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Wilhelm Reich (página 2)

Enviado por hcetinamx


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> La publicación de: "Psicología de masas del fascismo", terminó en muchos sentidos con la afiliación psicoanalítica de reich, aunque la ruptura oficial sólo se produjo un año después, en 1934. las dificultades con sus colegas psicoanalistas habían crecido, en realidad no está claro qué era lo que mas les repugnaba de Reich, si sus manifiestos asuntos amorosos, su teoría del orgasmo o sus actividades políticas. Lo que sí está muy claro es que Reich se las arregló para destruir la buena voluntad que había despertado en Viena.

> La ruptura oficial con Freud se produjo como resultado de un trabajo que Reich sometió al Zeitschrift fur Psichoanálysis en 1932. el ensayo versaba sobre el carácter masoquista y contradecía la interpretación dada por freud acerca de la formación de ese tipo de carácter.

> En 1920, Freud publicó "Más allá del principio del placer", en el que sostenía que además del principio positivo de vida (eros), existia un impulso negativo de vida, igualmente primario (tanatos), que era el instinto de muerte.. Freíd sostenía que la persona masoquista es la que está dominada por el tanatos, el instinto de autodestrucción.

> Reich por el contrario sostenía que el masoquismo podía ser explicado totalmente por el principio de vida, eros, y que no era necesario postular un instinto de muerte.

> Reich presentaba convincentes ejemplos clínicos en los que el comportamiento masoquista aparecía como un angustiado pedido de amor; demostraba que la persona masoquista estaba diciendo "mírenme, vean cuanto sufro, soy tan desgraciado, quiéranme". el masoquismo, opinaba reich, no era más que el eros disfrazado.

Aunque muchos analistas estaban, en privado, de acuerdo con Reich y tenían muchas reservas sobre el instinto de muerte (en la psiquiatría de hoy prevalece la interpretación de Reich y no la de Freud), titubeaban, a diferencia de Reich,

en criticar abiertamente la hipótesis de Freud.

> Cuando lo maltrataban, como ocurrió en la sociedad psicoanalítica o con el partido comunista, reich se enojaba amargamente pero no podía o no quería dirigir su furía contra quienes la ocasionaban, en cambio volcaba sus iras sobre las personas más íntimas o más queridas y sobre todo contra su mujer. El matrimonio de Reich ya estaba resquebrajado, y la furia y los denuestos que volcó en esta ocasión sobre annie, la convencieron de que no podía seguir viviendo con él sin perder su dignidad y su integridad como persona.

> La separacíón final se produjo en 1932, después de que escaparan de Berlín a Viena.

> La recepción que le deparó Viena fue más fría de lo que él había previsto. Esto, y la situación política, lo hicieron abandonar Austria

La militancia marxista de reich.

En 1927, Wilhelm Reich había hecho algunas incursiones en la literatura etnológica y sociológica (Cunow, Mehring, kautski, Engels), cuando las revueltas del 15 y 16 de julio en Viena, le dieron una lección práctica de sociología. El 30 de enero, en Schattendorf, unos antiguos combatientes monárquicos dispararon en medio de la multitud con ocasión de un mitin social demócrata, resultando dos muertos y algunos heridos. Organizándose por el Partido Socialista y los sindicatos, huelgas simbólicas de protesta. La justicia declaró libre a los autores de las muertes, el 14 de julio.

El 15 de julio por la mañana, estalló en Viena una huelga y los obreros ocuparon el centro de la ciudad. La policía disparó y hubo varios muertos. En Viena el municipio era social- demócrata y el Partido Social Demócrata disponía allí de una guardia armada de 50,000 hombres, pero preparada durante años precisamente para tales circunstancias, fue enviada a sus acantonamientos. Incendiándose el Palacio de Justicia, del que se había apoderado unos jóvenes obreros que arrojaron al fuego los documentos que en él había.

El Alcalde social – demócrata de Viena condujo un carro de bomberos e intentó en vano abrir el cerco de la muchedumbre que impedía el acceso al edificio en llamas. La policía en toda la ciudad, disparaba salvas de fusil contra la multitud. Los líderes comunistas y socialdemócratas se abstuvieron de toda intervención oficial y hasta el día siguiente adoptaron posición. Al final de la jornada, había más de cien muertos y un millar de heridos.

Reich, había de retener tres cosas de estas jornadas: la muchedumbre tuvo razón al echarse a la calle e incendiar el Palacio de Justicia y no los responsables políticos que trataron de impedírselo. Sin embargo esa misma muchedumbre obró sin un plan preciso, demasiado prudente y demasiado moderada, no atacó a los policías que se encontraban al alcance de sus manos, en tanto que, a pasos de allí, otros ciudadanos eran cazados como conejos, la muchedumbre, bastante numerosa para destrozar las fuerzas de la policía toleró sin embargo, horas enteras de tiroteo esporádico.

También le impresionó a Rechi el comportamiento mecánico de los policías al disparar por mandato, en nombre del "orden público", Freud tenía razón al decir que el alistamiento corre parejo con el abandono del yo individual y la identificación con el Fuhrer o con la idea.

En ese día se patentizó el papel de la domesticación de los instintos, que permitío sobre todo evitar el levantamiento contra la opresión.

Aquel mismo día Reich ingresó en una organización, el Socorro Obrero, especie de Cruz roja del Partido Comunista Austriaco.

A fines de julio, Wilhelm Reich tuvo una conversación con Freud y quedó asombrado al ver que Freud no comprendía en absoluto el levantamiento.

Después de ese 15 de julio de 1927, que demostró tan trágicamente los mecanismos sociales, Reich estudió a Marx y sobre todo a Engels, le interesó muy especialmente " EL origen de la familia, la propiedad privada y el Estado", que ponen en evidencia la contradicción sobre las explicaciones Freudianas y marxistas sobre la familia y esto lo condujo evidentemente a Bachofen y Morgan. Reich reconoce que durante 4 años anduvo perdido en el caos de la etnología, pero los verdaderos secretos de la fundación social de la represión sexual le fueron revelado por la experiencia de la práctica médica y sexología de la juventud vienesa.

El efecto y siempre a consecuencia del levantamiento del 15 de julio, Reich decidió dejar de limitarse a la terapéutica individual y trabajar en prevención de las neurosis. Habló de esto a Freud, quien lo aprobó. Freud sabía muy bien lo que ocurría en el mundo, pero consideraba que personalmente en tanto que hombre de ciencia, tenía que conocer el interior del hombre, antes de actuar en el exterior. Pero lo cierto es que Freud aprobaba las iniciativas de este género; era favorable a la reforma sexual soviética aunque con algunas reservas respecto a la facilidad del divorcio y de su consecuencia para la familia; quizá la luz viene del Este, le dijo un día a Reich.

Freud alentó a Reich, al menos en los comienzos, mientras se trataba de actuar con el fin de favorecer la salud sexual del pueblo; pero fue hostil, cuando esta empresa se alió a la critica de la institución familiar con todas sus ramificaciones políticas.

Reich daba conferencias ante diversas organizaciones: "el socorro obrero", libres pensadores, asociaciones de estudiantes. Hablaba del Psicoanálisis, del complejo de Edipo, etc., pero pronto advirtió que sus oyentes no podían sacar conclusiones practicas de estas nociones para su propia vida o para el "movimiento".

Las teorías de la represión y del inconsciente carecían de interés, Reich se encontraba ante la necesidad de explicar porqué la familia reprime la vida sexual de los hijos, cuestión que le había ya inquietado con ocasión de su trabajo en la policlínica.

Reich consagró varios meses y mucho dinero para fundar una sociedad socialista de consejo sexual y de sexología, cuya actividad consistió en abrir, en enero de 1929, seis centros de higiene sexual. Cuatro jóvenes psicoanalistas y tres ginecólogos colaboraron en la empresa.

Estos centros de higiene sexual estuvieron inmediatamente llenos hasta reventar sobre todo de muchachos y mujeres embarazadas. Reich y sus colaboradores enseñaban allí los procedimientos anticonceptivos y la función de la genitalidad.

En aquella época florecían las discusiones sobre las indicaciones médicas, eugenésicas, del aborto, así como sobre las consecuencias demográficas de una liberación del aborto.

