo Corzo, que trata en su obra "Práctica, Conocimiento y Valoración", donde señala: "…por valor, generalmente se entiende, la capacidad que poseen determinados objetos y fenómenos de la realidad objetiva de satisfacer alguna necesidad humana, es decir, la determinación social de estos objetos y fenómenos, consistente en su función de servir a la actividad práctica del hombre ".[1]

Esta definición enfoca el valor como un concepto filosófico general, al reflejar su doble función como instrumento cognoscitivo y medio de regulación y orientación de la actividad humana, entendiéndose como valor a una compleja formación de la personalidad, contenida no sólo en la estructura cognitiva, sino fundamentalmente en los profundos procesos de la vida social, cultural y en la concepción del mundo del hombre, que existen en la realidad, como parte de la conciencia social y en estrecha correspondencia y dependencia del tipo de sociedad en el que niñas y niñas, adolescentes y jóvenes se forman.

Este investigador analiza los valores como un problema complejo teniendo en cuenta su polisemantia y pluridimensionalidad porque portan una doble relación subjetivo objetivo y adoptan en ocasiones visiones instituidas y oficiales. A su criterio sobre la complejidad de este proceso se añade, su carácter multifactorial, al ser objeto de atención, análisis e intervención de la sociedad, la escuela y la familia.

La importancia de educar a los adolescentes de forma integral, se define a través de la relación entre valores, actitudes y normas, cuya relación entre estos términos fue planteada por F. González al referirse: "Los valores son proyectos globales de existencia que se instrumentalizan en el comportamiento individual, a través de la vivencia de unas actitudes y del cumplimiento, consciente y asumido, de unas normas o pautas de conducta. "[2]

Atendiendo a lo planteado se considera que en la educación en valores, juegan un papel importante los aspectos de la personalidad entre ellos: los sentimientos, las actitudes, las cualidades y las motivaciones personales, partiendo del accionar directo en el individuo.

El deporte como acción social ocupa un lugar importante no solamente en la sociedad venezolana, sino también a nivel mundial, dado a su naturaleza educativa, al centrarse en sus principios formativos fundamentales y las proyecciones dirigidas en lo individual al desarrollo integral, más completo, y en lo colectivo, al reforzamiento de las relaciones humanas y el compañerismo, como estímulo al desarrollo social, ya que actúa como un medio de recreación, de emulación pacifica, de paz y amistad.

Muchos son los valores que podemos atribuirle al deporte, y muchos los que podemos potenciar con su práctica, el problema reside en que educar en estos valores supone formar personas honestas consigo mismas y con los demás, abiertas a nuevas experiencias pero sin anteponer sus propios intereses en detrimento de los demás, considerándose el respeto a la libertad de expresión y a la igualdad de oportunidades como algunos de los derechos más fundamentales de las personas. En definitiva, de lo que se trata, es de cómo lograr utilizar el deporte en beneficio de las futuras generaciones, siempre desde la perspectiva educativa.

La educación en valores en los adolescentes ocupa un lugar preponderante en la contemporaneidad, por lo que el autor determinó dirigir este estudio al fortalecimiento de uno de ellos: la responsabilidad, empleando para ello la recreación física, sustentado en que es una actividad social comunitaria, capaz de contribuir a la consolidación consciente de dicho valor, al ser vehículo de educación, salud y esparcimiento y que además por la gran aceptación que tiene entre los adolescentes, por formar parte de las actividades que realizan en su tiempo libre y que en la misma cada joven que se recrea juega un papel importante, partiendo de la responsabilidad asumida y el sentido de pertinencia, mostrando intereses individuales y colectivos. También tuvo en cuenta que los estudios antes mencionados, no particularizan en la recreación física en sí y mucho menos en relación a esta actividad en el marco comunitario, sino que lo generalizan hacia la actividad deportiva en general.

No es menos cierto que el trabajo que se viene desplegando en la comunidad en la búsqueda de mejorar la calidad de vida de la población, se ha ganado bastante, pero aún subsisten deficiencias en relación al trabajo educativo que deben desarrollar todas y cada una de las actividades que se realizan en ese contexto.

En este caso se encuentra la comunidad "Parcela 2" perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia, por ser una de las comunidades que más dificultades presenta en este sentido, tanto por parte del accionar de todos los factores de la comunidad, repercutiendo en que se presenten manifestaciones conductuales inadecuadas y el menoscabo de valores morales principalmente en los adolescentes, particularmente en la irresponsabilidad que muestran en su accionar cotidiano y como ciudadanos de hoy, además de no cumplir con su deberes y obligaciones como entes de esta sociedad, sino que se dedican a la realización de actividades y otros menesteres que van en detrimento a su formación integral, así como al uso irracional del tiempo libre.

Partiendo del diagnóstico realizado en dicha comunidad se pudo constatar la siguiente SITUACIÓN PROBLÉMICA: es insuficiente el fortalecimiento del valor responsabilidad en los adolescentes, dado en que prevalece en ellos la independencia en sus propias valoraciones y actuaciones, no responden adecuadamente a un conjunto de exigencias, en función de su desarrollo como personalidad, presentan problemas de obediencia y subordinación en relación con el adulto, las posiciones morales que adoptan dependen en gran medida de las exigencias morales vigentes en su grupo de coetáneos, la regulación moral no alcanza el nivel superior (autorregulación), manifiestan imprecisión y falta de fundamentación de sus propósitos hacia una adecuada orientación vocacional y profesional, presentan problemas en cuanto a la participación activa y consciente en actividades extraclases, relacionadas con su vida futura, no se cuenta con una preparación adecuada por parte de los factores que atienden la comunidad, las actividades deportivas-recreativas y de otro tipo que se realizan no se corresponden a las particularidades de los adolescentes.

Los elementos expresados, así como, la experiencia personal del autor en lo referente al trabajo en valores, justifican la necesidad de abordar el siguiente PROBLEMA CIENTÍFICO: ¿Cómo contribuir a fortalecer el valor responsabilidad en los adolescentes de 17 a 20 años de la comunidad "Parcela 2", perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia? Es por ello que se delimita como OBJETO DE INVESTIGACIÓN el proceso de educación en valores y se define como CAMPO DE ACCIÓN el fortalecimiento del valor responsabilidad en los adolescentes de 17 a 20 años.

El OBJETIVO de la investigación se encamina a elaborar acciones educativas que contribuyan a fortalecer a través de la recreación física el valor responsabilidad en los adolescentes de 17 a 20 años de la comunidad "Parcela 2", perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia.

En correspondencia con los elementos anteriores se formulan las siguientes PREGUNTAS CIENTÍFICAS:

1.- ¿Cuáles serán los fundamentos teóricos que sustentan el proceso de educación en valores y del fortalecimiento del valor responsabilidad?

2.- ¿Cómo se manifiesta el fortalecimiento del valor responsabilidad a través de la recreación física en los adolescentes de 17 a 20 años de la comunidad "Parcela 2", perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia?

3.- ¿Qué acciones contribuirán a fortalecer el valor responsabilidad a través de la recreación física en los adolescentes de 17 a 20 años de la comunidad "Parcela 2", perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia?

4.- ¿Serán pertinentes las acciones educativas propuestas para fortalecer el valor responsabilidad a través de la recreación física en los adolescentes de 17 a 20 años de la comunidad "Parcela 2", perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia?

Las TAREAS CIENTÍFICAS desarrolladas en la investigación estuvieron encaminadas a:

1. Sistematización del marco teórico conceptual del objeto de investigación, así como del campo de acción de acuerdo a la información bibliográfica recopilada.

2. Diagnosticar el estado actual del trabajo que se realiza con respecto al fortalecimiento del valor responsabilidad en los adolescentes objeto de muestra a través de la recreación física.

3. Elaboración de acciones educativas para el fortalecimiento del valor responsabilidad en los adolescentes a través de la recreación física.

4. Valoración de acuerdo a los criterios de especialistas de la pertinencia de las acciones educativas a partir de la implementación parcial de las mismas.

