Calidad educativa para el desarrollo del aprendizaje del educando del nivel de Educación Inicial (página 2)
Enviado por Dulce Guerra
Existe una jerarquía entre los valores instrumentales y finales, en este sentido, los valores finales son más importantes que los valores instrumentales, pues, conforman los valores perpetuados en la vida del individuo, sin embargo, ambas tienen una interrelación, por cuanto el sujeto al comportarse de una manera determinada logrará la meta deseada. Los sistemas de creencias se organizan de modo que el individuo da jerarquía o preferencia a algunos valores en un conjunto de valores instrumentales y finales que forman parte de la personalidad del sujeto, pues, están conectadas entre ellas, de la preferencia que el individuo tenga se inclinará a las más importantes de acuerdo a su concepción.
En ese contexto, expresa que los valores más importantes en la vida del ser humano, son las que serán más difíciles de cambiar, de acuerdo a este autor la autoconcepción de la persona acerca de su moralidad o competencias son sus creencias más importantes y cuando existe en él la inconformidad con su comportamiento moral ante ciertas situaciones, debe cambiar aquellas que son menos importantes, para que vuelva la tranquilidad o el equilibrio a su estructura cognitiva.
Por otro lado, también tiene presente aquellos aspectos culturales de la sociedad y de las instituciones relacionadas con ella, a fin de poder interpretar la formación y la adquisición de los valores del individuo, tomando como referencia las actitudes que tienen las personas frente a ciertos objetos o a determinadas situaciones como conducta final, lo cual, estará en función de las creencias y de la importancia que le da a unos y a otros no.
Es importante considerar esta teoría en el aprendizaje de los niños y niñas, por cuanto los valores desarrollados les sirve de norte para actuar de una forma u otra, los cuales le forman un sistema de creencias acerca de la vida, de lo que quieren, lo que es mejor, lo que les gusta, es decir, le permiten conocerse a si mismos, a otras personas y al mundo que lo rodea, esos valores están mediatizados por el contexto social, porque dependen o están sujetos a la sociedad donde se desenvuelve, sin privar a los pequeños de su independencia personal.
Los valores adecuan el comportamiento de los niños y niñas, definen sus ideales futuros a nivel personal, laboral, profesional, en este sentido desarrolla la inteligencia intrapersonal, por cuanto en su mundo interior se encuentran las capacidades para que se conozcan y se comprendan a si mismos, imaginar, resolver problemas, y las cualidades como la ética y ahí entran los valores. Así como también desarrolla la inteligencia interpersonal porque permite conocer y comprender a los demás, comunicarse, y establecer relaciones sociales con ellos.
Con esta teoría se apoya el aprendizaje de los niños y niñas del nivel preescolar, por cuanto los pequeños en su interactuar con el medio ambiente van ajustando su comportamiento, generarles seguridad, autoestima, conocimiento sobre si mismos, sobre los demás y sobre su entorno, es proveerlo de las cualidades necesarias para que sean los hombres y mujeres del mañana con valores bien definidos que se prolongarán en el tiempo.
Estrategias de Aprendizaje Cooperativo
En el proceso de formación del individuo se ha considerado necesario tomar en cuenta la manera como adquiere éste su conocimiento y por ello, se plantea que el aprendizaje es, según Ontoria (2000), un proceso de desarrollo donde el sujeto comprende el significado de alguna situación que se le plantea lo que cambia su estructura cognitiva, y cuando se dan estos cambios se originan nuevos conceptos, nuevas estructuras mentales, y nuevas actitudes, por lo cual el individuo analiza y soluciona sus problemas.
Como resultado, estas nuevas estructuras y actitudes desarrolladas por el alumno a través de la asimilación, reflexión e interiorización, lo inducen a tomar alternativas personales frente a un sin fin de valoraciones internas de los diferentes acontecimientos de su vida. En fin, supone un proceso reflexivo donde se incorporan concientemente y de manera responsable las situaciones y experiencias vitales que involucra un aprendizaje desde el punto de vista del alumno y relacionados con su entorno.
Asimismo, se da una conexión entre el conocimiento previo con la nueva facilitando la aprehensión y retención del mismo, en el caso de existir conflicto entre ellas, o existe duda, no se ha comprendido, por tanto el alumno debe reflexionar tratando de asociar la nueva información con los conocimientos que tiene para ajustarlo a su estructura cognitiva.
Cuando se habla de estructura cognitiva, se alude, según lo expresa Ontoria (2000, p.14), al modo de "como una persona percibe los aspectos psicológicos del mundo personal, físico y social" las motivaciones están sujetas a ella, ya que el cambio de motivación implica un cambio en la estructura cognitiva, referidas al aprendizaje que es la comprensión interiorizada de la situación y el significado del mismo.
Para este autor, el aprendizaje es un proceso considerado como un todo en el cual no solo intervienen estímulos encadenados que generan conductas dentro de un marco de referencia, sino además es la suma de los cambios relacionados en las dimensiones del ser. Por ello, se puede entender esta acción de carácter fundamental para el hombre por ser el centro de su desarrollo, de allí que Vigotsky (1981), así como Piaget (1969) han dado sus aportes al respecto de éste, se ubica en la acción cognitiva se detecta que el proceso es individual porque se fundamenta en los cambios que las estructuras mentales tienen de acuerdo al esquema desarrollado por el hombre.
Además el aprendizaje a pesar de ser individual, se entiende como un proceso colectivo, de grupo, social, y por ello se habla de aprendizaje cooperativo, el cual para Ferreiro y Calderón (2000, p.22) /es sin duda, la respuesta de la educación de fines del siglo XX y principios del XXI ante la distensión, la globalización y la colaboración internacional, económica, tecnológica y sociocultural que se manifiesta como una necesidad para el desarrollo social, pero también personal y profesional que la escuela debe propiciar entre sus alumnos.
De esta manera, Ferreiro y Calderón (2000,p.31), definen el aprendizaje cooperativo como "técnica para aprender que implica agrupar a los alumnos en grupos pequeños y heterogéneos para potenciar el desarrollo de las habilidades de cada uno con la colaboración de los otros miembros del equipo".
Por su parte, Fuentes y colaboradores (2004, p. 47), expresan el "aprendizaje cooperativo es sinónimo de trabajo en grupo, y está próximo al campo de las actitudes y las finalidades que al de la misma organización del trabajo, ya que plantea una interdependencia grupal como condición para la consecución de las finalidades individuales".
Según López y Cappelletti (2005: 869), el aprendizaje cooperativo "es una estrategia de gestión del aula que privilegia la organización del alumnado en grupos heterogéneos para la realización de las tareas y actividades de aprendizaje en función del género y del ritmo de aprendizaje, el alumnado trabaja conjuntamente para aprender y, justamente, aprende a ser responsable tanto de sus compañeros de grupo como de sí mismo".
Como se observa, estas definiciones explican el proceso de aprendizaje a través del consenso de personas que conforman el grupo quienes cooperan conjuntamente para adquirir los conocimientos necesarios acerca del punto o tema tratado, lo cual favorece la interacción y la asimilación de los conceptos que son funcionales para él y por ello, puede explicarle a sus compañeros el como, qué, y para qué sirve o es lo estudiado. Por eso, los autores hablan de un aprendizaje en grupo donde cada uno de sus miembros se convierte en el maestro para contribuir con el logro del conocimiento.
De acuerdo a estas conceptualizaciones, se está frente a un aprendizaje que conlleva unas relaciones interpersonales derivadas de las actividades grupales, favoreciendo e incrementando los valores de cooperación, respeto, solidaridad, y los sentimientos de ayuda mutua. López y Cappelletti (2005), afirman que esta metodología de trabajo involucra a los alumnos en grupos pequeños planteándoles la resolución de las actividades para recibir por parte del docente una evaluación, permitiéndoles evidenciar los resultados logrados y cambiar la cultura del salón de clases por medio de esas actividades de inducción.
En el caso del nivel preescolar, el aprendizaje cooperativo, puede ser aplicado como técnica en el aula por cuanto se ha comprobado que es más fácil aprender de otro niño, de acuerdo a lo visto, oído y sentido, induciendo la reproducción o imitación de tales acciones. En este contexto, el niño y la niña en sus experiencias diarias al realizar las actividades en los espacios de aprendizaje generalmente en grupos le permite interactuar de una forma que puedan aprender los valores, bien sea al jugar, al compartir juguetes, al comunicarse.
Por otro lado, el aprendizaje cooperativo propicia la socialización que es uno de los objetivos más importantes a desarrollar en este nivel. Por tanto, el docente puede emplear estrategias motivando a los niños a la participación grupal, aprovechando la interacción con los otros niños que lo rodean y los materiales utilizados para el aprendizaje, tomando en cuenta que el docente y los compañeros de clase tienen una influencia educativa.