Lo que Reich y sus colaboradores afirmaron fue que ninguna de las mujeres que acudían deberían tener hijos, incluso si lo permitiese las circunstancias monetarias adecuadas, aquellas mujeres gravemente NEURÓTICAS, NO DEBIAN TENER HIJOS. Eran totalmente incapaces de amar al niño, de cuidarlo, de criarlo sin destruirlo. Todas aquellas mujeres, sin excepción, tenían una relación perniciosa o ninguna relación en absoluto, con el hombre del que estaban en cinta. Eran frígidas, agotadas, secretamente sádicas o abiertamente masoquistas, y sufrían de esquizofrenia latente o depresión melancólica. Odiaban al hijo antes de haber nacido.

Por consiguiente Reich adoptó el principio de que TODA MUJER ENCINTA CONTRA SU VOLUNTAD, DEBIA TENER DERECHO A LA INTERRUPCION DEL EMBARAZO.

No se preocupaba de los demógrafos, pues conocía la ruindad de los motivos sociológicos de la obligación en que ponían a las pobres madres de dar a luz hijos no deseados.

Esta clínica, dirigida por Reich, utilizaba en la medida de lo posible, las instituciones médicas existentes. Lo nuevo era el vínculo establecido entre los problemas de la neurosis, los trastornos sexuales y los conflictos cotidianos, así como el hecho de aconsejar con el fin de atacar las neurosis por la PREVENCIÓN, más que por el tratamiento.

Durante dos años Reich estuvo acosado por la miseria sexual del pueblo. Su práctica médica lo había puesto en constante contacto con hijos e hijas de obreros, empleados y campesinos. Al mismo tiempo en reuniones con jóvenes militantes tenía que hablar sobre política sexual. Estos jóvenes considerados "sanos", acudían para obtener información sobre la prevención de los nacimientos y el problema se presentó de golpe: ¿Se deben dar anticonceptivos a jóvenes de 14 a 15 años?. Había la costumbre de aconsejarse que guardasen a estar más "maduros". Y sin embargo aquellos jóvenes eran adultos, trabajaban como aprendices en talleres y muchos de ellos eran miembros de las juventudes socialistas.

En las reuniones con los jóvenes Reich advirtió la relación entre el desorden genital y el deterioro de la salud psíquica. Pero las organizaciones "marxistas", lo ignoraban o lo disimulaban, no veían la palidez, la represión, el nerviosismo, los trastornos de la aptitud para el trabajo, el humor vengativo, las tendencias criminales y la perversión en aquellos adolescentes. Cuando Reich le explicaba las relaciones sencillas entre la frustración genital y el nerviosismo, los jóvenes comprendían inmediatamente. Cuanto más joven era el muchacho o muchacha, más fácil le era cambiar de dirección después de algunas frases de explicación. Era como si durante mucho tiempo hubieran llevado un yugo cuya significación ignorasen. Sabían cuanto se refería a su genitalidad. Sabían que necesitaban amor y que sin él su vida era un desierto. No sabían todo sobre los obstáculos que se levantaban entre ellos y la realización de sus necesidades vitales. Llevaban una vida sin tener la menor idea de las condiciones SOCIALES de una existencia amorosa satisfactoria. En algunos meses Reich aprendió más acerca de sexología y sociología que en el curso de diez años de práctica médica privada.

En su libro "La función del orgasmo", Reich expresó: se vio claramente que aquellos adolescentes eran más o menos neuróticos al iniciarse la pubertad, que la neurosis actual se desarrollaba después de varios años de conflictos sexuales durante la adolescencia. La fijación a los tabúes sexuales de la infancia actuaban como un freno desde los comienzos; pero esencialmente la inhibición del último paso a la vida amorosa natural, al llegar a la madurez, la que les volvía a arrojar por completo a sus conflictos de las infancia.

EL CONFLICTO DE LA PUBERTAD ES EL RESULTADO DE LA NEGATIVA QUE LA SOCIEDAD OPONE A LA VIDA AMOROSA DEL ADOLESCENTE. Cuando la vía del amor sano y normal queda cortada de golpe, el adolescente regresa a la neurosis de la infancia en una forma más intensa, ya que ésta agravada por el aumento y la frustración simultánea del deseo genital.

Una decepción grave que sufrió Reich fue darse cuenta que los militantes de partidos de izquierda operaban con "slogans" y canalizaban su odio contra los social-demócratas, la policía, etc,; es decir usaban la política sólo como desahogo de energía sexual reprimida. En cambio, se convence que los trabajadores no pueden aspirar al gobierno de la sociedad si no resuelven antes, poco a poco, y en todos los dominios, los problemas prácticas de la vida, como son los sentimientos de año y la sexualidad.

De 1928 a 1930 publicó un artículo sobre el análisis del carácter neurótico, y también materialismo dialéctico y psicoanálisis (primer libro freudomarxista), y la primera parte de su libreo: "La Revolución Sexual".

En septiembre de 1929 Reich viajó a la Unión Soviética, donde discutió con los pedagogos Vera Schmidt Y Gachelina e intentó sin éxito convencer a los teóricos de la academia comunista del interés que ofrece el psicoanálisis para los marxistas.

Esta actitud desbordante le valió evidentemente una hostilidad cada vez mayor de ciertos psicoanalistas y también de la burguesía vienesa. Federn, trató de que se le relevara de la dirección del seminario técnico, a lo cual se opuso Freud, diciendo que el seminario no debía quitársele mientras Reich deseara seguir dirigiéndolo.

Freud estimaba a Reich

La función política de la represión sexual

La obra de Wilhelm Reich, es una crítica de la moral sexual autoritaria.

El nombre de la conciencia crítica revolucionaria de la conciencia comunista, de la que ya Marx decía que la "pasión esencial es la indignación y la principal tarea, la denuncia", Reich combate la represión sexual y demuestra que su verdadera finalidad es la política y al servicio de los explotadores y opresores.

Reich pone de manifiesto que no es casual el hecho de que la Iglesia Católica, la reacción, el fascismo y el stalinismo, encabezado actualmente por Putin, propugnen la represión sexual.

La familia es el órgano ideológico del Estado capitalista, el órgano intermediario entre el individuo y el Estado, y su objetivo consiste en fabricar individuos en serie "adaptados" y sumisos. El dominio de la minoría sobre la mayoría productora de las riquezas y que se encuentra en la miseria, sólo puede lograrse con el consentimiento, relativo, de los explotados, quienes se convierten en agentes de su propia servidumbre. La familia contemporánea crea los explotados sumisos que la sociedad capitalista necesita para continuar existiendo.

Es sabido que todos los regímenes autoritarios se han apresurado a consolidar la institución familiar (Stalin, Hitler, Franco, Fox, etc.), porque ella representa el cimiento del orden capitalista o burocrático seudosocialista, como el sistema social dirigido por el traidor de Putin.

"El objeto de la supresión de la actividad sexual es producir un individuo que se ajuste al orden autoritario, al que se someterá a pesar de todas las miserias y degradaciones."

Primero el niño deberá adaptarse a la estructura de ese Estado autoritario en miniatura que es la familia, lo que hará que más adelante se someta totalmente al sistema social autoritario en general.

La familia produce masivamente "la conciencia de borrego" de la que habla Marx. Esto se debe, dice Reich, a que la supresión de la actividad sexual en los niños y adolescentes es el mecanismo básico que produce la estructura de carácter, adaptada al servilismo político, ideológico y económico.

La represión de la sexualidad natural en el niño, especialmente de su genitalidad, lo hace aprehensivo, tímido y obediente, así como temeroso de todo tipo de autoridad, lo hace "amable" y "tranquilo", paraliza sus tendencias rebeldes porque asocia la rebelión con la angustia. Al inhibir la curiosidad sexual del niño, la represión provoca un oscurecimiento general de su sentido crítico y de sus facultades mentales. La sociedad capitalista nulifica la razón crítica del individuo, pues con su docilidad y sumisión asegura que los patrones sigan explotando y oprimiendo al pueblo.

Moral sexual y opresión política

Hemos dicho que la sociedad capitalista actual tiene un interés vital en pervertir la razón crítica del individuo, por eso le ofrece como pasto el embrutecimiento masivo, por medio de la televisión y el fútbol, así como por medio de la propaganda subliminal en la que utilizando mujeres desnudas y provocativas, obtiene provecho del hambre sexual de las masas para lograr manejar su inconsciente y convertirlos en consumidores de los productos que se anuncian en la T.V., revistas y periódicos.

