Descargar

Religiones y sectas en Puerto Rico (página 2)

Enviado por margarita Lozano


Partes: 1, 2, 3, 4

Hinduismo

Dentro de la complejidad cultural del hinduismo, que se puede considerar panenteísta, existen una serie de darshana o puntos de vista también legítimos, que el individuo puede adoptar. Los más notables son el vedanta, basado en las doctrinas de los Upanisad, un conjunto de escritos poéticos; y el yoga, una forma de meditación que se considera nativa de la India. Tanto el vedanta como el yoga se ocupan de la liberación del mundo, considerado como una ilusión de realidad.

Lo más frecuente es que no se estudie el vedanta o el yoga hasta que el individuo ha llegado a la mitad de su vida, se ha establecido en su casta, que puede ser considerada su rol o vocación, y está preparado para transmitir sus obligaciones sociales a los hijos. Por eso el vedanta y el yoga no suelen enseñarse a los niños, como se hace con las Escrituras y las creencias de una religión como el cristianismo, sino sólo a los adultos ya disciplinados en los caminos de la sociedad. Estos caminos implican renunciar en concreto a la propia identidad, abandonar la tarea de mantener las obligaciones sociales y prepararse para morir, y esto se explica porque la muerte, cuando le llega a una persona que todavía cree que es un individuo aislado, se considera una calamidad.

Según el vedanta, la idea de que el mundo es una pluralidad de cosas distintas es considerada maya o una ilusión, producto de la forma convencional de pensamiento. Puesto que maya tiene la significación original de 'medir', el mundo se considera medido o señalizado por estas divisiones y clasificaciones de la experiencia humana, que hacen posible las palabras y las ideas. Para describir una curva complicada hay que medirla como si constituyera una serie de puntos distintos. De la misma forma, para describir y pensar sobre la naturaleza hay que desglosarla en unidades o términos manejables; es decir, cosas y acontecimientos. Este procedimiento, útil en todo caso, sugiere que los acontecimientos son separables entre sí, que uno podría suceder sin el otro, y que el placer podría existir sin dolor o la vida sin la muerte. Una impresión parecida predomina respecto a la separabilidad de las cosas.

El vedanta sostiene que todas las distinciones son relativas entre sí y que contrarios como el conocedor y lo conocido, o el sujeto y el objeto, son distinciones tan indisolubles como las dos caras de una moneda. En otras palabras, el mundo sólo se puede separar en cosas independientes mediante el pensamiento. En la realidad concreta el mundo es una unidad inseparable o, de forma más precisa, una no dualidad, ya que la unidad es también un pensamiento o idea que sólo existe en relación con la idea de diversidad. El verdadero estado del mundo no es unidad o multiplicidad. El verdadero estado del mundo es más bien inmensurable, indescriptible e indefinible.

Un hombre, por lo tanto, puede reconocer que en su más profunda conciencia (atmán, en hinduismo) no es ese individuo separado sino un brahmán o la indefinible totalidad. Sin embargo ha sido inducido a considerarse como un ser separado por el necesario carácter divisivo del pensamiento. No se puede decir qué es el brahmán, ya que la realidad básica del mundo no pertenece a clase alguna a la que se pueda aplicar una palabra. Aunque un brahmán no pueda ser captado en palabras o ideas, puede sin embargo ser experimentado, y la realización de esta experiencia es la función del yoga. Esta realización consiste en la llamada unificación de conciencia; es decir, en la renuncia transitoria de todo pensamiento divisivo y en el abandono de todas las ideas y conceptos sobre la vida. El mundo podrá ser experimentado entonces en su estado original, real e inseparable.

Este tipo de experiencia no significa, como podría suponerse, dejar la mente en blanco, lo mismo que la realidad concreta de la naturaleza no es la colección de cosas separadas que concibe el pensamiento, ni un mero espacio vacío. Si el estudioso de las religiones comparadas fuera a preguntar a un cristiano y a un ve dantista por sus ideas de lo que es real con carácter definitivo, el ve dantista quedaría en silencio o diría lo que no es, mientras que el cristiano describiría los atributos positivos de Dios, es decir, su amor, sabiduría e inteligencia. El estudioso podría asumir por lo tanto que este último reconoce un Dios que existe de un modo demostrable, y el primero un dios que es casi nada en absoluto.

Se utilizan dos diferentes modos de hablar para caracterizar experiencias espirituales. La expresión religiosa se parece a intentar describir el color a una persona ciega diciendo con qué color podrían compararse, por ejemplo, las variaciones de temperatura. La vía de liberación intenta al parecer describir a la persona ciega lo que no es color. Ambas formas de hablar serían válidas. Una religión expresa la realidad última en términos específicos tales como los del pensamiento y la imaginación, y de este modo su concepto de Dios queda determinado y definido. Una vía de liberación dejaría el pensamiento al margen, en favor de la experiencia directa y del sentimiento, y por esta causa su concepto sería indeterminado e indefinido.

Budismo

El budismo, la doctrina de Gautama Buda, surge como un movimiento de clarificación y reforma del hinduismo.

En muchos aspectos, los objetivos del budismo son los mismos que los del bedanito y el yoga. Gautama Buda, sin embargo, evitó dar nombre, incluso el más simple, a aquello que se considera básicamente real, ya en su aspecto universal en cuanto brahmán como en su aspecto humano, el yo más profundo o atmán. Creía que tales términos eran transformados en ideas y formas de pensamiento con tanta facilidad que restarían valor a la experiencia directa. Su doctrina era que las personas sufren a causa de la avidya, o ignorancia, de la total relatividad del mundo de las cosas y los hechos.

El pensamiento es avidya ya que es un proceso de ignorancia, es decir, no puede concentrase en ningún aspecto de la experiencia sin ignorar todos lo demás. Es una forma de contemplar la vida faceta por faceta y no como totalidad, y conduce a su vez al apresamiento (trishna, en el budismo) o intento de arrebatar las partes deseables de experiencia del conjunto; sin embargo, puesto que el bien se halla siempre asociado al mal, esta separación jamás puede realizarse. Del mismo modo, no se puede experimentar un sólido sin un espacio circundante, estando espacio y sólido relacionados entre sí. Abandonar la codicia conduce al ideal budista de nirvana, que Gautama Buda se negó a definir excepto en términos negativos, como el ve dantista define la liberación.

La doctrina de Gautama Buda conduce a un malentendido al que vedanta es propenso también: que se puede buscar la liberación como un escape del sufrimiento o como un permanente estado de beatitud. Líderes religiosos budistas posteriores, en especial los de la escuela Mahayana, corrigieron este malentendido señalando que la búsqueda del nirvana como un escape seguía siendo codicia. Por eso su ideal del individuo sabio iba más allá del más antiguo concepto hindú de abandono del mundo, es decir, del mundo social, como preparación para la muerte. Incluía el regreso a la actividad plena de la sociedad una vez liberado, hasta el punto en que, libre del miedo, uno pudiera dedicarse a practicar actos de compasión con quienes siguen en la esclavitud de maya.

Sin embargo la doctrina budista propugna moralidad y piedad, no como un mandamiento sino como una acción voluntaria, a la que la persona libre se compromete sin esperanza de recompensa ni temor a recibir un castigo. En el budismo no aparece ningún pensamiento donde se presente la conducta moral como obediencia a un modelo divino, ya que considera las normas morales como reglas de gramática, es decir, convenciones humanas necesarias para la existencia social, aunque sin ninguna autoridad absoluta.

Aunque Buda no dio nombre a lo que consideraba realidad absoluta, los maestros budistas posteriores hablaron del verdadero estado del mundo como sunyata, o 'vacío', significando más en concreto 'vacío de cualquier característica definible' o 'inclasificable'. Esta actitud filosófica no equivale en sentido alguno al ateísmo o nihilismo occidentales, ya que lo que está vacío no es la propia realidad sino cada una de las ideas en que la mente humana intenta apresarla.

