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Globalización y desigualdad: el "dogma" que no fue (página 2)

Enviado por Ricardo Lomoro


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A sus antecedentes recurro, permanentemente, desde hace más de 10 años (en 1998 publiqué mi primer Ensayo), para debatir con el "dogma" de la globalización, para "alertar" de la desigualdad, para, desde mi humilde "speaker corner", denunciar, cuestionar, reclamar… y si fuera posible (con la ayuda de ustedes) exigir un cambio de paradigma económico.

Globalización y desigualdad: el "dogma" que no fue

(Caricaturas del mercado: 20 años no es nada)

Causa (Brevísimo retrato con violín)

El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su Publicación: "Perspectivas de la economía mundial" de Octubre de 2007, en el Capítulo 4: "Globalización y desigualdad", sorprendía a estudiosos y analistas (en una de sus habituales "rectificaciones" -y van…), con estas "Observaciones y conclusiones fundamentales":

  • "En los últimos 20 años, la desigualdad del ingreso ha aumentado en la mayoría de los países y regiones…
  • Los avances tecnológicos son el factor que más ha contribuido al aumento reciente de la desigualdad. El desarrollo de la globalización financiera -y la inversión extranjera directa en particular- también ha contribuido a aumentar la desigualdad…
  • Es importante garantizar que los beneficios de la globalización y los avances tecnológicos se distribuyan más ampliamente entre toda la población. Las reformas orientadas a fortalecer la educación y la capacitación contribuirán a garantizar que los trabajadores tengan los conocimientos técnicos adecuados para adaptarse a la evolución de la economía mundial"…

Desde el año 1998 (si se considera mi primera publicación) vengo "denunciando" la globalización, "criticando" al librecambio, "alertando" sobre la desregulación, la privatización y la financierización (la mano que mece la cuna). Diez años de luchar contra los molinos de viento. Viejas y queridas causas perdidas o la amargura de la victoria…

Ahora, resulta que: "En los últimos 20 años, la desigualdad del ingreso ha aumentado en la mayoría de los países y regiones"… (Sic FMI)

Se han perdido 10 años desde mi denuncia ó 20 años según la "confesión" del FMI para mejorar la distribución del ingreso. ¿Veinte años no es nada (como dice el tango)?

Veinte años es ni más ni menos que una generación. Una generación perdida. Una generación vencida, frustrada, desengañada, descalabrada. Una generación que ha perdido su autoestima, el respeto por sí misma y peor aún (si cabe) el respeto de la siguiente (sus hijos). Futuro ejército de "despachadores" de McDonald"s o de "reponedores" de Wal-Mart (en el mejor de los casos). Futuros trabajadores de usar y tirar. Víctimas de la precariedad eterna. Prisioneros del salario del miedo.

Para denunciar (una vez más, y van…) al FMI, que se equivoca hasta cuando rectifica. Para alertar (una vez más, y van…) sobre el engaño de la globalización, el librecambio, la privatización, la desregulación y la financierización, presentaré una trascripción resumida del Informe del FMI sobre Globalización y desigualdad, para agregar luego otros elementos de juicio, que permitan al lector constatar (si es posible) como se ha pasado de la "simulación" al "simulacro".

¿Conmemorará el FMI 20 años de secretos y mentiras, haciendo autocrítica? ¿Inevitable afirmación de lo evidente? ¿Catarsis, cinismo, cortina de humo o reaseguro? ¿Nunca más?… Pasen y lean.

Oratio (¿El "dogma" que no fue?)

Perspectivas de la economía mundial

Fondo Monetario Internacional

Octubre 2007

Capítulo 4 – Globalización y desigualdad (versión resumida)

"La integración de la economía mundial a través de la progresiva globalización del comercio y las finanzas ha alcanzado niveles sin precedentes, que superan el máximo registrado antes de la primera guerra mundial. Esta nueva ola de globalización está teniendo implicaciones de gran alcance para el bienestar económico de los ciudadanos de todas las regiones y de todos los grupos de ingreso, y es uno de los principales temas de debate público…

En este capítulo se profundiza en el estudio de la globalización a través del análisis de las implicaciones para la desigualdad y la distribución del ingreso dentro de los países, haciendo hincapié en los países de mercados emergentes y los países en desarrollo (denominados frecuentemente "economías en desarrollo" en este capítulo).

El debate sobre los efectos distributivos de la globalización suele enfocarse desde dos puntos de vista opuestos. Por un lado, los que creen que la globalización genera un aumento creciente de la marea del ingreso que impulsa al alza a todos los barcos, de forma que hasta los grupos de bajo ingreso se benefician de la globalización en términos absolutos. Esta visión optimista tiene paralelismos con la hipótesis de Kuznets planteada en los estudios sobre el desarrollo, según la cual aunque la desigualdad podría aumentar en las fases iniciales del desarrollo industrial, se iría reduciendo a medida que el país concluyera la transición hacia la industrialización.

Por otro lado, algunos creen que si bien la globalización puede mejorar los ingresos globales, los beneficios no son compartidos de forma equitativa por todos los ciudadanos del país, y hay perdedores claros en términos relativos y posiblemente incluso en términos absolutos. Además, la ampliación de las disparidades en el ingreso no sólo podría plantear problemas sociales y de bienestar, sino también limitar las fuerzas impulsoras del crecimiento porque tal vez no se aprovecharían plenamente las oportunidades generadas por el proceso de globalización…

Con este trasfondo, en este capítulo se examina a nivel general cómo la globalización afecta a la distribución del ingreso dentro de los países y a los ingresos de los sectores más pobres de la población en particular. Los objetivos principales son: 1) analizar la evolución de la globalización y de la distribución del ingreso en los últimos 20 años; 2) identificar los principales canales a través de los cuales la creciente globalización comercial y financiera afectan a la distribución del ingreso dentro de un país, y 3) plantear recomendaciones de política basadas en las observaciones recogidas para ayudar a los países a aprovechar al máximo las oportunidades que brinda la globalización y al mismo tiempo garantizar que los beneficios de la globalización se distribuyan adecuadamente entre toda la población…

Como avance de las conclusiones principales, los datos disponibles parecen indicar que la desigualdad del ingreso ha aumentado en la mayor parte de los países y regiones en los últimos 20 años, aunque los datos están sujetos a limitaciones sustanciales. No obstante, al mismo tiempo los ingresos medios reales de los segmentos más pobres de la población se han incrementado en todas las regiones y grupos de ingreso. El análisis indica que el desarrollo de la globalización comercial y la creciente globalización financiera han tenido efectos opuestos y reconocibles por separado en la distribución del ingreso. La liberalización del comercio y el crecimiento de las exportaciones están vinculados con la reducción de la desigualdad del ingreso, mientras que la creciente apertura financiera está relacionada con el aumento de la desigualdad. No obstante, la contribución de ambas al crecimiento de la desigualdad ha sido mucho menor que la del cambio tecnológico, sobre todo en los países en desarrollo.

El desarrollo de la tecnología también está vinculado, por supuesto, a la expansión de la globalización, pero se considera que el progreso tecnológico, sin embargo, tiene un efecto reconocible por separado en la desigualdad. El impacto de aumento de la desigualdad de la apertura comercial -sobre todo a través de la inversión extranjera directa (IED)- y el progreso tecnológico parecen operar a través de canales similares al acrecentar la prima por nivel de calificación de la mano de obra más que limitar las oportunidades de desarrollo económico. Por lo tanto, la ampliación del acceso a la educación está vinculada con una distribución más equitativa del ingreso en promedio.

En la sección siguiente se analizan los datos disponibles sobre la globalización y la desigualdad en los últimos 20 años, y cómo han evolucionado en las diversas regiones y grupos de ingreso…

Tendencias recientes de la desigualdad y la globalización

¿Cómo ha evolucionado la globalización?

