¡Pues vaya que se han vuelto muy exigentes, pero toda la culpa la tiene Jaime, que es el Supervisor de Producción! … yo únicamente pongo por escrito las especificaciones que desean nuestros clientes y ya lo demás corre a cargo del Departamento de Producción, que es el encargado de construir la Calidad del Producto.
-¡Mira, Enrique, mejor cállate!
No tienes ni idea, de lo que es la Calidad.
¿Sabes quién es Juran?… ¿No?
¿Conoces lo que es el Control Estadístico del proceso?
¿Sabes aplicar el Diagrama de Ishikawa?… ¿Tampoco?… ¡Pues por eso estamos tan mal en Calidad!
Porque no todos tenemos una cultura de calidad… ¡La Calidad somos TODOS!
No sólo Producción… dependemos de la Calidad de nuestros proveedores, de hacer bien las cosas desde la primera vez TODOS, y además de que debemos contar con las máquinas y los equipos adecuados…
De…
-¡Ya…Ya… si quieres me cambio a Producción y tú encárgate de Calidad!
-¡Silencio! – Pidió el Gerente General-
Para poner en práctica un Plan de Calidad, primero necesitamos hacer un diagnóstico,
¡Tú, Jaime! -Le dijo al Supervisor de producción-
Parece que sí, sabes de Calidad, consigue un Auditor Externo de Calidad, que venga a ver los ataúdes que fabricamos, que los examine, que los use si es posible y que compare la Calidad de nuestro producto con otras marcas y que nos diga en qué componentes necesitamos mejorar, y con esos datos precisos, quiero un buen sistema que asegure la calidad en nuestra fábrica.
¡Quiero buenos resultados!
De lo contrario, a dos o tres de ustedes se les pondrá al frente del negocio… O sea en la calle y con las pompas fúnebres se irán a otra parte.
"El mimo"
¡Que me traigan un Doitor!
Siento como que quiero y no puedo… o como que puedo y no quiero.
"Tengo ganas de echarme una pestañita"
¡Lo siento no puedo hacer nada!
No hay que ser Doitorcito… ¡Hágale la lucha!
Apenas la ven dura… y se hacen a un lado
Que yo no sé, que yo no fui,… ¡No hay derecho!
Pero bien que hacen sus carros último modelo, y sus casitas en Cuernavaca… ¡Eso sí pueden!… ¿Verdad?… ¡No, chato!
Ya de perdido que me traigan unos "chiqueadores", como los que usaba mi abuelita… y mire usted, ¡Se murió muy viejita!
¡Y ahora, de dónde salió tanta gente!
¡No me hagan bola… no me hagan bola!
¿Qué me miran?… ¡Pelados, estos!
Apenas lo ven a uno decentemente acostado y un poco pálido y creen que uno se muere,… ¡Pero no señor… no señor!
¡Total, ya que me van cargando… me dan una vueltecita por la Rotonda de los Hombre ilustres!
¡Ah, caray… hora sí me mandé!
Bueno… tan siquiera, denme un pequeño paseo por "El Toreo"
¡Ábranla que voy vestido de luces!
¡Óle!… ¡Óle!… ¡Óle!
Y que siga Oliendo…
No lloren "Chulitas"… no lloren
Si no me pagan para hacerlas llorar, sino para hacerlas reír…
¡Sí, ya sé que me van a extrañar…!
¡A mí, también me extraña que les extrañe!
¡Uhhh… Cuántas flores!
No se hubieran molestado, aunque mejor me hubieran traído los centavitos para los huerfanitos, entre los cuales estoy yo… no se les olvide.
¡Otra vez la lloradera!… ¿Bueno… pues no les digo?
¡Con dinero o sin dinero… Pero sigo siendo el rey!
¡Hey!
Oiga SEÑOR DIRECTOR…
¡Pss… Pss… Sí, allá arriba!
¿Ya se acabó la película?
¿O resucito?… ¿En cuál acto?
¡Sí!… ¡Voy a resucitar!
¡Cácaroooo!….
¡Corte, empezamos otra vez!
La carrera
Se escuchó en todo el estadio, por los altoparlantes… ¡Al podium de triunfadores, los ganadores de la carrera de cinco mil metros planos!
Allí, estaban mis rivales en atletismo de Pista…
En primer lugar, el atleta inglés… demasiado delgado y aristocrático.
El segundo lugar correspondió al norteamericano…
Y el tercer lugar para mí…
Se escucharon las "fanfarrias" hasta fuera del estadio y ya estábamos los tres corredores sobre el podium para recibir nuestras medallas que pronto lucirían en nuestros respectivos cuellos, todavía sudorosos por el esfuerzo realizado.
¡Cómo me dio lata el gringo!… me codeó durante la competencia y en la penúltima vuelta me hizo perder el paso que llevaba, sino creo que la medalla de plata hubiera sido para mí!
Aunque ahora que lo pienso bien… ¡creo que hasta la medalla de oro hubiese sido mía!… Ya que el inglés, sólo nos venía cazando… Y aprovechó, el pleito en que nos envolvimos el gringo y yo … ¡Y en la última vuelta nos pasó!
Y si no, me pongo listo en el "Sprint final"
Hasta hubiera perdido la medalla de bronce, pues el atleta francés, me venía pisando los talones, cerca de la meta final… a la cual llegué animado por mi público, que frenético gritaba… ¡México!… ¡México!… ¡México!
Después, vinieron las entrevistas en la prensa, la radio y la televisión… Y las
Ofertas de los comerciantes para anunciar las marcas de sus productos.
Cuando por fin me colgaron mi medalla de bronce.
Se escucharon las porras de los Mexicanos…
¡Chiquitibum… a la bin bon baaa!
¡Chiquitibum a la bin bon baaa!
¡Pepe!… ¡Pepe! … ¡Ra!… ¡Ra!… ¡Ra!
¡Y me parece que hasta escucho la voz de mi mamá!… ¡Sí. Es la voz de mamá!
-¡Pepe!… ¡Pepe!
¡Ya, levántate!
¡Ya, son las 6:30 AM! ¡
¡Ya vete a entrenar!
-¡Ah… caray!
¡Qué bueno, que era un sueño!
¡No, Señor!
¡Voy por el Oro! – Grité fuerte-
Y escuché… escaleras abajo, la voz, picarona de mi mamá…
-¡Para qué quiero otro loro… contigo, basta!
-¡No bromees mamá…!
¡Me siento fuerte como el bronce, pero voy por el oro!
¡Sé, Puedo y Quiero!
¡Regresaré pronto mamá…!
El luchador
¡Llegó el enmascarado!… ¡El técnico!
Hizo su entrada al ring y traía una toalla blanca rodeando su cuello y con ambas puntas cayéndole hacia el pecho y bajo la máscara se veía su sonrisa, saludando amigablemente a un público heterogéneo.
En el público, algunos le silbaban… otros le aplaudían y desde el cuadrilátero el luchador saludaba levantando sus brazos, y volteando con todo su cuerpo, hacia sus fanáticos y esto lo hacía, caminando atléticamente, mostrando su musculatura con diferentes poses muy bien estudiadas, posando para los reporteros de La prensa y La Tv.
Después, caminó hasta su esquina señalada por el réferi, el cual vestía, pantalón negro, camisa muy blanca y almidonada, corbata de moñito. Muy profesional.
El enmascarado, escuchaba los gritos… el murmullo de tanta gente, la música estridente y machacona de los barrios.
También estaba recordando a su rival de esta noche y venía a su mente la lucha anterior. ¡Caray, se le pasó la mano con los piquetes de ojos!… Sí, también con el uso de la corcholata sobre mi espalda, y abusó con las patadas voladoras.
Pero ahora que lo pienso… yo también me excedí en aplicación de "La rana" y de "La quebradora".
Y luego dicen que "están arregladas las luchas"… Pues, sí… Pero hay que tener una excelente condición física y hacer mucho ejercicio para aguantar las caídas, con "los látigos", los costalazos fuera del
Ring, "los topes" y los manazos y las patadas.
Por eso vienen las torceduras, y las
Peligrosas lesiones que sufrimos los luchadores… y luego las operaciones quirúrgicas… ¿Y quién las paga?
Lo sacó de sus pensamientos, una "rechifla" del público recibiendo "al malo"… "al rudo"… Y contempló las "marometas" y los ademanes groseros con los cuales saludaba al público.
Y pensó: caray, creo que ese no es mi rival, en realidad me pagan por aguantar y luchar con ese público, que viene a desahogarse de sus miserias, gritando histéricamente… ¡Quiero ver sangre!… ¡Acábalo!… ¡Quítale la máscara!
En ese momento respiró profundamente, pero casi enseguida tuvo que expirar el aire cargado con olor de orines, de sudor y con fuerte olor a pies sudorosos… ¡Guácatelas! Y el deprimente aspecto de tantos papeles de envoltura de alimentos y golosinas arrojados por los pasillos de toda la arena.
Pudo observar también como movían las mandíbulas, comiendo "alimento chatarra" como: Frituras con chile, refrescos, chicles, tortas, chocolates, palomitas, semillas de calabaza, tostadas, sándwich es… ¡Y olor de los cigarrillos y hasta el de la cerveza!
