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El Socialismo: ideal y realidad (página 2)


Partes: 1, 2, 3

"En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora, de los individuos bajo la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro llenos los manantiales de la riqueza colectiva, solo entonces podrá rebasare totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades!" [15]

Estas palabras no dan espacio a la duda, se va a trabajar para producir lo necesario para vivir y aunque los niveles intelectuales entre los individuos sean diferentes va a existir la igualdad de derechos.

Ahora, el carácter revolucionario no es exclusivo de la clase obrera, pues la burguesía lo fue en su momento frente a los señores feudales y a las capas medias. La clase proletaria, al ser producto de ella se convierte en revolucionaria y por tanto, esa capa media que queda en el aire se transforma en revolucionaria cuando se va a convertir en proletariado. El carácter revolucionario se va moviendo entre estos espacios, pero es revolucionario por un condicionamiento: la burguesía porque se enfrenta con una calaña que la critica, el proletariado porque es producto de ella, porque hereda sus características en este sentido y porque se ve ante la necesidad de subvertir el orden y esa capa media porque se ve obligada a asumir un bando.

Pero la lucha que va a protagonizar el proletariado para subvertir el orden, para lograr su libertad, primero debe organizarse a niveles internos, a nivel nacional, estaríamos hablando entonces de una lucha de clase nacional; pero no debemos de olvidar que Marx consideraba que el actuar de la clase obrera, su máxima aspiración, debía ser que esta lucha fuese escala internacional para así expresar el sentir de todos los obreros. Esta movilidad de los obreros no depende de la existencia de una organización internacional para hacerlo, porque su existencia es solo un intento por darle un organismo representativo a la lucha, es decir, por dotar de organización a la lucha.

Marx señalará también, que el deseo de los obreros por conformar una producción colectiva en toda la sociedad, es una expresión de la necesidad del cambio del orden existente; pero esto no se asocia para nada con la creación de cooperativas con ayuda del Estado. Además, se pronuncia a favor de una educación libre de las influencias y artimañas del Estado y de la Iglesia, a favor de un horario laboral consecuente con las necesidades peculiares del país en cuestión; así como hacia una reglamentación adecuada del horario laboral y de las condiciones de trabajo para las mujeres y sobre la prohibición del trabajo infantil, más bien considero que refiere a que la combinación del trabajo y del estudio no es algo negativo, por el contrario, esto facilitará que esto niños que algún día serán trabajadores, sepan valorar su trabajo en su justo valor.

Él no deja de lado a aquellos que cometen actos delictivos, cree que la mejor forma de corregirlos es encaminarlos a que realicen trabajos productivos, de esta forma se respeta un derecho de los mismos. Los individuos encargados de la supervisión, deben ser letrados de las ciencias médicas y los obreros tendrán el derecho de denunciarlos pero solo podrán ser sancionados por el Estado. Así como señala en páginas posteriores que el sectarismo no ha de conducir a nada, no va a poderse vislumbrar la unidad parados desde ese escalón.

No estaría de más decir, que las deficiencias que Marx señala al programa para nada pueden ser menospreciadas, pues demuestran sin margen a error que estas pueden ser las bases a tener en cuenta para modificar la sociedad, subvertir el orden y arriesgarnos al menos a intentar conformar una sociedad mejor; con toda la igualdad y justicia que le podamos adjuntar.

Estos apuntes conducen a estar de acuerdo con Marx y Engels cuando refieren en "La Ideología Alemana" que no consideran que el comunismo sea un estado que deba implantarse, sino que debe ser un ideal al cual la realidad se pueda sujetar. Pero no debe de olvidarse, como nos explica Adolfo Sánchez, que el socialismo tiene un fundamento objetivo que debe ser conocido para fundar racionalmente la acción, que es un resultado necesario históricamente y que es un ideal por el cual vale la pena organizarse y luchar.

"Los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844" resaltan de manera significativa la relación entre la propiedad privada y la construcción de una nueva sociedad, pero no se limita a sí mismo cuando declara que se puede llegarse a un comunismo tosco y despótico, algo así, como que cuando la clase obrera esté en el poder puede que haga lo mismo que su antecesora.

Marx es capaz de confrontar la realidad, de recrearla, pues llega a precisar que la autodestrucción del Estado, la democracia real y la autogestión social son rasgos que visualiza en la Comuna de París. Por lo que ha consideración he de presentarles a su reflexión que:

"…el socialismo es para Marx una sociedad de transición o primera fase de la sociedad comunista y, por tanto, una sociedad comunista que no descansa sobre sus propias bases y construye lo nuevo con materiales de la sociedad burguesa…" [16]

Por cuanto, podemos asegurar sin temor a equivocarnos que Carlos Marx ha de considerar inevitable la transformación de la sociedad capitalista en socialista y ve como motor impulsor de esta transformación al proletariado, quien es engendrado por el propio capitalismo. La batalla que el proletariado va a entablar llega a transformarse en una contienda en busca del poder político.

Para alegría de nosotros, nos informan que acaba de arribar al barco en el que viajamos otro invitado de honor, un teórico del marxismo que promete animar mucho más la "fiesta." Estamos hablando de Vladimir Ilich Lenin, de quien creían cuando pequeño que padecía de algún tipo de retraso y hoy es conocido como uno de los grandes hombres que ha propiciado el desarrollo de la historia de la humanidad tal y como hoy la conocemos, ¿tamaña ironía esta, eh?

Lenin, como hacen la mayoría de los grandes hombres, también se quita el sombrero ante la elocuencia de las palabras de Marx y Engels; por lo que no le han de resultar ajenas sus ideas, de ahí que parta de muchas de ellas para expresarse, así como les felicita por otros pensamientos sentenciosos y sin margen de error. De esta forma me complace presentarles un pasaje que constituye una muestra de ello:

"El genio de Marx está en haber sabido deducir de ahí y aplicar consecuentemente antes que nadie la conclusión implícita en la historia del mundo entero. Esta conclusión es la doctrina de la lucha de clases.

…Y para vencer la resistencia de esas clases, sólo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos rodea, educar y organizar para la lucha a las fuerzas que puedan -y, por su situación social, deban- formar la fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo.

Sólo el materialismo filosófico de Marx señaló al proletariado la salida de la esclavitud espiritual en que han vegetado hasta hoy todas las clases oprimidas. Sólo la teoría económica de Marx explicó la situación real del proletariado en el régimen general del capitalismo." [17]

Evidente es, que en Lenin también se va a continuar la idea de revolución, de cambiar el orden porque lo cree correcto y necesario por lo que nos viene como anillo al dedo la siguiente expresión:

"El cambio de un paradigma a otro, a través de una revolución, ocurre porque las teorías que generaba el viejo paradigma se muestran incapaces de resolver las presionantes anomalías. Cuando tiene lugar una revolución, es decir, cuando se cambian los presupuestos, surge una nueva manera de ver las cosas, una nueva visión del mundo…" [18]

De eso se trata todo, de esa necesidad de encontrar la otra visión del mundo, de encontrar la otra cara que muestra que es posible ver otro orden de las cosas, de ver todo con la misma lupa pero con diferentes perspectivas y anhelos. Lenin sobre esta cuestión ahondará en su obra (donde consideraría que la clase obrera solo puede madurar y formarse cuando se organiza en los límites de la nación), yo solo pretendo lograr captar la esencia de esta y presentársela a ustedes de la forma más comprensible posible.

Lenin coincide con Marx, en que el socialismo conduce a la supresión de clases y de esta forma a la abolición del Estado y coincide con Engels, con respecto a que lo primero que hace el Estado en representación de toda la sociedad (la toma de posesión de los medios de producción en nombre de toda la sociedad) va a ser lo último que haga como Estado independiente.

Por otra parte, va a hacer referencias sobre la espontaneidad y la conciencia que debe tener este movimiento, de ahí que comente que los primeros motines son una expresión de lo consciente, porque los obreros ya no estaban conformes con el orden imperante y comenzaban a entender la necesidad de presentar una resistencia masiva ante el mismo y romper con el servilismo; pero esto se tenía como una tendencia a ser pasos desesperados más que una lucha en sí. Estos motines y huelgas que van a suceder no representan más que embriones de lucha, es decir, ya estaba formándose un pensamiento diferente que en algún momento saldría a la luz.

Resulta interesante como Lenin logra precisar que la clase obrera solo es capaz de agruparse en sindicatos, luchar contra el patrón y pedir la promulgación de leyes, pero para gestar una conciencia socialdemócrata es necesario que venga desde fuera.

Sin embargo, la teoría del socialismo ha sido producida por los intelectuales y teóricos instruidos pertenecientes a las clases poderosas, la doctrina de la socialdemocracia en Rusia ha surgido independiente al ascenso espontáneo del movimiento obrero y como resultado natural del desarrollo del pensamiento de los intelectuales revolucionarios socialistas. Pero se hace necesario, que el movimiento obrero deje a un lado la tendencia espontánea del tradeunionismo de cobijarse bajo la saya de la burguesía y dirija su atención hacia la socialdemocracia revolucionaria, pues es en esta línea, según Lenin, por donde anda el mérito histórico de Lasalle ante el movimiento alemán: apartó a ese movimiento del camino tradeunionismo progresista y del cooperativismo.

