Si algo debiésemos empezar a hacer es construir redes internacionales de resistencia a los mandatos de los organismos económicos multilaterales, organizaciones latinoamericanas de lucha, empezar a construir una unidad en torno a un proyecto de resistencia y de construcción de otra Latinoamérica y de otro mundo. Ya decía Bolívar que: "seguramente la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración… y de fundar un gobierno libre…más esta unión no nos vendrá por prodigios divinos sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos (Guadarrama 2000, pg 250)"
A pesar de todas las afirmaciones ya hechas, este ensayo es más un compendio de preguntas, propuestas y sueños que un conjunto de afirmaciones o verdades. Es este un aporte particular que pretende generar motivaciones, inventos, caminos, salidas, instrumentos para labrar un mundo mejor.
Finalmente es necesario hacer la siguiente propuesta. En la construcción de nuestra Psicología Latinoamericana es necesario mantener tres objetivos generales:
. Motivar la no utilización a-crítica de una psicología al servicio del consumismo y el capitalismo salvaje. Proponemos en cambio una psicología humanista y humanizadora, no cosificadora, no instrumentalista, ni instrumentalizadora.
. Potenciar una cultura de la resistencia y por este camino debilitar los males generados por el colonialismo cultural. En otras palabras, participar en la construcción y realización de un proyecto cultural Latinoamericano que permita un futuro de bienestar y mejor para todos aquellos históricamente explotados, infelices y oprimidos. Proyecto que tendrá su cenit solamente con un sistema económico y político distinto al de hoy.
. Construir una psicología que se nutra de nuestra realidad, una psicología a la medida de nuestras necesidades históricas como pueblo oprimido y como sujetos miembros de ese pueblo. Una psicología al servicio del psicólogo, de su paciente (no de su cliente), de la comunidad, del humano. Una nueva psicología que no esté al servicio de las necesidades del mercado.
En esta sección presentaremos objetivos, acciones y supuestos que atraviesan toda la propuesta y que sustentan las siguientes tres secciones: Epistemología, Investigación y Aplicación.
Hablando de lo que nos es propio y de lo que nos es extraño como miembros de una cultura construida a lo largo de una historia particular, no se pueden dejar de decir cosas polémicas. Sin embargo, es necesario traer a colación ciertas precauciones y reflexiones que nos permitan acercarnos de manera más objetiva, serena y reflexiva a la respuesta de lo que nos es ajeno y lo que no. Comencemos afirmando la necesidad de no caer en la "exclusión desde la marginalidad", es decir, no reconocer los aportes hechos por este sistema, auto impidiéndonos por lo tanto el poder usar muchas más formas de resistir, de luchar y de atacar al propio sistema. Así, no podemos satanizar toda forma de globalización, es necesario pelear contra la globalización neoliberal en pro de una globalización contra-hegemónica, donde se mundialice la solidaridad, se internacionalice la resistencia y la pelea por la herencia común de la humanidad, por los derechos humanos entendidos en su sentido más amplio.
Igualmente, así como "la informática y la electrónica son en manos de hegemones instrumentos de expoliación y en manos de los trabajadores herramientas de emancipación" (Ídem, p 18); la investigación y la aplicación de los hallazgos en psicología pueden pasar de ser medios monopolizados por el capitalismo a ser instrumentos de la revolución social desde abajo. Este trabajo de reencaminamiento de la psicología por el bien de nuestros hermanos no lo van a hacer otros por nosotros, está en manos de los psicólogos del tercer mundo seguir sumisos o resistir (aquí incluimos los "tercer mundos" que se viven en los países "desarrollados", las tragedias humanas de los marginados y pobres que viven en los países del primer mundo).
También es necesario distinguir entre lo que nos es propio de lo que nos es cercano así como pensar si lo lejano y extraño debería sernos ajeno. Una muestra. Es cierto que tenemos que pensar el mundo desde aquí, desde nuestra realidad, pero es igualmente cierto que en ese ejercicio no podríamos comenzar de cero. Rallaría con la estupidez hacer a un lado el desarrollo de la Psicología europea y estadounidense (únicas ampliamente conocidas hasta hoy) y construir una ciencia psicológica a su margen. Así como Dussel ha reconocido que "la filosofía de la liberación latinoamericana tiene mucho que aprender de Marx", nosotros reconocemos que la Psicología de la Liberación latinoamericana tiene mucho que aprender de la Psicología tradicional y de las Ciencias Humanas tradicionales en general. Lo que sí consideramos muy necesario es explicitar de qué elementos de la Psicología tradicional nos aprehenderemos y por qué (habría que hacer luego la justificación del porqué excluimos aquellos otros). Creo por lo tanto que de la psicología tradicional hay que:
. Tener pendientes los adelantos científicos y epistemológicos que en torno a la ciencia psicológica se han hecho y hacen, para evitar caer en los mismos errores, potenciar sus debilidades, llenar sus vacíos y tomas aquellos elementos investigativos, prácticos y filosóficos que nos puedan servir. Hay que insistir en que para adelantar esta tarea nos paramos desde la perspectiva de latinoamericanos que resisten y atacan a la dominación imperialista y a la tragedia neoliberal. Los vacíos que hallemos lo serán por ser vacíos para nuestro proyecto, las debilidades halladas lo serán porque serán debilidades en el marco de nuestra psicología latinoamericana, nuestra psicología de la liberación. No será perfecta, como todo proyecto humano, pero nos será más apropiada.
. Recoger los datos que sobre el sujeto y la cultura latinoamericana se han arrojado y se pueden arrojar utilizando sus metodologías y técnicas. Por ejemplo, en cuanto a la discusión de la identidad de Latinoamérica es claro que la psicología tradicional tiene mucho que decir respecto a lo hereditario, a lo aprendido, a lo esencial en una cultura, además, puede decirlo desde la experimentación y la investigación de corte positivista, cualidad que indudablemente hace fuerte muchas de sus aseveraciones. Con estos datos científicos de la Psicología, la discusión respecto a la identidad latinoamericana sería menos retórica. Morandé, Parker, Zea, Quijano y todos los que han reflexionado acerca de este problema, tendrían elementos de juicio más objetivos para discutir si tuvieran en cuenta los datos aportados por esta psicología.
