El alcohol metílico (metanol), también denominado carbinol, alcohol de madera, alcohol de quemar, etc., es el término más sencillo de los alcoholes. Es un líquido incoloro de escasa viscosidad y de olor y sabor penetrante, inmiscible (que no se puede mezclar) con el agua y con la mayoría de los disolventes orgánicos, siendo además muy tóxico e inflamable.
El alcohol etílico se obtiene por síntesis del etileno o por fermentación de las melazas o almidón. Estos a su vez es extraído de determinados productos hortofrutícolas con alto contenido en azúcar, siendo la remolacha el más común. Este alcohol es el utilizado en la sanidad y en aquellos elaborados para el consumo humano.
El alcohol para uso sanitario está exento de impuestos, por ello y ante el desvío que se pueda producir de este producto a otros fines, hoy en día el alcohol que se destina a la sanidad con uso solamente desinfectante está desnaturalizado con algunos productos químicos como pueda ser el Cloruro de Cetilpiridinio, que hace nocivo su ingesta, llegando a producir incluso ceguera en algunos casos.
Nos resulta cono conocida la prueba de la alcoholemia. Debemos tener en cuenta que todo término médico que lleva en su composición la raíz emia, hemia, hemo, indica sangre. Alcoholemia no es otra cosa que la cantidad de alcohol que en un momento determinado tenemos en la sangre. Y la prueba de esa alcoholemia ya resulta obligatoria si así lo requieren los agentes de Tráfico. Se trata de comprobar el volumen de alcohol en sangre para determinar si se está en condiciones de conducir.
Aunque tradicionalmente el alcohol haya sido considerado como un producto sedante, actualmente presenta un amplio espectro de efectos contradictorios. Puede deprimir o estimular, tranquilizar o inquietar. En medicina durante mucho tiempo se ha recetado el alcohol como tónico, calmante o soporífico. El papel del alcohol en la medicina ha sido reemplazado por barbitúricos, tranquilizantes y otros productos calmantes e hipnóticos.
Las bebidas alcohólicas se han utilizado siempre. Es la adicción que reina a lo largo de la historia del hombre. Lo bebían en la antigua Grecia y Roma, los señores y siervos en la Edad Media y cuando los puritanos llegaron a América en 1620, introdujeron la práctica de beber alcohol. En esos tiempos era difícil encontrar agua potable, por lo que todo el mundo bebía alcohol en las comidas.
El alcohol representaba más que una simple bebida, era la forma de celebrar importantes acontecimientos como tener una nueva casa, la fiesta de la cosecha, las bodas y los funerales. También se utilizaba en medicina para aliviar el dolor, bajar la fiebre o calmar la acidez de estómago.
El alcohol y su consumo se menciona en infinidad de pasajes de la Biblia y otros escritos históricos y religiosos, hay vino en la última cena de Jesús. La primera borrachera de la que hay constancia histórica es la de Noé, quien tan pronto bajó del Arca plantó una viña, elaboró su vino, se embriagó y se echó desnudo en medio de su tienda. El alcohol se usaba en la mayoría de las celebraciones tanto en Oriente como en Occidente. Nabucodonosor padeció el delirium tremens y se describe en la Biblia. En la Edad Media los alquimistas de Europa usaban el alcohol para obtener esencias por destilación. A fray Luis de León le supuso la cárcel por una metáfora que utilizó en cierta ocasión y que decía "ramo de pámpanos es el amado y racimos de uva los pechos de la amada". Actualmente la Iglesia católica celebra la misa con vino y ha desautorizado el mosto como posible alternativa.
Es de destacar que el mayor viñedo del mundo está en España, con 480.000 hectáreas.
Existen organizaciones que promocionan la abstinencia del consumo de bebidas alcohólicas. La mayoría de las organizaciones antialcohol han solicitado la aprobación de una normativa que prohíba su venta y consumo. La creación de estas organizaciones a favor de la abstinencia se remonta a principios del siglo XIX en Estados Unidos, cuando surgieron las primeras ligas antialcohol en New York (1808), Massachussets (1813) y Connecticut (1813). En Europa, este tipo de organizaciones se fundaron en las décadas de 1820 y 1830, siendo las más fuertes las de Gran Bretaña y los países escandinavos.
Durante la década de 1920, en los Estados Unidos se declaró ilegal la producción, venta o importación de alcohol, período que se denominó Ley Seca y que duró trece años. En España está prohibida la venta de alcohol a los menores de 18 años.