Lenin nos alerta de la necesidad de alejar al movimiento obrero de lo espontáneo debido a que esto conduciría a la burguesía a su supremacía, y al respecto señala:

"…la ideología burguesa es mucho más antigua por su origen que la ideología socialista, porque su elaboración es más completa y porque posee medios de difusión incomparablemente más poderosos. Y cuanto más joven es el movimiento socialista en un país, tanto más enérgica debe ser, por lo mismo, la lucha contra toda tentativa de afianzar la ideología no socialista, tanto más resueltamente se debe preservar a los obreros de los malos consejeros, que chillan contra la exageración del elemento consciente…" [19]

Rosa Luxemburgo también delibera al respecto en "Huelga de masas, partido y sindicatos de 1906" donde expone que la huelga de masas es vista como un paso del proletariado industrial, emprendido durante un hecho político entre las direcciones de los partidos y los sindicatos; que la socialdemocracia está llamada a asumir la dirección política y tenían que dar la consigna de lucha, orientar, tener una táctica adecuada para brindar confianza a las masas. La socialdemocracia como vanguardia del proletariado, no puede esperar de brazos cruzados que se desarrolle una situación revolucionaria, más bien debe provocarla haciéndole entender a las masas de que las condiciones para ello están dadas; en esto coincide con Lenin quien consideraba que la revolución había que hacerla y ahora, porque las condiciones objetivas estaban dadas.

Por otro lado, Lenin deja claro que esas huelgas y motines solo estaban en un momento inicial; por lo que para obtener una conciencia entre los obreros, por todo lo ya explicado, era necesaria la intervención de fuera, solo desde fuera podría abrirse camino esta conciencia y señala esto como una cuestión de primordial importancia puesto que :

"Sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario…" [20]

El énfasis de esto viene dado porque Lenin considera que la teoría para la socialdemocracia ocupaba un lugar relevante, pues el partido era muy joven, apenas estaba en sus inicios y el movimiento socialdemócrata por naturaleza era internacional, lo que implicaba que este movimiento podía lograr el éxito solo teniendo en cuenta las experiencias de otros países y hasta el momento las propuestas que había hecho la socialdemocracia de Rusia eran únicas. Sobre como adquirir la conciencia de clase reflexiona Lenin en páginas posteriores y concluye que:

"La conciencia política de clase no se le puede aportar al obrero más que desde el exterior, esto es, desde fuera de la lucha económica, desde fuera de la esfera de las relaciones entre obreros y patronos. La única esfera en que se puede encontrar estos conocimientos es la esfera de las relaciones de todas las clases y capas con el Estado y el gobierno, la esfera de las relaciones de todas las clases entre sí…Para aportar a los obreros conocimientos políticos, los socialdemócratas deben ir a todas las clases de la población, deben enviar a todas partes destacamentos de su ejército." [21]

Ya para esta fecha y con las pertinentes intervenciones de Bernstein, Lenin se pronuncia diciendo que el marxismo y el reformismo se diferencian en que el reformismo lucha por reformas dentro del sistema y el marxismo lucha también por reformas pero esto no es suficiente, por lo que aspira a hacer la revolución. El reformismo es una crítica al marxismo desde el mismo marxismo y ve al reformismo como una teoría burguesa con ideología burguesa.

En la lógica histórica luego de esta delimitación, tienen lugar una serie de congresos de la II Internacional previos a la primera guerra mundial:

– El VII Congreso se desarrolló en Alemania, donde por primera vez se va a hablar de militarismo y van a formarse dos posturas al respecto: los oportunistas, que consideran que una vez que estalle la guerra en Europa solo van a existir agresores y agredidos por lo que los obreros tiene que defender su patria (obrero contra obrero) y otra posición que planteaba que si esta era una Asociación Internacional de trabajadores, cómo iban a luchar los trabajadores en una guerra que no es de ellos y por intereses burgueses. Relacionado a esto se aprueba el acuerdo de Stuttgart promovida por Lenin y Rosa Luxemburgo donde declaraban que la guerra era imperialista y de expansión territorial, que los obreros no tienen nada que hacer en esa guerra porque sus intereses no están reflejados, que se debía evitar la guerra por todos los medios y si llegaba a estallar se debía aprovechar para hacer la revolución en cada país.

– VIII Congreso de Copenhague: se ratifica la Resolución de Stuttgart.

– IX Congreso de Basilea: se aprueba un manifiesto que ratifica la Resolución de Stuttgart y agrega que en vísperas de guerra los gobiernos de Europa tenían que aprobar un presupuesto ante lo que nuestros parlamentarios votarán en contra.

Pero esto último sucede de forma contraria cuando el parlamento alemán habla de esta situación el partido vota a favor del crédito de guerra y apoyan al gobierno burgués, ante tal situación la Segunda Internacional pierde su interés de clase y muere como tal de ahí que se esté asistiendo a su bancarrota. No obstante, el partido ruso elabora un manifiesto donde ratifica la Resolución de Stuttgart, este documento presenta la ruptura de la II Internacional y propone crear una III Internacional.

Ante tal panorama Lenin va a calificar a los dirigentes de la II Internacional como chovinistas que profesan una falsa idea sobre la defensa de la patria y que esto solo justificaba la colaboración de clases.

Todo ese contexto proporciona una imagen de un Lenin que se mueve en la práctica política y revolucionaria, que desea una fuerza social anticapitalista, un nuevo bloque histórico que logre unir a los obreros, que ve a la guerra mundial como la continuación de la política y de los intereses clasistas del imperio por otros medios; por tanto debemos ser consecuentes entonces con lo que nos ha de exponer Rosa Luxemburgo en su texto "Utopías Pacifistas" cuando señala que quien desee realmente la paz y quitarse el peso de las armas de encima, deberá desear también el socialismo.

Grande era el insulto de Lenin con aquellos que de una u otra manera intentaban mitigar el aspecto revolucionario de la doctrina, haciendo pasar al frente todo aquello que podía ser de buen grado para la burguesía y refiere que ante tamaño embuste no tenía otra tarea más importante que "restaurar la verdadera doctrina de Marx acerca del estado,"[22] donde se va a ver una estrecha relación entre la sociedad de clases y el estado.

Apuntará Lenin que el Estado ha de ser un producto del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase, que este hace su aparición en el mismo instante en que las contradicciones de clase no pueden resolverse y que su propia existencia está dada por esta no conciliación. Lo que suscitará la aparición de dos líneas: una que reconocerá que el Estado solo existirá allí donde existan antagonismos entre clases y lucha de clases y otra que promulgará (teniendo en cuenta a Marx) que el Estado ha de ser un órgano de dominación de clases, de opresión de una clase por otra. Todo esto solo hace evidente que la clase oprimida solo será libre a partir de una revolución violenta que se proponga subvertir el orden y por tanto contemple la destrucción del aparato estatal que ha sido creado por la clase opresora.

Lenin haciendo un análisis de lo que considera una de las obras más populares de Engels (El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado), expone un fragmento que deja entrever que el Estado no siempre existió, que debido solo a un nivel de desarrollo alcanzado por la humanidad se experimentó la división de la sociedad en clases y por tanto se hizo necesario el Estado, pero que en el proceso de evolución se ha de llegar a un punto en que esa división de clases solo nos retarda, por lo que desaparecerán tal y como aparecieron una vez; pero al desaparecer las clases lo hará también el Estado y la sociedad fomentará un nuevo modo de ver la vida de los hombres y todo lo que le atañe a ella. Esto, les adelanto, que no es más que un preámbulo de una idea fundamental que Lenin ha de desarrollar en páginas posteriores.

Por lo que comenzaremos a hablar de una "Dictadura del Proletariado" que no tendría como protagonista a otro más que al Estado (el proletariado organizado como clase dominante), aquí veríamos la efectividad de la lucha de los grandes teóricos en cuanto a que la clase obrera tuviese una "conciencia de clase".

Teniendo en cuenta la consideración de que el proletariado sólo necesita de un Estado que se extinga y que los trabajadores han de necesitar llegar a postularse como Estado; si este va a ser una organización especial de fuerza, de violencia para reprimir a una clase cualquiera, luego, el proletariado reprimirá a la burguesía; es decir, los trabajadores sólo necesitan de un Estado para acabar con los explotadores y esto solo lo podrá hacer el proletariado como clase organizada y revolucionaria que es.