La sociedad moderna, sobre todo sus masas trabajadores se encuentran enajenadas a la ideología de la clase dominante, enajenación que les impide descubrir la realidad consistente en la explotación y en la injusticia de un régimen sostenido con engaños y fraudes electorales como el cometido el 6 de julio de 1988 en nuestro país.

Una vez que los obreros desechan la ideología burguesa y abren los ojos de la conciencia, se dan cuenta claramente de la amarga realidad que se encontraba oculta por la ideología oficial. Por eso la ciencia freudomarxista es la que puede revelar a los explotados su papel histórico como constructores de la futura sociedad comunista, y descubrir que su neurosis, producida por el capitalismo, se curará radicalmente en la medida que vayan luchando y construyendo la futura sociedad.

Cuando el obrero tome conciencia de su neurosis y de su sumisión política ante los explotadores y parásitos políticos, será cuando realmente sea peligroso par el sistema capitalista y en especial para los que han tenido el poder político por más de 70 años; como los priístas con su dictadura perfecta lo han hecho en México.

Mientras el obrero continúe enajenado a los valores burgueses, como la patria, la religión, el Estado, el gobierno, las leyes, los políticos oficiales y el fútbol, continuará siendo explotado por sus patrones y seguirá siendo engañado por priístas que se turnan en el poder.

Neurosis y sumisión política están íntimamente ligados. El neurótico es un individuo enfermo por una moral autoritaria que lo reprime sexualmente desde la infancia, moral que lo convirtió también en un sumiso político que sólo será libre y sano cuando tome conciencia de su neurosis de su enajenación a la ideología oficial y luche por cambiar radicalmente las estructuras socioeconómicas que lo han hecho un neurótico explotado y oprimido.

La moral sexual y el matrimonio autoritario

La castidad extraconyugal y la fidelidad conyugal de la mujer no pueden durar mucho debido a un alto grado de represión sexual infantil, lo mismo sucede con la exigencia de castidad por parte de las jóvenes. En los orígenes, y aún hoy entre algunas sociedades primitivas como la de los "trobriand", con rudimentaria organización de economía primitiva, la muchacha es libre de vivir su propia vida sexual hasta el matrimonio. Sólo al casarse se obliga a la castidad conyugal.

En nuestra sociedad, y sobre todo en la última década del siglo XIX y principios de éste, la virginidad es un requisito femenino para el contrato matrimonial, la castidad prenupcial y la estricta fidelidad conyugal de la mujer se convirtieron en piedra angular de la mortalidad sexual reaccionaria; mantiene la familia y el matrimonio autoritario, formando una estructura psíquica que tiene miedo de lo sexual.

Esta ideología de la moral sexual conservadora es la expresión lógica de los intereses económicos y políticos de las clases explotadoras y dominantes de la sociedad capitalista actual.

La exigencia de castidad a las muchachas priva de objetos de amor a la juventud masculina, misma que acude a los prostíbulos, donde las exorcistas le sacarán el diablo sexual que llevan en el cuerpo.

La castidad de las mujeres provoca la prostitución, el matrimonio monógamo desemboca en el adulterio. La prostitución, y el adulterio son el premio de la doble moralidad sexual, que concede al hombre lo que niega a la mujer, es decir, esta sociedad capitalista machista permite y hasta es bien visto, que mientras los jóvenes solteros pueden ir al prostíbulo y los casados tengan por lo menos una amante, la joven virgen tenga que esperar hasta la noche nupcial para tener su primera relación sexual, y tal vez su primer orgasmo, y la esposa se hunda en la resignación de su conducta.

Pero las urgencias naturales de la sexualidad hacen que la estricta moralidad sexual engendre lo contrario de lo que se propone. La inmortalidad en el sentido reaccionario, el adulterio y las relaciones sexuales fuera del matrimonio se desmesuran en fenómeno social y realmente grotesco. La perversión sexual por un lado, y por el otro la sexualidad mercancía, tanto en el interior como en el exterior del matrimonio. Puesto que la sexualidad extra-conyugal es objeto de mercadería, disminuye las tiernas relaciones entre los sexos, sobre todo en la prostitución.

El chico "bien" reparte su sexualidad: satisface su sexualidad con una muchacha de las clases "inferiores", y reserva su amor para una muchacha de su misma clase social. Esta disociación de la vida amorosa y la promiscuidad sexual con el dinero, tiene como consecuencia inmediata una completa degradación y una animalización de la vida amorosa, una de cuyas más ilustres derivaciones es la proliferación de enfermedades venéreas, como el SIDA, mismas que son patrimonio obligado del orden sexual tradicional, pues su propagación se debe a una degradación de la vida sexual fuera del matrimonio, así como la utilización de la sexualidad como mercancía.

La moral, principal arma ideológica de la sociedad actual

La moral, hasta ahora, ha consistido en un aparato ideológico montado sobre la cabeza de los hombres, como un reino independiente de dogmas y preceptos en parte religiosos, en parte jurídico-políticos. Y así como a un artista no le sirven de nada los preceptos de la retórica, a los hombres en general de nada les ha servido hasta ahora guiarse por principios que poco tienen que ver con la realidad.

La religión difunde la moral, pero su moral es la de la pobreza. Poco sacó Cristo, nos dice García Bacca, de predicar la humildad a los poderosos. La apetencia y el avorazamiento por el poder religioso, monetario y político, ha aquejado y aqueja a su iglesia misma, no digamos a la inmensa mayoría de sus 300 millones de fieles. Si Cristo no viniere prestamente a pedir a los pobres el orgullo, el sentimiento de dignidad, se hallará con que otros, socialistas y comunistas, habrán realizado ya lo que debió hacer su iglesia hace 19 siglos: predicar el orgullo a los humildes, dignificar al padre destruyendo su pobreza y no canonizarla cual virtud social y triste ocasión de hacer tristes méritos ante el cielo. Tal misión la han comprendido y comenzado a realizar desde hace siglo y medio los socialistas.

Recientemente, sobre todo con la publicación del libro "Fidel y la religión", y con el movimiento religioso de la Teología de la Liberación, el acercamiento de los marxistas a los cristianos se ha venido incrementando.

Cuál moral difundida por el Estado burgués, cuáles "virtudes cívicas", pueden resultar válidas a los ojos de los pueblos, si éstos se hallan oprimidos por ese Estado y sometidos a la más profunda desigualdad social. La moral, en cuanto instrumento de dominación, toma la forma de moral sexual, arma ideológica esencial para perpetuar el sistema capitalista, pues por medio de ella se educa, se domestica mejor dicho, a los niños para que cuando sean padres transmitan ese veneno ideológico de la moral sexual a sus hijos, con el fin de adaptarlos y convertirlos en neuróticos considerados "sanos" por la medicina y la psiquiatría oficial, que también son aparatos ideológicos del Estado, fiel representante defensor de los intereses de los capitalistas.

La moral en general, así como el sistema jurídico y la iglesia como instrumento político de los ricos, sólo contribuirán a la felicidad del hombre y la mujer, cuando la sociedad esté cimentada en el amor, en la propiedad común y en la armonía con la naturaleza y el cosmos.

Familia autoritaria y represión sexual

Desde la aparición de la propiedad privada, es decir, desde el modo de producción esclavista ha existido el autoritarismo, factor indispensable entre la relación, amo-esclavo, explotador-explotado, dominante-dominado.

Todas las formas de explotación del hombre por el hombre, del colonizado, de la mujer, del niño., utilizan el autoritarismo.

Aparentemente la autoridad se manifiesta jurídicamente como algo que no quiere violencia sino un determinado comportamiento.

Desgarrando el velo ideológico que encubre la realidad, notamos que la autoridad no es mas que una máscara que oculta la violencia de la clase dominante.

Al disfrazar su esencia violenta y representarse como un concepto pacífico, la autoridad se ahorra la utilización de la fuerza represora, economizando gastos y obteniendo al mismo tiempo una actitud de sumisión.

Mientras que los matrimonios grupales, propios del matriarcado, se hallaban en armonía con la naturaleza y los instintos humanos, la familia monogámica autoritaria, obstaculiza y reprime los impulsos naturales del hombre, produciendo una infinidad de enfermedades.