Justificación

El principio rector de la educación socialista, consiste en educar a las actuales y venideras generaciones como constructoras conscientes y activas, como defensoras de la patria, sobre la base de un desarrollo armónico, espiritual y físico, por lo que se debe trabajar en dirección a alcanzar "…elevados sentimientos y gustos estéticos; convertir los principios ideológicos, políticos y moral comunistas, en convicciones personales y hábitos de conducta diaria…"[3]

Extrapolado este planteamiento a la Misión Barrio Adentro Deportivo los objetivos que se alcanzan en la educación de las niñas(os), adolescentes y jóvenes, tienen como base los principios martianos y marxistas, los aportes y las orientadoras ideas de Fidel Castro Ruz, así como de otros pensadores cubanos en la formación revolucionaria, en correspondencia con la política educacional del país, la formación de conciencia y conducta, en el espíritu de la moral socialista como línea fundamental del proceso educativo. Sobre esta base se resuelven los problemas de la educación en valores.

Por tanto, el autor consideró que la fuente espiritual de la fuerza y la pureza del movimiento deportivo cubano se encuentran en los principios ideo políticos y morales que expresan las relaciones del ideal social de la sociedad cubana, auténticamente patriótica, internacionalista y humanista. La actividad deportivo-recreativa al ocupar un espacio sustancial en la vida de los adolescentes, se convierte en un agente socializador y formador fundamental de auto educación y autoperfeccionamiento integral.

En realidad los valores son como faros que permiten avizorar el horizonte de la existencia misma, de ahí que a través de la actividad deportiva éstos se van a aprender, desarrollar, consolidar y perfeccionar en la comunidad, al permitir el intercambio de experiencias, el acercamiento con las personas significativas del mundo circundante, dejando una impresión de modo positivo, contribuyendo, de manera consciente, al desarrollo de una sociedad donde los valores se convierten en ¡Banderas! para que un mundo mejor siempre sea posible.

Analizando algunos de los estudios realizados sobre los valores y el deporte como son los de: Sierra Barbado, Carlos R. (1998) Estrategia de Dirección para la formación del valor moral colectivismo en los estudiantes de la carrera de Cultura Física en Santiago de Cuba; Gutiérrez, M. (1995) Valores sociales y deporte; Seirul.lo, F. (1995) Valores educativos del deporte en la iniciación deportiva y el deporte escolar; Trepat, D. (1995) La educación en valores a través de la iniciación deportiva; Del Toro Alonso y M. Medero (1997-2000) Hacia una reflexión necesaria. La formación de valores en los atletas, un reto del Sistema de Cultura Física cubano; Formación de valores en atletas. Una búsqueda de espiritualidad y de conciencia; Gómez Rijo, A (2005) La enseñanza y el aprendizaje de los valores en la educación deportiva, entre otros, no deja a duda de que se haya trabajado con ahínco al respecto, pero no es el caso en cuanto a la formación de los valores a través de la recreación física en general y del valor responsabilidad en particular que se desarrolla en la labor que vienen desplegando los colaboradores cubanos en dicha misión.

Estos estudios sirvieron de punto de partida para que el autor sintiera la necesidad socialmente significativa que tiene el tratamiento del valor responsabilidad, al existir una intencionalidad de fortalecerlo en los adolescentes a través de la recreación física siendo la novedad de este trabajo y que además responde a las exigencias actuales de la Misión Barrio Adentro Deportivo (BAD) y los imperativos de esta sociedad en cuanto a la formación de valores, precisándose en este sentido en la actualidad del tema que se estudia, cuyo aporte e importancia se da en las acciones educativas propuestas para el fortalecimiento de dicho valor.

Con la aplicación de dichas acciones se obtendrán resultados relevantes para el beneplácito de toda la sociedad, incidiendo primeramente en los adolescentes, quienes son el centro de la investigación, al percibir un cambio positivo en su personalidad, la familia y comunidad en general, dándole continuidad a la hermosa obra que viene desarrollando la Revolución Bolivariana.

Capítulo I:

Fundamentos Teóricos

  • Fundamentos gnoseológicos sobre la formación de valores:

La formación de valores constituye en la actualidad un problema que ha sido objeto de análisis por especialistas y educadores de todo el mundo, debido a la importancia que tienen en la formación de los seres humanos en relación con su condición de ente social y para la formación de su personalidad.

El estudio de los valores constituye un tema polémico, fundamentalmente por la pluralidad conceptual que se deriva del tratamiento que recibe por las distintas disciplinas que lo estudian y los enfoques cosmovisivos de los que se desprenden diferentes percepciones teórico- prácticas.

En esta dirección es necesario establecer los argumentos teóricos precisando los aspectos fundamentales que avalan el problema desde la perspectiva filosófica y pedagógica, así como las potencialidades de la recreación física.

Desde el punto de vista filosófico, se parte de que el tema de los valores ha sido una vieja preocupación del ser humano, es por ello que interrogantes asociadas a qué aceptar como bueno, justo, bello, útil y qué clasificar como malo, feo, injusto ó perjudicial han tenido que buscar respuestas para que el hombre pueda orientarse en la vida y encontrar las motivaciones necesarias que guíen su actividad y conducta.

Pero estas respuestas no han estado siempre al alcance de la mano, y en la búsqueda de las mismas los hombres han adoptado distintas posturas, los que abordan el problema llenos de dudas y perplejidad, los que poseen criterios totalmente contrapuestos que hacen que presenten las escalas de valores de determinados individuos o grupos como las únicas verdaderas.

Es por ello que antes de aparecer la axiología como disciplina teórica independiente que se dedica al estudio de los valores, el tratamiento de los mismos ha estado presente en la historia del pensamiento filosófico. En el período clásico de la filosofía griega, pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles se preocuparon en su producción teórica por el problema de los valores destacándose en sus obras valores como el bien, la sabiduría, la justicia, la verdad, la belleza, el amor etc., conceptos que continuaron desarrollándose en el período helenístico.

En la edad media el pensamiento escolástico representado por las figuras de San Agustín y Santo Tomás de Aquino le confirió un peso importante a la esfera moral en la formación del hombre desde sus posiciones teológicas. Así mismo sucedió con las figuras modernas Hobbes, Hume Kant (siglos XVII y XVIII).

Por lo tanto puede hablarse de contenidos axiológicos en todos ellos, aunque en el caso de los valores, estos se analizan de manera aislada lo que limita que se produzca una sistematización y generalización teórica de los mismos, debido al nivel de desarrollo que poseía el conocimiento en esos momentos.

La importancia práctica que posee el tema de los valores y su vínculo con la comprensión de la relación hombre-mundo hace que aparezca en la segunda mitad del siglo XIX la axiología (del griego axia: valor, logos: estudio, tratado), rama del saber filosófico que ha tratado de dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿Cuál es la naturaleza de los valores humanos?, ¿De dónde surgen?, ¿Cuál es su fuente?

Las preguntas anteriores han tenido diversas respuestas a partir de las distintas interpretaciones que en relación a los valores han ofrecido los diversos sistemas. Según Fabelo Corzo estos pueden clasificarse en cuatro grupos que han tratado a lo largo de la historia del pensamiento filosófico de explicar la naturaleza de los valores humanos. Estas posiciones son la naturalista, la objetivista, la subjetivista y la sociologista.

La naturalista: destaca el vínculo de los valores con las propiedades naturales de los objetos, del ser humano.

La objetivista: coloca la fuente de los valores, en un mundo trascendental eterno e invariable separando su contenido de la realidad concreta en que habitan los hombres.

La subjetivista: esta pone a los valores en relación directa con el hombre, con sus necesidades e intereses pero los hace depender de sus gustos, deseos e intereses sin importar cuales sean éstos, promoviendo una total anarquía en el mundo de los valores. Al dejar estos sometidos a caprichos personales. Se le adjudica el papel fundamental al sujeto.

La Sociología apela a la sociedad como fuente legitimadora de valores, la conciencia social será la encargada de hacer valer los valores. Le adjudica el papel fundamental a la sociedad en su conjunto.

El análisis de las diferentes posiciones axiológicas, permite constatar que no existe un concilio teórico en torno al problema de los valores en la medida en que cada una de ellas reclama para si el monopolio de la verdad, centra la atención en uno de los aspectos de los valores sin llegar a ofrecer una respuesta abarcadora de toda su complejidad y no explican de manera convincente el origen de los valores.

Es importante destacar que aunque no existe un concilio teórico en torno a la definición de valores, se puede decir que en las diferentes definiciones al respecto, existe un hilo conductor relacionado con la significación, del cual se desprenden las diferentes concepciones que existen sobre lo positivo y lo negativo, lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, etc.

