Además, la visión la distancia a través de los cuerpos opacos excluye la posibilidad del uso de los órganos ordinarios de la vista. Forzoso es, pues, si se admitía que en el estado de sonambulismo un sentido nuevo se desenvuelve, como sede de facultades y de percepciones nuevas, que desconocemos, y de las cuales no nos podemos percibir, si no por analogía y por el raciocinio. Como vemos nada de imposible hay en esto; ¿ms cómo siendo la sede de ese nuevo sentido? No es fácil determinarlo con exactitud. Lo mismo pasa en los sonámbulos proveen a tal respecto cualquier indicación precisa. Unos hay que, para ver mejor, aplican los objetos sobre el epigastrio, otros sobre la frente, otros obre la nuca el sentido de que se trata no parece, por tanto, circunscrito a un lugar determinado; es todavía cierto, que a su mayor actividad reside en los centros nerviosos,. Lo que es positivo es que el sonámbulo ve. ¿Por dónde y cómo? Es lo que ni él mismo no puede explicar.
"Notemos, que en el estado sonambúlico, los fenómenos, de la visión y las sensaciones que lo acompañan son, esencialmente diversos de los que se pasan en el estado ordinario, por lo que no nos serviremos del término "ver", si no por comparación y por no faltar naturalmente con que designemos una cosa desconocida. Un pueblo compuesto de ciegos de nacimiento carecen de una palabra para designar la luz y referir las sensaciones que ella produce a alguna de las que fuesen familiares por estar sujetos a ellos.
Alguien procuraba explicar a un ciego la impresión viva y deslumbrante de la luz sobre los ojos. Comprendo – dice el – es como el sonido de una trompeta. Otro, un poco mas prosaico sin duda, y cualquiera hace que comprendiese la emisión de los rayos luminosos en puñados de colores, respondió: Ah, si, es como un pan de azúcar. Estamos en las mismas condiciones, relativamente a la lucidez sonambúlica: somos verdaderos ciegos y del mismo modo que estos últimos con relación a la luz, comparándola al que tiene más analogía con nuestra facultad visual. Más si quisiéramos establecer analogía absoluta entre esas dos facultades y juzgar de una por la otra, forzosamente nos engañaremos, como los dos ciegos que acabamos de citar. Es ese el error de casi todos los que buscan deseosos convencerse por la experiencia: intentan someter la clarividencia sonambúlica a las mismas pruebas que la vista ordinaria, sin ponderar que entre ellas la única relación existente es la del nombre que les damos. De ahí como los resultados no siempre les corresponden a la expectativa, haya más simple negar.
"Si procedemos por analogía, diremos que el fluido magnético, diseminado por toda la Naturaleza y cuyos focos principales parece que son los cuerpos animados, y el vehículo de la clarividencia sonambúlica, como el fluido luminoso es el vehículo de las imágenes que nuestra facultad visual percibe. Ahora, así como el fluido luminoso torna transparentes cuerpos que la atraviesa libremente, el fluido magnético, penetrando todos los cuerpos sin excepción, torna inexistentes los cuerpos opacos para los sonámbulos. Tal la explicación mas simple y mas material de lucidez, hablando desde nuestro punto de vista. La tenemos como cierta, por cuanto el fluido magnético incontestablemente desempeña importante papel en este fenómeno; e ahí por lo tanto, no podrá elucidar todos los hechos. Hay otros que los abraza todos. Más, para exponerla, se hacen indispensable algunas explicaciones preliminares.
En la visión la distancia, el sonámbulo no distingue un objeto de lejos, como lo haríamos nosotros como el auxilio de una luneta No es que el objeto, por una ilusión de óptica, se aproxima de él, el es que se aproxima del objeto. El sonámbulo ve el objeto exactamente como si este se hallase a su lado; se ve así mismo en el lugar que el observa; en una palabra; en una palabra: se transporta para ese lugar. Su cuerpo, en el momento, parece extinto, la palabra le sale más surda, el sonido de su voz presenta cualquier cosa en singular; la vida animal también parece que se le extingue; la vida espiritual está toda en el lugar donde lo transporta a su propio pensamiento; solamente la materia permanece donde estaba. Hay pues cierta porción del ser que se le separa del cuerpo y se transporta instantáneamente a través del espacio, conducía por el pensamiento y por la voluntad. Evidentemente, es inmaterial esa porción; de no ser así, produciría algunos de los efectos que la materia produce. Es a esa partícula de nosotros mismos que llamamos: alma.
"es el alma que confiere al sonámbulo las maravillosas facultades de que el goza. El alma es quien dadas ciertas circunstancias, se manifiesta, aislado en parte y temporariamente de su involucro corpóreo. Para quien quiera que haya observado con atención los fenómenos de sonambulismo en toda su pureza, es patente la existencia del alma, tornándosele una insensatez demostrada ante la evidencia la idea de que todo en nosotros acaba con la vida animal. Se puede, pues, decir con alaguna razón que el Magnetismo y el Materialismo son incompatibles, si algunos magnetizadores se apartan de esta regla y prefieren las doctrinas materialistas, es sin duda que se han ceñido a un estudio muy superficial de los fenómenos físicos de magnetismo y no procuran seriamente la solución del problema de la visión la distancia. Como quiera que sea, nunca vimos un único sonámbulo que no se mostrase penetrada de profundo sentimiento religioso. Fuesen quienes fuesen sus opiniones en el estado de vigilia.
volviendo a la teoría de la lucidez. Siendo el alma el principio básico de las facultades del sonámbulo, necesariamente en ella es que reside la clarividencia no en esta o en aquella parte circunscrita del cuerpo material. Esa la razón por que el sonámbulo no puede indicar el órgano de esa facultad, como designaría los ojos, si se tratase de la visión exterior. El ve por toda su parte moral, esto es, por toda su alma, visto que la clarividencia es uno de los atributos de todas las partes de la inteligencia. Donde quiera, pues que el alma pueda penetrar, hay clarividencia; esa la causa de la lucidez de los sonámbulos a través de todos los cuerpos, sobre los mas espesos envoltorios y todas las distancias.
Una objeción, como es natural, se presenta a ese sistema y nos presenta la respuesta a ella. Si las facultades sonambulitas son las mismas del alma desprendida de la materia, ¿por qué no son constantes esas facultades? ¿Por qué algunos sonámbulos son más lúcidos de lo que pueden ser los otros? ¿Por qué, en un mismo individuo, la lucidez es variable? Se concibe la imperfección física de un órgano; más no se concibe la del alma. Esta se halla presa al cuerpo por lazos misteriosos que no nos fuera dado conocer antes que el Espiritismo hubiese la existencia y el papel del peri espíritu. Habiendo sido esa cuestión tratada de modo especial en la ""revista Espirita "y en las obras fundamentales de la Doctrina, no nos entenderemos aquí sobre ella, limitándonos a decir que es por nuestros órganos materiales que el alma se manifiesta al exterior. En nuestro estado normal, esas manifestaciones quedan naturalmente subordinadas a la imperfección del instrumento, del mismo modo que el mejor artífice no puede hacer obra perfecta con utensilios arruinados. Así, por muy admirable que sea la estructura de nuestro cuerpo, cualquiera que haya sido la providencia de la Naturaleza, con relación a nuestro organismo, para el ejercicio de las funciones vitales, por encima de esos órganos sujetos a todas las perturbaciones de la materia, de ahí la sutileza de nuestra alma. En cuanto, pues ella se conserva presa al cuerpo, sufre los obstáculos y las vicisitudes.
El fluido magnético no es el alma; es un lazo, un intermediario entre el alma y el cuerpo, actuando mas o menos sobre la materia es que se torna mas o menos libre el alma, donde la diversidad de las facultades sonambulitas. El sonámbulo es el hombre despojado apenas de una parte de sus vestiduras y cuyos movimientos son embarazosos por lo que el carece de de esas vestiduras.
Solamente cuando hayan sido alejados de sí los últimos restos de la ganga terrena, como la mariposa que abandona a su crisálida, se encuentra el alma en la plenitud de si misma y goza de libertad completa en el uso de sus facultades. Si hubiese un magnetizador bastante poderoso para dar libertad absoluta al alma, se rompe el liamen terrestre y la muerte inmediata se seguiría. El sonambulismo, por tanto, hace que pusiésemos el pié en la vida futura; surgió una punta del velo que se ocultan sobre las verdades que el Espiritismo nos hace hoy entrever. No la conoceremos, todavía en su esencia, sino cuando nos hubiéramos desembarazado de la cobertura material que en este mundo la oscurece".