Taoísmo

Atribuido a los filósofos chinos Lao-tsé y Zuang-zi, el taoísmo es la forma específica china de un camino de liberación. En ciertos aspectos se parece al budismo y esa es la razón de que se utilizaran términos taoístas en la traducción de textos budistas del sánscrito al chino. Sin embargo, se aparta más aún que el budismo de los conceptos occidentales de una religión; debe su origen a filósofos adscritos a una corriente surgida del fácil de seguir escepticismo filosófico chino, que estudia la utilidad de la discriminación intelectual y lingüística, y tiene poco que ver con los dioses, los espíritus o los cultos. Como el vedanta y el yoga, el taoísmo fue adoptado en general por personas mayores que habían desempeñado su papel en sociedad según los esquemas básicos de convención proporcionados por el confucianismo en China.

En común con el budismo Mahayana, el taoísmo permite el regreso del sabio liberado a los asuntos materiales. Su texto principal, el Tao Tê –King o Daodejing, atribuido a Lao-tsé, fue escrito como un manual de consejos para los gobernantes.

El verdadero taoísmo, tal como aparece en las doctrinas de Lao-tsé y Zuang-zi, debe distinguirse con el máximo cuidado del culto taoísta de adivinación, alquimia y magia, que solo tiene de taoísta el nombre; es más bien una supervivencia de la religión china nativa. El taoísmo puro nunca llegó a organizarse y ha seguido siendo la obra de investigadores y filósofos independientes, tanto en China como en Japón, durante más de 2.000 años. Considera el universo natural como la operación del tao, que elude toda comprensión verbal e intelectual. La experiencia del tao debe realizarse a través de guan ('contemplación silenciosa de la naturaleza') y de wu-wei ('la ausencia de tensión mental y física'), que representan el equivalente a la actitud budista del no apresamiento. El taoísmo subraya con insistencia la unión del individuo y la naturaleza, sugiriendo que el control del entorno puede lograrse no luchando sino cooperando con él, como un marinero que cambia el rumbo de su embarcación cuando el viento se pone en contra.

El taoísmo es la filosofía subyacente en el jujitsu, la llamada forma cortés de defenderse basada en el empleo de la propia fuerza del adversario para derrotarlo. De la misma forma, enseña que uno debe controlarse confiando, más que oponiéndose, en los sentimientos e instintos naturales propios, canalizándolos en la dirección que uno quiera que tomen en lugar de resistirse a ellos.

Religión comparada

El estudio de las tradiciones religiosas del mundo coincide con la expansión política y económica de Europa occidental.

5.1 Primeros investigadores occidentales

Los misioneros jesuitas del siglo XVII incluían con especial relevancia a los italianos Matteo Ricci en China y Roberto de Nobili en India, y el español san Francisco Javier en Japón. En el siglo XVIII se despertó un gran interés entre los investigadores y los filósofos por las traducciones latinas de textos confucionistas y taoístas realizadas por los jesuitas. Durante cierto tiempo se idealizó la cultura china, especialmente por los deístas, que encontraron en ella pruebas para su tesis de que la moralidad podía crecer sin religión dogmática. Entre los pioneros en este campo están los filósofos alemanes Johann Gottfried von Herder y George Friedrich Wilhelm Hegel, y el filólogo británico Friedrich Müller. Su trabajo lo continuaron el filósofo británico Edward Caird en The Evolution of Religion (1894) y el teólogo holandés Cornelius Petrus Tiele en Elements Of. The Science Of. Religion (1897-1899). Pero debe destacarse la obra del filósofo y psicólogo estadounidense William James en Las variedades de la experiencia religiosa (1902), primer estudio serio de psicología de la religión.

Siglos XIX y XX

En los siglos XIX y XX hubo notables aportaciones especializadas al estudio de la religión comparada en los trabajos chinos realizados por el investigador francés Noël Julien, llamado Stanislas Julien, y por el misionero jesuita Leon Wieger; en los estudios budistas del indianista y filólogo holandés Jan Hendrik Kern y del orientalista británico Thomas William Rhys Davis; en el estudio del vedanta del filósofo e investigador de sánscrito alemán Paul Deussen; los estudios sobre taoísmo y confucianismo del misionero y sinólogo británico James Legge, y en los estudios relativos a la India del investigador sánscrito sir Monier Monier-Williams.

Gran parte de la obra sobre religiones comparadas la emprendieron misioneros que buscaban puntos en común entre las creencias ajenas y el cristianismo, así como algunas pruebas de la superioridad espiritual del cristianismo. Los filólogos realizaron otro trabajo, cuyo interés residía en la forma lingüística más que en el contenido de los escritos sagrados de otras culturas. Sin embargo, el conflicto progresivo entre religión y ciencia en el mundo occidental a finales del siglo XIX y principios del XX tuvo como resultado un general descontento de las variantes fundamentalistas de la creencia cristiana. Este descontento llevó a su vez a una actitud más comprensiva hacia el resto de las religiones. En este siglo, el estudio de las formas de liberación, en particular, ha realizado importantes avances, ayudado sobre todo por la obra de eminentes investigadores asiáticos como los indios Surendra Nath Dasgupta y sir Sarvepalli Radhakrisnan, los japoneses Daisetzu Teitaro Susuki y Junjiro Takakusu, el chino Fung Yu-lan y el cingalés Ananda Coomaraswamy.

En las tres décadas anteriores a su muerte, el nombre del historiador de las religiones norteamericano, de origen rumano, Mircea Eliade se convirtió en sinónimo de los estudios comparativos. Investigó lo sagrado en creencias, ritos y experiencias religiosas de todos los pueblos y de todas las culturas.

Las principales iglesias cristianas son la católica romana, las ortodoxas y las protestantes o evangélicas (CATÓLICA APOSTÓLICA Y ROMANA, IGLESIA; ORTODOXA, IGLESIA; PROTESTANTES, IGLESIAS), pero existen otras iglesias, grupos, sectas y movimientos que aceptan a Jesucristo como Hijo de Dios, Mesías o Salvador. Según estos creyentes, Jesucristo es el fundador del cristianismo. Otros consideran a Pablo como creador de esta religión.

El cristianismo es la mayor de todas las religiones mundiales y tal vez la única que está establecida en casi todos los países del mundo. Para su estudio es imprescindible analizar cada una de sus iglesias principales (Religión," Enciclopedia Microsoft® Encarta® online 2004).

Taínos

Los indios creían en un ser supremo y en un gran número de deidades o poderes sobrenaturales. Sus mitos y creencias cosmogónicas ofrecen explicaciones variadas y lógicas a preguntas básicas de la existencia humana, como son los orígenes del ser humano, la naturaleza de la tierra, el mar, el sol y las estrellas y muchas otras.

Los primeros cronistas de las Antillas, Pané, Las Casas y Oviedo observaron que los taínos adoraban a un ser supremo. Lo llamaban por diversos nombres, siendo los más comunes: Yúcahu Bagua Maórocoti y Yucahuaguamá. Según el estudioso José Juan Arrom, los distintos nombres del dios principal de los taínos se pueden traducir libremente como "Espíritu de la Yuca y el Mar", "Ser sin Antecesor Masculino" y "Señor Yucador". El tema de la yuca es importante en la adoración del dios taíno. Yucahuaguamá es quien asegura la cosecha del sustento principal de los amerindios puertorriqueños. En su honor, los artesanos taínos tallaban bellísimos trigonolitos, cemíes de tres puntas hechos de piedra. Se cree que los amerindios enterraban esos trigonolitos en sus conucos para fertilizar con ellos los campos de yuca. Yucahuaguamá, es por lo tanto, un dios proveedor y bondadoso. El doctor Arrom lo considera como una proyección de las cualidades benéficas del medio ambiente insular, con el cual los amerindios vivían en armonía.

Los taínos veneraban otros dioses, además de Yucahuaguamá, donde casi todos se relacionan con fenómenos o situaciones de la naturaleza. Boinayel es el señor de la lluvia; Su gemelo Márohu es el señor del Buen Tiempo y Mahuatiatihuel, el Señor de la Alborada o la Región del Amanecer. Guabancex es la Señora del Viento, a quien acompañan otras dos deidades, Guata uva y Coatrisque.

