Análisis traductológico de español a inglés del término "huevón" y sus derivados
Enviado por Yessenia Rodríguez
- Resumen
- Introducción
- Marco teórico
- Traductología
- Procedimientos técnicos de traducción
- Chilenismo
- Escatolalia
- Origen morfológico
- Objetivos
- Metodología
- Corpus
- Análisis y discusión de los datos
- Conclusiones y proyecciones
- Referencias bibliográficas
- Transcripción de la muestra
Weón
– sustantivo [gwe´on]
-a, -es, -as, -ao
Weón puede ser usado para diferentes weás y es la única palabra weona que puede colocarse en cualquier lugar de una frase por puro weiar y no parecer un aweonao por decirla.
(Anónimo)
El objetivo de este trabajo es analizar desde un punto de vista traductológico el término huevón y sus derivados en la novela chilena Mala Onda del escritor Alberto Fuguet y la versión en inglés Bad Vibes de Kristina Cordero. Al comparar ambas versiones fue posible identificar la frecuencia de uso del término huevón y de sus derivados, funciones, sentidos, además de los procedimientos técnicos de traducción. Se consideraron los aportes de Cosme Portocarrero (1999), la función de enfocador de la alteridad de Darío Rojas (2012) y la clasificación de los procedimientos técnicos de traducción de Amparo Hurtado (2001). Los resultados arrojaron que no existe una forma recurrente de traducir este término, pero en la versión en inglés destacan "guy", "asshole" e "idiot". La función de proximidad es la que presenta un uso más frecuente en español. Además, huevón tiene un sentido mayormente positivo en la versión en español, pero en la versión en inglés es neutro, aun así se traspasa de forma efectiva el sentido de huevón, aunque con ciertas pérdidas. Por último, el procedimiento técnico más usado es la modulación.
Palabras clave: huevón, alteridad, coloquialismo, marcador discursivo
Abstract
The aim of this research is to analyze how the word huevón and its derivatives in the Chilean novel Mala Onda by the writer Alberto Fuguet were translated in the English version entitled Bad Vibes by Kristina Cordero. Through the comparison of both versions it was possible to identify the frequency of use of the word huevón and its derivatives, their functions, meanings, and also the techniques of translation applied. The contribution of Cosme Portocarrero (1999), the function as alterity focuser of Darío Rojas (2012) and the classification of the techniques of translation of Amparo Hurtado (2001) were considered for the analysis. The results revealed that there is not a recurring way to translate this term, but in the English version the words "guy", "asshole" and "idiot" stand out. The function of proximity is the one that has a more frequent use in Spanish. In addition, huevón has mostly a positive sense in the Spanish version while in the English version it is mostly neutral. In spite of that, its sense was translated effectively but with minor losses. Finally, the most frequently used technique of translation was modulation.
Key words: huevón, alterity, colloquialism, discourse marker
Los hablantes del español de Chile han demostrado poseer un talento innato para crear palabras o modismos y le otorgan significados y funciones nuevas a ciertas palabras o términos para darle un toque de autenticidad al idioma materno.
El libro en el cual se basa esta investigación es Mala Onda, esta novela juvenil fue escrita en 1991 por el escritor chileno Alberto Fuguet. Este autor es considerado uno de los escritores más modernos en cuanto a su estilo y ha influido en muchos otros escritores contemporáneos gracias a su oposición al realismo mágico latinoamericano y por su apuesta por una literatura más real y urbana, en otras palabras, por una literatura "al hueso" con tintes de cultura pop norteamericana. Sus obras han sido traducidas al inglés, finlandés, italiano, alemán y portugués. Mala Onda es un reflejo de la situación vivida por los chilenos, especialmente por los jóvenes, en el período de dictadura. Presenta la disconformidad que existía en esa época, en palabras simples, la mala onda que había en el ambiente en general.
En la actualidad los traductores tienen presente la importancia de los aspectos culturales en el proceso de traducir, es por esto que como futura traductora quise centrar mi mirada en una obra chilena que tuviese rasgos característicos de los chilenos. Esta novela está cargada de coloquialismos, llamó mi atención la frecuencia con que se utilizaba el término huevón y de ahí surgió mi interés por analizar desde un punto de vista traductológico este término que contiene una carga semántica sin igual, además del hecho de que no existan muchas investigaciones que lo aborden y menos desde el punto de vista de la traductología.
