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Apuntes para el estudio de la historia del Municipio Turén – Estado Portuguesa (página 4)

Enviado por leonel canelon


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PATRÓN Y GUERRERO DE LA LUZ EN TURÉN

Lic. Leonel Canelón Meléndez

Cronista del municipio Turén

 Cuentan nuestros abuelos que Eugenio Báez era un próspero agricultor encomendero, quien vivió durante finales del siglo XIX, poseedor de grandes extensiones de tierras las cuales comprendían desde la actual Parroquia Canelones hasta la Parroquia Santa Cruz, Municipio Turén, incluyendo el río Acarigua, del que es dueño y señor.

Se dice que era un hombre de estatura mediana, de poblada barba, contextura delgada, ojos claros, vestido siempre de liqui-liqui blanco con sombrero pelo e" guama y con su eterno acompañante: un caballo blanco.

Asimismo, tenía una condición humana excepcional por cuanto era benefactor de los campesinos a quienes ayudaba en todo momento, en caso de aprietos económicos o de índole espiritual, ya que era conocedor de los asuntos espirituales. De igual manera, prohibía la caza de animales en sus dominios, porque era amante de la naturaleza exuberante de la "Gran Selva de Turén".

Durante las fiestas de Semana Santa, San Juan y la Virgen del Rosario, Eugenio Báez organizaba grandes terneras para el pueblo de Turén, dentro de las cuales realizaba competencias de lanzar botellas con aguardiente y bolsas de dinero en el Caño Amarillo, en el paso denominado "Los Chorros" (en el sitio donde hoy se halla la casa Comercial "Landini"), para que los participantes lograran encontrarlas, cosa que casi nunca ocurría. Posteriormente, él se lanzaba hacia el caño y salía triunfante con las botellas y el dinero, expresando: "Ustedes no jayan ná".

Cuentan que murió un jueves santo y cuando fueron a enterrarlo al día siguiente, el cuerpo había desaparecido y en su lugar estaban siete auyamas. Otras personas señalan que un día se internó en la selva y fue envuelto en una fuerza desconocida que lo llevó a otra dimensión. A partir de su muerte, nace el culto a su espíritu cuando prestó atención de las súplicas hechas por los fieles y el pago de promesas por éstos al cumplírsele el favor. Debido a la imposibilidad de conseguir sus restos mortales los devotos le construyeron una capilla en el cementerio de Villa Bruzual (Av. 6), en donde le veneran y le pagan las promesas.

Los devotos piden a esta ánima que les proteja de enfermedades, les ayude para obtener buenas cosechas y protección a sus familias. De acuerdo a lo señalado por diversos "espiritistas", Eugenio Báez quiso ser eterno porque nunca quiso morir y abandonar la naturaleza que tanto amaba. Es un espíritu ejemplar, que da buena orientación, ejemplo, ánimo, liberación psicológica a las personas para que evolucionen positivamente y no se dejen atrapar por el pesimismo.

De igual manera, el poder de Eugenio Báez está en todo aquel que tiene su fe, su confianza y su creencia. El es uno y múltiple (omnipresente), porque va a uno o varios cuerpos, es decir, puede estar en varias partes al mismo tiempo, dando su fuerza espiritual a personas que tenga corazón generoso y honesto, que invoquen las fuerzas espirituales para emplearlas en el bien de la humanidad. Quien utilice la energía espiritual de Eugenio Báez para acciones que perjudiquen a los demás, está rompiendo con una fuerza mayor y está sujeto a soportar un castigo severo.

Otro aspecto señalado por los "espiritistas", es que el ánima de Eugenio Báez se enfurece cuando no le cumplen sus promesas. Una de las formas como ha manifestado su descontento fue a mediados de la década de 1970, cuando un grupo de agricultores le ofreció una corona de oro a cambio de una buena cosecha de ajonjolí.

Debido al incumplimiento por parte de estos agricultores, Eugenio Báez desató toda su furia e hizo crecer el río Acarigua, lo cual provocó una gran inundación que arrastró aproximadamente 20 casas en el paso "Las Tejas", del río Acarigua. Ante esta situación fue necesario hacer una procesión hasta su tumba para pedirle perdón, así como ofrenda de aguardiente, dinero, velas y el rezo de oraciones, lo cual no bastó para calmar su disgusto. En tal sentido, fijó como cuota del pago incumplido el sacrificio de personas: el año de la inundación se ahogaron dos (2) personas y en los años sucesivos siempre se lleva a una persona, ya sea a comienzos o finales de cada año.

También señalan los "espiritistas", no existe ninguna representación de Eugenio Báez, porque él no lo ha permitido, ya que de ser así dichas imágenes serán llevadas a diferentes sitios, tales como: altares, ríos donde se pueden proferir palabras de irrespeto hacia su condición de guía espiritual. Por tal razón, el se oculta misteriosamente y el que crea en él, cree en su nombre, su confianza, su poder y su energía espiritual.

Eugenio Báez como patrón y guerrero de la luz, desea que las personas vivan en armonía con la naturaleza y sus semejantes, y quienes se benefician de él permitan que esa energía espiritual evolucione por completo en la liberación de su pueblo para que no haya desastres naturales ni hambre en los terrenos de su propiedad: TURÉN.

EL MUERTO DE EL BAJÍO

Lic. Leonel Canelón

(Versión del Cronista del Municipio Turén)

Yo vivía en Banco Libre, a la entrada del caserío, en una linda casa como ninguna otra del pueblo. A diferencia de las otras viviendas,la mía era la única con techo de zinc y a la distancia brillaba como una joya al lado de las casa de techo de palma.

No es por jactarme, pero mi conuco era uno de los más fructíferos del cual se sacaba frijoles, cambures, plátanos, auyama, ñame, ocumo y otros productos que cada cierto tiempo vendía en Sabaneta de Turén.

Yo era feliz; bregar cada día la tierra, me hacía sentir dichoso, al igual que el calor de mi mujer y las noches de cacería con mis amigos en la selva infinita.

En las noches, nos reuníamos a la puerta de la casa a conversar de muertos, de aparecidos y de plata enterrada. Desde hacía muchos años no hablábamos de otra cosa, a no ser de alguna pelea sabatina o de nocturnos corazones traicioneros.

Nuestro mundo era tranquilo, siendo uno de los acontecimientos más grandes, cuando íbamos en familia hasta Sabaneta de Turén para las fiestas patronales a la Virgen del Rosario. Las mujeres y los niños lucían sus mejores trajes y los hombres bebíamos más licor que de costumbre.

Teníamos por norma regresar temprano a nuestras casas, porque una de las cosas que pocos se atrevían a realizar era la de caminar de noche por la vía hacia Sabaneta de Turén. En el sitio de El Bajío, un espanto se había adueñado de las tinieblas y ese muerto era tan diestro en al arte del garrote, que ni el jugador más bravo de la tierra de mis ancestros salió victorioso ante él.

Una noche, mi compadre Monche Meléndez bien pasado de tragos, hizo caso omiso a los consejos de todos nosotros y haciendo alarde de coraje alcohólico se fue a desafiar el espanto y llegó a su casa más muerto que vivo, sangrante y aporreado por los palos del espanto. Nos contó mi compadre que era tal la habilidad del muerto, que ni en El Tocuyo ni en todo el estado Lara había un hombre capaz de darle frente.

Las mujeres del caserío sentían simpatía por el espanto, ya que éste obligaba a los hombres a recogerse temprano para no correr el riesgo de llevarse una paliza en la oscuridad de El Bajío.

Un día, todos los caseríos a la redonda amanecieron conmocionados: Mi amigo Eugenio Aponte apareció muerto a la orilla de El Bajío.

Aponte no era ningún manso con el garrote en la mano y el exceso de confianza en su pericia fue su perdición, pues en los primeros momentos del combate llegó a pensar que podía vencer al espanto.

El espanto le lanzó los primeros palos que Aponte lograba esquivar con agilidad, logrando propinarle varios garrotazos al muerto, que le hicieron quejarse. Así estuvieron varias horas, lanzándose golpes y buscando el golpe final, pero Aponte en vez de huir, decidió luchar hasta lo último, sin imaginarse que los seres del más allá no se cansan y ya agotado por tanto tiempo de lucha recibió el garrotazo en la cabeza que puso fin su vida. Por muchos días, yo no quería saber de tragos y escapadas a Sabaneta de Turén a correr aventuras en La Cueva del Sapo, uno de los "mabiles" más famosos de la región.

Tiempo después de estos hechos, fui a vender mis productos del conuco, sorprendiéndome la noche de farra con mis amigos, cuando les dije que me iba para Banco Libre, me llamaron loco, no se vaya, quédese esta noche en mi casa, no vaya a ser que lo sorprenda el Muerto de El Bajío.

Haciendo caso omiso al consejo de todos, me marché, y un extraño sentimiento se apoderó de mí al llegar a El Bajío, era una noche silenciosa y de total oscuridad.

Lo ví, con el garrote en la mano, estático, como esperándome, mientras yo temblaba, su voz invitándome al desafío llegó hasta mí sin hablar, sus pies no tocaban el suelo.

Muy nervioso le dije que si tenía una pena yo le mandaría hacer varias misas para que se fuera al mundo de los justos.

Me dejó pasar y al día siguiente, los habitantes me miraban con asombro al saber que yo había pasado ileso por los predios del muerto.

Un día decidí marcharme de Banco Libre, vendí mi lugar: la hermosa casa del techo resplandeciente para trasladarme con mi familia a la gran ciudad. Muchos años después, volví. Mi corazón vió con tristeza que Banco Libre ya no existía, mi selva infinita había desaparecido y el muerto de El Bajío ya no era sino un nostálgico rincón de mis recuerdos.

