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El -Big-cuent- del Bitcoin (¿de -burbu-giles- a -gili-coins-?) (página 6)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Tras realizar un repaso histórico y didáctico a la moneda virtual, el banco analiza el creciente negocio del mining, el sistema de certificación de que un mismo bitcoin no se ha utilizado dos veces y de creación de moneda. Dado el alto valor del bitcoin de los últimos meses, cada vez hay mayor interés en crear chips y ordenadores específicos para extraer la moneda (hay 12 millones y el cálculo es llegar a los 21 millones en 2140), aunque también resulta más caro (energéticamente) crearla.

El anonimato de la moneda es una de las ventajas para su adopción entre los ciudadanos de países en crisis o con monedas fuertemente intervenidas, dice el banco. Aparte de evitar impuestos o confiscaciones, los ciudadanos pueden transferir dinero fuera de sus fronteras. Uno de los repentinos picos del bitcoin ocurrió precisamente con la crisis de Chipre y actualmente la mayor actividad de esta moneda virtual está ocurriendo en China, donde las autoridades han prohibido a sus bancos operar con ella.

Asimismo, el BofAML predice que el resto de monedas virtuales -hay una treintena- acabarán sucumbiendo ante el bitcoin, ya que su mismo éxito atrae a los partidarios de esta forma de intercambio comercial.

También hay tiempo, sin embargo, para los aspectos negativos del bitcoin, principalmente la volatilidad del precio, capaz en un día de bajar o subir 200 dólares, y el riesgo de que los bancos centrales o los gobiernos adopten algún tipo de control sobre la moneda, lo que afectaría a su eficacia y a su transparencia. Otros de los aspectos cuestionables es la seguridad de los sitios de cambio de bitcoins, que es el principal blanco de los hackers para hacerse con esta moneda, como ocurrió con Bitcoinica.

"El bitcoin ofrece una atractiva alternativa al dinero en términos de seguridad, transparencia de transacciones y falsificaciones", asegura el banco, que reconoce que los bitcoins pueden ser robados, como ya ha ocurrido en algunas ocasiones, pero es más difícil que en el caso del dinero real.

Atención "monofóbicos": Apple bloquea la aplicación Glips (¿dónde se meterán las "coins"?)

"Apple ha obligado a la aplicación Gliph a bloquear su sistema de intercambio de bitcoins o de lo contrario la retirará de su App Store, según ha reconocido en su blog el creador de esta herramienta"… Apple bloquea los pagos con bitcoin (El País – 11/12/13)

Gliph, que llevaba en funcionamiento siete meses, permitía recibir y enviar mensajes seguros, pero también el intercambio de la moneda virtual bitcoin. Gliph enlazaba con Coinbase y Blockchain.info, sitios dedicados a la información y a los servicios de bitcoins.

"Se nos pidió por parte de Apple eliminar la posibilidad de enviar Bitcoin con la aplicación de iOS", ha escrito en su blog el cofundador de la compañía Rob Banagale. "Hemos luchado para mantenerlo, pero no fue posible… Todavía puedes crear monederos, mirar saldos y recibir Bitcoins en la aplicación Gliph para iOS".

Apple, que no ha dado explicaciones, permite otros sistemas de pagos como Paypal, pero no el bitcoins, pues no es la primera vez que bloquea una aplicación de ese tipo, ya anteriormente había ocurrido con BitPak y Bitcoin Express.

La EBA advierte: los que comercian con bitcoins están "solos ante el peligro"

"Ciudadanos europeos, comerciar con bitcoins entraña riesgos que la autoridad bancaria no puede proteger. Es el resumen de un documento de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) sobre los peligros que corren las personas que compran, tienen o emplean como medio de pago monedas virtuales en general y, en particular, el bitcoin"… La autoridad bancaria europea alerta de los peligros del bitcoin (El País – 13/12/13)

El bitcoin es un sistema monetario descentralizado, anónimo y seguro, independiente de Gobiernos y bancos; una moneda cifrada y con sistema de circulación P2P a través de Internet. El bitcoin se emplea cada día más en el comercio electrónico, pero también para el pago de servicios físicos.

La EBA reconoce la creciente popularidad de estas monedas y, por eso, recuerda a los consumidores que las plataformas de intercambio de dinero real por bitcoins no están reguladas por una autoridad bancaria y, por tanto, su dinero virtual no será aceptado como un depósito en los bancos tradicionales. "No hay una norma protectora", advierte la EBA, "para las pérdidas financieras que puedan ocurrir si cierra una casa de intercambio de moneda virtual".

En el documento, la Autoridad bancaria Europea señala que los bitcoins que la gente tenga en sus monederos virtuales pueden ser hackeados y robados, como ya ha ocurrido en diversas ocasiones; también advierte que el valor de esta moneda puede caer con la misma velocidad con la que sube, incluso valer cero. También aconseja que la gente no adquiera bitcoins con dinero real que no tenga, es decir, pidiendo créditos y les recuerda que no sirve como garantía de pago en el mundo real.

El aviso de la EBA llega un año después de que el Banco Central Europeo emitiera otro informe sobre el bitcoin. En 2012, tras advertir que la moneda virtual no era ninguna amenaza para el sistema monetario tradicional, sí que avisaba que de continuar su expansión -como así ha sido- podría poner en tela de juicio el sistema bancario tradicional.

Máquinas para la minería

La empresa sueca KNCminer y la californiana HashFast se dedican a fabricar máquinas específicas para realizar las complicadas operaciones computacionales en Internet, donde obtener nuevos bloques de la cadena de la moneda virtual, es decir nuevos bitcoins. El minero que consigue nuevos bitcoins se lleva una parte de su valor y, como éste va subiendo, la profesión de minero, en internet sí que tienen futuro… si se tienen buenas herramientas.

KNCminer ha anunciado Neptune, una máquina con chips de 20 nanómetros, y que será capaz de realizar las operaciones a 400 GH por segundo, con un ahorro del 30% de energía respecto a máquinas suyas anteriores, como Jupiter.

El precio de la máquina es de 13.000 dólares, y la empresa advierte que el pago se debe realizar por transferencias bancarias o con bitcoins, aunque las devoluciones solo serán en dólares. También HashFast promete nuevas máquinas y a un precio bastante inferior, en torno a los 2.000 dólares.

"Las transacciones en moneda virtual son públicas, pero los dueños y destinatarios de estas transacciones, no", aclara ahora la EBA. "Las transacciones son en gran medida imposibles de rastrear, y ofrecen a los consumidores de divisas virtuales un alto grado de anonimato. Por tanto, es posible que la red de moneda virtual sea utilizada para actividades delictivas, incluido el lavado de dinero. Este uso incorrecto podría afectarle a usted, ya que las autoridades competentes podrán decidir el cierre de plataformas de intercambio, con lo que le impediría acceder o utilizar los fondos que tenía en esa cuenta".

La EBA también advierte sobre posibles obligaciones tributarias del bitcoin. "La posesión de monedas virtuales puede tener implicaciones impositivas, como el IVA o el impuesto sobre las ganancias de capital. Usted debe considerar si el impuesto sobre el dinero en cuenta corriente se aplica en su país cuando utilice monedas virtuales".

La advertencia de la Autoridad Bancaria Europea contrasta con el reciente informe del Bank of America Merrill Lynch que considera al bitcoin un "serio competidor" en el comercio electrónico y una alternativa en aquellos países inestables o con moneda muy intervenida. "El bitcoin ofrece una atractiva alternativa al dinero en términos de seguridad, transparencia de transacciones y falsificaciones", concluía el banco de inversiones.

Recientemente, China aconsejó a sus bancos no comerciar con bitcoins; Alemania implantó una tasa sobre ese comercio virtual y Noruega tampoco lo ha reconocido como moneda, aunque sí impone una tasa sobre los beneficios obtenidos con él o una desgravación en caso de pérdidas. Uno de sus ciudadanos, el universitario Kristoffer Koch, es, precisamente, una de las personas que más plusvalías ha obtenido, ya que en 2009 invirtió 24 dólares en bitcoins, y hoy esa inversión se eleva a 800.000 dólares (582.000 euros), con los que se compró un piso.

A verlas venir: empresas que intentan sacar provecho de la histeria alrededor del bitcoin están teniendo problemas para conseguir cuentas bancarias tradicionales.

"Los prestamistas son escépticos de hacer negocios con empresas que operan con monedas virtuales debido a temores de que sus dueños incumplan las leyes contra el lavado de dinero o estén involucrados en actividades ilegales, señalan ejecutivos bancarios. Reguladores y presidentes de bancos centrales en todo el mundo también han expresado inquietudes similares en los últimos meses"… Los bancos le huyen a los bitcoins (The Wall Street Journal – 25/12/13)

El problema se volvió tan grave que algunos propietarios de startups de monedas virtuales intentan eludir el escrutinio bancario al evitar las palabras "bitcoin" o "bit" en sus nombres, según emprendedores e inversionistas que siguen de cerca la industria.

Patrick Murck, abogado de Bitcoin Foundation, un grupo de la industria, viene planteando el tema en reuniones con reguladores y ejecutivos bancarios.

"Esto definitivamente está causando un atolladero en la industria", afirmó en una entrevista. "La capacidad de las empresas para obtener cuentas bancarias es necesaria para que puedan dar el siguiente paso en la edificación de la infraestructura básica de bitcoin".