. Estudiar comprensiva e interpretativamente su desarrollo histórico para criticar su dependencia económico-política y no caer en errores o círculos viciosos ya aparentemente sobrepasados por ellos. Sería un gran error que termináramos buscando líderes para nuestra causa basados en la configuración del rostro o la forma del cráneo.
. Utilizar el estudio anterior para verificar como ha logrado insertar sus ideas en la cultura cotidiana y así implementar mecanismos similares o derivados de ellos que permitan comunicar nuestros objetivos comunes y cosmovisión a la comunidad no profesional. Quizá, por ejemplo, la psicología del consumidor pueda darnos claves y estrategias importantes para esta labor.
. Reconocer la universalidad de los datos más objetivos. Estos serán seguramente los hallazgos más cercanos a los contenidos y condicionamientos genéticos de nuestra especie, como los hallazgos sobre el refuerzo y el castigo en el condicionamiento de la conducta, los descubrimientos sobre la percepción, el funcionamiento del sistema nervioso, entre otros. Es claro de otro lado que una cosa son los datos y otra el marco teórico y epistemológico desde donde se interpretan. En los primeros quizá no halla mayor discusión que respecto a la metodología de su recolección o los procesos subyacentes, pero en cuanto a los últimos -la teoría, lo epistemológico, lo antropológico, sus supuestos- debe hacerse una evaluación más juiciosa con miras a reconocer los elementos que a pesar de su discutibilidad se consideran conclusiones inobjetables y, peor aún, puedan imposibilitar pensar o movilizar alternativas de transformación de las condiciones inhumanas de nuestra realidad.
Ya que hemos hecho la prevención de no hacer indiscriminadamente a un lado la ciencia de otras latitudes, es igualmente obligatorio no hacer a un lado los desarrollos hechos en nuestra propia latitud. Es necesario retomar a aquellos profesionales, científicos, filósofos y psicólogos que han buscado objetivos similares a los nuestros. Debemos retomar críticamente la obra de filósofos como Dussel, Botero Uribe, Gustavo Quesada, los filósofos de la liberación; de científicos sociales como Fals Borda, Eduardo Umaña, Freire; de psicólogos como Ignacio Martín Baró, Maritza Montero, Rubén Ardila, entre muchos otros de diferentes campos.
Es importante aprender de las áreas artísticas y científicas que como latinoamericanas ya han conseguido un puesto en el pensamiento universal, así como todas aquellas que sin reconocimiento mundial son un buen ejemplo de construcción desde Latinoamérica. De ellas podemos aprender el Cómo de sus logros, además de las consideraciones que tienen con respecto al ser humano latinoamericano, su conducta, su cognición, sus valores, su resistencia, su sumisión, etc. No son pocas las veces en que las artes se adelantan a la ciencia en sus afirmaciones, haciendo intuiciones de la dinámica del mundo. Seguramente en la construcción de nuestra psicología las artes ya tengan mucho que aportarnos como intérpretes del sentir y el saber de una población sufrida que esporádicamente levanta su voz en alto y que en lo cotidiano puede estar generando silenciosamente salidas y estrategias locales e individuales con el potencial de transformar lo global.
Pero, ¿ y para qué queremos hacer todo esto?, ¿porqué no continuamos trabajando con la psicología tradicional?. La posición personal del autor de este libro es que dicha psicología no nos ha permitido comprendernos lo suficiente como para permitir transformarnos; no rescata nuestra emocionalidad, nuestros saberes tradicionales (conocimientos del hombre acumulados por siglos), las prácticas culturales que nos han servido para hacer oposición a las clases dominantes (como la importancia de la familia extensa, la dinámica peculiar de nuestras fiestas comunitarias, la entrega total a ideales, el trueque, la confianza y el compañerismo,…); tampoco ha dado herramientas al hombre común para que se emancipe y se libere de las cadenas del colonialismo cultural, colonialismo ejercido hoy por los medios de comunicación masiva que nos mete en sueños y dinámicas traídas de otros contextos culturales, continuando así con el menosprecio que los conquistadores tenían por los elementos culturales nacidos en esta tierra (y es obvio que la psicología tradicional no lo halla hecho puesto que ella misma es un eslabón de dicha cadena), ni nos ha mostrado aún nuestra particularidad como cultura y como individuos de esta cultura. La Psicología que aprendemos hace una barrera entre el psicólogo y el paciente (el que sabe y el que no sabe), perjudicando el aprendizaje de ambos, no nos ha permitido adquirir el respeto por la diferencia y por la pluralidad (como individuos diferentes y no como objetos sin historia que llevaría a un "todo vale" para todos y para todo), ni nos ha dado principios rectores que dirijan nuestra práctica hacia la consecución de grandes metas como individuos y como pueblos. La Psicología que hemos conocido se ha nutrido de una realidad que nos es ajena.
Lo anterior se puede ilustrar con el concepto de "Exclusión Absoluta" de Gustavo Quesada, profesor colombiano que al significar una de las dos formas de instrumentación humana permite evocar la Psicología Organizacional, aquella instrumentación en la que el sujeto es convertido en cosa, "en medio de producción, ya que la razón indica que lo inferior debe servir a lo superior" (Quesada, G. Identidad, Nación y globalidad. P 3). Así, teóricamente al obrero se le buscan las mejores condiciones en su –casi totalidad de veces- trabajo enajenado, con el fin de que halla mayor producción y aumente el capital perteneciente a los dueños de la organización. El obrero (inferior) al servicio del capitalista (superior), el fin no es el obrero en si sino garantizar mayores ganancias, si esto último implica el empeoramiento de las condiciones laborales del obrero, también se asume tal implicación. Obviamente no podemos llegar al extremo de negar la contribución de la Psicología Organizacional al mejoramiento de las condiciones de trabajo del obrero (aunque no en todas las empresas y cada día en cada vez menos por las "recomendaciones" del Fondo Monetario Internacional que ha hecho de nuestros obreros, contratistas temporales sin seguridad social ni estabilidad económica); pero nuestra psicología no debe apuntar solo a hacer mejoras en los detalles sino ayudar a cambiar estructuras. Aunque aún es debatible si por los detalles se puede llegar a cambiar gradualmente lo estructural, lo cierto es que hay detalles que definitivamente no tocan la estructura (así nadie botara papeles en la calle la pobreza seguiría creciendo).