Considerando los motivos expuestos anteriormente, en el presente estudio se analiza el término huevón y sus derivados para poder establecer la frecuencia de uso del término en cuestión y determinar si existe una forma recurrente de traducirlo. Además, se proponen las funciones que cumpliría este término dependiendo del contexto en que se encuentre. También se interpretan los sentidos que tendría y se verifica si son traspasados de forma exitosa o si existe un grado de pérdida de sentido en la versión en inglés. Por otro lado, se identifican los procedimientos técnicos utilizados en la traducción y se comentan los casos más llamativos.
Para realizar el análisis se consideran las definiciones de huevón señaladas por Cosme Portocarrero. Las funciones se identifican durante el desarrollo de este trabajo investigativo, ya que no existen autores que hayan realizado una clasificación de este término en cuanto a sus funciones. Para identificar si los términos utilizados en la versión en inglés son negativos, positivos o neutros se utilizan las definiciones de los diccionarios monolingües online. Por último, se considera la propuesta de Amparo Hurtado (2001) para analizar los procedimientos técnicos de traducción.
Es sorprendente la frecuencia con la que se utiliza el término huevón y sus derivados en Chile. Este término es común entre personas de distintas clases sociales, distintas edades y distintos contextos situacionales, por lo que resulta fácil para un chileno comprender el mensaje o connotación, sentido o funciones que adquiere este término, pero por el contrario, para un extranjero puede resultar muy difícil comprender el verdadero significado. Este punto resulta interesante al momento de traducir este término en particular y para comprender su naturaleza es necesario establecer algunos parámetros en cuanto a su forma, función o uso, significado, entre otros.
Es sabido que la traducción es un oficio que se realiza desde tiempos remotos y en contextos situacionales muy variados. Aun así la ciencia de la traducción o traductología no nació sino hasta los años cincuenta con las investigaciones realizadas por Vinay & Darbelnet (1958), estos autores señalan que traducir sería la acción de "pasar de una Lengua A a una Lengua B para expresar una misma realidad" (en Leporé, 2010:21).
Por otro lado, Catford (en Cagnolati, 2012) afirmaba en los años sesenta que la traducción es el reemplazo de la gramática y del léxico de la lengua de origen por el equivalente de la gramática y el léxico de la lengua meta, con el correspondiente reemplazo de la fonología y grafología de la lengua de origen por la fonología y grafología de la lengua meta.
En 1969, Eugene Nida & Charles R. Taber (en Cagnolati, 2012) definían la traducción como la reproducción en la lengua del receptor del equivalente más próximo del mensaje de la lengua fuente, primero en términos de significado y luego en términos de estilo. El aporte de estos estudiosos fue crucial porque eran los primeros que definían la traducción en términos de equivalencia funcional y en un marco eminentemente comunicativo.
En los años setenta, James Holmes dibujaba el mapa de una disciplina que denominó Los estudios descriptivos de traducción y más allá. Según Toury (2004: contratapa), "El "mapa" de Holmes organiza la disciplina en tres ramas: la teórica, que explica y predice los fenómenos de traducción, la descriptiva, que recoge y sistematiza los fenómenos empíricos
objeto de estudio, además de observar y analizar las regularidades del comportamiento traductor, y la aplicada, que se ocupa de la elaboración de materiales y herramientas que faciliten la labor de traducir o las actividades relacionadas con ellas".
Por otro lado, Vásquez Ayora (1977:50) se apoyaba en la gramática generativa o transformacional y sostenía que: "El procedimiento traductivo consistirá, pues, en analizar la expresión del texto de Lengua Original en términos de oraciones pre-nucleares, trasladar las oraciones pre-nucleares de Lengua Original en oraciones pre-nucleares equivalentes de Lengua Término y, finalmente, transformar estas estructuras de Lengua Término en expresiones estilísticamente apropiadas".
Con el fin de ampliar la comprensión del proceso de traducción, los enfoques prescriptivos comienzan a ser reemplazados por otros de carácter descriptivo. De ese modo para Jean Delisle (en Cagnolati, 2012:21) traducir consiste en: "decir bien (por escrito, en una lengua que se conoce muy bien lo que se ha comprendido muy bien, en una lengua que se conoce bien".
Por su parte Peter Newmark (1988) redefine el concepto de traducción y señala que ésta no es ni arte, ni ciencia ni una habilidad ni tampoco solo una cuestión de gusto. Según Newmark, la traducción es un medio de comunicación, un medio de transmisión de cultura, una técnica y también una cuestión de gusto.
Años después, Christiane Nord (1997) se basa en los aportes de Reiss & Vermeer para dar origen a la teoría del skopos, en donde la traducción se basaba en una finalidad, objetivo, función o intención. Además, esta autora propone una distinción entre traducción documental e instrumental.
