Así, como el deporte es algo bueno para la humanidad, también existen otros aspectos que merecen una mención especial, y a pesar de las limitantes, me atrevo a enunciar en forma muy personal una palabra sobre el complejo problema de las drogas. Las drogas psicoactivas, hoy por hoy, se han convertido en un azote para la humanidad en general. Hasta hace poco tiempo, era un fenómeno que se presentaba en las sociedades desarrolladas, con un nivel cultural alto y una posición económica estable. Hoy, la droga es una plaga que ataca a todas las sociedades humanas, ricos y pobres; prácticamente la humanidad está inerte ante dicha problemática, porque el post-capitalismo, en su acción dinámica y procedimental, ha hecho que alrededor de las drogas se muevan inmensas sumas de dinero, así como se mueven billones de dólares en el mercado abierto y negro del tráfico de armas. Las políticas antidrogas que se implementan y que consisten en la feroz represión de la producción, sin atacar la demanda, es miope e injusta, especialmente, para las comunidades pobres donde se produce el alcaloide, porque dichas comunidades no poseen otro medio de supervivencia, y el teatro de operaciones está lejos de los policías y "conciencias" de aquellos que ávidamente las consumen; fenómeno mundial que es combatido a sangre y fuego en Colombia, Perú y Bolivia, pero que donde se fabrican los precursores químicos para la elaboración del alcaloide, y donde se queda la mayor cantidad de dólares fruto de esta actividad criminal, no se hace prácticamente nada; para sustentar lo anterior, basta preguntar que pasó con el coronel y su esposa de la embajada gringa en Colombia que fueron sorprendidos in fraganti enviando la última valija diplomática repleta de cocaína?, por favor, cerciórese de la verdad por su propia cuenta, ahí hay un ejemplo para el mundo!. El castigo que le dieron al coronelito, del ejército más poderoso del mundo, es una bicocada comparado con la pena que le toca purgar a una mula colombiana que es descubierta con bolsas de cocaína en su hambriento vientre. Luego, es claro advertir que al respecto existe una doble moral de parte de las sociedades consumidoras, pues allí radican los centros financieros del mundo, que lavan bien blanco. Ni que decir, de los paraísos fiscales y el secreto bancario, es probable que algún día no muy lejano, se lograra la conquista de eliminar dicho secreto y se obligue a la repatriación de los capitales robados de una manera u otra a los estados pobres, como: el reembolso de las altas tasas de interés pagados por la deuda externa, que devuelvan con intereses lo que se robaron en la conquista y colonia, el dinero que ha producido el narcotráfico, los recursos de la corrupción patrocinada por los países del primer mundo y lo producido por el tráfico de armas a estos países; porque es allí en el primer mundo donde se alienta, fomenta, alimenta y crece las diversas clases de terrorismo y violencia contra los países pobres, porque existe la complicidad financiera del primer mundo, pues dichos entes internacionales del capital se toman por la fuerza, llámese violencia, el pan de la mesa de los pobres.
Por eso, las soluciones a las diversas problemáticas mundiales no son tan sencillas, ni el planteamiento de los problemas, aunque evidentes, no son los más claros, en cuanto que el tejido social de dichos fenómenos anormales rebasa el simple análisis que pueda hacer una mente desprevenida. Análisis que si, desapasionadamente se acerca a la auténtica realidad de los hechos, no tardará en recibir de quien corresponda los calificativos de mentiras o calumnias, cuando no, que provienen de sujetos perturbadores de la "paz" y el "orden" mundial. Por eso, la solución a muchos problemas de las sociedades del tercer mundo y los desheredados del primero, pasa por la reeducación de los más poderosos, civilizando al mundo desarrollado, resocializándolos para que la marginalidad, la pobreza y la falta de oportunidades de nuestras gentes no siga siendo generada allá, en oficinas impecablemente adornadas con el irresistible polvo blanco en la mesa. Dichas soluciones pasan por cambiar en algo el pragmatismo anglosajón y la famosa ética económica calvinista que, de una u otra manera, son factores generadores de violencia alrededor del mundo. Para que dichas sociedades no se crean predestinadas a ser superiores ni moral ni culturalmente, ni se crean los dioses de este mundo con la potestad de decidir los destinos de la humanidad hasta en los más mínimos detalles, de tal manera, que cambie en algo la situación de las mega ciudades del tercer mundo con sus cinturones de miseria, donde en dicha favelas y barriadas miserables, las únicas opciones de supervivencia como el narcotráfico, el sicariato, la delincuencia común y la prostitución infantil, desaparezcan.
Es de anotar, además que el fenómeno del narcotráfico se ha hecho aliado del terrorismo por los inmensos recursos que maneja y no se puede dejar de mencionar el poder corruptor del mismo, sabiendo, de antemano, que uno de los postulados del gran capitalismo es la acumulación de riqueza sin importar como se obtenga.
Parece que existiera un consenso en círculos intelectuales e incluso políticos, de que las drogas al igual que el alcohol en su momento histórico, si no se legalizan no se pueden combatir exitosamente. Pero, lo que he hecho, anteriormente, es mencionar por encima la gran problemática que padece la sociedad occidental en lo relacionado con las drogas y no puedo omitir esgrimir las verdaderas causas del fenómeno: como es la inmensa insatisfacción existencial de esta sociedad actual, concretamente de la juventud, donde la ausencia de valores y verdaderos ideales hace que ese vacío existencial pueda ser llenado con algo que viene de fuera, que ese vacío interior pueda acallarse con el mundo fantasioso e irreal de las sensaciones artificiales que producen las sustancias psicoactivas, no sólo de las drogas, sino el cigarrillo, el alcohol, las modas y el hedonismo en general. Al hombre que cae en el paraíso artificial (infierno) de la drogadicción le es casi imposible salir de ahí, y si puede liberarse de dicha enfermedad, los daños y secuelas neurofisiológicas son impredecibles, incalculables e irreversibles, para las futuras generaciones.
Al igual que la anterior problemática, no puedo continuar, sin decir una palabra sobre el terrorismo. El mundo actual se conmueve ante un fenómeno como el terrorismo. Pero esta sociedad no se pregunta a conciencia cuál ha sido el modelo de hombre que ha querido formar, y como quiere que se le recuerde sagradamente en los siglos venideros (si es que existe el hombre!?). El terrorismo, sin pretender justificarlo en ningún momento, puede ser una consecuencia de una serie de causas concatenadas donde a simple vista se pierde, fácilmente, el hilo del análisis, y aparece ante nuestros ojos un fenómeno que se puede llegar a percibir y explicar, a partir de premisas a-priori y evidentes, sin mayor reflexión y análisis, que lo que se pueda hacer según las circunstancias que en forma inmediata motivan o rodean los hechos. Miopía sería pensar, que existe sólo una forma de terrorismo y por lo tanto condenable. Para nadie es un secreto que la injusticia, el hambre, las enfermedades, la pobreza, la ignorancia, las desigualdades sociales y otras plagas son auspiciadas por un sistema capitalista injusto, que también es una forma de terrorismo, condenable como el otro, pero que los grandes polos de poder tanto político, económico, cultural, social y religioso, no quieren reconocer como tal y por lo tanto no se le busca solución, y de esa manera es probable que ese caldo de cultivo del terrorismo que conocemos como tal se manifieste colocando bombas o en atentados de diversa índole, y la comunidad internacional quiera curar la enfermedad cortando las ramas. La violencia, en cualquiera de sus formas y manifestaciones se ha de erradicar de la faz de la tierra. La vigencia de los derechos universales del hombre, en sí de los derechos humanos, es un imperativo moral para todos, sin importar su lengua, pueblo, raza, religión o que se yo. Ha de existir claridad que no es por falta de teoría, por lo que las sociedades humanas actuales no son más justas; pues la teoría existe y de sobra; lo que hace falta es el propósito universal para llevar a cabo estos proyectos o sueños que hace rato esperan y que por diversas circunstancias no se han hecho realidad, especialmente, por falta de voluntad política.