En Guabancex vemos a la diosa que, enfurecida provoca con la ayuda de sus acompañantes las terribles tempestades que los amerindios llaman huracanes. Como todas las culturas, la taína tiene una explicación sobrenatural para la muerte. El mito comunica que, al morir, las personas se dirigen a un lugar llamado Coaybay, "casa y habitación de los muertos". Allí señorea el dios Maquetaurie Guayaba. De día los habitantes de Coaybay, llamados opías (espíritus de los muertos), permanecen recluidos. Más llegada la noche, salen a pasear y festejar, comen guayaba y visitan a sus parientes (Scarano, 2000).

Españoles, Africanos, Europeos

En América, el fervor religioso dio un carácter de cruzada cristiana a las empresas de conquista y colonización. La poderosa iglesia española, reformada y renovada por los Reyes Católicos se estableció con bríos evangelizadores en los territorios recién colonizados. Los conquistadores creían que el derecho de sus monarcas a gobernar en los territorios indígenas emanaba de Dios.

Las creencias religiosas africanas eran politeístas, pues se creía en varios dioses, así como en otras fuerzas, como el destino. La religión de nuestros antepasados africanos era inmediata, específica e íntima; los dioses y los demás espíritus tenían relevancia para las cosas del diario vivir. Para que un poder sobrenatural se mereciera la devoción de los piadosos tenía que satisfacer regularmente las súplicas y peticiones que éstos le hacían. Si no las cumplía aunque no era degradado inmediatamente, podía ser relegado a un lugar secundario y reemplazado por dioses más poderosos y efectivos. En este sistema de creencias religiosas apunta Herskovits, no ocurrían los extremos del bien y el mal, el pecado y la gracia, que con frecuencia figuran en las creencias religiosas de otros pueblos. Para los africanos, los conceptos del bien y el mal no eran absolutos, sino relativos. Para ellos una acción buena podía tener resultados malos; lo mismo que una deidad benéfica en un momento de ira podía causar daño y viceversa.

El cristianismo reforzó el proceso de expansión, justificándolo y dándole carácter de cruzada divina. Todos los pueblos que participaron en la aventura expansionista, compartían la creencia de que el cristianismo era la única y verdadera religión. A los paganos había que mostrarles el camino de la salvación eterna, aunque en el principio ellos se rehusaran a andar por este sendero.

Algunos como los españoles eran fanáticos en cuanto a la doctrina; otros como los protestantes de Europa central y occidental no lo eran tanto, aunque siempre aludían a la religión para justificar su empresa colonizadora. A diferencia de otras religiones, el cristianismo proponía la necesidad de incorporar por medio de la conversión al mayor número posible de no creyentes. Era una religión expansiva y adaptada a la conquista de pueblos enteros, donde clamaba por conversos. La religión de los europeos sirvió de acicate a las empresas de exploración y conquista (Scarano, 2000).

Adventista Del Séptimo Día, Iglesia

Denominación cristiana fundada por seguidores de William Miller y otros cristianos. Esperaban la inminente Segunda Venida de Cristo. Empezó a formarse en 1844, pero debido a las predicciones incumplidas de Miller, se organizó oficial y definitivamente en 1863. Su nombre revela el énfasis tanto en la Segunda Venida como en la observancia del sábado o séptimo día, práctica que tomaron de los «BAUTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA» y otros creyentes. Entre sus fundadores estuvieron Joseph Bates y Elena Harmon White. A esta dama, de origen metodista, se le atribuye una inspiración especial como autora de libros fundamentales para la denominación, entre ellos se encuentran El camino a Cristo, El Deseado de todas las gentes, y muchos otros.

Según los adventistas, la inmortalidad solo se otorga a los justos en ocasión del regreso de Cristo. Afirman que los muertos están en inconsciencia total. También insisten en la purificación del santuario celestial, debido a que se inició una obra de juicio en l844 que durará hasta concluir el tiempo de la gracia. La mayoría de las otras doctrinas son parecidas a las de los cristianos evangélicos, bautizan por inmersión y solamente a creyentes con suficiente edad. Practican un estilo de vida conservador, rechazan las bebidas alcohólicas, el tabaco, el baile, el café y las comidas que pueden dañar la salud, enfatizan mucho el cuidado corporal y favorecen una dieta vegetariana.

Cada iglesia local elige a ciertos dirigentes (ancianos, diáconos, etc.) y juntas que forman parte de conferencias regionales gobernadas por una directiva. Estas conferencias crean uniones. Estas, a su vez, forman las numerosas divisiones que integran la Asociación General, de carácter mundial. Los pastores están sujetos no solo a la iglesia local sino a la denominación. Los adventistas promueven la educación, la salud, así como la distribución de Biblias y literatura. Su revista más conocida es El Centinela y El Heraldo de la Salud. Esta iglesia se extiende por todo el mundo.

Los adventistas basan sus creencias en veintisiete doctrinas fundamentadas en las sagradas escrituras que son:

* Las sagradas escrituras que abarcan en el Antiguo y el Nuevo Testamento, constituyen la Palabra de Dios escrita, transmitida por inspiración divina mediante santos hombres de Dios que hablaron y escribieron siendo impulsados por el Espíritu Santo. Por medio de esta palabra, Dios ha comunicado a los seres humanos el conocimiento necesario para alcanzar la salvación. Las Sagradas Escrituras son la infalible revelación de la voluntad divina. Son la norma del carácter, el criterio para evaluar la experiencia, la revelación autorizada de las doctrinas, y un registro fidedigno de los actos de Dios realizados en el curso de la historia.

* Hay un solo Dios, que es una unidad de tres personas coeternas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este Dios uno y trino es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y omnipresente. Es infinito y escapa a la comprensión humana, no obstante lo cual se lo puede conocer mediante su propia revelación que ha efectuado de sí mismo. Es eternamente digno de reverencia, adoración y servicio por parte de toda la creación.

*Dios el Padre Eterno, es el Creador, Origen, Sustentador y Soberano de toda la creación. Es justo, santo, misericordioso y clemente, tardo para la ira y abundante en amor y fidelidad. Las cualidades y las facultades del padre se manifiestan también en el hijo y el Espíritu Santo.

*Dios el Hijo Eterno es uno con el Padre. Por medio de él fueron creadas todas las cosas; él revela el carácter de Dios, lleva a cabo la salvación de la humanidad y juzga al mundo. Aunque es verdaderamente Dios, sempiterno, también llegó a ser verdaderamente hombre, Jesús el Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Vivió y experimentó tentaciones como ser humano pero ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios. Mediante sus milagros manifestó el poder de Dios y éstos dieron testimonio de que era el prometido Mesías de Dios. Sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en nuestro lugar, resucitó de entre los muertos y ascendió al Padre para ministrar en el santuario celestial en nuestro favor. Volverá otra vez, con poder y gloria para liberar definitivamente a su pueblo y restaurar todas las cosas.

* Dios el Espíritu Santo estuvo activo con el Padre y el Hijo en ocasión de la creación, la encarnación y la redención. Inspiró a los autores de las Escrituras. Infundió poder a la vida de Cristo. Atrae y convence a los seres humanos; y a los que responden, renueva y transforma a imagen de Dios. Enviado por el Padre y el Hijo está siempre con sus hijos, distribuye dones a la iglesia, la capacita para dar testimonio en favor de Cristo, y en armonía con las Escrituras conduce a toda verdad.

* Dios es el creador de todas las cosas, y ha revelado por medio de las Escrituras in informe auténtico de su actividad creadora. El señor hizo en seis días los cielos y la tierra y todo ser viviente que la puebla, y reposó el séptimo día de la primera semana. De ese modo determinó que el sábado fuera un monumento perpetuo de la finalización de su obra creadora. El primer hombre y la primera mujer fueron hechos a imagen de Dios como corona de la creación; se les dio dominio sobre el mundo y la responsabilidad de tenerlo bajo su cuidado. Cuando el mundo quedó terminado era bueno en gran manera, porque declaraba la gloria de Dios.