Aunque este corto memorial de agravios aparenta dejar mal parada a la Psicología tradicional, debemos reconocer que apenas hemos nombrado sus falencias. De esta psicología es difícil separarnos no por sus vacíos sino por sus adelantos. De sus adelantos aprenderemos y sus vacíos llenaremos.
Nuestra psicología debe permitirnos en lo colectivo la construcción de una sociedad civil fuerte y decisiva, organizada y autogestionadora, y en lo individual debe acercarnos a vivir una vida plena y feliz, lejos de la vida light sin propósito y guiada por las pasiones del momento de manera irracional y egoísta que promueven los medios masivos de comunicación. Por esto nuestra Psicología es una Psicología de la Liberación, una psicología que bajo el principio del respeto por la diferencia, debe atacar los valores capitalistas y los maleficios del colonialismo en sus diferentes expresiones (cultural, económico, político,…) para ayudar a hacernos libres de escoger nuestro destino particular y como pueblo.
Para terminar. El fuerte de quien escribe estas líneas no es el psicoanálisis, razón por la cual no hay en este texto nada sobre el mismo, pero podemos estar seguros que el Psicoanálisis aún tiene mucho que decir sobre la psique del hombre latinoamericano, aquel que a veces sienta oposición y las más de las veces sienta sumisión. De este trabajo deberán encargarse los que saben. Necesitaremos muchas manos para construir nuestra psicología, muchas manos para construir nuestra propia forma de vida.
Que cada profesión aporte lo que pueda y que cada profesional latinoamericano empiece a innovar, a ser original, a construir por fuera de donde le es permitido por tradición. Seguramente no existe algo parecido a una "ingeniería proletaria" por contraposición a una "ingeniería burguesa", pero los ingenieros si pueden pensar en la construcción de tecnología local, construida en barrios y pueblos, inventos que rebajen los costos de producción a nuestros microempresarios y cooperativas y que posibilite la competencia más equitativa con las grandes industrias, cuando no el reemplazo de sus productos por producciones nacionales. Cada profesional y científico con sueños sociales similares a los nuestros es un bastión de resistencia y de lucha importante.
Una primera tarea por adelantar en cada área o disciplina de la resistencia: Hacer el estado del arte de la resistencia dentro de sus campos, extraer aprendizajes de su historia y criticar sus disciplinas "madres" cuando su posición frente al mundo y el futuro, y sus supuestos sobre el hombre, la naturaleza o el progreso ayuden a reproducir las injusticias del statu quo.
EPISTEMOLOGÍA
Si queremos crear una nueva mirada desde y de la Psicología es necesario repensarnos y recrear la epistemología de la psicología tradicional e ir configurando la propia.
Decía Aristóteles en La Política, que "aquellos que son por naturaleza esclavos, para ellos es mejor ser mandados". Junto con los instrumentos de supeditación económica y política a los que estamos sometidos como latinoamericanos, la Psicología aparece como otro instrumento de mando (y adivinen quien es el esclavo) en la medida que al acogerla como disciplina, acogemos de manera concomitante sus supuestos de hombre, de sociedad, de normalidad, de futuro y demás concepciones que le sustentan; acogimiento conceptual en la mayoría de veces carente de crítica y reflexión. Solo copiando, obedeciendo. ¿Mandamos en la Psicología que practicamos o realizamos los mandatos derivados de las concepciones que sobre nuestra disciplina poseen unos cuantos gurús que generalmente viven en un contexto diferente al nuestro?. La respuesta no es esquiva.
Debemos pensar en aquello que no se ha pensado. En el rescate de la subjetividad (y no solo como un elemento humano bonito sino como un elemento clave para nuestra práctica real), del instinto (tomado como aquella cuasi-percepción que nos indica decisiones a tomar, instinto en el sentido de "instinto materno" o "instinto femenino" o aquella capacidad que el profesional curtido ha adquirido en la práctica y que es imposible de aprehender en la academia) que no se recoge en lo teórico pero de la que no podemos desprendernos en la praxis, y de muchos otros elementos humanos y culturales de los que nuestra formación académica nos mutila y esconde.
Debemos salir de nuestros guettos, reconocer que solos no podemos aprehender al ser humano, que necesitamos del resto de ciencias humanas y sociales, debemos reconocer que necesitamos ser, en el mejor sentido de la palabra, transdisciplinarios. Tenemos que aceptar que ninguna ciencia humana es completamente objetiva y que por lo tanto, quien no recoge concientemente una opción axiológica y política, recoge de hecho la que pertenece a los dueños de la ciencia dominante, es decir, las multinacionales y los estados del primer mundo (aunque quizá sea redundante por separarlos). Así, puesto que la neutralidad axiológica y política no existe, debemos auto-aclararnos y declarar explícitamente la posición política que recogemos; preguntarnos qué propuesta de mundo futuro implícitamente afirmamos con nuestra práctica científica, profesional y teórica.
Necesitamos como mínimo apropiarnos de los derechos humanos en su sentido amplio y defenderlos como psicólogos pero también como sujetos y miembros de la especie humana.
Es necesario recrear nuestras concepciones de ser humano, de cuerpo y espíritu, debemos pensar en aquello que incluimos o excluimos al hablar de tiempo libre, sociedad, historia, futuro, educación, diferencia, cultura, felicidad, normalidad, etc… y analizar las concepciones que hay detrás del significado asignado a esos términos. Tenemos que empezar a hablar en un idioma que no sea prestado, con concepciones que no tengan origen en un contexto que no es igual al nuestro (aunque no seamos totalmente diferentes).
Es más que inaplazable determinar nuestro marco de normalidad, caracterizar las conductas normales y diferenciarlas de las no adaptativas (y adaptativas no solo para la subsistencia individual sino también para la de nuestra comunidad, nuestra especie y la del mismo planeta), y sentar alguna posición con respecto a ellas. El respeto por la diferencia debe iluminar este camino, y la patologización de la sociedad debe servirnos de marco de fondo, es decir, el problema de una sociedad enferma que no respeta al que se sale de sus marcos de normalidad consumista y conservadora debe atravesar toda nuestra reflexión. Quizá, por ejemplo, hallemos que la búsqueda obsesiva del "éxito" individual sea más un mal que una virtud. Debemos buscar las causas sociales generadoras de los sufrimientos humanos que por derecho propio los psicólogos pretendemos eliminar
Tampoco podemos olvidar la cuestión trascendental de una naturaleza en extinción, debemos reconocernos como parte de ella y no una naturaleza aparte; así seguramente encontraremos más fácil un camino hacia la realización humana que no atente contra la armonía de la naturaleza, llámese desarrollo sostenible o algún otro término que implique la misma idea.