La vigencia de los maquiavélicos postulados capitalistas, y la perdida y ausencia de valores, ha hecho germinar males y plagas propias de una pesadilla como el monstruo de la corrupción. La poderosa corrupción, que carcome a las sociedades actuales tanto públicas como privadas, es un mal endémico que afecta a los más pobres del mundo e impide la normal inversión de recursos en infraestructura, para elevar el nivel de vida de los pueblos menos desarrollados. La jerarquía de valores del sistema capitalista, que ha terminado por imponerse sobre la sociedad en general, proclama que el hombre ha de enriquecerse, no importa los medios, trayendo como consecuencia lo anterior. La ambición sin límites y el deseo infinito de poder, hace que cada individuo quiera enriquecerse a cualquier precio, pasando por encima de sus propios principios (si es que los tiene), es así como se explica, el fenómeno del narcotráfico. Naturalmente, que sin una concepción adecuada del hombre, queda espacio para la ley del más fuerte (anarquía), terreno ideal para que nazcan y crezcan los problemas arriba enunciados y otros no menos graves. En las sociedades "democráticas-capitalistas" la corrupción va de la mano del poder, y el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. El sistema capitalista, injusto por naturaleza, es corrupto por principio, donde su principal objetivo es el lucro por encima de cualquier otro valor, lo que ha hecho que en las sociedades capitalistas exista la corrupción con un alto nivel de tolerancia en todos los estamentos sociales. Explicable lo anterior, desde el punto de vista educativo-cultural por la ausencia de una jerarquía de valores que combatan la corrupción y otros males; también se explica, desde el punto de vista de la praxis del hombre de hoy, por la inversión de valores, donde sólo existen como tales los postulados capitalistas, y estos tienen entre sus supuestos que el fin (enriquecimiento) justifica los medios (ser corrupto) para lograr los objetivos propuestos.
7. El sistema económico capitalista actual deshumaniza al hombre .
Lo que aparece a continuación, en términos generales, está dedicado a examinar el aspecto económico, como una de las grandes variables determinantes de la vida del hombre. Ese aspecto económico, esa dimensión económica, no está tratada desde el punto de vista del especialista o experto en alta economía, si se le puede llamar de esa manera, sino desde el nivel del sentido común, desde el punto de vista de alguien que no sabe tanto; empezamos hablando de la marginación económica, el grado de pobreza y los bajos niveles de educación que traen como consecuencia una alta reproducción y sus secuelas.
El primer mundo ha ocasionado una marginación sin precedentes en la historia de la humanidad. Ese primer mundo, sigue los postulados del capitalismo y las políticas del FMI que han hecho que los países pobres, sean más pobres cada día, Jeffrey Sachs en su fabulosa obra "El fin de La Pobreza" está de acuerdo con Keynes, en cuanto que las deudas impagables de los países son una bomba de tiempo que pueden llegar a afectar a todos, y a causa de ello sus economías estén estranguladas. La marginación económica, los grados de pobreza y los bajos niveles de educación generan la explosión demográfica, ocasionando la extrema miseria, sin ninguna posibilidad de crecimiento intelectual ni emocional. Los problemas de la pobreza, el hambre, el analfabetismo y la carencia de servicios públicos elementales son consecuencias de un sistema económico injusto por principio, que hace que los países del primer mundo sean desarrollados por siempre y que al resto se les impida su desarrollo; lo anterior, es explicable como estrategia del gran capitalismo, situación que no debiera existir, pues, supuestamente, estamos hablando que los países de ese primer mundo son los más avanzados, son los más civilizados; lo que sucede es que en la cotidianidad, llegamos a confundir avance científico – tecnológico, con progreso del hombre desde el punto de vista humano; confundimos el avance de la ciencia, con el perfeccionamiento del hombre desde el punto de vista ético – moral, mental y espiritual, educativo y cultural. En otra oportunidad, decía que, la humanidad en el aspecto humano no ha avanzado, que estamos igual o peor que hace 2000 años, que el hombre desde el punto de vista de desarrollo humano es un cavernícola, es un completo bárbaro, porque de que otra manera se explica, que mientras un poco menos del 20% de la población mundial usufructúe más del 80% de los recursos del planeta, y el resto de la humanidad se mate por el 20% de los recursos de la tierra; por eso, entre los objetivos inmediatos del nuevo hombre, está el humanizar y civilizar al flamante primer mundo, que vive en la abundancia, mientras el resto de la humanidad se mata por migajas y está muriéndose de física hambre, además de los problemas e injusticias que hemos venido denunciando. Luego, ese hombre, desde el punto de vista humano es un enano, no ha avanzado, no ha cambiado, no ha crecido en humanidad, y lo peor de todo, es que tiene la sensación de que sí lo ha hecho y está completamente confiado en ello, cuando la verdad, es que parece un fenómeno de la naturaleza, ha desarrollado aspectos que le conciernen y ha olvidado aquellos que lo diferencian esencialmente del reino netamente animal, porque ha confundido el ser con el tener, y el avance científico-tecnológico con desarrollo humano.
Los privilegios del primer mundo no durarán mucho tiempo, cuando en el mundo existan miles de millones en situaciones infrahumanas alrededor del planeta. Las élites económicas y políticas no han querido reconocer, que la brecha que existe entre ricos y pobres se amplía cada día más, que ese fenómeno no se detiene, que un día esta situación se volverá contra los privilegiados del sistema económico y acabará con todo; esto, debido a que la gran mayoría de la población mundial trabaja en condiciones infrahumanas, para que unos pocos vivan bien y en la opulencia, mientras que las grandes masas se sumen en la miseria de por vida y de generación en generación.
La distribución equitativa de la riqueza y de la tierra no existe, la concentración de los recursos económicos en pocas manos hace que un alto porcentaje de la población mundial viva con el estómago vacío. Si el desarrollo se da en unos pocos países del mundo, los países que no pertenecen a ese club están condenados a ser atrasados: política, económica, religiosa y culturalmente, sin que se vislumbre una solución real a dicha problemática. Esta situación de subdesarrollo o injusticia mundial institucionalizada, es tan antigua como compleja, tanto es así que, en este momento, es casi imposible establecer las causas que han llevado a estos países a semejante estado. Los países del tercer mundo o subdesarrollados, si antes lo eran desde el punto de vista científico – tecnológico y económico, ahora se le suman más ingredientes que hacen que parezca imposible superar dicho atraso. Ahora, es un subdesarrollo educativo y cultural, técnico y científico. En pocas palabras, lo que antes pareciera solucionable, ahora, es prácticamente imposible que estos países se pongan a la par del primer mundo, y, no son desarrollados porque no se les ha permitido desarrollarse, decíamos, anteriormente, que pareciera más una estrategia del gran capital, que una situación simplemente resultante de la actividad económica, que de todas maneras es una estrategia del capitalismo.
Los problemas de la humanidad son complejos y uno de ellos son las hambrunas por exceso de población. El aumento de población parece un fenómeno irreversible. Irónicamente, en los países en donde existe más pobreza, más atraso cultural y de todo orden, es donde más crece la población. El hambre existe en el mundo, no por falta de recursos y alimentos, sino porque están mal distribuidos. La medicina ha avanzado lo suficiente como para curar y prevenir la gran mayoría de enfermedades, pero las epidemias siguen presentes en las poblaciones más vulnerables, todo porque es un artículo de lujo y el egoísmo del hombre hace que la salud no llegue a todos los que la necesitan. Es así que, se puede afirmar sin temor a equivocarnos, que los diversos problemas que enfrenta la humanidad, es más por falta de voluntad política para solucionarlos, que por inexistencia de recursos disponibles.
