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Formas de exclusion y conceptos relacionados (página 2)

Enviado por Donkan Fenix Davila


Partes: 1, 2, 3

3.1. En lo económico: La crisis económica en algunas personas desocupadas produce inestabilidad en el plano laboral. Los empleadores, al existir una gran demanda, se toman ciertas licencias: aquellos que superan los 40 años son viejos, las mujeres reciben menores sueldos, los jóvenes si no tienen experiencia no son tomados, y para bajar los costos, emplean a obreros en negro casi esclavizados.

El ajuste económico y la internacionalización de la economía, continúa produciendo profundas reestructuraciones tecnológicas, políticas y socio-culturales que agudizan las diferencias entre las subregiones y marginan a amplios sectores de la población.

El desarrollo desigual, en el largo plazo, abre nuevas brechas de pobreza en el interior de cada organización social. En el marco de un modelo económico que produce situaciones recesivas recurrentes y restricciones del mercado de empleo, se recrudecen las descalificaciones prejuiciosas y aumenta la xenofobia frente a los grupos históricamente discriminados (sean indígenas, afrolatinos o migrantes internacionales pobres). Se exacerba la competencia frente a la reducción de las oportunidades de empleo y las desiguales presiones sobre el mercado de trabajo se estratifican, con base en discriminaciones de índole diversa (a veces, las conductas entocéntricas logran primar y poner en un segundo plano las calificaciones profesionales).

Existe discriminación económica cuando existe diferencia entre aquellas personas que poseen más dinero que otras, ya que algunas veces, en lo económico no toman en cuenta a una persona cuando su estabilidad económica es deficiente.

A veces el Ingreso insuficiente, existe inseguridad en el empleo, hay desempleo para esa persona, víctima de discriminación económica y algunas veces no tiene acceso a los recursos.

3.2. En lo político: Los gobiernos no sólo fomentan la discriminación o no protegen a sus ciudadanos, sino que institucionalizan la discriminación al consagrarla por ley. Cuando la ley trata a las personas de modo diferente en virtud de su género, raza, orientación sexual o clase social, una persona puede acabar encarcelada sólo por ser quien es. Muchas veces, la discriminación forma parte de la aplicación o de la imposición de la ley.

3.3. En lo social: cuando se habla de discriminación en un entorno social determinado, existen pocos denominadores comunes que ayuden a la interacción de las personas. Entonces deducimos que la persona que discrimina se cierra considerablemente a la posibilidad de interactuar con la persona discriminada. Al no existir el "denominador común" es más difícil que se creen vínculos sociales que permitan una mayor socialización.

Cuando existe discriminación social existe presencia de ruptura de los lazos sociales y familiares, fuente de capital social y de mecanismos de solidaridad orgánica y comunitaria. Falta de participación en las actividades sociales y políticas.

3.4. En lo cultural: La falta de aceptación hacia personas con diferente creencias y estilo de vida, le decimos que existe discriminación cultural, la difusión de una ideología-sostén de conceptos macroeconómicos globalizantes propicia un proceso de "homogeneización" que intenta socavar la identidad pluricultural de un continente que alberga (junto a numerosas otras colectividades) a más de cuatrocientos pueblos indígenas. Pueblos que admiten diferencias étnicas entre sí, que expresan una rica diversidad de manifestaciones culturales y sobreviven en condiciones de marginalidad económica y social.

Es importante destacar que la cultura promueve el diálogo constante sobre temas diversos a nivel nacional como internacional a partir de una visión amplia del arte y la cultura como producción de sentido en la trama social. Este espacio forma parte de un conjunto de iniciativas, conferencias, foros, diálogos, debates y controversias orientadas a estimular la reflexión sobre los procesos y prácticas culturales desde una perspectiva contextualizada en la complejidad histórica y en la diversidad cultural de América Latina. Es por ello, que al no existir estas diversidades entre pueblos, existe la discriminación cultural, porque no se respeta las creencias, valores y tradiciones de un pueblo, de unas personas.

3.5. En lo religioso: La falta de comprensión por las costumbres de nuestros semejantes es la razón del rechazo a aquellos que practican otra religión o credo. Para muchos es difícil comprender que alguien tenga una creencia distinta. Así, los judíos, los hindúes, los budistas o los gitanos son rechazados.

3.6. En lo étnicos: es una forma de discriminación de las personas recurriendo a motivos raciales, tono de piel u otras características físicas de las personas, de tal modo que unas se consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin intencional o como resultado, la disminución o anulación de los derechos humanos de las personas discriminadas. La discriminación racial es ejercida por todas aquellas personas e instituciones que se colocan desde la perspectiva del grupo racial dominante blanco y que defienden sus intereses y la forma en que se organizan las relaciones humanas entre las personas para perpetuar la supremacía blanca. Una supremacía que se fundamenta en el poder del hombre blanco, por lo cual la discriminación racial parte del menosprecio de lo no blanco junto con el de lo no masculino.

Muchas veces quienes discriminan lo hacen por el color de la piel. Las personas de color, los aborígenes o nativos, los extranjeros de diferente etnia son el blanco de los ataques. Los negros son una de las razas más castigadas, desde los períodos coloniales, fueron víctimas de la esclavitud. Los nativos americanos tras la conquista de los viajeros europeos fueron tratados como animales y hubo civilizaciones que fueron totalmente exterminadas por la falta de comprensión de los "civilizados". En la actualidad, las minorías raciales son rechazadas y experimentan, en ocasiones, agresiones físicas.

Conceptos relacionados con la exclusión

4.7. Pobreza: es una situación o forma de vida que surge como producto de la imposibilidad de acceso o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en un desgaste del nivel y calidad de vida de las personas, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al agua potable. También se suelen considerar la falta de medios para poder acceder a tales recursos, como el desempleo, la falta de ingresos o un nivel bajo de los mismos. También puede ser el resultado de procesos de segregación social o marginación. En muchos países del tercer mundo, se dice que uno está en situación de pobreza cuando su salario (si es que tiene un salario), no alcanza para cubrir las necesidades que incluye la canasta básica de alimento.

4.8. Vulnerabilidad: Es una condición social de riesgo, de dificultad, que inhabilita e invalida, de manera inmediata o en el futuro, a los grupos afectados, en la satisfacción de su bienestar -en tanto subsistencia y calidad de vida- en contextos sociohistóricos y culturalmente determinados.La vulnerabilidad es la incapacidad de resistencia cuando se presenta un fenómeno amenazante, o la incapacidad para reponerse después de que ha ocurrido un desastre. Por ejemplo, las personas que viven en la planicie son más vulnerables ante las inundaciones que los que viven en lugares más altos.

En realidad, la vulnerabilidad depende de diferentes factores, tales como la edad y la salud de la persona, las condiciones higiénicas y ambientales así como la calidad y condiciones de las construcciones y su ubicación en relación con las amenazas.

4.9. Discriminación. es el acto de separar o formar grupos de personas a partir de un criterio o criterios determinados. En su sentido más amplio, la discriminación es una manera de ordenar y clasificar. Puede referirse a cualquier ámbito, y puede utilizar cualquier criterio.

Si hablamos de seres humanos, por ejemplo, podemos discriminarlos entre otros criterios, por edad, color de piel, nivel de estudios, conocimientos, riqueza, color de ojos, etc. Pero también podemos discriminar fuentes de energía, obras de literatura, animales, etc.

No obstante, en su acepción más coloquial, el término discriminación se refiere al acto de hacer una distinción o segregación que atenta contra la igualdad de oportunidades. Normalmente se utiliza para referirse a la violación de la igualdad de derechos para los individuos por cuestión social, racial, religiosa, orientación sexual o por razón de género.

4.10. Dominación significa la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato determinado entre personas. Debe entenderse por dominación, la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos específicos. No es toda especie de probabilidad de ejercer poder sobre otros hombres.

Esta dominación (autoridad) puede descansar en los más diversos motivos de sumisión. Desde la habituación inconsciente hasta lo que son consideraciones puramente racionales con arreglo a fines. En toda relación autentica de autoridad, es esencial que exista un mínimo de voluntad de obediencia, o sea, de interés de obedecer

No toda dominación se sirve del medio económico, ni tiene fines económicos, pero si toda dominación sobre una pluralidad de hombres, requiere de un "cuadro administrativo", es decir, la probabilidad de que se dará una actividad dirigida a la ejecución de mandatos concretos, por parte de un grupo cuya obediencia se espera.

Este cuadro administrativo puede estar ligado la obediencia de su señor, por la costumbre, de un modo afectivo, por intereses materiales, o por motivos ideales. La naturaleza de esos motivos, determina el "tipo de dominación"

4.11. Agresión Social: La agresión se define como el comportamiento que intenta hacer daño u ofender a alguien, ya sea mediante insultos o comentarios hirientes o bien físicamente, a través de golpes, violaciones, lesiones, etc.

