Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Rusia, Noruega, Singapur, China o Corea del Sur, son algunos países que crearon fondos soberanos de riqueza hace tiempo y que se sabe están diversificando cada día más en otras divisas fuertes, como euro, franco suizo, libra y dólar australiano, que les ayude a protegerse contra las devaluaciones del dólar. Otro de sus objetivos es balancear más claramente el peso de sus socios comerciales con las divisas que compongan sus fondos de reserva. Estos fondos se constituyen con dinero proveniente, básicamente, de las reservas internacionales de los Estados, de los ingresos que obtienen por las exportaciones de recursos naturales (minería, petróleo, etc.) y por los fondos de pensiones administrados por los gobiernos.
El culpable del fenómeno es el fuerte desequilibrio comercial de EEUU acumulado en esta década, dado que el déficit por cuenta corriente de la superpotencia sigue estando en el orden del 5,5% del PIB, generando montañas de dólares a los países asiáticos así como de los países productores de petróleo y minerales.
Como ejemplos más ilustrativos, están China que ya acumula 1.2 billones de dólares en reservas y Japón otros 900.000 millones, dando lugar a un "exceso de ahorro global".
Así mismo, el creciente comercio entre los miembros de la OPEP de Oriente Próximo y la UE ha agravado el problema para los países árabes productores de crudo. Por ejemplo Arabia Saudita obtiene el 30% de sus importaciones de Reino Unido y la zona euro y sólo un 10% de EEUU, con lo que calcula el precio de su petróleo cada vez más en euros y libras porque ésas son las monedas que utiliza para pagar sus importaciones.
Los ingresos del petróleo no se quedan bajo las alfombras de las jaimas del desierto, van directamente a las arcas del Estado y a la compra de participaciones en los mercados de valores occidentales, Europa y Estados Unidos, especialmente. El 10% de los ingresos de crudo de Kuwait llegan a KIA para que los distribuya a su libre albedrío. Fondos de Abu Dhabi han comprado participaciones en la bolsa de Londres y en la gestora de bolsas sueca OMX.
Con el petróleo cada vez más cerca de los 100 dólares el barril en Nueva York, los exportadores árabes están alcanzando cotas de ingresos del doble que hace un año, aunque perjudicados por la debilidad del dólar frente al euro. Forman parte de una nueva estirpe de inversores, los fondos soberanos. China, Rusia, India y los países árabes mueven dinero a espuertas desafiando cada día al libre mercado y a los nacionalismos europeos. Mientras que el comisario McCreevy trata de abrir los mercados, los nuevos buitres del dinero -ajenos a la crisis crediticia, y a los efectos del bluff inmobiliario americano-, no dejan de comprar participaciones estratégicas.
Sólo Abu Dhabi Investment Authority maneja un fondo estimado de 875.000 millones de dólares, una cifra similar al 60% del PIB español. China, la fábrica del mundo, con un crecimiento trimestral anualizado del 11,5%, tiene que dar aire a las ingentes cantidades de inversión extranjera que anegan sus reservas de dólares. Y para ello ha puesto a trabajar al mayor banco del mundo en capitalización, al ICBC.
En octubre de 2007, los chinos han comprado uno de los mayores bancos sudafricanos y una participación en Bearn Stearns, uno de los mayores bancos de inversión del mundo. En septiembre de 2007, comenzó a operar formalmente China Investment, el fondo de inversión del gobierno chino que maneja un potencial de 200.000 millones de dólares.
Rusia, en el reinado de Putin, que quiere instalarse de nuevo en el poder tras las elecciones de marzo de 2008, ha descabalgado a toda una clase económica surgida de la tardoperestroika y ha colocado a sus más cercanos empresarios y amigos. Yukos, la mayor empresa petrolera rusa cuando estaba en manos de Jodorkovsky, fue desmantelada y vendida a Rossnef, después de haber metido al magnate en la cárcel de Chita, en Siberia. Un banco estatal ruso tomó hace menos de un año un porcentaje de la aeronáutica europea EADS. Gazprom, aparte de contar con la llave del gas de Ucrania, es el dueño de la manivela del gasoducto ruso alemán, para el que trabaja el ex canciller Schroeder. Acaba de firmar como socio mayoritario con la pública StatoilHydro de Noruega un acuerdo para explotar el campo de Shtokman, considerado la futura primera fuente de energía de Europa y Norteamérica.
Rusia, China y países árabes colocan su dinero estatal en empresas privadas, con vistas a rentabilizar sus inversiones, que están haciendo más eficaces unos mercados occidentales encasquillados ahora por la crisis crediticia. Son los nuevos ricos, opacos por excelencia, los dueños de la manguera, los colosos de la inversión, capaces de comprarlo todo, por supuesto, tirando con pólvora del rey y manteniendo sus grandes empresas bajo el manto de la propiedad del Estado.
Muchos de ellos surten de gasolina a los hedge funds. Chinos comunistas con armas de inversión capitalista, ricas monarquías del Golfo Pérsico, nuevos empresarios rusos recauchutados por la pátina estatal forman parte de este ejército de inversores incontrolados.
El aumento de los ingresos en divisas de los países emergentes, tanto por el incremento del precio de las materias primas, como por el aumento de exportaciones de bienes y servicios a los países desarrollados está provocando la aparición de fondos soberanos dedicados a gestionar y, por tanto, rentabilizar esa riqueza en manos de las autoridades públicas.
Por países, los mayores fondos soberanos son los de Abu Dhabi (625 m.m. de dólares), Noruega (322 m.m. de dólares), Singapur (315 m.m. de dólares), Kuwait (213 m.m. de dólares), China (200 m.m. de dólares) o Rusia (128 m.m. de dólares), todo ello sin contar a países como Venezuela que están invirtiendo en el exterior de forma algo más "heterodoxa". El más antiguo de todos ellos y el que está más profesionalmente gestionado es el de Noruega, cuyas decisiones se deciden por criterios de IRS (Inversión Socialmente Responsable).
Lo anterior no es más que el reflejo de esa paradoja macroeconómica que supone el que sean países desarrollados como EEUU o de Europa los que tengan unas elevadísimas necesidades de financiación, mientras el exceso de ahorro sobre inversión y, por tanto, la capacidad de financiación se concentre en los países emergentes, con alguna excepción dentro de la OCDE (Alemania y Japón). Mientras esa capacidad de financiación se ha dedicado a inversiones en cartera, básicamente bonos, no ha habido ningún problema.
Las divisas en manos de bancos centrales a nivel mundial han sobrepasado ya los 6 billones de dólares (millones de millones) frente a los 4,2 de finales de 2005 y los 5 de principios de año. Crecen a niveles de 120.000 millones de dólares al mes frente a los 80.000 de 2006. Un 50% más. Se concentran en China (1,5), Japón (0,92), exportadores de petróleo (0,85) y Rusia (0,3). Por tanto hay un flujo de liquidez capaz de soportar con sus inversiones al mercado. A cualquier mercado, de hecho.
La crisis crediticia ha pasado a ser un momento decisivo para los gobiernos de Asia y el Medio Oriente. Con abundante efectivo en sus manos gracias al auge en el precio de las materias primas, estos gobiernos han acumulado gigantescas reservas y están en posición de capitalizar a los bancos occidentales. "Se trata de una nueva señal de cómo está cambiando la economía global", dice Gerard Lyons, economista jefe del banco británico Standard Chartered. "También refleja el actual estado de fragilidad del sector financiero de Occidente".
El fondo soberano de Abu Dhabi ha invertido US$ 7.500 millones en Citigroup, el conglomerado financiero estadounidense. Singapur ha colocado US$ 9.720 millones en UBS, el gigante bancario suizo. China puso US$ 3.000 millones en Blackstone Group, el coloso estadounidense del capital privado.
Lo que a inicio del año 2007 parecía una leve amenaza al sistema bancario estadounidense ha terminado por modificar la fisonomía de las finanzas mundiales. La crisis de las hipotecas subprime ha dañado los balances y las cuentas de los principales bancos del mundo, que han tenido que ingeniárselas para proveerse de liquidez más allá de los mercados habituales. Países emergentes como China, Singapur o Emiratos Árabes han inyectado 21.700 millones de euros en los últimos meses a entidades del calado de Morgan Stanley, UBS o Citigroup.
Y lo esperado es que la actual situación se prolongue en el tiempo. Es decir, que más fondos soberanos de países emergentes, colmados de liquidez, tomen posiciones en los accionariados de los principales bancos del mundo. La aversión al riesgo por parte del inversor ha tirado por los suelos la negociación en el mercado de deuda, por lo que para las entidades es cada vez más difícil acceder a esta forma de financiación. Que, además, ha disparado su precio. Los diferenciales de rentabilidad respecto a la deuda del Tesoro alcanzan el 2,5% en bancos como Merrill Lynch o Goldman Sachs.
Las pérdidas asociadas a los activos subprime no han acabado aún de cuantificarse con claridad, pero las estimaciones han ido aumentando hasta hacerse cada vez más creíble una cifra que ronde o incluso supere los 500.000 millones de dólares. A diciembre de 2007, decía S&P que "sólo ha aflorado alrededor de una cuarta parte, por lo que el goteo de banco implicados en pérdidas seguirá aumentando en un entorno de manifiesta desconfianza".