No se debe aprovechar de la clarividencia de los sonámbulos para fines meramente especulativos, para satisfacción de nuestra curiosidad o para otros objetivos que no dicen al respecto al tratamiento y la cura de las molestias.
Es cierto que en las investigaciones en el interés general de la Humanidad jamás serian realizadas si ese precepto fuese absoluto., lo que impediría el avance en ese terreno y el posible descubrimiento de nuevos fenómenos. Mas para tales casos entregues a operadores experimentados y prudentes, cesa el rigor de la prohibición, desde que sean conscientemente observados los cuidados necesarios e imprescindibles para salvaguardar la salud del paciente.
Como quiera que sea, tengamos siempre en mente que la clarividencia del sonámbulo se manifiesta con mas precisión no prescribiendo para si mismo el tratamiento de que carece, la marcha de su molestia, las crisis que se verificaran y el tiempo de la cura.
Otros enfermos podrán valerse de la clarividencia del sonámbulo para tratamiento y cura de sus males. Para eso no habrá necesidad de colocar el enfermo en relación directa con el sonámbulo, a fin de obtener una consulta. Se utiliza por regla, objetos intermediarios, que sean de uso del enfermo, especialmente de una mecha de sus cabellos.
Los cabellos, principalmente, dice Bué (258), poseen la propiedad de conservar y manifestar, mejor que cualquier otro objeto, el estado patológico del enfermo; los cabellos, esos nervios externos, como les llama Louis Lucas, son efectivamente, nervios verdaderos acumuladores de la fuerza radiante; su calidad se modifica, al mismo tiempo que la irradiación nerviosa se trasforma con la edad, el sexo, el temperamento, la idiosincrasia, el estado de salud o de molestia, y puede decirse que las impresiones táctiles y olfativas, que ellas dan, se hallan en relación directa con la evolución física y psíquica del ser.
El sonámbulo, el cual se tome una mecha de cabellos procura primeramente formar una impresión por el tacto; manoseándolos, palpándolos, alargándolos en todos los sentidos; sometidos, en seguida, al examen del olfato: cerrándolos por mucho tiempo; y el olfato, ese sentido instintivo desenvolviéndolo en tan alto grado entre los animales, parece aquí por analogía, desempeñar en el estado primitivo que caracteriza el sueño magnético, una importancia especial.
CAPITULO IX
Núcleos en potenciación
Los núcleos en potenciación representan puntos agitados abarcando dimensiones superiores con relación a la materia, haciendo parte de la zona del inconsciente (zona espiritual) en región especifica (inconsciente pasado) son como unidades PSI. De variadas potencialidades en virtud de los grados evolutivos en que se encuentran. Esos grados estarían representados por las adquisiciones que las múltiples personalidades (cuerpo físico) pueden ofrecer a una determinada organización espiritual dentro de su vivencia evolutiva. De esa manera, a través de las experiencias, los núcleos en potenciación irían acumulando, con potencialidad, las aptitudes de las realizaciones que la vida pueda ofrecer.
Por la diversidad de experiencias los núcleos serian variables en potencialidades. En su conjunto representaría la propia energética psíquica espiritual, en una determinada gama vibratoria para que de ese modo, cada núcleo o conjunto de núcleos pueda tener su intima condición.
Los núcleos en potenciación de esa manera, podrían ser evaluados en fase de nuestras medidas mentales. Por lo tanto encontrándose en las áreas instintivas poco evolucionadas, o de algún modo sobrecargadas de experiencias negativas, serán fuentes de energía en fajas apartadas del bien y del amor. Todos ellos reflejarían sus impulsos en la zona consciente o humana, con el manantial con que se hallan arremetidas,
Frente a la posición psicológica del hombre de nuestros días, podemos anotar que los núcleos en potenciación mas carentes y menos evolucionados, son los que se reflejan con mayor insistencia en la periferia conciencial, todo por necesidades constructivas con la finalidad de afirmar la propia evolución; es el núcleo carente buscando ampliación de potencialidades. Todos esos núcleos estarían obligados, vibratoriamente, y aproximados por el parentesco primitivo
Esas "diminutas unidades" serían distribuidas por millones, en los campos del psiquismo profundo, por sus constantes formaciones, y representadas por aptitudes adquiridas e indestructibles; de ese modo haciendo parte del espíritu con su condición de inmortalidad.
Si fuésemos al caso de desear evaluar las estructuras de esas unidades PSI, podríamos decir, que en su constitución entrarían diminutos núcleos, en potenciación con el fin de sustentar el potencial energético. Es como si fuesen pequeños remolinos, unos dentro de los otros penetrando en grados dimensionales cada vez más afinados, en la medida que se acercasen del centro del núcleo en potenciación.
Toda esta energética seria atributo de dimensiones superiores a las conocidas es decir, de la cuarta dimensión, donde se encuentran los ritmos del sonido, de la electricidad, la luz, rayos Roentgen, etc., así, podríamos nombrar esa dimensión más avanzada como dimensión PSI, noi más la cuarta y si la quinta dimensión, donde los núcleos en potenciación tendrían el campo ideal de sus manifestaciones.
En el decir de P. Ubaldi: "No existiría ni cuarta ni quinta dimensión, y si dimensiones de una nueva estructuración, siempre con representaciones trina; Luego, la cuarta y quinta dimensiones harían parte de la primera y segunda posiciones del nuevo sistema.
Para entender los aspectos de sus posibles presentaciones podríamos decir que los núcleos en potenciación, en contacto entre los unos y los otros, unidos por hilos de específicas energías, típicos filamentos, tomarían la forma de un rosario donde las "cuentas" serían los propios núcleos en potenciación. Con eso, el filamento unificador de esos núcleos, enrollando sobre él mismo una verdadera madeja que constituirían un hilo sin fin. Existirían tantos puntos según fuesen las adquisiciones y experiencias incorporadas para las regiones espirituales, ampliando la "ilación" que también sería energía de aquella faja.
Esos núcleos tendrían en los genes cromosómicos las telas ideales de sus manifestaciones y el local por donde todas las experiencias de la vida psíquica fuesen absorbidas. De esa forma, los genes de los cromosomas y los núcleos en potenciación del inconsciente o zona espiritual, constituirían respectivamente, los puntos de llegada y partida de la vivencia energética PSI.
Figura I
Presentación esquemática de las expansiones energéticas del núcleo en potenciación.
Figura 2
Si procuraremos presentar otro aspecto del núcleo en potenciación que sería su estructura funcional, diríamos que ellos estarían constituidos con el tenor energético de las tres bases del inconsciente o zona espiritual (Ver figura No. l).
El inconsciente puro, el inconsciente pasado y el inconsciente actual. La figura 3 nos muestra el esquema del núcleo, en potenciación con sus sedimentos radiantes, por eso las vibraciones variarían de acuerdo con la posición en que se encuentra en las regiones del psiquismo profundo.
En el esquema de la mente humana (figura 1) la distribución de los núcleos por la zona del inconsciente pasado variaría de acuerdo con su propia carga energética. Los más evolucionados, es decir, los más bien constituidos en aptitudes estarían más en contacto con el inconsciente puro; los menos evolucionados, más pobres en adquisiciones, estarían situados en la parte más externa en contacto con el inconsciente actual. Con eso, su composición variaría de acuerdo con su situación.
Los que se encontraran más hacia la zona del inconsciente puro serían núcleos con mayor carga energética del inconsciente puro y, por eso, más evolucionados. Los que estuviesen más próximos del inconsciente actual serían los menos evolucionados, los más carentes, los más necesitados de construcción y, por lo tanto más afinados en vibraciones con la organización física como que allá buscando los campos de las experiencias.
Los núcleos en potenciación cuanto más hacia el centro del inconsciente, más quintaensenciados, más purificados, y cuanto más para la periferia, más condensados vibrando con la materia del cuerpo físico. Son esos núcleos más periféricos los que sustentaría la vida celular de la organización física por las telas de los genes cromosómicos ahora siendo influenciados y orientados por los más evolucionados, situados más hacia el centro del psiquismo.