Y todavía me falta el olor a axilas del rudo, cuando me abrace el rudo y nos pongamos de acuerdo para las caídas y las actuaciones… ¡Caramba! … ¿Por qué no se bañan los rudos, ni les gusta usar desodorante o siquiera un perfumito corriente?
Ha de ser por eso, por malos… por rudos… ¡Ni en su casa los quieren!
En fin, creo que después de esta lucha, me seleccionarán para luchar por el
Campeonato Welter… (Suspiró fuerte)… Y ya como campeón, subiré de categoría… E iré a luchar a mejores arenas, con mejor paga… Cambiaré de auto… Firmaré autógrafos…
Espero, que no se le haya olvidado al rudo que la última vez que nos enfrentamos, lo dejé ganar… Y que ahora me toca a mí ser el vencedor… ¿Porque, si… no?
¡De pronto suena un fuerte "gong de campana"… y se acercan los luchadores al centro del ring!
¡Lucharán a tres caídas, sin límite de tiempo!
¡En esta esquinaaaaa!
El Taquero
¡Hay tacooos!…. ¡Tacoooosss!
Apenas el taquero, acababa de llegar a la esquina y la gente lo rodeaba.
¡Tres de chorizo y tres al pastor… con poquita cebolla!… ¿Ehé?
¡Yo quiero cinco de tripitas para llevar!
-Se oyen las voces de unos taxistas, que comentan-
¡Caramba, mano!… ¿Te fijas?… ¡Qué suerte tiene este pelado!
¿Pelado?… ¡Ya quisieras!… Le va muy bien… ¿Sí, no? …! Mira la camionetota nueva! … Dicen que es o Licenciado o creo que Ingeniero, pero que le iba muy mal trabajando como empleado… Que cambia de giro… ¡Y que le pega!
Es más, tiene cinco carritos como este en lugares bien localizados dentro de la ciudad… ¡Y llenos de clientela como este!
¡Sí, mano!… Para mí, que desde pequeño, en lugar de decirle a su mamá… ¡Te quiero!… Le decía… ¡Ta quero mamá, Ta quero! – Y se escuchan las risas de los dos taxistas, mientras esperan sus tacos.
¡Tengo hambre, mamá! … El taquero, mira y oye al niño, saca una paleta de dulce y se la entrega al pequeño consolándolo y diciéndole… ¡Enseguida despacho los que pidió tu mamá!
La mamá del niño, complacida por un servicio no esperado, dice a su hijo… ¿Ya ves?… Espera un poco, es que hay otras personas antes que nosotros.
¿Cuántos quiere usted Señor?
¡Este… sólo dos de "Bistec"…!
¡Humm… piensa el taquero… ha de ser maestro por los libros que trae!… O más bien yo creo que le hace al cuento, en fin…
Pobre, le voy a poner un poco más de carne a sus tacos, con los de los taxistas me emparejo…
¡Aquí los tiene!
-Nuevamente los taxistas-
¿Cuántos tacos pediste, mano?
¿Yo?… ¡Diez, la traigo atrasada!
¿Y tú?
¡Ocho!
¡Oye, pues no cantas mal las rancheras…!
¿Dijiste que te llamabas Zenón?
¿Y tú, dijiste que eras Senador,… No?
¡Al fin llegan nuestros tacos! … ¡Al ataque!
¡Te doy dos de ventaja… Y el que acabe al último paga!… ¿Sale?
¡Huuu! … Se me hace que no te gano, ni aunque me des cuatro de ventaja, mejor cada quien paga los suyos, "ahorita, están bien amoladas las vueltas".
Y el taquero, observa sonriendo… que sus clientes, casi obstruyen el paso en la acera al abrirse como "Charritos", cuando se toman sus refrescos, cuando casi se atragantan comiéndose sus ricos tacos.
¡Órale! … dijo el repartidor de refrescos…
¡Ya llegó por quien lloraba, jefe – dice mirando, pícaramente al taquero-
¡No sea pesado… lo va a oír!
-le dice tímidamente el taquero-
¡Eh,… No se haga…. No se haga!
Todos los clientes alrededor del carrito, le hacen campo a una linda muchacha…
¡Es ella,… la Señorita Jeinny!… (Exclama para sí, el joven taquero)
La voz cantarina de su princesa, lo saca de sus sueños y le dice tiernamente…
¿Joven… me da dos de trompita y dos de lengüita?…
¡Claro que sí!…
¡Con mucho gusto!
El espejo
Recuerdo que, cuando era pequeña, mi mayor anhelo del día, era bañarme, ponerme bonita y correr a contemplarme en el espejo de la habitación de mi abuela.
¡Qué lozana, la piel de mi rostro!
¡Qué encendidas mejillas!
¡Qué cabello, tan sedoso y tan lleno de cuerpo!
¡Qué ojos más hermosos y brillantes!
¡Qué boca tan rosada y chiquita… como la de una muñequita!
¡Qué guapa, te estás poniendo!
Me parecía que el querido espejo me decía… ¡Y, era verdad!
Porque las mismas frases, me las decían los familiares y las amistades.
Por tres décadas, me pareció encantador aquel espejo, tan bien pulido y enmarcado en madera de cedro con pequeños adornos de plata, aunque sencillos.
Luego vino, la vida ajetreada… las carreras… los hijos… el trabajo… la escuela y los quehaceres domésticos.
¡Y también el descuido, en el aseo personal, la gula y la pereza!
Ahora,… cansada, con paso lento me dirijo a darme una miradita, al espejo que me heredó mi abuela…
¡Qué gorda!
¡Qué canas!
¡Esas arrugas!
¡Qué seca mi mirada!
¡Qué demacrada!
¡Qué boca tan marchita!
¡Qué bigotes… Qué barbas… En fin, Qué vieja y ajada toda tú figura!
-Asombrada ante el espejo… con ira respondí-
¡Mientes, maldito espejo!
Yo no soy así, eres un espejo rancio, viejo y distorsionas a las personas que en ti, se reflejan.
–la mujer corrió por un martillo… y clavando las uñas de él, en el cuadro del espejo, fijado en la pared, lo desprendió y lo arrojó al recién pulido piso –
¡Lola!
Recoge esa basura tirada en el cuarto de mi abuela… y desde mañana me acompañas a caminar, quiero ver si bajo un poco de peso.
¡Date prisa, que alguien se puede cortar!
¡Mañana, voy a comprar un espejo nuevo!
La criada, fue barriendo con la escoba los pedacitos del espejo, juntándolos y apretujándolos unos contra otros en el recogedor…
¡Sus cristales, pulidos aún reflejaban, las tenues imágenes… de dos generaciones, más allá de la abuela!
El cierre de la empresa
Los trabajadores, ya veían venir el cierre. Presentían que faltaba poco para que su empresa, se fuera al fondo. Como un barco que poco a poco se hunde por la proa en el océano.
Había "robos hormiga" de herramientas y otros materiales, por operarios deshonestos que, argumentaban que lo hacían "porque su trabajo, no estaba muy bien remunerado".
Los empleados de confianza, cometían pequeños fraudes, alterando notas y facturas… Había "aviadores" o sea supuestos operarios y empleados, que cobraban en nómina confidencial por convenio de la empresa con algunas autoridades del gobierno, para "Dejarla trabajar en paz"… Había demasiadas incapacidades y ausencias del personal… Algunas personas se presentaban a trabajar en estado de ebriedad… y hasta drogadas, a las cuales protegía el Sindicato.
En fin, había desperdicio de todos los recursos. De tiempo, de material, de mano de obra… Y todavía se generaban otros costos por la mala calidad en los productos y los servicios.
Era realmente, un círculo vicioso, la empresa no podía pagar más, debido a todos los males arriba señalados… Y el personal, no quería trabajar más, ni ser productivo, ni ocuparse en mejorar la calidad porque no le pagaban más…
¡Y sucedió lo inevitable!…
La empresa, se fue a la quiebra, se pagó a proveedores, se vendieron los equipos y la maquinaria, así como instalaciones y propiedades para liquidar conforme a la ley a todo su personal.
Algún tiempo después…
En la plaza principal de la ciudad, se podía observar y hasta escuchar los diálogos como los siguientes, de los trabajadores que habían laborado en la empresa por diez, veinte y hasta treinta años:
-¡Caray, Don Claudio!
¿Cómo fue cerrando nuestra empresa, si éramos más de mil trabajadores?
Hay otras empresas del mismo ramo, que siguen trabajando y tienen buen reparto de utilidades y ni tienen tan buena maquinaria como la que nosotros teníamos…
-¡La de malas, Don Toño!
Y lo malo para nosotros, es que parece que todas las empresas de la localidad, se pusieron de acuerdo y no quisieron darnos trabajo a ninguno de los que habíamos laborado en nuestra empresa.
Otro diálogo:
-¡Don Matías!… ¿Cómo está?
¡Pues, estoy, Don Pancho… Y eso ya es ganancia!
Muchos de nuestros excompañeros de trabajo ya se murieron… ¡Y creo que, de tristeza y hasta de aburrimiento!
-Ahora que lo menciona, Don Matías… Yo también extraño mucho mi trabajo, hubiese preferido no haber recibido mi liquidación y seguir trabajando.
-Tiene razón, Don Pancho… realmente, fueron muy pocos, los que emprendieron un pequeño negocio con lo de su respectiva liquidación… Y los que verdaderamente supieron ver el cambio, se salieron antes… Y están trabajando con buenos sueldos, en otras empresas.