Otra entidad que comunicó la entrada de un emergente a su capital ha sido el banco estadounidense Morgan Stanley. El mismo día (19/12/07) en que anunció las mayores pérdidas trimestrales de su historia, 2.480 millones de euros, presentó al fondo soberano China Investment como nuevo socio. Este inversor se hará con el 9,9% del segundo banco de inversión de EEUU por 3.480 millones de euros a través de bonos convertibles que ofrecen un cupón anual del 9%. El bono americano a 10 años renta al 4%.
Ahora bien, expresan las fuentes consultadas, "una cosa es comprar acciones y otra muy distinta es tomar las riendas de la gestión". La entrada de los países emergentes en los capitales de estas entidades financieras es estrictamente financiera, por lo que no contarán con representación política. Así, los únicos afectados de estas operaciones de salvamento son los propios accionistas de los bancos, que ven como su participación se diluye como azucarcillo en el café.
Ese es el caso de Unión de Bancos Suizos (UBS). El mayor banco helvético por valor de activos anunció la entrada de dos inversores internacionales para reforzar su balance, muy dañado por la crisis (diciembre de 2007). Se trata del Government of Singapore Investment (GIC), que se hizo a través de obligaciones convertibles con el 9% de las acciones por 6.600 millones de euros, y de un inversor de Oriente Medio que, con un desembolso de 1.200 millones, adquirirá el 1,6% del capital social.
El fondo de Singapur es un claro ejemplo del maná de liquidez con el que cuentan los países emergentes. Sólo el GIC controla reservas extranjeras por valor de más de 100.000 millones de dólares, 69.570 millones de euros. También en ese país, el fondo Temasek posee el 17% del banco británico Standard Chartered, capitalizado en 26.334 millones de libras, y participaciones en compañías indias y del entorno, como PT Bank International Indonesia, China Construction Bank y Bank of China, el segundo y tercer banco del país del sol naciente. La última operación, junto a otra entidad china, fue la toma de acciones de Barclays valoradas en 3.500 millones de euros.
Los petrodólares también tienen cabida
La espectacular revalorización de los precios del crudo ha permitido a los países productores amasar una ingente cantidad de reservas de divisa. Citigroup, el mayor banco americano por valor de activos, ha sido el destino de parte de ellas. En plena crisis, la Autoridad de Inversiones de Abu Dhabi (Emiratos Árabes), el mayor fondo soberano del mundo con activos de 452.000 millones de euros, se hizo hace pocos meses con el 4,9% del capital por 5.050 millones a través de bonos convertibles. Citigroup pagará un cupón fijo del 11%.
Fortis, al igual que Barclays, ha sido una víctima en el largo y complicado proceso de adquisición de ABN Amro. La brusca depreciación de sus acciones, del 45% en 2007, alentó hace dos meses la entrada en su capital de la aseguradora china Ping An Insurance con la compra de un 4,2% por 1.810 millones de euros. Esta compañía, controlada en un 17% por HSBC, aún dispone de 3.400 millones de dólares para invertir en el extranjero.
Sólo en el año 2007, las empresas chinas controladas por el Estado han invertido en grandes adquisiciones exteriores más de 12.000 millones de euros. Además de las mencionadas, destaca la entrada de ICBC en la entidad sudafricana Standard Bank Group por 3.915 millones de euros; de Citic Securities en Bear Stearns tras pagar 685 millones por el 6% del capital; y de China Investments en la firma de capital riesgo Blackstone con una inyección de 2.055 millones de euros.
Las Bolsas, oscuro objeto de deseo
La Bolsa de Dubai saltó a la palestra durante el año 2007 por hacer frente a Nasdaq en su lucha por hacerse con el control de OMX, el gestor de los mercados sueco. Al final, el acuerdo pone de manifiesto la máxima de este tipo de inversores: tomar participaciones financieras pero sin influir en la gestión de las compañías.
Este inversor, que ya disponía de financiación bancaria, se hizo con OMX, pero después la cederá a Nasdaq a cambio del 20% de la gestora estadounidense. Nasdaq compró además una participación en la Bolsa de Dubai y le vendió el 28% de London Stock Exchange (LSE).
En medio de todo este proceso entró de lleno Qatar Investment Authority, que poseía el 9,6% de OMX y el 14,9% de LSE. El fondo soberano llegó a un acuerdo con la Bolsa de Dubai para que ésta, a cambio de las acciones de la empresa nórdica, le cediera parte de su participación en la bolsa británica. Qatar ha dejado claro que no tiene previsto superar el umbral del 29,9% en LSE.
China Investment Corp. anunció que está dispuesta a jugar el mismo papel que otros fondos soberanos que han comprado participación en instituciones financieras afectadas por los problemas de las hipotecas subprime, dijo recientemente su presidente ejecutivo a Reuters.
– Historias de cabotaje
– Inundados de petrodólares, los fondos del Golfo Pérsico salen de compras globales (The Wall Street Journal -online- 24/8/07)
"Hay una enorme diferencia entre Kuwait y New Haven, Connecticut. Pero cuando un fondo de inversiones del gobierno kuwaití obtuvo un nuevo jefe en 2004, una de las primeras cosas que hizo fue encargar un estudio sobre la sofisticada manera en la que la Universidad de Yale gestiona su dotación. Era un indicio que Badar Al-Sa"ad quería cambiar las cosas en el enorme aunque adormecido fondo Kuwait Investment Authority.
Las inversiones que ha realizado desde entonces sitúan a su fondo en la vanguardia de un amplio cambio en la manera en que se emplea la riqueza petrolera del Golfo Pérsico. En vez de invertir mayoritariamente en los bonos del Tesoro de Estados Unidos, Kuwait ahora pone su dinero en bonos de alto rendimiento, edificios de oficinas en China, fondos de capital privado. Y, en una estrategia que tiene implicaciones para la fortaleza de la moneda y la economía estadounidenses, el fondo kuwaití ha puesto menos énfasis en activos denominados en dólares.
Los estados petroleros del Golfo acumulan una suma inmensa de fondos invertibles, los cuales con toda seguridad crecerán aún más. En conjunto, las ramas de inversión de los gobiernos de Kuwait, Arabia Saudita, Dubai, Abu Dhabi y Qatar cuentan con alrededor de US$ 1,5 billones (un millón de millones). Esto les otorga la posibilidad de influenciar el rumbo de muchos fenómenos de las finanzas globales, entre ellos: los tipos de cambio, las tasas de interés, el auge de las adquisiciones y los trastornos en el crédito mundial causados por las hipotecas estadounidenses de alto riesgo. Sin embargo, no se sabe mucho acerca de cómo operan estos fondos.
En el caso de Kuwait, es posible echar un vistazo a uno de lo fondos de inversión del gobierno, conocidos como fondos de riqueza soberana. Aunque Kuwait está gobernado por un emir, el parlamento con frecuencia interroga a los directivos de la autoridad de inversión sobre sus activos. Y en Al-Sa"ad, Kuwait tiene un ejecutivo que gestiona un inmenso fondo de US$ 213.000 con prácticas occidentales.
Antes de asumir, Al-Sa"ad encargó un estudio comparativo sobre las pautas políticas de inversión de los fondos de Kuwait con las estrategias de las dotaciones de las universidades de Yale y Harvard, ambas consideradas pioneras de la inversión institucional. Las dotaciones, las cuales tienen la misma flexibilidad que Kuwait para adoptar una estrategia a largo plazo, estaban obteniendo fuertes retornos al invertir en activos como acciones de mercados emergentes, bienes raíces, fondos de cobertura y fondos de capital privado. Esto, a pesar de que en esos años el mercado bursátil estadounidense aún no se reponía del estallido de la burbuja tecnológica.
Al-Sa"ad se enteró que en aquel momento Yale tenía el 28% de sus fondos invertidos en acciones, 17% en fondos de capital privado y 20% en bienes raíces. Kuwait tiene alrededor de un 2% en cada uno. La mayor parte del dinero kuwaití estaba en los seguros pero poco rentables bonos del Tesoro de EEUU. Sin embargo, los retornos del fondo kuwaití fueron negativos en 2001 y 2002, debido a pérdidas en otros activos, afirma Al-Sa"ad.
Así que el ejecutivo contrató a la firma Mercer Investment Consulting, la cual esbozó un ambicioso programa que incluía una serie de inversiones que suponían un riesgo más alto pero tenían el potencial de mejorar los retornos…
Al-Sa"ad afirma que su portafolio ha tenido retornos del 11,4% en 2005 y del 13,2% en 2006. "Necesitamos emplear el dinero de manera que Kuwait pueda seguir adelante cuando el petróleo se haya ido", dice Al-Sa"ad.
Una de sus estrategias ha sido asociarse con las grandes firmas de adquisiciones de EEUU. Así, su fondo ha invertido unos US$ 300 millones junto a Kohlberg, Kravis, Roberts & Co. en su esfuerzo por adquirir a la compañía tejana de servicios públicos TXU Corp.
Poder regional
Otros fondos de riqueza soberana del Golfo Pérsico también participan en firmas de adquisiciones. La autoridad de inversiones de Abu Dhabi, por ejemplo, adquirió un 10% de las acciones de Apollo Management, un fondo de capital privado de Nueva York.
