Paradójicamente algunas soluciones ya venían siendo planteadas por teóricos de los países desarrollados debido a la Crisis del Petróleo de 1973 causada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cuando se cuadruplicaron los precios internacionales del barril. La Guerra Fría y el peligro para el mundo que representaban las bombas atómicas y el Ecologismo como movimiento de reacción a los daños que se estaban produciendo al medio ambiente también dispararon hace cuatro décadas las preguntas. Ahora podemos reflotar dicha teoría (que nunca fue abandonada por el llamado Tercer Mundo, países en vías de desarrollo y economías emergentes) pero que podemos reflotar debido a una nueva causa tal cual es la crisis productiva e industrial mundial de principio del Siglo XXI, de similares características a la de principio del Siglo XX (la caída de la Bolsa de 1929 en EE.UU.). Con la diferencia que las presiones internacionales de los gobiernos y las normas medioambientales ISO 14.000(1) pueden llegar a producir los nuevos cambios requeridos por estos tiempos (que a fines del siglo XX eran impensables que se produzcan).
Ante esta situación, las respuestas principales han sido formulada a modo de hipótesis para la enseñanza del diseño industrial a nivel universitario, basada en las llamadas tecnologías híbridas (alternativas, intermedias o apropiadas para el desarrollo regional) y la teoría del ecodiseño. Observaremos que ambas teorías combinadas conforman tanto un promotor «ecológico» como un promotor del «ahorro económico», esta es su doble ventaja: ambiental y económica para afrontar la crisis global. Recordemos que en el discurso de asunción, el presidente de EE.UU. Barack Obama, hizo referencias al calentamiento global, lo que implica hacer frente a nuevos desafíos tales como la degradación del medio ambiente.
¿Cuándo es apropiada una tecnología? Estas preguntas son y han sido objeto de polémica entre economistas, filósofos, sociólogos e ingenieros. En este ensayo se debate sobre ello, pero saltando la simple etapa de diagnóstico (por lo que se aportan ejemplos muy puntuales y concretos conformando un estudio de casos) y asimismo se debate sobre las metodologías -mas o menos científicas- implicadas en los procesos tecnológicos.
Construyendo las soluciones-hipotéticas desde varias fuentes teóricas (Marco Teórico) combinadas interdisciplinariamente: los estudios económicos, la antropología, los estudios psicológicos y etnográficos, y la ecología, conjuntamente con los estudios específicos de los teóricos del diseño industrial. Pues las respuestas ensayadas requieren analizar la compleja realidad del mundo global dentro de las particularidades regionales-locales y las necesidades específicas de apertura del conocimiento hacia nuevas fuentes teóricas y nuevos conocimientos tal cual docentes y alumnos de las carreras de diseño industrial lo solicitan a sus respectivas universidades (como pudo apreciarse en la encuesta que realizó el Departamento de Diseño industrial de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata, cuando realizó el Proyecto Plan GRADI – Nuevo Plan de Estudios para la Carrera de Diseño industrial).
Esto muestra que el acceso al conocimiento que buscamos se nos presenta análogamente a la forma de saber semiológico, lo que detalla su complejidad y se sitúa necesariamente en la interfaz de un gran número de campos del saber (como la semiología lo hace con la filosofía, fenomenología, psicología, etnología, antropología, sociología, epistemología, lingüística, teorías de la percepción, neurociencias, etc). Y como la tarea histórica de la semiótica, la nuestra, es la de hacer cooperar esos saberes, institucionalmente separados, para producir un nuevo saber, en cierto modo de segundo grado (lo que significa construir teoría, indudablemente, deber de las Universidades). Teniendo presente que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, ha lanzado en su 5ta. Edición del concurso de innovaciones e inventos, investigación aplicada y diseño industrial-gráfico: INNOVAR 2009, la categoría de Proyectos de «Tecnologías para el Desarrollo Social» dirigidos a mejorar la calidad de vida de las personas, basados en el uso de técnologías sustentables medioambientalmente (que hagan un buen uso de los recursos naturales) o tecnologías sociales (basadas en el saber popular: etnociencia), en las temáticas: medio ambiente, arquitectura y urbanismo, alimentación, salud, seguridad, energías limpias.
El etnodiseño se ha venido practicando empíricamente antes de la llegada del diseño industrial como disciplina académica, creemos que la propuesta del Ministerio de Tecnología e Innovación Productiva de la Nación nos habilita para hablar oficialmente de «etnodiseño» ecológico Latinoamericano.
Aclaraciones: Parte de este trabajo fue publicado en Actas de Diseño nº 2, ISSN 1850-2032, marzo 2007, Año 1 Nº 1, bajo el nombre: ¿Cómo hacer Diseño industrial en ciudades, localidades y regiones desindustrializadas o no-industrializadas de la Argentina? (Comunicación). Dentro del marco del Iº Encuentro Latinoamericano de Diseño "Diseño en Palermo", Comunicaciones Académicas, agosto 2006. Ver en la web de la Universidad de Palermo:
http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/encuentro2008/05_publicaciones/01_actas_diseno/archivos_pdf/actas_n_2.pdf
Otra parte de este trabajo, de forma resumida y en proceso de evaluación, fue presentado para ser publicado en Actas de Diseño nº 7, bajo el título: Tecnologías Híbridas y Ecodiseño (Resumen). Ver en la web de la Universidad de Palermo:
http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/encuentro2007/02_auspicios_publicaciones/actas_diseno/articulos_pdf/A4126.pdf
Este trabajo de ensayo se complementa con otros dos ensayos más escritos para el 1º Concurso de Ensayos Librería Técnica CP67 / Editorial Nobuko – Universidad de Palermo, a saber:
1 «Diseño Agro-industria». Propuesta para la enseñanza del diseño de bienes de capital y de consumo (durables y no-durables) basados en la agro-industria». Que fue publicado en la Revista científica Arte y Ciencia Nº 6 editada por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Facultad de Bellas Artes, de la Universidad Nacional de La Plata. 2008.
2 «Proyecto Plan GRADI». Desarrollo hipotético de un Nuevo Plan de Estudios para las Carreras de Grado de Diseño Industrial en Argentina que de cuenta de las demandas del mercado educativo (de los estudiantes), de la oferta diferenciada (de las universidades), del contexto económico-productivo regional Latinoamericano e histórico-industrial nacional y sus relaciones con otros países y el MERCOSUR» (solicitar copia en CD a: produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar). Una parte de este trabajo fue publicado resumidamente en Actas de Diseño nº 1, ISSN 1850-2032, marzo 2007, Año 1 Nº 1, bajo el nombre: «Plan GRADI». Formulación de un Nuevo Plan de Estudio para la Carrera de Grado de Diseño Industrial de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (Comunicación). Dentro del marco del Iº Encuentro Latinoamericano de Diseño "Diseño en Palermo", Comunicaciones Académicas, agosto 2006. Ver en la web de la Universidad de Palermo (pág. 111):
http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/encuentro2008/05_publicaciones/01_actas_diseno/archivos_pdf/actas_n_1.pdf
INDICE:
1 – Situación problemática inicial___P. 7
2 – Algunas consideraciones iniciales___P. 7
3 – Diagnóstico introductoria___P. 8
4 – Desarrollo, discusión y construcción del Marco Teórico___P. 15
5 – Propuesta de la hipótesis de Ecodiseño y Tecnologías Alternativas para el ejercicio del diseño industrial en Latinoamérica___P. 32
6 – Citas bibliográficas, referencias y comentarios___P. 40
7 – Bibliografía___P. 54
1 – Situación problemática inicial:
Como es bien sabido, todo trabajo teórico de investigación parte de una situación problemática inicial que se quiere resolver. El problema (formulado a modo de pregunta) del cual se parte en este ensayo es: ¿como deben hacer las sociedades Latinoamericanas en general y Argentina en particular, para lograr hacer diseño industrial dentro de un contexto que -en vías de desarrollo- ya era problemático para el pleno ejercicio profesional, y que se está agravando luego del crack de las bolsas del sistema capitalista-industrial global, arrastrando a la producción mundial a una de sus peores crisis históricas cíclicas, desde una visión del economista ruso Nikolai Kondratief(2)? La región Latinoamérica no es ajena a ello (tal como ha quedado sobradamente demostrado por los principales medios de comunicación con la caída de los principales indicador económicos de las Bolsas de Comercio en la región), y esta situación que preocupa tanto a funcionarios de gobierno, como a empresarios, profesionales de las distintas especialidades y ciudadanos comunes; también debe preocupar al sistema educativo universitario en su conjunto, dado que el mercado del trabajo se contrae y fluctua.
La universidad debe no solo estar atento a ello, sino que además deberá darle una o varias respuestas posibles al problema, pues es la obligación social que le compete. Más que respuestas deberá dar posibles paliativos a la crisis productiva para atenuar sus efectos (aunque como bien sabemos no puede solucionar la crisis en si misma). Y este trabajo (que no pretende ser de investigación, pues requeriría una estructura organizativa mucho más detallada, profunda y extensa), ensaya las posibles soluciones encontradas para ser puestas en práctica, que a modo hipótesis representan en el punto: 5 – Propuesta de la hipótesis de Ecodiseño y Tecnologías Alternativas para el ejercicio del diseño industrial en Latinoamérica.
