Descargar

Lo que significa el capital intelectual en el nuevo paradigma global


    1. Resumen
    2. Concepto y antecedentes de la globalización
    3. Globalización y pensamiento único
    4. El capital intangible en la era tecnológica actual
    5. El capitalismo global
    6. La democracia global
    7. Bibliografía

    Resumen

    La fase actual del capitalismo está basada en el predominio del capital intelectual o intangible, como factor de producción portador de ventajas competitivas. Dentro del intangible encontramos la capacidad de utilización de los mitos culturales que forman parte del concepto genérico de "globalización". Comparamos el discurso global con el discurso del progreso para ilustrar que todo sistema productivo requiere la existencia de lo que Marx denominó "superestructura". Dicha superestructura actúa como un activo intangible de las grandes multinacionales.l progreso para ilustrar qeu e producción; lo que dice ser y, desde ese punto de vista, esclarecer el papel que desempeña la palabra glisteme lo bal"nte hablar de "io Internacional Nuestro Patrimonio;

    Palabras clave: Globalización, pensamiento único, capitalismo global, capital intelectual, democracia global.alizaciave: ;

    1. Concepto y antecedentes de la globalización

    Cuando este trabajo se presentó no era tan frecuente hablar de "capitalismo global", en vez de "globalización". Digamos que lo anti-globalización no vendía, por parafrasear el título de un libro reciente. El propósito de este trabajo es establecer una diferenciación entre lo que el capitalismo es y lo que dice ser y, desde ese punto de vista, esclarecer el papel que desempeña la palabra globalización, en comparación con lo que realmente significa o debería significar el término "globalización". lo que dice ser y, desde ese punto de vista, esclarecer el papel que desempeña la palabra glisteme lo bal"nte hablar de "io Internacional Nuestro Patrimon�

    La palabra "globalización", que viene de "global" ¾ y ésta a su vez, de globo¾ sugiere de inmediato la mundialización de un determinado fenómeno. La palabra "mundialización" también se usó para designar el proceso histórico que nos ocupa, pero pronto quedó desbordada por el significado actual de éste. La dimensión geográfica del término pronto se extendió a un ámbito conceptual más acorde con el uso corriente del término "global".

    La mundialización de las actividades económicas empezó a tomar cuerpo a fines del siglo XV, es decir, a continuación del descubrimiento de América, pero la ampliación de dicha actividad a ámbitos distintos del económico ha ido necesitando una nueva terminología.

    La actualmente denominada globalización no sólo constituye una etapa lógica en la expansión geográfica de los ecosistemas humanos, sino una tendencia paralela a la universalización entre las personas de una suerte de conciencia humana. Sin embargo, hay dos matices de este fenómeno que se pueden empezar a discutir: Primero, si realmente se trata de un fenómeno nuevo o de una innovación meramente semántica en un fenómeno conocido; segundo, si ese proceso ha culminado o se halla simplemente en una de sus etapas finales.

    El ser humano se ha caracterizado siempre como especie global; ha asegurado su supervivencia como animal no especializado, de forma que ésta no depende de su afinidad con un nicho ecológico concreto. Si se hace memoria de cómo se vivieron otros procesos históricos, como la formación de imperios o rutas comerciales intercontinentales, las cruzadas, el descubrimiento de las "Indias Occidentales", la Ilustración, la Revolución Industrial, etc., en todos ellos se proclamó insistente y triunfalmente el advenimiento de una etapa final, deseable, inevitable y universal. Todos esos momentos históricos fueron, sin embargo, las fases precedentes del que ahora vivimos, según se enumera en un trabajo previo de Pérez:

    Tabla 1:

    Etapas Históricas del Capitalismo

    Tipo predominante de capital

    Periodo de apogeo

    Fases históricas

    Cronología

    Comercial

    1470-1770

    Viejo colonialismo

    1490-1790

    Industrial

    1770-1870

    Colonialismo moderno

    1790-1890

    Financiero

    1870-1970

    Imperialismo

    1890-1990

    Tecnológico

    c. 1970

    capitalismo global

    c. 1990

    Fuente: Pérez Serrano (2001)

    La integración económica, la cooperación multilateral y la creación de entes y políticas supranacionales, la generalización de las tecnologías de la información y las comunicaciones, el comercio electrónico, todo eso está globalizado; forma parte del fenómeno, pero estos elementos no son tan recientes como la propia palabra "globalización".

    Hace más de un siglo que las crisis y recesiones económicas tienen repercusión mundial, varias décadas que existen mercados externos de divisas y capitales y empresas transnacionales. Hace varias guerras que los mercados interiores se quedaron pequeños para el capital industrial y financiero.

    Por su parte, las nuevas tecnologías, no son una causa, sino más bien una necesidad del panorama económico y político mundial actual. Entonces ¿Cuáles son sus rasgos característicos? ¿Tal vez se trata de la creciente intensidad con que se dan fenómenos que ya eran conocidos? Evidentemente, todo periodo histórico se solapa con el anterior, hasta que llega un momento en que claramente se invierte la preeminencia entre unos y otros mecanismos de poder. Existen al menos tres particularidades del panorama actual del desarrollo humano:

    • La globalidad de la fase capitalista actual no viene referida solamente a su dimensión geográfica, sino a la variedad de ámbitos en que proyectan las mismas relaciones sociales y de producción. No se trata ya de un forcejeo entre la oferta y la demanda en el mercado de factores (capital y trabajo) y productos (y servicios), sino de planteamientos estratégicos en todos los frentes. Una realidad estresante.
    • En el ámbito científico, el estudio de una realidad como la globalización impone una nueva perspectiva que rebasa las pretensiones de la desfasada interdisciplinariedad y de la multidisciplinariedad en boga. Cualquier estudio de variables económicas, de procesos políticos, de razonamientos jurídicos, etc. implica preguntarnos por nuestra propia naturaleza, situarnos en nuestro ecosistema. Para alcanzar a comprender cualquier fenómeno actual, debe estudiarse dentro de la globalización, el nuevo paradigma supradisciplinar.
    • La naturaleza de este fenómeno tiene un sustrato material o, en términos económicos, real, pero también forma parte de este sistema social, como ocurrió otros anteriores, la creación de un mito o ficción acerca de su propia naturaleza.