Los fondos de inversión del gobierno de Dubai tienen participaciones en bancos del Reino Unido, como HSBC PLC, y en European Aeronautic Defence & Space Co, empresa matriz del fabricante europeo de aviones Airbus. Los negocios estatales de Dubai también participan en los mercados inmobiliarios globales, desde Nueva York hasta Sudáfrica.
Los brazos de inversión de los Estados del Golfo Pérsico podrían incluso convertirse en rivales de las firmas de adquisiciones, ya que no necesitan tomar prestado. En julio el fondo de inversión de Qatar apostó US$ 24.000 millones para adquirir la cadena británica de supermercados J. Sainbury PLC. Antes había perdido una apuesta de US$ 16.000 millones por Thames Water, firma británica de servicios públicos.
Para Al-Sa"ad, los recientes problemas en los mercados financieros de Europa y EEUU son una confirmación que los mercados emergentes, en especial Asia, prometen mejores retornos. "¿Por qué invertir en economías con un crecimiento del 2%, cuando puedes invertir en economías con un crecimiento del 8%?", se pregunta el ejecutivo kuwaití".
– Los Emiratos, a la "reconquista" de Occidente: crecen sus inversiones gracias a los petrodólares (elEconomista.es – David Robertson – 30/11/2007)
"La subida de los precios del petróleo está llenando las arcas de algunas de las entidades de inversión de los Emiratos Árabes, que con los bolsillos llenos se han lanzado a la búsqueda de oportunidades. Un ejemplo de la abundancia de petrodólares lo representa Abu Dhabi Investment Authority (Adia), que ha aprovechado que tiene llena la cartera para hacerse con un 4,9% del Citi, uno de los principales gigantes financieros.
El brazo inversor de los Emiratos Árabes fue fundado en 1977 y está considerado como uno de los más opacos. Las estimaciones de sus reservas varían entre los 250.000 millones y un billón de dólares, pero sea cual sea la cifra, no hay duda que sus dimensiones son considerables y que han demostrado su voluntad de hacer valer su peso.
Abu Dhabi, con una población de 1,8 millones de habitantes, es otro de los destinos favoritos de los bancos de inversión de Londres a la hora de proponer negocios. Estos fondos soberanos existen desde más o menos 1953 cuando se estableció la Autoridad de Inversiones de Kuwait (KIA) para beneficiar a las futuras generaciones cuando el petróleo dejará de fluir.
A por el deporte
En Dubai, el jeque Ahmed bin Saeed al-Maktoum, tío del actual emir, tiene su apuesta particular: la aerolínea Emirates.
Como habrán observado los aficionados al deporte, Emirates ha unido su nombre a casi cualquier cosa que suponga el uso de un bate o pelota. La línea aérea de Dubai patrocina al Arsenal y da su nombre al nuevo estadio, acompañando esta medida con el patrocinio de los mundiales de fútbol, rugby, cricket y una docena aproximada de deportes de equipo profesionales.
De hecho, la empresa se ha impuesto la misión de convertirse en rival de Coca-Cola o Nike. Esta estrategia forma parte de la ambición de llegar a ser la mayor y más rentable línea aérea del mundo. Su crecimiento ha sido exponencial en los últimos tiempos, duplicándose cada cuatro años, en un momento de estancamiento de las aerolíneas.
Emirates transportó a 16,7 millones de pasajeros el año pasado, lo que la convierte en la novena mayor aerolínea internacional. Este año, transportará cerca de 20 millones, superando a Singapore Airlines y, si continúa la tendencia, sobrepasará los 29 millones que lleva British Airways antes de que finalice la década. Su crecimiento se sustenta en una idea fundamental a la hora de entender Dubai: si creamos oferta, la demanda vendrá después.
Misteriosa financiación
La empresa ha lanzado servicios que ninguna otra línea aérea europea consideraría, como un vuelo diario entre Newcastle y Dubai. Esta ruta parece desafiar a la lógica, pero Emirates considera que, creándola, los pasajeros del norte de Inglaterra comenzarán a considerar Dubai un posible destino empresarial y turístico. Sin embargo, la apuesta no ha sido barata: sólo esta ruta requerirá el empleo de tres aviones valorados en 180 millones cada uno. Newcastle es, por lo tanto, una apuesta de 500 millones.
Sin embargo, al tratarse de una empresa pública, es posible que nunca se sepa realmente si la ruta resulta rentable o no. De hecho, en ocasiones es difícil determinar dónde termina la estrategia de la línea aérea y comienza la de Dubai: uno de los motivos por los que se ha iniciado la ruta es el transporte de turistas hasta los hoteles y centros de ocio de Dubai. Se desconoce hasta qué punto ambas situaciones se subvencionan mutuamente, si es este el caso.
Es precisamente la falta de claridad lo que preocupa a muchos ejecutivos de líneas aéreas occidentales. No se muestran preocupados por la creación de rutas como la que une Newcastle y Dubai, pero sí manifiestan temor en torno a la posible competencia en rutas fundamentales para las empresas europeas, como las que conectan Londres o París con Dubai. ¿Está Emiratos tirando los precios en estas rutas para llenar los hoteles de Dubai? ¿Recibe ayuda financiera para comprar su nueva y enorme flota?
Los máximos responsables de otras líneas aéreas hablan en privado de las subvenciones y beneficios de los que disfruta Emirates y están presionando a los gobiernos para que bloqueen su acceso a los aeropuertos.
La conexión
Aunque Emirates niega que esté recibiendo subvenciones, lo cierto es que existe un estrecho vínculo entre la empresa y su sede. El crecimiento de Emirates alimenta el de Dubai y viceversa -precisamente lo que los dirigentes de esta nación del Golfo pretendieron cuando lanzaron la línea aérea en 1985.
El jeque Ahmed bin Saeed al-Maktoum afirma que "está sucediendo a una velocidad muy superior a la que se había previsto, pero lo cierto es que Dubai asumió un riesgo calculado al hacer las cosas tan a lo grande. Tuvimos que diversificar nuestra economía porque teníamos recursos limitados. Estamos en una parte del Golfo que tiene mucho petróleo, pero la propia Dubai tiene muy poco. Tuvimos la idea de desarrollar el turismo y todo comenzó en aquel tiempo, al pensar en el futuro. Lo que hemos logrado actualmente en Emirates es algo que comenzó a planificarse en los años ochenta".
Emirates sirve a 94 destinos de 60 países, lo cual permite a Dubai atraer a millones de turistas a sus hoteles de lujo y a los hombres de negocios a las mini ciudades creadas para especialistas en medios de comunicación, tecnología y sanidad. Además, la ausencia de impuesto sobre la renta ha aumentado el atractivo de la ciudad para la rápidamente creciente comunidad de personas procedentes de Europa, otras partes de Oriente Medio y Asia. En palabras del jeque Ahmed: "Creemos que nos hemos visto favorecidos por lo que está sucediendo aquí en Dubai. El desarrollo de hoteles, centros comerciales y otras infraestructuras ha atraído a la gente. Si no contáramos con Dubai y esta encantadora ciudad, no sería fácil promover este lugar como destino. Vamos de la mano con Dubai".
Según el jeque Ahmed, "la gente siempre dice que para nosotros es fácil porque todos los estados del Golfo son ricos. Creen que todo el mundo aquí es multimillonario; esa es la percepción que tienen de la gente corriente. Son cosas que dicen para quitarse responsabilidad cuando no alcanzan sus objetivos".
Compras a lo grande
El crecimiento de Emirates ha tenido un efecto más amplio sobre la aviación y la industria aeroespacial que el mero transporte de turistas al Golfo. La empresa está comprando ahora tantos aviones para alimentar su crecimiento que se encuentra en disposición de obligar a los gigantes aeronáuticos, Boeing y Airbus, a modificar sus diseños de acuerdo con las especificaciones de Emirates.
Emirates tiene una verdadera oportunidad de convertirse en la mayor línea aérea del mundo de aquí a diez años, particularmente a partir del momento en que comience a llegarle la flota de A380 el próximo año. Los 55 A380 que tiene pedidos constituyen la mayor flota de este modelo, que, debido a su enorme tamaño, aumentará el número de pasajeros que pueden trasladarse desde centros congestionados como Heathrow.
Sin embargo, estas previsiones de crecimiento no están exentas de peligros. Las líneas aéreas son especialmente sensibles a las crisis exteriores, se produzcan en forma de desplome económico, accidente catastrófico o aparición de una enfermedad como el SARS. El terrorismo y la inestabilidad política son también amenazas".
– Las ligas de fútbol europeas, al borde del abismo ante la llegada de dinero asiático y árabe (intereconomia.com – 28/12/07)
"Varios inversores asiáticos estudian crear una liga continental propia que reúna a los mejores equipos de Europa.
El fútbol europeo no sale de su asombro. Varios inversores asiáticos han mantenido en las últimas semanas negociaciones con los clubes más importantes de Europa, integrados en el llamado G14 con la intención de crear una liga propia que reúna a los mejores equipos del continente. La última se celebró a finales de la pasada semana en un céntrico hotel catalán, aprovechando la celebración del Barcelona-Real Madrid. Según ha podido saber "Intereconomía" el proyecto cuenta con el visto bueno de la actual dirección tanto del Real Madrid como del Barcelona, los clubes españoles que se sumarían al proyecto. Entre los inversores figuran fondos soberanos de Singapur o China que recientemente han entrado en bancos de inversión estadounidenses.