2 – Algunas consideraciones iniciales:
Algunas de las hipótesis que aquí se proponen, así como los Marcos Teóricos de donde se desprenden corresponden a las líneas de investigación que se venían trabajando por uno de los autores de este ensayo, para la Beca de Investigación de Perfeccionamiento de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. Período: desde abril-2004 hasta marzo-2006.
Muchos de esos trabajos que publicaban de forma parcial los resultados de la beca de investigación SCyT – FBA – UNLP (y otros que se han realizado en el período 2001/2008) fueron presentados y sometidos a discusión académica en diversos Congresos, Jornadas, Seminarios, Coloquios, Encuentros, Expo´s y Conferencias dentro y fuera del país, con referato(3).
3 – Diagnóstico introductorio sobre la situación del diseño industrial en Latinoamérica:
Ante la pregunta ¿qué hacer para ahorrar recursos productivos, materiales y económicos; por extensión de objetos, artefactos y productos en un país como el nuestro con las ya conocidas limitaciones productivas de un país en vías de desarrollo, inconvenientes de salarios para un alto porcentaje de la población y dificultad de acceso de las personas a dichos bienes materiales (pobreza e indigencia extremas en las periferias de los grandes centros urbanos)? Esto nos señala la necesidad de construir un nuevo Marco Teórico y Metodológico para el ejercicio del diseño industrial en áreas urbanas (que se desindustrializaron en los últimos 30 años) o rurales (que nunca estuvieron industrializadas). Esta nueva teoría existe dispersa, y mas que construida debe ser re-agrupada y actualizada, para dar respuesta a la problemática planteada que ya había sido diagnosticada en la región, hace muchos años por el conocido teórico del diseño industrial: Bonsiepe(4). Actualmente esta situación se esta agravando luego de la crisis económica-productiva mundial producida por la caída estrepitosa de las principales Bolsas de Comercio a nivel global (cuya información circula en los medios masivos de comunicación más importante del mundo, por lo cual no nos detendremos en sus causas que pueden ser leídas en los principales diarios, sino en sus efectos sobre Latinoamérica, para poder concentrarnos en proponer las soluciones posibles, que en definitiva es lo que mas nos importa).
Es necesario repetir que la mayoría de los economistas (sin necesidad de dar nombres) coinciden en sostener que la crisis económica mundial originada en EE.UU. y extendida a todas las economías capitalistas, va a agravar los ya conocidos problemas de pobreza que vienen afectando a países como Argentina y Latinoamérica. En este sentido el diseño industrial puede colaborar a solucionar algunas problemáticas concretas (no todas, pero si muchas).
Tratar indirectamente algunos de los problemas económicos requerirá rever aspectos ligados a los bienes de capital o tecnología industrial (que están siendo fuertemente afectados de un modo indirecto por la crisis productiva, la inversión y la falta de capital). Por lo cual se planteará la necesidad de intensificar los usos de la ya conocida tecnología apropiada para resolver estas problemáticas particulares. La política de la tecnología apropiada puede ser útil en este aspecto, ya que está pensada para atender las necesidades básicas mayoritarias, tales como: producción de alimentos, su distribución y conservación, provisión de agua, de energía descentralizada o energías alternativas, de infraestructura de salud, de educación, de seguridad, de vivienda, de medios de transporte colectivo, entre otros de vital importancia para mejorar la calidad de vida de los habitantes. Pues, esto ya fue señalado como estratégico para países como el nuestro, hace más de dos décadas lo explicaba el indiscutible teórico del diseño industrial en Latinoamérica: Bonsiepe. Al publicar el resultado de sus investigaciones en revistas y libros como: Diseño industrial en América Latina y El diseño de la periferia.
A continuación se indica un resumen de ítems que ya señalaba o diagnosticaba Bonsiepe sobre la región Latinoamericana; y que es importante recordar o tener presente (para ver como este cuadro se puede agravar con la crisis mundial sino se hace algo al respecto por lo menos a nivel académico):
-Bonsiepe explica que la brecha entre mundo académico (enseñanza del diseño industrial en las universidades) y contexto tecnológico y social era ya alta. Siendo la enseñanza, entre otras, una tarea de anticipación, existe el peligro de que se produzcan desfases entre las contingencias inmediatas y los programas de enseñanza. Este peligro puede ser reducido al unir temática, didáctica e institucionalmente al curriculum de enseñanza del proyectista y a la realidad tecnológica y social. Por esta razón, la aceptación de modelos y experiencias de enseñanza del Centro (países desarrollados) puede ser nociva, llevando a un posible autobloqueo de las propias capacidades y a un distanciamiento respecto de la cultura local. De este modo el proyectista se transformaría en un extranjero en su propio país. En síntesis, según la opinión de Bonsiepe, el criterio clave tanto para la práctica profesional como para la enseñanza e investigación de diseño en la Periferia (países subdesarrollados como los Latinoamericanos), consiste en el aporte a la liberación cultural (educativa) y tecnológica (alternativa). Es absurdo pensar que los países dependientes podrían ser emancipados por otros que no sean ellos mismos (en este sentido las propias universidades deben dar el paso para dejar de ser colonias culturales de teorías extranjeras que no han demostrado su fracaso, pero tampoco su éxito total en suelo nacional, esto puede ser fácilmente demostrado si se cuantifica estadísticamente los casos exitosos y se lo mide en función del dinero gastado en educación universitaria para lograr visualizar los pocos casos exitosos logrados). El autor recuerda que Tomás Maldonado dio, en ocasión de la Exposición Mundial en Bruselas a finales de los años cincuenta, una conferencia que trataba el rol del diseño industrial como factor de productividad. Hoy en día esta temática está obsoleta. Otras preocupaciones han tomado su lugar. Constatamos un profundo cambio: de la euforia del crecimiento a la desilusión con los resultados en parte contraproducentes del industrialismo (explica Bonsiepe, ahora podemos agregarle el agravante de la crisis económica-productiva del capitalismo industrial mundial que afectará a la ya afectada industria nacional desindustrializada desde 1976 hasta el 2001).
-El autor sostiene que desde que existe el diseño industrial en los países periféricos (a partir de la década de 1960) se habla de la crisis del diseño industrial, que se manifiesta en la existencia de un ejército de desempleados o subempleados al margen del sistema productivo. Actualmente, después de una vertiginosa proliferación de cursos de diseño industrial en la Periferia (Latinoamérica), se registra por un lado un sobredimensionamiento cuantitativo, por el otro una creciente conciencia acerca del defasaje entre la oferta y orientación de los cursos académicos y las necesidades concretas de la industria. Este defasaje no se hace sentir solamente en el campo del diseño industrial, sino que afecta también a otras disciplinas proyectuales (por ejemplo, ingeniería mecánica, ingeniería de producción). Nace la pregunta en la relación costo-beneficio: ¿Cuánto se gasto en educación universitaria sobre el diseño y cuantos logros nacionales se han obtenido que la justifiquen? Pues, este continente (Latinoamericano) ha sido descrito como rico en potencialidad, pero pobre en realidad. En el área del diseño industrial, aunque se registran intentos de romper con la dominación extranjera y descolonizar el diseño industrial local, la dependencia cultural se manifestó y se manifiesta en forma preponderante. Marx decía que "La burguesía no puede existir sin revolucionar constantemente los medios de producción", este proceso llevó a la acumulación de capital por parte de la Metrópoli (EE.UU, Europa) y a la dependencia tecnológica cada vez mayor de la Periferia (lo cual llevó a una colonización ya no sólo de las empresas, sino también del diseño). El problema de la dependencia tecnológica se manifiesta de muchas maneras, como manifestaciones institucionales de la dependencia económica(5) o como manifestaciones económicas de la dependencia tecnológica(6). Las perspectivas para intentos de contrarrestar el proceso de colonización tecnológica y colonización del diseño en los países periféricos no son precisamente brillantes –explicaba Bonsiepe-; y debemos resistirnos a aceptar este proceso con los brazos cruzados, como hecho consumado e inevitable. Piensa que hay que encarar la formulación de una contrapolítica paciente a pesar de las enormes dificultades; dado que los neocolonizadores cuentan con eficientes testaferros en la Periferia (que reproducen el sistema desarrollado por y para los países avanzados y: ¿nosotros que hacemos con nuestra educación universitaria?). Educación, Libertad, Patria e Industria Nacional deben estar unidas, para romper con las cadenas que nos atan.