La competitividad global, es más miseria para los países del tercer mundo. La competitividad global, la internacionalización de la economía, la globalización, la economía de mercado y demás términos afines, dinámica y estrategia del post-capitalismo, no promete nada halagador para los países con economías poco desarrolladas y vulnerables como las del tercer mundo. Las aperturas económicas, que se han venido dando en dichos países, para garantizar la entrada de productos fabricados más baratos en otras latitudes que los nacionales, han llevado a la quiebra a miles de empresas y de paso han dejado sin empleo a un porcentaje de la población activa, que oscila entre el 15% y el 20%, fenómeno que se traduce en menos capacidad de compra de las masas, que a su vez reduce el consumo, y así va creando el bumerang de las crisis y depresiones económicas acertadamente profetizadas por Marx. En términos reales, la globalización de la economía es para beneficiar a las economías fuertes, a las grandes multinacionales, a los capitales especuladores y a los grandes emporios económicos a nivel mundial; lo cual implica que, entre sus supuestos no está corregir las grandes diferencias que existen en los diversos aspectos entre países ricos y pobres.
La existencia de los países ricos y los países pobres, es el SIDA de la mala distribución de la riqueza. Es probable, que en este mundo, mientras sea mundo, no habrá plena justicia ni algo parecido. Pero de lo que si podemos estar seguros, es que es posible una manera más racional de la distribución de los recursos. La pobreza, que afecta a más de las tres cuartas partes de la humanidad, es el más horrendo crimen que el hombre ha venido cometiendo sistemáticamente a través de la historia. Ningún sistema político, por perfecto que parezca, ha podido o ha querido erradicarla. Los países desarrollados o del primer mundo han alcanzado un alto nivel de vida, que hace que se idolatre al sistema capitalista. Pero, existe otro grupo muy grande de países no tan afortunados, que padecen las secuelas de las injusticias permanentes, que han sufrido históricamente. Una de las plagas, de pronto, la que es causa de las causas, de la infinitud de problemas, que padecen dichos pueblos es la pobreza. Si existe la pobreza no hay salud, no hay educación, la mala nutrición campea, las enfermedades reinan, la vida digna de un ser humano de pronto se ve en la televisión; pero eso sí, en dichas sociedades, que no disfrutan de la dulce vida del primer mundo, en cambio, si comparten las horripilantes miserias del primero, como: el sida, las drogas, el alcohol y toda clase de apariencias y vanidades. Entonces, lo que tenemos es una situación más que compleja, donde un problema tiene su causa, pero a su vez es causa de otro, y así se crea un laberinto infinito de problemáticas, que al querer darles solución, no se sabe por donde empezar. Luego, la brecha que se ha abierto entre ricos y pobres, es casi infranqueable y para superarla se requiere algo más que excelentes ideas, se requiere, una férrea voluntad política para lograrlo; por eso estoy de acuerdo con Bono que prologando la obra de Jeffrey Sachs afirma: "… pagar el precio de la igualdad no sólo es cuestión de corazón, sino de inteligencia. El destino de los poseedores está intrínsecamente unido a la suerte de los totalmente desposeídos".
El mundo, con el vertiginoso avance de las comunicaciones y los sistemas interactivos, se ha convertido en la aldea global que vivimos en este siglo XXI. ¿Una aldea global en el siglo XXI podrá inclinar la balanza a favor de la gran masa de seres humanos desheredados por siempre y casi por naturaleza? La situación no es halagadora. Difícil de abrigar dicha esperanza, cuando el hombre, históricamente, ha dado muestras de un egoísmo enorme, de una ambición sin límites. La especie humana, parece resignada a sufrir injusticias por siempre. Unos pocos causantes de esta situación y una gran muchedumbre que sufre, estoicamente, dicha injusticia de cualquier orden y origen. La aldea global estará enmarcada dentro de la moda post-capitalista y acentuará los desequilibrios políticos, económicos, sociales, culturales y religiosos, si el hombre no hace nada al respecto.
El nivel de vida en los países del tercer mundo en términos generales deja mucho que desear. Y no es precisamente, porque en dichos países no existan los recursos necesarios para satisfacer las demandas en aras de una vida humanamente digna. Estos países se encuentran en un atraso o nivel de desarrollo, de ciencia, de tecnología, de educación y salud. En estos países no se produce ciencia, no existe infraestructura económica acorde a las épocas actuales, la tecnología es importada y obsoleta, la educación es descontextualizada y elitista, y la salud la disfrutan quienes tienen los recursos económicos para ello. Los problemas coyunturales de estos países hacen que cualquier redención sea casi imposible. Estos países han contraído una deuda externa que devora gran parte de los recursos, pagando intereses, que debieran dedicarse a la inversión, especialmente, en salud, educación e infraestructura económica. Estos países han hecho ajustes económicos, siguiendo parámetros del F.M.I., que son estrategias propias del gran capital para beneficio de sus dueños, pero que en la mayoría de los casos van en contra de la gran masa de población.
Jeffrey Sachs, en su obra "El Fin de La Pobreza" afirma al respecto:
"Con frecuencia se dice a los países que, si se condona su deuda, ya no se los considerará solventes para la concesión de nuevos préstamos. Ese argumento es retrógrado. Si un país tiene una deuda excesiva, es imposible que sea solvente. Si la condonación de la deuda está avalada por realidades financieras y si se negocia de buena fe, y a continuación el país sigue desarrollando políticas económicas responsables, la condonación de la deuda aumenta la solvencia en lugar de reducirla. Al fin y al cabo, un país bien gobernado y escasamente endeudado puede permitirse asumir nuevas deudas. La condonación de la deuda no puede ser cuestión de broma o capricho, ni debe ser un juego para eludir viejas obligaciones. Ha de reflejar auténticas realidades sociales, económicas y políticas. En tales circunstancias, una condonación negociada de la deuda puede ofrecer nuevas esperanzas y posibilidades económicas al país deudor, así como una renovada solvencia"
El gran capitalismo ha hecho que aparezcan los que viven del sistema y los que son explotados por él, que son la gran mayoría de la población mundial. La explotación del hombre por el hombre se ha dado a través de toda la historia de la humanidad. Sería dispendioso establecer una relación de las diversas maneras como se ha llevado a cabo dicho adefesio en la historia y, sin embargo, la tentación me vence y menciono a manera de ejemplo sólo tres: la primera, es la servidumbre implementada por el feudalismo en la edad media, donde los señores eran dueños de la vida y el alma de sus siervos; la segunda, es el tráfico de esclavos, donde dichos seres no eran más que una mercancía que se compraba y se vendía con toda la naturalidad del caso al mejor postor, y por último, tenemos en el siglo XIX, XX y lo que va del XXI, los nuevos esclavos llamados obreros.
