Acciones psico-físicas para la incorporación del adulto mayor masculino al círculo de abuelos (página 2)
Enviado por Dunia Taylor
La prolongación de vida y la capacidad de trabajo de estas personas es uno de los problemas sociales más importantes en los que debe incidir también el profesional de la Cultura Física y el Deporte en la lucha por la salud y la longevidad.
De acuerdo a estudios realizados sobre el Estilo de Vida y Redes de Apoyo Social del adulto mayor en otras partes del mundo, como es el caso de Cuba, se determinó que el adulto mayor cubano presenta un conjunto de condiciones socio psicológicas que se resumen a continuación: la repercusión social de sus limitaciones físicas, la soledad y el aislamiento, la economía individual, limitaciones funcionales, el estrés, su estilo de vida y el de su familia, las relaciones intergeneracionales e interpersonales, la adaptación a la jubilación, su imagen social, presencia de barreras arquitectónicas y el uso del tiempo libre, Ordoñez C. (1987).
Tomando en consideración estas condiciones, se precisó que se debe tener en cuenta los beneficios que brinda la actividad física desde el punto de vista físico, psíquico, funcional y social. Por tanto la persona que practica ejercicios físicos de forma sistemática, es difícil fijarle una edad concreta y esto se debe al rejuvenecimiento biológico funcional. No obstante se debe tener en cuenta que el envejecimiento no se produce de la misma manera en todos los órganos del mismo sujeto, así como en varios sujetos.
La aplicación de ejercicios físicos resulta de gran provecho no solo con vista al fortalecimiento de la salud de las personas, sino también como un medio de prevención contra el envejecimiento prematuro del organismo. El ejercicio físico tiene una incidencia específica sobre los sistemas que acusan la involución retrasando la misma de forma considerable, previniendo enfermedades y contribuyendo a mantener la independencia motora y sus beneficios sociales, afectivos y económicos.
La práctica sistemática de los ejercicios físicos de los adultos mayores les ayuda a conservar su autosuficiencia y adaptación social, además de mantener el vínculo con el desarrollo científico, ocupar su tiempo libre y reafirmarlo como un sujeto activo de la sociedad.
Contrariamente a todas las ventajas que trae consigo la práctica de ejercicios físicos para el adulto mayor, así como los resultados e iniciativas que se han obtenido a través de estudios e investigaciones, trabajos de diploma, maestrías y de doctorados realizados en las ramas de Salud y Cultura Física, aún subsisten deficiencias en la atención al adulto mayor a nivel comunitario, muestra de ello es el diagnóstico realizado en la Urbanización Santa Ana del Municipio Valencia, cuyo resultado arrojó la siguiente Situación Problémica: la insuficiente incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos en dicha urbanización, dado por:
Baja participación del adulto mayor del sexo masculino en el círculo de abuelos en esta urbanización.
Falta de motivación e interés hacia la incorporación ha dicho círculo.
Desconocimiento sobre la importancia de la realización de ejercicios físicos en la tercera edad.
No conocen a profundidad las actividades que se realizan en los círculos.
Presencia de rasgos machistas en la mayoría de los adultos mayores masculino.
Bajo nivel de autoestima.
Preferencia por la realización de otras actividades como: tareas en el hogar, ver la TV, ingerir bebidas alcohólicas, juegos consumistas.
Apoyo deficiente por parte de la familia y vecinos para incorporar a estos adultos al círculo y otras actividades que se realizan en la comunidad.
En correspondencia a la problemática constatada, se planteó el siguiente Problema Científico: insuficiente incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos en la Urbanización Santa Ana del Municipio Valencia.
Objeto de Estudio: el proceso de la Cultura Física y Terapéutica en la atención del adulto mayor.
Objetivo: elaborar acciones psico-físicas para la incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos en la Urbanización Santa Ana del Municipio Valencia.
Campo de Acción: la incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos.
Preguntas Científicas:
- 1. ¿Cuáles son los fundamentos teóricos que sustentan el marco teórico del proceso de la Cultura Física Terapéutica en la atención del adulto mayor?
- 2. ¿Cuál es el estado actual que presenta la incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos en la Urbanización Santa Ana del Municipio Valencia?
- 3. ¿Qué acciones psico-físicas pueden contribuir a la incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos en la Urbanización Santa Ana del Municipio Valencia?
- 4. ¿Cuál será valoración de la pertinencia de las acciones psico-físicas aplicadas para contribuir a la incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos en la Urbanización Santa Ana del Municipio Valencia?
Para el desarrollo del trabajo se trazaron como Tareas científicas:
- 1. Fundamentación del marco teórico del objeto de estudio de la investigación de acuerdo con la información bibliográfica consultada.
- 2. Diagnóstico del estado actual que presenta la incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos en la Urbanización Santa Ana del Municipio Valencia.
- 3. Elaboración de acciones psico-físicas para la incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos en la Urbanización Santa Ana del Municipio Valencia.
4. Valoración de la pertinencia de la aplicación de las acciones psico-físicas propuestas de acuerdo con los criterios expresados por el Forum Comunitario.
Justificación: Diversos puntos de vista explican la relación entre el ejercicio físico y la salud enfocándose únicamente a las dimensiones biológicas o psicológicas, pero la postura comprende la interconexión somato psíquica, por lo que se enfoca el campo de acción a la incorporación del adulto mayor del sexo masculino a los Círculos de Abuelos a partir de acciones psico-físicas.
En la investigación se hizo preciso mencionar como la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha prestado especial interés en la creación de tecnologías y metodologías para incrementar la calidad de vida del adulto mayor, para ello se han desarrollado y se celebran diversas conferencias y reuniones internacionales relacionadas con el tema de promoción de salud. La misma tiene sus antecedentes desde los siglos anteriores, lo que ha permitido sentar sus bases actuales.
El envejecimiento, la incorporación del adulto mayor a los Círculos de Abuelos vinculados a la actividad física en la tercera edad han sido objeto de investigación en los últimos tiempos por especialistas como: Raúl Mazorra y Cosme Ordáñez (1985), López y Olazábal (1998), Luís Rubalcaba Ordaz (1989), Karoly (1993), Alvarez Cambra, Rodrigo (2001), Ceballos, J. (1999 – 2003), Cibanal, L. (2005), Duarte Molina, Pilar (2006), entre otros, dando muestra fehaciente de las ventajas de la realización de ejercicios físicos en estas personas. En las concepciones de estos autores más allá de alguna divergencia de sus criterios, existe cierta confluencia que apunta a entretejer la actividad física con la tercera edad.
Teniendo en cuenta la importancia que tiene la atención a la población adulta concebida para mejorar el estado de salud, el bienestar físico y social, así como la calidad de vida con vistas a la inserción del adulto mayor a la sociedad, donde el individuo recupere su estado funcional, óptimo, tanto en el hogar como en la comunidad, en la medida que le permita la utilización apropiada de todas sus posibilidades.
El tema abordado refrenda las declaraciones, principios y acuerdos de cónclaves regionales y mundiales que comprenden la necesidad de incorporar al adulto mayor a los Círculos de Abuelos, como parte de los programas sustentados por Salud Pública y el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación.
Novedad científica: La novedad científica se revela en la fundamentación de una concepción profiláctica sobre la importancia de la incorporación del adulto mayor del sexo masculino al círculo de abuelos como un proceso que hará posible sobrellevar las consecuencias del envejecimiento desde el punto de vista psicológico y físico realizado a través de acciones psico-físicas y que se establece desde el trabajo comunitario a desplegarse tanto por el colaborador, como por la comunidad en interacción recíproca.
Definición de términos:
Adulto Mayor: último período de la vida normal del hombre. También se le conoce con el término de la tercera edad, vejez o ancianidad mayores de 60 años de edad.
Comunidad: es una zona geográfica definida donde se concentra un determinado número de individuos que están en constante interrelación social y mutua comprensión entre los sujetos que viven en una comunidad, coordinan sus diferentes actividades configurando la estructura social para satisfacer su necesidad.
Círculo de abuelos: institución de carácter comunitario para la atención integral al adulto mayor, donde se realizan actividades físicas, recreativas dirigidas a elevar la calidad de vida.
Calidad de vida: es el contracto incluyente de todos los factores que impactan en la vida del individuo. Se define como el mejor estado de salud, es decir de bienestar físico y social, desarrollando al máximo todo lo que queda en sus capacidades físicas mentales y sociales.
Acciones psico-físicas: acciones que tienen un carácter desde el punto de vista psicológico (motivación, afectivo-volitivas) y físico (actividad física modelada en ejercicios físicos) para contribuir a la incorporación del adulto mayor a lo Círculos de Abuelos.