Y así, se pasaban diariamente el tiempo, los antiguos trabajadores de esa empresa cerrada… Sólo recordando… lo que pudieron haber hecho y no lo hicieron… lo hermoso que era su trabajo.
Y lamentándose de no haber actuado con una actitud diferente para salvar a su empresa.
Se despedían amablemente, pero con tristeza… Y siempre como al tiempo de "la hora de comer"… Con la promesa de verse al día siguiente para continuar la misma rutinaria plática.
Estudiantes inadaptados
La maestra, se puso de pie, a un lado de su escritorio, miró sonriente a sus alumnos y les dijo: Les encargué que investigaran el tema de la Estación Espacial… y si lo hicieron, van a ver como "es bueno aprender a aprender".
La maestra, lo pensó dos veces, antes de preguntarle a Tomás, uno de los estudiantes más violentos, en su clase de 3r. Año de Secundaria, cuyas edades fluctuaban entre los 12 y los 15 años de edad. La última vez, le había llamado la atención por su hablar injurioso y por el maltrato físico contra sus compañeros.
Respiró profundamente… y dijo pausadamente… ¿Tomás, sí buscaste el tema en Internet?
-¡No maestra… no tuve tiempo!
-¿Cómo dices?… ayer te observé jugando en las maquinitas, lo cual significa que sí tienes tiempo… anda platícanos algo sobre el tema… ¡Todos, podemos aprender de todos!
-¡Pues ya le dije que no estudié nada! -Dijo con fastidio-
¡Pregúntele a Pedro!
-Y guiñándole un ojo a su compañero, dijo con sorna… ¡Parece que él, sí leyó el tema!
-¿Es cierto, Pedro?… ¡Bien, te escuchamos!
-¡No me fastidien!- contestó el aludido, quien sacando una pistola escuadra, apunto con el arma a uno de los estudiantes.
-¡Guarda eso!-Dijo con horror la maestra.
-¡No quiero! … Que conteste "el sabio de la clase" que se burla de mí y Tomás, de nuestro cabello largo y hasta de nuestra manera de vestir…
¡Y disparó, al alumno más brillante de la clase, el cual quedó sin vida, reclinado en su pupitre, sobre el cual se formó de
Inmediato un charco de sangre juvenil que escurría de su pecho!
Tomás, también sacó un revólver y apuntó a una chica, diciendo con burla al disparar sobre ella… ¡Tú también muere, Jessica, ya que me rehuías cuando te encontrabas conmigo, como si estuviera apestado!
-Y cayó, la hermosa muchacha, todavía con tristeza en su mirada.
-¡Pues yo mato a Carlos, el deportista, quien se burló de mí, diciendo que sólo soy bueno para los videojuegos!
Y entre gritos, confusiones y empujones de los aterrorizados estudiantes, Tomás, disparó sobre la maestra… Que se fue doblando lentamente, sin poder creer lo que estaba pasando.
Afuera del salón, se escucharon carreras, llantos, gritos y el sonar lúgubre de ambulancias y patrullas de policía.
-¿Estás listo Pedro?-Preguntó, Tomás-
-¡Claro que sí!-Contestó, Pedro-
Y los estudiantes vieron con pánico como ambos muchachos inadaptados, se apuntaron a la cabeza, con respectivas pistolas y dispararon…
Y se derrumbaron los asesinos y suicidas… sin vida… sin dignidad, como unos muñecos de trapo grotescos.
-¡Abran!… ¡Somos la Policía Preventiva!
Y los muchachos de Secundaria, abrieron con temblor… suavemente la puerta
Vista desperdiciada
¡Hoy todo lo veo con buenos ojos!
¿Por qué digo esto?… Porque anteriormente, sólo miraba defectos en las personas, mientras que ahora sólo me fijo en sus cualidades.
Antes mis miradas eran de ira, de desconfianza, mientras que hoy son de ternura y amor para mis amigos y familiares… ¡Lo veo y no lo creo!
En el pasado, mis pupilas se desgastaban con mala literatura y con programas televisivos de pésima gusto y de baja cultura…
Mientras que hoy… Se recrea mi vista, mirando a los músicos integrantes de una Orquesta Sinfónica y les digo a mis compañeros oídos… ¡Deléitense, con esta música eterna!
¡Cuánto había desperdiciado, el maravilloso sentido de la vista!
Ahora… ¡Qué hermosos, me parecen los amaneceres de todos los días, cuando
Apenas los rayos del alba despiertan las niñas de mis ojos ¡
¡Qué maravillas de colores, en los árboles, en todas las plantas y flores… aún en un mismo color hay mil tonalidades!
¡Qué hermosa me parece la sonrisa dibujada en los rostros de los niños!
¡Y qué grandiosa la mirada tierna y amorosa… de la amada!
¡Qué atardeceres sobre el horizonte de las playas!
¡Cómo resplandece el oro del Sol, derramándose sobre la cumbre de las montañas!
Y al llegar la noche… ¡Cómo es majestuoso el brillar de las estrellas, en lo profundo del Universo!
¡Veo… entonces vivo!
¡Gracias al Diseñador, que derramó polvo de luceros en los ojos humanos!
Les quiero decir a todos los ojos del mundo que… si los obligan a ver la maldad… ¡Luchen con el cuerpo en que están, para obligarlo a mirar sólo cosas bellas!
Y si perezosos se posan vuestro ojos en lecturas profanas… ¡Busquen por todos los países, las lecturas sublimes de los autores clásicos!
Protejan sus ojos, pues son las ventanas del alma, por medio de las cuales, el cerebro eslabona con billones de fotografías oculares, el ensamble del recuerdo en la memoria.
En fin… Hoy contemplo, también el Universo de las buenas letras, y mis ojos se recrean con las letras, sílabas, palabras, párrafos, capítulos y libros en la inmensidad de tesoros incalculables de la Biblia, y curiosos mis ojos se detienen en la epístola de Pablo a los Efesios: "Habiendo sido iluminados los ojos del corazón…"
¡Claro!… Los ojos hacen ver a todo el cuerpo, le ayudan a sentir la verdadera vida, que no puede ver la vista que se queda en la oscuridad.
Por casi más de la mitad de la vida, me había perdido de leer esas letras eternas y divinamente inspiradas.
Todo eso platicaron mis ojos, que ya no estaban en mi antiguo cuerpo, el cual habían enterrado unos años atrás…
Y estos ojos que creí… que no volverían a ver… fueron trasplantados… Y están estrenando un cuerpo nuevo.
Un puño de tierra
Un niño, jugando en el patio de su casa, agarró con su mano… un puñito de tierra,
¡Mira, mamá!
¡Iván, no te ensucies las manos… esa tierra, no vale la pena!
Creció el niño y cuando ahora, sostiene en su mano un puño de tierra… pregunta a sus alumnos: ¿Qué es esto?
Sus discípulos le contestan… ¡Un puño de tierra!
Entonces el Biólogo sonríe y explica a sus alumnos, separando cuidadosamente los componentes:
Esta pequeña semilla, apenas más grande que la punta de un lápiz, es un hermoso pino, de color verde claro. Si sembramos esta semilla, crecerá un árbol de 20 metros de altura, las aves vendrán y anidarán en sus ramas y su madera servirá, para construir casas, cunas y féretros.
Un alumno se atreve a señalar en la palma del maestro… ¿Y esta pequeñísima semilla?
El Biólogo, la toma, y la aplasta con un gesto de desprecio.
No vale la pena que viva, si se siembra, la planta, sólo causaría dolores a quien la comiera.
¿Y esta otra?
¡También hay que desecharla… Produce una planta que altera el sistema nervioso!
¡Miren esta es una partícula de bronce, y esta es… una de níquel!
Finalmente, los alumnos vieron que el científico desecho el resto… lo que parecía sólo tierra.
¡Pero ahora… viene el puño de DIOS!
Y unos dedos grandiosos manipulaban… casi acariciaban las partículas de la tierra
Por el científico desechada.
Y le decía a su hijo…
-¡Mira bien!… Estos átomos de polvo, son hombres que fueron buenos sobre la Tierra… Te los doy… consérvalos.
¡Van a volver a vivir! … Y también darán excelente simiente.
Estas otras partículas de tierra… fueron hombres inicuos. Si volvieran a vivir…
¡Causarían nuevamente daño y aún su simiente no los superaría sino en maldad.
No vale la pena revivirlos!
¡Cuántas lecciones, encierra tan sólo un puño de tierra!
Por eso, si te crees poderoso, si todo lo avasallas, o si piensas que eres muy inteligente y a los demás humillas, o si confías sólo en tus riquezas materiales y desprecias las espirituales…
¡Recuerda, que un día llegarás a estar en el puño de tierra… del Creador de todo el Universo!
Las promesas vacías
¡Qué señor tan guapo!
Pensaba una jovencita, de tan sólo de dieciséis años de edad, mientras le despachaba un jugo de naranja e imaginaba que ese varón tendría… sí como unos treinta años… y que con toda seguridad estaría casado.
¡Pero de qué manera tan tierna la miraba!
Ella era morena, de mediana estatura, no mal formada… y él era blanco… sus ojos claros la cautivaban… y era más alto que ella.
