Partes: 1, , 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
- Prólogo del Dr. Elio Gómez Grillo
- Introducción
- La situación actual del sector penitenciario Nacional
- La organización y gerencia del sector penitenciario
- Propuestas del Estado Venezolano durante los últimos 20 años para salir de la crisis penitenciaria
- De la responsabilidad de los funcionarios
- Propuestas del autor
- Conclusiones
- Bibliografía
Situación penitenciaria venezolana Indolencia, omisión, complicidad y corrupción Primera Edición
En particular los aspectos penitenciarios son complejos, su interpretación requiere de la cooperación de múltiples actores. En el curso de está investigación los aportes fueron significativos, por ello mi agradecimiento:
A la población reclusa de los establecimientos penitenciarios del País, en los cuales presté servicio y realicé observación de campo.
Al Personal Penitenciario que dignamente colaboró en el suministro de información.
A mis estudiantes y al Personal del Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios I.U.N.E.P., con quienes pude compartir parte de la experiencia.
Al Dr. Elio Gómez Grillo, por sus enseñanzas, por su motivación para comenzar el presente trabajo, y por tenerme siempre presente en las iniciativas que se emprenden a favor del Sistema Penitenciario nacional.
A quienes han contribuido significativamente en este trabajo y de múltiples formas en mi mejoramiento profesional.
PRÓLOGO
I
He aquí un libro que hacía falta en Venezuela. Este volumen cubre un vacío profundo existente en la bibliografía penitenciaria nacional. Porque a pesar de la inmensa gravedad del problema carcelario venezolano, son muy escasos los trabajos publicados en el país que enfoquen en toda su dimensión ese problema. Habría que citar como una excepción virtualmente singular las obras de Myrla Linares, "El Sistema Penitenciario Venezolano" y de Roberto Albornoz Berti, " Profilaxis y Terapéutica criminales". Del resto, pueden conocerse sólo monografías aisladas sobre determinadas parcelas de la situación reclusoria de Venezuela.
Esta obra de Henry Andrade es el fruto de una larga experiencia del autor en la función penitenciaria. En las páginas que siguen se ofrece una visión general y completa sobre nuestra situación carcelaria. El autor abre su trabajo con una referencia histórica y conceptual que comprende toda la temática básica de la cárcel. Nada importante se le escapa en este buen compendio, sobrio y exhaustivo, en el cual desarrolla desde los antecedentes legales hasta las consideraciones suficientes relativas al personal penitenciario, que es el eje de la buena marcha de una institución reclusoria. "Las cárceles son su personal y cualquier cosa más" es una expresión sabia que sintetiza la auténtica revelación del secreto del buen penitenciarismo.
En los capítulos que siguen, Andrade cubre todo el universo básico de la ecuación penitenciaria, iniciándose con cuadros que ilustran la situación cuantitativa del régimen carcelario nacional para el año 2003, con los comentarios debidos en referencia especialmente al hacinamiento. Semejante presentación en cifras y análisis posterior la hace del personal de vigilancia, sin olvidar el personal técnico y el administrativo.
En ese mismo capitulo I, en pocas páginas, Andrade penetra la cárcel y ofrece una enumeración juiciosa, enterada, de lo que ocurre puertas, rejas adentro, en las prisiones venezolanas. Sólo alguien tan "penitenciariado" como Henry Andrade, quien posee larga experiencia profesional en este menester, y por su capacidad interpretativa es uno de los pocos venezolanos que puede hacerlo. Es capaz de abordar dichos planteamientos con destreza y dominio.
Referencia especial merece también el desarrollo que en el mismo capítulo inicial ofrece el autor del aspecto más trágico del drama carcelario venezolano, como lo es la violencia, con su saldo permanente de una o más muertes y unos cuantos heridos diariamente. Allí narra Andrade la masacre de la cárcel de Sabaneta, en Maracaibo, ocurrida en 1994, en la cual murieron ciento ocho (108) presos, que es casi una tercera parte de los trescientos cuarenta y cinco (345) que ese mismo año de 1994 fueron asesinados en ese penal. Le correspondió a Andrade asumir la Dirección del establecimiento al día siguiente de la tragedia, la más grave de la historia de nuestro penitenciarismo y una de las más graves ocurridas en el mundo carcelario universal.