El comercio mundial se ha multiplicado por cinco en términos reales desde 1980, y su proporción en el PIB mundial ha aumentado del 36% al 55% durante este período. La integración del comercio se aceleró en los años noventa a medida que los países del antiguo bloque comunista se integraban en el sistema de comercio mundial y las economías en desarrollo de Asia -una de las regiones más cerradas al comercio en 1980- desmantelaban gradualmente las barreras comerciales. No obstante, cabe señalar que todos los grupos de países de mercados emergentes y de países en desarrollo, cuando se agregan por grupo de ingreso o por región, se están equiparando o han superado a los países de ingreso alto en términos de apertura comercial, lo que refleja la convergencia generalizada de los sistemas comerciales de los países de ingreso mediano y bajo hacia los regímenes comerciales tradicionalmente más abiertos de las economías avanzadas.

La globalización financiera también ha avanzado a un ritmo muy rápido en los últimos 20 años. El total de los activos financieros internacionales se ha duplicado con creces, del 58% del PIB mundial en 1990 al 131% en 2004. Las economías avanzadas siguen siendo las más integradas desde el punto de vista financiero, pero otras regiones del mundo han incrementado progresivamente sus posiciones de activos y pasivos internacionales). No obstante, los indicadores de jure de la apertura de la cuenta de capital presentan un panorama desigual y las economías recientemente industrializadas de Asia (ERI) y las economías en desarrollo muestran pocos progresos en el ámbito de la convergencia hacia regímenes de la cuenta de capital más abiertos como los de las economías avanzadas, que han seguido ampliando la liberalización.

Cabe destacar que la proporción de la inversión extranjera directa en los pasivos totales ha aumentado en todos los países de mercados emergentes -del 17% de los pasivos totales en 1990 al 38% en 2004- y sobrepasa con creces la proporción de los pasivos de inversión de cartera, que se incrementó del 2% al 11% de los pasivos totales en el mismo período. La disminución de las necesidades de financiamiento de los gobiernos también ha contribuido a cambiar las estructuras de los pasivos y la proporción de la deuda en el total de los pasivos se ha reducido en todas las regiones de países de mercados emergentes y de países en desarrollo…

¿Se ha vuelto menos equitativa la distribución del ingreso dentro de los países?

Los análisis comparativos sobre la desigualdad entre los países se caracterizan generalmente por problemas de fiabilidad, falta de cobertura e incoherencias en la metodología

Dadas las limitaciones de disponibilidad de datos, en el análisis de este capítulo se utilizan los datos sobre la desigualdad basados en las encuestas sobre el ingreso y el gasto…

Tomando como base las variaciones observadas de los coeficientes de Gini (el indicador resumido de la desigualdad utilizado más comúnmente), la desigualdad ha aumentado en todos los agregados, salvo los de los países de bajo ingreso, en los últimos 20 años, aunque existen importantes diferencias nacionales y regionales. Si bien en las dos últimas décadas la desigualdad ha aumentado en las economías en desarrollo de Asia, en las economías de mercados emergentes de Europa, América Latina, las ERI y las economías avanzadas, se ha reducido en África subsahariana y en la Comunidad de Estados Independientes (CEI). La evolución es la misma en general si se utilizan los promedios ponderados por la población, salvo en el caso de los países de mercados emergentes de América Latina debido a las disminuciones recientes de la desigualdad en Brasil y México. Entre las principales economías avanzadas, parece que la desigualdad sólo se ha reducido en Francia, mientras que en los principales países de mercados emergentes, las tendencias son más diversas y la desigualdad ha aumentado fuertemente en China, se ha mantenido prácticamente al mismo nivel en India y se ha reducido en Brasil, México y Rusia

El panorama de la desigualdad es más detallado si se examinan las proporciones del ingreso de los diferentes grupos de países. En general, las variaciones de las proporciones del ingreso por quintil (es decir, los subgrupos sucesivos que comprenden cada uno el 20% de la población) en las distintas regiones y niveles de ingreso coinciden con los datos sobre la desigualdad basados en los coeficientes de Gini. No obstante, los datos indican que el aumento de los coeficientes de Gini se explica en gran medida por el incremento de la proporción de los quintiles más ricos a expensas de los quintiles medios, mientras que la proporción del ingreso del quintil más pobre varía poco.

Al examinar los niveles medios del ingreso de los distintos quintiles, los ingresos per cápita han aumentado en casi todas las regiones incluso en el caso de los quintiles más pobres. La excepción es América Latina donde se produjo un ligero descenso general, impulsado principalmente por el impacto adverso de las crisis económicas y financieras en los pobres de varios países. Sin embargo, los ingresos se han recuperado desde los bajos niveles registrados después de la crisis. De hecho, como se desprende de los datos derivados de los coeficientes de Gini, los ingresos del quintil más pobre han aumentado más rápidamente que los de otros segmentos de la población en África subsahariana y los países de la CEI, aunque a partir de una base muy baja.

En todas las regiones, los datos parecen indicar, por lo tanto, que en términos absolutos los pobres no se encuentran en peores condiciones (salvo en unas pocas economías afectadas por las crisis), y en la mayoría de los casos las condiciones son considerablemente mejores, durante la fase más reciente de la globalización.

En resumen, de los datos se desprenden dos hechos generales. Primero, en los últimos 20 años, el crecimiento del ingreso ha sido positivo en todos los quintiles de casi todas las regiones y de todos los grupos de ingreso durante el período reciente de globalización. Al mismo tiempo, la desigualdad del ingreso ha aumentado principalmente en los países de ingreso alto y mediano, y en menor medida en los países de bajo ingreso. Esta experiencia reciente parece indicar un cambio claro de tendencia con respecto al descenso general de la desigualdad en la primera mitad del siglo XX, y dar la impresión de que el rápido crecimiento de Asia oriental durante los años sesenta y setenta se logró manteniendo al mismo tiempo la desigualdad en niveles relativamente bajos. No obstante, cabe destacar que es difícil comparar los datos sobre la desigualdad de una década a otra, dadas las numerosas salvedades con respecto a la fiabilidad de los datos y la comparabilidad metodológica.

¿Cuál es el impacto de la globalización en la desigualdad?

Con este trasfondo, cabe preguntarse en qué medida el aumento de la desigualdad en los países de ingreso alto y mediano en las últimas décadas puede atribuirse al desarrollo de la globalización, y en qué medida a otros factores, como la expansión de la tecnología y las limitaciones internas a la igualdad de oportunidades. En esta sección se examinan los canales a través de los cuales la globalización del comercio y las finanzas podría afectar a la distribución del ingreso dentro de un país, estableciendo el marco para el análisis empírico que se presenta a continuación.

Canales a través de los cuales la globalización afecta a la desigualdad

El principal vínculo analítico entre la liberalización del comercio y la desigualdad del ingreso proporcionado por la teoría económica se deriva del teorema de Stolper-Samuelson: en el marco de dos factores y dos países, el incremento de la apertura comercial (mediante la reducción arancelaria) en un país en desarrollo donde abunda la mano de obra poco calificada contribuirá al aumento de los salarios de estos trabajadores y a la reducción de la remuneración de los trabajadores calificados, lo que dará lugar a una disminución de la desigualdad del ingreso (véase Stolper y Samuelson, 1941).

Después de la reducción de los aranceles a la importación, el precio del producto (importable) con un uso intensivo de mano de obra calificada baja y, por lo tanto, también disminuye la remuneración de los escasos trabajadores calificados, mientras que el precio del bien (exportable) con un uso intensivo de mano de obra poco calificada, un factor relativamente abundante en el país, aumenta y, por lo tanto, también se incrementa la remuneración de los trabajadores poco calificados. En las economías avanzadas donde la mano de obra calificada es relativamente abundante, ocurriría lo contrario y el aumento de la apertura agravaría la desigualdad.

