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La orientación vocacional hacia especialidades técnicas en la Secundaria Básica, mediante la Web


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Las tecnologías de la información y las comunicaciones en el contexto educacional
  3. La orientación vocacional hacia especialidades de la enseñanza técnica y profesional
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

La orientación vocacional, ha sufrido a lo largo de su historia, una evolución que indica que aún hoy en día se encuentra con nuevos problemas de identidad, metodología y direccionalidad. La evolución actual de orientación vocacional depende de las nuevas tendencias y cambios en el trabajo, en la educación y en la familia, que sugieren que se precisa una base más amplia para orientar, pues se han dado cambios en las diferentes plazas que se ofertan a los egresados de la Secundaria Básica, donde el mayor porciento de opciones de estudio están dirigidas a la educación politécnica para cursar estudios de obreros calificados en diferentes especialidades. En este sentido juega un papel fundamental la implementación de la Web como herramienta tecnológica que posibilita una correcta orientación vocacional.

Introducción

En el pasado la información científica se hallaba concentrada, era transmitida por los padres, los maestros y los libros. La escuela y la universidad eran los ámbitos donde se concentraban los conocimientos. Gracias a los avances de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), en especial la tecnología informática se han roto estas barreras. Debido al gran desarrollo alcanzado por la ciencia y la tecnología se puede apreciar que la sociedad ha sido impulsada a entrar en lo que se ha denominado como la era de la civilización de la computadora o la sociedad de la información. En Cuba, se han realizado grandes esfuerzos para implementar el programa de informatización de la sociedad cubana. Su utilización en la gestión docente ha constituido un objetivo priorizado de la Política Nacional Informática desde los primeros años de la Revolución. Su empleo en el proceso docente educativo, como elemento auxiliar, es una práctica generalizada en la sociedad moderna, motivado por su propio desarrollo tecnológico.

La educación como proceso ha asumido históricamente la misión de preparar al hombre para la vida en correspondencia con las características de la sociedad en y la posición que ocupa en ella. La construcción del modelo social cubano piensa ante todo en el hombre, contrasta con un mundo que en su mayoría impone modelos neoliberales que pretenden destruir las culturas e identidades nacionales, por estas razones la educación no debe centrarse sólo en la instrucción, se trata de educar, transmitir cultura y formar hombres capaces de transformar la realidad y a sí mismos.

Una de las aristas que se debe tener en cuenta en este proceso educativo es la orientación vocacional del educando desde las edades tempranas encaminada a destacar y estimular las potencialidades para diferentes oficios, la otra se refiere a la preparación teórica, científica y práctica para asumir estas exigencias y obtener resultados satisfactorios.

En los documentos que norman el trabajo de orientación vocacional se precisa el papel de la escuela y de los docentes en la proyección de este trabajo en el centro escolar, la necesidad de incorporar a las organizaciones sociales y centros laborales de la comunidad en la ejecución control y evaluación de la calidad del trabajo, además se define la responsabilidad del maestro de supervisar y evaluar el trabajo de los instructores de círculos de interés científico técnico desde el punto de vista psicológico y las acciones que debe desarrollar a través del proceso docente educativo para orientar y motivar a los escolares del grupo. Esta compleja situación motivacional-afectiva de los alumnos tiene un determinante social significativo en la difícil coyuntura económica que vive el país, que incide directamente en la percepción de los sujetos sobre la valoración social de las diferentes carreras y eleva la significación de las motivaciones materiales en las decisiones vocacionales de los alumnos.

En los institutos politécnicos de Matanzas existen dificultades en cuanto a la retención de los estudiantes, la causa radica fundamentalmente en la falta de orientación que reciben los educandos durante los grados anteriores debido al débil trabajo desde la secundaria básica y la concepción de estrategias que permitan desarrollar un trabajo de orientación vocacional que permita tener los conocimientos básicos relacionados con las diferentes plazas que se ofertan en dicha enseñanza, siendo esta una problemática a la que varios investigadores han dedicado sus reflexiones. Teniendo en cuenta lo antes planteado, las autoras de la presente investigación determinan contribuir a la solución de dicha problemática trazándose como objetivo general elaborar un sitio Web para la orientación vocacional hacia carreras técnicas en los estudiantes de Secundaria Básica del municipio Matanzas.