Como les viene contando durante toda la mañana "Intereconomía" el dinero del petróleo puede acabar con la liga española tal y como lo conocemos. Honda preocupación en la liga de fútbol profesional ante las negociaciones que varios inversores asiáticos están manteniendo con el grupo que reúne a los clubes más poderosos de Europa para poner en marcha una NBA del fútbol. El proyecto, largamente tratado por equipos como el Manchester United, el Milán o el Real Madrid, habría encontrado el respaldo financiero que le faltaba. Hace escasos minutos llegaba hasta "Intereconomía" la reacción del magnate ruso y propietario del Chelsea, Roman Abramovich.
Los plazos marcados fijan la temporada 2009-2010, previa al Mundial de Sudáfrica, como fecha de inicio de esta suerte de liga paneuropea".
– Breakingviews…Liverpool FC (Negocios.com – 23/1/08)
(Por Una Galani)
"El fútbol británico parece a punto de emular a Wall Street en un cuento clásico de fútbol, apalancamiento y fondos soberanos. Sólo llevan un año, y los propietarios americanos del Liverpool, Tom Hicks y George Gillet, se han peleado con sus seguidores por su fanático enfoque de la gestión y tienen dificultades con las finanzas. Dubai International Capital, interesado en el club, se mantiene al margen -mientras los fans enarbolan pancartas con frases como "Dubai S.O.S, Yanks Out". Podría ser el momento de considerar una salida.
Hicks y Gillett son magnates del deporte que controlan los equipos de hockey sobre hielo Dallas Stars y Montreal Canadians. Pagaron 220 millones de libras por el Liverpool el año pasado y prometieron un nuevo estadio de 215 millones. La operación se financió casi por completo a través de un préstamo puente con el Royal Bank of Scotland, garantizado con los activos personales con sede en EEUU de los propietarios.
Hicks y Gillett tienen dos semanas para finalizar una nueva operación. En el actual mercado, es muy improbable que consigan condiciones favorables. La familia Glazer, dueña del Manchester United, no ha podido encontrar condiciones atractivas para conseguir su refinanciación. Aunque se logre una operación, parece que proporcionará sólo financiación para un nuevo estadio.
Una venta rápida a DIC, antes o después de la refinanciación, permitiría a Hicks y a Gillett evitar futuros conflictos financieros mientras siguen con beneficio neto. Hace mucho que Dubai está interesado en este exitoso club y mostró su interés al menos dos veces el año pasado.
Con sus profundos bolsillos, el fondo soberano podría financiar un nuevo estadio y la inversión, al igual que el patrocinio de un estadio del Arsenal por parte de los Emiratos, garantizaría a Dubai grandes cantidades de publicidad a cambio de un precio relativamente pequeño.
La historia del Liverpool FC suena demasiado parecida al cuento triste de Wall Street. Los bancos y equipos de fútbol trofeo se compraron con deuda barata y beneficios aparentemente fáciles. Pero para todos hay una forma fácil de salir: los fondos soberanos".
– Los fondos soberanos ponen precio al sector inmobiliario (Negocios.com – 1/2/08)
(Por L. Torres / M. Palos)
"Madrid.- Los fondos soberanos se han convertido en los actores principales de los mercados financieros coincidiendo con la crisis crediticia y su impacto en las bolsas. Colonial puede ser la siguiente pieza a cobrarse, pues algunos de estos fondos como Investment Corporation of Dubai (ICD) y Qatar Investment Authority han mostrado su interés por hacerse con la inmobiliaria del ex presidente Luis Portillo. A ellos se podría sumar en breve un fondo británico.
Los vehículos de inversión de los países asiáticos irrumpen en el sector español con aquello que más se echa en falta: liquidez. Así, ya estudian cuánto vale Colonial. Al parecer, tendrán que ofrecer en torno a 2,4 euros por acción para convencer a los accionistas, lo que supone valorar Colonial en unos 4.000 millones de euros. Ayer, la capitalización se quedaba en 2.781 millones. Parece evidente que la aparición de estos inesperados actores está provocando que el valor se caliente. De hecho, las acciones de Colonial siguen recuperándose y ayer subieron un 5,59%, para cerrar a 1,70 euros.
Fuentes del sector apuntaron ayer a "La Gaceta" que el último en sumarse a la puja por Colonial podría ser el fondo Qatar Investment Authority. El vehículo de inversión oficial de Qatar, con fuerte presencia en el mercado británico, sacará a pasear sus petrodólares.
Por su parte, Investment Corporation of Dubai (ICD), el brazo inversor del Gobierno de Dubai, reconoció ayer mantener negociaciones preliminares con los principales accionistas de Colonial sobre una posible oferta, aunque todavía son conversaciones preliminares. Ayer mismo, a última hora de la tarde, Colonial reconoció en un hecho relevante que abrirá sus libros para que este fondo soberano analice la situación de la compañía. Habrá que ver si hace lo mismo con el fondo procedente de Qatar.
Los máximos accionistas de la inmobiliaria que han manifestado su intención de vender sus participaciones son Luis Portillo, con el 39,74% del capital, y Luis Nozaleda, con el 14,23%. De tal forma, la suma de ambos porcentajes alcanzaría cerca del 54% del capital, con lo que el fondo inversor de Dubai tendría que lanzar una oferta pública de adquisición (opa) por el 100%.
Así, con los dos fondos de Dubai y de Qatar, ya serían cinco los interesados en hacerse con la inmobiliaria que preside Mariano Miguel. La primera que mostró un interés manifiesto por Colonial fue la estadounidense General Electric (GE). La respuesta de Colonial fue abrir sus libros de cuentas a la filial inmobiliaria de la multinacional GE y suministrarle información del grupo con el exclusivo fin de formular en su caso una oferta sobre la totalidad del capital.
Fuentes cercanas a la inmobiliaria afirman que GE ofreció dos euros por acción, una oferta que no convenció nada a Portillo que tiene sus expectativas puestas en la franja de los 2,40 euros. La negativa de Portillo, según las mismas fuentes, podría haber enfriado el interés de GE. La oferta del grupo supondría valorar Colonial en 3.272 millones, mientras que con el precio de Portillo se rozarían los 4.000 millones.
Además del grupo estadounidense, también la francesa Gecina (controlada por el ex presidente de Metrovacesa, Joaquín Rivero) mostró su interés por una posible integración con Colonial, aunque no existe de momento ningún proyecto concreto".
– ¿A qué le teme el establishment? – Reacciones a la invasión
(Gotas de patriotismo)
La asignación y distribución de activos por lo general se ajusta a dos grandes variables: la acumulación y reglas de retiro de los flujos futuros del fondo y sus objetivos. Algunos, como los destinados al pago de pensiones futuras, pueden tener pasivos identificados que calzar con su estrategia. Otros, sin pasivos claros, tienen un foco más exclusivo en retornos y un nivel de riesgo aceptable. Hasta ahora, estos fondos en general han actuado como inversionistas pasivos y de estilo conservador. Pero algunos de los establecidos por los países petroleros (entre ellos, Rusia) y los países asiáticos, están haciendo sonar las alarmas.
La principal crítica suele ser la opacidad de sus inversiones, lo que puede provocar reacciones proteccionistas. Larry Summers, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos y hoy profesor de Harvard, escribió en Financial Times que "hay mucho espacio para el debate respecto de qué tan grandes deben ser estos fondos. Pero respecto de cualquier ruta plausible en los próximos años, una cuestión crucial para el sistema financiero y la economía global es cómo se invertirán estos fondos. La cuestión es profunda y va a la naturaleza del capitalismo global". Lo que preocupa a Summers son los riesgos asociados con la propiedad de parte de entidades controladas por gobiernos, en especial cuando la participación es directa. "La lógica del sistema capitalista depende de que los accionistas hagan que las empresas actúen para maximizar el valor de sus acciones. Está lejos de ser obvio que con el tiempo esta será la única motivación de los gobiernos como accionistas. Pueden querer extraer tecnología o lograr influencia", señala.
Hay temores particulares respecto de las inversiones directas de SWF en industrias de defensa y alta tecnología, pero también en telecomunicaciones, energía, recursos naturales, propiedad intelectual e incluso medios de comunicación. En el papel, hay un ajuste perfecto entre estos fondos y los sistemas financieros bajo presión, como está ocurriendo ahora en Estados Unidos. La inversión de US$ 7.500 millones de la Abu Dhabi Investment Authority en Citigroup es el mayor ejemplo hasta ahora de una tendencia creciente. Morgan Stanley estima que los SWF han destinado más de US$ 37.000 millones a acciones financieras desde enero a septiembre de 2007, cuatro veces el monto invertido en 2006. Pero aunque las inversiones en bancos son las más cuantiosas, durante el año 2007 fondos del Medio Oriente han declarado participaciones en Sony y AMD.
"Estamos hoy en un mundo diferente, hablando desde el punto de vista financiero, del que estábamos acostumbrados", dice Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro de EEUU. "El sistema se diseño bajó la premisa de que el capital fluiría de los países ricos a los países pobres; desde las economías avanzadas a las emergentes (…) Hoy estamos en la situación contraria".