Una ampliación importante del modelo básico que debilita la dicotomía entre las economías avanzadas y las economías en desarrollo en términos de efectos distributivos es la inclusión de los bienes comerciables "que no compiten con los bienes nacionales", es decir, los bienes que no se producen en un país y que se importan solamente porque, por ejemplo, las diferencias en materia de dotación de recursos entre los países son muy grandes. Los recortes arancelarios reducirían los precios de estos bienes -y, por lo tanto, aumentaría el ingreso efectivo real de los hogares- sin afectar a los salarios ni a los precios de otros bienes comerciables. Si este bien que no compite con otros bienes producidos en el país representa una proporción importante de la cesta de consumo de los segmentos más pobres de la sociedad, el recorte del arancel sobre este bien reducirá la desigualdad en este país.

A nivel más general, tanto en las economías avanzadas como en las economías en desarrollo, si se reducen los aranceles de los bienes que no compiten con los bienes nacionales y que no se producen en el país pero que son los que consumen particularmente los pobres, se reducirá la desigualdad tanto en las economías avanzadas como en las economías en desarrollo.

Las implicaciones del teorema de Stolper-Samuelson, en particular los efectos positivos de la liberalización del comercio en la desigualdad del ingreso en los países en desarrollo, no se han verificado en los estudios sobre el conjunto de la economía. Una dificultad particular ha sido explicar el aumento de la prima por nivel de calificación entre los trabajadores calificados y los no calificados observada en la mayoría de los países en desarrollo.

Por lo tanto, se han planteado otros enfoques analíticos, como la introducción de: 1) un marco multinacional, en el cual los países pobres también pueden importar bienes de uso intensivo de mano de obra poco calificada de otros países pobres y los países ricos pueden importar igualmente bienes de uso intensivo de mano de obra calificada de otros países ricos; 2) un universo de bienes, lo que implica que lo que se considera un bien de uso intensivo de mano de obra poco calificada en una economía avanzada será un bien de uso intensivo de mano de obra relativamente calificada en un país menos desarrollado (véase Feenstra y Hanson, 1996), y 3) bienes importados intermedios utilizados para la producción de bienes de uso intensivo de mano de obra calificada. No obstante, estas ampliaciones han planteado en sí mismas nuevas dificultades para el análisis empírico y no se ha establecido ninguna de forma concluyente…

Por lo tanto, toda estimación empírica sobre los efectos generales de la globalización deberá tener en cuenta explícitamente los cambios tecnológicos en los países, además de las variables estándar relacionadas con el comercio. Otro aspecto importante sobre las implicaciones derivadas del teorema de Stolper-Samuelson está relacionado con el supuesto de que la mano de obra y el capital son móviles dentro de un país pero no a escala internacional. Si el capital puede cruzar las fronteras, las implicaciones del teorema se debilitan considerablemente. Este canal parecería evidente sobre todo en el caso de la IED, que suele dirigirse hacia los sectores de mano de obra calificada en la economía receptora. Además, lo que parece ser IED entrante de uso intensivo de mano de obra relativamente calificada para un país menos desarrollado podría parecer IED saliente de uso intensivo de mano de obra relativamente poco calificada para una economía avanzada.

Por lo tanto, un aumento de la IED de las economías avanzadas hacia las economías en desarrollo podría incrementar la demanda relativa de mano de obra calificada en ambos países, lo que aumentaría la desigualdad tanto en la economía avanzada como en el país en desarrollo. Los datos empíricos sobre estos canales respaldan esta opinión de manera ambigua, y el impacto de la IED se considera negativo, por lo menos a corto plazo, o no concluyente.

Además de la inversión extranjera directa, existen otros canales importantes a través de los cuales el capital cruza las fronteras, como los préstamos bancarios transfronterizos, la deuda de cartera y los flujos de inversión de capital. En este contexto más amplio, algunos sostienen que la intensificación del proceso de liberalización de la cuenta de capital podría incrementar el acceso de los pobres a los recursos financieros, mientras que otros advierten que la mayor apertura financiera podría dañar de forma desproporcionada a los pobres al aumentar la posibilidad de crisis financieras.

Algunos estudios recientes han observado que la solidez de las instituciones desempeña un papel esencial: en el contexto de instituciones sólidas, la globalización financiera permitiría suavizar el consumo de forma más eficaz y reduciría la volatilidad para los pobres, pero si las instituciones son débiles, el acceso financiero estará sesgado a favor de los grupos de ingresos altos con más activos y el aumento del financiamiento a través del ahorro mundial, y no sólo el interno, podría agravar aún más la desigualdad.

Por lo tanto, la composición de los flujos financieros podría ser importante, y el impacto neto también podría depender de otros factores, como la calidad de las instituciones del sector financiero.

En resumen, las consideraciones analíticas parecen indicar que todo análisis empírico de las consecuencias distributivas de la globalización deberá tener en cuenta el comercio y los diversos canales a través de los cuales opera la globalización financiera, y también tomar en cuenta el impacto del cambio tecnológico. Además, en el contexto real de la estructura de los flujos comerciales y financieros, la teoría no indica claramente si la globalización afecta a la desigualdad en las economías avanzadas y en las economías en desarrollo de forma diferente.

Investigación empírica de la globalización y la desigualdad

A pesar de lo que comúnmente se cree, no parece a simple vista que exista una relación obvia entre las variaciones de la desigualdad de un país a otro y las variaciones en el grado en que los países se han globalizado durante el mismo período. Pero ello tal vez no sea sorprendente, dada la multiplicidad de canales a través de los que operaría esta relación, y la variedad de otros factores que también son importantes. Por lo tanto, en este capítulo se examinan con más detalle los datos comparativos de países, relacionando las variaciones de la desigualdad a un amplio conjunto de variables que podrían afectar a la distribución del ingreso, como las que miden diferentes aspectos de la globalización y otros factores que pueden ser importantes para determinar las variaciones de la desigualdad en los países a lo largo del tiempo.

• Un factor esencial es el papel de la tecnología. En la medida en que el cambio tecnológico favorece a la mano de obra más calificada y agrava las diferencias entre los trabajadores según el nivel de calificación, este cambio podría afectar negativamente a la distribución del ingreso en las economías avanzadas y en las economías en desarrollo reduciendo la demanda de actividades que requieren mano de obra poco calificada y aumentando la prima de las que exigen mano de obra calificada y los rendimientos del capital (véase, por ejemplo, Birdsall, 2005, y la edición de abril de 2007 de Perspectivas de la economía mundial ). En este estudio el desarrollo tecnológico se mide por la proporción del capital de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) en el capital total, que ha aumentado rápidamente en los últimos veinte años en todas las regiones.

• Una segunda variable importante es el acceso a la educación. Dado un nivel determinado de tecnología, se supone que la ampliación del acceso a la educación contribuirá a reducir la desigualdad del ingreso ya que permitirá que una proporción mayor de la población participe en actividades que exigen mano de obra calificada. Las oportunidades educativas han tendido a mejorar en todas las regiones, pero las diferencias son considerables de un país a otro.

• Un tercer factor que afecta a la distribución del ingreso es la proporción sectorial del empleo. En los países en desarrollo se prevé que la transición del sector agrícola hacia el sector industrial mejorará la distribución del ingreso al aumentar el de los grupos de ingresos bajos. En este contexto, cabe esperar que la mayor flexibilidad de los mercados de trabajo que facilita el desplazamiento de las ocupaciones de baja remuneración hacia las que ofrecen mejores oportunidades también mejorará la distribución del ingreso (véase Topalova, 2007).

• Otra variable importante que afecta a la desigualdad es el desarrollo financiero, calculado como la relación entre el crédito privado y el PIB. Como se señala en la sección anterior, aunque el desarrollo financiero puede reducir la desigualdad del ingreso al mejorar el acceso de los pobres al capital, ello dependerá de la calidad de las instituciones de cada país. En un contexto caracterizado por instituciones deficientes, la profundización financiera podría beneficiar en forma desproporcionada a los ricos, lo que agravaría aún más la desigualdad inicial en el acceso al financiamiento…

El análisis se centra en las variaciones de la desigualdad a lo largo del tiempo y tiene en cuenta las diferencias entre los niveles de los distintos países mediante el uso de efectos fijos de país. El modelo se estima en un panel de 51 países (de los cuales 31 son economías de mercados emergentes y países en desarrollo) durante el período 1981-2003, y se presentan otras estimaciones en las cuales la muestra se divide entre economías avanzadas y economías en desarrollo.