DESARROLLO

Las tecnologías de la información y las comunicaciones en el contexto educacional

Las TICs constituyen un gran potencial para mejorar el acceso y la calidad de la educación. Brindan la posibilidad de vencer las distancias geográficas, de fortalecer el aprendizaje autónomo, de formar y capacitar a los educadores, de acceder a una información plenaria en todos los ámbitos y son cada vez más necesarias en el contexto de sociedades rápidamente cambiantes, en las cuales el incremento de los conocimientos y la formación de alto nivel y en continua actualización se convierten en una exigencia permanente. Este desarrollo tecnológico tiene gran influencia en las transformaciones que se han llevado a cabo en el sistema educacional cubano. Cuba hace grandes esfuerzos por aprovechar las TICs en beneficio de la población y del país, llevando a cabo una Revolución Educacional en todos los niveles educacionales y para ello cuenta con un nuevo medio: la computadora, el cual constituye un medio esencial para la elevación de la cultura general integral de las nuevas y futuras generaciones.

El desarrollo acelerado de las TICs y su introducción en la esfera educacional imponen nuevas exigencias a la educación, las cuales deben emplearse para aprovechar todas las potencialidades de estos recursos con el doble propósito de contribuir a elevar la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje y que los alumnos adquieran una formación Informática elemental, por lo que es necesario que los niños y jóvenes aprendan a aprender y sean capaces de seguir aprendiendo a lo largo de sus vidas. En la misma medida han de apropiarse de los conocimientos, habilidades, procedimientos y estrategias a través de medios bien diferentes de aquellos que prevalecían tradicionalmente en todas las escuelas, en este sentido se hace referencia al dominio que deben poseer de las TICs.

De lo antes expuesto se infiere el papel que los maestros y profesores deben jugar en la formación y desarrollo de estas nuevas generaciones. Cada maestro trabaja con determinadas finalidades trazadas por la política educativa del país en el empeño de lograr la formación de las nuevas generaciones en la adquisición de valores, actitudes y decisiones que lo integren como el ciudadano que el país necesita. José Martí al referirse al fin de la educación comentó: "El fin de la educación no es hacer al hombre nulo, por el desdén o el acomodo imposible al país en que ha de vivir, sino prepararlo para vivir bueno y útil en él"[1]

Lo anteriormente expuesto es palpable y el grado de empeño y oportunidad se convierte en condicionante para el tipo de vida que el hombre quiera y pueda llevar, aunado a su propia conciencia, lo mejor que puede hacer el hombre es aumentar las probabilidades de éxito a lo largo de su vida. Los maestros y profesores para enfrentar este reto deben poseer una adecuada preparación para cumplir con los objetivos de la educación en Cuba y en cada una de las enseñanzas. Esto no puede ser posible sin el aprovechamiento de las bondades que ofrecen las tecnologías. El uso de los medios tecnológicos en el proceso docente educativo como herramienta de apoyo a la enseñanza, es ya una práctica generalizada en la sociedad moderna, motivado por su propio desarrollo tecnológico, entre otros factores. Los sitios Web como medios de enseñanza resultan un ayudante eficaz tanto en la preparación del docente como a la hora de impartir las clases ya que contribuyen a una mayor ganancia metodológica y a una racionalización de las actividades del profesor y los estudiantes, entiéndase como medio de enseñanza "el sistema de componentes materiales que apoyan y elevan la calidad del proceso docente educativo"[2]

Una definición acorde a la teoría de la formación por etapas de las acciones mentales expresa: "Entendemos como medio de enseñanza a todo componente material del proceso docente educativo con el que los estudiantes realizan en el plano externo las acciones físicas específicas dirigidas a la apropiación de los conocimientos y habilidades."[3]

Es recomendable recordar que los medios de enseñanza pueden ser clasificados según su naturaleza en objetos naturales e industriales, medios sonoros y de proyección, materiales para enseñanza programada y de control y objetos impresos y estampados; por tanto, según análisis de lo antes expuesto, se puede considerar que los materiales de estudio computarizados entre los que se encuentran los sitios Web, empleados por el profesor, coinciden con cada uno de los elementos incluidos en las definiciones anteriores. Los sitios Web, en manos de quien los sepa utilizar con el objetivo de apoyar el proceso docente-educativo puede resultar una herramienta poderosa en el desempeño de dicha labor y en la preparación del hombre para la vida.

"Un sitio Web es un conjunto de documentos vinculados con atributos compartidos, tales como temas relacionados, un diseño similar o un objetivo común. Consta de varias páginas conectadas entre sí que permite a los usuarios el acceso a gran cantidad de información. Las páginas Web están compuestas por textos, elementos multimedia (gráficos, sonidos, videos, texto e imágenes) y vínculos (punteros con la dirección de otras páginas Web), empleados para establecer una conexión automática"[4].