La señal de alarma sonó el 21 de mayo de 2007, cuando China anunció que invertiría 3 mil millones de dólares en Blackstone, una firma de inversiones privadas de New York, como parte de una estrategia de diversificación de sus inversiones de su fondo de 300 mil millones de dólares. El impacto de la medida puede ser evaluado por el preocupado editorial de la revista The Economist del 24 de mayo, cuyo tono se manifiesta en el titular "El club más caro del mundo -inversión de China en Blackstone muestra como inversionistas gubernamentales están floreciendo en el corazón del sistema financiero". El texto no deja dudas:
(…) "En todo el mundo está surgiendo una sociedad secreta de gobiernos cargados con activos extranjeros, algunos de ellos petrodólares, que están crecientemente repartiendo las cartas en las finanzas internacionales. El acuerdo de Blackstone, probablemente, estimulará a otros a invertir su dinero de manera aún más lejana a los ojos indiscretos de lo que ya lo hacen… Los doce mayores tienen entre 20 mil y centenas de miles de millones de dólares para invertir. Recientemente, se anunció que Japón, Rusia e India están considerando establecer fondos en términos similares. Algunos estimados colocan el tamaño de los fondos en 2.5 billones de dólares para finales de este año (en contraste se cree que los fondos hedge apenas lleguen a los 1.6 billones de dólares), con otros 450 mil millones de dólares en transferencias de reservas siendo adicionados anualmente. Si se incluye la apreciación de capital, la suma podría llegar a 12 billones de dólares para el 2015".
El desconcierto del tradicional portavoz de la City londinense sigue en los dos siguientes y esclarecedores parágrafos:
(…) "No hay precedentes en el hecho de tales fortunas, súbitamente, abrieron camino en los mercados financieros globales, y ellas ayudan a explicar el torrente de liquidez que han propalado los valores de los activos de riesgo (y de menor riesgo) de todos los tipos, en todo el mundo. La oferta total mundial de acciones vale 55 billones de dólares y los títulos llegan a una suma similar. En breve, los fondos de riqueza soberana podrían convertirse en los compradores más importantes de tales activos, además de muchos otros. Si esto ocurre, el mundo presenciará el intrigante espectáculo de que sus mayores compañías privadas sean compradas por gobiernos cuya creencia en el capitalismo es, con frecuencia, parcial. La última vez en que los gobiernos estuvieron envueltos de esa manera en despejar dinero en activos privados, el proceso tendía a ser llamado nacionalización. Un nuevo término tendrá que ser acuñado -tal vez, internacionalización".
El otro portavoz de la City Londinense, el Financial Times, también se manifestó en un artículo aparecido el 28 de mayo. El texto dice que los fondos ya despertaron la "atención de los bancos y administradores de activos de todas partes del mundo, que ahora quieren conseguir contratos lucrativos para actuar como consultores de los SWFs o administrar los recursos de estos". Ya que no se puede combatir, lo mejor es lucrar, parece ser la lógica.
Por ello, resalta que "la importancia cada vez mayor de los SWFs en los mercados comienza a despertar críticas, especialmente por la falta de transparencia (sic). Pocos SWFs ofrecen detalles de sus operaciones, con excepción del GPF de Noruega".
Claro, como si los fondos hedge y sus colosales operaciones con derivadas financieras brillasen por su transparencia.
La incomodidad de la oligarquía financiera con el surgimiento de los fondos estatales se muestra también en un informe reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI), con una ultrajante observación citada por el periódico: "En algunos casos, los activos pueden ser transferidos por razones político-estratégicas y no por razones económicas y financieras".
Aún más aterrorizado resulta el columnista de Bloomberg News, William Pesek, con su artículo del 8 de junio pasado, sugestivamente titulado:
"Monstruo de 12 billones de dólares amenaza a la globalización"
"Durante años, los descontentos por la globalización han esperado poder descarrilar al libre movimiento de bienes, capitales y personas. La mayoría de los gobiernos se mantiene firme, apostando en que hay más que ganar de lo que perder en este fenómeno. ¿No sería grande, entonces, si varios de esos gobiernos estuviesen inadvertidamente preparando el palco para el fallecimiento de la globalización? pueden estar haciendo justamente eso, con la proliferación de los así llamados fondos de riqueza soberana (…)
Hasta ahora, los fondos de riqueza soberana crecieron a partir de los rendimientos del petróleo y eran usados para estabilizar los mercados de energía. En medio de los altos precios del petróleo, ellos se están configurando en cuentas de acumulación de riqueza pública. Y, en la medida en que las reservas cambiarias crecen, los gobiernos están corriendo para darles un uso mejor que el de estacionar el dinero en títulos del Tesoro de los EEUU.
"¿Cuál será el tamaño al que probablemente, lleguen esos fondos? Stephen Jen, jefe de la división de investigación de monedas de Morgan Stanley de Londres, estima en 12 billones de dólares para el 2015. Esto es casi el tamaño actual de la economía de EEUU y pudiera crear interesantes problemas para la economía mundial".
Uno de los temores de Pesek y de sus pares es el que los fondos estatales trastoquen el juego de la "globalización" y comiencen a presentarse como compradores de grandes empresas privadas ligadas al propio Establishment oligárquico, como ocurrió hace dos años con el intento chino de comprar la empresa petrolífera Unocal, lo que fue impedido por el Congreso norteamericano. Dice:
"La cuestión es: ¿Estados Unidos se quedaría quieto si China fuera de compras a Silicon Valley? ¿Australia, Nueva Zelanda y Canadá estarían bien con gobiernos que le estuvieran echando el ojo a sus recursos naturales? ¿Cómo podrán el Reino Unido y Japón resistir las adquisiciones de sus bancos de inversiones?"
En palabras de Stephen Jen, "hay un riesgo distinto de que la transformación de fondos extranjeros, de acreedores a propietarios, deflagrase reacciones de países receptores, que desestabilizarán la globalización".
Han sido los alemanes quienes han dado la voz de alarma en palabras de su primera ministra, la señora Merkel, indicando que sería conveniente la creación de una agencia europea semejante a la que existe en Estados Unidos, denominada Comité de Inversiones Extranjeras, para limitar y opinar sobre la participación de estos fondos en aquellas áreas que se consideran estratégicas y que según ella deben permanecer en manos locales.
Hay países como Francia que, en el colmo del nacionalismo, han vetado la compra de industrias nada estratégicas. Tal fue el caso de la empresa alimentaria Danone, que quería comprar la Pepsico, y el anterior gobierno del señor De Villepin vetó.
También, Peter Mandelson, el comisionado europeo de comercio, dijo que la CE estaría dispuesta a acceder a la petición de Francia y de Alemania para insertar acciones de oro en las empresas estatales europeas. Esta acción de oro tendría el objetivo de dar a países europeos el poder para prohibir compras de sus empresas provenientes de inversores estatales de fuera de la Unión Europea.
El inefable Fondo Monetario Internacional también ha salido a la palestra para mostrar su preocupación por lo que está sucediendo en el mundo financiero, y está estudiando formas para que los fondos soberanos se ciñan a reglas claras. Lo cual quiere decir que se ciñan a las reglas que dicten los países desarrollados para seguir controlando el sistema, al fin y al cabo de eso se trata.
George Marcus, analista de primer nivel del poderoso banco suizo UBS (inmerso en la "burbuja Greenspan") aborda el acuciante tema ("Los fondos soberanos de riqueza el ascenso del sur global", The Globalist, 31/8/07) que transformará la faz del capitalismo que está siendo arrebatado de las parasitarias manos privadas trasnacionales (finalmente subsidiadas por los ciudadanos sin su permiso), en favor de los exitosos estados con pletóricas reservas.
The Globalist comenta que "Occidente se ha vuelto cada vez más ansioso sobre el crecimiento de los "fondos soberanos de riqueza" (SWF, por sus siglas en inglés), instrumentos poderosos (sic) de inversiones usados primordialmente por los gobiernos de Asia y Medio Oriente".
Marcus aduce que el "temor proviene de la inseguridad del poder económico declinante de Occidente, que no tiene nada de una reacción constructiva". Con propiedad histórica, Marcus pregunta cómo se habrán sentido los asiáticos hace tres siglos con las "actividades comerciales de entidades foráneas como la Compañía Oriental de las Indias" que "duró 274 años y se encontraba en el corazón del imperio británico, dotada de poderes para realizar la guerra como la paz, además de haber creado monopolios de materias primas y de rutas comerciales".
Tras hacer el recuento de la creciente oposición de los gobiernos occidentales y sus apéndices (Alemania, Estados Unidos, Francia, la Comisión Europea y el FMI), le llama la atención que provenga de los "mismos países que han invertido durante siglos en las industrias estratégicas de los mismos países que ahora han revertido los favores", lo cual, quizá, resguarde las tendencias neoproteccionistas de los afectados.
Aclara que los FSR estatales "no son bancos centrales. Son instituciones separadas manejadas por los gobiernos que se han establecido como fondos de estabilización o fondos para las generaciones futuras". Los fondos de estabilización "son montados por los países exportadores de petróleo o de materias primas que acumulan activos para invertir en el futuro" y que en momentos críticos (caída de los precios del petróleo y las materias primas) "pueden servir de apoyo a los programas gubernamentales".
