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La institucionalización…. una marca registrada (página 3)

Enviado por Eduardo Garcia


Partes: 1, 2, 3, 4

Las noticias sobre hechos policiales, aportan a la naturalización de los discursos hegemónicos, se constituyen en relatos de control social al expresar la necesidad de vigilancia y de "mano dura" al tratamiento "delincuencial" y justifican prácticas y políticas de exclusión social. Este tipo de información permite que circulen discursos sobre el adentro y el afuera de las normas legales y de la sociedad y fuertes representaciones del nosotros y los otros (los que son colocados en el campo de la ilegalidad) delincuentes, marginales y "los sospechosos de siempre" (pobres, jóvenes y villeros).[72]

Los medios de comunicación permiten la "visibilidad" de los acontecimientos y construyen una imagen de la "verdad", naturalizando los hechos. Las noticias acercan y permiten el conocimiento de lo real, al que no se accede a través de la experiencia directa, naturalizan una imagen dominante acerca del delito. La sociedad conoce y verifica el estado de inseguridad y de "violencia juvenil" a través de su tematización habitual en los medios.

S "… pienso que en lo personal te marca la cuestión social y también en tus sentimientos, lo que opina la gente…"

Y "… ahora quizás pueda trabajar en un restaurante con mi mamá y me va a dar mucha vergüenza si estuve en el Inchausti"

Las imágenes cotidianas de amenaza y riesgo justifican la expansión de relatos que sostienen la necesidad de "leyes más duras" y de tolerancia cero. Se escuchan condenas a villas, consideradas como "aguantaderos" de delincuentes. El enemigo es el delincuente común, cuyo tipo más común es el joven, pobre y villero, por ello resulta estigmatizado [73]El mundo de los llamados delitos comunes, construyen la imagen de la inseguridad y violencias cotidianas, circula la imagen de que los individuos no pueden moverse con tranquilidad ni en el espacio publico ni privado.

Desde estas imágenes, que proyectan los medios, se estigmatiza a todo aquel joven que parece sospechoso (por portación de cara, de ropa, de color) o que estuvo institucionalizado, por ejemplo en un instituto de menores. Por esto los jóvenes de sectores populares, son separados de cualquier espacio al que no pertenezcan. Los jóvenes de estos sectores, serán calificados como salvajes y brutales (malvivientes, chacales, homicidas, etc.).Y muchas veces como excluidos de la especie humana. La estigmatización de los adolescentes en conflicto con la ley, provoca sensaciones de miedo y repudio de toda la sociedad porque "portan" el estigma del crimen y aquellos jóvenes que pertenezcan a la categoría de pobreza han de ser sometidos al control, porque "portarían" una individualidad conflictiva y desviada. Consultadas respecto de las "marcas" S e Y respondían lo siguiente:

S " … y ..si, pienso que por estar acá ya estoy marcada, porque al ver que querés buscar un trabajo y sostenerte vos misma…, por ahí el que tiene trabajo el piensa diferente…"

Y "… por ejemplo yo pregunte, cuando en diciembre termine el colegio, si en mis papeles decía que yo había estado acá y me dijeron no, quédate tranquila que acá no va a figurar nada y bueno eso a mi me tranquilizo…"

Y "… tampoco quiero que la gente sepa mi vida y que me pregunte si estuviste presa y por que?… a veces eso incomoda también, te da vergüenza… y cuando termine 7º grado y en el certificado yo también pregunte va a figurar el Inchausti?"

La lic. Beatriz Palacios, manifestaba al respecto:

BP "Lo que nosotros propiciamos es que no exista un registro mas que familiar y personal de su paso por el instituto, supongamos los certificados de estudios que llevan las chicas no dice instituto… en una palabra no hay "escrache"."

En relación a estas jóvenes se ignora todo ( hasta de sus condiciones de existencia), salvo su posible "carrera criminal", porque el estigma las excluye de todo, hasta de la categoría de sujetos de derechos. Los discursos identifican pobreza con peligrosidad, amenaza y delito.[74] Es dable sostener que las noticias periodísticas sobre hechos policiales, generan mecanismos de mayor individualismo, fragmentación y discriminación social, antes que cohesión y recomposición de la solidaridad social.[75]

Otra de las situaciones por los cuales deben atravesar los jóvenes de sectores populares en general y en particular los adolescentes en conflicto con la ley que fueron institucionalizados, es la violencia institucional Estatal.

3-2) La impronta de la violencia institucional

La otra cara del proceso de institucionalización, se observa visibilizando como niños y adolescentes pertenecientes al contingente de los excluidos, son victimizados y vulnerados en sus derechos, por aquellas instancias que fueron creadas para protegerlos, para tutelarlos o eventualmente "corregirlos"; pero en todos los casos para prepararlos para un futuro normal.[76] Se consulto a las jóvenes sobre los aportes que recibieron desde los juzgados y las respuestas desde la institución, las mismas consultadas dijeron lo siguiente:

Y "… a veces pienso una cosa y a veces otra. Muchas veces que a "ellos" no les importa que nosotras estemos acá, si es por "ellos" nos quedamos acá toda la vida…"

"y porque dicen y… les paso esto o lo otro y dicen que se jodan, que se queden ahí y bueno… te dejan ahí"

S "…desde el juzgado no nos dan respuestas. La verdad es que no se que pasa"

S "… acá adentro hay cierta incertidumbre porque bueno la comida siempre igual, todo es igual"

S "…a la noche comí tres bocados de carne y me di cuenta de que la carne estaba podrida, fue la única vez que hicimos bardo por la comida…y no se porque no quedo nada escrito…", "… en la parte de la secretaría no tenemos materiales, para los cursos… no quiero estar mas acá y bueno… haciendo estos cursos es como que te distraes, te vas de este lugar, nuestra mente se va"

Teniendo en cuenta el proceso de institucionalización de las cuales fueron objeto las jóvenes del instituto Inchausti, es dable afirmar que se han vulnerado sistemáticamente sus derechos, aparece en las jóvenes una sensación de desprotección y de ocultamiento de las situaciones problematicas que padecen cotidianamente, pese a los dispositivos de la Convención de los Derechos del Niño, que los posicionan como sujetos de derecho y titulares de garantía.

Desde las agencia de control punitivo, existe una clara demonización de algunos adolescentes y jóvenes como sujetos nocivos y portadores de atributos peligrosos, la mirada es que ya nada puede hacerse mas que librarse de ellos. La Lic. Palacios decía lo siguiente:

BP " … cuando solicitamos la posibilidad de algún beneficio para las chicas, la posibilidad de una licencia, t pasar alguna fiesta en la casa, de pasar algún cumpleaños con la familia, se hace muy difícil, por eso te dicen: …la causa es grave y punto final, la chica es peligrosa, no se la puede excarcelar."[77]

Tamar Pitch, analiza los concepto de abandono y peligrosidad social, "sostiene que "peligroso" es aquello que la red de servicios expulsa o lo que a ella escapa o resiste: todo lo que no es gobernable a las reglas operativas de las agencia de control social por ende la peligrosidad social es elaborada en términos terapéuticos, reclaman intervenciones custodiales y repuestas en términos de seguridad desde el sistema penal".[78]

Se hace necesario considerar que los niños, adolescentes y jóvenes reciben la "marca" de la violencia institucional, cada vez que son "tocados" por el sistema de control social duro a través de la institucionalización; este sistema de exclusión social recluta mayoritariamente una población pre-definida: Adolescentes y jóvenes de sectores populares considerados peligrosos. La Lic sostiene en relación a esto último:

BP "…la mayoría de las chicas proviene del conurbano, de todos los municipios, del primer cordón y segundo cordón de Buenos Aires…..", "… muchas chicas viven en ranchadas en las estaciones, constitución, Once, Retiro…"

" …de sectores socio-económicos bajos o medio bajos, mayoritariamente sectores populares que viven en las villas o de barrios populares cercano a las villas."[79]

Hablar de violencia institucional es la contra cara de los dispositivos que deberían garantizar el ejercicio de una ciudadanía plena; el sistema penal de menores aparece como violento porque ensancha la brecha entre lo que marca la verdadera ley acerca de sus derechos y la justicia que se aplica vulnerando los mismos.[80]

El tratamiento de la vulneración de derechos y la protección de sujetos vulnerados debe ser asumido por el Estado, a través de sus instituciones de seguridad social traducidas en políticas sociales que resguarden el derecho de los jóvenes. Al no haber respuestas concretas por parte del Estado, esta situación produce desamparo en la población juvenil y situaciones de riesgo social para los mismos, con la consecuencia de ser considerados peligrosos para la sociedad. En ese sentido, se legitiman las estrategias de intervención social y políticas por parte de agencias de seguridad ("policía, justicia, instituto de menores) , que aseguren un mantenimiento del orden social ".