La creación de sitios Web vinculados a los procesos que se llevan a cabo en las diferentes enseñanzas se visualizan como una importante posibilidad para poner en manos de los profesores un alto número de opciones para el desarrollo consecuente de sus funciones como profesor, guía, orientador, haciéndose posible llevar a cabo una labor más efectiva con los estudiantes. Ello posibilita disponer de una información más completa, rápida y actualizada, y alcanzar un ritmo de trabajo que garantice un aprendizaje que se corresponda más eficientemente con los intereses y motivaciones propias de los mismos. De esta manera es factible transitar por la autodirección estudiantil del proceso docente-educativo, despertándoles el interés por nuevos conocimientos, que los conduzcan por un camino muy activo y consciente en las actividades que se desarrollen en su centro educativo. El uso de los medios tecnológicos en el proceso docente educativo como herramienta de apoyo a la enseñanza, es ya una práctica generalizada en la sociedad moderna, motivado por su propio desarrollo tecnológico, entre otros factores. Desde un principio, fue tema de discusión e investigación el lugar que debía tomar este elemento en el proceso de aprendizaje, así como también los métodos y proyectos relacionados con su empleo.

La orientación vocacional y profesional reduce de manera sustancial el tiempo que a una persona le costaría reconocer en qué área tiene ventaja comparativa en relación con sus semejantes. El aprovechar esto le hace más eficiente, productivo y exitoso; sin mencionar el tiempo y los recursos que se ahorró y que probablemente dedicó a otra útil actividad, a la cual, no hubiera tenido acceso si no hubiera tenido una orientación vocacional o profesional necesaria.

La escuela secundaria tiene como fin la formación básica e integral del adolescente cubano, sobre la base de una cultura general, que le permita estar plenamente identificado con su nacionalidad y patriotismo, al conocer y entender su pasado, enfrentar su presente y su preparación futura, adoptando conscientemente la opción del socialismo, que garantice la defensa de las conquistas sociales y la continuidad de la obra de la Revolución, expresado en sus formas de sentir, de pensar y de actuar. Esta enseñanza desde los inicios del siglo XXI se enfrenta a profundos cambios en la política educacional y en los programas que se instrumentan para elevar la cultura general de los ciudadanos, como consecuencia entre otros aspectos de la Revolución Científico-Técnica, así como del impacto nocivo que provoca la globalización neoliberal.

Las transformaciones requieren de una acertada dirección de los cambios, teniendo como premisa que su finalidad es el cumplimiento del fin y los objetivos de este nivel de enseñanza. Para ello se asumirá la concepción de situar al hombre en el centro de la transformación como recurso del proceso (estudiante, docente, padres, entre otros) y como resultado o producto logrado. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz lo ha señalado claramente: "El sistema tradicional de enseñanza para los estudiantes de secundaria básica heredado de occidente, concebido para élites minoritarias, no se ajusta en absoluto a la calidad y requerimientos de una educación para la totalidad de los niños y adolescentes"[5]

En la Secundaria Básica actual las formas del trabajo pedagógico, particularmente de la labor docente no integran suficientemente saberes de los estudiantes en las diferentes esferas de su vida; la preparación para la vida social es aún baja y el impacto de los complejos fenómenos científico-técnicos en la economía y la vida social no es suficientemente comprendido; el currículo no da acceso a la realidad externa a la escuela, no favorece la integración, una real educación en el trabajo, ni favorece el debate, la discusión y la reflexión, tanto por la vía académica como por la informal. Las exigencias metodológicas y de funcionamiento de la escuela que permitan integrar los diferentes procesos educativos aún no responden a las necesidades antes apuntadas.

Entre los objetivos formativos generales de esta enseñanza se encuentra decidir sobre la continuidad de sus estudios para la adquisición de una profesión u oficio, en correspondencia con las necesidades sociales, sus intereses y posibilidades reales. En séptimo grado deben conocer las características fundamentales de diferentes profesiones y el aporte que estas brindan a la sociedad, como base inicial para su formación vocacional, fundamentalmente mediante el vínculo con los centros laborales de su localidad, los Círculos de Interés, medios de información, entre otros.

Existen modificaciones en el proceso de otorgamiento de la continuidad de estudios a noveno grado, lo que constituye un reto para la enseñanza, pues esos jóvenes podrán optar por las especialidades que se oferten en su escuela, derivadas de las necesidades socioeconómicas del territorio donde residen, lo cual a veces no coincide con sus expectativas. Un reducido porciento tendrá una plaza en el preuniversitario; el resto, y en concordancia con el reordenamiento económico del país, encontrará su continuidad de estudios en los Institutos Superiores Politécnicos y en las Escuelas de Oficios.