Los resultados indican que el factor principal que impulsó el aumento reciente de la desigualdad entre los países es el progreso tecnológico. Tomando como base el modelo de referencia, el progreso tecnológico en sí mismo explica la mayor parte del aumento del 0,45% anual, en promedio, del coeficiente de Gini desde principios de los años ochenta.

La globalización comercial y financiera y la profundización financiera contribuyeron cada una a un aumento adicional del 0,1% anual del coeficiente de Gini, que fue contrarrestado por reducciones casi equivalentes del coeficiente de Gini derivadas de la ampliación del acceso a la educación y el desplazamiento del empleo del sector agrícola hacia el sector industrial. El escaso impacto negativo neto de la globalización en la desigualdad se debe a las influencias opuestas de los diferentes componentes de la globalización: la globalización comercial ha tenido un impacto de aumento de la equidad, mientras que la globalización financiera (y la IED en particular) está vinculada con la ampliación de las diferencias del ingreso durante el período examinado en este estudio.

El análisis basado en datos más desagregados y en estimaciones de los coeficientes de regresión de las economías avanzadas y las economías en desarrollo por separado parece indicar que el impacto de la globalización en la desigualdad varía de un grupo de países a otro. En las economías avanzadas, la globalización ha contribuido algo más que la tecnología al aumento del 0,6% anual, en promedio, del coeficiente de Gini en los últimos 20 años. Sin embargo, en los países en desarrollo, la tecnología ha sido la causa principal del aumento del 0,3% anual, en promedio, del coeficiente de Gini; en cambio, la contribución de la globalización es poco significativa. Estas diferencias pueden explicarse por las variaciones de los canales de la globalización dentro de estos dos grupos: la globalización financiera se ha ampliado con mucha mayor rapidez en las economías avanzadas, mientras que la globalización comercial se ha extendido más rápidamente en las economías en desarrollo.

Al examinar los resultados con más detalle, el efecto positivo del comercio en la reducción de la desigualdad del ingreso es particularmente apreciable en el caso de las exportaciones agrícolas, sobre todo en los países en desarrollo donde el empleo agrícola aún representa una proporción importante de la fuerza de trabajo. Argelia, Brasil, Nicaragua y Tailandia son ejemplos de países donde el aumento de la proporción de las exportaciones agrícolas está vinculado con la reducción de la desigualdad, mientras que ocurre lo contrario en Bangladesh, Bolivia, Jamaica y Sri Lanka.

Los datos disponibles respaldan esta conclusión e indican que el aumento de la productividad relativa de la agricultura también está vinculado con la reducción de la desigualdad. El desplazamiento de los trabajadores agrícolas subempleados hacia el sector industrial y el de los servicios -lo que aumentaría la productividad del sector agrícola con respecto al promedio de la economía- también tiende a reducir la desigualdad. También se observa que el impacto neto de la reducción arancelaria es positivo en la reducción de la desigualdad del ingreso.

En las economías avanzadas, las importaciones de los países en desarrollo están vinculadas con una reducción de la desigualdad. Ello se explicaría por la sustitución de los empleos de baja remuneración y calidad en el sector manufacturero en las economías avanzadas por empleos bien remunerados en el sector de los servicios, como el comercio minorista. Un segundo canal podría ser que al incrementarse la disponibilidad de bienes importados que no compiten con los bienes nacionales a precios más bajos, el ingreso efectivo del segmento más pobre de la población de las economías avanzadas aumenta si estos bienes representan una proporción mayor del consumo de este segmento que la del más rico.

La globalización financiera, y especialmente la IED, parece estar relacionada con el aumento de la desigualdad. Si bien la IED entrante agrava la desigualdad en los países en desarrollo, en las economías avanzadas se observa otro efecto negativo derivado de la IED saliente. Esta conclusión coincide con la información empírica de que la IED suele concentrarse en sectores de uso más intensivo de tecnología y mano de obra (desde el punto de vista del país receptor), lo que aumenta la demanda relativa de trabajadores calificados tanto en las economías avanzadas como en las economías en desarrollo. Se trata, sin embargo, de un efecto promedio a lo largo del período de la muestra. Cabe esperar que el impacto de la IED variará por sector y se disipará con el tiempo conforme los trabajadores adquieran conocimientos especializados y educación.

La conclusión de que la inversión en avances tecnológicos tiene un impacto de aumento de la desigualdad coincide con la opinión de que la nueva tecnología, tanto en las economías avanzadas como en las economías en desarrollo, incrementa la prima por nivel de calificación y automatiza los insumos relativamente poco calificados (véase Birdsall, 2007). Del mismo modo que la IED potencia las actividades de valor agregado más alto, el progreso tecnológico también plantea exigencias cada vez mayores a los trabajadores más calificados.

En las economías avanzadas, la utilización generalizada de la tecnología en el sector manufacturero y el de servicios eleva la prima por nivel de calificación en una parte importante de la economía. En los países en desarrollo, el efecto del progreso tecnológico es mayor en Asia que en América Latina, lo que posiblemente se debe a la proporción más alta de manufacturas de uso intensivo de tecnología en Asia. A pesar del efecto específico y separado de la tecnología en la desigualdad observado en los datos, hay que tener en cuenta que el uso generalizado de la tecnología y la globalización creciente no están desvinculadas: los avances tecnológicos han contribuido a reforzar los vínculos comerciales y financieros entre los países, mientras que la globalización ha ayudado a fomentar el uso de la tecnología.

La información empírica de que la profundización financiera interna afecta negativamente a la desigualdad coincide con la opinión de que si bien la profundización financiera global está relacionada con un aumento del crecimiento, una parte desproporcionadamente mayor de los flujos financieros se dirige hacia aquellos países que tienen mayores dotaciones de recursos e ingresos, que pueden utilizarse como garantía. Por lo tanto, los segmentos de la población que ya tienen ingresos altos están en mejores condiciones de invertir en capital humano y físico y de aumentar sus ingresos.

Para ampliar aún más el análisis del impacto de la globalización en la desigualdad, también se estimó el modelo empírico utilizando las proporciones del ingreso de los cinco quintiles de la población como variables dependientes. Este modelo confirma la mayor parte de los resultados del análisis anterior, aunque las estimaciones a nivel del quintil son menos precisas en el caso de la liberalización arancelaria y el progreso tecnológico. De acuerdo con la evolución observada en las proporciones del ingreso de los quintiles, los efectos en los cuatro quintiles inferiores son cualitativamente similares y en la dirección opuesta a los del quintil más rico.

El crecimiento de las exportaciones está vinculado con el aumento de las proporciones del ingreso de los cuatro quintiles inferiores y con la disminución de la proporción del quinto (es decir, el quintil más rico). Del mismo modo, la reducción de la proporción del empleo agrícola (lo que aumenta la productividad laboral del sector) también está relacionada con el aumento de la proporción del ingreso de los cuatro quintiles inferiores, mientras que tiene el efecto contrario en la proporción del ingreso del quintil más rico. Los beneficios de la reducción arancelaria se concentran sobre todo en las proporciones del ingreso de los tres quintiles inferiores, contrarrestados por una disminución de la proporción del ingreso del quintil superior. En cambio, la globalización financiera, el progreso tecnológico y la mayor profundización financiera benefician principalmente a la proporción del ingreso correspondiente al 20% de la población más rica.

En toda la muestra de países, el progreso tecnológico parece ser la causa principal de la reducción de la proporción del ingreso del quintil inferior y el aumento del ingreso del quintil superior. La globalización ha contribuido solo moderadamente a las variaciones netas de las proporciones del ingreso porque en todos los quintiles, salvo el más rico, los efectos positivos del crecimiento de las exportaciones y las reducciones arancelarias han contrarrestado considerablemente el impacto de aumento de la desigualdad derivado de la IED entrante.

Aunque las proporciones del ingreso de los cuatro quintiles inferiores se han reducido a nivel global, es importante señalar que los niveles medios del ingreso dentro de estos quintiles han aumentado, ya que el progreso tecnológico, la profundización financiera y la globalización han impulsado de forma significativa el crecimiento global. Sin embargo, los niveles medios del ingreso de los cuatro quintiles inferiores han aumentado a una tasa más baja que los del quintil superior. Las excepciones importantes en este caso son África subsahariana y la Comunidad de Estados Independientes. En estas regiones, los niveles del ingreso de los quintiles inferiores han aumentado más rápidamente que los del quintil superior.

Conclusiones e implicaciones de política económica

La desigualdad ha aumentado en los países en todos los niveles de ingreso, salvo en los clasificados como de ingreso bajo. Como trasfondo de estas tendencias, la proporción del ingreso del quintil más rico se ha incrementado, mientras que las de los quintiles restantes se han reducido.

En este capítulo se llega a la conclusión, sujeta a las limitaciones impuestas por la disponibilidad de los datos, de que el progreso tecnológico es el factor que más ha contribuido al aumento de la desigualdad del ingreso en los últimos 20 años. La globalización ha tenido, en general, un impacto de aumento de la desigualdad mucho menor, lo que refleja el impacto positivo compensatorio de la globalización comercial y el impacto negativo de la IED.

En las economías avanzadas, el aumento de las importaciones provenientes de los países en desarrollo está vinculado con la reducción de la desigualdad del ingreso, mientras que en las economías en desarrollo el crecimiento de las exportaciones agrícolas y la liberalización arancelaria han contribuido a mejorar la distribución del ingreso. La inversión extranjera directa ha tenido, en promedio, un impacto de aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso durante el período de la muestra, ya que el incremento de los flujos de inversión extranjera directa ha aumentado la demanda de mano de obra calificada, mientras que en las economías avanzadas la IED saliente ha reducido la demanda de mano de obra relativamente poco calificada en estos países.

Entre otros factores, la profundización financiera también ha tenido un impacto moderadamente negativo en la distribución del ingreso, mientras que la ampliación del acceso a la educación y el desplazamiento del empleo en el sector agrícola hacia el sector industrial y de los servicios han contribuido a mejorar la distribución del ingreso.

Por lo tanto, contrariamente a lo que se cree comúnmente, no se observa que la globalización comercial tenga un impacto negativo en la distribución del ingreso ni en las economías en desarrollo ni en las economías avanzadas. Además, el papel positivo de las exportaciones agrícolas en el mejoramiento de los resultados distributivos muestra la importancia de la aplicación de reformas en los países en desarrollo para respaldar el crecimiento de este sector. Al mismo tiempo, la mayor liberalización del acceso de las exportaciones agrícolas provenientes de los países en desarrollo a los mercados de las economías avanzadas contribuiría a una distribución más equitativa del ingreso en ambos grupos de países.

Aunque la IED está vinculada con el incremento de la desigualdad de los ingresos durante el período de este estudio, también está relacionada con el aumento del crecimiento global, y este resultado refleja fundamentalmente el incremento de los rendimientos derivados del aumento del nivel de calificación. El impacto de la IED puede variar según el sector. No obstante, cabría esperar que, en un horizonte a más largo plazo, los efectos de aumento de la desigualdad de la IED desaparezcan a medida que mejore la oferta de educación y conocimientos especializados para satisfacer la demanda creciente de estos factores.

Por lo tanto, la respuesta adecuada de política no será frenar la IED o el cambio tecnológico, sino convertir el acceso a la educación en una prioridad. Ello permitirá a los grupos de ingresos bajos y menos calificados aprovechar las oportunidades del progreso tecnológico y la globalización, reduciendo el período en que la IED tiene un efecto de aumento de la desigualdad.

Por último, la profundización financiera en sí misma aumenta el crecimiento, pero parece tener un impacto de aumento de la desigualdad debido al acceso disparejo de los segmentos ricos y pobres de la población al financiamiento. Las reformas de política orientadas a ampliar el acceso al financiamiento, como el fortalecimiento de las instituciones que fomentan la concesión de préstamos orientados a los pobres, podrían ayudar a mejorar la distribución global del ingreso, aunque al mismo tiempo el financiamiento continúe respaldando a nivel general el crecimiento global.

El análisis presentado en este capítulo parece indicar que existen algunos factores comunes que explican la evolución general de la desigualdad entre los países y las regiones. No obstante, las circunstancias varían de un país a otro. En el considerable número de estudios en los que se analiza la desigualdad en los distintos países se subraya la necesidad de comprender las dimensiones regionales y sectoriales de la desigualdad y su relación con la globalización, así como las circunstancias de cada país con respecto a la estructura de la economía. Por lo tanto, las políticas deberán adaptarse a la situación específica del país a fin de aprovechar al máximo los beneficios de la globalización para el crecimiento y la reducción de la pobreza"…

Por su interés, a continuación, se reproducen algunos de los Gráficos presentados en el Informe del FMI. Se mantiene la numeración del original.

Gráfico 4.1. Globalización comercial

(Promedio ponderado por el PIB)

La globalización se aceleró en los años noventa a medida que los países del antiguo bloque del Este se integraban en el sistema de comercio mundial y las economías en desarrollo de Asia desmantelaban progresivamente las barreras comerciales.

Gráfico 4.2. Globalización financiera

(Promedio ponderado por el PIB)

Las economías avanzadas (incluidas las ERI) mantienen el monto más grande de activos y pasivos financieros internacionales, pero otras regiones del mundo también han aumentado progresivamente sus posiciones de estos activos y pasivos.

Gráfico 4.2. (conclusión)

Gráfico 4.3. Tendencias de la desigualdad en los países

(Coeficiente de Gini)

La desigualdad ha aumentado en las economías en desarrollo de Asia, Europa central y oriental, las ERI y las economías avanzadas, mientras que se ha reducido en la Comunidad de Estados Independientes y, en menor medida, en África subsahariana.

Gráfico 4.3. (continuación)

Gráfico 4.4. Proporciones del ingreso por quintil

(Proporción del ingreso total: promedio ponderado por la población)

La creciente desigualdad se explica en gran medida por el aumento de la proporción del ingreso del quintil más rico a expensas de los quintiles medios, mientras que la del quintil más pobre ha variado poco.

Gráfico 4.5. Ingreso per cápita por quintil (1)

(Dólares internacionales de 2000: promedio ponderado por la población)

Los ingresos han aumentado en todos los quintiles de todas las regiones, salvo en el quintil más pobre en América Latina, lo que está relacionado en parte con los efectos de la crisis.

Gráfico 4.6. Ingreso per cápita por quintil en algunos países (1)

(Dólares internacionales de 2000)

A pesar del aumento global de la desigualdad en los países de ingreso mediano y alto, la experiencia varía mucho de un país a otro.

Gráfico 4.7. Desigualdad frenta a la globalización: Países seleccionados (1)

(Variación de los indicadores en los últimos 10 años disponibles: años indicados)

No existe una relación evidente entre las variaciones de la desigualdad y los cambios en la apertura comercial o financiera.

Gráfico 4.8. Proporciones correspondientes al capital de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), el crédito privado, la educación y el empleo sectorial

La globalización es sólo uno de los factores que han afectado a la desigualdad. El rápido cambio tecnológico, la profundización financiera, el mejoramiento de la educación y la transición del empleo del sector agrícola hacia otros sectores son otros factores que pueden afectar considerablemente la desigualdad.

Gráfico 4.9. Explicación de las variaciones del coeficiente de Gini (1), (2)

(Variación porcentual anual media)

En las economías avanzadas el aumento de la desigualdad es más atribuible a las salidas de IED.

En los países en desarrollo el cambio tecnológico fue el factor que más contribuyó a la desigualdad.

Gráfico 4.10 Descomposición de los efectos de la globalización en la desigualdad (1)

(Variación porcentual anual)

La globalización del comercio ha tenido un impacto de aumento de la equidad, mientras que la globalización financiera y la IED, en particular, están vinculadas con la ampliación de las disparidades

Gráfico 4.11. Desigualdad frente a exportaciones en la agricultura

(Variación del logaritmo de los indicadores en los últimos 10 años disponibles; años indicados)

El crecimiento de las exportaciones agrícolas ha contribuido a reducir la desigualdad en los países en desarrollo, donde el empleo agrícola aún representa una proporción importante de la fuerza de trabajo.

Gráfico 4.12. Saldo de la inversión extranjera directa por sector

(Porcentaje del saldo de la inversión extranjera directa entrante)

La composición de la inversión extranjera directa entrante tanto en las economías avanzadas como en los países en desarrollo se ha concentrado más en los sectores de mano de obra calificada, como el sector de las manufacturas de tecnología alta y media alta y el sector de servicios con intensidad de conocimiento.

Gráfico 4.14. Explicación de la variación de la proporción del ingreso de los quintiles superior e inferior (1), (2)

(Variación anual media, en puntos porcentuales)

En todos los países, el progreso tecnológico es la causa principal de la caída de la proporción del ingreso del quintil inferior y del aumento de la proporción del ingreso del quintil superior.

Materia (La amargura de la victoria: y mira que se lo dijimos…)

En marzo de 2005, publiqué el Paper:

La insoportable levedad de los "modelos" del FMI

(Desmontando a Anne Krueger, vicedirectora del Fondo Monetario Internacional)

Decía en la Introducción:

Este artículo intenta contestar al IMF Working Paper (WP/03/30): "Trade, Growth, and Poverty: A Selective Survey", cuyos autores son Andrew Berg y Anne Krueger, publicado en febrero de 2003.

(http://www.imf.org/external/pubs/ft/wp/2003/wp0330.pdf

El Working Paper del Fondo Monetario Internacional, con la autoría de Andrew Berg y Anne Krueger, intenta contestar la pregunta: Cómo es de importante la política comercial para la reducción de la pobreza?

Entre los párrafos "sin desperdicio" que ustedes encontrarán en la traducción (resumida) que se presenta al inicio del artículo (Piso Cero), está el siguiente: "Como conclusión sobre la tendencia de la apertura a incrementar los ingresos, nosotros sugerimos que si los países pobres se abrieran más, la pobreza podría caer"…

Para contestar al IMF Working Paper he intentado, por rigurosidad metodológica (aunque sin ignorar la caprichosa -y sospechable- selección de los países investigados por los autores), ampliar la información estadística de los mismos, de cara a constatar que "no todo lo que reluce es oro".

Al margen del muestreo elegido (contestando al original), he tratado de "cuantificar" y "cualificar" a los que "se mueren a las puertas del Paraíso".

Liberación unilateral? Mentiras arriesgadas. Un librecambio que no existe…

Si midiéramos el actual desarrollo del mercado mundial considerando que cada vez existe un número mayor de personas en el mundo que ya no tienen nada que perder, el resultado no sería demasiado halagüeño. Todo lo contrario: las promesas de ciertos gurús, según las cuales esta fase del comercio mundial sentaría las bases para el desarrollo, demostraron ser en gran medida un artilugio para cimentar la desigualdad social.

En la actualidad, ninguna zapatilla, casi ningún televisor y sólo unos pocos coches se fabrican donde las firmas vendedoras tienen su sede. Esta "división global de las tareas", que a su vez es una división entre ricos y pobres, no constituye un orden mundial predefinido e inalterable, aunque mucha gente parezca haberse acostumbrado a ello. No sólo los representantes económicos se alinean con esta postura. Muchas otras personas también sostienen que este reequilibrio genera una dinámica en la cual las inversiones de los países ricos se dirigen hacia los más pobres, y que, a largo plazo, las inversiones generarán bienestar también en ellos.

Las firmas occidentales no sólo explotan a millones de trabajadores, sino que ejercen un control absoluto sobre las riquezas naturales de numerosos países. El mundo al revés: Angola, Brasil, Congo y Nigeria, al igual que la mayoría de los países en vías de desarrollo, poseen una reserva casi inagotable de tesoros naturales (petróleo, oro, diamantes, cobre, maderas nobles, café, cacao, plátanos, etc.). En calidad de "propietarios" de estos recursos, son objetivamente mucho más ricos que la mayoría de los países industrializados. Sin embargo, amplias capas de población sufren hambre y no tienen acceso ni a los medicamentos ni a la educación.

¡Cada día mueren 100.000 personas a consecuencia del hambre, y no, por ejemplo, porque vivan en regiones con sequía, sino porque, como en los tiempos más oscuros de la colonización, se les arrebatan las riquezas de sus países!

Las Conclusiones del Working Paper del FMI eran las siguientes:

Hemos hecho una amplia investigación en la literatura sobre el tema y hemos extraído tres proposiciones principales sobre la política de comercio y la pobreza:

  1. la reducción de la pobreza se basa principalmente en un crecimiento del promedio de ingreso per cápita;
  2. la apertura del comercio es un importante determinante del crecimiento;
  3. el crecimiento que está asociado a la liberalización del comercio es tan pro-pobres como el crecimiento general.

Con respecto a la primera proposición hay una amplia evidencia que la causa principal de los cambios en la pobreza absoluta está en el cambio del promedio de los ingresos per cápita. Tendencias a largo plazo refuerzan el punto de vista que la relación entre la pobreza y la apertura está dominada por el crecimiento. Primero, la desigualdad dentro de los países ha sido estable, y no ha sido originada por los cambios en la desigualdad global. Por ende, si alguna globalización indujo cambios en la inequidad dentro de los países ésta sería una pequeña parte de la historia

Como conclusión sobre la tendencia de la apertura a incrementar los ingresos, nosotros sugerimos que si los países pobres se abrieran más la pobreza podría caer…

Con respecto a la segunda proposición, la evidencia de que la apertura comercial es una importante determinante del crecimiento es variada. Primero, nosotros sabemos que los países y regiones que son suficientemente similares a lo largo de un amplio número de dimensiones, como EEUU, regiones de Europa y algunos países de la OCDE, tienden a converger hacia similares niveles de ingresos. Esto hace plausible la apertura comercial que resulta una parte importante de ese proceso de convergencia y de ahí parte la fórmula de reducción de los ratios de pobreza en los países más pobres. Por supuesto muchos otros factores son potencialmente relevantes en este proceso de convergencia…

Nuestra tercera proposición principal es que la apertura comercial, condicionada al crecimiento, no tiene efecto sistemático sobre la pobreza. La evidencia demuestra que el ingreso de los más pobres tiende a crecer punto por punto (uno a uno) con el promedio de ingresos. Por supuesto, en algunos países y en algunos períodos la pobreza ha coincidido con ese promedio, y otras veces no ha sido así. Pero la apertura no puede ayudar a explicar como estos resultados ocurren. Hay una pequeña evidencia frente a un largo número de episodios individuales de liberalización que también muestra que no hay una relación sistemática entre liberalización comercial y distribución de ingresos. Por lo tanto, que la apertura comercial ha contribuido al crecimiento ha sido confirmado por la indudable declinación de la pobreza absoluta en los últimos 20 años. Los cambios en la distribución de los ingresos dentro de los países han, por otra parte, contribuido muy poco a cambios netos en la incidencia de la pobreza (Esto es cierto también durante largos períodos). Indudablemente, el cambio en la distribución de ingresos en los últimos 15 años o más ha sido mínimamente pro-pobres.

Sin embargo, la apertura no es una "bala mágica". La política comercial es solamente una de las muchas determinantes del crecimiento. Por lo tanto, no debería ser una sorpresa que, aunque el comercio es un importante determinante del crecimiento, y que ha habido una sustancial liberalización comercial en los últimos 20 años, el crecimiento, entre los años 1980s y 1990s ha sido decepcionante, dando por resultado una modesta (sí acaso sin precedente) declinación de la pobreza. Por supuesto, esto no debería distraernos con respecto a la importancia de la liberación del comercio en los países en desarrollo…

En el Apartado: Voy a su juego (Deme cartas…), intentaba contestar al Paper del FMI:

En las siguientes páginas se presentan varios Cuadros (4 a 15) con la intención de comprobar si la hipótesis del Fondo Monetario Internacional sobre "Apertura, Crecimiento y Pobreza", con referencia a las ventajas del libre comercio para la reducción de la pobreza, resulta correcta.

(Se mantiene la numeración del original)

En 27 de los 39 casos presentados el incremento de las exportaciones superó al de las importaciones.

En 12 de los 39 casos presentados el incremento de las importaciones superó al de las exportaciones.

En 29 de los 39 casos presentados el saldo comercial resultó favorable

Performance: 8/36 28/36 8/36 27/36 24/28 4/28 5/30 25/30 21 (<)/30

9 (>)/30

Performance: 17/37 18/37 14/37 12/37

Performance: 14/35 21/35 5/34 7/34 5/34 4/34 8/34 5/34 4/34 5/34

Performance: 14/37 20/37

De los 39 casos presentados en 17 empeora, en 10 mejora, en 3 el resultado es regresivo y en 9 no existen datos sobre la desigualdad de ingresos o consumo

Performance: 9/34 3/34 1/34 21/34

En el período 1990-1998 los registros comparativos corresponden a 8 años, cuando en los casos anteriores corresponden a 5 años.

Del Apartado: Negando la mayor (De la macroeconomía a los "fundamentals")

En el Apartado: Maquillaje (El último round), decía:

Ni siquiera manipulando los "casos" alcanza. El cielo protector del libre cambio no llega a todos los rincones. Chau, no va más.

Aunque la selección de los "Developing Countries", resulta harto sospechosa, aún así, es imposible negar la evidencia.

A pesar de incluir a casi todos los BRICs (Brasil, Rusia, India y China), supongo que se dejaron a Rusia porque hubiera sido clamoroso el deterioro de los ingresos de la población en el oscuro libertinaje financiero de la era pos-comunista (se les ve el plumero, my dear), los efectos colaterales de la apertura comercial (la más de las veces unilateral, la más de las veces consecuencia de las exigencias de los Organismos Internacionales) resultan generadores de un alto grado de vulnerabilidad.

Decía en la Introducción de mi ensayo: "Los daños ocultos del librecambio – La doble vida de la economía global" (abril 2002):

"La balanza externa puede presentar un factor negativo para el crecimiento económico…Una alucinación del desarrollo -la globalización de la libertad de mercado- que, entre la flexibilidad y la incertidumbre, opta por el miedo a ser uno mismo…El comercio libre promueve el bienestar de los ricos, pero no necesariamente el bienestar social, que debería aplicarse a la mayoría de la población. No es de extrañar entonces que las compañías multinacionales y sus directores ejecutivos, con sus feudos industriales diseminados por todo el mundo, adhieran fervientemente al comercio libre.

El comercio internacional beneficia a unas pocas empresas multinacionales y a unas pocas familias propietarias, perjudicando o en el mejor de los casos dejando en igualdad de condiciones, al resto de las empresas y familias, cualquiera sea su lugar de radicación o residencia. Para mayor agravante -si cabe- el libre comercio -profetizado, publicitado e impuesto-, es sólo una pantalla para la financierización de la economía, que es el objetivo buscado (y por lo que se constata, alcanzado).

Al impulso de la liberación del comercio se cuela el libre movimiento -fundamentalmente especulativo- de capitales, sin fronteras, limitaciones, ni controles, que es la única globalización verdadera.

En este dualismo económico que ha generado la globalización, la economía de mercado, la competencia mundial y el libre comercio, hay muy pocos que ganan mucho -muchísimo- y un resto enorme que transita la depresión silenciosa. Lo que se está intentando -aunque el discurso oficial sostenga lo contrario- es la perpetuación de las desigualdades superables, la negación de la posibilidad de tener oportunidades superiores a las nativas, de llegar a una sociedad más igualitaria"…

Decía en el Epílogo de mi ensayo (abril 2002):

"El libre comercio, podrá resultar un tópico cuya vigencia es muy difícil de remover, pero cuya injusticia sigue siendo flagrante (se reitera).

Los puristas del librecambio nos aplastan con el rodillo económico y nos imponen un darwinismo económico cainita y fatal (se denuncia).

La liberación, las desregulación y la privatización castigan a la sociedad, avasallan la dignidad humana, amenazan el habitat, debilitan progresivamente la autoridad gubernamental, y provocan el crepúsculo de la piedad (espera haberse demostrado)".

Con todo lo que ha llovido desde entonces, sólo se puede agregar, Señora Anne Krueger, que usted es la general Janis Karpinski de la cárcel del Abu Ghraib financiero en la que están "internados" el hambre, la sed, la sanidad, la educación, el trabajo, el progreso y la equidad de millones de habitantes del mundo.

Cuántos Guantánamos financieros tiene repartidos por el mundo en desarrollo?

Cuántas auditorías al estílo Abu Ghraib se practican a diario en los países en desarrollo?

Visto lo visto, le pregunto, pregunto a los lectores y a mi mismo: Cuál es el "Eje del Mal", Iraq, Irán y Corea del Norte, o el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio?

El mismo modus operandi, los mismos intereses.

Mentiras arriesgadas…Soluciones insalubres…

Según Karpinski, el general Walter Wodjakowski (el número dos del Ejército de EEUU en Iraq cuando saltó el escándalo de los abusos), llegó a decirle: "no me importa si estamos reteniendo a 15.000 civiles inocentes. Estamos ganando la guerra".

El mismo modus operandi, los mismos intereses.

Mentiras arriesgadas…Soluciones insalubres…

Por eso le digo, Señora Anne Krueger, que actuando como simple observador, apenas como reportero económico, mi mensaje no es música techno, tal vez un intento de reunir un conjunto de comentarios e ideas para el debate, lanzados al mar en una botella…la más de las veces un sermón a los pájaros.

Nunca dar la espalda a la realidad, o asumir el mediocre discurso de lo políticamente correcto.

Nunca, nunca, un pensamiento único.

Siempre, siempre, intentando demostrar el absurdo (negación en sí mismo) del pensamiento cero.

(Sostuve en abril del 2002) y lo mantengo (luego se supo todo lo que se supo, pero en aquel momento los que pensábamos así cabíamos en un autobús y los que nos animábamos a decirlo ni siquiera podíamos subir a un autobús), que no creo en el Conservadurismo Compasivo. No acepto -por ser de quién viene- la Justicia Infinita. Dudo -por ser de quién viene- de la Libertad Duradera. Niego -por pueril y maniquea- la existencia del Eje del Mal. Y además no deseo tragar lo que (se) nos eche (desde) la Oficina de Orientación Informativa (y/o sus brazos mediáticos, académicos, u organismos internacionales infiltrados…)

Como final, y si me lo permite, Señora Anne Krueger, le pregunto:

Al Fondo Monetario Internacional cómo lo "calificaría", como Oficina de Orientación Informativa, como brazo mediático, como brazo académico, o como organismo internacional infiltrado?

Espero su atenta respuesta…

Hasta entonces, un pedido: Que desde vuestro abuso de posición dominante no continúen manteniendo esa falta de respeto a la inteligencia ajena que les caracteriza.

Hasta entonces, un objetivo: Podrán seguir mintiendo…Trataremos de que no puedan continuar engañando.

En febrero de 2007, publiqué el Paper:

Réquiem por el Consenso de Washington

¿El final de los paradigmas? (Después de los años de plomo neoliberales)

En la Introducción, decía:

Consenso de Washington – "Hora de la muerte: 17 horas, del 31 de agosto de 2006"

(Médico certificante: UNCTAD)

Según un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) los países en desarrollo necesitan políticas económicas más flexibles.

El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de la UNCTAD afirma que las disciplinas multilaterales que rigen las relaciones internacionales en cuestiones monetarias y financieras son demasiado limitadas, pero las que rigen el comercio internacional son demasiado amplias.

Las condicionalidades y las normas de comercio internacional vinculadas a la asistencia externa y los créditos otorgados a los países en desarrollo no deben impedir que los gobiernos promuevan su economía…

Al tiempo que pide flexibilidad en las políticas económicas, sostiene que para promover el desarrollo, es necesario complementar la creciente interdependencia económica de todos los países con un sistema bien estructurado de gobernanza mundial. Las políticas económicas nacionales centradas en el propio interés -incluidas las políticas comerciales mercantilistas o las políticas macroeconómicas y de tipos cambiarios que afectan a los demás países- por las cuales los países influyentes pueden perjudicar la economía de otros países deben evitarse mediante normas y disciplinas multilaterales. Sin embargo, la restricción de la autonomía política nacional no debe obligar a los funcionarios de los países en desarrollo a renunciar a las políticas que fomenten el desarrollo económico.

El informe sostiene que no existe una fórmula cuantificable única para lograr el equilibrio entre las disciplinas multilaterales y la autonomía de la política nacional que se adecue a todos los países y se aplique a todos los sectores de la economía. El grado de autonomía nacional necesario para promover el desarrollo de la economía difiere en cada país.

El informe advierte que el régimen de comercio multilateral debe tener más en cuenta las asimetrías existentes entre sus miembros y debe concertar acuerdos multilaterales efectivos para la gestión de los tipos de cambio…

Los acuerdos comerciales bilaterales y regionales suelen imponer condiciones aún más estrictas, y además, existen muchos otros medios no comerciales de imposición de restricciones al espacio de política, en particular las condicionalidades del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La desregulación de los mercados financieros internos, la eliminación de controles crediticios, la desregulación de los tipos de interés y la privatización de los bancos eran elementos fundamentales de las reformas efectuadas en los decenios de 1980 y 1990. Paradójicamente, dice el informe, aunque el programa económico establecido hacía todo lo posible para "fijar precios correctos en los mercados financieros", no había ningún concepto que orientara la gestión de los precios más importantes, el tipo de cambio y la tasa de interés que le está estrechamente asociada. Las dos opciones de política sobre tipos cambiarios que finalmente se postularon fueron o bien permitir la libre flotación de la moneda o bien adoptar un tipo de cambio totalmente fijo, soluciones extremas que se denominaron "corner solutions".

El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo subraya que las normas y reglamentaciones sobre comercio internacional que están dimanando de las negociaciones multilaterales y de un creciente número de acuerdos comerciales regionales y bilaterales podrían impedir la aplicación de las medidas de política económica que utilizaron las actuales economías maduras y los países de industrialización tardía para desarrollarse. Aunque estas normas y compromisos tienen el mismo peso para todos los signatarios en lo que respecta a las obligaciones jurídicas, desde el punto de vista económico suponen una carga mucho mayor para los países en desarrollo. Por tanto, es de crucial importancia interpretar el concepto de "condiciones equitativas" no desde el punto de vista de las restricciones jurídicas, sino de las restricciones económicas, teniendo en cuenta las distintas características estructurales y los distintos niveles de desarrollo de los países.

El informe sostiene que un régimen de comercio multilateral plenamente integrador debe tener suficiente flexibilidad para reflejar los intereses y las necesidades de todos sus miembros. En aras de una asociación mundial para el desarrollo, los países desarrollados deben acordar un nuevo marco o nuevas directrices para el tratamiento especial o diferenciado en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sin recibir a cambio concesiones de los países en desarrollo…

Se recomienda que los gobiernos de los países en desarrollo se dediquen activamente a promover y desarrollar la empresa nacional, a diferencia de lo ocurrido en los años ochenta y noventa, cuando las instituciones de Bretton Woods les recomendaban que se mantuvieran prescindentes y dejaran que las fuerzas del mercado fijasen "precios correctos". En el informe se sostiene que esos países no deberían verse demasiado limitados por las normas comerciales internacionales o las condiciones impuestas por las entidades crediticias internacionales y no poder hacer lo que más convendría a sus economías. En los últimos años esa libertad de acción se ha convertido en un asunto importante y se suele hacer referencia a ella como "espacio de política".

En el informe se insta a los gobiernos a adoptar políticas macroeconómicas e industriales activas para acelerar la inversión privada y el mejoramiento tecnológico y estimular a las fuerzas creativas de los mercados: son las decisiones empresariales innovadoras y que conllevan riesgos las que generan nuevas líneas de producción y crean nuevas empresas y puestos de trabajo. De ser necesario, los gobiernos también deberían proteger las empresas nacientes, incluso aplicando con prudencia subvenciones y aranceles, hasta que los productores nacionales adquieran competitividad en el ámbito internacional en la venta de productos cada vez más sofisticados.

En el informe se señala que las profundas reformas realizadas por la mayoría de los países en desarrollo en los años ochenta y noventa, a menudo a instancias de las instituciones financieras y entidades crediticias internacionales, no dieron los resultados prometidos. Estas reformas hacían hincapié en una mayor estabilidad económica, una mayor confianza en las fuerzas del mercado y una rápida apertura a la competencia internacional. Sin embargo, en muchos casos la inversión privada no aumentó en la medida prevista, muchas economías se estancaron o incluso se retrajeron, y muchos países en desarrollo que ya tenían elevados niveles de pobreza comprobaron que esos pasos hacia una economía liberalizada aumentaban la desigualdad en vez de reducirla.

En el Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de la UNCTAD se sostiene que la política monetaria podría desempeñar un papel más eficaz en apoyo del crecimiento centrándose en la fijación de un tipo de interés real bajo, que incitaría a invertir, y un tipo de cambio competitivo y estable, que promovería la producción nacional en los mercados mundiales. Se dice además que, para permitir que la política monetaria desempeñe ese papel, las economías de mercado emergentes deberían reducir su dependencia respecto de las corrientes de capital extranjero, como ya han hecho muchas de ellas, y establecer nuevos instrumentos no monetarios para estabilizar los precios, como la política de ingresos o la intervención directa en la formación de precios y, especialmente, de los salarios.

En el informe se destaca que toda prescripción para el desarrollo económico debe respetar la situación específica de cada país. No existe una fórmula uniforme…

El gobierno debería prestar apoyo al sector privado únicamente sobre la base de objetivos operacionales claramente establecidos que pudieran seguirse de cerca, y únicamente durante períodos especificados…

También se recomienda que los intentos para atraer inversión extranjera directa (IED) no apunten a una cantidad máxima sino a una calidad máxima, en el sentido de generar valor agregado nacional y progreso tecnológico…

Unas subvenciones transitorias y cuidadosamente concebidas pueden fomentar inversiones innovadoras, y una protección temporal respecto de las importaciones puede permitir que los procesos de aprendizaje se desarrollen entre las empresas nacionales, según se dice en el informe. Se añade que los aranceles aduaneros aplicados a los productos industriales siguen siendo un instrumento importante porque son fuente de ingresos fiscales difíciles de sustituir en muchos de los países más pobres del mundo, y porque los acuerdos internacionales han reducido el grado de libertad para usar otros instrumentos de política de apoyo de la diversificación y el mejoramiento tecnológico.

Se recomienda mantener los aranceles aprobados en el ámbito internacional a un nivel relativamente más alto y modular los aranceles aplicados en determinados sectores industriales en torno a un nivel medio relativamente inferior…

Ese enfoque flexible de los aranceles podría apoyarse fijando los límites globales a las subvenciones dentro de los cuales los miembros de la Organización Mundial del comercio (OMC) están autorizados a conceder de manera flexible subvenciones a empresas y los sectores económicos…

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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