En el caso de los institutos, los niños pueden ingresar por una causa asistencial o penal. Es muy común que vayan deambulando por numerosas instituciones durante sus vidas, según sus circunstancias. Pero la primera experiencia es el paso por comisarías (si son chicas/os que cometieron delitos) o en las casas llamadas de admisión (niñas/os que son separados de sus padres por maltrato, enfermedad), donde viven a veces largo tiempo hasta tener una resolución judicial, esto se da además en los institutos como el Inchausti. La joven S decia lo siguiente:

S "..de la causa no tengo novedades, como que no hay un tiempo limitado, que me digan mirá, vas a estar tanto tiempo, estoy esperando a que termine la feria y ahí arrancar otra vez….. ver que me responden , ver que pasa…no se nada.."

La realidad del encierro sufrido por los niños, es vista dentro de un proceso resocializador, para que el niño aprenda a vivir en sociedad. Los resultados al recobrar la libertad, en cambio, son visibles: mayor deterioro en la persona, más resentimiento y una sociedad despreocupada que sufre las consecuencias. El sistema permite que sean recluidos en albergues sólo por el hecho de pertenecer a familias pobres, cumpliendo medidas judiciales de encierro que implican verdaderas penas. Los adolescentes que cometieron algún delito y se encuentran privados de libertad por la justicia penal, no gozan en plenitud de los derechos y garantías reconocidos por la Convención de los Derechos del Niño.

En el próximo capitulo intentaré analizar y describir como se desarrolla el proceso de "reinserción social" de las adolescentes en conflicto con la ley dentro la institucion y por fuera de la misma, así mismo ver quienes participan en dicho proceso.

Para ello se hace necesario describir brevemente: el modelo neoliberal, el rol del Estado, la lógica actual de las Políticas Sociales y el fenómeno de la focalización de los programas sociales en los nuevos escenarios sociales vinculados a la nueva cuestión social. Luego de esto, analizaré las acciones del Trabajo Social en el proceso de "reinserción" y sus estrategias profesionales en el trabajo con las jóvenes y sus familias en el contexto actual.

IV – CAPITULO TRES

El proceso de reinserción Social

3-1) El escenario Socio-económico actual

3-1-1) El papel del Estado

A partir de las modificaciones en el mercado de trabajo suscitadas a mediados de la década del 70, y la crisis de la deuda externa en América Latina durante los "80; se han generado cambios en la estrategia económica en la región que tienen como ejes centrales de partida los acuerdos dados en el Consenso de Washington (CW) en adelante[81]

Con el CW, se destierran las políticas intervencionistas del Estado y comienzan a implementarse políticas de neto corte neoliberal, tanto en lo económico así como también en lo que respecta a Políticas Sociales.

Esta lógica neoliberal, concibe la sociedad como el espacio neutral de relaciones de cooperación y la política como el proceso de negociaciones entre sujetos autónomos que, puestos en supuestas condiciones de igualdad, convienen libre e igualitariamente las bases del sistema político.[82]

La realidad sociopolítica, muestra formas ilegítimas e ilegales de violencia estatal y por sobre todo una profundización de la desigualdad y la injusticia sin precedentes que, paradójicamente, se legitiman en nombre de la "democracia".

Los principios, libertad y equidad, como pilares de la democracia neoliberal fallan a la luz de la experiencia, pues es imposible que tal régimen exprese realmente libertad alguna con un sujeto social fragmentado justamente de la profundización de las desigualdades sociales antes mencionada.

Lo antedicho fundamenta la multiplicidad de consecuencias sociales generadas o reforzadas por ese proceso desigual de globalización del capitalismo: aumento de la exclusión social y espacial, estancamiento salarial, incremento del desempleo estructural y aumento del sentimiento de inseguridad laboral, desbaratamiento del movimiento gremial, debilitamiento de las identidades, solidaridad de clase y flexibilización de los derechos sociales.[83]

Este escenario es consecuencia del deterioro del papel del Estado que se ve desdibujado, por las nuevas condiciones internacionales de producción y comercialización, que restringen su desenvolvimiento económico y su rol de garante de cohesión e integración social.

Esta situación, ha implicado el debilitamiento de la democracia, a través de una marcada fragmentación social que atenta contra la identidad colectiva y la organización social, lo que ha implicado en definitiva la reducción de los derechos de los ciudadanos.

3-1-2) El significado de ser Ciudadano

Tradicionalmente, la ciudadanía es concebida como un conjunto de derechos civiles; individuales y políticos. Sin embargo, la ciudadanía no es simplemente un status legal definido por estos derechos formales.[84]

Los derechos sociales tienen primacía, ya que son reconocibles por pertenencia a una sociedad y garantizan la calidad de miembro de la misma. Son estos mismos derechos, los que permiten que las personas resuelvan sus necesidades básicas y puedan acceder a los derechos civiles y políticos. Por lo tanto la ciudadanía social es habilitante de la civil y la política.[85]

En nuestro país, la imposición del modelo neoliberal trajo también como una de sus consecuencias, una visión muy particular de los derechos sociales y la ciudadanía; los derechos sociales no son "para todos", ya que están sujetos a la disponibilidad de recursos del Estado.

Por lo tanto, aparece un escenario de democracia formal, donde no se garantiza el acceso a las necesidades básicas de los ciudadanos tales como a la salud, la educación y la alimentación, que deberían garantizarse a través de a políticas sociales.

Los jóvenes en situación de vulnerabilidad sociopenal y sus familias, aparecen en este escenario como "no merecedores" de ningún tipo de ayuda por parte del Estado y la sociedad civil. Son vistos como ciudadanos de segunda y aparecen relegados de toda atención desde las políticas sociales.

El sistema de control social formal e informal estuvo históricamente impregnado de una visión represiva, aparece en el imaginario colectivo con ideas estigmatizantes en relación a estos jóvenes y sus familias. Estas representaciones se traducen, entre otras, en manifestaciones públicas como las que organiza el ingeniero Blumberg,[86] que movilizan a determinados sectores sociales que condenan a estos jóvenes y piden mas represión o endurecimiento de las penas. Desde esta mirada, todas estas consideraciones alientan el fracaso de una política social para estos sectores de la población.

Las políticas sociales actuales en tanto no universales, son políticas de exclusión: no cumplen con los derechos de estos niños, no los protegen del maltrato social, piden disciplina y acatamiento de normas, a pesar de que el Estado aparece como el principal defensor de los Derechos de los Niños.

3-1-3) Las Políticas Sociales[87]actuales

La retracción del Estado, cedió espacios al capital privado que opera tanto en la esfera económica como en la del bienestar social, (que antiguamente estaba en manos del Estado); la supremacía del mercado sobre el Estado que los propulsores del modelo proponen, impugna la función social del Estado convirtiéndolo en un "estado mínimo".[88]

Esta retracción estatal en su tradicional rol regulador y redistributivo, implicó que el mercado de trabajo sufriera una evidente precarización y un fuerte aumento del desempleo; y por otra parte el mencionado proceso de concentración económica produjo una polarización social inusitada en nuestro país. El mercado de trabajo se fragmenta y se torna expulsivo.