-Sobre la educación universitaria Bonsiepe decía que un discurso semierudito sobre el diseño industrial tiende a suplantar la realidad del diseño industrial. De esta manera el diseño se transforma en un fenómeno de debates universitarios alejados de la realidad, en vez de estar integrado en el sistema productivo. Obviamente, un programa de una institución de diseño industrial en la Perifera debería estar explícitamente ligado a una política tecnológica e industrial, y si las condiciones lo permiten estar relacionado con un programa sociocultural autónomo. Puede suponerse que las diferencias esenciales entre Centro y Periferia implican un perfil de enseñanza diferente del diseñador industrial, aunque no ha sido definido y menos traducido en un programa de enseñanza adecuado. Ver ensayo aparte cuyo título es: «Proyecto Plan GRADI. Desarrollo hipotético de un Nuevo Plan de Estudios para las Carreras de Grado de Diseño Industrial en Argentina que de cuenta de las demandas del mercado educativo (de los estudiantes), de la oferta diferenciada (de las universidades), del contexto económico-productivo regional Latinoamericano e histórico-industrial nacional y sus relaciones con otros países y el MERCOSUR» (solicitar copia en CD a: produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar). Elaborado por la Gestión del Departamento de Diseño industrial a cargo del Jefe de Departamento de Diseño industrial de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata: DI. Eduardo Pascal). Un hito histórico, en el ejercicio democrático de la función pública y el debate político dentro del ámbito de la Universidad de La Plata. Donde se intentó por vez primera adecuar la educación de la Universidad Nacional de La Plata al contexto productivo nacional y regional.
-La necesidad de nuevas fuentes teóricas y de los nuevos conocimientos que se requieren para abordar interdisciplinariamente los complejos problemas de la realidad profesional del diseño industrial han quedado claramente expresados en las opiniones que los docentes y alumnos de la carrera de diseño industrial de la Facultad de Bellas Artes (FBA) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) emitieron en la encuesta que realizó el Departamento de Diseño industrial de la FBA – UNLP, con motivo del Proyecto Plan GRADI. Donde asimismo se pudo observar una paradoja(7). Este trabajo de ensayo se presento a parte, como ya se cito bajo el título: «Proyecto Plan GRADI» ¿Cuáles son las materias del área social que tanto docentes y alumnos de diseño industrial de la FBA – UNLP, solicitaron como más importantes o necesarias de ser incorporadas a un nuevo plan de estudios y que resultaron ser paradójicamente contradictoras? La respuesta fue variada según lo que opinaron los docentes(8), también aparecen algunas coincidencias con lo que opinaron los alumnos(9) sobre las materias que se deberían incorporar. Sorprende saber que alumnos y docentes coincidieron en la necesidad de materias del área social que se combinen con perfil técnico (lo que motivo este ensayo en parte). Como veremos más adelante, la tecnología alternativa, puede combinar lo-social con lo-técnico, perfectamente.
-Resume Bonsiepe que: para la enseñanza del diseño no hay lugar institucional adecuado en el sistema universitario actual. Las estructuras académicas vigentes no están preparadas para la formación de personas con competencia en actividades proyectuales. Por lo tanto, piensa el autor que deberían crearse instituciones independientes que se dediquen exclusivamente a la formación de especialistas en proyecto, o mejor a la creación de una Universidad de Proyecto. Abarcaría todas las disciplinas proyectuales, y debería orientarse a una didáctica completamente diferente de la didáctica tradicional. Por cierto, su insistencia en este punto viene motivada por sus experiencias con la enseñanza universitaria en los países periféricos, sobre todo en Latinoamérica. Dentro de este vacío general, una teoría del diseño que dedique al llamado "Tercer Mundo" esfuerzos aclaratorios, falta por completo. Pues, para el autor, el objetivo no consiste en la calificación formal mediante un título académico más de valor simbólico que de valor concreto (adquisición de un tótem o de un trofeo académico). Una reconceptualización de la categoría "proyecto" en todos los niveles de la enseñanza es una de las condiciones para poder implementar. El actual sistema universitario no es propicio para preparar personas que tengan méritos proyectuales; no solamente tiende a producir desempleados académicos –lo que sería un fenómeno coyuntural-, sino desempleables –que es un fenómeno estructural-. El Plan GRADI apuntaba a salvar todos estos defasajes y mejorar la calidad académica.
-Bonsiepe también sostiene que la presión tecnológica que el Norte (EE.UU, Europa, etc.) ejerce sobre el Sur (Latinoamérica) es enorme que en términos de tecnología la Periferia (Argentina y otros países) apenas existe. Pues a los países centrales les conviene concentrar en el Centro mismo la fabricación de productos y sobre todo el control sobre la red de distribución en mercados internacionales, dejando a los países periféricos el rol de consumidores de productos industrializados y proveedores de materia prima y alimentos; en este sentido las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), en la Argentina, según el INDEC superan en términos de exportación a las Manufacturas de Origen Industrial (MOI). Conclusión: Argentina es un país que no logra ganar en cuanto a exportación de productos manufacturados de origen industrial a las exportaciones de origen agropecuario, por lo cual tampoco exporta diseño industrial (por lo menos como debería hacerlo en teoría) o su exportación es inferior en este sentido. Porque en los países periféricos la política de desarrollo fue practicada para integrar sus potencialidades de riqueza, sobre todo materias primas y alimentos, a la red dominante de las economías centrales.
-Bonsiepe aclara que industria no es solamente una planta fabril con maquinarias, con obreros, técnicos, personal administrativo y una marca; estos componentes constituyen solamente un, aunque a veces perfecto, simulacro de industria. Tendremos industria, en el real y completo sentido de la palabra, a partir del momento en que la innovación tecnológica forme parte intrínseca de la práctica industrial cotidiana (motivo por el cual el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación conjuntamente con el Ministerio de Economía de la Nación lanzaron el Programa INNOVAR 2005-2009)(10). Pero los resultados cuantificables de este programa hasta el momento son escasos y nulos (ver críticas periodísticas de los participantes del concurso nacional de innovaciones tecnológicas que se publica en los principales medios de comunicación en la sección prensa en: http://www.innovar.gov.ar). Pues, donde no se invierte en diseño industrial como objeto de innovación tecnológica, allí no habrá efectos de desarrollo producido por el diseño industrial. Esto es coincidente con la teoría schumpeteriana(11) -según Nochteff(12)- pues, la innovación tecnológica entró bastante tarde en el horizonte de variables manejada por empresarios schumpeterianos y representantes de Gobierno (caso Innovar 2005-2008). Lo positivo es: tarde pero seguro. ¿Vamos por el camino adecuado a final de cuentas?
-Bonsiepe se atreve a formular como una causa de la marginación del diseñador del sistema productivo lo siguiente: la industria en los países periféricos no necesita al diseñador, pues los problemas de la industria en ellos no son problemas de diseño, sino de producción (y si la crisis mundial afectará mucho mas a la producción industrial: ¿adonde va a ir a parar el diseñador industrial en este contexto Latinoamericano?).
-Además Bonsiepe dice que la Periferia tiene poco que aprender del Centro en lo que al diseño se refiere, porque el diseño que la Periferia necesita no existe en el Centro. No se pueden pedir peras al olmo. El diseño en los países ricos es para países ricos y carece de relevancia en los países dependientes (como Argentina). La pregunta es: ¿qué tipo de diseño solicita la Argentina? Y una de las respuesta encontradas fue un diseño agro-industrial (esto se publica en un ensayo aparte titulado «Diseño Agro-industrial. Propuesta para la enseñanza del diseño de bienes de capital y de consumo (durables y no-durables) basados en la agro-industria», dado que su discusión es muy extensa para discutir en este ensayo y fueron las conclusiones presentadas en un informe de investigación a la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de La Plata y al Departamento de Diseño industrial de la Facultad de Bellas Artes de la UNLP. Solicitar copia en CD a: produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar).
-Bonsiepe dice que a lo sumo, solo en dos casos vale la pena tomar en consideración el diseño industrial en la Argentina:
(1) En el caso de productos destinados a competir en mercados internacionales, es decir, en el caso de diseño para exportación desde países periféricos a otros países periféricos, o incluso desde países periféricos a países centrales.
(2) En el caso de productos destinados a un mercado de alto poder adquisitivo, en los centros de la Periferia (centros de alto poder adquisitivo de Buenos Aires, por ejemplo) estos centros de la Periferia podemos fácilmente identificarlos en Capital Federal (en Argentina), con Montevideo (en Uruguay), Río de Janeiro, etc. Pero difícilmente en el interior de los países Latinoamericano donde prevalece una estructura fuertemente agro-dependiente.