    La globalización (en su precedente francófono, "mundialización"), como expresión actual del capitalismo, dispone de todos los recursos y de la enorme experiencia acumulada por este sistema a través de los siglos. Su potencial destructivo es inmensamente superior al que poseyó en sus orígenes el imperialismo y, no obstante, éste llevó la muerte a casi setenta millones de personas en dos devastadoras guerras mundiales y ocasionó pérdidas incalculables en la multitud de conflictos localizados que jalonaron el último siglo.

    El concepto de globalización no es algo intrínsecamente malo ni bueno. Es la cualidad de algún otro fenómeno, cuando adquiere dimensiones mundiales o generales. Éste último puede ser beneficioso o pernicioso para la humanidad y para algunos intereses peor o mejor que para otros.

    Los grupos contestatarios que se hacen llamar "anti-globalización" son más bien anticapitalistas, antifascistas, etc. La globalización es, sin lugar a dudas, una realidad, con una base material, cimentada en la economía real y una vertiente cultural, caracterizada por un tipo nuevo de capital económico que es capaz de otorgar hegemonía a una empresa o un país.

    Pero la realidad ha ido construyendo su propio mito, una versión más defendible de sí misma, indispensable para el proceso de acumulación y concentración del capital global. De la globalización como mito hablaremos en el siguiente apartado.

    Julio Pérez Serrano identifica el 1973 como "año cero de la globalización" (Pérez, 2002). En ese año tienen lugar una serie de acontecimientos en apariencia dispares e inconexos, que marcan una inflexión en la configuración de la sociedad occidental actual. Estos hechos, de índole política y a la vez económica, tienen lugar en muy pocos meses y en lugares muy distantes del planeta. Pérez destaca tres de ellos:

    1. El 11 de septiembre, Augusto Pinochet lidera un golpe militar que instaura la dictadura en Chile y crea las condiciones socio-económicas y políticas necesarias para aplicar, por primera vez en la historia, las teorías elaboradas por los economistas de la Universidad de Chicago (Friedman, Hayek y otros): el denominado neoliberalismo, que pone el énfasis en la "competitividad" y devuelve al "mercado" las parcelas que el keynesianismo había dejado bajo la protección del Estado;
    2. El 20 de diciembre, el Almirante Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno de España, muere víctima de un atentado reivindicado por ETA. Pérez identifica esta acontecimiento "como el verdadero inicio de la transición a la democracia en España".

      En este mismo año, ocurrieron otros hitos importantes para comprender la "transición" del paradigma "neoliberal" al paradigma "global"

    3. También en octubre, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) redujeron la producción de crudo en respuesta a la victoria israelí en la guerra del Yom Kipur, ocasionando una crisis económica "global" y un fenómeno nuevo: La estanflación.
    4. El 23 de octubre, se constituyó en Tokio la Comisión Trilateral ¾ EE.UU., Europa y Japón¾ , verdadera patronal global, con miembros destacados como Henri Kissinger. Desde el principio de una época conocida como ‘Guerra Fría’, elementos institucionales representativos de intereses capitalistas occidentales han celebrado convenciones y constituido foros y organizaciones destinados a planificar de forma centralizada la implantación de un entorno cultural favorable a sus opciones estratégicas a largo plazo y a la perpetuación del modelo hoy vigente. La influencia de la Trilateral aún no se ha podido medir, pero su significación cualitativa es la institucionalización de una cultura global pro-capitalista. Según Tamames, "Jimmy Carter [y más tarde, Reagan] fue elevado a la Presidencia de Estados Unidos por decisión sabiamente orquestada de la Trilateral".
    5. A lo largo de 1973, el Sistema Monetario Internacional (SMI), basado en el denominado "patrón dólar", se deshizo definitivamente, al anunciar Nixon en febrero la segunda devaluación del dólar y permitir las autoridades de los demás países la libre fluctuación de sus divisas.
    6. Un magnate altruista funda, ese mismo año la primera organización contestataria de carácter global, precursora de los actuales movimientos anti-globalización: Greenpeace.
    7. Se crea el protocolo de Internet.

    Hoy las tecnologías, puestas a disposición del capital financiero permiten, por ejemplo, comprar sin dinero una gran cantidad de mercancía, títulos negociables o incluso inmuebles situados en un país lejano y venderlo a futuro simultáneamente en el mismo mercado con un margen de beneficio por segundo extraordinario. Esta forma de arbitraje eleva el valor de los activos, por la mera promesa de revender más caro, sin añadir ningún valor. Por eso adultera la labor medieval del intermediario de mercancías entre puntos distantes.

    Las legislaciones fiscales favorecen cada vez más la inmovilización de recursos financieros en los mercados financieros nacionales, lo cual alimenta la burbuja financiera (por ejemplo, la última reforma del IRPF realizada en España por el Partido Popular).

    Pero para el gran capital, estos mercados se han quedado pequeños. Los denominados euromercados de capitales y de divisas son tierra de nadie; ningún gobierno puede regularlos; es como hacer transacciones a bordo de un barco pirata.

    El poder de estos capitales se demostró en las denominadas "tormentas monetarias" padecidas en la Unión Europea en 1992 y 1994, que fueron provocadas, según los mejores expertos, por fondos de inversión japoneses y norteamericanos.