La aparición del capitalismo moderno, hace que los esclavos no sean funcionales, y las democracias modernas, partidarias de dicho sistema económico, promueven entre sus banderas la libertad de los esclavos, para que como hombres "libres", luego, convertirlos en obreros y así poder contratar mano de obra más barata. Es así, como el capitalismo moderno naciente crece gracias a las espaldas de los esclavos en primera instancia y, luego, sobre la explotación de los modernos esclavos llamados obreros, trabajadores o empleados, pero al fin esclavos. Naturalmente que el sistema capitalista es un éxito rotundo para los capitalistas, para los dueños del capital pero es un sistema maldito, porque su éxito radica en la explotación de una manera u otra de más del 80% de la población mundial que vive en la miseria; luego, tenemos un 20% o menos, que vive del sistema y el resto de la humanidad vilmente explotada por él. La gran burguesía, partidaria de la democracia, la gran burguesía capitalista, satisfecha porque vive de la democracia y la democracia sirve al gran capitalismo. Tan cierto es lo anterior, que si un día de estos la democracia deja de servir al gran capitalismo (la gran bestia?), puede llegar a producirse una conflagración mundial, pues ya tenemos simulacros como Corea, Vietnam, Chile y Cuba (la nación con más dignidad), en donde no se ha dudado un instante en intervenir militarmente, violando todos los convenios internacionales y la libre determinación de los pueblos; porque, los propietarios del capital, según su escala de valores, preferirán perderlo todo, incluso la vida, a tener que compartir con los que no tienen.
La economía tiene como norma última la eficacia. Su perfección se manifiesta en el progreso y la abundancia de bienes materiales para todos los hombres, solucionando los problemas de escasez que puedan existir en cualquier parte del globo; cosa que es muy diferente a lo que sucede ahora, que pareciera todo lo contrario, donde la realidad muestra que dicha ciencia tuviera por objeto que un 20% o menos, vivieran satisfechos hasta la gula y el otro 80% o más, padeciera toda clase de privaciones y necesidades. ¿Cuál es el problema o la diferencia? El enfoque. El enfoque, en el sentido de que al hombre de todas las culturas se le ha metido en la cabeza, que tiene que acumular, acaparar, ser feliz a costa de la desgracia de muchos, que entre más desdichados sean los demás, más feliz es, se le ha repetido hasta la saciedad, que su misión en el mundo es hacerse dueño de todo, y que si por desgracia otros hombres no tienen lo suficiente para vivir y llevar una vida digna es problema de ellos, porque si están en esa situación es porque quieren, ya que vivimos en unas sociedades "democráticas" y por lo tanto "libres" de aguantar la pobreza, sufrir la miseria, morirse de hambre, ser analfabeta y padecer todas las enfermedades modernas o de moda.
Para Marx, las crisis son necesarias e inevitables en el sistema capitalista y se deben a las contradicciones económicas y sociales que se van acumulando, y se reflejan en la disminución de la tasa de ganancia, el desempleo y sub-empleo, en las inversiones especulativas, en la sobreproducción y el sub-consumo. Naturalmente, que en cualquier circunstancia, dimensión o aspecto de la vida del hombre, donde se presente un problema y no se le dé la solución adecuada, lo más seguro es que la complejidad y magnitud del problema crezca geométricamente y, se haga por lo tanto irreversible e indisoluble, especialmente, cuando consciente o inconscientemente, no se atacan las verdaderas causas de dicha situación, y se opta por paliativos que en lugar de superar el problema lo que van a hacer es acrecentarlo a mediano y largo plazo. Las causas de las crisis de la economía o del sistema capitalista están en su misma naturaleza y parece que nadie se diera por enterado al respecto, y lo que han hecho los grandes teóricos y expertos a lo largo de la historia, es darle respiración boca a boca a un sistema, que tarde o temprano colapsará, pues terminará por devorarse a sí mismo y será tan compleja la situación, que a ese nivel, realmente, ya no habrá solución posible, no habrá espacio para un proceso dialéctico, será demasiado tarde, así exista el convencimiento para hacerlo.
Es por eso que en este aparte estoy de acuerdo con Keynes y también con Marx: se requiere de manera urgente la abolición del desempleo y la distribución más equitativa y menos arbitraria de la riqueza. En otras palabras: superar la apropiación y concentración en cabeza de los capitalistas de la renta (plusvalía) procedente del trabajo (venta de la fuerza del trabajo del obrero); es decir: eliminar la contradicción fundamental que existe entre la socialización de la producción y la apropiación individual del producto.
Ningún hombre sobre la tierra pone en duda las contradicciones internas del sistema capitalista, y, además se argumenta que son estructurales, es decir, se dan por el propio funcionamiento del capitalismo y el modificarlas no depende de la voluntad de los hombres, sino que dependen del propio sistema. Pareciera, que estuviéramos en la edad media. Para seguir el hilo de la argumentación, yo introduzco una "figura" que he dado en llamar el "efecto pirámide". Voy a tratar de explicarlo de la siguiente manera: es aquel que se da en el sistema capitalista y consiste en que la inmensa mayoría de gente (más del 80%) trabaja para unos pocos (menos del 20%), entre más abajo estén ubicados en la pirámide, menos recursos pueden disfrutar, y entre más se acercan al vértice de la pirámide son mucho menos y obtienen más dividendos, y por último, se encuentran los de la cúspide de la pirámide, que son quienes lo tienen todo, porque millones de brazos alrededor del mundo trabajan para ellos. Es allí, en el vértice superior de la pirámide, donde se disfruta la gran vida, donde el capitalismo es un éxito rotundo, y al mismo tiempo es allí, donde se toman las trascendentales decisiones para que el sistema capitalista siga siendo un "éxito" arrollador. Y esos pocos, que tienen poder de decisión, son quienes no buscan las alternativas de solución para corregir fallas estructurales y coyunturales, porque esas decisiones les pueden representar menos ganancias, la pérdida de privilegios y, por lo tanto, que el capitalismo salvaje se vuelva más humano, es decir, que beneficie a más gente, redistribuyendo la riqueza y al mismo tiempo, le coloque un límite a su sed de ganancia y de poder, minando su ilimitada ambición, cortándoles las alas a su ego insaciable.
La falta de oportunidades reales de desarrollo abre brechas cada vez mayores entre diversas ramas económicas, regiones económicas, diferentes países, clases sociales, la ciudad y el campo. Probablemente, porque dicho desarrollo o actividad económica no se planifica a nivel micro, a nivel de las bases; los expertos en economía se concentran en planificar los grandes movimientos de capital, las grandes inversiones, las grandes empresas, pero al quehacer económico de la gran mayoría de la gente no se le pone atención, salvo para las estadísticas y los impuestos; luego, se deja al azar la actividad económica de la mayoría de la gente y, no sólo eso, sino que además, con la connotación, que esta gran masa de la población no tiene y menos recibe capacitación empresarial. El anterior razonamiento, nos conduce a concluir, que dejamos demasiadas variables sueltas en la dinámica del proceso económico, hecho que, de una manera u otra, explica la poca efectividad de este sistema económico en el lugar en donde más se necesita, es decir, en las bases, en la base de la pirámide, en el pueblo. Frente a lo anterior, se da una actitud ciega y es el pretender que todo lo regule el mercado, la ley de oferta y demanda.
El carácter contradictorio entre salario y capital, o entre salario y ganancia del empresario, es un dilema que siempre ha estado presente en el transcurrir de la historia del capitalismo, debido a que por principio, el éxito en dicho sistema se mide por la tasa de ganancia, y cuando ésta riñe con el salario del obrero de inmediato aparece el conflicto.