Es importante señalar la critica que el autor le hace a los Jueces de Ejecución de Venezuela, los cuales, escribe, "?tienen la obligación de supervisar el funcionamiento del régimen penitenciario, y según la Ley de Régimen Penitenciario son una instancia de apelación sobre las sanciones disciplinarias impuestas a los condenados; pero la experiencia nos indica -agrega- que estos Jueces en la mayoría de las oportunidades dan por cierta la información suministrada por las autoridades penitenciarias" (p. 95).
"El tratamiento de rehabilitación del recluso", que corresponde al Segmento 11 del mismo Capitulo I de la obra es, evidentemente, uno de los enfoques más interesantes de este libro, siendo como es, además, el aspecto más importante de la ciencia penitenciaria. De comienzo, Andrade ofrece una síntesis que merece destacarse, cuando afirma: que "En cuanto al objeto de estudio, hay un cambio de interés hacia la criminalidad.
En verdad, si la Escuela Clásica se preocupó por el crimen, la Escuela Positiva se ocupó del criminal y ahora, la Criminología crítica lleva el análisis hacia un tercer nivel, cual es el de la criminalidad?" (p. 102). Estupenda síntesis. En pocas palabras, está dicho mucho. Y esto lo complementa con una alusión a la legislación penitenciaria española referida a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias de ese país, cuyos objetivos principales, de conformidad con las recomendaciones del Consejo de Europa, son: "Asegurar unas condiciones de vida en la prisión compatibles con la dignidad humana; reducir al máximo los efectos nocivos del internamiento y asimilar lo máximo posible la vida en prisión con la vida en libertad, para potenciar la autoestima y el sentido de responsabilidad los reclusos; reforzar las relaciones de los internos con sus familias y con la sociedad en la actividad penitenciaria; y ofrecer al recluso la posibilidad de mejorar sus conocimientos y capacidades, así como incrementar sus posibilidades de reinserción en la sociedad al alcanzar la libertad" (p. 106).
Sobre "la creación y funcionamiento del Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios" (IUNEP), el autor desarrolla una magnifica exposición. Reconoce la majestad universitaria del IUNEP y condena el maltrato al que el noble Instituto ha sido sometido por el Estado Venezolano. Analiza la negativa oficial para emplear a los egresados del IUNEP, la campaña de descrédito que el personal viciado de nuestras cárceles ha emprendido contra el Instituto y la actitud perversa de ese mismo personal para lograr el fracaso de los funcionarios egresados del IUNEP. Andrade conoce muy bien el IUNEP, porque ha sido su profesor con nivel de excelencia y eleva su voz de protesta por los atropellos oficiales que ha recibido una institución que puede ser razón de orgullo para Venezuela.
Este libro concluye con las "Propuestas del autor". En esas propuestas demuestra Andrade su profundo conocimiento teórico y práctico en el tema que desarrolla. "El Sistema Penitenciario Venezolano -comienza diciendo- requiere urgentemente una total y verdadera reestructuración que signifique cambios profundos en el mismo; esto obviamente implica la participación de todos los actores involucrados en el proceso de Administración de Justicia y de la decidida cooperación del Ministerio del Interior y Justicia".
A partir de este comienzo, desarrolla todo un diseño de verdadera politica penitenciaria. Centra su pensamiento en lo que él llama la "adecuación del sistema penitenciario a las normas constitucionales". Coloca como ejes de ese lineamiento el artículo 272 y el numeral 7 del articulo 184 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y añade las medidas transitorias como la intervención del área de personal y la capacitación, el estudio de los programas de tratamiento al recluso, la intervención en beneficio de una mejor seguridad, y concluye hermosamente: "La tarea es ardua, pero sumamente necesaria; requiere de honestidad y valentía. El reto debe asumirse, como lo afirma Miguel Ángel Cornejo: "El futuro ha pertenecido y permanecerá a los soñadores. En la imaginación está la infinitud del creador".