Una preocupación constante en los investigadores ha sido el poder orientar al individuo hacia las diversas profesiones de forma que se prepare para poder escoger una profesión en correspondencia con sus capacidades reales y los intereses de la sociedad. El trabajo de orientación se sustenta sobre la base de un sistema de influencias sociales y pedagógicas que está dirigida a colaborar con los jóvenes en la elección de la profesión (ocupación), por tanto, este sistema debe erigirse a partir del resultado de una estrategia bien pensada y nunca puede ser el resultado de lo espontáneo o de la suma de un grupo de actividades o acciones aisladas. El Dr. del Pino comprende la orientación como la relación de ayuda que se establece con el estudiante para facilitar el proceso de desarrollo de la identidad del mismo, a través de diferentes técnicas y vías, integradas al proceso educativo general, según la etapa evolutiva y la situación específica en que se encuentra. (del Pino, J. L., 1998)

La orientación, según la Dra. V. González Maura, es la relación de ayuda que establece el orientador con el orientado en el contexto de su educación, con el objetivo de propiciar las condiciones de aprendizaje necesarias para el desarrollo de las potencialidades de la personalidad del estudiante, que le posibiliten asumir una actuación autodeterminada en el proceso de elección, formación y desempeño.

Estas definiciones ofrecen ideas muy acertadas al considerar: La labor de orientación como la relación de ayuda, no de imposición de ideas, las acciones a realizar influirán directamente en el desarrollo de la personalidad del estudiante, el individuo es un sujeto activo dentro del proceso que es desarrolla, por lo tanto sus decisiones serán respetadas y el proceso de orientación estará en correspondencia con el momento histórico concreto en que se desarrolla el individuo según la etapa evolutiva en que se encuentra.

Concretar un eficiente trabajo de orientación requiere elevar a rango de principio lo planteado por el Dr. Fernando González Rey, cuando expresa: "… una adecuada educación de la personalidad contribuirá a que la elección de la profesión sea un acto de autodeterminación para adolescentes y jóvenes"[6] Las investigaciones de este investigador pusieron de manifiesto muchos indicadores funcionales para evaluar y diagnosticar la dinámica del desarrollo de la personalidad y demostraron el papel decisivo de la actividad intencional y comprometida del sujeto. Estos factores son de vital importancia para la orientación que solo será efectiva si se desarrolla desde un enfoque personológico, es decir, que implique la personalidad de cada sujeto, a partir de las actitudes, aptitudes, motivos, intereses, capacidades.

La Dra. González Maura considera que la orientación concebida a partir de un enfoque personológico se expresa en lo que denominamos la educación de la personalidad que implica la necesidad de dirigir el trabajo de orientación al desarrollo motivacional de la personalidad del sujeto y define la existencia de una formación motivacional específica que expresa la orientación de la personalidad hacia el contenido de la profesión, la que denomina como el interés. La labor de orientación sistemática, con un enfoque personológico que le permita asumir al estudiante una actuación autodeterminada que es fundamental para el desarrollo del interés en el proceso de elección de la profesión.

Otro aspecto de vital importancia lo constituye el carácter social de la labor de orientación vocacional. El sistema de influencias bajo el cual se comienza a desarrollar el individuo y su acción vinculada a ellas es lo que conforma la orientación de la personalidad. En la autodeterminación de los alumnos influyen las organizaciones sociales, las instituciones extraescolares y la familia. Las opiniones, intereses y valoraciones de los padres y la familia en general, tienen una gran influencia en el desarrollo de los intereses y el sistema valorativo de los jóvenes. El grado de profundidad en las relaciones de comunicación padre – hijo y su significado emocional influyen directamente sobre él. Una dinámica familiar que propicie relaciones de comunicación profunda, donde predomine un clima de libertad y estimulación al desarrollo individual es una condición vital para la contribución afectiva de la familia de la orientación de la personalidad.

Los modelos que se adquieren en el núcleo familiar son decisivos en el desarrollo de los motivos, por lo que es fundamental la valoración que los adultos posean de su propia profesión. Además de la familia, la escuela desempeña un importantísimo papel en la educación de la orientación de la personalidad. En ella se desarrollan las capacidades, los intereses y un conjunto de cualidades y características de la personalidad que resultan decisivas en la conformación de los motivos es tales como la independencia, la perseverancia, la flexibilidad y la autodeterminación. La Dra. González Maura hace aportes significativos al definir las etapas por las cuales transita el desarrollo de la educación de la personalidad. (González, V. 1994). En cada una de estas la orientación vocacional tendrá sus particularidades, ajustadas al momento en que se encuentra el sujeto dentro del proceso de conformación de su identidad.