Repite lo consabido sobre su colosal riqueza ("alrededor de 2.5 millones de millones de dólares en activos que crecen entre 15 y 18 por ciento al año") y la identidad de sus tenedores estatales: "casi 30 FSR estatales, la mitad de los cuales se ubican en Asia y Medio Oriente".
Poco después de que los miembros del FMI convinieron un marco de trabajo bilateral de vigilancia para las tasas de cambio en junio de 2007, éste fue socavado por Estados Unidos y criticado por la sociedad civil. Ahora Estados Unidos quiere que el Fondo empiece a regular los fondos soberanos de la riqueza.
Después de la reforma del marco de vigilancia el banco central chino hizo furiosas declaraciones rechazando la interferencia del Fondo en la política económica china. Pero los primeros golpes cayeron en Estados Unidos cuando el informe anual económico de la economía estadounidense publicado en agosto de 2007 declaró que el dólar estaba sobrevaluado. El informe copió el lenguaje de la decisión de vigilancia el cual dice que "la desalineación de la tasa fundamental de cambio" produciría una revisión detallada del FMI.
Al día siguiente de la declaración, un funcionario de la Tesorería de Estados Unidos al dar testimonio ante el Congreso estadounidense rechazó la idea de determinar la exacta tasa de cambio para una divisa. El funcionario, Mark Sobel, arguyó en contra de la propuesta legislación de Estados Unidos que castigaría a China por su divisa "subestimada": "Al tiempo que los modelos de la tasa de cambio dan valiosas comprensiones, no existe un método fiable y preciso para estimar el valor de la tasa real de cambio de una divisa y economía extranjeras, o de medir en forma correcta la subestimación de esa divisa".
Michael Mussa, Economista jefe del Fondo de 1991 a 2001, y ahora miembro de un grupo de pensadores con sede en Washington, The Peterson Institute, consideró que era poco sabio por parte de Estados Unidos el arrojar dudas sobre las valuaciones de divisas: "La Tesorería de Estados Unidos le cortó las piernas al FMI incluso antes de que empezara la carrera. Eso fue algo necio e innecesario, pues pudieron haberse quedado callados".
Aldo Caliari de la ONG de Washington, Center of Concern, piensa que el nuevo marco de trabajo interferirá en el espacio de la política de los países en desarrollo porque "reduce el espacio político necesario para que los países en desarrollo puedan crecer exitosamente utilizando un modelo orientado por el comercio y la exportación".
Al mismo tiempo, Jan Kregel, Profesor de Finanzas en Levy Economics Institute of Bard College, también criticó el nuevo marco por estar en línea con los intereses de los financieros del sector privado: "Las nuevas formas de vigilancia son sólo otro paso en el camino, donde el FMI ya no será una institución de préstamos sino una que vigila la aplicación de políticas que satisfagan los requerimientos de los prestamistas privados internacionales, en vez de los intereses nacionales".
Aún así, los Estados Unidos proponen otra nueva expansión de la misión del FMI: la regulación de los fondos soberanos de la riqueza. Estos fondos son vehículos de inversión establecidos por los países con grandes reservas de divisas extranjeras tales como los exportadores de petróleo y más recientemente China. Los Estados Unidos y los países europeos se preocupan de que con tales fondos se puedan adquirir activos estratégicamente importantes en los países industrializados, tales como los puertos o las compañías de servicios, y que se pueda actuar por motivos geopolíticos más bien que económicos.
El funcionario de la Tesorería de Estados Unidos, Clay Lowry, propuso en una conferencia en junio de 2007: "Creo que el FMI y el Banco Mundial podrían dar un paso muy útil desarrollando la buena práctica para los fondos soberanos de la riqueza, tal vez a través de una fuerza de trabajo conjunta". Lowry enfatizó los riesgos que representan estos fondos para la estabilidad del mercado financiero, diciendo que la solución es una mayor transparencia y más claras directrices de manejo.
En contraste, el Economista jefe del FMI, Simon Johnson rechazó la necesidad de una acción rápida. "¿Qué deberá hacer el FMI ante esta situación? Ciertamente no hay necesidad de acciones dramáticas. Por un lado, la situación trata asuntos sensibles de la soberanía nacional. Por el otro, al nivel actual los fondos soberanos de la riqueza no son un asunto apremiante".
Preocupada por una posible reacción global en contra de la inversión internacional y por un aumento del proteccionismo, la secretaría del Tesoro de Estados Unidos prefiere una estrategia minimalista: reglas voluntarias de "mejores prácticas". Pero incluso los libremercadistas dudan de este enfoque, porque no es posible hacer cumplir esas prácticas.
El tema de los fondos soberanos dominó una reunión reciente de los ministros de finanzas del Grupo de los Siete países más industrializados. El G-7, que incluye a EEUU, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña y Japón, emitió después un comunicado diciendo que si bien sus economías "pueden beneficiarse al abrirse" a estos fondos, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial deberían examinar aspectos como la estructura, transparencia y responsabilidad de estos vehículos de inversión.
La razón de toda la preocupación es que estos fondos cuentan actualmente con entre US$ 2 billones (dos millones de millones) y US$ 3 billones para invertir, una cantidad que podría llegar a US$ 13/15 billones en los próximos 10 años. Con ese tamaño, "ellos son el sistema financiero global", dice el ex economista jefe del FMI Kenneth Rogoff en declaraciones a The Wall Street Journal America.
Christopher Cox, presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, incluso expresó que esos fondos soberanos podrían usar "el enorme volumen de información clasificada" que recogen sus agencias de espionaje, convirtiéndolos así en "la herramienta definitiva en el uso de la información privilegiada".
La secretaría del Tesoro, que suele ser alérgica a la regulación, dice que las mejores prácticas deberían ser suficientes. Un principio debería ser que las "inversiones sean impulsadas por un fin comercial", dice el subsecretario del Tesoro David McCormick. La meta: conseguir, por ejemplo, que el fondo soberano saudita actúe como el fondo de la dotación de la Universidad de Harvard, y no como el equivalente financiero de un avión de combate.
La Comisión Europea anunció su intención de imponer directrices de transparencia a la actividad inversora de los fondos soberanos en la UE. La vigilancia podría ser especialmente estricta sobre sectores como energía, seguridad y defensa.
Los billonarios fondos soberanos de China, Rusia o Emiratos Árabes Unidos podrían toparse pronto en Europa con exigencias de transparencia y gobernanza sobre su gestión y actividad, según anunció ayer el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, tras celebrar un debate interno con su equipo de comisarios. La CE intenta calmar así la inquietud de varios países por ante las incursiones en la economía europea de unos fondos de titularidad pública. Alemania estudia la creación de un comité, similar al que existe en EEUU, para analizar su actividad inversora desde el punto de vista de la seguridad nacional.
Barroso ha optado por una vía mucho más moderada, después de un debate interno que ha puesto de manifiesto las diferencias en el seno de la Comisión. Los comisarios de Economía, Joaquín Almunia, y de Mercado Interior, Charlie McCreevy, parecen haberse impuesto frente a los partidarios de una intervención por vía legislativa para frenar a los fondos cuya actividad responda a intereses estratégicos del país de origen y no a la mera búsqueda de rentabilidad financiera.
Bruselas se decanta finalmente por estudiar la elaboración de unas directrices sobre la transparencia y la gobernanza de los fondos soberanos. Durante el primer semestre de 2008, la CE fijará su posición definitiva. McCreevy ya había anunciado, durante un debate organizado por el grupo Liberal, que la CE no estaba preparando ninguna intervención legislativa para los fondos soberanos. Los eurodiputados de ese grupo acogieron con satisfacción, en palabras de la holandesa Sophie In't Veld, "este planteamiento pragmático".
Pero incluso los liberales reconocen que el volumen de los fondos soberanos (que manejan unos 2.300 millones de euros, según Morgan Stanley) y su vínculo con los Estados respectivos requieren un tratamiento especial. "Todos los sectores tienen que estar abiertos a su inversión, excepto defensa, seguridad y, quizá, energía", señaló el eurodiputado Liberal alemán Wolf Klinz.
Bruselas no se recupera de un susto (real o imaginario) en los mercados financieros cuando ya se enfrenta a otro. A principios del año 2007, la regulación de los hedge funds se convirtió en una de las máximas prioridades de las instituciones comunitarias. La iniciativa se topó con una enorme resistencia, tanto dentro como fuera de la UE, y se quedó en nada. El ministro español de Economía, Pedro Solbes, contrario a la regulación, alertó sobre el riesgo de "matar la gallina de oro". La UE descubrió entonces que los temidos hedge funds son una nimiedad comparados con los recursos de los fondos soberanos. Y Bruselas lleva meses estudiando cómo blindar la economía europea frente a esos instrumentos. Mientras tanto, una tormenta en el mercado hipotecario de EEUU ha quebrado dos bancos alemanes y uno británico.
Las propuestas de Estados Unidos y Europa para una mayor regulación de los fondos soberanos de riqueza (los fondos comunes de inversión para las reservas de los países extranjeros) han producido una acción del Fondo Monetario Internacional, a pesar de las reservas de su economista jefe. El comunicado del Cuerpo de Consulta de los Ministros de Hacienda hizo eco de las demandas de los países industrializados dándole la bienvenida "al trabajo del FMI para analizar temas para los inversores y receptores de tales fondos, incluyendo un diálogo para identificar las mejores prácticas".