La popularidad del bitcoin ha explotado desde que fue presentado hace cuatro años. La moneda virtual se "acuña" usando algoritmos de computadora y se intercambia de forma electrónica entre usuarios para la compra de bienes y servicios, o como inversión. El precio de un bitcoin ha sido extremadamente volátil en las últimas semanas de diciembre (2013), al superar los US$ 1.100 frente a menos de US$ 20 a comienzos de año. Desde entonces, ha bajado a unos US$ 653, según un índice CoinDesk de tres bolsas populares de bitcoins.

Esos avances llevaron a firmas importantes de inversión de riesgo como Accel Partners, General Catalyst Partners, Lightspeed Venture Partners y Union Square Ventures a invertir en empresas relacionadas con bitcoins en los últimos meses. Pero los bancos no comparten el entusiasmo de los inversionistas.

El emprendedor Jesse Powell afirmó que contactó a unos 30 bancos durante los últimos doce meses, ya que quería abrir una cuenta para su naciente bolsa de moneda virtual, llamada Kraken. Las bolsas de bitcoins necesitan cuentas bancarias para poder recibir transferencias de clientes.

"Hablé con muchos de ellos y avancé bastante, pero al final fue una pérdida de tiempo porque los encargados de hacer cumplir las regulaciones bancarias no daban su visto bueno", explicó. Atado de manos en Estados Unidos, finalmente encontró un banco en Alemania.

Luego, el mes de noviembre (2013) Bank of America Corp. congeló la cuenta que financiaba operaciones generales para la empresa matriz de Kraken, llamada Payward Inc., según Powell. El 2 de diciembre, el banco reabrió la cuenta luego de que Powell respondiera un cuestionario sobre el negocio de Payward.

"Fue una pesadilla total, para decirlo de una manera elegante", indicó Powell. El empresario les paga a sus empleados en bitcoins o dólares, según su preferencia. Bank of America prefirió no hacer comentarios sobre la situación.

"Realmente es muy difícil conseguir una cuenta bancaria porque los bancos no saben si los bitcoins son aliados o enemigos", sostuvo Meyer Malka, ex banquero y fundador de Ribbit Capital, una firma de inversión de capital de riesgo de Palo Alto, California, que ha apostado en tres empresas de bitcoins.

Los grandes bancos son reacios a decir si tienen una política sobre brindar servicios a empresas relacionadas con los bitcoins pero indicaron que las monedas virtuales requieren un nivel adicional de escrutinio.

Al que no hay forma de "encajarle" un "bit", es a "l"enfant terrible" de la economía

– Bits y barbarie (El País – 29/12/13)

(Por Paul Krugman) Lectura recomendada

Esta es una historia de tres minas de dinero. También es una historia de retroceso monetario, de la extraña resolución de mucha gente en dar marcha atrás a varios siglos de progreso.

La primera mina de dinero es una mina de verdad: la mina de oro a cielo abierto Porgera, en Papúa Nueva Guinea, uno de los principales productores del mundo. Su fama es terrible debido a las vulneraciones de los derechos humanos (violaciones, palizas y asesinatos por parte del personal de seguridad) y a los daños al medio ambiente (enormes cantidades de residuos potencialmente tóxicos vertidos en un río cercano). Pero los precios del oro, si bien están por debajo de su máximo reciente, aún triplican a los de hace una década, así que hay que seguir excavando.

La segunda mina es bastante más extraña: la mina de bitcoins de Reykjanesbaer, en Islandia. El bitcoin es una moneda digital que tiene valor porque…, bueno, es difícil decir exactamente por qué, pero, al menos de momento, la gente está dispuesta a comprarla debido a que cree que otra gente estará dispuesta a hacerlo. Está concebida como una especie de oro virtual. Y, como el oro, puede ser extraída: es posible crear nuevos bitcoins, pero solo resolviendo problemas matemáticos muy complejos que requieren tanto un gran poder de cálculo informático como gran cantidad de electricidad para que los ordenadores funcionen.

De ahí que se localice en Islandia, que dispone de electricidad barata procedente de centrales hidroeléctricas y de abundante aire frío para refrigerar las máquinas en frenética actividad. Es decir, se están utilizando gran cantidad de recursos reales para generar objetos virtuales sin una utilidad clara.

La tercera mina de dinero es hipotética. En 1936, el economista John Maynard Keynes sostenía que era preciso aumentar el gasto público para volver al pleno empleo. Pero entonces, como ahora, había una dura oposición política a cualquier propuesta de este estilo. Así que Keynes sugirió una pintoresca alternativa: que el Estado enterrase botellas llenas de dinero en minas de carbón abandonadas y que el sector privado gastase su dinero en desenterrarlas. Estaba de acuerdo en que sería preferible que el Estado construyese carreteras, puertos y otras cosas útiles, pero incluso el gasto absolutamente inútil proporcionaría a la economía un impulso muy necesario.

Una idea ingeniosa. Pero Keynes no se quedó ahí. A renglón seguido señalaba que la verdadera extracción de oro de las minas en la vida real se parecía mucho a su experimento imaginario. Al fin y al cabo, los mineros se afanaban en sacar dinero de la tierra a pesar de que era posible producir cantidades ilimitadas de moneda prácticamente sin coste utilizando la máquina de imprimir. Y tan pronto se extraía el dinero de la mina, gran parte del mismo se volvía a enterrar en lugares como la cámara acorazada del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, donde hay depositados cientos de miles de lingotes de oro sin ningún uso en particular.

Creo que Keynes se habría reído con sarcasmo al ver lo poco que las cosas han cambiado en las tres últimas generaciones. El gasto público para combatir el desempleo sigue siendo una herejía, y los mineros continúan arruinando el entorno para engrosar los ociosos depósitos de oro. (Keynes calificaba al patrón oro de "reliquia bárbara"). Los bitcoins no hacen más que acrecentar el absurdo. Al fin y al cabo, el oro tiene por lo menos algunos usos reales, como, por ejemplo, rellenar muelas; pero en la actualidad estamos consumiendo recursos para generar un "oro virtual" que solo consiste en series de dígitos.

Sospecho, sin embargo, que Adam Smith estaría consternado.

A Smith se le considera con frecuencia un santo patrón conservador y, en efecto, fue el primer defensor del mercado libre. Sin embargo, lo que no se menciona tan a menudo es que también abogó con determinación por la regulación de los bancos, y que hizo una clásica alabanza de las virtudes del papel moneda. La moneda era, a su entender, una forma de facilitar el comercio, no una fuente de prosperidad nacional, y el papel moneda, sostenía, permitía que el comercio se desarrollase sin inmovilizar gran parte de la riqueza de un país en una "reserva muerta" de plata y oro.

Entonces, ¿por qué destrozamos las tierras altas de Papúa Nueva Guinea para aumentar nuestra reserva muerta de oro y, lo que es aún más chocante, tenemos potentes ordenadores funcionando sin interrupción para engrosar una reserva muerta de dígitos?

Si preguntamos a los obsesos del oro, responderán que el papel moneda proviene de los Gobiernos, y que no se puede confiar en que estos no devalúen sus monedas. Sin embargo, lo curioso es que después de tanto hablar de devaluación, esta resulta muy difícil de encontrar. No se trata solo de que después de años de serias advertencias sobre la inflación desbocada, en los países avanzados la inflación sea sin lugar a dudas demasiado baja, y no demasiado alta. Incluso desde una perspectiva mundial, los episodios de inflación verdaderamente elevada se han convertido en algo poco frecuente. Así y todo, la propaganda de la hiperinflación florece sin cesar.

El atractivo del bitcoin parece proceder más o menos de las mismas fuentes, a lo que se añade la sensación de que es de alta tecnología y algorítmico, de manera que tiene que ser la tendencia del futuro.

Pero no permitamos que los sofisticados atributos nos confundan: lo que realmente está teniendo lugar es un viaje hacia los días en los que el dinero era algo que podías hacer que tintineara en el bolsillo. Tanto en el trópico como en la tundra, por alguna razón estamos cavando nuestro camino de vuelta al siglo XVII.

(Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008. © 2013 New York Times)

De lo "cuántico" a lo "cuéntico": en fin, ustedes deciden (cómo gastar su dinero "real")

– ¿Es recomendable usar Bitcoin? (Libertad Digital – 29/12/13) Lectura recomendada

Aunque comprendamos cómo funciona y cuál es su estado actual, es difícil predecir qué será de Bitcoin y saber si debemos comprar bitcoins y usarlos.

(Por Daniel Rodríguez Herrera)

Para poder operar con bitcoins necesitamos primero un monedero. Los hay de dos tipos: un programa en el ordenador o un servicio web. Una vez que lo tienes puedes empezar a operar en sitios web como Mt.Gox, que son casas de cambio que permiten usar otras divisas para comprar y vender bitcoins. Y una vez los tienes, puedes usarlos para comprar cosas, atesorarlos o especular con ellos.

¿Es seguro?

Aunque el sistema Bitcoin en sí es seguro, existen numerosos riesgos cuando se emplea en la práctica, no muy distintos al uso de banca online o comercio electrónico, pero algo mayores debido al anonimato del sistema: es mucho más difícil, y en muchos casos imposible, probar que unos bitcoins son tuyos si alguien te los roba.