El alcoholismo es absolutamente destructivo para la mente humana e igualmente para el resto del organismo. Su abuso puede derivar en daños irreparables. La mayoría de las personas sabe que el alcohol provoca dolor de cabeza y vómitos, pero además puede dañar el corazón, el hígado, los riñones, el cerebro, el estómago, el aparato circulatorio, la estructura ósea, etc. Puede provocar pérdida de memoria y algunos tipos de cáncer. Cuando una mujer embarazada bebe alcohol, éste pasa al feto que se está desarrollando. Esto deriva con frecuencia en problemas mentales o físicos del bebe.
Teniendo en cuenta que el alcohol al ser ingerido pasa a la sangre en altas concentraciones y que ésta llega a todas las células del organismo transportando el oxigeno y todos los nutrientes que ésta necesita, no existe un lugar que esté libre de esta agresión. Así por ejemplo:
Referente al corazón, se ha hecho estudios sobre las bonanzas cardíacas del consumo moderado de vino. En grandes dosis, sin embargo, aumenta el riesgo de sufrir infartos.
En el aparato circulatorio, el abuso del alcohol hace que aumente la resistencia al flujo sanguíneo, pudiendo provocar trastornos y hemorragias.
En cuanto al cerebro, se modifica la fluidez de las membranas neuronales, el funcionamiento del sistema nervioso queda deteriorado.
Uno de los trastornos más comunes entre los alcohólicos son los que se producen en el funcionamiento del hígado y sus graves consecuencias. La enfermedad hepática alcohólica comprende una serie amplia de manifestaciones que abarca un amplio espectro, desde un hígado graso asintomático hasta hepatitis alcohólica y cirrosis hepática descompensada con ascitis, hemorragia digestiva por várices o encefalopatía.
Generalidades
Si bien la mayoría de las personas toma alcohol en alguna cantidad, sólo algunas desarrollan daño en el hígado. Los estudios epidemiológicos han definido que se requiere de una cantidad mínima de ingesta de alcohol para el desarrollo de enfermedad hepática alcohólica. El límite más mencionado es de 80 g de alcohol diarios por 10 a 20 años. Esto equivale aproximadamente a 1 litro de vino, 300 ml de licor (whisky, pisco, aguardiente, etc.) u 8 cervezas.
Alcoholismo
El alcoholismo es una enfermedad crónica compleja, en la que interactúan factores genéticos, psicosociales y ambientales. Se caracteriza por la pérdida del control sobre la ingesta de alcohol, abuso del alcohol a pesar de sus consecuencias negativas y frecuentemente negación de la ingesta. El alcoholismo es una enfermedad grave, que puede ser progresiva y llevar a la muerte.
En la práctica clínica hay un cuestionario muy breve que puede ayudar al médico a detectar alcoholismo:
¿Ha intentado dejar de beber o reducir su ingesta?
¿Se ha sentido molesto por críticas a su forma de beber?
¿Ha tenido sentimiento de culpa por su forma de beber?
¿Ha bebido alguna vez en la mañana para "pasar la caña" (evitar los efectos de la ingesta excesiva)?
Dos o más respuestas positivas sugieren fuertemente el diagnóstico de alcoholismo.
Examen físico
El examen físico frecuentemente es normal en las personas alcohólicas. Los llamados estigmas de cirrosis (telangiectasias, parotidomegalia, palma hepática, ginecomastia, distribución ginecoide del vello pubiano, etc.) pueden encontrarse en etapas avanzadas de la enfermedad. Algunos hallazgos pueden ser un poco más sugerentes de la etiología alcohólica, como la contractura palmar de Dupuytren y la parotidomegalia.
Datos de laboratorio
No hay ningún examen de laboratorio que sea altamente sensible y específico ("diagnóstico") de alcoholismo, sin embargo, existen algunas anormalidades que cuando están presentes, pueden ayudar a establecer el diagnóstico:
– Relación SGOT/SGPT
En la enfermedad hepática alcohólica habitualmente hay una elevación desproporcionada de SGOT en relación a la SGPT, con una relación habitualmente mayor a 2. Los valores absolutos de transaminasas habitualmente son menores de 300 U/L.
– GGT
Frecuentemente hay elevaciones de la gamaglutamil transpeptidasa GGT en las personas que beben alcohol en exceso. Sin embargo, este hallazgo no es específico, ya que otras enfermedades hepáticas pueden producir elevaciones de la GGT (en particular las enfermedades colestásicas), al igual que el consumo de muchos medicamentos.
– Volumen corpuscular medio (VCM)
La macrocitosis, expresada como aumento del VCM de los eritrocitos es otro marcador de ingesta excesiva de alcohol, sin embargo su sensibilidad es baja (40%).