    Éstos enormes agentes financieros especulaban a favor de una divisa (peseta) y en contra de otra (franco francés) para que fuera imposible mantener estables las paridades dentro de la UE. Ya se tenía la experiencia de la trágica desaparición del "dólar verde" de la Política Agrícola Común, por tensiones entre el franco y el marco, en 1978. Ahora la libre e ilimitada circulación de capitales hacía posible un "tormento" mucho mayor. Europa tuvo que reaccionar ampliando las bandas, exceptuando los criterios de convergencia y ordenando a España que suspendiese la libertad de circulación de capitales que tan generosamente había concedido a los capitales extra-europeos (aparentemente injustificada y con una sospechosa anticipación de 11 meses a la liberalización intra-comunitaria).

    Ahora todos manejamos euros, pero en aquel entonces se perdió mucho comercio por riesgo de cambio y se cuestionaron incansablemente las posibilidades de éxito de la unificación monetaria. La tormenta monetaria costó bastante dinero a los especuladores, pero por algún motivo, estaban dispuestos a asumir el riesgo.

    1. La manera en que la "globalización" planifica las mentalidades es muy hábil, pues consiste en introducir falsos debate y, en cada uno de ellos, dejar que cada cual se forme su opinión, lo cual emite una impresión de diversidad y libertad. Pero afortunadamente ya no son importantes los problemas que preocupan a los telediarios.

      Atrás quedaron los tiempos del feminismo, aunque aún no se haya extinguido la discriminación. Ahora, ser de derechas, significa procurar a la mujer un 50% de los asientos de los órganos representativos de los tres distintos poderes y ser de izquierdas significa poner por primera vez a una mujer en la vicepresidencia. Bonito gesto el de Bush, al colocar nada menos que a una negra como secretaria de estado y portavoz de la amenaza bélica permanente.

      Sin embargo, los progresos que en este sentido ha realizado la Humanidad en los últimos quinientos años han sido objeto de interpretaciones casi siempre interesadas por parte de las instancias del poder, que han buscado siempre legitimar sus propias actuaciones, no siempre justificadas sólo por los condicionantes objetivos de la mundialización.

      Por ejemplo, los verdaderos fines de la conquista y posterior explotación de los territorios americanos por las metrópolis ibéricas se vieron siempre enmascarados en un discurso cuya idea fuerza era la propagación de la fe cristiana. La evangelización fue, así, uno de los primeros términos empleados para definir la mundialización, ya que poseía la utilidad de legitimar la acción interesada de los colonizadores recurriendo a valores socialmente aceptados.

      El nuevo entramado léxico del paradigma denominado ‘global’ viene a sustituir, paulatinamente, conforme se configura la decadencia soviética y la hegemonía estadounidense, al mito anterior, que podemos denominar "del progreso". De forma aparentemente casual, han ido cayendo en desuso palabras alusivas al propio sistema, porque ya no cumplen la misma función (revolución, tradición, justicia social, etc.), otras han sufrido en su significado una transformación espectacular (solidaridad es el nuevo nombre de la caridad) y otras han surgido como de la nada (tolerancia, autodeterminación, consenso). Ese nuevo vocabulario global ha sido bautizado como "pensamiento único".

      Tabla 3. El Paradigma del Progreso

      Base

      Instituciones

      Presupuestos

      Medios

      Fines

      Pretexto

      Libertad

      Estado

      Crisis

      Sociedad

      Igualdad

      Sujeto

      Individuo

      Nación

      Guerra

      Pueblo

      Clase

      Proceso

      Capitalismo

      Orden

      Progreso

      Revolución

      Socialismo

      Valores

      Mercado

      Tradición

      Paz

      Justicia

      Planificación

      Mecanismos

      Riqueza

      Autoridad

      Equilibrio

      Democracia

      Desarrollo

      Elaboración propia a partir de Pérez (2001)

      La tabla 4 pretende reflejar la gran mutación que ha sufrido el discurso político e ideológico en las últimas décadas del siglo XX. El resultado es, como se ha dicho, la conformación de un nuevo paradigma, que hemos denominado "global", dado que gira en torno al mito de la "globalización". En este caso cabe señalar, sin embargo, que este paradigma es homogéneo, es decir, no coexisten en él, como en el paradigma del "progreso", dos campos semánticos enfrentados, dos formas de entenderlo -desde la realidad y desde la utopía-, sino que todos los vocablos conforman una visión unidimensional del fenómeno en torno al cual se articula todo el paradigma. Esto ha llevado a algunos autores a emplear el término "pensamiento único" para referirse tanto a los procedimientos como a las elaboraciones que se derivan del empleo del paradigma "global".

      Tabla 4. El Nuevo Paradigma Global

      Base

      Instituciones

      Presupuestos

      Medios

      Fines

      Pretexto

      Integración

      Intervención

      Bienestar

      Solidaridad

      Unidad

      Sujeto

      Convergencia

      Comunidad Internacional

      Medio Ambiente

      Autonomía

      Tolerancia

      Proceso

      Mercado Único

      Crisis

      Globalización

      Transición

      Democracia

      Valores

      Competitividad

      Expertos

      Derechos Humanos

      Reforma

      Apertura

      Mecanismos

      Empresarios

      Desarrollo Sostenible

      Paz

      Consenso

      Libertad

      Elaboración propia a partir de Pérez (2001)

      Con la expresión "pensamiento cero", Emmanuel Todd ha etiquetado de forma ocurrente el carácter de nuestro entorno cultural inmediato, pues los dogmas que imperan ya no definen claramente un planteamiento ideológico, sino su ausencia: "reconciliación nacional", "tolerancia", "convivencia pacífica", "consenso", etc.

      En todos los países occidentales existen dos partidos mayoritarios que se disputan el "centro"; los de izquierda renuncian al marxismo; los de derecha, renuncian a la tradición. Los "gurús" de la economía nos advierten ¾ como heráclito¾ que estamos en un entorno frenético, donde lo único que permanece es el cambio.

      En las tablas 3 y 4 se ilustra el tránsito de un discurso a otro, en el papel de superestructura.