De este modo se produce en nuestro país una caída vertiginosa del salario llegando actualmente a los niveles más bajos de la historia, y un incremento importante en el subempleo y desempleo, lo cual produce un empobrecimiento generalizado de la clase trabajadora y la incorporación de nuevos grupos a la condición de pobreza o extrema pobreza.

A la vez se observa una reducción abrupta del gasto social, donde las políticas sociales se convierten en focalizadas y residuales, meras políticas asistenciales que sólo dan respuestas a situaciones puntuales, mientras que las franja de pobres aumenta. Del mismo modo la reducción del gasto público afecta a las políticas sociales tradicionalmente universales de salud, educación, vivienda y de seguridad social.

La suma de estos factores, ha contribuido al deterioro de las condiciones de vida de un gran sector de la población, especialmente a los llamados "pobres estructurales" que empeoraron sus condiciones de vida y profundizaron sus niveles de marginalidad.

En este contexto se presentan las políticas sociales como aisladas de las políticas económicas, los problemas sociales son tratados aisladamente y en forma de focalizacion del gasto social. Dentro de esta lógica emergen programas selectivos de lucha contra la pobreza, como parte de un proceso de descentralización estatal.[89]

" La estrategia de focalizar el gasto social en programas selectivos dirigidos a los pobres, ha permitido la remercantilización de los beneficios sociales, la capitalización del sector privado y el deterioro y desfinanciamiento de las instituciones públicas".[90]

El proceso de empobrecimiento provocado por las medidas económicas neoliberales, combinado con su ataque a los derechos sociales ha dado como resultado un alto grado de conflictividad social.

En este panorama llamado como"nueva cuestión social"[91] es definido por Castel como: "(…) la inquietud acerca de la capacidad para mantener cohesión de una sociedad", aparece con renovada fuerza y un alto grado de conflictividad social y política; ya que la aplicación del ajuste y el simultáneo ataque a los derechos sociales ya vigentes; dan como resultado procesos que derivan en estallidos sociales y muchas veces resistencia organizada.[92]

Desde esta caracterización se puede analizar que, en la actualidad las políticas sociales del Estado, son meras políticas asistenciales segmentadas en relación a la concepción de problemas sociales y estigmatizantes en función de la concepción de ciudadanía que ellas conllevan. No constituyen un modo de acceso real a los recursos y no incorporan a la categoría de ciudadanos a vastos sectores excluidos de la sociedad; sólo cumplen un papel de respuesta puntual y transitoria a problemas fragmentados y constituyen un mecanismo de control social[93]

En este contexto particular de escasez de recursos y de políticas focalizadas, el Trabajo Social (que tradicionalmente aparece en el marco de las políticas sociales como un mediador entre las necesidades y los recursos), redefine su accionar a través de estrategias de intervención vinculadas a la restitución de derechos más que a la provisión de recursos.

El Trabajo Social aparece en el Instituto Inchausti de una manera particular y novedosa, en medio de la labor institucional que atraviesa la profesión, desde una mirada conservadora y de control social. Veamos dicha labor en el marco de los condicionamientos institucionales y de las políticas sociales. Primeramente voy a definir el campo de acción del Trabajo social y una breve historia de sus comienzos, para luego describir las características de la disciplina profesional en la actualidad.

3-2) El trabajo del Trabajo Social: Un saber especializado

3-2-1) El ayer del Trabajo Social

El Trabajo Social tradicionalmente ha basado su rol fuertemente en una acción "educativa", que intenta incidir en la vida personal y familiar de los destinatarios de sus acciones y de esta forma ejercer control social en su vida cotidiana.[94]

En ese sentido el espacio de intervención del Trabajo Social se plantea desde las políticas sociales del Estado y es desde ellas que se pretende implícita o explícitamente un tipo de intervención, vinculado a mantener un determinado "orden social"

Durante sus comienzos, la actividad profesional aceptaba las desigualdades de clase, de género, de raza, ubicándolas en el terreno de lo individual o lo patológico como disfuncionalidades a ser corregidas. Por lo tanto el ajuste, la corrección, la adaptación y el disciplinamiento, son conceptos que no reconocen los derechos universales de los hombres de libertad e igualdad, inscriptos en la modernidad.

" Desde esta mirada el destino de los hombres estaba "pre-establecido", según su pertenencia a determinada clase social, etnia, cultura, posesión de ciertas enfermedades o conductas que atentaran el orden establecido; en muchos casos hasta los rasgos físicos, sin posibilidad de cambios y lógicamente sin derechos vivir dignamente".[95]

Otra tarea que se le otorgó al trabajo social, estaba vinculado a la tarea de capacitar y disciplinar para la producción y el trabajo, pero al mismo tiempo hacia aceptar resignadamente la imposibilidad del consumo, haciendo hincapié en las características psicosociales de los sectores que recibían servicios sociales bajo la forma benéfica y paternalista del Estado.

Posteriormente asume una perspectiva científica y de razón instrumental, estableciendo topologías y clasificaciones, procedimientos y orientaciones tendientes al control, subordinación y manipulación de los sectores con los cuales trabajaba, utilizando la moral y la obediencia como sustento de su discurso, reduciendo su intervención a procesos burocrático- administrativos. Con esta mirada, era negada toda posibilidad de ejercer una razón emancipadora de los sujetos con los que trabajaba. [96]

De acuerdo a este análisis escueto, el Trabajo Social en cuanto profesión y en cuanto práctica, en su emergencia e institucionalización, adhiere a la racionalidad positivista y se opone al proyecto de la modernidad que busca emancipar al hombre desde el carácter igualitario basado en su condición humana.[97]

La visión de la intervención como un conjunto de acciones que tienen un sentido de "ayuda" a los sufrimientos sociales de los individuos,, es una perspectiva doctrinaria que tiene sus antecedentes en las practicas de caridad y la filantropía.

Con Mary Richmod se introdujo la idea de procedimiento desde el momento de la recepción de la demanda hasta el momento de la solución. El tratamiento del "caso social" se traslada al método de grupo y comunidad como parte de la institucionalidad que alcanzo la intervención. En este sentido el conocimiento del objeto de intervención se construye a partir de un conjunto de evidencias extraídas de la realidad, mediante la actividad sensible del profesional y el contexto de verificación y la solución a las dificultades del cliente estaría supeditada esas etapas de acción. Estas etapas son estudio, diagnostico y tratamiento, organizados con una lógica lineal.

Este método permite decidir el carácter de la demanda y su respuesta correspondiente. El diagnostico parte de hechos observables de la realidad, son considerados como hechos naturales, posibles de clasificación y estratificación. En onces los hechos sociales son similares a los hechos naturales, cuyas regularidades son captadas por los sentidos. Las dificultades de las personas y sus familias, tiene una explicación causal, neutra y objetiva, libre de juicios de valor e ideología.[98] Veamos como es el Trabajo social actual.

3-2-2) Definiendo hoy la intervención profesional

Como se expreso anteriormente, el Trabajo social, aparece en un contexto donde lo social adquiere el carácter conservador y normatizador. Dice Marilda Iamamoto respecto a la ubicación de la disciplina y el significado social que adquiere en el sistema capitalista: "… es uno de los elementos que participa en la reproducción de las relaciones de clase y de la relación contradictoria entre ellas"… " es parte de la reproducción de las relaciones sociales y no esta separado de las implicancias socio históricas en las que se desarrolla el proceso de acumulación del capitalismo y de las reglas de juego respecto de las toma de decisiones que hacen a la institucionalidad del estado y de los estilos de dominación en delación a la cuestión social"[99]

El Trabajo Social desde su génesis no tiene entidad propia, esta atravesado por estas variables que expresan su relación con los procesos socio-políticos de los sectores dominantes, respecto de la direccionalidad que se le da a la acción social del estado.