– Otros
Los triglicéridos frecuentemente se elevan en personas que han ingerido alcohol en exceso durante los días previos. La transferrina deficiente en carbohidratos se ha usado como un marcador de consumo de alcohol, sin embargo su rendimiento no es muy superior a la medición de niveles de GGT. Su disponibilidad en laboratorios es limitada.
Esteatosis hepática
La esteatosis hepática o hígado graso es muy frecuente en las personas que beben alcohol en exceso y puede ocurrir incluso luego de una sola ingesta excesiva. Puede diagnosticarse mediante exámenes de imagen como la ecografía abdominal. La mayor parte de las veces los pacientes son asintomáticos. Es una condición reversible al dejar de beber.
Hepatitis alcohólica
La hepatitis alcohólica es una complicación importante del consumo excesivo de alcohol, que puede tener una alta mortalidad cuando cumple criterios de gravedad. Se sospecha habitualmente con el cuadro clínico en una persona con historia de abuso de alcohol. El cuadro clínico habitualmente incluye fiebre baja (<38°), anorexia, ictericia y hepatomegalia. Puede haber ascitis, incluso en pacientes que no son cirróticos. Los exámenes de laboratorio muestran elevaciones de transaminasas habitualmente bajo 500, con la característica relación SGOT/SGPT > 2. La bilirrubina se eleva en relación a la gravedad de la hepatitis. El tiempo de protrombina se alarga, también en relación a su gravedad. La aparición de encefalopatía hepática es siempre un síntoma de gravedad en pacientes con hepatitis alcohólica. El diagnóstico histológico mediante una biopsia hepática puede ser necesario en algunos casos.
Cirrosis
La cirrosis hepática causada por alcohol se presenta de manera clínicamente similar a la cirrosis de cualquier otra causa. Frecuentemente se observan las anormalidades de laboratorio como una relación SGOT/SGPT elevadas o VCM elevado.
Biopsia hepática
La histología hepática es uno de los pilares fundamentales del diagnóstico y de la evaluación de toda enfermedad hepática. En la enfermedad hepática alcohólica hay elementos de la histología hepática que permiten sospechar el diagnóstico cuando hay dudas o el paciente minimiza su ingesta. La biopsia permite, además, etapificar la enfermedad, permitiendo distinguir la esteatosis simple de la cirrosis hepática, o hacer el diagnóstico directamente de hepatitis alcohólica. La enfermedad hepática alcohólica puede clasificarse histológicamente en tres formas:
1) Esteatosis
Se observa acumulación de grasa macro o microvesicular en el citoplasma de los hepatocitos. Pueden observarse además, megamitocondrias, que reflejan el daño mitocondrial que produce el etanol.
2) Hepatitis alcohólica
La hepatitis alcohólica produce un cuadro histológico indistinguible de la esteatohepatitis no alcohólica. Además de la esteatosis, se observa balonamiento y necrosis de hepatocitos, infiltración por neutrófilos en el lobulillo, cuerpos de Mallory e inflamación perivenular central, con grados variables de fibrosis en esta zona del lobulillo.
3) Cirrosis
La cirrosis, con formación de nódulos de regeneración delimitados por bandas de tejido colágeno, es progresión de la fibrosis que se inicia en la zona perivenular central. Una vez constituida, su apariencia histológica es similar a la de la cirrosis, sin embargo, la presencia de esteatosis o cuerpos de Mallory pueden sugerir fuertemente la etiología.
En cuanto a la sexualidad, aumenta los niveles de la hormona femenina estrógeno y reduce los niveles de la hormona masculina testosterona. A los hombres alcohólicos le produce impotencia y a las mujeres se les inhibe el deseo.
El sistema inmunológico se debilita y deteriora, favoreciendo el desarrollo de enfermedades e infecciones.
Produce graves trastornos en la piel, músculos y huesos. El alcoholismo se asocia con la osteoporosis, la emaciación de los músculos con hinchazones y dolor incluidos los músculos del corazón.
Entre los adolescentes, el trastorno disocial y el comportamiento antisocial reiterativo coexisten con frecuencia con el abuso o dependencia alcohólica y con otros trastornos relacionados con sustancias. Los cambios físicos de la vejez producen un aumento de la susceptibilidad cerebral a los efectos depresores del alcohol.