    2. Globalización y pensamiento único

      Sobre el concepto y modalidades del Capital Intangible se ha escrito ya mucho, por eso en esta versión del trabajo que hace años presentamos, destacaremos únicamente la idea de que, en último término, todos los activos incluidos en esta categoría están basados en la información y el conocimiento. rmino, todos los activos que no se incluyen en este concepo ya mucho, por eso en est�Por ejemplo, la mera existencia de reputación es efecto del conocimiento mutuo y no puede ser fácilmente comprobada por un tercero ajeno al negocio.

      La obtención de un óptimo tecnológico de dimensión en planta (apalancamiento operativo) depende fatalmente del conocimiento que se tenga acerca de la capacidad de absorción del mercado y de los precios de los factores. Las rutinas organizativas y los elementos motivadores provienen de la experiencia y el mutuo conocimiento de los empleados. Las relaciones con agentes "frontera" (clientes y proveedores), bancos, Administraciones públicas, etc. tienen una naturaleza similar a la cultura organizativa, pero externalizada. La imagen y la fidelidad del consumidor están relacionadas con los resultados de estudios de mercadotecnia y las campañas de información-sugestión.

      La otra característica que es necesario destacar es que todo elemento portador de ventaja competitiva con respecto a las demás empresas es, necesariamente, un activo intangible. Ahora bien, el hecho de que la ventaja competitiva esté basada en la información no significa que dicha información sea simétrica y veraz. Existen numerosos estudios sobre asimetría de la información en el mercado de capitales.

      Otra característica muy importante del capital basado en el conocimiento es que "el consumo de los servicios que generan [los activos intangibles] no disminuye significativamente la capacidad para utilizarlos nuevamente" (Ruiz Navarro, 1999, p. 14).

      El conocimiento, como recurso específico reutilizable en la empresa, a diferencia del trabajo no especializado, puede ser acumulado, al igual que el capital.

      Al menos en cierta medida, el capital intelectual se autofinancia cíclicamente, ya que del conocimiento producido no todo se incorpora al producto o servicio que se vende, sino que se reutiliza en gran medida para el incremento de los beneficios futuros, es decir, se reinvierte. La gestión del conocimiento dentro de la empresa hace que éstos sean tanto "acumuladores como productores de activos intangibles"

    3. El capital intangible en la era tecnológica actual
    4. El capitalismo global

    Se considera urgente hacer un análisis del "nuevo espíritu del capitalismo", al que no hace mucho se bautizó como capitalismo global. Nuestro análisis es menos perentorio que el que hacía, hace tres años, Joaquín Estefanía. Curiosamente, este autor lamenta que sea la crítica al capitalismo lo que está en crisis y, además, lo demuestra, puesto que ya en el 2000 sigue hablando de la hegemonía de lo financiero y de segunda revolución del capitalismo.

    Justo un siglo después de la última revolución industrial, el auge del sector secundario llegó a su fin y, en los últimos treinta años hemos vivido la era de la información, basadas en las tecnologías informáticas. Según indican los descensos del NASDAQ y la concentración en los sectores informáticos y de comunicaciones, la duración de esta nueva fase tecnológica parece mucho más reducida; se agota más rápidamente; es más volátil. Las consecuencias del atentado del 11 de septiembre del 2001 y el escándalo de Enron muestran la fragilidad de las bolsas. La necesidad de conflictos bélicos, por parte del imperio, confirma la entrada en una fase de recesión.

    Las peculiaridades del capitalismo actual con respecto a lo que se lleva descrito del imperialismo, se aprecian tanto en la relación entre las empresas y los trabajadores, como, a escala mundial, entre las grandes potencias y los países sometidos.

    Ambos niveles de opresión han existido siempre en la formación de imperios y los mecanismos de sometimiento han sido a veces similares, pero las formas más concretas de llevar a cabo dicha dominación han dependido siempre del estadio tecnológico que haya dado la hegemonía histórica a una nación determinada. Existe un nuevo agente que no sabe aún si pertenece a la clase opresora o a la oprimida: El pequeño negocio.

    Una vez resuelto el dilema del sector público y privado, a favor de este último, los economistas desvían su atención hacia el "tercer sector", es decir, las actividades sin ánimo de lucro, pero no por eso sin repercusión en el Producto Nacional.

    Los partidos políticos, las asociaciones y otras comunidades asimiladas (por ejemplo, las de constitución obligatoria; sin ir más lejos, las comunidades de propiedad horizontal) constituyen hoy una de los principales fuentes de depósitos para los bancos e, indirectamente, una gran inyección de flujos financieros para sostener la alta volatilidad actual en los mercados bursátiles y de divisas.

    1. En el ámbito internacional, la forma más tradicional de poder ha sido la amenaza militar. Más civilizada era la posibilidad de comprar gobiernos o incluso ejércitos o anexionar territorios, mediante el pago de un precio (Florida o Alaska). Una tercera arma más sofisticada es la difusión de predisposiciones culturales favorables hacia el país extranjero, entre la población que va a servir de mercado exterior. En los tres frentes posee Estados Unidos la primacía en el momento actual.

      Por más que el pensamiento único haya intentado negar todo indicio de la etapa soviética en el panorama global actual, es evidente que la Europa del euro no sería hoy una alternativa al imperio yanqui, si no hubiese sido escenario del gran reparto entre éste y el Este, es decir, entre el capitalismo institucional y el socialismo real. Europa sería hoy, con toda su amalgama de lenguas y razas, un continente balcanizado, a merced del Imperio, como lo es América Latina, a pesar de su relativa homogeneidad cultural.

      La amenaza del COMECON desencadenó un Plan Marshal y un sucesivo aluvión de ayudas, en el marco de la OCDE, que hicieron posible la reconstrucción y, sobre todo, la unión actual. El Estado de bienestar fue una especie de freno a las tentaciones socialistas y creó en Europa Occidental una zona de estabilidad y también de seguridad y, sobre todo, un mercado. Este mercado tuvo que ser disputado y arrebatado al ejército rojo, a partir del desembarco de Normandía, en un planteamiento estratégico en el que nada importaba que el nazismo se encontrase ya vencido y en el que las incipientes tecnologías de la información se empezaban a poner al servicio del espionaje.