La interpretación que ha dado el hombre al problema de los valores a lo largo de la historia, ha constatado lo polémico y controvertido que resulta el mismo, así como su condicionamiento histórico social, criterio coincidente en las obras de los que se dedican a su estudio, independientemente de su posición de clase y su proyección cosmovisiva. En este sentido el axíologo cubano José Ramón Fabelo Corzo de ascendencia Marxista analiza los valores como un problema complejo teniendo en cuenta:

Su polisemantia: que se expresa en las diferentes definiciones que del mismo se ofrecen, atendiendo al tratamiento que le dan las diferentes ciencias que lo abordan dentro de su objeto de estudio (Ética, Estética, Filosofía, Pedagogía y Psicología) así como a las diferentes interpretaciones del mismo en dependencia con la posición cosmovisiva que adopte.

Su pluridimensionalidad: en la cual se reconoce la existencia de tres dimensiones fundamentales para los valores, que se corresponden con tres planos de análisis de esta categoría. Siendo las dimensiones:

Objetiva: los valores se asumen como parte constitutiva de la realidad, asumiendo lo objetivo un carácter social.

Subjetivo: se refiere a la forma en que esa significación social es reflejada en la conciencia individual o colectiva.

Instituida u oficialista: son las que evidencian el modo de organización y funcionamiento en la sociedad en la que el sujeto vive y se desarrolla.

Al criterio de Fabelo en torno a la complejidad de este proceso se puede añadir que además de su pluralidad conceptual y dimensionalidad, esta presente también su carácter multifactorial al ser objeto de atención, análisis e intervención de la sociedad, la escuela y la familia.

El autor además se afilia a la posición de los filósofos cubanos marxistas contemporáneos, los cuales realizan un análisis de los valores desde la perspectiva objetiva subjetiva. Cuando declaran que si los valores objetivos actúan como objetos o cosas de las necesidades o intereses de los hombres, los valores subjetivos constituyen la expresión de la relación que el hombre establece con el mundo concebida desde la perspectiva del sujeto en el cual intereses y necesidades se traducen en el lenguaje de lo ideal, de lo pensado.

En este sentido, la definición de valores, aportada por Fabelo J. R. tratada en la introducción, es expresión de la dialéctica de la relación entre lo objetivo y subjetivo y en el mismo se destaca como elementos esenciales que sirven de guía para el análisis de este fenómeno los siguientes aspectos: su significación, la satisfacción de necesidades y que sirvan a la actividad práctica del hombre. También se hizo necesario considerar lo expresado por Rodríguez, Luís E. (2000): "El valor puede tener un signo positivo o negativo (antivalor). Para el sujeto el valor siempre va tener una significación positiva pues le resuelve algo. Sin embargo, el signo positivo del valor se determina si está en correspondencia con el progreso social o más bien si se incluye en la ideología que asume""[4]

Reflexionando en lo expresado, se es del criterio de que lo que para un grupo social puede tener una significación positiva, para otro puede ser negativa y que los valores no son estables, ni eternos ellos dependen en gran medida del contexto histórico y las exigencias que de este se deriven, así como de las etapas del desarrollo ontogenético en que se desarrollan los individuos.

En el individuo los valores ocupan lugares diferentes en las distintas etapas de su desarrollo: para la juventud, la solidaridad ocupa un lugar cimero, en la adolescencia son las decisiones propias y para la niñez, las buenas relaciones.

Los valores surgen y se desarrollan en el proceso de la actividad que el hombre realiza, de ahí que estos asuman una doble connotación (objetiva, subjetiva), (material, espiritual). Se pueden ubicar en un nivel material cuando son objeto que cumplen las expectativas de satisfacer necesidades y servir a la actividad práctica del hombre y espiritual cuando se expresan en forma de acciones sociales, ideales y actitudes, siendo característico de este nivel los valores éticos, políticos e ideológicos como la lealtad, la modestia, la honradez, etc. Algunos objetos resumen ambos niveles, en la medida que logran integrar en el significado que el hombre le adjudica, la relación entre lo material y lo espiritual.

El sistema de valores objetivos determinados por las necesidades sociales y el constituido por los valores oficialistas que llegan al sujeto a través de la ideología, la política y la educación tienen incidencia sobre el individuo, actúan en su subjetividad que está determinada por sus necesidades individuales, su estado y satisfacción, mediatizado este proceso por la acción del medio que rodea al individuo y la incidencia de las diferentes influencias sociales.

El valor actúa en calidad de regulador solo si es asumido e incorporado al comportamiento del individuo, es decir, la interiorización subjetiva del valor solo es posible cuando ella transita por los procesos cognitivo, afectivo-volitivo, la experiencia acumulada y la orientación ideológica.

La interpretación y análisis de los valores, desde la cosmovisión marxista, pone a la luz, que el centro de atención en el análisis de este fenómeno, es la relación que el hombre mediante su actividad establece con el mundo en el cual tiene una marcada influencia, el contexto histórico social, la posición de clase y el individuo, aspectos estos que determinan la escala de valores sociales e individuales a partir de lo que se asume como positivo o negativo.

En cuanto a los fundamentos pedagógicos de los valores, se puede decir que el proceso de formación y apropiación de los valores, constituye un trabajo esencialmente educativo que se convierte en orientador de la acción. Es por ello que la formación de valores constituye un proceso básico para la elevación de la calidad educacional y de la vida de los individuos.

Al respecto, Álvarez de Zayas, Carlos (2000), consideró que: "La preparación de los ciudadanos de un país para su adecuado desempeño es una de las necesidades más importantes a satisfacer en cualquier sociedad, lo que se convierte en su problema esencial".[5]

Además, expresó: "Una sociedad está preparada cuando todos o la, mayoría de los ciudadanos lo está; un individuo está preparado cuando puede desempeñarse adecuadamente al enfrentarse a los problemas que se presentan en su puesto de trabajo y lo resuelve".[6]

En ambas expresiones, se enfatiza en que para garantizar una educación que posibilite la preparación integral del individuo, es necesario ubicar en el centro de la misma a los valores, porque de la escala de valores que sea asumida por estos, dependerá que se tenga hombres capaces de resolver de manera exitosa y creadora los disímiles problemas que se presentan en la práctica.

Es necesario educar a niños, jóvenes y adolescentes en los valores que sustenta la sociedad en que viven y que todos los que de una u otra forma están comprometidos con la tarea educacional (familia, escuela, sociedad), efectúen una labor que prepare al hombre para la vida, que posibilite una actuación consecuente en su vida cotidiana, una posición correcta en la búsqueda de alternativas y soluciones que contribuyan al desarrollo y conservación de la humanidad. Es por ello que existe una relación dialéctica entre la sociedad, la educación, la formación y los valores.

El proceso de educación en valores debe partir del criterio de que el mismo solo es viable en la medida en que participen los distintos factores que inciden en la formación del individuo, la familia, la escuela y el medio social, siendo necesario que el sujeto conozca el carácter objetivo de cada uno de los valores y experimente y vivencie en lo individual y colectivo, los parámetros e indicadores positivos que los caracterizan.

Lo antes expuesto, permite afirmar que los valores se educan y se forman en la medida en que la educación va dirigida a la formación del hombre y debe dar respuesta al tipo de hombre que hay que formar para vivir en una determinada sociedad.

Por otro lado, la formación de un sujeto es el resultado de la educación recibida, que se evidencia en una posición activa en su aprendizaje y desarrollo, así como en la actitud positiva que pone de manifiesto en aspectos fundamentales de su vida entre ellos: la familia, el estudio, trabajo, el tiempo libre, la recreación y la patria.

Educación y Formación son procesos interrelacionados que funcionan en una dialéctica de relaciones mutuas, en la medida en que cuando educamos, tenemos de manera mediata un producto que está asociado a las expresiones de comportamientos, formas de hacer, sentimientos e ideales que se han asumido, formado bajo las influencias educativas a las que ha estado sometida el sujeto.

Entre dichos procesos existe una relación dialéctica que debe partir de la instrucción para que el sujeto tenga los conocimientos necesarios que le posibilitan el desarrollo en el cual pondrá de manifiesto no solo los conocimientos, sino también las maneras en que enfrentará el mundo, evidenciándose en este hacer sus convicciones concretadas en valores. Desde la posición pedagógica de Báxter, Esther (2000): "Los valores son considerados como una compleja formación de la personalidad contenida no solo en la estructura cognitiva, sino fundamentalmente en los profundos procesos de la vida social, cultural y en la concepción del mundo del hombre que existen en la realidad como parte de la conciencia social y en estrecha correspondencia y dependencia del tipo de sociedad en que los niños, adolescentes y jóvenes, interactúan y se forman".[7]

Compartiendo con esta concepción se puede afirmar que entre la educación y la formación existe cierta relación por ser procesos indisolublemente ligados, que exigen el papel activo del sujeto, que solo logra alcanzarse mediante una enseñanza desarrolladora, de lo cual depende que los valores asuman una significación para que propicie la regulación del comportamiento, que le sirvan al individuo como estándares, puntos o marcos de referencia para valorar a través de la comparación. El valor actuará en calidad de regulador solo si es asumido o aceptado por el individuo e incorporado a su comportamiento.