Si usas como monedero un programa como Multibit en tu ordenador o una app en el móvil como Bitcoin Wallet tienes el riesgo de que tu dinero esté asociado a ese dispositivo electrónico. Si lo pierdes, te lo roban o se estropea puedes perder los bitcoins que tenías en él. Existen algunos mecanismos para reducir ese riesgo, como almacenar cifradas tus claves en un USB o en algún servicio en la nube tipo Dropbox o, incluso, anotar tus claves pública y privada en papel.

Otra opción para evitar ese riesgo es emplear un monedero en la web, protegido con los clásicos usuario y contraseña. Pero ahí tienes el riesgo que también sufres en la banca en internet: si alguien consigue tu usuario y contraseña te puede quitar todo el dinero, y si alguien logra hackear el monedero web puede conseguir todos los usuarios y contraseñas. Es más, ha habido un caso de una web china que servía de monedero cuya misión en realidad era robar a sus propios usuarios; después de operar durante un tiempo y hacerse popular se quedó con todo el dinero que tenían.

Si finalmente Bitcoin logra tener una aceptación y uso generalizados, es probable que los mismos bancos ofrezcan un monedero con la protección añadida de que ellos sí pueden asignar nuestros bitcoins a nosotros. Pero mientras eso suceda, y aunque tenga sus desventajas, lo mejor es guardar nuestros bitcoins en nuestro ordenador, protegerlo con un buen antivirus y guardar alguna copia en lugar seguro y desconectado de internet, como un papel.

¿Es práctico?

Es una moneda electrónica y en sí mismo puede llegar a ser tan práctico como utilizar la banca y el comercio electrónicos. Los pagos no son instantáneos, así que se parecen más a transferencias que al uso de la tarjeta de crédito. Sin embargo, actualmente fluctúa tanto que utilizarlo como medio de intercambio es poco práctico, ya que el dinero que estás pagando puede tener un valor muy distinto incluso durante el mismo día. Además, no hay muchos comercios que lo acepten.

La mayor amenaza que tiene Bitcoin son los Gobiernos

Si emplearlo como moneda no es muy aconsejable, ¿lo es invertir en él o atesorarlo para disponer de él en un futuro, al estilo de meter el dinero en un calcetín bajo la cama? Depende del riesgo que se quiera asumir. No existe ninguna garantía de que Bitcoin vaya a valer algo en el futuro, de modo que utilizarlo, como hacen algunos con el oro, para disponer de una parte de tu patrimonio en algo seguro que siempre valdrá algo es absurdo. Invertir en él también es arriesgado, porque ahora mismo no parece haber una tendencia firme en su valor, de modo que operar con él es una labor puramente especulativa, de intentar tener suerte comprando barato y vendiendo caro.

¿Puede sustituir a las monedas tradicionales?

El objetivo de Bitcoin es convertirse en dinero, y si lo hiciera podría convertirse en una divisa real, como los euros o los dólares. Sin embargo, parece difícil que los Gobiernos acepten emplear una moneda que no pueden controlar, de modo que el pago de impuestos seguirá haciéndose con euros. Es más, dado que es relativamente sencillo eludir impuestos mediante el uso de bitcoins, podrían poner más de un problema regulatorio. China, sin ir más lejos, poniendo la excusa de proteger a sus súbditos, está prohibiendo progresivamente su uso. Los países nórdicos ya se están moviendo para su regulación. En general, los Gobiernos son el mayor peligro para Bitcoin y podrían regularlo tan estrictamente que su uso quedara limitado básicamente al mercado negro.

Cada comercio que decide aceptar bitcoins es un paso adelante para su regularización. El mayor respaldo que podría recibir Bitcoin, de hecho, es que algún grande de internet como Amazon o Paypal aceptara su uso. Se extendería su empleo como moneda, se reduciría su volatilidad y tendría más sentido resguardar nuestro patrimonio cambiando nuestros euros por bitcoins. Sin embargo, su uso seguiría estando restringido a internet. Se podría extender a las tiendas de ladrillo mediante tarjetas de crédito o débito, y los bancos podrían emitir monedas y billetes físicos al igual que hicieron hace siglos con el oro, bajo la promesa de pagar al portador una cifra en bitcoins.

En cualquier caso, aun cuando tuviera todo el éxito del mundo y todo le saliera bien aún quedaría mucho camino por recorrer para que se use en el día a día e incluso se paguen sueldos en bitcoins. Quizá no suceda nunca y Bitcoin se limite a ser un sistema de pago electrónico internacional y sin tarifas.

¿Inventarán algo que lo ponga en la picota?

En realidad, sí. Aunque todo el sistema de firmas digitales y funciones hash es seguro con los ordenadores tradicionales, existe un paradigma distinto llamado computación cuántica con el que todo este sistema se vería en grave riesgo. Aunque los ordenadores cuánticos presentan numerosos problemas prácticos, tienen la virtud de ser capaz de realizar la misma operación simultáneamente con distintos operandos.

Esto implicaría que tanto las pruebas de trabajo con funciones hash como la seguridad de la firma digital podrían ser resueltas de forma casi inmediata cuando estos ordenadores funcionasen de forma práctica y tuviesen la potencia suficiente, momento en el cual la red Bitcoin perdería algunas de las características que la hacen segura. El proceso de añadir transacciones al libro de contabilidad mediante funciones hash seguramente permanecería íntegro, aunque la dificultad impuesta por la red aumentaría tanto que sólo los nodos cuánticos serían capaces de afrontar los cálculos. Pero las firmas quedarían al aire.

No obstante, si un 51% de los nodos mineros se ponen de acuerdo para cambiar Bitcoin pueden hacerlo. Es casi imposible que lo hagan para nada, pero una amenaza existencial como ésta previsiblemente lo conseguiría. Como a la computación cuántica aún le queda alguna década que otra hay tiempo para buscar un sistema distinto a las firmas digitales actuales y ponerlo en marcha.

El banco central pide al comercio que no apoye la moneda virtual (chau "mineros")

"Taobao.com, la mayor plataforma de comercio electrónico de China, especializada en intercambios entre particulares, ha prohibido tanto la utilización y la compraventa en su portal de la moneda virtual bitcoin como del software y los materiales de hardware necesarios para su creación"… La china Taobao.com prohíbe el bitcoin (El País – 9/1/14)

"En un esfuerzo para promover el crecimiento saludable del mercado del comercio en línea, y para proteger de manera más eficaz los intereses de nuestros consumidores, Taobao hará varios ajustes de acuerdo con las regulaciones y políticas estatales pertinentes", explicó la compañía mediante un comunicado.

La firma, que depende del gigante chino del comercio electrónico Alibaba, hará efectivas estas prohibiciones a partir del 14 de enero (2013), en línea con las recientes indicaciones del banco central chino, que pidió en diciembre a los proveedores de servicios de pago electrónico seguro por internet que dejaran de apoyar la bitcoin.

El subdirector del Banco Popular de China, Zhou Jinhuang, ordenó en diciembre (2013) a una decena de directivos de plataformas de sistemas de pago electrónico, como la popular Alipay, también del grupo Alibaba, que dejen de dar servicio para el comercio de monedas virtuales antes del Año Nuevo Lunar chino (finales de enero).

De esta manera, los particulares y tiendas virtuales que utilicen Taobao para intercambiar bitcoins, litecoins o cualquier otro tipo de moneda basada en sistemas informáticos criptográficos, así como software o hardware para su "minería" (creación encriptada de nuevas monedas virtuales) podrán ser expulsados de la plataforma.

Cuando se anunciaron las medidas empujadas por el banco central, el pasado 18 de diciembre (2013), los precios de la bitcoin llegaron a caer en China hasta los 2.560 yuanes por unidad (305 euros, 421 dólares), aunque luego volvieron a remontar, hasta alcanzar el lunes los 5.970 yuanes por bitcoin (726 euros, 986 dólares).

Esto se produjo gracias a la progresiva aceptación internacional de la moneda virtual en transacciones comerciales, aunque en China, al contrario que en el resto del mundo, la mayoría de los usuarios que han comprado bitcoins lo hizo para especular, lo que ha hecho también que la "minería" sea especialmente popular en el país.

Tras el anuncio de Taobao, los volátiles precios de la bitcoin en China han llegado a caer hasta 4.718 yuanes por moneda virtual en las últimas horas (574 euros, 779 dólares), aunque hoy rondan ya los 4.900 (596 euros, 809 dólares).

Mientras el banco central chino trata de anular toda vía de comercio de bitcoins dentro de su país, en las últimas semanas portales como la plataforma de juegos sociales en línea Zynga.com y la web de comercio electrónico Overstock, accesibles desde China, han empezado a aceptar también la moneda virtual.

"Si nos fijamos en las acciones del Gobierno (chino), no han bloqueado completamente la bitcoin, pero la han convertido en algo increíblemente difícil de intercambiar", explicó recientemente a Efe el especialista en esta materia Zennon Kapron, director de la firma de investigación financiara Kapronasia, con sede en Shanghái.

Durante 2013 se llegó a especular con que Pekín apoyaría el uso de la bitcoin como una alternativa internacional al dólar, recordó, lo que Kapron no consideró "realista", ya que ahora se ha comprobado que "al Gobierno chino no le gusta lo que no puede controlar".

"Si vamos a ver algo en el futuro próximo (en relación con la bitcoin) será algo que el Gobierno pueda controlar", aseguró.

Las medidas de Pekín sí servirán, indicó, para eliminar gran parte de la inversión especulativa de China en la moneda, lo que contribuirá a la estabilización de la moneda virtual.