*El hombre y la mujer fuero hechos a imagen de Dios, con individualidad propia y con la facultad y la libertad de pensar y obrar por su cuenta. Aunque fueron creados como seres libres, cada uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y alma que depende de Dios para la vida, el aliento y todo lo demás. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su dependencia de él y cayeron de la elevada posición que ocupaban bajo Dios. La imagen de Dios se desfiguró en ellos y quedaron sujetos a la muerte. Sus descendientes participan de esta naturaleza degradada y de sus consecuencias. Nacen con debilidades y tendencias hacia el mal. Pero Dios [en Cristo] reconcilió al mundo consigo mismo, y por medio de su Espíritu restaura en los mortales penitentes la imagen de su Hacedor. Creados para la gloria de Dios, se los invita a amar al Señor y a amarse mutuamente, y a cuidar el ambiente que los rodea.

* La humanidad entera se encuentra envuelta en un conflicto de proporciones extraordinarias entre Cristo y Satanás en torno al carácter de Dios, a su ley y a su soberanía sobre el universo. Este conflicto se originó en el cielo cuando un ser creado, dotado de libre albedrío, se exaltó a sí mismo y se convirtió en Satanás, el adversario de Dios, e instigó a rebelarse a una porción de los ángeles. Introdujo el espíritu de rebelión en este mundo cuando indujo a pecar a Adán y a Eva. El pecado de los seres humanos produjo como resultado la desfiguración de la imagen de Dios en la humanidad, el trastorno del mundo creado y posteriormente su completa devastación en ocasión del diluvio universal. Observado por toda la creación, este mundo se convirtió en el campo de batalla del conflicto universal, a cuyo término el Dios de amor quedará finalmente vindificado. Para ayudar a su pueblo en este conflicto, Cristo envía al Espíritu Santo y a los Ángeles para que lo guíen, lo protejan y lo sustenten en el camino de la salvación.

* Mediante la vida de Cristo, de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, y sus sufrimientos, su muerte y su resurrección, Dios proveyó el único medio válido para expiar el pecado de la humanidad, de manera que los que por fe acepten esta expiación puedan tener acceso a la vida eterna y toda la creación pueda comprender mejor el infinito y santo amor del Creador. Esta expiación perfecta vindica la justicia de la ley de Dios y la benignidad de su carácter, porque condena nuestro pecado y al mismo tiempo hace provisión para nuestro perdón. La muerte de Cristo es vicaria y expiatoria, reconciliadora y transformadora. La resurrección de Cristo proclama el triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal y a los que aceptan la expiación les asegura la victoria final sobre el pecado y la muerte. Declara el señorío de Jesucristo, ante quien se doblará toda rodilla en el cielo y en la tierra.

* Con amor y misericordia infinitos Dios hizo que Cristo, que no conoció pecado, fuera hecho pecado por nosotros, para que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios en él. Guiados por el Espíritu Santo experimentamos nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras transgresiones, y ejercemos fe en Jesús como Señor y Cristo, como sustituto y ejemplo. Esta fe que recibe salvación nos llega por medio del poder divino de la palabra y es un don de la gracia de Dios. Mediante Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios y librados del señorío del pecado. Por medio del Espíritu renueva nuestra mente, graba la ley de amor de Dios en nuestros corazones y nos da poder para vivir una vida santa. Al permanecer en él somos participantes de la naturaleza divina y tenemos la seguridad de la salvación ahora y en ocasión del juicio.

* La iglesia es la comunidad de creyentes que confiesa que Jesucristo es Señor y Salvador. Como continuadores del pueblo de Dios del Antiguo Testamento, se invita a salir del mundo; y a reunirse para adorar y estar en comunión unos con otros, para recibir instrucción en la palabra, celebrar la cena del Señor, para servir a toda la humanidad y proclamar el Evangelio en todo el mundo. La iglesia deriva su autoridad de Cristo, que es el Verbo encarnado, y de las Escrituras que son la palabra escrita. La iglesia es la familia de Dios; somos adoptados por él como hijos y vivimos sobre

La base del nuevo pacto. La iglesia es el cuerpo de Cristo, una comunidad de fe de la cual Cristo mismo es la cabeza. La iglesia es la esposa por la cual Cristo murió para poder santificarla y purificarla. Cuando regrese en triunfo, se la presentará como una iglesia gloriosa, es a saber, los fieles de todas las edades, adquiridos por su sangre, sin mancha ni arruga, santos e inmaculados.

* La iglesia universal está compuesta por todos los que creen verdaderamente en Cristo, pero en los últimos días, una época de apostasía generalizada, se ha llamado a un remanente para que guarde los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Este remanente anuncia la hora del juicio, proclama salvación por medio de Cristo y anuncia la proximidad de su segunda venida. Esta proclamación está simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14; coincide con la hora del juicio en el cielo y da como resultado una obra de arrepentimiento y reforma en la tierra. Todo creyente recibe la invitación de participar personalmente en este testimonio mundial.

* La iglesia es un cuerpo constituido por muchos miembros que proceden de toda nación, raza, lengua y pueblo. En Cristo somos una nueva creación; las diferencias de raza, cultura, educación y nacionalidad, entre encumbrados y humildes, ricos y pobres, hombres y mujeres, no deben causar divisiones entre nosotros. Todos somos

Iguales en Cristo, quien por un mismo Espíritu nos ha unido en comunión con él y los unos con los otros. Debemos servir y ser servidos sin parcialidad ni reservas. Por medio de la revelación de Jesucristo en las Escrituras participamos de la misma fe y la misma esperanza, y salimos para dar a todos el mismo testimonio. Esta unidad tiene sus orígenes en la unicidad del Dios trino, que nos ha adoptado como hijos.

  • Por medio del bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y resurrección de Jesucristo, y damos testimonio de nuestra muerte al pecado y de nuestro propósito de andar en novedad de vida. De este se reconoce a Cristo como nuestro señor y Salvador y se llega a ser su pueblo y son recibidos como miembros de su iglesia. E bautismo es un símbolo de la unión con Cristo, del perdón de nuestros pecados y de nuestra recepción del Espíritu Santo. Se realiza por inmersión en agua, y está íntimamente vinculado con una afirmación de fe en Jesús y con evidencias de arrepentimiento del pecado. Sigue a la instrucción en las sagradas Escrituras y a la aceptación de sus enseñanzas. La Cena del Señor es una participación en los emblemas del cuerpo y la sangre de Jesús como expresión de fe en él, nuestro Señor y Salvador.

Esta experiencia de comunión Cristo está presente para encontrarse con su pueblo y fortalecerlo. Al participar en ella, proclamamos gozosamente la muerte del Señor hasta que venga. La preparación para la Cena incluye un examen de conciencia, arrepentimiento y confesión. El Maestro ordenó el rito de humildad (lavamiento de los pies) para manifestar una renovada purificación, expresar disposición a servirnos mutuamente y con humildad cristiana, y unir nuestros corazones en amor. Todos los creyentes cristianos pueden participar del servicio de comunión.

* Dios concede a todos los miembros de su iglesia en todas las edades dones espirituales para que cada miembro los emplee en amante ministerio por el bien común de la iglesia y la humanidad. Concedidos mediante la operación del Espíritu Santo, quien los distribuye entre cada miembro según su voluntad, los dones proveen todos los ministerios y habilidades necesarios para que la iglesia cumpla su función divinamente ordenada. De acuerdo con las Escrituras estos dones incluyen ministerios tales como fe, sanidad, profecía, predicación, enseñanza, administración, reconciliación, compasión y servicio abnegado y caridad para ayudar y animar a nuestros semejantes. Algunos miembros son llamados por Dios y dotados por el Espíritu para cumplir funciones reconocidas por la iglesia en los ministerios pastoral, de evangelización, apostólico y de enseñanza, particularmente necesarios a fin de

Equipar a los miembros para el servicio, edificar a la iglesia de modo que alcance madurez espiritual y promover la unidad de la fe y el conocimiento de Dios. Cuando los miembros emplean estos dones espirituales como fieles mayordomos de las numerosas gracias de Dios, la iglesia es protegida de la influencia destructora de las falsas doctrinas, crece gracias a un desarrollo que procede de Dios, y es edificada en la fe y el amor.