El escritor Eduardo Galeano apoya la "…producción comunitaria fundada no en la codicia sino en la solidaridad, en las viejas libertades y en la identidad entre los seres humanos y la naturaleza" (pg 173), "estas culturas –continua Galeano hablando de nuestras comunidades indígenas- despreciadas y negadas, tratan a la tierra como a su madre y no como materia prima y fuente de ingreso". "…contra la ley capitalista de la ganancia, ellas proponen la vida del compartir, de la reciprocidad, de la ayuda mutua". "la mayor parte de la agricultura tradicional era ecológicamente sana". Si todo esto lo afirma un literato, no un agrónomo, qué podrá decir un profesional que, se supone, busca el bienestar de sus semejantes (creo que para eso somos psicólogos, así suene a respuesta de reina de belleza). Debemos buscar las causas sociales fundantes de los males ecológicos y humanos que pretendemos eliminar.
Quizás alguna vez encontremos la –seguramente falsa- disyuntiva entre ser científico o tomar una posición política. Mi posición propia es recoger en tal caso la última opción. No podemos desvincularnos de lo político. Nuestras acciones (incluyendo las profesionales y científicas) o reproducen o transforman el statu quo, la neutralidad generalmente significa reproducirla. ¿Y usted que prefiere?.
Hay que repensarnos todo. Puede que una determinada concepción de ciencia no nos permita avanzar, quizá la estimación de lo instintual o lo emocional sea el punto de quiebre con la psicología tradicional, quizá lo sea la asunción política, quizá necesitemos re-mirar a astrólogos, brujos, chamanes, artistas, locos, religiosos…Quizá.
Una de las primeras tareas para alcanzar nuestro fin es criticar la epistemología de la psicología tradicional, reflexionar desde la filosofía, confrontarla con nuestra realidad, enjuiciarla por sus consecuencias prácticas, por las implicaciones teóricas y lógicas de sus concepciones y supuestos, y finalmente, proponer nuestra nueva epistemología, evaluándola igualmente sin consideración.
Debemos pensar en la psicología como un todo (si es que podemos aprehenderla como un todo) y en sus áreas constitutivas. Por ejemplo, debemos crear el campo teórico de la psicología de las organizaciones, pero ya no solo de las industriales, sino también de las organizaciones populares, comunitarias, de resistencia, culturales, sindicales, políticas, sin ánimo de lucro, etc. Pensar en los elementos constitutivos de la psicología científica, profesional y teórica.
INVESTIGACIÓN
La investigación en cualquier campo del saber humano presupone un deseo de conocer la naturaleza por parte del investigador. Como colectivo humano la investigación y la ciencia nos son herramientas para aumentar el bienestar de nuestro congéneres, es decir, no investigamos para estar peor (aunque algunas veces así se de). Sobre estas afirmaciones planteamos algunas especificidades de la investigación en la psicología latinoamericana.
4.1. Objetivos Investigativos
. Buscar las particularidades latinoamericanas, aquello que nos hace similares entre nosotros pero diferenciables de otros. Recordemos que buscaremos la norma y no la excepción, aunque no negaremos la existencia de esta última. Se debe hacer esto con miras a rescatar lo que permite, ha permitido y permitirá, en el ámbito individual y contextual, la oposición y lucha contra el sistema. Igualmente, el conocimiento de los factores de la sumisión, la alienación y la pasividad debe apuntar también a darnos herramientas de liberación.
. Comprender nuestra realidad social e individual para su posterior transformación. Aquí hay que recordar que a pesar de todos los esfuerzos académicos e intelectuales por comprender y proponer soluciones a los problemas económicos y sociales de América Latina, estos no han mejorado. Por esto proponemos, así como lo hicieron en su momento Simón Bolívar, Marx, José Martí, Mahatma Ghandhi, Martín Luther King, entre otros, que debemos teorizar, proponer prácticas de transformación pero, sobre todo, ser protagonistas de dichas prácticas. Ya se ha parafraseado demasiado. Actuemos e incitemos a la acción, y si no sabemos cómo, hagamos objeto de nuestra investigación las maneras de hacerlo y de sostener la acción promovida.
. Rescatar los saberes tradicionales, de indígenas, negros, minorías culturales, etc. Tomar el pasado para recuperar aquellos elementos que enriquezcan nuestro proyecto latinoamericano y no para recuperar alguna supuesta esencia identitaria latinoamericana olvidada, perdida o escondida. Hay mucho que aprender aún de nuestras comunidades indígenas y negras desaparecidas y actuales: sus modos de crianza, sus artes, sus oficios, su cosmología, su medicina, su adoración a la sabiduría, el respeto por el anciano experimentado, sus formas y concepciones de justicia, etc. Además, si nuestro paraíso prehispánico inspiró a Tomás Moro (y por lo tanto al Socialismo utópico y luego al científico), por qué no ha de inspirar a los hijos de este paraíso (Guadarrama 2000, pg 58)
. Eliminar los aportes negativos, maléficos para nuestro desarrollo, que ha hecho el colonialismo cultural. Nos unimos a la afirmación de Guadarrama y Pereliguin: "para alcanzar la genuina cultura constructora de humanos nuevos hace falta emanciparse de estos antivalores de carga negativa y producir una real estructuración de todos los valores". Es necesario tal transformación para crear el pueblo nuevo con el que soñaba nuestro Jorge Eliécer Gaitán.
. Posibilitar la creación de nuevos modelos de ser humano (diferentes a los de los realities, tan de moda en estos tiempos) para las nacientes generaciones latinoamericanas. En los mitos precolombinos, por ejemplo, aflora el interés porque el hombre sea dueño de su fuerza tanto física como espiritual, que domine las condiciones de su existencia al aumentar su sabiduría, que sea más libre al ser más culto (Guadarrama 2000, pg 19). He aquí un modelo por recuperar.
. Producir conocimientos que conlleven el mejoramiento de las condiciones sociales y emancipe a nuestros hermanos explotados de todo el mundo.