El aprendizaje cooperativo se erige en este nivel como una manera de propiciar los valores, sustentados en unas actividades que promuevan la colaboración entre los grupos de alumnos, y estableciéndose relaciones interpersonales, de esa forma, ellos se sienten mas motivados, se fortalece su autoestima, y desarrollan habilidades sociales al realizar actividades en grupos cooperativos y ofrece una alternativa metodológica para erradicar el individualismo y rescatar los valores, actitudes, capacidades y destrezas.
Según Ferreiro (2003), esta metodología favorece en los alumnos el agrupamiento en forma heterogénea para ejecutar las actividades de aprendizaje, de modo que los mismos trabajen conjuntamente para aprender y aprender a ser responsables de sus compañeros del grupo como de si mismos, ayudándolos en el rendimiento escolar, de esta manera la cooperación se trabaja en función de la unión entre ellos para lograr las metas. De acuerdo a Carreras y colaboradores (1997) en la cooperación debe haber una reciprocidad y de no existir, no se estaría hablando de cooperación, sino de ayuda.
En este sentido, se enfatiza la necesidad de interactuar con los compañeros y de acuerdo a la naturaleza de la cooperación, se establece el sentido de pertenencia entre los mismos consolidando de esta forma, los valores morales, por cuanto en las acciones donde intervienen los alumnos se da el aprendizaje basado en un ámbito social como el aula de clases y las interrelaciones, así como de la ayuda y el afecto entre ellos.
Todo lo anterior hace posible las dimensiones del SABER que se manifiesta con el conocimiento y la información asimilada con el compañerismo, el SABER HACER con las habilidades y destrezas desarrolladas cuando comparten, ayudan, resuelven, analizan, coordinan las actividades que planifica el docente con las actividades cooperativas, y un SER donde desarrollan las actitudes y valores morales, referidas a enfoques de disposición con preferencias individuales hacia lo positivo, tal como lo explica Bolívar (1998).
Aparte de los aspectos señalados, esta metodología por ser participativa y de construcción social de la personalidad, le da al docente el papel de mediador en el aprendizaje dándoles oportunidad a los alumnos de sentirse comprometidos en una tarea y de descubrir por si mismos el valor de trabajar juntos y de alguna manera sentirse obligados a dar respuestas o a cumplir un trabajo sin presión externa, pero en este caso sería en una forma grupal influenciado por las decisiones de una colectividad. En este sentido, los valores fortalecidos con la cooperación, son contenidos que pueden ser aprendidos y enseñados, es por ello, que su enseñanza sugiere el empleo de un conjunto de estrategias didácticas auspiciando el trabajo en equipo.
Principios de Aprendizaje Cooperativo
El aprendizaje cooperativo como estrategia de enseñanza tiene ciertos principios que deben tomarse en cuenta para lograr que el aprendizaje sea efectivo y estructurar los equipos en clase, lo cual es necesario que el docente considere, para que sea exitoso el empleo de esta estrategia.
Grado de Igualdad entre los Miembros: De acuerdo a Díaz y Hernández (2002), este principio promueve el liderazgo compartido, democrático y alternado, pues, brinda a todos los participantes la oportunidad de crecer individual y académicamente, eliminando de este modo el liderazgo en una sola persona, la segregación del grupo, divisionismo entre los alumnos y sobre todo el aprovechamiento del aprendizaje solamente en algunos, que lo genera el trabajo en grupo tradicional en donde los más hábiles se benefician a expensas de los menos habilidosos, en esto se observa que solo unos trabajan cognitivamente.
El liderazgo es concebido como una tarea en donde todos son capaces de entender, aprender y desarrollar habilidades de liderazgo, es de hacer notar que los alumnos no pueden estar de espectadores, y para que eso no suceda el maestro debe observar, vigilando que todos cumplan con su deber ya que al involucrarse .hacen suyo el aprendizaje, y así aprenden a solucionar los problemas, a reflexionar, a tomar decisiones, y a asumir una actitud crítica. Esa simetría que guarda el aprendizaje cooperativo entre los roles que desempeñan sus participantes, les da el beneficio, de sentirse seguros en la actividad que desarrollan, por cuanto hay una distribución del trabajo, que le asignan con confianza en sus capacidades bien sean intelectuales, sociales o de otra naturaleza.
Por otro lado, cuando se les asignan roles individuales a los participantes en un grupo, se les está permitiendo una participación activa en su proceso de aprendizaje y en el de los demás, pues, también es responsable del aprendizaje de sus compañeros, por tanto, el docente no debe obviar las asignaciones para cada miembro del grupo, de lo contrario aupará el liderazgo en una sola persona, lo cual debe evitarse en este tipo de aprendizaje.
Es natural, que los niños en el nivel preescolar al inicio de las actividades, tienden a liderizar tomándose la libertad de decidir sobre quienes o cuales elementos van a considerar en sus juegos o los amigos que van a participar con ellos en las actividades, ese egocentrismo es lo que define la edad en la que se encuentran, lo que tiende a un comportamiento hedonista, es decir, primero es la gratificación personal (individualista). Y es allí donde entra el docente para enseñar los valores por medio del aprendizaje cooperativo, y a incluirlos a todos en la participación a través de esa intervención mediadora que incentivará al niño y a la niña para que en conjunto busquen la solución a lo que se está planteando en ese momento de la actividad.
Y en ese cúmulo de experiencias que viven los niños en forma grupal y con la participación en conjunto, se dan los aprendizajes sobre la responsabilidad y el orden social, el cual es facilitado por un docente con experiencia en estrategias de enseñanza como lo es el aprendizaje cooperativo, eliminando de esa forma el liderazgo en unos pocos niños que es lo usual en el aula.
Grado de Mutualidad Variable: De acuerdo a Ferreiro y Calderón (2000) esto se manifiesta en una interdependencia positiva, es decir todos se brindan apoyo, coordinan sus esfuerzos, y festejan el éxito grupal, y por otro lado brinda una interacción cara a cara, donde los miembros no pueden trabajar solos, sino con la ayuda de los demás, por ende el aprendizaje necesita resolver problemas, discutirse, explicarse, para obtenerse un buen rendimiento escolar.
En este caso, los alumnos necesitan aprender que la dependencia mutua tiene valor y que esa interdependencia positiva se fortalece en referencia a actividades comunes, en la rendición de cuentas individuales y grupales, en otorgar premios por el fruto recibido que sería el producto grupal de haber empleado un material de trabajo compartido.
El ámbito interpersonal positivo se hace más placentero y más productivo cuando los estudiantes sienten que pertenecen a algo y el aula funge como una comunidad protegiéndolos y eso los hace sentir más felices por estar en un entorno donde se fijan normas y se comunica lo que se espera del equipo en una forma clara sin significar que dejaran de ser cálidos, positivos, estimulantes y abiertos para ofrecer oportunidades para elegir.
Para que se establezca un aula con interdependencia positiva se hace necesario un docente que prepare un aula cálido, donde se elimine el modelo tradicional ganador perdedor, y se propicie un liderazgo rotativo y equitativo de modo que todos tengan oportunidad de desarrollar habilidades afectivas y éticas fuera de las curriculares de manera que el aprendizaje sea recíproco en cuanto al conocimiento académico y de las experiencias.
Lo más significativo de esta estrategia, es que exige al alumno accionar sobre una situación concreta con lo aprendido, en otras palabras, ser capaz de practicar lo aprendido en determinadas áreas relevantes o de interés para él, su equipo o la comunidad, siendo factible este aprendizaje para la convivencia, la paz y la armonía entre ellos y redundando en beneficio de las actitudes y para los fines establecidos en una sociedad.
Es imprescindible que los niños y niñas en educación preescolar se sientan felices y ese elemento sentimental es crucial en el desarrollo de su personalidad y esa parte emotiva lo fortalece la interacción social con otros niños y con los adultos, por eso, debe preparársele un aula cálido y favorable para aprender con la estrategia de aprendizaje cooperativo, de manera que se sienten confiados cuando se le explican las normas y lo que se espera de ellos y si esas normas son hechas de mutuo acuerdo mejor, pues los mismos las pueden alterar considerando los puntos de vista de los demás, la coordinación, el apoyo y es ahí donde se observa, la interdependencia positiva, al mismo tiempo aprenden que no lo pueden hacer solos sino en conjunto con los roles que les asignaron a cada uno por el docente.
Valoración Individual: Según Ferreiro y Calderón (2000), este principio surge de la evaluación en relación al grupo, y a su esfuerzo, es decir, el éxito del grupo depende del aprendizaje individual de todos los miembros, de modo que el grupo conozca quien necesita más apoyo para terminar la tarea evitando que todo el trabajo recaiga en una sola persona. De hecho lo que busca es que sus integrantes se sientan fortalecidos, descubriendo por si mismos que el producto no hubiera sido posible sin el aporte de todos.