* Unos de los dones del Espíritu Santo es el de profecía. Este don es una de las características de la iglesia remanente y se manifestó en el ministerio de Elena G. de White. Como mensajera del Señor, sus escritos son una permanente y autorizada fuente de verdad, y proveen consuelo, dirección, instrucción y corrección a la iglesia. También establecen con claridad que la Biblia es la norma por la cual deben ser evaluadas todas las enseñanzas y toda experiencia.

  • Los grandes principios de la ley de Dios están incorporados en los Diez Mandamientos y ejemplificados en la vida de Cristo. Expresan el amor, la voluntad y el propósito de Dios con respecto a la conducta y a las relaciones humanas, y están en vigencia para todos los seres humanos de todas las épocas. Estos preceptos constituyen la base del pacto de Dios con su pueblo y la norma del juicio divino.

Por medio de la obra del Espíritu Santo señalan el pecado y avivan la necesidad de un Salvador. La salvación es sólo por gracia y no por obras, pero su fruto es la obediencia a los mandamientos. Esta obediencia desarrolla el carácter cristiano y da como resultado una sensación de bienestar. Es una evidencia de nuestro amor al señor y preocupación por nuestros semejantes. La obediencia por fe demuestra el poder de Cristo para transformar vidas y por lo tanto fortalecer el testimonio cristiano.

* El benéfico Creador descansó el séptimo día después de los seis días de la Creación, e instituyó el sábado para todos los hombres como un monumento de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del séptimo día de reposo, culto y ministerio, en armonía con las enseñanzas y la práctica de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de deliciosa comunión con Dios y con nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de santificación, una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua de Dios del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de este tiempo sagrado de tarde a tarde, de puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y redentora de Dios.

* Somos mayordomos de Dios, a quienes él ha confiado tiempo y oportunidades,

Capacidades y posesiones, y las bendiciones de la tierra y sus recursos. Somos responsables ante él por su empleo adecuado. Reconocemos que Dios es dueño de todo mediante nuestro fiel servicio a él y a nuestros semejantes, y al devolver los diezmos y al dar ofrendas para la proclamación de su Evangelio y para él sostén y desarrollo de su iglesia. La mayordomía es un privilegio que Dios nos ha conseguido para que crezcamos en amor y para que logremos la victoria sobre el egoísmo y la codicia. El mayordomo fiel se regocija por las bendiciones que reciben los demás como fruto de su fidelidad.

* Se nos invita a ser gente piadosa que piensa, siente y obra en armonía con los principios del cielo. Para que el Espíritu vuelva a crear en nosotros el carácter de nuestro Señor, participamos solamente de lo que produce pureza, salud y gozo cristianos en nuestra vida. Esto significa que nuestras recreaciones y entretenimientos estarán en armonía con las más elevadas normas de gusto y belleza cristianos. Si conocemos diferencias culturales, nuestra vestimenta debiera ser sencilla, modesta y pulcra como corresponde a aquellos cuya verdadera belleza no consiste en el adorno exterior, sino en le inmarcesible ornamento de un espíritu apacible y tranquilo. Significa también que puesto que nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo, debemos cuidarlos inteligentemente. Junto con practicar ejercicios adecuados, y descansar, debemos adoptar un régimen alimentario impuros identificados como tales en las Escrituras. Puesto que las bebidas alcohólicas, el tabaco y el empleo irresponsable de drogas y narcóticos son dañinos para nuestros cuerpos, también nos abstendremos de ellos. En cambio, nos dedicaremos a todo lo que ponga nuestros pensamientos y cuerpos en armonía con la disciplina de Cristo, quien quiere que gocemos de salud, de alegría y de todo lo bueno.

* El matrimonio fue establecido por Dios en el Edén y confirmado por Jesús, para que fuera una unión por toda la vida entre un hombre y una mujer en amante compañerismo. Para el cristiano el matrimonio es un compromiso a la vez con Dios y con su cónyuge, y este paso debieran darlo sólo personas que participan de la misma fe. El amor mutuo, el honor, el respeto y la responsabilidad, son la trama y la urdimbre de esta relación, que debiera reflejar el amor, la santidad, la intimidad y la perdurabilidad de la relación que existe entre Cristo y su iglesia. Con respecto al divorcio, Jesús enseñó que la persona que se divorcia, a menos que sea por causa de fornicación, y se casa con otra, comete adulterio. Aunque algunas relaciones familiares están lejos de ser ideales, los socios en la relación matrimonial que se consagran plenamente el uno al otro en Cristo pueden lograr una amorosa unidad gracias a la dirección del Espíritu y al amante cuidado de la iglesia. Dios bendice a la familia y es su propósito que sus miembros se ayuden mutuamente hasta alcanzar la plena madurez. Los padres deben criar a sus hijos para que amen y obedezcan al Señor. Mediante el precepto y el ejemplo debieran enseñarles que Cristo disciplina amorosamente, que siempre es tierno y que se preocupa por criaturas, que quiere que quiera que lleguen a ser miembros de su cuerpo, la familia de Dios. Un creciente acercamiento familiar es uno de los rasgos característicos del último mensaje evangélico.

* Hay un santuario en el cielo, el verdadero tabernáculo que el Señor erigió y no el hombre. En él Cristo ministra en nuestro favor, para poner a disposición de los creyentes los beneficios de un sacrificio expiatorio ofrecido una vez y para siempre en la cruz. Llegó a ser nuestro gran Sumo Sacerdote y comenzó su ministerio intercesor en ocasión de su ascensión. En 1844, al concluir el período profético de los 2,300 días entró en el segundo y último aspecto de su ministerio expiatorio. Esta obra es un juicio investigador que forma parte de la eliminación definitiva del pecado, representada por la purificación del antiguo santuario judío en el día de la expiación. En el servicio simbólico el santuario se purificaba mediante la sangre de los sacrificios de animales, pero las cosas celestiales se purificaban mediante el perfecto sacrificio de la sangre de Jesús. El juicio investigador pone de manifiesto frente a las inteligencias quiénes de entre los muertos duermen en Cristo y por lo tanto se les considerará dignos, en él, de participar de la primera resurrección. También aclara quiénes están morando en Cristo entre los que viven, guardando los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y por lo tanto estarán listos en él para ser trasladados a su reino eterno. Este juicio vindica la justicia de Dios al salvar a los que creen en Jesús. Declara que los que permanecieron leales a Dios recibirán el reino. La conclusión de este ministerio de Cristo señalará el fin del tiempo de prueba otorgado a los seres humanos antes de su segunda venida.

* La segunda venida de Cristo es la bienaventurada esperanza de la iglesia, la gran culminación del Evangelio. La venida del Salvador será literal, personal, visible y de alcance mundial. Cuando regrese, los justos muertos resucitarán y junto con los justos vivos serán glorificados y llevados al cielo, pero los impíos morirán. El hecho de que la mayor parte de las profecías esté alcanzando su pleno cumplimiento, unido a las presentes condiciones del mundo, nos indica que la venida de Cristo es inminente. El momento cuando ocurrirá este acontecimiento no ha sido revelado, y por lo tanto se nos exhorta a estar preparados en todo tiempo.

* La paga del pecado es muerte; pero Dios, el único que es inmortal, otorgará vida eterna a sus redimidos. Hasta ese día, la muerte constituye un estado de inconsciencia para todos los que hayan fallecido. Cuando Cristo, nuestra vida, aparezca, los justos resucitados y los justos vivos serán glorificados y arrebatados para salir al encuentro de su señor. La segunda resurrección, la resurrección de los impíos, ocurrirá mil años más tarde.

* El milenio es el reino de mil años de Cristo con sus santos en el cielo que se extiende entre la primera resurrección y la segunda. Durante ese tiempo serán juzgados los impíos. La tierra estará completamente desolada, sin habitantes humanos, pero si ocupada por Satanás y sus ángeles. Al terminar ese período, Cristo y sus santos, junto con la Santa Ciudad, descenderá cielo a la tierra. Los impíos muertos resucitarán entonces, y junto con Satanás y sus ángeles rodearán la ciudad; pero el fuego de Dios los consumirá y purificará la tierra. De ese modo el universo será librado del pecado y de los pecadores para siempre.