La investigación se estructuró en tres partes: primera parte correspondiente a la introducción en la cual se recoge los elementos esenciales del diseño de la investigación, la segunda parte recoge el Capítulo I y el Capítulo II relacionados con el marco teórico sobre el proceso de envejecimiento del adulto mayor y la preparación psico-física de este, la metodología empleada donde se aborda la muestra, los métodos y técnicas de la investigación científica y el procesamiento matemático-estadístico utilizados y el correspondiente análisis de los resultados, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo. La tercera parte del informe recoge las conclusiones, recomendaciones, bibliografía y anexos.
Capítulo I.- Marco Teórico:
1- Reseña histórica del Programa de Cultura Física Terapéutica para el adulto mayor
La utilización del ejercicio físico como medio terapéutico data de a. n. e. Son muy conocidos los trabajos de muchos médicos que en épocas pasadas recetaban como medicamento determinadas actividades físicas y obtenían resultados positivos con este tipo de tratamiento. China fue el primer país 2000 años a. n. e., que utilizó los ejercicios físicos como un medio para formar ciudadanos sanos, pues prolongaba la vida de algunos mediante una especie de gimnasia médica, que concedía preferente atención a los ejercicios respiratorios y a los movimientos de flexión y extensión de piernas y brazos.
En los Vedas, libros sagrados indios, 1800 años a. n. e., se describe la importancia de la enseñanza de los ejercicios pasivos y activos, así como de los ejercicios respiratorios y el masaje, en la curación de diferentes enfermedades. El médico galeno, 130 – 200 a. n. e., fue conocido por sus trabajos en esta esfera, empleando la experiencia de los griegos en la aplicación de la gimnasia terapéutica y la terapia ocupacional.
Dando un salto en la historia, encontramos que en el siglo XIX aparecen nuevos trabajos acerca de la importancia terapéutica de los ejercicios físicos. A principios de este, fueron muchos los investigadores que trataron la práctica de los ejercicios físicos como medio de educación y salud, donde también se incluyeron aquellos con fines terapéuticos. Entre ellos se destacan Adolfo Spiess, Ludwing Jahn, en Alemania; Pokhion Clias, George Hebert y Francisco Amorós en Francia.
En Estados Unidos esta práctica está muy ligada con la amalgamas de culturas que forman esta nación, producto de la gran inmigración que arribó desde todas partes del mundo. De este modo, se vio influenciada por la introducción de la gimnasia alemana, en 1824, y la sueca en 1850, donde la obra de Ling se divulgó ampliamente en su rama médica u ortopédica, mientras que el noruego Nissen daba especial atención al masaje.
En Cuba alrededor de 1948, la gimnasia sueca y el sistema danés tuvieron innumerables partidarios, pero no fue hasta 1959, con el triunfo de la revolución, que comenzó realmente el empleo del ejercicio físico con fines terapéuticos. En la actualidad, se desarrollan novedosas técnicas y procedimientos terapéuticos, mediante el uso del ejercicio físico y otros métodos de medicina física y rehabilitación, para tratar enfermedades de diferentes etiologías y sus secuelas, con las cuales se han obtenido resultados alentadores.
Un ejemplo de esto en Venezuela lo constituyen las áreas Deportivas Integrales Comunitarias (ADIC) y la creación de las Aldeas Terapéuticas Comunitarias. Las mismas, muestran un trabajo fructífero que se materializa en los miles de pacientes que han recibido y reciben tratamiento en dichas instalaciones.
Los programas concebidos inicialmente para dar tratamiento a diferentes patologías y donde se incluye el programa de atención al adulto Mayor se han enriquecido con la experiencia de todos estos años. En el primer programa de atención al adulto mayor se incorpora la variante de atención del médico y su equipo de trabajo. Actualmente las necesidades y demandas de este grupo asumen categorías superiores; esto hace que las respuestas tradicionales resulten insuficientes.
La favorable estructura sociopolítica en el país constituye un potencial de ayuda para acondicionar todas las premisas en este programa, asegurándose además la participación activa de la familia, la comunidad y el propio adulto mayor como protagonista. Este programa, además de ofrecer una aglutinación en favor del adulto mayor, se aplica en todos los niveles de atención e incluye no sólo la salud, sino la seguridad social, los deportes, la cultura, la legislación y otros.
Propósitos del Programa
Contribuir a lograr un envejecimiento saludable y una vejez satisfactoria mediante acciones de promoción, prevención, asistencia y rehabilitación ejecutadas por el Sistema Nacional de Salud, en coordinación con otros organismos y organizaciones del Estado involucradas en esta atención. Se debe tener en cuenta como protagonistas a la familia, la comunidad y el propio adulto mayor en la búsqueda de soluciones locales a sus problemas.
Objetivos específicos
Como objetivos específicos se propusieron:
Crear una modalidad de atención gerontológica comunitaria que contribuya a resolver las necesidades socioeconómicas, psicológicas y biomédicas de los adultos mayores en ese nivel.
Mejorar la calidad de atención y promover mejor calidad de vida en las instituciones sociales, que permitan un equilibrio entre sus necesidades y demandas biosociales y sus respuestas.
Alcanzar una atención integral hospitalaria al anciano sobre bases geriátricas actuales.
En la actualidad el ejercicio físico ha sido definido por muchos autores de muy diversas formas. Incluso entre el público en general, el concepto de ejercicio físico tiene un significado diferente para cada persona. Cooper lo ejemplariza diciendo que si los individuos están participando en un programa de ""aptitud física"" deben ser capaces de utilizar sus cuerpos sin mostrar o sufrir fatiga, con la suficiente energía para participar en distintas actividades y encontrar la fuerza física suficiente en situaciones de emergencia. El ejercicio es, pues, una de las actividades en la puede participar una persona mayor, de forma autorresponsable, para lograr un estado de salud óptimo según sus circunstancias.
La actividad deportiva ha influido en todas las culturas, desde las más antiguas a las más modernas, a todas las personas, desde las más ancianas a las más jóvenes. Aunque generalmente esta actividad se relaciona directamente con la juventud y la capacidad física, en todas las culturas se han tenido en cuenta los deportes del intelecto y los juegos deportivos de entrenamiento.
Particularidades del proceso de envejecimiento del adulto mayor:
En los seres humanos el tiempo va creando un sinnúmero de problemas, principalmente al final de la vejez. Las ciencias que estudian el envejecimiento son: la Gerontología que estudia el envejecimiento y los factores que influyen en él y la Geriatría que se ocupa de la atención al anciano y las enfermedades que se presentan en ellos con mayor frecuencia.
La llamada Tercera Edad es un hecho inevitable y en nuestro país la misma se hace más segura cada día, pues se lucha de forma continua por aumentar el nivel de vida y como consecuencia la esperanza de esta. En los seres humanos el tiempo va creando un sinnúmero de problemas, encontrándose al final con la vejez.
Para decir que una persona es "vieja", existen varios criterios como son: "Criterio Cronológico: edad en años; relacionado con el retiro o jubilación obligatoria.
Criterio Físico: se toman en cuenta los cambios físicos producidos en la persona, como cambios en la postura, forma de caminar, facciones, color del pelo, piel, capacidad visual y auditiva, disminución en la capacidad del almacenamiento de la memoria que afecta a los tres tipos de memoria (a corto, mediano y largo plazo) de forma directa, sueño alterado, etc. Todo esto relacionado a la alteración en forma notable de las actividades cotidianas.
Criterio Social: según el papel o rol que desempeñan en la sociedad".[3]
Estos criterios son relativos, pues dependen de muchos factores y principalmente del espíritu de cada persona. Todas las teorías relativas a las causas del envejecimiento aceptan una base biológica, influida favorablemente o no por el entorno social.
Las ciencias que estudian el envejecimiento son: la Gerontología que estudia el envejecimiento y los factores que influyen en él y la Geriatría que se ocupa de la atención al anciano y las enfermedades que se presentan en ellos con mayor frecuencia. El envejecimiento puede tratarse como: "…el período de la vida en el que el menoscabo de las funciones mentales y físicas, las cuales se hacen cada vez más manifiesta en comparación con otros períodos anteriores de la vida".[4]
Fundamentos biofisiológicos del envejecimiento del adulto mayor:
Además se pude considerar que el proceso de envejecimiento incide en la morfología interna y externa del individuo, así como su funcionamiento, por esta razón al envejecer varían características externas como: color del cabello, largo de la nariz, tamaño de las orejas y dentro de las internas la pérdida de la capacidad reproductiva, entre otras. En este sentido también incide la genética del individuo y el ambiente en que se desarrolla.