Un auténtico "cantamañanas" (primero el dólar, luego el bitcoin, y nuevamente el dólar)

– Matthew Lynn: el mundo volverá a querer al dólar (El Economista – 13/1/14) Lectura recomendada

El gobierno es susceptible de bloqueos ocasionales. El déficit comercial y el presupuestario llevan una década descontrolados. Las últimas guerras que ha librado han sido una chapuza y el banco central se ha pasado cinco años imprimiendo más dinero del que parecía posible. Durante la última década no han faltado motivos para que el resto del mundo se desentienda del dólar.

Pero en 2014 eso va a cambiar y cómo. El dólar volverá a arrasar por tres razones. Primero, el crecimiento de EEUU será el mayor del mundo desarrollado, incluso más que el de muchos países emergentes.

Segundo, la Reserva Federal reducirá como mínimo el ritmo de la flexibilización cuantitativa, incluso si no se acaba librando de ella del todo.

Tercero, ha aumentado el riesgo de crisis geopolítica en varias partes del mundo y, en tiempos de crisis, los inversores siempre huyen de vuelta al dólar. El resultado neto será el gran retorno de la moneda americana.

La desilusión

Abundan las pruebas de que el mundo se ha ido desilusionando poco a poco con el dólar. En los primeros años desde su aparición en 1999, el euro ganó bastante atractivo como alternativa y acaparó una cuota creciente de las reservas de los bancos centrales, pero la crisis de la moneda única ha hecho que haya dejado de ser una alternativa seria.

Después, el oro subió en valor cuando los inversores buscaron un depósito sustituto pero el metal precioso perdió gran parte de su atractivo el año pasado. En los últimos meses, incluso las bitcoins han florecido como alternativa pero por muy fascinante que sea la moneda digital, sigue siendo demasiado rara como para rivalizar en serio con el dinero tradicional.

No es difícil entender por qué los inversores quisieron diversificar fuera del dólar. La divisa consolidó su posición como moneda de la reserva global justo después de la II Guerra Mundial, cuando EEUU solo representaba casi el 80 por ciento del PIB mundial. Por muy bien que le hubiese ido al país, la cuota sólo podía menguar cuando el resto del mundo se recuperase y EEUU añadió algún que otro problema por su cuenta.

Una crisis financiera, un banco central poco preocupado por el valor de la moneda y un sistema político que desde fuera parece totalmente disfuncional. Todo eso ha contribuido al declive de la moneda. El año pasado, incluso el euro ha estado fuerte contra el dólar, aunque cueste pensar una razón convincente para comprar moneda única europea.

Llega el cambio

Este año, todo eso va a cambiar. Aquí está el porqué. En primer lugar, la economía de EEUU parece encaminada a convertirse en la más sólida del mundo desarrollado en el año que empieza. Cualquier sorpresa será seguramente favorable. Las últimas cifras trimestrales indican que EEUU crece a un saludable 4,1%.

Evidentemente, podría sólo tratarse de un buen trimestre que no va a durar pero el impulso es la fuerza más importante de la economía y ahora mismo está de su lado. Los precios de la vivienda se recuperan bruscamente y todavía les queda mucho camino por recorrer. El empleo crece y si se consiguen crear bastantes puestos de trabajo, las empresas hasta podrían verse obligadas a subir los sueldos porque tendrán que volver a competir para atraer personal. La deuda de los hogares se empieza a controlar, creando margen para más gasto de los consumidores. Todo apunta a que la cifra del último trimestre ha sido una señal de un crecimiento más alto futuro y no sólo casualidad.

En segundo lugar, la Reserva Federal ha empezado a retirar la flexibilización cuantitativa. Aún queda por ver si se mantiene. En dos décadas de experimentos en Japón con la flexibilización cuantitativa, se ha cerrado el grifo muchas veces para después volverlo a abrir rápidamente otra vez. En los próximos seis meses, con unos datos de crecimiento más fuertes, es probable que se siga reduciendo el estímulo. Mientras el Fed retira la flexibilización, otros bancos centrales la aumentarán.

El Banco de Inglaterra podría abrir fuego pero el japonés seguramente aumente sus compras de activos, tanto para sostener una recuperación tímida como para mitigar los efectos de la subida del impuesto sobre la venta. El Banco Central Europeo podría acabar viéndose obligado a desatar la flexibilización para rescatar a una economía francesa que se hunde y a una periferia en apuros. En comparación, la próxima presidenta del Fed, Janet Yellen, se parecerá a Friedrich Hayek en su compromiso con la disciplina monetaria. Los mercados monetarios odian la flexibilización cuantitativa y eso también favorece al dólar.

Por último, ha crecido el riesgo de crisis geopolítica. Varios focos están que arden. Hay tensiones entre China y Japón, adversarios históricos por el control del Asia oriental. Corea del Norte podría estar al borde de una implosión muy fea. La guerra civil siria continúa haciendo estragos y podría salpicar más allá de sus fronteras en cualquier momento. Turquía se ha visto golpeada por una segunda crisis política en menos de un año. Una tercera sería fatídica para el gobierno actual. Nadie sabe cuándo esos conflictos en ebullición se convertirán en guerras pero lo que sí es seguro es que no hace falta más que una gran crisis geopolítica para que los inversores huyan de vuelta a la seguridad del dólar.

Poco les importa necesariamente a los inversores de EEUU. Los mercados americanos parecen estar valorados más que justamente pero para los inversores del resto del mundo, los títulos estadounidenses e incluso los bonos siguen siendo atractivos, aunque sólo sea por sus probabilidades de ganar con el ascenso de la moneda incluso si los índices no acaban el año mucho más altos.

El mercado de EEUU ha estado impulsado por las compras internas en 2013; en 2014 serán las extranjeras las que le empujen más arriba. La moneda americana sigue en declive a largo plazo como moneda de reserva internacional y un par de meses buenos no lo van a cambiar. La cuota estadounidense de la producción global se reduce constantemente con cada año que pasa pero eso no significa que no pueda escenificar subidas en un mercado bajista. Y eso es lo que pasará este año.

(Matthew Lynn. Director ejecutivo de la consultora londinense Strategy Economics)

Arreando la manada: continúa el programa de aplausos (que por "palmeros" no sea)

– Nada frena el auge del Bitcoin (elmundo.es – 2/2/14) Lectura recomendada

(Por Pablo R. Suanzes)

Una moneda. Una criptodivisa. Un sistema de pago. Una materia prima. Un activo refugio. Una commodity. Una entelequia. Una tecnología. El engranaje de una estafa piramidal. Una herramienta para el mercado negro. Qué es exactamente Bitcoin no está muy claro, pero de lo que no hay ninguna duda es de que se trata de un fenómeno a escala mundial y que no para de crecer. Y como todo lo que no nace del Estado ni está sometido de forma estricta a su control, inquieta mucho.

edu.red

Bitcoin es, simultáneamente, por lo menos dos cosas: una moneda virtual y una red descentralizada para hacer o recibir pagos. Y cuanto más se habla de él, más crece (hay una relación casi perfecta entre el número de búsquedas en Google de la palabra y cotización).

Para empezar a usarlo basta con descargar un monedero digital y gratuito para móvil o tableta. O instalar un programa en el ordenador. O acceder desde una web como Coinbase, que ya tiene más de 1,5 millones de usuarios. Con ese monedero, asociado a un número personal de cuenta, se pueden recibir y enviar monedas, con las que pagar en tiendas, restaurantes, agencias de viajes, empresas, etcétera.

¿Cómo se consiguen los bitcoins?

¿Cómo se consiguen los bitcoins? Se pueden regalar. Se pueden comprar (mediante una transferencia desde el banco o en efectivo a alguien que los posea y que los remita a tu monedero), se pueden adquirir en cajeros automáticos (donde ingresas, pero no sacas) o se pueden fabricar. Los bitcoins no dependen de ninguna autoridad, de ningún banco central. Se crean de la nada y ya desde el inicio está establecido su máximo para controlar la masa monetaria: nunca habrá más de 21 millones de unidades en circulación.

Los bitcoins nacen mediante minería. A través de complicados cálculos matemáticos se resuelven ecuaciones que dan vida a bitcoins. Un ordenador personal tardaría muchísimo tiempo en completarlas, así que se puede tener paciencia, se pueden unir diferentes usuarios individuales en pools, para combinar la potencia de cálculo de sus equipos. O se pueden adquirir dispositivos específicos de minería. El modelo Neptune, de KnCMiner, uno de los últimos en salir al mercado, se vende por ejemplo a 9.995 dólares más impuestos.

Una moneda virtual y una red descentralizada para hacer o recibir pagos

El proyecto y la tecnología de Bitcoin nacieron de la mano de Satoshi Nakamoto, pseudónimo de una persona o grupo, entre 2008 y 2009. Creció lentamente y en 2013 se disparó su éxito (ver gráfico). En las últimas semanas, gobiernos y bancos centrales de todo el mundo han reaccionado, a mayor o menor escala, contra los bitcoins y sus semejantes. Alertan de la volatilidad, del riesgo, de los vacíos legales. Pero, de momento, nadie puede con el fenómeno.

El lunes, el Banco Central ruso, en medio de una crisis profunda del rublo, que ha perdido más de un 5% de su valor en lo que va de año, advirtió a los ciudadanos de que el bitcoin es "un sustituto del dinero legal", y por tanto contrario al artículo 27 de la Ley Federal. Además, el regulador, avisaba de que por la "naturaleza virtual" del bitcoin, los rusos podrían verse involucrados consciente o inconscientemente en "actividades ilegales como el lavado del dinero de bandas criminales o financiando el terrorismo". Advertencia clara.