Por todo, los núcleos en potenciación sería la verdadera estructura del psiquismo de profundidad, donde sus energías, coleccionadas en las experiencias multimilenarias, constituirían un campo vibratorio transcendiendo a la vida física.
Los factores y experiencias múltiples del medio externo, absorbidos sobre formas de aptitudes son como si estuviesen incorporados a sus fuentes de inmortalidad, prosiguiendo siempre un proceso evolutivo en la búsqueda de un amor integral, para representar mecanismos de constante relación cósmica
NÚCLEOS SEXUALES PSI: CORRELACIÓNADOS CON LA ZONA FÍSICA
Partiendo del conoBcimiento ya expuesto, que esa hipótesis de trabajo pueda ofrecer respecto a los núcleos en potenciación, podemos decir, que su estructura funcional se perdería en dimensiones superiores donde las energías del espíritu se extienden. Es claro y lógico que la zona consciente del intelecto humano queda absolutamente aislada (conscientemente), por no poseer elementos específicos que puedan detectar aquellos campos vibratorios superiores. Es comprensible también que los núcleos en potenciación puedan presentar variaciones de acuerdo con la región en que se encuentran y del sector al que pertenezcan.
Todas las actividades de la psiquis están en dependencia de la información de espesos campos del inconsciente pasado. Esta región del inconsciente presente un vasto y expresivo campo de actividades, donde podríamos anotar las variaciones de sus energías de conformidad de los núcleos en potenciación a los cuales pertenecen las fuentes mas próximas de la periferia.
Haciendo límites con el inconsciente actual, serian los campos de energías más condensadas, más afinadas con la materia. Las fuentes energéticas más intensas, que hacen límites con el inconsciente puro, serian de energías más quintaesenciadas y más evolucionadas, de manera a incentivar y orientar los campos más externos. Es en ese sector más interno (figura 2) acoplados a los campos del inconsciente puro, donde tendrían nacimiento dichas energías sexuales, por condiciones de impulsos creativos.
Los núcleos responsables por las fuerzas sexuales, ahora originadas en la vecindad del inconsciente puro, no quedarían limitados a esa región. Se sucederían en cadena hasta los limites del inconsciente actual, en adelante manteniendo los contactos de sus campos (figura 2). En esa posición, emitiría energías que vencerían las barreras del inconsciente actúa, para adaptaciones, con el fin de alcanzar la zona corporal en la afirmación del sexo al que pertenecen en determinada etapa palenginésica. Los núcleos en potenciación de esa categoría, en cuanto más se aproximen a la periferia próxima del inconsciente actual), serian más "personificados" y cargados de energías adaptadas a los órganos sexuales del cuerpo físico, quiere decir, que esos núcleos mostrarían la predominancia de la polaridad sexual que el cuerpo físico revela. Al paso que los núcleos más internos próximos al inconciente puro serian más "impersonales" con una carga de energía de mayor totalidad donde las dos fuerzas (masculina y femenina) se encontrasen ajustadas, como si estuviesen fundidas.
Frente a tal propuesta, se percibe que en cuanto más en el centro del inconsciente, más la fuerza creativa se revela en totalidad; en cuanto más hacia la periferia, se muestra con predominancia masculina o femenina. Ese campo energético espiritual o del inconsciente, presentándose ahora también como energía sexual, sería bien diferente de aquel que se muestra en los órganos genésicos de la región corporal.
Con esto, queremos decir que la energética sexual, cuanto más interna es más sutil, al punto de un esfuerzo de expresión, la denominaremos como energía supersexual; así hacemos diferencia de esa energética: Mientras más interna más incorporada y evolucionada presentando un máximo potencial, cuanto más externa, ya haciendo distribución a través del inconsciente actual para las células corporales, más dividida, caracterizándose más condensada y más afinada con la materia. Cuanto más interna, más presentan las fuerzas totalizadoras del sexo, en un verdadero bloque o conjunto, a punto de ser absolutamente "impersonal"; cuanto más externas más se expresa la fuerza sexual orientada en una de las posiciones del sexo (masculino o femenino); de ahí su personificación.
Esos núcleos en potenciación por la fuerza de irradiación, influenciarían sus estructuras vecinas destinadas a otros menesteres, es como si los núcleos en potenciación sexuales irradiasen un colorido específico e influenciasen a los demás con su propia tonalidad (figura 2).
En esa conceptualización de las energías del inconsciente (o espíritu), miramos y percibimos que los campos de las fuerzas sexuales serían bien expresivos y, en la zona consciente los más variados ángulos emocionales que se presentarían con colorido sexual por el envolvimiento de aquellas fuentes específicas de la propia alma, pero jamás siendo resultado de exclusivas actividades de los órganos sexuales de la organización física. Por lo tanto, no debe de haber confusión con las actividades sexuales ligadas directamente a los órganos sexuales y a las energías sexuales que poseemos. Así, ahora las actividades sexuales en la periferia sean orientadas por esas fuerzas del espíritu. Como esas fuerzas sexuales del espíritu, para las cuales preferimos la denominación "fuerzas creativas", bañan y envuelven las demás fuerzas de los múltiples e innumerables núcleos de potenciación del inconsciente pasado, muchas de las actividades del psiquismo pueden mostrar las influencias de aquel colorido. Es bastante común en las artes las influencias y segregación de esas energías, ligadas a los campos sexuales internos, a través de símbolos y variadas imágenes
Freud al percibir las fuerzas del inconsciente en la zona intelectual, que es la más periférica, sintió el colorido del componente sexual. Como analizaba el inconsciente en fase de organización física, igual con el resultado de ese trabajo consciencial solo podría haber tomado ilaciones psicológicas en esas zonas más condensadas, con símbolos más personificados y con exclusiva tonalidad de esa región. Por eso, vio el sexo en todo, por eso el sexo en periferia, o el sexo resultante del trabajo hormonal del cuerpo psíquico, creando a su psicología en esta faja con horizontes profundamente limitados.
El inconsciente para Freud, era consecuencia funcional de las unidades neuronales. Freud, realmente hace la abertura de los velos del alma. Muchos han buscado elevar esas posiciones ligadas al sexo, en cuanto que otros apenas exaltan instintos primitivos, sobresaltando erotismo con hipertrofia en la licencia, fundamentándose en gran parte en la fisiología de Marcuse. Jung, fue más lejos al percibir que más allá de las fuerzas sexuales, existían otros campos influyentes de las actividades psíquicas, donde los "arquetipos" serían las fuentes de origen de los mismos. Reconoció los valores de aquellos eventos y analizó las fuerzas del inconsciente en sus debidas posiciones al influenciar la psiquis consciente. Con su manera de ver sintió la dinámica del inconsciente como una totalidad (libido) con los arquetipos y símbolos y sus respectivas inmersiones en la zona inconsciente, inclusive, los de tonalidad sexual.
En la posición de las fuerzas sexuales existen, tanto en el campo masculino como en el femenino, las dos fases donde una de ellas es sobrepujada y envuelta. Jung, trae consigo, una profundidad del inconsciente, a su imagen femenina, como la mujer a su imagen masculina. Son como contrastes en equilibrio. Jung, llamó a la imagen masculina "animus" y a la femenina como "anima", como la mujer y su "animus". La fuerzas de manifestación de esas imágenes del inconsciente (contradictorias con la zona (consciencia), son inagotables y variables en tonalidades, y en las medidas de cada situación psíquica interna podrían revelarse a través de los sueños como proyección de esas imágenes.
La feminidad de la zona inconsciente del hombre, como la masculinidad de la zona inconsciente de la mujer se proyecta en la vida consciente común, en los cambios de humor, con los correspondientes a las fuerzas del inconsciente que representan. Así el "anima" sería, en el lenguaje de Jung, en el arquetipo del femenino como el "animus" y el arquetipo del masculino. En el "anima" en la que estaría la madre, la profesora, la estrella del cine, la presentación de una mujer ideal, los caprichos de expresión femenina; Todo eso, dependiendo de la fase de la vida en que el individuo se encuentra, por cuanto la proyección del "anima" estará relacionada con el andamiaje psicológico de determinada edad. Lo mismo para la mujer con relación al "animus" representado por el padre, el maestro, el héroe de los cuentos o del cine, por el atleta, etc., y los reflejos en las producciones artísticas.