En este sentido la intervención del trabajo Social se desarrolla a partir de las manifestaciones de la cuestión social que afectan directamente la reproducción social de los sujetos, a partir de que los problemas que surgen de la lógica de la organización capitalista, dicha problematización es abordada con herramientas e instrumentos operativos derivados de la perspectiva teórica que fundamenta la intervención y estará dirigida a sectores sociales en situación de desventaja o con amenaza o violación de sus derechos.[100]

En el capitulo dos se analizó como opera el poder disciplinario y las formas de control social. En ese sentido,Foucault en Vigilar y Castigar[101]muestra de que manera nace la prisión y por que se convierte en la forma privilegiada de la penalidad. El autor muestra como las disciplinas, la vigilancia y el control aparecen en todo el espacio social ( escuelas, hospitales, instituciones de bienestar social) , esta disciplina apunta a los cuerpos para hacerlos dóciles y útiles.

Teniendo en cuenta que los "problemas sociales" son construidos como objetos de intervención y que el Trabajo Social se estructura en el Estado, es dable pensar que la tarea fundamental es regular las conductas sociales a través de normas, códigos y clasificaciones que aparecen como formas de control social. No se puede negar a partir de esto, que el Trabajo social aparece inscripto en una situación de poder dentro del aparato del Estado.

En la actualidad dicha de intervención en la esfera del Estado, tiene un desafío ante la nueva cuestión social que tiene como escenario social características de: fragmentación social, desempleo y precarización laboral, vulnerabilidad, exclusión y pobreza, y que no puede dejar de analizar estas situaciones, como manifestaciones de dicha cuestión social y no como cuestiones privadas de los sujetos.

Este desafío aparece, con un Trabajo Social comprometido con practicas ético-profesionales que redescubre alternativas y posibilidades para el trabajo profesional, formulando propuestas para intervención con jóvenes y sus familias ( para el caso del Inchausti) que sean solidarias con el modo de vida de sus miembros, considerándolos no solo victimas del sistema, sobre todo, como sujetos que luchan por la preservación y conquista de su vida.[102]

Desde esta óptica M. Iamamoto sostiene que "ofrecer perspectivas exige el esfuerzo de descifrar el movimiento societario, situando el Trabajo social en la dinámica de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil". [103]

Sostiene L. Barg "Aprender la cuestión social es aprender como los sujetos la vivencian, descifrar las condiciones de vida de los sujetos y los grupos con quienes se trabaja. Este momento histórico aparece como la oportunidad para que el Trabajo social pueda romper con la relación tutelar del Estado y traiga propuestas nuevas de trabajo".[104]

En síntesis, aparece hoy un Trabajo Social comprometido con: la defensa de los derechos humanos, con el rechazo de toda forma de autoritarismo, con la construcción de ciudadanía y con la defensa de los derechos sociales como foco del trabajo profesional.

El Trabajo Social, como una de las disciplinas que interviene en la problemática de los adolescentes en situación de vulnerabilidad sociopenal dentro del instituto Inchausti, no posee estrategias de intervención estandarizadas para el abordaje de dicha problemática. Las estrategias son construidas en la cotidianeidad de la práctica profesional, partiendo de una metodología que marca el camino a seguir en este proceso, teniendo en cuenta la particularidad de cada caso y los objetivos de la institución en la cual esta inserto. Veamos los aspectos del objeto de intervencion intervención.

3-2-3) El objeto de intervención del Trabajo Social

La determinación del objeto de intervención es una construcción teórico-práctico en el sentido que toda intervención tiene una matriz teórica que la sustenta y un instrumental metodológico que le permite recrear dichos conceptos en la realidad social.

Realidad y conceptos se relacionan dialécticamente como construcción de un saber especializado y mediado por una metodología.

Sostiene M. R. Pagaza que en Trabajo Social, el objeto de intervención es pensado en la perspectiva del campo problemático, el cual es a su vez, una construcción del pensamiento basado en datos que aportan a la comprensión de la relación sujeto-necesidad. [105]

El objeto de intervención se construye entonces, desde la reproducción cotidiana de la vida social de los sujetos en la relación contradictoria entre capital y trabajo, explicitada a partir de múltiples necesidades producto de las desigualdades sociales, es expresión o producto de la de la cuestión social que es entendida como "…La expresión contradictoria entre capital y trabajo, no agotándose únicamente a esta relación sino que se expresa en un conjunto de desigualdades sociales que le imprimen a la sociedad un carácter de explotación de los sectores mas desfavorecidos…", "… así mismo se refiere a las dificultades que tiene el estado para interpretar y organizar las decisiones respecto de la solución de los llamados problemas sociales"[106] que llegan a las instituciones como demandas y carencias para ser canalizadas.

"En este contexto las prácticas sociales reproducidas por los distintos actores sociales están connotadas de experiencia histórica, por lo que sus acciones sociales tienen distintos intereses, motivos y razones y el objeto de intervención nace en la interrelación de éstos".[107]

El problema de "Los adolescentes en conflicto con la ley penal", emerge de la denominada cuestión social y esta relacionado con el origen de la intervención profesional dentro del Instituto Inchausti, que se inscribe en la esfera del Estado.

Este "problema social" descripto, es un aspecto determinado y recortado de la realidad social y que da origen a la intervención del trabajo social; esta delimitación del campo problemático esta relacionado con dicho recorte de la realidad con el fin de transformarla. Entonces, el campo problemático es la "porción" de la realidad sobre la que se va a trabajar

Para poder comprender el objeto de intervención como campo problemático es necesario desarrollar el concepto de intervención profesional que de cuenta de la naturaleza de dicha intervención, a fin de recuperar el sentido de la construcción del mismo.

3-2-4 La intervención profesional

Coincidiendo con Alfredo Carballeda, el proceso de intervención profesional del Trabajo Social, puede ser pensado como "…la puesta en acto de un trabajo o acciones a partir de una demanda social (solicitud de intervención) que se desarrolla en el marco de una especificidad profesional"[108]. El mismo autor, señala que la intervención implica una relación de autoridad, quien interviene lo hace porque está legitimado socialmente, a partir del reconocimiento del ejercicio profesional autorizado en base a un status legalmente constituido. De allí se infiere que la autoridad de un trabajador social dentro del Instituto Inchausti, sea mas fuerte por tratarse, en tanto que la misma proviene del Estado. [109]

Intervenir implica la construcción de cierta lógica del acontecimiento fundante de la demanda y desde cierto marco teórico o campo de saber. La demanda puede provenir de un sujeto que acude a la institución, a su vez la demanda puede ser generada desde las instituciones, desde las agendas de las políticas publicas, desde los medios de comunicación de masas, desde la opinión publica, es decir sintéticamente, de la visión que tiene una sociedad, acerca de una situación que se constituye o se lo concibe como problema social.

En ese sentido, dicha intervención desencadena expectativas que se vinculan a la construcción simbólica y representaciones de quien interviene. Entonces, una modalidad de intervención sumada al marco conceptual, la teoría implícita y el contexto institucional, dan lugar a una cierta forma de intervención. Esta intervención en lo social implica una dirección definida desde la demanda, en relación con la denominada "cuestión social".

La intervención es planteada en relación a la delimitación de un territorio, el espacio o lugar de la cuestión social que constituye el campo problemático.

Siguiendo a Carballeda," Esta intervención se inscribe sobre quien se interviene, genera a su vez una impronta institucional y desencadena una serie de dispositivos e instrumentos en ésta y supone un camino metodológico".[110]

Es importante desarrollar la metodología de trabajo para seguir profundizando en la comprensión de la labor del trabajo social.

3-2-5) Metodología de intervención del Trabajo Social

Rozas Pagaza, entiende por metodología de intervención en Trabajo Social

" …a un conjunto de procedimientos que ordenan y dan sentido a la intervención…", pero además como "…estrategia flexible que permite una reflexión dialéctica u critica acerca de las situaciones sobre las cuales se interviene…"[111]

En esta metodología la autora incluye tres momentos: inserción, diagnostico y planificación, a estos momentos la autora le agrega la investigación y la evaluación como aspectos que aportan a esta metodología de intervención en un proceso continuo.

Estos momentos no son lineales y rígidos, sino flexibles de acuerdo a los cambios que se presenten en la realidad. Esta metodología de intervención ayuda a ver la práctica en un contexto más amplio, siendo este aspecto central para definir el lugar del sujeto con quien se interviene, en el marco de la intervención profesional.