En ese sentido, les da libertad para hacer y crear, propiciando la autorregulación individual, grupal y la autogestión del equipo, permitiéndoles también aprender de los errores, para así corregirse, perfeccionar, aclarar y completar, en resumen, aprender, lo cual, es conveniente retroalimentar de forma individual y colectivo para saber si todos están en la misma línea de conocimiento de la actividad que desarrollan.
También es importante por parte del docente, intervenir para auxiliar al grupo de manera que constate que los esfuerzos no sean redundantes entre los participantes, ya que, la cuota de responsabilidad es individual, en cuanto a que cada miembro cumple con la parte de la actividad que le corresponde pero es responsable también del resultado final de la actividad grupal, en cuanto a alcanzar los objetivos.
Con lo enunciado, se favorece el crecimiento de cada uno, en cuanto a los valores éticos, la solidaridad al compartir, el placer de descubrir juntos su medio social, natural y personal, por cuanto tienen frente a si mismos, retos que lo llevaran a un mundo desconocido que los obligará a explorar y de esa forma, construir sus propios conocimientos.
La autonomía que propicia el aprendizaje cooperativo en los niños y niñas permite que se sientan complacidos de explorar por si mismo el mundo que lo rodea, de aprender de sus equivocaciones sin que eso lo haga sentirse mal, sentirse bien por lo que aportó, y sobre todo, del aprecio de los compañeros porque se integra a las actividades grupales y no se queda rezagado en el aula, logrando con esto que cada uno aprenda individualmente con el apoyo de todos.
Estas razones, son de vital importancia para los niños, ya que cuando sienten que han sido tomados en cuenta para una labor en especial, la mayoría quiere participar y se sienten satisfechos cuando se les elogia por haber compartido cualquier experiencia y de haberlo hecho bien, estas valoraciones hechas a los niños son necesarias para elevar su autoestima y para tomar decisiones en función de sus necesidades a la hora de participar en algún proyecto o plan especial que tenga relación con tópicos desde el punto de vista ético, razón de más para desarrollar el aprendizaje cooperativo.
Lo aludido, condiciona un ambiente favorable donde el niño del nivel preescolar logra decidir y realizar cualquier cosa en una forma activa y personal, que es óptimo para desarrollar su propia iniciativa y crecimiento de manera que se integre como miembro que condiciona la dinámica social.
La Formación de los Grupos se hace de una Forma Heterogénea: Con el aprendizaje cooperativo los pequeños aprenden a respetar las diferencias individuales, de este modo se logra la sinergia del grupo, al respecto dice Salazar (2003) que cada integrante presenta toda clase de habilidades y conocimientos que le desarrollaran planificaciones de tareas, distribución de responsabilidades, coordinación y solución conjunta de los problemas que se presentan
Asimismo, la distribución de los equipos para que sea efectivo, incluye miembros, de uno y otro sexo, diferente procedencia social, raza, así como de capacidades físicas, y participantes con un nivel alto, medio, y bajo en rendimiento académico, que en el nivel preescolar se categorizan con las categorías de excelente, distinguido y suficiente, estas diferencias las debe manejar el docente para distribuirlos, y aún cuando en las salas de preescolar no se presentan este tipo de conflictos por causa de esas diferencias, en algunas oportunidades los niños(a) desean trabajar siempre con los que consideran sus amigos.
Esa conformación de grupos, es una buena opción para romper con los prejuicios y manejar los conflictos que se presentan generalmente en el aula, por diferencia de opiniones entre los chicos, que pudieran interrumpir la actividad lográndose de esa manera la tolerancia, y la convivencia entre ellos, representa además algunos beneficios que son indispensables para su formación personal tales como el pensamiento reflexivo, la necesidad de dar y recibir ayuda así como explicaciones a los demás, necesidad de argumentar respuesta a otras opiniones, comportamientos más tolerantes, el cual es muy importante en el grupo, interrelaciones equitativas considerados desde el punto de vista democrático.
Considerando la multiculturalidad en el nuevo diseño curricular, sirva el aprendizaje cooperativo para fortalecer el respeto ante la diversidad cultural, por cuanto cada diferencia existente en cada niño y niña del nivel preescolar y tomando en cuenta que el país también tiene diferencias multiétnicas es propicio esta metodología para desarrollar en cada uno sus habilidades y conocimientos y de esa forma ejecuten un sin fin de actividades que les nutrirá y desarrollaran valores de respeto hacía esas diferencias, la paz y armonía entre ellos favoreciendo en el futuro solución conjunta para el desarrollo de los pueblos.
Por otro lado, también contribuye esta metodología de trabajo grupal, en el incremento del respeto hacía el sexo opuesto partiendo de que todos los seres humanos son iguales con limitaciones y potencialidades, las cuales también son necesarias en el bienestar común lo que es importante que el niño y la niña aprenda por medio del aprendizaje cooperativo.
Utilización de Habilidades Interpersonales: En este caso los niños (a) desarrollan el ser, expresa Ferreiro y Calderón (2000) que con el empleo de estas habilidades aprenden a auto organizarse, a escucharse entre sí, a confiar unos en otros, a distribuirse el trabajo y las responsabilidades, a resolver los conflictos entre otras, las cuales son requeridas para lograr una cooperación de alto nivel y una motivación al logro de sus metas sociales, laborales, grupales e individuales, siendo estos el propósito del aprendizaje cooperativo.
En otras palabras se aprende a trabajar en grupo trabajando, trayendo consigo la satisfacción de los mismos y el agrado por las clases grupales, en este sentido, plantea la conciencia de necesitar ayuda, así como también la necesidad de comunicarlo, y el esfuerzo de comprender los puntos de vista de los demás, potenciando las habilidades del trabajo en grupo con la intención de defender las propias opiniones así como la de los demás o en su defecto cambiarlas si es necesario, y lo más significativo se mantiene el equipo y se promueve la cooperación.
Para desarrollar estas habilidades en el grupo cooperativo, es necesario que el docente enseñe previamente a los niños(a) las habilidades sociales necesarias para cooperar y las pueda utilizar en el desarrollo de las actividades. Las habilidades que deben aprender son, las de comunicación e interacción, de escuchar, de hablar por turnos, compartir, intercambiar ideas, opinar, expresar su pensamiento o sentimientos, dar apoyo y aceptación hacía las ideas de los demás.
Por otro lado se incrementan las habilidades intelectuales, y estrategias de investigación, fortaleciendo una comunidad de aprendizaje, en el entendido de que este grupo de personas se ocupan de una actividad que les obliga a asumir funciones e interactuar para lograr una meta y permitirá que los niños (a) estrechen lazos de compañerismo, se despertará el interés e inducirá las ganas de aprender más.
Cabe mencionar, que el equipo es un medio por medio del cual se favorece el crecimiento personal de sus integrantes por infinidad de razones, como: el crecimiento y desarrollo humano que se da por su carácter social, la multiplicidad de relaciones que se establecen y que propician el aprendizaje, y el enriquecimiento que se da entre todos.
Es propicio, considerar que en las bases curriculares de Educación Inicial del Ministerio de Educación y Deportes (2005), se establece la integración de cuatro pilares fundamentales en la educación que tienen que ver con el conocimiento, a saber: conocer, hacer, convivir, ser, y haciendo alusión al último, que respecta al ser, es menester tomar en cuenta que el aprendizaje cooperativo fortalece ésta dimensión, debido a que los niños construyen el saber a partir de la necesidad que tienen de los demás compañeros de clase para resolver y buscar el bienestar de los que lo rodean y eso es una característica del crecimiento y desarrollo humano que redunda en beneficio de la sociedad y calidad de vida.
Habilidades del docente de Educación Inicial
El docente de Educación Inicial, como agente de cambio debe gozar de una serie de características que van a condicionar su acción educativa, partiendo de la dimensión personal, de allí que en este punto se toman en cuenta las diferentes competencias requeridas para poder desarrollar el proceso de enseñanza aprendizaje. En ese marco de ideas, se precisa expresar las condiciones que todo docente debe tener en cuanto a su dimensión personal, las cuales son:
1. Gozar de una salud física, mental y emocional que le permita sentirse satisfecho y dispuesto al trabajo de manera individual y colectiva, con la cual pueda desarrollar sus competencias de carácter conceptual, procedimental y actitudinal, tanto en el campo interpersonal como intrapersonal.
2. Manifestar disposición para el aprendizaje continuo, que le permita ir generando nuevos conocimientos, habilidades, destrezas y actitud hacia el trabajo.
3. Estar preparado para la transformación del recurso humano involucrado en el proceso, tomando en cuenta los nuevos enfoques de liderazgo emprendedor transformador que se les sugiere al gerente en el aula.
Las características que evidencian las condiciones antes expuestas son:
Ser líder, entendiendo que todo docente debe atraer, influenciar y convencer, así como aprender para enseñar, con lo cual se propician situaciones de aprendizajes significativos. Cabe destacar que esta característica hace que el docente se convierta en modelo para los participantes al contar con una personalidad influyente que permita integrar la experiencia y propiciar cambios. Cuando el docente es líder puede orientar las actividades de aprendizaje ayudando en los aspectos que resulten complejos para los participantes.