-Según los conocimientos de Bonsiepe no existe ningún país periférico que tenga algo como una política de diseño industrial de cierto peso, es decir, un conjunto de objetivos y medidas relacionadas con el diseño industrial, o por lo menos objetivos y medidas en las cuales el diseño industrial esté explícitamente considerado. Recién en el 2003 se puso en marcha el Plan Nacional de Diseño (PND) impulsado por la Secretaría de Industria, Comercio y de la Pequeña y Mediana Empresa dependiente del Ministerio de Economía de la Nación con el fin de promocionar la gestión de diseño en el ámbito empresarial. La idea directriz de este Plan Nacional de Diseño estuvo orientada a la difusión de la gestión de diseño, como factor de competitividad industrial y agente dinamizador de la política de exportaciones, apuntando al desarrollo de estrategias de especialización y diferenciación en las empresas y a destacar el valor de la forma como activo intangible del proceso productivo. La clave de esta política fue desarrollar formas de interacción que permitieran la promoción del diseño a través de la articulación entre empresas y diseñadores. Por lo cual, el Programa ProDiseño del Plan Nacional de Diseño conjuntamente con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), esta orientado a favorecer la innovación tecnológica facilitando el vínculo entre empresarios y diseñadores; para lo cual creo una Base de Datos desde la web del INTI para coordinar la búsqueda de trabajo que las empresas solicitan al mercado de oferta de profesionales. Para mas información ver:
http://www.inti.gov.ar/prodiseno/datos/registro.php
http://www.inti.gov.ar/prodiseno/red_u.htm
http://www.pnd.gov.ar/web/amplia_not.php?not=2
-Bonsiepe anexa que el panorama se hace menos transparente por falta de reglas claras respecto a la práctica profesional. La estrechez en el mercado de trabajo conduce a la situación que a veces los diseñadores se ven obligados a ofrecer sus servicios prácticamente gratis, o someterse a la participación en concursos y licitaciones con procesos de toma de decisiones poco claros. Hay intentos de reglamentar el ejercicio de la profesión (como el Colegio de Diseñadores Industriales de la Provincia de Buenos Aires, regido por la Ley 12803, salida de la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires, Argentina) y de ocupar un terreno propio en el espectro de las actividades tecnológicas, adaptándose a las reglas de juego del resto de las profesiones establecidas. Sin embargo, conviene no olvidar un hecho: la mayor parte del diseño industrial se produce de manera informal, es decir, mediante la intervención de otras profesiones o recursos humanos que a veces ni saben que están haciendo diseño industrial. Este hecho señala inconfundiblemente que los diseñadores como cuerpo profesional no han podido demostrar su imprescindibilidad.
-Bonsiepe agrega que el "estándar universal de diseño" es un estándar formulado por y para algunos países industrializados, cuya relevancia para los países en desarrollo no está de ninguna manera verificada.
-Además el autor dice que habrá que hacer política a través del proyecto y no tratar de sustituir proyecto por política. ¿Cómo se da esta convergencia entre proyecto político y proyecto tecnológico? Esta convergencia no se da, esta convergencia se construye. Esta concordancia entre proyecto político-social y proyecto tecnológico no es la regla en la historia humana.
-Bonsiepe no niega la presencia de factores estéticos en el diseño; esto sería absurdo; pero en la Periferia estos factores estéticos no constituyen una prioridad frente a los verdaderos problemas productivos industriales y de dotar de infraestructura al país (en áreas de salud, educación, transporte, etc.).
-Bonsiepe dice que hemos llegado hoy al fin de un proceso de aproximadamente cien años de duración, durante el cual el desarrollo industrial y su expansión figuraba como meta deseable. Hoy en día vemos en cambio muchos resultados contraproductivos del industrialismo. La esperanza que él podía satisfacer las necesidades de la mayoría de la población ha sido cubierta con un rocío. La crisis de un modelo de crecimiento industrial contraecológico; la polarización a nivel mundial entre sociedades consumidoras de las riquezas y sociedades marginadas proveedoras de las materias primas como indispensable sostén de la industria; las frustaciones experimentadas son los intentos de la industrialización dependiente, lo que lleva a la situación presente de perplejidad creciente.
-Bonsiepe refrenda el concepto de que el diseño industrial está ligado a la industria con sus tecnologías de producción, mientras el diseño gráfico está ligado al comercio con sus tecnologías de distribución. Considerando las políticas económicas de algunos países latinoamericanos durante los últimos años, registramos la implementación de dos opciones opuestas:
(1) la opción de la desindustrialización del sector manufacturero nacional;
(2) la opción de una industrialización preferiblemente con la participación de capital nacional. Entre los países que coherentemente optaron por el camino de la industrialización se encuentra México y Brasil, donde se justifica plenamente la carrera de diseño industrial, mientras que en los países que sufrieron el desastre del liberalismo a ultranza (recordar el menemismo en la Argentina) se justifica más bien la carrera de diseño gráfico, pues predominan los problemas de distribución sobre los de producción. Desde la mirada del autor Argentina estaría más inclinada hacia el diseño gráfico y menos al diseño industrial.
-Bonsiepe continúa diciendo que para compensar el menor grado de especialización técnica en Latinoamérica comparado con Norteamérica, el diseñador industrial requiere aquí una formación más amplia (lo cual ha podido ser verificado en el estudio de planes de estudios de otras universidades latinoamericanas que se realizó dentro del Proyecto Plan GRADI). Las universidades latinoamericanas generalmente no ofrecen cursos para desarrollar la capacidad innovativa en el ámbito tecnológico. Salvo mencionadas excepciones, predomina una formación académica de status sobre una educación práctica orientada hacia la industria y los talleres. La actividad tecnológica innovativa es considerada un trabajo de bajo status, mientras investigación y desarrollo son consideradas "realmente" científicas (fallas de la Secretarías de Ciencia y Técnica de las Universidades que no dan toda la importancia que deberían dar a la cuestión tecnológica por ser de menor status que la ciencia-teórica). Esta división entre el mundo académico y la realidad técnico-industrial (y social) explica la baja influencia de las instituciones académico-tecnológicas sobre su contexto industrial.
-Prosigue Bonsiepe especificando que el diseño industrial es una disciplina normativa "blanda", y los intentos de transformarlo en una disciplina "dura" llevarán a nada. La formación del diseñador industrial en la Periferia debe ser más amplia, sobre una base rigurosamente tecnológica. ¿Pero de que clase de tecnología estamos hablando? Sin una documentación no se puede discutir fundadamente; se termina discutiendo sobre opiniones, y las opiniones después de todo no interesan. Primero cuentan los hechos, después las interpretaciones, en este sentido el Plan GRADI es histórico, pues conforma el 1º antecedente de este tipo (discutir y elaborar hipótesis sobre datos concretos y no sobre conjeturas de lo que debería ser o no la carrera de diseño industrial en la Argentina, comparado con el resto de Latinoamérica y el mundo incluso).
-Finalmente Bonsiepe dice que por una serie de circunstancias particulares, las empresas en los países periféricos no están dispuestas a enfrentar el costo del aprendizaje "training" posuniversitario. Por esta razón se deben buscar medidas a través de las cuales se pueda prestar este servicio de perfeccionamiento de los recursos humanos proyectuales, construyendo un puente entre las exigencias del sector productivo y el nivel de servicios alcanzable por las universidades, dado que los programas de diseño industrial hoy vigentes sufren de síntomas de obsolescencia (a pesar de los esfuerzos del Plan GRADI). Estos programas orientados hacia la forma del producto pertenecen a lo que podría llamarse "programas de la primera generación". Una revisión de estos programas llevaría a la elaboración de "programas de enseñanza de la segunda generación". Observando las estrategias industriales podemos distinguir hoy en día dos caminos diferentes, tanto para mercados internos como para externos: una estrategia fijada en el producto y otra que vuelca los recursos hacia la innovación de procesos que abaraten los costos de los productos. Innovaciones de procesos poseen igual y a veces mayor importancia que innovaciones de productos. Formulado de otra manera: el "know-how" de la forma pasará a ser el "know-how" del proceso productivo de la forma donde deberá intervenir el Ecodiseño y las tecnologías alternativas como herramientas estratégicas (que inmediatamente pasamos a discutir en el item: 4 – Desarrollo, discusión y construcción del Marco Teórico). Y es lo que se pretende hacer en las líneas siguientes para fortalecer las deficiencias y buscar nuevas y mejores estrategias para la profesión.
Si este breve diagnóstico para el ejercicio del diseño industrial en Latinoamérica, planteado por el teórico Bonsiepe, nos hablaba de las dificultades para el ejercicio profesional a fin del siglo XX; creemos que la crisis económica mundial va a profundizar sus efectos sobre la región. Asimismo el inicio del nuevo siglo XXI, con su crisis económica, esta cambiando –por la fuerza– la forma de pensamiento de las mismas autoridades gubernamentales de los países desarrollados (ideas que llegarán con tardanza a las autoridades de gobierno de nuestra región); por lo que empiezan a aparecer interesantes pensamientos (antes inexistentes o dejados de lados) como la cooperación internacional para la resolución de los problemas complejos (las nuevas posibilidades que se abren para los acuerdos bilaterales entre países), el medio ambiente y la sustentabilidad económico-productiva, la necesidad de dar una mayor atención a los problemas de alimentación, higiene y salud, educación y otros problemas básicos de todas las sociedades (que requerirán infraestructura, tecnología y diseño para atender dichas necesidades insatisfechas). Y es aquí donde la teoría del diseño industrial, asociada a los usos de la tecnología va a tener que adaptarse, para dar respuestas a los nuevos requerimientos dentro de un contexto socio-productivo económicamente complejo. Y es aquí donde entrarán en juego las nuevas hipótesis, buscando darle respuestas a los nuevos planteamientos del nuevo siglo, y que en este trabajo ensayamos.