La palabra clave para definir la agresión es, por tanto, la intención de dañar y es además la que la diferencia de otros tipos de violencia, en la que el motivo puede ser, por ejemplo, la autoafirmación u obtener supremacía y que se define como la coerción física o psíquica ejercida sobre una persona para obligarla a hacer un determinado acto en contra de su voluntad.

Valores que promueven una sociedad de igualdad

5.12. Tolerancia. La aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona. La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo, es a todas luces una virtud de enorme importancia.

5.13. Solidaridad. Es uno de los principios básicos de la concepción cristiana de la organización social y política, y constituye el fin y el motivo primario del valor de la organización social. Su importancia es radical para el buen desarrollo de una doctrina social sana, y es de singular interés para el estudio del hombre en sociedad y de la sociedad misma. es una de los valores humanos por excelencia, del que se espera cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos sentimientos para salir adelante.

En estos términos, la solidaridad se define como la colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se vivencia experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir.

5.14. Igualdad. Es la ausencia de total discriminación entre los seres humanos, en lo que respecta a sus derechos". Es el principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos, se refiere a que tienen las mismas opciones, esto es "Igualdad Social".

Por lo tanto podemos deducir que el vocablo empleado "Igualdad Social" se refiere a la asociación de seres vivos que funcionan mediante relaciones organizadas de dependencia mutua, que se llevará a cabo a través de un complejo sistema de relaciones entre individuos y grupos basado en valores simbólicos compartidos y en creencias y normas comunes. Igualdad en un sistema político hace referencia al principio jurídico por el cual se reconoce a todos los ciudadanos, sin distinción de clase, raza o religión, capacidad para los mismos derechos.

5.15. Justicia. Define la búsqueda de equilibrio entre partes desiguales, por medio de la creación de protecciones o desigualdades de signo contrario, a favor de los más débiles. Es la concepción que cada época y civilización tienen acerca del bien común.

Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.

La justicia es un status que desea alcanzar y está vinculado estrictamente al valor supra individual del bien común. Incluye la justicia legal, la social, la internacional y la distributiva. La justicia legal corresponde al estado a través de las leyes que tienden al logro del bien común.

La justicia social requiere de una adecuada y proporcionalidad distribución de la riqueza.

La justicia distributiva nos remite al derecho de la justicia individual y al bien común. La justicia internacional genera un orden en el que los estados puedan convivir en paz, a través de la cooperación y tratando de evitar conflictos que comprometan la estabilidad.

5.16. Integración. La integración es la consecuencia de la participación de todas esas personas en todos los ámbitos de la sociedad. Para ello, muchos han de recibir apoyo por parte de los demás. Todos debemos potenciar el uso y disfrute de los recursos y fomentar su participación en la vida cultural, social y política. La integración en un proceso dinámico que debe incluir la participación de todos los miembros de la sociedad y debe estar basado en la igualdad, no en

la caridad. La integración es un fenómeno complejo, sin definición unívoca, que se produce como consecuencia de la adaptación de

las respuestas del individuo a los requerimientos del medio y de la

interacción entre ambos. Es un proceso dinámico y a la vez, el producto o resultado de este proceso. Algunos autores prefieren denominar a este proceso como asimilación, para referirse a la adaptación de los individuos a una determinada jerarquía de normas sociales.

Ya en el ámbito social, la persona valiosa buscará ir más allá de "mi libertad", "mi comodidad o bienestar" y se traducirán estos valores en solidaridad, honestidad, libertad de otros, paz, etc.

La libertad: La libertad parece ser el bien más preciado que posee el hombre. Libertad de conciencia, para alcanzar una vida coherente y equilibrada desde el interior, libertad de expresión, para poder difundir nuestras ideas y promover el debatey la discusión abierta, libertad de reunión como garantía para asociarme con aquellos que comparten ideales y trabajar por los mismos, libertad para elegir responsable y pacíficamente a nuestros gobernantes.

La solidaridad: Surge cuando mi libertad, mi desarrollo y mi bienestar ya no son compatibles con las necesidades y desgracias de los demás. Ya no nos limitamos a compartir en el seno familiar, sino con los demás.

En ciencias sociales, se denomina

La discriminación marginal es un fenómeno vinculado con la estructura social, y está asociado con rezagos que se originan en patrones históricos y el desarrollo de un territorio determinado. Sus efectos implican unas repercusiones de tipo cultural, social, educacional, laboral, y económicas, entre otros. La pobreza puede ser un estado de la marginación y viceversa, aunque el hecho de que exista una, no necesariamente implica que exista la otra.

La Unión Europea define la exclusión como "la imposibilidad de gozar de los derechos sociales sin ayuda, en la imagen desvalorizada de sí mismo y de la capacidad personal de hacer frente a las obligaciones propias, en el riesgo de verse relegado de forma duradera al estatus de persona asistida y en la estigmatización que todo ello conlleva para las personas y, en las ciudades, para los barrios en que residen".[2] Esta noción se entiende como concepto dinámico mucho más amplio que el de mera pobreza. El individuo no será integrado por las ventajas del empleo ni aunque mejore el empleo de manera generalizada. El concepto de exclusión social se refiere a la acción y al efecto de impedir la participación de ciertas categorías de personas en aspectos considerados como valiosos de la vida colectiva.

El hecho de padecer una privación económica de forma duradera supone la no participación en la sociedad. Se considera la exclusión como una falta de participación tanto en lo económico como en lo político, lo cultural y lo social. La exclusión social es algo más que mera pobreza, se trata por tanto de una acumulación de problemas. Desde esta perspectiva se parte de un proceso dinámico y multidimensional, propio de las sociedades postindustriales.

En América Latina, los indígenas son quienes tienen mayores niveles de marginación y mendinguismo tanto en zonas rurales como en zonas urbanas.Las restricciones en el acceso a los servicios e ingresos necesarios para tener un nivel de vida mínimo que resultan de la exclusión social hacen que exista una alta correlación entre pobreza y exclusión social. Aunque no siempre son la mayoría de los pobres, los grupos tradicionalmente excluidos son los más pobres dentro de los pobres. Esta tendencia deja claro que la reducción de la pobreza sólo podrá darse si se enfrentan los complejos factores y determinantes de la exclusión social

Factores que producen marginación o exclusión social

La marginación en los campos de estudio

Las ciencias sociales son la principal disciplina que se encarga del estudio de la marginación. Tanto la pobreza como la marginación son fenómenos multidimensionales cuyo análisis y medición es una tarea compleja, debido a los diferentes marcos analíticos y criterios utilizados para su estudio. No existe una sola forma ni acuerdo en cuanto a la metodología y el tipo de indicadores que deban utilizarse para medir su dimensión.

Algunos estudios se enfocan más en los aspectos económicos de la marginación, mientras que otros dan más importancia a los aspectos sociales; por lo tanto, tampoco existe una manera única de combinar la información o generar indicadores para obtener una medición del grado de marginación.

Cabe mencionar que la exclusión social es un proceso, no una condición; por lo tanto sus fronteras cambian constantemente, y quién es excluido o incluido en el grupo de aislamiento social puede variar con el transcurso del tiempo; dependiendo del grado de educación, las características demográficas, los prejuicios sociales, las prácticas empresariales y las políticas públicas. Finalmente, es necesario recalcar que no existe un concepto único de marginación que sea universalmente aceptado.

Pobreza, vulnerabilidad y exclusión

El concepto de pobreza, que ha sustentado la mayor parte de los trabajos sobre el tema, realizados en las dos últimas décadas, es entendida como carencia y refiere a un estado de deterioro, a una situación de menoscabo que indica tanto una ausencia de elementos esenciales para la subsistencia y el desarrollo personal como una insuficiencia de las herramientas necesarias para abandonar aquella posición.

Estas carencias refieren a dificultades más estructurales o más coyunturales, según sea la índole de los indicadores que se utilizan y por ende, el método por el cual se mide y clasifica el fenómeno. De este modo se es pobre cuando no se logra satisfacer algunos de los requerimientos que han sido definidos como "necesidades básicas", pero también se es pobre cuando, aun cubriéndolas, los ingresos se ubican por debajo de una imaginaria línea de pobreza. Como resultante se habla de pobreza estructural, pauperizados, pobres por ingreso; estas distinciones marcan algunas características de quienes se encuentran en esta condición y en todo caso muestran que los primeros, independientemente del ingreso en el momento de la medición, han tenido históricamente dificultades para alcanzar niveles mínimos de acumulación familiar.