LA SERPIENTE DE TURÉN

Por Humberto Gallegos Castillo.

Cronista del Municipio Esteller

Estado Portuguesa

  La serpiente está vinculada a grandes sucesos en la historia de la humanidad. Se cuenta de la que en Paraíso Terrenal representando a la tentación convenció a Eva para que indujera a Adán al pecado, de la que mancó a San Pablo; también de la utilizada por Cleopatra para quitarse la vida o de la que causó la muerte del Indio Coromoto días después de la aparición de la Santísima Virgen, Patrona de Venezuela.

Dentro del reino animal, es quizás la serpiente uno de los mas temidos aunque existan otros igualmente peligrosos. Son pocas las personas que se asustan ante la presencia de una serpiente, éstas a diferencia de animales feroces pueden ocultarse en cualquier sitio de nuestras viviendas y atacar cuando menos se espera. En muy contadas ocasiones una persona es atacada por un animal feroz, por el contrario muchas fallecen a consecuencia de mordedura de serpiente.

Desde tiempos remotos la serpiente pasó a ser parte del rico folclore venezolano, por ello sabemos: "Cuántas coyunturas tiene / la culebra Macaurel / la chiquita tiene treinta / y la grande tiene treinta y seis".

Numerosas son las creencias que con la relación a las culebras tiene nuestro pueblo, lo que de alguna manera ha contribuido a la formación y enriquecimiento de hermosas leyendas temerosamente conservadas en la memoria colectiva, generación tras generación.

Según la desaparecida cronista de Villa Bruzual, María Díaz Freitez, Turén, en voz cumanagoto significa "Laguna Azul". Por su parte Adolfo Salazar Quijada en su articulo denominado "Turén", aparecido en la página 4 del diario "El Mundo" del miércoles 21 de agosto de 1991 opina que "Turén es voz de origen indígena (caribe) con que se denomina a una serpiente no venenosa, llamada también cazadora negra o terciopelo (Pseudoboa Cloelia) que se alimenta de otras serpientes venenosas, de ranas y ratones". Es posible que ambas versiones tengan alguna vinculación con la serpiente de Turén.

Desde hace más de dos siglos se cuenta que en la Gran Selva de Turén existía una inmensa serpiente, cuyo tamaño y características muchas veces dependía del criterio del informante: cuerpo cubierto de plumas, enorme cabeza con dos cachos y una larga cola. Podía vivir en el agua, igualmente oculta bajo tierra. Dicen que cuando se muda de sitio se producen inundaciones y que fue una de sus mudanzas lo que ocasionó el desvió de cauce del Río Acarigua en el siglo 19. La creencia popular asegura que la serpiente se aquietó porque exactamente sobre el sitio donde oculta la cabeza se construyó la iglesia de Villa Bruzual y el cura la amarró por los cachos con el Cordón de San Francisco (protector de los animales), evitando así que alzara el vuelo. Se ha dicho también que en ciertas ocasiones al contemplar desde lejos se veía al cura parado en la puerta de la iglesia y ésta asentada sobre la cabeza de la serpiente.

De ancestral arraigo popular, la serpiente fue adquiriendo importancia en la misma medida que el conocimiento de su existencia iba trascendiendo fronteras. De ella se hablaba también en jurisdicción del Distrito Esteller donde igualmente se le temía. En 1928 llegó a Píritu la noticia de que la serpiente había hecho su aparición por las inmediaciones de la Misión, lo que causó la natural alarma y movilización al mencionado lugar. La gente le siguió temiendo porque cada día estaba más cerca y no se sabía por dónde ni cuándo podría aparecer.

Fueron muchas las personas que durante las primeras décadas de este siglo y en ocasión de la celebración de las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora del Rosario por primera vez visitaron a Villa Bruzual, se iban acercando sigilosamente a la iglesia porque le tenían miedo a la serpiente que estaba aquí.

Cuando a comienzo de la década de 1950 se dió inicio a la deforestación de la Gran selva de Turén para dar paso a la Unidad Agrícola, se esperaba de un momento a otro la aparición de la serpiente, esta vez como protesta ante la invasión de sus predios. La serpiente no apareció; entonces se dijo que se había escondido asustada por el ruido de los motores de las máquinas invasoras.

Tiempo después se dijo que la serpiente (que nunca cruzó el caño El Guamal), tenía la cola por los lados de La Colonia o El Playón, quizá por ello cuando se estaba construyendo el Canal Piloto, otra vez corrió la noticia de la aparición de la serpiente. Entonces ocurrió una nueva movilización de curiosos hacia el lugar.

A casi a cuatro décadas de este suceso es poco lo que se ha dicho de la serpiente. Falta mucho qué investigar y mucho qué decir. Sin embargo, no hay duda de su existencia. La serpiente de Turén vive. Si, vive en la memoria colectiva del pueblo y forma parte del patrimonio cultural turenense y de Portuguesa.

PRODUCTORES AGRÍCOLAS INDEPENDIENTES:

CAMBIO DE PARADIGMA EN TURÉN

Por Osman Quero

En junio de 1995, veintidós agricultores fundan en el municipio Turén, Edo Portuguesa, la Asociación de Productores Agrícola Independientes (P. A. I. ) Durante ese se sembraron inicialmente 2.975 has de Maíz. Actualmente se cuentan con 133 asociados que en conjunto sembraron en el ciclo de invierno 2002, 11895 has de maíz y 1.755 has de arroz en los ciclos de Verano 2001-2002 y Invierno 2002; todos ubicados en la misma zona.

Casi todos los asociados son agricultores de segunda generación, jóvenes profesionales en su mayoría, hijos de los inmigrantes y venezolanos fundadores de la Unidad Agrícola de Turén, Primer Granero de Venezuela. El asociado de P.A.I. se define como un agricultor de avanzada, poseedor de una unidad de producción en promedio de 170 has., con la maquinaria y equipos necesarios para aplicar la mas modernas técnicas de explotación agrícola. Los principales rubros agrícolas son el maíz, ajonjolí, sorgo, arroz y frijoles. Próximamente se incorporará a la producción la explotación ganadera.

Cabe destacar que P.A.I. recibió de parte de SERVIFERTIL un reconocimiento por "Promoción de Cultivos y Tecnologías Alternativas- Región Llanos Occidentales, 2001", a raíz de su trabajo pionero en el cultivo de la soya.

Posteriormente, en el año 1996, se crea una empresa de servicios agrícolas con el fin de agregar valor a la materia prima producida. En así como nace PAICA, Productores Agrícolas Independientes, C.A. Con una capacidad de almacenamiento inicial de 480 Tm., realizando así una expansión a 4000 Tm., para luego desarrollar una moderna planta con capacidad de 32000 TM. adicionales, la cual está en funcionamiento desde Septiembre de 2002.

Junta Directiva de PAI:

Ingº Ramon Elías Bolotín – Presidente

Werner Hobener – Vicepresidente

Ab. Martín Pensa Nanni – Director Finanzas

Ingº Roberto Latini – Director

Gerardo Martin – Director

Elio Magnante – Director

Junta Directiva de PAICA:

Ab. Martín Pensa Nanni – PRESIDENTE

Werner Hobener – Vicepresidente

Gerardo Martin – Director

Peter Kornett – Director

Elio Magnante – Director

Osman Quero Pérez – Gerente General

CRÓNICAS PARA OLVIDAR UNA GUERRA

POR MARCOS BARRIOS NIEVES

TURÉN

 

Tuvo que ser Dios, quien formó entre sus manos, un hermoso hilo de verdes infinitos para tejer el inmenso manto de la Gran Selva de Turén.

  Fue Dios, quien pobló el calor de su verdor impenetrable, con el dorado relámpago de los tigres, la hermosa mansedumbre de los venados, la policromía volátil de turpiales y arrendajos, con atardeceres rojizos de la astucia de los zorros.

Luego apareció la obra cumbre de Dios: El ser humano para que viniera a llenarlo todo con la vida de sus manos. En ese mundo primigenio, las cosas aún no tenían nombre y de sus labios vírgenes comenzaron a fluir las primeras palabras.

  Turén, dijo, para ir bautizando las cosas del mundo y ponerlas en su sitio.

  El significado se nos pierde en las penumbras del tiempo, pero el mundo Caribe no era ajeno a la poesía y se cree que representa el azul, como el color del techo infinito que nos cobija. También fueron prosaicos los Caribes y se dice que Turén significa barro, que se forma cuando fluye interminable el agua en el invierno. Al transcurrir de muchas lunas, el nombre y los hombres de España, comienzan a abrir los caminos que apenas esbozaron los nativos y nuevas voces vienen a bautizar el mundo de nuevo, aunque el nombre de Turén se mantendrá por los siglos.

  No permaneció indiferente nuestra región al clamor independentista, y nuestros llaneros indómitos, dejaron huella de su paso hacia la llanura inmensa donde el catire Páez escribió gestas maravillosas en nuestra lucha por la libertad.

  Es también Turén, el de los pioneros de la gran aventura colonizadora: Don Pancho Orsini, Don Hilarión Graterol, entre otros, quienes abrieron las puertas a todos aquellos que venían huyendo de una Europa herida por la más cruel de las guerras y llegaban pobres, pero ansiosos de conseguir el camino de la esperanza, la cual consiguieron y muchos de ellos han dejado en esta tierra sus huesos para que reposen para siempre, en el mundo donde consiguieron la paz.