En los países desarrollados del primer mundo, el capitalismo en su proceso dinámico de acción, y en ese operar está el de lograr el mayor margen de ganancia, esto ha hecho que sucedan fenómenos como las olas migratorias de seres humanos, de mano de obra barata o fuerza de trabajo de los países subdesarrollados, produciendo el consabido desplazamiento laboral de los naturales de los respectivos países, pues esta mano de obra es más barata, ya que normalmente son inmigrantes indocumentados, que abandonan sus respectivos países en busca de un mejor futuro, futuro que pasa por toda clase de vejámenes y humillaciones. El otro fenómeno, es aquel que por economizar gastos de operación, las grandes empresas están trasladando sus fábricas a países donde la mano de obra es más barata, y de paso, con el trasteo de estas fábricas dejan de contaminar y deteriorar el ambiente de sus respectivas naciones, para ir a hacerlo en la tierra que no les pertenece, que no les interesa en lo más mínimo; pero lo más preocupante, es que los salarios de los obreros en ese proceso dinámico del capitalismo se están nivelando por lo bajo, y no sólo de obreros sino también de profesionales que no están en la élite rectora de las grandes empresas, y en todas las latitudes, casi que sin excepción, las conquistas laborales y sociales logradas por la clase obrera en su lucha a través de la historia, progresivamente, han empezado a desaparecer, en aras de hacer las respectivas economías más competitivas y, entonces, la clase obrera ha contemplado estoicamente como, por ejemplo, aumentan el número de horas de trabajo a la semana por el mismo o por menos salario del que recibían normalmente. Esto sucede para dar mayor margen de ganancia a las empresas, a sabiendas, de antemano, que la gran masa de la población verá reducido sus ingresos y por lo tanto, su capacidad de consumo, lo que al final repercutirá en recesión y lo más grave: en una depresión económica.
Por experiencia sabemos, que el capitalista no tiene entre sus supuestos disminuir su ganancia, a sabiendas que, progresivamente, dicha decisión se volverá en su contra en forma de recesión y así seguirá la cascada aumentando la crisis, hasta que aparezca la depresión económica con todas sus consecuencias a corto, mediano y largo plazo.
Cuando los expertos recomiendan dejar al libre concurso del mercado que busque el equilibrio en el funcionamiento del capitalismo, para superar crisis presentes y futuras, no deja de ser una falacia, porque, de antemano, ellos saben que no es así y, por el contrario, se establecen estrategias inmediatistas que a la larga van a ser peores que el fenómeno que se intentaba controlar. En este momento, la cresta de la ola, la moda, es el libre comercio y la internacionalización de la economía, y lo que se aprecia en forma evidente es el fortalecimiento de los monopolios, oligopolios, llámense multinacionales o trasnacionales, que lo que van a hacer a mediano plazo es socavar las economías débiles, absorber las empresas pequeñas, va haber más concentración de capital, se van a quebrar empresas medianamente competitivas, se producirá más desempleo y pobreza en aquellos países donde no existe una infraestructura económica como es el caso de los del tercer mundo.
Últimamente, el gran capitalismo ha implementado unas estrategias de negocios como es la especulación del capital financiero, la falta de inversiones productivas, la producción de artículos suntuarios y la falta de producción de artículos básicos, esto hace que las crisis que se dan en la actualidad sean más profundas y provoquen problemas graves de gran impacto social.
El poder del gran capital es casi infinito, y el uso de ese capital monopolista no tiene fronteras éticas, ya que en su dinámica de acción entra la estrategia del soborno, y, por ende, la corrupción, con tal de lograr imponer condiciones que le aseguren el acceso a todos los mercados y operar a su manera, es decir, acabando con todo lo que se le oponga. Los empresarios medianos y pequeños, que operan en economías débiles como las del tercer mundo, no tienen muchas garantías de éxito o de competitividad; el gran capital representado en las trasnacionales terminará por llevarlos a la quiebra ya sea tarde o temprano. Los grandes líderes políticos del mundo aparecen como los ejecutivos más efectivos de dichas trasnacionales al presionar, de una manera u otra, la firma de tratados de libre comercio, que en la gran mayoría de los casos son lesivos para los países cuyas economías no están bien desarrolladas, prolongando, incentivando y tolerando un neocolonialismo que viene desde hace rato, que desde todo punto de vista es evidente e injusto para estos pueblos.
En la apertura económica y la internacionalización de la economía, las economías fuertes y su punta de lanza, el gran capital, representado en las trasnacionales, se han aprovechado en forma infame cuando entran en un país donde encuentran una economía débil y, en donde, de antemano los respectivos gobiernos han implementado un plan de privatizaciones obedeciendo órdenes del Fondo Monetario Internacional, entonces, dicho capital adquiere empresas de la respectiva nación, que se han creado en la mayoría de los casos con recursos que provienen de la banca internacional y que por dichos préstamos se están pagando altos intereses, engordando lo que se llama "deuda externa", estas empresas son adquiridas a precio de ganga; normalmente, son aquellas que en su objeto cumplen una función social, y después de ser privatizadas los nuevos dueños las pagan con el propio capital de éstas y para hacerlas más lucrativas empiezan a elevar las tarifas en forma exagerada de los servicios que prestan.
La crisis general del post-capitalismo ha propiciado una economía del desperdicio basado en el consumismo, la publicidad y la enajenación. La crisis del sistema capitalista, día a día, se agudiza y se hace más inmanejable desde el punto de vista básico. El desenlace final no es fácil predecirlo. Bastará con lanzar una hipótesis de sentido común, como puede ser la siguiente: Si un sistema económico, que influye tan poderosamente en todos los aspectos de la vida del hombre y por tanto en la sociedad en general, ante crisis que se han vuelto permanentes, como en su momento histórico Marx lo predijera, ¿qué pasa cuando dicho sistema económico, para atenuar dichas crisis en lugar de buscarles solución real se expande? Cuando se expande, ¿no está agrandando el problema?, ¿y qué recomendarán los expertos y especialistas en la materia cuando este sistema termine de expandirse? Probablemente, será el colapso total, y para salir de dicho colapso y reactivar la economía global, nada mejor que una guerra. ¿Sobrevivirá el hombre a dicha guerra?
La crisis general del sistema capitalista, en su fase imperialista, es provocada en buena medida por el desarrollo de los grandes monopolios industriales, comerciales y bancarios, especialmente, por las empresas trasnacionales y multinacionales. El efecto, que he dado en llamar "pirámide" es una realidad. Al gran capital no le interesa la solución de los problemas sociales que padece la humanidad. Para el gran capital es irrelevante, que millones de niños mueran de física hambre con tal de que exista ganancia para sus dueños, sabiendo de antemano que los coletazos de las crisis económicas se sienten con más fuerza en la base de la pirámide. Y, como decíamos, anteriormente, a las bases no se les pone atención, pues para nadie es un secreto, que si en un edificio fallan las bases o las estructuras, todo lo demás tambalea y se viene abajo. Siendo el sistema democrático o la democracia, una resultante de la vigencia del capitalismo, siendo la burguesía la más interesada en este tipo de cosas, es obvio que para el gran capital y, por ende, para sus respectivos dueños, es decir, a la gran burguesía, no le interesa en lo más mínimo las privaciones o problemas de la población en general, ya que ellos previamente tienen asegurado el lucro que se produce a raíz de los grandes monopolios y hábiles "negocios" , por encima de los intereses fundamentales de la nación, patria o pueblo. Una falacia sería pensar y concluir de otra manera. Para nadie es un secreto que a raíz de la formación de los Estados Modernos, auspiciados por la burguesía, representada indistintamente por una aristocracia y valiéndose de mecanismos que da el poder como, por ejemplo, la corrupción, lo que ha hecho, de una manera u otra, esa burguesía, a través de la historia, es enriquecerse, valiéndose de la función del Estado. Nunca antes, el Estado había sido tan elocuentemente servil del gran capital como lo es ahora. Tanto es así, que no se como denominarlo. Para confirmar lo anterior, hagamos un recuento rápido de esa historia: La naciente burguesía (partidaria del capitalismo) instaura el estado moderno (democracia) a su servicio. Evoluciona ese estado (democracia) según los intereses de la burguesía (gran capital). En esa simbiosis de retroalimentación entre intereses de la burguesía (gran capital) y régimen democrático (nuevo totalitarismo) con las nuevas tendencias de globalización, tratados de libre comercio, el papel y función del estado en cada nación es garantizar la expansión del gran capital (multinacionales?) eliminando barreras, con las consabidas consecuencias que todos conocemos. Luego, el Estado de ahora, en cualquier hemisferio, está al servicio del gran capital, influye poderosamente, para que la dimensión económica condicione y determine el destino de los pueblos, echando abajo los convenios internacionales que al respecto existen. Entre más fuerte es la economía de un Estado, con más fuerza ejerce el dominio sobre los demás Estados y naciones, ya sea de manera directa o indirecta. Lo anterior, nos confirma una vez más, la existencia de un neocolonialismo cada día más esclavizante; apoderándose de los recursos que pertenecen a los nacionales de los respectivos países, en la gran mayoría de los casos, empobreciendo aún más al pueblo, porque las inversiones en infraestructura y servicios públicos elementales no llegan a ellos. Situaciones se han dado, que cuando alguien llega al poder, para corregir lo anterior, encuentra todo tipo de obstáculos como las mismas instituciones, también los privilegiados de las respectivas naciones, e incluso la presión internacional al respecto, ya sea en forma directa o indirecta.