En los diferentes conceptos de pobreza aparece la idea de dificultad y de ausencia. Pero los miembros que integran este universo de "pobrezas" reconocen diferentes orígenes, son efectivamente el resultado de una variedad de situaciones previas, no se participa de la misma historia y por tanto serán diversas las modalidades de enfrentarse a la condición que los une, que resulta no ser otra que la imposibilidad de lograr condiciones de vida aptas para el ejercicio pleno de los derechos que le competen como ser humano. La situación de carencia y deterioro no sólo compromete el presente, con el debilitamiento de la trama social sino que involucran a las generaciones futuras, en la perspectiva de la transferencia intergeneracional de la pobreza. Es casi un "círculo perverso" donde se reproduce las condiciones de marginalidad.

Cuando se apela al concepto de carencia para describir una situación de pobreza también se está haciendo referencia al deterioro de los vínculos relacionales que se traduce en un alejamiento de la vida pública donde la presencia política o su influencia social se mantienen en el plano de lo formal antes que en el real.

En esta línea que entiende pobreza como carencia es a la que se vinculan las nociones de vulnerabilidad y de exclusión y la posibilidad de pensar si pueden ser herramientas analíticas que permitan una aproximación más dinámica tanto a la diversidad de situaciones a las que se enfrentan los que de una u otra manera son partícipes de algún tipo de privación como para indagar en el proceso por el cual amplios sectores de la sociedad perdieron la participación en una o varias formas de relación social.

El uso de estas categorías plantea en primer lugar un interrogante: ¿cuál es la relación que tienen los desarrollos vinculados a las mismas, en cierto modo "importadas" de la discusión europea, con la línea de trabajo y reflexión que se dio en América Latina, desde los años sesenta, sobre marginalidad primero e informalidad después. En otros términos si se trata de un nombre distinto para tratar la misma problemática o si agrega algo a los diversos enfoques de la marginalidad latinoamericana. Una respuesta inicial y provisoria considera que el proceso de exclusión/inclusión y vulnerabilidad implica incorporar la dimensión de la pertenencia y da un marco que otorga un "lugar central a la problemática de los derechos civiles, políticos y sociales lo que permite plantear una nueva concepción de las políticas públicas para moverse a la consideración de las necesidades como derechos".

En los países europeos el uso de la categoría de exclusión se difunde ampliamente en los '90 y el "éxito" se debe en gran parte a la toma de conciencia colectiva de la amenaza que pesa sobre franjas cada vez más numerosas y mal protegidas de la población, así como a que lo consensuan diversos sectores del espectro político. Surge para designar una de las características salientes de los nuevos pobres, a partir de los análisis y trabajos que han investigado el aumento de los fenómenos socioeconómicos que hacen a una sociedad cada vez más dual. Así el debate sitúa los términos del problema no en el crecimiento económico, ni en la producción de riquezas, sino en la manera de repartirla y de tener acceso a ella. "El dualismo social se plantea a partir de la creciente división social entre los que participan de los beneficios de la modernidad, gozando de ingresos suficientes y estables, y aquellos que excluídos de los beneficios de la modernidad, viven con ingresos insuficientes y trabajan en situación precaria", pero además con fronteras entre incluídos y excluídos difíciles de delimitar.

Atkinson (1998) marca tres componentes que aparecen regularmente en los debates para definir la exclusión: sobre su carácter relativo, acerca de los mecanismos y el elemento dinámico que la caracteriza. En primer lugar implica tiempo y espacio, una sociedad en un territorio y un período determinado; toda definición de exclusión debe considerar el funcionamiento de toda la sociedad no sólo la trayectoria individual ya que las causas por las que algunos grupos tienen esta condición generalmente se encuentra en otro sector de la sociedad. En segundo término implica una acción donde están involucrados otros actores. El tercer componente, el carácter dinámico de la exclusión, concierne a las perspectivas futuras, a la transmisión por generaciones de las condiciones de riesgo.

Exclusión entonces debe ser entendida como un concepto relativo y en un doble sentido: "constituye la contrapartida de la inclusión, es decir se está excluído de algo cuya posesión implica un sentido de inclusión. Este algo puede significar una enorme diversidad de situaciones o posesiones materiales y no materiales, como trabajo, familia, educación, vivienda, pertenencia comunitaria, etc. No es un concepto dicotómico que divide a los individuos o grupos en dos; existe una serie de situaciones intermedias entre ambos estados". Es también relativo porque varía espacial e históricamente, en los contextos situados; por otra parte tiene mayor potencialidad analítica para referirlo a aquellas situaciones que implican "fuerte acumulación de desventajas".

R. Castel(1991, 1995, 1996) considera las situaciones de carencia en función de relacionar dos ejes: Un eje de integración-no integración con relación al trabajo, es decir la relación con los medios por los cuales un individuo logra o no reproducir su existencia en el plano económico; otro vinculado a la inserción, o no, en una sociabilidad socio familiar, es decir la inscripción o la ruptura con respecto al sistema relacional en el seno del cual reproduce su existencia en el plano afectivo y social. Esta intersección generaría tres zonas: de integrados-estables, de vulnerabilidad y de exclusión donde se encuentran los más desfavorecidos. Sitúa el centro de la "metamorfosis" en la precarización de las condiciones de trabajo que rompe con la solidaridad y las protecciones construídas en torno a las relaciones laborales y plantea la aparición de "una nueva matriz de desigualdades: la desigualdad ante la precariedad". La contracara en sentido positivo implica la posibilidad de "inclusión", tomando en cuenta las dimensiones social y económica que surgen de la intersección de los ejes antes mencionados y por los que se generan las diferentes situaciones: integración o no al trabajo e inserción –o no- en una sociabilidad relacional con mayor o menor densidad. Desafiliación y vulnerabilidad son fenómenos que deben ser comprendidos desde un horizonte más amplio en el que señala la precariedad del lazo social en las sociedades contemporáneas y la pérdida de poder integrador del Estado a partir de la crisis de la sociedad salarial.

En este sentido el concepto de vulnerabilidad refiere a aquella diversidad de "situaciones intermedias" y al proceso por el cual se está en riesgo de engrosar el espacio de exclusión. Vulnerabilidad no es exactamente lo mismo que pobreza si bien la incluye. Esta última hace referencia a una situación de carencia efectiva y actual, mientras que la vulnerabilidad trasciende esta condición proyectando a futuro la posibilidad de padecerla a partir de ciertas debilidades que se constatan en el presente. Desde este punto de vista es un concepto más dinámico y más abarcativo. En su sentido amplio la categoría de vulnerabilidad refleja dos condiciones: la de los "vulnerados" que se asimila a la condición de pobreza es decir que ya padecen una carencia efectiva que implica la imposibilidad actual de sostenimiento y desarrollo y una debilidad a futuro a partir de esta incapacidad; y la de los "vulnerables" para quienes el deterioro de sus condiciones de vida no está ya materializado sino que aparece como una situación de alta probabilidad en un futuro cercano a partir de las condiciones de fragilidad que los afecte.

Exclusión social

En la literatura de las ciencias sociales, la "exclusión social" surge con escaso impacto entre los cientistas sociales a mediados del "60 y principios de los "70 en Francia, en los libros de Massé (1965) y Lenoir (1974). Para estos autores europeos, los "excluidos" eran un pequeño porcentaje de la población que había quedado fuera del progreso general que vivía la sociedad.

A igual que el concepto de "marginalidad", la noción de "exclusión social" está enraizada vigorosamente en un momento histórico determinado. En este caso en particular, se puede sostener que la existencia de una población relegada, económica, social y políticamente, es el resultado lógico del modelo político que se aplica; es decir, que el estado neoliberal es el que produce la "exclusión social".

Como se puede advertir, la noción de "exclusión social", en sus inicios estuvo ligada a un pequeño sector social que se encontraba ubicado fuera del sistema social. Este concepto al ser trasladado a América Latina, se amplía, extendiéndose a situaciones de precariedad y deterioro en las condiciones de vida que afecta a grandes mayorías (Ziccardi, 2000).

En este marco, los excluidos sociales no pertenecen al mundo de los ciudadanos (Villareal, 1996), son sujetos inarticulados, invisibles, sin futuro, sobrevivientes que ni siquiera son reconocidos como indigentes o miserables que podían gozar el socorro -ayuda extraordinaria- del Estado (Redondo, 2004).

Los excluidos son aquellos sujetos que han perdido su filiación con la población y no pueden integrarse y, por tanto, se sitúan fuera de las pautas de producción y consumo comúnmente admitidas por la sociedad. Estas personas o sectores sociales como dice cruelmente Nun (2003) sobran, no se los necesita y, el resto puede vivir sin ellos y le gustaría hacerlo.