Como se ha podido apreciar el proceso de desarrollo del hombre (desde el nacimiento hasta la muerte), ha sido muy estudiado, los investigadores han determinado etapas según las regularidades que se dan con sistematicidad, tanto en el desarrollo psíquico como en el desarrollo de la personalidad, a lo que se le llama Periodización, la misma, tiene gran importancia porque permite conocer las regularidades psíquicas y las fuerzas motrices que se dan en las diferentes transiciones evolutivas, comprendiendo el desarrollo como una espiral ascendente.
Con respecto al proceso del envejecimiento algunos investigadores lo consideran como que: "…se manifiesta en una disminución progresiva y regular, con la edad, del margen de seguridad de nuestras funciones, que parecen tener un ritmo de crecimiento y decrecimiento propio de la especie, por tanto genéticamente programado, pero no obstante, ampliamente afectado por las condiciones de vida".[5]
Mientras que otros consideran que este proceso "…es un fenómeno irreversible que incluye cambios estructurales y funcionales. Común a todas las especies".[6]
Analizando ambas concepciones se puede afirmar que el envejecimiento constituye un proceso biológico multieslabonado, que se inicia mucho antes de la instauración de la ancianidad, procede en forma estable, en el transcurso de la vida, determinado por características intrínsecas y conduce a la limitación de sus capacidades adaptativas, por tanto, a la posibilidad creciente del fallecimiento.
Por lo que desde los procesos biológicos existe una disminución de los potenciales y un aumento del declive con la edad, desde los procesos psicológicos y sociales el envejecimiento puede implicar crecimiento y aumento de los potenciales en estas áreas.
Además, si bien el envejecimiento es inevitable, muchos de los declives fisiológicos asociados a este son atribuidos al desuso y la atrofia y pueden ser reversibles a través de la actividad física, dado en que el 50% del declive fisiológico parece explicarse por el desuso y el descondicionamiento, el ejercicio físico regular puede fomentar o estimular un alto nivel de funcionamiento fisiológico tanto en la séptima como en la octava década de la vida.
Existen diferentes teorías que tratan de explicar el proceso de envejecimiento. Este proceso es muy heterogéneo, cuando se analizan los sistemas de órganos de un individuo (no todos envejecen al unísono) y un mismo sistema de órganos en diferentes organismos en diferentes individuos de igual edad (no envejece a igual ritmo en todos los individuos), por lo que estos cambios pueden ser multifactoriales y obedecer a diferentes causas, en estrecha relación con las características genéticas y los factores ambientales, de manera que, en el proceso de envejecimiento ocurre más de una de las causas propuestas en las teorías. La mayoría de las teorías que abordan este proceso tienen como puntos comunes la interrelación de los factores genéticos y ambientaleLas teorías actuales enfocan el envejecimiento a los niveles molecular, celular y de organismo y derivan de análisis de enfermedades relacionadas con la edad, de estudios demográficos y de modelos de animales o células en cultivo donde los factores genéticos y ambientales pueden ser controlados e incluso manipulados. Otro conjunto de teorías atribuyen el envejecimiento al decrecimiento en la función de un sistema clave a nivel de organismo como el nervioso, el endocrino o el inmunológico.
Partiendo del conocimiento de estas teorías y de la importancia que tienen para lograr una longevidad saludable, se puede decir que el envejecimiento es un proceso natural que sigue al período reproductivo, con deterioro de los procesos bioquímicos y fisiológicos, causados como un subproducto por muchos genes de efectos relativamente pequeños. Además que el envejecimiento se aprecia a nivel de organismo, pero es una expresión de los procesos de envejecimiento que ocurren en primera instancia a nivel de las células que constituyen las unidades básicas de estructura y función de los seres vivos.
Por tanto el envejecimiento es una propiedad del soma (cuerpo), que envejece también desde el punto de vista evolutivo, ya sea en la pérdida de la capacidad reproductiva como irrelevancia para la evolución de los fenómenos que ocurren en la vejez. Las características intrínsecas de los organismos interactúan con las fuerzas en decline de la selección natural, para producir efectos específicos del envejecimiento en todos los aspectos (estructurales, funcionales y conductuales) y niveles molecular, celular, etc., del organismo, reduciendo su reproducción y supervivencia.
El envejecimiento no es un proceso patológico en sí, no es una enfermedad sino un proceso evolutivo, biológico que lleva a una situación de alteraciones morfofuncionales muy determinadas y determinantes, en todos los tejidos y órganos, y que llevan al individuo a una situación en el límite de lo normal y lo patológico. Es una situación de equilibrio inestable.
El anciano está en una situación de disminución de sus reservas funcionales, lo que determina un aumento de la susceptibilidad y de la vulnerabilidad frente a agentes estresantes de tipo físico (ruidos, luz solar, accidentes), químicos (fármacos, plagas), biológicos (virus, bacterias, hongos) y psicológicos (marginación, violencia).Esto no debe impedir la búsqueda de su autorrealización, por lo que debe: estar abierta al cambio, no temer a experimentar nuevas formas de vivir, pensar, actuar, desear y promover la autenticidad en las relaciones humanas; aspirar a la intimidad, la cercanía con los demás, la plena comunicación.
El envejecimiento debe llegar a ser una experiencia positiva, deben hacerse mejorías en la calidad de la vida para las personas mayores. Ignorar sus necesidades es al mismo tiempo negar sus derechos y desperdiciar un fondo de capacidades y experiencias que ellos representan.
De acuerdo con investigaciones realizadas se han podido conocer los factores, manifestaciones, cambios y comportamiento del proceso de envejecimiento, por lo que se tuvieron en cuenta algunos de ellos como son:
Entre los factores que caracterizan el envejecimiento se encuentran: pérdida de la agilidad, disminución de la capacidad para dirigir los movimientos, disminución de la capacidad de calcular la magnitud del esfuerzo, disminución de la coordinación y precisión, envejecimiento de las articulaciones y la disminución de la capacidad de trabajo físico.
El envejecimiento provoca algunas manifestaciones en el ser humano como son:
Disminuye: su capacidad mental (recibir y dar informaciones), dificultad en la ingestión de alimentos, curvatura del esqueleto óseo, desgaste muscular, disminución sexual, pérdida de la autoestima o imagen personal, pérdida de empleo y amigos.
Provoca: cambios degenerativos a nivel articular especialmente en la columna, disminuye la extensibilidad de los tejidos conectivos, disminuyen los rangos de movimiento articular, las fascias, ligamentos y tendones aumentan sus fibras colágenas, incidiendo así sobre la extensibilidad tisular y los rangos articulares, produciendo además un aumento de la incidencia de lesiones.
La pérdida de la flexibilidad se produce por el desuso, la pérdida de la extensibilidad de los tejidos conectivos, secuelas de las lesiones y enfermedades degenerativas como la artritis. Todo esto afecta las posibilidades de movimiento, disminuyendo la capacidad de absorción de impactos, con la consiguiente sobrecarga articular. Sobrecargas excesivas pueden acelerar estos procesos, pero sobrecargas ajustadas y progresivas, aumentan la fuerza y desaceleran los procesos regresivos.
Con respecto al envejecimiento muscular, este se manifiesta a través de la: disminución de la masa muscular, disminución del tamaño celular, disminución del número celular, desorganización míofibrilar, disminución del número de sarcómeros, atrofia que se manifiesta primero en las fibras Tipo II (Rápidas), disminución del área de las fibras Tipo II, diferencias degenerativas entre los distintos grupos musculares en función de la actividad, disminución de la fuerza muscular. (En sedentarios puede llegar hasta un 40%.), disminución del número de unidades motoras. (La desnervación funcional de las fibras Tipo II, puede ser revertida por una reinervación de fibras Tipo I – Lentas), afectaciones de la bomba de Na – K, afectaciones de la conductividad, disminución de la velocidad de contracción, disminución de la capacidad oxidativa por gramo de músculo, cambios estructurales mitocondriales, cambios en la distribución de las mitocondrias, desordenamiento mitocondrial, subsarcolémico e intramiofibrilar, disminución de la SDH y aumento de la fatigabilidad.
En el caso del envejecimiento óseo este se manifiesta con: disminución progresiva del tejido óseo cortical y trabecular, disminución de la resistencia ósea y aumento de la predisposición a las fracturas.
Entre los cambios provocados por el proceso de envejecimiento en las personas se encuentran los siguientes:
Cambios Exteriores:
– Vista-Oído. – Huesos. – Pulmones. – Temperatura. – Articulaciones.