Las mujeres tienden a presentar concentraciones de alcohol en la sangre más altas que los hombres debido al menor porcentaje de agua en su organismo, al mayor porcentaje de ácidos grasos y el hecho de que tienden a metabolizar el alcohol más lentamente. A causa de estos niveles más altos de alcohol su salud corre un mayor riesgo que la de los hombres. Sin embargo, el abuso y la dependencia de alcohol son más frecuentes en hombres que en mujeres 5:1 sin embargo esta proporción varia en cuanto a la edad.
Modelos teóricos
Chermack y Taylor en 1995 realizaron un estudio de laboratorio en donde observaron que el uso del alcohol debilita la atención y reduce la percepción del tiempo.
Griffing Edwards, un autor norteamericano que hizo importantes aportes al enfrentamiento médico del alcoholismo, desarrolló uno de los primeros cuestionarios sobre el tema, al que denominó problemas debidos al alcohol.
Sintomatología
Es probable que el primer episodio de intoxicación alcohólica aparezca en la juventud, con una edad de inicio de la dependencia alcohólica entre los 20 y los 30 años. La gran mayoría de quienes desarrollan trastornos relacionados con el alcohol lo hacen a partir de los 30 años. El abuso y la dependencia del alcohol presentan un curso variable que se caracteriza frecuentemente por periodos de remisión y de recaídas.
1.-Los cambios crónicos y progresivos físicos, emocionales y sociales que se desarrollan son acumulativos y progresan si se continúa bebiendo.
2. Tolerancia (adaptación cerebral a la presencia de altas concentraciones de alcohol).
3. Dependencia física (síntomas de abstinencia que ocurren cuando disminuye o cesa el consumo de alcohol).
4. La persona con alcoholismo no puede predecir la duración del episodio o la cantidad que irá a consumir.
5. Los cambios orgánicos patológicos pueden encontrarse en cualquier órgano, pero más a menudo involucra al hígado, cerebro, sistema nervioso periférico y tracto gastrointestinal.
6. El patrón de bebida es generalmente continuo, pero puede ser intermitente con períodos de abstinencia entre los episodios de bebida.
7. Los síntomas ambientales, sociales y emocionales y las consecuencias del alcoholismo resultan del efecto del alcohol sobre la función del cerebro. El grado al cual estos síntomas y signos son considerados patológicos dependerá de las normas culturales de la sociedad, o grupo en que la persona se desenvuelva.
Efectos del alcohol sobre la salud. Factores que explican los efectos negativos sobre la salud
Varios factores explican la acción tóxica del alcohol; entre ellos están que:
1. Es absolutamente soluble en agua, por lo que puede circular libremente por todo el organismo.
2. Tiene un efecto irritante directo, que es tanto mayor cuanto más concentrada sea la bebida que afecta los tejidos con que contacta.
3. Demanda la energía para su neutralización en el organismo, que deja de ser utilizada en la oxidación y eliminación de las grasas que, por eso, también se acumulan en las arterias y órganos como el hígado.
4. Consume en su neutralización prácticamente todas las vitaminas disponibles en el organismo, sobre todo las relacionadas con el complejo B y, por otra parte, los trastornos digestivos que produce disminuyen el aprovechamiento de las vitaminas que se ingieren en la alimentación normal.
5. Tiene una acción reductora del apetito, por lo que conduce a la desnutrición.
6. Actúa como disolvente de las sustancias que predisponen al cáncer (carcinógenas), por tanto, determina que éstas circulen por todo el organismo.
7. Se transforman en acetaldehído, una sustancia más tóxica que el propio alcohol.
8. Existen otras sustancias tóxicas acompañantes, que están presentes en las bebidas que se ofrecen para el consumo y todavía más en el alcohol desnaturalizado, conocido en nuestro medio como alcohol de bodega.
Diferentes etapas del consumo inadecuado de alcohol
Las acciones dañinas determinadas por estos factores se van produciendo en forma progresiva según se aumenta el consumo de alcohol con el decursar del tiempo, de manera que una persona pasa por diferentes etapas que actual mente son llamadas:
1. Etapa de consumo peligroso de alcohol (Kebler H; 1991)
2. Etapa de consumo dañino de alcohol.
3. Etapa de dependencia alcohólica.
Efectos sobre el sistema nervioso
El alcohol provoca pesadillas, insomnio, dolores de cabeza, temblores, convulsiones (sobre todo en personas predispuestas a la epilepsia), depresión con ideas y conducta suicidas (Conde V; 1988) (un alto porcentaje de alcohólicos se suicida) (Marks J; 1988), celos enfermizos, alucinaciones (ver y oír cosas inexistentes), delirios (ideas falsas de daño y persecución), así como cambios importantes en la manera de ser, en la memoria y las capacidades (Gimero C; 1987). En casos avanzados se evidencia degeneración del cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos, lo cual determina falta de fuerza muscular, calambres y dolores en las piernas y los brazos, cuadro típico de la polineuritis alcohólica (González R; 1990).