Lovuolo (1996) define la exclusión "en" la sociedad (o genéricamente llamada "exclusión social") como "aquellas condiciones que permiten, facilitan o promueven que ciertos miembros de la sociedad sean apartados, rechazados o simplemente se les niegue la posibilidad de acceder a los beneficios institucionales". Para este autor, la "exclusión social" es un fenómeno que no puede comprenderse sin su opuesto, la noción de inclusión social. Ambos fenómenos son producto de la misma dinámica.

Los excluidos son aquellos que no han logrado incluirse, es decir no pueden acceder ni usufructuar los beneficios de las instituciones sociales ni adoptar su modo vida.

Lovuolo (1996) utiliza la expresión "exclusión "en" la sociedad" en lugar de "exclusión "de" la sociedad" para dejar claro que la exclusión no es un proceso extrínseco a la sociedad, sino que es parte de ella. De este modo evade el error de suponer que los excluidos están fuera de la sociedad

De acuerdo con Petras (2003) los excluidos "son principalmente, trabajadores rurales sin tierras, indígenas y paisanos en minifundios o granjas de subsistencia, trabajadores urbanos desempleados o sub-empleados, trabajadoras domésticas, la masa de vendedores callejeros, obreros de la construcción temporarios, operarios de fábricas con contratos precarios, jóvenes que nunca tuvieron un trabajo estable".

Como puede apreciarse, tanto Lovuolo como Petras consideran que los excluidos, están integrados dentro del sistema social, los mismos no viven en una realidad aparte, sino que forman parte de un mundo social único donde los excluidos son aquellos que ocupan una posición más desfavorable y desigual. Incluso Petras (2003), es más radical en cuanto a su posición, él llega a sostener que el problema real de los excluidos no es la incorporación, sino la "transformación" del sistema de propiedad y de poder a fin de que los pobres tengan acceso al control de los recursos de riqueza y servicios sociales.

La "vulnerabilidad", es una instancia intermedia entre la inclusión y la exclusión en donde se generan situaciones de precariedad, fragilidad y debilidad que impiden a un individuo o grupo particular lograr la satisfacción plena o parcial de una necesidad o al acceso a un bien social. Esto varía en el tiempo y el espacio en la medida en que forma parte de procesos históricos y sociales específicos. Una acumulación de "vulnerabilidades" podría conducir finalmente a la "exclusión social". Así el desempleoy el bajo nivel de educación favorecen la creación del círculo vicioso de la pobreza que termina en la exclusión.

Tal como prueba la literatura, la existencia de la pobreza crónica caracterizada por la falta de empleo productivo y la falta de oportunidades para participar activamente en los intercambios generales dentro de la sociedad son factores que conducen a la "exclusión social".

La "exclusión social" alude a la imposibilidad o la dificultad que tiene una persona o un grupo social para acceder y participar activamente en la esfera económica, cultural y política de la sociedad. Como resultado de ello, los individuos o las comunidades no pueden pertenecer y participar plenamente en la sociedad porque sus vínculos sociales se debilitan o se rompen. Si bien es cierto que los especialistas que trabajan en esta cuestión no llegan a acordar en la elaboración de una definición común de la "exclusión social", sí hay consenso en considerarla como un fenómeno complejo y multidimensional que está configurada por al menos tres dimensiones (Farrel y Thirion, 2000; Estivill, 2003, Bessis, 1995; entre muchos otros). Ellas son: la dimensión económica, la dimensión social y cultural y la dimensión política.

Vulnerabilidad social

Los agudos cambios acontecidos en las sociedades latinoamericanas, nacidos del establecimiento de una nueva modalidad de desarrollo, introducen nuevas complejidades en la comprensión de la realidad social emergente. Más allá de las condiciones históricas de pobreza y concentración del ingreso, (características del desarrollo de los países de la región), la apertura de los mercados y el repliegue productivo y social del Estado han ocasionado un recrudecimiento de la indefensión e inseguridad para extensos grupos de personas y familias, que se encuentran expuestos a mayores riesgos, especialmente entre aquellos que habitan en las áreas urbanas.

Los términos "vulnerabilidad" y "grupos vulnerables" se vienen utilizando con mucha frecuencia en círculos intelectuales y gubernamentales de América Latina. Los fuertes impactos sociales provocados por los programas de ajuste tienen responsabilidad en la incorporación de esta nueva terminología. Sin embargo, no se observa gran precisión conceptual cuando se hace referencia a la vulnerabilidad social y la mayoría de las veces se la confunde con pobreza (Pizarro, 2001)

La vulnerabilidad se ha constituido en un rasgo social dominante en América Latina. Por tratarse de un concepto que puede ser enigmático, con el que se alude a fenómenos diversos y situaciones heterogéneas, consideramos oportuno presentar en términos operativos, la definición de vulnerabilidad social, entendida como una condición social de riesgo, de dificultad, que inhabilita e invalida, de manera inmediata o en el futuro, a los grupos afectados, en la satisfacción de su bienestar -en tanto subsistencia y calidad de vida- en contextos sociohistóricos y culturalmente determinados. Esta definición en su esencia se corresponde con la brindada por Pizarro (1999) que enuncia: "la vulnerabilidad como un fenómeno social multidimensional que da cuenta de los sentimientos de riesgo, inseguridad e indefensión y de la base material que los sustenta, provocado por la implantación de una nueva modalidad de desarrollo que introduce cambios de gran envergadura que afectan a la mayoría de la población"

Ambas definiciones clarifican que la vulnerabilidad tiene semejanzas con la pobreza donde la relación más clara está relacionada con la falta de empleo o su mala calidad. Ya que los ingresos resultantes del trabajo representan la fuente más directa e importante para la sobrevivencia de los hogares que sufren estos fenómenos.

La pobreza en América Latina históricamente ha sido un fenómeno que ha marcado la vida de extensos grupos sociales, lo que algunos han llegado a aceptar como una fatalidad. Sin embargo, en los años noventa, además de la pobreza, la vulnerabilidad social se ha convertido en un rasgo dominante que se extiende a vastos contingentes de la población, comprendidos los sectores medios, que en la modalidad de desarrollo previa fueron símbolos de la movilidad social ascendente y portadores, junto incluso a sectores pobres organizados, de proyectos de transformación de la sociedad.

Los impactos provocados por las formas de producción, las instituciones y los valores que caracterizan al nuevo patrón de desarrollo en los países de la región han dejado a los grupos de bajos ingresos y a las capas medias, expuestos a elevados niveles de inseguridad y desamparo.

La vulnerabilidad social es el resultado de los impactos provocados por el patrón de desarrollo vigente, pero también expresa la incapacidad de los grupos más débiles de la sociedad para enfrentarlos, neutralizarlos u obtener beneficios de ellos.

Sin embargo, la inseguridad e indefensión que caracterizan a ésta no son necesariamente atribuibles a la insuficiencia de ingresos, propios de la pobreza. (Pizarro, 2001).Según la concepción de Pizarro podemos entender que se puede padecer pobreza y no ser vulnerable.Hay otras dimensiones de la vida social, y no sólo el trabajo, en las que el riesgo y la inseguridad son dominantes. De forma adicional, la generalización de las comunicaciones en las sociedades latinoamericanas ha generado un proceso valórico y cultural inclusivo, de carácter inédito, con pautas globales que se imponen cotidianamente a todos los miembros de la sociedad latinoamericana independientemente de sus niveles de ingresos y extracción social. Esta forma de inclusión, por la vía de las comunicaciones, exacerba las desigualdades y coloca en evidencia la vulnerabilidad en que se encuentran los sectores subordinados en los países de la región.

"La vulnerabilidad, hace referencia al carácter de las estructuras e instituciones económico-sociales y al impacto que éstas provocan en comunidades, familias y personas en distintas dimensiones de la vida social."

Como referíamos al hablar de exclusión social, la vulnerabilidad es una instancia intermedia, cuya acumulación puede conducir a la exclusión, en donde se generan situaciones de precariedad, fragilidad y debilidad que impiden a un individuo o grupo particular lograr la satisfacción plena o parcial de una necesidad o al acceso a un bien social. Así el desempleo y el bajo nivel de educación, favorecen la creación del círculo vicioso de la pobreza, que termina en la exclusión.

El uso del concepto de vulnerabilidad parece ser relevante, para entender el impacto psico-social que ha producido en los habitantes de América Latina el nuevo patrón de desarrollo. Los enfoques de pobreza y distribución del ingreso son insuficientes para comprender la condición de indefensión y el debilitamiento de los recursos y capacidades de amplios grupos sociales de la región producto del shock transformador. El nuevo patrón de desarrollo, si bien ha abierto oportunidades y potencia los recursos existentes en ciertos sectores de la sociedad también ha cerrado oportunidades y ha debilitado los de una gran mayoría de la población.