El Fondo aceptó la tarea de elaborar un borrador de códigos de conducta para el manejo de los fondos soberanos. El personal del FMI en el Medio Oriente ha dicho que las instituciones de inversión gubernamental en esa región han indicado que están dispuestas a seguir el nuevo código voluntario. A mediados de noviembre de 2007, el FMI acogió su primera reunión de fondos soberanos y administradores de reservas, que planea realizar anualmente. Asistieron funcionarios de 28 países y Strauss-Kahn dijo en la sesión inaugural que "está adelantándose un proceso para definir un rol para el Fondo sobre el tema del manejo de los fondos soberanos de riqueza, de forma tal que sean consistentes con la estabilidad global financiera".
– Alarma en EEUU por la inversión extranjera, que en 2007 superó los 273.000 millones (ABC – 21/1/08)
(Por Anna Grau – Servicio Especial – Nueva York)
"El dólar está bajo, los tipos de interés no se atreven a levantar cabeza, el pánico paraliza la inversión americana. Los Estados Unidos están de rebajas. América se vende al mejor postor. La inversión extranjera en el país ha superado este año los 400.000 millones de dólares (273.000 millones de euros).
En su edición de ayer, "The New York Times" dedicaba tres páginas a describir las dimensiones de este "tsunami" inversor. Tienen mucho que ver operaciones como la desesperada ampliación de capital del banco de inversión Merrill Lynch para hacer frente a sus salvajes pérdidas del último trimestre.
Casi invariablemente son grupos asiáticos los que suscriben estas acciones. Ya han empezado a levantarse voces de preocupación. "Sería mejor que estas compañías no tuvieran esa necesidad de capital, y, si la tienen, sería mejor que hubiera capital americano disponible", manifiesta el senador demócrata por Nueva York Charles Schumer.
"¿Estamos dispuestos a ver nuestros bancos en manos de los comunistas o incluso de los terroristas?", clamaba esta misma semana Jim Cramer, un analista de inversiones que evidentemente no le teme al tono apocalíptico.
No poner pegas a la inversión
Otras voces, como la de Thea Lee, representante de la principal central sindical en Washington, creen que no hay necesidad ni posibilidad de ponerse así. América necesita inversión, y no estamos en condiciones de poner pegas a de dónde viene esa inversión", concluye. Aunque no deja de tirar suavemente -o no tanto- a todos aquellos, políticos, banqueros y empresarios, que han permitido que se llegue a esta situación de "dependencia".
"The New York Times" se hacía ayer eco de un debate donde los expertos más desapasionados intentan separar el grano de la paja, discernir la inversión extranjera "buena" de la "mala": en el primer grupo estarían los canadienses y los europeos, de los que se espera que inviertan en son de paz. Más miedo da el alcance de las intenciones de países en vías de desarrollo, repletos de ambivalencias políticas y económicas.
Desde este punto de vista, los patriotas del dólar deberían estar tranquilos. Canadá figura en cabeza de la adquisición de acciones de compañías americanas a lo largo de 2007. La inversión canadiense ascendió a 65.000 millones de dólares (44.500 millones de euros). Eso es más del doble de los 20.000 millones de euros invertidos en el año 2007. En cambio el segundo inversor, el Reino Unido, ha bajado mucho desde entonces: de 52.700 millones de euros ha pasado a 31.350 millones. El tercero, Australia, sigue la tendencia canadiense, plantándose en unos triunfales 20.600 millones de euros "americanos" frente a los 9 millones del año 2000.
Pero el crecimiento más espectacular es sin duda el del cuarto inversor, que es España. El capital español en Estados Unidos se ha multiplicado por cuatro en sólo siete años. En el año 2000 era de 4.440 millones de euros, y ahora es de 16.560 millones. Es una cifra que casi la empata con el quinto país, Alemania, aunque los alemanes, como los ingleses, van cuesta abajo y no cuesta arriba en su inversión, que es más o menos la mitad de lo que era.
¿Puede significar eso que España va a América cuando otros vuelven? De ser así, definitivamente la economía se está convirtiendo en un fascinante juego de espejos: Corea del Sur ha invertido este año 7.118 millones de euros en Estados Unidos, cuando en el año 2000 sólo invirtió 3.690 millones. Rusia ha pasado de 41 millones a 391 millones. Y la India, de 249 millones a 2.259 millones".
– Informes de referencia (Secretos y mentiras)
– Sovereign-wealth funds – The world's most expensive club
May 24th 2007 / Hong Kong
(From The Economist print edition)
"China's investment in Blackstone shows how government investors are flourishing at the heart of the financial system
Satoshi Kambayashi
With $ 1.2 trillion in foreign-exchange reserves and the pool growing by more than $1 billion every day, China casts a giant's shadow over the global financial markets, even if it has mostly used the money to pile up American Treasury bonds. The announcement on May 21st that it would invest $ 3 billion of its reserves in Blackstone, a New York-based private-equity firm soon to issue shares, shows that it is prepared to barge into murky private markets as well as liquid public ones. It is not the only inscrutable country to be cosying up to the inscrutable private-equity industry. Around the world, a secretive society is emerging of governments flush with foreign assets, some of them petrodollars that are increasingly calling the shots in international finance. The Blackstone deal is likely to stir others to invest their money even farther away from prying eyes than they do already.
Like China, whose proposed Blackstone stake is part of $ 300 billion that the government plans to set aside this year for investment purposes, dozens of countries have set up what are now commonly referred to as sovereign-wealth funds. They manage money drawn from reserves, natural-resource payments and the like. China is chiefly concerned to diversify its foreign reserves, but other sovereign-wealth funds own national, as well as international, assets.
The top 12 each have anything from $ 20 billion to hundreds of billions of dollars to invest (see table). Recently, Japan, Russia and India have reportedly been considering setting up funds along similar lines. Some estimates put the size of the funds at $ 2.5 trillion by the end of this year (in contrast, hedge funds are thought to have a mere $ 1.6 trillion), with another $ 450 billion in transfers from reserves being added annually. Including capital appreciation, the amount could swell to $ 12 trillion by 2015.
To the extent governments have traditionally held investment assets; it was to protect domestic currencies and banks from crisis. Since the funds were for emergencies, they were of a type that could be liquidated easily-initially the holdings were in precious metals, lately they have been in dollars. The idea of building up an endowment to replace shrinking natural resources did not exist.
That process may have started inadvertently in 1956 when the British administration of the Gilbert Islands in Micronesia put a levy on the export of phosphates-bird manure-used in fertiliser. The manure has long since been depleted. However, a once-tiny set-aside of money has become the Kiribati Revenue Equalisation Reserve Fund, a $ 520m investment portfolio that has grown to about nine times the tiny atoll's GDP.
A similar approach is now common among oil-producing countries, which, it is estimated, account for two-thirds of the assets in these sovereign-wealth funds, and are keen to diversify their national revenues, aware that their wealth is being pumped away. They have typically invested along similar lines to central banks, holding bonds, dollars and bank deposits. Temasek, a Singaporean entity created in 1974 to pool state-owned investments, started to change the mindset. It subsequently evolved into an even more complex investment vehicle. The heady combination of state-control, success and secrecy, entranced other governments.
Recently, central bankers have also begun wondering whether they have a fiduciary duty to make higher returns from the public wealth under their supervision, which could mean placing at least some part of foreign-exchange reserves in high-yielding, if less liquid, investments. In Asia this question has become increasingly pertinent in the past two years, as reserves have mushroomed.
The result has been a torrent of money into a finite pool of assets. There is no precedent for such fortunes suddenly to find their way into global financial markets, and they help explain the waterfall of liquidity that has driven up the value of risky (and less risky) assets of all descriptions around the world. The world's entire supply of shares is $ 55 trillion, and bonds account for a similar amount. Sovereign-wealth funds could soon become the most important buyers of such assets, and many others besides. If so, the world will witness the intriguing spectacle of its largest private companies being owned by governments whose belief in capitalism is often partial.
The last time governments were not involved in sinking money into private assets, the process tended to be called nationalisation. Now the funds are invested both abroad and domestically. A new term will have to be coined: internationalisation, perhaps.
Northern light
Of the biggest sovereign funds, only Norway's provides anything close to transparency. Each year it discloses its investment portfolios and returns. Without such a window on their investments, it is hard to fathom the interests of other funds -how they vote on shareholder motions, for example. There are likely to be questions about strategic objectives, too. What will they care about most? Economic returns, political objectives, securing strategic resources? It will be hard to tell.
Andrew Rozanov, of State Street Bank, argues that the lack of well-defined obligations and the ability to retain funds indefinitely while not having to reveal results is an investment advantage. The funds can harvest the benefits of volatility and illiquidity unavailable to the risk averse. It would not be surprising if some did particularly well. On the other hand, the same factors that could lead to higher returns could also lead to corruption and untoward political intervention.
But the kind of assets the funds invest in -big ones- can generate frictions even when run properly. Temasek has been embroiled in controversy in Thailand after it bought Shin Corp, one of the country's telecoms companies, from Thaksin Shinawatra, the country's deposed prime minister. China is no stranger to such tensions. In an event that still rankles, CNOOC, the state-controlled oil company, was blocked in America, supposedly on national-security grounds from acquiring Unocal, an oil company. It is quite possible that by purchasing a non-voting interest in Blackstone, China will be able to bypass the restrictions that might prevent it doing Unocal-style deals in Europe and America.