En tanto que en las familias grupales el padre era un amigo, amoroso, protector y tierno camarada de su hijo, en la familia autoritaria moderna el padre es un tirano, el Pinochet que representa los intereses de los explotadores y opresores.

Mientras que en los matrimonios de grupo existía la libertad sexual, también la salud física y mental de la familia. En cambio en la familia monogámica la represión sexual produce todo tipo de enfermedades, que van desde la neurosis hasta el cáncer.

La familia autoritaria no solo produce las mentalidades autoritarias de la clase dominante en sus propios hijos, quienes heredan las riquezas, sino también produce en las clases explotadas las mentalidades sumisas.

No es casualidad que los conservadores y reaccionarios idolatren a la familia, y los rebeldes y anarquistas odien la institución familiar, institución burguesa que siembra sumisión en la mente de los exportados, oprimidos y reprimidos.

La educación sexual del aparato ideológico familiar no sólo daña la sexualidad del individuo y le produce todo tipo de enfermedades sino también condiciona a los exportados a ser sumisos políticamente, frente a todo tipo de autoridad.

La familia autoritaria como aparato de domesticación

El principal lugar de gestación de la atmósfera del conservadurismo burgués es la familia coercitiva. La institución de la familia autoritaria es el resultado de la estructura autoritaria capitalista. Es por lo anterior que la familia, bajo el capitalismo, es la fábrica de ideologías autoritarias y de estructuras mentales conservadoras. Es el aparato de educación por el que pasamos, casi sin excepción todos los miembros de la moderna sociedad burguesa, desde nuestro nacimiento. La atmósfera, mejor dicho el smog del ambiente autoritario familiar, se incrusta en la mentalidad de cada uno de los ciudadanos desde su primer hálito.

No es un azar que la juventud conservadora y reaccionaria (carne del fascismo), que estudia en escuelas particulares de lujo, como el Tecnológico de Monterrey, la Iberoamericana, la Universidad de las Américas, etc., por regla general sea muy adicta a la familia, mientras que la juventud revolucionaria es hostil por principio, a esa Institución.

El padre es el portavoz y representante de la autoridad estatal en la familia, es decir, es el defensor de los intereses de la clase dominante en el seno familiar.

El padre es una especie de sargento: subordinado en el proceso de producción (en su centro de trabajo), y jefe en su función familiar; mira desde abajo a sus superiores, se impregna de la ideología dominante (de aquí su tendencia a la imitación), y es todopoderoso con sus inferiores: su esposa e hijos; no se limita a transmitir las ideas de la jerarquía y de la sociedad, las impone.

El fin primordial de la educación, desde sus pasos iniciales, es preparar a los niños para el matrimonio y para la familia autoritaria.

El niño dirige sus primeros impulsos afectivos y sexuales hacia sus padres. El niño ama a su madre y odia a su padre y la niña hace lo contrario. Estos sentimientos de odio y de celos se impregnan rápidamente de temor y de culpabilidad. Estos sentimientos de odio y de celos se impregnan rápidamente de temor y de culpabilidad. El temor en su origen, está relacionado con los sentimientos sexuales hacia el sexo opuesto. Este temor, junto con la imposibilidad de satisfacer el deseo incestuoso, obliga a la represión del deseo. De esta represión nacen casi todos los trastornos de la vida sexual ulterior.

No habrá represión si el muchacho aunque forzado a la renuncia del incesto, pudiera practicar el organismo (sin culpa), y el juego sexual con muchachas de su edad. De hecho los niños juegan sexualmente a escondidas de sus padres, con sentimientos de culpabilidad que les perjudicará en su sexualidad futura. El niño que no participa en esos juegos es un candidato seguro al trastorno grave de su vida sexual futura y también como el que lo hace con culpa, un neurótico adaptado y sumiso a la autoridad capitalista.

La represión de los impulsos sexuales está condicionada por la manera de pensar y de sentir de los padres, quienes a su vez están influenciados por la moral sexual antivida, propia del sistema capitalista autoritario.

En realidad la ideología burguesa, cargada de moralina tiene más influencia sobre la educación preescolar que sobre la educación familiar.

El niño no elude la fijación a los padres, fijación de tipo sexual y autoritaria. La autoridad paterna, severa o no, le oprime, aunque sólo sea por la desproporción evidente que hay entre su talla y la de los padres. Muy pronto la fijación autoritaria se desembaraza de la fijación sexual y la reduce a la existencia inconsciente; más tarde, cuando los intereses sexuales se dirijan hacia el mundo extrafamiliar, esta fijación autoritaria se alzará entre los intereses sexuales y la realidad como una muralla gigantesca de INHIBICION.

Esta fijación autoritaria es, en gran proporción, INCONSCIENTE, a la autoridad de los padres tome, a menudo, la apariencia de su contrario, la rebelión de tipo neurótico. Esta no puede suprimir los intereses sexuales si no es, quizás, bajo la forma de acciones sexuales impulsivas, compromiso patológico entre la sexualidad y el sentimiento de culpabilidad. El desarraigo de esta fijación es el REQUISITO BASICO PARA UNA VIDA SEXUAL SANA. Tal como están las cosas hoy, muy pocas personas lo consiguen.

La fijación a los padres es un doble aspecto de fijación sexual, y la sumisión a la autoridad paterna hace muy difícil, si no imposible, el acceso a la realidad sexual y social de la pubertad. El ideal conservador del muchacho pacato y la muchacha irreprensible, momificados en el infantilismo hasta bien entrada su vida de adultos, es diametralmente opuesto a la idea de una juventud libre e independiente.

Otro signo típico de la educación familiar es que los padres, y en particular la madre, si no están obligados a trabajar fuera de la casa, buscan en los hijos, para desgracia de éstos, la GRAN satisfacción de su vida. Los hijos son entonces como pequeños animales domésticos: se les puede amar, pero también maltratar a voluntad. Que la actitud emocional de los padres hace a los hijos ineptos para la tarea educativa es una verdad muy conocida.

La miseria conyugal en la medida en que no se agota en las divergencias de la pareja, se derrama sobre los hijos. Esto ya es, en sí, un nuevo perjuicio para su independencia y para su estructura sexual; pero además crea otros conflictos: su refractariedad al matrimonio por lo que han visto en la miseria conyugal de sus padres, y la urgencia financiera posterior al casamiento. En la pubertad, se producen frecuentes tragedias cuando los muchachos, a salvo felizmente de los peligros de la educación infantil, intentan sacudirse también las amarras de la familia.

Así pues, la restricción sexual que los adultos deben imponerse para poder tolerar la existencia conyugal y familiar, recae sobre los hijos. Y como éstos, a su vez, por razones económicas tendrán que zambullirse de nuevo en la vida familiar, la restricción sexual se perpetúa de generación en generación.

Puesto que la familia coercitiva, desde el punto de visa económico e ideológico es parte constitutiva de la sociedad burguesa autoritaria, sería de ingenuos esperar la desaparición de sus estragos en el marco del actual sistema capitalista. Además éstos estragos son inherentes a la constitución misma de la familia y están fuertemente anclados en cada individuo, pero gracias a mecanismos INCONSCIENTES.

A la inhibición sexual que proviene directamente de la fijación a los padres, se añaden los sentimientos de culpabilidad, derivados del enorme odio acumulado en el transcurso de los muchos años de vida familiar. Si este odio permanece CONSCIENTE puede desencadenar una poderosa fuerza revolucionaria; hace que el individuo rompa sus ataduras familiares y pueda convertirse en energía motriz para intervenciones racionales contra las causas reales de ese odio.

Si por el contrario, el odio es REPRIMIDO, conduce a exteriorizaciones inversas: la fidelidad ciega y la obediencia infantil patológica. Estas actitudes constituyen más tarde un inconveniente grave para aquellas personas que quieran alistarse en un movimiento liberal.

Tal tipo de individuos podrá muy bien abogar por la libertad total y, al mismo tiempo, enviar a sus hijos a la catequesis dominical o formar parte ellos mismos de una asociación parroquial para "no hacer sufrir a sus ancianos padres", aunque todo eso vaya en contra de sus convicciones. Presentará todos los síntomas de indecisión y dependencia, consecuencia de su fijación a la familia: no es un buen militante de la libertad.