 Es Turén, el suelo fértil, donde crece la semilla que se desgrana generosa, para alimento de su pueblo, y también el semillero a donde cualquiera puede venir a sembrar los sueños de construir una patria cada vez más grande para todos los venezolanos.

  Es Turén, el pueblo abierto a todos los seres de provecho, y el jardín donde han florecido todos los corazones que han venido a sembrarse en este vivero del mundo.

 INTRODUCCIÓN

La historia es inevitable; es lo que ha significado el ser humano en el transcurrir del tiempo. Desde los albores de la vida, los seres vivientes han debido posesionarse de un territorio para sustentarse y defenderlo muchas veces con la vida.

El ser humano tampoco escapó a esta Ley, usufructuando un territorio silvestre en un principio, pero luego comenzó a cultivar la tierra, a criar animales, es decir, a producir riqueza material con sus manos .Asimismo, Le dió un doble propósito a las armas: para la caza y para defenderse de los posibles invasores que iban a la caza de esa misma riqueza.

 Salvo excepciones, esta ha sido la génesis de todas guerras, comportamiento a veces inexplicable en un ser dotado de tanta inteligencia y sabiduría. Estas crónicas no pretenden ser un análisis, ni un trabajo de investigación de la Segunda Guerra Mundial, menos fijar una posición con respecto a la misma; se trata sencillamente de un recuento de este gran conflicto bélico narrado por quienes lo vivieron, por los últimos sobrevivientes que aún habitan en nuestra región y que llegaron muchos traumatizados por el horror vivido, pero con el firme deseo de darle otro sentido a la vida, pudiendo decirse que casi todos lo lograron, pues el crecimiento económico de la región se le debe en gran parte a ellos.

De antemano decimos, que no compartimos los conceptos emitidos por las personas que van a narrar los hechos, serán ustedes los lectores a quienes establecerán un juicio valorativo con respecto a los mismos.

El tiempo cura las heridas, pero no borra los recuerdos, gracias a Dios, por que el ser humano es consecuencia de las experiencias vividas y sería funesto para la humanidad que se volviera a repetir una catástrofe semejante. A continuación presento una serie de crónicas que servirán a unos recordar y para los más jóvenes un consejo de lo hermoso que es vivir en paz con nuestros semejantes.

ITALIA

 Italia ha tenido un gran significado en la evolución de la cultura occidental; es junto a Grecia uno de los grandes pilares de dicha civilización y gran parte de lo que nos dejó El Renacimiento provino de allá y a pesar de todo el refinamiento de su cultura exquisita, no escapó a la barbarie que envolvió al ser humano en esta guerra que hoy comenzamos a recontar.

Hombre sencillo, de trabajo como él mismo se define, con todo el calor de su Sicilia natal, Giovanni Licardi, es el primero de una serie de sobrevivientes que van a relatarnos los momentos más significativos de lo que todos conocemos como la Segunda Guerra Mundial. Sólo esperamos que sean receptivos a ésta nuestra primera experiencia en estas lides y que a pesar de sus limitaciones sea de su agrado.

 

HABLA GIOVANNI LICARDI

 Yo nací en Troina, Sicilia, en el año 1915. En mi pueblo natal, se producen vinos y mi familia se dedicaba a dicha actividad. En mi servicio militar fui destinado a Parma, el 14 de marzo de 1938, siendo enviado al regimiento de caballería.

En 1939, vi personalmente a Benito Mussolini, en la ciudad de Trieste, en donde llegó para realizar una revista de las tropas que allí se encontraban. Para el año 1940, mi regimiento fue a la invasión de Grecia y Albania en donde permanecí hasta el 25 de abril de 1941. Ese mismo año fui operado de apendicitis, por lo cual me dieron 40 días de licencia y me marché a Parma. Al reintegrarme al servicio activo, me enviaron a Torino, a recibir un curso de motociclista militar.

Luego vinieron días muy duros cuando fui incorporado a un batallón de asalto que enviaron a la guerra de África, en donde permanecí 14 meses en El Alamein. En Túnez fui tomado prisionero del ejército americano y permanecí en Estados Unidos hasta el año 1945, ya finalizada la guerra que fui devuelto a Italia.

Uno de los momentos más terribles que yo recuerdo como soldado, fue un bombardeo de los ingleses en la guerra del Africa. Duró todo el día y prácticamente no podíamos siquiera comer. Pero también tengo buenos recuerdos de la guerra; una prima desde Trípoli me entretenía con sus cartas y tengo los dulces recuerdos de una novia que luego sería mi esposa. A pesar de haber sido prisionero de los americanos, nunca pensé que América sería alguna vez mi destino y en el año 1946 cuando me casé con mi novia, luego de seis años de noviazgo, no podía prever que varios años más tarde me encontraría en Venezuela.

Yo trabajaba en la construcción de la represa de Troina y el año 1951 llegué a Venezuela y sinceramente me sentí algo desilusionado, porque yo creía que aquí había el mismo desarrollo de los Estados Unidos de América y cuando ví las humildes viviendas de tierra me dieron ganas de regresarme.

Poco tiempo después fuí invitado hacia la Colonia Agrícola de Turén, en los tiempos del general Pérez Jiménez y recibí una parcela de 30 hectáreas con maquinaria, además de la vivienda aparte de lo cual recibía un salario para sufragar nuestros gastos y un plazo de 25 años para pagar todo. Yo me siento feliz de la vida que he tenido y le recomiendo a los jóvenes que trabajen duro, como lo hice yo, para poder dejarle algo de provecho a mis hijos. Yo me siento orgulloso de haberle servido a mi patria como soldado durante ocho años de mi vida, en mis mejores años; sólo quisiera que así como mucho de mis compatriotas cuentan o reciben una compensación del gobierno italiano, yo también creo haberla merecido.

CROACIA

  La República de Croacia se encuentra en la que fue la desaparecida Yugoslavia, cuyo nombre significa los esclavos del Sur, para distinguirse de los esclavos del norte como lo son los polacos, checos y rusos.

Tiene una larga historia que se remonta al siglo X cuando el país croata se encontraba bajo el dominio del rey Tomislav I. Al extinguirse la dinastía croata, fue anexada por la fuerza a Hungría conservando cierta autonomía. Tuvo períodos de ocupación turca, francesa y fue anexionada a Austria entre los años 1849 y 1868.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se adhirió a la nueva República federal de Yugoslavia bajo el mando de Josip Broz, más conocido como el mariscal Tito. Lo demás es historia reciente que no forma parte de estas crónicas.

HABLA MATO BOLOTÍN

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se encontraba en Austria, en un campo de refugiados en Klagenfurt a cargo de la UNRA ( United Nations Relif and Rehabilitation Administration) Recibíamos la alimentación necesaria para no morir, el pueblo croata se encontraba hambriento, mientras sus líderes disfrutaban muy lejos de la guerra en hoteles cinco estrellas. Yo nací en Livno, un valle agrícola de Croacia, y en las regiones agrícolas siempre hay de qué alimentarse.

Ya no tenía esperanzas de volver a Croacia, las guerras hacen desaparecer en uno muchas veces los deseos de continuar.

Los aliados le habían brindado apoyo a Tito, y Croacia entraba en otra etapa de su historia. En tiempos de guerra no hay días bonitos, yo sólo recuerdo largos días de miedo, miseria y hambre. Me parece imposible pensar que alguien pueda disfrutar en medio de algo semejante. Como dije anteriormente, ya no tenía esperanzas de volver a mi país y recuerdo las penalidades sufridas por mí y un grupo de paisanos tratando de llegar a territorio austríaco.

 

Imposibilidades de caminar de día, a riesgo de morir a manos de los nazis o de los partisanos, durante dieciocho jornadas caminamos solamente de noche, permaneciendo ocultos durante el día, comiendo lo que se podía, que no era mucho. El 8 de mayo de 1945 nos encontrábamos a 100 kilómetros de Austria y el día 26 del mismo mes llegamos al río Drava. En la otra orilla se encontraba una balsa que era la única forma de pasar al otro lado, pero estábamos tan débiles por la caminata y el hambre que no teníamos fuerzas para nadar.

  Uno de nosotros caminó río arriba y dejándose llevar por la corriente llegó hasta la balsa, mientras esperábamos continuaban llegando grupos de fugitivos que pasaban al otro lado por orden de llegada. Era desesperante, porque ambos bandos asesinaban a todos los que huían de aquel horror.

  Tres amigos y yo nos entregamos a los aliados, en Kiagenfurt, a donde llego un día una comisión de los Estados Unidos de América buscando trabajadores y unos compañeros se marcharon y nunca más supe de ellos, pero a mí el sueño americano no me tentó.

Llegó una comisión del gobierno venezolano presidido por Rómulo Gallegos buscando inmigrantes y junto a dos croatas más llegué a Venezuela el 2 de septiembre de 1947 al campo de El Trompillo, en donde permanecimos durante 15 días tratando de acostumbrarnos a los usos y costumbres del país. Pasado ese tiempo, salimos del campo, sin ninguna clase de apoyo y desconociendo totalmente el idioma.

  Llegue a Turén el 4 de abril de 1950 y no pensaba permanecer mucho tiempo en Venezuela, pero a pesar de todo me dedique disfrutar de la vida hasta el año 1957. Yo no recibí facilidades, me hice agricultor por mi propio esfuerzo, trabajando muy duro logré adquirir las tierras necesarias por lo cual decidí quedarme.

 En el año 1959 me casé con la conocida educadora Mercedes Subero, de cuya unión nacieron cuatro hijos, dos varones y dos hembras, todos realizados profesionalmente gracias a Dios. El año 1974 fue muy duro para mi familia. El día 31 de Julio de ese año falleció mi compañera de toda la vida y el día 10 del mes siguiente, sufrí un infarto al miocardio.