II
Este libro lo ha escrito un hombre que posiblemente sea el venezolano que mejor conoce desde la integral perspectiva teórico-práctico, nuestro sistema penitenciario. Porque Henry Andrade, que es un Licenciado en Trabajo Social, egresado de la Universidad del Zulia, sabe mucho acerca del monstruo, ya que ha vivido en sus entrañas, como decía Martí. Dentro del monstruo inició carrera penitenciaria hace diecisiete (17) años, como humilde Vigilante Penitenciario en la Cárcel Nacional de Maracaibo, mejor conocida como Sabaneta. Allí ascendió a Asistente de la Consultoría Jurídica, a Consultor Jurídico (E), a Jefe del Departamento de Reeducación de Vagos y Maleantes, a Administrador, a Subdirector y por último, a Director. Y Director lo fue también del Internado Judicial de Coro, del Internado Judicial de Barinas, del Internado Judicial y Retén de Catia, del penal conocido como La Planta, también en Caracas.
Fuera de las cárceles, Henry Andrade ha sido profesor de Práctica Penitenciaria y Facilitador en los Cursos de Custodia Penitenciaria en el Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios (IUNEP); ha sido Asesor del Despacho del Defensor del Pueblo en materia penitenciaria; Director de Seguridad y Tratamiento Penitenciario y Presidente de la Fundación para el Desarrollo de los Servicios Penitenciarios del Estado Miranda (Funsepem), y pare Ud. de contar.
Impresiona el currículo de penitenciarista de Henry Andrade. E impresiona el libro que acaba de escribir. Porque es, evidentemente, un libro único en Venezuela, como solo lo podía hacer quien ha pasado casi la mitad de su vida entregado a la devoción penitenciaria y al estudio y meditación sobre esa devoción.
Quien lea esta "Situación Penitenciaria Venezolana", cuyo titulo se complementa con cuatro palabras absolutamente veraces por aplicables, que ya lo muestran todo: "Indolencia, omisión, complicidad y corrupción", se enterará exhaustivamente del problema de las cárceles venezolanas presentado con saber y coraje.
Bienvenidas sean estas páginas que les enseñan a los venezolanos los motivos y los alcances de un drama que estremece al país y nos cubre de tristeza y de vergüenza a todos los hijos de esta tierra.
Elio Gómez Grillo
INTRODUCCIÓN
Desde hace bastantes años; más de cuatro décadas, Venezuela vive una realidad carcelaria profundamente deteriorada, la cual resulta imposible ocultar. Sobre éste fenómeno social, han investigado y escrito abundantemente diferentes estudiosos, tanto en nuestro País, como en otras partes del mundo, de allí la universalidad del conocimiento.
Precisamente esas referencias, sirven de motivación para tratar de investigar sobre la forma como las variables interactúan y producen los fenómenos en el contexto penitenciario local. Sobre el particular existen múltiples estudios realizados por personas que evidentemente se han preocupado por la situación, aportando nutridos conocimientos sobre la materia que hoy día son de vital importancia; puesto que, reflejan una serie de condiciones que han existido en el tiempo y que subsisten en la actualidad.
Lo que se expresa en el contenido de este trabajo, representa los resultados de una larga vivencia en el quehacer penitenciario. Se sustenta en la revisión de los planteamientos de algunos teóricos que guardan relación con los diferentes tópicos que se abordan; pero sobre todo en la observación directa de los hechos.
El interés del autor se centraliza en aspectos prácticos de la realidad, referidos a la forma como los fenómenos se reflejan en el funcionamiento carcelario; entre otras cosas, porque la información en gran parte es el resultado de años de observación, participación e implicación directa en variados asuntos de la administración penitenciaria nacional.