En mayor o menor medida, los recursos de que disponen las familias y personas en las áreas urbanas de América Latina sufrieron el impacto del nuevo patrón de desarrollo.

Así, la vulnerabilidad se manifestó, en los años noventa, en las distintas dimensiones de la vida social: en el trabajo, en el capital humano, en el capital físico del sector informal, y en las relaciones sociales.

Pobreza

La pobreza no es un fenómeno desconocido, ni contemporáneo; sino que ha acompañado a los seres humanos desde su más antigua prehistoria, el interéspor su estudio, con miras a su enfrentamiento y potencial derrota perspectiva sí puede decirse que es un hecho de nuestros tiempos.

Es cierto que por su naturaleza y complejidad resulta difícil definirla. La palabra pobreza sugiere ideas de exclusión, marginación y carencia de medios básicos para el desarrollo de la vida humana y por lo tanto tiene un sentido multidimensional y multidisciplinar.

El interés por el tema de la pobreza se ha incrementado en los últimos veinte años, particularmente en América Latina, primero como resultado de la crisis de la deuda en los años 80, y después por los trastornos ocasionados en los sectores populares por las políticas de ajuste y reformas estructurales empleadas por la casi totalidad de los gobiernos del área.

Esto como resultante, contribuyó a polarizar las sociedades de la región, creando un cuantioso contingente de "nuevos pobres" y ampliando la brecha entre los sectores más privilegiados y más desposeídos, al tiempo que sitúan a los países en el callejón sin salida de una deuda externa perceptiblemente impagable.

Entre los criterios referentes a esta definición encontramos que " la carencia aporta los elementos de una definición biológica, en tanto es a partir de la desigualdad que podemos explicar la pobreza como fenómeno social. Y tal especificidad precede en el tiempo al nacimiento mismo de la modernidad capitalista, que la ha agudizado y llevado a su máxima expresión".

Este fenómeno social a decir de Alonso (2007), se genera y se reproduce a partir de la configuración y de los cambios en la estructura social. Siendo las personas, familias, comunidades y países pobres, expresión, a diferentes escalas, del patrón de desigualdad creado por la mercancía.

Continuando con la búsqueda de las relaciones entre todos estos fenómenos sociales podemos decir que, desigualdad y pobreza no significan la misma cosa, sino que aluden a realidades inseparables, donde debemos distinguir una relación causal: la pobreza es generada por la desigualdad.

La pobreza hace a las personas "vulnerables" a una serie de situaciones que disminuyen su calidad de vida. Cuando la pobreza afecta a una familia se aumenta su probabilidad de sufrir circunstancias negativas como el hambre, la deserción escolar, el consumo de drogas y alcohol, la maternidad en la edad adolescente, la delincuencia, etc. (Litcher, Sananhan y Garder, 1999). La severidad e implicaciones de estos efectos están determinadas por la duración o permanencia de la pobreza.

Varios estudios establecen que la pobreza está asociada, entre otros factores, con el crecimiento económico de un país y la forma cómo se distribuye el ingreso. Altas tasas de crecimiento económico generan empleo y mayores fuentes de ingresos para la población. Así mismo, el alto grado de desigualdad en la distribución de los recursos, relativo al nivel de desarrollo de América Latina, ha sido señalado como uno de los principales obstáculos en la reducción de la pobreza en la región.

Al revisar la bibliografía sobre este tema, abundante por la vigencia y repercusión a nivel global podemos ver las diferentes posiciones y las muestras de la voluntad que existe para luchar por la erradicación de la pobreza. Una causa muy justa a la cual cada día se unen más personas que piensan en correspondencia con lo que dijera Uribe (2005), en el mundo, "la pobreza es más el resultado de la inequidad que de la escasez".

Todos los términos abordados en el desarrollo de este trabajo adquieren mayor relevancia para América Latina, donde el aumento vertiginoso de todos estos fenómenos sociales atentan constantemente contra el desarrollo individual, social, económico y político de nuestros países. Ganar en claridad teórica acerca de estos términos, sus interrelaciones y sobre todo, de sus consecuencias es lo que permitirá enfocarnos a soluciones factibles. No podemos permitir la reproducciónde los patrones que perpetúan la existencia de estos males que corroen nuestras sociedades latinoamericanas; nuestras proyecciones no pueden ser utópicas. Las transformaciones que necesita América Latina, pueden estar al alcance de todos si logramos aunar la voluntad social de lograrlo, sin olvidar el papel que tiene que jugar la educación y la cultura en el desarrollo personal de cada sujeto.

Consideramos que todo lo aquí referido es muy importante para el trabajo en las comunidades, reconociendo a éstas como el lugar más factible y con mayores recursos y potencialidades para enfrentar la situaciones de marginalidad precisamente en el espacio donde son más visibles.

Hacemos referencia a esta variante de trabajo, que quizás pueda ser tomado como sugerencia, apoyándonos en las experiencias que se desarrollan en Cuba en el área de trabajo comunitario. Actualmente, nos encontramos enfrascados en un proyecto de intervención comunitaria en comunidades marginales que surgió como consecuencias de la investigación que dio origen a esta publicación. Realizada con el empeño de sensibilizar a las personas que poseen potencialidades internas y personales capaces de ayudarlos a mejorar su vida cotidiana.

La marginación y la marginalidad son conceptos que reseñan cómo funcionan las relaciones entre la sociedad y sus miembros (sujetos sociales) y la vulnerabilidad, la exclusión y la pobreza son conceptos que hablan de la contextualización de esas relaciones.

Todas las definiciones referidas, tienen en común ser fenómenos sociales que afectan al ser humano, al hombre en su desarrollo personal, psíquico, profesional y social. Fenómenos sociales que se reproducen y agravan, atentando contra el desarrollo humano.Cuando hablamos de desarrollo humano, consideramos que es multidimensional y aborda dimensiones tales como la libertad política, económica y social, la posibilidad de ser creativo y productivo, respetarse a sí mismo y disfrutar de la garantía de los derechos humanos. El desarrollo humano tendría además dos aspectos distintos, la formación de las capacidades humanas (mejor estado de salud, conocimiento y destreza) y el uso que la población hace de las capacidades adquiridas (descanso, producción y actividades culturales, sociales y políticas.

VALORES: Formas de eliminación de la discriminación y la desigualdad.

Valor de la persona – dignidad. La defensa de la dignidad de todo ser humano se expresa en otros argumentos complementarios:

Defensa de los derechos humanos de tercera generación. Existe un proceso histórico desde el cual podemos comprender el desarrollo de los derechos humanos y los valores fundamentales que acompañan a cada una de las denominadas tres generaciones: si la libertad individual acompañó a la primera generación de los derechos humanos, y la igualdad inspiró la segunda generación, la tercera generación de los derechos humanos saca a la luz los principios inalienables sobre el medio ambiente, la paz y el desarrollo. Estos últimos son aquellos donde la humanidad se juega su propia viabilidad como planeta, son los que cuestionan los grandes desequilibrios de nuestro mundo y los que nos urgen a vivir y pensar de otro modo. En este espacio el valor clave sigue siendo la solidaridad. El principal reto ecológico de nuestro mundo debería consistir en asegurar la vida digna de la humanidad. La deuda externa pone en peligro esos mínimos de vida digna para buena parte de los pueblos más empobrecidos de la Tierra.

Defensa de la justicia social, que va más allá de los modelos capitalistas de justicia conmutativa y distributiva. La justicia social, que hace una pública e incondicional apuesta por los perdedores y por los últimos, está basada en la igualdad y hermandad de los hombres y en la universalidad de sus derechos esenciales. Apunta a la consecución del bien común, que no proviene de los dictados de ningún Estado sino que se expresa en la posibilidad de que el otro exista y tenga cabida en el mundo de los vivos. Por eso, en la selección de las decisiones a adoptar para el pago de la deuda, que deben comportar medidas de austeridad también en el Norte, se habrá de estudiar su impacto sobre las poblaciones más pobres y arbitrar las que les ayuden a asumir un papel activo en su propio desarrollo, contribuyendo así, por su parte, a la reducción progresiva de la deuda.