* En la tierra nueva, donde morarán los justos, Dios proporcionará un hogar eterno para los redimidos y un ambiente perfecto para la vida, el amor y el gozo sin fin, y para aprender junto a su presencia. Porque allí Dios mismo morará con su pueblo, y el sufrimiento y la muerte terminarán para siempre. El gran conflicto habrá terminado y el pecado no existirá más. Todas las cosas animadas e inanimadas, declararán que Dios es amor, él reinará para siempre jamás (Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, 1988).

Alianza Cristiana y Misionera, Iglesia

Denominación evangélica. Los orígenes de este movimiento misionero se remontan a las actividades de A.B. Simpson (1845–1919), ministro presbiteriano de Nueva York. Aunque empezó en 1882, fue en 1887 que se organizó formalmente como la Alianza Cristiana, para realizar actividades misioneras en el país, y como la Alianza Misionera Evangélica para laborar en el extranjero. Ambos grupos se fusionaron en 1897 para dar lugar a la Alianza Cristiana y Misionera.

Enfatizan la santidad y la sanidad divina, pero es difícil clasificarles estrictamente como Iglesia de Santidad (SANTIDAD, IGLESIA DE) y mucho menos como pentecostales (PENTECOSTALES, IGLESIA), ya que su teología se aproxima a los grupos evangélicos conservadores tradicionales. Su lema es «Cristo nuestro Salvador, Santificador, Sanador y Rey que viene». Se han extendido por muchos países y mantienen varias instituciones educativas. Nunca ha sido una denominación muy numerosa en Estados Unidos, pero tiene gran éxito en los campos misioneros del extranjero.

Anglicana, Iglesia

(También se les conoce como «episcopales» o «episcopalianos».)

Iglesias de la Comunión Anglicana. Su iglesia madre, la Iglesia de Inglaterra, se separó de la jurisdicción romana en el siglo XVI durante el reinado de Enrique VIII, que años atrás había sido declarado «Defensor de la Fe» por el Papa.

El cristianismo inglés tiene sus orígenes en el primer siglo y alcanzó cierta importancia en el período de la llamada «iglesia celta» en la antigüedad y en la primera parte de la Edad Media. Los ingleses aceptaron la jurisdicción papal en 597 bajo el liderazgo del misionero italiano Agustín (no debe confundirse con el obispo de Hipona, del mismo nombre), fundador de la sede primada de Canterbury en Inglaterra. La separación de Roma ocurrió durante el parlamento de l532–1536 bajo presiones del rey Enrique VIII y sus consejeros.

Enrique VIII no realizó una reforma profunda, como la que inició su hijo y sucesor inmediato Eduardo VI (1547–1553). Este la convirtió en una iglesia reformada o protestante bajo la dirección del reformador Tomás Crammer, arzobispo de Canterbury. Isabel I (1558–1603), otra hija de Enrique VIII, condujo a la iglesia a una «vía media», combinando elementos de catolicismo y protestantismo, pero siempre fuera de la jurisdicción papal.

La teología oficial de la iglesia está contenida en los Treinta y nueve artículos de religión y la liturgia en el Libro de Oración Común. La iglesia la gobiernan los obispos de las diferentes diócesis esparcidas por todo el mundo. Su jerarquía eclesiástica consiste en tres órdenes: obispos, presbíteros y diáconos. El arzobispo de Canterbury preside simbólicamente la Comunión Anglicana, compuesta por iglesias anglicanas y episcopales. Algunos de ellos llevan el nombre del país, como en el caso de la Iglesia de Irlanda y la Iglesia de Inglaterra. La iglesia es inclusiva y acoge en su seno a personas con algunas diferencias teológicas y litúrgicas. Esas alas o sectores son conocidos como «iglesia baja» (compuesta por cristianos de tendencia marcadamente protestante e incluso por evangélicos conservadores), «iglesia alta» (dentro de la misma están los llamados «anglo católicos»), e «iglesia amplia» (sectores liberales). La «iglesia alta» y los «anglo católicos» consideran sacerdotes a los presbíteros y se refieren a ellos utilizando la palabra «padre.

Esta es una de las más numerosas e influyentes denominaciones cristianas, posee rango de iglesia oficial de Inglaterra y es considerada como la iglesia favorita de las altas clases sociales en EE. UU. (Donde se le conoce como Iglesia Episcopal). Hay poderosas provincias y diócesis anglicanas en los antiguos países del Imperio Británico y se experimenta un crecimiento apreciable en África. Los episcopales están organizados en toda la América Latina.

Dentro del anglicanismo pueden encontrarse desde teólogos y pensadores liberales, como el obispo James Pike, hasta figuras importantes y eruditos bíblicos de interpretación conservadora o evangélica como John Stott, así como algunos miembros del movimiento carismático. En algunas provincias eclesiásticas se promueve el monasticismo y las órdenes religiosas, mientras que otras casi no pueden diferenciarse del estilo protestante más tradicional. La liturgia es igualmente variada aunque se mantienen ciertas normas básicas del Libro de Oración Común.

Los inmigrantes alemanes que tomaban la decisión de domiciliarse en la Isla de Puerto Rico además de dejar su patria, en muchas ocasiones, tenían que cambiar su religión. El 60% del pueblo germánico es luterano o reformista. Sin embargo, todo el que quería establecerse en Puerto Rico bajo la Cédula de Gracia de 1815 debía profesar la religión católica. Por esa razón se exigían testigos que aseguraran que el extranjero era católico. En los instructivos trabajos La Proyección Aguadillana de Agustín Stahl, del profesor Herman Reichard Esteves existe un dato interesante sobre los rebautizos o bautizos "subcondicione". En la iglesia de Aguadilla Juan José Scröder, luterano es bautizado a la edad de 38 años para poder contraer nupcias con María Eugenia Fernández. En esa misma parroquia el niño Antón Adolf August, hijo de Johann Heinrich Christian Stahl y María Helene Stamm, nacido el 21 de enero de 1842 en la isla de Curazao, fue bautizado "sub-condicione", en la parroquia de San Carlos Borromeo tres años más tarde. La familia Stahl se convirtió del protestantismo al catolicismo y el niño se le dio el nombre de Agustín. Siendo su padrino y su mentor Karl Wilhem Reichard. Años más tarde aquel jovencito sería conocido como el científico Dr. Agustín Stahl quien además de practicar su profesión de médico, ejerció la Cátedra de Ciencias Naturales en el Instituto Civil de Segunda Enseñanza de Puerto Rico dedicándose al estudio de las ciencias naturales, la historia y la antropología, publicando diversos libros y artículos que le ganó ser premiado por las Academias de Artes y Ciencias de Barcelona en 1873 y de Ciencias Médica de Cataluña, 1877.La libertad de culto para extranjeros se concede en 1870, bajo la ley de las Cortes Constituyentes Españolas. Esto hizo la inmigración más atractiva para extranjeros que no pertenecían a la iglesia católica. Examinados 29 documentos de alemanes que se domiciliaron en la ciudad de Aguadilla de 1870 hasta 1939, encontramos que ninguno era católico. Estos pertenecen a denominaciones protestantes, luteranas y reformistas. En 1872 se establece la primera iglesia anglicana en Puerto Rico en la ciudad de Ponce. Llevó el nombre de la Santísima Trinidad.

Asambleas de Dios

Denominación evangélica. Las Asambleas de Dios se organizaron en 1914 en Hot Springs, Arkansas (EE. UU.) Y sus fundadores fueron pastores evangélicos, mayormente bautistas (BAUTISTAS, IGLESIAS) y metodistas (METODISTA, IGLESIA) con una teología pentecostal y fundamentalista.

Las Asambleas son arminianas y creen además en el bautismo en el Espíritu Santo, el don de lenguas, la separación del mundo, la sanidad divina, el regreso premilenial de Cristo y las doctrinas básicas del sector evangélico del protestantismo. Su gobierno combina elementos de presbiterianismo y congregacionalismo. Las iglesias locales son independientes administrativamente, pero pertenecen a distritos cuyos funcionarios ejercen cierta autoridad jurisdiccional limitada a las iglesias y su ministerio pastoral. Un Concilio General rige a los distritos en Estados Unidos.