Los oprimidos van a necesitar del poder político para eliminar todo vestigio de ese puñado de burgueses que los oprimían. Por lo que quitar del poder a la burguesía, solo será posible con la participación del proletariado organizado como clase dominante. El proletariado ha de necesitar para ello de todo el poder que otorgan las altas posición, esta será la única forma de organizarse en contra de la burguesía y de organizar a las grandes masas. Hemos de hablar entonces de la necesidad de educar al partido obrero que será la vanguardia de la lucha y permitirá obtener el éxito.

Lenin apunta también que aunque se dice que lo esencial en la doctrina de Marx es la lucha de clases, no es tan así, puesto que esta tendencia es producto de la tergiversación oportunista, pues según Lenin, la lucha de clases no fue creada por Marx sino por la burguesía antes de Marx y no es marxista aún quien reconoce sólo la lucha de clases; un verdadero marxista ha de ser aquel que va desde el reconocimiento de la lucha de clases hasta el reconocimiento de la dictadura del proletariado. Esto que refiere Lenin se patentiza con la carta que redactó Marx dirigida a Joseph Weydemeyer[23]el 5 de marzo de 1852.

"La idea de Marx consiste en que la clase obrera debe destruir, romper, la máquina estatal existente y no limitarse simplemente a apoderarse de ella." [24]

A partir de esto que presenta Lenin sobre un pensamiento de Marx, la madeja comienza a ser más fácil de zafar, pues incontrovertible es que el mejor consejo que ha de recibir el pueblo oprimido es destruir a esta máquina que les hace tener una vida sufrida y sustituirla a su vez por ese proletariado organizado como clase dominante.

Pero esta represión que va a ser ejercida por parte del proletariado tiene que constar de precisión y firmeza para garantizar el éxito y evitarse así el rotundo fracaso de la Comuna de París. Ya en el momento dado de que la represión es ejercida por una mayoría, deja de ser necesaria la existencia de una fuerza especial de represión; está entonces el Estado comenzando a extinguirse. Se ha de pasar de experimentar una democracia burguesa con todo lo que conlleva para experimentar una democracia proletaria (por ejemplo: libre elegibilidad y revocabilidad de funcionarios, los salarios serán reducidos al de un obrero común y la transformación de la propiedad privada en propiedad social). Sólo el proletariado es quien tiene el inmenso poder de derrocar a la burguesía y sólo cuando lo hace es que está dando pasos para acercarse a la transformación socialista.

Entonces, según Lenin, no tenemos que remitir a Engels y a cuando habla de su extinción de Estado y la revolución violenta, lo que aparece en un fragmento que Lenin presenta como noción analizada que refiere que:

"…El Estado burgués no se "extingue", según Engels, sino que "es destruido" por el proletariado en la revolución. El que se extingue, después de esta revolución, es el Estado o semi-Estado proletario." [25]

Se infiere entonces que lo que se debe producir es que "esa fuerza especial de represión" ejercida sobre el proletariado por parte de la burguesía debe ser sustituida por "esa fuerza especial de represión" de la burguesía por parte del proletariado y cristalizando de esta forma la destrucción del Estado e imponiéndose la dictadura del proletariado.

Esta extinción del Estado solo tendrá lugar luego de que los medios de producción sean considerados una propiedad social. Solo cuando sea el proletariado quien protagonice el papel de Estado existirá una democracia, lo que también constituye un Estado. Si el Estado burgués solo puede ser destruido por medio de la revolución entonces esta democracia solo puede extinguirse, porque es la más completa democracia imperante durante un Estado que solo puede extinguirse. Pero en realidad nunca se ha de estar ante un Estado libre y popular porque la consigna de "Estado popular libre" expresa lo bello de la democracia burguesa y no entiende la crítica socialista de todo Estado en general.

Luego, ante el carácter inevitable de la revolución violenta por ser la única vía para destruir a la burguesía y en espera de esa extinción del Estado después de que se declare el carácter social sobre los medios de producción, se hace necesario, para que todo ocurra en este orden, que se realizase un proceso de educación de las masas para que comprendan que no hay otra forma que la revolución violenta para sustituir al Estado burgués y la eliminación del Estado proletario se dará a partir de un proceso de extinción. No queda duda entonces, que para Lenin concluir tales ideas hubiese de recurrir al pensamiento teórico de Marx y Engels.

Lenin, que era más dado a la práctica, consideraba que en este proceso de educar a las masas en cuanto a la revolución violenta, el partido jugaba un papel importante y que no había que esperar a que la revolución llegará por su paso natural para subvertir el orden y quedarse ahí, pues consideraba que este nuevo orden podría evolucionar a un nivel superior donde la violencia y la subordinación no serían elementos necesarios en una sociedad para vivir; esto es lo que se entiende de estas palabras de Lenin:

"Nosotros nos proponemos como meta final la destrucción del Estado, es decir, de toda la violencia sobre los hombres en general. No esperamos el advenimiento de un orden social en el que no se acate el principio de la subordinación de la minoría a la mayoría. Pero, aspirando al socialismo, estamos persuadidos de que éste se convertirá gradualmente en comunismo, y en relación con esto desaparecerá toda necesidad de violencia sobre os hombres en general, toda necesidad de subordinación de unos hombres a otros, de una parte de la población a otra, pues los hombres se habituarán a observar las reglas elementales de la convivencia social sin violencia y subordinación." [26]

Por lo que podemos coincidir con Lenin cuando expresa que la transición de una sociedad capitalista hacia la sociedad comunista ha de ser imposible sin un período político de transición o una dictadura del proletariado.

Retomando el tema de la democracia, Lenin precisa que en la sociedad capitalista la democracia existente favorece a la minoría, a los ricos, mientras que durante la dictadura del proletariado la democracia por primera vez favorece a los pobres, a la mayoría, pero este tipo de democracia que excluye a una minoría es la democracia de la transición del capitalismo al comunismo. Sólo en el comunismo, donde no existirán las clases sociales, se hablará de la desaparición del Estado y de la existencia de libertad; sólo aquí podrá hablarse de una democracia que no sea excluyente y de una democracia que se extinguirá paulatinamente puesto que los hombres no han de necesitarla porque serán capaces de respetarse y convivir a partir de nociones elementales del orden. Mientras mayor sea la democracia que se experimente durante el comunismo más rápido nos libraremos de necesitarla y por consiguiente, más rápido desaparecerá por sí misma. Sólo durante el comunismo la necesidad del Estado se puede suprimir totalmente, pues ya no constituye una obligación reprimir a las personas. Luego, ante los excesos de algunos individuos, existirá un pueblo armado y preparado para mantener el orden, pero estos excesos desaparecerán también al no tener que lidiar con las causas que más los provocaban, por tanto, no se ha de necesitar del aparato especial de represión.

Mientras se está a la espera de esta fase se debe de establecer un adecuado control por parte de la sociedad y del Estado, que debe comenzar con la declaración del carácter social de los medios de producción.

Lo importante de la teoría de Marx, según Lenin, es que éste es capaz de extender el paño del materialismo dialéctico hasta el comunismo, sacándolo a la luz como una consecuencia del capitalismo. Bajo las alas del comunismo ha de existir el Estado burgués sin burguesía, es decir, posee el comunismo vestigios de esa vieja sociedad.

El socialismo, rebatiendo la idea burguesa, representa un movimiento vivo, de progreso donde la democracia es para la mayoría, democracia que implica igualdad entre los ciudadanos y su igualdad de elección. Donde mientras mayor sea la democracia, mayor serán las probabilidades de que desaparezca el Estado.

Entonces, en esa sociedad superior, todos los ciudadanos han de convertirse en empleados a sueldos de Estado para que trabajen por igual y ganen equitativamente, va a imperar una disciplina que constituirá el paso necesario para librar a la sociedad de las penurias de la explotación capitalista.

La mayor parte de las deliberaciones aquí presentadas aparecen en "El Estado y la revolución", texto que escribe Lenin en julio de 1917, donde proporciona a mi criterio un verdadero manual para ver a la hora de la revolución.

Es Octubre de 1917, está sucediendo la Revolución, Lenin refiere que se tiene que pasar en un mismo momento histórico de la burguesa (se tenía que deponer a la monarquía) a la socialista (aunque no se consideraban fuertes como para tomar el poder había que organizarse).

Como tema central se tiene la cuestión del poder que experimenta dos vertientes: la primera consideraba que una vez eliminada la monarquía y con la existencia de un gobierno provisional, se debía usar la maquinaria estatal existente y otra que proponía eliminar el gobierno provisional y formar un nuevo Estado: la dictadura del proletariado. Todo queda en que los soviets convocan a una insurrección contra el gobierno provisional, pues consideraban que ellos eran los que debían tomar las decisiones, con este pretexto se cita al Segundo Congreso de los Soviets.

Por otro lado, el mismo día de la revolución se aprueban los decretos de la paz, de la tierra (aprobado por Lenin en ese mismo momento) y el decreto acerca de las nacionalidades (derecho a la autodeterminación).