Otro caso es el alemán. Si bien el pasado verano reconocía a esta tecnología como "unidad de cuenta" legal, esto es, un tipo de dinero "privado" aceptado para algunas operaciones, y por lo tanto sujeto a algún tipo de gravamen específico, el Bundesbank ahora alerta de que "debido a su constitución, y como consecuencia de su volatilidad, los bitcoins son altamente especulativos".

Dinamarca considera inestable este tipo de divisas virtuales (hay más de 120 en funcionamiento en realidad, de los que Bitcoin es la más popular) pero estima que las empresas no necesitan, por el momento, permisos ad hoc para intercambios económicos. China sacó una nota recientemente indicando a sus bancos que no hagan transacciones con bitcoins ni hagan fondos de inversión, por ser algo muy especulativo e incierto. Las casas de cambio echaron el freno y en un día la moneda virtual pasó de 1.200 a 500 dólares, aunque se ha recuperado y las autoridades han aflojado la presión.

Hace un año cada unidad se podía cambiar por 30 dólares. Hoy, roza los mil

Según Bitlegal, a nivel mundial, sólo dos países, Islandia y Tailandia, mantienen una postura abiertamente "hostil". La isla prohíbe a las entidades domésticas comprar bitcoins de bancos de fuera del país, de acuerdo a la normativa de control de capitales instaurada en 2008. En el reino asiático el intercambio y la mayoría de operaciones tampoco se permiten. En India no han sido proscritas, pero antes de Navidades el banco central alertó de que los actores estaban actuando sin licencia, e "importantes negocios vinculados a los bitcoins" fueron inspeccionados por la Policía y Hacienda.

A nivel supranacional, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) advirtió el 13 de diciembre del peligro de "comprar, tener o intercambiar divisas virtuales", ahora que gozan de "creciente popularidad", pues "la legislación no protege a los consumidores". Además de que deberían estar sometidos a algún tipo de imposición tributaria. El sentimiento en los mercados es más variado. Durante muchos meses se observó el fenómeno de la divisa virtual como algo minoritario, residual y sospechoso. Gigantes como Warren Buffett han prometido que no invertirán uno solo de sus dólares en ello. El último premio Nobel de Economía, Robert Shiller, experto en burbujas financieras, aseguró este mismo mes en el encuentro del Foro Económico Mundial, en Davos, que "Bitcoin es un ejemplo increíble de burbuja". Pero poco a poco cada vez más grandes actores participan en el debate.

Más de 12,25 millones de bitcoins en circulación

Félix Moreno, de la Bitcoin Foundation en España, señala que "efectivamente la red Bitcoin sigue siendo pequeña y vulnerable, no llega aún a los 10 millones de usuarios y está sujeta a muchas incertidumbres. Sin embargo eso es una preocupación para los inversores y especuladores; los usuarios pueden aprovechar la tecnología de Bitcoin y la red de pagos sin sufrir ningún riesgo de tipo de cambio, gracias a empresas como Bitpay o Coinbase que realizan la conversión a moneda local de forma instantánea y automática".

Hoy hay cerca de 200.000 usuarios en todo el mundo que operan con ella a diario

En la actualidad hay más de 12,25 millones de bitcoins en circulación. La Fundación calcula que hay cerca de 200.000 usuarios en todo el mundo que operan con ella a diario y cerca de 10 millones que lo hacen esporádicamente. En el último año se han registrado entre 60.000 y 70.000 operaciones diarias y hay decenas de miles de tiendas, restaurantes, páginas web, agencias de viajes y hasta centros educativos que lo aceptan como forma de pago. Lo que fue algo marginal para usuarios avanzados de la red se ha expandido por todo el mundo. Y el precio se ha disparado. El viernes, al cierre de esta edición, un bitcoin se valoraba en el mercado a 930 dólares. Hace justo un año, en 30. Cuando nació, cinco centavos de dólar.

Moreno de la Cova destaca que "lo revolucionario es la tecnología para enviar dinero por internet. Un avance que va a cambiar muchísimas cosas". Bitcoin, en ese sentido, sería un paso en el camino, pero no el definitivo. "¿Bitcoin moneda única? Se equivocan mucho los que lo ven así. Ha sido el primero masivo y será líder durante años, pero no creo que en el 2140 sea la única. Nos gusta la competencia".

Porque la hay, y cada vez más. Al menos 120 copias que hacen la competencia, replican lo mejor y trabajan para eliminar algunas de las deficiencias. Y hay, de forma creciente, competencia a nivel más institucional. La Reserva Federal de EEUU se plantea la viabilidad de "una moneda electrónica que aproveche sus ventajas y lo haga mejor. Canadá intentó una moneda electrónica que fue un fracaso". JP Morgan ha registrado la patente de un sistema de pago que permitiría efectuar pagos de forma anónima, sin comisiones. Y los grandes bancos españoles siguen muy de cerca estos sistemas.

¿Es todo ideal? El criptógrafo Adi Shamir, tras analizar decenas de miles de transacciones, denunció que apenas el 20% de los bitcoins realmente se mueve y que un número extremadamente reducido de propietarios controla la mayoría. Seguramente los que antes llegaron, cuando la minería era más sencilla y rápida, y ahora pueden vender y hacerse ricos. ¿Esquema Ponzi virtual?

Algunos no quieren "escuchar" los aplausos: "cerco ruso al bitcoin"(y mira tú, que estos "pájaros" saben de lavado, usos ilegales y actividades terroristas)

"Tras la prohibición de las autoridades chinas hace unos meses, ahora llega la prohibición en Rusia mientras aumentan las detenciones en Estados Unidos de personas ligadas a las transacciones con esta moneda virtual"… Rusia prohíbe el bitcoin (El País – 10/2/14)

Las autoridades rusas han advertido que el bitcoin se emplea para el lavado de dinero o para financiar operaciones terroristas y que su uso es ilegal. "Los sistemas para pagos anónimos y las cibermonedas no pueden ser empleadas por los individuos o entes legales", señaló el Gobierno de Rusia. "El rublo es la única moneda oficial", advirtió el Fiscal General del Estado.

A finales del mes de enero (2014), el banco central ruso advirtió que el bitcoin era altamente especulativo y que quienes lo emplean corren un alto riesgo de perder su dinero. Efectivamente en los últimos días, el bitcoin ha perdido una cuarta parte de su valor. El 7 de febrero (2014) la principal casa de transacciones de bitcoins, Mt.Gox, suspendía su actividad por cuestiones técnicas, según la empresa, y desde ese día el valor de la moneda que estaba por encima de los 900 dólares ha caído a los 650 dólares.

A la vez, en Estados Unidos, se suceden detenciones de personas acusadas de blanquear dinero con bitcoins. En Florida fueron detenidas dos personas a principios de febrero (2014) por esta acusación; en semanas anteriores, el vicepresidente de la Fundación Bitcoin también fue detenido en relación con el cierre del sitio SilkRoad, donde se venden drogas con esta moneda.

La moneda virtual pierde un 50% de su valor en tres meses coincidiendo con varias detenciones y prohibiciones

"El martes por la mañana, la moneda virtual cotizaba en Mt.Gox, principal casa de intercambio, a 433 euros y en BTC-E a 520 euros. La oscilación de esta moneda virtual ha sido una constante a lo largo de su historia, pues en seis meses ha variado entre un mínimo de 85 dólares (62 euros) y un máximo de 1.163 dólares (850 euros), sin embargo en el último mes se mantenía estable en torno a los 900 dólares"… El bitcoin baja del listón de los 500 (El País – 11/2/14)

El viernes 7 de febrero (2014), esa normalidad se rompía al detectarse en Mt.Gox una actividad "inusual", por lo que sus responsables decidieron paralizar el intercambio hasta el lunes y así aclarar el origen de esos movimientos. Pero el lunes anunciaron un aplazamiento sin fecha. Entonces la moneda se desplomó hasta un mínimo de 500 dólares, bajando un 27% desde el precio final del viernes que era de 692 dólares.

"Ese problema técnico es de una intensidad mucho mayor que las que hemos visto en el pasado", declaró a Reuters Sebastien Galy, analista de Societe Generale en Nueva York. "El mercado puede darse cuenta de que hay cuestiones que son específicas de estas formas de monedas".

El bitcoin en los últimos meses siguió ganando aceptación en las transacciones físicas habituales, al aceptarse en varios casinos de Las Vegas y en los abonos de entradas del equipo de baloncesto Sacramento Kings.

Mt.Gox explicó que un "error en el software del bitcoin" podría permitir la alteración de la transacción. Alguien en la red puede alterar detalles del intercambio para que parezca que una transferencia de bitcoins de una billetera digital a otra no se ha producido cuando en realidad sí se había hecho, lo que induce a repetir la operación.

CoinDesk, que lanzó el Índice de Precios Bitcoin en septiembre (2013), ha retirado a la casa Mt.Gox de su índice por su "persistentes fracasos para cumplir con los estándares del índice".

En el índice de CoinDesk el precio del bitcoin fue menor, pero no por tanto como en Mt.Gox. Se pagaba la moneda a 667,79 dólares en la tarde del lunes, un 5% menos que al cierre del viernes. En cualquier caso muy inferior a los más de mil dólares que llegó a cotizar en enero.