A continuación se presenta de manera breve estas etapas, enfatizando el análisis en la segunda y tercera por ser las que se corresponden con el momento en que se encuentra la presente investigación

  • Etapa de la formación vocacional general: Se manifiesta en las edades tempranas con la formación de intereses y conocimientos generales. En esta etapa es difícil encontrar desarrollo de intereses, aunque el escolar puede comentar de su intención de estudiar una u otra carrera, pero esto no tiene todavía un papel funcional significativo. Aunque esta periodización no tiene que coincidir necesariamente con la periodización pedagógica tradicional ni con determinadas edades, se puede decir que esta etapa se desarrolla, esencialmente, durante los primeros seis u ocho grados.

  • Etapa de la preparación para la selección vocacional: El trabajo se dirige al desarrollo de intereses cognoscitivos, conocimientos y habilidades específicas, que se desprenden de aquellas asignaturas o esferas del saber y el quehacer social hacia las cuales el adolescente ha ido mostrando inclinaciones o preferencias. En este periodo, el proceso de orientación debe hacerse más diferenciado y va dirigido a preparar al sujeto para el acto de selección, momento importante en la conformación de su proyecto de vida y que constituye una tarea del desarrollo esencial de esta etapa.

Es decisivo en este proceso el logro de una actitud reflexiva, volitiva e independiente, por lo que se requiere de la preparación del estudiante para la selección autodeterminada, la cual garantiza el comprometimiento del sujeto con su selección y una condición subjetiva capaz de enfrentar los obstáculos que surgirán en el proceso de formación. Las investigaciones han demostrado que no es imprescindible la formación de un interés específico en este momento y si la autodeterminación a partir de una conciencia clara sobre el momento histórico, las prioridades sociales y sus propias tendencias. Todo acto de selección implica poner en correspondencia las necesidades y posibilidades sociales y las necesidades y posibilidades individuales.

  • Etapa de la formación y desarrollo de intereses y habilidades: Se inicia con la entrada del adolescente o el joven al centro de formación (media o superior), donde se hace imprescindible que el alumno desarrolle intereses hacia el contenido de la profesión y asimile los conocimientos y habilidades es esencial para su inserción en el mundo laboral. El objetivo fundamental de la etapa sería el logro de la identidad, a lo cual debe contribuir todo el sistema curricular. Es decir, como bien destaca Viviana González, en este periodo la orientación adquiere particularidades especiales que se expresan en el enfoque del proceso docente educativo.

  • Etapa de la consolidación de los intereses, conocimientos y habilidades: Puede iniciarse desde los dos últimos años de la formación o ya durante el ejercicio de la profesión. En este momento el joven ha formado ciertos intereses, conoce los fundamentos esenciales de su trabajo y puede desempeñarlo con alguna destreza. Sin embargo, ahora entra en una etapa de perfeccionamiento, de consolidación de los mismos y personalización de su labor. Si consideramos que esta etapa puede extenderse toda la vida, en dependencia del crecimiento que logre el sujeto.

Otro elemento importante que aporta la Dra. González Maura dentro de esta conformación teórica, ha sido constatar a través de un riguroso trabajo empírico, la existencia de una formación motivacional específica que expresa la orientación de la personalidad hacia el contenido de la profesión: el interés, el cual estudia valorando su aspecto funcional, a partir de sus potencialidades reguladoras. Sus estudios le permiten distinguir con claridad diferentes niveles de integración funcional de la motivación.

La orientación vocacional, "puede ser entendida como un proceso que dé ayuda a la elección de una profesión, la preparación para ella, el acceso al ejercicio de la misma y la evolución y progreso posterior"[7]. Este proceso tiene como objetivo despertar los intereses vocacionales que el individuo requiere, el conocimiento de sí mismo, de las ofertas capacitantes y académicas, de los planes y programas de estudio, de las propuestas de trabajo, de las competencias que debe desarrollar para alcanzar un buen desempeño en esas propuestas, lo cual le permitirá tomar las decisiones que considere de acuerdo a sus capacidades y aptitudes para ubicarse en el contexto social-laboral.