Aunque esta revolución no viene como la esperaba Lenin debido a que él consideraba que se debía esperar a que la revolución en occidente triunfase para que así viniese a ayudar a la de Rusia, la misma ha de constituir una expresión acabada del pensamiento de Lenin y aunque él por su salud y el atentado que le hacen pasa a un segundo plano, no debemos olvidar que fue una figura emblemática para la gestación de este proceso así como para su manifestación y desarrollo.

Sobre esto, refiere Rosa Luxemburgo[27]que esta revolución echa por tierra la teoría de Kautsky (importante e influyente teórico del socialismo) y los socialdemócratas de que Rusia por ser un país atrasado en varios aspectos no estaba preparada para una revolución, que los dirigentes de la revolución Lenin y Trotsky dieron un paso de magna trascendencia para Rusia que implicó una gran violencia y su actuar constituyó un ejemplo de política socialista para la Internacional y que el partido de Lenin fue el único en comprender cuál era su papel en ese momento y vieron el camino correcto a seguir cuando hablaron de una dictadura del proletariado para realizar el socialismo.

Epígrafe 3. Ideal y realidad.

Uno de los elementos que patentizan la genialidad de Lenin como conductor de un proceso revolucionario tan interesante como el ruso es que desde un principio se percató de que no era factible eliminar por completo la influencia económica de la cual gozaba la burguesía, por lo que consideró pertinente apocar dicho poder para así fortalecer el poder político del proletariado.

El primer impulso de construcción de socialismo en Rusia se ve frustrado a partir de la intervención extranjera y de la guerra civil, situación que se tradujo en lo que se considera el "Comunismo de Guerra", momento que el autor Fidel Vascós refiere como: "…la aplicación más estricta del igualitarismo en la distribución, la reducción de la estimulación material de los trabajadores, la rápida extensión de la propiedad estatal a costa de la reducción de la pequeña producción mercantil…"[28]

Han transcurrido los días desde el último de contienda, Lenin considera que la situación ya debe cambiar por ello presenta una propuesta conocida como la Nueva Política Económica[29]la cual va a tener como objetivo aliviar la difícil situación que quedó como legado de la guerra. Frente a esta nueva propuesta se registran dos aspectos importantes: se observaba la recuperación económica del país y a su vez el enriquecimiento de algunos campesinos y dueños de tierras; situación ante la cual Trotsky muestra su desacuerdo pues entendía que estas medidas eran de tipo capitalista y frenaban el desarrollo de ese socialismo al que aspiraban llegar, pues consideraba al "comunismo de guerra" como el método a adoptar por parte del Estado por ser el adecuado para el desarrollo del país; aunque en febrero de 1920 Trotsky propuso al Comité Central[30]cambiar los criterios de este método, pues consideraba que no satisfacía las necesidades por lo que era necesario modificarlo para revivir la economía.

Con Bujarin es otro el asunto, pues primero era partidario del "comunismo de guerra", luego que Lenin define la NEP se hace partidario de este método y se interesa por definir si esta última nace como un accidente histórico debido las condiciones existentes o si era el primer paso en una camino de transformaciones que apuntaban hacia el socialismo. Por su parte Preobrajensky refiere que la única posibilidad de supervivencia del socialismo parte de garantizar la acumulación ampliada de la industria estatal tomando los recursos del sector no socialista de la economía. En fin, Trotsky y Bujarin apoyaban la idea de que la NEP eventualmente debería desaparecer dando paso así a una economía estatal mientras que Bujarin consideraba que la construcción del socialismo se realizaría a partir del funcionamiento parejo de la economía estatal y la privada.

Pero llega el año 1922 y Lenin se retira del poder debido a que sufrió un ataque de apoplejía, por lo que se experimenta una tensión entre Stalin y Trotsky ante la cuestión de quién asumiría el poder. Lenin expresó su inclinación porque lo sucediese Trotsky a su muerte y es entonces en el año 1924 cuando se asiste a tan triste episodio.

Antes de continuar avanzando, debemos precisar que este proceso transformador en Rusia cumple con el modelo ideal de socialismo, porque es la primera experiencia socialista que puntualizará precedentes para el futuro y contó con la presencia física de Lenin, quien aportó ideas importantes a la teoría, pues a su muerte muchos fueron los cuestionamientos a cerca de cómo se debería construir el socialismo y todas las relaciones concernientes a él. Lo cierto es que el proceso en Rusia coincide con la teoría, pues la clase obrera subvierte el orden para luego establecer una dictadura proletaria, que en Rusia tendría un desarrollo específico e inigualable por las características propias de la conducción general del país a partir del fallecimiento de Lenin.

Stalin haciendo gala de sus influencias y aliándose con Zinoviev y Kamenev logró imponerse a Trotsky. La lucha por el poder se disfrazó de argumentos ideológicos: con la construcción del socialismo en un solo país (Stalin) y contra la revolución permanente a escala mundial (Trotsky). Lo cierto es, que Stalin logró su acometido, tomó el poder y se deshizo de todos los elementos que lo comprometían: a Trotsky lo envió al exilio y posteriormente lo ordenó asesinar, así como se deshizo de Zinoviev y Kamenev.

Para la fecha la situación de Rusia era comprometedora, pues el cerco capitalista estaba empeñado en ahogar al primer país socialista de la historia; como determinación fundamental ante tal asunto se señala la marcada necesidad de elevar el nivel da la producción industrial en general, así como los medios de producción.

Lógico es entonces que Stalin no estando de acuerdo con la política existente comenzó a realizar transformaciones como: abandonar la NEP y darle otro rumbo a la economía, modificó la vida de pueblos en función de un objetivo nacional, instauró la colectivización forzosa y sometió al sistema productivo a una disciplina de planificación central obligatoria; tal vez estas sean las razones de que algunos autores le atribuyan a Stalin la realización del proyecto socio-económico en Rusia. Aunque la población no estaba complacida con las mejoras en los servicios no se expresaban debido a la eliminación de libertades y por ende de la represión.

Stalin fue un dirigente movido por la ambición que no dudo en ceder territorios en pactos con el fin de tener sus fronteras tranquilas y la resistencia por parte de E.U hacia su política de extensión del comunismo a países con movimientos revolucionaros provocaron la Guerra Fría (clima de tensión bipolar a nivel mundial entre dos grandes bloques: el comunista y el capitalista, lo que duraría hasta la disolución de la U.R.S.S.).

Luego de la Segunda Guerra Mundial el panorama no era muy favorable para Rusia quien había sufrido considerables pérdidas de vidas humanas. Súmesele a eso la connotada tensión que provocó la Guerra Fría, la cual abrió el paso hacia un período de mayor tensión entre 1961 y 1962 con relaciones internacionales más complejas. Definitivamente se deteriorarían las relaciones entre los soviéticos y los americanos en el año 1980 luego de la invasión soviética a Afganistán.

Posterior a la muerte de Stalin en 1953 la lucha por el poder tuvo un giro interesante, sus colaboradores salieron derrotados; mientras, Nikita Jrushchov denunciaba las atrocidades cometidas por Stalin y sus ideas que respondían al culto de la personalidad. Entre sus palabras pronunció reformas cuyo fin era obtener mejoras en las condiciones de vida del país. En el año 1964 Nikita Jrushchov es destituido por el Comité Central del Partido Comunista a partir de cuestiones tales como: "la crisis de los misiles en Cuba" y "el Cisma chino-soviético".

Durante el mandato de Brezhnev la situación se tornó difícil: las mejoras en construcción y producción de alimentos no fueron suficientes. La naciente cultura del consumismo y la escasez en bienes de consumo, inherentes a un sistema de precios no regulado por el mercado, fomentó el robo de propiedades estatales y el crecimiento de un vigoroso mercado negro y en consecuencia con el espíritu revolucionario que acompañó al nacimiento de la Unión Soviética, el estado de ánimo que predominaba en la élite soviética al morir Brezhnev en 1982 era el miedo al cambio.

A partir de esta fecha las marcadas tendencias en Rusia fueron el desmoronamiento de las estructuras económicas y políticas y los intentos por invertir ese proceso mediante reformas improvisadas. Después de la rápida sucesión de Yuri Andrópov y Konstantín Chernenko, le siguió Mijaíl Gorbachov quien logró cambios importantes en la economía y en el liderazgo del partido. Su política de glasnost liberó el acceso público a la información después de décadas de represión gubernamental. Pero Gorbachov fracasó al tratar de enmendar la crisis esencial del sistema soviético; en 1991, cuando una conspiración de personas próximas al gobierno (Golpe de Estado de 1991 en la URSS) reveló la debilidad de la posición política de Gorbachov, el fin de la Unión Soviética estaba próximo.

Después de la Primera Guerra Mundial el panorama no era favorable, solo el imperio ruso se organizó bajo el liderazgo de los bolcheviques, Stalin condujo a Rusia por el camino de la industrialización y frente a la amenaza nazi solo se fortaleció convirtiéndose en el rival de los E.U.