Es importante conocer que los valores se clasifican en valores finales y valores operativos. Los valores finales (asociados con su visión (¿hacia dónde vamos?) y su misión (razón de ser o ¿para qué?) y valores operativos o instrumentales (asociados a la forma de pensar y hacer las cosas con que la organización pretende afrontar las demandas del entorno e integrar sus tensiones internas para alcanzar su visión y su misión). Estos valores tácticos definen la cultura operativa.

Los valores finales pueden subdividirse en dos tipos:

  • Valores personales: Aquellos a los que aspira el individuo para si mismo y responden a la pregunta: ¿Qué es para usted lo más importante en la vida? Y van desde el genérico "ser feliz" hasta "tener prestigio".

  • Valores ético – sociales: Constituyen aspiraciones o propósitos que benefician a toda la sociedad, tales como el respeto a la comunidad o el respeto a los derechos humanos. Responden a la pregunta "¿qué desea usted para el mundo?".

Los valores instrumentales u operativos pueden ser de dos tipos:

  • Valores ético – morales: Se refieren a los modos de conducta necesarios para alcanzar los valores finales y no son necesariamente en si mismos fines existenciales. De hecho, la palabra "moral" proviene del latín mores, que significa costumbre. Ejemplo: La lealtad, puede ser (o es) un valor instrumental para conservar las amistades (valor final). Responden a la pregunta "¿cómo cree que hay que comportarse con quienes nos rodean?".

  • Valores de competencia: Se pueden llamar de competencia individual, y aunque también están socialmente condicionados, no están directamente relacionados con la moralidad, ni con la culpabilidad. Responden a la pregunta "¿qué cree que hay que tener para competir en la vida?" y entre ellos están: la imaginación, la iniciativa o la lógica.

Tomando en cuenta los criterios expresados por J. R. Fabelo, en su obra "La formación de valores en las nuevas generaciones", en la cual analiza tres planos de la categoría valor:

"a. El valor como parte de la realidad social.

b. Forma en que esa significación se refleja en la conciencia (colectiva e individual).

c. La sociedad debe siempre organizarse y funcionar en la órbita de un sistema de valores instituido y reconocido oficialmente".[8]

Analizando estos planos, en el primero se deja claro la relación existente entre los procesos o acontecimientos de la vida social y las necesidades e intereses de la sociedad en su conjunto, tal es el caso de la recreación física. Cuando la función del resultado de la actividad humana es favorecer el desarrollo de ésta, actúa como valor positivo, y cuando obstaculiza, esta actividad adquiere las características de antivalor.

En el segundo, se precisa en la forma en que la significación de dicha actividad se refleja en la conciencia, cada individuo o colectividad estructura su sistema subjetivo de valores partiendo del nivel de conciencia de los intereses individuales o particulares con los interés de la sociedad en su conjunto y en dependencia de las influencias educativas y culturales, de las normas y principios que rigen en esa sociedad. Este sistema es un regulador interno de la actividad humana.

Y en el tercero se específica que en toda sociedad se encuentra un sistema objetivo de valores sociales, una gran diversidad de sistemas subjetivos y un sistema socialmente instituido. En la edad juvenil el sistema de valores hacia la recreación física se forma bajo la influencia del sistema objetivo social por un lado y por el otro del sistema de valores institucionalizado.

Desde esta perspectiva, es necesario considerar que la recreación física, es un instrumento transmisor y conformador de una serie de valores considerados como deseables por parte de la sociedad, además, constituye un fenómeno social cuyas primeras expresiones datan desde los inicios del surgimiento de la sociedad, siendo resultado de la actividad humana y por ende está vinculada indisolublemente a la misma.

Al mismo tiempo es generadora de valores, en la medida que estos surgen y se desarrollan como el resultado del proceso de interacción del hombre con el mundo, que en este caso particular tiene como esencia fundamental la actividad deportiva- recreativa, por lo que el autor entendió oportuno sustentar esto a partir de los fundamentos teóricos sobre lo educativo del deporte, en este sentido parte de lo expresado por Seirull Vargas, Francisco (2004): "…los valores educativos del deporte no son los que de manera habitual se le atribuyen de forma exógena: salud, compañerismo, respeto a las normas, sino esos otros que de forma endógena se van configurando en el individuo gracias a las condiciones en las que practicó la actividad".[9]

Extrapolando lo expresado a las actividades deportivas-recreativas, se evidencia que estas son generadora de valores al igual que otras, pero la diferencia esencial es que está asociada a las vías y los medios que para ello utiliza atendiendo a las características de este proceso (espacio, comunicación, contenidos) y a los valores intrínsecos que la identifican y que se derivan de su contenido.

El análisis teórico conceptual de los valores asociados al deporte en general y a la recreación física en particular asume diferentes posiciones entre los estudiosos del tema, observándose como tendencia la consideración de que existe un grupo de valores (intrínsecos o endógenos) que caracterizan a ambas actividades y se desprenden de su contenido, como es el caso de las actividades deportivas-recreativas y otro grupo de valores (extrínsecos o exógenos) que se expresan en ellas producto del influjo social cultural en el que se desarrollan.

  • El valor responsabilidad, sus particularidades:

En este sentido, el autor en su investigación se especifica al valor responsabilidad como uno de los valores extrínsecos o exógenos, al considerar que a través de la recreación física se alcanza el dominio consciente de las normas, principios, ideas, convicciones, el nivel más alto de la personalidad capaz de alcanzar los objetivos planteados en el desarrollo cognoscitivo, presente en cualquier situación que corresponda con los motivos estables que dan lugar a una correcta conducta, evitando ante todo la ruptura entre la palabra y la acción.

Además parte de la interrogante ¿Qué se entiende por responsabilidad?, se puede decir que no es cumplir conscientemente los deberes del centro, el hogar y la sociedad y en particular en aquellas relacionadas con el estudio, la asistencia, la disciplina, las actividades productivas y de servicio, la defensa de la revolución. Asumir de forma dependiente las tareas asignadas, favoreciendo la convivencia social a partir del desarrollo de orientaciones valorativas vinculadas a la disciplina, la colaboración, el deber, la libertad e independencia así como el respeto a sí mismo y hacia los demás.

Este valor implica el reconocimiento de la posesión del individuo en la sociedad, contribuyendo a la elaboración de proyectos personales de vida en correspondencia con los proyectos comunes en el ámbito a las diferentes comunidades a las que pertenece el individuo, en este sentido la capacidad de autoperfeccionamiento actúa como efecto esencial de la conducta y actividad a partir de la dialéctica entre ¿Donde estoy? y ¿Hacia dónde voy? como expresión de la proyección de los fines alcanzar.

La responsabilidad, como algo consustancial y exclusivo del ser humano (hacer en cada momento lo que corresponde, con la satisfacción de que es algo útil), es un valor individual y colectivo, es una cualidad indispensable para crecer como persona, ser responsable exige ver más allá de nuestra propia convivencia, mostrar sentido del saber, la obligación y el compromiso en el cumplimiento de las tareas tanto en el plano individual como el social.

Cualidad de la personalidad que implica libertad para decidir y actuar asumiendo las consecuencias que se deriven de las acciones. Es la actuación consciente y oportuna del cumplimiento cabal del deber contraído y que brinda satisfacción su cumplimiento. Es compromiso y obligación: organización, respeto, disciplina, sentido de pertenencia, crítica, colectivismo, optimismo, amor a la profesión, libertad, justicia, honradez, sinceridad.

La responsabilidad se puede manifestar de diferentes formas, teniendo en cuente las características de cada individuo, la misma presenta varios modos de actuación, entre los que destacan:

  • Desarrollar con disciplina, conciencia, eficiencia, calidad y rigor las tareas asignadas.

  • Asumir la crítica y la autocrítica como poderoso instrumento de autorregulación moral.

  • Propiciar un clima de compromiso, consagración y nivel de respuesta a las tareas asignadas.