By choosing a private-equity firm, China will also be able to invest directly in a partner that, notwithstanding its forthcoming share offering, can keep many of its operations out of the public eye. But this is where the ironies of the deal are most apparent. "Crony capitalism? It is a marriage made in heaven-a partnership that does not want investors to ask questions with a country whose firms do not want investors to ask questions. I worry about the serious conflicts of interest this generates. More generally, government entities shouldn't be in the business of investing in private firms", opines Raghuram Rajan, of the University of Chicago's Graduate School of Business.
Moreover, it is widely believed that by having China as a partner, Blackstone will receive preferential access to China's market (as well as providing China with experience it clearly covets on how to set up its own domestic private-equity industry). This is an advantage for Blackstone, and for its shareholders, China included, particularly so when other private-equity firms complain that the impediments to operating in China are growing.
However, providing an economic incentive to a lucky few, even if that includes the government itself, impedes China's broader need to create a fair and transparent financial market for all participants. That is what would produce the most efficient market for capital.
China still has vast holdings of state assets, and its embryonic stockmarket is bubbling over-if anything it needs more publicly traded companies. Like other countries with sovereign-wealth funds, it would appear to need more expertise in selling companies that it owns, rather than learning how to buy the ones it does not".
– Patrones cambiantes de inversión en la región del Golfo: El caso Dubai
(Por Bianca Gersten, investigadora en www.memrieconomicblog.org)
Este informe fue publicado primero en el Blog Económico de MEMRI el 14 de agosto, 2007. Véase www.memrieconomicblog.org. (Se mantiene la redacción del original)
The Middle East Media Research Institute (Serie de Análisis e Investigación)
Introducción
"El aumento masivo en la renta de petróleo en la mayoría de los seis miembros del Concejo de Cooperación del Golfo (CCG) -Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein, Omán y Kuwait- ha creado oportunidades sin precedentes para la edificación de infraestructura, el abastecimiento de servicios sociales y al mismo tiempo, oportunidades para inversiones en el extranjero.
Estas inversiones han sido canalizadas a través de dos conductores principales – la adquisición de recursos y la compra de acciones en empresas financieras e industriales de alta calidad. Según el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat del 13 de agosto, los países del Golfo han canalizado $ 140.000 millones para las inversiones extranjeras en los últimos tres años. En un tiempo relativamente corto, algunos de los países del Golfo se han vuelto partícipes respetables en la escena financiera internacional.
Al mismo tiempo, un ambiente de inversión hospitalaria, la privatización de entidades de propiedad del estado, y las perspectivas de tratos mutuamente lucrativos han atraído una entrada masiva de servicios financieros occidentales e industrias a la región del Golfo. La apertura del mercado de bienes y raíces para los inversionistas extranjeros, particularmente en Dubai, ha creado un auge masivo en la construcción que está alimentando el crecimiento económico en una rápida proporción.
El propósito de este artículo es verter luz sobre las actividades de inversión de Dubai, y en el cómo un liderazgo ilustrado y de empresa se ha convertido de lo que fue un pequeño fortín en el desierto sólo hace unas décadas en una metrópolis bulliciosa con una economía vigorosa que está sujeta a ambos la envidia y la emulación.
Incremento en el poder de inversión
Las economías en el Medio Oriente y África del Norte (MOAN) en general han crecido en más del 5% en cada uno de los últimos tres años a causa de los ingresos sustanciales del petróleo. Como los proveedores principales de crudo en la región, los países del Golfo -y, principalmente entre ellos, los Emiratos Árabes Unidos (EAU)- han experimentado niveles sin precedentes de crecimiento.
En contraste con el temprano auge de petróleo de los años setenta y ochenta, sin embargo, estos países no están malgastando sus ingresos de crudo en gastos superfluos, sino más bien están enfocándose en diversificar sus recursos y en sostener su solvencia fiscal a través de esquemas masivos de inversión.
Dubai, uno de los siete emiratos que constituyen los EAU, en particular, ejemplifica las tendencias de inversión del Medio Oriente, principalmente a causa del hecho de que es una potencia en inversión sin necesidad alguna. El emirato busca abrirse a sí mismo y extender su alcance dentro de los mercados internacionales para circundar cualquier riesgo que enfrente debido al firme declive de sus reservas de gas y petróleo, que se espera alcance un vaciamiento dentro de veinte años. Dubai tiene actualmente una fuerte propensión por el sector inmobiliario, pero está aprendiendo a diversificar sus recursos totalmente en su búsqueda de algunos instrumentos financieros altamente productivos.
Los excedentes de las grandes cuentas actuales han permitido que mucha de esta inversión tenga lugar a través de fondos soberanos, que en el pasado, fueron tradicionalmente sostenidos sólo para proteger monedas domésticas y los bancos. La inversión soberana del fondo es una tendencia no limitada a los países del Golfo; el total global de fondos soberanos [1] puede ser de $ 2.5 billones para finales de este año, y podría alcanzar los $ 12 billones por el 2015 a causa de una importante apreciación. [2] Los fondos soberanos de la riqueza pueden convertirse pronto en los compradores más importantes de acciones y bonos, y los países petroleros cuentan globalmente con dos tercios de tales recursos.
Atrayendo las industrias occidentales
La generación actual de ministros de la economía e industria en la región del Golfo está principalmente compuesta de hombres que comenzaron sus carreras en el sector privado. Esto se coloca en correlación a los esfuerzos en casi todos los países MOAN para aumentar la privatización de entidades que son propiedad del estado en un esfuerzo por crear una atmósfera de "mercado abierto". Tal como informó el diario del Medio Oriente Al-Sharq Al-Awsat el 8 de agosto de 2007, una empresa de inversión internacional en Kuwait notó que las tendencias de privatización en los países del Golfo -que están compitiendo entre ellas mismas para convertirse en las próximas "capitales financieras" globales- son reflejadas en el flujo de capital privado sobre las acciones públicamente comercializadas y otros instrumentos financieros. En el 2006 esta cantidad ascendió a $ 7.070 millones, lo cual fue un 61.6% de aumento durante el año anterior.
Mientras los niveles de inversión regional se elevaron copiosamente, de ambas fuentes privadas y públicas, los fondos de inversión privados locales están luchando por obtener acceso a los mercados americanos y europeos para que los accionistas puedan disfrutar los ingresos aún más altos en sus recursos. Al final, esto ha arrastrado a muchos servicios e industrias occidentales, atraídos a la copiosa cantidad de fondos que la proximidad a los inversionistas potenciales pueda rendir, en la región del Golfo.
El grupo Carlyle LP dice que el Medio Oriente es ahora el "punto caliente" para los tratos de equidad privados, y HSBC informa que tanto como un tercio de todos los proyectos de finanzas involucran a proyectos del Medio Oriente. [3] Dubai es un punto focal particular de esta actividad. El presidente ejecutivo de la compañía de servicios de crudo Halliburton ha optado recientemente relocalizar al menos parte de los cuarteles generales de la compañía y oficinas ejecutivas principales desde Houston a Dubai. Otros compradores probables de propiedad en el emirato incluyen a Oracle, Cisco y Microsoft. [4]
De hecho, Dubai se ha convertido en tierra fértil para una presencia económica occidental con sus zonas de libre comercio, en donde las compañías no son catalogadas por los requisitos de los EAU donde todas las entidades sean de posesión mayoritaria de una nacional de los EAU. Varias empresas de tecnología de información, bancos de inversión y corporaciones mediáticas se han adherido a sí mismas a estos territorios, y funcionarios esperan que la finanzas solas cuadrupliquen su contribución al PIB del emirato a $ 15.000 millones para el año 2015. [5]
Bajos aranceles, bajo riesgo de la moneda, la ausencia de restricciones en la repatriación de ganancias, una burocracia nacional pequeña, y leyes de los EAU que prohíben los impuestos a las ventas y a las corporaciones ayudaron al número de proyectos Greenfield (ciertos tipos de riesgos de inversión) sólo dentro de Dubai para elevarse de 88 en el 2002 a 215 en el 2005. Como tal, el crecimiento no petrolero tiene el promedio anual del 10.6% durante los últimos cinco años. [6]
A su vez, los medios de inversión orientados por el estado tales como Dubai Capital Internacional, Istithmar (compañía de inversión) e Inversiones DIFC han tomado demarcaciones en HSBC, Standard Chartered Bank, Blackstone (fondo de equidad privado) y el Deutsche Bank (Banco Alemán).
Qatar está siguiendo los pasos de Dubai, anunciando el 16 de julio de 2007 la unificación de su sistema regulador, y su intención de re-escribir los códigos legales ya anticuados para las transacciones financieras y comerciales que pueden actuar como barreras en la entrada a empresas internacionales.
En una escala menor, muchas compañías americanas se están mudando a la región para sostener la industria del azúcar, que ha tenido que desarrollarse rápidamente después de que la Organización de Comercio Mundial cubriera la exportación de azúcar de la UE en julio de 2006. Con el número grande de buques de transporte del Golfo, es un imán para muchos de los 500 millones de dólares a ser invertido en la producción del rendimiento de azúcar.
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