En el intento de reformar la economía Gorbachov propone "La Perestroika" que permitiría salir de la ineficiencia económica y degradación social en que se estaba, constituye además un proceso de reforma basado en la reestructuración de la economía, se desarrolla con la ayuda del Primer Ministro de Japón y se parte del objetivo de reformar y preservar el sistema socialista para otorgar a la U.R.S.S un espíritu de empresa e innovación.

Este proceso, acompañado también de una cierta democratización de la vida política, trajo varias consecuencias a nivel económico y social que provocaron el fin de la era de Gorbachov y el colapso y desintegración de la URSS. A pesar del desenlace que tuvo el asunto la reforma del sistema implicaba la ruptura con la inmovilidad y aceptaba la posibilidad de moverse hacia el socialismo en nuevas condiciones.

Con la desintegración de este modelo de Socialismo, el futuro se llena de incertidumbre en lo referido a la alternativa socialista; consecuente con ello se habla de un descrédito de la idea de socialismo, de que no se crea en que exista una alternativa diferente al capitalismo en la actualidad y de que las condiciones del obrero se hayan agudizado.

A pesar de todo esto, cuando el campo socialista cayó no todos los ejemplos cayeron con él; quedó una llamita encendida que con los años permitió encender una gran hoguera que calienta hoy a muchos.

Después del derrumbe se pudo observar que la estrategia a seguir en cuestiones de socialismo debía ser sometida a análisis y reflexión con el objetivo de que su aplicación no constituyera un rotundo fracaso. Países como China, Corea de Norte y Viet Nam estaban inmersos en este proceso para la fecha, cada cual con sus peculiaridades y aspectos distintivos; resaltando China tanto por su potencialidad geográfica como económica, lo que en su momento llegó a establecer una connotada tensión entre Rusia y China.

Una China que aplicó un proceso de reformas que estuvo precedido por la descentralización de gestión económica a todos los niveles y la creación de una economía mixta. Deng Xiaoping inicio este proceso de reformas y aperturas para construir un socialismo con características propias, proyecto que continuó desarrollo bajo la dirección de Jiang Zemin (1993) y Hu Jintao (2004). Estas transformaciones le permitieron demostrar a China su potencialidad económica que va de la mano de la idea de que los países deben respetarse mutuamente, de que se debe evitar la exorbitante polaridad entre ricos y pobres y de que se debe trabajar en base a obtener el florecimiento cultural.

En la actualidad los expertos consideran que China es un ejemplo del logro de una configuración preliminar de una economía de propiedad pública como cuerpo principal que se desarrolla a la par de la individual, la privada y los elementos de economía no estatal. Es evidente entonces, que se trabaja por elevar la capacidad para manejar la economía de mercado socialista y de configurar los mecanismos que permitan asegurar el desarrollo acelerado, sostenido, coordinado y sano de la misma.

Por su parte, el pueblo de Viet Nam tiene como base de lucha la independencia, la libertad, el socialismo y la felicidad de la patria; por ello siguen las ideas de Lenin de que luego de realizar la revolución democrático-burguesa el pueblo debe encaminarse a la revolución socialista. En base a esto se habla de un partido como instrumento conductor del proceso, el cual fue capaz de concretar sus acciones (fundó la liga Vietminh y organizaciones de masas para la salvación nacional en 1977, así como agrupó las fuerzas patrióticas en un solo bloque contra el fascismo y el colonialismo).

Viet Nam, un país que a pesar de estar implicado en contiendas bélicas, a partir de 1954 se propuso la reconstrucción económica (aunque esta idea empieza en el 1953 con el Primer Plan Trienal, donde se habló de la transformación económica como primera fase de la Revolución Socialista de Viet Nam del Norte).

En el período de la reconstrucción económica se comprendió la transformación social de la economía. La constitución de una industria estatal y del monopolio de comercio exterior que se emprendieron desde principios de la revolución nacional forman parte de la construcción del socialismo. Para el desarrollo rápido de la producción agrícola así como la introducción de la modernización, consideran los vietnamitas que se debería resolver el asunto con una agricultura cooperativista; pero lo más trascendente de la cuestión es que reconocen que la política de transformación no será coercitiva. Gracias a todo esto ya para el año 1957 la economía estatal adquiere un carácter complementario en la economía nacional. Esta transformación con los años se traduce en una evolución del pensamiento social así como en el mejoramiento de los índices de calidad de vida de la población vietnamita.

Corea del Norte, por su parte, reflexiona acerca de que el derrumbe del socialismo en varios países proporciona lecciones a analizar. Ven al socialismo como una sociedad progresista que refleja las exigencias de las masas populares por la independencia y el avance de la humanidad hacia el rumbo de la marcha de la historia. Además, le confieren al partido un enorme valor por su papel conductor en dicho proceso, por su labor en cuanto a la consolidación de la base ideológico-organizativa y como representa a las masas, lógico es que no puede vivir al margen de ellas, por lo que tiene que dotarlas de un modo firme con las ideas socialistas.

También expresan a partir de la "Declaración de Pyongyng" que el socialismo es el ideal de la humanidad y de una sociedad que representa el futuro, una sociedad verdaderamente popular, donde la idea socialista es el ideal de la clase obrera; pero que representa una idea universal de la humanidad que refleja la naturaleza social del hombre, la liberación nacional y humana que encierra la aspiración de todas las naciones y seres humanos a la soberanía. La verdad justa del socialismo declara el carácter inevitable de su victoria e inspira a los pueblos del mundo a que luchen por la independencia.

En este contexto también llama la atención Cuba y su proceso revolucionario que alcanza un momento importantísimo con el triunfo en 1959 de la Revolución Cubana. Original como nosotros solos pretendíamos crear una revolución diferente, sin precedente y mucho menos con ataduras a tendencias ideológicas (debido en parte al sentimiento anticomunista) lo cierto es, que desde la "Primera Declaración de la Habana" se habla de una sociedad justa, igualitaria, de todos y para el bien de todos; así que la historia patentiza que fuimos una revolución con un sentimiento de entrega profundo y presto a conseguir las premisas propuestas.

Pero nos complicó la vida el enemigo, cuanto acto se podía ejecutar para hacernos daño… ahí estaba su mano. Es entonces, a partir de esta coyuntura social y también económica, que en el año 1961 se declara el carácter socialista de la Revolución Cubana; pues si se estaba de acuerdo con las declaraciones, como afirmó a viva voz el pueblo reunido en una plaza, entonces se estaba de acuerdo con el socialismo. Un socialismo original, que parte de las bases clásicas y que en los próximos años se nutriría de los parámetros internacionales y de las relaciones con otros.

Hasta ahora esta es la carga histórica que atañe al siglo XX, solo a él y a nadie más. Un siglo que vio desde los primeros destellos de esplendor de la humanidad hasta sus momentos más inhumanos y despiadados. Pero no debemos caer en depresión por ello, al contrario, el corazón nos debe dar un vuelco de alegría; sin esperarlo el siglo XXI ha llegado… diferente, original, con su propia cadencia y elegancia. Avizora cambios, movilidad, esperanza para muchos, incredibilidad para otros; solo resta esperar, vivir, escuchar, reflexionar sobre todo lo que viene… sobre lo que está siendo.

Considero que todo este recorrido debe contribuir a fortalecer la idea de que una alternativa siempre es posible porque es la mejor oferta y está presentada para favor nuestro desde la raíz de nuestra historia: el Socialismo.

Capítulo II.

El Socialismo en el siglo XXI

Epígrafe 1. Continuidad y ruptura.

El derrumbe del modelo socialista en Europa tiene consecuencias trascendentales en la historia por la connotación social, cultural, política, ideológica y económica que representaba el socialismo como proyecto. Pero no debemos marginarnos y apropiarnos solamente de este patrón, pues cierto es que cambió el contexto mundial ante tal suceso y los cinco aspectos aquí mencionados (sobre los que todo teórico habla) sufrieron grandes transformaciones; pero debemos ver más allá de la limitante física y como buenos estrategas y aprendices, es esa la labor en la cual se enfrascan hoy un número de países que batallan por proveer y condicionar un mundo donde se respete la igualdad entre los hombres.

Como explicaba anteriormente, el derrumbe del modelo socialista en Europa no significa que el socialismo como sistema no sea factible ni sostenible, esto solo indica que el proceso debe ser sometido a un análisis detallado para no cometer los mismos errores a la hora de aplicarlo, que debemos repensarlo teniendo en cuenta un conjunto de variables si deseamos obtener resultados positivos; pues el desarrollo del socialismo en la U.R.S.S. representó la posibilidad de que países atrasados entraran en la etapa de construcción sin pasar primero por el capitalismo y esta es una lección digna de apreciar.

Esta labor de construcción solo ha podido ser lograda a partir de revoluciones entendiendo estas como un proceso de transformación de la realidad existente. Una revolución que va a suceder a partir de elementos puntuales, de sus propias especificidades y particularidades, lo que conducirá a una evolución diferente del proceso en cada país; pero no por diferente se aleja de los aspectos fundamentales que debe conservar la idea de socialismo.