El primer momento refiere a la inserción, esta nos remite al primer acercamiento a la realidad susceptible de intervención. Es una aproximación que permite el conocimiento de los aspectos mas generales de la problemática. En el caso del Instituto Inchausti, lugar donde se alojan a las jóvenes que provienen de los juzgados, la inserción se corresponde al momento que se toma conocimiento de la situación procesal de la joven y a través del primer contacto con la misma. Esta demanda da comienzo a la intervención profesional propiamente dicha. Es en este momento, en que se produce el primer acercamiento del profesional frente a la jóvenes y sus familia, su entorno mas próximo, para ir planteando las primeras preguntas a investigar y ciertas hipótesis sobre lo que esta sucediendo en la vida de la joven y su familia.

El conocimiento adquirido, durante la inserción y posteriores instancias de acercamiento al campo problemático, van a permitir la obtención de información susceptible de ser analizada. A partir de la interpretación de los datos contrastados con las categorías de análisis que conforman el marco de referencia[112]del profesional, se arribara al diagnostico correspondiente. Este diagnostico es definido por R. Pagaza como " un momento de síntesis de un proceso de conocimiento que se ha generado desde la inserción del profesional en el contexto particular de su intervención , con el fin de indagar sobre el campo problemático"[113]

Este diagnostico adquiere un significado particular cuando se incluye la perspectiva de los actores sociales en la problematización de la realidad, teniendo en cuenta la visión que tienen los mismos acerca de sus propias vidas, su historia y sus necesidades. Un diagnostico de estas características permite una mirada critica y desnaturalizada de los problemas sociales, posibilitando una intervención transformadora.

Trasladando esta metodología al ámbito del instituto Inchausti y dentro de la problemática de los adolescentes judicializados, el diagnostico se basa en los relatos de las jóvenes acerca de sus vidas, sus percepciones, sus historias y también sus necesidades y desde otro lugar los acontecimientos que dieron origen a la detención, etc., es decir que el trabajador social lleva acabo una investigación que incluye diversas acciones: Entrevistas con las jóvenes, con la familia de la misma, con amigos, referentes significativos etc.

A todo ello, se suma la información que se obtiene de otras disciplinas que intervienen en el caso y de los juzgados, con el fin de lograr una mirada integral acerca de estado psicofísico y social de las jóvenes internas.

La información recabada durante la investigación es la que permite arribar a un diagnostico situacional. Una vez que es definido el campo problemático sobre el cual se llevará a cabo la intervención, es necesario establecer como se llegara al objetivo planteado. Para ello la planificación es el proceso que ayuda a decidir en forma anticipada que se quiere lograr, como lograrlo, cuando, con que recursos, donde y para quienes.

En esta etapa se diseñan de manera ordenada y lógica las actividades para alcanzar los objetivos que se propone la intervención. Este es el momento en el cual se van a construir estrategias mas eficientes y eficaces para cada situación particular.

En el caso de la situación de vulnerabilidad sociopenal que presentan las jóvenes del Inchausti, el objetivo que se proponen los trabajadores sociales tiene que ver primero con el cese de la victimización y de la vulneración de sus derechos, para luego abordar un plan de trabajo que contemple la restitución de los derechos vulnerados y la evitación de situaciones delictivas futuras. Para esto se tienen en cuenta diversos aspectos de la situación social de la joven y su entorno familiar.

3-2-6) Estrategias de intervención profesional en el Inchausti

Las transformaciones acaecidas en los últimos años en nuestro país provocaron importantes cambios en los mercados laborales, en la actividad estatal y los servicios públicos. Los bienes públicos como la salud, la educación y la previsión social se han deteriorado, impactando en la calidad de vida de los grupos y familias que a ellos acceden[114]

En relación al contexto familiar inmediato, las situaciones de empobrecimiento, desestructuran y reestructuran nuevas formas de organización familiar[115]incidiendo en la aparición de diversos conflictos en la trama vincular que impactan en los procesos de reinserción social de las adolescentes en conflicto con la ley penal. Por ello, es pertinente tener en cuenta estas variables, para desarrollar procesos de intervención claros y contextualizados.

Desde esta mirada la intervención del Trabajo Social, no se trata sólo de una aplicación de herramientas y recetas que brinden soluciones puntuales y recortadas a los "problemas sociales" de las jóvenes; si no mas bien dicha intervención, es pensada desde la comprensión de la realidad, buscando transformar el modo de relaciones sociales que de él se derivan.

El Trabajo Social tiene su especificidad, sus saberes instrumentales y su perspectiva teórica al servicio del fortalecimiento de las organizaciones y de las personas, en la conquista de sus derechos sociales y políticos. En ese sentido, busca la ampliación de la ciudadanía y la democratización de las relaciones que actualmente se encuentran fragmentadas el escenario social y que atraviesan a las jóvenes internas.

La intervención del Trabajo Social en el Instituto Inchausti, puede pensarse a partir de un rol que excede lo meramente asistencial y la gestión de recursos materiales, para incursionar en el campo de la promoción, protección y rehabilitación de las jóvenes internas y sus familias y que se vinculan a las situaciones problemáticas que vivencian.

No se trata aquí de dar cuenta exclusivamente del aporte específico que puede brindar el Trabajo Social a partir de su especificidad dentro de la institución, sino pensar en la mirada interdisciplinaria que opera en la misma, a través de la integración de saberes de otras disciplinas. En ese sentido, la confluencia de las distintas miradas disciplinares de la Psicología, el Trabajo Social, la Medicina y del Derecho, allanan el camino para la comprensión integral de las situaciones problemáticas que presentan las jóvenes internas dentro de la institución de encierro.

Expresa Kisnerman que "…la interdisciplinariedad articula dos o más disciplinas, en un equipo de trabajo, con un código y una metodología compartidas..(…)El abordar de esta manera un objeto en la práctica profesional anticipa nuevas y más fructíferas perspectivas tanto a la acción, como a la producción y a la enseñanza¨.[116]

En este campo disciplinar el Trabajo Social, aparece con una mirada diferencial en relación a las jóvenes y sus derechos. Este tipo de mirada se vincula a ver a las jóvenes como sujetos de derechos, de acuerdo a como lo postula la CDN.

Esta mirada otorga un tipo de intervención profesional, que no solo toma en cuenta la individualidad de las jóvenes, sino que le da importancia al contexto de socialización donde provienen. Esta concepción encuentra restricciones para verse materializada, principalmente debido al predomino de la mirada psicopatológica o de la mirada de la desviación social que recae sobre estas jóvenes y que se impone desde la institución.

Esta situación se constituye en un obstáculo al momento de definir estrategias de intervención en el proceso de reinsersión social de las adolescentes, sumada a la supeditación de la disciplina al campo de la justicia y los delineamientos institucionales.

En la práctica cotidiana el Trabajo Social dentro de la institución, se encuentra frente a jóvenes en situaciones de vulnerabilidad sociopenal, con derechos vulnerados, historias de vínculos sociales conflictivos o desarticulados, dificultades para el acceso a un proyecto de vida propios, pero también con saberes y potencialidades.

De aquí la importancia en un primer momento de la intervención, de acceder al mundo de la joven con el fin de ir estableciendo a partir de su relato y su historia de vida: sus fortalezas y puntos de anclaje que permitan una posterior planificación de un proyecto de vida, las situaciones objetivas que la han llevado a caer en situación de encierro institucional, así mismo las situaciones problemáticas que se desplegaron en los diferentes escenarios cotidianos y que se vinculan a vulneración de sus derechos.

La intervención del Trabajo Social tendrá interés en transferir autonomía y hacer su aporte a los procesos de construcción de identidades sociales, desde la mirada de los Derechos del Niño teniendo en cuenta la singularidad del sujeto y su particularidad en el marco de los derechos humanos.