-¡Gracias!- Le dijo el hombre, recibiendo el jugo y rozando su tibia mano de tímida doncella-
-¡Voy a mi trabajo!… ¿Sabe?
Estoy casado, pero mi matrimonio no funciona bien y casi siempre salgo sin desayunar.
-Pensó, la muchacha –
¡Pobre!… Cómo hay esposas ingratas, que puedan mandar a sus esposos a trabajar, sin prepararles sus alimentos… ¡Yo no lo haría!…
Y se ve que este señor gana bien, pues siempre me paga con "billetes grandes" que tengo que feriar en la tienda de la esquina para devolverle su cambio.
Y pasaron los días. Ya con más confianza el señor la invitó al cine, a cenar, a bailar… ¡Y siempre tan atento!
Hasta que un día le propuso que se fuera con él hacer vida de amor libre, pero prometiéndole Que no le faltaría nada…
Y que siempre contaría con su amor.
La jovencita, realmente sólo lo pensó un
Poco.
Trabajaba todo el día.
En su familia… ¡había muchos problemas!
¡Además… el señor le gustaba!
Total, planearon que un cierto día, él pasaría por ella a recogerla en una esquina de la calle, cerca de su casa.
Y se llevó su ropa y sus escasas pertenencias… ¡Y se fue a vivir con el príncipe de sus sueños!
La trató bien, hasta que tuvo su primer hijo, el cual llevó el nombre de él para demostrarle cuanto lo amaba.
Pero después vinieron los golpes, los malos tratos, la falta de ropa para ella y el niño… ¡ah!… y… los encierros por celos.
Los billetes grandes… ya no los vio más. A veces "ni morralla" le daba… ¡Pero por supuesto, llegaron otros dos hijos!
¿Su Familia?… Casi no la visitaban, pues si lo hacían, "su esposo" los maltrataba.
Hasta que un día, ella dijo: "Ya no aguantó más"… sacó del humilde departamento alquilado, otra vez lo más indispensable y se fue a vivir con uno de sus hermanos casados.
Al poco tiempo, vino su rey, haciéndole nuevas promesas: "Que te extraño a ti y a los niños"… "Que te amo y ya voy a cambiar"… En fin, le prometió las estrellas de los cielos.
Y regresó con él a otro departamento…Las promesas pronto se le olvidaron… se vaciaron de contenido en la práctica de la vida diaria… Y llegaron otros tres hijos… con más trabajo, sudor y lágrimas.
¡Hasta que finalmente ya no le creyó!
Ahora tendría que trabajar duro… y por supuesto que sus hijos también… ¡Para salir adelante… con la vida a cuestas!
Y, sí… pudo sobrevivir… con muchísimo trabajo… con privaciones y poca escuela para sus seis hijos.
En la actualidad, cuatro de sus hijos, ya se le casaron… apenas cumplían los dieciséis años… ¡Y casi volaban!
Sólo le quedan dos varoncitos, uno de ocho y otro de diez años. Ella tiene, casi los cuarenta años.
Y todavía… más de dos señores que la han conocido le han dicho… ¡Ya no sufra, guapa… si usted quiere nos juntamos…Ande… Me hago cargo de los niños!
El hijo descarriado
Cuando mi padre estaba muriendo, me dijo con ternura:
-Luis… es necesario que cambies tu actitud, cuida a tu mamá, eres el mayor, por lo tanto es tu deber guiar a tu hermano…
¡Sí, papá… juro que lo haré!
Y nos quedamos sin padre… Yo, apenas con diecisiete años y mi hermano de catorce.
¿Pero, cómo cumplir mi promesa?
Estaba mal educado. Sinceramente, no era culpa de mis padres… Ellos habían hecho todo lo posible…
¡No es el hombre, malo cuando nace, se va haciendo malo con la influencia del medio!
Mi hermano, Santiago, se comportaba medianamente bien, trabajaba y le daba algo de dinero a mamá… Pero dentro de sus defectos, tenía fama de "tranza", ya que aunque prometía pagar "mañana" a quien pedía prestado, era raro cuando cumplía y casi a todos los familiares y amigos, les debía, pero realmente eran pocas cantidades de dinero a cada uno… ¡Pero ya juntos… ni para qué soñar que les pagaría!
En cambio, yo… ¡Hasta a la familia le robaba!
Fueron varias las veces que mamá dejó algún billete sobre los muebles, mientras hacía otra cosa y cuando lo buscaba ya no lo encontraba.
Además, me hice vago… Llegaba tarde a casa. A veces ni llegaba… Me iba con los
Cuates a los bailes y llegaba hasta otro día. Mi madre, sólo me decía, ¡Mira cómo vienes Gustavo!
Otros familiares se quejaban con mamá…
-Tía, Gustavo, me robó la plancha, decía alguna de mis primas casadas…
-Tía, Gustavo, me robó mi bicicleta y supe que la empeñó, gritaba alguno de mis primos…
-Otro tío, decía: Gustavo, golpeó a mi hijo…
Y cosas así, por el estilo.
Le hago a la "grifa" y para conseguirla, tengo que robarme cosas y venderlas.
Por eso, nadie me da trabajo, todos los que me conocen dan malas referencias.
En mi barrio, casi nadie me tiene confianza… hasta mis cuates se cuidan de mi.
¡Hasta que llegó una fatídica ocasión!… Estaba en mi casa, muy a gusto descansando- ¿De qué?- cuando escuché gritos en la calle, así como los ruidos clásicos de tubos y cadenas…
¡Era mi banda peleando con otra rival, de otra colonia, la cual nos hacía una visita en nuestro territorio…
Me metí a la cocina… agarré un cuchillo y me dirigí hacia la puerta de la entrada…
-¡No Gustavo, no!… gritó mi madre angustiada… ¡No salgas, por favor!
-¡Hágase a un lado y no se meta que esto es cosa de hombres!
Total, que afuera se armó un relajo… Maldiciones, gritos desaforados, muchos golpeados, algunos heridos… ¡Y claro, llegó la policía!
Estaba, en la cárcel… ¿Quién iba a visitarme?… ¡Nadie!
Ya tenía una semana en la "Peni", cuando supe que mi mamá había muerto, el día
Del pleito de las bandas de pandilleros…
¡Ni siquiera pude ir a su entierro!
Los vecinos de mi barrio hasta me acusaban de"que yo la había matado"… ¡Pues es era mi mala fama de hijo descarriado!
Comentaban, que yo era un mantenido… "el mal hijo de la buena de Doña Eufrasia"… que mi madre, lavaba y planchaba para poder pagar los gastos de la casa.
Finalmente, todo se aclaró… El Doctor que llegó a atender aquel día fatídico a mamá, certificó que la muerte se debió a un para cardiaco.
Para acabarla de "amolar", una muchacha, me visitó en la cárcel y llevaba un recién nacido y me decía que era mío… yo ni la quise recibir… ¿Drogado?… ¿Borracho? …
¡Yo no recordaba, nada!
Total, que salí de la "Peni"… Santiago ya estaba casado…
¡Y ahora mi hermano menor era el que me aconsejaba!… "Que ya ni la amuelas"… "Que ya estás grande"…Que…
Yo simplemente le dije con mi más dulce gesto: Sí, hermano, no te preocupes… Tú trata de ser feliz…
¡Yo, ya voy a cambiar…!
La compra de robots y computadoras
Estábamos en una junta de Academia… había gritos y murmullos de profesores… (Platón, de seguro se reiría de nosotros).
-Hasta que una voz con acento académico sobresalió sobre todos-
¡Definamos el problema!
El problema es: que estamos desfasados… rebasados por el medio… nos está ganando la competencia en este mundo globalizado.
Las prácticas de laboratorio que ofrecemos a los alumnos, son obsoletas, son manuales en comparación con las de otras escuelas, que tienen equipos modernos, muy automáticos y computarizados.
Bueno, y ahora… ¿Cuál es la propuesta?
Dejar de impartir materias que no son necesarias como la Ética y la Lógica…
O como la orientación vocacional… ¿Para qué la queremos?
Total, la propuesta es que mandemos al Director y al consejo administrativo y académico… ¡Un proyecto, bien soportado para adquirir robots y computadoras, para los talleres y laboratorios de la escuela!
¡Bueno, vamos a votar!
Casi todo el grupo colegiado, levantamos con temor nuestro índice (Sin que se escuchara un pensamiento unánime, "De que no siempre la mayoría tiene la razón").
En el fondo, sabíamos que esa compra significaría, sacrificio de recursos en otras áreas de la escuela y que incluso, tendríamos menos café, azúcar y galletas
Para las próximas reuniones de la Academia… Pero, todo sea "por no
Quedarnos atrás. También para obtener puntos para la "Carrera Magisterial", o para los programas de "becas"a maestros, pero sobretodo, (suspiramos) lo hacemos y lo aprobamos en beneficio de nuestros educandos.
Llegó el equipo… y pasaron sólo unos cuantos años.
Ahora los estudiantes eran muy maleducados, descuidaban sus arreglos personales, mal hablados, pleitistas.
Bajaron en el promedio de sus calificaciones.
No respetaban los estacionamientos… Hasta se encontraban botellas de licor vacías dentro de las instalaciones de la escuela. Se escuchaba el rumor de que consumían drogas.
¡Sí, los muchachos sabían usar los robots, las celdas de control numérico y eran hábiles utilizando sus computadoras!