 Yo recomiendo a los jóvenes el trabajo con honradez, que le está haciendo falta a Venezuela y por encima de muchas cosas no envidiar a los demás.

GRECIA

 La historia de Grecia comienza con el pueblo Egeo. Luego, Alejandro extiende las fronteras del mundo griego por el Mediterráneo. En su historia muchas veces se funde la realidad con la leyenda y Atenas, la eterna capital de la sabiduría, fue ocupada en el año 1941 por los nazis. Hablar de Grecia es hablar de conocimientos: Epicuro, Demócrito, Platón, Aristóteles, etc. Son los puntales de donde evolucionaría el pensamiento universal. Aunado a ello, el gran sentido estético de su arte resurge siglos después en uno de los grandes períodos creativos del ser humano que fue el Renacimiento.

  Sin embargo, este pueblo de larga tradición intelectual, lleva en sus venas la sangre de grandes guerreros de la historia y cuando fue invadido primero por Italia y luego por Alemania, se defendió con una valentía increíble y aquí está el testimonio de Demetrios Koinakis, quien nos narra los hechos tal cual los recuerda. 

HABLA DEMETRIOS KOINAKIS

Yo nací en Atenas en el año 1926, de una familia de clase media dedicada a la construcción que para el año 1939 construía un aeropuerto en las afueras de la ciudad. Un día vino mi tío gritando: " Se prendió la candela, Hitler atacó Polonia". En el año 1940, cuando comenzaba las clases en la Academia, Italia atacó a Grecia.

Nuestro país se defendió y de no ser por los nazis que necesitaban Creta y Grecia para apoyar a Rommel en la guerra, la historia hubiera sido otra.

Cuando Alemania atacó a nuestro pueblo, la guerra cambió nuestras vidas para siempre. En medio de la guerra, la política dividió a los griegos en nacionalistas y comunistas. Pero al final los nacionalistas ganaron.

Los nazis hacían redadas con griegos traidores y los capturados eran traidores y llevados unos a los campos de concentración, otros a los campos de trabajo y algunos interrogados por los nazis eran torturados hasta morir.

Yo estuve en un campo de concentración y un día un judío intérprete nos dijo que los alemanes se iban, porque veían perdida la guerra y comenzaron a soltar gente. Yo salí en un lote de ochocientos prisioneros liberados y un día en el puerto estaba anclado el barco francés Marigaud, en el cual venía mi familia liberada de un campo de concentración alemán, y en una canoa yo fui hasta el barco. Yo pensaba en América, pero mis deseos eran llegar hasta el Brasil. Llegué un día al puerto francés de Marsella y allí me hice marino porque en un barco necesitaban un muchacho, y yo necesitaba trabajar.

Llegue a los Estados Unidos de América en el año 1947 y me opere una hernia y fuí a New York a cobrar el seguro. En New Jersey con un amigo íbamos a abrir un negocio pero regresé a Grecia. En Grecia, un amigo llamado Grigori me invita a Venezuela y me gustó la idea.

Fui al consulado venezolano, pero Rómulo Gallegos había caído y a pesar de todo el cónsul arregló los papeles y me embarqué en un barco danés casi como un polizón, pero mi comportamiento me ayudó. El 11 de febrero de 1950 llegamos dos hermanos a la Guaira. En Caracas arreglamos la cédula de identidad y nos fuimos a Maracaibo en donde nos esperaba mi amigo Grigori. Venezuela era una maravilla. Al tiempo me separé de Grigori y comienzo a comerciar por toda Venezuela.

Un día, observando un mapa del país, vimos unos puntos llamados Píritu y Turén y decidimos venir. En Turén había buena venta de mercancía y decidí volver. En mi segunda venida, vendí todo y alquilé un local. Había decidido quedarme.

En el año 1962 me casé con Rosita Barroeta de Koinakis, educadora de la escuela "Ciudad de Mérida", para esa época. Venezuela es un país maravilloso y yo la recomiendo a la juventud que cuiden a nuestro país y trabajen por el bien de esta bella nación que un día me recibió con los brazos abiertos.

ALEMANIA

La historia del pueblo alemán se remonta a la época del Imperio Romano. Dicho territorio estaba habitado por los germanos. Para los romanos era un pueblo bárbaro que con Otón el Grande, rey de Germania en la edad media, lleva a su pueblo por la senda del cristianismo.

Tiene una larga historia de luchas políticas y religiosas que desembocan en pleno renacimiento con la Reforma encabezada por Martín Lutero.

A un alemán le debemos en gran parte la transformación del mundo de la época, con advenimiento de la imprenta y ha tenido un gran sentido artístico y literario del que destacamos a Alberto Durero y Wolfgang Goethe, entre otros y el monumento sonoro de Richard Wagner.

Este país participó en las dos guerras mundiales, de consecuencias catastróficas para el pueblo alemán y es a pesar de ello, una de las naciones de más alto desarrollo tecnológico y de crecimiento económico en la actualidad.

HABLA SIGMUND EHRESMANN

 Uno de los momentos más terrible que yo recuerdo de la guerra fue el 25 de diciembre de 1944 a la 1 a.m. en la navidad, cuando un caza bombardero enemigo, dejó caer sobre el hospital, dos bombas, y una de ellas no estalló, quedó incrustada en el comedor del personal y mató siete monjas y es muy lógico sentir temor al tener que compartir un espacio con un artefacto de esos.

Yo me encontraba en un hospital señalado con la Cruz Roja porque había sido herido por una granada que me dejó inutilizadas ambas piernas y no podía moverme, sintiéndome angustiado en ese momento ya que no tenía a mi alcance un arma para quitarme la vida. Al finalizar la guerra, yo me encontraba en Bamberg, un importante arzobispado de Alemania y el 4 de abril entraron los americanos y debo decir que se cometieron muchas atrocidades, pero la historia de la guerra la escribe quien la gana y nosotros, los alemanes, perdimos.

Yo entré muy joven a la guerra y mis padres firmaron una autorización para entrar a las filas y comencé en la marina, pero luego fui enviado a la infantería. Yo no puedo decir que recuerde momentos muy bonitos en medio del conflicto, pero cuando estaba herido, recibí una carta de una amiga de mi hermano, y es muy bello recibir una comunicación que me reconfortó mucho.

Recuerdo a Rommel, quien era muy querido por todos, el pueblo alemán y sus subordinados y después de la guerra se realizó la película " El Zorro del desierto". Yo nací en Bilka Bukovina, en el año 1927. Viene a Venezuela de Alemania, Salzgitter, una zona industrial de Alemania donde se destaca la producción metalúrgica, pero mis antecesores eran agricultores, y profesionales, abuelo y papá eran herreros y mi abuelo paterno Wagner, carpintero.

Yo no pensaba en América, aunque tenía un tío en los Estados Unidos de América y otro en el Brasil.

Salí de Munich el 21 de marzo de 1951 en un avión con la bandera venezolana piloteado por el capitán Ernesto Colón y luego de un viaje de muchas escalas, tres días después, el día 23 a las 9 de la mañana arribamos a la base aérea de Palo Negro en el Estado Aragua. Luego fuimos enviados a El Trompillo, de donde no podíamos salir. La comida me gustó y no trabajamos pero escaseaba el dinero.

Llegué a Turén el 24 de abril de 1951 y recuerdo que no soportaba el calor, porque de donde yo vengo, en tiempos de invierno la nieve alcanza varios metros de espesor, pero actualmente no creo soportar temperaturas tan bajas. Yo le recomiendo a los jóvenes que estudien y trabajen por el bien de Venezuela, que a pesar de tantos problemas es una gran nación.

Por último quiero decir, que yo no fui nazi, pero juré lealtad a la patria y al Führer como soldado, y mi apellido traducido al español quiere decir hombre de honor, y yo lo seré hasta el fin de mis días.

LAS MUJERES: LA OTRA CARA DE LA GUERRA

La mujer, el ser viviente más ensalzado por los seres humanos, dueña de muchos de los momentos más brillantes de la creación plástica y literaria, considerada por la mayoría como el sexo débil, vivió también los horrores de esta guerra.

Muchas de ellas sufrieron maltratos, algunas contra su naturaleza maternal, fueron portadoras de la maldad y crueles tormentos hacia sus semejantes. Otras escribieron páginas de heroísmo y valor en la defensa de su patria, pero muchas humildes mujeres, bajo engaño, les tocó vivir la humillación de verse convertidas en una especie de animales de trabajo, y no pocas, vivieron las terribles consecuencias que las guerras traen a los hogares, como el racionamiento, la falta de vestido y muchas otras cosas sencillas que hacen más llevadera la vida a cualquier persona.

A continuación, uno de los varios testimonios de mujeres que vivieron los terribles acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial.

HABLA ROSALÍA SERVACEH DE BILINSKIJ

Al finalizar la guerra, yo me encontraba en Alemania. Yo nací en Polonia, el año 1925, en Balitze, región agrícola de mi país; mi madre tenía 6 hectáreas de tierra, criábamos cochinos y otros animales, además sembrábamos diversos productos agrícolas.

Nosotros fuimos llevados bajo engaño para Alemania; allí nos prometieron trabajo y buen trato, cuando en realidad nos convertimos en unos prisioneros que trabajamos sólo por la comida. En un principio, yo laboraba en una fábrica de pólvora que un día fue bombardeada, quedando completamente bañada en sangre. Después del bombardeo me trasladaron a una planta de gas y recuerdo que nos maltrataban mucho.