Efectos sobre el aparato digestivo y glándulas anexas
El alcohol provoca inflamación de la lengua, del esófago y del estómago, diarreas, úlcera gástrica; úlcera duodenal; várices esofágicas; cáncer gástrico, de la boca y del esófago; lesiones sobre el hígado (provocadas tanto por el efecto tóxico directo del alcohol como por los trastornos de nutrición) (Diez J; 1987), que pueden ser hepatitis, hígado graso y cirrosis hepática (en muchos países, la mitad de todas las cirrosis hepáticas diagnosticadas son determinadas por el alcohol) Shugalie S; 1987); además, lesiones sobre el páncreas, como la pancreatitis aguda hemorrágica (que a veces resulta más grave que la cirrosis hepática) y la pancreatitis crónica.
Efectos sobre el aparato cardiovascular
El alcohol provoca arteriosclerosis temprana, hipertensión arterial (Pucdey I; 1987) e infarto del miocardio (en los últimos años se ha hecho muy evidente en diferentes países que una de las causas más frecuentes de fallecimiento en los alcohólicos es el infarto). Existe también una enfermedad del corazón llamada "corazón de día de fiesta", que consiste en un trastorno muy grave del ritmo cardíaco lo cual a veces conduce al paro. Además, es frecuente la insuficiencia circulatoria por debilidad del músculo cardíaco.
Efectos sobre el aparato genitourinario
El alcohol provoca trastornos serios de las funciones sexuales, tanto en su consumo agudo como en el crónico; en este último caso, muchas veces es necesario un tratamiento prolongado, pues se suman varios factores que conspiran contra el normal funciona miento sexual:
1. Reducción de hormonas masculinas por la acción de alcohol sobre el testículo y la hipófisis.
2. Reducción de la entrada de sangre en los cuerpos cavernosos debido a la arteriosclerosis temprana.
3. Disminución de la actividad de los centros medulares de la erección por la acción depresiva del alcohol. También en la mujer se producen serias dificultades en la respuesta sexual, aunque lo más peligroso, sin lugar a dudas, es la acción perjudicial sobre el embarazo en las mujeres que abusan del alcohol, expresada en la aparición del feto alcohólico, es decir, importantes deformidades del niño al nacer y graves trastornos de la inteligencia o la conducta en los casos menos severos.
La acción irritante del alcohol sobre las vías urinarias (recordar que una parte del alcohol se elimina en forma pura por la orina) determina trastornos vesicales que a veces degeneran en enfermedades más graves como el cáncer de vejiga.
Trastornos inducidos por el alcohol
1. Delirium por intoxicación por alcohol
2. Delirium por abstinencia de alcohol
3. Demencia persistente inducida por alcohol
4. Trastorno amnésico persistente inducido por alcohol
5. Trastorno Psicótico inducido por alcohol
6. Trastorno del estado de ánimo inducido por alcohol
7. Trastorno sexual inducido por alcohol
8. Trastorno del sueño inducido por alcohol.
Estos trastornos se diagnostican solo cuando los síntomas exceden de los que se asocian habitualmente al síndrome de abstinencia por alcohol y cuando son de la suficiente gravedad para merecer atención clínica independiente.
Trastorno amnésico persistente inducido por alcohol:
Es debido a la deficiencia de vitaminas y se asocia al consumo prolongado de grandes cantidades de alcohol. Entre los síntomas asociados se encuentran alteraciones neurológicas como la neuropatía periférica, ataxia cerebelosa y miopatía. El trastorno amnésico persistente inducido por el alcohol debido a la deficiencia de tiamina es el Síndrome de Korsakoff es consecuencia de un episodio agudo de encefalopatía de Wernicke enfermedad que se manifiesta por confusión, ataxia, anomalías del movimiento de los ojos (mirada fija, nistagmos).
Este tipo de trastorno suele presentarse en personas mayores de 40 años que tiene una larga historia de ingesta de alcohol, la forma de comienzo es típicamente brusca, algunos sujetos desarrollan déficit de forma insidiosa durante años debido a los efectos repetidos del toxico y la deficiencia nutricional.
