Lo que anima a las ideologías de izquierda: la emocionalidad
Enviado por maria eugenia vasquez valiente
Aún hay muchas realidades por ahí en donde se comprueba que esa añorada "realidad", producto de lo que sería el tan vociferado "todos somos iguales… y tenemos derecho a todo sin mayor esfuerzo del que ser seres humanos", como la tan socorrida frase: "la tierra para el que la trabaja… así como el gobierno del proletariado", no ha hecho más que generar una clase social mantenida por otros: entre esposos, esposas, hijos, familia y demás.
Lo que anima a las ideologías de izquierda: la emocionalidad, y ciertos trastornos psicológicos no superados, alguno que otro resentimiento que siguen enfermándoles sus mentes y sus psiques, es así.
Las bases de la ideología marxista fueron puestas y expuestas por un burgués, por el hijo de un señor que fue médico y que siempre tuvo su vida personal, familiar, social y económica resuelta.
Pasado el tiempo los que fueron leyendo, estudiando, interpretando esta "nueva ideología" social de alguna manera alteraron su espíritu, modificando en mayor o menor medida conceptos y definiciones para "acomodarlas" a los intereses a favor de grupúsculos, de comités, de consejos, de unos cuantos, nunca de los pueblos, ni de grupos mayoritarios desposeídos…
Así fue que los seguidores e intérpretes de esa "pensada" social y económica, nada filosófica y mucho menos ética, fueron convirtiéndose en toda esa "bola" de retóricos, teóricos, demagogos, cual sofistas de lo más materialistas y superficiales, siempre pasa lo mismo… entre quienes no había nada exaltativo, nada honorable, nada noble que pudiera reflejar principios, valores y mucho menos Virtudes, que hayan hecho de éstas cada vez más "des-hilachadas" y luego declaradas ideologías, una propuesta que haya o pueda llevar al Ser Humano, al siguiente nivel evolutivo hacia el que tiene que avanzar y subir inexorablemente… esa tan masticada frase de que "todos somos iguales", cual emblemática para enganchar voluntades, fue filtrándose más en las emocionalidades inferiores y mal educadas, mal canalizadas, que en las mentes concretas y objetivas de los más desfavorecidos… y fue creando ese rencor, esa animadversión y competencia insana de unos con otros y en contra de los otros, lo cual sumado a la gran diferencia social y económica entre los que tenían de sobra, con los que no tenían ni para pasar el día, detonó lo que después fortaleció estas ideologías trastocadas y manoseadas por antonomasia.
Resulta irónico que cuando las teorías marxistas-leninistas, felizmente teorías que no constituyeron con el paso del tiempo Ley en ninguna parte, fundamentaban sus principales y determinantes conceptos en la dialéctica y su consecuente juego de definiciones… esos temas, esas posturas les daban teórica y luego retóricamente, una seriedad y credibilidad dentro de una política decadente, pero que había servido en los años de principio del siglo XX, pues fue a partir de esa dialéctica que pusieron sobre el tapete político mundial de la época, en perspectiva la funcionalidad de esas formas de hacer política… y les funcionó, en un principio.
Es de todos conocido, la historia lo documenta ampliamente, que con esos "argumentos igualitarios… justicieros, tan subjetivos en sus planteamientos", fueron derribados los pilares que frágilmente sostenían un régimen ruso que ingenua y muy distantemente, detentaba el Zar de una manera poco estratégica, de allí que fue sencillo para los líderes políticos que ayudados con unos cuantos "pseudo-intelectuales" que manejaron a las masas de la época, crear en las mentes esa percepción mental enfermiza en donde el "choque de las ideas con las realidades innegables" y ante los hechos inobjetables, les llevaban a constituirse en la única opción y la solución ante la falta de protagonismo y presencia por parte de los que estaban en el poder desde siempre.
La idea básica era simple y contaban con las condiciones sociales y los elementos necesarios para crear esa lucha que realmente nunca se resolvió: la realidad económica era abismalmente distinta entre el gobernante, el estado, las clases privilegiadas, y el pueblo ruso común que literalmente "moría de hambre"… por lo tanto, la realidad se volvió cada vez más evidente y fue insostenible mantener la hegemonía del régimen del Zar… de allí que las condiciones eran las óptimas, una mínima y muy artesanal campaña de desprestigio en contra del Zarismo vino a dar como consecuencia más que matemática… su inevitable caída.
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