Capitalismo, represión sexual y neurosis

El instrumento ideológico más importante de las clases dominantes lo constituye la moral sexual autoritaria existente.

Gracias a esta moral antivida se produce la neurosis y la psicosis. Desde antes de que naciéramos, nuestros padres, educados en la moral judeo-cristiana, han sido programados para que, cuando lleguemos a este mundo, seamos víctimas de ese tipo de educación, en el que se nos niega la libertad y el placer.

Desde nuestros primeros días de vida comenzamos a sufrir la represión sexual, cuando nuestros padres nos prohíben gozar con nuestro cuerpo y en especial con nuestros labios. Los tormentos que nos aplican como el de agregar picante a nuestros dedos o el de amarrarnos las manos con el fin de que no nos chupemos los dedos, son la primera manifestación de una serie de sufrimientos que tendremos a lo largo de nuestra vida.

Una vez en la escuela tendremos que adaptarnos a otra serie de injusticias y tormentos productos del autoritarismo y moral sexual imperante.

Los exámenes, por ejemplo, son en realidad un tormento en los que muchos maestros gozan sádicamente y en el que nosotros quedamos alterados de nuestros nervios, hasta el grado de quedarnos traumados al sólo escuchar que nos aplicarán un exámen.

La escuela también es el medio utilizado por la clase dominante para adaptarnos a la sociedad enferma y si no nos adaptamos al sistema social, entonces se nos diagnosticará locura y seremos internados en un manicomio.

La escuela, bajo el capitalismo y el socialismo burocrático, es el lugar en donde se nos enseña a subsistir en el manicomio social. A veces la enseñanza falla y se traslada al educando al pequeño manicomio.

La fábrica y la oficina son los espacios en los que el vampirismo, de los sistemas sociales mencionados, se oculta, toma forma de ideología y se pierde en el misterio de la noche.

Al que no produce plusvalía (tiempo de trabajo que roba el patrón), lo excluyen o recluyen en el pequeño manicomio.

El diagnóstico psiquiátrico, arma política de la locura fascista, sea de derecha o de izquierda, tiene como fin asustar y castigar a todo hombre o mujer rebelde que no acepte autoridad o injusticia alguna, ni desee con su sangre, incrementar el poder monetario y político de las clases y burocracias dominantes.

El trabajo neurótico asalariado es el eslabón que nos encadena al gran manicomio social, llámese capitalismo o socialismo autoritario.

En conclusión, la burguesía tiene sus capataces: el opio moral, el religioso, el futbolístico y otras ideologías disfrazadas de libertad.

Orden manicomial y orden capitalista

El manicomio es uno de esos momentos sociológicos fundamentales. Lugar precioso de aprendizaje de la realidad social, de aprehensión de sus verdaderos valores, si se quiere una espléndida escuela sociopolítica.

Los manicomios pueden enseñarnos muchas cosas sobre una sociedad donde el oprimido está cada vez más lejos de las causas y de los mecanismos de la opresión. Es que el manicomio es una de esas situaciones límite en las que precisamente por serlo, afloran, de manera más clara y patente las verdaderas coordenadas del orden social capitalista y sus contradicciones fuertemente empañadas, habitualmente, por la ideología.

El manicomio es, históricamente, el espacio de la locura, representa la negación absoluta a una serie de valores esenciales al orden social establecido. El loco es internado porque su locura lo hace INACEPTABLE SOCIALMENTE, para la familia, para el médico y para el poder gobernante, ya que traspasa el límite.

El manicomio encierra toda la locura del mundo, pero además, establece con ella un doble vínculo: en primer lugar, la excluye, la separa del mundo de los normales para, inmediatamente después, internar domesticarla en un severo trabajo de REEDUCACION del loco.

Esta doble funcionalidad del manicomio, constituye así, un real sentido y significación sociales; por una parte encierra, excluye y segrega la locura que el loco vive, en tanto que ésta ha llegado a ser una situación límite respecto a la norma social establecida, por otra parte, se organiza en función de la locura y consecuentemente, lleva al límite la norma, con la esperanza de paliar ese error de educación que es el loco y su locura.

La educación en el sistema capitalista está religiosamente orientado por la doble conceptuación de bueno-malo, conveniente-inconveniente, provechoso-perjudicial, positivo-negativo, hasta llegar al productivo-improductivo. En general se afirma el primer término para negar el segundo, por cuanto el signo de lo productivo se hace norma e impone sus valores: la eficacia, el orden, la autoridad, la responsabilidad, valores todos que precisa el sistema como una condición más de su existencia, para los cuales el proceso educativo intenta lograr un consenso generalizado a nivel individual.

La función de la educación capitalista es conseguir la interiorización de dichos valore, funcionales al sistema, a la vez que, en el mismo proceso, se excluye y niega los valores signados como improductivos, tales: la ineficacia, el desorden, la desobediencia, la irresponsabilidad, la irracionalidad, o lo que es lo mismo, con otras palabras, el inconsciente, su ello y su deseo.

La educación es una condición de existencia del sistema social capitalista, que en última instancia tiene como objetivo la afirmación de los valores a nivel psíquico, y exclusión, repudio y negación de todo valor improductivo.

El proceso educativo está dirigido tendenciosamente a alcanzar aquellos objetivos. Y digo "tendenciosamente", por cuanto caben en él fisuras y fracasos. En este sentido puede hablarse de errores de educación; todos los sectores dominados o marginados serían la expresión de estos "errores", y el producto de uno de ellos sería la locura. Que el loco es, en la perspectiva del sistema capitalista, el extremo remate del "mal educado", más lo confirma la cotidiana confusión que entre locura y mala educación nos propone la conciencia monjil, tan ampliamente introyectada en la psiquiatría manicomial.

Y siendo el loco y su locura un "error de educación", es lógico que sean tratados con educación: excluidos en cuanto representan los valores improductivos, propuestos como objetos a reeducar en la medida que se pudieran ser devueltos a los valores productivos, sino tan sólo a la ideología de la producción.

El real problema del manicomio no es sólo y exclusivamente la violencia abierta y directa (celdas y pabellones de castigo, hábitat inhumano, tratamiento represivo, etc.), sino su organización (fiel reflejo de la organización social), que incluye otro tipo de violencia: la de la técnica terapéutica reeducativa, unas técnicas muy rudimentarias, comparables a las técnicas pedagógicas-educativas, creadas en torno al principio de la "Letra con sangre entra".

Las nuevas técnicas psiquiátricas siguen considerando al loco y su locura como un error que necesariamente hay que subsanar, desde la perspectiva de quienes están en la norma. La violencia persiste por cuanto ha estado encerrada siempre en el principio básico, a saber: el loco y su locura deben ser normalizados.

También al loco se le define como "desordenado", incapaz de mantener un orden o norma de sus actos, hábitos o costumbres por lo que, en su aislamiento manicomial, se le debe imponer una rígida coordinación de su vida cotidiana, negándole a través de ella toda libertad de iniciativa y toda espontaneidad que, por "tender al desorden", serían "perjudiciales". El loco es, por definición, un ser capaz de violar los principios y reglas de la moral sexual o incapaz de relacionarse más allá de una serie de extravíos, abusos y perversiones sexuales, y por ello el manicomio debe incluir la estricta separación de los sexos y con ello la negación de su libertad sexual. El loco queda también definido como improductivo, por lo que el espacio manicomial debe organizarse sobre la ideología del trabajo.

En el orden manicomial capitalista es imposible separar la doble función de exclusión y reeducación: la "necesidad" de reeducación sirve de base ideológica para justificar la exclusión (se excluye para reeducar, se reeduca excluyendo). Igualmente, es imposible deslindar la violencia implícita en una u otra función: el encierro, tal como muchas veces se ha comprobado en la práctica cotidiana, no es un acto gratuito sino la expresión de un rechazo; el sistema organizativo manicomial que reemplaza al exterior para la reeducación del loco no es sino la consumación organizada de este rechazo, racionalizado en la perspectiva de la ideología médica.