Se ambiciona, que los resultados de este trabajo, de alguna manera pudieran servir de referencia y contribuir, por una parte, con quienes en el futuro decidan estudiar la temática, y por otra, como una reflexión para las personas que en la actualidad tienen la responsabilidad de ser actores directos en la situación penitenciaria y, en cierto modo, para actualizar un poco la información al público sobre el tema, considerando que existen investigaciones similares a las cuales se cree necesario dar continuidad.
La investigación refleja información obtenida de los autores de los hechos, lograda a través de entrevistas a funcionarios y reclusos, y del observar durante muchos años el origen y consecuencias de forma directa de múltiples y complejos acontecimientos, aún así, en oportunidades resultó difícil ó imposible obtener algunos datos.
La experiencia se ubica en un lapso de tiempo que comprende un periodo entre los años 1.988 y 2.004. En la población objeto de estudio se incluye los reclusos de gran parte de los centros penitenciarios venezolanos dependientes del Ministerio del Interior y Justicia, funcionarios de ese Ministerio dedicados al sector carcelario y de otros organismos oficiales, con quienes se ha tenido contacto, derivados de la característica común de participar directamente en el asunto por razones laborales.
En el contenido se exponen pormenores relativos al funcionamiento no sólo del área de prisiones; también se aborda la forma como operan varias instituciones que de diferentes maneras forman parte de la Administración de Justicia en Venezuela, donde se profundiza sobre la relación de la actuación de éstas con los hechos que ocurren en el Sistema Penitenciario.
Se abordan situaciones que en el pasado y el presente se destacan en el acontecer penitenciario nacional, haciendo una somera revisión histórica de sucesos de importancia y de aspectos actuales del funcionamiento, ello con el propósito de compilar información y hacer aportes que pudieran servir en el futuro, al momento de pretender los cambios que el sector requiera.
A tales fines, se efectúa una revisión sobre una serie de elementos que forman parte del funcionamiento carcelario, haciendo especial énfasis sobre la estructura del sistema, las desviaciones en cuanto a la misión y objetivos institucionales; las implicaciones con otras dependencias oficiales que tienen responsabilidad en la Administración de Justicia y, sobre todo, cómo las desviaciones inciden en las violaciones a los Derechos Humanos de la población reclusa.
La presentación se realiza a través de cinco capítulos donde se desglosan progresivamente aspectos de la realidad abordados. El capítulo I hace referencia a la situación actual de sector penitenciario y, esboza una pequeña reflexión teórica que conceptualiza variables que permanentemente están presentes en la investigación.
En ese mismo capítulo, se realiza una reseña histórica sobre normas legales que progresivamente se han acordado en la materia penitenciaria, además de hacer una explicación y análisis minucioso sobre el funcionamiento de gran parte de las áreas y servicios que funcionan en las cárceles del País, donde se puntualiza sobre el estado y manera como se materializa la prestación de esos servicios a la población reclusa y las limitaciones que sufren.
En el transcurso del trabajo se reitera permanentemente sobre tales limitaciones debido a la incidencia que producen en la mayoría de las áreas de funcionamiento.
El segundo capítulo, se refiere a la organización y gerencia del Sistema Penitenciario, en el cual se hacen algunos planteamientos teóricos y se efectúa un análisis sobre la realidad gerencial, sus desviaciones y limitaciones, dada la relación que ésta guarda con el funcionamiento apropiado ó no de cualquier organización.
El capítulo tres, contiene una breve descripción de las iniciativas más resaltantes asumidas por el Estado Venezolano y diferentes actores, para mejorar el funcionamiento del Sector Penitenciario. Esta se fundamenta en documentos que se han recabado en el tiempo, y en la participación del autor en múltiples eventos que se han venido desarrollando para buscar la superación de la problemática.
En el capítulo cuatro, se reflexiona sobre la responsabilidad de las diferentes instituciones que forman parte y están vinculadas con la Administración de Justicia en las desviaciones que ocurren en el Sistema penitenciario Aun cuando pareciera repetitivo porque en gran parte del trabajo se hace alusión a la responsabilidad, se estimó pertinente puntualizar en ese aspecto, por representar una variable cuya incidencia genera diversas consecuencias en el sector.