      Tabla 5: Grandes Etapas del Ecosistema Humano

      Función Clave

      Sistema

      Tipo de capital

      Cronología

      Edad

      Geografía de las transacciones

      Régimen político

      Agricultura

      Esclavismo

      Tierra

      3000 aC

      – S. VIII

      Antigua

      Interregional

      Antiguo

      Régimen

      Feudalismo

      s. IX-1470

      Media

      Intercontinental

      Comercio

      Capitalismo

      Mercantil

      d. 1470

       

      Moderna

       

      Planetaria

      Industria

      Industrial

      d. 1770

      Democracia burguesa

      Finanzas

      Financiero

      d. 1870

      Conocimiento

      Global

      d. 1970

      Autoritarismo electoral

      Elaboración propia, a partir de Pérez (2001).

      Lo que se denomina "capital global" o elemento central del capitalismo global es el conjunto de todos los tipos anteriores de capital, más el intangible. Quienes ocupan hoy los lugares preeminentes en el orden social lo hacen por el hecho de que controlan o desempeñan funciones claves en lo que conocemos como capitalismo financiero o imperialismo. Y aunque, por eso mismo, disponen de importantes recursos estratégicos y tácticos para defender su posición, no es menos cierto que la revolución científico-técnica ha desplazado claramente la función clave del sector de las finanzas al del conocimiento y que, paralelamente, el capital financiero va cediendo progresivamente su preeminencia al capital intangible.

    2. El capitalismo global, como fase posterior al imperialismo

      El primer economista que integró el fenómeno de la concentración económica en el marco de una teoría general sobre la evolución y crisis del sistema capitalista fue Karl Marx. Según el autor de El capital, la propia lógica del sistema conduce necesariamente a la concentración de la propiedad del capital productivo en pocas manos. Marx conoció y estudió el capitalismo de su tiempo con gran rigor analítico. Definió la concentración como la unión de unos capitales iniciales en un número más reducido. En esta obra, se explica el fenómeno como una consecuencia del soporte tecnológico de dicho capital, que se dio en llamar, entre los clásicos, "economías de escala".

      Esto hace, como todos sabemos, que las empresas que producen a gran escala puedan vender a precios más bajos y expulsen a las pequeñas, haciéndose cada vez mayores a expensas de la cuota de mercado que éstas dejan.

      La perfección de mercado perjudica enormemente a los competidores, hasta el punto de hacerse imposible; utópica. En cambio, la solidaridad entre empresas beneficia al oligopolio. En múltiples trabajos se recomienda la cooperación y en organismos nacionales y supranacionales, se potencia. La desigual distribución de poder económico en todos los sectores ha llegado al punto de que, en pocos años, se puede decir que la mediana empresa, tema estrella de los estudios empresariales en los ’90, ha dejado de existir.

      La concentración de ingentes capitales en los centros de poder resulta, por el contrario, altamente ineficiente con el entorno de dicho oligopolio, es decir, no es nada munificente: la prioridad absoluta para los designios imperiales devasta literalmente el tejido productivo en las regiones periféricas. Vuelve a aparecer la sombra del conflicto social.

      Para paliarlo, junto a las funciones de control, el ecosistema vigente sitúa como funciones secundarias los usos no productivos, principalmente turísticos, de todo el espacio disponible, excepción hecha, claro, de los terrenos militares. De este modo, en sólo unos años, un flujo incesante de sonrientes jubilados procedentes de los distintos centros del sistema mundial (japoneses, alemanes y norteamericanos) han invadido los territorios periféricos, antaño coloniales. Las grandes agencias de tour-operadores se han hecho con el control de una buena parte de los establecimientos hoteleros que, en los últimos años, se han multiplicado en América Latina, el Mediterráneo y en todo el litoral asiático.

    3. La concentración del capital intelectual
    4. La sociedad del conocimiento

    En la reciente historia, se produce una "transición desde el dominio técnico hacia la dominación social,… fenómeno analizado por Pierre Bourdieu." El conocimiento es, por lo tanto, instrumento principal de dominación. Como diagnosticó Huxley, a principios de los 50, se nos induce a amar nuestra esclavitud "en los actuales estados totalitarios [mediante] los ministerios de propaganda, los directores de los periódicos y los maestros de escuela", pero en su época, los métodos aún eran toscos.

    El "trabajador de conocimiento" de Drucker no sólo participa en la creación de valor económico, sino en el mantenimiento y justificación de un sistema sociopolítico acorde con las nuevas relaciones en el sistema productivo. Su parte en el contrato social ¾ 'contrato global'¾ tiene un componente computable en el Valor Añadido agregado o Producto Interior Bruto y también le compromete a la custodia y salvaguarda del propio contrato.

    Todavía se reverberan las voces de la clase obrera y el eco de los soviet, reivindicando el relevo de clase histórica, de la burguesía al proletariado. Por este motivo y sus implicaciones tecnológicas, la reacción del sistema capitalista ha venido consistiendo en rediseñar los procesos productivos, a fin de hacerlos más intensivos en capital y menos en mano de obra, procesos de producción más dispersos y plantas más pequeñas. De paso, se mantiene dividido al trabajador, físicamente y por categorías.

    Paradójicamente, en la etapa actual, el conocimiento destaca como recurso productivo, pero como en él se basa la dominación de unos sobre otros, los más poderosos están interesados en difundir el desconocimiento. En un determinado estadio del proceso, la desinformación, el entretenimiento y la ignorancia se convierten en los cimientos del sistema (sociedad del desconocimiento), pero éste ya no puede emplear a trabajadores que abunden y, a su vez, manejen información valiosa y estén contentos. De nuevo, los medios de producción y dominación son utilizados como arma de lucha social.