PERO no respetaban a sus maestros, mucho menos a sus compañeros y a las alumnas, eran indisciplinados, rayaban con graffiti los baños, pizarrones y pupitres.
Sobretodo se elevó el número de alumnas embarazadas y por ende la deserción escolar aumentó.
Cuando barrían las aulas, los intendentes encontraban, condones usados…
¡Claro que no los utilizaban los robots!
ACADEMIA URGENTE:
¿Y ahora, cuál es el problema?
Necesitamos incrementar la honestidad, la justicia, el respeto, la disciplina y la paz dentro de la escuela.
En pocas palabras, se requieren VALORES…
Bueno… pero, ¿Dónde se venden los Valores?
¿Cuál es la propuesta?
¿Cuáles me pongo?
Cuando uno tiene más de lo que merece, todo se complica.
Lo que antes nos parecía sencillo, sin normas de urbanidad complicadas…
Pero cuando uno trata de "escalar" en la sociedad, de convivir con otras esferas en el Universo, ¡Eso, ya es otra cosa!
Primero, tienes que vestir y calzar marcas conocidas (de "high life") en zapatos, camisas, pantalones, perfumes, reloj, computadora, etc.,…! Y además te identifican si no las usas originales!
¡Ah!… Y enseguida es muy importante, la combinación de los colores, que si la corbata con el traje, los calcetines con el color del pantalón o la camisa con el pantalón, hasta los estilos y cortes.
Las tiendas de autoservicio que frecuentas, los clubes, en fin…
Porque si no te miran como bicho raro.
Pero, no hay otra, o le entras o no le entras.
Pero realmente hay muchas esferas y los que pueden se elevan más y más.
Por mi parte, antes sólo tenía dos pares de zapatos, pero ahora tuve que comprar una docena de pares… ¡Jamás en mi vida pensé que fueran necesarios tantos!
A mí, anteriormente me parecía que tener muchos zapatos era un desperdicio de recursos, de espacio en el clóset, hasta un desperdicio de tiempo.
Total, hoy ya me había puesto mi traje nuevo, color azul marino, camisa azul cielo, corbata azul marino, calcetines azul cielo,…
Bueno dicen que en gustos se rompen géneros, pero me veía en el espejo… ¡Y yo solo me aprobaba!
Pero, no podía ponerme de acuerdo conmigo mismo, en el color de los zapatos.
¿Unos azul marino…?… ¡No, ya era demasiado color azul!
¿Color negro? ¡Tampoco!
¿Beige? ¿Gris? ¿Y si, de otro estilo?
Y me calzaba unos, me los quitaba… me ponía otros… y, así… ¡Sólo eso me faltaba!
Al fin, tuve que decidirme, porque ya era tiempo de ir a ver a la princesa de mis sueños, la cual vivía en una colonia de más categoría y tendría que apresurarme a tomar el metro que afortunadamente no estaba muy lejos de mi casa.
Finalmente, me aplique mi perfume francés (poquito para que me dure)… disfruté por un momento mi delicioso aroma varonil…Y me dije ¡estás listo!
Salí optimista a la calle, con pasos seguros y no muy aprisa, para no descomponer la figura.
Yo observaba que las personas, me miraban con disimulo; pero con simpatía y respeto… Y yo, pensaba "Sin ropa, todos somos iguales"… ¿Cómo es posible que un simple arreglo en el vestir haga las diferencias?
En fin…
Antes de bajar al Metro, me encontré con dos guapas muchachas… y escuché que murmuraban: ¿Te fijaste…?… ¡Qué tipo!
Y también les escuche dos alegres carcajadas…
Pensé… ¡Claro que soy un tipo!
Antes las mujeres, ni siquiera me miraban, pero ahora… ¡Qué
Diferencia!…
Con mi traje nuevo, buen perfume, zapatos de excelente marca… ¡Ah!… Y pronto compraré un automóvil… bueno no precisamente un último modelo, pero…
Y sonreí optimista para mis adentros…
Y abordé mi Metro, que me conduciría cerca de la casa de mi novia….
Y todavía soñando despierto… me abrí paso hacia los pocos asientos vacíos…
Me senté… me miré mis zapatos…
Y sentí como subía mi sangre desde los pies hasta mi cara…
¡Qué vergüenza! ¡Llevaba un zapato de uno y otro de otro!
Y…
¿?
El desierto
René, realmente admiraba a Ricardo, el cual, recientemente había regresado de Estados Unidos, donde trabajó de bracero, el año pasado, en la recolección de frutas y legumbres.
Ricardo, había venido a pasar el invierno a su pueblo, ya que no podía aguantar el frío en el vecino país del norte y ahora ya a comienzos de febrero, todos en el pueblo comentaban que regresaría otra vez a USA, donde le había ido muy bien, pues había traído "hartos" dólares y ya hasta había comprado una camioneta para su papá, la cual le ayudaría para levantar la cosecha de maíz y frijol y para poder ir a la ciudad a vender estos productos agrícolas y así ganar más.
También sabían que Ricardo estaba fincando una casa para casarse a fin de este mismo año. Bueno, si todo iba bien.
René, había estado pensando… si fuera posible que Ricardo se lo quisiera llevar con él a trabajar a dicho país.
Todos en el pueblo sabían que Ricardo, era muy aguzado para cruzar la frontera y que mientras a otros del pueblo los regresaba la Migra, él, en cambio ya tenía varios años yéndose para el otro lado.
También decían que Ricardo conocía un camino secreto por el desierto, pero muy peligroso y que por eso le gustaba irse solo.
Total, René, se decidió y fue a verlo, diciéndole:
-¿Qué onda mi Richar?…
Llévame contigo a "Los Estaites Naites", Te prometo, que no te estorbaré…
¡Me llevo mi alimento y mi agua y algunos dólares por si se ofrece algo!
-Ricardo, le contestó: ¿Por qué no?
¡Está bueno!… Nos vamos el viernes en la mañana para llegar por la tarde a la frontera, dormimos unas cuatro horas y estaremos cruzando parte del desierto el Sábado, ya amaneciendo y seguimos todo ese día y parte del Domingo, porque en éste mismo día ya terminando la tarde, espero estar llegando "seguro al otro lado" para presentarme con mi patrón… ¿Juega?
¡No te me vayas "a rajar" por el camino!
-¡Cómo crees mi Richar!
Y empezaron a caminar por el desierto, el Sábado todavía muy de madrugada, como habían planeado para avanzar lo más que pudieran.
René, iba lleno de ilusiones, pero también se había provisto de una mochila donde llevaba su alimento, calzaba unas botas vaqueras, usadas y cómodas para caminar por el desierto, su pantalón de mezclilla y un "paliacate colorado" al cuello enredado… Además de una cachucha para protegerse del Sol.
Como a las 11:00 AM, empezó a sentirse muy cansado y con mucha sed, pero Ricardo le había dicho que tenía que aguantar lo más que pudiera la sed para no terminar con el agua.
Así, que imitaba a su compañero, el cual sólo daba pequeños, sorbos del vital líquido cuando se dirigía la cantimplora a la boca.
Como a las 15:00 PM… de plano iba ya desfallecido… ¡Renegando consigo mismo y arrepintiéndose de haberse aventurado a "ir al otro lado"!
¡Maldito desierto, no pensé que fuera tan duro caminar en tus terrenos!
No veo para cuando llegar y Ricardo dice que llegaremos hasta mañana…
Se me hace que no voy a aguantar… ¡Pero ni modo de regresarme!
Me duele horriblemente la cabeza… creo que…
-¡Cuidado!… le advirtió Ricardo.
René casi había pisado a una víbora de cascabel, la cual también por poco lo muerde, afortunadamente con el grito de su compañero, René había tenido tiempo de dar un salto y hacerse a un lado… ¿Sí,..No?
El habitante natural del desierto se había asustado con el grito de Ricardo y al no conseguir su objetivo de morder su presa, rápida como una centella se había escabullido en un hoyo del árido suelo.
Y siguieron su marcha los viajeros, con un bracero primerizo muy espantado.
-René, será mejor que no comas mucho tasajo de carne, eso te dará más sed…
Y recuerda que sólo tenemos agua para alcanzar a llegar ya te lo haya si te la acabas, yo no te daré de la mía… ¿Eh?
Como pudo, René terminó la jornada del sábado… ¡Y ahora sentiría el frío del desierto en la noche… pero a eso no le tenía tanto miedo como al calor!…. ¡Y Ricardo, le dijo que sólo descansarían unas cuatro o cinco horas, porque tendrían que aprovechar lo fresco de la madrugada del Domingo para avanzar todo lo que se pudiera…!
René, tuvo hasta pesadillas, debido a la fiebre por la insolación, que le había dado el día anterior.
Ricardo, tuvo que despertarlo el domingo, y casi enojado le dijo:
-¡Vamos, René… no te desanimes porque me contagias!
¡Aguanta,… Hoy en la tarde, llegaremos!
Haciendo un rictus de dolor… se levantó René… y pensaba…
¡Por lo pronto falta casi todo el día!
¡Tengo que llegar!… y se daba ánimos…
¡Sí, llegaré bien… y trabajaré duro… ahorraré lo más que pueda… tengo que desquitarme, de lo que me está haciendo este cruce por el desierto!