Ser proactivo: esta característica consiste en generar acciones de desarrollo y construcción de conocimientos, brindando opciones diversas a los participantes del proceso de enseñanza aprendizaje. Una persona proactiva estará incentivando actitudes para el logro de objetivos dentro y fuera del aula, que servirán para que los participantes desarrollen la creatividad, así como sus habilidades humanas, decisionales y comunicativas, importantes para poder expresar lo que piensan y sienten y de esa forma, contribuir con la dinámica grupal y el aprendizaje significativo y cooperativo.
Ser carismático, característica que permite atraer atención y generar un ambiente motivador para que se realicen las actividades en función de los objetivos que se proponen. Un docente carismático va a obtener en todo momento la captación del grupo, brindando confianza y seguridad, así como posibilita la obtención de aprendizajes significativos, enmarcados en la interacción armónica de los participantes.
Ser empático, consiste en comprender la situación del otro, tomando en cuenta que las experiencias que los participantes tienen, pueden producir nuevos conocimientos. Es importante resaltar que esta característica permite tomar en cuenta los aspectos de pensamiento, emociones y sentimientos que se conjugan en el proceso.
Saber escuchar, característica fundamental del docente para atender las proposiciones y opiniones de los educandos, enriqueciendo así el proceso a través de la conjunción de ideas y conclusiones generales, respetando los aspectos discutidos.
Ser Creativo, que implica ser una persona abierta al cambio, innovadora, pero a la vez es inteligente, con iniciativa en cuanto a la búsqueda de solución a los problemas que se le presentan, proponiendo acciones de carácter divergente donde se desarrolle la posibilidad de ampliar el horizonte y las capacidades de los estudiantes.
Ser Emprendedor, por cuanto se requiere tener pensamiento visionario, estableciendo acciones a las ideas, desarrollándolas a través de los proyectos educativos, de manera de poder obtener las metas, la efectividad y la calidad esperada en el nivel de educación inicial, con el desarrollo del parendizaje integral de los niños y niñas de 0 a 6 años.
Ser investigador, para poder conocer las realidades que afectan al niño y la nina de este nivel, buscando las causas, revisando las consecuencias, y considerando las alternativas más idóneas para resolver la situación diagnosticada, a través de una metodología participativa que involucre responsablemente a docentes, padres, representantes, entes gubernamentales y no gubernamentales, así como a la comunidad en general.
Las características personales del docente se conjugan con una serie de condiciones profesionales de las cuales se genera una práctica educativa enriquecedora, por tanto, enmarcados en los paradigmas que fundamentan la educación del siglo XXI, es necesario contar con un docente facilitador y mediador de los procesos de aprendizaje.
En tal sentido, el facilitador requiere:
Tener tres virtudes indispensables: verdad, humildad y amor, ingredientes para facilitar el crecimiento y desarrollo constructivo de otros.
Crear un ambiente propicio (democrático), que permita al participante ser más crítico, más creativo y transformador de la realidad.
Estimular las potencialidades para generar creatividad.
Establecer relaciones no de maestro a educando, sino de persona a persona.
Promover en los participantes la búsqueda de sí mismo y descubrir su propio centro de interés, entre otros.
Estas capacidades permiten que el docente explore y genere una nueva oportunidad de intercambio y realización de actividades de aprendizajes que contribuyan y propicien elementos que satisfagan las necesidades e intereses de los educandos hacia lo que desean aprender.
Al considerar el enfoque sociocultural se puede incorporar el concepto de mediación en el proceso educativo, donde el docente actúa de enlace entre el estudiante y el conocimiento que éste puede producir, logrando esto a través de las intervenciones tanto teóricas como prácticas que se generan en la búsqueda del desarrollo de contenidos. De esto se desprende la diferenciación entre la mediación instrumental y la social.
Para Vygotky, citado por Ríos (1997) la mediación instrumental es un modelo a través del cual la actividad educativa se desarrolla utilizando instrumentos y signos para dirigir su atención, organizar su memoria consciente y controlar su conducta. La mediación social está íntimamente relacionada con la internalización por cuanto es la interacción social con un compañero o un adulto la que favorece la internalización de funciones psicológicas nuevas. En esta interacción es el adulto quien establece el proceso de comunicación y representación.
El proceso de mediación guiado por el docente o el adulto concede al niño y la niña, la posibilidad de valerse de un conjunto de capacidades que no le pertenecen; así puede disponer de una conciencia ajena, de una memoria, una atención, unas categorías y una inteligencia prestada para después ir construyendo paulatinamente su estructura mental, durante el proceso será una mente social que funciona con soportes instrumentales y sociales externos, y a medida que esa mente externa y social vaya siendo dominada por el participante y vaya construyendo los correlatos internos de los operadores externos, éstas se irán interiorizando y conformando en la mente del participante. Se pretende que en el proceso de educación, el docente sirva de mediador de los conocimientos del educando, generando situaciones y experiencias que se conviertan en significativas y productivas, para conformar el aprendizaje esperado, coadyuvando a la calidad educativa deseada en el nivel de Educación Inicial, contribuyendo con el desarrollo integral de los niños y niñas, de allí la necesidad de aplicar estrategias de enseñanza cónsonas con las realidades que se experimentan en el aula, en la institución y en la comunidad.
Estrategias de Enseñanza
Para aplicar las estrategias del aprendizaje cooperativo, es necesario explicar lo que se entiende por estrategias, por cuanto de la aplicación de ella, se obtiene la calidad y la garantía de estar enseñando apropiadamente a los niños y niñas, en edad preescolar. En este aparte se explica que factores se toman en cuenta para su aplicabilidad. Como planteamiento en el campo de la educación planear el proceso de aprendizaje de los alumnos parte del docente quien trata de seleccionar y utilizar la mejor forma de enseñar, por ello, es necesario escoger la estrategia más apropiada en función de los fines que persigue con los alumnos.
De acuerdo a esto explica Mata (1993, p.51), que la estrategia de enseñanza es "la habilidad que debe poseer el docente para facilitar el aprendizaje en el estudiante que incluye método y técnica". En este sentido el docente organiza una serie de elementos pedagógicos para dirigir las ideas, las acciones y las palabras para alcanzar un objetivo, en otras palabras, es el plan de acción que diseña el docente para alcanzar la meta que sería el aprendizaje de los alumnos.
Al respecto, plantean López y Cappelletti (2005, p. 892), estrategias de enseñanza "es el conjunto de aquellos procedimientos o recursos utilizados por el educador para promover aprendizajes significativos". De este modo el docente vincula a los alumnos con el contenido que quiere enseñar, tomando en cuenta que cualquier estrategia puede ser eficaz en diferentes situaciones.
En ese orden de ideas, estos autores explican, que cuando se desea realizar la intervención didáctica en el salón de clases, el docente para enseñar determinado contenido se traza objetivos y los aborda, para ello parte del mismo contenido (que enseñará) y cómo lo va a hacer (estrategia). En este sentido, el docente establece una variedad de estrategias posibilitando la enseñanza con libertad y creatividad a los alumnos, la cual representa una vía para enfrentar los problemas que acaecen en el aula y de esa forma busca los mejores caminos para resolverlos.
El papel del docente se resume a transmitir ciertos contenidos con el fin de lograr un propósito, por regla están involucradas dos personas que son el alumno y el docente para que se de esa relación de aprendizaje, la cual se da por un compromiso, en ese proceso el docente trata de ayudar a los niños y niñas a explorar el mundo que lo rodea, por medio de estrategias de enseñanza.
Esto requiere la puesta en marcha del ingenio personal del docente, si bien es cierto que precisa de ella para enseñar con eficacia también debe escoger la más adecuada considerando la edad de los niños y niñas con el fin de encarar una serie de posibles situaciones en el aula relacionadas con problemas que se definirían con unas buenas estrategias.
No es fácil para el docente imponerse de herramientas que le faciliten enfrentar las situaciones en su quehacer pedagógico, por ello es necesario formarse en las mejores estrategias para poder guiarse de una manera científica en su práctica, y de esa forma ayudar a los niños y niñas respondiendo a sus propios intereses, necesidades y potencialidades, elementos imprescindibles en su desarrollo integral.
En Educación Inicial, son importantes las estrategias por cuanto en ellas radica la posibilidad de que los niños y niñas vivencien su aprendizaje, de hecho como referencia se tiene, que los mismos al contar con esa diversidad de estrategias producto de un docente comprometido con su bienestar, les facilita la adquisición de nuevos aprendizajes, tomando en cuenta que poseen características diferentes y esto es primordial al escogerlas, y de ellas depende el nivel de comprensión sobre todo cuando se trata de la enseñanza de las actitudes.