4 – Desarrollo, discusión y construcción del Marco Teórico:
A partir de este diagnóstico introductorio extraído de Bonsiepe y de las problemáticas específicas que el autor señalaba para el diseño industrial en Latinoamérica (que se van a ver agravadas por la crisis económica mundial que va a afectar a la región), pasamos ahora a las propuestas concretas para solucionarlas. Pues este trabajo consiste en ensayar respuestas posibles -hipótesis- que guíen la búsqueda de soluciones a la crisis económica, productiva, tecnológica, ecológica y social. Efectivamente cuatro décadas de ejercicio profesional del diseño industrial no han dado todos los resultados positivos –y esperados- que deberían haber dado. Aunque hay que ser cuidadosos cuando se habla de Latinoamérica en general (dado que distintos son los casos de Brasil frente a la Argentina y otros países vecinos, por lo que resulta peligroso generalizar).
De todos modos apostamos a un Marco Teórico general y adaptable a todos los países de la región. Así que la respuesta a esta problemática y otras tantas de similar índole, nació a partir de la combinación de teorías múltiples, a saber de: (Schumacher, 1973), (Dickson, 1978), (Bonsiepe, 1982), (Max-Neef, 1986), (Papanek , 1995), (Lovins, 2002) y (Canale, 2005) entre otros autores. Pues la pregunta puede ser planteada del siguiente modo: ¿Cómo lograr un desarrollo ecológico y tecnológico (sostenible o sustentable) combinado con el desarrollo social y económico-productivo?
Debe entenderse que el desarrollo requiere pues, de enfoques holísticos, sistémicos y recursivos tal cual podemos observar en: Morin, Prigogyne, Capra, Drucker, Fukuyama, Habermas, Maturana (entre otros) y de: Schumacher, Dickson, Bonsiepe, Max-Neef, Papanek y Canale (desde una concepción disciplinar ligada al ámbito de la economía, producción y los proyectos de ingeniería y diseño industrial). Todos estos son algunos de los nombres que comienzan a estar detrás de un nuevo paradigma (que se quiere abrir con sus aportes a lo social, a lo productivo, a lo regional, a lo sustentable ecológicamente, y a las condiciones del subdesarrollo de los países con problemas de todo tipo: desde lo económico, a lo social, pasando por lo productivo y lo tecnológico). Lo cual no solo es vital para la Argentina.
En primer lugar, ya lo dijimos con anterioridad, desde 1975 el teórico del diseño industrial Bonsiepe venía haciendo un estudio y análisis de casos de la tecnología apropiada, conveniente o intermedia (mas adelante veremos más definiciones). Como es bien sabido este teórico había desarrollado un análisis de la problemática del diseño industrial en los países Latinoamericanos y una práctica pedagógica y profesional activa (que viene a complementar desde otro ángulo los análisis regionales ligados a las disciplinas proyectuales en situación de crisis frente a las problemáticas típicas del subdesarrollo de fin de Siglo XX, con el agravante de la crisis económica de principio de Siglo XXI).
En segundo lugar, Víctor Papanek, otro teórico del diseño industrial, en 1995 plantea en su libro: The Green Imperative (El imperativo verde) una visión ecológica del diseño industrial con una intervención descentralizada, a escala humana (pequeña escala productiva). Papanek ha desarrollado una veintena de ejemplos y ha aportando una visión interdisciplinaria para el Diseño industrial (con el aporte de diferentes áreas: antropología, geografía cultural, geología, historia, tecnografía, cibernética, etc). Brindando a los diseñadores elementos teóricos para actuar a niveles locales y regionales.
Victor Papanek planteó que los diseñadores y los profesionales creativos tienen su parte de responsabilidad social pues su actividad puede implicar cambios en el mundo real, según hagan buen o mal diseño. Papanek escribe sobre diseño responsable; por ejemplo, los diseñadores pueden contribuir a diseñar productos más ecológicos, seleccionando cuidadosamente los materiales que utilizan o puede diseñarse para satisfacer las necesidades antes que para satisfacer deseos; además, un diseño responsable debe ocuparse de proyectar para el Tercer mundo. Los diseñadores tienen responsabilidad sobre las opciones que hacen en los procesos del diseño.
Si combinamos los ejemplos desarrollados por Bonsiepe con los explicados por Papanek, encontramos pistas de análisis, estudio de casos, ejemplos clarificadores del panorama que estamos intentando dilucidar.
Además, la visión de Papanek (con fuerte sustento en la teoría mundial de la ecología y el medio ambiente, con bases científicas) tiene un notable punto de coincidencia con dos teorías desarrolladas anteriormente desde enfoques distintos que son: en tercer lugar en 1977, con fuerte sustento en la sociología, la de David Dickson en su libro: Alternative Technology and the politics of Technical change (Tecnología Alternativa, y las políticas de cambio tecnológico).
En cuarto lugar, la otra teoría análoga había sido desarrollada en 1986 por el Premio Nobel Alternativo Max-Neef(13) y otros autores(14), corresponde al informe del Centro de Estudios y Promoción de Asuntos Urbanos (CEPAUR): Desarrollo a escala humana. Una opción para el futuro. Developmente Dialogue. Cepaur Fundación Dag Hammarskjöld. Donde se proponen caminos distintos para salir del actual estado paralizante en el que ya se encontraban los países Latinoamericanos antes de la crisis económica-productiva mundial (para poder empezar a caminar hacia el desarrollo).
El economista chileno Manfred Max-Neef, en 1957 dio las espaldas a la industria y se dedicó a estudiar los problemas de los países en desarrollo. Trabajó para organizaciones de la ONU y en diversas universidades de EE.UU. y América Latina. Inspirado por el imperativo de E. F. Schumacher Lo pequeño es hermoso, miembro de la E. F. Schumacher Society desarrolló tesis que denominó «economía descalza» y «economía a escala humana», cuyos criterios definió ya en los años 80 en una matriz que abarca diez necesidades humanas básicas.
Del mismo modo que E. F. Schumacher propuso Lo pequeño es hermoso, el consultor energético Amory Lovins propuso Lo pequeño es rentable. Lovins explica los beneficios económicos ligados a las energías alternativas descentralizadas, desarrollando el concepto de «capitalismo natural», que fue elogiado en su momento por el expresidente de EE.UU. Bill Clinton. Donde expone claramente que los paquetes o soluciones tecnológicas de energías alternativas o renovables son: chicas, rápidas y modulares, con menos riesgo financiero que los proyectos grandes y lentos (como una central hidroeléctrica y nuclear) que normalmente tienen problemas en la distribución de la red de tendido eléctrico; eso estimula mucho su financiamiento. Como dato explica que EE.UU. el sector privado, en el año 2008, invirtió u$s 148 mil millones en energías alternativas.
Lovins, que ha pasado por universidades como Harvard, Oxford, California y Stanford, trabajó durante dos décadas junto a su mujer, socióloga y abogada especializada en temas ambientales, y fue uno de los fundadores del Instituto Rocky Mountain. También es el creador de un coche ecológico llamado Hypercar.
La idea de Lovins es simple, pero también revolucionaria. Y, sobre todo, necesaria. Lovins muestra que el capitalismo no está reñido con el cuidado del medio ambiente, por lo que se demuestra que el «ahorro energético» (con claros beneficios ecológicos) produce un «ahorro económico» (con claras intenciones capitalistas). De hecho, él mismo ha llevado este espíritu a la práctica en multitud de ocasiones con algunas de las empresas más importantes del mundo. Así lo ha hecho, por ejemplo, con Walmart y hoy cuenta entre sus clientes a empresas como General Motors (triplicando la eficiencia energética de sus vehículos), que con él mejoran sus credenciales verdes y bajan la factura de luz también. Es un gran conocedor del ahorro energético para hogares, edificios y empresas; y por ello tiene mucho para opinar sobre el diseño de productos de diseño industrial doméstico (electrodomésticos y otros).
Lovins fue nombrado por The Wall Street Journal como una de las personas cuyo pensamiento puede cambiar radicalmente la industria mundial. Lovins forma parte del debate científico desde 1976, cuando publicó en Foreing Affaire su visión de un EE.UU. emancipado de los combustibles fósiles gracias a la eficiencia energética.
Asimismo Manfred Max-Neef ha señalado que la lista se problemas a ser resueltos en contextos complejos del subdesarrollo es extensa y habría que ir enumerándola a modo de rubros o sectores de interés estratégico para las regiones (ejemplo: agro-industria en la región pampeana argentina, etc.), de acuerdo a la disponibilidad de materiales locales y/o técnicas tradicionales lugareñas con ciertas similitudes con Dickson (cuando plantea atender la infraestructura en alimentación, agua, salud, educación, transporte público y otros).