Fuera y dentro del manicomio, la locura, en cuanto se significa como diferencia, es juzgada y CASTIGADA. Y se juzga mediante un juicio en el que sería ingenuo decir que no hay juez, abogado ni testigo, porque todas estas funciones están recogidas en una sola figura: la del médico cuyo poder ha quedado establecido por un contrato social que le hace garante de la norma.

Desde finales del siglo XVIII, el certificado médico ha llegado a ser obligatorio para internar a los locos. En el interior mismo del manicomio, el médico ocupa un lugar preponderante en la medida en que instala la locura como un espacio médico. La intervención del médico no es realizada en virtud de un saber o de un poder medicinal que él tuviera como algo propio y que estaría justificado por un conjunto de conocimientos objetivos. No es en su calidad de "sabio" como el "homo medicus" posee autoridad dentro del manicomio, sino como prudente. SI SE EXIGE LA PROFESION MEDICA, ES COMO GARANTIA JURIDICA Y MORAL, NO COMO TITULO CIENTIFICO.

La repetida inmersión en el agua hasta segundos antes de perecer ahogados, la producción de dolorosos absesos mediante la inyección de substancias tales como la trementina, las lobotomías, el electrochoque, el encierro y el aislamiento, la separación de los sexos, la puntual y la monótona organización de la vida cotidiana, la ideología del trabajo y la "laborterapia" consecuentes, etc., son ejemplos de violencia que el loco debe soportar desde la perspectiva de su "tratamiento". Sin alguno osa contestar a estas violencias es su locura la que contesta.

Desde el "tratamiento moral", del siglo XIX, hasta las modernas técnicas analíticas de la psiquiatría institucional, el encuentro de la ideología médica, y el confinamiento de la locura, sólo han sido un, más o menos sutil encubrimiento de la violencia necesaria para domesticar al loco; acallarlo, silenciar su locura. En la historia del manicomio aparece la palabra del psiquiatra y con ella el orden capitalista: los valores y la moral de la clase dominante. Cuando ha querido surgir la palabra de la locura (Schreber) se ha hecho patente la unión de la psiquiatría con el poder político burgués. Los psiquiatras s han unido con el Estado y la moral para acallarla salvajemente.

Capitalismo, autoritarismo familiar y locura

Al principio de este siglo se publicó un libro que con el tiempo sería el caso clínico más estudiado por psicólogos y psiquiatras, me refiero a las memorias del Dr. Schreber, quien enloqueció a los 42 años de edad, recuperándose luego y volviendo a enloquecer ocho años y medio después. Los especialistas en enfermedades mentales consideran este caso clínico enmarcado, en lo general, dentro de la psicosis.

El padre de Schreber, que supervisó su educación, fue un destacado médico y pedagogo alemán, su influencia sobre la vida del hijo fue muy grande. Ante la época "blanda y decadente", debido a la laxitud de la educación y la disciplina de los niños en el hogar y en la escuela se propuso combatir la flojera de su época mediante un complejo sistema de educación infantil, cuyo fin era hacer a los niños obedientes y sumisos a los adultos.

Las ideas del padre de Schreber acerca de la vida familiar reflejan, como una caricatura en miniatura, las ideas ampliamente difundidas en el sistema capitalista, en su actual etapa de decadencia y también en las autonombradas "socialistas": Los varones adultos tienen que ser dominantes, la sexualidad de los niños y adolescentes tiene que se dominada; los padres, por ignorantes, fanáticos e intolerantes que sean, tienen que supervisar la moral de sus vástagos hasta, por lo menos, el final de la adolescencia, y los niños tienen que aprender pronto a someterse, a menudo, sin críticas a la voluntad de sus padres, con el fin de adaptarse a la sociedad actual, sea capitalista o socialista autoritaria, donde también deberán someterse sumisamente a las injusticias del autoritarismo.

El pedagogo alemán Schreber, afirmó que los padres de familia deben inculcar el amor hacia Dios, padre de la humanidad y el amor al padre, Dios de los hijos.

El Dr. Schreber pensaba que los padres debían restringir la libertad de sus hijos mediante severas disciplinas en aras de la salud; moral, mental y física. Creía que los niños son criminales o enfermos desde su nacimiento, o que con seguridad llegarían a serlo si no se les rescataba a tiempo. Proponía, entre otras medidas, que los padres se reuniesen, constantemente, con el fin de controlar mejor la conciencia de los niños.

Este pedagogo alemán, pretendía saber, como los conductistas, lo que es bueno, elevado, correcto y fino y lo que no es. En otras palabras se tomaba atribuciones de un Dios que guía a su pueblo elegido.

Schreber, como todos los maestros y padres autoritarios, luchaba contra la "mala" conducta infantil, que consiste en las manifestaciones naturales del niño. Luchaba contra la sensualidad y la sexualidad, la adolescencia, la blandura y la cobardía, pues según él, llevaba a los individuos a las depresiones, enfermedades mentales y suicidios.

Aplicando sus métodos inquisitorios-pedagógicos, (parecidos a los métodos fascistas), a sus hijos, logró lo que quería erradicar: la locura hizo presa de sus dos hijos y el suicidio fue la salida de uno de ellos.

Pensaba que el padre debe enseñar a sus hijos lo que es bueno y justo desde edad temprana. Los buenos hábitos según él, deben ser producidos y controlados por el padre. Acostumbrar a un niño significa programarlo para que obedezca, sumisamente, las órdenes de los padres, maestros, patrones y la clase dominante capitalista.

Educar un niño, según Schreber, significa imponer una regla sobre cada detalle de su vida, sobre cada pensamiento y actividad cotidiana del individuo, preparándolo así para que la ideología dominante y las figuras autoritarias, como los maestros, patrones, líderes sindicales y gobernantes, determinen su existencia alienada y neurótica.

La finalidad de este tipo de pedagogía autoritaria, propia del sistema capitalista, es la de lograr que el niño, y luego el adulto, sea un sumiso y obediente incondicional. Si llegara a surgir la desobediencia, deberá ser aplacada, mejor dicho aplastada, hasta convertirla en una toral sumisión, empleando, si fueran necesarios, los castigos corporales.

El psicoanálisis ha demostrado que los modelos de relaciones personales grabados en los niños, desde su tierna infancia, suelen permanecer para toda la vida. Los individuos repiten inconscientemente formas de relaciones sociales de sumisión a la autoridad, que le fueron programados desde pequeños.

Existe la paradójica situación que este tipo de pedagogía divide, aliena, enloquece al ser humano, al lograr que éste considere que su programación para la sumisión no le fue impuesta por unos padres y la clase dominante capitalista, sino que él, conscientemente, en "libertad", se programó a sí mismo.

12.- LA SOCIEDAD CAPITALISTA PRODUCE NEUROSIS Y LOCURA

La sociedad capitalista, bajo la cual arrastramos nuestra existencia, es una sociedad neurótica que produce neurosis a escala masiva y la fábrica de dicha personalidad es la familia.

Es tal la cantidad de neuróticos que arrastran su vida en el planeta tierra, que se ha llegado a pensar que los que sufren tal anomalía son sanos y normales.

Ahora bien ¿Cuál es el mecanismo utilizado por la sociedad para producir la neurosis?. El mecanismo según Freud se llama complejo de Edipo. Este complejo consiste en el deseo del niño hacia su madre y el odio hacia el padre. Para "superar" este complejo es necesario que el pequeño se identifique con el enemigo, es decir, querer ser como el padre neurótico, y cuando lo consigue se adapta a la sociedad.

Una vez adaptado será un neurótico más que reproducirá el sistema capitalista, no sólo en lo económico por medio de la plusvalía (trabajo no pagado por el patrón), sino por medio de su conducta sumisa y adaptada.

Después que ha aceptado el individuo su destino, ser ingeniero, médico, abogado, etc., el camino que recorre para lograrlo está lleno de buenos propósitos y carente de obstáculos.

En cambio el camino al cielo está lleno de espinas y se corre el peligro de ser diagnosticado de loco. Este camino lo eligen aquellos que deciden no aceptar la domesticación social.

En otras palabras, la sociedad capitalista produce masivamente neuróticos adaptados al sistema, disfrazados de sanos, pues para el capitalismo es sano aquel que produce ganancias y consume las mercancías veneno; así como asiste a la escuela, es asalariado, tiene una esposa, una T.V., unos hijos y, por lo menos, una amante.