Para que el aprendizaje de los niños y niñas ocurra con mayor efectividad, es necesario brindarles oportunidades de interacción social con unas estrategias adecuadas para su desarrollo evolutivo, al respecto enfatiza Hohmann y Weikart (1999), que existen métodos de enseñanza más apropiados en ciertas etapas del desarrollo de los niños y niñas y en otras no.
Para tal efecto, el docente debe mediar estrategias para niños y niñas en la etapa preoperacional la cual se caracteriza por la habilidad que tienen los pequeños para representar mentalmente el mundo que lo rodea. Por consiguiente, esta etapa es propicia para trabajar en pequeños grupos la estrategia del aprendizaje cooperativo, por cuanto en ella se establece el conocimiento social referido al conjunto de reglas y normas que rigen las interacciones sociales las cuales se aprenden de los demás e interactuando con ellos.
También la edad es un elemento a considerar en las estrategias, de acuerdo a lo establecido en el documento de las bases curriculares de Educación Inicial del Ministerio de Educación y Deportes (2005) en el nivel preescolar la edad es un período que abarca desde los 3 hasta los 5 ó 6 años y lo denomina niñez temprana, lo cual es importante para su aplicación, en ese ciclo los pequeños cuentan con determinadas características que les da la madurez para emprender el proceso de aprendizaje sobre los valores, esto se observa cuando algunos niños y niñas logran o no desarrollar ciertas habilidades y destrezas y es ahí donde entra en juego la selección de la estrategia.
En la rutina diaria del aula el docente puede organizar en el espacio de pequeños grupos, la estrategia del aprendizaje cooperativo porque este momento brinda la oportunidad de resolver los problemas, los niños y niñas a diario producen de forma deliberada o no experiencias las cuales son decisivas para pensar y razonar, es decir, en la vida real en el aula, en el hogar, en su comunidad, se encuentran con obstáculos inesperados, y eso estimula el aprendizaje y el desarrollo y por ende la internalización de los valores.
Los pequeños grupos se consideran para la estrategia del aprendizaje cooperativo por ser una oportunidad especial para la interacción social donde el docente brinda al niño y la niña actividades, conceptos y materiales nuevos los cuales son comunes para todos, para explorar, crear, experimentar o construir, y de esa manera comparten un objetivo común, en esto, la participación del docente es crucial, quien inicia planificando lo que se hará en este período.
Al respecto afirman Hohmann y Weikart (1999), el espacio de pequeño grupo, es significativo para el aprendizaje de los valores, en ese momento cuando todos trabajan con los mismos materiales frecuentemente compartirán, hablarán acerca de lo que están haciendo y sus descubrimientos, aprenderán unos de otros y se ayudaran mutuamente, para que sea efectivo los niños y niñas se dividirán en grupos de 5 a 10 entre los adultos significativos del aula, independientemente del tamaño del grupo o de la asistencia diaria, el mismo grupo de niños y niñas se reúne con el mismo docente todos los días durante varios meses.
Así mismo, es una oportunidad también para el docente para introducir la actividad planificada en cuanto a la enseñanza de los valores respetando el ritmo de trabajo de los niños y niñas induciéndolos para tomar decisiones y eligiendo que hacer con los materiales, y de esa forma se prueban individual y colectivamente sus potencialidades, por cuanto en este momento se trabaja en base a sus fortalezas.
A esos elementos, asegura Ferreiro (2003), es necesario crear también un ambiente de aprendizaje que haga sentir bien a los niños (a) en su entorno, condicionar este espacio favorable tiene que ver con los aspectos físicos del aula, que se relaciona con la ventilación, mobiliario, iluminación, limpieza, orden, con el objetivo de poder operacionalizar las estrategias del aprendizaje cooperativo.
Estos planteamientos están en consonancia con el nuevo diseño curricular planteado en el documento de las bases curriculares de educación inicial del Ministerio de Educación y Deportes (2005), que tiene una concepción acerca de como debe ser el ambiente de aprendizaje, el cual debe tener materiales, mobiliario, organización y distribución que le da posibilidades al niño de satisfacer sus necesidades de aprendizaje en un clima favorecedor donde exista cariño, respeto, intercambios y en el que todos disfruten plenamente de su rutina diaria.
Así mismo, estos aspectos debe considerarlos el docente a la hora de planificar las actividades del aprendizaje cooperativo, para que los niños se sientan agradados, ya que está comprobado que los mismos asisten más a los centros de educación por interaccionar con sus coterráneos, lo cual le permite jugar, compartir, relacionarse que por los conocimientos en si.
Algunas de las estrategias que fortalecen los valores, las cuales se han adaptado al nivel de comprensión de los niños y niñas del nivel preescolar y son factibles de utilizar para el fortalecimiento de los valores son las siguientes:
Ferreiro (2003) sugiere comenzar con esta estrategia de cuchichear con el niño más próximo físicamente, que por lo regular es el más cercano socialmente. Más tarde los alumnos pueden practicar el cuchicheo con otro compañero de diferente sexo, lejos de su posición en el salón, o con otra característica que tenga hasta que todos participen y tengan la oportunidad de coincidir brevemente y comentar reflexionando sobre un tema puntual que se trate en clase.
Este intercambio que se da entre dos ò tres minutos sobre un tema objeto de aprendizaje fomenta las habilidades sociales que requiere el trabajo en equipo, se debe iniciar con parejas de dos al azar y posteriormente cuando ya estén entrenados se realizarán equipos de cuatro ò cinco miembros cuando más. En esta actividad los alumnos necesitan conocerse, llamarse por su nombre, estar frente a frente, mirarse a la cara, a los ojos, compartir un tema, es decir comunicarse y desarrollar relaciones interpersonales indispensables para trabajar juntos, compartir y cooperar, producto de un entrenamiento base.
Esta actividad sugiere a los niños del nivel preescolar, el respeto hacía las opiniones de sus compañeros, el intercambio social, la disposición, ese contacto los enriquece, aquí el papel del docente es imprescindible ya que es quien elegirá aleatoriamente a los niños para formar los grupos, dar las orientaciones, observarlos, así como evaluarlos para valorar el desarrollo de las habilidades sociales que ellos necesitan y que se quieren estimular.
Generalmente los pequeños en el aula, disfrutan de cualquier eventualidad, y si es innovadora produce una quietud en el grupo mejorando el comportamiento, esta estrategia tiene a favor que la misma puede ser utilizada como un juego grupal, rescatando a aquellos niños (a) que se sienten inhibidos frente a las actividades, logrando la integración de todos.
De acuerdo a Ferreiro (2003), lluvia de Ideas es la estrategia básica para la producción de ideas desde todos los ángulos posibles del individuo, se reúnen todos las personas diferentes entre si, motivadas y capaces de expresarse en un grupo y saca lo que está adentro del sujeto. Es imprescindible que se trate de estimular al alumno para que produzca la mayor cantidad de ideas posible. Es mejor esta lluvia de ideas cuando se le sugiere al alumno que emplee un visualizador gráfico.
Esa expresión se hace de una forma individual y grupal, permite que todos hablen y se escuchen sobre alguna temática, para posteriormente llegar a una conclusión un acuerdo o tomen una decisión siempre por consenso, por último, hacen un análisis del problema para buscarle ideas y soluciones creativas.
En el período de planificación, en la jornada diaria del salón, es propicio que se pregunte de forma divergente sobre cualquier acontecimiento, lo que motiva que el docente prepare con anterioridad y de forma simple lo que quiere indagar con los niños, lo que redundará en una participación donde florecen los valores de generosidad, cooperación, y otros. En el período de pequeño grupo, el docente puede observar como se desarrolla la actividad dando paso a que todos participen, con lo cual, se da rienda suelta y en forma objetiva todas las inquietudes que acompañan a cada uno.
El manejo de las habilidades interpersonales por parte de los niños y niñas conlleva a que tengan éxito, ya que en su interior, se encuentran las capacidades a las que todo ser humano recurre para comprenderse a si mismos y a otras personas, es decir brotan sus cualidades y es ahí donde juega también el papel del docente para lograr que aflore su empatía, altruismo, valores, a través del trabajo en grupo.
En virtud de lo explicado, el aprendizaje cooperativo encuadra como técnica efectiva para lograr el aprendizaje globalizado que implica los ejes curriculares que son el eje de la afectividad, inteligencia, que se ven fortalecidos desde el nacimiento del niño y la niña, y el lúdico este último como complemento integrador del proceso de aprendizaje en el nivel preescolar.
De acuerdo a Ferreiro y Calderón (2000), el aprendizaje cooperativo brinda beneficios. En cuanto al alumno:
a) Brinda autonomía a los alumnos, para tomar decisiones concretas y en conjunto.
b) Aprendizaje dinámico, activo y colectivo.
c) Plantea estrategias cognitivas.
d) Favorece la interacción con las personas que lo rodean, en este caso con sus compañeros.
e) Logran información nueva.
f) Solucionan problemas.
g) Pueden realizar experimentos de ciencias
h) Pueden realizar redacciones de composiciones.