Cuando un edificio presenta fallas estructurales, lo que haría un ingeniero prudente sería demoler dicha edificación. Si el capitalismo presenta estas fallas no podríamos afirmar lo mismo que en el caso del edificio. A pesar de todo y que se afirma esto del capitalismo, dicho sistema sigue operando como si nada pasara, como si sus bondades fueran inconmensurables. La verdad es que las autoridades en la materia no se dan por enteradas y el hombre actual sigue posponiendo la corrección de las fallas a algo que ha originado tantos problemas.
La crisis general, que se desarrolla actualmente en los países capitalistas tiene un carácter específico que combina rasgos estructurales y coyunturales; a lo anterior se suma el hecho de que nadie quiere perder, especialmente, los que tienen más, lo que impide que se exploren estrategias reales de solución. Los grandes capitalistas no quieren desmontar el efecto pirámide, por el contrario, se empeñan en que se haga más evidente, explícito y normal. Hoy por hoy es totalmente "legal" que alguien sea multimillonario (esté en el vértice de la pirámide) y por el frente de su casa pase un hombre todos los días (está debajo de la base de la pirámide), recogiendo las sobras de comida para saciar su hambre y la de su familia, es completamente "justo", porque el primero ha sabido "trabajar" (robar) y el segundo es un don nadie, vago, vicioso, degenerado, una carga para la sociedad.
Luego, las crisis generales de la economía, que ahora son casi permanentes, necesitan un tratamiento adecuado, donde quienes toman las decisiones, estén dispuestos a no ganar tanto en forma inmediata, para permitir que a los menos favorecidos les lleguen unas migajas, y este proceso sea continuo para que al fin se revierta en ganancia para todos.
En otro aparte decía, que el sistema capitalista es injusto por naturaleza pero, aunque injusto, no lo podemos echar abajo de un momento a otro, sencillamente, porque no tenemos con qué reemplazarlo. Pero si este sistema tiene fallas estructurales y es algo reconocido por todos, no queda otra alternativa que hacerle una reingeniería, para que en su proceso dinámico de acción no deje tantos excluidos y en un proceder solidario llegue a mucha más gente que la que ahora beneficia, y así termine favoreciendo a todos sin excepción. La gran problemática mundial, que se da de una manera u otra en cualquier latitud, lo he dicho anteriormente, es bastante compleja, y la solución a esta situación, depende en la mayoría de los casos de una voluntad política, de un proceder político, pues se necesita corregir las injusticias institucionalizadas en los respectivos pueblos, independientemente de la forma de gobierno y del sistema económico que existan, obviamente, pasando por la erradicación de la pobreza y todas sus secuelas…
El desarrollo capitalista conduce a la concentración económica, al monopolio y definitivamente a la intervención del Estado en la economía (entes internacionales), o que sean los mismos empresarios que hagan los ajustes necesarios para superar las crisis, no sólo inmediatas, sino a largo plazo. La situación anterior hace que, hoy por hoy, en la figura de la propiedad y las sociedades anónimas, no se sepa, a ciencia cierta, quienes son los verdaderos dueños del gran capital, pues lo más seguro es que estos potentados están tras bambalinas moviendo los hilos del poder a nivel político y económico, para que, de una u otra manera, se opte según sus intereses y no se vayan a tomar medidas que los afecten en cualquier parte del globo. Lo anterior, nos dice claramente que jamás se tomarán decisiones de fondo y menos que perjudiquen a los grandes conglomerados económicos, por el contrario, con la globalización, las aperturas económicas, los tratados de libre comercio, en sí, con la internacionalización de la economía, lo que han hecho los dueños de los capitales es eliminar todo obstáculo en cualquier país para que el libre comercio opere y por lo tanto les permita apropiarse de los recursos que en ese momento no les pertenecen, en forma legal y sin cargos de conciencia, es decir, mayor concentración de riqueza, menos capacidad de compra de las grandes masas, menos venta de la producción de las empresas, más recesión, más recortes en las empresas, menos inversión de las mismas, más desempleo, más crisis económicas en forma interminable hasta desembocar en la depresión económica.
El querer superar los problemas económicos que surgen de las relaciones entre producción, mercado, capital, crisis, fuerza de trabajo y salario, ha sido hasta el momento una buena intención pero con resultados muy pobres. Querer solucionar o superar los males endémicos del capitalismo partiendo de particularidades, cuando dicho sistema económico se comporta como un todo, como una totalidad, no sólo en el aspecto económico, sino que condiciona todo lo que toca, pues tiene amplias repercusiones en la dimensión social del hombre y en el desarrollo de una sociedad, no deja de ser algo descabellado; en otras palabras, cuando un aspecto económico se convierte en causa de otro tipo de problemas, por ejemplo, el más común, la problemática social, pretender solucionar dicha problemática sin tener en cuenta todos los factores o variables que intervienen, es algo inútil. La compleja `problemática, del índole que sea, en forma específica, tiene innumerables factores que la han producido, y en un alto porcentaje estos factores no son admitidos como causa de los diversos problemas, por ejemplo: la injusticia institucionalizada, la concentración de la riqueza, la tenencia de la tierra en pocas manos, una educación acorde con las necesidades de las respectivas sociedades. Pretender superar a comienzos del siglo XXI, con paños de agua tibia, los problemas que vienen de siglos pasados es querer tapar el sol con las manos.