. Transformar las representaciones sociales de nuestros ciudadanos con respecto a si mismos, a su identidad, al sistema en que viven, a la historia, a la resistencia, etc. Muchos de nuestros males se deben al sentimiento de inferioridad y minusvalía con respecto a los países industrializados y sus habitantes. Ya diría El Apóstol José Martí, "nuestro problema es la desunión interna y el desprecio por lo propio" (citado en clase por el profesor cubano Josué Varela. Clase de Filosofía y Pensamiento Político Latinoamericano, Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Colombia., Nov 27 2002).
Obviamente no lograremos lo anterior solos ni será fácil el trabajo, pero el trabajo ya arrancó y no tiene revés. No nos preocupe ser pocos, como lo dijo Bolívar y lo reafirmó con su vida: "causas individuales pueden producir resultados generales, sobretodo en las revoluciones" (Citado por Guadarrama 1998, pg 254).
4.2. Cosas Puntuales Por Hacer
. Se nos ha dicho que cada práctica clínica es un experimento. Nosotros decimos que cada práctica en Psicología es también una investigación. Debe el psicólogo aprender de aquellos que se acercan a él, si es que en realidad se quiere recuperar saber cultural que permita la liberación. Cada interacción es una fuente de conocimientos para la profesión y la ciencia del psicólogo de la liberación.
. Si ha aumentado el stress, las enfermedades del corazón y los trastornos emocionales en las urbes, los espacios más representativos de este sistema, es porque algo en el estilo de vida que provoca este sistema es contraproducente para el ser humano. Hay que investigar esos algos. Los resultados de esta investigación justificarían clínicamente nuestra pelea por un sistema más humano.
. Recordemos las palabras de Todorov hablando acerca de la conquista del nuevo mundo: "… los conquistadores entendieron el mundo indígena mucho mejor que los indios el mundo español. Esta comprensión superior fue el instrumento que permitió a los españoles destruir las civilizaciones indígenas". Para que no nos pase (¿o siga pasando?) lo que a nuestro indígenas, tomemos el papel de los antiguos españoles y comprendamos los medios y el mundo del consumo, del capitalismo voraz, del postmoderno hedonista.
. Estudiar como actúa el sistema a nivel psicológico, individual, para construir armas de defensa y contraataque a ese mismo nivel.
. Uno de los muchos elementos que puede aportarnos la transdisciplinariedad es mostrarnos desde cada disciplina los quiebres, las debilidades, los conflictos, las contradicciones existentes en el sistema, lo que nos dará pistas sobre qué puntos específicos trabajar para hacerle fisuras al sistema desde nuestro campo. Ejemplo. Quizá la economía solidaria permita ir construyendo una economía alternativa a la capitalista; nuestro aporte como psicólogos puede ser: estudiar como consolidar una organización de economía solidaria, aportar elementos para efectivizar el trabajo en grupo, construir cooperativas de psicólogos, entrar a ser parte del fondo familiar o crear uno, hablar de lo bueno de dichas dinámicas por cualquier medio que se nos facilite, construir nuevas dinámicas (como el trueque, que para el año 2003 tiene a un millón y medio de argentinos intercambiando sin dinero), entre otros.
. En la parte teórica es prioritario hacer un diagnóstico de lo que hay en: 1) Crítica a la psicología tradicional y 2) Construcción de una psicología de la liberación.
. Teorizar sobre las formas de resistencia y organización para diagnosticarlas, evidenciar vacíos y proponer salidas e instrumentos para su fortalecimiento, permanencia y ampliación.
. Estudiar las condiciones psicológicas y contextuales que han posibilitado, potenciado y condicionado levantamientos populares, formación de oposición y resistencia, desarrollo de los procesos revolucionarios de la historia y de los actuales movimientos sociales.
. Investigar la vida de personajes rebeldes, revolucionarios, críticos, transformadores, para aprehender y aprender de su vida lo que posibilitó su espíritu de cambio. De estos estudios podemos sacar enseñanzas útiles para nuestra ciencia tanto como para la vida cotidiana de aquellos que resisten y quieren seguir haciéndolo. En síntesis, la biografía como recurso historiográfico, de análisis científico y motivador personal.
. Analizar la relación histórica entre Pensamiento social y cambio social, entre Psicología y cambio social. Esto con el fin de reconocer nuestros alcances y planear estrategias para difundir y alcanzar nuestros sueños.
. Investigar las variables que permiten nuestras particularidades latinoamericanas intentando medir el peso de cada una de ellas en la formación de nuestras características culturales. Los resultados pueden darnos luces sobre qué cosas hacer para realizar transformaciones culturales.
. Tratar científicamente los problemas "no científicos" de nuestras tradiciones culturales. Quizá encontremos que la magia si sirva (aunque posiblemente encontremos luego su explicación física), que los fetiches religiosos dan elementos para el trabajo clínico y que la oración ejerce un poder estructurante en las organizaciones.
. Es necesario observar con detenimiento todo lo que nos permiten las metodologías de la psicología tradicional y las ciencias humanas en general, pero rescatamos con mayor vehemencia aún la alternativa etnográfica como el primer paso para comprender y aprender de nuestras culturas latinoamericanas y la Investigación Acción Participativa como instrumento directo de transformación.
APLICACIÓN
Dice Aristóteles en La Política que "las ciencias del esclavo son pues los diferentes menesteres domésticos. La ciencia del señor en cambio consiste en saber usar de los esclavos". La Psicología aplicada que usamos en América Latina parece entonces, desde Aristóteles, para esclavos (sin hablar de la misma formación para ser empleados y no para construir empresa), para ayudarnos a hacer los servicios domésticos del capitalismo. Lo más innovador que hacemos la mayoría es inventar nuevas formas de hacer dichos servicios; pero no pensar el sistema, ni reflexionar sobre la posibilidad de otro mundo (no hay que partir desde ceros, muchos psicólogos si han pensado, planteado o apoyado la posibilidad de otro mundo, lo que pasa es que como no salen por la televisión entonces no existen en nuestra cosmovisión). Pensar el mundo y sobre los esclavos está destinado a los señores, los esclavos por su lado no se piensan ni a si mismos, aunque algunos llegan a crear nuevas técnicas de hacer el oficio doméstico.