  • Conocer y respetar la legalidad socialista y las normas administrativas establecidas.

  • Promover un modo de participación democrática, donde los individuos se sientan implicados en los destinos de la familia, la comunidad y el país.

  • Cuidar el medio ambiente.

  • Respetar y defender la propiedad social sobre los medios de producción.

De igual forma cumple los siguientes Principios:

  • Ser exigente consigo mismo y con los demás, a través del ejemplo.

  • Rechazar la pasividad, desarrollando la participación y el dialogo,

  • combatir lo mal hecho, el pesimismo y la indolencia, promoviendo el optimismo en las soluciones,

  • desarrollar el colectivismo en el cumplimiento de las tareas combinando la responsabilidad individual.

  • Poseer sensibilidad humana para percibir en la comunicación con los compañeros sus intereses, necesidades y sentimientos.

  • Desarrollar la entrega, la consagración y el amor en el desempeño profesional.

Existen elementos que influyen negativamente en el desarrollo de la esfera cognoscitiva, en el aprendizaje, en las relaciones interpersonales de los adolescentes y trascienden a la manifestación de los valores, a partir de las vivencias negativas a las que se han visto sometidos, por lo que su configuración, como valores subjetivos o personalizados, se afecta.

La autoconciencia y autovaloración necesarias para lograr la educación en valores son también inadecuadas, debido a la influencia de ambientes infraestimulantes, con escaso nivel de reflexión sobre las acciones y por la falta de flexibilidad, que influyen en la autorregulación de la conducta.

Estos adolescentes tienen dificultades para proponerse metas, que requieran esfuerzo volitivo y para cumplir tareas propias de su edad, en ello influye la desconfianza en sus propias posibilidades, y la baja autoestima. Además, la jerarquía de motivos y valores que surge en el proceso de socialización no se estructura de manera armónica.

Estos elementos reafirman la necesidad de que los especialistas de recreación, posean la preparación necesaria para atender, entender y tratar sus manifestaciones de indisciplina, hostilidad, inadaptación y fracaso social, lo que ocasiona que no se sientan aceptados ni queridos ante su comunidad, por tanto les corresponde generar motivaciones socialmente positivas, que estimulen nuevas vivencias a la luz a través de la práctica del baloncesto y se reflejen en metas concretas, que primero serán a corto plazo y luego se constituyan en proyectos de vida, capaces de transformar su concepción del mundo y autorregular su conducta.

1.3- El proceso de la recreación física en función de la formación en valores:

La recreación es un proceso de acción participativa y dinámica, que facilita entender la vida como una vivencia de disfrute, creación y libertad, en el pleno desarrollo de las potencialidades del ser humano para su realización y mejoramiento de la calidad de vida individual y social, mediante la práctica de actividades físicas o de esparcimiento.

También tiene un lugar preponderante como factor sinérgico por excelencia si satisface las expectativas, no solo porque actúa en la satisfacción de las necesidades recreativas, sino que indudablemente actúa sobre las de afecto, entendimiento, participación, educación, creación, identidad y libertad.

El carácter de las necesidades de la población relacionadas con estas actividades en el tiempo libre, predeterminan la necesidad de un enfoque integral para su estudio, y que contribuyan a la formación de las condiciones de su satisfacción: la Recreación Física.

Al respecto, A. Pérez (1997), señaló "Es el conjunto de actividades de contenido físico – deportivo o turístico a las cuales el hombre se dedica voluntariamente en su tiempo libre, para el descanso activo, la diversión y el desarrollo individual"[10]

En esta definición, queda claro el objeto de la recreación física, que indudablemente son, los gustos y preferencias recreativas de la población, de acuerdo con su tiempo libre, en la diversidad de grupos de edades, géneros, ocupacionales, por lo que su misión en la comunidad, es contribuir a la formación integral de la población y satisfacer las necesidades respecto a la práctica de las actividades físicas, deportivas y recreativas como elementos integradores y facilitadores de prevención en cuanto a salud, drogadicción, violencia, desarrollo comunitario y educativo, creando una cultura de vida a través de la educación física, el deporte y la recreación.

La recreación física tiene una función integradora y esencial en el proceso de formación de valores, en virtud de su potencial instructivo-educativo, en la medida en que todos las actividades son acciones dirigidas pedagógicamente hacia objetivos que contribuyen al desarrollo de habilidades, capacidades, conocimientos y actitudes que se traducen en valores positivos que posibilitan su autoafirmación como individuo y el respecto a los demás.

Los elementos esenciales que caracterizan lo educativo de la práctica deportivo- recreativa están asociados a los siguientes aspectos: la sensación de gratificación intrínseca de hacer algo por el simple placer de hacerlo sin motivaciones extrínsecas, el desarrollo de potencialidades psíquicas, sociales e intelectuales, la formación de un hombre físicamente educado, preparado para enfrentar las diferentes actividades sociales y solucionar los problemas que se le presentan en la vida.

También desarrolla en el sujeto capacidades que le permiten estructurar su propio yo, desarrolla y educa en el sujeto valores intrínsecos y extrínsecos que le permiten interactuar con sus compañeros, y en la sociedad, posibilita que el sujeto construya nociones topológicas, espaciales, temporales y corporales por la interacción de él con los demás que constituyen un medio para establecer su nivel de desarrollo y destreza y definir sus posibilidades, etc.

Perseguir fines educativos, supone el reconocimiento de los valores que pueden ser formados desde la actividad deportivo-recreativa a través de la recreación física, ya que proporciona al practicante situaciones en las que se despiertan los mecanismos cognitivos de diversas y variadas formas que ayudan al desarrollo de una personalidad propia, por lo que los profesores y promotores de recreación tienen la responsabilidad de intentar transferirlos al marco de las actividades deportivas-recreativas que se despliegan en el contexto comunitario.

Todo lo anterior se hace más comprensible si se interiorizan algunos fundamentos teóricos sobre las potencialidades de la recreación física al respecto, partiendo de que la recreación necesita de un tiempo para desarrollarse que preferentemente suele ser el tiempo libre y de una serie de actividades para ocuparlo, y que además se caracteriza fundamentalmente por ser una actitud personal.

Al hablar de recreación y lo que se entiende por este vocablo, la amplia variedad de su contenido permite que cada cual la identifique de diferentes formas, partiendo de la libre opción hacia esta forma de actividad y sobre la base de la multiplicidad de formas e intereses que en el mundo moderno pueden constituir formas de recreación. Es por ello que lo que para unos constituye recreación, para otros no lo es, por ejemplo la lectura de un libro o el ejemplo que plantea en su libro Aldo Pérez (1997) en relación con el cuidado de los jardines; resulta para algunos, recreación y para otros trabajo.

La recreación representa en sí un conjunto de conceptos etimológicos, por consiguiente el término caracteriza, no sólo los tipos determinados de actividad vital selectiva de la gente durante el tiempo libre, sino que también el espacio en que estos funcionan. Joffre Dumazedier (1964), destacado sociólogo francés dedicado a los estudios del tiempo libre, señala, que recreación es: "el conjunto de ocupaciones a las que el hombre puede entregarse a su antojo para descansar; para divertirse o para desarrollar su información o su formación desinteresada tras haberse liberado de sus obligaciones sociales, profesionales y familiares".[11]

En esta definición se plantea la recreación como una referencia esencialmente descriptiva, aunque popularmente conocida como las Tres "D": descanso, diversión y desarrollo.

Analizando otras definiciones, el profesor norteamericano Harry A. Overatrut (1990), plantea: "La recreación es el desenvolvimiento placentero y espontáneo del hombre en el tiempo libre, con tendencia a satisfacer ansias psico-espirituales de descanso, entretenimiento, expresión, aventura y socialización"[12].

En esta definición sobresale el elemento de socialización de gran importancia en las función social de la recreación, sin embargo haciendo un análisis crítico, en ella no queda preciso el desarrollo que propicia al individuo.

Al tenerse en cuenta la relación producción-consumoreproducción se puede ver que en el desarrollo de las fuerzas productivas, en el devenir histórico de la humanidad el consumo reproductivo no se limita sólo al consumo de bienes materiales sino también y cada vez más al consumo de bienes espirituales o culturales, en definitiva a la realización de actividades recreativas, en la sociedad actual el individuo no solo consume lo necesario materialmente para su existencia, sino que necesita de forma creciente ver la televisión, ir al cine, practicar deportes, ir de excursión, leer, etc.