Un caso de estudio interesante, a la luz de la psicología de Jung, es él celebre cuadro la Monaliza, de Leonardo de Vínci. La interpretación de la famosa sonrisa de la dama, La Gioconda, que no correspondería al modelo, si es que, realmente lo tuvo, sería reflejo del alma femenina "anima" del gran artista. En el pensamiento de Jung, cuando la mujer presenta tonalidad masculina como en la competencia de dirección a empresas, revelaciones típicamente masculinas, sería el efecto de su "animus" proyectándose en la tela consciente; su propia imagen de la zona inconsciente en el caso del hombre, la emersión de su ánima en la zona consciente resultaría en actitud de mayor sensibilidad, de fácil aceptación de ideas y también cierta sumisión en fase de determinadas situaciones. El hombre presentaría actitudes más delicadas, de ese modo con mayor sensibilidad.
Cuando esas fuerzas "animus" y "anima" están bien conjugadas son mediadores equilibrados y constructivos entre el inconsciente y el consciente. Y la naturaleza, tanto la masculina como la femenina, estará siempre buscando la parte complementaria para realizaciones y afirmaciones. Ese pensamiento de Jung ofrece una psicología dinámica más sustanciosa y mucho más lógica, las más antiguas filosofías presentarían esas energías del alma con su necesaria ambivalencia. La figura 5, constituye una de las representaciones más antiguas de la humanidad; de origen chino taigitú ha tenido innumerables interpretaciones, de ahí, la idea central de ese tipo de mándala que traduce dualidad en constante equilibrio. Podemos decir que son campos de polarizaciones opuestas con su habitual movimiento evolutivo; esto es, en la medida en que los instintos como fuerza del alma, fuesen madurando para situaciones más positivas, los torbellinos que constituyen sus campos vibratorios se irían perfeccionando y, consecuentemente también, las fuerzas sexuales que por ahí transitan.
La dualidad de esos campos, a pesar de su polaridad, no constituye una constante perenne, pero si un equilibrio buscando armonía en la propia razón evolutiva, de esa manera, la filosofía china denominaba una de las zonas como Yim y la otra como Yang representando las posiciones opuestas de la vida: En Yim estaría un polo de nacimiento (inicio de la consciencia), en Yang el camino de su expresión madurativa, de un lado la sombra, y del otro lado la luz, de un polo, el masculino, del otro polo el femenino.
Transfiriendo la esquemática para la zona del inconsciente espiritual, situemos en esos dos campos, respectivamente, la zona masculina y la femenina. Cada una de esas zonas posee en su camino una pequeña área del otro campo, para traducir la existencia de diminuta fuente de energía sexual opuesta (figura 3). Tanto la zona masculina como la femenina poseen en su seno con equilibrio armónico, pequeño campo sexual de otra polarización. Si el individuo fuere del sexo masculino posee más allá de su energética sexual de predominancia, una pequeña fuente de potencia sexual femenina, sin mayores influencias en su organización por sus limitados influjos.
Los que estuvieren en la faja femenina también presentarán una pequeña fuente sexual masculina limitada y como dominada. De ahí, se concluye que tanto los campos masculinos como los femeninos poseen dentro de su propio contenido, fuerzas sexuales opuestas, denominadas de esa manera. Esto quiere decir, que la zona en evidencia, masculina o femenina, mantiene la luz de su preponderancia, en cuanto que la opuesta queda como que temporalmente en la sombra, de esa manera con pequeños reflejos en los otros campos. Es en ese equilibrio de fuerzas que la evolución se va afirmando; en los casos de desvíos patológicos de esas fuentes habría desenvolvimiento de fuerzas incoherentes, cuyas reacciones que siempre muestran actitudes desarmónicas, visan, en último análisis, al restablecimiento de los contenidos del psiquismo de profundidad.
En nuestro concepto, sobre los núcleos en potenciación sexuales, parten las fuerzas totalizadoras del sexo, de acuerdo con la necesidad evolutiva de aquella etapa reencarnatoria, y de esa manera, podrían aparecer tanto en el hombre como en la mujer impulsos del sexo opuesto en tonalidades aceptables y comprensibles, en los casos en que no haya distorsiones enfermizas de esas energías del psiquismo, la expresión de la energética sexual estará siempre relacionada con el panorama evolutivo y la necesidad de vivencias conscienciales de la faja sexual de predominancia. Por lo tanto la oscilación sexual, entre sus dos polos, estará ligada a la posición evolutiva de cada ser, y a las variaciones que esas cargas específicas sufren en determinadas fases de la vida en el cuerpo físico, el respectivo caparazón psicológico que el individuo presenta.
Encontramos que Jung, por haber penetrado en el inconsciente con mayor profundidad que Freud y por las experiencias paranormales en que participó, debía haber concluido dentro del panorama científico, sobre la inmortalidad de los campos del inconsciente. Si llegó a esa conclusión no nos informó con precisión y apenas dejó filtrar en sus últimos conceptos algunos coloridos al respecto.
De todo, podemos concluir que Freud, abrió los velos del alma a los estudios universitarios. Jung, sondeó y evaluó muchos de los campos del inconsciente. Otros vendrán, con el fin de colocar en la psicología de nuestros días, la gran ecuación sobre inmortalidad y palingenesia.
Las fuerzas sexuales del ser, por los conceptos expuestos, existen tanto en el hombre como en la mujer, en el psiquismo de profundidad de manera doble, bisexual, e integrado.
A medida que nos aproximamos a la periferia de la estructura psíquica, esas fuerzas sexuales tienden a dividirse y a expresarse en la tonalidad de su propia necesidad (construcción evolutiva) en la zona consciente; por eso, en cuanto más hacia el centro del alma, o sea del inconsciente puro, es más unida, más integral, de carga bisexual completa. Si ajustáramos esos conceptos en un esquema de inmortalidad, al lado de sus construcciones en los movimientos reencarnatorios, comprenderemos el valor de la energética – PSI sexual en los mecanismos de la vida, más allá de explicarnos toda la fenomenología de la psicología dinámica, cuyos hechos están encarcelados en un caudal de explicaciones intelectuales sin un eje de pensamiento coordinador. El propio Jung, delante de las fuerzas evolutivas del inconsciente y en constantes renovaciones (reencarnaciones), creó el inconsciente colectivo para explicar el manantial pretérito que el hombre carga en su totalidad psicológica por no haber incorporado la idea de las renovaciones del YO, con las respectivas absorciones de experiencias que las reencarnaciones propician, tomó caminos de complejidad intelectual para poder sustentar la temática en cuestión, por haber percibido la voluminosa energía del psiquismo; se desprendió de los conceptos freudianos, y apenas abordaban los reflejos de esas energías en la tela consciencia en conformidad con la teoría de la sexualidad.
La doctora Nice de Silveira, en su libro sobre Jung y su Obra, hace una citación que transcribe: la noción de la bisexualidad de todo ser humano antes de ser aceptada por la ciencia, ya era una intuición antiquísima. La encontramos por ejemplo, en el mito de los andróginos, presentada por Aristófanes en el banquete de Platón. Los andróginos eran seres bisexuados, redondos, ágiles y tan posantes, que Zeus llegó a temerlos. Para reducirles las fuerzas los dividió en dos mitades: masculino y femenino. Desde entonces cada uno busca ansiosamente su mitad. El hombre y la mujer sufren ese mismo sentimiento, expreso por el mito de ser incompletos, pues la naturaleza del hombre presupone a la mujer, y la naturaleza de la mujer presupone al hombre".
Podemos decir que el espíritu hominal, posee en sus fuerzas PSI sexuales uno de los pilares de su propia evolución intelectiva y ética, por ser la consecuencia de adquisiciones multimílenarias y en constantes renovaciones para el burilamiento y armonía del Psiquismo. La meta a ser alcanzada, será siempre un nuevo tipo de conciencia. En cuanto el espíritu no se presente integrado en su doble fuerza sexual, exteriorizará siempre, en el proceso reencarnatorio, la posición que viene a exigir experiencias y vivencias en la zona física. Con eso, podemos aquilatar cual sea la posición sexual de los espíritus. Ellos poseen el potencial de esas energías de modo integrado en la bisexualidad, cuanto evolucionados; en los menos adelantados, las fuerzas estarán pendientes en la polarización masculina o femenina, con variaciones mayores o menores, en fase del grado evolutivo en que se encuentra.