La detención de un defensor prominente del bitcoin hace unas semanas ha añadido incertidumbre a la moneda. Charlie Shrem, operador de la empresa de intercambio Bitinstant, fue acusado por los fiscales de Estados Unidos de blanqueo de dinero en el sitio Silk Road. Al día siguiente, Shrem renunció como vicepresidente de la Fundación Bitcoin, un grupo de defensa y promoción de esta moneda virtual.

Defensa "académica" del bitcoin: "disparen contra el Estado" (en mi humilde opinión: cuando los "liberales" se transforman en "liberticidas"). Juzguen ustedes mismos

– Aceptar el bitcoin (Project Syndicate – 12/2/14) Lectura recomendada

(Por Garrick Hileman)

Londres.-La moneda de Internet, el bitcoin, está rodeada de incertidumbre. ¿Es una burbuja especulativa? ¿Es de verdad tan anónima como sus defensores afirman? ¿Se puede de verdad usarla para comprar la legendaria variedad "viuda blanca" de marihuana o para contratar a un asesino a sueldo?

Ésas son indudablemente preguntas interesantes, pero están desviando la atención de los debates, más importantes, sobre las posibilidades del bitcoin para impulsar la innovación en el sector financiero.

En realidad, el bitcoin es tan innovador, que, además de alterar las convenciones monetarias, ha transcendido incluso las ideologías partidarias. De hecho, el premio Nobel de economía Paul Krugman y el icono del Tea Party, Ron Paul, se oponen diametralmente en casi cualquier cuestión, exceptuado el bitcoin (que desagrada profundamente a los dos).

Y, sin embargo, los oponentes del bitcoin deberían preguntarse cómo se podrían aplicar a la reforma del sistema financiero mundial las innovadoras ideas que subyacen a él. Aunque la crisis financiera de 2008 reveló profundas deficiencias institucionales, la reacción ante ella -incluidas salvaguardas reguladoras intensificadas como la Ley Dodd-Frank en los Estados Unidos y la normativa bancaria de Basilea III- no han hecho realidad la transformación necesaria. Asimismo, los movimientos de protesta como Occupy Wall Street, encaminados a dar a conocer -y en última instancia- reformar la cultura financiera, han dado resultados desiguales.

Pero el caso es que nadie -excepto tal vez la pequeña camarilla de quienes tienen información financiera confidencial, que se ha beneficiado enormemente de los rescates financiados por los contribuyentes- debe estar satisfecho con el sistema actual, entre otras cosas porque no es de descartar otra crisis, muy probablemente acompañada de más rescates bancarios, en un futuro no demasiado lejano.

Si bien no se puede saber el momento exacto del próximo colapso, una cosa es segura: el examen de cuál tipo de sistema financiero sería más útil para el mundo en el siglo XXI estaría incompleto sin el bitcoin. Al fin y al cabo, la tecnología en la que se basa podría no sólo reducir el riesgo sistémico al crear salvaguardas que protejan el sistema de pagos contra actividades financieras útiles, pero imprevisibles; además, podría desempeñar un papel importante dando un impulso, muy necesario, al crecimiento económico.

Las entidades financieras hacen esencialmente de casamenteras, al relacionar a inversores, prestatarios y ahorradores y registrar lo que las personas poseen y deben. A cambio de esos servicios, los profesionales financieros reciben compensaciones generosas. Así, pues, preguntar si los considerables sueldos de los banqueros son justos es preguntarse cuánto valor crea la función de casamenteros financieros, para lo que no hay una respuesta sencilla. Lo que está claro es que, al permitir que una mayor proporción de riqueza se canalice hacia la inversión y otras actividades económicas productivas, un sector de servicios financieros más eficiente impulsa el crecimiento económico.

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Dicho de otro modo, se puede considerar el sector de servicios financieros algo así como un impuesto al resto de la economía y, en vista de los grandes costos de los sistemas financieros anticuados, costosos e ineficientes -en Londres, por ejemplo, los cheques en papel deben enviarse físicamente de un banco a otro, lo que significa que la transferencia de los fondos tarda entre cinco y seis días-, cuanto menor sea el sistema financiero, redundará en mayor provecho para todos.

La ineficiencia del sistema financiero mundial no es simplemente consecuencia de normas y estructuras obsoletas; también la búsqueda del beneficio es un factor importante. Aunque las autoridades británicas anunciaron recientemente que se aboliría el traslado de cheques físicos, seguirá existiendo un retraso de dos días para la compensación de cheques. Como sería fácil hacer electrónica y casi instantáneamente la lectura óptica de imágenes de cheques, el persistente retraso sólo se puede explicar mediante la "flotación", es decir, el interés obtenido reteniendo el dinero durante el mayor tiempo posible.

La flotación es simplemente una de las numerosas formas como el sector de servicios financieros extrae recursos de la economía. El cargo de entre tres y cinco por ciento aplicado por las empresas de tarjetas de crédito asciende a varios centenares de miles de millones de dólares de beneficios anuales para empresas como Visa y MasterCard. Los recargos por las transferencias telegráficas y por los tipos de cambio de las divisas pueden ascender fácilmente al 10 por ciento o más por transacción, sin contar con que las interrupciones y los procedimientos complejos pueden hacer aún más costosos dichos servicios.

Pero hay razones para abrigar esperanzas. Con las innovaciones introducidas por el bitcoin, se pueden eliminar en gran medida los recargos, retrasos y otras ineficiencias que sirven para llenar los bolsillos de quienes prestan los servicios financieros.

Antes de los debates celebrados en el Senado el pasado mes de noviembre, el ex Presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke escribió una carta a los senadores en la que les decía que el bitcoin puede representar "una promesa a largo plazo, en particular si esa innovación fomenta un sistema de pagos más rápido, seguro y eficiente". Justo en ese momento, el gigante de la venta al por menor Target fue pirateado electrónicamente: un episodio más de una larga lista de robos en gran escala de datos financieros.

No cabe duda de que el bitcoin, con su capacidad para el anonimato, podría contribuir a dar mayor seguridad al sistema financiero mundial, con lo que libraría a los consumidores y las empresas de grandes molestias y gastos. Al mismo tiempo, ofrece una reserva de valor y su utilización como medio de intercambio está aumentando constantemente.

Pero tal vez la innovación más apasionante que ofrece el bitcoin es una base de datos de transacciones: un programa de intercambio de archivos que mantiene un registro de todas las transacciones y de lo que posee cada cual. Dicha base de datos desempeña esencialmente la función de "libro mayor" que corresponde actualmente a los bancos, pero a un costo muy inferior para los consumidores y las empresas.

El bitcoin, propulsado por un algoritmo libre y mantenido por quienes optan por descargar el programa libre, representa un regreso a un planteamiento comunitario del dinero y de la banca, con servicios financieros más estrechamente conectados con sus usuarios. Los gestores de terceros grandes y monolíticos como los bancos actuales "demasiado grandes para quebrar" desaparecerían. De hecho, con programas informáticos como la base de datos del bitcoin que propulsaran una nueva estructura financiera, "el pueblo" pasaría a ser en realidad el banco.

El bitcoin y su ecosistema están aún en formación y sólo el tiempo dirá si los niveles de precios actuales reflejan una burbuja especulativa, pero las innovaciones introducidas por el bitcoin pueden -y, por tanto, deben- desempeñar un papel transformador en la construcción de un sistema financiero menos costoso y más eficiente.

(Garrick Hileman, an economic historian at the London School of Economics, is the founder of MacroDigest.com)

– Bitcoin: una saludable amenaza para los Estados (Vozpópuli – 13/2/14)

(Por Juan Ramón Rallo) Lectura recomendada

Rusia acaba de prohibir Bitcoin, China lo hizo hace unos meses y los gobiernos occidentales se lo están planteando seriamente. Todos apelan a la necesidad de combatir el contrabando, pero ninguno dice la verdad. A la postre, extraña tanta unanimidad en este asunto cuando todos estos países ni siquiera se ponen de acuerdo a la hora de definir, y respetar, un mínimo de derechos humanos.

Sucede que no son los derechos de sus súbditos los que Bitcoin pone en jaque, sino su propia autoridad. No en vano, uno de los monopolios esenciales para todo gobierno con pretensiones absolutistas es el de la moneda: controlando la moneda pueden controlar el gasto agregado y controlando el gasto agregado pueden controlar la estructura de producción, a saber, qué bienes y servicios se producen o se dejan de producir.

Ha tenido que ser un ex empleado de la Reserva Federal, Mark Williams, quien haya tenido que reconocer finalmente la verdad (o parte de ella) en el Financial Times: "Los gobiernos deberían ser cautos a la hora de permitir la existencia de divisas virtuales mientras no sean capaces de garantizar que los bancos centrales serán capaces de conservar su poder". El contrabando, acarreando ciertos riesgos, es un problema muy secundario para Williams. Por supuesto, el articulista tampoco se sincera hasta el extremo de ligar su apasionada defensa del monopolio de la banca central con la necesidad de que los Estados mantengan sus autocráticos poderes: la suya es una argumentación más pretendidamente tecnocrática; una donde la legitimidad de las relaciones de poder es irrelevante y donde solo entran en consideración cuestiones eminentemente técnicas.