Una de las autoras más modernas, Amparo Hurtado (2001), propone, en cuanto al proceso de la traducción, que el traductor y además el intérprete deben comprender el texto original para expresar el mismo sentido con los recursos o medios de la otra lengua.
Como se puede apreciar, a lo largo de la historia muchos autores se han sumado a la investigación de la traducción y han entregado definiciones sobre qué es traducir, si es un proceso o producto. Si bien la traducción es un oficio que se realiza desde tiempos remotos, la ciencia que la estudia, traductología, es relativamente nueva y está en continuo desarrollo.
Tipología textual
Antes de abordar un texto que ha de ser traducido, se debe tener presente la tipología textual para así utilizar las estrategias o procedimientos de traducción adecuados para lograr un producto de calidad.
Existen varios autores que han centrado su trabajo investigativo en las tipologías textuales; es así como Katharina Reiss (en Sánchez, 2002) diferencia entre textos representativos, expresivos, apelativos y subsidiarios. Además señala que esta tipología debería servir para definir una estrategia de traducción, ya que cada tipo sólo podría ser traducido de acuerdo con unas pautas propias. La teoría desarrollada por esta autora ha sido criticada por ser rígida y excluyente.
Casi simultáneamente a los aportes de Reiss, Werlich (en López, 2000:31) define los tipos textuales como "idealized norms of distinctive text structuring" y propone una tipología con las categorías de descripción, narración, exposición, argumentación e instrucción, al igual que Bustos (en Hurtado, 2001). Este autor además le asigna a estas tipologías una adecuación psicológica, ya que cada tipo de texto estaría asociado a un proceso cognitivo concreto.
Por otro lado, en 1982 Mason (en Sánchez, 2002) desarrolla una clasificación que se centra en el concepto de dominio, con el que el contexto social adquiere una gran importancia en las categorías textuales. Este autor diferencia entre textos de dominio científico-técnico, administrativo, político, religioso, literario, periodístico, legal y comercial.
Finalmente, Sánchez (2002) señala que aunque el análisis microtextual es necesario para obtener un conocimiento objetivo, se debe tener presente que la relevancia de las características de un texto derivan fundamentalmente de la función comunicativa del texto en conjunto.
Estos autores apuntan a la importancia de las características del texto origen, ya que la organización o estructura del texto y la tipología juegan un rol importante en el proceso de traducción. Por ejemplo, no se puede abordar de la misma forma un texto informativo que uno narrativo, ya que la estructura es distinta y apuntan a un público distinto o su recepción es distinta. Así también señala Hurtado (2001:458): "La cuestión de las clasificaciones textuales es de sumo interés para la Traductología. Los diferentes grupos textuales tienen rasgos diferentes que los caracterizan; esos rasgos plantean problemas específicos al traductor".
Procedimientos técnicos de traducción
Numerosos autores han centrado su trabajo en el arte de la traducción y han intentado elaborar definiciones, modelos, enfoques, estrategias y particularmente técnicas. La propuesta de Vinay & Darbelnet (en Hurtado, 2001:257) es la más antigua en esta materia y define los llamados procedimientos técnicos de traducción; estos autores distinguen siete procedimientos básicos: préstamo, calco, traducción literal, transposición, modulación, equivalencia y adaptación; los primeros tres corresponden a la traducción literal y los últimos a la traducción oblicua.
Por otro lado, Gerd Wotjak (en Gil, s.f.), al igual que Vinay & Darbelnet, utiliza el término "técnicas de translación en la comunicación" para referirse al proceso de transferencia de una lengua a otra, aunque a lo largo de su estudio Wotjak emplea también los términos "estrategia", "regla" y "procedimiento" con el mismo sentido que el de "técnicas de translación".
Al igual que Wotjak, Peter Newmark (1987:117) también adopta de Vinay & Darbelnet el término "procedimientos de traducción", aunque los distingue de lo que él denomina "métodos de traducción": "Si los métodos de traducción estaban en relación con textos completos, los procedimientos de traducción se utilizan con oraciones y unidades lingüísticas más pequeñas".
Así pues, la diferencia fundamental entre estrategia y técnica según Hurtado (2001) radica en que la primera está orientada a la resolución de problemas que suelen aparecer a lo largo de la traducción (problem-solving oriented), mientras que la segunda es una aplicación de una decisión consciente tomada durante la fase de fijación del método traductor.