– Grasa. – Músculos. – Sexo. – Marcha. – Suministro de Sangre.
Después de los cuarenta años se produce: deterioro de la vista, deterioro del oído, mala circulación, respiración corta, endurecimiento arterial, fragilidad, rigidez esquelética, mala postura, dolores, flacidez muscular, depósitos de grasa y pies planos o dolorosos.
Después de los setenta: el pelo se torna gris o se cae, disminución de la vista, atrofia de los huesos faciales, disminuye la audición, arrugas, pérdida de los dientes, pérdida de la postura vertical, músculos flácidos, depósitos de grasa, pérdida del interés sexual, rigidez y debilidad articular, inseguridad en la marcha.
El comportamiento del Sistema Nervioso Central (SNC), durante el envejecimiento se encuentra dado por: reducción del caudal sanguíneo cerebral, reducción del consumo de oxígeno por el cerebro, se alteran la atención y la concentración, empeora la memoria y las funciones de los analizadores visuales y auditivos, disminuye la velocidad de las reacciones y aumenta su período latente, disminución gradual de la fuerza, la movilidad y el equilibrio de los procesos de excitación e inhibición, lentitud en la formación y consolidación de los reflejos condicionados y sus relaciones, disminución de la capacidad de reacción compleja, prolongación del período latente de las reacciones del lenguaje.
La irritabilidad, dispersión de la atención e inestabilidad emocional, se dificultan los movimientos que requieren una elevada capacidad de coordinación y precisión, impaciencia e irritabilidad, salta cuando oye un ruido, poco satisfecho con la vida; comer; fumar; beber con exceso, obsesiones, postura tensa o encorvada, uso de sedantes, sudar sin razón aparente, incapacidad para manifestar las emociones, dolores en: cuello; hombros o en la espalda, respiración superficial, frustración constante, poco sueño.
Producto al envejecimiento en el Sistema Cardiovascular se produce: elevación de los niveles de la presión arterial (sistólica y diastólica), descenso de los niveles de presión del pulso, disminución de los niveles del volumen – minuto, empeoramiento de la función contráctil del músculo cardíaco, reducción de la luz interna de vasos y arterias, disminución del funcionamiento de los vasos capilares, el tiempo general del flujo sanguíneo se eleva, reducción de la cantidad de sangre circulante y su contenido de hemoglobina, reducción de las posibilidades de reserva del músculo cardíaco, aparición de soplos, angina de pecho, hipotensión ortostática.
En el Sistema Respiratorio durante el envejecimiento se tiene: pérdida gradual de la elasticidad en el tejido pulmonar, disminución de la ventilación pulmonar, aumento del riesgo de enfisemas, disminución en la vitalidad de los pulmones, aumento en la frecuencia de los movimientos respiratorios, la respiración se hace más superficial y la reducción progresiva de la capacidad vital.
El Sistema Digestivo en el envejecimiento provoca: disminución de la secreción del jugo gástrico y la pepsina, reducción de las cantidades de fermentos presentes en el jugo pancreático, disminuye la movilidad de los alimentos por el esófago, alteraciones dentales, modificaciones de la mucosa gástrica, atrofia del hígado, disminución de la capacidad proteolítica y lipolítica del páncreas.
Con respecto a las aptitudes psicomotrices y sensoriales durante el envejecimiento están:
– Pérdida del reflejo del Tendón de Aquiles.
– Trastornos del equilibrio.
– Temblores seniles.
– Trastornos del conocimiento del propio cuerpo.
– Trastornos en la ejecución de los ejercicios.
– Trastornos del conocimiento del mundo exterior con ausencia de referencias espaciales.
– Trastornos en el lenguaje.
– Trastornos de la escritura.
– Pérdida y modificación de la visión de cerca.
– Reducción del campo visual.
– Alteraciones de la audición.
También la disminución del rendimiento se comporta de la siguiente forma: en la edad de 35 años comienza el descenso progresivo del metabolismo (7 – 40%), a los 45 – 60 años representa el 50-55% de los valores iniciales. Los porcentajes mostrados reflejan la pérdida de la velocidad, las otras actividades físicas disminuyen de manera similar.
Son varias las clasificaciones sobre el envejecimiento, pero el autor concibió la brindada por diferentes organizaciones que lo clasifican de la siguiente forma:
Tercera edad ———————– 60 años.
Adulto mayor———————– Más de 65 años.
Cuarta edad————————- 80 años en adelante.
De acuerdo con esta clasificación esta investigación centra su estudio en el adulto mayor, ya que en él influyen factores psicológicos, biológicos, sociales y ambientales que dan relieve a la inseguridad originada, entre otros aspectos por el cese de vida laboral, la disgregación en algunos casos de los lazos familiares y la tendencia al aislamiento, por la disminución de motivaciones, influyendo de esta manera en un comportamiento poco activo.
Los efectos de esta etapa de la vida, biológicamente originan la pérdida de altura, peso o incremento del mismo, adquieren una barbilla saliente, espalda cifótica, pecho caído, piel arrugada, caída del pelo y los dientes y son propensos a debutar con nuevas enfermedades.
En el aspecto social el envejecimiento ocasiona en el adulto mayor el aislamiento familiar, son marginados por la sociedad, crean dependencia, son considerados una carga social, lo que les provoca un comportamiento melancólico, que en muchos casos los conduce a la muerte.
El denominado adulto mayor es portador de regularidades propias de una etapa del desarrollo humano, así como de una serie de limitaciones en gran medida, provenientes de prejuicios que le ha depositado la cultura, manifestándose en el sexo masculino.
En la esfera afectiva desciende el estado de ánimo general, predominando los componentes depresivos y diferentes temores ante la sociedad.
El aparato circulatorio presenta aumento del volumen residual, disminuye la capacidad vital, lo volúmenes funcionales y la ventilación voluntaria máxima.
Sobre el sistema músculo esquelético provoca disminución del tejido muscular y óseo, la fuerza, rapidez, coordinación, movilidad articular. Existe tendencia a la fatiga muscular y los huesos se hacen más frágiles (ensanchamiento del conducto medular).
De acuerdo con todo lo antes planteado, muchos autores consideran que existen tres tipos de adulto mayor: "El negativo, no acepta poseer cualquier rasgo de vejez.
El extrovertido, reconoce la llegada de la ancianidad, por la observación de la realidad circundante. El introvertido, experimenta la edad por ciertas vivencias intelectuales y emocionales, relacionadas con el embotamiento, las relaciones con nuevos intereses, poca movilidad y aspiración a la tranquilidad entre otros rasgos".[7]
En el adulto mayor el proceso de envejecimiento produce efectos sobre todos los sistemas del organismo, los cuales hay que tener en cuenta para poder indicar cualquier ejercicio o actividad física, estos son:
Efectos en sistema osteomuscular: la osteoporosis, una de las enfermedades más frecuentes. Consiste en una disminución progresiva de la masa ósea, que hace que los huesos se vuelvan más frágiles y sean más propensos a las fracturas.
Sistema Digestivo: tiene efectos en su funcionamiento, se producen desórdenes digestivos que tienen su base en aspectos esenciales como: el debilitamiento de los músculos, cambios en el volumen y composición de las secreciones digestivas, disminución del número de neuronas en los plexos nerviosos de la pared gastro intestinal, además de la disminución de la velocidad de alimentación. La cubierta contra la agresión del medio ácido disminuye, lo que provoca cierta tendencia al incremento de la úlcera péptica.
En el hígado se producen cambios estructurales y microscópicos, su coloración cambia de pardo claro a pardo oscura, su tamaño y flujo sanguíneo disminuyen y la capacidad de sintetizar determinadas enzimas implica que no se metabolicen eficientemente algunas sustancias, en especial los fármacos.
Otro de los efectos en este sistema es el deterioro de los músculos, fundamentalmente en las capas del músculo del intestino grueso que tienden a atrofiarse y el debilitamiento de la pared intestinal conduciendo a una mayor incidencia de la diverticulosis. Los movimientos del colon resultan menos intensos y por consiguiente el desplazamiento del contenido es más lento. Todos estos procesos se pueden modificar teniendo una alimentación balanceada y eliminando el estrés.
Sistema Cardiovascular: una consecuencia inevitable del envejecimiento en esta edad es la disminución en la capacidad máxima del sistema cardiovascular para bombear la sangre, como consecuencia de tres tipos de cambios fundamentales: disminución en la distensibilidad de los vasos sanguíneos, variaciones en el tamaño y la capacidad contráctil del corazón y disminución en la frecuencia cardiaca máxima. Los vasos pierden su elasticidad. La presencia de depósitos de grasa en las arterias (arterosclerosis) es una razón adicional para el aumento de resistencia.