Dormíamos en barracas, de donde nos sacaban todos los días a las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Era muy agotador estar todo el día trabajando para recibir una sola comida. La alimentación constaba de un solo plato, generalmente de una sopa de concha de papas o de restos de repollo y un pedazo de pan de aserrín.

Siempre estábamos llenos de piojos, no recibíamos un pedazo de jabón y el olor era insoportable, porque nos daban una sola braga para trabajar, no teníamos ropa para cambiarnos y cuando nos venía el período no teníamos nada que ponernos, aunque a veces teníamos la suerte de conseguir una hoja.

Algunas veces nos llevaban a las carreteras bombardeadas para repararlas, marchábamos en fila sin mirar para atrás y una tarde íbamos a trabajar en una carretera, ví un huerto de uno de los oficiales y quise coger un tomate grande para mitigar el hambre y no llegué a tocarlo, porque inmediatamente me golpearon los soldados con sus armas.

Los soldados llamaban a grupos de gente para bañarse, y marchaban contentos hacia lo que creían baños y luego se oían gritos horribles: eran las cámaras de gases. A pesar de todos los terribles momentos que viví, tuve momentos agradables cuando me llevaron a trabajar a la casa de un oficial de la GESTAPO y su familia me trató bien y no sufrí más de hambre.

Yo ví en los campos de trabajo escenas horribles; era frecuente ver a las otras prisioneras cortándole pedazos de carne a los cadáveres para comérselos.

Yo me casé en 1945 y nunca me imaginé que vendría a Venezuela. Mi esposo quería ir para Australia y no se decidió. El gobierno venezolano nos dió alimentos, medicinas y el pasaje en barco.

Llegamos a Puerto Cabello en diciembre de 1950. Me llamaron mucho la atención los ciudadanos de piel negra, que eran sumamente amables y nos ofrecían comida, aunque a nosotros nos tenían prohibido recibir alimentos.

Fuimos llevados a El Trompillo y llegamos a Turén el año 1952. Turén era prácticamente una aldea, la plaza Bolívar estaba llena de burros.

Yo les recomiendo a los jóvenes que se porten bien, que nunca piensen en la guerra.

Yo crié a mis hijos con mucho trabajo y sacrificio y pienso que lo más importante en estos tiempos tan difíciles, es el trabajo.

MEDIO ORIENTE

El mundo árabe, es decir el grupo de naciones que lo conforman, representa para nosotros, país de tradición occidental, una concepción completamente de la realidad.

Aunque de una nación a otra existen pequeñas diferencias de índole folclórica, desde el punto de vista lingüístico y cultural, aparte de sus diferencias dialectales, tiene una homogeneidad difícil de igualar y para algunos, representa un mundo de fantasías, de cuentos y fábulas, ya que el pueblo árabe tiene una hermosa literatura universalmente conocida por la magia del cine.

Este universo también sufrió los rigores de la Segunda Guerra Mundial, conociéndose como la GUERRA DEL DESIERTO y tuvo entre sus grandes protagonistas al Mariscal Erwin Rommel, militar alemán, brillante en su concepción de la estrategia y exceptuando este conflicto ajeno a sus intereses, tiene una larga historia de luchas de origen religioso y tribal. Ismael Alí Saleh, de origen sirio, nos comenta los momentos más significativos que él vivo en la Segunda Guerra Mundial.

  HABLA ISMAEL SALEH

Al comienzo del conflicto bélico en África, yo era sargento de las Fuerzas Armadas Francesas que combatían en Libia.

Yo estuve en la Batalla de Tobruk, una extraordinaria ofensiva militar desencadenada por el ejército alemán que era conducida por el Mariscal Rommel, que al final fue quien ganó la batalla.

Los momentos más terribles que recuerdo de la guerra, fue en julio del año 1942, cuando los británicos decidieron atacar las líneas de Rommel y se produjo una de las batallas más duras de la guerra. Este hecho militar sería conocido más tarde como la Batalla de El Alamein y fueron momentos que jamás olvidaré.

Algunos países árabes, entre ellos Siria y Egipto, enviaron tropas para el frente de Europa y yo marché con ellos en calidad de intérprete. Le presté servicios al ejército británico como traductor y no tenía ningún rango militar, aunque cumplía funciones como oficial.

El 8 de mayo de 1945 yo me encontraba en Italia, exactamente en Florencia, y es de allí de donde tengo los recuerdos más bonitos de la guerra. Ese día, se organizó una fiesta para todas las tropas aliadas y es de imaginarse la tremenda alegría que nos embargaba, pues el sueño de todos los soldados era el ver el fin de aquella guerra.

En medio del conflicto nunca pensé en América, ni idea de que algún día llegaría a Venezuela. Llegue a Turén en el año 1970 con mi esposa. Ella volvió a nuestro país y allí lamentablemente murió, víctima de una enfermedad.

Desde el año 1972 me dediqué a la enseñanza de idiomas en un liceo de Villa Bruzual, municipio Turén (Hoy Unidad Educativa "27 de JUNIO"), y actualmente estoy jubilado por el Ministerio de Educación, y me siento satisfecho de haber cumplido con mi deber.

Yo le recomiendo a los jóvenes venezolanos que cumplan con la patria prestando el servicio militar, porque de esta forma aprendemos a quererla y luego es necesario tratar de aprender un oficio que nos sirva para sustentarnos y ser útil a la sociedad.

ESPAÑA

España, la madre nuestra, la de la poesía dorada y luminosa, la que palpita eternamente en la pintura de Velásquez, El Greco que sufre y se divierte en la maravillosa luz de Goya, conoció los rigores de la Segunda Guerra Mundial antes del inicio de la misma.

Se dice, que el ejército alemán utilizó la Guerra Civil Española para ensayar la eficacia de su armamento, y el pueblo español fue un laboratorio para este terrible experimento, del cual la histórica ciudad de Guernica fue el más conocido resultado, que quedó plasmado en el famoso cuadro del no menos celebrado pintor español Pablo Picasso.

Fue una guerra terrible, aunque todas lo son; pero fue una guerra entre seres de la misma sangre y no hay nada más desolador y triste que presenciar una pelea entre hermanos. Le presentamos el testimonio de un ciudadano español, que siendo un niño cuando se inició el conflicto, recuerda con claridad los azarosos momentos que le tocó vivir junto a su familia.

HABLA RAFAEL ROMO

Yo nací en Barcelona en el año 1929, por lo cual contaba con siete años de edad al comienzo del conflicto, el 18 de julio de 1936.

Ese día esperábamos a mi padre para ir a la playa, cuando de pronto vimos pasar una fila de camiones llenos de gente armada echando tiros y gritando. Yo recuerdo mucho el hambre y los asaltos a los almacenes de comida. Los estudiantes íbamos a los comedores que habían establecido los republicanos. En la escuela nos enseñaban a sembrar legumbres para el consumo de la escuela.

No olvido los barcos de los nacionalistas, que bombardeaban las posiciones de los republicanos en Barcelona, en donde se encontraba la fábrica de armas Elizalde. Nosotros vivíamos en el cuarto piso, por lo que corríamos apresurados a los refugios cuando sonaba la sirena antes de los bombardeos, pero cansados de tanto correr un día tras otro, nos sentábamos resignados a esperar la muerte.

Recibíamos una cartilla de racionamiento y se hacía cola desde las 5 de la mañana. Los niños nos divertíamos recogiendo las colillas en la calle para regalárselas a mi papá.

 De Guernica se supo luego, que fue un error de la aviación alemana, que tenía como destino otro punto de bombardeo y lamentablemente la población fue arrasada.

La muerte de Federico García Lorca pudo haber sido una venganza de los nacionalistas por la muerte de José Antonio Primo de Rivera. Fue una guerra terrible, porque los odios llegaban al seno de una misma familia y se mataban hermanos contra hermanos, en donde hasta los cementerios eran profanados: unos y otros enemigos sacaban los cadáveres de las tumbas.

Al inicio del conflicto, mucha gente adinerada se marchó al exilio, sobre todo a México, y valiosos intelectuales españoles se vinieron a esta parte de América.

Yo nunca pensé en América ni en Venezuela. Dos cuñados en Caracas, habían llegado en el gobierno de Pérez Jiménez por un convenio de reagrupación de familias.

Yo llegué a Venezuela en el año 1961 con toda mi familia, establecido como maestro industrial en tipografía. Cuando llegué a Turén, estaba un exiliado español llamado Don Sixto Rabinat, quién se encontraba enfermo y quería un encargado para la tipografía y me vine en el mes de diciembre y en el mes de abril del año siguiente hicimos el negocio de la venta. Lo que más me llamó la atención de Venezuela fue los paisajes y el clima cálido y generoso.

  Yo le aconsejo a los jóvenes que se preocupen más por el sitio que habitan, en Turén no hay regionalismo y sería muy bueno que el habitante de Turén quiera a su pueblo.

LOS NIÑOS DE LA GUERRA

Todas las culturas del mundo dan un tratamiento especial a los niños, y esa etapa es considerada por muchos como la más hermosa de la vida.

Es como un hermoso sueño, claro, no siempre; también es un largo juego de aprendizaje en el cual, nos preparamos para la vida que llevaremos de adultos.

Es lógico que todo ese mundo que rodea a los niños, con sus mitos y realidades, en gran parte desaparezca en medio de un conflicto bélico, por lo que ese período de formación se transforma en el conocimiento del horror de lo que los seres humanos llegamos a convertirnos en una guerra.

HABLA ANGELINO SCARABELLOTTO

 Yo nací en Treviso, en el norte de Italia, zona en la que se produce muy buenos vinos blanco y tinto.