Para finalizar, el capítulo cinco contiene algunas propuestas de solución ó abordaje que el autor hace sobre las diferentes desviaciones observadas en el funcionamiento institucional, tanto a corto, mediano y largo plazo, donde se considera una etapa transitoria para atender la crisis y las necesidades organizativas, y otra de largo plazo, que sugiere algunos elementos para la transformación penitenciaria con basamento en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. El mismo capítulo contiene las conclusiones y aspectos bibliográficos.
Como se dijo, el trabajo corresponde a una investigación de largos años, en razón de que el autor cumplió funciones como empleado del área penitenciaria, donde prestó servicios como: Vigilante Penitenciario, Asistente Jurídico, Consultor Jurídico encargado, Trabajador Social, Sub Director de Cárcel, Administrador, Director de Cárcel (Maracaibo, Barinas, La Planta, Falcón, El Reten de Catia, etc.), actividades de reseña, Interventor de Cárcel; Docente en las asignaturas de Practicas Penitenciarias y de los cursos para custodia interna, en el Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios (I.U.N.E.P.) y Asistente de la Dirección General de Rehabilitación y Custodia, además, Director de Seguridad y Tratamiento Penitenciario y Presidente encargado en la Fundación para el Desarrollo de los Servicios Penitenciarios del Estado Miranda (FUNSEPEM) dependiente de la Gobernación de ésa Entidad Federal; Director de Ejecución de la Defensoría del Pueblo y Asesor del Despacho del Defensor del Pueblo en la materia penitenciaria.
Esta experiencia laboral, permitió el acercamiento a la problemática, obteniendo una vivencia directa. Contacto durante muchos años con las necesidades del preso; protagonista de luchas por los derechos de los reclusos. Se pretendió hacer cosas buenas, en un contexto de ensayo y error.
El manejo de la tragedia penitenciaria no puede hacer perder la sensibilidad, hay que tratar de continuar en lo posible haciendo aportes, considerando que los reclusos mantienen la esperanza. Tal como lo afirmara Thales de Mileto. "La esperanza es el único bien común a todos los hombres: los que todo lo han perdido la poseen aún."
CAPÍTULO I
LA SITUACIÓN ACTUAL DEL SECTOR PENITENCIARIO NACIONAL
1.- GENERALIDADES
La razón de ser del Sistema Penitenciario debería responder, en principio, a la aplicación o ejecución de un programa enmarcado en una política criminal seria, objetiva y moderna, que facilite al Estado la aplicación de medidas de tipo preventivo y penal destinadas a llevar la criminalidad a límites tolerables.
Esto permitiría evitar que los comportamientos considerados como antisociales, perturben el nivel y calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos, garantizando así el mayor bienestar posible, lo que implica, la determinación de medidas extrajudiciales de corte preventivo, normativas y medidas penales que en definitiva respondan a una política social general.
Lo deseable sería, que la utilización de medidas penales por no ser las más adecuadas para reducir la delincuencia, se constituyeran en la última alternativa, y decididamente se abordaran las causas del delito en su origen; como lo es la problemática de la pobreza, el desempleo, el acceso a la educación, la vivienda, la salud, la recreación, la cultura, el deporte e inclusive el acceso a una Administración de Justicia oportuna; variables que influyen significativamente en la conformación del sistema de valores de las personas.
La prevención, entendida en un sentido amplio, persigue evitar la ocurrencia del delito con cara al futuro, por intermedio de todos los programas de atención a la comunidad en las materias de salud, empleo, educación, recreación, cultura, deportes, vivienda y otras medidas de carácter profiláctico. Es por todos conocido, las grandes limitaciones que actualmente existen en materia preventiva, comparable con lo que se observa en la mayoría de los países calificados como del tercer mundo.
El liberalismo y hoy día la globalización aceleran el empobrecimiento de la mayoría en beneficio de pocos, y profundizan la limpieza de clase utilizando la cárcel como mero instrumento de exclusión. Se manifiesta claramente la sustitución de lo preventivo como principal acción para generar bienestar social, por lo represivo, donde se impone la intolerancia del Estado, el terror policial y el rigor penal frente a la pobreza, de lo cual no escapa la población desposeída de los países más ricos y avanzados.