En nuestros días se habla de un socialismo de nuevo tipo o socialismo en el siglo XXI. Los diferentes países que se encuentran en esta faena y cuyos gobiernos conducen tal asunto, han logrado sostener un fuerte movimiento social que los apoya y que es casi posible afirmar que a eso se debe el éxito del proyecto. Si hasta hace un tiempo se consideraba que era necesaria la presencia del partido para secundar dicho proyecto, ahora se necesita de ellos; pero también se cuenta con la intervención extraordinaria de hombres como Fidel Castro en Cuba, Hugo Chávez Frías en Venezuela y Evo Morales en Bolivia.

Cierto es que si una conducción acertada es importante y en gran medida garantiza el triunfo de cualquier proyecto, no se deben dejar desatendidas cuestiones que muchas veces estos mismo dirigentes en su actuar las perciben y por ende trabajan en función de resolverlas.

Queda claro que el interés de replantear, reelaborar lo que se conoce hasta el momento como socialismo responde al hecho de que ya la humanidad distingue que el capitalismo en su incesante avance no le otorga a los seres humanos el papel protagónico mientras que si lo hace con las relaciones sociales de producción, en esta idea se apoya el autor Lebowitz para afirmar que lo que se necesita es el "desarrollo consciente de una sociedad civil"[31], en lo que coincido con él; pues es necesario repensar la idea, pero también ajustar la aplicación de la misma al contexto que le atañe así como ajustar el actuar de los individuos a los cuales va a afectar de forma directa dicha aplicación.

En otras palabras, es necesario en este nuevo espacio de construcción hacer un llamado a la individualidad para que deje de ser, para que propiciada las condiciones el egoísmo no se manifieste, el interés personal no encuentre cobija y así ir dejando sin techo a todo rasgo individualista confluyendo de esta forma en un punto donde va a primar la solidaridad, el amor y el respeto por el prójimo, el querer hacer por los demás, el interés consciente de hacer por todos y para todos lo mejor.

Entonces coincidiríamos en que en el proceso de crear una nueva sociedad que va a partir de la anterior existente, que va a deponer a un sistema fuerte que favorece a los pocos para presentar un sistema nuevo, diferente, que va a favorecer a los muchos; si se está realizando un proceso de análisis al estilo kantiano, debemos ver como lógico que si se analiza el proyecto en sí se analicen las bases que lo sostendrán(entiéndase: los individuos que apoyarán el proyecto); pues un nuevo sistema que nace de lo viejo, que pretende rescatar lo que desprecia el sistema anterior(poner en el centro de atención al hombre) debe ser cauteloso y flexible, pero a la vez firme en cuanto a sus ideas.

Fomentar un ideal socialista en nuestros días en cualquier sociedad, herederos de la tendencia bipolar del mundo, de escoger bandos por sobrevivencia o conveniencia política es realmente toda una labor, puesto que en un mundo prácticamente capitalista con excepciones características la expresión de que "sólo sobreviven los más fuertes" llega perfecta para seguirla. Todas aquellas sociedades que deseen ser socialistas deben ser fuertes para resistir los embates que les han de venir.

Por ello, si se garantiza que la autoproducción del sujeto responda a los lineamientos que traza el socialismo como sistema, estoy segura que gran parte de la tarea ya está realizada. Si se garantiza la creación adecuada del hombre nuevo[32]se garantiza por ende una transformación de la sociedad y de su realidad consecuente al proyecto socialista.

Fomentando los valores correctos trazamos el camino a seguir para que todos los individuos y todos los países interesados puedan hacerlo, pero no se debe caer en el error de porque se proponga un esquema de socialismo todos deban adoptarlo tal cual es sin detallarlo. No, esta no es la idea. Quien desee ponerlo en práctica debe de contar con sus propios instrumentos lógicos para tomar la propuesta y realizarle las transformaciones pertinentes que le garantizarán el éxito, lo que refuerza la idea de que todo modelo parte desde puntos diferentes pero que a su vez son los individuos quiénes escogen cómo, cuándo y bajo qué condiciones aplicarlo.

Ahora, Marx en su teoría expresó que era el proletariado y solo él quién podía hacer el cambio, quién tenía la labor histórica de subvertir el orden, la realidad imperante e imponer otra. Pero el decursar de la historia nos ha demostrado otra cosa; la revolución social no se restringe a ser puesta en escena sólo por el proletariado, pues según la variedad de realidades que existen se tendrá actuantes para llevarla a cabo. Actuantes que podrían coincidir con los libros (una clase trabajadora organizada) o podrían ser de un ejército de campesinos organizados, o un frente de liberación nacional (electoral o armados), o rebeldes del ejército o una alianza contra la pobreza.[33] Cuando se reconoce esto se está siendo consciente del proceso de cambio, se está abriendo las puertas a la evolución del pensamiento sobre un proyecto que necesita de transformaciones a cada momento.

Luego, la sociedad socialista no se construye sola, sabemos que necesita de una situación para partir de ella, de protagonistas para que la hagan entrar en escena y de un instrumento ideológico que la dote con argumentos irrebatibles. A partir de ello se debe escoger un camino a seguir, pero en este camino a seguir debe encargarse del control y la transformación el nuevo Estado; pues el Estado capitalista reproducirá las relaciones sociales capitalistas y por ende los recursos que posea serán utilizados para frenar cualquier elemento que constituya una amenaza. Para el nacimiento y desarrollo de la nueva sociedad es necesario la existencia de un Estado que crea en ella.

En todo este proceso de construcción juega un papel fundamental la praxis revolucionaria, pues en el intento de resolver sus necesidades, se lucha por una nueva sociedad, la cual se va a gestar dentro del sistema capitalista no fuera de él. Es en este espacio de lucha donde los trabajadores se percatarán de que tienen intereses comunes y de que necesitan unirse para luchar. Es entonces que se percatarán de que luchando por sus necesidades se apropian de una nueva necesidad (la necesidad de la sociedad) y que sólo a partir de años de lucha se logrará el cambio, se logrará la autotransformación.

Podemos considerar que el socialismo no estará a la vuelta de la esquina en una tienda para ir a comprarlo, no va a ser algo fácil de adquirir, sólo se podrá disfrutar plenamente de él cuando quien desee aplicarlo luche por ello.

En este punto sería válido preguntarnos ¿Cuándo sabemos que ha progresado el proceso de construcción socialista? A mi criterio se podría considerar que se ha avanzado en la construcción socialista cuando todos los índices apunten hacia la satisfacción plena del individuo y de sus necesidades, cuando para desarrollar las potencialidades del hombre estén creadas todas las condiciones, cuando las relaciones entre los hombres rijan los procesos de la sociedad y no otra cosa, cuando se apropien los individuos de una conciencia social que les permita analizarse a sí mismos y a la sociedad donde viven y a partir de ello sean capaces de proponer ideas que la renueven y la transformen.

Entonces hemos de entender que este socialismo nuevo del que hablamos, que esta nueva sociedad que nace va a tener particularidades propias y entre ellas hemos de concebir que no va a ser una sociedad donde se impongan los criterios desde el alto mando, ni donde la iniciativa sea propiedad de los mismos; no va a ser una sociedad víctima de un Estado que provee todos los recursos y soluciones a los problemas sin fomentar, por tanto, el desarrollo de las capacidades humanas; no va a ser una sociedad que en la persecución desenfrenada del desarrollo económico alce pedestales para la tecnología; será una sociedad que luche para que ese desarrollo tecnológico favorezca a todos y donde se respeten las diferencias. En síntesis, esto es una modesta exposición de aspectos importantes del socialismo nuevo que se pretende construir y del que ya está siendo, un socialismo que comprende al hombre y es para el hombre.

Donde el hombre o el sujeto protagonista del cambio social y político no se ajusta a las estructuras prefijadas, sino que responde a su historia consecuentemente, pues se manifiesta y desarrolla en función de su realidad; su pensamiento y actuar es la muestra fehaciente de un pensamiento alternativo, interesante y diferente, donde coinciden elementos de la vieja teoría e ideología y a su vez se nutre de lo nuevo y fresco surgente.

El siglo XXI es testigo de una movilidad social diferente en América Latina (digamos que porque los sucesos acaecidos rompen con los modelos conocidos hasta el momento), cuyas ideas se pueden considerar gestadas en todos los procesos revolucionarios del siglo XX pero de los cuales capta nuestra atención la Revolución Cubana por su empeño imperecedero de demostrar que otro mundo mejor es posible y que para lograrlo solo hay que tenderle la mano a nuestros hermanos.