La propuesta de Hurtado (2001) en su libro Traducción y traductología: introducción a la traductología consta de dieciocho técnicas de traducción: adaptación, ampliación lingüística, amplificación, calco, compensación, compresión lingüística, creación discursiva, descripción, elisión, equivalente acuñado, generalización, modulación, particularización, préstamo, sustitución, traducción literal, transposición y variación. Esta propuesta es la más completa y moderna, es por esto que estas serán las técnicas que se considerarán en el análisis de esta investigación.
La palabra huevón es un término ampliamente utilizado por diversos hablantes en distintos contextos y, considerando la definición de chilenismo de Ambrosio Rabanales (1953:31), este término se podría considerar como tal. Rabanales señala en el libro Introducción al estudio del español de Chile que se entiende por chilenismo "toda expresión oral, escrita o somatolálica originada en Chile desde cualquier punto de vista gramatical, por los chilenos que hablan el español como lengua propia o por los extranjeros residentes que han asimilado el español de Chile".
Sin embargo, José Pedro Rona (en Ayala, 2011) critica el criterio antropogeográfico en la definición de Rabanales, pues, si bien considera aceptable el criterio de origen, estima que es insuficiente, ya que no toma en cuenta el área de difusión geográfica. Es decir, según Rona no solo se debe tener en cuenta el aspecto regional y contrastivo de región en región, sino también el empleo genérico en toda Hispanoamérica para americanismo y en este caso específico en Chile para chilenismo.
Por otra parte, se debe señalar que la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española actualmente evitan el concepto de "chilenismo" por cuanto implicaría un uso exclusivo en esta región en contraste con el resto del mundo hispanohablante, lo cual resulta muy difícil de investigar, por lo que se prefiere hablar de "usos de español de Chile". Aun así, la Real Academia Española online define chilenismo como: "palabra o uso propios del español hablado en Chile". En esta definición se debe poner atención a que solo se utilizarían los "chilenismos" en el español hablado y no hace alusión al escrito.
Considerando el punto anterior, y como indica Ayala (2011), la propuesta de Rabanales sería aplicable si se cambia el elemento "origen" por "uso", de esta forma se entenderá por "usos del español de Chile": "toda expresión oral, escrita o somatolálica usada en Chile desde cualquier punto de vista gramatical, por los chilenos que hablan el español como lengua propia o por los extranjeros residentes que han asimilado el español de Chile". (p. 203)
Además, se puede señalar que Rabanales (1953:80) en el trabajo mencionado anteriormente, hace referencia a los chilenismos semasiológicos, los que define como: "todas aquellas expresiones que han adquirido en Chile una significación diferente a la de su lugar de origen, sumándose a ésta (caso de polisemia) o sustituyéndola (caso de metasemia). No son, pues, chilenas por su estructura formal, sino por su significado".
Si bien huevón no correspondería estrictamente a un chilenismo, y según algunos autores se habría originado en México, es solo en Chile donde este término adquiere una mayor carga semántica. La variedad de significados que se le puede atribuir depende netamente del contexto en que es utilizado y no resulta difícil para un chileno reconocerlos.
Según lo que señala Cosme Portocarrero en su libro Palabra huevón (1999:6), huevón sería una escatolalia desde un punto de vista sociolingüístico y la define como: "expresión deshonesta u obscena, propia de la gente ruin y desvergonzada". Además, señala que el término escatolalia debería englobar solo a aquellos términos que designan excretas; pero como estos últimos se denominan "coprolalias", él cree que "escatolalias" puede ser la designación genérica de "coprolalias" y "sexolalias". Además, Portocarrero denomina el término huevón como escatolalia porque haría alusión a los testículos, considerando el origen morfológico de este término.
El uso del término huevón sería reflejo de la pobreza del conocimiento de la lengua, ya que es utilizado para simplificar el lenguaje, pero, por otro lado, se podría pensar que es todo lo contrario y que además es una muestra del ingenio del chileno. Es sorprendente que una sola palabra tenga tantos significados según el contexto, situación comunicativa, entonación, etc.
El autor Cosme Portocarrero (1999:49) se refiere a este término como "verdadero burro de carga del chileno-hablante; muletilla omnipresente; apoyo verbal sin el cual los discursos de nuestro pueblo palidecerían, se desinflarían ( )" y que además serviría para insultar, denigrar, desacralizar, y también para expresar cariño o admiración.
Este mismo autor presenta un esquema acerca del origen morfológico y sintáctico del término huevón y además señala que huevón viene de hueva que era una palabra utilizada para designar el órgano sexual masculino. Hueva daría origen a la familia léxica caracterizada por la raíz común huev- mediante amplios procesos de composición, derivación y parasíntesis.