Defensa de la participación de la sociedad civil para generar una cultura de la solidaridad transformadora de la realidad. Movilizarse en favor de la condonación de la deuda externa y hacer llegar estas reivindicaciones a las esferas de poder políticas y económicas, implica asumir un espacio de profundización democrática en nuestro país, supone inyectar de sentido y presencia a la sociedad civil, y compromete la vertebración de un tejido social despierto y atento a la humanización de nuestro mundo. La búsqueda de soluciones para superar el endeudamiento incumbe, ante todo, a los actores financieros y monetarios, pero también a los responsables políticos y económicos. Todas las categorías sociales están llamadas a comprender mejor la complejidad de las situaciones y a cooperar en las opciones y en la realización de las políticas necesarias. Nadie puede sentirse ajeno a esta cuestión.

Tomar conciencia de las dimensiones y la significación de este problema ha de producirse en cada persona, junto a un serio examen de nuestros comportamientos individuales y sociales, y de nuestro estilo de vida ya que, con frecuencia, están relacionados con el destino de los millones de personas empobrecidas que viven en otros lugares, aún lejanos. La solidaridad con el otro ha de traducirse en una toma de postura crítica con respecto a nosotros mismos y a nuestra sociedad.

Relación: igualdad- discriminación -educación compensatoria

La Ley 13/82 de 7 de abril de Integración Social de los Minusválidos, desarrollando el citado precepto constitucional, establece los principios de normalización y sectorización de los servicios, integración y atención individualizada que han de presidir las actuaciones de las Administraciones públicas, en todos sus niveles y áreas, en relación con las personas con alguna minusvalía

En aplicación y desarrollo de estos principios en el ámbito educativo, el Real Decreto 334/85 de 6 de marzo, de Ordenación de la Educación Especial, estableció un conjunto de medidas, tanto de ordenación como de planificación tendentes a la progresiva transformación del sistema educativo con objeto de garantizar que los alumnos con necesidades especiales puedan alcanzar, en el máximo grado posible, los objetivos educativos establecidos con carácter general y conseguir de esta manera una mayor calidad de vida en los ámbitos personal, social y laboral.Estas medidas se han ido vertebrando en torno al programa de integración escolar que el MEC ha desarrollado a lo largo de los últimos nueve años.

La evaluación que del programa de integración, tanto en su fase experimental como de extensión, ha llevado a cabo este Ministerio ha puesto de manifiesto, junto con un importante grado de consecución de los objetivos propuestos, las condiciones necesarias para un óptimo desarrollo de dicho programa, por lo que parece conveniente revisar y actualizar las condiciones en las que hasta ahora se ha llevado a cabo la atención a los alumnos con necesidades educativas especiales.

Respecto a la educación de los alumnos con necesidades educativas especiales, la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema educativo consagra los principios introducidos por la Ley de integración Social de los Minusválidos, recogidos en e Real Decreto 334/85 de 6 de marzo, antes citado, y establece que el sistema educativo dispondrá de los recursos necesarios para que los alumnos con necesidades educativas especiales temporales o permanentes, puedan alcanzar, dentro del mismo sistema, los objetivos establecidos con carácter general u para todos los alumnos.

Sin embargo, no todas las necesidades educativas especiales son de la misma naturaleza, tienen un mismo origen o requieren para ser atendidas, actuaciones y medios similares; por una parte, cabe distinguir entre las necesidades especiales que se manifiestan de forma temporal o transitoria de aquellas que tienen un cierto carácter de estabilidad o permanencia a lo largo de la escolarización.

Por otra parte, su origen puede atribuirse a diversas causas relacionadas, fundamentalmente, con el contexto social o cultural, con la historia educativa escolar de los alumnos o con condiciones personales asociadas bien a una sobredotación en cuanto a capacidades intelectuales, bien a una discapacidad psíquica sensorial o motora o a trastornos graves de conducta. Por último, si bien la Administración educativa debe regular las actuaciones y los medios previstos para atender las necesidades especiales de todo el alumnado, desde la perspectiva de la ordenación de la planificación de recursos y de la organización de la respuesta educativa conviene acometer esta tarea atendiendo diferencialmente a su naturaleza, origen mayor o menor permanencia de sus manifestaciones en el transcurso de la escolaridad.

Necesidad de un nuevo orden mundial

Con respecto a los derechos de tercera generación, hay que denunciar el hecho de que los gobiernos de los países más ricos no acaban de comprometerse en la lucha contra la polución ni en el control del tráfico de armas . Esto permite que las grandes empresas continúen contaminando y que los conflictos bélicos que se producen en los países pobres encuentren fácilmente las armas que necesitan para continuar sus guerras.

Exclusión social: conceptualización: orígenes del concepto

Como concepto analítico, el término "exclusión social" se acuñó originalmente en Francia en 1974, en referencia a varias categorías sociales de personas, tales como los incapacitados mentales y físicamente, los padres solteros, los usuarios de sustancias controladas y otros grupos que no están protegidos por el seguro social. A medida que el uso del término se fue generalizando en los años 80, empezó a referirse a una gama completa de grupos desfavorecidos socialmente y se tornó central en los debates franceses sobre la "nueva pobreza" asociada con las rápidas transformaciones económicas.

En este contexto, la exclusión social se refería al crecimiento del desempleo a largo plazo y cíclico al igual que a la creciente inestabilidad de las relaciones sociales: inestabilidad familiar, hogares de un solo miembro, aislamiento social y la disminución de la solidaridad de clase. El concepto también incluía aspectos materiales, espirituales y simbólicos.

Se consideró como la ruptura progresiva de los lazos sociales y simbólicos económicos, institucionales y significativos que normalmente, cada persona le adjunta a su sociedad. Desde principios de los años 80, los significados de la exclusión social y sus respuestas apropiadas, la inserción e integración en los debates de desarrollo nacionales han seguido siendo utilizados como una forma importante de análisis de la pobreza contemporánea.

Por ejemplo, la Unión Europea y muchos de sus estados miembro han tomado la 'exclusión social" como parte central de la formación de la política pública. Los Tratados de Maastricht y Ámsterdam y los Fondos Estructurales incluyeron un compromiso para combatir la exclusión social. La UE ha promovido el financiamiento para la inserción social a través del Fondo Social Europeo, la Red Antipobreza Europea y programas contra la pobreza. Además, también se dio un importante cambio en la terminología de los Programas Antipobreza de la UE: la "pobreza" fue la preocupación central del primer programa, pero en el tercer programa, el tema central ha sido la exclusión social. Para principios de los años 80, el concepto de exclusión social se había convertido en un término que proporcionaba un marco importante para considerar cuidadosamente la política social alternativa, particularmente en relación con la noción de la provisión del bienestar social.

También se convirtió en un concepto radicalmente innovador para describir la carencia. La ventaja del concepto es que centra la atención en los aspectos fundamentales de la carencia. Por ejemplo, Sen ( ) recibió muy bien el marco de exclusión social debido a su enfoque en las "bases de relación" de la carencia. Además, de acuerdo con Maxwell y Kenway (2000) la fortaleza del modelo de exclusión social es que coloca a las causas de manera más firme en el cuadro. A la pobreza se la considera como factor resaltante de diferentes procesos en el ámbito de los derechos, los recursos y las relaciones: el foco central está en las instituciones.

La exclusión social es el proceso acumulativo sobre una persona de factores negativos, con barreras y límites que la dejan fuera de la participación en la vida social mayoritariamente aceptada. Estos límites y barreras son de origen muy diverso y van más allá de la carencia de ingresos, pues incluso estando la persona en una situación de extrema pobreza, puede no padecer exclusión social, si bien es probable que esté en riesgo de exclusión.

Conviene diferenciar entre exclusión o marginación social, e inadaptación, la clave radica en el conocimiento que de su propia situación tenga la persona. Así, la persona inadaptada es aquella que toma conciencia de su situación e intenta rebelarse y, la marginada o excluida, es la que se sitúa fuera, en los límites de lo establecido estándar y socialmente como normal. La exclusión, va unida a una elevada dificultad para superar la situación de marginación, cayendo con frecuencia en un ciclo o inercia negativa que sin la ayuda de medidas y apoyos externos resulta difícil de superar.

Proceso mediante el cual los individuos o los grupos son total o parcialmente excluidos de una participación plena en la sociedad en la que viven (Fundación Europea, 1995)

– Los obstáculos que encuentran determinadas personas para participar plenamente en la vida social, viéndose privadas de una o varias opciones consideradas fundamentales para el desarrollo humano.

El concepto de exclusión social es multidimensional, y sus dimensiones pertenecen a tres áreas de gran importancia como son: los recursos, las relaciones sociales y los derechos legales, y son las siguientes:

1. PRIVACIÓN ECONÓMICA:

a. Ingresos insuficientes.

b. Inseguridad en el empleo.

c. Desempleo.

d. Falta de acceso a los recursos.