    Si las formas tradicionales de protesta eran los piquetes y barricadas, donde los soldadores preparaban tirachinas, tubos, blindajes y tornillos, ahora son la piratería cibernética y la formación de redes virtuales las que están más a mano.

    El correo electrónico canaliza el revanchismo islámico, la defensa del marxismo, la concienciación racial, etc. "Las tradicionales formas de organización y lucha de los trabajadores se revelaron obsoletas". El estado actual de la dialéctica se sitúa en el intento por reprimir este tipo de manifestaciones con igual facilidad que se reprimen las de obreros en huelga.

    La especie humana, obviamente, no ha evolucionado al mismo ritmo que la terminología oficial y, aunque aparentemente, estamos en una nueva época, la percepción que tiene la sociedad sobre sí misma y sobre las condiciones de vida vienen a ser similares a las de hace un siglo.

    En aquella época, se ponía al alcance de la élite el psicoanálisis, la relatividad, la teoría cuántica, la fenomenología y la lógica de Russell, etc., pero las masas estaban extasiadas por los inventos del automóvil, la aviación y el cine. La civilización occidental tenía la sensación, como hoy, de haber tocado techo: No más guerras, ni más revoluciones; no más enfermedades, ni más despotismo. Algunos preclaros, como Kafka, describieron la decadencia de su entorno cultural y la tiranía del progreso. La curva de concentración de la riqueza se formuló, precozmente, en aquella época. Tras el largo paréntesis bolchevique, el capitalismo reciente ha retomado aquel punto de vista.

    El gran elemento distintivo de esta nueva sociedad con respecto a la de Kafka es el conjunto de ONG, que vienen a sustituir al Estado en la búsqueda del bienestar. A la vez que transmiten la doctrina "globalizacionista" por el mundo, crea considerables oportunidades de negocio a los bancos. En muchos casos, sirven a los poderes religiosos para captar al seglar e implantan medios para mantener vivo el ejército de reserva laboral y el mercado consumista en el tercer mundo (en vez de propagar, por ejemplo, la eutanasia o la anticoncepción).

    La beneficencia del nuevo siglo apenas ha cambiado en algo más que en su apariencia progresista. Salvo honrosas excepciones, procuran la colocación de personal admitido sin procesos de selección públicos y fiable. Una excepción notable dentro de las Organizaciones No Gubernamentales podría ser el caso de Greenpeace, primer movimiento de contestación global, también fundada en el año 1973.

    1. Capitalismo y democracia es un binomio estudiado en múltiples trabajos (desde Schumpeter, 1945)racia es un binomioivo intangible. portador de ventaja competitiva con respecto a las dem�, hasta el punto de que, en el paradigma global, existe la creencia en la equivalencia (o al menos, coincidencia) entre el modelo político y el sistema económico. Como todas las etapas socioeconómicas anteriores de la humanidad, el Capitalismo global no sólo tiene Nuevas Tecnologías y Nueva Economía, sino que se suele acompañar de un sistema político propio a la que también se le podría llamar "democracia extensiva".

      La Nueva Democracia no surge como una necesidad o demanda del pueblo, sino como una imposición o injerencia de las grandes potencias a los demás países, para favorecer la implantación del mal llamado "liberalismo económico". En otras ocasiones, el capitalismo prefiere apoyar golpes de estado y servirse de regímenes políticos dictatoriales o electoralismos títeres.

      Como se ha explicado, el capitalismo global es un sistema de economía planificada: Las denominadas empresas transnacionales no sólo planifican su producción y sus inversiones, sino que intentan ordenar –más bien con éxito- las decisiones de consumidores, pequeñas empresas y trabajadores. Fijan unos estándares o cantidades previstas de producción y consumo de factores, pero también de demanda, precios de suministradores y, en definitiva, decisiones que teóricamente dependen del albedrío de otros sujetos.

      A diferencia de los regímenes autárquicos y socialistas del pasado, la democracia burguesa no tiene legitimidad para decretar dichos comportamientos, entre otras cosas, porque debe hacer valer el principio de libertad que, desde 1789, le otorgó el liderazgo histórico. Así pues, opta por planificar determinados valores y creencias que va inculcando de forma subrepticia y tendenciosa, con apariencia de naturalidad. Esta nueva ‘globalidad’ no es tanto una realidad geográfica como ideológica, moral.

      La planificación abarca ahora temas culturales, religiosos, familiares, etc. El estado de la cultura en una sociedad se puede decir que favorece la permanencia de unos cuantos poderosos. También es de sospechar que, en sentido inverso, son esos poderosos los que favorecen una determinada cultura.

      Alabado sea, por tanto, el gran ídolo de la cultura global, que es la palabra democracia, cuyo significado tiende a reducirse a un mero sinónimo de elecciones periódicas, con el matiz de que todos los afectados por las decisiones del elegido no tienen derecho a votarle en contra (los afganos e iraquíes no votaron a Bush, como tampoco a Clinton los kosovares, ni a Bush padre los kuwaitíes). Esa votación bipartidista presenta escasa alternativa de elección, listas cerradas, desinformación y un sinfín de despropósitos, que pueden variar, desde la ley D’Hont en España, hasta los pucherazos en Florida en el 2000. Esta malograda palabra viene utilizándose en todos los países como eufemismo para "alianza"; si no se está dentro, se es anti-democrático; todavía no nos han explicado por qué no puede considerarse democrático el partido político cuyas actividades han quedado en suspenso en el 2002; tampoco se ha analizado si algún partido no monárquico podría pasar repentinamente a la clandestinidad.

      En la Asociación de Historia Actual (AHA), es antiguo el debate acerca de la legitimidad de las instituciones autodenominadas "democráticas". El punto álgido de este debate se alcanzó cuando se reprodujo un artículo de Unidad y Lucha que hablaba de un suceso concerniente a la Audiencia Nacional española, publicado también en "Historia Inmediata".