Una definición elaborada por A. Pérez en Argentina durante una convención en 1967, a criterio del autor, es una definición muy aceptable y completa, además de mantener plena vigencia: "La recreación es aquella actividad humana, libre, placentera, efectuada individual o colectivamente, destinada a perfeccionar al hombre. Le brinda la oportunidad de emplear su tiempo libre en ocupaciones espontáneas u organizadas, que le permiten volver al mundo vital de la naturaleza y lo incorporan al mundo creador de la cultura, que sirven a su integración comunitaria y al encuentro de su propio yo, y que propenden, en última instancia, a su plenitud y a su felicidad"[13].

La recreación se presenta como fenómeno sociocultural, ya que sólo tiene existencia en la comunidad humana, es realizada por los hombres que viven en la sociedad, además se rige por las leyes del desarrollo social que ha esclarecido el materialismo histórico, y es un fenómeno cultural, ya que esta característica deviene del hecho de que el contenido de la recreación está representado por formas culturales referido tanto a las actividades de la cultura artístico literaria, como a las de la cultura física, actividades en suma recreativas, las cuales consume el hombre para su desarrollo.

Todos o casi todos los estudiosos, especialistas y profesores de la recreación coinciden en plantear que la recreación no es sólo la agradable forma de pasar el tiempo libre sino el aprovechamiento de este tiempo de forma positiva en la sociedad, de manera tal que contribuya al desarrollo de la personalidad del hombre.

Destacando la importancia de la actitud del sujeto y relacionando el concepto genérico de recreación con el específico de recreación física, Martínez del Castillo (1986) define ésta como: "…aquella condición emocional interior del individuo que emana de las sensaciones de bienestar y de propia satisfacción proporcionadas por la preparación, realización y/o resultados de alguna de las variadas formas de actividad física (con fines no productivos, militares, terapéuticos) existentes"[14].

De acuerdo a esta definición se deja ver claramente el carácter subjetivo de la recreación física y su relación con las se necesidades de los sujetos que se recrean. No obstante A. Pérez (1997), da otra definición más acabada al referirse a que: "… es toda la actividad de contenido físico, deportivo y turístico a las que se dedica el hombre en el tiempo libre con fines de entretenimiento, esparcimiento al aire libre, competición o prácticas sistemáticas de actividades especificas, siempre y cuando prime su voluntad y la selección de cuándo, cómo y dónde las realiza en función de su desarrollo personal"[15].

Con esta definición se puede decir que la recreación física no es más que el conjunto de actividades con contenido físico-deportivo, es decir recoge todas aquellas actividades que cumplen con los principios de la función recreativa y que éstas pueden ser de las más variadas, representadas en juegos, deportes, etc., pero también aquellas en función de las posturas que pueda asumir el hombre, entretenimiento, competencia, practicas sistemáticas, entrenamientos, etc.

La recreación física que se desarrolla en la comunidad cumple con funciones tales como: regeneración del gasto de fuerza mediante la diversidad de actividades físicas, compensación del déficit de movimiento (falta de actividad muscular dinámica); en el desarrollo normal de la vida, optimización de las funciones físicas fundamentales; es decir, aumento del nivel de rendimiento físico, estabilización o recuperación de la salud, empleo del tiempo libre de forma creativa, fomento de las relaciones sociales, ampliación de los niveles de comunicación social, contacto social alegre, reconocimiento social, regulación y orientación de la conducta, entre otras.

En consecuencia a los beneficios y funciones antes señaladas, se hace evidente que es un derecho y una necesidad, por lo que es incuestionable que éstas caen dentro del ámbito del estado el compromiso (gestión) de la promoción y fomento de los satisfactores pertinentes, y así mismo se reconoce en el ordenamiento jurídico.

El mismo marco constitucional y legislativo lo aceptan, ejemplo de ello se tiene las indicaciones de INDEVAL y la Misión Barrio Adentro Deportivo, así como los proyectos que se desarrollan a través de la misma, entre otros documentos que recogen los aspectos esenciales en los que se debe trabajar y la implementación en los diferentes programas, objetivos, criterios de medidas y tareas que se desarrollen. Visto así, se podría afirmar que ha habido una excelente gestión que ha llevado, a que en el ordenamiento jurídico/político se reconozca formalmente la importancia de la recreación física y la responsabilidad del Estado frente a ella.

Dentro de la recreación física se encuentran las manifestaciones deportivas, que la componen los diferentes deportes, pero con la variante de deporte recreativo o participativo y/o deporte de tiempo libre, el cual experimenta un gran auge nacional como internacional en las últimas décadas.

Cada año es mayor el número y diversidad de grupos de población incorporados a las diferentes formas de la práctica activa de esta manifestación. Al respecto el profesor Alemán Buggel citado por A. López (1997) define esta manifestación, de la forma siguiente: "Con el término del deporte recreativo de tiempo libre (no calificado) también como deporte para todos, deporte popular o masivo), se abarcan todas aquellas formas de práctica de la cultura física y de la recreación física o activa que generalmente se realizan fuera de una actividad deportiva organizada relativamente con rigor con un amplio ciclo de competencias"[16].

Como se puede apreciar las manifestaciones deportivas en el tiempo libre es la practica de los deportes tradicionales u otros que se realizan a nivel local o comunidad y que por su carácter de deporte recreativo se pueden realizar bajo las reglas oficiales de los deportes o con variantes, o como se les llama en los últimos años deportes modificados, es decir con modificaciones de las reglas, tiempo, dimensiones del terreno, cantidad de participantes, éstas son posibles en un deporte recreativo; igualmente pueden establecerse parámetros de volumen e intensidad de la actividad deportiva de acuerdo a la edad de los participantes o a las capacidades físicas.

Todas y cada una de estas consideraciones antes expuestas, son de gran valía a la hora de programar o proyectar la recreación física comunitaria en general y de los adolescentes en particular, ya que los adolescentes son el grupo etareo al que va dirigido la mayor cantidad de programas recreativos, al representar uno de los mayores grupos poblacionales y que se encuentran en una etapa de formación y evolución de la personalidad muy compleja, donde la recreación es un factor coadyuvante en este proceso.

En la creación de un proyecto para los adolescentes deben tenerse presente los aspectos psicopedagógicos más importantes que marcan esta etapa y sobre todo la etapa inicial juvenil, etapa aproximada entre los 17 y 30 años. El adolescente al igual que el escolar se encuentra inmerso en la actividad docente. No obstante en esta etapa el carácter de la actividad de estudio cambia esencialmente, tanto por su contenido como por su forma.

En la escuela media se produce una diferenciación de la asignaturas, cuyos contenidos tienen un carácter científico; por lo que para lograr su adecuada asimilación el adolescente debe desarrollar nuevos métodos de estudio. Este carácter de la enseñanza, unido a la ampliación de la experiencia del adolescente, favorece el surgimiento del pensamiento teórico así como de un nivel superior de su actitud cognoscitiva hacia la realidad. En este sentido los intereses cognoscitivos se transforman en intereses teóricos, que sirven de base a la aparición de intereses profesionales. También el adolescente realiza un conjunto de actividades extradocente (culturales, deportivas, etc.) que contribuyen a ampliar sus intereses y al desarrollo de sus capacidades.

  • Sistema de comunicación.

La relación adolescente- adolescente está regulado por un código de camaradería que se basa en el respeto mutuo, la confianza total y el constante intercambio acerca de preocupaciones relativas a la vida personal. En esta relación de comunicación los adolescentes reproducen las relaciones adultas en cuanto a tarea, motivos y normas de relación entre estos.

Otro aspecto de gran importancia a tener en cuanta al analizar las relaciones entre los adolescentes es el grupo: Tanto formal (grupo escolar), como informal (amigo, vecinos). Algunos autores apoyándose en diferentes investigaciones llegan a considerar que en la adolescencia el motivo fundamental de la conducta y actividad del adolescente es su aspiración a encontrar un lugar en el grupo de coetáneos. En esta etapa la opinión social del grupo posee mayor peso que la de padres y maestros, y en este sentido, el bienestar emocional del adolescente depende que así haya logrado ocupar al que aspira dentro de su grupo.

En la adolescencia el maestro debe continuar organizando esta opinión social pero de forma intacta. Apoyándose en los adolescentes, y no tratar de lograr la asimilación por parte de estos de determinadas exigencias "Bajo presión", ya que esta situación conduce a un formalismo moral, más peligroso y dañino para el desarrollo de la personalidad que el formalismo de la enseñanza.