En cuanto al docente
a) Puede especificar los objetivos de aprendizaje.
b) Decide el tamaño del grupo
c) Asigna los estudiantes a los grupos.
d) Prepara el aula o lo acondiciona para las actividades.
e) Planifica materiales de enseñanza
f) Nombra y asigna los roles para garantizar la interdependencia.
g) Explica las tareas académicas.
h) Estructura la meta grupal.
i) Estructura la valoración individual la cooperación intergrupal
j) Valora el funcionamiento grupal así como el aprendizaje de los alumnos
k) Ayuda a los alumnos a discutir del por qué hay que colaborar unos con otros.
De acuerdo a lo antes mencionado, refiere Salazar (2003), que el aprendizaje cooperativo permite un aprendizaje más efectivo por cuanto los estudiantes emprenden actividades comunes utilizando herramientas didácticas y contando con compañeros dispuestos a colaborar, así mismo, señala que su importancia se deriva por la efectividad que tiene en cualquier actividad de enseñanza-aprendizaje.
La afirmación anterior conlleva a considerar que el aprendizaje cooperativo en la actualidad es una herramienta para lograr aprendizajes significativos, contextualizados, globalizados y dinámicos considerando los requerimientos de la teoría constructivista que se plantean, de ahí que los docentes deben propiciar el trabajo cooperativo en pro de un aprendizaje colectivo en consonancia con la realidad de los alumnos por ser los protagonistas del proceso educativo.
Por otro lado, tiene ciertas particularidades esta labor cooperativa, que se manifiestan y son aspectos propios como: la colaboración, responsabilidad, diálogo, respeto, tolerancia, planificación, organización. Que al final de la actividad deben evaluarse con ahínco por cuanto forman parte de aquellos aprendizajes que deben ser rescatados por los docentes, ya que son de tipo actitudinal y procedimental.
Para que se dé una clase cooperativa se deben determinar los objetivos conceptuales y actitudinales, ya que pautaran los contenidos y las conductas interpersonales que asimilaran los alumnos en grupo y de esa forma se dé eficazmente, de allí que una de las ventajas que tiene el aprendizaje cooperativo es que pueden ser aplicados a cualquier tipo de actividad, que no tiene el aprendizaje individual y competitivo.
Dentro de estas perspectivas, señala Ávila y colaboradores (2000), que este tipo de estrategias conducen a un aprendizaje que representa, más que un trabajo grupal, una filosofía de vida en la que se conjugan valores, actitudes, y habilidades, así como también una vivencia con sentido y con valores bien definidos.
Actividades para Educar en Valores
Las actividades son imprescindibles dentro de cualquier estrategia que se quiera emplear para generar aprendizajes, por ello, es necesario conceptualizarla. Según la guía práctica de actividades para niños preescolares (2000, p. 227) las actividades "Son acciones que generan las interacciones del niño con el ambiente (materiales, niños, adulto, animales, plantas…..). se refiere al conjunto de acciones o tareas que se realizan en el desarrollo del proyecto en los cuales se haría muy difícil cumplir con los objetivos que se plantean. Se debe partir de ellas para transmitir los saberes importantes en la vida, lo cual es generado por un docente a través del hecho de enseñar.
En torno a esto, explica Savater (1997, p.148)), que de todas las cosas que rodean al individuo se puede aprender, pero ello, es estéril si ese aprendizaje no tiene un significado para él, y eso se origina de las relaciones con otros que se dan por medio de los símbolos que son enseñados por otros seres humanos, he ahí donde entra el proceso de la educación, la cual se aprende siempre de otras personas. Asimismo considera que "educar es ante todo transmitir algo y solo se transmite aquello que la persona considera digno de ser conservado" Y esa consideración proviene de los valores positivos de algunos conocimientos, comportamientos, habilidades y ciertos ideales.
En este contexto refiere Ramos (2001), para educar, es necesario saber quien y para que se educa a una persona, ello significa que es importante conocerlo profundamente, como al entorno que lo rodea, y así definir una filosofía de vida, es decir, valorar los hechos que vive, las características del medio donde se desenvuelve para poder diseñar una educación que forme hombres aptos para la vida y para una sociedad democrática.
En esa misma línea explica Savater (1997), el rol de la educación es viabilizar al ser humano hacía una realidad social y así pueda adaptarla a su vida. Es universalizarla de acuerdo a lo que quiere la sociedad para conservarla, para formar nuevos y buenos ciudadanos, aceptables y en consonancia con los requerimientos del colectivo, así como también la conservación de sus raíces, en el entendido de que se vive en una humanidad compartida sin diferencias con los que se sientan identificados.
Por ello, la enseñanza en la escuela va más allá que una simple transmisión de conocimientos, donde los contenidos son fenómenos del mundo físico, teoremas acontecimientos históricos, los fines de la educación deben ir encauzados hacía el continuo desarrollo del ser humano desde el punto de vista humanista, donde lo aprendido tenga perdurabilidad en el tiempo.
Como se plantea en el documento de las bases curriculares del Ministerio de Educación y Deportes (2005) el cual establece que el aprendizaje de los niños se concibe como un proceso que se da a lo largo de toda su vida que implica por demás una educación en un marco de naturaleza humano global e integral que se corresponda a la nueva sociedad que se quiere transformar.
Este paradigma, según lo expresa Arribas (2004), encuadra dentro de la educación en valores, que requiere de un proceso de construcción, una transformación personal y colectiva, la emancipación y la autodeterminación de cada uno de los miembros de la comunidad escolar, es decir, corresponde a la educación en valores reorientar y guiar la percepción de la realidad ante ese abrumador volumen de información que trae la globalización.
A la luz de estos enunciados, expresa Ramos (2001), que se requiere una educación en valores capaz de dotar al individuo de un razonamiento autónomo, crítico del cual pueda elaborar su propio juicio, para que puedan de esa manera participar por si mismos en lo que deben hacer en las situaciones de su vida. Todo esto producto de una educación global que incluye su sensibilidad, espiritualidad, sentido estético y ético, responsabilidad que se enseña en sus primeros años de educación.
Así mismo, manifiesta que hoy día, se necesita una educación diferente formativa, personalizada, reflexiva y fundamentada en valores las cuales deben ser dirigidas a las áreas del ser que desarrollan las actitudes, y le enseñan al alumno a vivir con sentido, en resumen, educar para la vida, tomando en cuenta que es lo más preciado que tiene, y merece ser vivido con principios universales, y de esa forma se logra la consecución de sus ideales de existencia.
Al respecto, alega Castro (2004), que se debe construir una educación fomentada en valores, tomando como referencia el presente que viven los niños, porque de allí surge esa construcción, en una plataforma que le dan sus derechos, donde el docente lo escucha y lo toma en cuenta a la hora de tomar decisiones. Así mismo, alega que la educación en valores en la escuela, debe ser propiciado con experiencias de cooperación, de ayuda entre los niños, y de trabajo grupal, que quien sabe más ayude al que sabe menos o no sabe, con el propósito de que cada uno crezca con la idea de que eso pasa en la vida, que la vida simplemente está llena de esos pequeños detalles con el prójimo y de esa forma se aprende los grandes valores como la paz, la tolerancia, los cuales se viven y no se pueden enseñar con un programa escolar.
En este sentido, agrega Ortega y colaboradores (1998), el papel del docente es tratar de involucrar a los alumnos en la escuela en su devenir diario, buscando una participación democrática, tomando en cuenta las necesidades de los niños, enseñándolos a interpretar el mundo de significados o valores por medio de los cuales el hombre se expresa, siente y vive, es decir, dotarlo de criterios para que contemple al ser humano en su medio.
Así mismo, la educación en valores debe formar al individuo para que se muestre dispuesto y preparado de forma permanente para que su conducta sea estable, de esa forma se enfrenta al mundo, y a su realidad. Esta educación en valores debe fortalecer los hábitos como principios básicos que hacen descubrir al sujeto su dignidad y la de los demás. Se inicia desde los primeros contactos que hace con su medio, en esto juega el comportamiento de su familia, su comunidad, su institución escolar, su docente, es decir al grupo que pertenece, que de una forma u otra les transmite tácita y silenciosamente sus valores. Esto es relevante dentro de este nivel, ya que los niños deben conocer lo que realmente es importante en sus vidas.
El docente en este nivel conociendo la realidad de los pequeños y en conjugación con sus conocimientos, da su aporte pedagógico enseñándolos a vivir de una forma compartida, sin ningún tipo de discriminación, tomando como referencia que todos los seres humanos habitan un solo planeta y es un lugar donde todos pueden vivir manteniendo la armonía, inclinándolos siempre a hacer el bien a los demás, permitiéndoles tomar opciones frente a una gama de posibilidades que le presentan en las actividades de la jornada diaria en el aula, esos son valores que los niños deben aprender los cuales son producto de una educación en valores que es propiciada por un docente formado en el aprendizaje cooperativo.