El endurecimiento de las arterias reduce la capacidad de los sensores de presión, que son receptores de estiramiento, para detectar e informar sobre los cambios de la presión arterial. Hay disminución del flujo sanguíneo, lo cual puede provocar fatiga muscular, además el aumento de la resistencia al flujo de sangre aumenta la presión sanguínea y el corazón ejerce una mayor fuerza para hacer circular en un mismo volumen de sangre.
Aspectos gnoseológicos sobre el adulto mayor:
1.2.1- Características biológicas del adulto mayor.
Con respecto a las principales características biológicas y psicológicas del adulto mayor se encuentran:
La estructura psíquica es relativamente estable y conserva sus principales características.
En el área cognitiva aparece una disminución de la actividad intelectual y de la memoria.
En el área motivacional se produce un menoscabo del interés por el mundo externo, apareciendo una tendencia a mostrar preferencias por las vivencias del pasado.
Aparecen rasgos de hipocondría, asociados a una incertidumbre sobre el futuro.
En la esfera afectiva se produce un descenso en el estado de ánimo, temen a la soledad, a la muerte y disminuye la capacidad de alegrarse.
Se debilita el control sobre las propias reacciones y muestran inseguridad.
Disminución paulatina de las posibilidades de movimiento y de las capacidades motrices.
Disminuye la fuerza muscular, la movilidad articular y la elasticidad de los tejidos.
Los huesos presentan pérdida de masa ósea, disminución del calcio, así como de su absorción, pérdida del equilibrio en el proceso metabólico de reabsorción – formación de células óseas, aparición de la osteoporosis.
En las articulaciones y cartílagos se observan: alteraciones degenerativas, menor elasticidad, superficie más fina, aparición de pequeñas fisuras, disminución de la capacidad para soportar sobrepeso sin presentar lesiones.
En los tendones aumenta la rigidez, el riesgo de lesiones, pérdida de agua limitando la capacidad funcional.
El líquido y la membrana sinovial se hacen: menos viscosos, disminución de la función de lubricantes, pueden aparecer cambios de tipo fibrótico en la superficie.
En el sistema cardiovascular disminuyen: la capacidad física funcional, el número de latidos por minuto, el volumen sistólico, la circulación sanguínea.
Aumentan las presiones sistólica y diastólica y la presión arterial media.
Dificultades en el retorno venoso y las condiciones metabólicas en general.
Aumenta la dificultad para conseguir un flujo respiratorio adecuado, el volumen residual, la capacidad residual funcional, la frecuencia respiratoria.
Disminuye la capacidad vital, el volumen de reserva respiratorio, la relación entre capacidad vital y el volumen espiratorio máximo, la fuerza de los músculos respiratorios, la capacidad respiratoria en un 50%, la elasticidad del tejido pulmonar.
1.2.2- Características socio psicológicas del adulto mayor.
Las condiciones socio psicológicas del adulto mayor son: la repercusión social de sus limitaciones físicas, la soledad y el aislamiento, limitaciones funcionales, la economía individual y el estrés.
Desde el punto de vista psicológico el proceso de envejecimiento como efecto del paso del tiempo sobre las personas no es homogéneo, de tal manera que las diferencias individuales y las funciones fisiológicas, psicológicas, etc., configuran un panorama de gran diversidad en este proceso.
Desde este punto de vista se suele hablar de una edad cronológica, biológica, psicológica, etc., según el número de años, al organismo, a la personalidad o a la competencia social. No obstante, conviene señalar que, aunque a nivel psicológico existen diferencias según la edad. Estas son causadas en la mayor parte de los casos por la evolución propia del ser humano.
Los expertos han intentado acometer el estudio del envejecimiento psicológico diferenciando funciones y áreas. Así en la personalidad ( existe una larga tradición de intentos de definir las características más o menos constantes, o temperamento de los individuos por parte de la psicología), la capacidad intelectual, las funciones cognitivas (los procesos cognitivos son aquellos que tienen que ver con el conocimiento, ejemplo: los que intervienen en el procesamiento de la información como la atención, el aprendizaje, la memoria, etc., las funciones sensitivoperceptivas, la psicomotricidad, la capacidad de comunicación o las funciones psicoafectivas; no evolucionan de la misma manera ni siquiera simultáneamente.
Entre los aspectos biológicos se debe señalar la importancia de los cambios endocrinometabólicos, cardiovasculares, del sistema nervioso, así como aquellos que se producen en las capacidades sensoriales (visión, audición y tacto), que provocan modificaciones y dificultades en la percepción del mundo, de sí mismo y del entorno y por tanto, en el funcionamiento psicológico.
En cuanto a las funciones psicomotrices, generalmente se produce un aumento de la fatiga, problemas de artrosis, enlentecimiento, que pueden suponer una disminución de la autonomía funcional, contenida en este contexto como capacidad de valerse por sí mismo.
Los cambios cerebrales, como la reducción del volumen del cerebro y la pérdida de neuronas corticales, de espinas dendríticas, de sinapsis, etc., suponen también modificaciones de la memoria, de la capacidad de aprendizaje y del funcionamiento cognitivo.
Las aportaciones de la psicología al análisis de los procesos de envejecimiento realizadas desde el final de la segunda guerra mundial indican que estos deben ser abordados desde un enfoque multicausal, lo que sirve para demostrar determinados estereotipos con relación a la vejez, redituar el factor edad y ofrecer respuestas a determinados cambios que se producen en las personas según pasan los años. La psicología del envejecimiento ha propuesto sobre todo tres puntos de vista opuestos sobre el desarrollo en el último período de la vida:
"El primero se podría resumir en la frase "envejecer equivale a declinar"; el segundo punto de vista defendería que "los ancianos no son básicamente diferentes de los jóvenes"", es decir no existe un cambio inherente a la edad, y por último la tercera alternativa postularía que ""puede existir un cambio para una evolución mejor en los últimos períodos de la vida"" correspondiendo al enfoque del desarrollo durante el tiempo de la vida".[8]
Reflexionando sobre estos tres puntos de vista, se afirma que los dos primeros enfoques están relacionados con la teoría psicoanalítica y con el conductismo, mientras el tercero se configuraría no tanto con una teoría sobre la dirección del cambio, sino como una prescripción para mantener una actitud abierta hacia este tema: una diversidad de puntos de vista es la mejor norma que cabe seguir en la descripción y explicación del funcionamiento psicológico en el último período de la vida.
Si se consideran los aspectos evaluados puede interpretarse que los adultos mayores presentan insuficiencias latentes en su actividad, lo cual quiere decir que han de buscarse mecanismos viables para lograr elevar la esfera volitiva del mismo y que resulta imprescindible dedicar un espacio para tratar la motivación.
No existe un acuerdo generalizado sobre en qué consiste el envejecimiento y cuáles son sus causas. Por el contrario, existe un amplio consenso en distinguir entre el envejecimiento primario y el secundario. El envejecimiento primario se refiere a: "… procesos de deterioro biológico genéticamente programados, procesos que ocurren incluso en las personas con mejor salud y sin enfermedades importantes".[9]
En efecto parece claro que parte del proceso del envejecimiento está programado en el propio sistema biológico, es decir, resulta inevitable, bajo cualquiera de las circunstancias individuales y ambientales.
El cuerpo humano está diseñado y programado para morir; el organismo tiene un potencial de vida importante, pero limitado en el tiempo: se estima que el máximo potencial se sitúa entre ellos 110 y los 120 años. El envejecimiento primario es, pues, inevitable, universal y, hasta donde se sabe, irreversible.
Por su parte, el envejecimiento secundario se refiere a: "…procesos de deterioro que aumentan con la edad y que se relacionan con factores controlables, tales como la nutrición, el ejercicio físico, los hábitos de vida (incluido el tabaquismo) y las influencias ambientales".[10]
Evidentemente, y de acuerdo con lo citado, se precisa en que hay personas que pueden vivir sin experimentar todos o algunos de los efectos de este tipo de envejecimiento, que es, por tanto prevenible, evitable y no universal. Muchos de los trastornos que se observan en adultos y ancianos no son consecuencia del envejecimiento primario sino del secundario, evitable y no universal.
Entre los factores de riesgo que más pueden afectar el bienestar, la salud y la calidad de vida del adulto mayor, se encuentra el estrés (distrés). En esta etapa del ciclo vital aparecen una serie de eventos normativos y otros que a los ancianos les resultan particularmente sensibles, sobre todo si carecen de un adecuado apoyo social y sus recursos de afrontamiento se encuentran disminuidos.