Así, la intervención profesional se concibe como un "proceso de acompañamiento, indagación, diseño de alternativas, que parte de un ECRO, definido por una opción que es humanista y política".[117] Intenta superar a las necesidades sociales insatisfechas como su punto de partida, tratando de pensar en una intervención, centrada en los intereses de las personas y que pueden coincidir o no con las necesidades "objetivamente vistas por determinado agente externo o las necesidades de la institución."[118]

La intervención del trabajo social dentro del instituto Inchausti, esta atravesada por las demandas de las jóvenes en términos de derechos, por las directivas del poder judicial y el marco referencial y metodológico de la institución, que imprime una impronta particular de trabajo.

En relación a las tres demandas, el Trabajo social debe articular estrategias de acción creativas parta cada caso en particular que presentan las jóvenes y que son vistas como situaciones problemáticas.

El Instituto Inchausti en tanto institución de régimen cerrado, se rige por directivas del ámbito judicial básicamente, ya que las jóvenes que ingresan lo hacen a través de los juzgados de menores. Esta situación representa un grado de supeditación a las decisiones de los jueces, no se pueden realizar acciones que no estén debidamente autorizadas por oficio judicial. El servicio social debe acatar las decisiones que se emanan del órgano judicial, más allá de la mirada ideológica del trabajador social que interviene.

Un profesional, si bien tiene la posibilidad de dar a conocer su postura sobre las situaciones en las que interviene, ésta no siempre será tenida en cuenta, ya que el informe social que realiza no es determinante de la situación procesal de una joven.

Desde esta práctica institucional, se constituye así el Trabajo Social en un saber auxiliar, al cual puede recurrirse cada vez que lo decide un "superior jerárquico, el juez", que pertenece a otro campo de conocimiento: "el derecho".

El instrumento de comunicación entre el juzgado y el servicio social, es el informe social, con este instrumento es posible articular la intervención profesional con el juzgado. Este instrumento se constituye en el lugar privilegiado de producción saber- verdad del profesional y es la herramienta que permite dar a conocer su postura e incluir la información que considera pertinente, estableciendo alguna estrategia o línea de acción.

Se advierte entonces, que el Trabajo social en este tipo de instituciones con características de régimen cerrado, además de intervenir de acuerdo a sus propios lineamientos teóricos, metodológicos e ideológicos acordes a su campo de saber, debe responder a los objetivos y a las exigencias de la institución, ya que depende laboralmente de ella. Esta cuestión se configura como un obstáculo para el desempeño profesional y aparece en el momento de delinear acciones tendientes al proceso de reinsersión social de las jóvenes internas en el Instituto Inchausti, mencionado anteriormente.

En el apartado que sigue, se analizará como es el proceso de reinsersión social de las jóvenes y quienes participan en dicho proceso.

3-3) Los participantes: el trabajo de reinsersión

3-3-1 El rol profesional del trabajo social

Entiendo por reinsersión social siguiendo a Ander-egg "Al proceso mediante el cual se trata de reinsertar a la vida social a una persona que ha vivido marginada y excluida, durante un cierto tiempo, del medio social al que pertenece. De ordinario, se trata de personas que han estado institucionalizadas que se reincorporan a la vida social" [119]

Desde la labor del Trabajo Social y del equipo técnico de la institución, el proceso de reinsersión social se vincula a la tarea de generar condiciones psico-sociales favorables en las jóvenes, para que al momento de volver a su lugar de residencia, pueda mejorar su calidad de vida y evite caer en conductas o situaciones transgresoras de la ley. La trabajadora social M, decía al respecto de esto:

M " … es volver a tu lugar de pertenencia , tratando de que no se repitan ciertas conductas desfavorables o intentar cambiar algunas de las condiciones para que no se repitan los mismos hechos…"[120]

Lo que se puede apreciar a partir del testimonio la trabajadora social, es que las jóvenes son encerradas por sus conductas trasgresoras, en ese sentido, lo que se busca desde la intervención profesional y la institución, es que el sujeto procure mejorar su conducta, dado que esto fue lo observado jurídicamente y no a la joven con sus problemas socioeconómicos. Esto tiene que ver con las condiciones "pedagógicas" que la institución propone y que es consecuencia del control social.

Por medio de estas orientaciones, se estaría " induciendo " a la joven a adquirir sus propias herramientas resocializantes. Aparece la idea que si el factor ausente en el "afuera" fue la falta de límites, la falta de afecto, pautas de convivencia desfavorables, falta de valoración de si mismo, abandono y el maltrato debería generarse en el "adentro"institucional. Esto ocurre así, las jóvenes provienen de familias desarticuladas y pobres, fueron victimas de vejaciones y abusos, vivieron situaciones de marginalidad y exclusión social y desde la institución se le brindan elementos materiales, simbólicos y afectivos que no vivieron en el "afuera". Esta es una contradicción constante, porque a las jóvenes se le generan condiciones de existencia favorables dentro de la institución y que al momento de la externación no pueden sostener, porque vuelven al mismo lugar de residencia que no fue modificado.

Este sistema-sanción se configura como de castigo y pretende que las jóvenes se apropien de elementos que le permitan al autocrítica y que le conduzcan a trazarse un camino hacia la revalorización social dentro de su familia y dentro de su ámbito social, con el fin de mejorar su calidad de vida, situaciones que no se dieron al momento de la internación.

Vicente Faleiros decia al respecto" La teoría de lo deseado y lo posible, se enfrenta con la realidad, donde son utilizadas ciertas variables como determinantes, cuando solo intervinientes, y por las cuales el proceso pedagógico decae…(…)…el sujeto es elevado a la categoría de objeto de transformación, a quien el escultor (institución) debe golpear como a la roca ( individuo) para moldear su obra"[121]

Las acciones que se lleva a cabo el Trabajo Social desde la institución, tiene como finalidad la transformación de la situación que dio origen a la institucionalización de las jóvenes. A partir de esta meta, el profesional va a implementar a partir de las particularidades de cada caso, las estrategias de intervención que permitan alcanzar la situación objetivo. Recordemos que surgen en este momento los posicionamientos ideológicos y la subjetividad del profesional que interviene y los atravesamientos institucionales.

Las estrategias de intervención que desarrollan los profesionales a partir del conocimiento de la situación se podrían dividir en tres etapas : evaluación, derivación y seguimiento.

La etapa de evaluación se da a lo largo de toda la intervención, la misma consiste en analizar las situaciones de riesgo a las cuales están expuestas las jóvenes, esto es, analizar las situaciones de compromiso psicosocial, su ambiente familiar, potencialidades de la joven etc. Esto junto con el trabajo realizado por otros equipos permitirá la confección del diagnostico de situación, que se tiene en cuenta al momento de la externación.

Luego se efectúa la etapa de derivación, que consiste en tener en cuenta los siguientes aspectos: los recursos institucionales y extrainstitucionales, en cuanto a estos últimos resultan necesarios para el trabajo que pueden realizar las jóvenes por fuera de la institución una vez externalizadas. En la mayoría de los casos esta situación se ve obstaculizada, por la saturación de los servicios a los cuales la joven debe recurrir para continuar el proyecto que fue delineado dentro de la institución.

El proceso de seguimiento no se efectúa desde el Trabajo Social de la institución, el trabajo queda circunscripto entre la joven y su familia y el juzgado que a través de sus operadores, se encarga de controlar que la joven cumpla con lo que se acuerda al momento de su externación. Para ello la joven si esta trabajando deberá presentar un certificado de trabajo o si esta escolarizada un certificado de la escuela. En todos los casos las jóvenes son citadas desde los juzgados para conocer el grado de cumplimiento del compromiso asumido por la joven y su familia. Muchas veces otras instituciones son las que realizan el seguimiento, que luego deben informar por escrito al juzgado respecto del compromiso con el tratamiento/evolución de la joven y/o familia en caso de tratamiento terapéutico, o si la joven es derivada a una comunidad terapéutica o a un hogar. En relacion a esto la trabajadora social M sostenía:

M "El Inchausti una vez que la chica es externada se desprende, y la relación queda entre el juzgado y la familia. Al cesar la internación pasa a otro dispositivo que puede ser la familia, un hogar o una comunidad terapéutica"

"Desde el instituto Inchausti se realiza una preparación previa empoderando a la chica y a su familia, siempre que se pueda, se hace…. a veces no se puede hacer por los tiempos que permanece internada una chica"

El abordaje que predomina dentro de la institución es individual y este trabajo que se realiza con las jóvenes, contempla además la posibilidad de incorporar a la familia como un factor importante durante el proceso de reinsersión. Es dable manifestar que la escasez de recursos dificulta la labor profesional.