Conviene referir que los espíritus, por su vestidura psicosomática, se presentan en las videncias comunes con aspecto de su última encarnación humana, y con eso traduciendo también, su polaridad sexual. Tanto los espíritus masculinos y femeninos se expresan e imprimen condiciones armoniosas con su posición genotípica, existiendo las variaciones de polarización del sexo, o así mismo la integración de esos potenciales por condiciones evolutivas.
Contingencias de ese orden pondrán decirnos que el sexo, masculino o femenino, es una disociación energética con finalidad de adquisiciones evolutivas. El espíritu, encarnado o desencarnado, presentará la potencia sexual, ahora masculina, como también femenina por encontrarse necesitados de realizaciones. Solamente los más evolucionados, por las aptitudes adquiridas, incorporarán en su esencia los dos factores, (masculino y femenino), para representar una unisexualidad por la bisexualidad madura en las etapas reencarnatorias.
Traducimos la totalidad dinámica del psiquismo como energética, originaria del inconsciente puro y en cuya zona más periférica, tomarían origen las raíces de las fuerzas sexuales (figura 2). Éstas, en esa región, representarían un campo de energías creativas, perfectamente nutridas y orientadas por el foco central del psiquismo (inconsciente puro) que a su vez, también se responsabilizaría por los demás núcleos en potenciación del inconsciente pasado. Los núcleos en potenciación ligados a las fuerzas sexuales del inconsciente (fuerzas creativas por excelencia) serían distribuidos por la orla del inconsciente puro y en cadena (figura 2), buscando el inconsciente actual; en los trazos de su pasaje dejarían su influencia por toda el área del inconsciente pasado y, lógicamente, del inconsciente actual.
El proceso evolutivo, auxiliando todos los campos de la vida, como también, recibiendo y comparando todo el producto de los trabajos y experiencias que la zona consciente puede desenvolver. Por lo tanto, no solo la corriente psíquica centrífuga (del centro para la periferia) a nutrir e influenciar los fenómenos vitales de la organización física, como también, la corriente centrípeta (de la periferia para el centro) al llevar todo el material desenvuelto y realizado en las telas conscienciales. Así, existiría un ciclo vital donde corrientes vibratorias de energías variarían de acuerdo con la faja que trasiga; Cuanto más a la periferia, más condensación y personificación, cuanto más hacia el centro más quintaesencia y más purificación.
Las fuerzas sexuales corpóreas, ya ajustadas, concurren para la manutención del equilibrio interno. Ese ajuste debe ser entendido de modo amplio, en el sexo bien conducido, es cuando la castidad con sentido y sublimación, son también posiciones creativas del alma. Las fuerzas resultantes de esos mecanismos de sublimación sexual, serán siempre aprovechadas en la ampliación de otras actividades del psiquismo, donde los sentimientos positivos, auténticos y más nobles se incorporan a sus resultados. Por lo visto, podemos decir que los núcleos en potenciación PSI sexuales, localizados en las fajas más periféricas del psiquismo (límites con el inconsciente actual), se expresan como fuerzas personificadas del sexo, masculino o femenino; cuanto más localizados en las vecindades del inconsciente puro, engloban las fuerzas bisexuales, buscando una totalidad, para representar una esencia creativa.
El espíritu o energética del inconsciente, en su parte central e interna, carga las potencialidades de los dos sexos cuyas irradiaciones, a medida que alcanza la periferia, van demostrando su polarización masculina o femenina, con todos los grados y variaciones posibles, de acuerdo con factores kármicos y de proyecciones reencarnatorias. De esa manera, los núcleos PSI sexuales en conformidad con los potenciales dinámicos con que carga, situarían la personalidad del individuo (zona consciente) en la faja de su necesidad evolutiva, para el lado masculino o en el lado femenino. Y dentro de esa faja, con las oscilaciones de mayor o menor masculinidad o feminidad.
La fuerza sexual naciendo en las vecindades del inconsciente puro, como potencia creativa del alma, presentaría en sus núcleos en potenciación una predominancia de fuerzas semejantes a las del inconsciente puro. Por lo tanto, irían sufriendo variaciones a medida que alcance la periferia límite con el inconsciente actual, es decir, el núcleo en potenciación en la vecindad del inconsciente actual que tendría predominancia sobre las fuerzas ahí existentes. En otros términos: los núcleos PSI sexuales más internos, poseerían mayor tenor de fuerzas del inconsciente puro (figura 3a) y como absorbiendo las tonalidades bisexuales. Los núcleos en potenciación sexuales más periféricos estarían con predominancia de fuerzas del inconsciente pasado y actual (figura 3b). Al traducir fuerzas más condensadas y direccionadas en los polos masculino y femenino, con sus diversos grados y variaciones, igual que con las fuerzas desarmonizadas en los casos patológicos.
CAPITULO X
Introducción a la medicina psicomagnética
Convenientemente aplicados, el Magnetismo, la Sugestión y la Acción Psíquica pueden producir un alivio en la mayor parte de las enfermedades psicosomáticas.
Antes de empezar a dar las técnicas operatorias, deseamos dar aquí algunas indicaciones generales.
En primer lugar, el magnetizador no debe considerarse un superdotado, que con unos pocos gestos y palabras le basten, para suprimir la enfermedad a excepción de la mediumnidad curativa, innata en algunas personas, que con imposición de unas pocas palabras, les es suficiente lograr éxitos, en la terapéutica psicomagnética. De otro modo, para restablecer la salud es indispensable un esfuerzo sostenido y constante, sobre todo, en el tratamiento de las enfermedades, que han llegado al estado critico, bien sea de carácter fisiológico o de influencia espiritual, "obsesión".
El magnetismo permite excitar el vigor de uno o varios órganos caídos, regula y desbloquea el aparato inmunológico, restaura el metabolismo y dinamiza los centros neurofluídicos o chakras.
La sugestión, aplicada en el estado de vigilia o de sueño provocado, tiene una acción muy profunda sobre todas las funciones, perturbaciones motrices, sensoriales, nerviosas y psíquicas. Por si sola puede realizar curas extraordinarias.
La acción del pensamiento movido por la voluntad puede realizar todo lo que el magnetismo y la sugestión sean capaces de obtener.
La combinación de los tres medios de acción citados, logrará siempre más, en el mismo espacio de tiempo, que uno de ellos aplicado aisladamente, y cualquiera, que sea el desarrollo psicomagnético de una persona, cumpliendo estrictamente las instrucciones detalladas que a continuación expondremos, por lo regular se llegará a un resultado satisfactorio.
ALGUNAS RECOMENDACIONES EN LOS PROCEDIMIENTOS HIPNÓTICOS
Nos proponemos en las siguientes páginas, dar nociones de la terapia psicomagnética, aplicando sencillamente, las instrucciones, el aprendizaje con perseverancia y tenacidad alcanzará éxitos en sus sanos propósitos.
El operador deberá evitar el pronunciamiento de largas y sofisticadas palabras decoradas, con una sofistica abstracta y rebuscada; sin embargo, habiendo realizado la entrevista previa para el análisis, conociendo algo de la cultura del sujeto, de sus inquietudes y problemas, es cuando podemos ordenar y armar los argumentos, las estrategias, estímulos y sugestiones apropiadas, para el caso a tratar.
La práctica de la experimentación constante crea la mejor actitud para el operador; desarrolla en él una calma imperturbable; una perfecta impasibilidad ante las demostraciones admirativas o críticas, con respecto a las ciencias psíquicas; una confianza justificada en la eficacia de los medios de acción psicomagnética y por encima de todo, la condición íntima, de que muchos estados fisicoquímicos son inmutables.
Cuando una persona conviene, a que con ella realicemos esta experiencia, de hecho, ha dado principio la influencia hipnótica.