2. PRIVACIÓN SOCIAL:

a. Ruptura de los lazos sociales y familiares, fuente de capital social y de mecanismos de solidaridad orgánica y comunitaria.

b. Marginación social.

c. Alteración de los comportamientos sociales.

d. Falta de participación en las actividades sociales y políticas.

e. Deterioro de salud.

3. PRIVACIÓN POLÍTICA:

a. Carencia de poder.

b. Falta de participación en las decisiones que afectan a su vida cotidiana.

c. Ausencia de participación política y escasa representatividad.

La sociedad se divide entre los incluidos sociales y los excluidos sociales.

– INCLUIDOS, son los productivos.

– EXCLUIDOS, son los no productivos.

Según J. García Roca (1998), los procesos de exclusión social cuyos elementos incluyen factores personales, subjetivos y psicológicos, se caracterizan por:

A. DIMENSIÓN ESTRUCTURAL O ECONÓMICA:

a. Carencia de recursos materiales, derivada de la exclusión del mercado de trabajo.

B. DIMENSIÓN CONTEXTUAL O SOCIAL:

a. Caracterizada por la falta de integración en la vida familiar y en la comunidad de pertenencia.

C. DIMENSIÓN SUBJETIVA O PERSONAL:

a. Ruptura de la comunicación.

b. Debilidad de la significación y erosión de las dimensiones vitales.

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL.

Los valores dominantes de cada momento en una sociedad y en una cultura establecen la forma de medir la pobreza. No sólo se refiere la pobreza a la falta de medios económicos, sino a la carencia de otros factores.

Definición de pobreza: Aquel proceso en el que las necesidades humanas consideradas básicas (salud física y autonomía) no pueden satisfacerse de forma prolongada en el tiempo o involuntariamente (M. A. MATEO,2001)

RASGOS BÁSICOS DEL PROCESO DE EMPOBRECIMIENTO.

– La pobreza tiene causas estructurales.

– Permanece en el tiempo.

– Es dinámica.

– Supone insatisfacción de necesidades básicas.

POBREZA ABSOLUTA: No tener un mínimo objetivamente determinado para garantizar la supervivencia.

POBREZA RELATIVA: No tener lo mismo que los otros, estar por debajo de la media del país.

TEORÍAS DE LAS CAPACIDADES A. SEN (1998)

La pobreza es el no poder tener acceso a los recursos necesarios para ser capaz de realizar unas actividades mínimas relacionadas con la supervivencia, salud, reproducción, relaciones sociales, conocimientos y participación social.

RELACIÓN POBREZA – EXCLUSIÓN SOCIAL.

· Unos ven la exclusión social como la causa de la pobreza.

· Otros consideran la pobreza como parte de la exclusión social.

Las situaciones de empobrecimiento y / o exclusión social tienen en sus bases rasgos de sociedades desiguales.

La exclusión social está condicionada por las estructuras socioeconómicas y políticas de cada país. También está ligada a factores como la situación geográfica, y a otros como la discriminación por cuestiones de género, casta o etnia.

MECANISMOS ESTRUCTURALES DE PRODUCCIÓN DE EXCLUSIÓN.

– La persistencia del desempleo de larga duración.

– Las consecuencias para el mercado laboral de los cambios en las sociedades industriales.

– El deterioro de las estructuras familiares.

– La evolución del sistema de valores.

– La tendencia a la fragmentación social.

– La evolución de los fenómenos migratorios.

La exclusión social se puede considerar como:

· CARACTERÍSTICA INDIVIDUAL: Se relaciona con las condiciones de vida de las personas o los grupos considerando que estos se encuentran en desventaja.

· FACTOR SOCIAL: Hay exclusión social cuando se produce alguna forma de discriminación desde la estructura social y cultural en la que viven los ciudadanos.

Frente a la pobreza y a la exclusión social, se manejan términos como la inserción o la integración social. Son términos distintos que se tienen que manejar en contextos diferentes. La inserción es una fase de la integración social.

La pobreza es el mayor determinante individual de mala salud, y se relaciona con elevadas tasas de consumo de sustancias nocivas para la salud (alcohol, tabaco, drogas, etc)

Teniendo en cuenta que la OMS define la salud como el bienestar físico, psíquico y social, la protección de la salud significa la educación y la promoción de la salud, la prevención de enfermedades, la curación de todas las formas de pérdida de salud y la reinserción social de las personas, individual y colectivamente.

GRUPOS DE RIESGO.

A) PERSONAS CON DISCAPACIDAD PSÍQUICA Y EL ENTORNO FAMILIAR:

* Problemas con enfermos mentales crónicos:

– La asistencia sanitaria se reduce al control de episodios agudos.

– Seguimiento escaso o nulo.

– Dificultades de acceso a recursos psicosociales.

– Escasos recursos económicos o educativos.

Problemas sociales de incomunicación, soledad y aislamiento.

– Dificultades de seguir el tratamiento, si viven solos.

* Problemas de las familias de estos enfermos:

– Gran carga emocional y esfuerzo.

– Escaso apoyo del sistema sanitario.

– Pérdida de salud importante en el cuidador principal.

El enfermo puede llegar a sufrir un proceso de exclusión social. Sus habilidades no son aprovechadas ni reconocidas como productivas para el sistema.

B) PERSONAS "SIN TECHO": comprende el grupo social en el que podríamos incluir:

– Sin recursos económicos.

– Sin hogar.

– Sin apoyos sociales.

– Con problemas de alcoholismo u otras adicciones.

– Elevado índice de patologías mentales.

– Problemas de acceso a los recursos sanitarios y sociales.

– Aislamiento.

– Marginación.

– Invisibilidad.

Son un colectivo con graves problemas de exclusión social, ya que desde las instituciones se piensa muchas veces que no tiene remedio y se limita a ofrecer albergues o comedores sociales para cubrir sus necesidades básica.

C) INMIGRANTES:

Es un grupo especialmente vulnerable. El proceso migratorio está ligado, generalmente, a condiciones precarias que afectaran a su estado de salud.

Influyen factores:

– Ambientales.

– Económicos.

– Sanitarios.

– Sociales.

– De género, etc.

Uno de los problemas, es que no tienen posibilidades de participar en el proceso de planificación de las acciones para la mejora de la salud de su colectivo. Esto junto con otras causas de tipo económico, político y cultural, provocan muchos problemas de exclusión social en las sociedades receptoras de población inmigrante.

D) LA TERCERA EDAD: Los ancianos son personas muy vulnerables por distintas razones, pues carecen del apoyo social por vivir socialmente aislados por:

– Problemas físicos (incapacidades, minusvalías, etc)

– Razones generacionales (carencias sociales y culturales)

Las sociedades capitalistas muchas veces los rechazan por no ser productivas, sino que son receptores del Estado de Bienestar.

E) LOS DESEMPLEADOS DE LARGA DURACIÓN:

Entre las personas con un puesto de trabajo, existe una asociación entre la categoría del trabajo y la mortalidad y la morbilidad, que se mantiene cuando se efectúa un ajuste entre factores como el nivel educativo o la propiedad de la vivienda.

El desempleo largo o la inseguridad laboral tienen efectos perjudiciales para la salud.

Otros grupos sociales que son vulnerables de padecer exclusión social relacionados con la salud son:

· Los drogodependientes.

· Los enfermos de SIDA.

· Los que ejercen la prostitución.

· Los alcohólicos.

· Los ex – presidiarios, etc

Para reducir y eliminar la exclusión de grupos sociales y avanzar en la consecución de la integración, hay que apostar por estrategias orientadas a:

· La participación social.

· La integración laboral.

· El empoderamiento.

· La autoestima y realización personal.

Factores de exclusión social

Factores económicos

El principal factor que determina que el barrio se encuentre en un proceso de exclusión es el económico. Para ello, vamos a analizar, en primer lugar, los cambios económicos y laborales en las sociedades capitalistas avanzadas, a raíz de los procesos de globalización y su influencia en El Puche. En segundo lugar, nos detenemos en explicar la situación laboral y económica concreta del barrio.

Desde que se produjo la Revolución Industrial la economía ha sido el motor de la sociedad en el ámbito planetario, conformándose con el tiempo lo que hoy conocemos como sociedad globalizada o aldea global. El capitalismo impregna todos los aspectos de la vida del ser humano, superando y desdibujando todas las fronteras artificiales y reales que existen en el planeta. Pero este sistema no ha tenido una manifestación uniforme, sino que "se han sucedido múltiples secuencias a lo largo del eje de la producción y las formas de conocimiento" (Bell,1989, p. 27). Son varias y complejas las características de esta "sociedad post-industrial", pero, de entre ellas, desatan las siguientes.