Max-Neef al igual que Papanek, Dickson y Bonsiepe se preocuparon por alcanzar el «desarrollo».
Uno de los documentos que hemos seleccionado para tal efecto es el (para discutir el desarrollo) que fuera preparado en 1965 para una Conferencia sobre la Aplicación de la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo de Latino América, organizada por la UNESCO en Santiago de Chile y presentado por Schumacher en su libro: Small is Beautiful (Lo pequeño es hermoso)(15). El documento se convirtió en la base sobre la cual el "Grupo para el Desarrollo de la Tecnología Intermedia" estaría orientado a ayudar a la gente de los países en desarrollo –como Argentina- en el sector no moderno de la economía de un país (lo que lo hace aplicable a la situación de la crisis económica actual que afecta directamente al sector moderno).
José Pedro Barrán sostiene que en plena Guerra Fría, preocupado por la crisis energética de los años 70s –Crisis del Petróleo de 1973- y los crecientes riesgos de la energía nuclear que movilizaron a los grupos ecologistas, Schumacher propuso que la tecnología no atropelle la dignidad humana y no cause problemas mayores que los iniciales, como está sucediendo hoy día con la contaminación ambiental y el aumento de la pobreza. El autor criticó el anti-ecológismo del sistema productivo moderno, usando una de las citas más relevantes de uno de los padres de la economía como Keynes, quien dijo: "Por lo menos durante otros 100 años debemos simular ante nosotros mismos y ante cada uno que lo bello es sucio y lo sucio es bello, porque lo sucio es útil y lo bello no lo es". Sobre este tema se realizó un trabajo de ensayo paralelo cuyo título es: «Evolución dialéctica entre lo-útil y lo-bello del diseño desde la Antigüedad Clásica, pasando por la Modernidad y terminando en la Posmodernida» (solicitar copia en CD a: produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar).
«Tecnología intermedia» es un sinónimo de «tecnología adecuada» o «tecnología apropiada». E. F. Schumacher lo uso para describir aquella tecnología que era significativamente más eficaz y costosa que los métodos tradicionales (artesanales), pero que permanecía todavía un orden de magnitud (diez veces) más barata que la tecnología de los países desarrollados.
Los partidarios de esta tecnología argumentan que puede ser fácilmente adquirida y utilizada (incluso por la gente empobrecida, lo que la hace especialmente apta para la crisis). Mucha de la tecnología intermedia puede además ser construida y puesta en servicio usando los materiales y el conocimiento locales. Pueden ser construidas, operadas y mantenidas por las poblaciones locales a base de una muy limitada asistencia externa (técnica, material o financiera). De acuerdo con el autor, normalmente es «apropiado» usar sólo las tecnologías que pueden ser reparadas de forma local (por la industria e ingeniería local y eso ayudaría al diseño industrial local también).
En cuanto a la situación en el Tercer Mundo, Schumacher hace un especial hincapié en la idea de la necesidad de una tecnología intermedia, esta sería una tecnología apropiada para el lugar, con un coste medio de instalación. Debido a que la industria moderna ha crecido en sociedades que son ricas en capital, por lo tanto, de ninguna manera puede ser apropiada para sociedades con poco capital y abundante mano de obra (como Argentina). Lo mas lógico es pensar que el tipo de tecnologías industriales (intensivas en capital) de ninguna manera pueden ser la mas adecuadas para enfrentar la crisis económico-productiva que produjo la caída de las principales Bolsas de Comercio del mundo.
Schumacher aboga por el uso de tecnologías alternativas para productos corrientes que sean sencillos, económicos (por ende que no requieran grandes inversiones en bienes de capital para producirlos) y no contaminen tanto el ambiente como los producidos con las eficientes tecnologías de hoy. Fue un llamado muy bien acogido en los países subdesarrollados, que –cansados de verse obligados a comprar productos demasiado avanzados- se lanzaron a desarrollar tecnologías más adaptadas a sus necesidades, máxime cuando no se pueden permitir ciertos lujos por falta de recursos económicos.
Schumacher proponía tener en mente el concepto de la tecnología apropiada (o intermedia) en todo momento, y el centro que fundó en Inglaterra trabajó estrechamente con las universidades, institutos tecnológicos y otros centros de investigación, sin descuidar al inventor solitario que puede hacer muchos aportes significativos, como ha sucedido frecuentemente a lo largo de la historia. No se necesita inventar de nuevo muchos dispositivos ya existentes, sino utilizar el ingenio para adaptar a nuestras necesidades los inventos o desarrollos hechos en otras latitudes, además de generar una tecnología autóctona para un determinado medio geográfico y la idiosincrasia local. Esto ha venido sucediendo en Argentina con INNOVAR en sus distintas ediciones 2005 hasta 2009 (para una mejor visualización se aconseja ver los catálogos -en pdf- de los proyectos y productos ahí presentados y seleccionados por el Jurado Evaluador y presentados en la red: www.innovar.gov.ar), logrará observarse que muchos productos y procesos industriales ahí presentados corresponden a innovaciones o invenciones previas adaptadas con los recursos materiales y tecnológicos disponibles localmente. Algunos ejemplos son muy ilustrativos de la «tecnología intermedia», «adecuada» o «apropiada» Argentina.
Algunos ejemplos pueden dar una mejor idea de una tecnología a la escala de las necesidades de los países Latinoaméricanos en vías de desarrollo. La lista incluye, según sostenía el economista Schumacher(16), que trataremos mas adelante, entre otros ejemplos, los siguientes casos:
(1) En lugar de usar electricidad o combustibles para cocinar o calentar agua, pudieran utilizarse cocinas o calentadores económicos que funcionan con energía solar o materiales desechados.
(2) Ya existen radios que funcionan con cuerda manual y permiten oír transmisiones sin estar conectado a una red o usar costosas pilas alcalinas.
(3) El transporte con triciclos a pedal con una cesta para llevar algo de carga –o el niño al colegio— o un coche-furgoneta pudieran resolver muchos problemas de transporte individual, en lugar de derrochar divisas en la importación de vehículos grandes que ruedan comúnmente con un solo pasajero, el chofer, malgastando energía.
(4) Las computadoras más antiguas pueden usarse para hacer tareas complicadas como procesamiento de palabras y cálculos sencillos, en lugar de adquirir las PC de última generación.
(5) La energía motriz o eléctrica puede generarse interponiendo una turbina en cualquier salto de agua, o incluso con molinos de viento donde hay corrientes de aire adecuados (como la Patagonia Argentina).
(6) Muchas casas modestas pueden construirse con materiales elaborados con desechos de otras actividades, o con materias primas locales, si se tiene la tecnología adecuada.
La definición de tecnología intermedia trata de proporcionar argumentos para la creación de puestos de trabajo en la economía de un país subdesarrollado o en vías de desarrollo si se cumple con cuatro criterios básicos:
(1) Los puestos de trabajo deberían crearse en zonas en las que la gente con "problemas" vive actualmente (zonas suburbanas del gran Buenos Aires u otros centros urbanos y en las zonas rurales del interior del país).
(2) Debería ser lo suficientemente barata o razonablemente accesible a pequeños grupos de individuos (podrían ser cooperativas u otro tipo de trabajo intersticial a la moderna economía de mercado como ser: auto-empleados, organizaciones familiares, pequeñas asociaciones comunitarias, micro-empresas, etc.). Pues, la heterogeneidad estructural de las micro-organizaciones poseen un tremendo potencial para atacar el flagelo del desempleo, dado que los sectores modernos no serán capaces por sí solos de resolver los efectos adversos de las crisis neoliberales (a las cuales la Argentina está tan acostumbrada). Sólo estos embriones de organización social de la producción y del trabajo poseen el potencial de un desarrollo económico alternativo y los diseñadores industriales pueden proveer un diseño alternativo con una tecnología alternativa. Pues, como el informe CEPAUR describe, la investigación teórica debe producir cambios políticos y un camino para lograrlo es, como Dickson lo describió: el cambio tecnológico.
(3) Las técnicas de producción que lleva consigo, así como los métodos de organización relacionados con ella, deben ser relativamente sencillas, que sólo requieran un moderado grado de habilidad para obtener un funcionamiento satisfactorio.
(4) La producción debería basarse principalmente en materiales locales y ser destinado a un uso local y/o regional (Papanek hace referencia a este cuarto aspecto diciendo que las producciones, en pequeña escala, no deberían ir más allá de un marco local, para que se vallan auto-replicando territorialmente; por otro lado, en este sentido Schumacher es coincidente con Papanek).