El procedimiento a emplear con un sujeto que se dispone al proceso, bien sea a un médium o cualquiera de aquellos que hacen parte de la tipología más indicada para el asunto, se puede variar de técnica, si el caso lo amerita; pero si no se presenta renuencia o impedimento, es conveniente no hacer variación o cambio. La experiencia y la información recogida en la entrevista indicarán el mejor camino a seguir, y siempre será posible optar, por el que ofrezca menos molestia o perturbación para el sujeto, cuya personalidad debe tenerse, en primer término, como factor digno de respeto y comedimiento. La diversidad entre las personas con las que practica un hipnotizador, teniendo en cuenta la edad, carácter, criterio, o arquetipos, tiene que indicarle el camino de su actuación, para la cual le será muy útil tener nociones de psicología. Tanto el novato como el profesional, seguramente, no deben ignorar que nadie se prestará a ser hipnotizado si no está seguro de quedar exento de todo perjuicio, momentáneo o posterior, para lo cual, el que hipnotiza debe ser un modelo de pulcritud o por lo menos, no poseer una reputación que se pueda cuestionar.
Para obtener facultades de hipnotizador no es requisito indispensable exhibir una imponente prestancia física, académica, ni personalidad de renombre. Toda persona por modesta y humilde que sea, puede hacerlo si dedica sus estudios y experimentos a actuar con firmeza, tenacidad, fe, sinceridad y honradez.
Entre los recursos eficaces con que cuenta el hipnotismo, figura en gran parte la fascinación, pues ésta es una de las causas, que explica la posibilidad de que muchos sujetos puedan ser hipnotizados. A veces tiene más importancia saber abstenerse, de ensayar con aquellos que resultan renuentes o inabordables, entre ellos, los individuos manifiestamente obsesos, con rasgos paranoides, psicóticos, neuróticos o desequilibrados que de no haber sido tratados previamente mediante tratamiento psicológico y el recurso espirita, al llegar al trance hipnótico, este en su estado anímico, o influenciado por espíritus malhechores lo aprovecharían para desencadenar tendencias criminales, o simplemente, instintos perversos, escudados en una completa irresponsabilidad y cuya culpa vendría a recaer en el hipnotizador, aunque fuese solamente de manera indirecta. Caso parecido ocurre con los efectos de la embriaguez, y la drogadicción en la que el hombre rompe esquemas despojándose de los preconceptos, paradigmas, formalismos y todo aquello que forma sus arquetipos que se convierten en camisa de fuerza para actuar de manera consciente en estado de vigilia; pues en estos casos, quien le compromete en sus actos, es la subconsciencia, o sea, el ego en su legitimidad. Puede ser aprovechado por obsesores durante el trance, como vemos en tantos casos de delitos cometidos, sin que después del acometimiento el delincuente o poseso se logre recordar.
En la gran mayoría de los sujetos hipnotizados, es necesario que se hable como queriendo revelar ideas antes no expresadas y su válvula de escape es el palabrerío, por medio del cual se descargan emociones represadas.
Hablan pero sin esperar debate, ni siquiera un diálogo, porque no les hace falta un interlocutor, siéndole suficiente la asistencia de un oyente. Una sola pregunta del hipnotizador es suficiente para abrir un cauce que dé curso a sus ideas y sentimientos.
Los operadores novatos deben aprender a escuchar sin interrumpir, concediendo especial atención a todo lo que exterioriza el sujeto y que para él debe ser de importancia suprema, como supone lo sea para el hipnotizador. Éste, se abstendrá por el momento de cuestionar o corregir al sujeto, cosa que será recibida como una injerencia inoportuna o inadecuada, mereciendo inhibirla como tal.
Es de tener en cuenta que las sugerencias, cuestionamientos y adoctrinamientos, se deben aplicar en la fase pre-final de los procesos hipnoterapéuticos. Esto porque, aún bajo el estado hipnótico, el sujeto permanece consciente y por ello, todo lo que dice procede de alguna buena razón, expresando una verdad auténtica, aunque a nuestro juicio, tenga más apariencia de alucinación o espejismo, por lo antes dicho, jamás se debe impedir obstruir el curso de las ideas que vaya exponiendo un sujeto en estado hipnótico; porque su oposición podría ser tan sorpresiva, que pudiese llegar a despertarlo.
ESTÍMULO Y ENTUSIASMO
El estímulo, tiene que partir del hipnotizador y el entusiasmo tiene que anidar en el hipnotizado. Si éste se siente apreciado y comprendido cuando verbaliza sus emociones o sentimientos, durante su estado hipnótico, siente con agrado encontrarse en manos de un amigo personal, con el que establece la estimación recíproca, reconociendo su preeminencia como persona de más capacidad y experiencia, que le comprende, estimula y al que hay que obedecer, sin reparo, respetando fielmente sus indicaciones, que inicialmente no deberán ser incompatibles con las ideas y sentimientos, que el propio sujeto exterioriza al hablar.
Las frases que el hipnotizador debe emplear en prueba de agrado hacia la verbalización del sujeto, contendrán placeres y encomios, que promoverán su entusiasmo, así como su agradecimiento y que harán la sesión mucho más agradable veamos:
"sus pensamientos son geniales"
"es usted un admirable idealista"
"admiro la vivacidad de su ingenio"
"su locución es interesante"
""sus palabras me han deleitado"
"felicito a usted por su buen juicio"
"le escucho con atención y admiración"
Se recomienda intercalar, las sugestiones positivas, que hayan dado motivo a la sesión.
La civilización ha venido implantando, sólidamente, hábitos de una vida antihigiénica y desordenada, en el comportamiento mental y corporal.
Entre éstos, una alimentación arbitraria, en particular, que casi todos los que son lesionados, por afecciones crónicas conservan sus perturbaciones de la misma manera que las han creado.
Tratando las enfermedades por los medios psicomagnéticos hay que esforzarse por convencer al enfermo, para que haga desaparecer las fuentes de intoxicación que mantiene. Para esto, hay que emplear toda la influencia del magnetismo, de la sugestión y de la acción psíquica, con el objeto de someterlas costumbres de un enfermo a las leyes de la higiene psicosomática
CAPITULO XI
Objeto de la cultura psíquica
El objeto de la cultura psíquica es desarrollar los medios con los cuales podemos obrar con propósito deliberado en nosotros mismos, las personas extrañas, y la trama de los acontecimientos, que nos afectan. Es preciso, primero, tener conciencia de tales medios, resolverse a aplicarlos y por último, hacerlos intervenir y desarrollarlos de tal manera, que representen un papel tan importante, como sea posible, en el determinismo de nuestra existencia
La cultura psíquica interesa a todos los que están dispuestos a realizar un esfuerzo aplicado en las condiciones requeridas, para que tenga su máximo efecto. Con el designio de mejorar su salud, aumentar la resistencia de su organismo, obrar sobre sus funciones por autosugestión. de regularizarla impresionabilidad, sentimentalidad, impulsividad, memoria y las demás manifestaciones inconscientes, subconscientes, y colocarlas bajo la dirección de la idea reflexivas, del juicio y de la voluntad, de poder anular, si el caso ocurre, la influencia sobre ellos, de los otros considerados, individualmente del medio ambiente, del colectivo, con objeto de conservar la entera libertad de su pensamiento y de su acción De ejercer una influencia decisiva, predisponiéndoles en su favor de manera que con, especiales consideraciones y el aprecio de sus facultades, aptitudes, de su valor intrínseco, etc.
De saber en su esfera cómo inspirar los sentimientos y las ideas susceptibles. De orientar, últimamente, a los que han de interesarle. – De reunir la mayor suma de elementos de éxito o de resistencia a la adversidad. De efectuar un progreso continuo, acrecentando la extensión o el vigor de sus facultades y la amplitud de su inteligencia y sus medios de acción.
DETERMINISMO Y LIBRE ALBEDRIO
El ser humano, por un determinismo en el cual no se cree que tenga ninguna intervención, se encuentra colocado en condiciones de existencias programadas. Su estado psíquico, sus facultades, tendencias, aptitudes, su género de vida no dependen de la ley de casualidad, pues están estrechamente encadenadas con la ley de causa y efecto y de vidas pasadas. Así, los talentos y aptitudes son innatos en el inconsciente.
Las tendencias y los conceptos, en parte, son poderosamente influidos por el medio cultural e idiosincrásico que nos rodea; también, por la orientación recibida en la infancia y la adolescencia, por las impresiones impuestas, por los acontecimientos, etc. La cultura psíquica, además de la cultura Espirita, nos permite comprender en amplia medida la cadena de sucesos en nuestra vida, lograr diferenciar los que corresponden a la ley de causa y efecto y aquellos que provienen de la casualidad. Los acontecimientos negativos que provienen de la ley de causa y efecto, los evitaremos con el altruismo, el amor y el servicio; y los de casualidad, si es que así lo consideramos, los evitaremos con prudencia y sensatez, utilizando una directiva concebida tan libremente, como sea posible.