El maestro deja de representar una autoridad "sagrada" y solo puede ejercer su condición de modelo de conducta, si es aceptado como tal en función de sus características personales. En este caso no basta que los adolescentes reconozcan la preparación técnica del maestro, sino que resulta esencial el desarrollo de una relación afectiva adecuada con los estudiantes basada en el respeto, empatía y aceptación delas problemáticas que estos presentan.

Los adolescentes interactúan con diferentes maestros que tienen valoraciones diversas acerca de la realidad y la personalidad del adolescente. Esta variedad de juicio juega un papel importante en el desarrollo de la autovaloración y permiten al adolescente ganar mayor independencia en sus propias valoraciones.

También la Familia representa un importante factor en el sistema de comunicación del adolescente. En la vida familiar el adolescente debe responder a un conjunto de exigencias, en función de su desarrollo como personalidad.

Analizando en sentido general las características que adopta la relación adulto – adolescente se puede señalar que: el sistema de obediencia y subordinación característico de etapas anteriores del desarrollo se hace inadmisible para el adolescente. De no establecerse un nuevo sistema de interrelación entre adulto y el adolescente, surge entre ellos un conflicto, cuya causa es la contradicción entre los criterios de ambos acerca de los derechos, deberes y grado de independencia que debe tener el adolescente. La solución de este conflicto puede lograrse si el adulto y el adolescente establecen relaciones de colaboración y comunicación sobre la base del respeto, confianza y ayuda muta.

También se debe considerar los aspectos teóricos de la llamada Crisis de la adolescencia, ya que esta muy vinculado al problema antes analizado, aparece como aspecto distintivo de este período. Es una crisis de carácter psicológico que expresa la contradicción existente entre las potencialidades psicológicas crecientes del adolescente y las posibilidades reales de su realización.

Una delas características que marcan esta crisis es la expresión por parte del adolescente de su necesidad de independencia y autoafirmación que muchas veces genera conductas que resultan chocantes al adulto llegando hasta el desafío.

Estas manifestaciones (paradójicamente) son expresión de la inseguridad del adolescente y una forma de buscar apoyo y comunicación con quienes lo rodean. Su expresión tendrá un carácter más o menos marcado, en función del manejo que logren las personas cercanas al adolescente de su comportamiento.

  • Características el desarrollo de la Personalidad en la etapa de la adolescencia.

El desarrollo intelectual esta dado a que producto de la Situación Social del Desarrollo en la que se encuentra inmerso conducen al surgimiento en la adolescencia, del pensamiento teórico. Este pensamiento que S. L. Rubinstein denomina raciocinio teórico de conceptos abstractos permite que el adolescente fundamente sus juicios, exprese sus ideas de forma lógica, llegue a generalizaciones más amplias, ser critico con relación a determinadas teorías y a su propio pensamiento. Además el adolescente utiliza formas lingüísticas del pensamiento abstracto tales como símbolos, fórmulas etc.; lo que expresa las características que adopta la relación pensamiento y Lenguaje, en un nuevo nivel cualitativo de desarrollo.

El pensamiento teórico continúa desarrollándose durante toda la etapa de la adolescencia, convirtiéndose en factor que contribuye al surgimiento de la concepción del mundo en la edad juvenil.

  • Desarrollo afectivo – motivacional.

En primer lugar haremos referencia a las características de las emociones y los sentimientos en esta etapa. El Adolescente se caracteriza por gran excitabilidad emocional. Sus sentimientos se hacen más variados y profundos y surgen nuevos sentimientos (amorosos) logrando mayor control consciente de la expresión de los mismos. El desarrollo moral se va a caracterizar por la aparición de un conjunto de puntos de vista, juicios y opiniones propias de carácter moral. No obstante aún las posiciones morales que adopta el adolescente dependen en gran medida de las exigencias morales vigentes en su grupo de coetáneos.

La regulación moral en esta etapa no alcanza el nivel superior (autorregulación) por la ausencia de una concepción moral del mundo; formación típica de la edad juvenil cuyo núcleo lo constituyen las convicciones valores morales del sujeto. En sentido general es característico en los adolescentes orientarse hacia diferentes profesiones en los marcos de la actividad docente sin lograr una precisión y fundamentación de sus propósitos en esta esfera, ni una participación activa y consciente en actividades extraclases, relaciona con su futura vida.

  • Cambios anatomofisiológicos:

Finalmente se debe hacer referencia a los cambios anatomofisiológicos que se producen en esta etapa del desarrollo de la personalidad, ya que si bien son las condiciones de vida y educación en las que se desenvuelven el adolescente, los cambios puberales poseen una importante repercusión psicológica. Estos son:

  • Intensificación de la actividad de la Hipófisis.

  • Cambio de forma que produce desarmonía corporal(extremidades resultan largas con relación al cuerpo)

  • Maduración sexual.

Concluyendo podemos señalar que en la adolescencia los cambios fundamentales en el desarrollo de la personalidad son:

  • El surgimiento del pensamiento teórico y de una actitud cognoscitiva más activa hacia el conocimiento de la realidad.

  • Complejización y desarrollo de formaciones motivacionales complejas (autovaloración, ideales, motivación profesional, etc.)

  • Cambios anatomofisiológicos.

Es importante comprender estas regularidades del desarrollo para poder dirigir efectivamente las influencias educativas que se ejercen sobre los adolescentes. Al mismo tiempo para potenciar nuevas cualidades personólógicas como la Concepción del mundo, que surge en la edad juvenil.

En esta etapa inicial comprendida entre el fin de la niñez y el comienzo de la edad juvenil adulta, el individuo ha dejado de ser niño, pero aún no es adulto, ello lo hace mover dentro de una ambigüedad en el fenómeno de madurez sexual y adaptación heterosexual, de la adopción de una filosofía de vida con la consecuente adaptación de una escala de valores, haciéndose sentir con fuerza la necesidad de lograr prestigio y auto independizarse.

Es muy importante tener en cuenta que en los primeros tiempos de esta etapa de la vida, el adolescente presenta un marcado interés – en lo motor – por actividades que se presten al auto-examen, a la superación y a la competencia, así como por el afianzamiento que se produce de las posibilidades de participación en equipos deportivos.

En esta etapa los juegos y actividades deportivas-recreativas sociales, formadoras de parejas o compartidos pueden ser muy efectivos. Al dejar atrás la adolescencia se entra en la etapa de la vida humana en que la suma de incidencias socio-culturales, crean en el hombre la gama de ansias y expectativas que determinan las que podríamos denominar, en general, necesidades del ser humano y que constituyen las pautas imprescindibles a tener en cuenta en la realización de un programa recreativo para estas edades, las cuales son: como ser individual: (la experiencia de vida sana, fresca y alegre, relajación y aplazamiento de la tensión de la vida, y la liberación de la imaginación y la fantasía), como aventura y juego: (nuevas experiencias y manifestación de valores no habituales en su estructura espiritual), y como ser social: (adquisición constante de pautas interactivas, reafirmando el vínculo permanente con las amistades).

Pero, por encima de todas las necesidades parciales descritas, se debe enfatizar en la necesidad general de recreación. De ahí que el enfoque de toda programación recreacional, vaya dirigida a la satisfacción global del entretenimiento, la distensión o el bienestar, pero que más profundamente persiga los logros que las ansias individuales y sociales humanas, en conclusión que vaya dirigida hacia el auto-desarrollo de la personalidad juvenil.

El trabajo recreativo con grupos de adolescentes de estas edades es bien recibido siempre que se logre unir las formas deportivas con las formas artísticas y de diversión. Algo muy importante es que las actividades representen una vía para la ejercitación y desarrollo de las cualidades físicas e intelectuales, así como para la adquisición y reafirmación de vínculos sociales, además a la formación y consolidación de valores.

La perspectiva de formar el valor responsabilidad en los adolescentes, reclama que tanto los profesores y promotores de recreación como los adolescentes conozcan el conjunto de procesos que suceden en relación con la actividad deportiva-recreativa, demandando de éstos un accionar consciente y constante, capaces de revertir las acciones que realizan sistemáticamente en una potencialidad de descubrimiento y desarrollo de la gestión de la recreación física.

Desde esta perspectiva, el autor considera importante para el tema que se investiga, definir la educación en valores en el contexto de la comunidad como: "… el proceso mediante el cual, actúe un sistema de influencias educativas, encaminadas a lograr la socialización y la expresión personalizada de valores sociales positivos, a través de su conducta."[17]

En la definición está implícita otra no menos importante, la de socialización la que debe conducir a la asimilación de normas y valores, con la participación de la escuela, la familia, las organizaciones y los medios de difusión.