La Psicología como profesión, la psicología aplicada, debe ser repensada por los profesionales de la oposición, por los psicólogos de la liberación. Es un buen comienzo autocriticarnos fuertemente. Esta cultura cambiante y esa identidad latinoamericana construida y reconstruida permanentemente, ¿está siendo influenciada por nuestro actuar como científicos, intelectuales, artistas o profesionales?, ¿estamos haciendo algo para transformar por lo menos nuestro contexto cercano? (¿Cómo nos comportamos frente a los niños?, ¿Qué ejemplo damos a nuestros amigos?, ¿Qué mensaje dejamos a los que nos escuchan?), o nos hemos quedado en mega-sueños sin darle asidero en nuestra práctica, en nuestra vida cotidiana, de momento en momento. ¿Estamos influyendo en la construcción de versiones públicas (formales, escritas, editadas, sistematizadas, publicitadas) o privadas (cotidianas, vividas en cada interacción) de la identidad latinoamericana?. Recordemos el poder que tiene cada una de estas versiones para condicionar la construcción de la otra, como lo dice Richard Jonson.
Debemos luchar porque la cultura no pertenezca a una élite, luchar porque la cultura, en el sentido de Guadarrama, tenga auge en nuestra América. Cultura para Guadarrama es "el grado de dominación por el hombre de las condiciones de vida de su ser, de su modo histórico concreto de existencia, lo cual implica de igual modo el control sobre su conciencia y toda su actividad espiritual, posibilitándole mayor grado de libertad y beneficio a su comunidad".
Por otra parte, si queremos hacer un trabajo con raíces, es necesario agarrarnos con firmeza del presente, de lo existente, puesto que los sueños no se materializarán a partir de la nada. Quijano dice "esta racionalidad diferente –hablando de los indígenas prehispánicos- basada en la solidaridad, el esfuerzo colectivo y la reciprocidad, permanece viva en la masa de los pobres urbanos, en sus corredores populares, en sus cooperativas y en sus formas de organización para sobrevivir". En cada zona colombiana y latinoamericana seguramente encontraremos más ejemplos de esta racionalidad diferente (encontramos hoy fondos económicos familiares sin bancos de por medio, comunidades de trueque que intercambian bienes y servicios sin intermediación de dinero, ollas comunitarias en las universidades, grupos religiosos de acción social, personas caritativas,…). En todos estos procesos podemos poner un pie para expandir, aumentar e iniciar nuevos trabajos de lucha y resistencia reales, con efectos visibles, concretos (deberíamos sin embargo precisar estos conceptos porque existen luchas y resistencias que culminan en borracheras "contracultura", debates de intelectuales anónimos que descrestan en bares universitarios o increíbles levantamientos contra la mamá y el profesor).
Hay muchas cosas que podemos ayudar a potencializar. Los psicólogos educativos, aparte de todo lo que les posibilita los procesos de educación formal e informal, pueden cualificar los Consejos Estudiantiles de los colegios (potencial cuna de líderes); los psicólogos clínicos pueden ayudar a formar conciencia social a quienes a él acuden, además de patologizar a la sociedad y liberar así al paciente de la culpa por trastornos que se originan por una dinámica social morbosa. Hay mucho que hacer y psicólogos hallamos por doquier, con legitimidad para intervenir como ningún otro profesional en muchos y diversos espacios.
Nuevamente Quesada nos hace una anotación que creo conveniente traer ahora: "una cosa es evaluar, criticar y superar la tradición, y otra negarla". Mejor que hacernos los de la vista gorda con las fealdades que nos da este sistema, es utilizar lo que tenemos para construir un futuro mejor. Evidentemente hay muchas cosas que eliminar, como el machismo, el sentimiento de inferioridad, la apatía política, el esnobismo, y si se quiere, hasta la percepción triste y amarga de la muerte (percepción que Guadarrama nos recuerda no existe en la cosmología indígena y que bien nos haría re-aprender (Guadarrama 2000, pg 31), etc. Pero será difícil acabar con cada una de estas fealdades si no intentamos hacer cambios estructurales en el sistema, único sistema que tenemos hoy y que es mejor superarlo -incluso con armas que él mismo nos ha dado, como la comunicación global- que negarlo.
5.1. Propuestas Aplicativas:
"..con perfecto derecho los españoles imperan sobre estos bárbaros del nuevo mundo e islas adyacentes, los cuales en prudencia, ingenio, virtud y humanidad son tan inferiores a los españoles como los niños a los adultos y las mujeres a los varones, habiendo entre ellos tanta diferencia como la que va de gentes fieras y crueles a gentes clementísimas…".
¿Será que esta afirmación de Juan Ginés de Sepúlveda en el siglo XVI, tiene alguna resonancia hoy?. Más peligroso que los habitantes del primer mundo vean así a los del tercero o que los ricos vean así a los pobres, es que tal percepción se convierta en una autopercepción. Por ejemplo, existen los nacidos aquí que consideran a estas tierras como malditas por naturaleza, que dan gente atrasada (aunque con excepciones, como los que hacen estas proclamas). Obviamente la concepción histórica no existe en aquellos que afirman tales cosas, y en su lugar está el derrotismo, el pesimismo, el "no nacimos pá semilla" trágico y perenne.
Afirma por otro lado Miguel Antonio Caro: "….y puesto que la pobreza material ha de existir siempre, ¿qué vale darle al pobre la ciencia de su pobreza y la conciencia de sus derechos a ser rico, si no se le da la filosofía de su desgracia?", y dicha filosofía es algo que justifique y hasta dignifique su desgracia, el opio del pueblo podríamos parafrasear.
Nuestros psicólogos de la resistencia no pueden asumir ninguna de las dos posiciones anteriores. Sería una paradoja. Nuestros psicólogos de la liberación deben tener una autoestima y dignidad alta para elevar la de otros, para eliminar el lastre del imaginario del conquistador que nos consideraba a medio camino entre humanos y animales. Si no se logra elevar nuestra autoimagen, se seguirá envidiando a los que nacen en tierras más "bendecidas".