Figura 1: el árbol genealógico de huevón y la evolución de sus derivados (Portocarrero, 1999:16)
El sustantivo femenino hueva es de ilustre y antiquísima etimología: el latín ovum, presente en locuciones como stultus es ab ovo, mors ovum vitae, ova aquilae latrocinor, cuyo plural ova se aplicó a la sustancia generativa de los peces y su diminutivo ovulus al gameto femenino. De la raíz latina, por diptongación de la vocal tónica, se formó la raíz vulgar huev-, presente en el moderno y universalmente consumido huevo. Es por una construcción metafórica basada en la semejanza física que el pueblo aplicó la denominación de hueva al atributo natural de los individuos de sexo masculino. (Portocarrero, 1999:15)
Portocarrero (1999) también señala que el sustantivo hueva daría origen a tres principales categorías léxicas. Por sufijación nominal se genera el sustantivo abstracto huevada y hueveta; y el adjetivo huevón que a su vez deriva en el verbo intransitivo huevear que presentaría un aspecto iterativo. Además, afirma que huevón da origen a huevoncito, demostrando su valor afectivo; a huevoncete que sería despectivo; a huevinca; a ahuevonado y por último, al sustantivo colectivo huevonaje. El verbo daría origen al sustantivo postverbal hueveo.
Significado de huevón y de sus derivados en Chile
Cosme Portocarrero (1999) señala acerca del término huevón: "Tiene por sí solo una carga semántica contundente, pero no precisa, sino más bien multívoca. Es bifuncional".
Según Portocarrero, como sustantivo equivale a:
Vocativo o designativo semejante a "fulano", "sujeto" o "tipo".
Es una señal de tratamiento amistoso, como "amigo" o "compadre"; o como un elemento fático "oye" de uso universal.
Designativo peyorativo equivalente a "tonto".
Como adjetivo tendría tres significados principales:
Significaría "tonto", "torpe" y "estúpido".
Apuntaría a las ideas de "desprevenido", "confiado" e "incauto".
En ciertos contextos podría tener un sentido de "idealista", "altruista" y "honrado".
Además, el autor Rojas (2012) agrega acerca de huevón que morfológica y semánticamente es producto de hueva "testículo" y el sufijo -ón, este adjetivo significaría literalmente "que tiene testículos de gran tamaño". Sin embargo, Rojas (2012:153) señala que "el desplazamiento semántico hacia el ámbito de la atribución de inteligencia/estupidez ya se ha completado y se ha perdido completamente cualquier comportamiento lingüístico que pudiera hacer sospechar pervivencia de parte del significado originario".
Rojas (2012:154) también agrega que: "una vez sustantivado, huevón pasa a significar simplemente "persona, individuo", a través de una metonimia en que se focaliza al poseedor de una característica en lugar de a la propiedad, pudiendo llegar a difuminarse esta última".
Para entender lo difícil que es explicar el término huevón, los autores Brennan & Taboada (en Moberg, 2015:3) dan la siguiente explicación: "There are essentially two meanings: friend or not friend and even a friend who is not acting like a friend is a huevón, as well as a person you would not want to be friends with. Is that everybody?"
Cabe mencionar que lo anteriormente señalado también sería aplicado a huevona, ya que simplemente es la versión femenina de huevón y se puede usar como adjetivo o sustantivo.
Respecto a huevoncito se puede afirmar que correspondería al diminutivo de huevón e intensificaría el juicio sobre la calidad humana de una persona que está expresada en el calificativo huevón, así indica Potocarrero (1999).
Portocarrero (1999) señala que huevear es un verbo iterativo que cubriría un extenso campo semántico, serviría para referirse a acciones sin objetos definidos o útiles como "vagar", "molestar", hasta divertirse irresponsable y puerilmente como parrandear o haraganear. Este verbo tendría siempre un sentido implícito de actividad insensata o impropia.
En el derivado saco de huevas, se utiliza el superlativo "saco" en la construcción de esta frase. En este caso, como señala Portocarrero (1999:32): "El hablante da rienda suelta a la proverbial exageración que es propia del habla popular, y cuyo origen se dice que es andaluz".
En cuanto a huevada, este autor afirma que este derivado es núcleo de varias construcciones sintácticas y se utilizaría para denominar acciones torpes, incultas o insensatas al igual que con hueva. Por otro lado, es más común encontrar la construcción "como las huevas" que huevas solo. En este último caso, se utilizaría para enfatizar el desmedro o ruina de un objeto y tendría un sentido peyorativo.