Diversas investigaciones han servido para ilustrar el impacto de ciertos estresores que bajo determinadas circunstancias, ante las cuales los sujetos resultaban vulnerables, modificaron el curso de sus vidas y también se afectó el equilibrio de sus relaciones con el entorno, les provocaron estados de activación y respuestas de estrés de intensidades variables. En todos los casos, estas implicaban la afectación del bienestar emocional y de la calidad de vida de los individuos.
Los estresores son estímulos, situaciones ante las cuales los sujetos muestran susceptibilidad o más bien vulnerabilidad y que tienen la capacidad de provocarles una activación psicofisiológica que se denomina respuesta de estrés. El estrés constituye:
"…un fenómeno que expresa las cambiantes y complejas relaciones que mantiene el individuo con su ambiente, que en este caso resultan "relaciones alteradas", en tanto que las demandas ambientales no pueden ser satisfechas por el sujeto en función de que sus recursos resultan insuficientes para ello, o bien por las consideraciones negativas que este hace al respecto, lo que le ocasiona una percepción de falta de control y por lo tanto de ineficiencia en el manejo de la situación".[11]
Analizando lo anterior, el envejecimiento en sí mismo y los cambios que el sujeto tiene que enfrentar no implican de manera directa la aparición del estrés, sino que este dependerá, en primer lugar, de la valoración que cada sujeto realice de su situación como adulto mayor y de la influencia de diversos factores modeladores del estrés, tales como: características de la personalidad, sentimientos y posibilidades reales de control sobre la propia vida, nivel de independencia económica, nivel de validísimo en general, apoyo social disponible y sobre todo el nivel de desenvolvimiento social y sistema de relaciones en los cuales el sujeto aparece implicado.
Como se ha podido apreciar el adulto mayor por ser un período del ciclo vital está acompañado por diversos eventos vitales normativos que en muchos casos bien pudieran ser valorados como amenazantes, o perjudiciales. Entre los más connotados aparecen los que se pueden caracterizar como sucesos no habituales que provocan cambios en las condiciones de vida de los individuos e implican esfuerzos de ajuste para adaptarse a la nueva situación.
Cuando aparecen asociados a una etapa del ciclo vital, se dice que son eventos normativos. En el adulto mayor, se puede señalar entre otros: 1) la jubilación; 2) nido vacío (los hijos abandonan el hogar paterno y crean su propia familia); 3) pérdidas diversas; 4) enfermedades crónicas; 5) cambios producidos por la edad, etc.
Sin embargo, las particularidades y condiciones de cada sujeto y sobre todo cómo las vivencias van a determinar el sentido o significado que se le otorgue a esta etapa de la vida y a los acontecimientos, retos, metas, propósitos, etc., que se deben afrontar.
Entre los factores que aumentan la vulnerabilidad y los riesgos de padecer de estrés en el adulto mayor se pueden señalar los siguientes:
Pobre motivación de los sujetos para implicarse en procesos de captación de información y de reflexión, que posibiliten la proyección y ejecución de un adecuado proyecto de vida, para esta etapa.
Déficit de contactos sociales y bajo nivel de participación en actividades físicas y sociales.
Disminución de los intereses e incapacidad para implicarse en nuevos proyectos.
Deficiente sistema de actividades, con poca o ninguna alternativa para las de ocio productivo.
Predominio de una visión negativa, pesimista, de esta etapa de la vida.
Percepción negativa del apoyo social recibido o a su disposición.
Algunas de las cuestiones que pueden actuar como factores protectores contra el estrés son: estrategias adecuadas para planificar, organizar y priorizar los asuntos.
Correcto balance entre ritmo de actividades y descanso.
Balance dietético, acorde con la edad y el sistema de actividades.
Manejo de técnicas o estrategias para la relajación.
Realización de ejercicios físicos de acuerdo con las posibilidades y condiciones de salud.
Entrenarse en regular las emociones y expresarlas adecuadamente.
Practicar hobbies que mantengan la motivación, el interés y desarrollen el sentimiento de utilidad personal.
Mantener la mente abierta a nuevas experiencias y a situaciones de posibles cambios.
Finalmente, en lo que al envejecimiento se refiere, no pueden dejar de mencionarse las diferencias interindividuales debidas tanto a factores genéticos como ambientales. Estas diferencias se acumulan con el tiempo, de manera que dos personas cuya salud y hábitos de vida eran muy parecidas, por ejemplo, cuando tenían 35 años, pueden muy bien presentar niveles de salud muy diferentes a los 50, incluso si han seguido manteniendo estilos de vida similares, a los 70 años, esas diferencias se habrán acentuado y una puede vivir bastante años más que la otra.
El envejecimiento sexual comienza hacia los 30-35 años y sigue un proceso muy lento y gradual en el que hay importantes diferencias interindividuales. Son muy notables las diferencias entre los hombres y mujeres.
Existen otros cambios corporales: el tejido muscular tiende a disminuir con un declive más rápido a partir de los 50 disminuyendo, consecuentemente, la fuerza muscular. Los huesos se van haciendo frágiles y porosos. En todos esos cambios resulta muy difícil deslindar el papel del envejecimiento primario y secundario, por lo que la salud aparece como un capital que se puede acrecentar durante la juventud y los primeros años de la adultez a través de estilos de vida saludables, o comprometer y poner en riesgo. La salud y el bienestar psicológico guardan también relación con la salud y el bienestar físico.
La práctica de las actividades físicas son fundamentales en esta etapa de la vida, ya que contribuyen a mejorar el trabajo del corazón, disminuye la presión arterial y el riesgo de tener infartos así como reduce los niveles de azúcar, disminuye el peso y con ello evita la obesidad, aumenta la autoestima y la sensación de bienestar, es decir, mejora la calidad de vida.
Entre los factores que aceleran el envejecimiento del adulto mayor están: alimentación excesiva, stress, hipertensión, tabaquismo, alcoholismo, obesidad, soledad, poca participación socio – laboral, sedentarismo y poca actividad física.
No hay ninguna duda con respecto a los cambios estructurales o modificaciones biológicas que se producen, los cuales influyen grandemente en la personalidad y rendimiento del adulto mayor. Estas son: cambio de apariencia, modificaciones del sistema piloso: calvicie y canosidad, las glándulas sudoríparas se atrofian, obstaculizando el normal proceso de sudoración y por lo tanto se tolera menos el calor, al tener circulación periférica con menor regulación, tolera menos el frío, se presentan alteraciones en la motricidad ya que hay disminución de fuerza y aumento de grasas, los movimientos se vuelven lentos, los músculos se fatigan más fácilmente y se recuperan en forma más lenta, osteoporosis, aumento de la cifosis fisiológica, disminución de las capacidades respiratorias, al disminuir la actividad, el cuerpo necesita menos nutrientes, pero como los hábitos alimenticios no cambian, suelen aumentar de peso, cambios de los porcentajes corporales, aumento del porcentaje graso, disminución de la masa muscular, disminución de la cantidad de agua, se sabe que con la edad se reduce la capacidad contráctil del músculo cardíaco, por lo que no toleran las frecuencias cardíacas altas.
Metabólicamente hay alteraciones relacionadas con la edad, como la tolerancia a los niveles de glucosa que es menor, la actividad tiroidea puede estar disminuida lo que hace que el anciano tolere menos las alteraciones de la temperatura. Se presenta un cambio en el tejido colágeno que hace que los tendones y ligamentos aumenten su dureza o rigidez, por lo tanto se es más propenso a lesiones asociadas al esfuerzo excesivo.
Con el correr de los años se presenta pérdida de peso cerebral, con disminución de mielina y del número de neuronas; el tiempo de reacción y regulación motora es más lento con respecto a los jóvenes lo que hace que sean menos coordinados.
Hay mayor incidencia en enfermedades cardíacas. Con la edad disminuye la frecuencia cardiaca máxima y el
consumo máximo de oxígeno, declinación que comienza a partir de los 30 años; esta declinación es más rápida con la inactividad o el abandono del entrenamiento.
Se sabe que la actividad física declina con la edad, parte es por lo biológico pero gran parte es por la reducción de la actividad, bastante común entre personas de edad avanzada y en cierta medida causada por factores sociales que dejan la actividad física y el deporte para los más jóvenes, por lo tanto no reciben más que desaliento en tal sentido.
Se verificaron diferencias fisiológicas notorias entre adultos mayores que fueron atletas con personas no entrenadas de edad similar, por lo que se debe recomendar la actividad física para el adulto mayor cuando ninguna enfermedad crónica o aguda se lo impida.