Es necesario definir que son valores, partiendo de que la educación es un medio socializador que impregna todo tipo de conocimientos, y por ser un elemento que configura la intencionalidad del ser humano hacía las cosas buenas, lo cual se traduce en una perspectiva en la siguiente investigación.
El ser humano tiene una facultad para emitir juicios de valor hacía las cosas, al hablar del mundo que lo rodea es capaz de referirse a él con razonamientos lógicos o con razonamientos que van más allá de la explicación racional. En este contexto, se habla de los valores, en torno a ello, señala Tierno (1994) que son las valoraciones que hace el individuo acerca de las cosas, el sujeto valora las cosas y el objeto ofrece un fundamento para ser valorado y apreciado, visto de ese modo se puede hablar de una preferencia o cómo algo que en sí es bueno.
Plantea Gras (1997), que los valores expresan una valoración subjetiva por ciertos bienes o actividades, de allí que considere algo con aprecio y es relativo en cada persona, como ésta plantea la situación y lo conceptúe de acuerdo a su criterio. Son estimaciones de un estado interior del sujeto que se refieren a lo bueno y deseable" o como lo expresan Carreras y col (1997, p 22) "Es la convicción razonada de que algo es bueno o malo para llegar a ser más humanos".
Los valores en la vida del ser humano lo conducen a un sistema de creencias fungiendo como el norte que deben seguir los seres humanos dentro de la sociedad a la que pertenece, y definen el comportamiento con los demás y con la humanidad, es decir, es un elemento de la personalidad de cada individuo.
Agrega Tierno (1994) que forman parte de la misma esencia del sujeto, ya que la vida y su derredor está llena de ellos, y de la manera que actúe el individuo es lo que delineará su comportamiento en beneficio de la sociedad y de él mismo, por eso, es importante que se considere en la educación de los niños y niñas.
También se considera una manera de ver el mundo para interpretarla y de esa visión surgen las opciones a tomar en la vida con libertad, para ello, es imprescindible que aprenda a asumir las consecuencias de sus actos con responsabilidad, desarrollar esta actitud es importante, por cuanto los niños (a) reflexionan en torno a ello, y aprenden a comportarse de acuerdo a lo que indican las normas sociales, sin menoscabar sus derechos, lo cual le dará la madurez emocional, y por ende se desenvolverá con confianza y con alegría.
Generalmente los niños del nivel preescolar, llegan al centro de educación con nociones de temáticas aprendidas en su hogar y en otros entornos lo cual permite interpretar que los niños siempre tienen información acerca de las cosas, y se llama experiencias previas, permitiendo que el docente tenga un diagnóstico acerca de lo que sabe o no para poder partir de ahí y organizar estrategias didácticas como el aprendizaje cooperativo para fortalecer los valores.
También manifiestan conductas indicando que valoran el amor de sus padres al requerir su presencia, sus pertenencias, la amistad con sus compañeros, pero no comprenden el concepto del valor en si mismo, le corresponde entonces al docente por medio de sus conocimientos adentrarlo en el mundo de los valores, para que los mismos se manifiesten progresivamente en acciones encaminadas hacía el bien.
Por cuanto, están en la etapa del modelamiento esas conductas deben ser reforzados con experiencias vividas en el salón de clases en conjunto con todas las personas que están en el centro de educación, es decir, por medio de la interacción social se desarrollan actividades de aprendizaje cooperativo para educar en valores. Dado que los niños y niñas aprenden por medio de sus propias experiencias y descubrimientos, el docente es el apoyo para el desarrollo del aprendizaje, por tanto su principal objetivo es estimular el aprendizaje de los pequeños, por medio de actividades recreativas que representan para ellos un disfrute pleno y en el cual participa de forma natural, considerando las rondas, los juegos, las canciones, las poesías, las fábulas, los cuentos, la dramatización, entre otras.
Es importante tomar en cuenta la diversidad de estrategias que impulsan el aprendizaje de los alumnos, ellas ofrecen un entorno fructífero capaz de irradiar una mejor comprensión para cualquier tópico que se quiera enseñar, en el caso de los valores, el docente también enseña con su actitud frente a la vida, pues es lo que observan los que lo rodean, por ello, es imprescindible la formación de quien enseña en todos los aspectos que incluye el hacer, ser, convivir, conocer, lo que redundará en beneficio de todos aquellos seres a quienes se quiere formar desde pequeños.
El docente emprendedor
Ser emprendedor no es fácil, sobre todo porque implica un proceso secuencial de acciones que nos permitan obtener nuestros propósitos, insistir para que los proyectos establecidos se cumplan y satisfagan las necesidades personales, laborales, profesionales y sociales, luchando con todos los obstáculos que se presentan, enfrentando las divergencias, las amenazas y todos aquellos conflictos que puedan influir en nuestros sentimientos y emociones, sobre todo cuando entre los miembros del equipo, y el entorno, existan opositores o distractores que pretendan hacerte ver que lo que quieres es imposible, o no es para tí.
Es allí donde tenemos que ser resilientes, insistiendo por lo que queremos, porque nuestro proyecto se desarrolle tal como fue planeado, organizando paso a paso las acciones, con la esperanza que podamos vencer, obtener éxito y excelencia. La resiliencia es una condición del líder emprendedor, porque el camino que debe seguir es a veces largo y complejo, y si no estamos convencidos del cambio, podemos fallar y dejar la tarea inconclusa, hecho que es peor, porque frustra y genera inestabilidad emocional y social. Que maravilloso es cuando planeamos un futuro mejor, nos organizamos en cada etapa, y vamos ejecutando las estrategias necesarias para poder vencer, además que vamos controlando el proceso para detectar los avances y los retrocesos, tomando decisiones día a día, modificando las acciones más no las estrategias, las metas y la visión e ilusión que nos llevó a pensar en la transformación.
La resiliencia es una condición, una actitud ante lo que queremos alcanzar, por eso forma parte de una planificación prospectiva que nos lleva a diagnosticar la realidad, analizar las fortalezas, las debilidades, así como también , las oportunidades y amenazas para proponer objetivos a corto, mediano y largo plazo, planificando el cambio, para lo cual es necesario estar preparado de manera que nos permita adecuar las ventajas competitivas cónsonas con la realidad del contexto, el entorno local, regional, nacional e internacional. Cuando somos resilientes, tenemos otras cualidades, somos creativos, positivos y proactivos, tenemos confianza y seguridad de nuestras competencias, y también de los demás, porque algo es seguro, cuando trabajamos en equipo es más fácil llegar a la meta esperada, al contar con lo que los demás pueden hacer, unificando criterios, experiencias, conocimientos, esfuerzos, tiempo y dinero.
No obstante, no podemos obviar realidades que se convierten en nuestras debilidades, sobre todo porque muchas veces planificamos, pero no organizamos las ideas y acciones para que desarrollen en el tiempo específico y preciso, podríamos ser procrastinadores, dejando para último momento, lo que debemos hacer, que está escrito de manera clara en las instrucciones, pero por darle mayor importancia a lo urgente, dejamos atrás, lo importante, lo descuidamos, y esto afecta la trayectoria del proceso. Tal vez, nuestros proyectos se atrasan, o se olvidan por no atender lo que verdaderamente debemos hacer.
Entonces, la actitud hacia el cambio, hacia el éxito y la superación que tienen un líder emprendedor, debe estar acompañada de una preparación para el futuro, evitando los errores, el ensayo y la improvisación. Por el contrario, cada acción del líder, debe estar acompañada de una gran disposición al trabajo, a la competitividad, aprovechando las oportunidades que el medio social y laboral nos ofrece para crecer, desarrollarnos y vencer, luchando siempre por lo que queremos.
Otro problema, son los conflictos intraindividuales, lo que pensamos y sentimos sobre nosotros mismos, que a veces se convierten en una pared difícil de traspasar, y por ende, genera conflictos interpersonales e interorganizacionales, frustrando los procesos colectivos y trayendo consigo, mayor incertidumbre, duda y riesgo, pero si somos resilientes, este paso se resuelve, porque podremos mirar más allá de lo que está, somos visionarios, futuristas y prospectivos, dando soluciones creativas e innovadoras a cada una de las situaciones que se manifiestan en el entorno donde nos desenvolvemos. Por tanto, sigamos siendo resilientes, evitemos la procrastinación y demos valor a lo importante de nuestra vida personal, profesional, laboral y social, y venceremos.
Las competencias son capacidades y comportamientos que se observan habitualmente en la persona y le dan posibilidades de alcanzar el éxito en las funciones y tareas que cumple, de allí que al ser una persona emprendedora, es capaz de identificar las oportunidades que le brinda el medio donde se desenvuelve, creando y transmitiendo su visión tanto personal como organizacional, venciendo los constantes retos que se le plantean.