Las Asambleas están presentes en casi todo el mundo y constituyen una de las principales denominaciones pentecostales en Norteamérica, Ibero América y los demás continentes. Además de agencias misioneras, mantienen numerosos colegios e institutos bíblicos, así como algunos seminarios teológicos y universidades, y predican por radio, televisión y prensa. Su principal órgano es la revista El Evangelio Pentecostal. Su sede radica en Springfield, Missouri (EE. UU.).

Particulares y adoptaron una teología intermedia entre arminianismo y calvinismo. Sus ideas sobreviven sobre todo en los BAUTISTAS DEL LIBRE ALBEDRÍO.

El trabajo hispano de las Asambleas de Dios en la ciudad de Nueva York era desbordante. De diversos puntos de la ciudad llegaban peticiones para abrir nuevos campos. Para entonces los fondos financieros pudieran suplir las necesidades de las iglesias hispanas de las Asambleas de Dios, por lo que se tomó la decisión de comprar una sinagoga judía localizada en la calle 109 entre las avenidas Park y Madison, en Manhattan.

Como para 1935 el hermano Edmundo Jordán miembro laico de la Sinagoga pidió autorización del pastor Juan L. Lugo para establecer una escuela preparatoria para maestros de Escuela Dominical, siendo este hecho el primer evento de capacitación bíblica de lo que vendría a ser con el tiempo, el Instituto Bíblico Hispano del Este de las Asambleas de Dios, que fue anterior al establecimiento del Instituto Mizpa en Puerto Rico, el año siguiente.

Por razones del ministerio el hermano Lugo se trasladó a Puerto Rico, siendo nombrado como pastor de la Sinagoga Frank Finkenbinder quien para entonces era superintendente de la Iglesia de Dios Pentecostal, que como quedó claro era el nombre legal de la obra de las Asambleas de Dios en la isla.

El hermano Finkenbinder conocía bien el ambiente evangélico de Nueva York ya que había vivido buen tiempo en este estado, de tal manera que como pastor de la Sinagoga empezó a confraternizarse con los ministros angloamericanos del Distrito del Este de las Asambleas de Dios, siendo acompañados por los hermanos Manuel T. Sánchez y Feliciano Colón, que para entonces eran laicos a quienes el Señor los estaba preparando para que en su momento cumplieran un rol muy importante en la Obra

Reconstrucción de la Obra en Puerto Rico

Una nueva página en el libro de la historia de las Asambleas de Dios estaben a por abrirse.

El remanente que había quedado en Puerto Rico compuesto por hombres y mujeres detodas las edades pedía la ayuda de los hermanos de Nueva York para empezar nuevamente el trabajo de las Asambleas de Dios en Puerto Rico.

Entre los hermanos que mantenían su comunión con la fraternidad figuraban los esposos Crescencio y Aurora Santiago quienes ya para comienzos de 1957 habían llegado desde Nueva York. Ellos encontraron un templo cerrado en la localidad de San José de Toa Baja que pertenecía a un concilio local con el que estaba trabajando el hermano Aniano Rivera Seda, a quien le hablaron sobre los planes de las Asambleas de Dios por establecer iglesias con nombre propio. Rivera Seda sintió desde el primer momento apoyar esta noble causa y días después, en compañía de Herminio Isern pastor de una congregación en Higuillar de Dorado, le manifestaron al hermano Santiago que en su viaje a Nueva York les hiciera saber a los ejecutivos del Distrito que podían contar con ellos en la empresa misionera por llevar adelante.

A su llegada a Nueva York, Santiago informó de estas nuevas al superintendente del Distrito Hispano del Este, quien reconoció en Aniano Rivera como el hombre de Dios que el Distrito necesitaba para comenzar la obra nuevamente en el territorio insular de Puerto Rico.

Pocas semanas después los líderes y pastores del Distrito se reunieron con el hermano Aniano Rivera en las instalaciones de la iglesia que pastoreaba el hermano Manuel A. Cordero, la Primera Iglesia Cristiana del Valle, que junto con la Iglesia Pentecostal de Washington Hights son unas de las congregaciones pentecostales más antiguas del condado de Manhattan establecidas en los años 1934 y 1935 respectivamente, como parte del bendecido ministerio que proyectó a su paso por la ciudad de Nueva York Francisco Olazábal, uno de los grandes pioneros de la obra hispana en los Estados Unidos. Estas iglesias se afiliaron a las Asambleas de Dios en los años cincuenta.

Como resultado de esta reunión el hermano Aniano Rivera fue aceptado como obrero de las Asambleas de Dios, quedando autorizado para representarla en los trabajos de reconstrucción en Puerto Rico. En el otoño de 1957 el Distrito envió al hermano Cordero a Puerto Rico para coordinar el trabajo inicial de la obra, en donde juntamente con el hermano Rivera establecieron las primeras iglesias con el nombre propio de las Asambleas de Dios, siendo una de ellas la Iglesia del Valle de Aguadilla, cuyo pastor Manuel Pérez era misionero sostenido por la Primera Iglesia Cristiana del Valle de la ciudad de Nueva York.

En 1958 el Distrito del Este comisionó a los hermanos José Cruz y José Caraballo para viajar a la isla a fin de hacer una convocatoria por los medios de comunicación, a pastores e iglesias independientes que desearan trabajar con las Asambleas de Dios, recepcionando oficialmente a seis iglesias: dos que estaban a cargo de Fabriciano Picón y cuatro que estaban bajo responsabilidad de los hermanos Herminio Isern, Manuel Pérez, Aniano Rivera y Crescencio Santiago, quienes juntamente con los hermanos Pablo Clemente, Tony Fonseca, Martín Padilla, é Ibrahim Rivera se reunieron el 27 de octubre de 1958 en la Iglesia Cristiana Nazareth, de San José de Río Piedras. En esa reunión se eligió la primera directiva de la Conferencia de Puerto Rico conformada por Fabriciano Picón como presidente, Aniano Rivera como secretario-tesorero y Martín Padilla como vocal.

A raíz de la publicación que hicieron los hermanos en el periódico "El Mundo" invitando a las iglesias independientes a unirse a la flamante Conferencia, la Iglesia de Dios Pentecostal desató una campaña en contra de los líderes recientemente designados, muy especialmente al hermano Aniano Rivera quien era el verdadero motor que impulsaba este nuevo movimiento, que entre otras congregaciones, atrajo a cuarenta iglesias del Concilio de la Iglesia Pentecostal de Jesucristo.

Por su parte el Distrito Hispano del Este logró a tiempo que el concilio general con sede en Springfield, no aceptara el pedido de la Iglesia de Dios Pentecostal de comprar las instalaciones del Instituto Bíblico Mizpa en Bayamón, reservando estos edificios como sede de las Asambleas de Dios hasta el día de hoy.

Para julio de 1959 el hermano Manuel A. Cordero por acuerdo del Concilio del Este renunció al pastorado de la Iglesia del Valle así como de su posición ejecutiva distrital, para trasladarse con su familia a Puerto Rico, en donde se encargó de organizar el Instituto Bíblico de las Asambleas de Dios, contando con el especial apoyo de César Román quien a la edad de diecisiete años fue nombrado pastor en 1958 de una de las congregaciones del Concilio de la Iglesia Pentecostal de Jesucristo, en el Barrio Manocillo de Río Piedras, cercano a la ciudad de San Juan. En una carrera contra el tiempo se hicieron urgentes arreglos a las instalaciones que habían sido entregadas en deplorable estado por los dirigentes de la Iglesia de Dios Pentecostal y para el 20 de agosto de 1959 se dio comienzo a las clases para el primer y segundo años con una participación de treinta y cinco estudiantes, en su mayoría procedentes de la ciudad de Nueva York.

A comienzos de la década del sesenta fue necesario hacer algunos reajustes en el trabajo práctico de la obra, tuviendo que prescindirse de la participación de los hermanos de la Iglesia Pentecostal de Jesucristo que se separaron de las Asambleas de Dios. Sin embargo tres de las congregaciones de aquel movimiento decidieron quedarse en la fraternidad cuyos pastores Crucita Vásquez, Herminio Isern y César Román siguieron proclamando con toda autoridad y denuedo el mensaje del evangelio completo a través de las Asambleas de Dios. El Distrito del Este en todo momento siguió de cerca el trabajo en Puerto Rico, recurriendo aún ante la corte de justicia cuando se pretendió coaccionar sus derechos, resolviendo el tribunal en favor de la Conferencia.