Las estrategias vinculadas a la adquisición de conocimientos por parte de las jóvenes a través de los cursos de capacitación, esta relacionada al trabajo y a la salida laboral. Esta impronta, que no resuelve la situación concreta de las jóvenes esta fuertemente respaldada desde la SENAF, se realiza en forma sistemática la localización de recursos en el área geográfica en donde va a residir la joven al momento de la externación, a partir de esto desde el servicio social se empodera a la joven acerca de las posibilidades de acceder a los mismos. Cuando realicé el análisis de la génesis del Trabajo Social, sostuve que el rol profesional aparecía como mediador entre necesidades y recursos. A partir de las estrategias que se despliegan desde el Inchausti y desde la SENAF, la tarea pasa por el trabajo de empoderamiento en el marco de los derechos de las jóvenes y lógicamente también en el contexto de focalización de las políticas sociales y en la tarea de descentralización de las instituciones estatales..

3-3-2 La participación de la familia

Todo individuo nace inserto en medio familiar y la desestructuración familiar temprana dificultaría la internalización de normas sociales, lo que haría mas propensos a los jóvenes a elegir acciones trasgresoras de dichas normas, como medio de obtener gratificaciones inmediatas, en lugar de diferirlas al futuro mediante la prosecución de estudios o el trabajo.[122]

Gabriel Kessler sostiene que "Las experiencias de internación o confinamiento muy temprano tambien implican un debilitamiento de lazos familiares, sobre todo cuando llegan a Institutos de Menores con la anuencia de la misma y sin habérseles dicho que estarían allí un tiempo prolongado Se sienten entonces engañados por sus padres, lo cual genera un resentimiento que gradualmente ira debilitando los lazos familiares"[123].

En relación a esto ultimo, las jóvenes internas del Instituto Inchausti, nacieron y crecieron durante el proceso de desestructuración del mercado de trabajo y de las políticas sociales, aparecen insertas en medios familiares conflictivos y empobrecidos a causa de la desocupación de sus padres.

Por esto, estrategias de intervencion que se despliegan desde la institución Inchausti, no pueden ser vistas como si fueran una actividad centrada en la misma institucion, sino en el marco de problemas de integración sistémica entre Estado, mercado de trabajo, familia, barrio y escuela.

El trabajo social posee una mirada ética que incluye el respeto por la libertad tanto individual como grupal, el respeto entre iguales, el derecho a decidir sobre la propia vida, así como el respeto hacia la historia y las particularidades de los sujetos y sus familias[124]Siempre que un niño/a y/o adolescente regresa con su familia implica un re-acomodamiento de la misma.

El otorgamiento de un subsidio a la joven o a su familia no es, solo a los fines de cubrir necesidades materiales sino mejorar la calidad de vida de ese grupo familiar lo que implica una igualdad como ciudadanos y la posibilidad de optar no por priorización de necesidades materiales a cubrir sino por elección relacionada con libertad de elegir, esta situación de otorgamiento de subsidios no se produce y la mayoría de las veces las jóvenes regresan al medio familiar sin ayuda. [125]

De acuerdo con la Lic. Estela Grassi sostengo que "… hay una especie de doble discurso: por una parte, la familia es la célula básica de la sociedad; por la otra, es culpabilizada de todo, de la drogadicción, de la delincuencia, del abandono, del descreimiento juvenil, de la segregación de los viejos y hasta de la subversión política (…)"[126]

Gabriel Kessler sostiene que hay una sobreimputación de causas del delito a la familia buscando sus razones en la desestructuración familiar, o en los conflictos que se producen en su interior. Esto se ve reforzado por ciertas posturas criminológicas y por los medios de comunicación. Como consecuencia, desencadenan en prejuicios hacia estas familias y dificultando el acceso a la estructura de oportunidades dentro del sistema comunitario.[127]

Desde el Instituto Inchausti se trabaja la problemática de las jóvenes, desde la condición de internadas, y a pesar de los esfuerzos de los profesionales y de los tratamientos y seguimientos, el trabajo con la familia no se realiza siempre porque el abordaje de trabajo esta centrado en la joven y no en su familia o si existe la posibilidad de llevar acabo un trabajo, la familia no siempre participa. Es dable pensar a partir de esto, que las jóvenes tendrán dificultades para interactuar con su familia, cuando estén en la comunidad a la que pertenecen.

3-3-3 La labor de la SENAF

Dentro de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia ( SENAF) en adelante, existen diversos programas sociales para la atención de la infancia y familia. En relación a la atención de los adolescentes en conflicto con la ley penal, no existe un programa específico que trabaje dicha problemática con los adolescentes y con la familia de los adolescentes.

En el marco de las políticas sociales y del proceso de descentralización, la Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, (a partir de la sanción de la mencionada Ley 26061), deriva las acciones asistenciales o los tratamientos a realizar por las jóvenes internas del Inchausti, hacia ámbitos comunitarios en donde la joven externada va a residir. Esto significa que los tratamientos de "conducta" se deben realizar en las instituciones municipales y a través de los programas de atención directa.

Esta lógica esta vinculada a los procesos de focalización y de ahí que el trabajo institucional se dificulte por la imposibilidad de llevar a cabo la continuidad de los proyectos que comenzaron al interior del mismo

Desde la institucion no se trabajan programas relacionados con el proceso de reinsersion de las jóvenes, en el marco de la externación. La lic. M decía lo siguiente:

"Nuestra labor no es controlar , es especifica. el tema del control es un tema de políticas sociales que no están, tampoco hay mecanismos para reinsersión, no hay programas,… cuando se reúnen los directores de institutos todos coinciden que el sistema macro institucional ya no da para mas.."[128]

Desde la Secretaria de Niñez, Adolescencia y familia no bajan programas vinculados con este proceso al Instituto Inchausti, solo existen programas de escolarización y dos proyectos de la SENAF: "El poder de la imaginación", para los chicos privados de su libertad -financiado por la Secretaría de Cultura de la Nación y " "A la salida" para los jóvenes que son externados de los institutos de encierro. En relación a este último, existen requisitos para que los jóvenes puedan participar del programa: haber estado en alguna institución de la Secretaría de Niñez , en institutos de conducta, asistenciales o comunidades terapéuticas- y asistir a la escuela. Cada joven ezternado tiene un "tutor pedagógico" que entre muchas tareas, ayuda a los jóvenes a inscribirse en la escuela, a que no falten a clases, a que no los expulsen y apoyan al grupo familiar, si lo hay.

El programa es extremadamente focalizado no llega a todos los jóvenes externados, son muchos los jóvenes que quedan afuera del programa por falta de fondos. Los "agraciados" reciben una beca de 150 pesos por mes, a propósito de esto ultimo, o reciben prestaciones sociales desarticuladas entre si. Garcia Mendez sostiene que"No hay estrategias desde una política social que integre todos los aspectos del problema de los jóvenes en conflicto con la ley penal y que abarque una protección real del niño en su familia y su comunidad de pertenencia, sino que, por el contrario, contribuye a la yuxtaposición de espacios descoordinados, con dependencia de la estructura mayor, que se encuentran inhabitados para encarar de manera sistemática e integral el tratamiento del problema."[129]

Teniendo en cuenta lo antedicho, a la hora de idear estrategias de intervención el Trabajo Social no cuenta con herramientas desde políticas sociales que trabajen el problema de los adolescentes en conflicto con la ley. Desde la Secretaria de Ninez, Adolescencia y familia no existen programas específicos, la ley 26061 habla de la victimización de los chicos pobres, de las causas asistenciales y no habla de los jóvenes en situación de vulnerabilidad socio-penal con claridad acerca del tratamiento que deben recibir.