Algunos autores como Schumacher sostienen que es preciso hablar de «desarrollo sostenible». Así que nos preguntaremos: ¿es posible pensar en una forma alternativa de «desarrollo social», sustentado en un nuevo modelo de «desarrollo tecnológico» con respecto al modelo moderno de progreso que ha dado como resultado unos modos de industrialización centralizados y a gran escala (Fordistas)? La respuesta la hemos obtenido de varias fuentes teóricas combinadas interdisciplinariamente (la crítica proveniente de la sociología, la geografía cultural y la antropología, los estudios psicológicos y etnográficos, y la ecología entre otros).
Estudiar la tecnología como factor de desarrollo nos lleva a hacernos una nueva pregunta: ¿qué entendemos por «desarrollo sostenible»? Aunque sigue siendo una palabra con múltiples interpretaciones representa todo un pensamiento que ha pretendido la superación de las primeras aproximaciones puramente economicistas al concepto, referido por lo general al estado de los países. Tres son las dimensiones del desarrollo sostenible: el crecimiento económico, la equidad social y el equilibrio ecológico.
Por otra parte, será necesario educar a la sociedad en general para que comprenda mejor la tecnología que le rodea, para que, por tanto, cada ciudadano pueda ser más libre a la hora de opinar y criticar el rumbo tecnológico que se le propone (o que se le impone). Visto de una manera amplia, estas ideas pueden estar comprendidas en lo que entendemos por «Educación para el desarrollo» (rol fundamental de las universidades): una educación que ofrece contenidos pero que también forma en valores, con el objetivo de que cada individuo exija —y se comprometa con— formas de vida acordes con modelos de desarrollo sostenible dentro de la ética de la solidaridad internacional. Por ello, parece adecuado trabajar en la construcción de nuevos conceptos como el de «tecnología para el desarrollo», que puedan englobar a conceptos más prácticos como el de tecnología apropiada o tecnología intermedia, ampliamente usados al hablar de tecnología en proyectos de cooperación o de innovación tecnológica en economías en desarrollo. Se trata por tanto de encontrar ideas que, como la de «sostenibilidad», comprometan a todos los ciudadanos.
El desarrollo sostenible es un proceso de cambio a diferentes niveles, basado en una cultura y una racionalidad diferente determinada por valores de compromiso, responsabilidad, creatividad y solidaridad, que permita el crecimiento económico con equidad, sustentabilidad ambiental y participación democrática en las soluciones, mediante un uso racional de los recursos naturales, financieros y humanos; en aras de un desarrollo económico, científico-tecnológico y humano. Existen diferentes tipos de sustentabilidad para alcanzar el desarrollo sostenible, entre ellos se encuentran: la sustentabilidad tecnológica, sociocultural, económica y ambiental, entre las cuales existe una estrecha relación y dependencia. El desarrollo tecnológico es el conjunto de estrategias, políticas, estilos y modelos para alcanzar el cambio tecnológico, expresa un proceso de racionalidad interna y progresiva guiada por el criterio de eficiencia del desarrollo económico-social.
Por eso ahora se habla de que se debe lograr: desarrollo económico + desarrollo social + desarrollo ecológico. Para lograr el «desarrollo» en un sentido integral de la palabra. Quizás una de las palabras mas adecuada ha sido la de «ecodesarrollo». Que implica el aprovechamiento de los recursos más eficientes, mejorando la calidad de vida sin rebasar la capacidad de carga de los ecosistemas que la sustentan.
Mario A. Rabey(17) sostiene que una de las respuestas mas creativas al problema ha sido la construcción del concepto de ecodesarrollo, surgido en 1972 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano -comúnmente conocida como Conferencia de Estocolmo -y desarrollado extensamente por el economista I. Sachs (1980 y 1982, entre otros textos). Las principales características de la noción de ecodesarrollo incluyen:
(a) Una crítica al modelo convencional de desarrollo, entendido como el mero crecimiento del volumen global de bienes y servicios socialmente disponibles.
(b) La exigencia de una distribución más equitativa de dichos bienes y servicios, entre las distintas naciones y entre los miembros de cada sociedad nacional.
(c) La necesidad de que los sistemas económicos y de asentamientos humanos no pongan en peligro la conservación de los recursos naturales y los sistemas ecológicos, considerados como herencia para las futuras generaciones.
(d) Un enfoque regionalista, que postula estilos de desarrollo diferentes para cada región, en base al uso de sus recursos naturales y su identidad cultural características.
(e) La realización humana como objetivo principal del desarrollo, lo cual implica interés por satisfacer las necesidades básicas de las mayorías pobres, por la calidad de vida, por las relaciones sociales satisfactorias y el respeto por la identidad y el pluralismo cultural.
(f) El uso de técnicas combinadas, donde se integren técnicas y conocimientos tradicionales ecológicamente bien adaptados, con otras producidas por el sistema mundial de ciencia y tecnología.
Obsérvese que uno de los aspectos centrales que se ha incorporado a la polémica contemporánea sobre el desarrollo incluye el énfasis en la consideración de necesidades no materiales, tales como creatividad, autovaloración, identidad y participación, junto con las materiales, directamente ligadas a la reproducción física de las poblaciones humanas. Mario A. Rabey dice que mucha gente, en diversos lugares del mundo y desde distintas perspectivas, ha comenzado a preocuparse por un desarrollo entendido no meramente como crecimiento económico, sino como desarrollo económico integral. Y que algunos antropólogos, como Lomnitz (1983) han comenzado a sugerir que la creatividad de distintos tipos de grupos locales subordinados, tales como campesinos y habitantes de barriadas pobres de las ciudades, puede ser empleada como una fuerza mayor en el proceso de desarrollo.
Coincide Mario A. Rabey con lo que en este trabajo se discute, sobre el debate del desarrollo, donde la tecnología ha ocupado un rol central y lo discute en el contexto de Latinoamérica, para lo cual utiliza una bibliografía especial(18). Brindando el autor el ejemplo de las experiencias prácticas de Fathy (1975) en construcción de viviendas sobre la base de tecnología tradicional en barro que constituyen un excelente ejemplo de aplicación práctica de este punto de vista: un ejemplo de aplicación del mismo en la Argentina puede encontrarse en los trabajos de Rotondaro y Rabey (1985, 1986), sobre diseño y construcción de prototipos de techos a partir de técnicas tradicionales andinas. Por su consideración de las técnicas tradicionales como insumo básico, suele ser denominado tecnología apropiada (Herrera 1981, Merlino y Rabey 1981).
Existen diversas teorías de lo que se ha dado en llamar «desarrollo local», pero en síntesis podemos decir que la teoría del desarrollo busca explotar los puntos fuertes o ventajas competitivas de un territorio (tangibles como intangibles, esto es tanto: el capital físico como el socio-cultural, político, empresarial, capacidad de gestión institucional pública y privada, etc.) de modo tal que se produzca un crecimiento económico y productivo conjuntamente con un desarrollo social (mejora de la calidad y nivel de vida de los ciudadanos, incremento del grado de bienestar social y de los valores socio-culturales y políticos, maximización de la democracia, reducción de la dependencia exterior, reforzamiento del espíritu colectivo lugareño, crecimiento y generación de empleo, conservación del medio natural, ecología para la comuna, distribución de la riqueza, etc.), en un proceso de negociación continua y sostenida –democrática- dentro un espacio geográfico determinado (rural o urbano, pero pensando en que la escala es siempre mucho mas pequeña que las escalas provinciales, o nacionales; en este sentido importan los niveles de ciudad, comunas, aldeas o comarcas) con integración del capital económico, social y cultural.
El desarrollo local debe abrirse paso a la discusión de las tecnologías apropiadas para cada luagar o localidad (geografía), patrones culturales asociados y recursos materiales disponibles.
Una tecnología apropiada que hace preferencia de un uso intensivo de mano de obra es preferible porque absorbe más mano de obra (lo cual va directamente en contra de la alta automatización). Pues, los desempleados no están contribuyendo ahora a la producción y la primera tarea es poner la mano de obra local a trabajar de modo que produzcan mercancías útiles (a los detenidos productivamente hay que movilizarlos laboralmente); pues, siendo la contribución de un desocupado nula, la producción de un obrero (aunque escasa o medianamente equipado) es una positiva contribución al mundo del trabajo y el capital. Y como la maquinaria compleja hace uso intensivo de capital (bienes de capital) se aconseja el uso de una tecnología intermedia (también se la puede llamar conveniente o apropiada), que es mas barata (10 veces mas barata que la tecnología más avanzada o de punta) y hace mayor uso de mano de obra; de modo que no requieran capitales altos e importaciones de materiales (de alta calidad) y maquinarias difíciles de obtener y comprar para su instalación para afrontar la crisis que esta afectando a la región).
La tecnología intermedia sería inmensamente más productiva que la tecnología nativa o folclórica (que a menuda está en franca decadencia y se corresponde con las artesanías), pero sería también más barata que la tecnología sofisticada, de alta intensidad en capital de la industria moderna (en crisis). Por lo que dicha tecnología se adecuaría mucho más fácilmente al entorno relativamente simple en el cual ha de ser utilizada. El equipo sería bastante simple y por lo tanto comprensible, adecuado para el mantenimiento y la reparación in situ. Un equipo simple normalmente depende mucho menos de una materia prima de gran dureza o de especificaciones exactas de calidad y se adapta mucho más fácilmente a las fluctuaciones del mercado que los equipos altamente sofisticados. Los obreros se pueden entrenar más fácilmente, la supervisión, el control y la organización son más simples y existe una vulnerabilidad mucho menor a las dificultades desconocidas.