Uno de los momentos que más recuerdo de la guerra, cuando a mi pueblo llegaron los alemanes, fue el día que pusieron a toda mi familia a la pared para fusilarnos y de pronto un superior suspendió el fusilamiento. En esos días, un habitante del pueblo permanencia escondido, siendo sorprendido por un soldado alemán, quién obligó a la madre a que ahorcara al hijo; luego ella fue fusilada.

 Un mes de octubre los alemanes bombardearon Treviso y en toda la región hubo más de treinta mil muertos, eran tantos los aviones, que tapaban el sol. Mi maestra era prima de mi papá y se llamaba Libereta Scarabelloto.

 No todos los alemanes eran malos, creo que muchos recibían órdenes y era lógico que como militares debían cumplirlas. La comida en nuestra región era escasa, pero si había de que alimentarse.

  La culpa de la guerra en Italia fue de Mussolini y murió como debía, colgado de los pies y luego lo quemaron. A mi padre se lo llevaron los alemanes para Alemania y allí trabajó hasta el fin de la guerra, en una fábrica de armas. Recuerdo la gran alegría en mi casa cuando regresó y nunca nos dijo que fuera maltratado.

  Al terminar la guerra, teníamos dos posibilidades para marcharnos de Italia; mi padre lo sorteó con la gorra: boca arriba, Venezuela; con la gorra boca abajo Suiza. Él se vino primero, luego se trajo el resto de la familia.

Él llegó el año de 1949 y se llamaba Giusseppe Scarabellotto. Al año siguiente, vino mi hermano mayor y el año 1951, el resto de la familia.

Desde un principio nos gustó la zona de Turén, porque es una región agrícola como la de nuestro origen.

Mi papá trajo la primera bicicleta de carrera especial y fue uno de los fundadores de la federación de ciclismo de Lara. También colaboró con la organización de la Liga de Ciclismo de Portuguesa. Ganó dos carreras Caracas-Barquisimeto. En varias ocasiones ganó la carrera Tocuyo-Barquisimeto. Varias carreteras en la época no reunían las condiciones para el desempeño de los ciclistas.

Yo le recomiendo a la juventud que respete a los mayores de edad; que dejen la tomadera hasta el amanecer y que la palabra "musiú" no es, en ningún caso, un insulto.

CASA DE VES 22-2-1950

POR FEDERICO SÁNCHEZ VILLENA

Este es un pequeño pueblo que está situado en la provincia de Albacete-España, cuenta con algunos 900 vecinos, pueblo de labradores del campo y cultivadores de esperanza.

Justamente hoy (22-2-2000), hace 50 años del pueblito en cuestión, marchamos para América (Venezuela), 24 familias completando en total 27 agrupados una familia del pueblo vecino (Alborea) y dos familias de la aldea colindate (Zulema). Todas estas familias fueron seleccionadas como buenos agricultores, dando el visto bueno el Gobierno de España y el Gobierno de Venezuela.

Cabe destacar que esta emigración le la seleccionó un invitado del Gobierno de Venezuela, el Sr. Luis Rodríguez Azpúrua quien se puso en contacto con el señor Gonzalo Gilver para que la emigración fuera posible.

Despedimos al pueblo y a familiares un 22 de febrero de 1950 a la una de la tarde, y confundidos todo en abrazos y llantos montamos a los autobuses rumbo a Valencia (España) donde tres días después enrumbaríamos en un barco mercante llamado el "SS Portugal", con tripulación italiana. Cuando estábamos a bordo nos percatamos que no solamente nosotros estábamos emigrando sino que también venían familias de Madrid, Salamanca, Valencia, León, Cuenca y de las Provincias Vascas.

El 10 de marzo de 1950 llegamos al puerto de La Guaira, donde pensamos que desembarcaríamos. Subió el entonces el Ministro de Agricultura, Dr. Armando Tamayo Suárez y mandó que desembarcáramos en Puerto Cabello, cosa que se efectuó el día siguiente. Nos trasladaron a El Trompillo, centro de inmigrantes.

Después de unos meses que ya teníamos todos los requisitos sanitarios y cedulados, por medio de sorteos nos fueron distribuyendo en distintas colonias agrícolas como son Bárbula y Pedernales (Carabobo), Guanare (Portuguesa), Charaguao y Guayabo (Yaracuy) y La Morena en el estado Cojedes.

Las once familias que nos asentaron en las colonias de Charaguao, recibimos del Gobierno de Venezuela una casa con todo lo necesario, y hasta que empezamos a producir. El representante del Instituto Agrario Nacional (I.A.N), Sr. Jesús París y Elva de París nos daban Bs. 2 (dos bolívares) diarios por cada miembro de familia, dinero suficiente en aquel tiempo, para comer durante la semana toda la familia. Nuestras primeras siembras fueron: tomate, repollo, berenjena, pimentones, cebolla y papas. Todo lo que producíamos entre las once familias en parte separada se ofertaba en los mercados libres de Barquisimeto y San Felipe y cuando lográbamos vender algunos kilos de cada producto nos sentíamos felices gracias a que los fletes eran gratis costeados por el I.A.N. Bueno, Venezuela entonces apenas tenía cinco millones treinta y cuatro mil ochocientas treinta y ocho personas (1950).

Así trascurrieron dos años, que al termino del contrato de trabajo (dado que la tierra que cultivábamos apenas eran dos hectáreas), solicitamos traslado a la Unidad Agrícola de Turén (Portuguesa) los primeros en conseguir el traslado fuimos los Sánchez Martínez.

A nuestra llegada a Turén nos recibió el capitán (R) Navarro, Director General de dicha Unidad. Nos ubicaron en la carretera "J", nos entregaron una parcela para cada familia de 35 hectáreas con sus respectivas casas de tres habitaciones, cocina, sala comedor y baño. A los días se nos entregó un tractor nuevo con todos sus equipos: rastra, arado, cultivadora, sembradora, etc.

Así comenzamos nuestro tercer año de trabajo en el campo ya de una forma mecanizada y más productiva, a los pocos días del mes de febrero (finales) y marzo del año 1952, llegaron 54 familias italianas y no menos de alemanes, rusos, húngaros, checos, ucranianos, polacos, etc. nos juntamos en esos meses primeros de 1952, no menos de 22 nacionalidades. Todas nos entendíamos claro por señas.

Estos emigrantes españoles, hoy inmigrantes en Venezuela, siempre la hemos tenido como nuestra segunda patria a "Venezuela", que gentilmente nos abrió las puertas de par en par y nos adoptó como sus propios hijos, aprendimos a quererla, respetarla y honrar el pabellón tricolor con dignidad, honradez y trabajo: Orgullosos estamos del país y hemos dado todo lo mejor de nuestro trabajo y productividad.

Orgullosos se sentirán nuestros padres ya fallecidos de que sus hijos y nietos nacidos en Venezuela no sólo están sembrando la tierra, siembran en todos los campos y profesiones, siendo: Médicos, ingenieros en todos los ámbitos, profesores a nivel universitario, licenciados, técnicos superiores en electrónicas y otros campos, peritos agropecuarios, veterinarios y tantas otras carreteras más, todo para el engrandecimiento de éste, nuestro gran país: Venezuela.

"Nuestra querida Venezuela: abrigo de españoles".

A 54 AÑOS DE LA MADRE PATRIA

POR JUAN PARDO OCHANDO

MARZO, 2004

Dedicado a la memoria y como testimonio de todos aquellos Albaceteños (españoles) que arribaron a Venezuela, en el año 1950.

La historia pequeña, menuda, la historia de todos los días o de una época en particular, la mayoría de las veces no la conseguimos en revistas y mucho menos en los libros, por eso quiero en esta oportunidad hacer a una de esas historias pequeña que sucedió en nuestro país en el año 1950.

 Así es como el pasado 11 se celebró en algunos estados del país entre ellos Yaracuy, Portuguesa, Lara, Barinas y Cojedes el 54 aniversario de la llegada a tierras venezolanas de un grupo de españoles albaceteños ( Casas de Ves) quienes en el año 1950 partieron del puerto de Valencia y después de permanecer navegando durante 14 días, arribaron a las costas venezolanas en un buque cargado de ilusiones, esperanzas, temores y recuerdos. Eran los inmigrantes que terminado el tumultuoso viaje, llegaba a la nueva cita que en definitiva sería su segunda patria.

En aquellos años (finales de la década de los cuarenta, siglo XX), España era un país que apenas lograba sobrevivir como consecuencia de una cruenta Guerra Civil (1936-39) que la dejó prácticamente en la ruina. Los partidos existentes falangistas y republicanos (derecha e izquierda), anarquizaron y rivalizaron de tal manera las estructuras sociales y políticas del país, que al final desembocaron en una guerra entre hermanos divididos en diferentes bandos armados. Dejando en tres años de odioso y horrendo conflicto miles de muertos y desaparecidos y atrás de ellos una inmensa desolación. Aún más, para completar el deterioro interno de España para aquella época; la segunda guerra mundial escenificada en el resto de Europa contribuyó de manera determinante en el aislamiento total de la península Ibérica con las secuelas de escasez de alimentos, ropa, medicinas y los servicios básicos elementales.

En esas condiciones el pueblo español sufrió muchas penurias, confundiéndose entre si el atraso, el hambre, la miseria, y el general las más fundamentales necesidades humanas se mezclaron en aquel ambiente que exigía enormes sacrificios.

Así vivieron o vivían la mayoría de estos inmigrantes españoles. Unos fueron simples espectadores de la guerra, simples trabajadores del campo, agricultores de oficio y corazón. Otros fueron actores de la guerra, quizás circunstancialmente, o tal vez arrastrados por obscuros ideales que en aquel momento quisieron justificar con los fusiles en los frentes de batalla.