Como decía en el capitulo dos emergen situaciones estigmatizantes y denostantes hacia la persona los jóvenes institucionalizados, a esto se suma la opinión de los medios de comunicación, la representaciones sociales en torno a los adolescentes en conflicto con la ley, la condena social, la falta de acceso a la estructura de oportunidades y la desarticulación de las políticas sociales.

En relación al tema de las políticas sociales Garcia Méndez sostiene que "Una de las estrategias posibles consiste en promover el desarrollo social de los jóvenes institucionalizados a través de planes y programas sociales (culturales, laborales y recreativos) a nivel nacional o a nivel local, tendientes a mejorar la situación social de los mismos ya sea que estén o puedan estar en situación de riesgo".[130]

La "prevención del delito" encuadrada desde los denominados procesos de reinsersión en las instituciones de encierro, tiene su lógica en el modelo represivo, este modelo nada tiene que ver con los considerandos de la Convención sobre los Derechos del Niño

La participación comunitaria aparece como un elemento importante para restablecer políticas sociales básicas, tendientes a prevenir por medio de caminos diferentes la participación de jóvenes en la comisión de delitos.

"El concepto de ciudadanía se construye, cuando se tiene en cuenta al joven y se crean ámbitos de participación juvenil, reconociendo a los mismos como "ciudadanos actuales" y no solamente como ciudadanos futuros, escuchándolos e incluyéndolos en los procesos de diseño, ejecución y evaluación de las necesidades y programas destinados a ellos. De este modo, se dejaría de pensar al joven desde arriba ( posturas paternalistas y tutelares) y se pasaría a integrarlos como parte protagonista y responsable en los procesos que los involucran".[131]

Conclusión personal

La problemática denominada jóvenes en situación de vulnerabilidad sociopenal o en conflicto con la ley, debe ser analizada teniendo en cuenta los factores sociales precedentemente expuestos y partir de una concepción multi-causal, es decir contemplar todos las variables que intervienen en la vida social de los mismos sujetos y no en forma monocausal vinculadas solamente a las jóvenes sin tener en cuenta el contexto de socialización.

Esta mirada estigmatizante y victimizante es histórica y es la misma que se impone desde el imaginario social y desde los sistemas de control social y punitivo. Se encargan de mantener una idea de "sujeto desviado" y una disciplina y castigo cada vez mas duro para estos sectores como respuesta a tal desviación. Es importante resaltar que las identidades sociales se construyen en la alteridad y se mantienen desde las representaciones sociales.

Teniendo esto en cuenta, aparece la necesidad de desarrollar leyes, complementarias a las estrategias de prevención y el encierro, dirigidas a jóvenes en conflicto con la ley penal; que persigan una finalidad socio-educativa y no meramente represiva en el marco de la concepción del niño como sujeto de derechos.

Los niños pobres, como lo afirma el Dr. Garcia Mendez, "…no encuentran una ubicación definida en el sistema educativo, sea porque no han tenido acceso a la institución escuela o porque habiéndola tenido, no han podido permanecer en ella y si tampoco han podido ubicarse en el sistema productivo y además, sus familias de pertenencia, carecen de los recursos necesarios -entendidos en sentido amplio- para brindar la socialización adecuada, integrarán la categoría de los excluidos, es decir de los "menores". Para ellos se ha creado una estructura diferenciada de control social: el ex Patronato de Menores y la institucionalizacion"[132]

La Institución total desde sus orígenes, concibe sus funciones a partir de una intervención centrada en el control de los cuerpos, por ende la metodología es "rehabilitadora" y represiva a través de la internación de las personas.

Las instituciones de encierro no "curan", ni resocializan, ni cumplen con sus funciones prescriptas. No es que la juventud "sea peligrosa" sino que "esta en peligro" siendo victimas del sistema penal. No son peligrosos sino vulnerados, son excluidos de este sistema que los expulsa y que los estigmatiza día tras día. La institucionalización no es la solución a esta problemática, sino que para muchos se convierte en la salida mas fácil.

En la práctica, la política de la institución total es sustentada desde la legislación y su dependencia del poder judicial, centra su enfoque en la "protección" y en la acción disciplinar sobre las jóvenes, con una clara atribución de las causas de los problemas a su propio núcleo de pertenencia es decir su familia. Esto produce y sostiene la estigmatización de estos sectores de la sociedad, con la consecuente exclusión social.

No existe una definición de rehabilitación acabada, la misma se identifica con: albergar al "menor" y satisfacer sus necesidades básicas, vivienda, alimentación, prestaciones en salud dentro de la institución y no por fuera de ella.

El tiempo estipulado de tratamiento tiene un límite asociado, no al logro de la madurez de las jóvenes, ni a su reinserción en el seno de su núcleo familiar, sino a un aspecto cronológico, muchas veces hasta la adquisición de la mayoría de edad en muchos casos.

Hoy no es posible observar un enfoque institucional coherente en relación a esta categoría de niños, más bien se observan distintas perspectivas acerca de las causas de los problemas y de la naturaleza de las necesidades de los jovenes.

Esta ausencia de un enfoque se explica por la inexistencia de una política integral de infancia -en sentido amplio-, es decir una política que abarque a todas las dimensiones del desarrollo del niño, atendiendo a los factores que tienen incidencia.

Es así posible observar que, por un lado existe una clara percepción del deterioro que implica la internación y de la necesidad de encarar programas alternativos de corte preventivo que involucren la promoción familiar y por otro lado, sigue la persistencia de la actividad de "protección" de las jóvenes asociadas a la internación para evitar la agudización de situaciones de riesgo y se recurre al encierro " preventivo", como una situación de circulo vicioso.

La institución SENAF encargada de velar por los derechos de los niños, se presenta como fragmentada y compartimentada, con escasa coordinación entre sus áreas, insuficientes recursos y capacidad operativa limitada. Por ello las iniciativas del personal permanecen en el aislamiento, los trabajadores sociales en el Inchausti trabajan descordinadamente y casi a pulmón, porque no tienen recursos ni apoyo desde algún programa sustentable..

Hasta ahora no se observan acciones desde los organismos del Estado, que son las verdaderas instituciones que deben velar en forma obligatoria por los derechos vulnerados de los niños. A mas de trece años de la sanción de la Convención sobre los Derechos del Niño, aun no se logra salvar la discrepancia entre lo que plantea la legislación como vía de ejecución de la protección y las necesidades reales de niños y familias en situaciones concretas de riesgo. Paralelamente a esto aparece la práctica de la situación irregular, coexistiendo con la mirada tan mencionada de la protección integral.

El Trabajo Social, aparece como la única disciplina dentro de la institución que trabaja desde la mirada de los derechos, su trabajo se encuentra condicionado por las pautas institucionales y judiciales, este se despliega de acuerdo a las posibilidades de trabajo intrainstitucional y de tiempo. En este contexto aparece conveniente la labor por fuera de la institución, para lograr la continuidad y el acompañamiento del proyecto que se construyo conjuntamente con la joven.

Una de las cuestiones que adquiere total relevancia en la vida cotidiana de las jóvenes, es la representación del problema que sigue asociado al fenómeno de la discriminación. Pareciera que esta construcción estaría ligada a una conducta de "riesgo" para la sociedad, estos jóvenes padecen problemas sociales y es su derecho poder resolverlos. .

El desafío para el trabajo Social es entonces poder deconstruir y desnaturalizar los mitos que circulan y las categorizaciones asignadas en torno a ese "instituido" en conflicto con la ley, en un marco de igualdad de derechos y de justicia social.

Es posible concluir que cualquier política en el ámbito de la infancia estará destinada a fracasar cuando resulta muy difícil programar conjuntamente, si existen respecto del problema posturas tan opuestas que oscilan desde sostener que se trata de un problema de derechos humanos, hasta las que no ven más que un problema de control o defensa social. Mientras no se cambie la mirada, las respuestas serán siempre las mismas.

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