En este sentido, se asume que la orientación vocacional surge por la necesidad de facilitar la información que oriente al individuo para lograr las competencias que requiere para insertarse en ese contexto. En su desarrollo ha experimentado cambios significativos que la ha llevado a convertirse en una acción permanente e integrada en la dinámica docente de los centros educativos. Se considera que si se realiza adecuadamente el proceso de orientación vocacional, el estudiante es capaz de conocer sus verdaderos intereses, aptitudes y capacidades; esto les permitirá tomar una buena decisión, y por consiguiente, realizar los estudios universitarios con más empeño y gusto, lo que en un futuro se verá reflejado directamente en la calidad del trabajo profesional que desempeñe, así como la calidad de vida.

Refiriéndose a la vocación, las autoras coinciden con el planteamiento realizado por Aguirre Baztán, 1996, el cual plantea que "…Esta vocación no sólo está determinada por los motivos inconscientes, sino también por otros más conscientes como las actitudes, aptitudes, intereses, capacidades y personalidad. A su vez, estos pueden potenciarse o no, influidos por factores socio-ambientales y culturales como agentes de socialización (familia, amigos), por el prestigio y auge de ciertos estudios en comparación con otros, el género, etc. La vocación, es el resultado de unos factores más inconscientes (a veces desconocidos por el sujeto) que pueden o no modificarse a través de los factores socio-ambientales y culturales". [8]

Se considera que el proceso de orientación vocacional debe llevarse a cabo desde edades tempranas, ya sea mediante juegos, actividades curriculares, extracurriculares, círculos de interés, entre otros, esto posibilitará la preparación del estudiante para determinar lo que desea ser en su vida futura mediante el conocimiento de los elementos imprescindibles para una selección adecuada de su profesión.

En la Secundaria Básica, los adolescentes deben decidir su proyecto de vida, es decir, elegir un camino para la continuidad de estudios en la enseñanza media superior; en lo cual están involucradas no solo las vocaciones, sino también los resultados académicos alcanzados, por lo que se considera necesario orientar a los estudiantes teniendo en cuenta las necesidades de cada territorio.

Estudios realizados evidencian que los estudiantes y la familia expresan insatisfacciones con el conocimiento que tienen de las diferentes especialidades ya que poseen poco dominio acerca de qué labor realizarán, las perspectivas de encontrar ubicación y las posibilidades de superación que podrán realizar desde su puesto de trabajo. Lo antes expuesto se ha originado a partir de las transformaciones socioeconómicas que se operan a nivel mundial y Cuba no está exenta de ellas, por lo que el Sistema Educacional Cubano debe trazarse pautas a fin de desarrollar estrategias que permitan satisfacer las necesidades actuales.

La orientación vocacional hacia especialidades de la enseñanza técnica y profesional

A partir de la segunda mitad de 1994, en Cuba, se han operado diversos cambios socioeconómicos con rapidez, tales como; la despenalización de la tenencia de divisas, la creación de las UBPC y otras formas de propiedad y de producción en la agricultura, el desarrollo de empresas mixtas, el incremento del turismo y la aparición del trabajo por cuenta propia, las que se han de tener en cuenta a la hora de formular el proyecto educativo para la escuela que se debe construir en la sociedad socialista. Todos estos aspectos interpenetran las relaciones sociales actuales y deben ser considerados en el modelo para la secundaria básica, para que los alumnos que acudan a la escuela encuentren un marco propicio donde formen sus valores y personalidades en correspondencia con el momento histórico que se vive y el que se corresponderá vivir.

Teniendo en cuenta los rasgos y proyecciones de desarrollo de los escenarios en que se desenvuelve la educación cubana se hace necesario realizar ajustes en el sistema educativo y priorizar aquellas profesiones que tienen en papel relevante en el desarrollo económico y social del país. A tenor de la Ley No. 680 del 23 de diciembre de 1959, se crearon escuelas y se repararon las que ya existían, como resultado de lo cual ya en el curso escolar 1962–1963 funcionaban catorce escuelas tecnológicas industriales, donde estudiaban 11169 jóvenes.

La formación de obreros de profesiones masivas, en correspondencia con la situación del país, como por ejemplo la industria azucarera y la mecánica fue organizada por los respectivos ministerios, que tenían centros politécnicos anexos a centrales e industrias. En ellos se preparaban los obreros y elevaban su calificación en numerosas especialidades.

Especial atención se le brindó a la creación y funcionamiento de tecnológicos agrícolas y a la preparación de cuadros para esta rama. Como resultado de los convenios con la antigua Unión Soviética entre 1961–1963 se crean tres grandes centros, Amistad Cubano Soviética en La Habana, de Construcción de Maquinaria, Vladimir Ilich Lenin en el Cristo, de estudios mineros y el Calixto García en Holguín, de agropecuaria, calculados para una matrícula total de 2225 estudiantes.