En aquella fecha Venezuela estaba gobernada por la Junta de Gobierno presidida por el Tte. Coronel Carlos Delgado Chalbaud, los cuales tuvieron la iniciativa de traer al país por convenios establecidos con el gobierno del Generalísimo Francisco Franco, en los cuales se establecía la contratación con el Instituto Agrario Nacional para trabajar en colonias agrícolas fundadas en el país que los acogía. La consigna que trajeron estos inmigrantes era "A Venezuela se viene a trabajar y a vivir en paz".

Para todas estas familias españolas (27 en total), la llegada al país constituyó una luz de esperanza y de nuevas inquietudes. Venezuela en la década de 1950 era una estrella en América Latina, lo cual significaba fuentes de trabajo,respeto, seguridad y grandes progresos materiales. Realmente toda esta gente vino a trabajar, a vivir honrosamente con civismo y laboriosidad de acuerdo a sus costumbres. Venezuela les dió la oportunidad y ellos cumplieron su cometido.

El arribo fue a través de Puerto Cabello, el riguroso chequeo y comprobación de los recién llegados no dejó la menor duda del control implementado. Desde allí comenzó su distribución a las diferentes colonias agrícolas. En principio fue Yuma y El Trompillo en el Estado Carabobo, luego Charaguao y Durute en Yaracuy y finalmente las colonias agrícolas de Turén y Guanare en el Estado Portuguesa. El correr de los años ha demostrado sin lugar a dudas que Portuguesa se convirtió en el "Granero de Venezuela" por su extraordinaria producción agrícola y ganadera. De allí que la idea de traer personas trabajadoras de otras latitudes, conocedora de la vida del campo tuvo sus frutos y el estado llanero lo demostró a través del tiempo por ser asiento en su gran mayoría de ese contingente humano que llegó hace 54 años para trabajar la tierra, crecer y morir en ella; dejando y estableciendo grandes raíces familiares con una gran descendencia distribuida en todos los estados antes mencionados.

Hoy en día estos cientos de descendientes nos sentimos orgullosos de haber nacido en la Patria de Simón Bolívar contribuyendo tan igual como los primeros, aún con todas las adversidades que nos depara el tiempo presente, a hacer del país una nación próspera y grande.

Con esta reseña hemos querido resaltar y reivindicar los méritos de gente noble y sencilla que merecen el mejor reconocimiento que país alguno pueda ofrecerles. Para terminar haremos referencia a un pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar: "El hombre de honor no tiene más patria que aquella en que se protegen los derechos de los ciudadanos y se respeta el carácter sagrado de la humanidad: La nuestra es la madre de todos los hombres libres y justos, sin distinción de origen y condición."

LA SELVA DE TURÉN

Por Vicente Giusti

 Selvas tupidas, frondosas, enmarañadas, ricas en caobas, cedros, samanes, jobos, dragos, mora, pardillo etc., que constituían una vegetación imponente, que se conocía como las "LAS SELVAS DE TURÉN", las cuales aparecían en las geografías universales, comparable a las selvas amazónicas y a las Selvas de Darién en Panamá. Impenetrables en el invierno, peligrosas en el verano. Sobre los Bancos de arena existían pequeños caminos de bestias que unían a la Nueva Florida, el Playón, el Pajón, Campo Alegre con Villa Bruzual, Turén. Tal era el aspecto de lo que hoy constituye la Unidad Agrícola de Turén.

La Unidad Agrícola de Turén, es uno de los experimentos más interesantes que en materia agraria se han llevado a efecto en Venezuela y América Latina, cuyo hecho ha significado, además de único, un desarrollo agrícola moderno, la integración de costumbres y nacionalidades de distintas latitudes junto con las del llanero de Portuguesa y con las de los habitantes venidos de otras partes de Venezuela.

No sabemos de quien fue la audaz idea de dominar "La Selva De Turén" y transformar su suelo en el Granero de Venezuela., pero lo cierto es que el Instituto Técnico de Inmigración y Colonización "I.T.I.C." (Luego Instituto Agrario Nacional) comienza a hacer realidad esta idea y se lleva a efecto un contrato entre dicho organismo y en el Concejo Municipal de Turén, presidido en esa oportunidad por Don Pancho Orsini, mediante el cual el Ayuntamiento de Turén hacía entrega de las Tierras y autorizaba el inicio de esta unidad de producción.

Durante los años 1948 y 1949, se dieron los primeros pasos y nuestros mayores recuerdan a un agrónomo húngaro que, con un grupo de trabajadores de nacionalidad italiana comenzaron las primeras instalaciones en lo que hoy es el centro poblado de la Unidad Agrícola de Turén (La Colonia).

En aquellos años eran encargados del "I.T.I.C." en la Región, del Dr. Rodríguez Silva, el cual nombró como primer director de la Colonia, al perito agropecuario Ramón Guédez. Se comenzaron a trazar los rangos por donde habían de pasar las carreteras y al mismo tiempo se deforestaron las primeras tierras las cuales eran explotadas directamente por el "I.T.I.C.", las cuales estaban divididas por zonas. De aquella época recordamos algunos nombres: Torres, Colmenares, el Dr. Strebin y Rafael Colmenares.

El "I.T.I.C." se transforma en Instituto Agrario Nacional y el Dr. Tamayo lo preside. El 16 de febrero de 1950, es nombrado director de la Colonia el Capitán (r) Pedro Arcadio Navarro y es a partir de este momento, que empiezan aceleradamente los trabajos: Centro poblados con oficinas, silos, secadoras, escuelas, hospital, iglesia estación experimental, viviendas para empleados y obreros; centro social, comedore, restaurante, carreteras, parcelas, drenajes, viviendas para los parceleros (macro y micros), canales de desagüe revertidos, el Canal Piloto para controlar las crecientes del río Acarigua, acueductos, electrificación.

En el año 1951, llegan los primeros inmigrantes y continúan llegando en el 1952 y 1953 y ya para el año 1954, veinticuatro (24) nacionalidades, junto con la venezolana, habían consolidado el mayor y más moderno Centro de Producción de Venezuela. Se había sustituido el latifundio y el minifundio por una agricultura nacional moderna y mecanizada. Pero éstos eran los primeros frutos: a partir de 1959, los hijos de la Colonia de Turén se lanzan a otra tarea no menos ardua: la de incorporar las zonas marginales a la producción tales como Chingalí, Chorrerones, El Palmar, Mantecal, Turén Viejo, Parcelamiento Santo Domingo o La Chaconera, Santa Cruz, etc .

El milagro de Portuguesa comenzaba a vislumbrarse, como fruto de una semilla sembrada en la Unidad Agrícola de Turén. Paralelamente al trabajo privado de sus moradores, el INSTITUTO AGRARIO NACIONAL construyó más carreteras y amplió la zona y vinieron los POBLADOS I II III, lo demás es historia reciente en la actualidad la Unidad Agrícola de Turén y sus zonas de influencia, abarcan una extensión aproximada de 220.000 Hectáreas, con un porcentaje bien elevado de kilogramos, tales como: Arroz, Ajonjolí, Maíz, Sorgo y otros cultivos.

Entre los directores que han pasado por la Unidad Agrícola de Turén además de los nombrados recordamos al Mayor Figarella, Dr. Kerch García, Al Dr. Berti, Dr. Ramírez, Dr. Rodríguez Silva, Dr. Rafael Silva Guillén, Arminio González Jordán y José Remigio Rodríguez.

Pero por encima de los hechos que acabamos de mencionar esta la realidad que hoy tenemos: una comunidad de hombres de trabajo, que hombro a hombro han hecho posible "El Granero de Venezuela".

TURÉN

Por Evaristo Salvá Pastor

 Está situado el extenso llano de TURÉN, al pie de la falda de las estribaciones montañosas del estado Portuguesa que lindan con el estado Lara y se extiende hasta el río la Portuguesa, al cual se vierten las torrentosas aguas que bajan por las laderas montañosas, bañando y empapando sus tierras en el "invierno", como así le llaman a la época lluviosa.

Ya los aborígenes de la nación ATATURES, que vivieron en sus tierras y los colonizadores cristianos que vinieron después a establecerse en ellas, nos recuerdan de sus dificultades, amarguras e ilusiones, reflejadas en sus leyendas y cantares tan adornados con misterios, bravuras y esperanzas.

Los cauces poco profundos de los ríos, tan fácilmente cegados por los arrastres (aquí llamados CARAMAS) que desviaban, seperteando caprichosamente sus aguas, imposibilitaban junto con sus impenetrables selvas, todo intento estabilizador. Por eso solo nos quedan de aquellos tiempos las leyendas que reflejan el vago recuerdo deformado por el miedo y la exageración. Y también algunos puntos de referencia que, como islotes, han podido sus nombres llegar hasta nuestros días tales como Turén Viejo, Villa Bruzual, Nueva Florida entre muchos otros que pudieron salvarse de las riadas.

Las Epidemias También Dejaron Sus Huellas

Hasta que llegaron las máquinas y con su poder avasallador, inmolaron las selvas y abrieron nuevos cauces que le han dado su simétrica uniformidad actual. Con ellas también llegaron las inmigraciones desde lejanas tierras, trayendo la sedimentación de sus costumbres: sus vicios y virtudes, más la conmoción psíquico material que sufrieron sus pueblos, en la última conflagración mundial y que los había empujado como resaca de ella.