En primer lugar, el sector económico ha sufrido una metamorfosis desde una economía productora exclusiva de mercancías a otra productora de servicios. La mayoría de la fuerza de trabajo no se ocupa ya en la agricultura o en las fábricas, sino en los servicios, que incluyen las finanzas, el transporte, sanidad, y un largo etcétera, dónde destaca la investigación, es decir, una nueva inteligentsia.

Este cambio económico provoca la aparición de un nuevo trabajador de cuello blanco, que desde 1970 supera a los trabajadores de cuello azul. Del mismo modo, en este contexto tiene primacía el conocimiento teórico. La sociedad actual se organiza en torno al conocimiento para lograr el control social, la dirección de la innovación y el cambio, y esto, a su vez, da lugar a nuevas relaciones sociales y estructuras que tienen que ser dirigidas políticamente. Las sociedades actuales subsisten básicamente por la innovación y el control social del cambio y tratando de anticiparse al futuro a través del conocimiento con el fin de planificarlo. En definitiva, estamos ante la aparición de la "tecnología intelectual" (Bell, 1989 p. 30).

En segundo lugar, aparece la división internacional del trabajo y la especialización económica. Los mercados se reestructuran, segmentan y toman una vocación más universal. Esta segmentación laboral provoca que no exista un único mercado de trabajo, sino que existe una pluralidad de marcos de contratación. Como señala Piore (1983) hay tres grandes mercados: el primario superior (característico de empleos profesionales muy cualificados, con una enorme movilidad laboral), el primario inferior (específico de empleos estables en industrias y servicios, de cualificación media, y el mercado secundario compuesto empleos inestables, precarizados, de baja retribución y de enorme movilidad).

Todo ello, tiene como consecuencia la dualización del mercado y la apertura del abanico salarial: por un lado, encontramos a trabajadores precarios eventuales y con bajo salario –la gran mayoría de los habitantes de los extrarradios-, en el medio a empleados fijos con grandes rentas, y en el otro extremo del continuum, los propietarios de capital y altos cargos de dirección.

Si nos detenemos en el mercado de trabajo de la provincia de Almería, observamos que ha sufrido una fuerte transformación en los veinte últimos años, con un protagonista claro, la producción agrícola en invernadero. Además, de esta agricultura intensiva y sus derivados, la provincia de Almería fundamenta su crecimiento en dos ejes más. Uno, el sector servicios, con una aportación turística muy diversa. Dos, la extracción de mármol, localizada en la comarca de Macael. Estos tres ejes económicos que vertebran toda la provincia han provocado también un crecimiento de otros sectores como ha sido la construcción.

Pese a este estado de desarrollo y crecimiento económico de gran parte de la provincia, no se ha conseguido limar el proceso de exclusión laboral que padecen algunos barrios periféricos de la capital. El progresivo enriquecimiento de la provincia, en general y de la capital en particular, contrasta fuertemente con lo que ocurre en los barrios. Éstos se mantienen ajenos a la prosperidad y desarrollo del resto de la ciudad y la distancia social entre centro y periferia se hace cada vez más profunda. En Almería se está produciendo un proceso de pauperización y marginación continuo sin precedentes. En todos los barrios periféricos se está empezando a formar grandes bolsas de pobreza que están al margen de la sociedad. Además, viven de espaldas al resto de la ciudad.

En Almería el extrarradio está perfectamente delimitado por los barrios marginales de El Puche, La Fuentecica, La Chanca-Hoya y Los Almendros, que se configuran alrededor de la ciudad y forman un cordón de desempleo, pobreza y exclusión. Ahora bien, ¿todos los desempleados son pobres? Evidentemente no. La relación entre desempleo y pobreza no es sencilla y directa. "Ni todos los parados están abocados a la pobreza ni todos los pobres necesariamente se encuentran desempleados. Existen otras fuentes de ingresos diferentes del salario: por un lado, están los subsidios, por otro, las prestaciones por desempleo, a las cuales se tiene derecho gracias a contribuciones realizadas mientras se estaba trabajando y finalmente, las transferencias -monetarias y no monetarias- que tienen lugar dentro de las familias" (Fernández Enguita, 1999 p.1). Esto es, la familia funciona de cara al exterior como un trabajador colectivo, con una importante cooperación económica entre sus miembros. Sin embargo, en la actual configuración de las sociedades modernas el triángulo compuesto por la familia, la economía y el Estado, en el cual la economía produce, la familia consume y produce y el Estado redistribuye, ya no se aplica. Los elementos han cambiado de significación; la economía no solamente produce, sino que también desempeña un papel en la distribución de la riqueza; la familia consume más de lo que produce, y el Estado se convierte en mero dispensador de servicios. La familia ha perdido su lugar esencial en la economía y apenas es más que una especie de apéndice de la estructura económica. El lugar de la familia lo han ocupado otras grandes instituciones. O lo que es igual, aunque la familia en estos barrios todavía cumple una función importante, ésta pierde fuerza en el contexto exterior.

En este orden de cosas, las actividades laborales de El Puche se insertan en el mercado secundario que señalaba anteriormente Piore. Las necesidades de contratación en la capital almeriense se han adaptado a unas circunstancias cambiantes, en las que las exigencias del mercado se dirigen hacia una mano de obra cualificada con una gran movilidad, situación ajena al barrio.

Cuando aquí aludimos al trabajo nos referimos a un tipo de trabajo concreto: el trabajo asalariado. De ahí, que el hecho de trabajar en nuestras sociedades modernas sea definido como empleo. El trabajo –empleo– es, por tanto, una institución social que cumple un importante conjunto de funciones, económicas, psicológicas y sociales, independientes de las características de cada individuo y anteriores al mismo. A través de estas funciones descubrimos que el trabajo es un eje central e imprescindible para desarrollarse plenamente.

En una situación irregular de cara al empleo se van a trastocar todos estos elementos. Vivir en El Puche es un inconveniente para conseguir empleo, no existe, ni de lejos, una igualdad de condiciones con el resto de la población almeriense. El cuadro nº 4 refleja el elevado porcentaje de parados (57,4%) frente a un 42,57 por ciento de ocupados.

Factores residenciales

Quizá una de las características más acuciantes de la pobreza y la exclusión social sea el aspecto geográfico-espacial, es decir, el hábitat urbanístico, arquitectónico, demográfico y social en el que se manifiesta. De tal forma que su aspecto y ubicación no se debe al azar, sino que en él se expresan la organización social y las intenciones políticas o administrativas, o lo que es igual, la morfología materializa la firma del poder. La diferenciación residencial o segregación no es un fenómeno reciente. Timms (1976) resaltaba que la segregación, por la razón que fuere, caracterizaba tanto a las ciudades preindustriales como a las ciudades industriales, también a las ciudades planificadas capitalistas y socialistas. La historia del urbanismo está repleta de multitud de ejemplos de segregación urbana. A los estamentos, razas y profesiones elementos básicos de segregación en otras épocas, se han añadido otros factores como son los demográficos, la división internacional del trabajo, la red de comunicaciones y por supuesto la etnicidad que sustituye a la raza o también como en nuestro caso la influencia de las decisiones políticas.

En un principio la ubicación del barrio fue una decisión político-institucional. De tal forma que nos encontramos un barrio alejado en varios kilómetros de la ciudad de Almería y delimitado por una serie de elementos naturales (río) y otros elementos construidos (carretera y vía del tren). M. Castells (1986, p. 264-273) estudia casos parecidos en algunas ciudades latinoamericanas, donde los barrios y sus viviendas son permitidas por el Estado y se vinculan a las redes más poderosas del capital inmobiliario a través de diferentes intermediarios sin tener en cuenta, en ningún momento, la calidad de las viviendas y las necesidades de los futuros habitantes.

La exclusión social no está inscrita de forma fatalista en el destino de ninguna sociedad. Como no lo está ningún tipo de desigualdad o marginación. Al contrario, la exclusión es susceptible de ser abordada desde los valores, desde la acción colectiva, desde la práctica institucional y desde las políticas públicas. Más aún, en cada sociedad concreta, las mediaciones políticas y colectivas sobre la exclusión se convierten en uno de sus factores explicativos clave. ¿Por qué creemos que es importante hacer hincapié en todo esto? En otros momentos históricos, por ejemplo en las etapas centrales de la sociedad industrial, el colectivo sometido a relaciones de desigualdad y subordinación había adquirido subjetividad propia y, por tanto, capacidad de autoorganización social y política.

Se había convertido en agente portador de un modelo alternativo, con potencial de superación de las relaciones de desigualdad vigentes. Ello no pasa con la exclusión. Los colectivos marginados no conforman ningún sujeto homogéneo y articulado de cambio histórico, visible y con capacidad de superación de la exclusión.

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