Trastorno del sueño inducido por el alcohol:
El trastorno inducido por el alcohol toma característicamente la forma del tipo insomnio. Durante la intoxicación aguda, el alcohol produce de forma típica un efecto sedante inmediato es decir aumento de la somnolencia y disminución de la vigilia que puede cifrase en 2 o tres horas. A este fenómeno suele añadirse un aumento de las fases 3 y 4 NREM del sueño y una disminución del sueño REM. Después de este efecto sedante inicial, el individuo muestra un aumento de las horas de vigilia un sueño no reparador y, a menudo actividad onírica de carácter vivido y ansioso durante el resto del sueño.
En los individuos que lo consumen de forma habitual, el alcohol produce igualmente un efecto sedante de corta duración durante unas horas, para luego dar un paso a una alteración de la continuidad del sueño durante unas horas.
Factores causantes
La característica esencial del abuso de sustancias consiste en un patrón desadaptativo de consumo de sustancias manifestado por consecuencias adversas significativas y recurrentes relacionadas con el consumo repetido de sustancias.
El término abuso debería aplicarse solamente a un patrón de consumo de sustancias que cumple los criterios para este trastorno; el término no debería utilizarse como sinónimo de "consumo", "mal uso" o "consumo peligroso".
Criterios para el abuso de sustancias
A. Un patrón desadaptativo de consumo de sustancias que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativos, expresado por uno (o más) de los ítems siguientes durante un período de 12 meses:
(1) consumo recurrente de sustancias, que da lugar al incumplimiento del obligaciones en el trabajo, la escuela o en casa.
(2) consumo recurrente de la sustancia en situaciones en las que hacerlo es físicamente peligroso
(3) problemas legales repetidos relacionados con la sustancia.
(4) consumo continuado de la sustancia, a pesar de tener problemas sociales continuos o recurrentes o problemas interpersonales causados o exacerbados por los efectos de la sustancia.
B. Los síntomas no han cumplido nunca los criterios para la dependencia de sustancias de esta clase de sustancia.
Abuso del alcohol
El abuso de alcohol requiere menos síntomas y por lo tanto, puede ser menos grave que la dependencia y solamente se diagnostica cuando se ha establecido la ausencia de esta última. La actividad escolar y el rendimiento laboral puede verse afectado por los efectos de la bebida o de la intoxicación.
El sujeto puede beber en situaciones peligrosas. Beber alcohol puede causar problemas legales. Y los sujetos con abuso de alcohol pueden continuar bebiendo a pesar de que saben los problemas sociales e interpersonales que ello acarrea
Intoxicación por alcohol
La característica esencial de la intoxicación alcohólica es la presencia de un cambio psicológico o de comportamiento desadaptativo clínicamente significativo que aparece durante la ingestión del alcohol o poco tiempo después. Estos cambios se acompañan de lenguaje farfullarte, falta de coordinación, marcha inestable, nistagmos, deterioro de la atención o de la memoria, estupor o coma. Los síntomas no son debidos a enfermedad médica y no se explican mejor por otro trastorno mental. El cuadro clínico es similar al que se observa durante la intoxicación por benzodiacepinas o sedantes. La falta de coordinación puede interferir la capacidad de conducir hasta el punto de provoca un accidente.
Abstinencia de alcohol
La característica esencial de la abstinencia alcohólica es la presencia de un síndrome que se desarrolla después de interrumpir o reducir el uso prolongado de grandes cantidades de alcohol.
Los síntomas se alivian con frecuencia tras la administración de alcohol u otros depresores del sistema nervioso central. Los síntomas de abstinencia empiezan cuando las concentraciones de alcohol en la sangre disminuyen bruscamente después de haber interrumpido o reducido la bebida. Debido a la vida media corta del alcohol, los síntomas de abstinencia alcanzan su mayor intensidad durante el segundo día de abstinencia y mejoran de forma marcada al cuarto o quinto día, Sin embargo a los síntomas de abstinencia pueden seguir síntomas de ansiedad, insomnio disfunción autonómica en distintos grados de intensidad durante periodos de 3 a 6 meses.
Consecuencias psicosociales
Con frecuencia la dependencia alcohólica presenta un patrón familiar y se estima que del 40 al 60% de variación de riesgo se explica por influencias genéticas. Muchos estudios han encontrado un riesgo significativo para la dependencia alcohólica en gemelos monocigotos que dicigotos. Sin embargo los factores genéticos solo explican una parte del riesgo para la dependencia alcohólica ya que una parte significativa depende de factores ambientales e interpersonales que incluyen las actitudes culturales acerca de la bebida y los bebedores, la disponibilidad de acceso al alcohol incluyendo su precio, las expectativas de los efectos del alcohol sobre el estado de ánimo y el comportamiento, las experiencias personales adquiridos por el alcohol y el estrés.