Y Nació La Colonia Agrícola De Turén

Sus primeros tiempos enmarcaron la nostalgia de un pasado que dejaba su resabio y una nueva vida que había que inventarla, por cuanto los cimientos habían sido truncados y todo estaba por hacer. Se plantaron árboles, y se improvisaron galpones, se aprendió a manejar nuevas máquinas, adaptarlas y hasta inventarlas y a cultivar aquellas tierras nuevas y por tanto misteriosas. Y todo ello en medio de una flora y una fauna pletóricas, desconocidas y llenas de peligros. Y para colmar lo paradójico del momento, el enredo de lenguas que producían las 24 nacionalidades reunidas. Pero a pesar de todo ello y como nos necesitábamos, la relación social era interesante. Dentro del país y para la Venezuela imperante o petrolera, veníamos a ser un PARQUE BOTÁNICO-ZOOLÓGICO contenido dentro de unas alcabalas custodiadas por la Guardia Nacional y visitados como una curiosa presencia.

Hasta que empezaron a salir camiones y más camiones de productos, lo que despertó el apetito de los mercaderes y… ¡continuaron tejiéndose leyendas sobre Turén!

Y se inició la especulación sobre nuestro esfuerzo y los abusos y humillaciones para quienes habíamos tenido la decisión de enfrentarnos a lo desconocido, en medio de inclemencias y dificultades indecibles. Muy poco se reconoció este esfuerzo y pese a la gran producción, lo que mereció el título de GRANERO DE VENEZUELA; Se precisó de fuerte presión para que asfaltaran la única vía de acceso, instalaran teléfonos que sólo habían llegado hasta Villa Bruzual y se medio mantuvieron las vías internas; que son de tierra y la que es de asfalto (vía el Playón), se consiguió por una "Viveza".

No nos vamos a referir a las luchas gremiales que alcanzaron un renombre, ni lo que le ha costado a las fuerzas negativas para bastardear el gremio hasta dividirlo para debilitarlo. Ni tampoco comentaremos las iniciativas frustradas o burladas por la "viveza" y que fueron gestadas por gentes de Turén. Bastaría con recordar el famoso plan CERVINI que murió al solo anunciarlo.

Tampoco vamos a cargarle a nadie lo que pudo haber sido y no fue esta TIERRA ADENTRO.

La dirigencia socio-económica del país ha estado demasiado atareada en el manejo de la riqueza petrolera y sobre sus mentes ha pesado muy poco lo que pudo haberse hecho en Turén. Aún quedan tierras para actuar como los conuqueros, arrasando selvas para seguir para seguir invirtiendo. (Por suerte, como el petróleo, también las selvas tienen su límite y éste como que ya se está acercando).

Los técnicos poco han podido hacer si no han estado orquestados al son de los gobernantes de turno y bajo la batuta desarrollista.

Aún es tiempo y la necesidad de alimentos en el mundo impone una rectificación: En estas tierras es mucho lo que se puede hacer. Son inmensas las posibilidades de progreso y bienestar, si emprendemos la diversificación de la producción agropecuaria, fundamentadas sobre programaciones modernas, técnicas, más lógicas y estructuras sociales más humanas y armónicas. Por eso es necesario el reencuentro de las gentes de Turén: nacidos y llegados, obreros, pequeños y medianos agricultores, aquellos que se engrandecieron con sus talentos y nuestros esfuerzos y los que siguen bregando honradamente de alguna forma en el lugar. En fin, todos los que participamos en esta interesante obra de TIERRA ADENTRO.

Es necesario, repito, que nos reencontremos, para que con una mentalidad más humana e inteligente que reparemos lo hecho y sigamos los senderos que desde siempre la realidad nos viene trazando.

EN LA ERA DE LAS COMPUTADORAS NO SE PUEDE YA SER MEZQUINOS Y RESULTA HASTA PELIGROSO SEGUIR SIENDO EGOÍSTA.

Turén, 22 de noviembre de 1978.

LA COLONIA AGRÍCOLA DE TURÉN VISTA POR UN INMIGRANTE

Por José Oprescko

La inmigración de alemanes hacia Venezuela se compuso principalmente de agricultores, al comenzar en el año 1.951.

Estos grupos los integraban refugiados alemanes de la parte oriental, así como en la parte Occidental de Alemania, organizados en su mayor parte, antes de que los rusos ocuparan la mitad de Alemania. También había en estos grupos, personas de otros países europeos tales como rumanos, checos, y húngaros.

En el año 1.940, cuando se iniciaba la Segunda Guerra Europea y durante todo el conflicto, Alemania quedaba destruida en su mayor parte y los alemanes y otros refugiados de países europeos, comenzaron a inmigrar al Canadá, Estados Unidos, Argentina, Brasil y Venezuela.

Mi Vida Como Inmigrante

Integrando el grupo de inmigrantes de Alemania, llegue a este país -Venezuela-, como agricultor y considero que esta proyección y su ejecución, fue la mejor organizado en el mundo para por ese entonces. Ello, por la sencilla razón de que Venezuela ofreció al inmigrante una patria nueva y trabajo diario para cada uno de nosotros, los inmigrantes en su propia profesión. Fue por aquella época, un país que ofreció algo distinto y más llamativo para el inmigrante europeo y de ahí, que consideremos a este país, como nuestra nueva patria, dotados de todos los derechos como los trabajadores que somos, ofreciéndonos un pedazo de tierra, junto con su título de propiedad de una casa, además de todo lo necesario para la vida diaria, junto con nuestras familias la maquinaria requerida para trabajar estas mismas tierras así como créditos generosos para las siembras.

Todo lo anterior, condujo al éxito que se ha obtenido para ambas partes, siendo por lo tanto el Estado Portuguesa, el primer de los estados venezolanos que ostenta un lugar destacado en la agricultura venezolana.

Quiero mencionar las llegadas de las primeras familias procedentes de Alemania Occidental, quienes fueron contratadas por el gobierno de Venezuela y traídas por los miembros de la comisión representativa de este país, que viajó directamente por aquel entonces a Alemania.

El propósito de esta comisión fue el de seleccionar un grupo de inmigrantes para que, con el correr del tiempo, cultivara parcelas, dotados con títulos de propiedad, casa, maquinarias necesarias para trabajar y créditos destinados a las siembras, siendo pagadas todos las bienhechurías por un lapso de 20 años y la primera cuota debía ser cancelada después de 2 años, al recibir el título de propiedad, siendo esto más o menos el tenor del contrato suscrito por los gobierno de Venezuela y Alemania Occidental , copias del cual entregaron a los jefes de familias de inmigrantes que llegaron a Venezuela, a fin de que conocieran sus derechos y sus deberes.

El primer transporte arribó al día 12 de marzo de 1.951, en aviones de la aeropostal de Venezuela los cuales aterrizaron en el campo militar de "Palo Negro", Estado Aragua, por la sencilla razón de que dicho transporte era exclusivamente para los inmigrantes.

Posteriormente, de Maracay nos trasladaron a "El Trompillo", con el propósito de permanecer allí 2 semanas, que se prolongó por nueve semanas, cosa que nos fue explicado, posteriormente pero que luego supimos que las casa de la Colonia de Turén no estaban aún terminadas, sin agua y ni luz eléctrica. En el campo de" El Trompillo", la comida era escasa y había dificultades, que nosotros denunciábamos aún sacerdote alemán de apellido Bensch, quien a su vez transmitía nuestros reclamos a los jefes.

Finalmente, nuestros pesares concluyeron un día, cuando se presentaron varios autobuses que nos trasladaron a la Unidad Agrícola de Turén, a donde llegamos de noche y allí, en la casa de huéspedes nos dieron comida y luego nos trasladaron a las parcelas correspondientes.

Como las casas no tenían luz eléctrica, nos alumbramos con lámparas de kerosén, durante varios días. También no había agua pero un camión tanque nos la suministraba diariamente. Sin embargo, las casas se hallaban amobladas y para cada persona teníamos una cama y tantos platos y cubiertos como persona componían las familias.

El primer día que pasamos en nuestra sede de trabajo nos asombramos mucho, pues se veía claramente que no había sido desforestada la zona adyacente y había que hacerlo pronto, porque el monte invadía las casas. No era como nos habían dicho, que todo estaba listo para comenzar a sembrar.

Después de transcurridos cinco días, nos avisaron para que nos presentáramos a las oficinas a fin de recibir la maquinaria que nos tenían reservada. Nos entregaron un tractor, un hacha, un arado, y una sembradora de maíz y otra para arroz, una asperjadora y una cultivadora para maíz y ajonjolí. Toda esta maquinaria estaba evaluada en 27.000 bolívares, por aquella época. Así comenzamos a preparar la tierra y sembramos maíz.

Se aproximaba el invierno y entonces suspendimos la siembra y luego nos dedicamos a aporcar 2 veces por semanas y a fumigar, sin echarle el abono pero al final logramos una buena cosecha de 4.000 kilos por hectárea, entregándola toda al Instituto Agrario Nacional, en los silos del Centro Administrativo de la Unidad Agrícola de Turén. Para el control, había una alcabala a la entrada vigilada por la Guardia Nacional y no se podía vender ni un solo grano, que no fuera para el I.A.N.

Sin embargo, el I.A.N. cobró a los parceleros la primera cuota de las bienhechurías, no cumpliendo su promesa con respecto al contrato que firmamos al llegar a Venezuela, que se refería a que los parceleros pagaran su primera cuota después de 2 años de recibir su título de propiedad y en esta situación han quedado todos los parceleros. Muchos tuvieron que buscarse trabajo de día y de noche, preparaban sus tierras cuando era necesario. Varios parceleros se regresaron a sus países de origen.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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