Como a las tres de la tarde, ya no le quedaba agua y le dijo a su compañero…
-Ricardo, véndeme un traguito de agua… Ya no aguanto la sed.
Ricardo, vio que René tenía los labios amoratados y partidos por la falta de líquido… ¡Se le veía derrotado con sus botas vaqueras ya rotas y más gastadas de tanto caminar por el desierto!
Ricardo, pensó… ¿Pos no que no me ibas a estorbar?… Estuvo a punto de recriminárselo, pero sintió lástima y sólo le dijo: "Te advertí que no te fueras a acabar el agua y… ¿ya viste lo que hiciste?…Todavía nos faltan unas cuantas horas para llegar…Aguántate otro rato!"
Caminaron otras tres horas más y ahora a ambos ya se les veía cansados, sudorosos, sentían que las ropas casi les quemaban la piel,… ¿pero cómo quitárselas?
Realmente sentían los rayos de Sol caerles a plomo sobre las espaldas… Y en toda su humanidad agotada.
René, puso las rodillas en la tierra caliente y a pesar del suelo ardiente no se levantaba. Sintió que moría. Y miraba, angustiado a su compañero: -¡Agua,…Ricardo por favor… Agua!
Ricardo lo miró conmovido, con un movimiento de laxitud, destapó su cantimplora… Primero bebió él…
Y calculando que ya había tomado la mitad de la que hace unos momentos le quedaba, le dio a beber a René,…muy despacio…
René, a pesar de que sus labios le sangraban por las llagas…Sintió el agua como el más delicioso manjar que alguna vez hubiese probado…
-¡Gracias… mi Richar!
Y ya sin agua emprendieron la marcha, para completar la última jornada…
Allá en lontananza se veía ya el condado donde Ricardo trabajaba año con año.
Ricardo, calculó que les faltaría todavía una dos largas horas… ¡Y ya también sin alimento!
Ricardo, casi tuvo que cargar a René
Para llegar cerca de un cacto del desierto y con una piedra le destrozaron uno de sus brazos… Para calmar un poco la sed y el hambre.
¡Caramba! … pensó Ricardo…creo que es cierto el dicho de que más vale sólo que mal acompañado… ¡Nunca me había costado tanto trabajo venir al otro lado!
Y ya en la noche del domingo,
Gritó, Ricardo a su amigo…
-¡Llegamos, René… Llegamos!
¡Creí que no lo lograríamos!
René, ya no pudo soportar más las botas vaqueras, con dolor en sus pies se las quitó, las aventó al desierto diciendo con un gesto de dolor: ¡Te doy mis botas, desierto, quédate con ellas, me voy a comprar unas botas texanas, o hasta unas de charol!
¡ Ja, ja, ja, ja, ja !-Se escuchó la carcajada de Ricardo-
-¡No me hagas reír, que yo también traigo los labios partidos, aunque menos que tú!
Y con pasos descalzos casi sangrantes y vacilantes… dejando huellas de sangre, en la ya fría y silenciosa noche del desierto, René fue caminando siguiendo los pasos de su compañero…
Y….
¡Ah qué travesuras de chiquillos!
¡Vi reflejada mi cara en el agua clara del profundo pozo!
Y pensé, que si yo me cayera, me quedaría acurrucado bajo el agua y que permanecería pequeño… ¡Ah, no… Mejor no!…
-Si no me arrojo en el pozo, entonces seré grande…
Cambié de pensamiento al observar como del redondo pozo, recubierto en sus paredes por rajuelas de piedra de cantera, estaba recubierto de musgo verde con una tonalidad como los aretes de esmeraldas de una de mis tías.
Escuchaba el ruido que hacían los pajarillos alimentando a sus críos en los tejidos nidos que se veían como a la mitad del pozo. Salían volando en espiral a buscar alimento y regresaban con alguna lombriz o nixtamal en sus picos y los observaba como regresaban jubilosos para alimentar a su pequeños que abriendo sus tiernos picos recibían su ración alimenticia instintivamente distribuida con sabiduría…Mientras hacían una algaraza de estrambóticos conciertos… ¿Cómo aprende el canto, el agua clara?… ¡No, lo sé! … Pero el eco del pozo reverbera las notas, permeando la luz en los espejos del agua…
Alrededor del pozo y cerca de mí, jugueteaban unas gallinas, unas blancas como el alma, coloradas otras como las enaguas de mi prima Lola o búlicas como… ¡Esta gallina que tengo atrapada entre mis manos!
Yo quería saber, si la gallina podría volar hacia el fondo del pozo, beber agua, sacudir su cabeza como lo hacían los pájaros y
Después regresar volando nuevamente hasta mis manos.
¡A la una… a las dos…y… a las tres!
Y… la gallina sí se fue volando en espiral hasta el fondo del pozo, la vi aletear desesperadamente y después desaparecer bajo el agua.
Al escuchar el grito asustado de las demás gallinas- no sé como se comunican –
Mi mamá salió corriendo de la cocina diciendo: ¡Jesús! … ¿Qué pasa? -Yo no me llamo Jesús pensé-
-¿Qué has hecho?
¡Mamá! – dije con los labios casi temblando-
¡Yo no quería que muriera! ¡De veras!
Las mamás actúan con justicia… Y me pegó con una soga mojada que allí mismo estaba cerca del pozo ahora nefasto para mi, pero del cual bebía su fresca agua…
Todavía, recuerdo el olor del ixtle impregnado con olor a grasa de la garrucha por donde se deslizaba el cubo para el agua que subía y bajaba a tirón de manos.
Mi abuelito salió en defensa de su nieto malo y dijo: "Déjalo… no son diabluras… son travesuras de chiquillos"
-¡De verdad mamá… no lo hice adrede, mamá!…
Y sentía en mi espalda el ardor de la soga mojada.
¡Total, mamá sacó a la gallina color búlica del pozo con el mismo cubo de sacar agua!
Y… después, estuvo bueno el caldo de gallina ahogada.
¡Vamos a limpiar la Tierra!
Hoy llegaron otros novatos a mi Estación Espacial No. 3.
Se quedaron maravillados con la forma en como me desplazo,-pese a la ingravidez del interior de la Estación- de un lado a otro, dentro de nuestro hogar en el espacio, y me hago el disimulado, pero en el fondo me gustan sus halagos.
Debo decirles que, nací in Vitro en la Estación Espacial No. 1 y que mi apariencia parece ser como la de un ser humano normal, solo que no tengo huesos en las extremidades, me parece que soy como un muñeco de plástico con los que hace muchos años se divertían las niñas en la Tierra (Personalmente no he estado en ese Planeta).
Mis padres los cosmonautas Man45 y Woman12, murieron a la edad de 230 años, en la estación Espacial No. 1 y a pesar de que ya había Cementerio Espacial, se sintieron nostálgicos de su azul planeta y quisieron ser transportados allí para ser enterrados- Yo no sé para qué, porque nadie los conocía ya, pues todos los que habían sido sus familiares y amigos o los que alguna vez supieron que ellos estaban aquí en el espacio sideral, ya hacía casi dos siglos que habían muerto.
La longevidad de la vida es aquí cuatro veces más grande que en la Tierra, debido a que se producen medicinas de altísima calidad aquí en el laboratorio espacial, que inhiben las enfermedades que hace dos siglos eran temibles como el cáncer o el Sida. Así que casi la totalidad de las enfermedades han sido erradicadas de la Tierra, como la diabetes, la osteoporosis…
Y… de las gripes comunes… ¡Ahora hasta las extrañan… Ya que realmente se mueren de viejos!
Contamos con robot-astronautas, que hacen todas las maniobras de reparaciones en la parte exterior de nuestras Estaciones Espaciales. Así que son ellos los que tienen que aguantar las temperaturas extremas de 150 Grados Centígrados o los 150 Grados bajo cero.
En cambio los ciudadanos de primera clase que vivimos en estos lugares, disfrutamos de agradables temperaturas de 21 Grados Centígrados.
Tengo un PO5, que es una maravilla de Robot – Computadora y es del tamaño de una pelota mediana como la que utilizaban los niños antiguamente en la Tierra. Normalmente se sitúa a la altura de mi cabeza para poder comunicarse mejor -según él -.
Toda la información que yo quisiera y aún la que yo no requiriera, pero que el robot en caso de problemas de seguridad está programado para proporcionarla, en base todas las experiencias acumuladas y de las superteorías de los científicos de otras épocas y las actuales.
Esa información la puedo obtener si lo deseo, en tercera o cuarta dimensión ya sea hablada con imágenes virtuales o escrita.
Y como hay otros robots similares en la Estación espacial No. 3, puedo decir que este PO5 es mío.
Les voy a platicar un entretenimiento que hago diariamente y que heredé de mi abuelo desde la primera Estación Espacial: Consiste en todos los días, vierto un poco de H2O desde un vaso que tenga en mi mano y como inmediatamente se forma una esfera líquida, el chiste está en que me "coma esa esfera o pelota de agua"
Volando y utilizando sólo la boca, en la ingravidez de la Estación Espacial.
También quiero decirles que, debido a tantos viajes espaciales hacia fuera de la atmósfera de la Tierra, se ha generado, demasiado desperdicio espacial y cada cierto tiempo, tengo que hacer una limpieza alrededor de la Tierra para despejarla de esos desperdicios con los cuales en los laboratorios de Ciencia y Tecnología se elaboran súper materiales, los cuales son enviados a la tierra para ser utilizados en varias industrias para la fabricación de más componentes espaciales.