De todo lo expuesto se puede sintetizar que las personas de edad presentan varios problemas a resolver:
El problema biológico: enfermedades crónicas agregadas y el proceso normal de involución.
El problema financiero. El problema del mejor aprovechamiento vital (cómo administrar el tiempo que queda de vida).
El problema sexual.
El problema filosófico: angustia de muerte y el que pasará después de la muerte.
Las relaciones sociales.
El problema lúdico: este es un punto importante ya que los individuos no saben cómo ocupar el tiempo libre que antes ocupaban con el trabajo; no saben cómo recrearse, ni qué actividades físicas realizar.
Existen diferentes factores que retardan el envejecimiento en el adulto mayor como son: sueño tranquilo, ejercicio corporal continuo, buena nutrición y participación socio laboral.
1.2.3- Clasificación sobre adulto mayor.
Existen diferentes criterios de clasificación sobre adulto mayor, el autor asume el planteado por Jorge Luís Ceballos, el cual lo agrupa en correspondencia con sus funciones físicas, por ser un criterio que es válido para darle cumplimiento al objetivo de esta investigación. Dicha clasificación consiste en:
"Nivel I:
– Adultos Físicamente Incapaces: no realizan ninguna actividad en su vida diaria y tienen una dependencia total de terceros.
– Adultos Físicamente Dependientes: realizan algunas actividades básicas de la vida diaria como: caminar, bañarse, alimentarse, moverse de un lugar para otro. Ellos necesitan cuidados de terceros.
– Necesitan mejorar las actividades de auto cuidado. Para ello resulta importante desarrollar la fuerza muscular (piernas, brazos, manos, dedos, cadera y tronco), flexibilidad (hombros, cadera, rodillas, muñecas codos y tobillos) y agilidad (manos).
Nivel II
– Adultos Físicamente Frágiles: consiguen realizar las tareas domésticas ligeras, tales como preparar los alimentos, hacer compras, realizar las actividades básicas de la vida diaria y algunas intermediarias.
– Necesitan mejorar las funciones de la vida diaria como: limpiar y salir de la casa, cocinar, realizar compras. Resulta importante desarrollar la fuerza muscular y la flexibilidad para mejorar la marcha, la estabilidad de los hombros y la postura que influirá en el equilibrio.
Nivel III
-Adultos Físicamente Independientes:
– Realizan todas las actividades de la vida diaria.
– Ejecutan trabajos físicos leves, cuidan de la casa, realizan las actividades que más les gustan y que exigen poco gasto energético tales como: trabajos manuales, caminatas, labores de jardinería, bailes, manejar.
– Estando aquí incluidos los adultos que mantienen un estilo de vida activo; pero que no realizan ejercicios físicos regulares.
– Necesitan mantener y mejorar las funciones físicas que les dan independencia y previenen las incapacidades y lesiones. Por lo tanto necesitan desarrollar la fuerza, resistencia muscular, flexibilidad, resistencia cardiovascular, equilibrio, agilidad, coordinación, tiempo de reacción del movimiento
Nivel IV
– Adultos Físicamente Activos: realizan trabajo físico moderado, deportes de resistencia y juegos. Son capaces de realizar todas las actividades de la vida diaria y la mayoría de las actividades que les gustan. Tienen una apariencia física más joven en relación con las demás personas de su misma edad.
– Necesitan mantener un buen nivel de actividad física y funcional. Resulta importante trabajar la fuerza, resistencia muscular, flexibilidad, resistencia cardiovascular, equilibrio, agilidad, coordinación, tiempo de reacción del movimiento.
Nivel V
– Adultos Atletas: realizan actividades competitivas, pudiendo participar en competencias nacionales e internacionales y practicar deportes de alto riesgo.
– Necesitan de entrenamiento para conseguir mantener el nivel de capacidades físicas y condiciones de desempeño máximo específico en su actividad competitiva o recreativa".[12]
También asume la concepción de las etapas para el desarrollo de ejercicios físicos que beneficien la salud del adulto mayor dadas por dicho autor como son:
"Primera Etapa: ejercicios físicos de baja intensidad, sobre todo si se trata de personas de insuficiente preparación física o cuando presentan desarreglos y alteraciones funcionales considerables en los órganos de la respiración y la circulación.
Segunda Etapa: disminuye el número de actividades relacionadas con la gimnasia básica y se incrementan todas aquellas dedicadas a los juegos con pelotas, el atletismo y la natación (cuando se cuenta con este medio). El tiempo de duración es de 45 a 60 segundos y la permanencia es aproximadamente tres meses.
Tercera Etapa: el tiempo dedicado a la gimnasia básica y a los juegos con pelotas permanece aproximadamente constante, mientras que los períodos destinados a la natación, el atletismo y otros deportes casi se duplican. Tiempo de duración 60 minutos y la permanencia es de 7 meses".[13]
Según estudios realizados por exalumnos de la Universidad de Harvard, el estilo de vida es el causante de que el 54% del riesgo de muerte, sea causado por el infarto del miocardio, el 50% por los accidentes cardiovasculares y el 37% producido por el cáncer.
Teniendo en cuenta estas estadísticas se han realizado muchas investigaciones en este sentido y se ha demostrado que los que padecen o sufren, son personas que no la practican, sin embargo, los que la ejercen contrarrestan las acciones del proceso de envejecimiento, desarrollan las sensaciones motrices del equilibrio, las sensaciones ópticas, las sensaciones táctiles.
1.3- Actividad física y adulto mayor:
En los momentos actuales la realización de estas actividades están dirigidas a toda la población, incluyendo el adulto mayor, quien a pesar de percibirse como un ser activo que asume un importante rol en la familia y como ser social, todavía no reconoce la importancia que tienen las actividades físicas, para el fortalecimiento de la psiquis y un cuerpo verdaderamente activo, para tener una vida sana y feliz.
Son numerosas las investigaciones que han demostrado la importancia de la realización de actividad física bajo unas determinadas condiciones de intensidad, frecuencia, duración, etc., de cara a la prevención y rehabilitación de enfermedades. De esta forma, la vejez se constituye en una etapa del desarrollo donde, con ganancias y pérdidas, existe una mayor multiplicidad de factores determinantes y gran variedad interpersonal en sus dimensiones y manifestaciones, siendo necesario para su análisis y configuración una perspectiva compleja, que incluya el proceso de envejecimiento en sus diferentes dimensiones.
Los grupos de adultos mayores contienen toda la heterogeneidad que responde a la historia individual recorrida por cada uno de ellos. Tomar en consideración ante todo el estado de salud, permite planificar actividades físicas de una calidad tal que contrarreste los efectos del envejecimiento, manteniendo una psiquis y un cuerpo activo donde no sólo se agreguen años a la vida, sino se den vida a los años.
La actividad física en el adulto mayor contribuye al mejoramiento y activación del organismo de los practicantes, permite la socialización de estos con los demás miembros del grupo, aumentando el círculo de relaciones sociales y estimula a potenciar su papel activo en la familia y la sociedad.
La mejora del rendimiento del organismo significa también que se estará menos propenso a sufrir enfermedades y al deterioro orgánico; por lo tanto, una vida sana y activa se alarga y los síntomas de envejecimiento se retrasan, fisiológicamente, todos los sistemas del cuerpo se benefician con el ejercicio regular.
Dependiendo del grado de esfuerzo y del tipo de ejercicio realizado, los músculos aumentarán en tamaño, fuerza, dureza, resistencia y flexibilidad, también mejorarán los reflejos y la coordinación.
El ejercicio regular reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, incrementa la fuerza, la resistencia y la eficacia del corazón. El músculo cardíaco de una persona preparada físicamente es más eficaz y por tanto, menos propenso a la fatiga y a la tensión.
Con la práctica de ejercicio el sistema cardiovascular incrementa su capacidad de transporte, el deporte quema el exceso de grasa en el cuerpo y controla los depósitos de grasa en las arterias reduciendo así el riesgo de trombosis. También aumenta el rendimiento del sistema respiratorio, la capacidad vital de los pulmones (la cantidad de aire inhalado de una vez) y la ventilación (la cantidad de aire inhalado en un período determinado), también se incrementa la eficacia del intercambio de gases.
El sistema nervioso también se beneficia ya que aumenta su coordinación y responde mejor a los estímulos. En algunas personas, la rapidez de reacción y la ausencia de tensión están relacionadas con una buena forma física, sobre todo si esta se consigue por medio de ejercicios rítmicos o juegos deportivos competitivos.
Además de beneficiar específicamente a ciertos sistemas corporales, la buena forma física aporta las siguientes ventajas:
– Una persona en buena forma se repondrá pronto de una enfermedad, tendrá mayor resistencia a la fatiga, usará menos energía para realizar cualquier trabajo; su tasa metabólica será mejor y más positiva que el de una persona poco entrenada.