Según criterios expresados en el año 2002 por economicistas e intelectuales, "los pueblos del sur" que han seguido nuestros pasos y a los cuales hemos ayudado de alguna forma tenían la función histórica, para patentizar la viabilidad del nuevo modelo que estaban adoptando, de ser consecuentes con un número de elementos interesantes tales como: garantizar la supervivencia del Estado como identidad independiente y autodeterminada, el modelo a aplicar debía ser eficiente en el plano económico y social, se debía desarrollar la ciencia y la tecnología, abogar por el desarrollo humano y unir al sur y promover la colaboración y la integración regional. Hoy en el año 2011 sin temor a equivocarme puedo decirles que esos pueblos hermanos superaron las expectativas o al menos las mías, pues desde hace tiempo parecía que estaban ocurriendo hechos diferentes a los cotidianos en el mundo y me preguntaba, ¿bueno si se atrevieron a hacer las cosas que estaban haciendo durarán o en el camino cambiarán? Para mi alegría no me defraudaron, demostraron que si es posible crear una sociedad justa en un mundo competitivo.

Epígrafe 2.Los destellos de luz en una penumbra incierta.

a) El caso cubano.

En páginas anteriores hicimos alusión al "caso cubano" de una forma breve para dar una panorámica general y para dejar claro que se entiende que Cuba es un país cuyo proceso revolucionario se desarrolla fundamentalmente en el siglo XX. Este acápite pretende recrear dicho proceso de forma general y de alguna forma explicar por qué yo considero que es un país que puede ubicarse cerca de aquellos que se agrupan en países en fase de construcción del socialismo en el siglo XXI. Es importante señalar que Cuba constituyó y constituye una fuente teórica de experiencia para los países que se encuentran en la fase constructiva, a pesar de la forma en que se desarrolló y de las nuevas transformaciones que está adoptando.

Debemos destacar que la revolución se gestó en un mundo donde existía la bipolaridad política y militar de las fuerzas imperialistas y la acción de los dirigentes de estos círculos de poder que les interesaba proceder hacia un nuevo orden mundial donde imperaran sus principios ideas y valores capitalistas. En este mundo un proceso revolucionario en Cuba de la magnitud que aconteció, constituyó un exabrupto para los planes imperialistas.

"Cuba fue el último país latinoamericano que se liberó del yugo colonial español y el primero en alcanzar la liberación definitiva al calor de un movimiento revolucionario. La lucha por la independencia de la Patria y la construcción de una nueva sociedad se unieron estrechamente hasta convertirse en tareas indisolubles."[34]

A pesar de los pronósticos internacionales desfavorables sobre el proceso revolucionario en Cuba y la sorpresa nacional ante los acontecimientos, la revolución cubana sucedió y llegó para quedarse; al menos eso se demuestra cada día cuando se sale a la calle y se mira a los ojos de los ancianos tratando de descubrir en dónde y cuándo están pensando, si en la milicia cuando la inauguraron o en la noticia de que se había caído el campo socialista. Lo cierto es que sus acciones nos aseguraron el presente, pero presente por el que los jóvenes también hemos luchado cuando reclamamos al niño Elián o a los cinco cubanos, porque nuestro pasado cercano nos asegura el presente y el futuro que ha de venir y para el cual la juventud es un pilar importante cuando se intenta alcanzarlo.

Nuestra historia es interesante, no es de glamour o más bien, nos somos una Grecia o Venecia; somos una Cuba libre y soberana y cuya libertad la lograron todos aquellos que desde siglos pasados de una forma u otra levantaron la nariz para ver más allá y apreciar que su entorno no era un lecho de rosas; que su entorno era sangriento por la sangre negra que corría cuando el esclavo no quería trabajar, que era de sangre mambisa, que era de sangre virginal y joven, que fue por último de hombres barbudos. Nuestro proceso revolucionario fue concebido hace mucho, se concretó ese 1 de enero de 1959, día que el pueblo a viva voz aclamaba a los rebeldes y a Fidel.

Si en la "Historia me absolverá" Fidel explicó todos los males sociales que aquejaban al pueblo de Cuba cuando le preguntaron que por qué se encontraba en esa lucha, ese 1 de enero sería el momento inicial de una segunda etapa de lucha: la de crear una sociedad para todos y que efectivamente los años demostraron que fue así; pues hoy somos una sociedad mejor con hombres y mujeres fuertes, trabajadores, que no cejan en el empeño de llevar esta revolución adelante y que ayuda a otros pueblos a hacer la suya.

Este pueblo, cubano que logró resolver junto a la acertada dirección revolucionaria los problemas sociales, que garantizó casa, estudios, trabajo, ha tenido que ser más fuerte que lo que se esperaba; pues coincidiendo con el comandante Fidel señalo que aquello que los imperialistas no pueden perdonarnos es que hayamos echo una revolución en sus narices y por ello nos han castigado con todo tipo de artilugio legal o no; el tema es hacer sufrir al pueblo cubano hasta el punto que sea el mismo quien derroque al gobierno. ¡Qué ilusos, aquí estamos! Luchando por nuestras conquistas, después de resistir la Helms Burton, la Torriccelli, la ley de Ajuste cubano y los apéndices migratorios propuestos, la campaña mediática, la difamatoria y todo lo que se les ocurre. Pero aquí estamos porque somos un pueblo convencido de que nuestra lucha es digna y con principios, de que esto es lo que queremos para nuestros hijos y que construir el socialismo es la voluntad del pueblo cubano.

Cuando Fidel declara el carácter socialista de la Revolución Cubana, lo declara en base a que el pueblo estaba de acuerdo con las "Declaraciones de la Habana", a partir de ese momento los aires serían otros; no se pretendía instaurar un modelo prefijado, se quería partir de lo propio. Así que los años han demostrado la originalidad del proceso que en su marcha es solidario con los pueblos amigos, que refleja sus conquistas con orgullo y que no se niega a la reformulación, a la renovación del mismo. Cada día como "milagro" le demostramos al mundo que existimos, demostramos que somos el fruto del esfuerzo de los hombres y mujeres cubanos y que basados en los conceptos de solidaridad y de desarrollo humano un mundo mejor es posible y que sí existe una alternativa en este mundo donde la mayoría que prima es capitalista.

A partir de este estudio realizado se constata la posibilidad de existencia y sostenibilidad del sistema socialista y para marcar la diferencia con un capitalismo aplastante, desde que la sociedad cubana comenzó la construcción de su proceso social, el hombre estuvo en el centro. Nosotros como sociedad que se encuentra construyendo el socialismo cubrimos con las aspiraciones de Marx, Engels, Lenin, Che y otros; pues se ha trabajado en la base de una educación política adecuada, de la creación de ese hombre nuevo y con valores nuevos y de la conducción correcta por parte del partido. El socialismo es una obra del hombre y como creación suya este debe preparar el terreno para su desarrollo pleno y así establecer la sociedad justa que propone.

Esta sociedad justa va a respetar los derechos humanos de los hombres tanto desde que para dirigir no se tiene que tener dinero y hacer una gran campaña hasta el hecho de que los males sociales no aquejen a los hombres: que no tenga una mujer que prostituirse por falta de estudios, que no esté un padre sin trabajo para dar comida a sus hijos, que hayan programas de salud para atender al enfermo, que todo sea "hay" gracias a la existencia de un orden socioeconómico y político interesado en establecer una sociedad justa e igualitaria.

Todos estos ejemplos que demuestran la veracidad del proyecto socialista en Cuba, indiscutiblemente serían comentados por todo el mundo, pues cómo un país de "este mundo" que se encuentra cada día ante una serie de deficiencias económicas, puede tener un índice de natalidad comparable con los países del primer mundo, no tener analfabetos, luchar porque todos tengan empleos y contar con una esperanza de vida de 75 años; estas estadísticas auguran a nuestro favor y a favor de que no es imposible construir el socialismo.

Tales datos a pesar del constante empeño de los imperialistas de desacreditarnos como país y como sociedad, de una u otra forma recorren el mundo y son en la actualidad valores que persiguen estos países que en los últimos años han transformado su realidad. Cuba juega un papel importante en el desarrollo y aplicación de un número de programas que intentan apoyar dichos procesos y por lo cual estos pueblos se sienten agradecidos con el pueblo cubano, que ha cedido sus titulados para ayudarlos a construir su sociedad.

Cuba demuestra cada día que este mundo necesita cambios y que estos cambios son posibles. Cuba es la esperanza, es la luz que muchos pueblos han esperado. Pero la pregunta que se deben estar haciendo es ¿por qué incluir a Cuba, un país cuyo proceso revolucionario data del siglo XX, entre los países en fase constructiva del socialismo en el siglo XXI?

En nuestros días se han estado hablando de transformaciones interesantes cuyo objetivo va enfilado al fortalecimiento de nuestro socialismo y así defender las conquistas alcanzadas hasta hoy. Todo este proceso de rectificación, de reformulación de nuestro socialismo, primero que todo, parte de las bases propias del socialismo pero se torna interesante a partir del punto de que el llamado está hecho para perseguir la eficiencia y productividad y por consiguiente se plasmara en la historia la tipicidad de nuestro proceso. Esta idea se ratifica en las palabras del comandante en jefe cuando expresó:

"Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo."[35]

Esto es lo que venimos haciendo hace muchos años, una revolución con colores de patria y de socialismo que se ha interesado por nutrirse de nuevas experiencias. Una revolución que en sus primeros años tenía unas características y ahora cuando ha corrido medio siglo tiene otras; se transforma, se mueve con paso firme, se hace sentir en el mundo con valores positivos y se empeña en demostrar que es el socialismo sin atreverse a imponer un modelo oficial. Esta revolución cubana es la expresión acabada de la llegada del pueblo al poder y de la realización de su voluntad.