En opinión del autor, educar en valores presupone reconocer la influencia de todo un conjunto de factores, que se integran a la labor indiscutible de la escuela y debe ser la aspiración suprema de todo proyecto o estrategia educativa.

La concepción de la recreación física como actividad formadora de valores, constituye un tema controvertido aún cuando es incuestionable el hecho, de que sus contenidos poseen amplias posibilidades actitudinales para el desarrollo de valores.

La recreación como fenómeno social surge y se desarrolla indisolublemente vinculado a la actividad humana, desarrolla su propia historia en el acontecer histórico general, adoptando sus propias formas objetivos y propósitos que respaldan los intereses de cada época.

La recreación condiciona la relación hombre mundo, mediante la cual no solo influye en el entorno social, sino también en el autoconocimiento y perfeccionamiento personal, constituye pues una dimensión de la actividad humana.

Por lo que tiene como objetivo fundamental la formación de una personalidad integral, por lo que en él se articulan los elementos asociados al desarrollo de habilidades y capacidades físicas, y los dirigidos a la educación y formación de valores que le permitan al individuo actuar de manera correcta ante los disímiles problemas de la vida.

Se trata pues, de enseñar los diferentes valores que rigen a la actividad deportivo-recreativa como uno de los elementos más importante para conservar la identidad cultural y el respeto a las demás culturas, como un derecho fundamental de los seres humanos, así como, un medio para la formación como personas.

Los valores tienen como función orientar la conducta y las acciones del hombre hacia determinados fines y acciones concretas de la sociedad. De acuerdo con su sentido y dimensión humana, los valores y la moral arman y perfeccionan espiritualmente al hombre.

La interiorización de las cualidades y valores en el hombre, tienen lugar a través de la asimilación de modelos existentes en una sociedad específica, entre otros aspectos.

Claro que su efectividad estará dada en la medida en que otros permanezcan solo a nivel de conocimiento, si no que hagan surgir en la persona la necesidad de actuar conforme a dichos valores. Las normas, principios, ideas, cualidades y valores se van formando en el de cursar de la vida del hombre. Es por ello que en el manual de profesores de Educación Física se plantea que: "Un joven saludable, con un desarrollo multifacético de sus cualidades, habilidades físicas y hábitos motores y con un conocimiento de sus recursos físicos, funcionales y con valores puede enfrentarse a las tareas señaladas por el partido, por la sociedad".[18]

Es importante destacar que el acto educativo depende y está en función del pensamiento pedagógico que lo soporta y de sus fundamentos filosóficos. Es por ello que lo educativo del deporte y la recreación no es el desarrollo de capacidades y habilidades, ni los beneficios físicos y psíquicos de una buena preparación física, sino en las condiciones en que se produce el proceso, que permitan al sujeto comprometerse y movilizar sus capacidades de manera tal que esa experiencia, organice y estructure su propio yo. Para ello es necesario que la intervención pedagógica establezca opciones facilitadoras de las decisiones, la reflexión individual y satisfaga las exigencias de crear una visión propia de esta experiencia.

En consideración al análisis realizado anteriormente, así como el problema y el propósito de la investigación, se constata la necesidad de buscar las vías que potencien la preparación de los profesores de recreación y factores de la comunidad para el trabajo educativo, en la perspectiva de educar en valores, a través del establecimiento de acciones para fortalecer valores.

Como requisito previo para la elaboración de las acciones se tuvieron en cuenta rasgos fundamentales del valor tratado, los cuales se describen en la literatura consultada, según los criterios de diversos autores.

La labor, tanto de los factores de la comunidad en general, como de los especialistas en particular, ha de estar dirigida a hacer coincidir cada vez más los valores sociales con los individuales.

Esto no se logra solamente con que se les diga a los adolescentes lo que tienen que hacer, lo que es correcto o incorrecto, sino que es necesario enfrentarlos a situaciones concretas, donde tengan que demostrar con su conducta lo acertado de una acción, donde tengan que asumir una posición al respecto, argumentarla y defenderla. De ahí que las actividades que se organicen, sean el resultado del análisis grupal, donde cada joven encuentre su espacio y protagonismo directo, ya que mientras más elevada es la participación de un sujeto en el análisis de un valor, mayor será el efecto estabilizador del mismo.

Los especialistas, no deben perder la oportunidad de utilizar todas las formas y posibilidades de activación de las mentes y de los corazones de los adolescentes como son: las conversaciones individuales y colectivas; el debate grupal, donde tengan que fundamentar y defender sus puntos de vista y decisiones; la realización de tareas que respondan a un objetivo común; de trazar metas alcanzables a veces con un poco más de esfuerzo para algunos; de valorar y analizar en el momento oportuno el por qué y para qué se efectúan las diferentes actividades, qué obtuvo éxito y qué no, y ser capaces de tomar a tiempo las medidas oportunas.

Capítulo II:

Metodología y Análisis de los Resultados

2.1- Población y Muestra:

  • Tipo De Estudio: La investigación es descriptiva al tener como objeto detallar las características, requerimientos, formas y métodos para contribuir a través de acciones educativas a fortalecer el valor responsabilidad en los adolescentes, apoyándose para ello en los métodos del nivel empírico.

  • Población y Muestra: El presente trabajo se realizó en la comunidad "Parcela 2", perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia. Dicha comunidad cuenta con un total de 775 habitantes, de los cuales 370 son adolescentes, de estos 80 se encuentran entre los 17 y 20 años de edad, para un 21,6 %. Atendiendo a la cantidad de adolescentes existentes en esta comunidad, se consideró como muestra a los 80 adolescentes comprendidos en dichas edades, lo que representa el 100% de la población de este grupo poblacional, la misma fue seleccionada de forma intencional.

La muestra se seleccionó de manera intencional con vistas a buscar la homogeneidad de la misma, es decir que en este grupo etareo con el cual se va atrabajar predominen comúnmente los gustos, intereses y preferencias hacia las actividades recreativas, aspecto esencial para darle cumplimiento al objetivo propuesto en este trabajo.

Estos adolescentes se caracterizan por:

Sexo: – Femenino: 38

– Masculino: 42

Ocupación: – Estudian: 23

– Trabajan: 12

– Desvinculados del estudio y el trabajo: 45

  • Metodología:

En la investigación se utilizaron diversos Métodos y Técnicas con vistas a darle el nivel científico requerido a la misma.

  • Métodos Teóricos:

  • Analítico-Sintético: Se utilizó con el objetivo de hacer un análisis minucioso de las informaciones contenidas en las bibliografías consultadas y extraer de ellas aquellas ideas esenciales que permiten fundamentar el trabajo teóricamente, así como la interpretación de los resultados obtenidos durante el procesamiento del trabajo de manera que se pueda llegar a conclusiones precisas y elaborar soluciones acertadas.

  • Histórico-lógico: permitió el estudio del problema científico, así como establecer los fundamentos teóricos de la educación en valores y realizar la valoración cualitativa de los resultados.

  • Inductivo-deductivo: se utilizó para desde los referentes teóricos inferir conclusiones lógicas sobre los elementos  que conforman  el  objeto de estudio y posibilitar la formulación de las preguntas científicas, así como proporcionar un conocimiento verdadero sobre la realidad estudiada.

  • Métodos Empíricos:

  • Observación: con el propósito de identificar la problemática y constatar el problema científico a través de las manifestaciones de los adolescentes en relación al valor responsabilidad a través de actividades deportivas-recreativas que se realizan. Para realizar la misma se empleó un protocolo de observación, el cual fue aplicado en 9 observaciones realizadas a las actividades recreativas desarrolladas en la comunidad.

  • Entrevista: Se utilizó para recoger opiniones y criterios confiables sobre algunos de los elementos necesarios para la elaboración de las acciones: criterios de los profesores de recreación sobre los conocimientos acerca de la formación en valores, el fortalecimiento del valor responsabilidad y su desempeño en el desarrollo del mismo en la comunidad, determinar los valores que identifican a los adolescentes. Con este fin fueron entrevistados los factores de la comunidad y el colaborador que atiende la comunidad.

  • Encuestas: Permitió valorar el nivel de conocimiento sobre la educación en valores y de el valor responsabilidad. Con este fin se encuestaron los adolescentes objeto de muestra.

  • Partes: 1, 2, 3
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