      Tres magistrados de la audiencia nacional dejaron escapar a un presunto narcotraficante (por no decretar prisión preventiva) y son separados del cargo, pero finalmente no son procesados. Esta maniobra parece estar encaminada a conseguir que unos nuevos magistrados suplentes lleguen a condenar a un periodista que antes había sido absuelto en varias ocasiones por dichas Señorías, por considerar que ejercía su libertad de prensa y de expresión, pero una y otra vez se le volvía a procesar, hasta que esta vez sí se consiguió hallarlo culpable. ¿Se trata, por tanto de una forma innovadora de recaudación que tiene a su disposición el Poder Judicial, mediante el cobro de fianzas, una especie de extorsión legal?

      Una de las misiones principales de la prensa es denunciar. La oveja negra podía tener más o menos razón, más o menos fundamentos, más o menos objetividad, igual que el resto de la prensa. A un conocido periodista de El mundo, invitado por la AHA, tuve ocasión de preguntarle qué pasaría si ahora le diera a alguien por matar a Pepe Rei ¿Tendrían que ir a prisión preventiva todos los que le han señalado? No halló más respuesta que un reconocimiento implícito de subjetividad, cuando alegó que su vida corría peligro. Sin embargo, en la mayoría de los casos, es también su sueldo el que corre peligro. Los posicionamientos periodísticos, como en el caso de oveja negra, tienen una vinculación cada vez más evidente con las estrategias políticas y los pactos de partido.

      Otra pregunta que se me ocurrió formular es si ha existido algún periódico o incluso algún artículo, desde la denominada "transición", que fuera de corte antimonárquico. Lo mismo le podría haber preguntado con respecto a la creación del "Ducado de Suárez", mediante ley singular, en la época socialista, o las prebendas de la Iglesia Católica. No se le ocurrió otra respuesta que achacar la carencia de aquel tipo de publicaciones a que a todo el mundo le parece bien la monarquía.

      En esta línea de adulteración del concepto de Estado de Derecho, las nuevas reformas del código penal y la Ley penal del menor suponen un par de pasos involutivos. La libertad de expresión, ya no está sólo perseguida, sino ya tipificada, aunque no es delito dar vivas a Franco o a Pinochet. La reforma es más grave en tanto que no sólo agrede a las libertades civiles, sino que devalúa nuestra integridad física. Determinados asesinos a sangre fría son pronto excarcelados por ser menores, pero los que arriman fuego a un cajero automático, esos no importa tanto que sean menores, van a prisión por terroristas. Ahora cada vez existe menos diferencia, desde el punto de vista penal, entre quemar un autobús vacío ("mobiliario urbano" o con gente; se deja a criterio del pirómano.

    2. La democracia global
    3. Recapitulación

    En la actualidad, considerar el discurso global como una "superestrutura" al estilo marxista parece un sacrilegio, no sólo porque lo que representa la muerte de marxismo, en los medios de divulgación, sino porque estamos desvirtuando, con esto el novedoso y falaz argumento del triunfo del Institucionalismo en Economía. El denominado pensamiento único no sólo está a disposición del poder político, como resulta fácil comprobar, sino que si el análisis se afina, terminamos descubriendo el interés de las grandes empresas en los eslóganes y las políticas gubernamentales.

    El voluntariado, el comercio justo o los productos ecológicos no sólo son fraudes —salvo honrosas excepciones— se carácter laboral, comercial y sanitario, sino que responden a las necesidades de mercado de las multinacionales.

    Aunque la muerte no hace excepciones, los defensores del capitalismo actual aspiran a ser universales (como los anteriores sistemas), para que no pueda surgir un rival que apoye a los sublevados. Sin embargo, el capitalismo global todavía no es universal. Los asiáticos viven en sus tradiciones y no adoptan los valores occidentales, sino que utilizan los instrumentos de nuestro sistema, dentro de su lógica cultural. Los países árabes padecen el capitalismo global; ven al Imperio como un intruso malvado.

    Las inmensas y pobladas regiones pobres del planeta no conocen los eslóganes del pensamiento único, porque el discurso que se usa aquí en Occidente no puede ser el mismo que se les aplique a ellos. Allí se sigue hablando de la promesa del paraíso, la amenaza de muerte, la felicidad del dinero y la evasión de las drogas.

    Pero aunque fuera cierto que el paradigma cultural correspondiese con un sistema económico y político mundial, el enemigo es ahora la propia ineficiencia del sistema capitalista (Galindo, 2005b), es decir, los problemas de medio ambiente y de población, que serán tratados en otro artículo; la miseria y a la exclusión, la delincuencia, etc.

    Bibliografía

    Adams, J. (1999): La próxima guerra mundial. Buenos Aires.

    Albiñana, A., ed.. (1999): Geopolítica del caos. Madrid.

    Andrews, M. L. A. (1991): El nacimiento de Europa. RTVE y Planeta. Barcelona.

    ASH, T. G. (2000), "El presente como historia". Claves de razón práctica, 102, p. 26.

    Boff, L. (1996): Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres. Madrid.

    Bologna, A. B. (1997), "Los superbloques económicos: Asia Pacific Economic Cooperation APEC". Cuadernos Política Exterior Argentina, Serie Docencia nº 38, número monográfico.

    Bonomelli, G. (1996), "Japón en el nuevo orden mundial: tendencias en su agenda de política exterior". Cuadernos de Política Exterior Argentina, Serie Docencia nº 33, número monográfico.

    Bordieu (1989): La noblesse d’État. Éditions de Minuit. En Todd (1998). Op. cit., p. 187.

    Canclini, N. G. (1999): La globalización imaginada. Buenos Aires.

    Castells, M. (1997): La era de la información: economía, sociedad, cultura. Madrid.

    Comunidades Europeas (1994): Europa en un mundo cambiante. Relaciones exteriores de la Comunidad Europea. Luxemburgo.

    Drucker, P. F. (1989): Las nuevas realidades. Edhasa.

    Erlich, P. R.; Erlich, A. H. (1994): La explosión demográfica. El principal problema ecológico. Barcelona.