Es este un período de crecimiento para la Educación Técnica y Profesional (ETP). Se crea así el Consejo del Plan de la Enseñanza Tecnológica de Suelos, Fertilizantes y Ganadería. Fue un organismo independiente y paralelo, cuya principal función fue formar técnicos y obreros para la agricultura de zonas rurales y montañosas, creando para ello centros en distintas regiones del país, con capacidad para veinte mil estudiantes.

Los centros de la ETP tenían una doble subordinación, al Ministerio de Educación (MINED) y al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), excepto los pertenecientes al Consejo del Plan de la Enseñanza. En 1977 todos se integran al Viceministerio de la Educación Técnica Militar. En muchos de estos centros se inicia a partir de este año la formación de especialistas de nivel medio. En Cuba, la ETP, tiene una larga evolución histórica, desde los tiempos de la colonia en que tuvo importantes exponentes y defensores en las figuras de pedagogos como José A. Saco, Félix Varela, y José Martí, entre otros.

La provincia de Matanzas fue de las pioneras en la creación de escuelas de profesionales, durante la república neocolonial, en que se crearon escuelas de oficios, granjas talleres, donde se vinculaba el estudio con el trabajo. La diplomante considera, al igual que Arturo Miari Casa que la mayor dificultad que afrontó el desarrollo de la educación técnica en Cuba fue la falta de tradición, fundamentalmente en los distintos tecnológicos existentes. De lo que se deduce que el personal docente de estos centros tuviera, en su mayoría, poca experiencia y escaso personal para atender este tipo de educación.

Con el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de1959, después de culminada la Campaña de Alfabetización se siguió desarrollando e intensificó la formación profesional, dada las necesidades y las circunstancias históricas. Como resultado del perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación de 1976-1980, se modificaron los planes de estudio de esta enseñanza y se incorporó el trabajo en empresas y centros de producción en sesión contraria a clases.

A partir de ese perfeccionamiento es que la integración del estudio con el trabajo asumió su verdadero papel protagónico y jerárquico, como un método revolucionario de enseñanza, que en el vínculo de la teoría y la práctica permite formar trabajadores con elevado nivel intelectual y dominio de la ciencia y la técnica; en tal sentido en el discurso de clausura de Ia III Conferencia Nacional de las Brigadas Técnicas Juveniles, el Comandante en Jefe planteó ""…. Y esta es la sociedad que debemos formar una sociedad de trabajadores y de técnicos de trabajadores técnicos y de técnicos trabajadores"[9].

La formación de la fuerza de trabajo especializada, en Cuba, es responsabilidad de toda la sociedad y se realiza sobre la base de las necesidades de la producción y los servicios con el objetivo de garantizar el pleno empleo de los egresados. En este proceso inciden todas las entidades y organismos de la Administración Central del Estado y se materializa a través de la firma de convenios bilaterales entre los titulares de los diferentes ministerios. La integración de todos los factores implicados está legalmente respaldada y corresponde al Ministerio de Educación la dirección, ejecución y control de la política educacional. Este procedimiento llega hasta el nivel de convenio politécnico-empresa.

La ETP contribuye a la educación armónica y proporcional de la personalidad, en la medida que prepara a los estudiantes para el trabajo, los prepara para la vida. Por ello la escuela politécnica cubana no es una bolsa que aporta al educando en su integridad todas las capacidades que requiere el ser humano como trabajador "… la escuela debe ir más allá de las necesidades de adaptación del individuo a las mutaciones de la vida profesional y debe contribuir a la construcción continua de la persona, de sus saberes, de sus capacidades, de sus actitudes y de su acción"[10].

En la sociedad cubana a partir de sus exigencias y del desarrollo de la ciencia, la técnica y la cultura, teniendo en cuenta el carácter y el contenido del trabajo, se acrecienta cada vez más la necesidad del desarrollo multilateral de la personalidad y la puesta en práctica de todas las capacidades del hombre en el trabajo socialmente útil.

A criterio de las autoras, para lograr esa formación para el trabajo en el profesional hay que lograr la interacción dialéctica entre trabajo y profesión y se necesita de la escuela, de ahí que este subsistema de educación comprende dos niveles de formación: los obreros calificados, quienes se forman en las escuelas y los técnicos medios cuya formación se realiza en los institutos politécnicos.

Los centros politécnicos y escuelas de oficios poseen laboratorios, talleres, aulas especializadas, áreas de campo y otras instalaciones que propician la preparación práctica básica de los estudiantes, una base tecnológica adecuada y los insumos requeridos para ejecutar las diferentes modalidades de la enseñanza práctica y teórica la cual involucra a 22591 docentes.