Ahora bien ¿Cómo es producida la locura? Según los anti-psiquiatras, la psiquiatría es una ideología de la clase dominante, es decir, aquel individuo que no acepta esta sociedad neurótica, no produce ganancias, ni se casa por las 3 leyes, ni asiste a la iglesia, es clasificado y diagnosticado como enfermo mental, al grado de que se le confina en un manicomio con el fin de que su mal no contagie a los neuróticos adaptados.

En síntesis, este manicomio social que reproduce a la sociedad capitalista, solo será superado con la sustitución de esta sociedad enferma por una sociedad sana. Una sociedad realmente HUMANA, BASADA EN EL AMOR, LA LIBERTAD Y LA FELICIDAD.

La locura y la sociedad capitalista

La locura, como la neurosis, son enfermedades sociales producto de una sociedad inhumana, cuyo fin no es la felicidad ni la libertad del ser humano.

La sociedad capitalista y la sociedad burocrática, son organizaciones sociales neuróticas basadas en la explotación del hombre por el hombre. En una, la clase dominante detenta el poder político, con el fin de conservar y defender sus intereses. En la otra, la sociedad autonombraba socialista, que en realidad es un capitalismo de estado, el poder político se encuentra en las manos de una burocracia autoritaria que vive a expensas del trabajo de la clase obrera de su país. Desde la URSS, hasta Cuba, sucede este fenómeno político. En ambos sistemas la familia es la institución por medio de la cual se inyectan en la mente de los ciudadanos las ideas y la moral de la burocracia dominante. Los niños domesticados, son aquellos ciudadanos que en forma resignada y sumisa aceptarán todo tipo de injusticias que se cometa con ellos.

En otras palabras, los adaptados a esta sociedad enferma son aquellos individuos sumisos y neuróticos que con su trabajo incrementan las ganancias de los patrones y reproducen inconscientemente todo el sistema social que los produce como neuróticos.

Pero no todos se adaptan a este sistema, existe una minoría de individuos que no se resignan a ser domesticados y el castigo que reciben por no aceptar las normas existentes de la sociedad moderna es el de ser recluidos en esa cárcel especial llamada manicomio.

Ahora bien, existen dos tipos de manicomios, el que todos conocemos y el que se llama familia.

La familia, bajo el capitalismo y el socialismo burocrático, es el manicomio disfrazado de buenas palabras y es la institución en su rígida desnudez.

Patología de la cultura en las sociedades patriarcales

Desde el esclavismo hasta la actualidad, es decir desde el origen de la propiedad privada, las clases sociales, la explotación del hombre por el hombre, la formación del aparato de Estado, como instrumento de las clases dominantes, todas las manifestaciones culturales son en sí manifestación de la patología de sus autores quienes a su vez han tenido que sufrir para ser reconocidos por sus contemporáneos.

La mayoría de los grandes artistas han muerto sin haber sido reconocidos como grandes hombres.

Cabe agregar que la cultura universal desde su aparición hasta la actualidad, ha sido gozada por una minoría social; parte de la clase dominante y parte de la pequeña burguesía, la mayoría de la población trabajadora de la ciudad y del campo a lo largo de toda su vida y por generaciones ni siquiera saben de la existencia de Beethoven, Dostoyevski, Van Gogh, Miguel Ángel, Nietzsche, etc.

En cuanto a la enfermedad que han sufrido los grandes genios de la humanidad, han sido la neurosis y la psicosis.

Por ser las sociedades particulares de tipo neurótico en la que estos genios han existido, han sufrido neurosis, aunque exista un número de ellos que han estado en la psicosis y desde ella, o antes de llegar a ella, han producido sus obras maestras, como Holderling, Maupassant, Nietzsche, Van Gogh, etc.

Es necesario también agregar que Freud, el fundador del psicoanálisis, afirmó en sus libros que las obras de la cultura son como un sueño, es decir, son una realización alucinatoria de deseos reprimidos. En otras palabras la cultura realiza en la novela, la música, la pintura, etc., lo que el autor y sus lectores no pueden llevar a cabo en la vida real.

El porqué los grandes autores logran conmover a sus lectores, se debe a que sus obras hablan de un mundo que le está vedado a la mayoría de la población.

Igual que las telenovelas, la obra literaria, por ejemplo, hace vivir al lector una o muchas vidas de los personajes que le gustaría vivir en la realidad. Si la T.V. hipnotiza, la obra literaria nos traslada a un mundo ficticio en el que gozamos; la lectura también es una evasión, una locura que puede producir en nosotros una adicción parecida a la de las drogas o el alcohol.

Mientras la sociedad en que arrastramos nuestra existencia nos siga prohibiendo nuestros deseos y ansias de goce y de felicidad, continuaremos huyendo hacia ese mundo de fantasía, a ese país de las maravillas al que van todas las niñas carentes de amor y de cariño.

La cultura dejará de ser una evasión, un mundo de locura, cuando el mundo real sea un mundo basado en el amor, la libertad y la felicidad de todos los seres humanos de la tierra.

Carácter genital y carácter neurótico

EL CARACTE GENITAL.- Tiene un modo de andar ágil y firme, un trato directo y franco, una mirada clara y brillante, una voz cálida; es activo y eficaz sin ser agitado, considera los problemas son objetividad y realismo y se esfuerza por hallar soluciones racionales; si bien los tormentos de la culpabilidad casi no lo alcanzan, en cambio conoce la angustia y la inquietud, puesto que es sensible a las complejidades, a las dificultades, a las amenazas y a la riqueza de lo real, a las cuales se enfrenta con un espíritu crítico y creador, fraternal con sus amigos, ama a su mujer, goza con ella y la hace gozar apasionadamente sin sentirse con ello sometido al rigor monogámico; toda ley obligatoria y represiva le repugna y sólo reconoce la autoridad fundada en la razón; que el valor esté armonizado en el principio de AUTORREGULACIÓN; puesto que establece la supremacía de la inteligencia y la libre circulación de la energía libidinal; se opone ( con argumentos racionales y precisos alimentados por una curiosidad siempre despierta) a todas la empresas del misticismo, del mecanicismo, de la demagogia, de la rabia destructora (propia del fascismo), e impulsa sin exhibicionismo, en su práctica cotidiana, todo aquello que favorece la libertad, el amor, la alegría de vivir; su plenitud orgásmica y el rechazo moderado de los impulsos pregenitales (goce oral y anal) e incestuosos, alimenta, casi de modo espontáneo, las sublimaciones creadoras: sociabilidad abierta y positiva, vida cultural intensa, compromisos políticos REVOLUCIONARIOS….. autonomía, racionalidad, realismo, positivismo, intensidad; el carácter genital encarna para Wilhelm Reich el "equilibrio perfecto de la economía libidinal basada en su capacidad para la experiencia sexual plena".

El CARÁCTER NEUROTICO, puede describirse, desvalorizado como el negativo del genital. En el neurótico predominan las negaciones, las negativas, las denigraciones; los impulsos pregenitales e incestuosos son violentamente reprimidos y vuelven de modo obsesivo en forma de fantasmas que invaden y pervierten la actividad cotidiana, y en síntomas cargados de angustia; el yo, el ello, el super yó, forman una perpetua ronda de conflictos, fuentes de culpabilidad y de inhibición; tras la figura paterna, amantes, amigos o enemigos, se deslizan las imágenes de parentescos fuertemente cargadas de afectos; el sujeto evita la confrontación con el otro y con lo REAL y prefiere someterse servilmente al orden reinante (sumisión al orden autoritario capitalista); se abandona a impulsos místicos y al influjo de los jefes (en los que ve a sus padres autoritarios) y pronto los abandona; impotencia orgásmica y desequilibrio libidinal se expresan por medio de comportamientos estereotipados, compulsivos, impulsivos o rígidos, nerviosos o acompasados, resignados o reivindicados.

Reich también es claro cuando afirma que la mayoría de los hombres y mujeres que subsisten bajo el capitalismo autoritario, sufren de neurosis, pues es el carácter que requiere este sistema para poder continuar explotando a los trabajadores y oprimiéndolos políticamente.

Por esta razón Reich es muy consciente de que sólo los que posean el carácter genital pueden ser capaces de ser revolucionarios y luchar por una sociedad realmente humana que esté acorde con el cuerpo, los impulsos genitales, la naturaleza, y la Energía Cósmica Inteligente.