Las contradicciones económicas y sociales del capitalismo son evidentes. La estructura escatológica del capitalismo según la cual, palabras más, palabras menos, dice que, en un momento dado de la historia existirán los bienes y servicios, así como los recursos suficientes para solucionar los inmensos problemas de la humanidad, es una falacia. Pero, ¿hasta cuando resistirá este sistema capitalista sin hacerse trizas? Para nadie es un secreto, que el sistema económico capitalista encierra en sí mismo contradicciones económicas y sociales, que por su misma naturaleza son insalvables. Estas contradicciones son imprevisibles y no se sabe a ciencia cierta cuando forman parte de la misma dinámica del sistema capitalista y, cuando, en última instancia, provocará el colapso definitivo del mismo. Lo que por ahora se aprecia y lo que los expertos en la materia como economistas y analistas de toda índole, no han podido solucionar son las continuas y progresivas crisis que sufre el sistema. Tampoco es un secreto que es un sistema injusto en todo el sentido de la palabra, beneficiando a unos pocos y empobreciendo a muchos. El capitalismo es fruto del pillaje. En el diario transcurrir de la humanidad, en su evolución, si es que realmente se puede hablar de evolución, el hombre a través de la historia se ha caracterizado por su sed de conquista, por su deseo de dominio y sometimiento a otros hombres, a otras naciones o culturas; ha pasado a la "historia" por la intensidad con que ha destruido civilizaciones enteras sencillamente porque su visión del mundo, del hombre, de Dios, de la vida y en sí, porque su manera de pensar no coincidía con la suya. Estamos hablando de civilizaciones que se han levantado, han tenido su auge y, posteriormente, han decaído. En esa dinámica de la historia, de conquistas, de sometimientos y de destrucciones, ha jugado papel importante la sed de poder, y la sed de poder no es completa si no se une la insaciable ambición de riquezas, el querer apropiarse bajo cualquier medio o pretexto de lo que poseen otras naciones, de sus riquezas, sus metales preciosos, su petróleo, sus materias primas; entonces, tenemos que una nación o reino guerrea contra otra para someterla, para obligarla a pagar tributos o para saquearla, o porque su territorio o sus mares es paso obligado de las rutas comerciales. Y es ahí, donde aparece el pequeño monstruo, el naciente capitalismo, que se engendra en la explotación del hombre por el hombre; ahí encontramos el origen de los grandes capitales que hoy dominan el mundo, capitales que en sus inicios se amasaron con sangre humana, con sangre de siervos, con sangre de esclavos, y con el cuerpo y el alma de miles de millones de indígenas y, en la época llamada moderna y contemporánea, se amasaron estos grandes capitales con la vida y la sangre de los modernos esclavos llamados obreros, y con la vida, alma y cuerpo de las madres abandonadas o solteras que son obligadas a vender todo para llevar una migaja de pan a sus hambrientos hijos; obreros u obreras que laboran en condiciones infrahumanas, que son explotados bajo todo punto de vista y, que por ende, reciben un salario de hambre, salario que escasamente les garantiza el poder reparar su fuerzas para que puedan seguir produciendo, sirviendo al gran capital (dios), y que cuando sus fuerzas ya no les responden al final de su calvárica vida, son echados de sus trabajos con o sin una pensión de hambre y, salen como cuando entraron, con los brazos cruzados, a sufrir la magra suerte de los desechables sociales, pues pasan a ser una carga para su familia y para la encumbrada "sociedad" que de una u otra forma los y las explotó, y guarda el eterno silencio cómplice. El sistema que es partidario del capitalismo, ha de abogar también por una democracia económica. Además de lo anterior, hoy es fácil comprobarlo desde el punto de vista, por ejemplo, de la sociología: últimamente estos sistemas democráticos-capitalistas se han venido convirtiendo en totalitarismos, pues pareciera que por ironías de la vida, que aquello que combatieron en un momento dado de la historia, lo cual lo hicieron con todos los medios a su alcance, hoy por hoy, al desaparecer los opuestos, pareciera que asumieran tal contradicción, tal vez será para desaparecer? Es por eso que, independientemente, de lo que se piense en el mundo, de lo que he venido exponiendo, cada hombre de hoy ha de fijar una posición social y moral, clara y precisa ante los desmanes e injusticias que se cometen en nombre de la democracia y los males que ocasiona el post-capitalismo.
En el modus operandi del sistema económico capitalista que va de la mano con la democracia, pues ésta sirve al gran capital y a esto se le llama modernidad, contemporaneidad o en medio del delirio de locura de algunos encumbrados intelectuales de escritorio han dado en llamarla post-modernidad, cuando en realidad debiéramos denominarla edad media retardataria u hordas actuales, o que se yo. Concluyo este párrafo de la siguiente manera: el capitalismo es injusto por naturaleza, pues se fundamenta en la injusticia, en la explotación del hombre por el hombre, en el pillaje y en el saqueo, sólo que en estos tiempos lo hace muy sutilmente, y para esta época, salvo raras excepciones, casi nunca un pueblo conquista a otro por medio de la fuerza, sino que lo hace con la diplomacia, el chantaje y el soborno. Lo que acabo de afirmar, en lo relacionado con las estrategias que utiliza el gran capital y, por ende, los países del llamado primer mundo respecto a los del tercer mundo, ya que su miseria, no es otra cosa que el fruto del neocolonialismo que ha caracterizado estas relaciones durante los siglos XIX, XX, y lo poco que va de éste. Sólo que con los últimos acontecimientos o movimientos en geopolítica mundial, con la internacionalización de la economía, la globalización y las aperturas económicas, el gran capital vuelve a jugar sus maquiavélicas estrategias: eliminar las fronteras entre lo netamente económico y lo que corresponde a la dimensión político-social, entre los países desarrollados y aquellos que no lo son, entre un país del tercer mundo por ejemplo y el gran capital representado en las multinacionales o transnacionales; es por eso que el neocolonialismo es visto como algo completamente natural, prácticamente, con carta de ciudadanía y con la atenuante que son los países subdesarrollados (élites políticas), que claman porque los países poderosos nos sigan dominando, de una forma u otra, ya sea económicamente, culturalmente, con modas, con la música, con el consumismo suntuario, con sus extravagancias.
La voracidad del sistema capitalista y la nula distribución de la riqueza ha llevado a la miseria a sociedades enteras y, esta situación, por su misma dinámica hace que el sistema económico capitalista no sea viable por la injusticia que en sí engendra.
Todos los inventos del hombre, de una u otra forma, son una réplica de una parte de sí mismo o lo son de la naturaleza. Dentro de esas creaciones que el hombre ha hecho está el capitalismo y todos sabemos que el capitalismo emula en forma ferviente lo que es el hombre. Por ejemplo: el hombre es dominante y el capitalismo lo es; el hombre es conquistador y el capitalismo también; el hombre es egoísta, acaparador y el capitalismo es igual; el hombre posee un ego insaciable y para el capitalismo no existen reglas ni límites; el hombre es cruel y el capitalismo es inhumano; el hombre es injusto y el capitalismo es lo mismo; a veces pareciera que el hombre gozara viendo el dolor y sufrimiento de los demás y para el capitalismo es la fuente de su "éxito" rotundo y, por último, el capitalismo es tan monstruoso como lo es medularmente el hombre. Entonces, tenemos que de todas las creaciones del hombre, el capitalismo ocupa el primer lugar en cuanto es imagen y semejanza de él, y como el hombre en su sed de perfección o en la opciones que ha elegido en la búsqueda equivocada de la felicidad ha dado, últimamente, en renunciar a todos los modelos a imitar, se ha alejado definitivamente de Dios, para quedarse con algo, con la creación de sus manos, con el ídolo de barro, con el capitalismo y todo lo que con ello concierne; para perfeccionarlo, es decir, llevar al extremo sus defectos, y adornarlo con esas "cualidades", rendirle culto y adoración, porque es el dios inverosímil y versátil, que cumple todas las expectativas y satisface todas las extravagancias humanas. Luego, si el capitalismo es creación del hombre y sabemos como es el hombre, y queremos cambiar ese capitalismo, entonces, en aras de la lógica y del sentido común, lo más elemental que tenemos que hacer es cambiar el concepto de hombre, para que el hombre cambie y así tenga reales posibilidades de cambiar, transformar o rediseñar este injusto sistema económico capitalista que ahoga a la humanidad.