Además, el docente como líder emprendedor, trabaja con un propósito, una visión y misión, sustentada en principios y valores humanos y sociales, con los cuales guía sus pasos hacia un futuro exitoso y sostenible. De allí que actualmente es común escuchar que el líder diseña y construye su futuro, propiciando un presente productivo basado en las experiencias, los conocimientos y habilidades adquiridas en el pasado, lo cual nutre su vida de energía proactiva y positiva, haciéndose responsable de su aprendizaje.
Todo lo antes planteado, permite suponer cambios trascendentales para las organizaciones de cualquier nivel, en este siglo XXI, donde el docente como líder emprendedor, puede ser cualquiera dentro de ella, o mejor aún, son todos quienes unidos, trabajando bajo la misma dirección buscan un horizonte (objetivo) compartido. Pero es fundamental la preparación de esos líderes quienes en el campo educativo son el director, el subdirector de la Institución y todos y cada uno de los docentes de aula en su rol de gerentes, correspondiéndoles el trabajo fuerte, y ambicioso de lograr la transformación primero individual, cargados de esa autoestima positiva, y luego colectiva con la cual, se pretende formar a los próximos agentes de cambios.
En ese orden de ideas, desde el punto de vista personal, el líder emprendedor debe ser una persona con una autoestima equilibrada, entendiéndola como auto respeto, es decir, con un valor claramente asignado a su persona, que le da la capacidad para pensar, juzgar, escoger y decidir, saber comprender los intereses y necesidades propias, incorporando la confianza y seguridad que tiene de sí mismo. Este auto eficacia genera un sentimiento de control sobre la vida, la sensación de estar en el centro vital de la experiencia.
Por otra parte, el auto respeto es la confianza en los valores, es una actitud afirmativa hacia el derecho de vivir, ser feliz y tener libertad de hacer los pensamientos, deseos, necesidades y alegrías, así como permite la estimación mutua y hace posible un sentido de compañerismo. El docente como líder emprendedor posee una autoestima elevada, se siente seguro de sí mismo por los niveles de auto eficacia y auto respeto que posee, es capaz de dar, de orientar, sentirse guía y por ello, tiene más posibilidades de dar acompañamiento al personal que está a su cargo.
Esta competencia personal y humana del docente emprendedor, le da la capacidad de influir diariamente en la vida de los demás, se convierte en un modelo de otros y por ello, son moldeadores de vida tanto personal como profesional, muy especialmente en su contacto directo con los niños y niñas de Educación Inicial. En efecto, la vida personal del líder, puede ser crucial para las personas que están a su cargo, por cuanto en posición de liderazgo, de poder, facilitará el desarrollo potencial de sus educandos, fomentando, demostrando aceptación, instruyendo, entreteniendo, señalando éxitos y creyendo en sí mismos y en los demás.
Cabe destacar, que el poder de la persona sobre sí mismo, se convierte en un punto crucial, relevante, de carácter positivo o negativo, para quienes están con él, de allí, la responsabilidad del líder en su hogar, institución, y comunidad, cuando desarrolla su función de guía orientador ante los demás, de manifestar una adecuada autoestima, en razón que sirve de modelo y la forma como se valore y acepte, permitirá a los otros asumir dicha manifestación, por ello, es fundamental cuidar de su propio crecimiento y desarrollo, de la cual depende, la riqueza, calidad y vitalidad de su vida, enseñando lo que sabe y lo es.
Por lo tanto, en el escenario educativo el docente como líder emprendedor, debe realzar su autoestima, lo cual le permitirá enriquecerse y hacer lo mismo, irradiar su energía positiva hacia los demás, influyendo en sus actos propiciando el desarrollo de funciones efectivas con base en competencias específicas que le facilitan el trabajo a realizar dentro de la institución, muy especialmente al administrar el talento humano.
En tal sentido, y tomando en cuenta los aspectos anteriores, se puede concretar que las competencias son conductas que se demuestran en la actuación diaria y en el desempeño laboral en el aula con los educandos, con los padres/representantes, con la comunidad educativa, permitiendo desenvolverse eficazmente, al demostrar los conocimientos, las habilidades y las cualidades que posee un docente emprendedor efectivo porque se supone hace a la persona calificada para realizar las funciones y tareas a las cuales ha sido asignada.
De igual manera, la competencia facilita la toma de decisión ante los demás, y el poder y la autoridad sobre las personas a su cargo, pero, es básico que la persona manifieste en su comportamiento habitual y laboral, su habilidad para realizar determinadas tareas. En el caso del docente, es garante de la educación de los estudiantes de una institución, ante la comunidad y padres y representantes, debe manejar entre sus competencias, los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes básicas para liderar, comunicar, motivar, decidir analizar e integrarse con estas personas, generando situaciones armónicas, equilibradas y productivas para sí mismo y los demás, con lo cual, se contribuye a lograr los objetivos planteados en el plantel en el orden académico y administrativo.
Estas competencias se mantienen y permanecen cuando están soportadas por los conocimientos, el deseo y la habilidad de lograr sus objetivos, siendo importante la preparación y la formación permanente, por cuanto está claro que las personas emprendedoras, tienen habilidades para desarrollar su proyecto, pero debe manejarse de forma flexible, adecuándolas según las exigencias, los requerimientos de cambio contextual de manera oportuna, así como sean las situaciones en el lugar de trabajo, lo cual determinará la capacidad de manejar los hechos y conflictos para tomar la decisión pertinente de manera de darle respuesta a cada momento.
Al respecto de todo esto, se plantean, competencias fundamentales, las cuales se discriminan y usan según sea la situación a intervenir dentro de la institución y del aula, en este caso del nivel de Educación Inicial. Entre las competencias genéricas se consideran: la amplitud de conocimientos para estar bien informado, astucia para tener un entendimiento claro, razonamiento para encontrar alternativas, organización para trabajar productivamente, enfocarse en conseguir resultados, liderazgo, sensibilidad para identificar otros puntos de vista, cooperación para trabajar en equipo y orientación a conseguir objetivos a largo plazo.
Las competencias laborales, son el conjunto de atributos personales visibles que se aportan al trabajo, o comportamiento para lograr un desempeño idóneo y eficiente, integrando elementos característicos del ser humano.
Las competencias básicas hacen referencia a las habilidades básicas, como son la capacidad lectora, escritora, aritmética y matemática, hablar y escuchar; desarrollo del pensamiento: pensamiento creativo, solución de problemas, toma de decisiones, asimilación, comprensión y capacidad de aprender a aprender así como a razonar (organizar conceptos), considerando además, las cualidades personales de auto-responsabilidad, autoestima, sociabilidad, auto dirección, proactividad e integridad.
Cabe destacar, que los aspectos de las competencias genéricas, laborales y básicas se integran para conformar las características y cualidades de un líder emprendedor efectivo, partiendo de una visión transformadora y situacional, haciendo uso de una comunicación asertiva y acertada con todas las personas con las cuales le corresponde trabajar, motivándolas para participar en equipo y tomar decisiones, donde la negociación entre todos es la pauta de comprensión que conduce hacia el éxito.
Desde el punto de vista tanto personal como profesional y ocupacional, el docente emprendedor, debe contar con una característica especial que la irradia ante los demás y le permite llegar con gran influencia a quienes están a su cargo, condición utilizada en la actualidad y por lo cual, se le ha dado una variación en cuanto a su significado, por cuanto era identificado como poder, mando de manera autocrática y disciplinar, no obstante, su verdadero sentido es otro, influenciar a la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común, analizando la necesidad de requerirse una destreza especial pero posible de aprender y desarrollar si se une el deseo apropiado a las acciones apropiadas.
Asimismo, enfatiza en el término influir por cuanto el docente como líder emprendedor busca ser seguido sin forzar o coaccionar, es decir, sin abusar del poder sino de la autoridad conferida por sus características, consiguiendo que la gente haga voluntariamente lo que el líder quiere, de allí, el arte, la inteligencia y el poder creativo requerido para obtener esto, considerando la capacidad de ayudar a las personas, formando a sus educandos para la vida, de manera integral.
Por lo tanto, ser líder emprendedor, es tener un don que solo se puede ofrecer a los demás, por cuanto, los nuevos valores de autoestima y responsabilidad individual y de una cultura empresarial diferente aprecian al capital humano, como lo más importante dentro de una organización, creando un contexto en el cual puede emerger la inteligencia colectiva, sin menoscabo de lo individual, uniendo aprendizaje personal con organización inteligente, funcionando al unísono.
Con estas expresiones se enfatiza en el cambio radical de un docente, sobre todo al contextualizarlo en la sociedad del siglo XXI que exige de los gerentes más que administrar, liderizar, sirviendo de modelos, e influir en los otros, formándolos para que todos sean verdaderos líderes, propiciando la colaboración con los demás y del aprendizaje mediante la lucha de comprender los intereses comunes de la confianza de creer en un mejor mañana posible y alcanzable, de crecer por medio de equipos de trabajo plenamente integrados y a través del éxito logrado por la implementación de los planes.
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