Las medidas penales responden a la acción represiva del Estado frente al comportamiento tipificado como antisocial en la legislación penal. Se instrumentan a través de los órganos policiales y de investigación criminalistica en principio, con la participación de la Fiscalía del Ministerio Público, los Jueces de Control, Juicio y Ejecución, para culminar con la intervención del Sistema Penitenciario, que en el caso venezolano debe atender imputados y condenados, representando éste sector el último eslabón de la cadena, pero el más hipertrofiado.
Asumiendo una visión positivista del asunto del delito, en su estudio, origen y formas de control, el Estado tiene la responsabilidad de facilitar los servicios penitenciarios que sirven de estructura para el control, el aislamiento y la ejecución de las penas, incluyéndose en el caso venezolano la atención a imputados y condenados.
Estos servicios suponen como fin principal el tratamiento, la reeducación, la rehabilitación y futura reinserción social, cuya eficacia y eficiencia dependen ciertamente de la inversión estatal, su organización, la infraestructura, los recursos humanos profesionales, el marco regulatorio de funcionamiento, y la planificación y ejecución del plan de acción enmarcado en la política penitenciaria nacional.
El conocimiento de la situación requiere de la revisión en el pasado y el presente, de múltiples variables que pretende abordar este trabajo.
Preeliminarmente pudiéramos decir, que la situación penitenciaria venezolana se presenta sumamente compleja y violenta, evidenciando el fracaso de los diferentes actores responsables de la Administración de Justicia y como consecuencia la flagrante violación de los Derechos Humanos de las personas sometidas al régimen penitenciario. Así lo han venido reseñando por muchos años los medios de comunicación, al igual que algunos actores en el pasado y en el presente.
Para el año 1.997, Torrealba, afirmaba "la situación que se está viviendo en los Centros de Reclusión se nos presenta como una bomba de tiempo, que en varias ocasiones ha tratado de estallar, pudiendo hasta ahora ser controlada la situación; pero con resultados sumamente penosos, ya que se han perdido muchas vidas, y quedará en nuestra conciencia la duda de saber si se trataba realmente de personas responsables del delito que se les imputaba, además que después de ocurrida sus muertes el único camino que tienen los administradores de justicia es declarar terminada la averiguación por extinción de la acción penal o sobreseer la causa."1
En enero de 2.002, la Dra. Gloria Lizcano, médico voluntaria durante varios años, exdirectora del Internado Judicial de Falcón y del Instituto Nacional de Orientación Femenina INOF, actualmente Directora del Anexo Femenino de la Cárcel Nacional de Maracaibo, afirmó:
" Venezuela vive hoy la más severa crisis que en el orden Social, Etico, Político y Moral que se recuerda en la era democrática. En el sector penitenciario es donde más repercute negativamente ésta crisis, toda vez que históricamente el presupuesto para el área ha sido deficitario y últimamente, con el recorte presupuestario, las posibilidades de atender a éste sector de la población que ha perdido su Libertad pero no sus derechos fundamentales, son casi nulas por no decir ausentes.
Cuando la Constitución consideró la gama de Derechos Sociales de los cuales disfrutarían todos los habitantes de la República, no hizo discriminación alguna, por el contrario prohibió hacerlas en función del Credo, Raza, Sexo ó Condición Social. De eso se desprende que las personas detenidas tienen derecho a disfrutar de un ambiente sano, al trabajo, a la educación, entre otros. De allí que al no existir restricción en la Ley para los reclusos, debe prestárseles una Asistencia Integral completa para así poder soportar los rigores de la Prisión?"
Estas apreciaciones, hechas por actores directos en la Administración de Justicia y operarios del Sistema Penitenciario, llevan a la reflexión sobre la crisis que vive el sector y remiten a la necesidad de atenderle adecuadamente en tiempo perentorio.
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