Los procedimientos para realizar esta labor desde la psicología abundan. Construir referentes emancipadores para hombres, mujeres, jóvenes y niños es uno de ellos. Decirles a nuestros "pacientes" que nuestro objetivo no se queda en su cambio individual, sino que le apuntamos a construir un mundo diferente al actual, es otra manera. Trabajar en nuestros barrios, salones comunales, casas culturales, etc., sin perder de vistas nuestros objetivos sociales, es otra manera de hacerlo. Utilizar los medios de comunicación que nos pertenecen como psicólogos (asesorías, consultas, talleres,…), a los que podemos acceder por lo mismo (publicaciones, congresos, encuentros, entrevistas, diseño de publicidad,…), los medios de comunicación más modernos (masivos, Internet,…) y los más populachos (papeles en los postes, graffitis en baños, buses, muros y billetes,…). Medios no nos faltan, solo carecen de nuestra utilización. ¿Será que no podemos utilizar la atracción por el deporte, la competencia y las artes para consolidar organizaciones con pensamiento alternativo (y si se quiere, con la vilipendiada "conciencia de clase")?. ¡Psicólogos del mundo unios!
5.2. Cuestionamientos a la Aplicación:
Aunque sería más propicio colocar un apartado de preguntas en la sección de investigación, vemos pertinente colocarlas aquí por su relación con las áreas aplicadas de la Psicología. En función de los objetivos de nuestra Psicología:
- . ¿Qué cosas de nuestra sociedad y cultura deberíamos ayudar a potencializar e intentar sostener y cuales no?. La actitud reverencial hacia el trabajo de nuestras comunidades indígenas prehispánicas y actuales no quedó solo en textos o en comunidades aisladas, vemos nuestros campesinos colombianos laboriosos, la buena reputación de aquel que es "berraco pá trabajar" y en los mismos descendientes mayas "vigorosos y trabajadores, de naturaleza inteligente, sociable y alegre…Su concepto de la justicia, de la honradez, del respeto a la vida y bienes ajenos es notable" (Ruz Lhuillier citado por Guadarrama 2000, pg 36). Estas son actitudes que potencializar.
- ¿Qué elementos de las prácticas de los psicólogos de hoy no deben ser olvidados?
- ¿Qué practicas indígenas, tradicionales, negras, podemos considerar como prácticas o posiciones utilizables en alguna área de la Psicología?. Por ejemplo, las técnicas de mediación de conflictos de los palabreros wayuus o esa educación maya donde en lugar de una enajenada deidad a la que se atribuyeran las mejores cualidades humanas, se buscaba y se deseaba cultivar las mismas en el hombre concreto de su tiempo (Idem Pg 35).
- ¿Por qué los latinoamericanos sufren desde hace tanto sin que halla un revelamiento transformador?.
- ¿Por que pareciera que no tenemos memoria como pueblo, y ni siquiera a "corto plazo" (reelegimos a presidentes que nos agobian con injustas reformas laborales, agrarias, por ejemplo)?
- Si hay droga homeopática para males fisiológicos, ¿no existirá droga homeopática, natural, para los hoy llamados trastornos psicológicos?.
5.3. Objetivos de la Aplicación:
- La pregunta fundamental de nuestras prácticas profesionales como psicólogos es el para qué. Desde nuestra Psicología latinoamericana permítannos proponer algunas respuestas que ya se han venido asomando a lo largo de este texto:
- Fomentar la organización y evitar la fracturación de nuestro tejido social (fracturación que históricamente ha sido el primer paso para llegar a un régimen totalitario fascista).
- Difundir la conciencia de que nuestra mala situación es la consecución de nuestra marginalidad en el mercado mundial, nuestra dependencia del primer mundo y la consecuente supeditación a sus políticas y "consejos".
- Propender por que en el mundo de la vida –término habermassiano- no reine la razón instrumental sino la comunicativa.
- "Creo que la capacidad creativa de los seres humanos se encuentra en el corazón del proceso de desarrollo. Lo que produce el desarrollo es nuestra capacidad para imaginar, teorizar, conceptuar, experimentar, inventar, articular, organizar, administrar, resolver problemas y hacer cientos de otras cosas con nuestras mentes y manos que contribuyan al progreso del individuo y de la humanidad en general. Los recursos naturales…y muchos otros factores influyen en la dirección y ritmo del progreso. Pero el motor es la capacidad creativa humana" (Harrison Lawrence. El subdesarrollo está en la mente. P20). Adivinen, según lo anterior, qué capacidad propongo incentivar.
- Invitar a todo sujeto que se nos acerque a ejercer protagonismo sobre su propia vida en el ámbito cognitivo, hermenéutico y estético (Quesada, G. Identidad, nación y globalidad, P 19), a no seguir el camino implantado por otros.
- Evitar el consumo irracional de productos inútiles, innecesarios o incluso perjudiciales (como los innumerables productos para adelgazar).
- Empoderar a los sujetos que se nos acercan, ayudándolos a ser autónomos, libres y no dependientes del psicólogo u otro profesional que quiera dirigir su vida. Es permitir la sensación y el pensamiento que posibilite el control real sobre el propio destino.
- Lograr formas organizativas más acordes a nuestras culturas, evitando con esto la implantación arbitraria de formas y dinámicas de organización extraídas de manuales extranjeros.
- Ayudar a comprender la relación <ideología – comportamiento> en el ámbito individual y colectivo, hacer pública tal relación y trabajar en su cambio.
- En concreto y como objetivo general y último, buscamos una sociedad donde sea posible el hombre noble náhuatl, aquel que "tiene el corazón recto, cosa preciosa es su corazón, noble su forma de vida. Él protege y cuida a la gente, es cuidadoso, hábil, de todo se ocupa (como diría Marx, por la mañana es pescador y por la tarde artista si así le apetece), trabaja. Es varón recto y bueno, es verdaderamente un hombre. Tiene un corazón verdadero, su manera de vivir es recta, digna, es un sabio, es hombre hábil" (Guadarrama 2000, pg 35).
EL PSICÓLOGO Y LA PSICOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
Comprometerse con una posición ante la psicología como la que proponemos implica desde nuestra óptica ser un profesional íntegro, es decir, articular la profesión al propio proyecto de vida, a la cotidianidad, hacerla su teoría del mundo. Solo articulando estos dos elementos (la profesión y la propia teoría del mundo) podemos ser capaces de ilusionar con otras maneras de vivir, maneras alternativas al american dream.
La Psicología de la liberación, es decir, los psicólogos comprometidos con ella, debe buscar formas de actuar e influir tanto en el "mundo de vida" (la vida cotidiana, informal) como en los sistemas funcionales (sistemas económicos, políticos, sociales, culturales, en las instituciones y políticas estatales…), para tomar prestado términos de Habermas. No hay una ley natural que le prohíba a los psicólogos involucrarse con las artes (hacer por ejemplo un performance que denuncie lo antihumano de este sistema o lo ridículo de algunas de nuestras acciones profesionales), con las luchas indígenas o sindicalistas, salir desnudos a protestar o repartir publicidad de contracultura en los congresos de Psicología.