Diagnóstico diferencial
Los trastornos inducidos por el alcohol se caracterizan por síntomas de ánimo deprimido trastornos mentales primarios. Pueden aparecer problemas médicos y se puede parecer a acidosis diabética ataxia cerebelosa y otras enfermedades neurológicas como esclerosis múltiple.
La intoxicación alcohólica se parece a la intoxicación por sedantes hipnóticos y ansiolíticos, la intoxicación por alcohol y la dependencia puede parecerse al trastorno de ansiedad inducida por el alcohol de inicio durante la abstinencia.
La intoxicación idiosincrásica por alcohol definida como un cambio de comportamiento acusado habitualmente con agresividad el cual se diagnostica como trastorno relacionado con el alcohol no especificado.
Prevención
El conocer los daños que produce la ingestión de bebidas alcohólicas es una vía para la prevención de esta enfermedad.
El Médico de Familia puede ofrecer información sistemática sobre esta entidad realizando labores educativas de salud mediante diferentes técnicas a su alcance, pero principalmente logrando un buen raport con su población, confianza y seguridad, y sobre todo, siendo ejemplo y líder de opinión.
Puede en estas condiciones realizar conferencias al nivel de su comunidad, aprovechando reuniones de las organizaciones políticas y de masas, con el apoyo del CDR y de los Consejos Populares, así como también de la FMC. Se debe preparar al personal docente para que influya en el alumnado y en la familia. También es fundamental la realización de actividades de Educación Familiar en las visitas de terreno a los hogares y en el consultorio.
Es fundamental que se estimule la realización de actividades recreativas y deportivas para los jóvenes para ocupar el tiempo libre (fuera de las horas de estudio), y para ello existen numerosas alternativas.
Dentro de las actividades recreativas se pueden formar grupos de teatro, o de danza con los jóvenes interesados y así estimular el interés de los demás. En las actividades deportivas se pueden implementar juegos de todo tipo, desde ajedrez hasta voleibol, baloncesto, fútbol, pelota, etc.
También se pueden explotar otras opciones como por ejemplo las actividades manuales de bordado, tejido, costura, pintura, labores de artesanía, fabricación de juguetes para los niños de la zona y labores de carpintería para fabricación y reparación de muebles; todas ellas actividades útiles que pueden contribuir a explorar la vocación de los adolescentes, y se puede para esto buscar el apoyo y la ayuda de los organismos.
Tratamiento
Los tratamientos contra el alcoholismo incluyen programas de desintoxicación realizados por instituciones médicas. Esto puede suponer la estancia del paciente durante un periodo indeterminado, (quizás varias semanas), bajo tutela en hospitales especializados donde puede que se utilicen determinados medicamentos para evitar el síndrome de abstinencia.
Después del período de desintoxicación, puede someterse al paciente a diversos métodos de terapia de grupo o psicoterapia para tratar problemas psicológicos de fondo que hayan podido llevar al paciente a la dependencia. Se puede asimismo apoyar el programa con terapias que inciten al paciente a repugnar el alcohol mediante fármacos como el disulfiram, que provoca fuertes y repentinas resacas siempre que se consuma alcohol.
La terapia nutricional es otro tratamiento. Muchos alcohólicos tienen síndrome de resistencia a la insulina, un desorden metabólico debido al cual el cuerpo no regula correctamente el azúcar causando un suministro inestable a la circulación sanguínea. Aunque este desorden se puede tratar con una dieta hipoglucémica, esto puede afectar a su comportamiento y su estado anímico. Estos síntomas son efectos secundarios que se observan a menudo en alcohólicos sometidos bajo tratamiento de desintoxicación. Los aspectos metabólicos del alcoholismo a menudo se pasan por alto dando como resultado tratamientos de dudosos resultados.
Fases del tratamiento del alcoholismo
A grandes rasgos podríamos señalar que el tratamiento del alcohólico pasa por las siguientes etapas:
1. Fase de convenio o alianza entre el enfermo y el terapeuta.
2. Fase de desintoxicación.
3. Fase de deshabituación.
4. Fase del desarrollo del nuevo estilo de vida.
Fase de convenio o alianza. Tiene como base el requisito fundamental para iniciar el tratamiento: el deseo del paciente para salir adelante, dicho en otras palabras; que ya el paciente sienta el alcohol como un enemigo y no como un aliado. Sólo así tendrá éxito el tratamiento, y no en aquellos casos que acuden al facultativo movidos por presiones ajenas al propio deseo de curarse.