    Estefanía, J. (1995), Frente al pensamiento único. Madrid.

    Estefanía, J. (1996), La nueva economía. La globalización. Madrid.

    Estefanía, J. (2000): Aquí no puede ocurrir. Santillana y Suma de Letras. Madrid.

    Flores, G.; Luengo, F., coords. (2000): Tras el Muro: 10 años después de 1989. Madrid.

    Friedman, M. (1966): Capitalismo y libertad. Madrid, Rialp.

    Friedman, M. (1971): Dólares y déficit. Buenos Aires, Emecé Editores.

    Furet (1995): "El pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea comunista en el siglo XX". Fondo de Cultura Económica. Madrid.

    Galbraith, K. (1958): The Affluent Society.

    Galindo Lucas, A. (2001): "Revelaciones del estudio de las variables de diseño de incentivos", Alta Dirección, 219.

    Galindo Lucas, A. (2001): Libertad de prensa y estrategia de aislamiento social, Unidad y Lucha. http://www.h-debate.com/Spanish/historia%20inmediata/anacional/galindo.htm

    Galindo Lucas, A. (2005a): "Aspectos de la valoración de empresas en la Economía de la información", Alta Dirección, 241 (en imprenta).

    Galindo Lucas, A. (2005b): La Utopía del Mercado. Una revisión de la Economía dominante. Eumed.net, Universidad de Málaga.

    Galindo Lucas, A. (2005a): "Miseria Cero, análisis crítico del activismo solidario, por sus implicaciones redistributivas, fiscales y sociolaborales ", Contribuciones a la Economía, julio.

    Grant, R. M. (1996): "Toward a Knowledge-Based Theory of the Firm". Strategic Management Journal, vol. 17 Edición especial de invierno), pp. 109 – 122.

    Hall, R. (1992): "The strategic analysis of intangible resources". Strategic Management Journal, vol. 13, pp. 135-144.

    Hall, R. (1993): "A framework linking intangible resources and capabilities to sustainable competitive advantage". Strategic Management Journal, vol. 14, pp. 607-618.

    Hardoy, J.E.; Satterthwaite, D. (1987): Las ciudades del Tercer Mundo y el medio ambiente de la pobreza. Buenos Aires, 1987.

    Hobsbawm, E. (1995), Historia del Siglo XX, 1914-1991, Barcelona.

    Huntington, S. P. (1997): El choque de las civilizaciones y reconfiguración del orden mundial. Barcelona.

    Huxley, A. (1969): Un mundo Feliz. Plaza & Janes. Gavà (Barcelona).

    Itami, H. (1987): Mobilizing Invisible Assets. Harvard University Press. Cambridge y Londres.

    Kaplan, R. D. (2000): La anarquía que viene. Barcelona.

    Kissinger, H. A. (2000): American Politics and American Foreign Policy. Trilateral Commision.

    En http://trilateral.org: 9999/annmtgs/trialog/trlgtxts/t54/kis.htm (10/01/02)

    Marchesnay, M. (1997): "La moyenne entreprise, existe-t-elle", Revue Internationale de Gestion.

    Marx, K. (1867): Das Kapital.

    Marx, K., Engels, F. (1948): La ideología alemana. Traducción de 1988. L'Eina editorial. Barcelona.

    Meadows, D.N. et al.(1972): The Limits of Growth. A Report for the Club of Rome´s Projet on the Predicament of Mankind. Londres.

    Mishan, E. J. (1969): Los costes del desarrollo económico. ORBIS.

    Pérez Serrano, J. (1998), La Guerra de Cuba en la geopolítica de su tiempo. En: Cuba en el 98: las últimas campañas. Cádiz.

    Pérez Serrano, J. (2001): Globalización y pensamiento único: la utopía perversa. En: Encuentro de Fin de Siglo. Latinoamérica: utopías, realidades y proyectos, Salta (Argentina), Universidad Nacional de Salta (Argentina), 2001, pp. 51-70.

    Pérez Serrano, J. (2002): España en la encrucijada del capitalismo global. En: Constituciones y leyes electorales de Salta. Apuntes para un debate (CD-ROM). Salta (Argentina), ProESA, Universidad Nacional de Salta (Argentina), 2002.

    Pérez Serrano, J. y Galindo Lucas, A. (2002): El capital intangible en el nuevo paradigma global II Seminario Internacional ‘Nuestro Patrimonio Común’, Cádiz, 22 a 25 de abril.

    Porter, M. E. (1990): The Competitive Advantage of Nations. Free Press. Nueva York.

    Porter, M. E. (1991): "Towards a Dynamic Theory of Strategy". Strategic Management Journal, 12, edición especial de invierno, pp. 95-117.

    Rousseau, J. J. (1762): El contrato social. M. E. Editores (1993).

    Ruiz Navarro, J. (Coord.), Camelo Ordaz, C., Lorenzo Gómez, J. D., Martín Alcázar, F. y Valle Cabrera, R. (1999): Competitividad regional y recursos intangibles. Un análisis comparado Andalucía – España. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz.

    Sartori, G. (1997): Homo videns. La sociedad teledirigida. Madrid

    Suárez Suárez, A. S. (1998): Decisiones óptimas de inversión y Financiación en la Empresa, 18ª ed., PIRÁMIDE, Madrid.

    Tamames, R. (1983): Multinacionales, materias primas y fuentes de energía. Siglo XX. Historia universal 34. Grupo 16.

    Thurow, L. C. (1996), The Future of Capitalism. New York.

    Todd, E. (1998): L’illusion économique. Essai sur la stagnation des sociétés developpées. Ediciones Gallimard. Edición en español por Grupo Santillana, 2001.

    Wallerstein, I. (1974): The Modern World-System, I. Capitalist Agriculture and the Origins of the European World-Economy in the Sixteenth Century. New York, Academic Press.

     

     

    Alfonso Galindo Lucas

    Universidad de Cádiz