El mito de la sexualidad procreadora en el capitalismo

En el área de la cultura cristiana occidental, la moral autoritaria de la sociedad capitalista siempre ha intentado que la práctica sexual quede reducida a la mínima expresión, a lo imprescindible para la supervivencia. Por todos los medios posibles, de las más diversas formas y utilizando toda clase de argumentaciones (religiosas, filosóficas, sociales, científicas, psicológicas, legales, etc.) se ha tratado de que el sexo fuese identificado y calificado únicamente en su función reproductora o procreadora de la especie humana. En este sentido, la sexualidad ha aparecido como sinónimo de la anatomía y fisiología de la procreación del hombre.

La misma palabra "sexo", hasta hace poco tiempo resultaba par muchos supersticiosos, vergonzante o grosero. Por ello a menudo no se habla de Instinto sexual, se le denomina "instinto genético" o instinto de la generación. A este instinto se le concibe todavía de un modo finalista, utilitarista y hasta productivo, pero no se le mencionaba como un medio para alcanzar el goce y el placer sexual. Para la moral sexual predominante, el orgasmo no sólo no debía mencionarse, sino que hasta se concibe como una aberración sexual propia de las prostitutas y degenerados sexuales.

La ideología de la sexualidad como procreación es una idea deliberadamente represiva y moralista. Estigmatiza toda expresión sexual que no tenga como finalidad el nacimiento de un nuevo se, calificándola de perversa, anómala o degenerada. Considera a la vejez como asexuada. Y niega la sexualidad infantil, arrojada al silencio de la supuesta inocencia de los niños.

Sigmund Freud, fue el primer médico que, rompiendo abiertamente con la moral autoritaria, afirmó la existencia de la sexualidad infantil. Mantuvo la opinión de que el niño era un "perverso poliforme". Si la precocidad sexual no era un trastorno del desarrollo infantil, entonces todos los niños serían perversos y poliformes, ya que su sexualidad adopta múltiples formas distintas a la forma generalizada y procreadora, la única socialmente permitida por al moral antivida.

Los hallazgos de Freud, obtenidos a través de la técnica psicoanalítica en adultos, resistieron todas las críticas, y al final tuvieron que ser aceptados. Sin embargo todos los médicos conservadores, sacerdotes de la moral burguesa, siguen defendiendo la inocencia sexual de los niños "normales" o "sanos", quienes paradójicamente, por la represión sexual están domesticados y neurotizados por la familia autoritaria y la sociedad capitalista actual.

La "función del orgasmo" de Wilhelm Reich

Los trabajos de Reich, de su tercer periodo, están basados en su concepción global de la vida sexual y de la energía libidinal: el placer expansión como antítesis de la "formula del orgasmo", definida por un ritmo en cuatro tiempos, TENSION MECANICA –CARGA ELECTRICA –DESCARGA ELECTRICA –RELAJACIÓN MECANICA. Por consiguiente Reich se propone medir esas cargas y descargas eléctricas, examinar el papel desempeñado por los diversos estímulos, excitaciones y emociones en diferentes órganos y tejidos excitados, definir las relaciones existentes entre los fenómenos mecánicos y psíquicos concomitantes, poner a prueba sus proposiciones previas (surgidas de la práctica psicoanalítica y del análisis del carácter), acerca de la naturaleza y la función de la sexualidad y de la vida en general, determinar las eventuales vinculaciones entre el funcionamiento bioeléctrico de los organismos vivos y el universo, físico, etc.

En su libro: "LA FUNCION DEL ORGASMO", resume los resultados más significativos de sus investigaciones:

-La superficie de la piel, en condiciones normales se caracteriza por un "potencial básico" que representa el potencial biológico normal de la superficie del cuerpo.

-Algunas partes del cuerpo se distinguen por sus respuestas diferentes a las demás; son las "zonas erógenas", labios, lengua, palmas de las manos, pezones, lóbulo de la oreja, ano, pene, mucosa vaginal y, curiosamente, la frente (a la altura del "tercer ojo" de los lamas de Tibet).

El potencial de estas zonas, unas veces elevado y otras débil, permiten diferenciar a los sujetos desde el punto de vista vegetativo: sujetos rígidos y fríos, sujetos flexibles y libres.

Todo aumento de potencial en una zona erógena va acompañado por una sensación de placer: impulso, onda, calor, prurito o sensación de "fusión", a la inversa, disminución de potencial y disminución de placer van a la par.

-Los fenómenos de congestión o entumecimiento que afectan a los órganos y tejidos no provocan automáticamente sensación de placer; para que esta sensación sea perceptible es necesario que la congestión mecánica del órgano segregue un aumento de carga bioeléctrica, derivándose de esto la siguiente fórmula: LA INTENSIDAD PSIQUICA DE LA SENSACION DE PLACER CORRESPONDE A UNA CANTIDAD FISIOLOGICA DE POTENCIAL BIOLECTRICO.

-Para la mayoría de los biógrafos de Reich, este psicoanalista al dedicarse a la investigación de la energía de la vida y vincularla a la energía cósmica, cayó en la locura, pero en cambio para su biógrafo más serio profundo: Luigi de Marchi, Reich en su tercer periodo, llamado ergonómico por su investigación del Orión (energía cósmica), es la capa más brillante y genial donde Reich se desenvuelve libremente, pues al no tener a Freud, ni a unos burócratas autoritarios, que lo limitaran y reprimieran, pudo dedicarse todo el resto de su vida, día y noche, a la investigación de dicha energía.

Urge una educación sexual para adolescentes

Hace tiempo, la directora del "Centro de Orientación para Adolescentes", Anameli Monroy Velasco, afirmó que el 25% de la población mexicana tiene entre 12 y 19 años de edad, y de ese grupo muchos cuentan entre 15 y 19, que realizan ya relaciones sexuales ocasionando embarazos no deseados, enfermedades sexuales, abortos, matrimonios precoses, y madres solteras de corta edad.

La especialista aseguró que la sexualidad y el proceso productivo humano constituyen dos contextos educativos que debe se cuidados en nuestro país.

Declaraciones de este tipo deben ser tomadas en cuenta no sólo por las instituciones como la SSA, y el ISSSTE., y el IMSS., sino por las organizaciones de padres de familia, los maestros, los sindicatos, grupos políticos, etc.

En cuanto a los contenidos temáticos de educación sexual incluidos en los textos gratuitos, cabe señalar que sólo se refieren a la fisiología sexual y se encuentran cargados de ideología moral, en cuanto se considera a la sexualidad únicamente con fines reproductivos y no se indica que a nivel individual el objetivo es lograr el placer orgásmico.

Por lo que se refiere al Consejo Nacional de Población (CONAPO), es solamente un consejo de tipo consultivo, es decir, únicamente planea actividades, algunas de ellas llevadas a cabo con pocos recursos monetarios, que e tienen destinados para este fin.

Considero que la educación sexual masiva para los jóvenes es ya una necesidad nacional, no basta titular a 1985, como el año de la juventud, es urgente que iniciemos una campaña de educación entre todos los jóvenes mexicanos.

Para nadie es un secreto que la educación sexual errónea que reciben los jóvenes desde pequeños son la causa, no sólo de embarazos no deseados, abortos, enfermedades venéreas, SIDA, sino también es la causa de las neurosis, las psicosis y las perversiones.

El motivo por el cual no se llevan a cabo campañas de educación sexual, se debe al miedo que tienen los poseedores de las riquezas y detentadores del poder político, pues bien saben que la juventud es una bomba lista para estallar si se le proporcionan las condiciones de libertad suficientes como para que tomen conciencia de su potencialidad revolucionaria, potencialidad que ha demostrado su efectividad en el movimiento del "sexpol", movimiento de sexualidad política que estalló entre los jóvenes alemanes en los años 30 de este siglo, cuando W Reich, encabezó una lucha sexual de los jóvenes en contra de la moral sexual represora de las clases dominantes, movimiento que por cierto fue reprimido por la dirección stalinista burocrática del Partido Comunista Alemán.

Para una segunda edición de un movimiento sexual político los jóvenes mexicanos tienen la acción histórica.

 

 

Autor:

Humberto Escobedo Cetina

Partes: 1, 2
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