Fase de desintoxicación. Es aquella durante la cual se vence la dependencia biológica, y se superan o mejoran los daños producidos por el tóxico en el organismo.
Fase de deshabituación. Durante esta fase se utilizan los recursos adecua dos para romper la costumbre del consumo alcohólico y es en dicha fase que pueden emplearse los recursos aversivos de los que hablaremos somera mente más adelante.
Fase en desarrollo del nuevo estilo de vida. Durante muchos años, el alcohólico vinculó el etanol con la mayoría de sus actividades hasta que llegó el momento en que su vida giró en torno a las bebidas alcohólicas. Ahora es necesario reactivar sus intereses familia res, laborales, recreativos, culturales, deportivos y sociales en general. Es preciso establecer un nuevo calendario en el cual el tiempo dedicado al alcohol sea sustituido por actividades más útiles y sanas.
Las puertas que progresivamente fueron cerradas en lo social, ahora deben abrirse de nuevo, de manera que según se avance en la recuperación vayan ocurriendo nuevas experiencias de alto significado emocional que actúen como reforzadores positivos de la conducta de abstenerse del alcohol. Cada nuevo día que pase en abstinencia (sin beber) se experimentará la satisfacción del deber cumplido y cuando finalmente se venza al tóxico, la persona no sólo recuperará sus valores al nivel que existía antes del alcoholismo, sino que agregará una nueva calidad a su personalidad, la de haber sido capaz de vencer a un enemigo poderoso.
Recursos especializados para controlar el alcoholismo. Recursos aversivos
Son aquéllos que se orientan a lograr que la presencia, el olor, y el sabor de las bebidas alcohólicas produzcan repugnancia. Se basan en el mismo principio de los reflejos condicionados (cuando ocurren al mismo tiempo un estímulo que produce salivación —como un alimento sabroso— y otro que no tiene esa acción originalmente, al cabo de un tiempo este segundo estímulo es capaz de determinar salivación), así ocurre con el niño a quien "se le hace agua la boca" cuando escucha que se destapa la lata donde su madre guarda los bizcochos que le ofrece.
Este es el mecanismo que se aprecia cuando una persona bajo los efectos de un vomitivo, como la ipecacuana, se pone en contacto con las bebidas alcohólicas oliéndolas y bebiéndolas. Al cabo de un tiempo adecuado, la sola presencia de las bebidas producirá una gran repugnancia.
Otro tanto ocurre al utilizar el estímulo eléctrico doloroso cuando el sujeto huele o bebe alcohol, técnica que recomiendan en algunos países desarrollados; o cuando se hacen las pruebas de ingestión de alcohol después de haber tomado disulfiram, un medicamento que determina la acumulación de acetaldehído (un derivado del alcohol), que provoca malestares muy desagradables. El disulfiram puede usarse también con el propósito de apoyar la decisión de no beber por parte del paciente, de manera que cuando se enfrente a las invitaciones sabrá que la ingestión de bebidas alcohólicas le producirá efectos muy desagradables. El tratamiento con disulfiram requiere la participación activa de la familia para supervisar que el paciente tome el medicamento diariamente y pedirle que eleve la lengua al cielo de la boca para percatarse de que realmente lo ha tomado. El disulfiram tiene también cierta acción reductora del deseo de beber y actualmente puede utilizarse mediante implantación subcutánea colocando unas cápsulas especiales debajo de la piel gracias a una pequeña operación que requiere solamente un punto de sutura (Goicolea S. El condicionamiento clásico aversivo con ipecacuana y estímulo eléctrico: resultados comparativos en el tratamiento del alcohólico. Tesis de Grado. La Habana, 1987).
Recursos psicoterapéuticos
Son aquéllos cuya acción terapéutica se produce mediante las funciones psíquicas del paciente, es decir, median te conversaciones y experiencias orientadas a hacerle comprender los grandes peligros de su hábito tóxico y la significación de tomar una decisión firme para su eliminación definitiva. Por medio de este método, que se desarrolla en forma individual y de grupo (esta última forma es reconocida mundialmente como la más efectiva en estos pacientes), el alcohólico es "equipado" con recursos personales que le permiten vencer en la "guerra" que sólo tiene 2 alternativas: alejarse definitivamente del tóxico o asfixiarse en sus redes.
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Autor:
Lara R. Esmeralda
Martínez Y. Gisela
Romero P. Daniela
Zamudio M. del C. Fernanda
Universidad Chapultepec
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