Es de aclarar, que aquello, que denominamos como casualidad, en cierto modo es pura utopía; pues si el suceso aparenta ser ocasionado por otras circunstancias consideradas ajenas a lo personal, tales como: El escenario, la época o cualquier otra aparente causa de uno u otro modo, es involucro kármico, puesto que todo cuanto existe en el universo se desarrolla dentro de esas leyes. . De ahí que el evangelio nos enseña, que: "ni la caída de una hoja de un árbol, Dios la ignora".
Principios generales- El primer paso que ha de darse es reducir en lo posible el instinto inferior, "ID" y en lo que se refiere a la vida psíquica, adoptando reglas, de donde resulte el equilibrio de las funciones orgánicas y la facilidad de su dirección. Esta regularización acarrea, en cierta medida, la del automatismo psicológico, de la impulsividad, impresionabilidad, intelectualidad, subconsciente e inconsciente; percepciones, memoria etc. Resulta de especial interés, para el sujeto que se somete a su propia influencia, comprender su finalidad, al menos en lo que se refiere al mejoramiento, de su conducta individual y los beneficios inherentes a la misma. Tales como, desechar vicios y malos hábitos, acrecentar la buena salud, vigorizar la energía física y estimular la capacidad intelectual. Una de las cosas que dan atractivo a la vida, es el disfrute de la influencia y la ilusión, que es un evidente factor de felicidad, puesto que, podremos dominar mediante las influencias y crear las ilusiones más gratas.
A cerca de la felicidad mucho se ha disertado y escrito, unos la fincan en la riqueza, otros, en la buena salud; los optimistas, en la buena suerte; los artistas, en la inspiración, los inventores, en sus novedades a veces útiles; los eruditos en la cultura; los religiosos, en la meditación; algunos políticos, en la gobernabilidad, sin embargo, con su demagogia y el ingenio para crear impuestos crecientes para disfrutarlos mediante la corrupción burocrática, mientras tanto el pueblo, condenado al lamento y la resignación.
La felicidad, es un estado de ánimo que se produce cuando todo sale bien. La riqueza, salud, inspiración, el fervor religioso, la ambición, el poder, etc., son influencias exteriores, que al obrar en nosotros, nos proporcionan, cada una, su cuota de felicidad y ensoñación.
La autosugestión asegura, poco a poco, la preponderancia de las ideas, sanamente deliberadas. Y coloca la voluntad bajo su dirección; tiene además, una acción directa sobre las funciones orgánicas, facultades, tendencias, costumbres y permite reeducar sistemáticamente él Ego y transformar la impulsividad, resultante del determinismo con un automatismo, según las deliberaciones así mismo razonadas. Todo eso, exige una serie de esfuerzos, comparables a los que efectúa un nadador para remontar la corriente de un río. La buena voluntad, pura y simple, permite siempre una tentativa de reacción, que sí es repetido, desarrolla el poder de voluntad, la energía moral y crea, poco a poco, la costumbre de mantener y de ejecutar sus decisiones.
La voluntad es el principal elemento de la influencia personal; merced a ella se consigue: aplicar con fruto las leyes de la sugestión, adaptándolas a la vida; obrar con ese juicioso espíritu de método y la fijación en las ideas, que dan siempre el éxito al menos en cierta medida, y reunir para la lucha y la resistencia, todas las energías y todos los medios de acción.
LA IDEA, EL CONCEPTO, LA REALIZACIÓN
Toda idea, ampliamente meditada, conduce a un concepto preciso, que en razón de las leyes estrechas de solidaridad, de lo moral y lo físico, obra en el organismo de igual modo, que en razón de la ley de asociación de las ideas. Dicho concepto modifica más o menos las tendencias, las inspiraciones que se elaboran en el subconsciente para luego sedimentarse en el inconsciente.
La cultura psíquica hace intervenir la idea que hace falta para modificar ventajosamente el determinismo. Al deseo de cambio psicofísico, de progreso, éxito, evolución, que la literatura espirita, se esfuerza en estimular, para crear en sí mismo el determinismo, confinado en dicho esfuerzo, por medio de la lectura, meditación, autosugestión, etc. El pensamiento es una verdadera potencia.
En el hipnotismo, los fisiólogos han tenido la prueba experimental de ésta potencia y que por sugestión se modifica la composición de la sangre; en las emociones violentas o curas operadas, por los efectos reflejos y vasomotores, con una profunda impresión, en el intelecto del enfermo. Algunos psicólogos saben de la importancia del papel de las ideas procedentes del exterior, sobre la mentalidad de los colectivos y de los individuos
Los psiquistas han impulsado el estudio del pensamiento, hasta sus efectos exteriores, hasta en su acción sobre las personas en quienes se piensa y varios de ellos, igual que los Espiritas, opinan que, nuestras actividades intelectuales, crean verdaderos agentes, cuyas influencias son actuantes en nosotros mismos, en los demás y en los acontecimientos que nos afectan.
ES NECESARIO HACER UN ESFUERZO
Existen individuos bien dotados los cuales un aliento innato ha hecho la vida fácil y válida; la mayor parte de las satisfacciones, por las que lucha la humanidad, piensan raramente, en la cultura psíquica. No experimentan el deseo de remontar la corriente. Su personalidad posee dos o tres buenos impulsos, cuya actividad les permite representar fácilmente, un papel bastante útil y simpático, para valerle una situación envidiable.
Están bien servidos, por sus facultades innatas; pero también le son estrechamente tributarios. No siendo unilateral la actividad de su "yo", su valor físico es débil o nulo, para todo lo que no se refiere al género de trabajo a que son predispuestas El artista, literato, ingeniero, médico, hombre de negocios, artesano dotado de facultades excepcionales para su profesión, por la misma facilidad de sus éxitos es incitado a una pasividad, de la que puede resultar golpes adversos y hasta el aniquilamiento de su valor. Para el uno, será una pasión psíquica o moral, que sórdidamente le domina y le conducirá a una condición mórbida; para el otro, una herida emocional, cuyo recuerdo desequilibrará para siempre su armonía interior, para el tercero, un fracaso financiero, imposible de rehacer, sin que ponga en acción cierta clase de facultades, que nunca pensó en desarrollar, etc..
Sin hablar de lo peor, vemos con frecuencia a un hombre notoriamente intrépido, esclavizado por un hijo (a) ; o un industrial de mérito, incapaz en su vida privada; un beneficiario de gruesa sinecura en el juego, que le devora cantidades exageradas de dinero; un artista que, por desesperación de amor, cae en la toxicomanía y se hunde física y moralmente; un individuo cuyos recursos disminuyen, atormentado día y noche, por la idea de tener menos lujos y menos satisfacciones de amor propio llegando a condenarse en el suicidio.
Consideremos cuánto más potente es la personalidad de otros individuos, tan bien favorecidos, como los anteriores, por facultades excepcionales que encontraron al principio de su vida, pero con serios obstáculos para el desarrollo de sus méritos y la expansión de sus talentos. Tuvieron que luchar. Han debido imponerse, no solamente con esfuerzos de trabajo, sin los cuales nadie llega a nada honroso, sino también con privaciones, que les revelaron su poder de dominio sobre sus apetitos y hasta, sobre sus necesidades. Debieron renunciar temporalmente a la mayor parte de las alegrías, disfrutadas por los jóvenes de su edad. Inquebrantables han tenido que resistir a los impulsos, que le conducían a dispersar sus energías y medios materiales, ignoraron la adulación y vanidad, alcanzaron una buena cuota de humildad, sin caer en el complejo de inferioridad. La medianía, penuria, oscuridad, no arruinan su vigor moral, evitándoles, por el contrario, esa multiplicidad de estados del alma, en que el hombre, incapaz de desprenderse de los lazos amablemente tendidos por la vanidad del colectivo, que derrocha estérilmente sus fuerzas.