Numerosos estudiosos del tema sostienen que en la segunda mitad del siglo XX, la escuela politécnica cubana es la primera que alcanza un mayor grado de perfeccionamiento en el país. La estructura de especialidades de la ETP, está integrada por 15 especialidades de obreros calificados y 50 especialidades de técnicos medios, agrupadas en ocho familias o tronco común las cuales desarrollan durante los dos primeros años un plan de estudio único que facilita la utilización más eficiente de los recursos humanos y la reorientación de la matrícula de cada especialidad, de acuerdo con las necesidades y posibilidades de empleo de los territorios, sin embargo, la misma no ha estado exenta de dificultades, las cuales han permitido buscar soluciones y como parte de lo anterior en los marcos en que hoy se desarrolla. En esta educación han ocurrido importantes transformaciones que contribuyen a una mejor formación del egresado de este tipo de centro para que asuma los cambios que caracterizan el contexto actual, por eso el modelo de la escuela politécnica cubana encamina su labor al logro "…de egresar un trabajador productor con alta calificación técnica, politizado e inmerso en la problemática de su comunidad y de la cultura general del país, como agente de cambio"[11]

Por todo lo anteriormente expuesto se puede considerar que los profesores que dirigen el proceso de enseñanza-aprendizaje en la Secundaria Básica, deben poseer una sólida preparación en los aspectos pedagógicos, metodológicos, científico-técnicos, político–ideológicos, de manera tal que les permita desarrollar con eficiencia el proceso de orientación vocacional, por lo que se coincide con que "…el profesor (…) debe, además de poseer una sólida cultura que le permita hallar los vasos comunicantes, ser capaz de analizar procesos, tomar acertadas decisiones, dominar las vías pedagógicas y psicológicas que le permitan conocer cómo actuar, cómo operar con esa cultura en las esferas gnoseológicas y axiológicas durante el aprendizaje de los alumnos"[12].

La educación de la personalidad en la escuela politécnica forja el carácter innovador, infunde sentido de la diversidad a las soluciones, entrena la inteligencia para la creatividad, estimula la imaginación e insta a los futuros profesionales a mantener su mente abierta al cambio constante en las ciencias y la tecnología, promoviendo un aprendizaje desarrollador. La integración escuela politécnica-mundo laboral parte de considerar la unidad y relativa independencia entre estos dos subsistemas participantes en la formación de los profesionales del nivel medio en Cuba.

Dentro de la ETP se encuentran las Escuelas de Oficios, las cuales se crearon al amparo del decreto ley número 151 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, del 17 de mayo de 1989, con el objetivo de reincorporar al estudio a jóvenes subescolarizados (retraso escolar) o desvinculados del sistema nacional de Educación y estudiantes procedentes de Escuelas Especiales evaluados por el Centro de Diagnóstico y Orientación. Actualmente estos centros mantienen su fuente de ingreso y gradúan anualmente estudiantes que después de la práctica laboral son ubicados en centros donde pueden ejercer la especialidad u oficio para el cual fueron preparados.

Para la elaboración del sitio Web se recomienda el CMS Joomla. Su nombre es una pronunciación fonética para anglófonos de la palabra swahili yumla, que significa "todos juntos" o "como un todo". Se escogió como una reflexión del compromiso del grupo de desarrolladores y la comunidad del proyecto.

Joomla es un Sistema de gestión de contenidos (CMS), y entre sus principales virtudes está la de permitir editar el contenido de un sitio Web de manera sencilla. Es una aplicación de código abierto programada mayoritariamente en PHP bajo una licencia GPL. Este administrador de contenidos puede trabajar en Internet o Intranets y requiere de una Base de datos MySQL, así como, preferiblemente, de un Servidor HTTP Apache.

Una de las mayores potencialidades que tiene este CMS es la gran cantidad de extensiones existentes programadas por su comunidad de usuarios que aumentan las posibilidades de Joomla con nuevas características y que se integran fácilmente en él. Existen cientos de extensiones disponibles y con diversas funcionalidades como por ejemplo: Generadores de formularios dinámicos, Directorios de empresas u organizaciones, Gestores de documentos, Galerías de imágenes multimedia, Motores de comercio y venta electrónica, Software de foros y chats, Calendarios, Software para blogs, Servicios de directorio, Boletines de noticias, Herramientas de registro de datos, Sistemas de publicación de anuncios y Servicios de suscripción.

Aspectos técnicos a tener en cuenta para elaborar y trabajar con el sitio Web:

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