Es al nuevo hombre a quien le corresponde decidir que ajustes estructurales le hace al sistema capitalista, o que opción toma para corregir las irregularidades que hoy caracterizan al mundo en los diversos aspectos o dimensiones del hombre actual. Podría ser el capitalismo solidario, donde se combine los principios capitalistas con los derechos sociales y económicos, de tal manera que la aplicación de dichos principios no afecten la vida digna que cada hombre como ser humano que es tiene derecho a vivir, donde exista el mayor bien para la gran mayoría de personas, es decir, que los principios del capitalismo no riñan con los supuestos de la democracia, aspecto anterior, que parece ser la gran constante que se ha repetido a través de la historia. El clásico capitalismo abandonaría el dogmatismo que lo ha caracterizado, para convertirse en un capitalismo solidario y de esta manera ir superando los diversos males que históricamente ha ocasionado, como por ejemplo, el desempleo y la injusta distribución de la riqueza. No nos podemos quedar con el preconcepto que el capitalismo es absolutamente injusto, cuando de antemano sabemos que es el hombre el que ha creado este sistema económico y, por lo tanto, el hombre es el que lo ha hecho a su imagen y semejanza y, por ende, parecido a él. A pesar de lo que ha sido y de lo que es el capitalismo, existen pruebas fehacientes que cuando el hombre quiere hacerlo más justo y democrático lo ha podido hacer, superando con alternativas creativas problemas que a simple vista parecieran insuperables o imposibles de solucionar, y que de pronto, nos lo habían hecho creer, en aras de los intereses egoístas de unas minorías que lo poseen absolutamente todo, y por ningún motivo tienen el más mínimo deseo de cambiar las cosas.
Amigo lector: después de haber terminado de leer este trabajo sólo me falta agradecerle cualquier comentario al respecto, y mi satisfacción más grande será que le haya quedado alguna inquietud en cualquiera de los temas tratados. Es factible, que a su juicio el trabajo tenga imperdonables falencias, pero como afirmaba alguien, lo más importante sobre estos temas enunciados no se ha dicho todavía. Para decirlo de otra manera, uno de los objetivos del presente ensayo es abrir el debate sobre los diversos aspectos planteados, pues en ningún momento era mi propósito decir la última palabra al respecto.
Aprovecho estas líneas para invitarlo(a) a ser inconforme, a escribir sobre las diversos asuntos que le interesan y aquejan al hombre y a la humanidad de hoy.
Anexo
Conclusión
- Propuesta final
Todo lo que he afirmado en este ensayo apunta a esta parte, donde adquiere claro sentido y se objetiva en la praxis con la siguiente propuesta, sin la cual todo lo anterior quedaría en el aire, es por eso que me atrevo a presentar el siguiente proyecto, que está concebido teóricamente desde hace más de 18 años, y que por diversas circunstancias no se había explicitado, pero que ahora lo someto a consideración de las personas preocupadas por el bienestar y el porvenir de la humanidad, (donde el hombre en su eterna búsqueda de autoafirmación, de su destino, de la felicidad, lo que ha logrado, paradójicamente, es confundirse más y hoy se encuentra perdido y, aún más, es un desconocido para sí mismo). Lo que presento a continuación es la Fundación Alternativa Latinoamericana, pongo la totalidad de sus principios a consideración y mi sincera invitación es a que se vincule a ella y comencemos desde ahora a trabajar por un mundo mejor para nosotros, para nuestros hijos y para las generaciones venideras.
- La F.A.L. es una organización político-social, sin ánimo de lucro, que tiene por objeto crear y dar a conocer una filosofía que se traduce en una nueva visión del hombre, de la naturaleza y de la realidad. Nace como propuesta que diagnostica y plantea, soluciones a la caótica situación social, política, económica y cultural del hombre actual.
- Es una nueva propuesta para la realización humana, partiendo de la liberación mental (entendida ésta, como la eliminación de la mente de todo aquello que de una u otra forma hace que cada persona esté condicionada para pensar y actuar), que nos lleve a una liberación integral. Esta filosofía se fundamenta y tiene su razón de ser en la búsqueda de identidad del pueblo latinoamericano, que sea original, valore lo propio, acreciente su auto-estima y donde la libertad y justicia sean características de este pueblo, haciéndonos sujetos de nuestra historia.
- Entre sus objetivos principales está: erradicar las secuelas de enajenación, miedo, dependencia, subdesarrollo, despersonalización, marginalidad, corrupción, inautenticidad, vanidad, mediocridad, ineficiencia, colonia, ignorancia y el no-ser latinoamericano.
- La F.A.L. la podrá integrar todo hombre sin distingos de raza, lengua, pueblo, nación, religión. Abogará y se regirá por los principios democráticos libres de vicios y prejuicios. La acción en su quehacer histórico estará enmarcada dentro de la teoría y práctica de la no-violencia y el respeto de todos los derechos humanos.
- La F.A.L. no es un simple discurso filosófico; es por el contrario un movimiento que en su dinámica abarca todos los aspectos que necesariamente requieren un replanteamiento o transformación inmediata mediante la acción efectiva y el concurso de todas las fuerzas vivas que conforman la F.A.L. en la búsqueda de soluciones radicales.
- En la F.A.L. cada individuo tiene el derecho de ser libre y lograr su autorrealización en comunión con los demás, y la función del Estado es proteger este derecho y nunca infringirlo.
- La F.A.L. se guiará por la ética de la alteridad, porque es la única que se ajusta al bien moral, entendido como "la vida con dignidad para todos". La persona más importante es la que sirve a los demás, y obrar el bien significará permitir la vida del otro.
- Para la F.A.L., uno de sus objetivos fundamentales e inmediatos será el de erradicar el flagelo de la guerra y cualquier forma de violencia que afecte la vida y la convivencia. Dentro de su jerarquía de valores la F.A.L. tendrá la vida como el máximo valor. Los demás valores lo serán en cuanto estén en función de éste.
- El hombre es una realidad compleja que tiende a su realización en todas sus dimensiones: interioridad, corporeidad, interacción, afrontamiento, libertad, trascendencia y acción.
- Para la F.A.L. la búsqueda de nuestra identidad y derecho de ser estará por encima del tener o parecer. Todo lo que piense y haga el hombre será bueno en cuanto esté al servicio de la humanidad. El hombre, por el hecho de ser libre, es el único responsable del bien y del mal que existen en el mundo.
Agradecimientos
A José Cruz Ramírez, que con su obra: "El maravilloso siglo XXI y los cambios que traerá" de editorial Iberoamericana, Bogotá-Colombia, 1998 y a José Silvestre Méndez M., que con su obra: "Fundamentos de Economía" de Nueva Editorial Interamericana, Bogotá-Colombia, 1985. Los anteriores investigadores me ayudaron con sus planteamientos como fuente de referencia e inspiración. *
3. Bibliografía y notas utilizadas
Bibliografía
- Cruz Ramírez, JOSE. El maravilloso siglo XXI y los cambios que traerá. Editorial Iberoamericana. Bogotá DC 1998.
- Méndez M, JOSÉ SILVESTRE. Fundamentos de Economía. Nueva Editorial Interamericana. Bogotá DC 1985.
- Sachs, JEFFREY D. El Fin de La Pobreza. Editorial Random House Mondadori Ltda.. Bogotá DC 2006. p 51.
Notas utilizadas:
1 Sachs, JEFFREY D. El Fin de La Pobreza. Editorial Random House Mondadori Ltda.. Bogotá DC 2006. p 51.
2 Op. Cit.
3 Ibid. p 21.
4 Ibid. p 189.
Rodrigo Leal Cuevas
4. Biografía del autor
Filósofo colombiano. Nacido el 1 de julio de 1957 en Támara, Casanare Colombia; hijo de Amadeo Leal y Angela Cuevas Leal. Bachiller del colegio Seminario Menor San José de Támara en el año 1977; Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Santo Tomás de Aquino; Posgrado en Pedagogía Constitucional y Democrática de la Universidad Autónoma de Colombia, actualmente se desempeña como docente en el municipio de Soacha cundinamarca.
5. País, ciudad y fecha correspondientes al trabajo realizado
Colombia, Bogotá DC, julio de 2005
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