Los únicos límites para entrar a la conciencia de las personas (y ojo que en cada interacción se entra en la conciencia de los otros, no proponemos nada demoníaco ni metafísico) es la ética. Poder entrar a la conciencia de los otros es importante si queremos que perdure nuestro proyecto. Quesada nos recuerda que luego de la gesta independentista faltaron 50 años para romper en América con la influencia del rey, pero romper con los valores y las prácticas de la iglesia católica española ha sido imposible luego de casi dos siglos. He ahí lo importante de pensar como perpetuar nuestro proyecto mediante la apropiación de este por parte de otros sujetos (psicólogos o no).
Si la ilustración y los ilustrados latinoamericanos utilizaron la reflexión filosófica como un arma para preparar ideológicamente a las nuevas generaciones que tendría después la tarea de luchar por la independencia de América (Idem pg 185), pues los psicólogos deberían hacer lo mismo para la nueva independencia venidera, y con la ventaja de utilizar legítimamente no solo la reflexión sino sus áreas profesionales, científicas, teóricas y sus derechos como ciudadanos, sujetos y cualquier otro rol que adquieran.
En este trabajo debemos ser tan optimistas como Bolívar, cuando ante una tragedia natural donde es diezmado el número de sus hombres, entonces dice "si se opone la naturaleza, lucharemos contra ella y la haremos que obedezca", ser como él mismo, "más filósofos en la prosperidad que en el infortunio".
Recordar la ética martiana, su humanismo práctico: "el deber del hombre virtuoso no está solo en el egoísmo de cultivar la virtud en si, sino que falta a su deber el que descansa mientras la virtud no haya triunfado entre los hombres (Guadarrama 2000, pg 271)", y bien sabemos que este sistema no ofrece las mejores condiciones para que triunfe la virtud.
Nuestro psicólogo debe ser muy culto. Martí decía "ser cultos para ser libres", asimilar creativamente lo conquistado por la humanidad como uno de los caminos principales para alcanzar la libertad no solo de los enigmas de la naturaleza sino también de las imposiciones de otros hombres (Guadarrama 1998, Pg 184).
Esta cultura nos ayudará también a ser objetivos y a no considerarnos ni la raza síntesis de todas, ni a excluir regionalistamente los aportes culturales de los pueblos que han condicionado nuestra construcción sociocultural. La cultura se construye día a día y debemos recoger lo mejor de lo que esté a nuestro alcance para bienestar de la humanidad. Nuestra Psicología así como nuestra cultura debe propugnar por el método electivo de Gamarra (ïdem, pg 184) para salir del dogmatismo (el dogma de que el conocimientos viene del norte, el dogma de que los "gurús" o "vacas sagradas" siempre tienen la razón, el dogma de que la sabiduría solo está en la academia,…) esto es, apoyarnos por una filosofía electivista. Gammara define tal filosofía de la siguiente manera: "más por lo que toca a la filosofía ecléctica, en latín electiva, es aquella en la que buscamos la sabiduría solo con la razón, con los experimentos y observaciones de los sentidos, la conciencia íntima, el raciocinio y con la autoridad acerca de aquellas cosas que no pueden saberse por otro camino. En esta manera de filosofar no se pregunta quien ha dicho algo, sino cuán rectamente, esto es, cuan conforme a la razón…" (Gammara citado por Guadarrama 2000, pg 184). Nuestra Psicología de cierta manera sería electivista, recogiendo lo que le sirva sin importar si es una autoridad el que lo dice o si no compartimos el resto de afirmaciones del autor de la idea recogida. Nuestra psicología debe ser como la abeja, al decir de Bacón, extraer de todas las flores de la experiencia y la sabiduría para formular sus propios criterios.
El electivismo que propugnamos para nuestra Psicología también lo propugnamos para el humano y especialmente para nuestro psicólogo. Una frase de Waldo Emerson aclara bien mi apreciación: "Todos los hombres que conozco son superiores a mí en algún sentido, en ese sentido aprendo de ellos". Así pues, seamos como Emerson y aprendamos de momento en momento, de hombres, de animales y de la naturaleza en general, de las experiencias internas y de las externas. Aprendamos del mundo.
Nuestra ciencia tiene que valorizar lo que nace en esta tierra. Anotemos por ejemplo que el concepto de transculturación fue elaborado por el antropólogo cubano Fernando Ortiz, pero solo aceptado internacionalmente cuando el polaco Malinovsky reconoció su valor. Clara muestra del eurocentrismo hasta hoy reinante en las ciencias sociales y otros espacios ( Idem. Pg 53). No importa que no nos reconozcan otros primero, reconozcámoslo nosotros y quizá el resto venga por añadidura. La música mexicana primero necesitó ser reconocida por los habitantes de México para que luego fuera apreciada por el resto del mundo. Al igual que del eurocentrismo tenemos que librarnos de la nordomanía, término que Rodó usó para referirse a la actitud de aquellos que consideran que todo lo mejor siempre radica en el Norte.
Culturalmente uno de nuestros objetivos debe ser el enriquecimiento de la cultura universal con nuestro saber y productos culturales más propios. Aún no hemos hechos aportes descomunales por que estamos ciegos (y por lo tanto tampoco le hemos ayudado a quitar la ceguera al resto del mundo) para apreciar lo que ya tenemos y lo que podemos crear.
REFERENCIAS
GUADARRAMA, P., NIKOLAI, P. LO UNIVERSAL Y LO ESPECÍFICO EN LA CULTURA. Bogotá: Unidad Editorial Unincca, 1998.
GUADARRAMA, P. HISTORIA DE LA FILOSOFÍA LATINOAMERICANA I. Bogotá: U.N.A.D. 2000.
QUESADA, G. EDUCACIÓN Y GLOBALIDAD.
QUESADA, G. IDENTIDAD, NACIÓN Y GLOBALIDAD.
conciencialatinoamericana[arroba]gmail.com
Autor:
Diego Alejandro Guerrero Rodriguez
Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia
Nacido en Bogotá (Colombia) en 1981. Investigador social y docente de ética y religión.
Psicología de La Liberación
Bogotá (Colombia) – 2002
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