Así, según este exempleado de la Fed, Bitcoin es peligrosa porque "demuestra que podemos organizarnos sin un dinero emitido por el Estado", cuando semejante pretensión no pasa de ilusoria en la medida en que los gobiernos -y en concreto sus brazos armados, los bancos centrales- deben ocuparse de manejar la oferta monetaria y los tipos de interés para garantizar cierta calma macroeconómica en forma de estabilidad de precios, pleno empleo y crecimiento. En este sentido, la política monetaria óptima de una economía requiere de una amplia plantilla de trabajadores dentro de cada banco central que se dediquen específicamente a la complejísima labor de modelizar, comprender y responder al fluctuante comportamiento y las expectativas de los agentes económicos. En opinión de Williams, todo este proceso de análisis previo no es automatizable mediante el algoritmo contenido en ninguna divisa virtual existente o que pueda llegar a existir. Es verdad que, según él mismo reconoce, los bancos centrales fueron incapaces de prevenir la crisis que estalló en 2008, pero a su juicio ahora estaríamos sumergidos en una devastadora depresión de no ser por su decidida actuación desde entonces. En suma, que la adopción de Bitcoin nos llevaría al caos.

El análisis de Williams podrá parecer convincente a fuer de desideologizado, pero lo cierto es que incurre en una serie de errores básicos. El fundamental -del que emanan los demás- es el de confundir dinero y deuda: aunque a día de hoy se suele considerar que los euros o los dólares son el "dinero base" de una economía -y que ese dinero base es creado por el banco central en régimen de monopolio-, lo cierto es que los euros o los dólares son pasivos del banco central. Por dinero en sentido estricto sólo deberíamos entender aquel activo monetario que no es pasivo de nadie más: el oro en su momento y acaso Bitcoin en el futuro. En este sentido, pues, el banco central no ocupa el negocio de la producción y gestión del dinero, sino de la gestión de una parte de la deuda mediante la que coordina una sociedad.

El matiz es importante porque justamente ataca el núcleo de la crítica de Williams: que la estabilidad macroeconómica requiere de una "gestión científica" de la cantidad de dinero. No es así: mientras la cantidad de dinero no sufra de bruscas fluctuaciones, la estabilidad macroeconómica puede lograrse mediante una correcta administración cuantitativa y cualitativa de la oferta de crédito. De hecho, ni la mejor gestión posible de los bancos centrales hubiese podido batir los resultados que se obtuvieron con el patrón oro. Pero, y he ahí el principal error intelectual de los bancos centrales, esa administración del crédito ni puede ni debe ser una administración centralizada, ya que cualquier agente económico disfruta de la capacidad de otorgar crédito a sus pares (siempre que diferimos el momento del pago, estamos otorgando crédito). Al contrario, la administración por necesidad será descentralizada y, por tanto, lo que resulta necesario es que esa administración descentralizada esté sometida a sanos incentivos y contrapesos que eviten una gestión abusiva del crédito.

El principal de esos sanos incentivos y contrapesos es que los acreedores puedan controlar a los deudores: si se instituye un sistema monetario donde se anula la capacidad de fiscalización de los acreedores, por necesidad los deudores tenderán a multiplicarse hasta extremos marcadamente imprudentes e insostenibles. Y, justamente, el mayor mecanismo con el que cuentan los acreedores para controlar a los deudores es poderles denegar el crédito (ya sea exigiendo el pago de las deudas vencidas o no extendiendo nuevo crédito), para lo cual ha de existir alguna forma de "dinero base" que no esté basada en la deuda. Como decíamos, el oro o Bitcoin pueden aspirar a desempeñar ese papel, pues son activos que no son, simultáneamente, el pasivo de nadie más. Pero el euro o el dólar no, porque son deuda del banco central que éste puede crear sin otro límite que el repudio por parte de sus tenedores (tampoco serviría, por cierto, una moneda estatal que no fuera deuda, pero cuya cantidad la decidiera discrecionalmente el Estado en cualquier momento): si el banco central goza de la potestad de refinanciar ilimitadamente a los deudores, es obvio que el poder de los acreedores termina siendo aniquilado y que no hay ninguna manera, salvo la torpe regulación estatal, de restringir el crecimiento explosivo de la deuda.

Por eso las críticas de Williams son falaces: porque el problema no es que la Fed no fuera capaz de evitar la crisis de 2008, sino que fue su autora o, al menos, una de sus principales cooperadoras necesarias. Sin la Fed (y otros bancos centrales), la acumulación de deuda jamás habría alcanzado los niveles que alcanzó y, por tanto, el riesgo de colapso deflacionista -en cuya resolución Williams basa gran parte de su defensa del monopolio de la banca central- ni siquiera hubiera existido. Es verdad que incluso con libertad monetaria y bancaria puede haber pánicos bancarios -incluso pánicos bancarios importantes-, pero son pánicos perfectamente solventables por la propia industria bancaria.

En suma, un triunfo de Bitcoin (o un restablecimiento del patrón oro) no eliminaría la necesidad de una correcta gestión del crédito (que es, en el fondo, en lo que Williams está pensando): únicamente permitiría descentralizarla mucho más y, sobre todo, someterla a los contrapesos necesarios para que pueda tratarse de una gestión verdaderamente racional. Irónicamente, la defensa que hace el exempleado de la Fed de su empleador es el motivo principal por el que habría que cerrarlo: porque la Fed -en tanto deudora de primera instancia- no está sometida al control disperso de sus acreedores (en tanto no pueden forzar el pago de esos pasivos al no ser convertibles en dinero), de modo que no sólo tiene capacidad para seguir cebando extraordinariamente la oferta de crédito (a costa de sus acreedores), sino que incluso carece de bases contables para conocer cuándo está concediendo demasiado crédito y cuándo demasiado poco. Sin someter la deuda al dinero, la política del banco central no es ciencia, sino nigromancia: una nigromancia dirigida a apuntalar el poder del Estado.

Las fluctuaciones de su cotización y las suspensiones de transacciones avivan el debate en torno al papel que puede desempeñar la moneda electrónica (¿podrán los "académicos" negar la evidencia?)

"Un conocido inversor de Silicon Valley y un prestigioso bloguero de las finanzas se han enzarzado en una particular apuesta que recorre blogs y foros de los apasionados del bitcoin, moneda electrónica que no ha hecho otra cosa que generar debate desde su nacimiento en 2009. Ben Horowitz, que invirtió en plataformas como Facebook y Twitter cuando estas estaban naciendo, y Felix Salmon, conocido bloguero financiero de Reuters, se han jugado un par de calcetines de alpaca en torno al futuro de esta moneda cifrada y no regulada que se genera en Internet y que permite realizar pagos instantáneos en cualquier parte del mundo. Si dentro de cinco años un 10% de los norteamericanos han comprado algo con bitcoins, Horowitz habrá ganado. De lo contrario, lo habrá hecho Salmon"… Días complicados para "bitcoin" (El País – 16/2/14)

Lo de los calcetines de alpaca obedece a que una firma que los vende en Estados Unidos fue la primera en aceptar esta criptomoneda (moneda codificada) como medio de pago en su web.

La moneda electrónica atraviesa días duros. Mt Gox, una de las mayores plataformas de cotización de bitcoins, suspendía el 7 de febrero (2014) transacciones debido a problemas técnicos; Apple retiraba Blockchain, aplicación compatible con bitcoin; y, a mediados de febrero, Rusia prohibía el uso de esta moneda en su territorio, siguiendo así los pasos de China, que hizo lo propio a finales del año 2013.

Bitcoin es una moneda que permite transacciones entre usuarios vía P2P, intercambio de información entre iguales, cauce utilizado en el intercambio de archivos de cine y música.

La persona que los adquiere en Internet consigue una clave alfanumérica -letras y números- de entre 27 y 34 caracteres que le permite hacer pagos a otras personas que dispongan de una cartera electrónica.

En los últimos treinta días (enero/febrero 2014), su cotización se venía manteniendo más o menos estable en torno a los 850 dólares. En sus primeros compases llegó a costar 10 dólares. Pero, a finales de la segunda semana de febrero, tras la suspensión de Mt Gox, bajaba hasta la órbita de los 600.

"Ironías de la vida", señala Andrés Alonso, economista especializado en finanzas del blog sintetia.com, "bitcoin sufrió un corralito, y ya lleva varios". Mt Gox congelaba las retiradas de fondos y los movimientos de la moneda. "El problema es que se podían renombrar las transferencias", explica Alonso, "un fallo atribuible al algoritmo".

La accidentada singladura de esta moneda electrónica ha vuelve a resucitar el debate sobre su solidez y futuro.

Bitcoin es un fenómeno que despierta todo tipo de reacciones. Sus defensores consideran que revolucionará el comercio electrónico y el sistema económico establecido.

La firma de capital riesgo Adreessen Horowitz ha invertido cerca de 36,5 millones de euros (50 millones de dólares) en empresas relacionadas con bitcoin. Marc Adreessen, uno de sus socios, defendía en un artículo publicado a finales de enero (2014) en The New York Times que bitcoin será una revolución.

Sus detractores, sin embargo, estiman que se trata de una fiebre que está creando una gigantesca burbuja. Entre estos últimos, el prestigioso economista y profesor de la neoyorquina Universidad de Columbia Xavier Sala-i-Martín.