El uso del sustantivo hueveo es restringido pero intenso, según lo que señala Portocarrero (1999). Serviría para construir frases hechas de amplia cobertura situacional, preferentemente en situaciones juveniles, laborales y deportivas como sinónimo de ceremonia.
Variables geolectales
Según el Diccionario de la Lengua Española (DLE), el verbo huevear significa en Chile "molestar" (causar fastidio) o haraganear. Sin embargo, también indica que este verbo sería utilizado en El Salvador, Guatemala y Honduras, pero con un significado totalmente distinto al que se conoce en Chile, ya que en esos países significa "hurtar". Por otro lado, los diccionarios online Wordreference.com y TheFreeDictionary.com señalan que el verbo huevear sería utilizado en América Latina, pero no especifica en qué países y su significado corresponde a "perder el tiempo y no hacer nada provechoso o hacer tonterías". Estos significados son algunas de las acepciones que se le da a este verbo específicamente en Chile.
En cuanto al sustantivo huevón, el diccionario DLE señala que su significado es perezoso, imbécil (tonto o falto de inteligencia), acepciones que son utilizadas en Chile, pero además le adscribe los significados de "animoso" o "valiente", estos últimos serían solo utilizados en Honduras y Nicaragua y no corresponden al significado que posee en Chile.
Cabe señalar que los diccionarios normativos solo señalan que huevón y algunos de sus derivados son utilizados solo en Chile. Los usos presentados a continuación fueron extraídos de un diccionario coloquial online de habla española, por lo que no se podría considerar como una fuente confiable (http://www.asihablamos.com/word/palabra/Huevon.php).
En Colombia, Ecuador y Venezuela huevón es utilizado como sinónimo de "tonto" o "persona de la que todos se aprovechan" o "persona que no aprovecha una oportunidad". En Costa Rica utilizan este término para referirse a una persona que se comporta como niño. En Cuba, Guatemala y México, adquiere el significado de haragán, perezoso y bueno para nada. Por otro lado, también lo utilizan para referirse a un niño o joven acomodado que es protegido por sus padres y que no ha pasado trabajo en la vida. En Perú posee un significado más amplio: se denomina huevón a la persona que no piensa, ni hace bien las cosas, que no es inteligente, pero también se utiliza para referirse a un amigo, conocido o a alguna persona con la que se tiene confianza. Este último significado es uno de los tantos que adquiere huevón en Chile.
El término huevada es utilizado en Argentina, Ecuador y Bolivia donde adquiere el significado de "una tontería", significado que también tendría en Chile. En cambio, en España se utiliza para señalar un "nivel o grado superlativo de excitación"; este sentido no es utilizado en Chile. En México utilizan el sustantivo huevada para referirse a un platillo hecho a base de huevos. En Perú significa "algo inservible" y también es utilizado de forma despectiva para referirse a personas, animales o cosas. El DLE es un tanto más sintético en cuanto al significado de este sustantivo y solo señala que corresponde a "cosa, asunto o situación", e indica que es un término vulgar utilizado solo en Chile.
Pronunciación
En cuanto a la pronunciación del término huevón, se puede señalar que existe más de una forma y que incluso podría denotar la clase social del hablante o si se trata de un registro formal, semiformal o simplemente coloquial.
Cosme Portocarrero (1999:17) señala que "ni siquiera para el hablante culto resulta fácil articular claramente el diptongo inicial de la familia". Además, este autor indica que el hablante chileno tiende a velarizar el primer sonido, pronunciando uno inicial velar que, en algunas regiones se transformaría en postpalatal. En algunos casos también se altera la articulación, convirtiéndose en una fricativa fuerte: /gwe-/. Del mismo modo, la consonante temática /b/ se relaja hasta casi desaparecer: /gwéba/, o simplemente /gwéa/, aunque por motivos expresivos u ofensivos se articula con nitidez /wéba/, además la consonante temática se pronuncia como labiodental: /wéva/ o /wévas/.
Marcador discursivo
Como señalan María Zorraquino & José Portolés (en Baran, 2012), los marcadores discursivos son un conjunto de unidades que apuntan en su origen al oyente, reflejando, en general, entidades interjectivas.
Además, estos autores mencionan que estos marcadores están encargados de la conexión de acceso y vinculación con el destinatario. Además, Baran (2012) señala que los marcadores pragmáticos interpersonales favorecen el establecimiento de una esfera enunciativa común y que participan en la búsqueda de la complicidad y la coactuación con el interlocutor. Además, repercuten en el ambiente y la atmósfera comunicativa.
Continuando con los autores mencionados (en Acin, 2000), cabe señalar que mediante el proceso de gramaticalización los elementos lingüísticos que acabarán siendo marcadores se van despojando de su significado conceptual y van adquiriendo uno de procesamiento, que consiste en proporcionar una serie de instrucciones semánticas que guían las inferencias para una adecuada interpretaci6n del discurso.
Uno de los autores con más renombre en cuanto a los marcadores discursivos es Portolés (en San Martín, 2005:205) y los define de esta forma: "unidades lingüísticas invariables, no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional, pues son, elementos marginales y poseen un cometido coincidente en el discurso: el de guiar, de acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación".
Por otro lado, Gaviño (2011:2) afirma que: "los marcadores del discurso sirven en nuestras interacciones verbales de mecanismos para el establecimiento de muchas de las inferencias comunicativas que llevamos a cabo en nuestros actos de habla, por lo que el conocimiento y correcto uso de estas partículas es fundamental para la adquisición de las distintas destrezas y, en definitiva, de la competencia comunicativa en una lengua".
Samuel Gili Gaya, en su libro Curso superior de sintaxis española, señala algunas de las características propias de estas partículas (en Canales & Cárcamo, 2010:23).
Su vinculación a nociones externas a la predicación oracional.
Su carácter invariable.
La heterogeneidad de su entidad categorial: conjunciones, frases conjuntivas, interjecciones, etc.
La versatilidad distribucional de muchos de ellos (ocupan la posición inicial, medial o final del miembro discursivo en el que comparecen).
Su peculiaridad significativa: contribuyen a establecer lo que el autor denomina coherencia, y alcanzan una pluralidad de valores semánticos en combinación, frecuentemente, con los rasgos suprasegmentales adecuados (la entonación, sobre todo).
Pueden asignarse a registros distintos (en unos casos son más propios del discurso escrito -"sin embargo", "no obstante", "por consiguiente" y en otros son más bien propios del discurso oral: pues, así que, con que, etc.).
Llegan a constituir meros apoyos de la elocución o "muletillas" en el habla coloquial.
Los autores que más trabajos han realizado acerca de los marcados discursivos son Zorraquino & Portolés e incluso los han clasificado según la función específica que cumplirían en el discurso, pero estas clasificaciones no serán consideradas en este trabajo en particular. Solo se considerará huevón desde un punto de vista macro como marcador discursivo, específicamente como enfocador de alteridad.
Función de enfocador de la alteridad
El primer autor que clasifica a huevón como marcador discursivo y específicamente como un enfocador de la alteridad es Darío Rojas, tesista de la Universidad de Chile. Su trabajo se titula Huevón como marcador del discurso en el español de Chile: huellas de un proceso de gramaticalización y afirma que: "El valor discursivo de huevón muestra características semánticas y gramaticales que permiten considerarlo como un marcador del discurso de tipo conversacional del grupo de los enfocadores de la alteridad". (2012:162).
Dentro de la clasificación de marcador discursivo se encuentran los enfocadores de la alteridad, ya que si consideramos la definición de Zorraquino & Portolés (en Baran, 2012:117): "Los enfocadores de la alteridad pueden introducir, normalmente, todo tipo de enunciados (declarativos, directivos, interrogativos, etc.) y aparecen frecuentemente con modulación exclamativa".
Según los autores ya mencionados, se puede señalar que los enfocadores de la alteridad apuntan al oyente o menos frecuentemente a ambos interlocutores y sirven para mostrar la actitud del hablante en relación con el discurso, pero sobre todo servirían para señalar el enfoque de las relaciones que mantiene el hablante con el oyente: amistosas, corteses, etc.
Además, Baran (2012) menciona que el funcionamiento de los enfocadores de la alteridad indica que estamos ante unidades dotadas de una marcada función deíctica y que pueden actuar como señalizadores del sentido específico que un enunciado posee en un contexto determinado. La tarea interpretativa debería incluir, por tanto, todo un conjunto de inferencias que se derivan de la aplicación de principios contextuales y pragmáticos.
Por otro lado, Meneses (2000:330), basándose en el trabajo de Zorraquino & Portolés, agrega que estos enfocadores: "Cumplen una función expresiva-apelativa y fática (¿entiendes?, ¿sabes?, oye, fíjate, entre otras) y se concretan en el discurso como fórmulas autorreafirmativas que refuerzan o justifican los razonamientos de los hablantes ante sus interlocutores, ya sea como argumentos, conclusiones, retardos en la comunicación, llamadas de atención para mantener o comprobar el contacto, o bien como fórmulas exhortativas y apelativas que impliquen activamente al interlocutor".
Objetivo general
Realizar un análisis traductológico de las funciones que cumplen los distintos derivados del chilenismo huevón, comparando la versión original de la novela juvenil Mala Onda del escritor chileno Alberto Fuguet con la traducción oficial al inglés realizada por Kristina Cordero, para así identificar las opciones más comunes de traducción de este término y de sus derivados.
Objetivos específicos
Realizar un estudio cuantitativo para identificar qué tan frecuente es la utilización de este término y de sus derivados en el texto original y cuáles son las correspondientes traducciones.
Identificar y establecer qué funciones cumplen en el texto original este término y sus derivados según las definiciones que señala Cosme Portocarrero (1999).
Analizar las unidades encontradas en ambas versiones para determinar si existe una forma recurrente de traducir huevón y sus derivados considerando sus distintas funciones.
Analizar las unidades encontradas en ambas versiones para determinar si existe una forma recurrente de traducir huevón y sus derivados considerando sus sentidos: positivos, neutros o negativos.
Comprobar si el sentido y el registro se logran traspasar a la lengua meta.
Determinar qué procedimientos técnicos se utilizan para traducir estas unidades.
Diseño de la investigación
La presente investigación corresponde a una de tipo mixta, descriptiva, no experimental y transversal.
Se trata de una investigación mixta, ya que se utilizan los enfoques cuantitativo y cualitativo. En primera instancia se utilizará el enfoque cuantitativo para graficar la frecuencia en los términos utilizados para traducir el término huevón y sus derivados. Luego se utilizará el enfoque cualitativo para analizar la forma en que se traduce para así descubrir si existe una forma única o una marcada preferencia al traducir o si se traducen de forma libre según el contexto, sentido y registro en que son utilizados estos términos.
Esta investigación es descriptiva puesto que se identificarán el término huevón y sus derivados en el corpus seleccionado, y se clasificarán según la función que cumplan de acuerdo al contexto en que se encuentren estas unidades.
No se trata de una investigación experimental, ya que no se manipularon las variables encontradas, solo se identificaron y se analizaron sin ser intervenidas.
Es transversal ya que los datos fueron extraídos en una solo instancia y en un período determinado, no a lo largo del tiempo.
Aspectos generales
Esta investigación se basa en el análisis de la novela juvenil Mala Onda, publicada en noviembre de 1991 en Buenos Aires por la Editorial Grupo Planeta. La obra fue escrita por el escritor chileno Alberto Fuguet. En la traducción oficial al inglés, el libro es titulado Bad Vibes; esta traducción fue realizada en 1997 por la traductora norteamericano-argentina Kristina Cordero, Licenciada en Letras de la Universidad de Harvard. Esta obra fue publicada en Estados Unidos por la Editorial St. Martins.
Se seleccionó este autor chileno porque se caracteriza por emplear un vocabulario coloquial, utiliza jerga juvenil y sus obras son de fácil llegada a este público. Este libro en particular es representativo de una época y del lenguaje coloquial chileno.
La traductora de este libro, Kristina Cordero, nació y fue criada en New York, es periodista y traductora de novelas y libros. Ha traducido obras de algunos de los escritores más conocidos de España, incluidos Carlos Fuentes y Javier Marías. Como periodista se dedica a escribir artículos de cultura y viajes para revistas de América del Sur y España, y es comentadora del programa de radio de BBC Culture Shock. Además, actualmente, es académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Biografía del autor
Alberto Fuguet nació en Santiago de Chile en 1964. Tras el traslado de su familia, vivió en Encino (California) hasta la edad de 13 años, cuando llegó a un Chile sitiado por la dictadura de Pinochet sin hablar una pizca de español. Este quiebre lo hizo volcarse al mundo de los libros como una forma de conocer su nuevo idioma e incorporarse a un núcleo social radicalmente distinto al que conocía. En varias entrevistas ha comentado que el primer libro que leyó en español fue Papelucho, que más tarde tendría una importante influencia en la construcción del protagonista de su primera novela.
Su primer libro de cuentos, Sobredosis (1990), fue todo un éxito en Chile, pero su consagración llegó con su gran novela Mala Onda. A esta le siguieron Tinta Roja y Por favor, rebobinar, una novela sorprendente por su estructura y sus personajes. Todos sus personajes son pertenecientes al mundo metropolitano de Santiago. En 2003 lanzó su libro semiautobiográfico Las películas de mi vida.
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