A propósito, oigan la voz de mi PO5 que me dice: "Atención Amo Pierre ST1, vamos a limpiar la Tierra".
Y yo le contesto imitando su metálica voz humana: "Vamos, ciudadano PO5, estoy listo para pescar chatarra en este lugar del Universo"- además pienso que me conviene, porque de lo contrario no miraría el color azul de ese maravilloso Planeta de aquí desde el espacio-
Y agrego para mis adentros…
¡Con razón Jehová Dios, dice que la Tierra la creó para los hombres, pero que el cielo lo había reservado solo para Él….!
¡En qué hemos convertido una de tus más hermosas creaciones en el Universo!
El hombre que todo quería comprar
-¡Billy!- gritó la mamá de este niño, desde dentro de la casa-
-¿Qué quieres mamá?-dijo el niño, mirándola tiernamente-
Toma este billete y me compras dos Kgs. de manzanas en la frutería de la esquina y luego vas a la tienda de la otra esquina y me compras un rompope para ponerle a las gelatinas del desayuno de mañana.
-¡Sí, mamá!… ¿Me pagarás este mandado?
-¡Anda, ve primero y luego ya veremos!
-Señora quiero dos Kgs. de aquellas manzanas amarillas que se ven allá, las quiero de buena calidad, ¿porque si no?… ¡Se las regreso! Mire traigo con qué pagarle.
La frutera, quien no había vendido mucho ese día, le sonríe al niño y le dice… -¡Enseguida señor!
El niño se siente gente muy importante con ese reconocimiento y corrobora que el dinero hace felices a las personas y que las doblega ante la persona que lo posee.
Corre luego a la tienda, pidió el rompope y "Don Santiaguito" – dueño de la tienda de abarrotes- le dijo amablemente de cuál marca le convenía más, el sabor más delicioso y hasta la forma del envase que más le convenía para que la utilizase después de terminado el contenido.
Todavía se la envolvió bien para que no se le fuera a romper y le hizo algunas recomendaciones para que no se hiciera daño, en caso de que se le rompiera en el camino. Todo con muchísima amabilidad y en atención al niño como si realmente estuviera platicando con un adulto.
Billy, pensó: "Efectivamente, el tener dinero hace funcionar al mundo muy bien"
Con el tiempo dejaron de decirle Billy, ahora le llamaban Don Guillermo porque tenía mucho dinero… y vaya que lo había perseguido como un fin.
Cuando iba al teatro, compraba todos los lugares delanteros para que nadie le estorbara, naturalmente eso disgustaba a algunos otros ricos, pero menos que él… Bueno también a algunos actores pues no contaban con otros espectadores que admiraran sus talentos en primera fila.
Si quería viajar en carretera, tenía un autobús panorámico.
Si manejaba en la ciudad, pagaba a dos motociclistas oficiales, para que fueran despejando el tránsito a su limousine, delante de él y todavía cuidando su retaguardia otro auto de su propiedad, con chofer y dos guardaespaldas.
Ni qué decir, de que todos sus empleados le sonreían y algunos hasta casi le besaban la mano -Don Guillermo pensaba que deberían sonreír porque les pagaba bien-
Si viajaba en avión, compraba varios pasajes de los asientos cercanos a él, para que donde él estuviera, nadie lo pudiese perturbar con preguntas o con impertinencias de acomodar sus equipajes de mano o con niños que le dieran lata.
Esto, quizá fuera buena venta para la aerolínea, mas para las azafatas era molesto, pues habían estudiado para comunicarse y ser amables con un buen número de personas, pero cuando se dirigían con Don Guillermo…. Francamente se desanimaban.
Si había un buen concierto con Orquesta sinfónica, a veces, hasta
Se las arreglaba Don Guillermo, para cambiar al Director anunciado… O sea a uno que a él le gustara… Pero con gran disgusto del público que ya había comprado sus entradas con el arreglo anterior… ¡Y ni qué decir de los músicos!
Si llegaba a un hotel, alquilaba todo el piso donde estaba el cuarto que él había escogido y los elevadores tenían que parar forzosamente en su piso al descender o ascender… Naturalmente eso era buen negocio para el dueño del hotel, pero acarreaba serios disgustos a otros distinguidos huéspedes.
Total que se casó. Su bella esposa, al principio fue feliz, pero pronto se cansó de toda esa demostración de poder económico que quería mostrar su esposo.
Don Guillermo, le dijo: ¿Qué te pasa?…
¿Quieres joyas…?…. ¿Anhelas ir a algún otro lugar de la Tierra?
¡Sonríe, me casé contigo para lucirte y pagué mucho dinero para conseguir tu amor!
La hermosa esposa, sintió un gran vacío en su corazón y le contestó:
-¿Sí?…
¡Pues el divorcio lo pagaré yo!
Salió de esa vida llena de lujos donde no había amor…
Y…
El mejor de los danzantes
¡Tam… Tam… tam… tam… tam!
Al ritmo de estas sencillas notas musicales, ejecutadas por el director que llevaba el ritmo de un grupo de danzantes, lucía majestuoso entre todos, un danzante vestido a la usanza azteca con un penacho de plumas de colores y haciendo juego con el color de sus demás atuendos de ropa, y con unos brazaletes de cobre artísticamente labrados en las muñecas de sus manos.
-Ni qué decir que me identifiqué con él y creyendo que él era yo, me sentí también como guerrero azteca-
Enseguida mis pupilas se recrearon con las bellas mujeres aztecas, vistiendo sus Huipillis (faldas largas) y moviendo sus ayacachtli (sonajas) en su mano derecha y que a intervalos de la danza que ejecutaban cambiaban a su mano izquierda, como siguiendo las circunvalaciones de la música que se enredaban en sus cuerpos.
Muy serias, pero danzando con
Cadencia y con gran dedicación… y girando como princesas reales delante del rey Moctezuma Hihuilcamina, formando pequeños círculos en tlanahuaya (bailando con los brazos enlazados).
Mas, observé, que cuando ese gran danzante, las miraba, afloraba en las doncellas y mujeres, una sonrisa que mostraba sus dientes de maíz tierno.
Y… sí, se diría que ese soberbio danzante, marcaba con su rítmicos pasos, tiempos lentos, mediano movimiento y rápidos de todos los danzantes.
Se podía verlo danzar, lentamente primero, como organizando los pasos de todo el grupo, después aceleraba su baile
Y sus movimientos… Y finalmente balanceaba su bronceado cuerpo y desbordando su energía, llevaba a sus compañeros de baile a un frenético ritmo de danza azteca como queriendo mover las estrellas en el cielo de la noche, en el tiempo y en el espacio.
Enseguida de un lapso de tiempo musical, cambiaba a un ritmo ligero, hasta ser casi como plástica figura, posando para un artista…
Y cuando sentía y veía que todo su grupo bailaba parejo, el final era o un golpe fuerte en el piso con su pie derecho.
O con unos pasos fuertes muy marcados y luego los iba disminuyendo en fuerza, hasta casi lograr en el último instante de la danza, un contacto ligero entre la suela de sus huaraches y el suelo, con una delgada capa de aire reteniendo el impacto… de la Tierra, contra el polvo cósmico, a más de ciento catorce mil kilómetros por hora, bailando en el Universo y amortiguando los últimos sonidos de los cascabeles de plata, en los tobillos de las princesas, que orgullosas lucían también sus matacaxtli (pulseras) de oro, ahora en sus manos reales , posando en sus caderas de vírgenes aztecas.
Aprovechando un cambio de danza, mientras los guitarristas y mandolinistas afinaban sus instrumentos y las princesas se arreglaban sus tocados y los caballeros águila arreglaban sus penachos de plumas.
Le pregunta, el majestuoso danzante- que lucía como un verdadero quauhpétlatl (caballero águila) -a uno de sus danzantes compañeros: ¿Cómo osas denigrar mi danza calzando "tenis" en lugar del tradicional huarache de danza?
-¿Huaraches yo?…. ¡Jamás!
Soy maestro de escuela, pero debido a tanta competencia tengo que completar mi gasto combinando la danza.
-¿Maestro?… Pues razón de más para que no se rompa la disciplina en el grupo, piense que tenemos que conservar nuestra cultura autóctona, lo más pura posible sin aculturación.
-¡Lo siento!… pero no voy a usar huaraches, no estoy acostumbrado y no quiero acostumbrarme, además no deseo que se me partan los pies con tanto polvo que levantan los danzantes.
Y usted, aunque sea el mejor de los danzantes, no me va a obligar a usarlos… ¡Y si lo hace me quejaré con el sindicato!
-¡Hummm!… Con su Sindicato, creo que pronto todos los del grupo, utilizarán tenis, y en lugar de penachos de plumas, usarán cachuchas beisboleras.
¡Renuncio!… Dijo el mejor de los danzantes… ¡A propósito maestro, le queda mejor el puesto de viejo de la danza!
Y se alejó majestuosamente, con su ruido de cascabeles, en unos pies que al pisar el pavimento levantaban siluetas de guerreros aztecas, bailando jubilosos por todo el Universo.
¿Me dejas ir a jugar?
-¡Mamá, ya hice mi tarea!