Posteriormente, Ralph Williams que por ese entonces cumplía las funciones de superintendente del Distrito Hispano del Este viajó a la isla para ayudar a reorganizar el trabajo de la Conferencia de Puerto Rico, y más adelante Rubén Nieves y Tony Fonseca formaron parte de un comité transitorio encargado de preparar el borrador de constitución y reglamento, convocándose a una asamblea constituyente en enero de 1965 en San José de Río Piedras, siendo elegidos los nuevos directivos de la Conferencia: Aniano Rivera Seda, presidente; Bartolo Oliver, vicepresidente; César Román, secretario; y, Alfredo Granado, tesorero.

La Creación del Distrito de Puerto Rico a la vez que avanzaba la obra en el territorio este de los Estados Unidos el trabajo de la Conferencia de Puerto Rico del Distrito Hispano del Este seguía adelante, manteniéndose una estrecha comunión a todo nivel del ministerio en la isla. Varios líderes del Distrito decidieron trasladarse a Puerto Rico para sostener aún más el rápido crecimiento de las Asambleas de Dios.

El hermano Carrión personalmente mantuvo una estrecha supervisión sobre la Conferencia y a comienzos de 1974 entendió que la organización local ya estaba madura y era capaz de auto sostenerse, por lo que decidió promover la creación del Distrito de las Asambleas de Dios en Puerto Rico, contando con el decidido apoyo del hermano Rubén Nieves que para entonces era el superintendente de la Conferencia, quien presentó el plan a los pastores y obreros de las iglesias a lo largo y ancho del territorio insular de Puerto Rico.

Es dentro de este marco de entusiasmo y ganas de seguir avanzando que en la reunión anual de la Conferencia celebrada el 26 de abril de 1974 en la Iglesia Pueblo de Dios Pentecostal, en San José de Río Piedras se aprobó por mayoría solicitar la creación distrital ante el Distrito Hispano del Este, el mismo que en la convención anual realizada del 9 al 12 de julio del año en curso en las instalaciones de la Iglesia Hispana Asambleas de Dios en Lancaster, Pennsylvania, acordó la creación del nuevo Distrito, que fue finalmente aprobada en la reunión del concilio general de las Asambleas de Dios, celebrada en Denver, Colorado el 17 de agosto de 1975, con el nombre oficial de Concilio Asambleas de Dios del Distrito de Puerto Rico.

Luego de celebrarse la asamblea constituyente que aprobó la constitución y reglamento, realizada en la iglesia Tabernáculo Asambleas de Dios en Sierra Linda, de Bayamón, que pastoreaba el distinguido hermano Manuel A. Cordero, se procedió a elegir la primera junta ejecutiva quedando compuesto por: Rubén Nieves, superintendente; Teodoro Carrillo, asistente al superintendente; Manuel A. Cordero, secretario ejecutivo; Wilfredo Díaz, tesorero general; César Román, director de Educación y, Ramón Sánchez, director de Misiones.

De esta manera el hermano Adolfo Carrión podía contemplar satisfecho, que el trabajo que se hace para el Señor nunca es en vano y que en esta segunda hora en la historia auténtica y permanente de las Asambleas de Dios en Puerto Rico, dejaba un nuevo Distrito con 113 iglesias establecidas y 206 obreros en pleno ejercicio de lealtad y trabajo en la Viña del Señor.

De otro lado, a comienzos de la década del sesenta el panorama político del mundo occidental se alteró fuertemente por la revolución de Fidel Castro que después de derrocar al presidente Batista convirtió a Cuba al comunismo. Ante esta situación y en plena época de la guerra fría entre la ex-Unión Soviética y los Estados Unidos, este país permitió la llegada de decenas de miles de cubanos quienes se establecieron mayoritariamente en el sur de la Florida así como en el área metropolitana de Nueva York, principalmente en los condados de Bergen, Hudson y Unión del vecino estado de Nueva Jersey.

Este hecho motivó al Distrito Hispano del Este a fijar un especial mecanismo dentro de su organización que permitiese sobrellevar el trabajo entre los latinos del Caribe, centro y Suramérica con los hispanos provenientes de la tierra de José Martí, para cuyo propósito varios líderes del Distrito partieron del noreste para apoyar el trabajo en el sur, como es el caso de Pedro Ríos que fue a Tampa en donde junto con Andrés Román que había llegado de Cuba abrieron varias iglesias que dieron lugar a la Sección de la Florida siendo Román su primer presbítero.

En julio de 1974 el Distrito dio otro paso importante enviando a Epifanio Montes que había sido presbítero de la Sección de Brooklyn, quien a las pocas semanas asumió el presbiterio de la Sección de la Florida, que tuvo que hacer frente a un trabajo intenso y sacrificado para poder atender las necesidades espirituales y materiales que las circunstancias exigían, por un lado la incontenible ola migratoria procedente de Cuba y por otro, la migración doméstica principalmente de los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, cuya gente escogió las áreas de Tampa. Orlando y el condado de Dade que tiene su base en la ciudad de Miami, por su excelente clima y oportunidades para un mejor vivir, especialmente para las cabezas de familias que habían ya cumplido su ciclo laboral en el noreste del país.

El rápido crecimiento de la Sección debido al abnegado trabajo de Montes como de pastores y obreros tanto de los que envió el Distrito como los esposos Francisco y Elsie Ramos, Mike Hernández, así como los que se levantaron localmente, motivó la conversión de la Sección en Conferencia de la Florida, existiendo muchas congregaciones pioneras como la iglesia "La Luz del Mundo" en Tampa del condado de Hillsborought establecida en 1973 y que actualmente pastorea Francisco Castro. Para fines de la década del setenta la Florida ocupaba el segundo lugar en crecimiento demográfico a nivel nacional con más de millón y medio de habitantes que hablaban el español, cifra que años después habría de incrementarse con el éxodo masivo de cubanos del puerto de Mariel

Esta excepcional situación fue comprendida muy bien por los directivos del Distrito Hispano del Este, teniendo en cuenta además la distancia de mil cuatrocientas millas entre la ciudad de Nueva York y el estado de la Florida, que hacía difícil la comunicación personal para el trabajo, además de ser imperativo el establecimiento de un instituto bíblico interno para preparar a los líderes locales en las variantes ministeriales de la obra.

Dentro de este clima de comprensión y apoyo se efectuaron continuas conversaciones entre los líderes de la Conferencia con el superintendente distrital Adolfo Carrión y con el superintendente general Thomas F. Zimmerman, haciendo propicio el momento para que en la convención anual de la Conferencia de la Florida llevada a cabo en Ft. Myers, FL. en febrero de 1980, se acordara pedir al Distrito del Este la creación como Distrito Hispano. Meses después en la convención anual del mes de julio realizado en el campo Mahanaim de la aldea de Swan Lake, Nueva York, el Distrito Hispano del Este aprobó esta petición, la misma que fue confirmada por el Presbiterio General de las Asambleas de Dios en su reunión de agosto de 1980.

El Distrito del Este en coordinación con los líderes de la Florida procedió a fijar el nuevo territorio distrital correspondiéndole los estados de Florida, Alabama, Georgia, Mississippi, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Tennessee. Inmediatamente después se aprobó la constitución y reglamentos como concilio del Distrito Hispano del Sureste, en texto casi idéntico al Distrito del Este. Finalmente, en enero de 1981 en la Iglesia Calvary Temple Assembly se llevó a cabo la reunión de ministros y delegados en la que se eligió la primera junta ejecutiva conformada por: Gustavo Jiménez, superintendente, Israel Suárez, asistente al superintendente, Saúl Flores, secretario, José Espinosa, tesorero y el incansable Ricardo Tañón, director de Misiones. El flamante Distrito empezó con cincuenticuatro congregaciones.

Partes: 1, 2, 3, 4
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente