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Aproximación a las relaciones de poder en la red (página 2)


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2. Relaciones de poder en la red

Para la comprensión de las relaciones de poder existentes en la red, y prever sus posibles cambios históricos en el tiempo, es necesario analizar la evolución habida en la sociedad.

2.1 Cambio de sociedad: De la sociedad postindustrial a la sociedad red

A las sociedades contemporáneas se les puede clasificar atendiendo a sus modos de producción, en: capitalismo y estatismo (comunismo, o "colectivismo" -Bell-), y en cuanto a los modos de desarrollo: industrialismo e "informacionalismo" (Castells). Aunque en este último aspecto, desde un posicionamiento estrictamente contemporánea, se puede distinguir, entre: preindustrialismo, industrialismo y "postindustrialismo" (Touraine) o informacionalismo.

El periodo preindustrial comprende hasta finales del siglo XVIII, desde este momento hasta mediados del siglo XX (década de los sesenta), se desarrolla la industrialización, y desde el último tercio del siglo XX, principalmente, se inicia el informacionalismo. El periodo comprendido entre la segunda mitad del siglo XX hasta la crisis del petróleo, a mediados de los setenta, se le podría denominar postindustrialismo, porque durante este tiempo se comienza a producir un amplio y significativo cambio tecnológico, de innovación evolutiva, que última en un estadio de desarrollo específico, (y con el tiempo adquirirá igual o mayor notoriedad que el industrialismo, y por ello, sería incorrecto mantener por más tiempo la terminología de postindustrialismo, que el propio Touraine acepta hacerlo por el término de "sociedad de la información" (Touraine: 2002, 44). Mientras que a nivel social, se distinge entre sociedad industrial, que se desarrolla conjuntamente con el modo del industrialismo, de un subtipo de sociedad de producción, y que evolucionó, tras la primera guerra mundial, durante el periodo postindustrialismo hacia la sociedad de consumo, y que posteriormente con la revolución tecnológica digital se transforma en la sociedad digital o "sociedad red" (Castells). Actualmente, por tanto, se está dando paso de una sociedad postindustrial y de consumo a una sociedad red y de ocio.

Las sociedades están organizadas en torno a un proceso humano, que están a su vez estructuradas por relaciones de producción, experiencia y poder determinadas históricamente (17). La producción consiste en la actividad económica de la humanidad de expropiación y transformación de la naturaleza en bienes, mercancías y servicios para ser consumidos y acumulados sus beneficios de forma desigual, para poder invertirse, siguiendo las modas establecidas por la sociedad. Mientras que la experiencia es la acción desarrollada por los sujetos sobre sí mismo, y está determinada por sus identidades biológicas y culturales e interrelacionada con su entorno social, en la búsqueda normal de satisfacer las necesidades imperantes en la sociedad. Mientras que el poder se establece en torno a las relaciones sociales entre sus miembros, basándose en la producción y la experiencia, y en emular a unos sujetos con respecto de otros, que siguiendo determinados mecanismos políticos, por consenso o violentando el orden establecido, se erigen en representantes, gestores, guías y controladores de la sociedad, a nivel local, regional, nacional e internacional.

Asimismo, habría que pensar que la producción se organiza en relaciones de clases que definen el modelo, por el cual algunos sujetos, basándose en su posición privilegiada en un determinado proceso de producción, deciden desigualmente el uso y reparto del producto nacional obtenido en lo referente al consumo y a la inversión. La experiencia se estructura en torno al orden social de clases, y en menor medida de genero, y organiza la historia en torno al Estado, la iglesia y la familia. El poder se fundamenta en el Estado, y lo ha sido de la iglesia en el mundo occidental, como lo es actualmente de ciertos países del ámbito mulsumán (Iran, Arabia Saudí…)…, y su "microfísica del poder" (Foucault) o "institucionalización de la violencia" (Castells), a través de las instituciones y las organizaciones oficiales/gubernamentales, que se difunde por toda la sociedad, desde los lugares comunes del trabajo hasta los específicos hospitales, "encerrando a los sujetos en una apretada estructura de deberes formales y agresiones informales" (Castells: 1998, I, 41). Y, es precisamente sobre este peculiar tipo de organización de sociedad, sobre el que incide directamente las nuevas tecnologías de la información/comunicación, pues el desarrollo de un nuevo modo de desarrollo, el informacionalismo afecta sobre la estructura social, transformándoles en un nuevo tipo de sociedad, dando paso de una sociedad industrial a una sociedad red). Y, históricamente, en cuanto al modo de producción ha favorecido, en el último tercio del siglo XX, la reestructuración del modo capitalista de producción hacia un nuevo capitalismo, que está caracterizado por la globalización de la economía en tiempo real, la conjunción (no homogenización) de varias formas sociales y políticas, que se renueven permanentemente (18), y que en expresión de Nicholas Negroponte, se puede decir que se comienza a vivir de forma generalizada y creciente en un mundo que se ha vuelto digital (inicio de la era digital).

La modificación de las estructuras socioeconómicas desarrolladas en Europa desde principios del siglo XVIII, crearon las condiciones necesarias que posibilitaron, con la innovación tecnológica, de la máquina de vapor, la hiladora de varios husos, el proceso Corts en metalurgia, y de forma general por la sustitución de las herramientas por la máquina, en Gran Bretaña (19), la primera revolución industrial (20), y cuya condición básica es la sustitución del trabajo artesano por el de la máquina fabril, y la división del trabajo para lograr una mayor productividad, y es por todo ello que a este periodo se le denomine sociedad industrial o productiva. Y la segunda revolución industrial, se produce unos cien años después, a finales del XIX, con el desarrollo de la electricidad, el motor de combustión interna, la química basada en la ciencia, la fundición de acero eficiente, y el inicio de las tecnologías de la comunicación, con la difusión del telégrafo y la invención del teléfono. Entre ambas evoluciones tecnologías se puede constatar, que existen continuidades y fundamentales coincidencias, así como algunas diferencias críticas, y de estas últimas la principal sería la importancia decisiva que adquiere el conocimiento científico para crear, producir, y dirigir el desarrollo tecnológico desde 1850 (21). Posteriormente, en el último tercio del siglo XX, se produce una nueva revolución tecnológica (22), con internet, dentro de un profundo cambio geopolítico mundial, con el fin de la guerra fría, con la autodesintegración de la Unión Soviética (con el obvio apoyo norteamericano), y la consolidación de los Estados Unidos como la única superpotencia actual, de una sociedad caracterizada por la globalización en tiempo real a través de internet (cibersociedad), y una economía igualmente globalizada (nueva economía), y a esta sociedad es a la que se le denominará cibersociedad o "sociedad digital" (Castells) (23), o sociedad red, por encima del eufemístico término de sociedad del conocimiento o sociedad de la información (24). Aunque si atendemos al modo de consumo, se puede indicar que con el industrialismo coexiste una sociedad de producción. Mientras que con el final del industrialismo y el principio de la postindustrialización se desarrolla la sociedad de consumo (25), y con el inicio de la era digital o era red se desarrolla inicialmente una sociedad de "ocio red" (Fernández Carrión).

2.2 La globalización: clave del nuevo poder red

La palabra globalización ha pasado de ser un concepto desconocido en el mundo académico… y social, a ser omnipresente. En el debate sobre la globalización, a nivel sociológico, se distingue dos fases: una primera, principalmente de índole académica, que se desarrolla hasta mediados de los noventa, en la que destaca la discusión acerca de la existencia o no de la globalización, y en la que algunos teóricos eran partidarios de que si el término aparecía con creciente frecuencia, no describía una realidad concreta, mientras que otros indicaban que la concepción global tenía su origen en el pasado, a finales del siglo XIX, en el que se produce un intercambio internacional de divisas, así como se introduce la migración en masa de un país a otro, sin necesidad de un pasaporte para circular por la mayoría de ellos; pero algunos otros autores remontan sus orígenes en un pasado mayor, al periodo histórico del imperio romano, o al inicio de la Edad Moderna, con la formación del Estado y "la mundialización de la economía por España" (los austrias en España: Felipe II…) –como esto último lo señala Paul Hirts y Grahame Tompson (1996), y por el contrario existen autores que indican que la globalización comienza precisamente con la revolución de las tecnologías de la información, pues es en ese momento cuando realmente se han conformado las nuevas infraestructuras globales que introducen un peculiar y especacular cambio político y económico, así como cultural y social de la sociedad (y es en este proceso inicial de transformación, en el que nos encontramos). A todos ellos se le denominó "escépticos de la globalización", pues aún entendiendo la existencia de la globalización, eran escépticos sobre la posibilidad de que estuviera ocurriendo un cambio real e importante en el mundo. Pero, a partir de este primer periodo o fase, a finales del siglo XX, se ha comenzado a desarrollar diferentes estudios sobre los cambios registrados en la economía global (Josep Stingliz…), en la sociedad, y en la política a nivel global (Touraine, Giddens…, y Castells (26).), y todos ellos resaltan que la globalización es muy distinta a cualquier otro fenómeno anterior similar.

A finales del siglo XIX se inicia la primera "era" (Giddens) o mejor dicho etapa de la propia era de la globalización, por lo que en el último tercio del XX, se forma la segunda etapa (27), en la que se pasa de un simple debate intelectual a la defensa y al ataque directo de la misma, desde los salones de reuniones hasta las manifestaciones en la calle, y de ésta última desde Seattle a Praga, pasando por los acontecimientos de Gotemburgo. La globalización ha conformado un nuevo mundo, por tanto somos la primera generación que vive en una verdadera era global. La economía global está actualmente más integrada que nunca, aunque persista la regionalización comercial. En este mismo sentido los mercados financieros operan globalmente, las veinticuatro horas al día, y son distintos a los del pasado. Además, la globalización no es exclusivamente económica, es igualmente política… y cultural, y es por esto, y por iniciativa y propósito de su ventor los Estados Unidos, que la globalización afecta a las pautas de soberanía mundial y por ende de cada país, al contrario del criterio de Giddens, de que la globalización "no es una tendencia única y no tiene una causa única" (Giddens: 2003: 76), hay que señalar que ha sucedio y sucede al contrario que es "unidireccional", pues sigue una única dirección y tendencia (aunque se nutra de distintos procesos de funcionamiento técnico y operativo), y además tiene una única causa, geopolítica, la de dominación global.

El factor clave de este proceso es la globalización de capital, de la producción y de la distribución de mercancías, bienes y servicios –según Giddens-, y como se ha señalado es igualmente político y cultural, por lo que este proceso de cambio, se produce en un ámbito especial de incertidumbre al conocido hasta entonces, y se ha extendido desde el mundo laboral hasta el familiar (28). Por ello "la globalización es un conjunto de cambios diversos, con diversas consecuencias en nuestras vidas, unas destructivas y otras constructivas" (Giddens: 2002, 92). Y, aunque no existe determinismo tecnológico, en la medida en que son las relaciones sociales las que marcan a la sociedad en su conjunto, igualmente hay que resaltar la idea de que la tecnología sea simplemente una expresión o un resultado de las acciones sociales o de la sociedad en general (como apunta Castells).

Para Chomsky que es más crítico con el concepto y el sentido que ha adquirido la globalización, la define con los siguientes términos: "Su interés es el capital (ante todo, el capital financiero); las personas son secundarias. El sentido técnico de la globalización es el de una forma concreta de integración internacional impuesta durante los últimos veinticinco años, más o menos, por las grandes potencias, principalmente por Estados Unidos, y sus instituciones, el Banco Mundial y el FMI" (Chomsky: 2002, 122), que pretende establecer una sociedad uniformemente configurada y dependiente (29).

No es una perogrullada confirmar que nada surge de la nada, todo tiene un principio y un fin, y por esto un poder supranacional consensuado, se inicia con la creación de la Sociedad de Naciones (30), tras el fracaso negociador producido en la segunda guerra mundial, y bajo la especial presión de los Estados Unidos, se disuelve el 18 de abril de 1946, y traspasa su misión a la ONU (31), precisamente en suelo norteamericano, y con los Estados Unidos como sus creadores, promotores, valedores y pieza decisoria en la directriz y resoluciones que se toman en ella.

Durante la dominación norteamericana sobre el mundo capitalista en su conjunto, la sociedad industrializada, y la mayor parte de países en vía de desarrollado en particular, con una desigual guerra fría contra la Unión Soviética y los llamados países satélites, se desarrolla una revolución tecnológica sobre un nuevo medio de comunicación de aplicación mundial, y desconocido hasta el momento: internet.

Las políticas económicas mundiales defendidas por el G8 en particular, promueven la conservación de un orden político protector de las más grandes empresas, que se encuentran concentradas fundamentalmente en los Estados Unidos (32), y que lógicamente defiende directa o/e indirectamente los intereses exclusivamente norteamericanos (33). En este sentido, los dirigentes políticos de los principales países desarrollados reunidos primero en el G7 y posteriormente en el G8 (tras la incorporación a este último foro mundial de Rusia), y las grandes organizaciones financieras internacionales defendieron el libre mercado en su mayor extensión, para la comercialización mundial sin barreras.

Frente a la creciente dinámica de dependencia internacional, impuesta por la globalización, es necesario que los gobiernos controlen y regulen el poder económico y el comportamiento empresarial nacional e internacional que le afecta directamente, pues de lo contrario puede generalizarse en todo el mundo, la situación existente en los Estados Unidos, de que el poder de las grandes empresas y ciertos particulares influyan en las elecciones, marcan un proceso no democrático (manipulación política que es criticada por McCain, oponiéndose a este sistema de donaciones electorales). Pero en el momento que parece que puede solucionarse el problema, surge otro, como es la involucración del tercer sector (defendido por Stigliz, Giddens…) u otros grupos de la sociedad civil en la política activa, y entonces la globalización ha podido degenerar el sistema de participación, manteniendo intencionadamente el anonimato de los nombres de los agentes del tercer sector, por lo que incluso conociéndose la historia empresarial de un país, se hace imposible establecer la relación entre la causa y el efecto, y en particular la autoría de cada acción.

Es imprecisa la afirmación de Touraine de que "no entiende por qué las técnicas de la información [pertenecientes o están en "manos" de las empresas de las telecomunicaciones e informática] no conllevaría una concentración del poder, como la que realizaron las industrias petrolíferas y automovolísticas" anteriormente (Touraine: 2002, 30-31), pues esta concentración del poder se está produciendo de forma distinta a la realizada por los anteriores grupos de presión, en gran parte del siglo XX, debido a que corresponde a dos periodos distintos del desarrollo del capitalismo, que son claves para la expansión y consolidación de la nueva economía, global, y que actualmente conviven. El poder industrial de la Ford, General Electric, General Motors… se mantiene, aunque con la innovación tecnológica se impone nuevas empresas Microsoft, Oracle…, que con el cambio de sociedad, serán previsiblemente los futuros exponentes de poder. Asimismo, a pesar de haber trabajado Touraine sobre la sociedad postindustrial no llegó a considerar a la sociedad de consumo con una variante superior de la sociedad industrial, y anterior a la sociedad de red (34) y del ocio, y a pesar de esto es extraño que el autor galo se pregunta "¿quién hubiera pensado en otros tiempos que una parte importante de las nuevas tecnologías se consagraría al juego y, sobre todo, al espíritu de juego que se encuentra en la invención de nuestros objetos reales y virtuales?" (Touraine: 2002, 34), y es que la sociedad de red se encuentra inmersa en una "civilización" (según Touraine), sociedad de ocio, en la que prima el sector servicios: turismo, parques temáticos, software de videojuegos

Con la revolución industrial se impuso, en el siglo XIX, la creencia en el progreso, a la que debía tender todos los países desarrollados en sus posibilidades, y los países en desarrollo debían emular, pero con la nueva revolución tecnológica de la información/comunicación, el "liberalismo a la americana (…) ha identificado generalmente al moderno Estados Unidos con la forma más moderna del bienestar e incluso de la felicidad" (Touraine: 2002, 29), es un bienestar gubernamental pero sin Estado, es un bienestar social sin carga social, es en suma un bienestar dirigido por los poderes fácticos (con la conjunción del esfuerzo económico del sector público y la empresa privada), y todo ello realizado a imagen y semejanza, y los criterios de los Estados Unidos.

Hay que entender a las sociedades como "sistemas de producción históricos formados por relaciones sociales contradictorias/conflictivas, que constituyen estructuras sociales que se materializan en formas sociales" (Castelles: 2002, 117), y con el informalismo (35), a partir de la consideración de la tecnología como una dimensión fundamental del cambio social, y que motiva la evolución de la sociedad, que se transforma a través de una compleja interacción de factores culturales, económico, políticos y tecnológicos, y dan lugar a la llamada sociedad red.

La sociedad red se caracteriza o "define" (Touraine) por la "separación de la tecnología –en la que hemos de incluir su contexto espacial y temporal- y de las orientaciones culturales" (36) (Touraine: 2002, 31). Asimismo, "la tecnología es en cierto modo independiente de las condiciones sociales y de los marcos institucionales, y que conduce a la noción fundamental de la pluralidad de modelos en lo que llamamos sociedad de la información" (Castelles: 2002, 52). Por ello, se puede indicar que la tecnología no determina a la sociedad: la plasma; como tampoco la sociedad determina a la tecnología: la crea, con un complejo modelo de interacción y la utiliza.

La revolución de las tecnologías de la información/comunicación, está centrada en torno a un grupo específico de tecnologías de información/comunicación, cuya novedas es el original procesamiento de las tecnologías, y el impacto que estas tienen sobre la generación y aplicación del conocimiento, de la comunicación, y de la sociedad en general. Su antecesor histórico es la invención de la imprenta (37), al comienzo de la Edad Moderna, pero las nuevas tecnologías de la comunicación actuales tienen una mayor relevancia histórica, pues no sólo han cambio el medio de comunicación sino el hábito social empleado, sobre tres rasgos distintivos trascendentes, según Castells:

  1. Su capacidad de procesamiento en auto-expansión, en cuanto a volumen, complejidad y velocidad.
  2. Su capacidad de recombinación.
  3. Su flexibilidad de distribución (Castells: 2002, 126).

Estos tres rasgos definitorios de las nuevas tecnologías se han desarrollado en dos campos fundamentales: la microelectrónica (microchip, los ordenadores, los software, las telecomunicaciones y su interconexión), y la ingeniería genética. Del primero de ellos resalta la capacidad para recombinar la información de cualquier forma posible: hipertexto o world wide web (38), y la flexibilidad de permitir la distribución del poder de procesamiento, en diversos contextos y aplicaciones (39).

Y la relación entre las nuevas tecnologías de la información/comunicación y los valores propios de una sociedad, Touraine destaca el papel que juega el "sujeto" (40), hacia el que las nuevas tecnologías como medio, manera de actuar y contenido inciden en su personalidad y en su comportamiento social, creando o al menos pretendiéndo una nueva identidad, entendida ésta como la suma constante de sus particularidades cambiantes y su conducta social. Pero a pesar del carácter unificador predominante en la sociedad, y la propensión del individuo en las relaciones sociales (41), actualmente, con la desocialización y la deshistorización promovida por las nuevas tecnologías y el proceso político seguido por los Estados Unidos, se está cambiando la unidad histórica de la sociedad convencional, y es por esto por lo que la sociedad ha comenzado a no definirse históricamente por la conjunción una serie de elementos interdependientes en su proceso evolutivo.

La globalización en sí mismo –según Giddens-, es una dialéctica activa entre individuos y comunidades amplias o global. Y, por esta razón se puede decir que al reestructurarse nuestras identidades particulares se están reestructurando las comunidades sociales en general, la política y la economía de la sociedad de la que forman parte. Las nuevas tecnologías han afectado a la sociedad, a su política y su economía, y esto no lo ha hecho como normalmente se piensa que es debido a la utilización generalizada de internet, en la última década del siglo XX, sino que este proceso de cambio se inicia al final del segundo tercio del XX, cuando la informática (y no la "tecnología de la información" en general -como indica Giddens-) transformó la producción de ciertos bienes y servicios, las manufacturas, la distribución en las economías modernas, y el nuevo concepto de trabajo "wired workers" (telempleados, personas que trabajan con ordenador y con o sin internet durante la mayor parte o la totalidad de la jornada laboral descentralizado –en casa o en otro lugar distinto al del trabajo convencional-). Y, estos cambios, directa e indirectamente, en el momento presente como en un futuro próximo, afectarán a nuestra vida interna, y a nuestro comportamiento social.

La transformación de la identidad es un aspecto importante a tener en cuenta en relación con la globalización, pues "no se puede tener una identidad estable si no se construye esa identidad de una manera activa" –dirá Giddens: 2002, 84-, pero realmente habría que señalar que el "sujeto" (Touraine) o el ciudadano a nivel político, en la sociedad red, en particular, puede tener un comportamiento activo, pasivo o indiferente (por lo que se podría hablar de sujetos activo -networking, que interectua, interconexta y se relaciona con la red- , así como sujetos pasivos e indiferentes a la red), atendiendo lógicamente a la actitud de participación o rechazo que ejerzanfrente la red. Pero, todos estos casos hay que tener en cuenta la idea de riesgo, tal como la considera Ulrich Beck, pues aunque el mundo no es ahora más arriesgado o incierto que lo ha sido antes, lo que ha sucedido es que las fuentes de incertidumbre y la naturaleza del riesgo han cambiado, debido -según Giddens- a que el propio conocimiento de nosotros mismos ha invadido nuestras propias vidas y del mundo natural, y además se ve sobrepasado por la ciencia y la tecnología.

En el actual proceso de transformación de la sociedad, la desestructuración da paso a un proceso de reconstitución y de reconstrucción, y como estos procesos están poco identificados, se demanda una mayor investigación, en este sentido pues en general se sabe lo que se deja atrás, pero no se sabe a donde se dirige la sociedad. Y no se sabe porque la historia no tiene un sentido predeterminado, y porque además una nueva estructura tecnológica y social no da lugar por sí misma a una serie previsible de elementos sociales e institucionales. En cambio, si se sabe que se trata de un mundo de vencedores y vencidos, y de vencedores inciertos y perdedores sin retorno. Así pues, las unidades económicas, los territorios y las personas que no obtienen buenos resultados en esta economía, o que no ofrecen un interés potencial para estas redes dominantes, son primero marginados, y después descartados, y en ese momento no existe ni para la red, ni para la sociedad. Pues, en general, se compite contra cualquier fuente de valor potencial, procedente de cualquier parte y de cualquier información, que está conectada y programada en las redes productivas de la nueva economía, y de la red en general. Y, al mismo tiempo, y aunque parezca una paradoja, en contraposición a la visión de interrelación global del mundo, las condiciones de trabajo y la sociedad se individualiza hasta su mayor extremo.

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Notas

[1] – Dominique Wolton en "Information et communication: dix chantiers scientifiques culturels et politiques", en la revista Hermès, trata sobre la disociación entre los conceptos de información y comunicación (175-182), y a pesar del criterio de Castells y la mayoría de los autores sobre el tema, de destacar la información sobre la comunicación, en este trabajo se ha querido mantener agrupados, con intención de denotar la necesaria conjunción histórica que habido entre ambas innovaciones en el desarrollo de la misma.

[2] – Con respecto a la espectacular concentración del poder global que protagoniza los Estados Unidos, Alain Touraine se cuestiona un interesante conjunto de interrogantes, a los que responde indirectamente y yo en su mayoría afirmo: "¿Existe un vinculo directo entre la tecnología y la concentración del poder económico, militar, cultural o político en un solo país, Estados Unidos de América? [Si] ¿Debemos considerar la sociedad de la información como un medio al servicio de un imperio global o, al contrario, debemos separar estas nuevas tecnologías –en las que Estados Unidos ocupa un indiscutible primer puesto- de la dominación del imperio estadounidense en todos los campos? [Si]. En otras palabras, ¿pueden las nuevas tecnologías separarse del poder mundial de los Estados Unidos? [No] (…). ¿los efectos y hasta las formas de utilización de estas técnicas están determinados por la naturaleza del poder mundial y de las instituciones o de las orientaciones culturales a las que este poder está ligado? [Si]. -Por lo que. "en vez de hablar de sociedad de la información, ¿debemos hablar de americanización del mundo? [Si]" (Touraine: 2002, 20).

[3] – Al igual que existió una llamada "sociedad industrial", que estaba fundamentada en el empleo masivo de la energía en la producción industrial y en la sociedad en general, durante los siglos XIX y XX, con la revolución tecnológica de la información/ comunicación una serie de autores la han llamado por analogía venido a llamar "sociedad de la información", o "sociedad de redes" (Castells).

En este mismo sentido Touraine resalta la diferenciación que existe, aunque con normalidad se tiendan a considerarse sinónimos, entre los conceptos "sociedad capitalista" y "sociedad industrial". Y, considera (y Daniel Bell) que la sociedad industrial le prosigue la "sociedad postindustrial" (postindustrial society), y posteriormente la relaciona con el desarrollo de la "sociedad de la información".

[4] – Anthony Giddens en The Nation-state and Violence (1985: 121) define "el estado-nación, que existe en un complejo de otros estados-nación, es un conjunto de formas institucionales de gobierno que mantiene un monopolio administrativo sobre un territorio con límites definidos (fronteras), su gobierno está sancionado por la ley y posee el control directo de los instrumentos de la violencia interna y exterior", en suma "un estado-nación es un tenedor de poder con límites" (Giddens: 1985, 120). Mientras que la globalización franquea precisamente este tipo de límites nacionales, y "operando en tiempo real" (Castells: 2000: 272).

Existen dos teorías contrapuestas para la comprensión del nacionalismo -según analiza Fernando Vizcaino en el "Nacionalismo, Estado y nación" en Revista colombiana de sociología (Bogotá, nº 20, 2003, pp. 41-65)-: la primera, considera el nacionalismo como un fenómeno relacionado a un territorio/Estado (esta tendencia es defendida por Carlton Hayes en Nationalism: a religión -1960-; Hans Kohn en The Idea of Nationalism -1944-, y Ernest Gelliner en Thought and Change -1964-, Nations and Nationalism – 1983- y Nationalism -1997-), y una segunda contraria, en la que se pone mayor énfasis en la identidad colectiva como fuente pricincipal constitutiva del nacionalismo (y es desarrollada por Anthony Smith, en Theories of Nationalism -1983- y Nations and nationalism in Global Era -1995-, quien distingue en 1983, entre nación y Estado. Posteriormente es seguido por Monserrat Guibernau, en "El futuro del nacionalismo de las naciones sin Estado", en la Revista mexicana de sociología –1998-, Hill Kymlicka, en Multicultural Citizenship -1995-…, y T. K. Oommen, en "Citizenship, Nationality and Ethnicity" en Cambridge: Polity Press -1997-). Y como una variante de esta última tendencia, se extendió el criterio de que en realidad casi no existen Estados culturales homogéneos sino identidades colectivas integradas en un Estado o minorías culturales diferenciadas del resto de la población actual, con un alto grado de autonomía y un territorio delimitado (analizada por James Minaham, en "Nations Without Status", en Greenwood Press -1996-). Igualmente, por esta época, desde los Estados Unidos, no es por una simple coincidencia, se ha organizado un congreso mundial sobre "Nacionalismo, identidad y derechos de las minorias" (sobre el mundo, pero no significativamente de la problemática interna de la población india –autóctona-, negros e inmigrantes), organizado por la Universidad de Bristol, en 1999, y en la que se hizo referencia a los trabajos de Hill Kymlicka y Michael Walzer.

[5] – En la segunda mitad del siglo XX, ha sido analizado el poder nacional en sus nuevas relaciones con el poder internacional, y dentre esta bibliografía, y sin pretender se exhaustivo, se expondrá los siguientes trabajos teóricos desarrollados por Charles Tilly, en The Formation of Nation states in Western Europe (1975); Anthony Giddens, en The Nations-state and Violence (1985); David Held, en "Democracy, the nation-state and the global system" (1991) y Prospects for Democracy (1993); Leslie Sklair, en The Sociology of the Global System (1991); Camilleri, J. A., Falk, K, en The End of Sovereignty (1992); Jean Marie Guehenno, en La fin de la démocratie (1993); Horsman y Marshall, en Alter the Nation State (1994); Alain Touraine, en Qu’est-ce que la démocratie? (1994); Fernando Calderón, en Esa esquiva modernidad: desarrollo, ciudadanía y cultura en América Latina y el Caribe (1996), y Noam Chomsky et al, en La aldea global(1997).

Mientras que un análisis económico lo realiza Joseph Stiglitz, en Globalization and its discontents (2003), así como en "El rumbo de las reformas. Hacia una nueva agenda para América Latina" (2003) y "Primera crisis económica en la era moderna de la globalización" (2004), y Roberto Frenkel, en la "Globalización y crisis financiera en América Latina" (2003). Y, social, Andrés Solimano, en la "Globalización y migración internacional: la experiencia latinoamericana" (2003).

[6] – Analizado el caso norteamericano por Putnam.

[7] – Ha sido analizado por un investigador alemán (que cita Touraine, pero sin indicar su nombre), sobre la situación de los inmigrantes turcos en Alemania y los nigerianos en Francia, llegando a la conclusión de que la identidad, y en particular la religión común les une, y por tanto favorece el cambio de país, pues como en este mismo sentido indica el autor francés "Para poder trasladarse de una cultura o de una sociedad a otra, se necesita un principio de identidad" fuerte (Touraine: 2002, 58).

[8] – La vida anglosajona, gala… (contraria a la española) de segregación por nacionalidades, aboca a la marginalidad a los grupos distintos del predominante nacional, aunque esta ideaTouraine lo disfrace con frases como "lo que hace falta no es integrar más a la gente, sino proporcionarle un espacio privado más amplio donde pueda desarrollar un proyecto personal y una relación de confianza, donde pueda reconstruir sus experiencia y convertirla en una experiencia personal, cultural y orientada a unos valores" (Touraine: 2002, 57-58). Como se aprecia en Paris, en los barrios colindantes marroquí y chino, se constata un submundo, con las peculiaridades sociales, culturales y religiosas dominantes de los respectivos países de origen: venta de alimentos propios, centros de reunión: cafés… comunes…, mientras que les une (o integra) parte de su vestimenta, el pago de la contribución por negocios… y el lenguaje (francés), con el que se dirige a su interlocutor distinto o está fuera de su grupo de referencia. El caso contrario a la marginalidad de la inmigración existente en Francia, por ejemplo, se evidencia en España, como se puede apreciar en el barrio de Lavapíes, en el centro de Madrid, donde conviven chinos, marroquíes… y españoles (donde ha nacido estos últimos ellos o sus antepasados, o se han trasladado por necesidad o deseo propio a dicho barrio castizo madrileño).

[9] – Este texto es citado por Giddens, y al que añade la siguiente frase, de que "esto resume a la perfección los cambios que afectan a las naciones"(Giddens: 2002, 49). Aunque esto último es sólo una imprecisión, pues ha sido fomentado por los intereses norteamericanos el cambio de la sociedad.

[10] – Idea compartida por Anthony Giddens, y es contraria a la que defiende Alain Touraine, por lo que Giddens, que "no estoy de acuerdo con la idea de desaparición de la sociedad [expuesta por Touraine]" (Giddens: 2002, 48).

[11] – Por tanto "no estamos siendo testigos del fin del Estado-nación" (Giddens: 2002, 76), pues es la forma del Estado-nación sólo "está cambiando".

[12] – Esta realidad política y económica es analizada por Alan Millward, señalando que la Unión Europea favorece la integración de varios Estados-nación, tendentes a desaparecer.

[13] – Término aplicado por FCarrión para hace referencia a un cambio de sociedad, caracterizado la aplicación de una economía mixta.

[14] – Si quiséramos emular a Arthur C. Clarke pronosticaría el futuro –Fcarrión- de la globalización actual como la "globalización interplanetaria", pues probablemente la nueva sociedad estára caracterizada, por el desarrollo de los viajes, las comunicaciones y relaciones internacionales interplanetarias.

[15] – A partir de la concención de la sociedad actual atendiendo a su modo de desarrollo, de "informacionalismo" -como la denomina Manuel Castells-, la he querido adecuar gramalticalmente a una terminología que muestre una menor concepción sociológica y una mayor idea económica, como es el término: "informacional".

[16] – Partiendo de la consideración de la actual sociedad actual, como "sociedad red" y de sus empresas carácterísticas "empresa red", he querido denominar igualmente "ocio red", a la sociedad atendiendo a la variante del modo de consumo.

[17] – Este criterio de clasificación de la sociedad es defendido por Castells, y tiene su principio en una reinterpretación del ideario marxista de división, en infraestructura y superestructura.

[18] – Analizado por Castelles en "Informalismo, industrialismo. Capitalismo y estatismo" y "Modos de desarrollo y modos de producción" (1998: I, pp. 39-48).

[19] – Potencia mundial decimonónica.

[20] – Término utilizado por Blanqui en 1837, y adoptado por Engels en 1845.

[21] – Analizado por Charles Singer et al., en A History of Technology. III From the Renaissance to the Industrial Revolution (1957); Joel Mokyr, en The Level of Riches: Technological Creativity and Economic Progress (1990)… y Castells, en "¿Qué revolución?" y "Lecciones de la revolución industrial" (1998, I, pp. 55-60 y 60-66, respectivamente).

[22] – Estudiada en profundidad por Castells en la trilogía de la Era digital, y especialmente en el apartado sobre "Tecnología, sociedad y cambio hitórico", presente en el "Prólogo" del primer volumen (pp. 31-39).

[23] – Este término está acorde a los sistemas y medios de producción que le caracteriza.

[24] – Igualmente es correcto la denominación de "era digital" por encima de "era de la información", a pesar de que en el primer caso, se está dando preponderancia al medio por encima de la información, pues no se trata de una revolución de la información en abstracto, y además consiste en una nueva revolución tecnológica específica que crea un nuevo medio de comunicación global. Y, aunque por esta red de comunicación digital se transmite información, el medio puede imponerse sobre el contenido, o como actualmente sucede, el contenido se impone sobre el medio. A pesar de que es indudable que con internet adquiere notoriedad la información para cualquier trasación comercial, financiera…, también se puede decir que la información siempre ha existido, mientras que el nuevo medio físico de comunicación no, y el funcionamiento digital es fundamental para la nueva sociedad, como para la economía, de igual forma que la "máquina de vapor", por ejemplo, fue fundamental para la primera revolución industrial.

[25] – Sociedad de consumo iniciada en la década de los sesenta, con la introducción por primera vez del consumo juvenil, y proseguida en los novnta con el consumo masivo femenino.

[26] – Todos ellos destacados autores de numerosas publicaciones sobre el tema, pero de entre todos ellos sobresale la trilogía de Castells, denominada inicialmente, en su primera edición en inglés "The Information Age: Economy, Society and Cultures" (La era de la información: Economía, sociedad y cultura), y subtitulada, el primer volumen, en español: "La sociedad red", y trata en especial sobre la lógica de lo que denomina el autor red; el segundo, "El poder de la identidad", analiza la formación del yo y la interacción de la red y el yo en la crisis de dos instituciones centrales de la sociedad contemporánea: la familia patriarcal y el Estado nacional, y la tercera, "Fin de milenio", interpreta las transformaciones históricas actuales, a partir de los procesos específicos de ámbito global analizados por el propio autor en los dos anteriores volúmenes.

En esta publicación Castells propone tres niveles de análisis: uno primero tecnológico, que le denominará "informacionalismo" (en vez de sociedad de la información). Y, en el que el informacionalismo es "una organización tecnológica de la sociedad" -según Castells-. Esta acción es trasversal e incide en los tres niveles: las relaciones sociales que actúan sobre la estructura social y estas a su vez sobre las formas sociales. Y, como resultado nos encontramos con un tipo de "sociedad programada" (como lo definiera con anterioridad Touraine y que Castelles denomina "sociedad red"); por encima, de un simple sistema de producción, pues este nuevo sistema es capaz de desarrollarse y transformarse ("el informacionalismo en las redes está anclada en las relaciones sociales, que son sociales y técnicas a la vez, pero diferentes, definidas por el informacionalismo en un primer nivel para después introducirse en la red y en la forma social" -Castelles: 2003, 165-). El segundo nivel, que denomina "estructura social" (aunque a este respecto Touraine indica que cuando los sociólogos convencionales denomina "estructura social" Castells habla de redes. Y, además, cuando el autor español se refieren a estas redes sólo las define en parte por sus capacidades, y en cambio elude -como indica Touraine- una visión política de las mismas, describiéndolas como nodos cuya resistencia relativa y comunicabilidad dependen de factores de control tanto político como sociales), y el tercero, está compuesto por diversas formas sociales.

[27] – La era global "actual" –según Giddens- se inicia cronológicamente, en 1960, cuando se lanza por primera vez satélites efectivos en la órbita de la Tierra, pues a partir de ese momento fue posible la comunicación instantánea de un extremo al otro del mundo.

[28] – El ámbito de la incertidumbre particular, se encuentra a su vez inmerso en una incertidumbre general -como expone Joseph Stiglitz– al señalar, que "al principio la gente pensaba que el Estado era el medio de desarrollo, pero esta idea fracasó. La gente pensó entonces que el medio de desarrollo eran los mercados, idea que sólo funcionó parcialmente; lo que se necesita para general desarrollo económico es una combinación activa de Estado, tercer sector y mercados", pero nunca la imposición de las grandes empresas (cfr. Giddens: 2002, 106).

[29] – Este grupo de poder mundial lo conforma "los dirigentes del G7, los países ricos (sobre todo Estados Unidos), el sector empresarial, estrechamente relacionado con el Estado, una pequeña parte del grupo de los profesionales y tecnócratas y, también, algunos elementos correspondientes del sur, del Tercer Mundo. Hay que pensar (en este último sentido) en un país cualquiera de los más pobres, un país de África central: en él encontrará gente enormemente rica vinculada al capital internacional. Son sus agentes locales, los que quieren gobernar el mundo; y, naturalmente, desean gobernarlo en función de sus propios intereses. No es ninguna novedad; lo novedoso son las modalidades y las técnicas. Y tampoco es nuevo que la gran mayoría de la población se oponga y proteste: en el pasado ha habido protestas parecidas" (Chomsky: 2002, 126-127).

[30] – Esta institución está constituida por una Asamblea y un Consejo, con un secretario general permanente, con sede en Ginebra. Y asociado a la Sociedad de Naciones se encuentra el Tribunal Internacional de La Haya (para el arbitraje de conflictos) y la Oficina Internacional del Trabajo (para la legislación laboral), pero la ausencia de los Estados Unidos y en menor medida de otras potencias le resta fuerza internacional.

[31] – La Organización de las Naciones Unidas (ONU), se funda el 26 de junio de 1945, tras la segunda guerra mundial (el 9 de mayo de 1945, entra en vigor la capitulación general nazi, antes del lanzamiento de las dos bombas atómicas norteamericanas sobre Japón y la capitulación japonesa del 2 de septiembre de 1945). Los órganos que constituyen la ONU, son el Consejo de Seguridad, la Asamblea General, Consejo Económico y Social, Consejo de Administración Fiduciaria; el Tribunal Internacional de La Haya (anteriormente asociado a la antigua Sociedad de Naciones, aunque ahora depende del Consejo de Seguridad). Asimismo cuenta con las fuerzas armadas de la ONU, las Comisiones de Paz, un Comité de Dirección, una Secretaria, y un secretario general. Así como, de una serie de organizaciones especiales que trabajan en estrecha colaboración vinculadas a ellas: BANK (Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo, en Washington); FMI (Fondo Monetario Internacional, en Washington); FAO (para el desarrollo agrícola, en Roma); UNICEF (para la infancia, en Ginebra); OIT (Organización Internacional del Trabajo, de la desaparecida Sociedad de Naciones, en Ginebra); UNESCO (para la educación, ciencia y cultura, en París)…

Se ha presentado esta breve exposición histórica, con intención de que se pueda apreciar el poder político y económico mantenido por los Estados Unidos sobre estos órganos institucionales y multinacionales, en la segunda mitad del siglo XX, y tras la desintegración de la Unión Soviética, desde mediados de los noventa, se han conformado como la única potencia mundial (baste como ejemplo, de esta preminencia internacional, la invasión de Irak en dos ocasiones, en fechas recientes, sin la oposición de la ONU).

[32] – Como se constata en la lista de las empresas más importantes por el volumen de negocio, además de la que tiene mayor capitalización bursátil, y ser las primeras fortunas empresariales del mundo, como analiza José Mª Álvarez de Novales en "Ranking de empresas en el mundo", y Fernández-Carrión en el "Editorial" de la revista Economía&Empresa (Madrid, 2004, Nº 58, en las páginas, 31 y 2, respectivamente). Fdez.-Carrión, señala que "la tendencia del mercado mundial viene marcada por la orientación seguida por las principales fusiones-adquisiciones empresariales desde finales del siglo XX, y están caracterizadas por la concentración multinacional de las comunicaciones (Oracle, Sun o Netscape contra Microsoft), farmacia y banca. En cambio las empresas que poseen un mayor volumen de negocio, en 2000, atendiendo a las cinco primeras firmas, son las empresas de combustibles (Exxon Mobile EEUU, 1), distribución (Wal-Mart, EEUU, 2), automovilismo (General Motors y Ford, EEUU, 3 y 4-, Daimiel Chrysler, Alemania, 5) y en menor medida la banca, y las que cuentan con más capitalización bursátil, en 2001, son equipamiento (General Electric, EEUU, 1), informática (Microsoft, EEUU, 2), combustible (Exxon Mobile, 3), distribución (Wal-Mart, 5) y farmacia (Pfizer, EEUU, 4). Mientras que a nivel nacional, español, los primeros puestos del ranking bursátil los ocupan el antiguo monopolio del Estado (Telefónica, Repsol, Endesa e Iberdrola), junto a la banca privada (BBVA y SCH)" (Fdez.-Carrión: 2004, 2). Y, las primeras cinco fortunas empresariales del mundo en 2000, son norteamericanas: F. Walton (Wal-Mart), Bill Gates (Microsoft), W. Buffet (inversiones), Paul Allen (Microsoft) y L. Ellison (Oracle).

En cuanto a la llamada "empresa red" lo trata Castells en el tercer capítulo de La sociedad red bajo el título de "La empresa red: cultura, instituciones y organizaciones de la economía informacional" (1998, I, pp. 179-227), así como en el apartado sobre "La comunicación a través del ordenador, el control institucional, las redes sociales y las comunicaciones virtuales" (en el capítulo cinco del primer volumen, pp. 374-397, e igualmente se lo cuestiona también en el capítulo cuarto de dicho primer volumen, al tratar sobre "La transformación del trabajo y el empleo: trabajadores en red, desempleados y trabajadores a tiempo flexible" (pp. 229-358), y "La cultura de la virtualidad real: la integración de la comunicación electrónica, el fin de la audiencia de masas y el desarrollo de las redes interactivas" (capítulo 5, I: 1998, 359-408).

[33] – Frente a la globalización del poder económico norteamericano, surge el movimiento antiglobalización contra la actual gestión política y económica del mundo. Y como las fuerzas económicas preminentes actúan por encima de todas las fuerzas de intervención políticas, jurídicas o morales, este movimiento social contestatario se autoproclama en su mayoría anticapitalista.

Touraine considera un antecedente de este movimiento antiglobalización los "nuevos movimientos sociales" surgidos en los 70, como portavoces de un comunismo utópico, y están dirigidos contra un modo de transformación histórico y no exclusivamente contra un modo de producción, y por ello es un movimiento más político que social, pues no es exclusivamente una fuerza de conflicto, sino que propone una determinada interpretación del poder establecido y sus decisiones. Como termina señalando Touraine "El movimiento antiglobalización es propiamente político (…) y, por consiguiente, está amenazado a su vez por divisiones políticas (…). Por el contrario, los movimientos sociales [propiamente dichos] pueden ser arrastrados hacia una acción únicamente moral, ciertamente de mayor importancia, pero con dificultades para organizarse y encontrar una expresión política" (Touraine: 2002, 28).

[34] – Al señalar sorprendido y equivocadamente que "los hay que han llegado a anunciar la entrada de nuestra sociedad en la civilización del ocio y del consumo. Me sitúo en el polo opuesto a esta idea" (Touraine: 2002, 35).

[35] – Entendido por Castells como un paradigma tecnológico, que no se refiere a la organización social ni a las instituciones, y en el que "el informalismo ofrece la base para cierto tipo de estructura social, a la que denomino –Castells- sociedad red" (Castells: 2002, 12).

[36] – Asimismo, Touraine indica que este tipo de sociedad se define "por su trabajo y su producción más que por su modo de consumo o su organización administrativa" (Touraine: 2002, 44), aunque más bien lo es por la conformación de una organización política y desarrollo económico global y las nuevas relaciones sociales locales y de intercomunicación mundial. Igualmente, tampoco es cierto que las "sociedades anteriores (…) parecían dominadas por un poder central, el del monarca absoluto, el del tecnócrata, el de un aparato religioso o también el del provecho capitalista. La sociedad de la información, al contrario, y por su propia naturaleza, tiene que desintegrarse, porque las tecnologías y sus efectos directos no conllevan ya una forma de organización social, un tipo de poder o una ideología central", aunque en la sociedad de red, si se continúa produciendo una concentración de poder mundial, en torno a los Estados Unidos, pero con la diferencia a los anteriores poderes universales de siglos pasados España, Francia y Gran Bretaña, de que en vez de estar constituido por el sistema político de una monarquía absoluta o parlamentaria (en el tercer caso), es republicano, y en la que los poderes fácticos lo conforman grandes empresarios y empresas, con sus accionistas mayoritarios, y grupos religiosos, y en menor medida o de forma secundaria, por los propios políticos. Pero al igual que en los casos anteriores, el poder es ostentado con la ausencia de la voluntad popular (pues la aparente democracia estadounidense, es ficticia, es de derecho pero no de hecho).

[37] – La evolución de los medios de comunicacíon, es analizado por Castells en el apartado dedicado a "De la galaxia de Gutenberg a la galaxia de McLuhan: el ascenso de la cultura de los medios de comunicación de masas" (1998: I, 362-369).

[38] – El verdadero valor de internet es su capacidad para conectar todo, venga de donde venga, y recombinarlo, y esto será más explícito cuando el diseño original de world wide web de Berners-Lee se restablezca en sus dos funciones, como buscador y como editor, en lugar de sus actuales usos limitados como buscador y proveedor de información, conectado a un sistema de correo electrónico. Esto está en la misma línea de Xanadú de Nelson, que proponía la recombinación de toda la información y la comunicación existente sobre la base de fines específicos decididos en tiempo real, por cada usuario/productor del hipertexto/web. Y, sobre todo esto destaca la recombinación la fuente de la innovación, principalmente si los productos de esta recombinación se convierten en apoyos para otras interacciones, que conformando una espiral.

[39] – En este sentido destaca, el desarrollo de los lenguajes Java y Jini, en la década de los noventa, y posteriormente el crecimiento de la telefonía celular y la inminente desarrollo de internet móvil.

[40] – Alain Touraine se cuestiona el análisis del sujeto, en varios trabajos teóricos, por ejemplo, en "Del sistema al actor" en la Revista colombiana de sociología (Bogotá, n. 20, 2003, pp. 167-159), y con anterioridad lo hace en la Sociologie de l’Action (1965), en la que distingue sociológicamente, entre la "Sociología de sistemas", que se conforma con el funcionamiento sistemático y el funcionamiento crítico, y la "sociología del actor", que está constituida por la teoría de la elección racional y la sociología del sujeto. Asimismo afirma que para construir o atender a una sociología de la acción o del actor, que no sea en realidad una teoría del sistema, ni se refiera de ninguna manera al sistema social, es necesario que el actor no pueda ser reconocido como tal más que si se admite que su acción está dirigida hacia su propio "fortalecimiento". Y, a partir de este momento, propone dos enfoques sociológicos sobre la cuestión, uno primero en el que el actor individual o colectivo es guiado por su interés racional (y es lo que denomina "funcionalismo crítico en la sociología del sistema" -Touraine: 2003, 168-), pues en las sociedades modernas las clases o elites dirigentes parecen orientadas por sus propios intereses, y en un segundo plano, los individuos o grupos se conforman así mismo como actores (y es a la que dentro del funcionalismo sistémico denomina "sociología del sujeto" -Touraine: 2003, 168-), y esto último, se produce a pesar de que la libertad creadora del sujeto es un principio no social de acción social, pues generalmente todas las sociedades históricas han reconocido la existencia de un principio "metasocial" que se impone a la organización social y a sus leyes, bien por la ley divina, el derecho natural, la identidad cultural…Al mismo tiempo cada uno tiene derecho a construir de manera particular, individual, un proyecto de vida en el que se combine la acción instrumental y la identidad cultural. Es precisamente a la voluntad de "construirse a sí mismo", lo que Touraine denomina como "sujeto". Por ello "el sujeto tiene poca importancia real si no se traducen en términos de una organización social" (Touraine: 2003, 181). Y de esta forma también la sociología de los actores puede reemplazar a la sociología de los sistemas. Por lo que "la vida social no es más que el espacio abierto a las influencias y los conflictos que vienen de los tres lados del triángulo compuesto por el interés, el poder y la libertad" (Touraine: 2003, 184).

La sociología del sujeto sería débil –como terminar por señalar Touraine- si se limita a defender la libertad de los sujetos personales en una sociedad en rápida transformación, por lo que para que tenga un alcance general es necesario que descubra o reemplace las representaciones religiosas, políticas y sociales en figuras del propio sujeto, es decir, "encontrar fuerzas de producción y no sólo de representación o de reproducción de la sociedad" (Touraine: 2003, 178).

Asimismo Giddens resalta la importancia de la individualización en este cambio de sociedad. Actualmente, la individualización, conlleva un cambio estructural de las vidas causado, en parte, por los cambios tecnológicos y de orden social, pero también es impulsado por las "fuerzas autónomas" (Giddens: 2003, 82), pues como señala a este respecto Ulrich Beck ya no se vive la vida como destino, pues, aunque no se pueda generalizar, la vida es estructurada cada vez menos por la tradición, la cultura, las costumbres, y en ningún momento por el pasado, por lo que generalmente se tiende a vivir la vida de forma más abierta y reflexiva, y aparentemente menos dependiente que cualquier generación del pasado.

En este mismo sentido, se puede pensar que el mundo de las nuevas tecnologías es opuesto al mundo del consumo de masas, porque en el segundo el individuo forma parte ineludiblemente de un conjunto, y por ello es un ser anónimo que consume constantemente mercancía desechables para ascender en la consideración, en algunos lugares y tiempos, de la escala social. Mientras que en la sociedad red el individuo es un sujeto personal e incuestionable, importante en el desarrollo sino del comercio, de la producción, y el estar en dicha sociedad.

Raymond Barglow ha analizado, desde una perspectiva sociopsicoanalítica, la paradoja que se produce entre los sistemas de información/comunicación y la interconexión, que al mismo tiempo incrementa los poderes humanos de organización, integración y dependencia, y de forma simultánea subvierten el tradicional concepto occidental del sujeto independiente. Y, lo exponer con las siguientes palabras: "El paso histórico de las tecnologías a las de la información ayuda a subvertir las nociones de soberanía y autosuficiencia que han proporcionado un anclaje ideológico a la identidad individual desde que los filósofos griegos elaboraron el concepto hace más de dos milenios. En pocas palabras, la tecnología está ayudando a desmantelar la misma visión del mundo que en el pasado alentó" (Barglow, The Crisis of the Self in the Age of Information: Computers, Dolphins, and Dreams. 1994, p. 6). Asimismo, Castells lo analiza en "El yo en la sociedad infromacional" (1998, I, pp. 48=51).

[41] – En este sentido Castells resalta el hecho que en "nuestras sociedades se estructuran cada vez más en torno a una oposición bipolar entre la red y el yo" (Castells: 1998, II, 29).

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Miguel-Héctor Fernández-Carrión

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