¿Puedo ir a jugar a la casa de Panchito?
-¡Bueno, pero ten cuidado!
Apenas tienes cinco años de edad y no quiero que vayas a sufrir un accidente… ¿Eh?
Panchito, tenía una pequeña huerta.
En cuanto llegó Pepillo, fueron a jugar a los árboles frutales.
Se subieron a los árboles, arrancaron peras, duraznos, higos, granadas, membrillos y chabacanos.
Realmente más de lo que podían comer y solo por la aventura de la travesura y de la gula.
-¡Ven, Pepillo!, vamos a jugar en el pozo… ¡está bien padre!
-¡Mira!- dijo Panchito-
Tú te metes en el cubo de sacar agua y te descuelgo hasta el fondo hasta que toques el agua, ¡pero te agarras fuerte del lazo atado al cubo!… ¿Eh?
¡Y después me toca a mí!… ¿Sale?
-¡Órale!-dijo, Pepillo-
Realmente, fue una experiencia muy grande para Pepillo al ir descendiendo por la pared redonda de aquel pozo…
Iba observando algunos nidos de los pajarillos llamados "nixtamaleros" , los cuales asustados piaban para ahuyentar al intruso… Le deleitó ver como había musgo verde en algunos segmentos de la pared
Del pozo. Con una mano se agarraba de la soga y con la otra iba tocando los nidos,
Los musgos y las paredes del pozo…
-¡Ya mero llego, Panchito!… Está un poco oscuro, pero llegan los rayos del Sol hasta el fondo del agua y puedo ver que en el fondo del pozo hay un zapato, una muñeca, y unas canicas de colores que brillan bien padre bajo el agua clara…
-¡Sí, yo arrojé esos objetos!…
¡No le vayas a decir a mamá, Pepillo!
Y cuando, el cubo tocó el agua, Pepillo, se sintió como si anduviera en un barco, en la superficie del mar, como lo había visto y aprendido en sus libros de la escuela.
Ahora podía meter una de sus manos en el agua, tomó un poco de agua clara en el pequeño cuenco de su mano… La bebió muy despacio y exclamó… ¡Está rica!
-¡Ya te voy a sacar, Pepillo!… Escuchó como de muy lejos la voz de su amigo.
-¡Bueno!
Y empezó ahora el ascenso, sintiendo los tirones que a intervalos de brazadas se conjugaban en el cubo de agua. Soga, y Polea del viejo pozo.
-¿Qué te pareció, Pepillo?
-¡Fabuloso! … Mejor que un elevador
-¡Bueno, yo sigo!
No me vayas a soltar, Pepillo… despacito… ¿Eh?
Una vez, terminado el juego del pozo… Panchito, propuso ir a montar el becerro de la vaca pinta.
-¿Y si me tumba?-Dijo, Pepillo-
-¡No seas gallina… ¡Está muy fácil!
Mira, le amarro una cuerda entre la panza y el lomo y de ahí, nos agarramos muy fuerte… ¿Qué no has visto a los vaqueros en la Tele?
-¡Sí, los he visto, pero mi mamá me ha dicho que no trate de imitar lo que sale en la televisión… ¡Mejor, tú primero!
Y Pepillo… se desternillaba de risa, cuando vio jinetear a Panchito, sobre el pequeño becerro.
-Mira, le dijo el vaquero… Cuando no brinca el becerro, es cuando uno aprovecha para bajarse… ¡Así!
Pepillo, tuvo que aplaudir la gran demostración de "jineteo de becerros salvajes" que realizara Panchito… Se animó y exclamó… ¡Bueno, ahora me toca a mí!
Y con un poco de miedo, se subió al becerro, mientras Panchito, detenía el animal salvaje que mugía demostrando su casta brava.
-¿Listo, Pepillo…?…. ¡A la Una, A las dos… y… A las tres!
Y… el becerro salió corriendo y reparando alrededor de la vaca pinta… Y todo ese ajetreo le ponía a Pepillo, los pelos de punta.
Y… Ahora, era Panchito, el que se carcajeaba del miedo que se reflejaba en el rostro de Pepillo.
-¡Vas a ser un buen jinete!… ¡Ja, ja, ja, ja, ja!
-¿De verdad? … Lo que creo que va a ser difícil es la bajada de este animal… ¡Está muy alto!
Aunque, realmente no tuvo que pensarlo mucho, ya que el becerro, dando un gran reparo, lo arrojó de cabeza sobre la tierra … Y salió disparado el becerro, dando alegres mugidos como alegrándose de haberse liberado del vaquero novato.
-¡Ya, Pepillo no es nada! … Sana…. Sana … colita de rana.
Y… Panchito le sobaba la cabeza empolvada.
-No, no me dolió mucho, ni me sale sangre, pero dice mi mamá que de los golpes en la cabeza resultan problemas cuando uno es grande… ¡Pero ya ni modo!
¡Canijo becerro… me tumbó fuerte!
Y… rieron ambos de buena gana.
-¡Ya me voy, Panchito!
Ya es muy tarde y mi mamá me dijo que regresara a la hora de comer para no abusar de la hospitalidad de tu casa.
¡Adiós, Pepillo… Nos vemos, mañana en la escuela!
-¡Ya vine mamá… y tengo mucha hambre!
¿Me sirves por favor?
-¡Mira como vienes de empolvado… primero te me bañas!
-¡Claro que sí, mamá!
-¿No hiciste travesuras?
¿No te caíste?
-¡Cómo crees, mamá!
El reencuentro
-¡Creo que allí viene… Francisco!
¡Sí, es él… Igualito… panzón… chimuelo!
¡Caramba!… Recuerdo, que de verdad me echaba una mano siempre, con las máquinas que estaban bajo mi responsabilidad en la fábrica donde fui supervisor de producción.
Apenas, le llevaba la orden de reparación… Y hasta parece que sabía lo que le pasaba a la máquina…
En dos por tres, cambiaba los engranes, bandas, piezas, componentes eléctricos y electrónicos… ¡Y listo!
¡Ah!… pero lo que más recuerdo fue aquel brazo de robot que fabricamos para que cargara el metal caliente hacia la Inyectora de aluminio:
Ya se nos había muerto un operario, en esa operación de fundición de aluminio… resulta que hubo una fuga de aceite que al reaccionar con el metal caliente, explotó… Y el aluminio fundido se incrustó en el cuerpo del obrero… El cual ya no alcanzó a llegar al hospital… ¡Y falleció!
¡Pobre… era tan joven y dejó a su esposa con dos pequeños!
¡Pero, ni modo!… hay mucho peligro siempre en las factorías.
Todavía no había robots en el país… Y los de importación salían muy caros.
Así que nos propusimos armar nuestro propio brazo de robot para esa sección de la planta.
¡Es muy bueno trabajar en equipo!…
Y… dimos ideas, de cómo tenía que moverse el brazo, calculamos las distancias, del crisol hacia la máquina, se
Calcularon tensiones y esfuerzos, resistencia de materiales. Opinamos cuáles
Serían los componentes más apropiados que lo moverían, como "limiswitchs, timers, microswitch", válvulas, etc.
¡Pero el que realmente, llevó a la práctica toda la teoría, fue Francisco!
¡Y… que funciona!
Ahora el operario, sólo tenía que oprimir unos botones del control del robot… El rojo para carga de aluminio, el amarrillo para que el robot metiera el efector final dentro del crisol… Y el verde para mover el metal caliente hasta el molde … Y el blanco para inyectar… ¡Y listo!
Salían cuatro hermosas piezas fundidas,
Listas para ser llevadas a la siguiente operación.
Sin riesgo para el operario, el cual ya no tenía que estar cerca de la máquina inyectora, ni del crisol, sino a una cierta distancia de seguridad.
¡Hasta el operario… Se sentía realmente orgulloso de tener un ayudante cibernético!
Y… recuerdo que hasta el Director de Planta nos invitó a cenar a un restaurante para celebrar el buen resultado.
-¡Que tal Francisco!… ¡Soy Pepe!
Le extendí la mano y lo saludé.
Pero Francisco, extrañado… sólo me miraba.
¿No me reconoces?… ¡Pero si trabajé en la misma fábrica que tú!
Ahora le hago al maestro… ¿Sabes?
¿Y… Tú?
Francisco, sólo habría los ojos… Y me dijo…
-¡Este… llevo prisa… otro día nos veremos… Adiós!
Y se fue casi corriendo.
¡Caray!… creo que ni me reconoció.
Pero pensándolo bien… ¡Creo que no era él!
Pero se parece tanto a Francisco.
Y con un poco de pena por haberme equivocado, seguí caminando.
¡Caramba!… Me parece que aquella que viene allá es Concha…
Y…
El pollo descabezado
El comandante Roberts, jefe de a bordo de un transbordador espacial, recordaba las situaciones de peligro por las que había pasado siendo niño, pero realmente no le habían causado miedo, solamente le habían originado una impresión de reflexión, de análisis y de síntesis para la próxima acción.
Era tal vez por esas características que siempre había calificado para sus sueños de ser astronauta.
La acción de la semana pasada, había sido salir a 14 000 Kms. Por hora, disparado hacia arriba, para salir de la atmósfera terrestre, en un cohete espacial que le servía de impulsor a su nave, que lo llevaría hasta la Estación Espacial.
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