La escasez de sus recursos, aislándolos de la multitud, le ha acostumbrado a extraer de ellos mismos sus inspiraciones, entusiasmos o estímulos. Son ahora fuertes porque saben que pueden sufrir la posibilidad de una desgracia, sucediendo a sus éxitos, no les atormenta; no llegarían a temerla, por haber ya combatido con ella. Y si les hiere o amenaza alguna aflicción independiente de su voluntad, le opondrán la lucidez, la serenidad y la rectitud de juicio, requeridas para evitarla, y si es posible, paliar los efectos a aceptarla, fríamente sin exagerar su importancia. Los que a la inversa de los anteriores, son generalmente guiados por la comprobación introspectiva de la insuficiencia de sus medios de acción. Algunos abordan la cuestión de una manera muy determinada, y sacan rápidamente, todo el beneficio posible.
Pero la mayor parte de ellos, ante el contraste de su debilidad y de la especie de Súper Hombre, que se les hace creer, enfáticamente, en los "cursos" usuales acaban por desconcertarlos y con mucha facilidad se dejan vencer por la tendencia a la inercia, que está en el fondo de nuestro ser, creyéndose incapaz del esfuerzo, exigido por la cultura psíquica.
Declaran que no tienen bastante voluntad; les rodean personas ejerciendo una acción disolvente sobre su escasa energía; que su nerviosidad les prohíbe toda sucesión en las ideas; que esforzándose en conservar, de propósito deliberado, tal o cal idea, les fatiga o les da dolor de cabeza; que su trabajo diario, adicionado con las preocupaciones en su vida privada, agota sus reservas psicofisiológicas y todo esto, es con frecuencia verdad. Persistimos, no obstante, en decirles: Haced un esfuerzo. Muy poca cosa, para comenzar, concede solamente algunos minutos de atención, reunid todos vuestros deseos de liberación, todas vuestras aspiraciones al crecimiento de vuestras fuerzas, todo vuestro impulso hacia las mejoras psíquicas, morales, y materiales, toda vuestra repulsa íntima contra las desarmonías que os estremecen, contara el dominio del más fuerte, contra el "fardo" aplastante que el destino ha colocado sobre vuestros hombros… Haced un esfuerzo, montad la corriente! Ensayad! No iréis, probablemente, muy lejos al primer impulso. Por muy lamentable que sea la persistencia en vuestros errores, habréis adquirido un poco más de fuerza, para la segunda tentativa. Volved a ensayar! No soltéis el objetivo, no lo abandonéis cuando vuestro deseo se debilite; cuando la energía se os agote y la inercia se apodere de vosotros, continuad pensando en la directiva del éxito y rechazad la enojosa tendencia a la renunciación.
Poco a poco, una nueva incitación a obrar, más vigorosa que las precedentes, os comunicará un nuevo impulso. Después de varias tentativas, se harán sentir los primeros resultados, aquí se os tiende, entonces, un nuevo lazo. De vuestra misma satisfacción nacerá un impulso a descansar en los laureles, creyendo la misión acabada. No os dejéis engreír, proseguid en vuestro empeño, y que la costumbre de un esfuerzo regular, sea en adelante la abalanza, que fije el período diario del descanso y de la actividad psíquica Para aplicar las indicaciones que van a seguir, los menos bien dotados no son, como se puede creer, los mediocres de que acabamos de hablar, si no, más bien los numerosos individuos, lo mismo, hombres que mujeres, cuyos ideales se formaría con bastante exactitud.
La idea de esfuerzo les parece dura de aceptar, con mayor motivo, teniendo en cuenta, que no equilibran de ninguna manera sus aspiraciones con sus facultades. Soñando con disfrutar de todos los placeres del encumbramiento, sin advertir la insuficiencia de sus medios actuales para conseguirlo. No queremos negar la suerte, no dada en un conjunto de casualidades, mal definidas, pero, quien puede enorgullecerse de captar esta locura? Nos parece bien, por otra parte, que el mejor recurso para seducir, sea obrar no contando con ella. Los contemplativos, las almas refinadas, los decadentes, deben determinarse, provisionalmente al menos, a realizar el esfuerzo voluntario. Así, lograran echar para adelante en la consecución de sus deseos, conservándolos si los obtienen, en medio de la competencia general y también, no embotar con abandono abúlico la facultad de sentir que les resulta tan preciosa.
Alimentación, Respiración, Equilibrio y Fuerza Nerviosa:
Con alimentación sana, correcta respiración, oxigenación suficiente de la sangre, es que se elabora y activa la circulación de esta última. Son las tres, condiciones principales del equilibrio fisiológico y de la adecuada potencialización de la fuerza psíquica y nerviosa comparemos ésta, a la electricidad necesaria al funcionamiento regular y potente del cerebro y del sistema nervioso.
La Respiración—Se puede considerar como un depósito donde reconsume parte de la energía nerviosa. Su papel indirecto sobre la fuerza nerviosa deberá estar presente en el
espíritu del debutante, hasta que se habitúe a lo aquí preconizado; airearse siempre ampliamente, preferir el frío ala escasez de aire, no cerrar nunca por completo la ventana de su dormitorio, caminar todo lo posible, salir a paseos en bicicleta, adquirir cuanto antes una posible sesión matinal de gimnasia respiratoria; es activar la respiración por todos los medios. Con la tentativa cien veces renovada, cuando se piensa rectificar la posición del busto, irguiéndose sobre los hombros, hará esta actitud habitual y continua.
Una aspiración completa, puede descomponerse en tres tiempos: hinchazón de la parte inferior del abdomen, extensión de las costillas y elevación de las cimas pulmonares. Es necesario respirar hacia arriba. Los sedentarios, cuyo trabajo habitual demanda atención sostenida que debilita el ritmo respiratorio, son los más llamados a compensar esa desventaja con la práctica moderada de un deporte, o por lo menos, con sesiones de respiración profunda, enviando el aire por encima de los pulmones. La tuberculosis comienza en las cimas. Saturar todo el parénquima pulmonar, de modo que el aire puro aumente, poco a poco, la robustez del aparato respiratorio. De éste modo, los flacos, los débiles, los que temen a los ligeros fríos, pueden llegar a ser resistentes.
Después, del esfuerzo inicial de selección en los alimentos y transcurridos varias semanas, su nuevo régimen, que no es en suma otro, que el seguido por usted actualmente, modificará su gusto y lo cultivara. En lo que se refiere a la respiración, cuando al cabo de una cena, aprecie sus resultados, reconocerá, que valía la pena. Lo mismo con la alimentación mejorada, creando la nueva costumbre impuesta al subconsciente, al automatismo que no exige más esfuerzos.
Por último, surgirá la insidiosa voz de la inercia diciendo: "No tengo bastante voluntad para aplicar todo lo que usted dice, es necesario estar enérgico" ¿quiere usted decir, que no experimenta la impulsión determinante, suficiente, para el esfuerzo que le proponemos? No es la voluntad lo que fracasa, es el impulso. Cuando el deseo de comunicar una noticia a uno de sus amigos, le impulsa a salir de su casa con objeto de ir a su encuentro, realiza usted un acto de voluntad.
Esta última facultad, se inclina del lado de la balanza, donde acaba de obrar el deseo más potente. En el ejemplo que hemos elegido, es el deseo de la aprobación, (vanitas vanitatum) el que entra en juego. Se pudiera citar, otros muchos casos demostrativos, de que posee usted la fuerza, energía, determinación, la voluntad, etc., para todo lo que le agrade. Su primer esfuerzo está bien indicado; en las horas de aburrimiento o desilusión, lea y relea las obras de cultura psíquica, los volúmenes sobre las diversas formas de triunfar en la vida, obras espiritas, las biografías de hombres enérgicos y sabios cómo Gandhi, Teresa de Calcuta y otros contemporáneos. Medite sobre su propio caso, penetrándose bien de la posibilidad que se le presenta, para tomar en sus manos el timón de su "yo" y asegurara su salud, sus potencias. Formará usted, de ese modo, los elementos del primer esfuerzo, de la primera impulsión hacia el nuevo estado de cosas que usted desea. La observancia del régimen alimenticio y de la respiración tiene, por primer efecto, el facilitar grandemente el poder del automatismo, de los hábitos intelectuales, de atenuar las tendencias, con el fin de dominarlas, de esclarecer el intelecto y de asegurar al psiquismo superior, la fuerza que dará potencia y vitalidad.
CAPITULO XI
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