– El ejercicio de manera general aumenta las capacidades y habilidades físicas. Sus efectos positivos pueden ayudar a combatir ciertas costumbres negativas como fumar, beber demasiado, así como demostrar cuánto mejor se encuentra el organismo sin estos excesos.
La práctica regular del ejercicio físico reporta los siguientes beneficios al:
"Sistema Nervioso: la coordinación y los reflejos mejoran, el estrés disminuye.
Corazón: el volumen de sangre por pulsación y la circulación coronaria aumentan.
Pulmones: la capacidad, eficiencia y circulación aumentan.
Músculos: la circulación en ellos aumenta, agrandando el tamaño, la fuerza y la resistencia así como la capacidad de oxigenación.
Huesos y ligamentos: Su fuerza aumenta; los tejidos articulares se refuerzan.
Metabolismo: Las grasas del cuerpo disminuyen; el azúcar de la sangre se reduce".[14]
La práctica de ejercicios físicos por su influencia muy directa sobre los órganos y sistemas del ser humano es empleada en el tratamiento de diferentes patologías como son: la Diabetes Mellitus, el Asma, la Osteoporosis, la Obesidad y muchas más.
En el tratamiento de la Diabetes Mellitus la actividad física constituye uno de los pilares del mismo, es decir que en estos pacientes el ejercicio además de su efecto beneficioso es para la salud en general una ayuda en el control de la alteración metabólica. Referente al Asma se puede decir que la respiración en las personas se realiza casi imperceptiblemente, el aire entra y sale de los pulmones libremente gracias al trabajo muscular de la región torácica, pero en los asmáticos la dificultad radica en la salida del aire y esto obliga a fuertes contracciones en los músculos del tórax, tratándose de expulsar el aire que queda en los pulmones, estas anomalías con el paso del tiempo provocan deformidades en la estructura esquelética y muscular.
Con los ejercicios aumentan las capacidades físicas y respiratorias evitando en gran medida los trastornos y deformidades que la propia enfermedad ocasiona; por lo que llevando un régimen sistemático en los de desarrollo físico, el enfermo puede sin duda lograr grandes mejorías e inclusive llegar a dominar la crisis de asma en sus comienzos sin recurrir a medicamentos.
También el ejercicio es fundamental en el tratamiento de la Obesidad que es uno de los problemas médicos más comunes. Alrededor de 20-30 % de la población presenta algún grado de obesidad. Se le reconoce como un factor de riesgo para la aparición de otras enfermedades.
Bajo la influencia de un programa de ejercicios generales y especiales se logran reducir la celeridad de la pérdida ósea en pacientes adultos mayores con Osteoporosis, logrando una alta incidencia en la prevención de las fracturas. Ceballos. J, (1998).
1.3.1- Cambios que produce el ejercicio físico en órganos y sistemas del adulto mayor.
Se considera muy importante tener en cuenta los cambios que produce el ejercicio físico en órganos y sistemas del adulto mayor. Entre ellos están:
– Sistema Nervioso: mejora la coordinación neuromuscular, se produce un acortamiento del tiempo de reacción, aumentan los niveles en sangre de Beta endorfinas. A nivel psicológico produce: elevación de la autonomía del anciano, mejora la socialización, eleva el sentimiento de autoestima, mejora el sueño, produce euforia.
– Sistema Cardiovascular : se produce bradicardia y aumenta el volumen minuto a expensa del aumento del volumen sistólico, disminuye la progresión de aterogénesis por aumento de los niveles de HDL colesterol y disminución de los niveles de LDL y VLDL colesterol, disminuyen las cifras tensiónales al disminuir la resistencia periférica, disminuyen los fenómenos tromboembólicos por el efecto dinámico circulatorio, aumenta el VO2MAX., entre otras cosas porque aumenta la capacidad del corazón como bomba, aumenta la vaso dilatación periférica, aumenta la circulación colateral, se produce una hipertrofia fisiológica del corazón.
– Sistema Respiratorio: se fortalecen los músculos respiratorios, mejora la mecánica ventilatoria, aumenta la capacidad vital, disminuye el espesor de la membrana alvéolo-capilar (facilitando el intercambio gaseoso), apertura de alvéolos atelectácicos, se activa la circulación en el circuito pulmonar.
Sistema locomotor: aumenta el contenido de sales minerales en los huesos, frena la involución osteomioarticular, aumenta la fuerza muscular, mejora la flexibilidad y la estabilidad articular (dinámica articular), produce efecto lubricante y mejora la nutrición del cartílago articular, ayuda a mantener el peso adecuado para la talla, disminuye el porciento de grasa y aumenta el volumen de masa muscular, disminuye la relación (kg de grasa/ kg MCA).
El comportamiento de los parámetros funcionales de los sujetos sometidos a ejercicios físicos sistemáticos, es significativamente superior, a los que no lo realizan; estudios efectuados han encontrado un rejuvenecimiento funcional entre 10 y 20 años, en aquellos que los practican. Se debe destacar que no se plantea que la célula rejuvenezca; sino que se alejan los procesos degenerativos, de involución y atrofia, lo cual permite afirmar que el ejercicio físico sistemático es un arma en la lucha por la longevidad del hombre.
El ejercicio aeróbico será de gran importancia ya que mejorará la eficacia cardíaca, la capacidad respiratoria y mejorará la postura. Hay que tener en cuenta que las personas de avanzada edad llegan a rangos aeróbicos menores que para otros grupos; es necesario considerar la toma de frecuencia cardíaca para controlar la intensidad del ejercicio. Debido a la mayor fragilidad ósea por la osteoporosis y a la propensión a las lesiones de ligamentos y tendones, no se deben recargar las articulaciones con sobrecargas importantes. Debido a la falta de coordinación, se deben ejecutar ejercicios que puedan efectuarse en forma apropiada para evitar que se produzcan frustraciones.
Un buen trabajo muscular localizado será de gran beneficio para la persona mayor, ya que permitirá tonificar los músculos, mejorando su fuerza y movilidad, pero hay que extremar los cuidados de prevención de lesiones en cuanto a las posturas riesgosas. También hay que implementar períodos más largos de relajación durante los estímulos (por ejemplo entre un ejercicio y otro dentro de una clase de gimnasia), incluyendo la elongación de para-vertebrales cervicales y lumbares, ya que es frecuente la contractura de dichos músculos por la posibilidad.
Las actividades que se realizan en esta edad están comprendidas en dos grupos:
– Actividades básicas: la gimnasia de mantenimiento con implementos y sin ellos, gimnasia suave, juegos, actividades aerobias (gimnasia de bajo impacto, trotes, caminatas), actividades rítmicas, ejercicios con pequeño peso.
– Actividades complementarias: paseos de orientación, actividades acuáticas, danzas tradicionales, juegos populares, deportes adaptados, festivales recreativos, encuentros deportivos-culturales y reuniones sociales.
1.3.2- Los círculos de abuelos, sus particularidades.
La conformación de los Círculos de Abuelos posee sus requerimientos que serán asumidos a partir de la captación que se haya realizado en la comunidad y teniendo en cuenta el local donde se desarrollarán deben estar compuestos por 20 abuelos. La frecuencia de clases preferiblemente cinco veces a la semana o no menos de tres. En el caso de que el círculo cuente con más de 25 participantes el trabajo se realizará con un técnico y dos activistas.
Los objetivos de los círculos de abuelos son:
– Reducir las limitaciones funcionales y aumentar la capacidad física de la población.
– Reincorporar este grupo a las labores y actividades de la sociedad, logrando el fin de la rehabilitación.
– Este programa va dirigido a aquellos ancianos que radican en sus propios hogares y que en horas de la mañana o en la hora que el grupo decida se trasladan a parques, solares, o instalaciones deportivas a recibir clases de ejercitación física por medio de instructores de Cultura Física o monitores miembros del propio grupo.
Entre las actividades con que cuenta dicho programa están:
-Ejercicios generales para las distintas partes del cuerpo intercalados con la respiración.
-Marchas.
-Caminatas.
-Excursiones y paseos.
-Tablas Gimnásticas.
-Juegos de participación.
-Acampadas.
-Actividades en la naturaleza.
No debe propiciarse el espíritu competitivo entre grupos de abuelos o de forma individual y no se entregará ni a modo de estímulo ropa deportiva a grupos o individualmente, ya que el principio de este plan es la realización de los ejercicios con los recursos que cada uno posea haciéndose un uso racional de los con que cuente la localidad.
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