Pedro Durá, profesor de Economía Monetaria y Financiera de la Universidad Complutense de Madrid, considera normales las fluctuaciones que viene experimentando la moneda: son pocos los poseedores de bitcoins y escasas las operaciones que realizan. "Es un mercado poco líquido", explica, "una operación de algún poseedor de un gran volumen de bitcoins hace que su cotización suba o baje mucho". Durá explica que con el bitcoin ocurre como con otros muchos activos que el mercado desconoce: la cotización fluctúa (como ocurre con las nuevas acciones que irrumpen en Bolsa) hasta que los operadores las van conociendo. "Tampoco extraña que algunos Gobiernos, si lo ven como una amenaza a su monopolio, lo limiten", asegura.

Esta es una de las claves. Bitcoin podría ser a la banca lo que las descargas a la música y las películas, dicen sus defensores: una amenaza. Permite intercambiar dinero sin intermediarios. De ahí, los obstáculos que encuentra en su camino, arguyen.

Durá es de los que piensan que se trata de un fenómeno interesante al que hay que seguir la pista. "No hay que tenerle miedo, el consumidor puede salir favorecido. Los que temen a bitcoin son los que tienen el monopolio de emisión de la moneda", explica. "Una moneda que haga competencia a la que emiten los Gobiernos puede ser buena para que estos la cuiden y limiten sus emisiones".

La oferta de bitcoins está limitada. Esa es una de las ventajas, esgrimen sus defensores. Crece a un ritmo que depende de la resolución de operaciones exponencialmente complejas que se resuelven mediante ordenadores. Se generan, aproximadamente, 25 bitcoins cada 10 minutos. La emisión se va reduciendo con el paso del tiempo. En 2140 habrá 21 millones de bitcoin y ya no habrá más. En estos momentos hay en torno a 12,5 millones en circulación.

Andrés Alonso, de sintetia.com, considera, no obstante, que el bitcoin es una apuesta arriesgada. Es más un activo que una moneda, dice. "Todo el mundo quiere atesorarlo, por eso no desempeña un papel como moneda", manifiesta. "Es más bien como el oro, como el petróleo. Es el oro 2.0". Alonso dice que el bitcoin es poco estable y demasiado volátil, por lo que no constituye una alternativa al euro o al dólar. "El punto fuerte del euro y el dólar es que tienen un respaldo legal; con bitcoin, dependes de la tecnología", resume.

Pablo Soto, abanderado del libre intercambio de archivos P2P en España contra el que llevan años batallando las compañías discográficas en los tribunales, se muestra crítico. "Bitcoin es el sueño de los neoliberales, de los anarcocapitalistas", ilustra. "Es una alternativa que puede ser peor que lo que tenemos en términos de concentración de capital".

Los defensores de bitcoin atribuyen gran parte de los problemas que atraviesa esta moneda a la resistencia de Gobiernos y grandes bancos ante algo sobre lo que no tienen control. "Es una amenaza al esquema tradicional, estamos dando el poder al usuario", sostiene Alexandre Saiz, que trabaja en el desarrollo de aplicaciones de comercio electrónico y que acepta bitcoins en Telepienso.com.

Francisco González, presidente de BBVA, decía, en alusión al bitcoin, el pasado 31 de enero (2014): "Es un juego muy peligroso, muchos banqueros centrales han advertido de que es algo de altísimo riesgo".

El desarrollador Pablo Soto, por su parte, confiesa tener sentimientos encontrados: hay una parte, la de otorgar el poder a la gente, que le atrae. Pero, en línea con otros críticos, señala que bitcoin puede contener ciertos elementos de estafa piramidal.

Victoriano Urbina, economista, ingeniero y consultor, considera que se trata de una moneda más pura que muchas de las que manejamos dado que su emisión está limitada. "La moneda en papel sí que es una estafa piramidal, porque la autoridad monetaria puede fabricar tanta como quiere". Y añade: "El cambio es imparable. El concepto es disruptivo: Internet aplicado al dinero".

En eso parece haber un cierto quórum: la tecnología desarrollada con bitcoin deparará cambios. "Se trata de una tecnología valiosa de cara al futuro", asegura el economista Andrés Alonso. David Barroso, experto en seguridad informática, alude a la existencia de otras monedas como Litecoin y declara: "Igual bitcoin desaparece porque lo destruyen o lo prohíben. Pero puede emerger cualquier otra moneda".

El algoritmo maldito (dudoso futuro de las criptomonedas): ¿el Big-cuent del Bitcoin?

– A bitcoin le llegó la hora de la verdad (The Wall Street Journal – 18/2/14)

La moneda virtual atraviesa su peor crisis, lo que genera dudas sobre su viabilidad

(Por Francesco Guerrera) Lectura recomendada

Después de semanas marcadas por fallas tecnológicas, problemas regulatorios y preguntas generales sobre su viabilidad, la moneda virtual bitcoin está en medio de la peor crisis desde que fue propuesta en un ensayo en 2008.

El tumulto representa un punto de inflexión. La forma en que la moneda virtual y su ecosistema reaccionen a los problemas podría determinar si todo el experimento se convierte en una fiebre pasajera o si se transforma en una innovación tecnológica histórica como el correo electrónico.

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En resumen: bitcoin es una moneda virtual. No está respaldada por gobiernos o bancos centrales y existe sólo en Internet. De hecho, es tan misteriosa que nadie sabe quién la desarrolló.

Tampoco se acuña. Los usuarios acumulan bitcoins al usar algoritmos de computadora para resolver problemas matemáticos complejos. Intercambian las monedas entre ellos o las gastan en artículos como boletos para partidos de básquetbol o compras en Internet.

Durante los últimos tres años, el bitcoin pasó del terreno de los expertos en tecnología al público en general.

Su precio se disparó a las nubes desde los pocos centavos que valía en 2011 hasta un máximo de más de US$ 1.100 la unidad en diciembre de 2013. Más y más comercios comenzaron a aceptarla. Y sus amigos y enemigos más entusiasmados incluso predijeron que algún día podría reemplazar al dólar y otras monedas tradicionales.

La fortaleza de bitcoin se fundamenta en tres supuestas cualidades: es anónimo, o al menos pseudo anónimo (las transacciones son registradas pero la identidad de las partes está cifrada); es difícil de vulnerar informáticamente, y elimina a intermediarios financieros como los bancos.

Meyer Malka, cuyo fondo de inversión de capital de riesgo Ribbit Capital invierte en firmas relacionadas con bitcoin, afirma que las monedas virtuales son "lo más disruptivo que he visto en los servicios financieros en mi vida".

Últimamente, sin embargo, los tres baluartes del bitcoin quedaron en el ojo de la tormenta.

Su anonimato llamó la atención de reguladores y agencias del orden público debido a presuntos lavados de dinero.

Su inmunidad a los ataques cibernéticos fue cuestionada la semana pasada cuando las tres principales bolsas de bitcoin tuvieron problemas.

Igualmente, el lugar de la moneda en la periferia del sistema financiero resultó una limitación porque la mayoría de los bancos se niegan a facilitar transacciones de bitcoin. Por si esto fuera poco, el precio de bitcoin ahora es casi la mitad de lo que valía en su punto máximo.

Ajay Banga, presidente ejecutivo de MasterCard Inc., habló por muchos escépticos la semana pasada cuando dijo en una entrevista: "Al mundo no le faltan monedas, así que, ¿qué resuelve esta divisa?".

Esa es una pregunta crucial. Para tener éxito, bitcoin debe ser más útil que los sistemas de pago actuales.

Dos aplicaciones posibles podrían incorporar las monedas virtuales en la infraestructura financiera de una forma que sea complementaria con las formas de pago existentes.

La primera es como conductos para pequeñas transacciones internacionales como las remesas de personas que trabajan fuera de su país. El bitcoin podría reducir tanto el costo como el tiempo que requieren esos pagos.

Para Antonio Polemitis, esto significa que los consumidores se deberían regocijar, y las firmas de transferencias de dinero como Western Union Co. y MoneyGram International Inc. se deberían preocupar.

"El bitcoin es como el correo electrónico y el resto es como la oficina de correo", afirma Polemitis, quien dirige Ledra capital LLC, una oficina familiar que busca invertir en bitcoin.

El segundo uso potencial tiene más que ver con el futuro.

Defensores como Malka consideran que bitcoin es más que sólo una moneda usada para almacenar valor.

Para ellos, es una plataforma financiera abierta que podría guardar grandes cantidades de tipos de datos en un libro contable seguro y universal. Desde pagos de peajes hasta certificados de propiedad de autos y casa, el bitcoin podría usarse como un lugar para almacenar información financiera y personal de forma independiente, segura y confiable.

"No es un experimento tecnológico, es una sociedad experimental", afirma Malka.

Suena un poco descabellado. Incluso los evangelistas de bitcoin reconocen que esto sólo podría suceder si se materializan tres condiciones.

Primero, la infraestructura actual -mayormente anónima, anclada por bolsas extranjeras sin regulación y vulnerable a la manipulación de delincuentes- debe ser reformada a través de la creación de bolsas estadounidenses supervisadas por autoridades financieras.

En segundo lugar, el dinero institucional como los fondos de pensiones deberá invertir en bitcoin para limitar su extrema volatilidad de precios.

Y en tercer lugar, asimismo, los bancos deberán considerar al bitcoin como un medio de pago legítimo y permitir que los clientes lo intercambien por dólares y centavos.

Nada de eso puede darse por sentado, y ninguno de esos requisitos implicaría que bitcoin se convierta en un sustituto del dólar. No obstante, detrás de todo el revuelo y el temor, hay una posibilidad real de que el bitcoin juegue un rol importante en la industria financiera del futuro.

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