Las tecnologías adecuadas son muy aptas entre otras cosas para favorecer el ahorro de capital y el empleo, satisfacer necesidades humanas básicas (alimentación, educación, salud). Es una combinación de tecnologías que contribuyen a la consecución de objetivos económicos, sociales y ambientales en relación con la dotación de recursos disponibles y las condiciones de aplicación de cada país. Tecnologías que permitan satisfacer necesidades y aspiraciones fundamentales con bajo costo social y ecológico (no contaminantes, o en su defecto lo menos contaminante posible). Aquellas tecnologías que logran hacer avanzar los objetivos primarios del desarrollo de un país o región tales como: la satisfacción de la autosuficiencia, mediante la participación y el control sociales y la armonía en el ambiente. Son tecnologías perdurables de bajo costo apropiadas a las necesidades especiales y apropiables porque facilitan la ejecución con participación popular, sin complejos equipos de construcción, retoman experiencias constructivas autóctonas incorporando nuevos conocimientos técnicos, excluyendo la dependencia tecnológica y los modelos culturales totalizadores hegemónicos del mundo desarrollado. Esta tecnología debe funcionar como liberadora del hombre, creadora de empleo, intensiva en fuerza de trabajo, y ecológicamente sana, y su capacidad esencial es que debe ser utilizada descentralizadamente a pequeña escala: regional y local.
En muchos países en vías de desarrollo (economías emergentes y en lo que se ha dado en llamar Tercer Mundo) se observan muestras de estas tecnologías poco avanzadas, aunque no sean tan modernas (mas adelante daremos una lista de ejemplos de soluciones tecnológicas y de diseño muy concretos que demuestran que no se trata de una tecnología artesanal, aunque pueda incluir aspectos artesanales, ni necesariamente una tecnología para pobres, aunque pueda ayudar mucho a pobres y ricos).
Pensemos por un momento en el caso histórico de la silla «Thonet» un icono del diseño, fue racional no fue racionalista, dado que muchos de sus modelos son decorativos, aplicaba un uso racional de la decoración con perfecto equilibrio entre decoración y función (tampoco era su estilo de producción una expresión de la tecnología industrial, ya que en 19000 usaba a 4000 obreros que producían 6000 piezas diarias, lo que demuestra el gran trabajo manual que requerían las sillas). Este es un claro ejemplo de lo que B. Oriol en Proceso y Erótica del Diseño aclara al decir que la producción industrial no necesariamente requiere máquinas en el sentido de todo aquello que evite fuerza humana, sino que necesariamente es una forma de «organización de la producción» (que en este caso fue por medios manuales, semi-mecánicos). La separación entre diseño y producción surgió con anterioridad a la Primera Revolución Industrial de 1760/1830, y el uso de «máquinas» en la fabricación de muebles no se utilizó hasta entrado el 1900. Sin embargo, Thonet solamente utilizó los conceptos de producción en serie asociados a la organización industrial capitalista, basada en métodos artesanales de producción, en pleno desarrollo de la industrialización mecánica. La estandarización y la producción en masa comenzó a partir de 1850. La clásica #14, había vendido 50 millones para 1910. Para tal caso se ha desarrollado un ensayo paralelo que versa sobre la discusión de la importancia de lo artesanal y lo industrial en la enseñanza del Diseño Industrial, trabajo cuyo título es: «El diseño antes y después de la Revolución Industrial a nivel mundial. Investigación sobre el diseño antes, durantes y después de la Revolución Industrial inglesa. Caso de estudio paradigmático del diseño de sillas, asientos, banquetas, taburetes y otros muebles «para sentarse»». (Solicitar copia en CD a: produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar).
Y aún en países avanzados, muchas personas con altos recursos materiales utilizan algunos de estos medios para satisfacer sus necesidades ecológicas (debido a su alto nivel educativo y cultural), por lo que es muy común ver en Europa a profesores universitarios desplazarse en bicicleta. Quizás sean soluciones algo anticuadas (en algunos casos), pero al menos contribuyen a que las mayorías de escasos recursos puedan beneficiarse con tecnologías sencillas y a su alcance, en lugar de estar sólo observando que unos pocos disfruten de las modernas tecnologías. Estas tecnologías, al fin de cuentas son mucho más democráticas en ciertos casos puntuales.
La cultura de la tecnología apropiada expresa una nueva concepción del hacer tecnológico, un nuevo paradigma tecnológico. No se trata del desarrollo de una tecnología tradicional atrasada (artesanal); tampoco se trata, de desarrollar tecnologías modernas y altamente competitivas 8que por sus costos resultan imposible de ser alcanzadas), sino tecnologías que respondan a una nueva racionalidad del hacer tecnológico, en el respeto al medio ambiente. Lo apropiado está en la capacidad tecnológica para asimilar, adaptar e innovar nuevos conocimientos, por lo que requiere de una armonía entre los sistemas: educativo, investigativo y productivo.
Incluso, a veces lo objetos, artefactos, productos industriales (automóviles, electrodomésticos, etc.) podrían ser sustituidos por aparatos más sencillos y menos costosos, o simplemente se podría vivir sin esos lujos (en algunos casos, hay que hacer la aclaración; pues, es mucho mejor tener una heladera que no tenerla, dado que los efectos positivos en la conservación de alimentos esta comprobado). Para tal efecto se abordó un trabajo de ensayo paralelo que investiga sobre estas cuestiones, presentado bajo el título: «Relaciones entre el arte, la arquitectura y el diseño industrial en los artefactos, utensilios, muebles, electrodomésticos y otros objetos domésticos de la Argentina desde mediados de S. XIX y hasta fin de S. XX» (solicitar copia en CD a: produccion[arroba]fba.unlp.edu.ar). Lo que por otro lado conformó la 1º Tesis de Maestría en Estética y Teoría del Arte, escrita para la carrera de Diseño Industrial en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. (Tesista: Diseñador Industrial Ibar Anderson), (Director: Arquitecto Fernando Gandolfi. Director del Instituto de Estudios del Hábitat, unidad de investigación nº 7, dependiente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata) y (Co-Director: Diseñador Industrial Eduardo Pascal. Secretario de Producción, Facultad de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata. ExJefe de Departamento de Diseño Industrial FBA – UNLP).
Muchos de estos dispositivos llamados «high tech» requieren generalmente de mayor energía o posteriores refinamientos, que implican aún mayores gastos de electricidad, accesorios, materiales, programas y métodos, que significan mayores costos en productos y servicios importados, generalmente con mayores repercusiones ambientales. Los campos del transporte, los artefactos domésticos, los medios audiovisuales y la informática, son ejemplos típicos de esta realidad, donde para mantenerlos al día debemos seguir dependiendo de los grandes centros tecnológicos, agotando de paso nuestras contadas divisas. Pero esto es mas complejo, pues: ¿hasta donde podemos prescindir de las computadoras, por ejemplo, si para redactar este trabajo de ensayo se esta escribiendo con una de ultima generación? Como vemos, no se debe caer ciegamente en la crítica a la tecnología occidental (en este trabajo no se busca eso, sino rescatar sus puntos fuertes y fortalecerlos con nuevas estrategias).
Shumacher no aceptaba la crítica de que esta tendencia a la sencillez no contribuía al crecimiento económico, pues aunque los productos resultantes pueden no entran en las estadísticas industriales, de todos modos representan una parte del producto interno bruto y -lo que es más importante- mantienen ocupada a mucha gente. Barrán continúa diciendo que existen muchos otros casos en que pudieran tenerse productos de baja tecnología para las masas, desarrollables en centros de tecnología apropiada donde se comparta los conocimientos y experiencias locales, o de otros países poco industrializados. No podemos olvidar, que, a pesar de nuestra aparente riqueza (¿agrícola-sojera?), somos un país bastante subdesarrollado, según todos los indicadores socioeconómicos y por el escaso número de patentes que se producen en nuestro medio. Como dato oficial, en Argentina, en los años 2003-2005, un 17% de las solicitudes de patentes correspondían a presentaciones efectuadas por empresas o personas nativas (el resto eran extranjeras). Según el Instituto Nacional de propiedad Industrial (INPI), si tomamos el 100% del patentamiento de desarrollos tecnológicos a nivel mundial, Latinoamérica en su conjunto patenta un 19% frente al 36% de EE.UU, el 42% de Europa y el 3% de Asia. Si bien es cierto que las estadísticas del INPI colocan al CONICET por encima de las patentes obtenidas por otros organismos como la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires o las Universidades (públicas y privadas), también es cierto que estamos por debajo de los niveles alcanzados por los países desarrollados).
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