Las palabras de Fidel alientan a obtener el derecho a la autodeterminación a aquellos pueblos que las escuchen, alientan a que deseen ser independientes y autosuficientes, alientan a estar unidos ante lo que puedan venir y deja recaer la responsabilidad en los cubanos de que para pertenecer a esta revolución, se debe ser consecuentes con dicho proceso, debemos estar dispuestos a aceptar los cambios, a ser desinteresados, a querer ayudar al pueblo hermano sin esperar nada a cambio. Cumpliendo con todo esto, cumplimos con el modelo socialista en que vivimos con los principios y valores morales en los que hemos crecido.

Somos entonces un país en fase constructiva del socialismo que clasifica en el socialismo del siglo XXI por el hecho de que no nos hemos negado al devenir histórico, estamos transformando nuestra realidad a nuestro ritmo, con nuestros recursos, a partir de nuestras relaciones internacionales creadas por medios de acuerdos y de intercambios y no por la coacción de grupos movidos por intereses económicos; en fin, somos autónomos en plenitud de la palabra, lo que nos garantiza una independencia en pensamiento y actuar.

Este proceso de lucha y reformulación ha tenido como bandera una batalla de ideas, pues la contienda en que participamos tiene como campo el de las ideas y no el de las armas que arrastra consigo las economías y a las almas. Consecuente con ello en los últimos años contando con la dirección de Raúl Castro; pues Fidel se retiró de la presidencia (por problemas de salud) pero no de la revolución y lo que ello implica, ya que a partir de sus reflexiones nos orienta y nos informa del acontecer nacional e internacional y presenta valoraciones personales interesantes y nutridas de los años vividos y de experiencias pasadas; seguimos viviendo en una revolución dinámica que se autotransforma y se autoconfirma.

Así lo demuestran las acciones realizadas en los últimos años, pues se han trazado estrategias que atribuyan a la consolidación del nuestro sistema, dígase: el ahorro de combustible, la producción de alimentos, la elevación de la productividad, la recuperación de la industria, la sustitución de importaciones y el aumento de las exportaciones. Todas estas tareas tienen su inicio hace algunos años por lo que se aplican a partir, primero de la concepción de Fidel y luego con la dirección de Raúl.

Ahora, la nueva movilidad social aclama la atención sobre otros asuntos, tal vez consecuente al hecho de que se considere, coincidiendo con Benito Juárez, que si el socialismo es la tendencia natural a mejorar la condición o el libre desarrollo de las facultades físicas y morales[36]¿por qué hemos de negarnos a ello? Para nada, nosotros como sociedad evolucionamos y nuestros dirigentes propician las condiciones para una adecuada transformación (puede tener matices interesantes, pues las condiciones creadas por la revolución atribuyen un tránsito hacia una economía basada en el conocimiento partiendo de la preparación de los individuos ya que se han creado las bases de capital humano necesarias y no solamente por la acumulación de conocimientos técnicos, sino por la siembra de valores éticos que contribuyen al proceso de construir el socialismo por nosotros mismos no a esperar que surja y que toque nuestras puertas para conocerlo).

El papel diario que representa cada cubano y la labor con la que se identifican es un grano de arena, es el apoyo, es el sí estoy de acuerdo, es el sí vamos a avanzar; para ello transformamos nuestra realidad y los aspectos legales que la rigen, pues si los enemigos del norte creen que a partir de las necesidades y por ende del desespero el pueblo cubano depondrá el gobierno, esta es la oportunidad perfecta para demostrarles que aún con problemas económicos latentes existe una conciencia social tal, que va a ser el pueblo cubano junto a sus dirigentes quienes defiendan las conquistas de la revolución y confirmen al mundo una, vez más, que un mundo mejor es posible.

Se nos ha impuesto históricamente tener una campaña de confirmación de nuestro proceso por todos los hechos históricos (muchos para ser contados aquí) que nos hacen hoy ser diferentes, pero estoy segura que marcamos más la diferencia a partir año pasado con la propuesta de los lineamientos que pretenden, como lo indica su nombre, señalar nuevas disposiciones que contribuyen a la "actualización" del socialismo[37]en pocas palabras, la idea es preservar como sistema el socialista, el cual nos ha acompañado en todos estos años de revolución, donde la planificación tendrá un lugar importante y como consecuencia se pretende mantener y elevar las conquistas de la misma.

Este replantear del asunto se inclina por lograr "una descentralización progresiva de las decisiones,  ahorros sustanciales de recursos, aumentar exportaciones, sustituir importaciones, potenciar la oferta de productos al mercado interno, hacer que el salario remunere de veras los resultados, elevar la productividad en relación con el salario medio, instaurar un sector de trabajadores por cuenta propia y microempresarios como fuente de empleo para cientos de miles que quedarán disponibles en las nóminas infladas del Estado y como palanca creadora de producciones y servicios  que la empresa estatal no ha podido solventar;  trasformar en cooperativas numerosas empresas públicas como peluquerías, talleres de mecánica automotriz, servicios gastronómicos y de taxis."[38]Esta modificación del modelo económico cubano nos garantiza un lugar entre los países socialistas en el siglo XXI, primero porque es en este siglo que ocurren los cambios y segundo, ¿si lo nuevo, fresco y transformador entra en ese marco, no pertenecemos entonces a uno diferente, no? Somos un país que se encuentra inmerso en un proceso de evolución y transformación, no nos quedamos asentados en mecanismos retrógrados, avanzamos tal y como lo hacen los años, avanzamos con el siglo.

Además, partimos del análisis de lo precedente y aunque no copiaremos tal y como aparece no hemos de desechar la experiencia o enseñanza positiva que se pueda apreciar del error de otros, sino que nos autoanalizamos en busca de nuestras deficiencias para enmendarlas y a la vez que nos miramos hacia adentro, transformamos nuestra forma de pensar y por ende nuestro actuar; seguimos buscando al hombre nuevo y mejorado dentro de un hombre un poco viejo pero no acabado.

Las diferentes intervenciones que ha protagonizado Raúl constituyen un análisis crítico y autocrítico importantísimo, pues no sólo representa un análisis distintivo de la economía sino que presenta interesantes reflexiones sobre la construcción del socialismo en Cuba. Socialismo el cual se nutre y se fortalece de experiencias pasadas, así como se renueva y se asienta mejores bases a partir de las relaciones con otros países que se encuentran en el mismo proceso.

La historia cubana inculca en su pueblo un sentido de pertenecía típico, las conquistas obtenidas por las diferentes generaciones que han luchado y vivido la revolución son un punto del cual enorgullecernos ante el mundo y el cual defendemos. El socialismo cubano, partícipe de estas conquistas por estar cerca cada vez que logramos decirles al mundo que sí podemos, es hoy un ejemplo de la entereza y firmeza de un pueblo, de la expresión plena de igualdad y justicia, de una sociedad donde el "todos" está en primer lugar.

Estas líneas no pretenden ser un estudio de caso sino que se encaminan a esclarecer que Cuba como país inmerso hace cinco décadas en el proceso de desarrollar un nuevo modelo social, constituye un punto de referencia para el mundo y sobre todo para aquellos países que decidan alejarse del capitalismo y de esta forma adentrarse en la construcción de un socialismo nuevo y diferente. Como muestra de ello, en la actualidad, se establecen lazos fraternales entre Cuba y los países que se interesan por internarse en el proceso de construcción del socialismo a partir de proyectos y convenios. Venezuela y Bolivia son los protagonistas que aclaman nuestra atención.

b) Las experiencias actuales: Venezuela y Bolivia.

La Venezuela que se conocía hasta hace unos años era esa que exportaba cacao, luego café (productos con muy buena aceptación en el exterior) en sus primeros años y que con el desarrollo de la humanidad se ha incorporado a otras actividades económicas tales como la explotación y exportación de petróleo. Esto es la panorámica general de un país suramericano con grandes riquezas naturales.

Cuando uno ahonda en su historia se encuentra con que Venezuela es algo más que eso; es la casa del Libertador que deseaba y luchaba por una Gran Colombia, es uno de los lugares que nuestro Martí nombró en sus textos con aprecio por dar hijos tan nobles como Bolívar. Venezuela es el escenario natural de la novela "El General en su Laberinto" de Gabriel García Márquez, donde de una forma muy amena nos relata la vida de Bolívar pero no sólo reflejando al general sino también al hombre.

Partes: 1, 2, 3
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